El Hada del Almacén
A Kutori nunca
le gustó mucho. Ella siempre le llamaba Kutori a su hermana menor y la traba
como tal. Por supuesto, las hadas, quienes no nacían del vientre de una madre,
no podían tener hermanas o algún hermano como tal. Pero ella justificaba su
supuesta vejez y la relación con hermanas menores diciendo que originalmente
venían del mismo bosque en la misma isla flotante, o ella vino cinco años más
antes que Kutori. Colocando esos hechos coincidentes como evidencia de que le
molestan más a Kutori.
Aparentemente
ella también tiene una gran habilidad con las Armas Excavadoras, otro punto que
a Kutori no le gusta. Kutori recuerda viéndola volar en el campo, mostrando su
gran espada, entonces vino marchando a casa con una gran sonrisa en su cara.
Luego de regresar, ella siempre irrumpía en el comedor y bajaba el pastel de
mantequilla, un ítem en el menú en ese momento, con una expresión de felicidad.
Una vez, en un
capricho, el joven y la inexperta Kutori decidieron preguntarle algo.
[¿Por qué
siempre usas ese broche, incluso cuando no se ve bien en ti?]
[Ahaha, eres
demasiado honesta, Kutori. Harás llorar a tu hermana mayor ¿sabes?]
[No eres mi
hermana mayor…]
[¿Ehh? Bueno,
ciertamente no puedo ser la hermana menor.]
[Estoy
diciendo que no somos hermanas en primer lugar.]
Después de
unos minutos de su usual brillante broma, ella relajo un poco su sonrisa.
[Una vez hubo
una gran hermana también. Tome este broche de ella.]
[¿Tomaste?
¿Ella no te lo dio?]
[Ese era uno
de sus tesoros. Ella siempre lo usaba y le tomo cuidado, así que si se lo pedía
no escucharía.] En ese punto Kutori pensó que ella era más mala que antes,
robando cosas importantes de otras personas, pero siempre reía a las miradas de
juicio de Kutori.
[Yo la desafíe
a varios juegos, demando el broche si ganaba. Las botas en nuestros cursos de
entrenamiento, o concursos de comer, o juego de cartas. Pero nunca gane.
Incluso así, me mantuve desafiándola porque era divertido.]
Kutori podía
ver cómo terminaría la historia. Si Kutori no sabía que esta auto-proclamada
gran hermana, significaba que ella ya lo había preparado por el tiempo en que
Kutori vino. Kutori se mantuvo en silencio. No quiso preguntar nada, pero debe
haberlo mostrado en su cara.
La ‘gran hermana’
palmeo su cabeza y se fue. [Bueno, al final, gané por default. Un día, ella fue
a la batalla sin su broche puesto. Ella lo había dejado en el escritorio de su
cuarto, así que se volvió mío.] Ella rio, incluso Kutori no podía ver lo divertido
acerca de su historia. [Creo que luce mal en mí… pero siento que necesito
usarlo.]
Otra vez,
Kutori nunca le había gustado mucho. Pero, viendo atrás, tal vez ella no era
tan mala, después de todo. Así que ese día cuando ella nunca volvió a casa del
campo, Kutori fue a su cuarto. Detrás de su cuarto sin llave yacía un desorden
de ropa interior, juegos de cartas, y otras cosas esparcidas. Entre el
desorden, sólo arriba de su escritorio estaba limpio. Un broche plateado
quedaba solo justo en el medio.
Por los pasados
días, Willem no había visto a las hadas cerca. Kutori, Aiseia, y Nepheren.
Todas las chicas grandes habían desaparecido en alguna parte. Después de pensar
en ello un poco, él se imaginó que deben estar en una situación especial y
decidió no seguir con eso más. Sin pensar en más, él simplemente decidió
aceptar la situación.
El suelo aún
retenía algo de sereno de la lluvia de la mañana. El equipó rojo, el cual había
luchado por la primera mitad del juego, justo empezaba a regresar a la
ofensiva. La motivación de los miembros del equipo estaba subiendo, y ellos
accedieron a golpear el balón justo en la cara del capitán del equipo blanco
durante la segunda mitad.
