El Anacrónico Reloj Desgastado
Al día
siguiente.
Justo como lo
dijo, el Primer Técnico formó un gran equipo de 13 soldados y fueron hacia
abajo. Esos que se quedaron atrás ahora fueron forzados a continuar el duro
trabajo de las reparaciones de la aeronave para despegar con 13 pares de brazos
menos.
El equipo
regreso antes del atardecer. El Primer Técnico, se inflo de orgullo, mostrando
la ausencia de heridas en cada uno de los 13 soldados. Quizás el equipo había
sido excepcionalmente habilidoso, para regresar con una cantidad justa de
aceite.
Ahora,
hablaron un poco del Teimerre. Fundamentalmente criaturas sin forma, fueron
madurando rápidamente y tenían la habilidad de dividirse. También son las
únicas Bestias que nunca se encuentran en el cielo, aunque tiene una baja
frecuencia.
Cuando bajan a
la tierra, crean nidos por debajo. Una vez encuentras una cueva con espacio
bueno y humedad, se pagaban en muros y techos comenzado a multiplicarse.
Contrario a la repulsiva y aterradora apariencia de esos nidos, en realidad no
son tan peligrosos. Había más que solo unos casos de un salvador tropezándose
en medio del nido del ‘6to’ y salieron sin un solo rasguño. El Teimerre no
parecía molestarse por responder a uno o dos invasores, como si fueran una
molestia levantarse de sus confortables nidos.
No se sabe con
certeza que los lleva a accionar. Algunos incluso dicen que no hay tal cosa,
que las Bestias simplemente llevan la destrucción sin pensamiento o razón.
Aceptar esa hipótesis, no parecía como tratar de descubrir que los despierta o
que los mantiene dormidos.
—Sin embargo,
en realidad, esa creencia es incorrecta. Hay nuevas condiciones las cuales,
mientras no sean absolutamente necesarias, tienden a despertar al Teimerre de
su sueño. Por ejemplo, si un gran grupo de seres vivos empieza a acercarse.
Cuando una o más condiciones se cumplen, uno de los Teimerre despierta y busca
a su presa.
Sobre la
superficie de la arena, golpeados continuamente por el fuerte viento, un
pequeño se abrió.
Y entonces
otra vez.
Y otra vez.
Y entonces
otra, y otra, y otra, y otra, y otra vez, como si fueran burbujas de agua
hirviendo en la superficie.
Entonces, un
líquido empezó a filtrarse de cada uno de los nuevos hoyos formados.
En el antiguo
lenguaje Emnetwyte, ‘Teimerre’ significaba algo como ‘Miedo’. El tipo de miedo
que sale de alguna parte, multiplicándose sin fin sin que lo notes, luego
devora tu corazón, aplasta tu alma, y se traga todo. Ese tipo de miedo.
Ahora no hay
forma de saber cómo ésta especie de las 17 Bestias adquirió tal nombre. Quizás
la antigua escuela simplemente fue con la primera cosa que les llego a su
mente. Pero no importa cómo sea, las bestias conocidas como Teimerre
verdaderamente dan honra a su nombre.
Miles de
Teimerre empezaron a rasgar sobre la superficie arenosa en la tierra.
En los muros
del Plantaginesta estaba un desgastado reloj anacrónico. Dos delgados alambres
y manecillas ligeramente rotando en un cuadro de madera, el cual se había
deformado debido a la humedad de los años. De acuerdo a los miembros de la
tripulación que habían abordado esta gran nave, el reloj ya estaba malgastado
para cuando lo vieron primero.
Aparentemente,
el primer capitán del Plantagineta lo trajo abordo como un recuerdo de su
abuela. Y también, se decía que había una verdadera obra sentimental detrás del
reloj, pero uno no podía haber escuchado la verdad de la historia. Alguien
probablemente la hizo un rumor para entretener.
El desgastado
reloj ya no era más que un desgastado reloj. Apareció convenientemente esa vez
si mirabas arriba, nada más y nada menos.
En ese momento, la manecilla del reloj
indicaba las 6:26 P.M.
