Full width home advertisement

Post Page Advertisement [Top]

 

Capítulo 1
La Bruja No Puede ser Encadenada

 

Los muros de la oficina del director de los cuarteles generales estaban alineados con retratos encuadrados— los rostros de los “Dos Grandes Nobles.” Cada uno de ellos tenía ojos dorados, inquietantes como los de un gato. Desconcertantes como eran, estaba prohibido quitarlos.

 

[¡Felicitaciones, Rogue! ¡Deberías estar agradeciéndome!]

 

El director de la Oficina de la Rama en la Capital Real de Elayl— que era el título de Velladonna. Siempre entregaba las noticias abruptamente.

 

[Muchas gracias.]

 

Él se reverenció formalmente.

 

Viendo esto, Velladonna hizo atrás su cabello dorado como si lo luciera.

 

[Fui la que personalmente te recomendó, ¿sabes? Incluso con tus logros, las cosas no hubieran salido tan fácilmente. La Familia Drakenia es estricta con sus evaluaciones—]

 

Su voz era enfermamente dulce.

 

Los dos botones de su blusa estaban desbotonados, revelando tentadora lencería. El rumor decía que había llegado a esa posición a través de “coloridos medios.” Claro, no era una posición que alguien pudiera alcanzar solo por “coloridos medios.”

 

Los “Dos Grandes Nobles—” compuesto de las familias Lighton y Drakenia— cuidaban de la <Oficina de Crímenes Mágicos>, con la última al mando. La Familia Drakenia defiende una implacable meritocracia, sin dejar espacio para la incompetencia. Era conocimiento común que investigadores corruptos eran exiliados a las frías tierras del este.

 

[Sí.]

Él asintió sin sonreír.

 

[¡Deberías estar más agradecido—!]

 

[Muchas gracias.]

 

[¡Más—!]

 

Él alejó su mirada mientras Velladonna alzaba su voz. Por fortuna, su expresión no se había oscurecido.

 

[Muchas gracias.]

 

[¡Ugh, eres tan frustrante! ¡Puedo comerte—!]

 

Velladonna presionó sus manos a su pecho mientras lo decía.

 

Rogue parecía quedar en sus estéticas preferencias. Su favor lo había ayudado muchas veces— incluyendo su promoción. Era lo mejor no oponerse a ella.

 

Sus ojos se movieron a la ventana, donde su reflejo como investigador le hizo mirar atrás.

 

Ojos rasgados, una boca aún llevando rastros de infantiles, y la altura que le había hecho ganador de incontables bromas en la academia— ¿Cuántas veces lo reconocerías como un investigador en las calles? El abrigo de piel cocido que usaba fue comprado solamente para intimidar criminales, aunque sea levemente.

 

[También te gustaría ser comido por mí, ¿verdad, Rogue? ¡Rawr!]

 

Velladonna puso una juguetona pose, pero Rogue ni se inmuto.

 

[Por favor, deje las bromas, Director.]

[¿Oh? ¿En serio?]

 

[Sí.]

 

[Pero en el fondo, una pequeña parte de ti lo quiere, ¿verdad? ¿Hm—?]

 

[No, Directora. Por favor, procesada con lo que nos compete.]

 

[¿A quién le importa? Todos los hombres son solo bestias hambrientas. Cuando les tiras el cebo, solo irán a por él desesperadamente. Solo menea la cola como un buen idiota, bastardo denso.]

 

[Directora, ¿qué fue eso?]

 

No había entendido la última parte y pidió una aclaración.

 

[Oh, nada—]

 

Velladonna infló sus mejillas, a pesar que la expresión no le favorecía. Justo como Rogue pretendía no darse cuenta, su terminal sonó.

 

[¡Holisss, es Vella—! Sí, sí…]

 

Respondió en su usual tono meloso.

 

[Mhm, otra víctima, ¿huh?]

 

Asintió con la llamada— probablemente de su superior, alguien más allá del rango de Rogue. Espero en silencio hasta que—

 

[¡Bien—! ¡Vella se ocupará de ello! Bye-bye… Ugh, deja de pasarme tus problemas, bastardo.]

Su voz de pronto cayó a un susurro.

 

Rogue se puso rigido.

 

[¿Ocurre algo…?]

 

[Oh, nada que te importe, llindooo—]

 

Aunque, descansando su mentón en su mano, tomó una pluma de su lugar. Cualquiera que haya sido el problema que se le confió, se aseguró que se escuchara su gruñido. [Ugh, qué fastidio…] Fue un penoso intento de evadir la realidad.

 

Mientras mantenía su expresión vacía, un rayo de luz se encendió en sus ojos— el reflejo de algo en su monitor. Aunque solo brilló por un segundo, Rogue lo reconoció.

 

¿El caso del <Recolector de Vidas>?

 

Un misterio sin resolverse de alto perfil ahora tomando el interés del público. Había oído rumores acerca de ello.

 

Dos meses antes, un cadáver anómalo había sido descubierto en el distrito comercial Dilo. La identificación fue rápida gracias al ID de la víctima.

 

Jim Foley— un oficinista de 25 años sin registros criminales, un ciudadano modelo. Las investigaciones resultaron que no había nada contra él. Tampoco tenía un mal historial médico; perfectamente saludable.

 

Aunque, Jim había muerdo de “vejez” en un callejón.

 

Su piel estaba tan arrugada como una momia, sus extremidades secas como palos. Lo peor, su rostro estaba retorcido por el terror y la agonía, básicamente irreconocible para su familia.

 

Sin rastros de <magia> encontrada en la escena, pero las autoridades lo clasificaron como homicidio. ¿Alguien de 25 años muriendo por vejez? Eso era imposible sin la <magia>.

 

La investigación en la persona que usó la magia— tomada como el <El Recolector de Vidas> empezó.

 

Sin embargo, a este día, el culpable no había sido encontrado, y no hubo progresos.

 

[Bueno, si el Director insiste, entonces que así sea…]

 

Como sea, Rogue se dispuso a dejar el trabajo de campo para mañana. Incluso si había una conexión, sería manejado con sus subordinados. No hay necesidad de preocuparse.

 

Justo mientras pensaba eso, el gruñido de Velladonna se detuvo. Estaba mirándolo.

 

[¿Qué pasa…?]

 

Ella sonrió pícaramente.

 

[Hey, ¿Rogue—? Estabas pensando que esto no te involucra, ¿verdad?]

 

[No…]

 

[Puede—]

 

Se puso a reír. Rogué no estaba alegre.

 

[Directora, ¿exactamente qué me involucra?]

 

[¿Oh—? ¿Quieres que te lo diga—?]

 

[No. Estoy bien.]

Preguntar directamente se sentía como reconocer la derrota. Pero justo mientras trataba de cambiar el tema— Velladonna movía su cabeza, hombros agitados. Había sido incapaz de esconder dicha— no, estaba burlándose de él.

 

¿Qué estaba tramando?

 

O peor— ¿el plan ya había estado en acción? ¿Se estaba riendo porque estaba por revelarlo?

 

Al momento que hizo click, Velladonna dramáticamente arregló su cabello y se paró—

 

[¡Serás transferido a la Isla Navaco! ¡Felicitaciones, Investigador Rogue!]

 

Ella aplaudió emocionada.

 

[¿Qué?]

 

La grosera respuesta salió, pero Velladoona continuó sin inmutarse.

 

[¡Navaco es encantadora—! Las bebidas son deliciosas, y… ¡Oh! ¡Los tragos son deliciosos! ¡Y— espera, los shots son realmente deliciosos!]

 

¿La Isla Navaco—?

 

La sangre de Rogue corría.

 

Una isla “natural rica” con cerca de 500 residentes, treinta minutos desde la isla principal en bote. ¿Qué tipo de crimen pasó allí? No— no era acerca de evitar criminales. Era un exilio obvio.

