Capítulo
1 – El Principio de Turbulencia
Las doradas hojas cayendo en las calles
son un recordatorio de la llegada del otoño. El viento sopla las ramas y hojas,
y las hojas se soban entre sí como si hablaran del frío. En este lugar lleno de
sonidos de la naturaleza, había un camino pavimentado.
El camino fue nombrado luego de que las
cinco grandes familias nobles de la época, la Familia Schein, que se estableció
en los tempranos días del Imperio Grantz. Hoy, el camino está manejado por el
gobierno, y las estaciones son establecidas en intervalos regulares. Sin
embargo, debido al hecho que si era temprano en la mañana, había unas cuantas
personas yendo y viniendo, y el número de tareas podía ser contada con una
mano.
Había cuatro carruajes tirados por
caballos andando a máxima velocidad por las tranquilas calles. Una chica de
piel bronceada se sentó en frente del carruaje, hábilmente controlándole
mientras continuaba pasando a una velocidad remarcable.
[¡Sabio hermano! ¡Casi llegamos a la
Gran Capital Imperial!]
Las llantas aplastaban las piedras, y
el carruaje se agitaba, la chica morena dijo.
Su nombre era Hugin— una chica que
solía ser un mercenario en el Principado de Lichtine. En la Armada de la
Liberación, había sido como un asistente adjunto. Esta es una mujer fuerte que
ahora está trabajando como el soldado privado de Hiro.
[Entiendo. Por favor sigue al Palacio
Imperial.]
Hiro dijo simplemente, su usual rostro gentil
se desvaneció a una sombría expresión. Apretó su pecho para calmar su ansiosa
mente y respiro repetidamente.
No tiene sentido empacar. Primero,
necesito tener una audiencia con el emperador y hablarle…
El contenido es acerca de Liz y Aura, cuya
seguridad es desconocida en la Región de Felzen. Una semana había pasado ya
desde que Driks le informó de ello en el Reinado Levering.
Debía ser capaz de oír más detalles.
Quizás incluso ser capaz de confirmar su seguridad. Pero su parte calmada le
estaba diciendo que no funcionaría de esa manera.
[Su Alteza Celia Estrella tiene al
Quinto Emperador del Espíritu de la Espada, el Emperador de las Llamas, y la
General de Brigada Aura tiene una inteligencia inigualable. Estoy seguro que
ambas estarán bien.]
Driks, quien se sentaba a su par, trató
de aliviar la ansiedad de Hiro. Pero no era consuelo. Pero no podía negar lo
que pensaba, y tenía miedo de que si abría su boca, sacaría su enojo, así que
solo asintió.
[Sabio hermano, están revisando nuestro
equipaje.]
Cuando levantó la vista en respuesta a
la voz, vio que Hugin había abierto la ventana del conductor y estaba mirando
al carruaje.
[Está bien. Les hablaré.]
Hiro se paró del sofá y miró fuera de
la ventana del costado.
Ahora, el carruaje de Hiro está pasando
en el puente que conecta a la Gran Capital Imperial.
Caminando allí estaban pobladores del
vecindario, mercenarios con una atmósfera ruidosa, mercantes de otros países
sonriendo para obtener ganancias, las personas con varios propósitos y
ocupaciones.
El destino a donde se están dirigiendo
es la gran puerta principal que conecta a la Gran Capital Imperial— debajo de
la puerta, soldados están revisando el equipaje, y es necesario mostrar un
pase.
[¡Detén el carruaje! ¿De qué país
vienes?]
Varios soldados corrieron al carruaje
de Hiro. La expresión en sus rostros podía ser tomada como una de mucha
precaución, dando un sombrío aire que desanimaría a la mayoría de las personas.
Hiro no quería ser molestado por las
personas, así que no mostró la bandera que indicaba su afiliación. Parecía
tener el efecto opuesto en los soldados, y el carruaje de Hiro fue rápidamente
rodeado.
[Oh, no hay necesidad de ser
alarmistas.]
Cuando Hiro miró fuera de la ventana,
la persona que parecía ser el líder de la inspección de equipaje fijo sus ojos.
[De momento… las personas pueden
reconocer mi rostro. Siendo así, si te muestro la carta con la firma del
emperador encima, ¿nos dejarás pasar?]
Hiro sacó la carta con el sello del
emperador y la sostuvo entre sus dedos, agitándola.
[¡E-Eso es! ¡Su Alteza Hiro Schwartz!]
Abrió su boca para hablar y luego se
paró para saludar. Fue tan ruidoso que las personas alrededor pudieron oírlo, y
el lugar al instante se hizo un alboroto.
Esto es peligroso. Los soldados
desesperados tratan de contenerlos, pero la multitud de personas están
alborotándose alrededor del carruaje para ver a Hiro.
[Estoy un poco apresurado ahora… Me
gustaría ir al palacio rápidamente si es posible.]
Hiro señaló con su dedo índice hacia
arriba cerca del techo del carruaje. Le hizo el gesto para que supusieran por
qué no alzó su bandera.
El jefe inspector de equipaje notó eso
y miró alrededor bastante desanimado.
[M-Me disculpo. ¡Controlaré esto ya
mismo!]
La frente del jefe inspector de
equipaje fue cubierta con sudor mientras hacía gestos exagerados con sus manos.
[¡Dispérsense! ¡Dispérsense! ¡Es
alguien más! ¡No hay forma que Su Majestad Hiro Schwartz esté aquí! ¡Es solo el
carruaje de un artista callejero!]
