Capítulo
2: Aun Así, Vivimos Otro Día
Es un antiguo cuento de hadas.
Hace tiempo cuando los Emnetwyte
prosperaron en la superficie, fue pasada de madre a hijo como folklore, contada
como una historia de cuna. La historia naturalmente cambió mientras viajaba de
boca en boca, detalles cambian en cada variación. Sin embargo, la primera parte
se mantiene igual y el significado sobrevivió.
A como iba, un zapatero lleno de
trabajo estaba frustrado por no terminar hasta que fue visitado por un duende.
A cambio de leche, lo asistió con la carga de trabajo. Ya que su cuerpo era muy
pequeño, no podía trabajar eficientemente como los humanos, y a lo mucho hacía
un par de zapatos por noche.
Esos eran los detalles consistentes.
Otra variante iba así: el duende era un alborotador que robaría cosas y
desaparecería sin rastro alguno. Algunas historias sugerían que poseía muchas
monedas brillantes y las escondía bajo el suelo o dentro de jarros de barro. Si
podías coger una de esas criaturas siempre escurriéndose con sonrisas en sus
rostros, serías rico— o así iba.
Los restos de las huellas de esos
buenos compañeros habían quedado en la historia de este viejo cuento de hadas
Emnetwyte— La historia de los duendes conocidos como Leprechauns.
[Ya veo… Comprendo su esencia.] Un
joven murmuro para sí. Era un Imp uniformado, algo corto de estatura con pálido
cabello y ojos lilas, con un par de pequeños anteojos sobre su nariz. Su rostro
parecía encerrarse en una caprichosa sonrisa.
Él era Feodor Jessman, un Cuarto
Oficial en la Guardia Alada. El libro que había cerrado había sido tomado de
una librería citadina donde el negocio era bajo. Era un libro de texto para
jóvenes estudiantes; una simplificada compilación de mitos que ya no se encontraban.
Hasta ahora a Feodor no le había
importado la historia antigua o incluso la historia. Pero una vez había visto
el mundo Leprechaun, no podía alejar la mirada.
Generalmente tenían cuerpos diminutos.
Eran substitutas para labores humanas. Tendían a ser malévolas bromistas. Y al
segundo que le quitaras los ojos de encima, desaparecían—
[Sheesh.]
Casi todo en el libro era cierto,
generalmente hablando.
[Básicamente, siempre han sido así…]
Feodor murmuro, golpeando la tapa levemente. Las Leprechauns solo vivían para
hacer lo que tenían que hacer. Si eran necesitadas, sin duda todo lo que
pedirían sería servir a tu lado. Y solo un poco de leche era lo que tomaba para
hacerlas sonreír felizmente.
Los horribles y desagradables Enmetwyte
las cazaban día tras día en persecución de su oro, y las forzaban a fabricar
zapatos sin parar.
[No es sorpresa que fueran eliminados…]
Los Emnetwyte habían perecido desde
hace tiempo junto a la una vez fértil tierra. Invasores desconocidos— los
precursores de la destrucción conocidos como las 17 Bestias— habían aniquilado
por completo todo en el suelo. Como una ola de muerte, consumieron y
destrozaron todo ante ellos hasta que toda la vida había sido eliminada. Las
criaturas sobrevivientes en su despertar buscaron un lugar en el que las
Bestias no pudieran llegar.
Era el cielo.
Cientos de islas flotantes se alzaron a
los cielos, y con ellas empezaron una nueva civilización con la cual, aunque
inmensas, mantuvieron la sombra del mundo que habían dejado atrás.
Había sido casi 500 años atrás. Regul
Aire nunca fue un paraíso, ni era seguro. Sacrificios tras sacrificios se
apilaban para proteger ese pequeño cielo, previniendo que se vuelva una
verdadera utopía. Incluso ahora, la destrucción del mundo continuaba. Una tras
otra, las islas caían del cielo. Algunas encontraban su perdición a manos de
las Bestias que habían podido llegar al cielo, mientras otras eran hundidas por
cosa de sus propios residentes.
Esta inescapable verdad era de
conocimiento común.
El mundo había terminado una vez ya.
Incluso ahora, continuaba caminando a la muerte. Cada paso ahogaba las vidas de
hadas de carne y hueso, para que todos sus residentes pudieran disfrutar una
paz frágil.
Feodor apretó sus puños. [No me
sorprende que fueran eliminados.]
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Diez días habían pasado desde entonces.
En ese tiempo, las cosas cambiaron.