 

Se imaginó trabajando allí.

 

 

Ayudar a los ancianos locales con dolor de espalda, ocasionalmente ser alimentado con dulces, pasar días sin nada que hacer. La pura mundanidad lo acabaría hasta que lo aceptara. Lo más que lo imaginaba, más claro se volvía— Navaco era una pesadilla. Su voz lloraba.

 

[Director, no puedo aceptar eso. Cuál es la razón—]

 

[¡Oh, vamos—! “El hogar es dónde lo haces,” ¿cierto? Además, un asesino serial asecha en la noche.]

 

[Es absurdo—]

 

[Claro que es una mentira—]

 

Interrumpiéndolo, Velladonna sonrió como una madre mimando a su hijo juguetón. En ese instante, Rogue supo que la Resistencia era inútil.

 

[¿Hay alguna manera para cambiar esto?]

 

Prácticamente gruñó. Presionando su dedo en sus labios, dijo:

 

[Hm— Viéndote tan miserable casi me hace reconsiderarlo…]

 

Sus ojos pasaron por su cuerpo— lenta, pero deliberadamente— antes de lamer sus labios y soplar levemente en su oído.

 

Pálido, Rogue observo su sonrisa profundizarte.

 

[Puedo hacer este trato… pero tristemente, hay otra opción—]

 

[¿Cuál es…?]

 

Él apenas lo dijo.

[¿Has oído del Sexto Recinto?]

 

Él pensó torpemente.

 

[¿El Sexto Recinto?]

 

La capital solo tenía hasta el Quinto Recinto. Nunca había escuchado del Sexto.

 

[Directora, ¿es seria?]

 

[¡Qué patán! Claro que sí.]

 

[Entonces por qué—]

 

[No se supone que investigadores ordinarios lo sepan. Pero sí oficiales de alto rango como yo— Existe.]

 

No tiene sentido.

 

Su incredulidad debió haberse mostrado, pero Velladonna golpeó su escritorio indiferente.

 

[Es una división ultra secreta. Maneja casos también… especial para recintos normales.]

 

[Ya veo.]

 

[¡Así que—! Serás temporalmente asignado allí como Jefe. No es un mal trato, ¿cierto?]

 

Si es cierto, no era solo “mal,” era un sueño. Jefe es el rango administrativo más alto, controlando a cientos de investigadores, lejos de las líneas frontales sangrientas.

 

La autoridad que se le concedía era inmensa.

[Eso suena casi demasiado bien. ¿Puedo preguntar una cosa?]

 

Rogue habló.

 

[¿Oh? ¿Qué pasa—?]

 

[Mencionó “deberes especiales.” ¿Exactamente debería hacer?]

 

A medias, presionó—

 

[Tan listo como siempre—]

 

Velladonna sonríe levemente. Luego, deliberadamente ajustando su asiento en la silla, dijo:

 

[Eso es. Nos están presionando los de arriba— “Date prisa y atrapa al Recolector de Vidas,” dicen. Bueno, si no quieres, está bien. Pero ¿qué crees? ¿O quizás prefieres ir a Navaco? Ser agradecido por tus mayores no es tan malo, ¿sabes? Una persona joven como tú dispuesta a hacer labor manual seguramente sería recibida con los brazos abiertos—]

 

Cruzando sus piernas elegantemente, dejo la pregunta.

 

Si Rogue se rehusaba, así es como terminaría. Las decisiones de Velladona eran rápidas. El ya había visto por las muchas víctimas caídas. No podía permitirse seguir su ejemplo.

 

[Directora.]

 

Rogué habló con gravedad y Velladonna inclinó su cabeza.

 

[¿Mmm—?]

 

[¿Dónde está localizada la estación?]


Al final, Rogue no tuvo más que decir esas palabras.

 

_________________

 

El Imperio, el cual ocupa la parte baja del Continente Dean, tiene una capital, Elayl, formada casi como una luna creciente. Colocada al borde del continente, se maneja como el corazón del comercio extranjero y economía del Imperio.

 

Dividido en nueve distritos, la ciudad tiene el océano a la izquierda, un distrito comercial de altos rascacielos en su centro y colinas que se adentran en sus partes altas. A veinte minutos en carro desde los cuarteles de la Oficina de Investigaciones llegas a esas colinas, donde el clamor urbano se desaparece como si nunca hubiera existido, reemplazado por una gran área residencial.

 

El edificio que Rogue buscaba se localizaba al final del distrito.

 

Parecía como una iglesia— o más bien, lo sería, si no fuera por los gruesos matorrales invadiendo sus muros, el decaído exterior, y el hecho que también pudo haber sido abandonado hasta las ruinas. Pero la localización designada estaba aquí. ¿Se le había dicho a Rogue antes, pudo haberlo confundido?

 

No es que la apariencia acabada importe mucho para el trabajo. Velladonna había dicho que el Sexto existía en la oscuridad— al parecer por razones confidenciales, aunque esa explicación se sentía dudosa.

 

Al entrar a la iglesia, Rogue se congeló.

 

En lado izquierdo del pulpito estaba una puerta. Una pesada puerta de hierro, forzada en esta derrelicta capilla.

 

Entonces, una voz sonó.

 

[Debes ser Rogue Macabesta, el investigador.]

 

Sonaba como la voz de una pequeña. ¿Había una persona en alguna parte? El sonido resonó con rareza.

 

[Sí, soy yo…]

 

Como si entendiera su respuesta, la voz respondió de inmediato.

 

[Por favor, espere donde está. Ahora verificaremos su identidad.]

 

Pero nadie apareció. ¿Había una cámara oculta?

 

Rogué esperó como se le dijo— hasta que de pronto, la puerta se abrió. En silencio, y lentamente, se retrajo dentro del muro, revelando un elevador de varios metros.

 

[Identidad confirmada. Por favor, entre.]

 

Siguiendo la dirección de la voz, Rogue entró al púlpito. Mientras llegaba a dónde la puerta de hierro había estado, las puertas del elevador se abrieron. El interior era espacioso— más de lo necesario para una persona— con muros, suelo y techo blanco. Se sentía totalmente aislado de todo el exterior.

 

Ninguna otra instrucción llegó.

 

Luego de mirar atrás, Rogue abordó el elevador.

 

Pero mientras las puertas se cerraban, una sofocante intranquilidad acechó. Pensó que había aceptado esto, aunque las dudas seguían. El subterráneo. ¿Trabajar aquí abajo es feasible? Para un oficinista, quizás. Pero Rogue era un investigador. No podía quedarse recluido para siempre.

 

El descenso se sintió eterno. ¿Cuán profundo vamos? Mientras Rogue empezaba a preguntarse si el tiempo mismo se había ralentizado, las puertas se abrieron abruptamente.

 

 [Ha llegado.]

Pisando el umbral por la prominente voz, Rogue se encontró con un vasto y abierto lugar.

 

Unas cuantas mesas redondas y sillas estaban esparcidas, algunas ocupadas. El área estaba al aire libre, permitiendo la vista de los otros pisos. Cada nivel tenía elegantes puertas trazando su perímetro con rieles de vidrio encerrando los pasillos. Sin nada. Sin pintura.

 

El inesperado interior de la estación contuvo la mirada de Rogue— hasta que se dio cuenta de algo.

 

¿Dónde están los otros investigadores?

 

Incluso si tenían prisa, alguien debía estar allí. Aunque, a la vista, no había un solo adulto.

 

¿En qué estaba pensando Velladoona? Quedarse parado no ayudaría, así que Rogue se movió— solo para encontrar a una chica de lentes en el centro del salón. Su pálida piel y oscuros ojos denotaban una delicada, pero perfecto rostro.

 

[Bienvenido al Sexto Recinto, Investigador Rogue. Soy Rico Raina, la encargada aquí. Si necesita de algo, por favor no dude.]

