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Episodio Secreto

Fue como Amor…

 

Luego de dejar el salón del consejo estudiantil, Felix se aseguró que nadie estuviera cerca, luego tocó su bolsillo. Cuando Wildianu salió en su forma de lagarto, el príncipe le habló con calma, precavido de su entorno. [Dijiste antes que un Rey Espiritual había sido invocado, ¿no?]

 

[Sí, señor.] Wildianu respondió. [Sentí una puerta en las cercanías.]

 

[Entra en la facultad y ve si los profesores están hablando de eso.]

 

Incluso el presidente del consejo luciría sospechoso si anda rondando la facultad sin razón. Wildianu era la mejor opción, ya que podía infiltrarse sin ser visto.

 

[¿Qué hará, Maestro?] El espíritu preguntó.

 

[Iré a ver alrededor si algo luce extraño afuera.]

 

[Entendido. Si algo llega a suceder, llámeme en seguida.]

 

Wildianu saltó de su bolsillo, luego se movió al muro y se dirigió a la facultad. Felix lo despidió, luego salió del edificio escolar. Por desgracia, nunca había aprendido algún hechizo de detección, así que tendría que recurrir a sus instintos… aunque había un lugar al que definitivamente quería revisar.

 

El antiguo jardín. Felix sabía que había una barrera de gran escala protegiendo la academia escondida en la fuente. La fórmula mágica le había interesado mucho, había conseguido una llave duplicada, y el antiguo jardín se había convertido en uno de sus intereses.

 

La fórmula había sido hecha por uno de los Siete Sabios, el Mago Barrera Louis Miller y era una obra de arte según la amateur opinión del príncipe. No llegarías a ver tal compleja y precisa fórmula mágica todos los días.

 

Asumiendo que hubiera una emergencia que garantizara la invocación de un Rey Espiritual… Si la academia fuera atacada desde el exterior, la barrera se habría activado. Y no hay nada de malo con revisarlo igual, pensó, dirigiéndose al antiguo jardín.

 

La puerta a ella estaba abierta, y el cerrojo se había caído al suelo. Lo recogió y miró, sus ojos se abrieron en sorpresa. Increíblemente, había sido cortado en seco de la puerta. La pulcritud de la porción cortada significaba que no se había deteriorado por el tiempo— algo más había pasado.

 

Pequeñas marcas de quemadura… ¿Alguien usó magia de fuego para quemarlo? Está hecho de metal, aunque fue cortado con exactitud. No es algo fácil.

 

Su expresión se puso dura, Felix entró más en el jardín. Ocultó sus pisadas, procediendo con precaución. Luego de un giro en los macizos rododendros estaba lo que era una plaza más abierta con una fuente en su centro que nunca fue usada… O eso es lo que él había esperado encontrar, al menos.

 

Ahora la fuente estaba en ruinas. Restos de rosas y flores estaban esparcidas entre los escombros.

 

Y a la par donde la fuente solía estar, un hombre estaba en cuclillas, haciendo algo de trabajo. Él era joven y tenía un cabello castaño con coleta. Usaba una vieja túnica bordada y sostenía un largo báculo. Al momento que Felix vio al hombre, sabía exactamente quién era. Solo a los Siete Sabios se les permitía usar esas túnicas y llevar esos pentagramas. Y además, Felix nunca olvidaría esa coleta.

 

Un Sabio… ¿El Mago Barrera Louis Miller? ¿Qué está haciendo aquí…?

 

Habría contactado a la escuela de antemano si hubiera estado aquí por su inspección regular de la barrera, Felix no había recibido ninguna notificación. Y los aplastados restos de la fuente y vides de rosas confirmaban su sospecha que algo fuera de lo ordinario había ocurrido.

 

Debería haber una fórmula de barrera defensiva en el fondo de esa fuente… ¿Había sido destruida? ¿Qué carajos pasó aquí?

 

Louis continuó murmurando canticos con su respiración; parecía estar haciendo ajustes a la barrera. Mientras, un poderoso viento sopló y una joven mujer usando un uniforme de maid descendió del cielo.

 

Felix escuchó que el Mago Barrera tenía un contrato con un gran espíritu de viento. Debe ser ella.

 

[Lord Louis.] Dijo. [He completado mi misión de escolta.]

 

[Buen trabajo.] Respondió. [Ahora, ve a recuperar los restos del Espiral de Fuego en el almacén oeste.]

