Rakuin no Monshou Parte 1

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Hierro y Sangre Parte 1

Parte 1


El resultado fue decidido.

La arena de Ba Roux se sacudió. Muchos espectadores que estaban en la multitud un animosamente gritaron juntos el nombre del ganador e imprimieron sus huellas, creando un alboroto que resonaba como una ola alta.
Mientras que el ganador era baño en las apasionadas y gritos de Ônimo, quien había recibido el destino opuesto yacía inmóvil junto a sus pies. Eventualmente, el cuerpo del perdedor sin cabeza estaba pegado con un gancho y era halado por las manos de dos esclavos.
El aún estaba brillando aunque era casi de tarde. La cara de los espectadores estaba cubierta con sudor y un resplandor, como si alguien lo hubiera rociado con aceite, y sus ojos, también, brillaban de lujuria, como si anticiparan que la siguiente pelea sería una a muerte. Quién sea que ganara o perdiera no quedaría en sus mentes por mucho. Lo único que quedaba era el sabor del calor de la batalla, estando en el aire, dando vueltas en la arena.

ā€œĀ”Ve, ve!ā€

ā€œĀ”MĆ”talo!ā€

Hoy fue otro éxito. Porque las mÔs virtuosas personas vivían en la ciudad, cuya tarifa de admisión no era mÔs que la remesa semanal de un niño, eran capaces de ver los juegos, era mÔs allÔ de cientos de espectadores que se reunían.
El siguiente encuentro era una batalla de caballeros. Ambos hombres estaban armados con lanzas, emergiendo de las puertas este y oeste, y cada uno las cruzo a gran velocidad. Al momento de cargar, uno de los hombres fue arrojado de su monta y, mientras se batƭa para levantarse otra vez, el otro rƔpidamente salto de su propio caballo y dio el golpe final.

DespuƩs que apenas fueran vestidos, empezaron a pelear con sus manos.
Eran espadas esclavas, o así llamados gladiadores. En compensación para este público, eran batallas con amenazaban la vida, esas personas eran condicionadas a unos cuantos días de sus vidas y vivían con la mínima cantidad de comida que fuera requerida. Algunos ya habían nacido como esclavos, algunos habían sido lanzados a esta arena por cometer crímenes, y habían quienes había sido introducidos por sí mismos a vivir en este infierno.
Pero si los gladiadores conseguĆ­an ser bien conocidos se hacĆ­an veteranos, ellos recibĆ­an un tipo de popularidad diferente de la multitud. Uno de ellos, llamado Shique, era un guapo gladiador quien era popular entre las mujeres y habĆ­a ganado el encuentro reyerta[1]. Ɖl era fuertemente pretencioso, reverenciĆ”ndose en una manera que un noble lo harĆ­a, y notablemente, voces agudas se alzaban de la multitud.

ā€œĀæViste eso, hermano[2]? Ā”Shique acaba de ganar!ā€

Esa era la voz de una chica que aún en la mÔs tierna edad, quien estaba sentada en una de las tribunas entre la fila de la parte de enfrente. Sus pilares, las cuales se alzaban de las esquinas de izquierda a derecha soportando el techo que cubría los pedestales. Únicamente aquellos quienes eran capaces de pagar una gran suma de dinero eran capaces de ver los encuentros desde aquellos asientos especiales.
Desde esa perspectiva, el joven hombre descansaba su barbilla en sus manas a la par de ella, a quien ella llamaba ā€˜hermano[3]’, pareciendo insatisfecha. Con una gran venda envuelta en su cabeza, al final dejĆ”ndolo colgado a ambos en la izquierda y derecha como un creyente de Badyne, parecĆ­a como si Ć©l estuviera ocultando su cara de las miradas de las personas.

ā€œAhh, es como dices,ā€ dijo Ć©l. ā€œEl gladiador tiene la vista en ganar. Ahora, Āæno es suficiente? ĀæPodemos darnos prisa y comer algo? Este lugar me da dolor de cabeza.ā€

"Pero sólo estamos empezando, ¿no? ¿El olor a sangre enferma? Tú, ¿la sucesora de las tierras de Mephius?"