Un fuerte
viento de pronto empezó a soplar el balón por el aire, guiando justo a la densa
defensa. La chica que perseguía parecía ser del tipo que nunca se rendía y el
tipo que no prestaba atención a sus pies cuando miraba al cielo. Añadiendo esas
condiciones solo que la única posibilidad de sobrepasar. Determinada a tomar a
su objetivo, la chica terminó cayendo de cabeza en el denso matorral.
[¡Hey! ¿¡Estás
bien!?]
[Ow ow… esa
fue una falta.]
El choque fue
tan mal que una seria herida no sorprendería, así que cuando la chica se echó a
reír, Willem suspiro de alivio. Entonces, un momento después, él se congelo en
horror. Una profunda laceración apareció en muslo izquierdo de la chica, y la
parte superior de su brazo derecho había sido perforado por una delgada rama.
Afortunadamente, juzgando por la cantidad de sangre que salía, una artería no había
sido dañada, pero era un gran arañazo que la chica se había hecho.
[Amabas lucen
mal. Vamos a que te traten inmediatamente.]
[¿Ehh? Estoy
bieeen,] la chica había respondido con desaire. [¡De cualquier manera, vamos a
jugar! ¡Estamos cerca de hacer una recuperación!]
Willem no
podía creer lo que escuchaba. ¿Tal vez la herida no era tan seria como lucia?
Pero no importa cuántas veces lo revise, ciertamente podía necesitar curación
inmediata, o la vida de la chica estaría en peligro.
[… ¿No duele?]
[Duele. ¡Pero,
sabes, estamos disparando!] la chica, con una gran sonrisa en la cara,
emocionada hizo un gesto a Willem para recomenzar el juego.
Él finalmente
empezó a entender la situación. Como ella dijo, había un verdadero dolor, y tal
vez un poco de ello. La chica – y las otras chicas, quienes no parecían
detectar nada innatural en su comportamiento – simplemente no pensaron en la
herida como gran cosa. Un escalofrió paso por su espalda. Él sintió como si
estuviera rodeado por desconocidas y misteriosas criaturas. Tal vez no era un
sentimiento del todo, pero más era que había fallado en darse cuenta hasta
ahora.
[El juego
acabo.]
Rugidos
salieron de las chicas en protesta, pero Willem, prestándoles atención, entro
rápidamente al almacén, llevando a la chica lastimada en sus brazos.
[…Así que,
¿por qué eres el que está deprimido y no la persona que está lastimada, pero
eres la quien la lleva?] Vistiendo una bata blanca como ropa normal, Naigrat le
pregunto a Willem.
La chica que
yacía cerca de la cama con sus extremidades envueltas en bandas, hizo pucheros
por la suspensión del juego de pelota. Willem se sentó en la silla, su cabeza
se enterró en sus manos.
[No me había
dado cuenta hasta hoy… esas chicas no parecen tener mucho cuidado sobre sus
propias vidas, ¿verdad?] Dando esa postura, él pregunto a Naigrat, quien
esperaba saber algo.
[Hmm, supongo.
Ciertamente es una tendencia.]
[Eso es
normal… de cualquier manera, ¿qué son ellas?]
Naigrat se
detuvo por un momento y suspiro, entonces regreso la pregunta, [¿Realmente lo
quieres saber?]
Willem
finalmente miro hacia arriba.
[Eres su
agente, incluso si puede ser de título. Así que, si demandas información acerca
de ellas, entonces no estoy en posición de rehusarme.] Su voz tomo un tono
serio. [Para ser honesta, realmente no quiero decírtelo. Después de escuchar de
esto, tu actitud hacia esas niñas cambiara. Al principio, pensé que eras un
poco desagradable, pero ahora te agradezco que seas bueno con ellas. Si es posible,
quiero que las cosas se queden así por más tiempo.]
[…Por favor,
dime.]
[Bien
entonces, supongo que no tengo alternativa.] Naigrat bajo los hombros. [Estrictamente
hablando, esas niñas no están vivas. Sus cuerpos no tienen miedo a la muerte
porque no están vivas en primer lugar. Sus mentes son diferentes, pero en una
edad joven siguen los instintos de su cuerpo y fácilmente se vuelven
despreocupadas.]
[Lo siento… no
entiendo una sola palabra de que estás diciendo.]
¿No están vivas? ¿Qué tipo de broma es esta?
¿Cómo pueden ser chicas tercas, energéticas, y alborotadoras que él ve a
diario… no están vivas?
