Capítulo
2: Dentro de un Sueño y un Sueño Gentil
La Hija y el Padre
Almaria
Duffner nunca tuvo la oportunidad de ver la cara de su madre. Por el tiempo por
el que pudo sentir el mundo a su alrededor, su familia solo consistía de ella y
su padre. Pero tampoco tuvo la oportunidad de conocer a su padre. Él
difícilmente llegaba a su propia casa. Durante el día, se iba a su trabajo en
un negocio de intercambio monetario, y en la noche, visitaba a su amante.
Ocasionalmente regresaba a su apartamento, silenciosamente confirmaba que
Almaria estuviera con vida, y le dejaba una mínima cantidad de dinero en la
mesa antes de irse otra vez. Eso fue el punto de la comunicación de Almaria y
su Padre. Así que la chica vivía bien, no se apoyaba en nadie más, y nadie se
apoya en ella.
Un día, cuando
Almaria tenía solo 7 años, su padre se involucró en un crimen y fue apuñalado a
muerte por su cómplice. Claro, eso significaba que Almaria ya no podía vivir en
su apartamento. Originalmente se suponía que se iría a una facultad de la
ciudad, pero un viejo, quien había investigado el crimen de su padre,
intervino. Él dijo que su encuentro fue por el destino, y se ofreció llevarla a
su propio orfanato. Los guardias y oficiales presentes no tuvieron alguna razón
para rechazarlo, y la misma Almaria, todavía abrumada por el repentino cambio
de eventos, no tenía cómo expresar su propia opinión.
El viejo llevó
a la chica a un destartalado edificio de madera.
[Éste será tu
nuevo hogar empezando hoy. Y ellos serán tu nueva familia.] El viejo se lo
dijo, pero el cerebro de Almaria difícilmente registró esas palabras.
Para la chica,
hogar significaba un apartamento restringido, y familia significaba la ausencia
de un padre. No podía comprenderlo, desde ese día, esas dos cosas serían
remplazadas por nuevos lugares y nuevas caras.
Mientras
Almaria estaba parada confusa a la par del viejo, un chico llego corriendo a
ellos.
[Tienes una
nueva hermana.] Le dijo el viejo.
El chico vio a
la chica y dijo. [¿Qué con esa cara de aburrida?]
La chica lanzo
una breve mirada al chico antes de apartar sus ojos. Exactamente no estaba de
humor para hablar con alguien, en especial un chico que la insultaba luego de
conocerse por primera vez.
[Hey, ¿qué
edad tienes?] Preguntó el chico.
Almaria lo
ignoró.
[Bueno,
supongo que no importa. Sigo siendo el mayor aquí.]
Ignorado.
[Escucha, ¿bien?
Ahora estás aquí, eres parte de la familia. Ya que he estado aquí mucho tiempo,
soy tu hermano mayor.]
Ignorado.
[¿Qué te pasa?
No eres divertida.]
Luego de eso,
el chico eventualmente dejo de hablarle a la chica y camino. La chica le dio
otra mirada a su espalda antes de regresar la mirada al suelo. Ella no quería
que él le importara. No necesitaba familia, e incluso si trataban
repentinamente de presionarlo, no sabía cómo actuar. Todo lo que tenían que
hacer era dejarla sola, y ella se las arreglaría por su cuenta. A su par, el
viejo encogió sus hombros con un suspiro.
Esa noche,
Almaria enfermó. Era natural, dado a su repentino cambio de aires, estrés
acumulado, y un cuerpo y mente inmaduro. Una alta fiebre hacía que fuera
incapaz de dejar la cama. Su cuerpo se sentía pesado, cada respirar dolía, y un
dolor lleno su pecho. En su oscuro estado de inconsciencia, Almaria pensó que
podía morir. Sin embargo, entendía lógicamente que tales pensamientos solo
resultaron en su mente por un momento de debilidad. Y además, una parte de ella
sentiría que estaría bien si moría. Almaria nunca tuvo voluntad por vivir. Si
su vida solo continuaba sin significado, no sería tan malo si terminara tarde o
temprano.
Mientras esos
pensamientos pasaban por su mente, algo frío de pronto fue colocado en su
frente. Su débil consciencia no podía hacer que sus sentidos trabajaran para
decir que el objeto era una toalla húmeda, pero se sentía bien. Solo un poco.
[Hmph.
ignorándome luego que me preocupara por ti.]
Almaria apenas
escucho la voz que le hablaba a su par. El dueño de la voz, quien fuera, con
frecuencia cambiaba la toalla en su frente. Cuando el agua en su cubeta se
calentaba, él salía a la oscuridad y traía agua nueva del paso. Mientras la
noche pasaba, la consciencia de Almaria gradualmente se aclaró. Su mente podía
vagamente percibir a alguien sentado a su par.
[Whoa, ya es
tan tarde.] Alguien lo dijo en una voz sorprendida. [Será mejor que me vaya a
la cama pronto, o no seré capaz de levantarme temprano en la mañana.]
La persona se
paró. Almaria no podía descifrar lo que dijo, pero entendía que él se iría. Su
mano espontáneamente se estiro, como si actuara sola. Sus dedos débilmente
tomaron la manga de la persona desconocida.
[…Padre…] Su
boca se movió sola. […No te vayas, padre…]
Ella hablo con
tal suave y temblante voz que Almaria casi no podía escucharse. La persona por
irse se pausó, abrumado. Luego de un momento, él se volvió a sentar a su par.
[No te
preocupes. Tu padre está aquí. Él no irá a ninguna parte.]