 

Se inclinó, pero una cosa que dijo quedo en la mente de Rogue.

 

[Investigador Rogue.]

 

No “Jefe.” Así es cómo se dirige a él.

 

[Rogue está bien… Hay unas cuantas cosas que me gustaría preguntar—]

 

[Claro.]

 

[¿Realmente es el Sexto Recinto?]

Rogue examinó el salón.

 

Algunos sentados en sillas, otros recostados en la pared leyendo libros y algunos metidos en los pisos superiores. Un conteo rápido dejaba los números en doce. Y los doce eran jovencitas. Nada acerca de ellas decía “Oficina de Investigaciones de Crímenes Mágicos.”

 

Aunque Rico asintió.

 

[Sí, esta es indudablemente el Sexto Reciento.]

 

[Se me dijo que sería el Jefe… ¿Dónde están los otros investigadores? ¿Todos están afuera?]

 

[Eres el único aquí con autoridad investigativa. En ese sentido, llamarte Jefe es correcto, Investigador Rogue.]

 

Sus palabras fueron fatales, dadas con ojos sin vida.

 

Una onda de frialdad le golpeo.

 

[¿Quiénes son estas personas…?]

 

[Prisioneros.]

 

[¡¿Prisioneros?!]

 

¿Por qué estarían dentro de una estación? Una serie de preguntas surgieron, pero Rogue las contuvo, preguntando solo la más crítica:

 

[Fui enviado aquí por la Directora para investigar al Recolector de Vidas— no para cuidar de criminales. ¿Puedo siquiera trabajar aquí?]

 

Incluso mientras bajaba su voz, Rico se mantuvo inmutable.

[No habrá problema. Mientras sean prisioneros, esos individuos son especiales. Permítame presentarlos. Vamos a movernos.]

Ella caminó hacia las chicas.

 

Frunciendo el ceño, Rogue siguió, su recelo creciendo con cada paso. Todo el intercambio se sintió ensayado, como si estuviera practicado.

 

Pronto, se detuvieron ante una chica que tenía toda una mesa redonda para sí sola. A pesar de la promesa de Rico de instrucciones, los ojos de la chica se mantuvieron cerrados, su respiración incluso— como dormida. Aunque Rico igual habló, sin molestarse.

 

[Ella es Miseria. Se especializa en interferencia mental mágica, capaz de transformar a humanos en “muñecas.” Su nombramiento, el “Demonio Marionetista.” En el pasado, mató a un miembro de la familia imperial— junto con cada guardia en las cercanías, transformó a todos en marionetas.]

 

La chica en cuestión se sentó con las piernas cruzadas, mejilla apoyada en su mano, se quedaba inmóvil. Usaba una chaqueta y falda blanca, su largo cabello blanco se esparce por la mesa y sus piernas.

 

A diferencia de su abrumadora apariencia pálida, se veía como una chica ordinaria. Nada fuera de lugar.

 

Aunque los instintos de Rogue gritaban. Una chica ordinaria. Eso es lo que debió haber sido. Pero para el momento que empezó a buscar en sus recuerdos, fue demasiado tarde.

 

La voz de Rico llegó a los oídos de Rogue, lenta y deliberadamente:

 

[Y bajo las medidas judiciales especiales, su fecha de ejecución ha sido establecida a seis mil años desde ahora. Como decretada por el Noble Consejo—]

 

Los latidos de Rogue rugieron.

 

[—ella es la Bruja Treceava.]

 

Esas palabras finales transformaron la inquietud a certeza.

 

[¿Qué acabas de decir…?]

 

La voz de Rogue salió.

 

Rico incline su cabeza.

 

[¿Lo escuche mal? Esta información se Alinea con lo se enseña en el pensum de la Academia de Investigadores.]

 

[Lo sé…]

 

[¿Hay un problema? ¿Respecto a la Bruja Miseria?]

 

[Se supone que las brujas estén en Undeworth. ¿Por qué una está aquí?]

 

Rico levantó su mano izquierda, señalando a la puerta de arriba.

 

[Ah, se refiere a la Prisión Fuerte Undeworth. Despreocúpese— este lugar también es un Undeworth. Como los otros, está protegida por grandes barreras de gran escala mágica y hechizos anti detección, junto con los sistemas de vigilancia de última generación. Ingreso no autorizado es imposible.]

 

[¡Eso no es lo que estoy preguntando!]

 

La voz de Rogue se endureció involuntariamente.

 

[¡¿Por qué hay una Bruja a sus anchas aquí?!]

 

¿Esta tipa lo entiende? Si una Bruja lo deseaba, todos aquí— Rogue incluido— podría ser eliminado en un instante.

Antes que la magia se esparciera a las masas, las Brujas existieron en el Imperio. Verdaderos monstruos, llenas con magia, agiles e imparables. Aparecieron sin advertencia, dejando cada gran devastación catastrófica a su paso.

 

Algunas evaporizaron ciudades enteras sin rastro. Otras crearon cientos de miles de muertos. Incluso hubo incidentes donde miles desaparecieron de un rato al otro— prueba que las Brujas no eran solo cuentos de hadas.

 

Aunque—

 

La mayoría de ciudadanos hoy probablemente no podían comprender lo peligrosas que eran. Al final, las Brujas habían sido reducidas a solo cuentos de miedo— “Si te portas mal, una Bruja vendrá por ti.” Sus atrocidades ahora solo eran lejanas distantes, suavizadas por el tiempo.

 

Justo mientras Rogue se tensaba—

 

[Ah, ¿has despertado, Miseria?]

 

A las palabras de Rico, Rogue se puso rígido. La chica llamada Miseria lentamente abrió sus ojos. Largas pestañas se alzaron antes de levantarse por completo.

 

[Oh vaya. ¿He dormido demasiado otra vez?]

 

Murmurando para sí, giró su rostro hacia ellos.

 

Sus ojos eran de un azul oscuro sin fondo.

 

Por un momento, Rogue sintió ahogarse en ellos— como un hombre perdido en el océano, gritando por ayuda, totalmente inútil.

 

Gitándose esa sensación, Rogue observó sus rasgos esculpidos como los de una muñeca. Su rostro era impecable, su gargantilla encaja bien con su impecable piel, su cabello blanco brillando bajo las luces. En otra era, debió haber sido adorada.

 

 

Pero antes de saberlo, Rogue estaba caminando hacia atrás.

 

[No hay necesidad de temer. Todos somos humanos.]

 

La chica de Cabello blanco le sonrió con una clara voz risueña. Las palabras fueron dichas tan casualmente que se quedo congelado por un momento, estupefacto. Luego, lentamente, vergüenza y enojo brotaron dentro de él.

 

[¿Humano…? Brujas—]

 

[Vaya, vaya, espera. Empecemos con las presentaciones, ¿verdad? Soy Miseria. Una prisionera del estado. ¿Y tú eres?]

 

Interrumpida a media oración, apretó sus dientes.

 

[Rogue… Rogue Macabesta.]

 

La chica sonrió otra vez.

 

[Hm, Rogue-kun. Así que has sido asignado al Sexto Recinto— ¿Algún pensamiento? Como, digamos… ¿querer empujar a Velladonna de un barranco?]

 

Le tomó un segundo procesar su agitación.

 

[Hey, ¿cómo diablos una bruja como tú conoce a la Directora?]

 

En Undeworth, no se suponía que las brujas supieran algo del mundo exterior— vivían como cadáveres vivos. Pero lo hacía sonar que Velladonna y esta bruja— Miseria— eran conocidas.

 

[Hmm.]

 

[Rico. ¿No se le dijo nada a este pobre principante?]

¿Decir?

 

[H-Hey—]

 

Rogue trató de intervenir, pero Rico inclinó su cabeza, aún viendo a la chica.