La primera
víctima fue un Ayrantrobos que por desgracia fue asignado a la limpieza de la
ventana. Él había estado luchando por limpiar la cantidad de arena pegada a la
ventana cuando sucedió. Él ni siquiera tuvo el tiempo para gritar.
En ese
momento, las manecillas del reloj daban las 6:28 P.M.
Mientras
caminaba por el corredor de la nave, el ebrio Tercer Oficial Reptrace notó un
extraño sonido viniendo de la ventana. Cuando fue a dar un vistazo, vio un
oscuro verde pegado en la ventada del lado de fuera. Y tal parece, ese verde
trataba de aplastar la ventana—no, más que el muro de la nave.
El Tercer
Oficial gritó.
Una gran
grieta apareció en la ventana.
En ese momento, las manecillas marcaban las
6:32 P.M.
Con una
explosión, el hechizo incinerador de la nave circulo a la vida. La tripulación
se dio cuenta que tenían que dejar la superficie lo más rápido posible. Cada
segundo importaba. Si lo hicieran tarde, todos serían consumidos por la horda
de arena cenicienta.
[¿¡Q-Qué
diablos es todo esto!?] El Primer Técnico grito.
Grick miro
fuera de la ventana. Más allá de la
oleada de arena, él pudo ver incontables siluetas como árboles esparciendo sus
ramas, tratando de picar al Plantaginesta.
[¿Qué diablos
significa esto? Es un grupo de Teimerre desde luego.] Grick respondió sin más
mientras rellenaba de municiones un arma. Claro, sabía que con eso no sería
capaz de matar a una Bestia. Además, sería mejor que irse con las manos vacías.
[¿V-Vamos a
estar bien encendiendo el hechizo incinerador así? Escuché que esa es la causa
que el Saxifraga cayera.]
El Primer
Técnico no se equivocó, pero el Saxifraga había sido atacado por el ‘4to’, el
que buscaba a su presa sintiendo sonidos y movimientos. El rugido del hechizo
incinerador tenía efecto básicamente por el grito ‘¡hey, estamos aquí!’ al
enemigo.
Sin embargo,
el Teimerre es diferente. Si sus ojos son buenos o sus oídos son buenos nadie
lo sabe, pero de alguna manera son capaces de localizar a cualquier ser
viviente y atacar. Conteniendo su respiración o jugar al muerto o esconderse en
las sombras no es algo bueno. Mientras que estés cerca y vivo, no hay
escapatoria de sus colmillos. Eso significaba que no importaba cuánto ruido
causara el hechizo incinerador, no tomaría ni un poco la atención del Teimerre.
Grick exactamente no estaba de humor para explicarlo al Primer Técnico, y
bueno, no había mucho que hacer haciéndolo de todas formas.
[¿Dónde están
las Armas Excavadoras? Para momentos como estos las trajimos, ¿cierto? ¡De
prisa y limpien este desastre!] El Primer Técnico gritó.
[No trates de
apartar los ojos de la realidad y pongas la responsabilidad en otros.]
La aeronave se
meció con fuerza y se inclinó. Los propulsores empezaron a girar. Al último, el
Plantaginesta se levantó de la tierra.
[¡Bien, esto
es bueno! ¡Aseguremos más altitud al máximo de velocidad y quiten a todas esas
cosas que se aferran a los muros! ¡Luego de eso, contamos con las señoritas!]
Sonidos de
desesperación se filtraron de la nave hacia afuera. Parecían ser más cercanos.
[¡Unos se
infiltraron en la nave! ¡Todos evacuen a un lugar a salvo!] Grick gritó.
[¡N-No sé qué
hacer! ¡Soy un técnico, no un oficial! ¡Está fuera de mi especialidad!]
[Oh, ¿¡así es
eso!?]
Si el Primer
Técnico planea abandonar su deber, solo hace las cosas más convenientes para
Grick. Él transmitió y emitió sus órdenes a toda la aeronave. Claro, esto también
estaba fuera de la especialidad de Grick, pero si nadie tomaba el cargo no
tendrían oportunidad de sobrevivir.
Las manecillas del reloj daban las 6:34
P.M.
Kutori todavía
no recuperaba la consciencia. Luego de desmayarse cuando escaparon del laberinto
de abajo, ella nunca más abrió los ojos. Ellos entraron a la nave y la metieron
a la clínica, tomaron al doctor, y él les contó todo para hacer que se
despertara.
