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Antes que Este Mundo Termine – C


En medio del amplio cuarto sin decorar se mantenía un pilar de cristal brillando débilmente. Dentro del pilar estaban incontables caras, cada una con una expresión propia: Lamento, gozo, tristeza, sorpresa, tranquilidad, desconcierto, rabia, miedo. Pero mientras desplegaban diferentes emociones, todas sus bocas cantaban en harmonía. Al final, cerca de la mitad del pilar, había una protuberancia en una estatua de cristal con forma del cuerpo de una niña, casi como una figura decorativa colocada en la proa de un barco.

[¿…Shiantor, la Lamentación de la Primera Bestia?] Nephren pronuncio el nombre.

Willem lo había escuchado antes. Difícilmente se sabía qué era, a pesar del pasar de 500 años desde la aparición inicial. Nadie ni siquiera sabía exactamente cuán amenazadora era. La misteriosa Primera Bestia. El primer alguien, un antiguo humano, quien se transformó en una Bestia.
Willem dio unos pasos adelante. Un dolor intenso, como si él fuera a partirse en dos, gritaba de todo su cuerpo. En efecto, en algunos lugares de su piel en realidad empezaron a partirse. Él otra vez recordó la miserable condición de su cuerpo en la que había estado antes de ser atrapado en el sueño.

Fue un sueño feliz, pero al final…

También en el mundo real, ella probablemente se transformó en una Bestia en este cuarto, no regreso al orfanato. Eso explicaba el por qué desapareció de su cama.

[…Atrás, Ren. Si te acercas, tu Venom pasará a alocarse y morirás.] Él lo dijo, luego dio otro paso más cerca.

Algunos órganos u otras partes dentro de él colapsaron. Él se forzó a tragar la sangre que intentaba salir de su boca y la regreso a su estómago. Una sola gota escarlata cayo desde la esquina de sus labios.

Estoy bien. No, no lo estoy, pero al menos, puedo seguir caminando. Puedo acercarme más.

Willem debió darse cuenta antes. No hay duda, él se daría cuenta si pensaba en ello por un poco. Por todo ese tiempo, desde que despertó en ese mundo hasta el presente, ella nunca mencionó una palabra de su promesa. Ella nunca dijo ‘bienvenido de vuelta’ a él, ni una sola vez.

[Hey, Almaria.]

Willem no recibió respuesta a su llamado. Él dio otro más adelante. Fisuras se hacían en cada hueso de su cuerpo. Aunque, usaba a Lapidem Sybilus como un bastón, él se las arregló para apoyar su colapsado esqueleto.

[Ninguno de nosotros menciono el pastel de mantequilla.]

Willem nunca lo menciono porque él sabía que ese mundo era falso. Él sabía que no había regresado a casa; él solo fue atrapado. Ese pensamiento previno que hablara de su promesa.

Pero ¿qué de Almaria? A Willem se le había hecho totalmente genuina, quien no sabía nada de sus circunstancias exteriores. Debió de ver como Willem mantuvo su promesa, aunque no dijera nada de ello.

La única explicación podía ser resuelta con esta contradicción. Quizás ella nunca fue consciente de ello, pero inconscientemente, ella se dio cuenta: Almaria Duffner no le había dado una buena bienvenida a su ‘padre’.

…Padre…

La chica en el cristal lo llamaba en una voz sin sonido. Aunque, Willem podía escucharlo alto y fuerte.

[Cielos, ¿cuánto más planeabas seguir esperando?] Una sonrisa amarga paso por su cara. [¿Te convertiste en una Bestia antes que todos, así arrastraste a miles de personas a este sueño, preservando a Gomag justo antes que terminaran como tú? ¿Por 500 años, seguiste con esa ilusión, abrigándola, y esperando, sin nunca rendirte?]

Otro paso más. Algunas partes de él cedieron. Él ya no podía decir adónde iba. El abrasador calor ya envolvía cada pulgada de su cuerpo.

[¿Esperaste por todo este tiempo… con la esperanza que un día llegara a este mundo?]

Un deseo tan irreal nunca se volvería realidad. Incluso después de miles de eones, esa esperanza nunca daría un paso hacia adelante para realizarse. Pero, ella lo mantuvo por todo ese tiempo y canto ella sola. En su diminuto jardín se sembraba la semilla de tres mil sueños, ella simplemente cantaba y cantaba, como una caja musical rota.

[Realmente… lo lamento, Almaria.]

Un paso más. Ahora Willem estaba parado en el rango de sus brazos.

Con que solo dijera ‘regrese’, su deseo se haría realidad. Su promesa de regresar a casa se cumpliría en ese diminuto jardín. En su siguiente cumpleaños, ella le hornearía el mejor pastel de mantequilla de todos los tiempos. Haría que comiera hasta que llorará por el dolor estomacal. Con solo dos palabras, él podría realizar esa ilusión de felicidad.

Willem levantó su mano derecha, con la que tomaba el mango de Lapidem Sybilus.

[¡¡Empezando mantenimiento!!]