 

[¿Así es? Asumí que la Directora Velladonna le había explicado todo antes de enviarlo aquí.]

 

La forma en que hablaban parecía que compartían un entendimiento silencioso. Luego de un momento, como si llegara a una conclusión, Rico se giró a él.

 

[Parece que hay un malentendido, Investigador Rogue. Permítame explicarle un poco del Sexto Recinto. Este es un equipo que investiga casos junto a los grandes pecadores— las brujas. Como tal, estará supervisando su cooperación y resolviendo casos con su asistencia.]

 

Por un segundo, su respiración se detuvo.

 

¿Investigar con las brujas? ¿Están dementes?

 

Y por qué diablos Velladonna le cargaría esto sin siquiera—

 

Luego entendió. El caso de asesinato estancado. La presión llevada por sus resultados de sus superiores. En la Oficina de Investigación, el más mínimo paso en falso podía ser falta. Así que claro, usaría cualquier peón que estuviera disponible— especialmente uno tan terco como él.

 

Si no hubiera rechazado esa promoción, ¿estaría en este desastre? Rogue maldijo a su propia elección.

 

Justo mientras su visión empezaba a oscurecerse, Rico habló.

 

[Perdón por apresurarte, pero ¿podemos proceder?]

Apretando su mandíbula, asintió.

 

[¿Qué más…?]

 

[La Directora Velladonna dejo instrucciones. Estaba planeando en decirle una vez las cosas se calmarán, pero…]

 

[Escúpelo…]

 

[“¡Heey, Rogue! ¿Cómo vas? ¡Es tu amada Velladonna!”]

 

La voz de Rico de pronto se puso enfermizamente dulce.

 

[¿Q-Qué diablos?]

 

[Esas fueron las exactas palabras de la Directora. Insisitó que te las entregara literal.]

 

[Tch… ni siquiera voy a preguntar…]

 

Rico continuó.

 

[“Así queee, necesito que tomes a esas brujas y caces al “Recolector de Vidas, ¿sí? La cosa es, el Sexto Recinto tenía un líder antes, perooo, jodió a las brujas. Pero no podemos dejar un espacio en la investigación, ¿ciiierto? ¡Así queeee, pensé que— hey, quizás nuestro as, Rogue-kun, puede manejarlo! Suena bien, ¿Roguuue? Hazlo rápido, ¿sí? Si no… te quedarás metido jugando a la casita para siempre con las brujas- ¡Oh! Debo ir— hora de reunión. ¡Niñatos!” Eso concluye el mensaje.]

 

Con eso, Rico se inclinó. [En cuanto a hoy, oficialmente se le asigna como Jefe del Sexto Recinto. Esperamos su liderato, Investigador Rogue.]

 

En su mente, pensó cada maldición imaginable para Velladonna.

 

Justo ahora, probablemente podría golpearla. Así de injusto era.

 

Cuando miró atrás, la chica de cabello blanco estaba sonriente.

 

[¿Te sientes mejor?]

 

[Sí, poco mejor.]

 

Respondió sarcásticamente, pero su sonrisa no dudo.

 

Entonces, una voz entre las brujas susurró. [Ugh, ¿otra vez esto?] Pudo jurar que había lástima en ello. ¿Los otros habían sido lanzados aquí así antes? Su mirada brevemente se dirigió a las brujas.

 

Notando su reacción, la chica de cabello blanco asintió.

 

[Bueno, la mayoría termina aquí contra su voluntad, justo como tú. Pero ¿no saber nada? Es la primera vez.]

 

[…]

 

Su ira hacia la directora solo creció.

 

[Parece que sabes muchos, ¿huh?]

 

[Claro. Al final, he sido la “entrenadora” últimamente.]

 

[¿Entrenadora?]

 

Cuando preguntó otra vez, la chica de cabello blanco dijo.

 

Sonrió, [Dicho simple, tu compañera investigadora. Has tenido de esos antes, ¿cierto? Aquí, está basado en el voluntariado. Por ahora, soy la asignada.]

 

Mientras hablaba, se levantó de su silla. Su largo cabello se meneaba, y para el momento que lo sintió, le estaba ofreciendo su mano.

 

[Me muero por trabajar contigo.]

 

[Sí…]

 

Se quitó su guante y tomó su mano. No había esperado calidez— sin sangre— pero su piel era sorprendentemente cálida. Más fría que las suyas, pero indudablemente viva. Quizás ese comentario “humano” no fue una mentira del todo.

 

Lógicamente, la Oficina no dejaría a incontrolables brujas sueltas en investigaciones. Sintió su tensión calmarse— hasta que otra voz intervino.

 

[¿Miseria? ¿Cuándo vas a matar a este?]

 

[¿Huh?]

 

[¿Huh?]

 

Retrajó su mano. ¿Matar?

 

[Mis disculpas. Disfruta asustar a las personas.]

 

[Oh por favor— ¡Llevaste hasta el suicido al último!]

 

Otra voz intervino.

 

La chica de cabello blanco sonrió como una niña atrapada en una mentira.

[Ahaha. Así fue cómo resultó. No quería matarlo.]

 

[¡Mentira!]

 

[¡Sinvergüenza!]

 

[¡Eres lo peor!]

 

Las brujas bromeaban, pero Rogue solo se quedo con una cosa. ¿Un investigador se asesinó a sí mismo?

 

Se giró a Rico.

 

[No jodas. No trabajaré con asesinos. Trae a la Directora.]

 

[Calma, Investigador Rogue. Tienen medidas de seguridad.] Él señaló a la bruja.

 

[Mira su cuello.]

 

Siguiendo su mirada, vio un collar negro alrededor de la garganta de la chica de cabello blanco. Revisando todo el cuarto, cada bruja usaba el mismo.

 

Rico explicó.

 

[Este es el “Collar”.]

 

[¿Collar?]

 

[Un tipo de herramienta mágica. Si alguna de tres condiciones se reúne, de inmediato mata al usuario. Primero: asesinato directo. Segundo: dejar los límites establecidos— los cuales, para ellas, es todo el territorio imperial. Cada parte del cuerpo cruzando cuenta. Y al menos—]

La chica de cabello blanco intervino.

 

[Excederse el límite de mágica permitida. Gracias a esto, solo podemos usar magia de nivel infantil.]

 

Ella sonrió, como divertida.

 

[Espera. Aún tienen manos, ¿verdad? Incluso sin magia, es un problema.]

 

Bolígrafos, cuchillos, dientes— si puden usar sus manos, los métodos son infinitos. Y la endeble apariencia del collar no inspiraba confianza. Incluso una chica probablemente podría romperlo.

 

[Con todo respeto, Investigador.] Rico dijo. [El Collar no puede ser removido. Solo se libera al lecho de muerte del usuario. Hasta entonces, ni siquiera una “Espada Mágica” podría romperlo.]

 

[Difícil, ¿verdad?]

 

La chica de cabello blanco asintió.

 

[¿Y se supone que eso me hace sentir seguro?]

 

[Hablando de— ¿No dijiste que llevaste a un investigador al suicidio? ¿Cómo aún estás viva?]

 

[Ah, sí, eso.]

 

[¿No cuenta como asesinar a una persona? ¿Por qué no estás muerta?]

 

[Las personas mueren de solo palabras, Rogue-kun. Algunas veces, las más inesperadas lo apresuran.]

 

[No esquives la pregunta.]

 

Bajando la voz, ella respondió en serio.

 

[Si el suicidio cuenta, la Oficina no podrá usarnos. Muchas personas irían por mucho para acabar con una bruja.]

 

[¿Esa es la excusa?]

 

 [¿Oh? ¿Infeliz?]

 

 [¡Claro! ¿Quién querría trabajar con brujas?]

 

[Qué cruel. Y aquí yo pensando que nos llevaríamos bien.]

 

[Para, bruja.]