ā€œCuida tu boca.ā€

Sin preocupación de la clara preocupación de la juventud, la chica dio una risita.
La siguiente pelea ya había empezado, así que el joven fue forzado a quedarse después de todo y descansó sus mejillas en sus manos otra vez con una apariencia agria en su cara. ¿CuÔnta sangre había sido salpicada, y cuÔntos sudorosos músculos había visto ella antes de llegar a cansarse?

Ɖl ocasionalmente robaba miradas de reojo a la chica con piel blanca y hermosa cara. Ella tenĆ­a la inocencia que se miraba en su edad, pero una extraƱa sensualidad y madura hermosura tambiĆ©n – esa era una vista mĆ”s encantadora que la salvaje pelea de abajo.
Entonces, después de dos batallas, un nuevo escenario fue colocado en la arena. Una gran estaca fue establecida en el centro, y una sola mujer fue sujetada en la cima. Ella era una hermosa mujer. A propósito su ropa fue rasgada, cada vez ella se retorcía de dolor, su pecho bamboleaba mientras que silbatos venían del calor de la audiencia masculina.
Sin embargo, la mujer no estaba en posición de estar molesta con su obscena apariencia, pero al mismo tiempo que la estaca fue puesta, una gran jaula con aproximadamente la misma altura fue llevaba.
Adentro estaba una bestia salvaje que era siete u ocho metros de largo. Babosa, verdes incrustaciones parpadeaban de la luz del sol. Era un gran dragón. Aunque Bred repetĆ­a selectivamente la crianza por humanos, este era una variedad llamada ā€˜Sozos’ que Mephius tambiĆ©n usaba en guerras.
Apretó, descomunales dientes, y cada garra se extendían de las seis piernas, tenían forma como de espada. Probablemente porque fueron drogados, parecía tener la ferocidad algo reprimida y los instintos algo apagados, pero ser goleado por eso, causaría lesiones serias, y parecía como si pudiera mandar a volar la jaula como un juguete.

ā€œĀ”Ahora bien! Ā”Damas y caballeros reunidos aquĆ­!ā€

De pronto el orador parado en lo alto empezó a hablar por el altavoz, ansioso terminó su discurso antes que la bestia estallara.

ā€œSeguimos, es el comienzo de nuestro programa. Los grandes dragones una vez vagaron por la tierra y probablemente establecieron nuestra cultura, ahora ellos no son mĆ”s que estos sanguinarios, y simples bestias que miramos por debajo. No hay necesidad de tener miedo. Somos almas valientes, mentes puras, que tomaron el relevo de un viaje espacial. Ni siquiera por las garras y colmillos de dragones – Ā”sin mencionar ese miedo, terrible respiración! – nos harĆ” menos. Por favor, miren la evidencia. Ā”Miren las figuras de esos valientes hombres quien desafĆ­an a este viejo dragón, esta es terrorĆ­fico falso Dios!ā€

Desde la puerta este, un solo gladiador dio un paso adelante. En las manos del hombre, quien lucĆ­a un mĆŗsculo cuerpo, estaba conectado a una cadena con una bola de hierro.

ā€œĀ”Verne!ā€[4]

El Ć”nima de la audiencia incluso se hizo mĆ”s fuerte, para Ć©l era un gladiador quien podĆ­a estar orgulloso de sĆ­ mismo por ser uno de los mĆ”s famosos combatientes en Ba Roux. El hombre estaba cerca de la mitad de sus 30’s y piel oscura, y Ć©l respondĆ­a al saludo de las seƱoritas y caballeros en la audiencia. Entonces.

ā€œĀ”Es el Tigre!ā€

ā€œĀ”Mira, el Tigre de Hierro Orba!ā€

Un espadachƭn, ademƔs de solo, caminaba, pero desde la puerta oeste.