Los hechizos de líneas entrelazados se separaron de la Kaliyon, y los 35 Talismanes que constituían a Lapidem Sybilus se apartaron, rodeando a Willem. Con su mano izquierda, él tomo el pendiente que colgaba de su pecho, el Talismán de lenguaje, y rompió la cadena. Él nunca fue capaz de quitársela en ese mundo de sueños, pero ahora estaba claramente en la palma de su mano, brillando. Luego, él la presiono en la espada, como la 36ava pieza de Lapidem.
Dentro de una sola Kaliyon, el poder de muchos Talismanes se mezclaba e interactuaban con las otras en intricados caminos para producir ese resultado. Si ese delicado balance cambiara ligeramente, todo el sistema colapsaría. Acordemente, el mantenimiento usualmente se hacía por ingenieros habilidosos y altamente entrenados en talleres con el equipo apropiado.

El circuito espinal de Lapidem Sybilus de pronto se rasgó, dañando casi la mitad de las líneas de hechizos. A Willem ni le importaba. Si solo pudiera forzar a las líneas quedarse juntas y preservar una mínima cantidad de funciones, eso sería suficiente. Los 35 Talismanes originales intentaron volver a sus usuales posiciones, resultando en una rara forma.

Luego, él sostuvo la espada, esa es la descoordinada aleación de una espada con el poder para proteger la mente y un Talismán con el poder de conectar mentes, y la estoco directo al corazón de la estatua de cristal.

Ah.

La canción se detuvo.

Willem sonrío ligeramente.

[Perdón.] Él susurro gentilmente. [No pude cumplir mi promesa.]

Una larga fisura apareció en el cristal y pronto se esparció por todo el cristal. Luego, con el sonido de campanas resonando, el Shiantor colapso. Justo antes que terminara de caer y desaparecer eternamente, la boca de la chica en la estatua de cristal saco una débil sonrisa, la sonrisa de una santa perdonando a un pecador, la sonrisa de una hija siendo mimada por su padre.

La tierra tembló.

El techo, los muros, el suelo, todo empezó a colapsar a la vez.

Willem quien ya ni tenía fuerza se mantuvo parado, sintiéndose sin esperanza junto a los escombros dentro de las profundidades. Una sensación de flote envolvió todo su cuerpo. Su sentido del tiempo se perdió.

Una voz que parecía cantar en alto resonó directamente en su cabeza.

Su campo de visión se tiñó de un gris ceniciento.

¿¡Qué!?

Los repentinos cambios lo tomaron por sorpresa, pero él pronto comprendió su significado. Ahora él escuchaba la misma canción que los residentes de Gomag escuchaban. Él vio el mismo escenario que vieron en sus sueños.

El impulso de transformarse en una Bestia yacía en la raíz de la raza humana. Una masa de salvaje de rabia como una furiosa tormenta. El poder para cortar eso que es amado, el pasado perdido de la realidad y el mundo de sueños creado. La firme ilusión en el hueco de ese mundo un día solventaría esa pena. Ese puñado de emociones era la verdadera naturaleza del Shiantor. Y ahora, habiendo perdido a Almaria como contenedor, entró a la persona más cercana, el último humano que quedaba en la vasta tierra.

[Ah… ya veo.] Por supuesto. Los humanos podían transformarse en Bestias. [Supongo que no soy la excepción…]

No era nada para sorprenderse. En efecto, esa era la conclusión obvia.

Me pregunto en qué tipo de Bestia me convertiré.

¿En los 17 símbolos de la destrucción?

Quizás ni le importaba en qué se convirtiera. Nephren estaba justo allí, con la Kaliyon en mano. Incluso si Willem se transforma en un monstruo que podía hincarles los colmillos a los residentes de Regul Aire, Nephren lo asesinaría en seguida. Él podía aceptar su final con tranquilidad.

[¡¡Willem!!]

Él sintió algo cálido dentro de él. Abrió sus ojos y golpeo con fuerza al blanquinoso ceniciento, él vio a Nephren empapada con la sangre de su cuerpo.

[¿¡…Ren!?]

Algunas siniestras substancias fluían del cuerpo del Shiantor y del cuerpo de Willem, pasando por muchas de las heridas abiertas. Y ahora, también empezaron a fluir en el cuerpo herido de Nephren.

Willem ya no podía formar palabras coherentes, pero Nephren parecía entender su pregunta.

Ella ligeramente abrió sus cerrados ojos y vio directo a su cara. [¡Almaria me lo pidió!] Ella le grito. [Ella dijo, conoces a Padre, es probablemente que se vaya a algún lugar pronto. ¡Cuando ese momento llegue, no me queda más que confiártelo a ti!]

Esa canción resonaba en la cabeza de Willem suavemente. Pero eso solo significaba que se hacía más fuerte en Nephren.

[¡Ella lo dijo, solo tú eres capaz de encargarte de nuestro lamentable y quebradizo Padre!]

¿De qué hablas? ¿Desde cuándo se volvieron tan cercanas esas dos?

[Eso es porque… es porque…]

La canción resonaba fuertemente en sus mentes.

Nephren cerró sus ojos otra vez.

Ah, maldición. Por qué mis hijas son tan amables y gentiles…

Aiseia. Tiat. Lantolq. Noft. Las caras de todas las hadas pasaron en su mente una a una. Collon. Panival. Lakish… muy pronto se volverán adultas…

Su boca ligeramente se retorció hacia arriba en un arranque de nostalgia.

Puede ser un poco molesto… pero cuento con ustedes para que puedan lidiar con nosotros.

Cogido por ese cálido sentimiento en su pecho con el último de fuerza que le quedaba, Willem tranquilamente cerro sus ojos.


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