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Epilogo

 

Octubre 28, año 1023 del Calendario Imperial.

 

Fuerte Schnee ― el jardín.

 

Hiro y los otros se estaban alistando para irse. Munin y Hugin estaban cargando la comida y agua al vagón. Mientras los observaban trabajar, Hiro se sentó en el jardín y miró al cielo.

 

Luego escuchó el sonido de la nieve siendo pisoteada, y giró su cabeza.

 

Claudia estaba parándose allí, su cabello es peinado por el viento.

 

[¿Por qué no te lo tomas un poco más lento?]

 

[No, tengo muchas cosas que me preocupan. Me disculpo por ahora.]

 

[No hay razón para que te fuerces a quedarte. Te deseo un viaje a salvo.]

 

[Bueno, lo oí de un soldado. Parece que has recuperado la capital real.]

 

De acuerdo al soldado, fue solo ayer que recibió las noticias. La facción que apoya a Claudia ha liberado a los nobles capturados y sacado a la armada rebelde de la ciudad. Con las completas armas mágicas en su posesión, su trono ahora está seguro.

 

[Sí, regresaré triunfante una vez el proceso de post guerra acabe.]

 

[Como el descendiente de un antiguo aliado, espero que hagas de este un país próspero.]

 

[Sí, lo haré tan rico como para rivalizar con el Imperio Grantz.]

[Tengo grandes esperanzas en ti.]

 

Luego Hiro sonrío con alegría a ello.

 

[¿Estás satisfecha que todo va de acuerdo a tu plan?]

 

El tono de voz de Hiro fue duro y puntual, aunque fue solo para una pequeña charla.

 

[Huh… ¿Cuándo empezaste a notarlo?]

 

[Desde el inicio. Fue raro en el momento que te conocí, pero me convencí cuando el Príncipe de la Corona Fraus asesino al rey.]

 

Cuando conoció a Cluadia, había destruido a una banda de bandidos a mano limpia. Y aunque, en lugar oponerse a Fraus, quien no tenía una gran habilidad, estaba llorando sobre el cadáver de su padre. Cualquiera estaría triste de perder a un padre, pero lo que viene luego de la tristeza es el enojo.

 

Sin embargo, se paró allí, asombrada y sin emociones, esperando a que Hiro llegara y la salvara.

 

[No solo eso, necesitas hacer un mejor trabajado actuando. Te estabas riendo cuando viste el cuerpo de Haniel. Estaba tan enojado que casi lo olvido.]

 

[Ara, pensé que lo había escondido, pero ¿lo viste?]

 

[No es fácil engañar a mis ojos, sabes.]

 

[Oh ya veo, olvide de la existencia del Ojo del Espíritu Celestial.]

 

[¿De verdad quieres tanto el trono? Has perdido a tantos leales compañeros.]

[Mi padre y hermano no era buenos para ser reyes. Sobre todo, si te importa tu gente, si te importan tus soldados, si respetas a tu país, debes hacer algunos sacrificios. Lo más importante es que yo, quien causó esta tragedia, no puedo quedarme sana y salva.]

 

Por el bien del país, incluso padres y hermanos se vuelven enemigos. Hiro pensó que ella era una mujer muy cruel y terrible.

 

[¿Qué habrías hecho si no hubiera sido enviado como un representante?]

 

[En ese momento, habría usado a la Quinta Armada Imperial. Todo lo que habría pasado es que la posición actual de Hiro-sama y el Segundo Príncipe se habrían omitido.]

 

[El Segundo Príncipe no se aprovecharía de eso tan fácil. Estoy segura que el Reinado Levering habría sido destruido.]

 

[Seguro que sí. Supongo que significa que tampoco soy buena para ser rey.]

 

Hiro suspiro. Pensó que era una mujer fuerte. Tiene un corazón que no será corrompido.

 

[¿Estás planeando algo grande por ti misma?]

 

[Sí. Primero, le dije a mi hermano, quien estaba celoso de mí, que heredaría el trono. Luego, como se esperaba, se salió de sus casillas, matando al rey y volviéndose un traidor.]

 

El resto es historia, Claudia dijo, sonriendo con confianza y sosteniendo sus brazos.

 

[A Garius siempre le había caído mal mi padre de varias formas, era obvio que cooperaría con mi hermano. Baal también había sido su educador, y siempre le había contado malas historias. Haniel es un general leal. Nunca perdonará a mi hermano por matar a mi padre. No habría sido tan difícil si no lo hubieras guiado tan mal.]

 

[Pero no importa qué tan celoso pueda estar, el Príncipe de la Corona Fraus probablemente no era tan estúpido como para planear una rebelión solo por eso. Debió haber otra razón.]

Luego de decir eso, Hiro frunció sus ojos y miro a Claudia.

 

[Quizás porque sabían que eres medio elfa.]

 

La calmada cara de Claudia cambió a una expresión congelada mientras miraba a Hiro.

 

[¿Sabes algo de eso?]

 

[Fueron más de mil años. Un herético nacido en la raza demoniaca. La piel es blanca como la nieve, el poder mágico es inmenso, e incluso puede usar el poder legar con el que no nació, a eso se le llama “elfenización” y fue aborrecida.]

 

Mientras sus números crecían, llegaron a ser perseguidos por la raza demoniaca, y con el fin de escapar de la amenaza, migraron al continente oeste y empezaron a llamarse una nueva razón, la raza de las Orejas Largas. Mientras las generaciones pasaban, el poder mágico desaparecía, y eventualmente, la “elfenización” se detuvo, aunque debió haber desaparecido en la historia.