[Hmm… bueno,
tampoco quería creerlo cuando lo escuché por primera vez.] Naigrat murmuró
suavemente. Ella camino fuera del cuarto y le indico a Willem. Sígueme. “Quiero
mostrarte algo”
Willem
perezosamente se levantó y fue tras ella, aunque completamente perplejo.
[Los Emnetwyte.
¿Asumo que sabes mucho de ellos?]
[…Tanto como
cualquier otro.]
[No necesitas
ser modesto.] Ella rio. [La legendaria especie que gobernó la tierra por 5000
años atrás. Ellos no fueron bendecidos con ningún talento especial…]
Se dijo que
los Emnetwyte carecían de gran tamaño como los Gigantes. Ellos no tenían
refinada la magia como los Elfos. Sus habilidades eran malas en comparación a
los Moleians. Su rango de reproducción podía nunca igualar a los de los Orcos.
Y por supuesto, también carecían de una abrumadora fuerza como los Dragones. A
pesar de ser una lamentable existencia sin habilidades superiores, los Emnetwyte
gobernaron la tierra por un largo periodo de tiempo, defendiéndose de casi
todos los ataques de las otras razas.
[Ah… ya veo.]
[Y una cosa
más: ellos probaban cosas más deliciosas que las otras razas. Ese hecho había
pasado por generaciones de Trolls.]
Esa leyenda necesitaba morir. En serio.
[Una de las
razones principales de su fuerza era el sistema de armas las cuales viven bajo el
nombre de Armas Excavadoras.]
[… Escuché eso
antes. Anaala lo mencionó una vez si había descubierto una función en las Armas
Excavadoras. Es fácil cubrir los costos de las siguientes salvadoras.]
[Mhm. Compañía
De Comercio General las compró por el mínimo de 200,000 Bradals. Creo que la
más grande había sido 8,000,000 Bradals.]
Ocho millones.
Eso podía pagar la gran deuda de Willem 50 veces y dejar algo de sobra.
[Y… todas las
Armas Excavadoras fueron reunidas por la Compañía De Comercio General.]
Naigrat dejo
de caminar mientras llegaban al frente de una inusualmente y gran puerta. Una
gruesa capa de metal cubría todo, con afiladas bordadas desde los bordes. El
sistema de seguridad parecía más complejo que cualquier cerrojo ordinario, y la
acompañaba una perilla de plomo que se sentía increíblemente pesada. En esto
‘el almacén’ fluía con vivacidad, el exterior de la puerta en frente de ellos
se mantenía una estatua como un recuerdo oficial de la facultad de la armada.
[…Estamos
dentro del cuarto.]
Naigrat abrió
la puerta con facilidad y empujo para abrirla. Un sonido profundo como el rugir
de un estómago resonó por todo el pasillo. Moho y polvo se mezclaban juntos
para hacer una mala forma. La humedad se olfateaba en la nariz de Willem.
Casi como una
tumba. Parecía como uno de esas donde estaba enterrado un rey antiguo con sus
tesoros, y estúpidos ladrones tratando de robar algo, pero al final eran
maldecidos. Willlem nunca había visto eso con sus propios ojos, pero él escucho
muchas historias. Bueno, sí o no tales tumbas mantenían algo allí abajo, él no
tenía idea.
El cuarto no
tenía, luces. Él podía decir que algo yacía allí detrás de la oscuridad, pero
no podía pensar qué.
[Es una
estricta seguridad aquí, ¿huh?]
[Bueno, muchas
cosas peligrosas están reunidas aquí.]
[… están en
este cuarto.]
[Bueno, una
gran cantidad de cosas peligrosas están reunidas aquí.]
El par se
detuvo, esperando que sus ojos se acostumbraran a la oscuridad.
[Armas de
épocas pasas cuyas maneras de hacer, reparar, y blandirlas se han perdido para
siempre. Las Armas hechas por razas sin poder para derrotar a los todo
poderosos Dragones y Visitors. Armas que simbolicen la voluntad de resistir y
la fuerza de la pelea. Armas que, a pesar de ser sostenidas por meros
individuos, podría cambiar toda la guerra.]
Los sombríos
contenidos del cuarto empezaron a convertirse discernible.
[Haha…] Willem
rio nerviosamente.