 

Cuando Rogue dijo eso, la chica de cabello blanco le guiñó.

 

[No, en serio. Me gustan las personas como tú.]

 

Él suspiró.

 

[Lo siento, pero no puedo hacerlo incluso si me lo pides.]

 

[¿En serio? No creo que mi rostro esté mal.]

 

Ella se señaló.

 

[Ese no es el punto.]

 

[Eres tan malo.]

 

Antes que pudiera responder, la voz de Rico lo interrumpió.

 

Pero antes que pudiera responder, la voz de Rico lo interrumpió.

 

[¿Debemos proceder? La directora Velladona enfatizo la urgencia.]

 

Se puso rígido, pero agitó su cabeza. Nada de esto era justo.

 

[Si hubiera sabido que las brujas estaban involucradas, no hubiese venido…]

 

Rico inclinó su cabeza levemente.

 

[¿Así es? Te veías algo cómodo antes.]

 

[…]

 

[La directora ya arregló trasportarte a la Isla Navo. Puedes partir hoy.]

 

Sus palabras murieron. No había escapatoria de esto. Incluso si corre, la isla lo esperaba— el peor puesto para un investigador. Pero al menos aquí, aun puede investigar.

 

Rogue le dio la espalda a Rico y las brujas. Ya sea que trabajase con ellas o no, su trabajo no había cambiado. Tendría que hacer lo de siempre. Tomó un profundo respiro, azotó su pie contra el suelo, y levantó su voz.

 

[¡Tú tonto! ¡Tiempo fuera!]

 

Aunque las brujas en el salón respondieron. Todas emocionadas a su modo, como si las palabras de Rogue no les hubiera afectado.

 

[¡Oi! ¡¿Escuchas?! ¡¿No están usando “Collares”?!]

 

Incluso después de levanter su voz, las brujas no mostraron señales de moverse. Algo como, se sintió que se estaban riendo de él.

 

Mientras se quedaba allí estupefacto, una chica pálida se paró a su lado izquierdo.

 

[Rogue-kun. Solo estamos cooperando con la Oficina de Investigaciones como un favor. Estemos o no forzadas, si no estamos de humor, no lo haremos. Eso no cambia, “Collar” o sin “Collar.”]

 

Dijo eso.

 

[Mierda.]

 

Aterrizó en el peor lugar posible.

 

[Oh, no te vengas abajo, Rogue-kun. Tienes que investigar conmigo, ¿cierto? ¡Será divertido, lo prometo!]

 

La chica pálida se estiro para estirar su mano en su hombro, pero él la quitó.

 

Mierda…

 

Maldijo otra vez en su mente.

 

_________________

 

La capital siempre fue ruiodosa. No importa a dónde fueras, las bocinas de los carros sonaban. El tráfico avanzaba, pero su humor solo se hundía más. Investigar con las brujas— y en su primer día ser asignado al precinto. El futuro se veía mal.

 

[No tienes que ser tan frío.] La bruja dijo desde el asiento de pasajero. Rogue respondió sin mirarla.

 

[Cállate. ¿Siquiera conoces tu lugar?]

 

[Vamos, Rogue-kun. Trabajemos juntos.]

 

[¿Quién hará eso?]

 

[Vaya, qué cruel. ¿No está tu promoción en juego?]

 

[No es de tu incumbencia.]

 

[¿Oh? Al menos diría que me incumbe un poco.]

 

[¡Deja de joder, tú—!]

 

La bruja— Miseria— lo codeó en las costillas. Casi se dirige a un árbol al costado. Llegando de regreso al camino, respondió.

 

[Estás loca, Bruja. ¿Tienes idea alguna de cuánto cuesta mantener estos vehículos?]

 

[No es mi problema.]

 

[Estás demente.]

 

Miseria de lanzó a reír por sus palabras. Siguió riéndose todo el camino, como si estuvieran en un picnic.

 

¿Una bruja que se ríe tanto…?

 

Pero una bruja aún era una bruja— bajar su guardia no era una opción. Rogué cerró su boca, ignorando los intentos de Miserie a la conversación que llevaba. Llegaron a Dilo, el distrito comercial del Quinto Rencito, y entró de la calle principal a un callejón. Un cordón policial quedaba entró a la vista, así que se parqueó a una corta distancia.

 

Goteros quedaban de la temprana lluvia. La calle trasera no tenía iluminación, el aire era frío. Los muros estaban cubiertos de grafitis— un gran desastre de pintura.

 

Rogue salió del carro.

 

[Estamos aquí.]

 

[Buen trabajo, Rogue-kun.]

 

Miseria se quedó sentada, su mano derecha extendida, palma arriba, hacia la puerta del carro abierta.

 

[¿Qué estás haciendo?]

 

[¿No me vas a escoltar, Rogue-kun?]

 

[…]

 

Por un segundo, se preguntó si esta bruja fue contratada por Velladonna solo para jugar con él. No, no podía ser.

 

[Deja de joder. No necesitaste ayuda para entrar.]

 

[¿Oh? Solo porque no lo hiciste antes no significa que no debas ahora.]

 

[Deja de poner excusas. Te dejaré atrás.]

 

[Qué poco caballeroso.]

Finalmente, Miseria salió y se paseo con un toque de arrogancia.

 

[¡Muy bien! ¿Deberíamos iniciar la investigación?]

 

[Bájale. No es momento para tu show.]

 

Un oficial se paró cerca del cordón. Rogue avisto sus credenciales.

 

[Rogue, Investigador Especial bajo el mando directo del Jefe Principal Elayl. Esta es una consulta— un experto en “Rastreo Mágico.”]

 

[¡Entiendo!]

 

El oficial saludo y los dejo pasar.

 

Velladonna había dado credenciales falsas— probablemente porque mostrar a las brujas en la investigación sería malo para la Oficina. A Rogue no le importaba la precaución extra.

 

A la maleta, los ojos de Rogue se abrieron.

 

Sucumbía, como vacía. No había forma que una persona adulta estuviera dentro.

 

Sonriendo, lo abrió.

 

[Maldita sea…]

 

Su susurro estaba justificado.

 

Dentro estaba un niño. Sin cabello, envuelto en una enorme túnica, sus vacíos ojos veían a la nada.

 

“Crime-Fta” un florista de ochenta años. Aunque el DNA cuadra con el bebé frente a él. Las huellas prueban que era él.

 

Ocho décadas de vida, borradas sin rastros.

 

[Fascinante fenómeno.]

 

Miseria habló.

 

[La juventud, la vejez se revierte a la infancia. Hmm, impresionante magia. ¿Qué opinas, Rogue-kun?]

 

[Sin señales de forcejeo. Si el asesino borró todo rastro, la limpieza debió haber tomado mucho tiempo.]

 

[¿Y?]

 

[Incluso si esto está fuera de la calle principal, no puedes tirar un cuerpo aquí sin que alguien lo note. Probablemente… el asesino mató a la víctima en otra parte, limpió, luego transportó los restos aquí.]

 

Miseria palmeó lentamente.

 

[Excelente deducción. Como se esperaba de la nueva estrella de la Oficina.]

 

[¿Te burlas de mí?]

 

[Para nada. Tienes la razón. La verdadera pregunta es— ¿cómo lo trajeron aquí?]

 

[Ese no es el problema.]

 

[¿Oh?]

Ignorando su sonrisa, Rogue regresó al callejón cubierto de grafiti donde había llegado. Se detuvo.

 

[El asesino vino y se fue desde aquí.]

 

 

En el muro frente a él estaba un dibujo que parecía haber sido hecho por los delincuentes locales. Varios colores de pintura spray estaban regados por todas partes. En un rincón de su visión, vio a Miseria caminar lentamente.

 

[¿Te importa explicar?] Preguntó.

 

[Sigilo “Void Shift”. Permite mover el cuerpo fácilmente. Lo rocías y no quedan marcas.]

