Prólogo
Mitad de verano. A lo largo de las murallas de la
Ciudad Capital Eltobur, el rojo creciente del sol se reflejaba ligeramente.
A par de la sólida puerta sur – la puerta principal
de Eltobur, es una pequeña puerta designada como un punto de revisión del
trafico exterior. La puerta es usada por mercantes para importar y exportar los
productos a de otras ciudades, y usualmente, el puesto de guardia normalmente
está lleno con muchas personas.
Pero ahora, a la par del joven con cabello rubio en
su tardÃa adolescencia estaba parado detrás de la puerta, sin una sombre de una
persona a la vista. Aunque el joven parecÃa que estaba en una edad juvenil, con
armadura azul vestida, acompañada con pedazos de esa armadura, mostraba que él
era un valiente guerrero que ya habÃa experimentado de batalla.
El lugar donde estaba parado, saliendo de esa
dirección del castillo estaba un hombre en sus 20 con cabello negro
desordenado, enfrentándolo directamente mientras montaba su caballo favorito.
[Sir Yui… ¿realmente tiene que ir?]
Parado en el otro camino frente a la puerta, un
joven con rasgos andróginos y cabello rubio y ojos azules que llamaba al hombre
con cabello negro llamado Yui.
[Siento la molestia.]
El joven rubio; lo sintió inevitable, ondeo su mano
de lado a lado en desaprobación.
[El General Linen dijo que era una persona astuta.
Incluso no puede reconocerle fácilmente. ¿Realmente está seguro que no quiere
reconsiderarlo?]
El joven sabÃa que no podÃa se detallado de la
situación presente de Clarice más que nadie. Sin embargo, esto no podÃa
detenerlo.
[Eins. Verás, en la reciente batalla abierta de
Sobakrien, la armada real casi pierde todas sus tropas. La situación ya fue
determinada.]
Eins dio un suspiro después de escuchar esas
palabras. Entonces, movió su cuerpo para bloquear el camino del caballo.
[La siguiente vez que nos encontremos será en el
campo de batalla.]
[SÃ, voy a confiarte el paÃs a ti. Y a esa
lamentable persona también.]
Yui en la espalda de su caballo asistió con su
cabeza.
[Entiendo. Pero por favor, señor, ¿no haga nada
atrevido, bien? En cuanto a esa persona, puede dejármelo a mÃ. No te
preocupes.]
Y eso dijo, Eins presento su mano derecha a Yui,
cuya cabeza seguÃa baja.
[Sabes muy bien que me disgusta sacudir las manos, ¿verdad?]
[SÃ.]
Para Eins eso ni siquiera era más bajo que su mano
derecha después de decirlo, Yui inclino su cabeza. Sintiéndose en problemas por
eso, él saco una larga espada de su cintura, y en lugar de su propia mano
derecha él tomo el mango de la espada en lugar.
[Este es el sustituto para el apretón de manos. Voy
a dejarte eso a ti. Solo es custodia. No uses eso, ¿escuchaste?]
Mientras hacia un gesto de niñato de su mejilla,
para Yui quien presiono su amada espada en él, Eins estallo en una risa incontrolable,
y seducido por eso, Yui también empezó a reÃr.
[Entonces bien, junto con la posición de Sir, te lo
prestare por un rato. De cualquier manera, cuidado.]
Después de recibir esas palabras de su Junior en su
espalda, Yui hizo que el caballo avanzara gradualmente. Entre el césped y el
suelo y más allá del cielo azul, él apunto a los soldados negros del imperio
que los dividÃa.
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