Fue un grito medio desesperado, pero no
está mal para un movimiento desesperado. De inmediato, las personas alrededor
parecían estar convencidas y volvieron a la línea de inspección de maletas
tirando quejas.
[¡Perdón por el inconveniente! ¡El
carruaje tendrá prioridad!]
El jefe inspector del carruaje dijo, y
sus subordinados pasaron por la multitud para limpiar el camino para que el
carruaje pase. Mientras el carruaje arrancaba de nuevo, Hiro miró fuera de la
ventana.
Reconoció al jefe inspector de equipaje
inclinando su cabeza— su pálido rostro hasta el punto de sentir lastima por él
como si esperara ser castigado. Solo estaba realizando sus deberes, de ninguna
manera Hiro estaría ofendido por eso…
Enviaré a un mensajero luego para darle
palabras de apreciación…
Tan pronto como la puerta fue abierta,
Hiro y los otros pudieron pasar por la puerta principal. Desde ahora, era la
calle principal.
Desde mujeres nobles en caras ropas, a
intelectuales acudiendo a la alfarería traída de otros países, a jefes
examinando varias piezas coloreadas, a chicos yendo al olor de la fragancia de
carne de los puestos, aunque era temprano en la mañana, la calle principal
estaba llena de actividad. Las personas iban y venían felizmente de los
puestos.
Parecía como si no les importara los
eventos extraños que habían ocurrido en la Región de Felzen.
Pensé que se les estaba bloqueando la
información deliberadamente, pero…
Es probable que simplemente no han
recibido ninguna información aún. Si hubieran obtenido la información, habrían
estado en las noticias de la Gran Capital Imperial.
Sobre todo, es imposible poner una
puerta en la boca de alguien. Incluso si fuera un evento en una región más allá
del oeste, sería casi imposible cerrar toda información en la capital, donde
muchos vendedores andantes vienen de visita de otros países.
No puede ser ahora, pero será mañana o
al día siguiente.
La popularidad de la “Doncella de la
Guerra” y la “Princesa de las Llamas” en la Gran Capital Imperial es tremenda.
¿Cuál será la reacción de las personas cuando descubran que han sido
derrotadas?
Los únicos que se benefician de eso son
los países vecinos que están observando al Imperio Grantz como enemigo,
esperando fielmente a que se debilite… Es peligroso estar muy distraído por la
Región de Felzen.
Es obvio, si los remanentes de la
armada de Felzen no se suprimen pronto, el oeste colapsará. Si eso sucede, no
habría más pláticas de unificar al continente central.
Ahora… ¿Qué está pensando el emperador?
Como si acabara su ansiedad, Hiro miro
fuera de la ventana y vio que el carruaje había pasado por la puerta principal
observada por los Doce Grandes Dioses de Grantz y pasaron por la Plaza del
Puente.
Si continuaban al norte desde allí,
llegarían al imponente y majestuoso Palacio Imperial de Venezine.
[Munin.]
[Sí.]
Cuando Hiro le llamó, un hombre con
cicatrices sobre su rostro estiro su postura. El hombre sentándose frente a él
se llamaba Munin. Es el hermano mayor de Hugin, quien está manejando este
carruaje.
Cerca de tres meses antes, en el
Principado de Lichtine, localizado al sur del Imperio Grantz, una armada
rebelde fue formada con el objetivo de liberar a los esclavos. Munin había
estado sirviendo como segundo comandante, pero cuando su superior, Ghada Meteor,
fue derrotado por la Cuarta Armada Imperial, también quedó bajo el comando de
Hiro.
[Mientras tenga la audiencia con el
emperador, ¿puedes ir al distrito este y descubre que está pasando con los
Caballeros del León Dorado?]
Los vastos terrenos del Palacio
Imperial de Venezine están divididos en cuatro distritos, con el Jardín Rosal
en el centro. Las casas del distrito este, las residencias y campos de
entrenamiento de la elite de la Primera Armada Imperial los “Caballeros del
León Dorado”.
El distrito sur es una entrada estricta
con vigías y guardianes, y el norte es el Palacio Imperial de Venezine, el
centro de la nación, y el último distrito al este está alineado con las
mansiones de poderosos nobles.
[Entiendo. Iré a verlo.]
Normalmente, Munin es apartado, pero
esta vez asintió con una misteriosa actitud.
[Bien, hay algo que me gustaría que
hicieras por mí, Driks.]
[Sí, lo que pidas.]
[Quiero que vayas y vigiles al Primer
Príncipe Stobel. Si no puedes, me gustaría que descubras en lo que ha estado
recientemente, incluso si es algo trivial.]
[Sí, señor.]
[Te dejaré eso entonces.]
[Entiendo.]
Hiro abrió la puerta del carruaje y se
paró en el suelo luego de recibir una colorida respuesta de los dos.
[¡Sabio hermano! ¿Qué quieres que haga?]
Hugin era quien lo llamó. La cara de
Hugin mostró su confusión claramente, ya sea que estuviera infeliz que era la
única que no se le ordenaba hacer algo o ya sea que estuviera preocupada.
[Hugin debería quedarse en el carruaje.
Has estado trabajando como el conductor de momento. Estás cansada
probablemente, así que quiero que descanses.]
[¿D-Descansar?]
[Sí. Descansar es parte del trabajo.
Hugin se quedará en el carruaje hasta que vuelva.]
Mientras Hiro trataba de persuadir a
Hugin, podía ver que Munin y Driks se dispersaron a sus varias locaciones para
completar sus tareas asignadas a su vista. Hugin miró a ello con celos, luego
suspiro en resignación y cambió su mirada a Hiro.