 

La magia requerida tampoco es “Encantamiento” o “Sigilo.” A diferencia de encantamientos instantáneos, sigilo retrasa la activación— perfecto para crímenes premeditados.

 

Miseria aplaudió otra vez, exagerada.

 

[¡Brillante! Luego todo lo que necesitas es remover la pintura.] Lo miró exasperadamente.

 

[…]

 

[¿Hm? ¿Cuál es el plan, Rogue-kun?]

 

Sin palabras, Rogue sacó su dispositivo de comunicación, marcando el contacto forense. Habrían tenido una lavadora a presión.

 

[Conseguiré las herramientas para limpiarlo.]

 

[¿Oh? ¿Mucha molestia? ¿Por qué no solo usar magia de purificación?]

[Es mi elección, ¿verdad?]

 

[Hmm. Ya veo.]

 

Aplaudió otra vez, como si algo encajara.

 

[Eres el “sin voz,” ¿verdad?]

 

[…]

 

Mientras Rogue estaba por presionar el botón de llamada, Miseria dijo.

 

[Bueno, no hay de otra. Usaré magia en cambio. En serio, debiste habérmelo dicho antes.]

 

Ella tomó el dispositivo de Rogue y lo regresó a su bolsillo.

 

[No voy a darle información personal a una bruja.]

 

[¿Oh? Pero ya conozco tu nombre, tu trabajo… ¿Me pregunto cuánto tiempo para que el “Método” te alcance?]

 

[¿Así que debería apoyarme en ti?]

 

[No necesitas ser tan duro. Somos compañeros ahora. Siéntete libre de preguntarme lo que sea.]

 

[No necesito tu ayuda.]

 

[Tsk tsk. ¿Seguro de eso? ¿Velladonna no quería este caso cerrado rápido?]

 

Su rostro era pura maldad. Le hervía la sangre a Rogue, pero se contuvo. Quizás estaba siendo terco. Entre más rápido terminara, mejor— para él, para todos.

 

Con gran esfuerzo, habló.

 

[Usa la magia…]

 

Miseria exhaló una risa.

 

[Con gusto.]

 

Ella sacó su mano izquierda, palma arriba.

 

[¿Qué estás haciendo?]

 

[Bésalo. Oh, y arrodíllate mientras me agradeces. Tienes un minuto.]

 

[¡¿Qué mierda?!]

 

Su mente en blanco.

 

¿Era seria? ¿En una escena de asesinato?

 

[¿Algún problema, Rogue-kun?]

 

[¡Pero que mierda!]

 

Estaba tan confundido que sus palabras se enredaron.

 

[¡E-Es una locura! ¡No tiene caso! ¡¿Cuál es el punto?!]

 

[Rogue-kun.]

 

Ella dio un paso al frente. Él dio un paso atrás.

 

[¿No crees que las personas necesitan razones para actuar? Incluso las cosas fáciles se sienten como una tarea.]

 

[¿Y-Y qué?]

 

Miseria dio otro paso al frente y Rogue dio otro paso atrás.

 

[¿En serio? No puede importarme menos si este caso se resuelve. La única cosa que quiero de esta investigación es “diversión.” Si me das eso, ayudaré con lo que sea.]

 

Sus ojos brillaron mientras teatralmente extendía más su mano.

 

[¿Diversión…?]

 

Un paso más atrás. Su espalda contra la pared. La mirada de Miseria se centró en sus ardientes pupilas.

 

[Exacto. ¿Entendiste?]

 

[Ni de cerca…]

 

[¿La negociación fracasó?]

 

[No digas eso…]

 

[Hm. Pero no estás entusiasmado. Quizás debería parar.]

 

Ella sonrió.

[Espera… Haré algo más. Dilo.]

 

[Veamos…]

 

Miseria levantó la mirada en profundo pensamiento, luego toco su mejilla con su dedo.

 

[¿Qué tal aquí? es más suave que la mano.]

 

[Tch. No se trata de la suavidad.]

 

[¿Hm? ¿Debería escoger un lugar más duro? ¿Qué hay de la frente? Incluso tu podrías quedarte con eso, creo.]

 

[…]

 

Al momento que se calló, Rogue lo entendió. Miseria no quería poner de rodillas a un investigador— quería ver el instante que alguien se retorciera de dolor o duda. Eso era divertido para ella.

 

[¡Mi…er…da!]

 

Pero darse cuenta de eso no significaba que podría resistir más. No importa cuándo luchara, ella lo llevaría a la humillación. Y si siguieran más tiempo, los otros oficiales podrían venir a verlos.

 

Apretando sus dientes, Rogue se agachó y se puso de rodillas.

 

¿Tengo que besarlo? ¿Aquí y ahora?

 

De cerca, la mano de Miseria era blanca puro, aunque teñida con un leve rubor vivo— brillante e inquietantemente vivo.

 

Es por la investigación...

Lo repitió para sí mismo. Esto era necesario.

 

Pero no importa cuánto lo racionalizara, no podía deshacer su dignidad.

 

________________

 

Rogué ardía hasta los huesos. ¿Por qué tenía que arrodillarte ante una bruja? ¿Por qué era forzado a hacer eso? Miró a la Fuente de su tormento.

 

[Vaya, qué adorable rostro, Rogue-kun. Un hombre sufriendo de verdad es un sabroso néctar.]

 

Miseria se arrulló, riendo tan fuerte que las lágrimas salían de sus ojos. Palmeó su hombro como si estuviera agradeciéndole, y eso lo enfermaba.

 

[¡Haré que te arrepientas…!]

 

[Lo espero con ansias.]

 

[Mierda— espera, eres joven también, ¿verdad? ¡¿Qué es un “hombre sufriendo”?!]

 

[Si te parezco joven, es lo que importa.]

 

Ahí es cuando se dio cuenta.

 

Cierto… Las brujas no tienen edad.

 

[Bueno, olvida eso. Arreglemos nuestro pequeño problema. vamos.]

 

La risa de Miseria se desvaneció como una luz apagada mientras se acercaba al muro.

 

[Oh carne abandonada en la eterna noche, hecha cenizas y se desaparece.]

Un hechizo mágico. El aire se retorció en respuesta. El muro ante ella brillaba, parpadeando ferozmente antes que la luz se detuviera— dejando una sustancia negra como lodo pegado en la superficie. Cuando el lodo dejo de gotear, el muro cubierto de grafiti ahora estaba limpio.

 

[Eso debería servir.]

 

[Tú… ¿Pensé que solo podías usar magia a nivel infantil?]

 

La relación entre la energía mágica y la hechicería era como los títeres: para manipular varias marionetas, necesitas varias manos. hechizos complejos demandaban grandes reservas de energía— aunque Miseria había realizado uno con la capacidad mágica de un niño.

 

[Oh, es solo porque mi control es excepcional. Siéntete libre de alabarme.]

 

[…]

 

Ignorando su sinsentido, Rogue estudió el muro.

 

Grabado en él estaba un sigilo de translocación espacial. Patrones geométricos tejidos de líneas carmesí, algunos desconocidos para él. Una complicada marca diseñada— except por un segmente restante. Probablemente removido deliberadamente. Sin él, el sigilo no funcionaría.

 

[Bastarda precavida.]

 

Rogue agitó su cabeza.

 

[Bueno, incluso si esta puesta es inestable, analizarlo debería revelar el destino.]

 

[Espera, Rogue-kun. ¿Has olvidado quién soy? Soy una bruja. Restaurar un sigilo es nada.]

 

Miseria levantó una ceja, sonriendo.

[¿En serio?]

 

[¿Por qué mentiría? Procedamos. ¡O lazo de sangre, surge de las venas de la madre tierra!]

 

Sus palabras tomaron efecto. El sigilo se puso rojo, latiendo como una cosa viviente.