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ā€œQuĆ© excĆ©ntrico.ā€ El joven comento en el azul acerco de la mĆ”scara que cubrĆ­a la cara del gladiador. Como si imitara a un tigre, pequeƱos colmillos salĆ­an de sus labios, dejando solo un pequeƱo espacio para la boca de este hombre llamado Orba. Cortado en dos divisiones donde los ojos del tigre deberĆ­an estar pero naturalmente era los ojos de Orba. Y, a pesar que un tigre normalmente tendrĆ­a orejas redondas, la mĆ”scara terminaba punteada en ambos lados en lugar – era casi como si cuernos salieran de las esquinas.
Sin embargo, eso era todo; él no tenía otra característica. En comparación con Verne, él tenía casi un débil cuerpo, y él era simple, con una común larga espada en su mano. Los espectadores empezaron a ridiculizarlo, diciendo.

ā€œMira su delgado cuerpo. Ā”Un solo golpe de la bola de la cadena y serĆ” completamente aplastado!ā€

 ā€œDicen que Ć©l le quito la cabeza al Barón de Meier en la Arena de Tidan despuĆ©s de dos golpes. Veamos a ver si hace lo mismo a nuestro Verne. Ā”Ve adelante!

ā€œEste es el Tigre de Hierro Orba,ā€ la chica lo dijo, mientras sus mejillas estaban rojas de emoción. ā€œĀæNo es esta su primera aparición en Ba Roux? Pero Ć©l parece ser famoso. ĀæLe conoces, hermano?ā€

ā€œĀæDeberĆ­a de saberlo?ā€

ā€œVaya, quĆ© respuesta mĆ”s frĆ­a. EstĆ” bien, si te aburres aquĆ­, Āæpor quĆ© no tenemos una pequeƱa apuesta en este juego? Tal vez terminĆ© siendo algo interesante.ā€

ā€œUna apuesta, Āæverdad? ĀæPara quĆ©, y cómo para quĆ©?ā€

ā€œSimple. De esos dos que pelean, ĀæquiĆ©n esperas que ganĆ©?ā€

ā€œEso es estĆŗpido. ĀæIncluso es esa una apuesta? Incluso conozco el nombre del chico Verne. Y su fĆ­sico estĆ” en mejor forma. Incluso un principiante puede verlo. EstĆ”s tratando de estafarme, apostando por el claro ganador, Āæverdad?ā€

ā€œĀ”Vaya, eres un cliente muy difĆ­cil! Pero estĆ” bien. Puedes enojarte tanto como quieras. E incluso pensĆ© en traerte algo pudiera traerte un poco de distracción. Pero entiendo, entiendo – odias pasar tiempo con Ineli. Si ese es el caso, Ā”nunca voy a invitarte otra vez, no te preocupes!ā€

La chica rígidamente giro su rostro, mientras que el joven en pÔnico dejo de descansar su mentón en sus manos.

ā€œE-Espera. Me equivoqueā€ Ć©l dijo. ā€œVoy a apostar el espadachĆ­n de la mĆ”scara. Eso es lo que quieres, Āæcierto?ā€

ā€œNo. Ineli decidió apostar al espadachĆ­n primero. Puedes tomar a Verme, hermano.ā€

ā€œĀæHuh? ĀæPor quĆ©?ā€

ā€œPorque Ć©l me gusta.ā€

ĀæSi quiera puedes ver su cara? – eso era lo que el joven estaba por decir, pero se detuvo a tiempo. Ɖl no podĆ­a permitirse disgustarla aĆŗn mĆ”s.

ā€œAhora bien,ā€ dijo el orador, levantando su voz otra vez. ā€œĀæPodrĆ” Orba o Verne tomar el papel de hĆ©roe y liberar a esa mujer? ĀæO esos rivales pelearan sin caso, cuando la jaula se rompa y esta pobre mujer hermosa termine en el estómago del dragón?ā€

De ahora en adelante, los dos espadachines en batalla, y el ganador deberĆ” rescatar a la mujer – o, mientras el orador miraba, ā€˜una cierta princesa de un paĆ­s en ruinas’ – en las garras del dragón, y tambiĆ©n ganarĆ” una noche de amor. O es la escena que puede ser.

Los dos hombres dieron un paso hacia adelante. Mientras se aproximaban al otro, la falta de físico de Orba se volvía mÔs evidente. Verne habló con una voz que podía escucharse en la primera fila.