[E-Entiendo. Tomaré tu palabra si eso
es lo que quieres…]
Hugin asintió obedientemente, aunque parecía
desaprobarlo.
[Bueno. Entonces, me iré ahora.]
Hugin ondeó su mano de atrás a Hugin y
caminó hacia el palacio imperial.
Cuando subió a la limpia escalera de
árbol, vio una opulenta puerta. En el otro lado de la puerta estaba unos
valientes cuidadores. Se inclinaron con respeto a Hiro, y puso sus dos manos en
la puerta.
[Su Majestad, Hiro Schwartz. El Primer
Ministro Gils lo está esperando.]
___________________________
Mientras Hiro se acercaba, el cuidador
se movió al mismo tiempo y abrió la puerta. El dulce aroma que había sido
impreso dentro fue liberado levemente afuera, y el cálido aire envolvió a Hiro.
El aroma de un viejo edificio siempre era tranquilizador. Cuando el aire es tan
cercano a lo que era hace mil años, no es sorpresa que los ojos de Hiro se
fruncieran en nostalgia.
Tengo muchos de recuerdos aquí. Eso me
hace sentir de vuelta.
Cuando entró con un sentimiento de
nostalgia, encontró a una multitud esperándolo. A la cabeza de la línea estaba
el Primer Ministro Gils, y rodeándolo probablemente estaban oficiales de alto
rango de su sequito.
[Su Alteza, Hiro Schwartz, hemos
esperado por usted.]
[Ha sido un tiempo, Primer Ministro
Gils.]
Luego de un breve intercambio de
saludos, el Primer Ministro Gils regresó al costado y se inclinó con una
actitud de respeto.
[Por favor sigue al cuarto del trono,
donde Su Majestad el Emperador espera.]
[Entiendo.]
Hiro empezó a caminar, apresurado por
la mano del Primer Ministro Gils. El Pimer Ministro Gils siguió desde atrás.
Muchas pisadas resonaban en el corredor, probablemente porque los dignatarios
también lo estaban siguiendo.
Hiro no podía evitar preguntarse porque
necesitaban seguirlo.
[Primer Ministro Gils, tengo una
petición de las personas de la región central. Quieren que hagas algo con los
nobles que están forzando a las personas a pagar duros impuestos, pero
familiares lejanos de la Familia Krone…]
[Debes ser muy cuidadosos con ellos en
mi nombre. Sería una vergüenza tener una rebelión en estos momentos.]
[El hijo de la Familia Nickle ha pedido
una audiencia con el emperador.]
[Solo déjalo. No tienes que lidiar con
ellos porque su trato nunca será reservado. No me molestes con esos asuntos.]
[Esto es de un noble del norte que ha
descubierto una nueva mina, pero debido al paso del cañón, está infestada con
monstruos, y le está pidiendo al gobierno tener parte del costo de subyugarlos.]
[¿Qué con eso…? Los detalles no cazan.
Envía un caballo rápido y trae a la persona a cargo ante mí.]
Los dignatarios entregaron los reportes
en rápida sucesión, y el Primer Ministro Gils envió precisas instrucciones.
[Lo siento, Su Majestad. No es algo que
debamos hacer en un lugar así…]
Debió haberse tomado tiempo de su
agenda para ver a Hiro. Es por eso que está ocupado con su trabajo incluso
mientras está caminando.
Hiro tiene un velo del sentido de la
razón para eso.
Probablemente debido a la prioridad
dada a los asuntos de Felzen, otras cosas se han dejado en segundo plano. Este
es el trabajo de oficiales de alto rango, pero todos los asuntos que Hiro acaba
de oír son muy difíciles de juzgar, así que pueden no ser capaces de decidir
por su propia cuenta.
Sin embargo, la ocupada agenda del
Primer Ministro Gils era de su preocupación. A Hiro no lo importó y abrió su
boca, esperando.
[Oí que Aura, quienes estaba en una
misión en Felzen, no solo estaba aislada, sino también derrotada cuando el Gran
Ducado de Dral elimino a la armada liderada por Liz.]
[Es como es. Su Alteza Celia Estrella
parece haber movido sus tropas para salvar a la aislada General de Brigada
Aura, pero parece que el Gran Ducado de Drail los interceptó…]
Mientras es irritado por la irrazonable
forma de hablar del Primer Ministro Gils, Hiro lo interrumpió para apresurarlo.
[¿Cuál es la seguridad de esas dos?]
[Parece que la General de Brigada Aura
ha huido a un fuerte cercano… Pero por desgracia, Su Alteza Celia Estrella ha
sido capturada por el Gran Ducado de Dral.]
El peso en su voz— Hiro lo sintió y se
silenció.
Aun así, su pasada experiencia y el
conocimiento que ha cultivado al instante formularon una táctica en su mente.
¿Qué sería lo mejor, y qué sería lo necesario para rescatarla?
Si fuera capturada por el Gran Ducado
de Dral, tendría que preparar los materiales adecuados para el trato. Sin
embargo, si está lidiando con la armada remanente de Felzen, sus demandas
probablemente subirán.
Probablemente quieren que el Imperio
Grantz se retire de Felzen, pero no hay forma que el emperador aprobaría el
ceder territorio por el que han trabajado tan duro de conseguir. Si fuera el
caso, la seguridad de Liz nunca sería garantizada.
Si es así, entonces hay otra forma:
descubrir quién está insatisfecho con la armada remanente de Felze y arreglar
el colapso desde dentro, pero requerirá un gran esfuerzo y tiempo.