 

Supongo que es atavismo. Es por eso que el Rey dudo en ceder el trono al Príncipe de la Corona Fraus. Claudia se aprovechó de eso e hizo a su hermano matar al rey.

 

[Fufufu, cuando mi hermano descubrió que era una elfa, su rostro era bastante terrorífico. Fue entonces que empezó a abocar la supremacía de la raza demoniaca.]

 

Ella sonrío felizmente, inclino su cabeza, y continúo.

 

[Es debido a que Hiro-sama decidió usarme. ¿No es cierto?]

 

[¿Puedo preguntar por qué crees eso?]

 

[Soy el descendiente de un antiguo aliado y famoso entre la gente, así que no hay problema con nombrarme rey. Lo más importante es que soy una elfa. Puede ser de utilidad como un aliado en caso que algo vaya mal. ¿No es lo que decidiste?

Mientras decía eso, Hiro estaba planeando en dejar a Claudia tomar el trono el día que tuvo una audiencia con el rey. Incluso si la rebelión no ocurría, incluso si el rey aún estuviera vivo, habría usado planes para destronarlo.

 

[Aun así, no habría recurrido a medidas tan desastrosas. Esa es la diferencia entre tú y yo. Nunca habría sacrificado a personas inocentes para apoderame del trono.]

 

[Las medidas son diferentes: el objetivo aún es el mismo. Como resultado, herede el trono.]

 

Así que… Claudia puso su mano en el mango de su espada mágica, Auto Claire.

 

[Te estoy muy agradecida por eso, Hiro-sama, pero no tengo intención en ser tu marioneta.]

 

[No tienes que obedecerme. A menos que quieras corromper la historia.]

 

[Ara, pensé que ibas a usar la fuerza, pero ¿me estás dejando afuera?]

 

[Cualquiera que sea tu objetivo, nuestros intereses aún son similares. Además, mientras no te metas en mi camino, puedes hacer lo que quieras.]

 

Mientras Hiro colocaba su mano en el mango del Emperador Celestial, miró a Claudia.

 

[Si nuestros objetivos se repelen entre sí, solo tendremos que tragarnos todos esos ideales.]

 

[Esperemos a que llegue el momento. Creo que Hiro-sama está de mi lado.]

 

[No tengo idea a lo que te refieres…]

 

[¿Te gusta el actual Imperio Grantz, Hiro-sama?]

 

Claudia se estiro y tocó la mejilla del callado Hiro.

 

[No es del todo cierto, ¿no? Si sabías lo que le paso a tu antiguo ancestro, el Dios de la Guerra, y a los chicos de los Cinco Generales Celestiales Negros a quienes reunió luego de la muerte del segundo emperador. Qué esplendido amor.]

 

Mientras Claudia decía, los cinco generales conocidos como los “Cinco Generales Celestiales Negros”— excepto por los descendientes de Rox— fueron acusados erróneamente por el tercer emperador, quien temía su fama, y sus familias fueron asesinadas. Además, esos que fueron parte de la “Armada del Cuervo” dejados por Hiro fueron considerados una amenaza debido a su gran fuerza de lucha y fueron derrotados en el engaño de planear una rebelión. Está registrado que fueron derrotados.

 

[El honor fue recuperado cuando el quinto emperador formalmente se disculpó, pero no cambia el hecho que murieron con pesar.]

 

[¿No quieres vengar la mancha en la historia de tus antecesores?]

 

[Aun así, tus objetivos y los míos pueden cruzarse, pero nunca se traslaparán.]

 

[La gentileza no es suficiente para una nación, Hiro-sama.]

 

[Aunque seguiré mi propio camino.]

 

Hiro tranquilamente alejo la mano de Claudia y se paró.

 

[Te veré cuando tenga la oportunidad.]

 

[Hiro-sama seguramente vendrá a mi lado. Te veré entonces.]

 

Con eso, Claudia también empezó a caminar en la dirección opuesta de Hiro quien caminaba hacia Hugin y los otros.

[¿Estás listo?]

 

[¡Sabio hermano! ¡Podemos irnos en cualquier momento!]

 

Hugin respondió inocentemente, y entonces la puerta principal del Fuerte Schnee se abrió. Un ruidoso sonido atrajo la atención de Hiro y los otros. Un caballo estaba galopando a ellos. El jinete en el caballo era alguien conocido.

 

[¡Su Alteza! ¡Por favor vuelva a la Gran Capital Imperial lo más pronto posible!]

 

Era el oficial de segundo grado militar, Driks, quien había sido enviado con el Segundo Príncipe. Se bajó del caballo y se arrodillo en frente de Hiro.

 

[¡La General de Brigada Aura está aislada en la Región de Felzen! ¡Su Alteza Celia Estrella, quien estaba de camino a rescatarla, también fue atacada y derrotada por el Gran Ducado de Dral!]

 

Quería hacer muchas preguntas, como el por qué Aura estaba aislada, qué le pasó al Tercer Príncipe Blutar, y por qué el Gran Ducado de Dral estaba en la Región de Felzen, pero primero y lo más importante era la seguridad de las dos. Hiro dio sus palabras desesperado tratando de calmar su mente.

 

[¿Las dos están a salvo…?]

 

[Eso es— ¡La seguridad de ambas es desconocida!]

 

Hiro apretó sus puños fuertemente, exhalo profundamente y cerró sus ojos.

 

[Envía un caballo rápido a Ghada. Luego de reunirse con la Armada del Cuervo en la Gran Capital Imperial… iremos a la Región de Felzen.]

 

No, Hiro agito su cabeza mientras pensaba acerca del futuro.

[No— nuestro objetivo es el Gran Ducado de Dral.]

 

Sin saber el significado de sus palabras, todos lo miraron y se echó atrás.

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