 

[Sí que le pones mucho trabajo a este espíritu.]

 

[No puedo alejarme en este momento. Esta barrera es… Ugh. Necesito rehacer por completo todo. Sé que fue para inutilizar el Espiral de Fuego, pero fue una solución bastante violenta.]

 

Felix frunció el ceño a la conversación. Había oído la palabra Espiral de Fuego antes. Era el nombre de una herramienta mágica muy letal para asesinatos… ¿Había sido colocada una en el almacén oeste? Había estado allí hace poco tiempo.

 

Juzgando por su conversación, alguien debió haber atentado contra mi vida, pero el Mago Barrera me salvó en secreto.

 

Aunque, considerando cómo Louis estaba hablando, sonaba a que personalmente no había sido el que inutilizo el objeto— había sido alguien más.

 

Pero, ¿quién…?

 

Felix contuvo su aliento y se concentró en su conversación.

 

Luciendo exasperado, Louis miró a la fuente. [No puedo decir que se desgasto por el tiempo— no cuando es algo como esto. ¿Qué voy a decir? Claro, era para proteger al segundo príncipe, pero ¿por qué un Rey Espiritual? Y sin un báculo para controlar el flujo de maná…]

Agitó su perfecto cabello en frustración. [La Bruja Silenciosa siempre es tan imprudente.]

 

¿Qué…?

 

El corazón de Felix latió fuerte cuando escuchó el nombre que salió de la boca de Louis.

 

¿La Bruja Silenciosa invocó un Rey Espiritual? ¿Y me salvó?

 

La escena de hace varios meses regresó a la mente de Felix. La puerta abriéndose en el cielo, las lanzas de viento rodeadas por brillantes luces blancas. La horda de pterodragones, todos disparados entre los ojos. Sus gigantes cuerpos dirigiéndose con calma hacia el suelo como la nieve.

 

Esa completa y hermosa magia.

 

¿Y su usuario, la Bruja Silenciosa, había invocado a un Rey Espiritual? ¿Para salvar a Felix?

 

Quiero verla…

 

El corazón de Felix saltó como un niño escuchando una historia de su amado héroe.

 

¿La Bruja Silenciosa estuvo aquí? ¿Solo de paso? ¿Ya se había infiltrado en la escuela? Parece algo pequeña de lo que he visto de ella en ceremonias… Espera. Necesariamente tampoco es una mujer. La Bruja de las Espinas se hace llamar una bruja, pero es un hombre, así que es posible que la Bruja Silenciosa sea un hombre también. En todo caso, pudieron haberse infiltrado en el curso intermedio… No, debe ser uno de los miembros de la facultad. Espera, no, cálmate. Es posible que no se hayan infiltrado— que solo estuvieran cerca.

 

Felix sintió sus pensamientos divagar. No era típico de él. Pero así es lo mucho que Felix adoraba a la Bruja Silenciosa.

 

Quiero verla. Quiero conocerla. Quiero ver su magia sin recitar de cerca.

 

Felix cubrió su boca con una mano— sus labios se tornaron en una sonrisa sin darse cuenta. La mano luego sirvió para calmar un suspiro de admiración. Sintió sus mejillas sonrojarse, nada típico de él.

 

Era como un chico buscando a su primer amor.

 

Ah, pensar que estuvimos tan cerca… El príncipe tomó la tela de su uniforme para tratar de calmar su latiente corazón. Quien me emociona…

 

✽✽✽✽✽

 

[¿Quieres saber de Monica Norton?] Lindsey Pail repitió, el profesor de baile de salón, pestañeando en sorpresa.

 

Le estaba hablando a Carl Boyd, quien enseñaba ajedrez, una de las clases electivas. Era un hombre gigante con la cabeza rasurada y austeros rasgos. Aunque lucía para todo el mundo como un experimentado soldado, en realidad era un marqués de una distinguida familia y tenía un impresionante intelecto.

 

Y ahora el hombre había llegado a ella preguntando por Monica Norton.

 

Lindsey puso un dedo en su mejilla, pensando antes de hablar. [Es una chica educada y seria. Sus notas son todo un lio… pero es muy trabajadora.]

 

[Oí que tuvo que retomar el examen de la clase de baile de salón. ¿Aún está tomando clases suplementarias?]