El mecanismo que comprende Lyell
continuaba deteriorándose rápidamente. Todo el personal de mantenimiento de
cuando Lyell era una ciudad minera ya se había ido. La mayoría de la población
huyo con pánico luego que la 39ª Isla Flotante fuera devorada por las Bestias y
saliera la noticia que la 38ª Isla Flotante pronto vería su destino. Esos que
se quedaban no tenían cómo hacer funcionar el sistema que formaba el corazón de
la ciudad.
Las máquinas rotas no se repararían por
sí solas. Una vez hubieran forzado sus límites, no había vuelta de página. Esos
en Lyell llevaban sus días ignorando las máquinas fallidas, dejando las cosas
como eran y desechando cualquier parte dañada.
Un mes anterior la ciudad había
desechado la mitad del Distrito Puerto, el cual formalmente servía como un
puerto de distribución. Dentro de la brecha de esos diez pasados días, se
descubrió que los mecanismos de los distritos enteros estaban fuera de control.
Fueron diseñados como zonas peligrosas, y las personas eran sacadas desde la entrada.
Aunque Lyell tenía que morir, se
acercaba a su final a paso estable.
Pero eso era una historia diferente.
Lakish Nyx Seniolis había expandido su
Venom más allá del sentido común. Su consciencia si desquebrajo, entró en un
profundo sueño sin alguna esperanza de recuperarse.
Pero era lo que se esperaba.
Apple, la joven hada quien había tacleado
a Feodor con todas sus fuerzas siempre que tenía la oportunidad, se había ido.
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Las provisiones incluían materiales de
reparación de edificios, balas de cañón, pólvora, comida, varios lujos, y todo
tipo de comodidades. Cada objeto dentro de las cajas de madera fue puesto en
una lista. Era necesario ver si las cajas fueron mal etiquetadas, asegurándose
que la cantidad siempre fuera la indicada, y detectar cualquier instancia de
malversación de oficiales sin escrúpulos.
Esta vez, habían recibido dos aeronaves
de provisiones de los Cuarteles de la Guardia Alada.
[Sí, conseguimos todo lo que pedimos.]
Viendo su checklist y alrededor de las montañas de cajas apiladas, Feodor
asintió en afirmación al Frogger de la división de transporte de cargo
trabajando con él. [Dejando eso de lado… aquí dice que se nos dará un paquete
secreto de algo. ¿Qué podría ser?]
Tocó la lista con su mano. [Ah, recae
bajo la revisión de la Segunda Oficial Aiseia. Parece que le fue entrego
directamente.]
[Eh, ¿esa cosa?] El Frogger vio la
lista. [Era una enorme caja negra con cadenas encima.]
[Espera, ¿no es obviamente extraña esa
caja?]
[Bueno, es un secreto.] Como es usual
para un Frogger, su lengua salía constantemente de su boca mientras hablaba. [Ni
nuestros chicos en los barcos de carga saben qué hay dentro —solo las
instrucciones que recibimos de “Manéjenlo con cuidado”, y “no metan sus narices
en cosas que no les importa”. ¿Puedes creer eso? Me hace sentir de nervios,
no.]
[Debió haber sido duro para ustedes.]
Feodor dijo. [Los rumores dicen que es el legado del Sabio…] Él continúo en un
tono tranquilo, el aura de alguien que pasa chismes sin más; el pasatiempo
favorito de un soldado.
Como se esperaba, los ojos del Frogger
cambiaron. Luego de ver alrededor para asegurarse que eran las únicas personas
en el cuarto, respondió en un tono de voz similar.
[El de la leyenda, ¿huh…? Por la
noticia del Sabio es la razón por la que han estado ocupados estos años, ¿no?]
En los pasados años, algo era extraño
dentro de la Guardia Alada. Aunque nunca fue discutido al público, un cierto
rumor había empezado a extenderse con calma dentro de los rangos de la Guardia.
La misión de la Guardia Alada era
formar una milicia a gran escala con el fin de proteger todo Regul Aire. Era de
conocimiento común, y su objetivo no había cambiado desde el inicio. Aunque
habían perdido el camino en los dos o tres años pasados. Habían desmantelado costosos
armamentos, reinvirtiendo fondos en nuevas armas experimentales de dudosa
efectividad, y reorganizando su fuerza de lucha por desconocidas razones. Lo
que es más— habían interferido con las políticas internas de varios territorios
autónomos— algo una vez impensable.
La culpa por esta pérdida de dirección
yacía en la cadena de comando. En principio, la más grande autoridad para tomar
decisiones dentro de la Guardia Alada descansaba en sus cinco generales, cada
uno tiene el poder de determinar y formar las direcciones de las políticas
clave de la Guardia.