Contra un muro
colgaban una docena de espadas. Aunque él no podía verlo claramente, esas
obviamente eran mucho más grandes que una típica espada larga que solía
utilizarse para propósitos ceremoniales o combates personales. Sus longitudes
variaban, pero mayormente se extendían a la altura de un hombre adulto, o
ligeramente menos. La longitud proporcional de la empuñadura indicaba que las
espadas eran blandidas con ambas manos.
Lo que las
hacía claramente diferente a las espadas regules fue la estructura de sus
hojas. Mientras Willem las observaba desde una cercana distancia, él pudo hacer
la afirmación de las rajaduras que pasaban por sus cueros. Una incluso de buena
apariencia revelaba parte de la espada en el otro lado una está con rajaduras
ligeramente diferentes de color, sugiriendo que las rajaduras no son todas
rajaduras, sino uniones.
Una espada
normal venia de una sola masa de metal golpeado en la forma. Pero estas venían
de docenas de acero fragmentado, todo acerca del tamaño de un puño, unidas
juntas en una forma de espada rompecabezas.
[Kaliyons…]
[Así que es
por eso que suele llamárseles así, ¿huh?]
Mientras
Willem miraba por el cuarto una vez más, él sintió un repentino dolor en su
pecho. Él reconoció una de las espadas. La Serie Percival producidas en masa
por Kaliyons. Esas espadas habían sido tomadas a su cuidado en el tiempo que
era un Quasi Brave novato sin un arma especial. Ellas no tenían Talentos
individuales que construir, pero lo hacía con una razonable base de calidad e
increíble flexibilidad – Willem podía hacer mantenimiento de emergencia en su
espada incluso en medio del campo de batalla. Él nunca uso el modelo sucesor,
la Serie Dindrane, pero estaba orgullo de los otros Quasi Brave que mejoraban
su estabilidad.
Locus Solus.
La espada favorita de un Quasi Brave, cuyo nombre él no podía recordar, peleo
con Willem a lo largo de una batalla con Dragones al sur. Tenía un Talento para
estimulación de músculos, pero desde que curaba habilidades malas, sus músculos
siempre dolían como el infierno al día después de la batalla – Willem recordó a
su compañero que se quejaba de eso.
A la par
estaba Mulusmaurea. Un compañero Quasi Brave las había llevado al campo cuando
fueron llamados refuerzos para defender la ciudad De Listiru. Él nunca
consiguió la oportunidad de ver los Talentos en acción, pero él escucho de la
habilidad que tenían ara prevenir la muerte a corto tiempo.
[Heh…]
Se sentía como
una reunión de estrategia. Él mismo cayó al suelo, sin importarle que su
uniforme militar se ensuciara. Levemente incinerando su Venom, Willem se
concentró y dio a sus ojos la habilidad de ver las venas de hechizos. Las líneas
de hechizos se habían unido y cortado y revuelto en cada forma.
Con esas espadas de mala calidad, ¿podían
mantenerse peleando?
[Hay una cosa
que quiero preguntarte.]
[¿Qué es?]
[Kaliyons era
creada por los Emnetwyte por Emnetwyte, hombres haciendo milagros. Solo los
escogidos Braves de la misa raza podían blandirlas. Ahora, no deberían ser nada
más que antigüedades inútiles. ¿Así que por qué están reunidas? ¿Cómo peleabas
con ellas?]
[Ya sabes la
respuesta de eso, ¿verdad?]
Porque… ¿también somos Brave?
Ignorando la
voz de la chica que se repetía en su cabeza, Willem pregunto otra vez. [Dime]
[Si los
Emnetwyte ya no están más, necesitamos un sustituto. Esos niños son
Leprechauns. La sola raza que puede actuar como remplazo de complemento para
los Emnetwyte. Allí está la respuesta que estás buscando.]
[Ya veo…]
En lo profundo
de su interior, Willem ya se lo había imaginado. Él se paró, sacudió el polvo
de su trasero, y paso su mirada a la línea de Kaliyons.
[Así que esas
chicas son compañeras ahora, ¿huh?]
Con un toque
de soledad, orgullo, y pena, como si hablara de sus viejos amigos, Willem murmuró
esas palabras.
¿Quién soy? Pensó el mismo. Unos cuantos
detalles llegaron a su mente. Uno de los que aspiraba ser un Regular Brave. Uno
de los que blandía un Kaliyon como Quasi Brave. Y, por último, uno de los que
perdió esas cualidades en una batalla y ahora vive en un vacío cascaron.