Desde luego,
nada funciono.
Después de
todo, ella no sufría de ninguna enfermedad regular, y ella no tenía heridas
visibles. ¿Cómo podían esperar que el doctor tratara a alguien que parecía bien
por fuera? Él descubrió sangrado interno cerca del pecho, pero probablemente
fue causado por la interferencia de Willem, y no directamente relacionado a su
coma.
Willem se sentó
en el suelo a la par de la dormida Kutori, enterró su cabeza en sus manos.
Ahora que se llegó a esto, probablemente no tenga sentido tratar de reparar a
Lapidem Sybilus. La espada que tenía la habilidad de mantener la condición
mental y física del usuario, pero lo primero que requería es que el usuario la
active con Venom.
[…Qué hago…]
Willem gruño. Él
quería hacerla feliz. Pero desde que despertó del primer coma, ¿qué había sido
capaz de hacer? ¿Qué había hecho para guiarla a sus sueños? Él no podía pensar
en nada.
Es como que realmente no te importa ella,
¿verdad?
Willem sintió
escuchar una voz susurrando de un lugar oscuro muy profundo en su corazón.
Ella solo
atrapó su atención porque era la poseedora de Seniolis. No le importa Kutori.
La chica que quería salvar era Leila. La cosa que quería proteger era su
promesa con Almaria. Ya que falló en ambas trato de engañarse y se puso en una
situación similar.
No. Me importa Kutori.
Se dio cuenta
que nunca fue capaz de hacerla feliz, ¿verdad? Seniolis escogió una maldición.
Una vez la tomara, su destino fue determinado. Ya nunca más habría salida desde
el comienzo.
No. No. No. Ella podía encontrar la
felicidad. Iba a ayudarle.
Fuiste salvado por el hecho que era una
simple niña. Pudiste hablarle sin mirarla a sus ojos. Pudiste mantener la
distancia. Pudiste dárselo sin tomar nada. Eso te permitió aferrarte a esas
cosas tan preciadas para ti que sabías que se estaban yendo.
No. No. No. No. Y-Yo solo, solo…
Oh, mírame, lo intento tanto. Pero es no es
mi culpa no poder hacer nada, el destino no está de mi lado. ¡Todo es culpa del
destino, no mía! ¡Boo hoo! Claro que nadie irá a culparte si eres oponente del
destino. Es cierto que nada de lo que hiciste estuvo mal, pero—
N—
Como dije, lo
que es correcto para ti es incorrecto para alguien más.
La aeronave
temblaba fuerte. Willem escuchó la voz de Grick por el sistema de transmisión
ordenando que todos evacuaran a un lugar seguro, pero él se quedó.
[…Cásate
conmigo, ¿huh?] Esas palabras salieron de su boca justo ayer. [Me pregunto… qué
habría pensado de ella en realidad…]
Lentamente,
Willem se paró. Él se encorvó y ligeramente toco los labios de Kutori. Una sola
lágrima se derramo en la mejilla de la chica. Mientras se iba, escucho un ruido
sordo de un metal. En algún lugar cercano, intrusos debían haber encontrado su
camino dentro de la nave.
[…Haha.] Con
una breve risa, Willem se alejó de Kutori. Incluso sintió un poco de
agradecimiento por los recién llegados. Tratar con ellos sería mejor que estar
sentado aquí y pensar en cosas inútiles. [Perdón. Me iré por un rato.] Él lo
dijo a la chica dormida atrás de su espalda, luego salió del cuarto.
Las manecillas del reloj señalaban las 6:35
P.M.
La batalla,
por supuesto, pintaba a ser inútil. Pero Lantolq podía pensar en dos buenas
cosas para su situación actual.
Primero,
atacar al Teimerre en gran número, pero cada individuo no era tan grande. El
Teimerre, cuando era asesinado, no moría. Más preciso, al instante de la muerte
se dividía en dos, y solo una mitad moría mientras la otra vivía. Es repetir
ese proceso hasta un cierto límite. La fortuna era esa cosa, tanto que Lantolq
podía decirlo, ninguno de ellos era tan grande para tener un límite de 10
veces. Una sola hada podía encargarse de uno con una relativa facilidad si
fueron unos.