Era malo… Él pensó.
Cada plan que se le ocurría estaba
siendo destruido uno por uno. No tomó mucho para que se diera cuenta que todo el
conocimiento que había acumulado hasta ahora era inútil.
No, hay uno. Puedo usar la estrategia
que tenía en mente desde el inicio. Pero eso es…
Esa estrategia era la que iba a
implementar una vez una vez estuviera a salvo. Sin embargo, considerando que
Liz fue capturada, esta estrategia sería peligrosa para ella.
Hiro se sintió atascarse como un
insecto atrapado en la tela de una araña.
Justo antes que sus pensamientos se
nublaran por completo, Hiro se golpeó en la pierna.
Aquí es cuando debo tener la mente
fría. No hay necesidad de arrinconarme en una egoísta imaginación.
Aunque Hiro salió de sus pensamientos a
la fuerza, su rostro estaba lleno de una sombra oscura, no tan brillante a lo
usual, y solo se estaba impacientando.
[Por favor pídele detalles a Su
Majestad Greyheit.]
Hiro volvió a la realidad por la voz
del Primer Ministro Gils.
Frente a él estaba una opulenta puerta
doble— parecía que había llegado al salón del trono mientras estaba pensando.
Un soldado en guardia abrió la puerta
para él.
Mientras entra al salón del trono, Hiro
notó que no había nobles ni señores a la vista.
No solo eso, tampoco había señales de
guardias imperiales que protegieran al emperador. Fruncido con sospecha, Hiro
caminó en la alfombra roja al trono.
[El Cuarto Príncipe Hiro Schwartz. Qué
bueno verte de vuelta a salvo.]
El emperador sentándose en el trono,
quien era de 67 años, estaba lleno de vigor juvenil, y su heroica supremacía
era remarcable. Sin embargo, su voz está llena de enojo, y su expresión es un
poco más terca de lo usual.
[Primero, déjame alabarte por sofocar
la guerra civil en el Reinado Levering.]
[No, la Princesa Claudia es la que
peleó con ganas; no hice nada.]
Hiro dijo sin alguna emoción en
particular y luego bajo su rodilla e inclinó su cabeza. El emperador, quien
estaba viendo la situación con gran interés, abrió su boca.
[Me gustaría darte un reporte verbal en
el estado de la sofocación de la guerra civil en el Reinado Levering…]
Levantando su rostro, Hiro volvió sus
ojos al emperador.
[Mientras tanto, hablemos de los
remanentes de Felzen y el Gran Ducado de Dral.]
Con algo de molestia en su voz, el
emperador empezó a hablar de los detalles sin dudar.
Aura, quien estaba actuando independiente
al Tercer Príncipe Blutar, cayó en la trampa del enemigo y estaba aislada y
rodeada por la armada remanente de Felzen. Sin embargo, Liz vio eso como una
oportunidad. Movió sus tropas para interceptar al enemigo, pero al mismo
tiempo, el Gran Ducado de Dral empezó a marchar en la Región de Felzen y atacó
a las tropas de Grantz. De cara a la tremenda ofensiva, Liz decidió retirarse.
Se dice que Liz se sintió culpable y
estuvo en la retaguardia, pero no pudo detener el impulso enemigo y sus tropas
fueron destruidas— el enemigo la capturó.
[Celia Estrella debe ser rescatada. Es
el primer usuario del Emperador de las Llamas desde el Primer Emperador Altius.
Es muy valiosa para ser abandonada.]
[¿Eso significa que… abandonarás a la
General de Brigada Aura, que sigue luchando en solitario?]
[Sí, es el plan. El Tercer Príncipe
Blutar y su sequito estaban impacientes en rescatarla, y escribieron cartas
sobre ello. Pero el imperio está lleno de gente que son tan buenos como la
Doncella de la Guerra. No es un valioso sacrificio salvarla, y no veo la
necesidad en eso.]
[Con todo respeto, el talento de la
General de Brigada puede llegar incluso al Dios de la Guerra. Aún es joven, y
sus talentos aún no han florecido, pero creo que es prematura desecharla solo
así.]
[¿Y dices que deberíamos atribuir este
error a su indiscreción juvenil?]
El deslumbrante emperador saco una
pieza de papel de su bolsillo. El emperador se lo lanzó a Hiro señaló con su
mentón a él para leerlo.
Mientras Hiro desenvolvía el papel— la
cantidad del daño escrito era suficiente para acabar con un país pequeño.
Sin embargo, era improbable que ese
nivel de daño destruiría la estabilidad del oeste, pero tendría algo de
impacto. El emperador puede estar planeando tener a la otra chica, Aura, llevarse
la insatisfacción de los nobles y señores antes que salgan.
[Mi antecesor, el Dios de la Guerra,
debió haber cometido uno o dos errores. Pero aun así, el Primer Emperador
Altius le perdonaron con un corazón generoso. Gracias a eso, mi antecesor aún
es amado por las personas como el Rey Héroe de los Gemelos Negros.]
Aura debía ser presionada acordemente
si su propia temeridad causó este evento. Sin embargo, si la causa de este
incidente es correcta, es porque el Emperador arrinconó a Felzen.
Sería malo darle toda la culpa a una
chica y abandonarla.
[Cuarto Príncipe Hiro Schwartz. ¿Me
estás comparando con el Primer Emperador?]
Una voz sin hacer esfuerzo de esconder
su disgusto vino de la garganta del emperador.