 

¿Magia de restauración? Lo hace ver tan fácil…

 

[Ahora podemos saltar. ¿Debemos saludar a nuestro culpable?]

 

[Espera. Llamaré refuerzos.]

 

Al momento que habló, Miseria tomó su muñeca. ¿Por qué?

 

[No seas aguafiesta, Rogue-kun. Vamos a atraparlos— solo los dos. Para más placer, ¿no?]

 

Un mal presentimiento se me vino.

 

La sonrisa de Miseria se profundizó.

 

[Tú—]

 

Antes que Rogue pudiera protestar, se lanzó al muro— arrastrándolo con ella. Su visión se puso borrosa. Cuando sus ojos se abrieron, estaban parados en un cuarto oscuro. Una silla, un escritorio gris. Carteles yacían en el suelo. Una parpadeante luz fluorescente. Estantes llenos con todo tipo de botellas de drogas ilícitas, su pésimo hedor quedaba en el aire.

 

[¡¿Qu—?! ¡¿Cómo diablos—?!]

 

Un hombre parado congelado: obeso, cubierto en mantas, una botella aferrada en su mano izquierda.

Sus ojos se encontraron.

 

Luego— como si quitara su asombro— la mirada del hombre se endureció. Aun tomando la botella, metió su mano derecha en su bolsillo y saco una brillante pistola.

 

La mira quedo en la frente de Rogue.

 

Se tragó sus palabras para Miseria y apretó sus puños.

 

BANG.

 

El balazo agitó el aire. Rogue inclinó su cabeza a la izquierda— una botella detrás de él de destruyó. Él se movió. A quemarropa. Un golpe al hígado. El hombre se dobló como un papel, un jadeo contenido escapando de él mientras su cuerpo temblaba violentamente. Sus ojos se hicieron atrás mientras iba tras Rogue, peso muerto.

 

[¡Pesa—do!]

 

El pesado bulto del hombre inconsciente amenazaba con aplastarlo. El raro ángulo hacia imposible retenerlo, pero aun para un criminal, lanzarlo al suelo no era una opción.

 

Dientes apretados, Rogue lucho por mantenerlo en pie— hasta que la voz de Misiera intervino.

 

[Oho— ¡Impresionante, Rogue-kun! ¿Matar a un gigante de un golpe? Mereces halagos.]

 

[¡Cállate y ayúdame a bajarlo!]

 

[Ah mil disculpas. Soy bastante débil. Dudo que sería de utilidad.]

 

Su tono era dolorosamente poco sincero.

 

[¡Qué demonios!]

 

[Lo siento mucho. Te apoyaré, así que por favor perdóname. Sigue, Rogue-kun.]

 

[¡Mierda!]

 

Sus brazos y muslos gritaban mientras luchaba por colocar al hombre contra el muro. Al momento que el cuerpo entro al lugar, Rogue colapsó en el suelo.

 

[Hah… Hah…]

 

[Sin descansos, Rogue-kun. Conseguimos una nueva Fuente de información— es hora de la entrevista.]

 

[¡Los tienes bien puestos luego de no querer ayudar—!]

 

Rogué se levantó. Luego de asegurar el arma, abofeteó la mejilla del hombre.

 

[Hey. Despierta.]

 

[Ugh…]

 

Los parpados del hombre se levantaron.

 

[Vamos a la prisión. Pero primero— ¿Mataste a Crime?]

 

El hombre alejó la mirada.

 

[Me quedaré callado…]

 

[No tiene sentido demorarse. El rastro del sigilo viene hasta aquí.]

[…]

 

Rogue suspiró, revisando el cuarto.

 

[Con todas las drogas aquí, ¿cuántos años crees que recibirás? Habla y puedo bajar los cargos.]

 

[No lo sé…]

 

Rogue se paró. No hay rastros de culpa en los ojos del hombre, no importa cuánto presionara. Así que no es él.

 

[¿Cubriendo a alguien?]

 

[¡Tch!]

 

La reacción del hombre cambió al instante. Sudor bajó de su frente. Rogue señaló al escritorio.

 

[Ese asiento es poco para ti. ¿Tienes visitas?]

 

[Dije que no sé…]

 

[¿Cuántos cómplices? ¿Una mujer?]

 

[…]

 

El hombre bajó su mirada, sellando sus labios.

 

Una pérdida de tiempo.

 

Criminales mediocres se rompen fácilmente bajo presión. Pero ¿cometer crímenes para proteger a alguien? Una historia diferente. Requieren un enfoque metódico— arrinconarlos hasta que la resistencia fuera nula.

 

[Ayúdame esta vez. Nos lo llevaremos. La interrogación será en la estación.]

 

Rogue levantó al hombre, llevándolo hacia el sigilo— pero Miseria no siguió.

 

[Hey. Dije ayúdame.]

 

[Hmm. Qué aburridísimo.]

 

[¿Aburrido?]

 

[Hay muchas más formas dramáticas para sacar información. Tortura, digamos.]

 

Su usual tono casual hizo que levantara sus cejas.

 

[No seas estúpida. Es ilegal.]

 

[Ah, leyes. Que preciosas. Pero Rogue-kun—]

 

Ella ondeó su dedo sonriendo.

 

[No tengo obligación de seguirlas. Pero soy una bruja al final.]

 

Su rostro era tan dichoso que lo hacía querer reírse con ella, sin nada de hostilidad. Estaba completamente fuera de lugar en este cuarto apenas alumbrado. Sin embargo, podía sentir el cambio de atmósfera, y su espalda empezó a temblar. Era una clara diferencia. Se sintió como que el lugar donde estaba parado de pronto hubiera cambiado al frente de una plataforma de ejecución.

 

Miseria levantó su delgado brazo al cielo.


Entonces un show—

 

[Ahora, Rogue-kun. Empecemos con el show de marioneta.]

 

Snap.

 

[¡¿Q-Qué—?! ¡¿Qué está pasando?!]

 

Un temblor salió de Rogue. Se dio la vuelta.

 

El brazo izquierdo del hombre estaba levantándose— lento, anormal, como si entrelazara desde hilos invisibles. Se mecía torpemente, la danza de una marioneta.

 

[¡M-Mi brazo! ¡¿Qué hiciste?!]

 

El hombre se aferró a su brazo izquierdo con el derecho, pero no se detendría. Lo peor—

 

[Calma. No tomará mucho tiempo. Bueno, a menos que no te apresures.]

 

Por las palabras de Miseria, el brazo derecho también desapareció.

 

Se levantó— hasta que los dedos derechos se levantaron. No jodas.

 

[¡P-Para! ¡No podemos—!]

 

Miseria le sonrió al hombre pálido.

 

[Empezaremos con las uñas. Tú las quitarás. ¿Entendido?]

 

[¡N-No—!]

 

[Buchin.]

 

Se escucho un sonido con claridad.

 

[───────────────]

 

Los ojos del hombre estaban abiertos, su rostro lleno de sudor. No era que sus uñas hubieran sido quebradas— es que él mismo se las quitó. El dolor era algo que ni siquiera él podía lograr imaginar. Antes de saberlo, Rogue estaba viendo a la bruja.

 

[Para esto… Te regresaré a la prisión.]

 

[¿Hm?]

 

La mirada de Miseria, la cual había estado fijada en ese hombre, lentamente cambió a Rogue. Su adorable expresión se mantuvo sin cambios.

 

[Solo unas rondas más y puede quebrarse. Aunque, ¿quieres detenerme?]

 

[Nunca pedí esto para empezar…]

 

[Pero esta es la forma más eficiente, ¿no?]

 

[Solo para…]

 

[¿Es por tu orgullo como investigador? No hay nadie más aquí. Relájate— incluso si lo sacrificas, nadie lo sabrá.]

 

[Nunca escucharé a una bruja…]

 

[Mhm.] Miseia se sorprendió, descansando su mentón en su mano.