Segundo, la
misma Lantolq se sentía inusualmente ágil. Incinero su Venom y fluyo por
Historia más de lo que había esperado antes. En efecto, ella sintió tal
ligereza que el sentimiento kusto casi era suficiente para hacer que se
olvidara de la gravedad de la situación. La causa, lo sabía, era el tratamiento
del Segundo Técnico Willem Kumesh. Al principio ella sospechaba que él estaba
excusándose para tocar el cuerpo de una chica, pero al parecer no. Sus
habilidades no eran una broma. Combinado con su personalidad, el tipo que hacía
que Lantolq quisiera probarlo, ella sintió que podía ser capaz de llevarse bien
con él. Ella también comprendió por qué Kutori se enamoró de él. Si solo él no
fuera un Emnetwyte…
[¡Tres,
cuatro!]
Lantolq lanzó
el golpe final a la Bestia en frente de ella. Inmediatamente después, ella
extendió sus alas y voló a una distancia segura de la horda de las Bestias
aferradas al Plantaginesta. Ya que las Bestias no podían volar, ella siempre
podía mantener una ventaja utilizando sus alas. La aeronave también parecía que
finalmente había alcanzado una elevación buena. El Teimerre el cual había
estado usando otros cuerpos para treparse y alcanzar la nave y todo colapso en
el suelo.
[Bien…]
Con eso, los
refuerzos de la superficie fueron acabados. Todo lo que hicieron fue limpiar a
los que ya estaban pegados en la nave. Lantolq vio por el Plantaginesta una vez
más. Casi una tercera parte de la parte
trasera de la nave estaba completamente cubierta de Teimerre, como si
estuvieran viajando con una sanguijuela. El abrumador número de Bestias, bueno,
ella realmente no quería verlos, pero no podía ignorarlos. Ella estimó un total
entre 100 y 200.
[Estás
bromeando…]
Con tantos
individuos desde el comienzo, no importaba si cada uno de ellos podía partirse
10 veces. Lantolq, mientras se sentía bien, solo tuvo que recuperarse del
envenenamiento de Venom. Si continuaba sobre-fatigándose, eventualmente se
quebraría. Incluso con dos puntos positivos, la situación seguía sin tener
esperanzas.
Las manecillas marcaban las 6:38 P.M.
¡Sé
feliz! ¡Es el campo de batalla! Algo en el interior de Willem parecía
susurrárselo.
El campo de
batalla. El lugar donde los héroes mostraban su valentía. El lugar de pelear,
destruir, y clamar la victoria. Aquí yacía la euforia. Aquí yacía la gloria.
Aquí yacía la tragedia. Fantasía. Realidad.
Willem una vez
deseó el poder de estar en batalla. En su nueva vida, incapaz de estar allí
más, él había sufrido amargos pensamientos. Su corazón le dolía acabando su
amor por este lugar. Así que tal vez él había estado aquí todo el tiempo.
Quizás debería regocijarse porque finalmente llego al campo de batalla. Después
de todo, ¿no es esto todo lo que había deseado por estos años? ¿Para aplastar a
sus enemigos, pelear contra el dolor, y clamar la victoria?
Willem sacudió
su cabeza, intentado alejar los malos pensamientos de su mente. Siguió bajando,
él corrió por el corredor. Un gris de pronto voló a su lado y cortó si espalda.
Willem se agacho, causando que el ataque pasara por sobre su cabeza. Todo el
muro había estallado con tal fuerza que Willem casi quería reír por todo.
Incontables fragmentos de metal de cobre y hierro los cuales se habían alineado
en el corredor hace unos segundos se esparcieron por el aire. Él vio un
fragmento, el cual tenía las palabras ‘puede Regul Aire mantenerse en paz por
siempre’ grabado en ella.
Fuera de donde
el muro solía estar, se revelo por sí mismo. Tomo una gran forma, gris
crustáceos, con una robusta concha cubría el cuerpo y multiplicaba las uniones
en las piernas. Ligeramente parecido a un cangrejo, pero a un real cangrejo con
10 piernas, y esas piernas no eran capaces de estirarse y contractarse
independientemente.