El Primer Emperador, Altius, dejo
sobresalientes logros. En contraste, el actual emperador nunca ha logrado
históricas hazañas, e incluso sus logros son inferiores en comparación. Comparado
a Altius, su autoestima sería lastimada, y su mirada estaba atada al intento
asesino.
Supongo que está apresurado. Bueno,
supongo que es entendible cuando todos los países van contra el Imperio Grantz.
Asombrado internamente, la expresión de
Hiro era bastante seria, y bajo sus hombros sin responder.
De inmediato luego de eso— un viento
soplo.
Aunque la ventana no estaba abierta, el
frío viento tocó sus mejillas, y sintió una espada invisible contra su
garganta. Aun así, los ojos de Hiro no vacilaron en nada, solo viendo al
emperador.
Mientras el aire empezaba a crujir con
la presión, los dos se vieron entre sí y no dijeron palabra.
Los ojos del emperador eran filosos
como si pudiera ver las profundidades de su corazón. Hiro, por otro lado, tenía
un rostro calmado y una leve sonrisa en sus labios.
Se vieron entre sí por un rato, y luego
el emperador sonrío levemente.
[Interesante. Por tu coraje, corregiré
el castigo de la General de Brigada Aura. Si solo mis cortesanos tuvieran ojos
como los tuyos, podría sentarme en mi trono en paz.]
El emperador recostó su espalda contra
el trono y libero un profundo respiro.
[Déjame oír tu opinión. Debe haber
algunas razones para hacerme cambiar de idea.]
[Tengo una pregunta antes de darle mi
opinión entonces.]
[Te diré lo que sé.]
[¿Hay alguna petición del Gran Ducado
de Dral respecto a Liz?]
Tiene un gran valor como un rehén
simplemente porque es la Sexta Princesa del Gran Imperio Grantz. Su valor es
inmensurable como el retentor del “Emperador de las Llamas”. Debe ser la razón
por la que la capturaron con vida en lugar de matarla, y no hay forma que no
demandarán algo por ella.
[No hay demandas del otro lado aún.]
[Ya veo…]
Hiro mostró su descontento y bajo su
cara así su enojo no sería notado. No hay forma que no haya nada. Quizás era
una petición inconveniente para el emperador— incluso si fuera un 100% de
verdad, era solo si los otros no estuvieran al tanto del valor de Liz.
Sin embargo, como retentor del
“Emperador de las Llamas”, su apariencia es desconocida en los países aledaños.
Incluso lidero la armada y sirvió como su comandante, así que no hay forma que
el Gran Ducado de Dral y la armada restante de Felzen no sepan de ello.
Sin embargo, incluso si fuera a
persistir aquí, el emperador no diría nada. O puede estar incluso ofendida.
Esto es algo que quiere evitar para no interferir con las operaciones futuras.
Decidió hacer un compromiso y a la
fuerza terminar el tema con la intención de hacerle el favor al emperador.
[Entonces déjame darte mi opinión.]
___________________________
Hiro no tuvo más opción que presentar
la estrategia que había estado imaginándose desde el principio. Si estuviera
considerando el futuro de Liz y Aura, esta sería la única forma.
El resto es una carrera contra el
tiempo. Acabaré con esto tan pronto sea posible.
Hiro tomó un respiro para calmar su
mente y luego miró al emperador otra vez.
[Creo que deberíamos invadir el Gran
Ducado de Dral.]
[Oh, ¿te refieres al Gran Ducado de
Dral en lugar de la Región de Felzen?]
Hiro explicó al confundido emperador
con gestos de manos.
[Si lidiamos con la armada remanente de
Felzen y el Gran Ducado de Dral al mismo tiempo, la reconstrucción de la Región
de Felzen será retrasada por 10 o 20 años. Si eso pasa, la unificación del
continente central que Su Majestad el Emperador tiene en mente no será nada más
que un sueño.]
[¿Cómo puedes estar tan seguro? Puedo
abandonar la Región de Felzen y llegar al Gran Ducado de Dral o la Republica de
Steichen con el fin de expandir el oeste.]
¿No es la situación actual el resultado
de no poder abandonar la jurisdicción de Felzen? Hiro fue tentado a
ridiculizarlo por eso, pero lo contuvo y luego desarrolló su propia teoría.
[No podemos hacer eso. No, digamos que
es imposible.]
Al instante organizo la información que
había obtenido hasta ahora en su mente. Optimizando la información a la
satisfacción del emperador, se le ocurrió una respuesta.
[El enojo de la armada remanente de
Felzen no bajará a pesar que abandonamos la Región de Felzen. Más bien,
atacarán al oeste para vengarse. Y si fuéramos a iniciar una guerra no solo con
el Gran Ducado de Dral, sino también con la Republica de Steichen, la parte
oeste del país que fronteriza los tres países caería sin más. Si eso fuera a
pasar, llevaría a una situación que podría agitar las bases del Imperio Grantz.
Si eso pasa, no seremos capaces de hablar de la unificación del continente
central.]
[Si sabes tanto, ¿por qué necesitas
invadir el Gran Ducado de Dral? Solo añadirás problemas innecesarios.]
Esa es la cosa más importante… El
emperador liberó un pesado suspiro.
[No podemos enviar más fuerza al oeste
debido a las repetidas batallas.]
La primera conquista de Felzen— el
Tercer Príncipe Blutar invadió Felzen.
Aura, quien tiene un intelecto sin
igual, se unió al personal general, y como resultado, pudieron ganar la
batalla, pero debido a los errores del Tercer Príncipe Blutar, el daño a las
tropas fue enorme.