ā€œAsĆ­ que, te haces llamar Tigre, Āæhuh? EscuchĆ© tu nombre. Pero, no es mĆ”s que un rumor sin mĆ©rito. Puedes tratar de esconder tu rostro, pero puedo ver tu piel por debajo. AĆŗn eres joven, un niƱo.ā€

Los labios gruesos de Verne, en proporción a su cuerpo, mostraron una sonrisa.

ā€œEstoy seguro que la mĆ”scara es un engaƱo asĆ­ las personas no se burlaran de ti. Ā”No eres un tigre, eres un perro sarnoso! Ā”Voy a ensaƱarte lo que es un verdadero hombre en una batalla!ā€

De cara a Verne, quien reía fuertemente sobre sus hombres, Orba no replico. Probablemente asumiendo que sus nervios serían volados, Verne dio una Mirada de desprecio, tomó una pose defensiva, y colgó la bola sobre su hombro.

 ā€œĀ”QuĆ© empiece!ā€

Fue la voz de la señal, pero a mitad de camino desapareció en cuanto mÔs incrementaba el sonido de gozo de la audiencia. En un instante, Verme hizo su movimiento.
Ɖl blandió la bola de acero con todas sus fuerzas. Al principio, el enmascarado espadachĆ­n estaba cerca de precipitarse, pero, como si estuviera asustado de su fuerza, Ć©l rĆ”pidamente dio marcha atrĆ”s. HabĆ­a una pequeƱa chispa que salió del roce de la bola contra la mĆ”scara. Eso fue suficiente para que Verme tomara persecución de Orba. La gran bola de acero, la cual era mĆ”s grande que la cabeza de un humano, se aproximaba con aullido del viento, Orba continuó evadiendo dando pasos por detrĆ”s.

Ɖl rodo por el suelo, saldo excesivamente de lado, y finalmente se apresuró haciendo un gesto evasivo – la cual invito a reĆ­r a los espectadores.

ā€œMira eso, parece que el espadachĆ­n que te gusta no puede salir de ese lugar apretado,ā€ lo mismo dijo el joven. ā€œĀæO puede ser que esta pelea no es justa?ā€

ā€œĀæTĆŗ crees?ā€ dijo la chica, mirando directamente mientras ponĆ­a su dedo en sus labios carnosos y floreados. ā€œSi es asĆ­, Āæentonces por quĆ© aĆŗn no ha terminado el encuentro?ā€

ā€œEso es porque su oponente sigue manteniĆ©ndose corriendo de un lado a otro.ā€

ā€œMe pregunto por quĆ© Verne no puede acorralar a su oponente que sigue huyendo.ā€

El hombre quería refutar pero mantuvo su boca callada. Mientras miraba, él notó que Orba no estaba retirÔndose por completo, pero seguía dando vueltas en círculos a su oponente mientras mantenía una buena distancia. Y miro como Verne no era capaz de atacar y perseguir a su oponente tan precipitadamente.

Probablemente porque perdió su temperamento, Verne puso toda su fuerza dentro de otro golpe. La bola de acero voló pasando el hombre de Orba y – aunque era obvio para los espectadores que eso era como una oportunidad de oro – Ć©l Ćŗnicamente la regreso con  un empuje de su espada, mientras otra vez tomaban distancia.

ā€œĀ”Tómalo en serio!ā€

ā€œĀ”Deja de jugar!ā€

La audiencia dejo de reír y empezó empezó a burlarse de lo que estaba debajo de la arena. No sólo Orba, también de Verne quien no parecía capaz de derrotar a su oponente de su constate huida.

ā€œĀ”Bastado!ā€ Verne aulló.

Cuando Ć©l trató precipitadamente ir por Orba, la chica de pronto alzo la voz. ā€œĀ”Ah!ā€ en sorpresa.
Orba, quien hasta ahora sólo estaba por detrÔs, de pronto empezó a lanzarse hacia adelante. Deteniendo su rastro, Verme, también, tomó la oportunidad de dar otro golpe.
Orba inclinó su cuerpo abiertamente a la derecha, evitando la bola de acero y, él giró con su pie izquierdo, mostrando su espada en un golpe diagonal. Al momento que la cadena se cortó, un extraño y claro sonido hizo eco a través de la arena, entonces Orba retorció su cuerpo otra vez y movió su espada hacia abajo con la fuerza de un rayo.