Era sin duda
una Bestia. Willem había escuchado mucho de ellas, pero esta era la primera vez
que veía una. Él pensó que el encuentro con una de esas criaturas tentaba sus
más profundas emociones, pero él no sintió nada en particular. En frente de sus
ojos no había nada más que un enemigo de forma extraña con un enorme poder—y
quizás, el resultado final de un antiguo Emnetwyte. Esa posibilidad lo hacía
dudar un poco. Solo un poco. ¿Y qué si una vez fue un Emnetwyte? Justo ahora,
era un monstruo con colmillos que iban hacia él. Eso es todo lo que importa.
Un fuerte
viento paso destruyendo todo. Junto con ello venía tres partes de la Bestia.
Cortaron los muros, el techo, y el piso, azotándose salvajemente en un intento
por aplastar a Willem. Él perdió su postura y cerca de la brecha entre él y las
Bestias con un ágil trabajo de pies casi pareciendo a un baile. Era una versión
básica de un método enseñado para grabar las técnicas de espada del Oeste de
Garmond. Al parecer, si lo manejabas podía transformar al usuario en una
neblina de calor flotando fácilmente por el cielo, pero el sin talentos Willem
nunca pudo usarlo más que como un pequeño truco. Pero era suficiente por ahora.
La Bestia se movía como cualquier otro animal salvaje. Todo lo que poseía era
una fuerza abrumadora; no tenía habilidades o un complejo proceder. Con el
ligero movimiento deceptivo, Willem pudo esquivar fácilmente los ataques.
Él llego justo
al lado de la Bestia, en una distancia tan cercana al respiradero de ese
cascarón gris. Acercándose, él noto que una extraña cosa babosa cubría el
cuerpo de la bestia. Espero que no sea veneno, pensó mientras él lanzaba a su
puño izquierdo. Mientras sus manos volaban por el aire, recogió una tabla de
hierro que cayó del cielo colapsado antes que llegara a una de las piernas de
la Bestia. Claro, su puño, incluso con la fuerza de la tabla de metal, no
infligió daño. Sería estúpido pensar que un simple puño pudiera dañar a un
enemigo que fácilmente puede sobrevivir a un cañonazo.
Willem bajo su
postura, torció su tobillo, roto sus hombros atrás, y almaceno un fuerte
respiro en su estómago. Todas esas líneas de movimientos conectaron juntos e
hicieron que su puño regresara. Un puño en el blanco. Eso se decía si llevabas
este ataque él podía partir una montaña gigante y verter el flujo del agua o
cascada (probablemente exagero un poco). Willem, siendo un amateur, no podía
hacerlo. A lo mejor, podía hacer que quien lo recibiera se hiciera algo hacia
atrás.
Pero fue
suficiente. Detrás de la Bestia un gran hoyo donde una pared estuvo antes, la
cual la misma Bestia había tallado. En otras palabras, si Willem presionaba a
la Bestia hacia adelante, no quedaría nada. Y la Bestia, sin alas, entonces no
tendría una forma de apoyarse para escalar una vez fuera arrojada en el aire.
Willem llevo
su puño hacia adelante, exitosamente presionando a la Bestia en la aeronave. En
medio del cielo teñido de carmesí, empezó a caer el silencio de la vasta tierra
gris. Luego de verlo un rato, Willem relajo su guardia.
[¡Agh!]
Él ya había
presionado mucho su cuerpo. El intenso dolor pasaba por cada esquina de él,
causando que Willem muecará. Con ambos brazos, él revisó la condición de sus
heridas. Ningún hueso se había roto, y ninguna unión o tendón cortado. Él podía
moverse. Él todavía podía pelear. Él podía mantenerse de pie en el campo de
batalla. Willem dejo salir una risa maniática.
[Estoy
sorprendida.] Una voz dijo detrás de él.
Dándose la
vuelta, Willem vio el cabello azul azotando en el viento. [Oh, Lantolq. Me
alegra verte sana y salva.] Él sonrió.
[Por
desgracia, es gracias a ti. Aunque, no parece que lo estés haciendo bien.]