Eso fue seguido por la segunda
conquista de Felzen, en la cual el Emperador personalmente invadió Felzen y
Stobel hizo sobresalientes logros, pero se dice que un gran número de tropas
fueron desplegadas con el fin de derrocar la Capital Real de Felzen. Además, la
armada que Liz lidero esa vez— un porcentaje del cual venía de la nobleza del
oeste— y la derrota de esta vez habría dejado a muchos soldados sin uso.
[Eso no significa que no quede tiempo
para que la nobleza central envíe soldados.]
Hiro controló la opinión del emperador
y se paró, poniendo la fuerza en sus piernas.
[Mientras estemos reuniendo fuerzas, el
fuerte donde la General de Brigada Aura está escondida puede caer. Y sobre
todo, no podemos estar seguros que Liz está a salvo.]
[Si lo entiendes, ríndete entonces. Si
perdemos al Emperador de las Llamas, no podemos ser tan tontos como para atacar
al Gran Ducado de Dral. Te unirás al Tercer Príncipe Blutar en la Región de
Felzen.]
[Ese es el momento justo para tomar la
iniciativa, y es el momento perfecto para hacerlo.]
Hiro sacudió las palabras del
emperador. Aplastó sus pies para hacerle escuchar.
[El Gran Ducado de Dral y la armada
remanente de Felzen creen que este es su momento para atacar. No hay margen de
error. El Gran Ducado de Dral ha hecho un trato con la Republica Steichen, y
deben haberles presionado para ir a la guerra esta vez. La armada remanente de
Felzen ha perdido a sus líderes, y los corazones de las personas están
quebrándose, y los soldados están física y mentalmente exhaustos de repetidas
batallas.]
Las confiadas palabras de Hiro
dominaron el espacio. Su voz era ferviente mientras rechazaba ser contradicho,
y la forma que expreso su opinión estaba imponiéndose frente al emperador,
incluso dando al aire a un rey.
El emperador frunció sus ojos mientras
observaba a Hiro, luego habló con voz severa.
[Como dije antes, ¿qué hay de las
tropas? No hay lugar en el oeste. Si no hay tiempo que permita reunir las
tropas de la región central, entonces lo mismo puede decirse para el distrito
oeste. Si quieres llamar al sur, entonces tengo que reírme. Fronteriza con la
Republica Steichen. Hay una posibilidad que se rehúsen a ir. No tenemos mucho
tiempo de sobra para persuadirlos.]
[Sí, es por eso que voy a invadir al
Gran Ducado de Dral con solo mi armada privada.]
Aunque el emperador se consterno por
esas palabras. No es sorpresa— la armada Privada de Hiro es menos de tres mil,
e incluso con la adición de nuevos reclutas, son cerca de 5000.
El Gran Ducado de Dral no ingresará a
toda su armada a la Región de Felzen.
Incluso había firmado un armisticio con
la Republica Steichen, aún estarían alerta y quedan muchos defensores. Incluso
si es leve estimado, solo más de 50000 tropas podían ser movilizadas.
Cuando escucharon que iban a ser
atacados solo por 5000, incluso un payaso tendría una mirada sería en su cara.
Era una locura para alguien decirlo.
[El Gran Ducado de Dral está tan
sorprendido como tú lo estás. Sin embargo, es lo normal de una guerra. Al
explotar sus debilidades, los enfadaré y les haré ansiarse así el Gran Ducado
de Dral se retirará de la Región de Felzen.]
Dicho así, “Ríete si quieres”, Hiro
apuntó su mano al emperador y dijo a la fuerza.
[Luego acabaré con el regreso del Gran
Ducado de Dral de una vez y los forzaré a sentarse a negociar.]
Hiro tocó su parche, luego sonrío sin
miedo.
[Mientras tanto, creo que Su Majestad
debería esperar y seleccionar un diplomático.]
Era más que una opción, era una
provocación, una espada verbal que perforó al emperador. Por un rato, el
emperador se hizo atrás, pero luego su garganta empezó a temblar un poco.
[Kukuku, kuhahahahahahaha! ¡Te atreves
a decir eso frente a mí!]
Hiro también estaba sorprendido de ver
al emperador, quien saca sus emociones, riendo fuerte y pestañando sus ojos. Tomó
un rato para que el emperador dijera sus palabras.
Eventualmente, la sonrisa del emperador
desapareció, y luego miró a Hiro felizmente como si estuviera impresionado por
su atrevimiento.
[Fuh, muy bien… Si insistes, puedes
hacer lo que gustes. Me sentaré y relajaré.]
[Ahora antes de irme, hay unas cuantas
cosas en las que necesito tu aprobación…]
[Sin problema. Te dije que te lo
dejaría todo a ti.]
[¿Seguro?]
Tan pronto Hiro confirmo, el emperador
asintió y señaló su mano a él.
[El Cuarto Príncipe Hiro Schwartz.
Ahora que te atreviste a hablar frente a mí; debes traer un resultado
satisfactorio. No hay necesidad que pidas mi aprobación en el futuro.]
[Entiendo… Así que me iré ahora mismo
porque no quiero perder más tiempo.]
Hiro danzó levemente, luego se dio la
vuelta rápidamente y dejo el salón del trono.
Hay cosas que se ocupan. Tenía varias
cartas que escribir. Pero no hay tiempo para escribirlas en su cuarto, así que
las hará en el carruaje.
Dejaría el arreglo de los caballos a
Driks. Estará alerta cuando escuche el destino, pero no habrá problema cuando
se reporte a su autoridad superior. Se le dará a conocer luego.
Ahora, vayamos al oeste a la frontera
del Gran Ducado de Dral y reunámonos con Ghada.