Almaria sabía
que era una mentira. Su padre ya estaba muerto. Incluso cuando vivía,
difícilmente le hablaba, mucho menos la acogía con dulces palabras. Pero, la
chica se aferró a esa mentira. Sintió la mano de ese padre y la tomo con todas
sus fuerzas. Quería decirle que se quedara a su lado. Quería depender de él.
Ella quería que el falso padre le mostrara genuina amabilidad. Por eso, los
cálidos brazos del padre la tomaron a cambio.
[Padre…]
[Estoy justo
aquí.]
Cuando Almaria
lo llamó, ella recibió una respuesta. La hizo sentir feliz. Cuando quería que
alguien estuviera allí, alguien estaba allí. Quizás el hecho era tan simple que
podía darle mucha felicidad por nada. De alguna manera, pensamientos
distorsionados pasaron por su mente, Almaria saboreo la calidez que envolvía su
mano.
Unos días
después, el chico de antes le habló toda la noche a Almaria. De acuerdo a él,
incidentes como el de ella no eran inusuales. Nuevos miembros de la familia
enfermaban del estrés de perder a sus padres y de la nada se mudaban a un nuevo
ambiente. El chico había visto muchos casos.
Y aún más, no
era inusual que los niños enfermos llamaran a su madre o padre. Solo era
natural que se sintieran solitarios luego de perder a todos los que conocían e
ir a un lugar lleno con extraños. Sería imposible pasarlo solo. Así que cuando
se recostaban en cama por la noche, con sus cuerpos y mentes en un estado
débil, llamaban a sus padres. No era inusual. Todo en el orfanato habían pasado
por eso alguna vez.
Por lo que el
chico le dijo a la chica que no pensara que era lamentable o vergonzoso. Él le
dijo que lo olvidara, y que él lo olvidaría también.
[…No.]
Almaria lo
rechazo tanto que incluso ella misma se sorprendió. Pero ¿cómo lo puede
olvidar? Sintió tal calidez. Tal seguridad. Tal felicidad. No podía lanzar tal
preciado recuerdo por alguna razón estúpida como ‘no es inusual’ o ‘todos lo
hacen’.
[Nunca lo
olvidaré… padre.]
El chico lucía
molesto. [Te dije que me llamaras hermano mayor. No quiero ser un padre a esta
edad…] El chico gruñó.
Era cierto que
el chico no tenía la dignidad o presencia de la autoridad característica de un
padre, pero…
[Pero Willem,
pero tampoco luces a un hermano mayor.]
[¡Y tampoco
parezco a un padre!]
[Eso es
diferente.]
[¡No! ¿¡Por
qué insistes en llamarme padre!?]
[¿Por qué?
Bueno…] Almaria pensó un poco. [Es un secreto.] Gruñó y sacó su lengua en
broma.
Almaria abrió
sus ojos.
El techo
brumosamente en su campo de visión dentro de la oscuridad. Escucho el llamado
de las aves más allá de la ventana. El amanecer debía acercarse, ella pensó.
[Nn…]
Lo sintió como
un largo sueño, y del que no había despertado. No fue un mal sueño… es
probable. Por último, no fue esa pesadilla que tenía seguido como un niño.
Sintió su cabeza pesada. Incapaz de pensar claramente, se levantó de su cama y
se puso sus pantuflas. Luego, todavía en estado de sueño, dejo el cuarto y
camino por el corredor, causando que el piso de madera abajo rechinara al
caminar. Y luego…
[Ah.]
Ella encontró
a alguien en el desgastado sofá. Cabello negro familiar, gentiles rasgos
faciales, una delgada compostura…
[¿Padre…?]
En ese
momento, su mente de pronto se aclaró de golpe, como la luz del amanecer
alejaba la niebla de la noche. Ella recordó quien era, que vino a hacer a este
cuarto, y que necesitaría hacer luego.
[Oh no, oh
no.]
Con unos
rápidos pasitos de sus pantuflas, ella se apresuró a regresar al pasillo. Las
mañanas en el orfanato siempre son oficiosas. Había mucho por hacer. Necesitaba
abrir la ventana antes que el sol saliera, preparar el desayuno antes que los
niños despertaran, y quería hacer ese desayuno un poco extravagante para un
cierto miembro de la familia que regresaría. El día iba delante de ella
ocupándola aún más por un rato.
[Al menos
dímelo ante de venir a casa, estúpido padre.]
Tarde o
temprano, él despertaría, y las primeras palabras de su boca probablemente
serían ‘Tengo hambre’. Siempre era así. Ella dudaba que él genuinamente tuviera
hambre cada vez, pero siempre que el padre venía a casa él pedía algo de comer,
casi como si estuviera tratando de hacer que todos los días fueran un desastre.
[Bien.
Hagámoslo.]
Almaria sonrió
y tomo su delantal favorito.
cuando subes el siguiente?
ResponderEliminarEres el mejor lince
ResponderEliminarmuchas muchas gracias por la traducción. esta genial
ResponderEliminar🐨🐨🐨
ResponderEliminarno entendi , que almaria no habia muerto hace tiempo??
ResponderEliminarMe imagino que está contando la historia de Willem y ella, como inició todo
EliminarEs un mundo de sueños, donde están ahora, creado de los recuerdos de Willem
EliminarSi creo q encaja con el cuento , puede q se conjelo otra vez
EliminarPueda a encontrar a kitori q otra vez reencarno
maravilloso
ResponderEliminarmaravilloso
ResponderEliminarQue linda historia y triste a la vez.
ResponderEliminar