 

[No, pasó el examen bien. Sin lecciones extras…]

 

Pero ¿por qué Boyd está preocupado con que Monica tome lecciones extras? Lindsey se preguntó, confundida. Aunque la respuesta no tomó mucho en llegar. Golpeó su palma con un puño. [Ah, ¿puede ser por la competición?]

 

[Me gustaría tener a Monica Norton participando.] Boyd dijo solemnemente.

 

Lindsey puso un tono festivo. [¡Oh, qué maravilloso! ¡Se acaba de transferir— y ya ha sido escogida para un evento tan grande!]

 

Estaba genuinamente feliz que un estudiante de su clase esté siendo reconocida así.

 

Cuando su rostro puso una sonrisa, otra voz interrumpió. [¿Es una estudiante transferida?]

 

Lindsey se giró para encontrar a la nueva adición en su facultad, William Macragan, mirando hacia ella. Él era un profesor de magia fundamental. Pero Monica no estaba tomando su curso— ¿Por qué sabía de ella?

 

Oh, ya veo. Está en el consejo estudiantil… Debe ser el por qué se recuerda de ella. Satisfecha con su explicación, le sonrió. [Sí. Monica Norton y Glenn Dudley— ambos se acaban de transferir este año.]

 

[Hmm, ya veo. Los dos, eh…]

 

El anciano profesor, quien una vez enseñó en el Instituto de entrenamiento mágico de Minerva, era conocido por enseñarle a la Bruja Silenciosa y el Mago Barrera, quienes ahora eran miembros de los Siete Sabios. Jugó con el bigote blanco cubriendo su boca. Cuando habló, sonaba algo sentimental.

 

[Bueno, debería ser interesante.] Dijo. [Me alegro de venir a esta escuela.]

 

El piso superior de la torre oeste del Castillo Ridill era un cuarto que solo los Siete Sabios y el mismo rey tenían permitido entrar. Era llamada la Recámara de Jade. Tenía una forma octagonal, lo cual era un poco inusual para este reino, y su techo había sido enjaulado con un panel de vidrio.

 

En el centro del cuarto se centraba una mesa redonda y ocho sillas. Una era para el rey y las otras siete eran para los Sabios.

 

Una de ellas estaba ocupada de momento— por una mujer mirando al panel de vidrio y al cielo nocturno. Las ondas sueltas de su cabello plateado colgando a sus espaldas y usaba una túnica sobre el delgado vestido. Era la mejor profeta del reino y una de los Siete Sabios: La Bruja Vidente Estelar Mary Harvey.

Al leer las estrellas en el cielo nocturno, podía predecir el futuro del reino. Pero ahora mismo, los fantasmales ojos azules de la bruja estaban fruncidos.

 

[Ah, una vez más… No importa cuántas veces lo intente, no funciona. ¿Por qué no puedo verlo?]

 

Las incontables estrellas, brillando como arena plateada en el cielo, le decían a Mary lo que yacía para los más importantes para el reino.

 

Y aunque, estaba el futuro de una persona que estaba encontrando difícil leer.

 

Esa persona era el nieto del Duque Clockford, el hombre más influyente en el reino— el príncipe Felix Arc Ridill.

 

Había heredado la belleza de la difunta segunda reina, lo cual había cautivado a muchos en la elite de la sociedad. En la escuela, constantemente logró excelentes notas y sus habilidades en esgrima y montar a caballo eran de primera. También estaba familiarizado con culturas y lenguajes de otras naciones; de hecho, había logra el éxito en diplomacia.

 

Todos quienes lo conocían decían que era seguro que se convertiría en un sabio gobernante, recordado por las generaciones vinientes.

 

Mary había tenido la oportunidad de verlo varias veces durante ocasiones sociales. Era un hombre de gran calibre. Tampoco era un asunto de apariencias— sus modales y carruaje eran esplendidas también.

 

Tal increíble persona debió haber nacido bajo las más brillantes estrellas— y por alguna razón, no podía verlo.

 

Encima, podía ver varias luces astrales. Predecían un gran evento en el futuro cercano del reino. Pero su parpadeo aún era débil, y Mary no podía predecir lo que significaban.

 

[¿Qué es lo que yace adelante…?] Murmuró. No había nadie alrededor para responderle.

 

La bruja que podría leer las estrellas bajó sus pestañas plateadas y liberó un sombrío suspiro. 

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