Prólogo: Esos quienes aún son jóvenes

Prólogo: Esos quienes aún son jóvenes

La cálida luz del sol de primavera brilla sobre la 68ava Isla Flotante, donde una joven chica estaba cuidadosamente tendiendo una espada.

La espada era extremadamente larga, mientras la chica era alta. De vista, uno podía deducir que fue hecha de metal debido a la forma que la superficie reflejaba la luz. Para sostenerla en un mano era para sentir el inmenso peso de la hoja. Incluso un golpe desafilado partiría un sólido muro en dos – ese era el tipo de presencia opresiva que esta arma llevaba. Pero si uno le diera un vistazo de cerca, se verían grietas grabadas en la superficie. No era que la hoja estuviera rota en fragmentos, sino más bien que parecía haber sido hecho de la interconexión de metales filosos. Aún sólida, parecía como si fuera a hacerse en pedazos. Solo viendo la espada podías sentir intranquilo. Si esta arma fuera a ser movida, se haría pedazos junto al objetivo – no sería sorpresa si ignorasen la naturaleza de como se pensaba en una Kaliyon.

La chica usaba sus pequeñas manos para lavar un trapo en agua sacada de la fuente. Luego de estrujar el trapo, empezó a limpiar por la superficie de la espada.

Claro, en realidad no había manchas que sobresalieran de la hoja del metal brillante: solo había acumulado una capa de polvo gracias a estar guardada por un tiempo. Sin prestarle atención a los detalles, la chica sonrió mientras continuaba su trabajo. Limpia-limpia-limpia. Los lindos chirridos de los sonidos se mezclaron con el susurro de los árboles moviéndose en el viento.

[Lakish.]

La chica se dejó la limpieza y vio detrás de ella. Otra chica, 10 años como Lakish, tenía un aire aproximadamente de exasperación.

[¿Qué sucede?]

[¿Qué ‘qué sucede’? Es hora de comer. Nunca apareciste, por eso vine a llamarte.]

[¡…Ah!]

Lakish de prisa se levantó. Aunque estaba agitada, ella aún termino lo que pudo en una forma fashion. Desdoblando el trapo blanco, gentilmente envolvió a Seniolis, luego la coloco de lado. Limpió la toalla y la puso bajo el sol para secarla. El agua podía volverse a llenar de la fuente luego, por ahora la regare en el pasto.

[Perdón, continuaré luego.]

Lakish se inclinó a la espada, luego giro a la persona que vino a buscarla. [Gracias por llamarme, Pannibal. ¿Nos vamos?]

[Mm.] Pannibal parecía haberse hecho renuente al interés de la espada, lazo su cabello con una sutil expresión. [Sí, andando.]

Ella vio por un rato más a Seniolis, ahora loa envolvió dentro de la tela blanca, así empezó a caminar.

[…Quiero hacerte una pregunta rata.] Ella lo dijo luego de un tiempo, tomando unas cuantas ramas que recogió.

[¿Qué es?]

[Esa Seniolis, ¿no crees que es más bien repugnante?]

[¿…Eh?] Lakish no comprendió lo que Pannibal le preguntó.

[No me refería a hacer una pregunta extraña. Pero ¿no se dice que Seniolis le trae el peor destino a los que la blanden? ¿Y no fueron las vidas de Willem y Kutori arrebatadas por esa Arma Excavadora?]

Pannibal fue, jugueteando con sus ramitas. [Y eso significa… la siguiente persona en ser tragada… ¿no serás tú, Lakish?]

[Hm…] Lakish inclino su cabeza. [Sé a qué te refieres. Decir que no he pensado en ello sería mentir… pero… estoy segura que puede ser lo opuesto a lo que dices.]

[¿Lo opuesto?]

[Si lo ves así, no creo que Seniolis haga algo mal. Cuando alguien está en muchos problemas, ¿no les provee de una inmensa cantidad de poder?]

Pannibal dejo de caminar. Lakish se detuvo también, giro su cabeza. [¿Pannibal?]

[Vamos.]

[Ah, um, bueno… creo que Seniolis es un arma dura y gentil. Cuando estrás en tu fin, cuando estás sin poder, te ofrece una ligera oportunidad…]

[¿…En serio? ¿Eso crees?]

[Sí. No importa si Kutori, o Willem, incluso nuestros predecesores, los Braves Emnetwyte de hace 500 años – cuando estaban en su mayor pérdida, Seniolis les ayudo. No es una espada increíble que merece que todos le llamen salvadora.]

¿Puedes describir un objeto inanimado como un salvador? Pannibal no estaba tan segura.

[Un día.] Lakisk fue. [Estoy segura que enfrentaré un gran peligro al que estuve destina a enfrentar desde que nací, y entonces no tendré más que prestarle la fuerza a Seniolis. ¡Así que me alisto para ese día, trato de ser bueno esperando estar de buen humor!] Ella destello un signo de buena suerte.

[Huh…]

[¿E-Eso será mucho proceso?]

[…No.] Pannibal sonrió, arrojando las ramas en su mano. [Esa es la forma en la que piensas.]

[¿D-De verdad? Um, ¿puedo ser feliz por ello?]

Pannibal rió. [Esa reacción también es de ti.]

[¡Oh, ya veo! ¡Debiste estar realmente confusa pensado en todo eso!]

[¡Es grandioso que puedas actuar así de adulta!]

Las dos chicas empezaron a correrse, Pannibal se reía y Lakish movía sus pequeños puños mientras corrían hacia la cafetería del almacén de las hadas. Detrás de ellas un vendaval paso por la espada envuelta en el trapo blanco. Una esquina se descubrió revelando el radiante brillo de Seniolis como la luz del sol.