El crÔneo de Verme se partió en dos y el gigante colapso de pronto.

ā€œĀ”M-Magnifico!ā€ el orador gritó.

Sin embargo, porque había pasado rÔpidamente y vino con tal inesperada conclusión, la audiencia estaba viendo mÔs asombrada. Aunque el raro silencio envolvió la arena, el ganador no parecía importarle de cualquier manera y fue directo a la estaca, y, presto las manos de un número de esclavos para levantarla del suelo, usando su espada corto las cuerdas que mantenían a la mujer amarada.
Con un grito de alegría, ella se aferró a su cuello, sólo para ser presionada con una cara confusa de apariencia en su cara mientras Orba inmediatamente regresaba a su puerta.
La chica en el asiento especial – ella se habĆ­a quedado con la boca abierta por tan repentino cierre de las cortinas – lentamente empezando a formar una sonrisa en sus labios. Ese gladiador llamado Orba no parecĆ­a ser consciente de la audiencia. Como si dijera que la Ćŗnica razón por la que estaba aquĆ­ hoy era para pelear, y para matar como le fue dicho.

ā€œĆ‰l… derroto a Verne.ā€

ā€œCon un solo golpe.ā€

Después de un momento de silencio, las de alabanzas a Orba empezaron a crecer de poco en poco. Ahora el ambiente que había crecido era inquietante para los visitantes, lentamente aplaudieron, la incómoda marca de los pies, y las aclamaciones apropiadas para el ganador empezaron a llegar las gradas. Entonces, casi que al instante el Ôrea volvió al estado que estaba, el aire tembló fuertemente.
Eso era el rugido del Dragón Sozos.
La pudo haberse acabado, o el instinto de reacción al olor de sangre, pero de pronto empezó balancear el enorme cuerpo de derecha a izquierda, rompiendo parte de la jaula. Uno de los esclavos que estaba en proceso de remolcarlo todo, fue atrapado y levantado por las garras del dragón. Antes que pudiera resistirse, su torso desapareció en la boca de Sozos.
Hubo un sonido del rompimiento de huesos. Y al mismo tiempo mientras horrible sonido de masticar se podía escuchar, la arena estaba de pronto llena con gritos. En medio del todo el miedo y pÔnico que rÔpidamente barrió por el Ôrea, Sozos estaba mÔs bien calmado y extendió sus miembros y emergieron de la jaula rota.
Siendo arrastrado por la multitud que se esforzaba por escapar primero, el joven de hace rato casi cae al suelo. Pero entonces, Ʃl fue arrastrado por una mano.

ā€œEs por aquĆ­. Ā”De prisa!ā€

Era uno de los soldados quien había estado de guardia en los asientos especiales. Mientras agitaba una espada y arma, él trató de llevar al hombre de vuelta adentro.

ā€œE-Espera. Ineli estĆ”ā€¦ā€

Aunque él trato de resistirse, él no podía moverse libremente mientras seguirÔ siendo empujado por las personas tratando de escapar. Entonces, escuchó una voz familiar, con un alto gritó. Justo en frente de las patas de Sozos mÔs allÔ de la pared divisora, estaba una figura que pertenecía a nadie mÔs que Ineli. La chica se había puesto de un color pÔlido mientras ella había caído de la galería, y miro como ella estaba cerca de perder la consciencia en cualquier minuto.
El gran hocico del dragón se abrió de arriba abajo. Mientras que las filas de colmillos, similares a la espada puntiaguda, se abrieron, formando grandes filas de baba. El joven estaba cerca de involuntariamente apartar sus ojos, cuando una delgada línea de sangre salió del cuello de Sozos. Los gladiadores empelados de guardias se precipitaron con armas. Sin embargo, porque estaban cerca de los asientos, pudieron disparar a quemarropa, y de esa forma siguieron, ellos apenas tenían nervios. Mientras estaban en conflicto en lo que harían a medida que se acercaran, Sozos dio vuelta rÔpidamente y los golpeo con un solo golpe de su cola, mandando a volar a varias personas.