Cuando Hiro junto sus pensamientos y
salió del palacio imperial, Hugin y los otros lo esperan frente al carruaje.
[¡Sabio Hermano! ¿Has terminado la
discusión?]
[Sí. Todo salió sin contratiempos.]
Hiro le sonrió a Hugin mientras corría
a él y luego se metió al carruaje. Hiro tomó asiento y le habló a Munin, quien
entró luego de él.
[¿Y tuviste la oportunidad de verlo?]
Hiro le preguntó a Munin lo que le
había ordenado antes de entrar al palacio imperial.
[En el distrito este, no había señales
de los Caballeros del León Dorado. Era tranquilo y desolado. Los sirvientes me
dijeron que se habían ido de la Gran Capital Imperial hace dos días. Por
desgracia, no puedo decirte a dónde se fueron.]
Munin inclinó su cabeza educadamente,
rascando su nuca.
[No, es suficiente. Gracias.]
Al fin que… Parece que el emperador ha
movido a la elite de los “Caballeros del León Dorado” de la Primera Armada
Imperial.
Hiro está preocupado por lo que el
emperador está planeando hacer, pero no interferirá. El emperador querrá
minimizar el daño a los Caballeros del León Dorado tanto sea posible y querrá
tenerlos fuera del camino tanto sea posible porque los Caballeros del León
Dorado existen para proteger a la Gran Capital Imperial.
[¿Y cómo fueron las cosas contigo,
Driks?]
Mientras Hiro miraba a la derecha de
Munin, vio a Driks limpiando el sudor de su frente.
[No hubo resultados tampoco. El
Príncipe Stobel, luego que su arresto domiciliar terminara, dijo que regresaría
a su propio territorio y lideraría una pequeña fuerza para ocultarse de la
Capital. Parece que el General Loing también estaba presente.]
[Ya veo…]
Adivinando que el paradero del liberado
Stobel es desconocido. En ese caso, pudo haberse unido a los Caballeros del
León Dorado, quienes desaparecieron al mismo tiempo, pero eso es bastante
improbable.
La credibilidad de Stobel con el
emperador ha caído por los suelos. Si es algo, debe estar guardándole un gran
resentimiento al emperador por haberlo colocado bajo arresto domiciliar. Es
difícil de creer que tal peligrosa persona sería confiada con el comando de los
Caballeros del León Dorado.
[No puedo evitar preguntarme si debería
estar pensando más en eso… Pero, la primera prioridad es ocuparse de la Región
de Felzen.]
Es lo mejor ser cuidadoso, pero no hay
nada que pueda hacerse cuando la dirección es desconocida.
[Hablando de eso, sabio hermano, un
noble del este vino hace un momento y me pidió darte esta carta.]
Hugin dijo eso y sostenía una carta con
una leve esencia dulce. El remitente era Rosa. Hiro rápidamente rompió el sello
y sacó la hoja de papel.
Empezó con una nota de amor. Se
disculpo, diciendo que la leería luego, pero mientras la hojeaba, llego al
verdadero significado de la carta. El contenido de la carta era que mientras
Hiro estuvo fuera del Imperio Grantz, la grieta entre la Familia Krone y el
emperador se había fortalecido, e incluso hubo un evento que hizo que el
conflicto entre los dos se aclare.
Heh… ¿el territorio directo de Zuik fue
entregado a la Familia Mark?
Zuik es un territorio que iba bajo el
control directo del emperador luego de la muerte del Vizconde Wurst.
Le fue entregado a la familia noble más
grande entre los sin facciones— la Familia Mark. Sin embargo, la Familia Krone
no pudo callarse y demando que el emperador reconsidere su decisión, pero se
rehúso. Aunque no podían rendirse y propusieron al emperador otra vez poner una
mesa de discusión.
Es un gran movimiento… ¿El emperador
está planeando dejar a nuevo noble ganar el poder?
Hiro puso la carta en su bolsillo y
miró a Driks.
[Escribiré unas cuantas cartas ahora, y
necesito que prepares un caballo.]
[Muy bien. Te conseguiré uno de
inmediato.]
Driks giró a él justo antes que saliera
del carruaje.
[Será un poco tarde para eso, así que
mejor me iré ahora. Te alcanzaré pronto.]
[Perdón por imponerte una tarea
problemática.]
[No, no, estoy acostumbrado a este tipo
de trabajo.]
Driks dejo una sonrisa y se fue
corriendo. Al lado de Hiro, quien lo observaba irse, Hugin sacó utensilios de
escritura y arregló el lugar para que pudiera escribir sus cartas rápidamente.
☼☼☼☼☼☼☼☼☼☼☼☼
En el salón del trono luego que Hiro se
fue, el emperador estaba sentándose tranquilo en una silla con sus ojos
cerrados. Sus extremidades eran débiles, y no podía mover un solo dedo— era
como si hubiera perdido la consciencia.
Mientras el Primer Ministro Gils se le
acercaba con una adolorida expresión, la boca del emperador se retorció en asombro.
[Hiro Schwartz… interesante. Por alguna
razón, incluso mi “viento”, no pudo leer sus pensamientos. No, hay algún tipo
de obstáculo, o debería decir muro… que me impide tocar el verdadero corazón
que yace en las profundidades.]
[Su Majestad… creo que sería peligroso
ir más allá en Su Alteza Hiro.]
El Primer Ministro Gils no escondió su
intranquilidad, y el emperador levantó sus cejas.
[Si estás tan seguro, debe haber una
razón para ello.]