Lantolq lo dijo amargamente. [Te presionaste demasiado, ¿verdad? ¿Una persona
herida derroto a una Bestia sin armas y sin incinerar Vemon? ¿Qué tipo de broma
es esta?]
[Oh,
¿estuviste viendo? Qué vergüenza.]
[No juegues
estúpido. Caray, en verdad eres – ¡ah!]
La consciencia
de Willem de pronto se rompió. La fuerza de apoyo en sus rodillas cedió,
dejando su cuerpo inclinado hacia el gran hoyo en el muro detrás de él. Justo
antes que cayera en el cielo luego que su oponente cayera, sin embargo, Lantolq
tomo su cuerpo y lo arrastro al suelo, donde el suelo del corredor solía estar.
[…Lo lamento.]
La consciencia de Willem vacilaba. [En verdad me salvaste.]
[Sí, lo hice.
Sé agradecido. ¿Puedes pararte?]
Willem intentó
levantarse, pero no fue bueno. No importa cuánto lo intente, él no podía poner
fuerza en sus rodillas.
[Supongo que
no nos queda más que descansar un poco. Estoy algo cansada…] Lantolq lo dijo
mientras se sentaba. Ella se acercó a Willem, descansando su cabeza cerca de su
pecho.
[W-Whoa vamos.] Willem dudo. Comparado
a Nephren, quien siempre abrazaba a Willem, Lantolq era un poco… ya sabes.
[Hah. Si fuera un niño podría sentir algo.] Él dijo, a duras penas.
[¿Así es eso?
No quiero decir que lo que estás diciendo es serio o solo tratas de
controlarte, pero de cualquier manera estoy agradecida.] Lantolq lo dijo, y
puso fuerza a su agarre.
Con sus oídos
en su pecho, Willem claramente puedo escuchar sus rápidos latidos. [También
estás hecha un desastre, verdad.]
[Mientras no
sea mucho para ti, me esforzare un poco más.]
El Venom se
apoyaba de la fuerza del corazón para incinerarse. Las consecuencias se
revelarían pronto, mientras la sangre fluye y el corazón incrementa en caos. El
inestable e irregular pulso que escuchaba en Lantolq era un inequívoco
resultado del sobre uso de Venom.
[¿Puedes
arreglártelas con ese sospechoso tratamiento tuyo?] Lantolq pregunto.
Willem sacudió
su cabeza. Con sus habilidades, curar un irregular latido sería imposible.
[Eres más
inútil de lo que pensé.]
[¿Eso
significa que tienes expectativas altas de mí?]
[No
necesariamente…] Lantolq se pausó y pensó. [O tal vez sí. Sabía que no podía
confiar o apoyarme en ti, pero tal vez alguna parte de mí espera algo de ti.]
Sus palabras
le recordaron a Willem algo que ese tonto lagarto dijo una vez. Tomándolo como
un insulto.
[¿Tienes
alguna idea de qué esté pasando en otros lados? ¿Noft y Nephren están seguras?]
Él pregunto.
[No conozco
los números exactos, pero espero que haya al menos 10 Bestias restantes. Hace
rato vi a Noft viva, pero parece que se sobre-fatigo demasiado. Todavía no he
visto a Nephren, pero creo que está peleando en algún lugar.]
[Ya veo.]
Willem pensó un poco. La situación era obviamente fría y sombría. Las hadas no
tenían problema con pelear con las Bestias una a una, pero eran un número
devastador. Sin alguna oportunidad de descansar, la batalla se alargaría más
tomando la fuerza de las hadas. [Creo que debería—]
[No.] Lantolq
lo detuvo inmediatamente.
[Todavía no he
terminado de hablar.]
[Puedo decirlo
por tu cara que vas a decir algo nada bueno. Algo así, si la situación es tan
mala que ni siquiera con abrir la puerta de las hadas se resolvería, entonces
me sacrificare y limpiare con todo. [¿Estoy en lo correcto? Estabas pensando
hacer eso así se minimizaría las perdidas, ¿correcto?] Willem deseaba que
Lantolq parara de leer su mente. [Si no, no hay explicación para esa estúpida
sonrisa en tu cara.]
¿……Estoy
sonriendo? Willem pregunto. [Para ti, que muera sería menos doloroso, ¿verdad?]
