Prólogo
La sangre no
se detenía.
Ese día, una
chica murió enfrente de mí.
Gotas de lluvia
caían en todo el cuerpo, humedecido por el agua de lluvia sucia, por dejo de
convulsionar.
Esta tragedia,
la cual pasó en un lugar desconocido en este mundo, jodiendo a las personas que
viven sus vidas diarias.
Las personas,
llenas de curiosidad, estaban viendo la escena mientras las oscuras gotas de
lluvia en la ambulancia vagamente reflejaban la silueta del carro de policía.
Las sirenas cubrían
todo el sonido de trasfondo, agresivamente bamboleaba el profundo océano de
este mundo comparable.
Luego de eso,
la lluvia no paraba de fluir. Sólo quedaba un rastro de sangre de la chica. Un
rastro que no desaparecía, y se estaba secando.
Yo, quien
nunca pudo regresar a una vida normal, tome una libreta cerca de mi pie.
La libreta
estaba totalmente manchada de un rojo líquido.
Las fotos
dentro estaban tan arruinadas que era imposible de ver algo. Sólo el nombre
podía divisarse.
Hikari Yumesaki.
El nombre de
la chica que ya no vivía en este mundo.
Este era un
nombre dado a alguien para aprovechar la luz de sus sueños y futuro.
Un futuro que
nunca le llegaría.
Una historia
que terminó, una que ella ya no podía seguir.
Porque ella–
[Tomaré la
mitad de tu vida.]
Levanté mi
cabeza, un poco incómodo.
La calle
delante de mí estaba oscura.
Una sospechosa
persona, vistiendo ropa negra, estaba allí parada.
Esa persona,
aun sin una sombrilla, se mantuvo seco bajo la lluvia.
Sin embargo,
era como un árbol muerto…
[Usa la mitad
de tu vida para salvarla.]
…Es lo que
dijo la persona, con el tono de alguien quien ocultaba su risa.
Por eso,
respondí.
[Ven,
bastardo.]
Quería
preguntarle algo.
En el momento
que ella desapareció de la tierra… ¿pensó en lo cruel que es este mundo?
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