[Hice una investigación de Su Alteza
Hiro, y lo siento que lo hice sin el permiso de Su Majestad… pero hice todo en
mi poder para descubrir quién es.]
[No me ofenderé por eso. Así que…
¿encontraste algo?]
[No, eso es… Me avergüenza decir que no
pude encontrar nada de él. Aunque heredo la apariencia del segundo emperador,
no había muchos rumores atrás.]
El Primer Ministro Gils agitó su cabeza
incrédulo, y su voz se agitaba con nerviosismo.
[¿No cree que es extraño…? Soy el
Primer Ministro del Imperio Grantz, y a pesar de mis esfuerzos, aún no sé quién
es. ¿No es muy pronto para recibirlo en la familia imperial?]
[Todo lo que necesitamos era añadir el
valor de ser un descendiente del Dios de la Guerra. Comparado a eso, su
trasfondo y habilidad no serían gran problema.]
[Sin embargo, Su Alteza Hiro es más
capaz de lo que había esperado. Si zarpamos mal el barco, el Dios de la Guerra
puede volver por nosotros.]
[Al mismo tiempo, podemos hacer que
haga lo que guste. Podemos moverlo a la frontera, o podemos usarlo. Si quiere
hacer algo contra nosotros, todo lo que tengo que hacer es eliminarlo con mis
propias manos. ¿Por qué tiene que preocuparse?]
[Eso es, pero…]
El Primer Ministro Gils tenía una
complicada expresión en su rostro como si tuviera metido en sus dientes. El
emperador suspiro de exasperación y luego abrió su boca otra vez.
[Si quieres decir algo, puedes decirlo
con claridad. Sabes que no soy tan prolijo, ¿verdad?]
Tan pronto como oyó esas palabras, el
Primer Ministro Gils se hizo a la idea y miró directo al emperador.
[¿Deberíamos ponerle otra vez el collar
a Su Alteza el Príncipe Hiro? A más personas que tengamos que proteger, más se
volverá una carga. Al fin que, fue un error separarlo de Su Alteza Celia
Estrella.]
[Es por eso que fortalecí el agarre del
collar esta vez. Lo mismo es cuando mencioné a la General de Brigada Aura. Su
expresión era bastante calmada, pero no podía esconder la irritación que salía
desde adentro. Claramente estaba viéndome como un enemigo.]
El emperador sacó una hoja del reporte
y lo hojeo en el aire.
[Sobre todo, hay muchas cosas
interesantes esperándonos en la Región del Felzen. Será posible poner nuevas
restricciones en él. Desde ahora, aliñémoslo como un buen peón.]
El emperador se río, pero la expresión
del Primer Ministro nunca se aclaró.
[Como dije antes, Hiro Schwartz será
puesto bajo nuevas restricciones. No hay nada de mal con Stobel. Mi viento ve a
través de todo.]
El emperador se levantó de su trono y
le entrego una carta al Primer Ministro Gils.
[Envía un caballo a Selene; necesitamos
un seguro en caso que Hiro Schwartz falle.]
[¿Para el Segundo Príncipe Selene…?]
[Sí. Pensé en usar a los Caballeros del
León Dorado, pero decidí llamarlos de vuelta. Si piensas en el futuro, quiero
evitar pérdidas.]
[Muy bien. Y acerca del futuro que Su
Majestad está hablando—]
El Primer Ministro hizo la pregunta,
pero un vendaval le hizo abrazarse. Cuando abrió sus ojos con furia, descubrió
que el emperador se había ido, y solo el trono quedaba sin su maestro.
[Siempre eres así… Crees que todo va
como quieres.]
El Primer Ministro Gils, quien suspiro
en apuros, tenía la presencia de Stobel en mente. Era un patético hombre que
había sido usado por las ambiciones del emperador. Estaba roto, y lo que quería
no era estatus, honor, o poder. Solo quiere tomar la vida del emperador y seguir
acumulando fuerza.
Puede estar tratando de usar a Hiro
como un contra balance, pero el Primer Ministro Gils temía que podía crear a un
nuevo león.
[Incluso tu viendo no es omnipotente.
Tiene sus puntos ciegos.]
El Primer Ministro Gils miró a la carta
entregada a él por el emperador.
[La razón que el Primer Dios Altius no
cayó con el Dios de la Guerra Schwartz es porque sus poderes se oponían entre
sí, y tenían un sólido lazo, el cual es raro en tiempos de caos.]
Luego sacó un talismán rojo— un
espíritu de talismán— con su mano izquierda en su bolsillo, lo puso en la
carta, y lo aplastó. Luego, fuego salió de la brecha entre sus dedos, y la
carta del emperador en su mano derecha fue destruida por el fuego.
[Su Majestad el Emperador— se ha hecho
viejo. Si fuera otros 10 años más joven, o incluso 20 años, las cosas irían a
tu manera.]
Un asqueroso aroma de carne quemada
llenaba al aire, la sonrisa del Primer Ministro Gils se profundizo mientras
empezaba a quemar su palma— el sonido de sospechosas pisadas llenaron el salón.
Sus ojos, iluminados con precaución,
volvió a la fuente del sonido. Más allá de su visión— los pasos del hombre en
la alfombra roja eran ligeros, pero algo vacilantes.
[Driks— No, mis ojos. ¿Hay algún
problema?]
Cuando el Primer Ministro dijo el
nombre del hombre, se inclinó ante él como un vasallo.
[He venido a pedirte más
instrucciones.]
Driks giro sus ojos al Primer Ministro Gils con una frialdad que era impensable en su usual apariencia.
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