[No lo negaré.
Pero quieres cometer suicidio en frente de mi usando a una de mis amigas como
una excusa no será muy placentero.]
Kutori todavía
no despertaba. Willem desesperadamente trato de pelear una pelea inútil. Al
parecer, Lantolq era capaz de descubrir que esos dos estaban conectados.
[Supongo.]
Willem puso su mano en la cabeza de Lantolq, golpeándola inmediatamente. [Las
Bestias se están haciendo menos. Sigue resistiendo. Iré a dar un vistazo.]
[¿Esa es una
orden?]
[Tarda lo que
quieras.] Willem respondió, luego corrió.
Las manecillas marcaban las 6: 51 P.M.
[¿¡Ah!?]
Golpeada por
un fuerte viento, Noft voló hacia atrás. Ella reboto en los muros y el techo
como una pelota, rompiendo unas tuberías, luego rodó hacia el final del
corredor antes de por fin detenerse. Ella puso su Venom en defensa esa vez,
juzgando por la falta de heridas visibles en su cuerpo. Sin embargo, como
resultado de los repetidos impactos, su brazo derecho se entumeció y se
rehusaba a moverse.
[Ahaha… esto
es malo.]
Ella se paró
con un pie temblando, viendo abajo se aproximaba una Bestia. Continuamente usado
Venom sin descanso por un período de tiempo esencialmente tenía el mismo efecto
como moverse a toda velocidad por el mismo período de tiempo. Forzada a una
intensa batalla tras otra, la resistencia de Noft rápidamente llego a su
límite. Pero sus esfuerzas no habían sido en vano. El número de enemigos
claramente bajo. Solo por un rato más, y la cansada pelea se acabaría. Ella le
puso fin.
Pero una vez
se acabará, una vez la victoria fuera suya — ¿qué pasará hasta entonces?
Las manecillas del reloj marcaron las 6:59
P.M.
En los muros
de la aeronave, capas sobre capas de láminas de metal, un gran hoyo se reventó
para abrirlo. La nave se sacudió violentamente, causando que el desgastado
reloj se cayera. Con un pequeño choque, colisionando con el suelo y creando una
grieta. Luego de la vida, el anacrónico reloj finalmente tictó el último tick.
Viéndolo de
ese lado, cualquiera claramente podía sentir que los movimientos de Nephren
eran apagados. Sin otros combatientes, en otras palabras, excepto las hadas,
había evacuado. Su presencia atrajo a incontables Bestias, y Nephren solo
peleaba con ellos.
Ella lucho una
batalla de aguante en la cual todo cerca podía ser una desventaja. La pequeña
Nephren apenas tenía resistencia, y ella no tenía suficiente experiencia para
ser capaz de mantener la concentración con muchos enemigos. Por tanto, en el
cerrado cuarto, no podía usar sus alas o agilidad. Su espada, Insania, era
larga y pesada, tenía menos rango que las extremidades de las Bestias. Ella no
tenía más elección que ir con todo en un ataque, con un exceso para su
resistencia y concentración. Como el tiempo pasaba, los movimientos de Nephren
se hicieron menos filosos y las Bestias solo incrementaban en número y vigor.
Ella se había hecho atrás hacia el centro.
[¡¡Esos chicos
que no pueden volar, tomen esto!!]
La voz de
Grick rugió por las tuberías del transmisor. Mientras tanto, en el cuarto de
control, Grick estaba ocupado piloteando la nave. Sobrepujando algunos
mecanismos, él forzadamente volteó el timón. A nave gemía y empezó a
inclinarse. El arco empezó a subir, mientras la popa señalaba hacia abajo del
suelo.
Los Teimerre
se juntaron en la base para cazar a los sobrevivientes que empezaron a ponerse
en el suelo inclinado. Al mismo tiempo, Nephren usó su espada para cortar una
apertura de grandes puertas de cargamento. Varios bienes se almacenaban—comida
para el viaje a casa, reliquias excavas en la tierra—todo se deslizaba por el
aire. Las Bestias trataron de transforma sus piernas para mejorar el agarre en
el suelo y muros, pero la represa de cajas de madera llovió hacia abajo
aplastándolas.