Para
convertirse en un Regular Brave, uno necesita un buen segundo plano. Por
ejemplo, tener la sangre de un Dios en ti. O ser el descendiente de un Brave. O
cuando nacieras en una noche especial mencionada como profética. O tu ciudad
hubiera sido destruida por Dragones. O tu padre te pasara técnicas secretas de
espada a ti. O que tu cuerpo tuviera el poder de un demonio sellado dentro.
Todo los verdaderos Braves tenía un segundo plano como ese. Solo esos quienes
estaban de acuerdo en manejar una fuerza inhumana podían tener la oportunidad
de tomarla.
Así que Willem
no pudo convertirse en un Regular Brave. No importa cuánto lo quisiera, él
simplemente no reunía las cualidades. Sus padres vivían vidas simples
trabajando en el negocio de algodón. Él creció en un viejo orfanato regular,
nada particularmente feliz, pero nada particularmente miserable. Naturalmente,
tal ordinario trasfondo podía ganarle solo a su ordinaria fuerza. Él no podía
hacer absolutamente nada acerca de ello. Sería bueno si él al menos hubiera
nacido en un barrio de una arcana escuela de espadas o algo como eso, pero
parecía que el mundo no respondería a las circunstancias de Willem.
[No tienes
talento.] Una vez, su maestro le dijo eso. [El sistema de Braves es
fundamentalmente de élites. Legendarios héroes… esos que nacen con la sangre de
un semidiós… el sistema fue creada para darle a esos tipos de personas la
habilidad de desbloquear un gran poder. Vivían en u mundo completamente
diferente al nuestro que simples guerreros quienes aspiran a la victoria en una
pequeña escala. Llevan todo el mundo sobre sus espaldas.]
El maestro
sacudió su cabeza. [Cualquier humano normal no debería ser capaz de cumplir ese
propósito. Incluso si se fuerzan, pronto cederán… entonces no ser capaz de
pelear sería al menos tu preocupación. Y Willem, desafortunadamente, eres uno
de esos humanos normales.]
Un breve silencio
continúo. El maestro tomo un profundo respiro y dio su último discurso. [No me
hagas esa cara… no es como que disfrute aplastar tus sueños. Es simplemente la
verdad que debo decirte y la realidad que debes enfrentar. Eso es todo]
Cuando él
escucho esas palabras, Willem las rechazo. Él continúo rehusándose a rendirse.
Mirando atrás, podía haber sido una reacción infantil. Pero en esa vez, él
estaba serio. Él escogió negar las palabras de su maestro hasta el amargo
final.
Willem recordó
las 20 generaciones de Regular Brave apuntadas por la Iglesia. Él no sólo llevo
la sangre del primer Regular Brave, sino también había nacido de algún reino.
Cuando él tenía 9 años, una Armada de Elfos Oscuros ataco el reino, incineraron
todo lo que quería a cenizas: sus padres, sus amigos, su ciudad. Mientras su
despreocupación se deshacía en llamas, él escapo a una lejana villa remota,
donde estudio técnicas de espada bajo un viejo general de la armada.
Un tiempo
después, Willem se dio cuenta. Esa persona tenía una razón para poder pelear.
Él tenía una razón para pelear. Tenía una razón del por qué debería pelear. Es
por eso que todos, incluido Willem, no se dio cuenta. Nadie imagino la
posibilidad.
Él. La 20
generación de Regular Brave. Nació con la fuerza para derrotar a la mayoría de
demonios, soportando el dolor de perder a sus padre y ciudad, llevando las
técnicas secretas de antiguo pasado, blandiendo una brillante espada capaz de
pelear incluso con los Visitors. Él.
Él ni una vez
soñó con pelear. Él simplemente se lanzó a una guerra de venganza porque no
tenía elección. Él reto a los Dragones y a los mismos dioses porque él tenía
que reunir las expectativas de otros. Él no era más que una marioneta
manipulada por sus propios poderes y deseos de esos quienes podían usarlo.
Willen en el
momento que se dio cuenta, él empezó a odiarse. Él nunca pudo perdonarse. Y,
para ser honestos, él llevaba muchos de esos sentimientos incluso ahora.