La chica habĆ­a naufragado en el suelo, sus ojos se abrieron viendo todo a su alrededor.

Entonces, de esos ojos, vio.
Habƭa una sombra que pasaba por el flanco de Sozos como una rƔfaga de viento, justo antes que se topara contra la pared que dividƭa los asientos de cuadrilƔtero, la sombra salto contra ello y surco dentro del aire. Un hombre con una mƔscara de hierro imitando a un tigre salto dentro de la vista de la chica, la figura de Orba el gladiador estaba por encima de la cabeza de Sozos.

Incluso si ella lo había visto corriendo hacia Sozos por la parte de atrÔs mientras el dragón era distraído por las balas, ella no podía créelo repentinamente.

A pesar del cuerpo Delgado de Orba, sus articulaciones y mĆŗsculos parecĆ­a fortificar sus brazos como hierro mientras Ć©l con firmeza agarraba el cuello del dragón. Mientras  presionaba su cuello entre sus piernas, Ć©l se sostuvo fuertemente con una mano y, con la otra, llevo su espada dentro de la cabeza.
Balanceando su gran cola y sacudiendo la tierra con sus pies, aún así el dragón seguía dando lucha, no era capaz de quitarse al gladiador. Se sacudió una segunda vez. Pero la tercera rasgó por las escamas, tan duro como una armadura de hierro, y piezas de carne y sangre salpicaban. Sin embargo, la espada se quebró cuando llego el cuarto golpe, pero al mismo tiempo otros gladiadores se precipitaron.

ā€œĀ”Orba!ā€

Recibiendo la espada  que un espadachĆ­n de piel morena le lanzo, Orba una vez mĆ”s fue por un quinto ataque, siguiendo exactamente el mismo proceso de antes, hasta que el clavo la espada en medio de la cabeza del dragón.

Los ojos dorados brillaban de nostalgia viendo el cielo. Justo antes que el gran cuerpo se hundiera desde la nuca, el espadachĆ­n se habĆ­a acercado al asiento de los invitados.

La chica, aunque de rodillas en el suelo, lo miraba desde arriba. Era casi como si el saliera de un cuento, ella se sintió como una princesa aprisionada por un malvado mago, y aunque ella fijo sus ojos en él con un corazón palpitante, de todas esas cosas, él héroe gladiador continuó su caminar, completamente ignorÔndola, y salto Ôgilmente del muro divisor y regreso al cuadrilÔtero.

Había una nube de un caótico miedo colgando sobre la Ôrea mientras él mostro su espalda y se alejó, pero mÔs que darse aires de ganador, él lucía mÔs como una solitaria figura que duramente podía soportar miradas sobre él.

ā€œĀæE-EstĆ”s bien?ā€

Ella volvió la mirada al joven que la había llevado, quien vino corriendo quedÔndose sin aire, y de pronto sintió una extraña sensación. Ella sólo lo había visto con una mirada pasajera, pero los ojos debajo del espadachín enmascarado se asemejaban a los de ese joven.
Y aunque había otro hombre quien estaba concentrado viendo la espada de Orba, sorprendentemente era por otra razón.

ā€œDe ninguna manera, Ć©l sigue vivo.ā€

Ɖl se secó el sudor de su barbilla con parte de atrĆ”s de su mano. Estando detrĆ”s de la espalda del joven – Ć©l tambiĆ©n era un hombre quien habĆ­a estado en los asientos especiales – Ć©l estaba hablando de sĆ­ mismo mientras solo habĆ­a olor a sangre en el ambiente.

ā€œĀæOrba era su nombre? Dos aƱos... dos largos aƱos, huh.ā€






[1] Para ilustrar es como en las luchas de la WWE donde junta a muchos luchadores en la arena y gana el Ćŗltimo que quede.

[3] Ella en realidad le llama ćŠē¾©å…„ę§˜ ā€˜ogikei-sama’, lo cual, en este caso, significa su medio hermano. Sin embargo, ella lo pronuncia como ā€˜onii-sama’.
[4] El verdadero nombre es Ballchain Verne, pero realmente no sƩ si el nombre completo, o un apodo, por lo que el apodo serƭa Verne Bola de cadena.




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