 

[¿Lo estás rechazando de una vez?]

 

[Como si lo fuera a permitir…]

 

[¿Significa que quieres salvarlo?]

 

Un chasquido de sus dedos resonó y la voz de Miseria cambió— más baja y pesada.

 

[Entonces te concederé tu deseo.]

 

Al mismo tiempo, el cuerpo de Rogue se congeló. De pies a cabeza, estaba paralizado completamente. Ni siquiera podía mover su mirada. La única cosa que podía hacer era tragar su saliva sellada dentro de su boca.

 

Ya la palmé.

 

No había señales de magia siendo invocada.

 

¿Cuándo diablos ella—?

 

Mientras su mente funcionaba, vio al hombre temblar, se acurruco en el suelo. Luego, sintió una presencia detrás de él antes que la voz de la bruja llegara desde arriba.

 

[Lo que estás por experimentar es lo que se supone que él soporte. ¿Debería explicarlo?]

 

Su voz, ahora animada en contraste de antes, estaba acompañada por la vista de una cierra entrando en su visión.

 

[Primero, le quitaremos un brazo y una pierna—]

 

Un taladro eléctrico apareció.

[Luego abrir unos hoyos en su estómago—]

 

Un hacha destelló en su vista.

 

[Y por fin, partir tu cráneo. Eres un gran héroe, tomando su lugar.]

 

Mientras la lista continuaba, la realidad empezó a sentirse distante. ¿Estoy soñando? Aunque, la mente de Rogue se concentró más. Esto es real. La bruja está haciendo esto— algún tipo de magia. Jugar con humanos como marionetas. El hechizo supremo del Demonio Marioneta.

 

Entre más pensaba, más atrapado se sentía.

 

En un acto de resistencia final, trató de morderse la lengua— sus dientes se cerraron en su boca—

 

[A-Ah, eres mi marioneta ahora.]

 

Incluso su boca estaba su control.

 

La bruja descansó su mentón en el hombro de Rogue, mirando a su rostro desde el costado. Era como si le hubiera leído la mente.

 

[Veamos esto hasta el final, ¿bien?]

 

Ella susurró directo en su oído.

 

Por sus palabras, su brazo derecho se movió solo, tomando el mango de la sierra presionado en su mano. Presionó la hoja contra la unión del codo de su brazo izquierdo y violentamente lo movió de un lado a otro. Su chaqueta y camisa se abrieron y sintió la frialdad del metal.

 

La hoja tocó su piel.

Al momento siguiente, perlas carmesíes se esparcieron levemente. No se detuvo. Las perlas surgían, cayendo, rebotando por el suelo. Mientras escuchaba el sonido de cada perla rebotar, el ruido se transformó en la voz de alguien.

 

[¡Hablaré! ¡Por favor, alto!]

 

[¿Huh…?]

 

Rogue se lanzó a su estómago, su mejilla derecha se presionó contra el frío suelo.

 

[Ah, buenos días.]

 

Al sonido de la voz, levantó la mirada. La chica quien lo había asesinado estaba aferrándose al respaldo de una silla, girando en su centro, su cabello se meneaba.

 

[Saliste de la larga siesta que tomaste. Me aburrí esperando.]

 

[¿D-De qué estás hablando?]

 

Sucumbió a sus pies. Miseria detuvo la rotación de la silla y sonrió.

 

[¿Qué? Fue un sueño. Ustedes dos solo estaban jugando felizmente en un pequeño mundo que prepare. No te preocupes— todo fue igual. Sin injusticias.]

 

¡¿Un sueño?!

 

Rogue tocó sus extremidades. Sin dolor, sin heridas. Aunque la agonía que había sentido hace rato estaba aún viva.

 

¿Así que nada fue real?

 

[Haha. Tu sorpresa es deleitosa.]

[¿Por qué harías eso…?]

 

[Por diversion, claro. ¿No fue interesante?]

 

Mirando a la sonriente bruja, Rogue miró al hombre sucumbir cerca. Apretó su mano izquierda, gimiendo débilmente.

 

[Bien, no me des esa mirada. Solo fue una broma. Aunque conseguí la información.]

 

[Te dije que no lo torturaras más…]

 

[¿Torturar? No seas dramático. Fue solo un sueño. Además, fui indulgente.]

 

[¿Indulgente?]

 

[Claro. Solo pude mantener el hechizo en marcha hasta que su mente se vino abajo. O puse haber usado otra técnica—]

 

Miseria se bajó de la silla y presionó un dedo en el temple del hombre. Al instante, gritó.

 

[¡E-Espera! ¡Dije que hablaría! ¡Lo prometiste!]

 

[Relájate. Solo una pequeña demostración.]

 

[Espera — ¡¡AAAAAAAAAH!!]

 

Antes los ojos asombrados de Rogue, Miseia alejó su dedo. El hombre dejo de gritar y colapsó como una marioneta con sus cuerdas cortadas.

 

[Lector de Recuerdos (Leer). Puedo ver la vida de otros, pero tiene una fea— va a los recuerdos directamente. Como hacer un puzzle con los ojos vendados. A este nivel, apenas leí algo y perdió la consciencia. Pero presionar un poco más y bueno— consigues una marioneta perfecta. ¿Entiendes? Escogí mi método.]

[…]

 

Un indescriptible sentido de derrota cayó en Rogue. Fue como si estuviera diciendo que podría resolver cualquier caso sin esfuerzo.

 

[¿Qué será, Rogue? ¿Debería intentar el acercamiento más sutil?]

 

Otra vez, Miseria lo observó, ojos fruncidos en molestia.

 

[Para… Sus recuerdos deberían ser destruidos.]

 

[Vaya, qué amable.]

 

[Cállate…]

 

No podía aceptarlo.

 

No la bruja, quienes trataban el sufrimiento de otros como nada más que un medio para un fin. Ni él, por sentir miedo incluso en este momento.

 

Mierda.

 

Mientras decía maldiciones mentalmente y se movía para levantar al hombre inconsciente, un sonido se le escapó.

 

[Qu—]

 

Las uñas del hombre estaban intactas.

 

[¿Desde cuándo…? ¿Desde cuándo fue un sueño?]

 

Murmuró, asombrado.

[Desde el momento que sacaste las leyes, tonto.]

 

La respuesta llegó al instante.

 

[¿Por qué…?]

 

[¿Oh? ¿Querías arrancarles sus uñas? Aún puedo hacerlo si insistes.]

 

Se sintió como un puñetazo en los huevos.

 

[Bruja…]

 

[Bruja-desu… Por cierto, ¿conoces una de mis cosas favoritas?]

 

Rogue no respondió.

 

En lugar, miró al rostro de la bruja sobre su hombro.

 

[Observa caer a personas como tú caer en la oscuridad. Alístate, Rogue.]

 

Su rostro era terriblemente hermoso.

 

______________

 

La luz destelló en el cuarto negro.

 

El Cosechador de Vidas, habiendo regresado desde el exterior, examinó a la presa atrapada esta mañana.

 

Sin señales de desorden. Sin intrusos.

 

No es que alguien pudiera encontrar este lugar—

 

Eso no servira. El Cosechador de Vida no es hostil. Así que hablara,

 

[No te preocupes. Tienes suerte.]

 

La confusión entró en los ojos de la presa.

 

[Tienes un papel importante. Uno que cambiará el mundo.]

 

Una luz de Esperanza— quizás pensando que sería usada. Pero malosentendidos era problematicos. El Cosechador de Vidas aclararon.

 

[Tu papel es llegar a Viejo. De marchitarte. De soportar hasta que tu vida se esfume. Ese es tu destino.]

 

La presa gimió, el sonido perforó a través de todo el lugar. El Cosechador de vidas se estiró y los gruñidos continuaron.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bottom Ad [Post Page]