Mientras el sol llegaba más allá del horizonte, un rayo de luz empezó a fluir.
[Debí traer
una sombrilla…] él murmuro suavemente, pero él realmente no se sentía así
llegando al refugio a su cuarto.
La 68 Isla,
distrito del puerto. El vestíbulo de toda la isla, contenía todas las
facultades necesarias para aterrizaje y salida de naves. Él se paró en el
cercano borde del puerto, dejándose vulnerable para la lluvia que caía. Unas
cuantas nubes se formaron como ropa de algodón flotando por debajo de él. E incluso más allá de eso, él vio la gran
expansión de tierra surcando todas las direcciones. No contenían rastro de los
verdes bosques, o el azul de los ríos u océanos, o de los amarillos desiertos.
La vista ente sus ojos contenía solo un mar de misterioso, y fangosa tierra
gris. Pero antes de esto, incluso esa tierra gris fangosa se derretía en la
absoluta noche.
Hubo unas
cuantas cosas con las que estaba de acuerdo. Por ejemplo, el consumo de Venom.
Venom es como un calorcito, o una flama. Primero se enciende con una chispa
dentro de tu cuerpo, alimentando el fuego, entonces transfiere ese poder
afuera. Pero este calor se coloca como una carga en el usuario. Si tratas de
invocar más de una flama en cierta fuerza, tu propia vida será forzada a
sofocarse. Este mecanismo coloca un sistemático limite sobre la cantidad en la
cantidad de Venom a diferencia de las razas que pueden blandirlo.
Así que si hubiera una forma de vida retorcida
cuyo cuerpo no estuviera estrictamente vivo, sería capaz de producir una enorme
cantidad de Venom más allá de las otras razas que esperaban lograrlo. Ese
poder, el cual probablemente sería incontrolable, pronto correría salvajemente
y causaría una gigantesca explosión, mandado a volar al usuario y su enemigo,
dejando atrás solo un hoyo con una Kaliyon en el centro. El arma suprema. No
puede ser más efectiva, dado que una vez se usa, pero sólo teniendo eso como
una opción llevaría el significa de lo valioso.
Una cosa más
con la que podía estar de acuerdo: eran ciertamente fuertes. Una raza criada
para la guerra. Toda su vida pasando con el solo propósito de la victoria.
Llevando ese destino haciendo a esas chicas valiosas. Valiosos seres sucesores
de los Regular Braves. Podían convertirse en la cosa que Willem luchó duro por
ser pero que no pudo. Genial. Maravilloso. Probablemente también querían
hacerlo. En ese caso, él debería estar feliz por ellas. Él debería bendecirlas.
¡Woohoo, increíble! ¡Voy a dejarle el resto a todas ustedes! ¡Buena suerte!
[…Quiero
morir…]
Por supuesto,
Willem lo sabía. En su más profunda lógica deficiente había sido creado por su
propia mente en un desesperado intento por confortarse. Estando allí parado
solo, sus pensamientos pasaron. Pero al final, ¿qué debería hacer? Un
irreverente extranjero no tenía derecho a interferir en la guerra de Braves.
[¿–Hm?]
Sobre su
cabeza, rayos del sol brillaban, partiendo del gran océano de nubes. Una nave
se aproximaba. Él no podía descubrir muy bien la silueta detrás de la luz
brillante, pero él sabía con certeza que no era una nave de patrulla ordinaria
o un barquero. Más parecía pequeño, pero lo más probable era que fuera un
transporte de la armada.
Un profundo
metal rechinaba por la humedad del aire de nave que el anclaba en el puerto.
Chirridos salían desde el impacto de los bordes- tres anclas de atrás, medio, y
gradualmente la detuvieron, bajando el desafiante ruido que había hecho.
La entrada
principal del barco se abrió, liberando dos figuras humanas saliendo.
[Chicos…]
Willem
inmediatamente reconoció a los dos como Leprechauns: Kutori y Aiseia. Ambas
vestían un uniforme informal de la armada. Un traje que él no había visto
antes. Algo estaba fuera de sí. Aiseim, con una mirada sombría sobre su cara,
caminaba con una flácida Kutori apoyada contra su hombro.
[Hey hey,
Wille, Segundo Técnico de Armas Encantadas. Buenas tardes.] Ella habló con su
usual manera animada. [Seguramente es un lugar extraño para encontrarnos, ¿huh?