Un Teimerre se
partió en dos al caer. Y entonces, usando la otra mitad mientras escalo, una
mitad dio un gran salto y trato de tomar a Nephren con esos largos colmillos.
[¡Buen
intento!]
Un valiente
miembro de la tripulación arrojó un barril de aceite al monstruo. No solo
golpearon, también derramaron el resbaloso aceite por todos lados. Los
colmillos apuntaban a perforar el estómago de Nephren y ligeramente rasgaron la
parte de atrás de su cabeza. La Bestia luego transformo sus piernas otra vez,
esta vez en erizos. Tratando de picar el suelo con ellos, pero el aceite seguía
allí. Tan pronto, la Bestia se reunió a sus compañeros en el cielo.
Los miembros
de la tripulación dejaron salir un grito. [¡Buen
trabajo, señorita!] Alguien grito palabras de gratitud a Nephren.
Al mismo
tiempo, el cuerpo del hada soldado empezó a ponerse en el suelo inclinado. Ella
había llegado a su límite. De alguna manera termino la batalla con la pura
fuerza de voluntad. Y ahora, con ese último ataque de la Bestia y el
sentimiento de alivio en la batalla terminaron, ese último hilo de fuerza de
voluntad había sido cortado.
[¡¡Señorita!!]
Unos miembros de la tripulación gritaron. Algunos trataron de arrastrarse en el
suelo hacia ella.
[…no… vengan…]
El cuerpo de
Nephren ardía como el infierno, y al mismo tiempo frío como el hielo. Sin más
que decir, ella incinero mucho Venom. Ella le dio la espalda a su vida y abuso
de ese terrible poder, sabiendo que cada paso le acercaba a su muerte. Ahora,
solo había una posibilidad que resultaría en: Berserk. El inmenso, y
desenfrenado poder que emanaba de ella explotaría en toda el área con la suficiente
fuerza para destruir un Teimerre de una vez en una abrumadora manifestación de
destrucción.
[¡Espera!
¡Voy!] Un Frogger de la tripulación gritó mientras se arrastraba pulgada a
pulgada hacia Nephren.
Ella no podía
salvarlos.
[¡¿Señorita?!]
Con una luz
saliendo del suelo, Nephren saltó al vasto cielo azul vació y empezó a caer a
la tierra.
En un rincón
de sus ojos, pasando una rajadura por el barco, Willem vio a una inconsciente
Nephren caer.
[Qu—]
La mente de
Willem se quedó en blanco. En un segundo, él ya había saltado al fiero viento.
Forzando a abrir sus lastimados ojos, él vio a Nephren y siguió su camino. Ella
había soltado a Insania y simplemente continúo cayendo, incapaz de controlar su
cuerpo. Rodeándola, un grupo de Bestias las cuales probablemente cayeron del
barco antes intentaron acercase, raramente arrastrándose por el aire.
Bueno eso es,
Willem pensó. Con un Arremetedor Ruiseñor Demoledor, él se abalanzo hacia
Insania y tomo el mango de la espada. Ignorando el dolor que pasaba por su
cuerpo, él incinero Venom e intento activar la espada. No sirvió. Willem no
tenía talento para blandir una Kaliyon de clase alta. Pero ya sabía eso.
Peleando contra el intenso aire resistente, él lentamente estiró su mano hacia
el centro de la espada.
[¡¡Empezando
mantenimiento!!]
Las grietas en
la espada se abrieron y luz salió de ellas mientras Insania estallaba. Willem luego
tomo el cristal el cual servía como el núcleo de toda la espada y la rasgo,
partiendo las líneas de conexión de hechizos. El circuito lineal, ahora
incompleto, empezó a sobrecalentarse como si fallara en resistir la presión
interna. La espada conocida como Insania ya no estaba. Todo lo que quedaba era
una masa cruda, agitando el poder.
En total,
había 13 Bestias que rodeaban a Nephren. Y en unos cuantos segundos, ellos,
junto a Willem y Nephren, serían aplastados en el suelo perforándolo
instantáneamente.
[¡¡Aléjate de
ella!!] Con el rugido de una bestia, Willem volaba dentro del paquete con un
segundo Arremetedor Ruiseñor Demoledor.
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