¿Tomaba una caminata bajo la lluvia?]
Aiseia
probablemente se refería a una broma, o intencionalmente supuso mal, en un
intento de mantener el tema fuera de su propia situación. Pero era por mucho la
respuesta correcta. Bueno, no era gran cosa. Willem no era capaz de dejar que
evitaran el tema.
[¿Qué les pasó
chicas?]
[Hmm… bueno,
estábamos en una situación similar a la suya. Tomando una caminata fuera de la
isla… ¿puede aceptar eso como una explicación?]
[Por supuesto
que no. Asumí que esto…] él vacilo. Si o no era aceptable preguntar más, él no
podía decirlo, pero necesitaba hacerlo. [Ustedes regresaron de pelear, ¿verdad?
Con las ’17 bestias’.]
[Ahaha, ¿cómo
lo sabe?]
Kutori no dijo
palabra desde que bajo de la nave. Esperando a ver qué tan mal se había
lastimado, Willem camino cerca de ella.
[Ah – ella
está bien. No hay nada que pueda hacer por ella. Si quiere ayudarla, tal vez
pueda encargarse de eso por allí.]
Con sus ojos,
Aiseia indico la montaña detrás de ellos. Lechosas gradas blancas cubrían todas
las montañas de su cuerpo, sobre la cual estaba un uniforme militar.
Agachándose para abrir la puerta, perezosamente empezó a salir de la nave.
Cerca de la cima de la montaña, un par de ojos se abrieron y miraron a Willem
– Ese era el
Reptrance que Willem vio una vez.
[Ese uniforme…
¿eres Willem?] Él tenía una voz intimidadora, como el cascabel de una
serpiente. Debido a su diferencia de estructura de gargantas, los Reptrace
siempre tenían una pronunciación peculiar, incluso cuando hablaban con la
lengua común en las islas.
[Sí… ¿y tú
eres?]
[Carry,] el
Reptrance dijo, completamente ignorando la pregunta de Willem, y fue a él, o
más bien se lanzó a él, dos largos y delgados objetos.
Incisivamente,
Willem extendió sus brazos para atraparlo. Pero el bulto, el cual no era tan
largo comparado al cuerpo gigantesco del Reptrace, casi superaba el tamaño de
Willem. De otra manera, mientras el Reptrace había sido capaz de forzadamente
tomarlo y tirarlo a lado, era más pesado que cualquier músculo normal de un
humano. Él fallo en tomarlos y los objetos cayeron al suelo, haciendo que el
metal rechinara.
[Son…]
Envuelto
fuertemente en trapos blancos estaban dos espadas largas.
[Las armas de
esas dos. Llévalas de regreso al almacén.] El Reptrace repitió su orden y
empezó a regresar al interior del barco.
[¡H-Hey!]
[No tienes
derecho a decir eso. En un lugar donde un guerrero se para, uno que no es un
guerrero no puede entrar.]
Con eso, la
puerta se cerró, ocultando la gran espalda del Reptrace.
[Ah, no te
preocupes por él. Lizard-san siempre es así.] Aiseia lo dijo animosamente.
[También, si puedes llevar esas espada, que mejor. Como puedes ver, tengo las
manos ocupadas con Kutori.]
[¿Está herida?]
[No, solo se sobre
fatigó, así que ella se siente un poco débil. Después de descansar en la
clínica, ella estará como nueva.]
[Ya veo.]
Willem recogió
uno de las espadas que estaba en su pie. Incluso el delgado trapo envuelto,
podía sentir una textura familiar. E incluso con la poca luz, él podía sentir
que reconocía esa forma.
[Siniolis…]
[Ohh,
seguramente sabes de espadas.]
Por supuesto
que las conocía. Ni un solo Quasi Brave vivió durante el tiempo que no sabía
ese nombre. Lo movía a la derecha y mataba dragones. Lo movía a la izquierda y
derribaba a un Dios. Una de las primeras Kaliyons que siempre forjaría. El
Asesino de Dragones Brown. El Dios Triturador. La Santa Espada de la Vaina
Blanca. Había acumulado los suficientes apodos a lo largo de la historia y
muchos logros para hacer un libro. Una Kaliyon entre las Kaliyons. El compañero
del 18avo y la 20ava generación de Braves, un símbolo de heroísmo.
[¿Es tuya?]
[No, es de
Kutori. Me asignaron la otra.]
Willem recogió
la segunda espada.
[Valgalis.]
[Hmmm. Como
que parece que sabes mucho. ¿Ya leíste la lista de nuestro equipamiento o qué?]
[No…] él agito
su cabeza. [Pasa que sé de muchas de estas espadas.]
[Ah, realmente
no sé a qué te refieras con eso, pero bueno.] Aiseia dijo, inclinando su
cabeza.
[Voy a tomar
también el equipaje.]
[¿Huh?
Espera…]
Willem recogió
a la flácida Kutori y la llevo en su espalda. Detrás de ellos, un chillido de
metal sonó señalando la partida de la nave del puerto.
[…Eres más
fuerte de lo que pensaba.] murmuró Aiseia, quien ahora no llevaba nada.
[Bueno, es mi
trabajo ahora es ayudarlas.]
[Ohh, estás tratando
de sonar genial, ¿huh?]
Willem empezó
a caminar, con Aiseia siguiéndolo a medio paso detrás.
[¿Así que
cuánto sabes? De nosotras.]
[…No mucho. Sé
que son hadas… y están peleando para proteger las islas con las Kaliyons… o más
bien Armas Excavadoras. Eso es todo.]
[Hmm… Ya veo.]
Aiseia miro arriba al cielo. [Repulsivo, ¿no es así? Vidas desechables. Usando
reliquias de los despreciables Emnetwyte. Algo muy asqueroso trasfondo si me
preguntas.]
[No digas
trasfondo… no eres un individuo en la historia.]
Pero ella
estaba en lo correcto. Ese perfecto trasfondo del que hablaba era que se
necesitaba esencialmente a los Braves. Lo más doloroso, lo más trágico, lo
mejor. Sus destinos y destinar se revuelven todo en ese trasfondo, el cual
implanta en ellas el poder de blandir los artefactos antiguos de los Emnetwyte.
Eso no importaba si ellas mismas lo deseaba o no.
[Hace tiempo…
conocí a alguien en una situación similar a las de ustedes.]
[Ooh, ¿una
vieja historia?]
[No es lo
suficientemente larga para ser una historia. Le debo mucho a ella, y nuca tuve
la oportunidad de pagarle todas las cosas que hizo. Así que cuando escuché de
ustedes, sentí que debería hacer algo para ayudarlas. Eso es todo.]
[Wow… fue
realmente corta.]
[Te lo dije…]
Aiseia pateó
una roca que estaba en el camino con una cara aburrida.
[Hmm… ¿Esta es
la parte donde abres tu corazón a mí y tratas de construir nuestro amor? Ya que
los dos estamos solo y eso.]
[¿No te estás
olvidando que llevo a una cierta persona en mi espalda?]
[Kutori
despertó en el medio y escucho todo, ¿sabes? Entonces unos maravillosos celos
llenos de amor dieron nacimiento a un triángulo amoroso.]
[¿Qué diablos
has estado leyendo últimamente?]
[El Desgarrado
Triángulo.]
Willem había
escuchado el título antes. Tomo lugar en una isla flotante ficticia, donde los
personajes repetidamente se ocupaban trampas y adulterio, clamando que estaban
en busca del verdadero amor.
Bueno, estando
en el bosque casi toda su vida con solo otras chicas (y Naigrat), había
aprendido de la sociedad de alguna manera. Aparentemente, reunieron información
de fuentes como esas, las cuales era un poco inexactas, por decirlo así.
[Especialmente
me gusta el tercer libro. Es una obra maestra.]
[Me recuerda a
que me lo confiscaron cuando regresamos. Los niños no deberían leer ese tipo de
libros.]
[¡Qué
opresión! ¿¡A quién llamas niños, huh!? ¡Además, ¿sabes todo solo con el
título?!]
Muchas formas
de entretenimiento y placer fluían por la ligeramente degenerada 28ava isla.
Yendo de trabajo en trabajo, Willem escuchó un chisme de todas estas locuras.
De cualquier manera, él decidió ignorar todas las preguntas de Aiseia.
[Mantén tu voz
baja… vas a despertarla.]
Él sintió un
ligero sacudón en su espalda, quejándose con un pequeño ronquido.
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