Dicho simple, incluso si el objetivo
común de todos era proteger a Regul Aire, el desacuerdo podía salir, por
ejemplo, cinco personas iban a proponer diferentes métodos para lograrlo. Por
lo tanto, en virtud de su alta posición, no era fácil para ellos llegar a un
acuerdo. La Guardia Alada podía no estar en colectivo acuerdo, pero una vez te
volvías un general se te daba suficiente autoridad para tener negocios con los
alcaldes de grandes ciudades, todo el tiempo cargando todo tipo de
restricciones y responsabilidades. Esperar que los generales logren un consenso
sería equivalente a esperar diferentes ciudades-estados en acuerdo mutuo.
Sin embargo, bajo tal sistema la
Guardia Alada había resistido todo tipo de tormentas y sobrevivido hasta hoy.
La razón yace en la existencia del Gran Sabio.
Sí, el Gran Sabio— la persona más
famosa en toda la historia de Regul Aire. El salvador que había liderado a los
nuevos sobrevivientes y alzado las islas a los cielos junto antes que la
superficie fuera llevada a la ruina a manos de las 17 Bestias. Una vez, cuando
las disputas entre las islas habían pasado el punto de no regreso, respondió
asistiendo en la creación de la Guardia Alada. Como un poderoso centinela,
había trabajado tras escenas para observar la situación. Algunos incluso
clamaban que no habría Regul Aire sin el Gran Sabio, y habría sido imposible
para las islas flotantes sobrevivir sin él. Él era un individuo muy especial,
uno cuya ausencia podía arrojar a todas las islas a un declive.
Si los generales fueran lideres de la
Guardia Alada en papel, el Gran Sabio era su líder de facto. No solo era un
pilar de la historia de Regul Aire, sabía todo acerca del mundo que existía
antes. Siempre dirigiendo a las masas, el papel guía que realizaba había
permitido a la Guardia Alada sobrevivir como una organización hasta ahora. Es
por eso que, mientras la Guardia Alada caía, rumores empezaron a extenderse.
[El Gran Sabio ya no está vivo.]
[Ahora que el gran guardián que nos
representa ha partido de este cielo, esos que vivimos en Regul Aire no tenemos
más opción que movernos.]
[Pudiste haberlo oído antes.] Feodor
murmuro en conspiración. [Pero dicen que el Sabio dejo atrás una caja antes de
desvanecerse. Se dice que el peor desastre está encerrado dentro. Al mismo
tiempo, este desastre es nuestra última esperanza para rescatar a Regul Aire de
la verdadera desesperación… o algo como eso.]
[Tengo ideas en mente. ¿Quizás es un
poderoso veneno que le dará a las Bestias un gran problema, o algunas pastillas
para la resaca que funcionan como un encantamiento pero que saben del carajo? ¡Joder,
incluso puede ser el retrato de alguna chica que al Sabio solía gustarle!]
[Su suposición es tan buena como la
mía.]
Ese tipo de chismes inofensivos a
menudo llevan a conclusiones creativas. Al fin que, rumores mediocres no pueden
extenderse. Tienen que hacerlos grandes. [Tal vez de esa caja negra tratan los
rumores. Un objeto legendario, justo a nuestro alcance…] Feodor dijo. [Es
divertido pensarlo, ¿no?]
[Aun así, es muy malo que no podamos
entrometernos en donde no nos llaman. Mantén las fantasías como fantasías y
deja las cosas como están.] Los ojos del Frogger se giraron como si se
estuviera riendo.
Feodor rio en lugar. [Tú lo dijiste, mi
amigo.]
Como si recordara algo, el Frogger
libero un croar. [Pero digo, Feodor— señor— algo te ha pasado recientemente,
¿verdad?]
[¿Eh?]
[Te ves más animado de la última vez
que te vi.]
Feodor busco una respuesta.
[Probablemente sea tu imaginación. Nada en particular ha pasado.]
[Oh, ¿en serio?] El Frogger lo miro con
sospecha, agitando su cuello.
Antes que algo más pudiera pasar, uno
de los conocidos de Feodor los saludo a la distancia. [¡Hey, Cuarto Oficial!
¡Ven a darnos una mano!]
[¡Voy!] Saludando de vuelta, Feodor
tomó la señal y corrió. [Tendrás que entregarle el resto al Tercer Oficial. ¡Estoy
contando contigo!]
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Diez días han pasado desde entonces.
En ese momento, Feodor se comportó.
Siempre a gusto y animado, su sonrisa nunca dejo su rostro, y la forma en que
trabajaba reflejaba su humor.
La existencia de las hadas y el duende
se mantenía en alto secreto. Además, el crédito por derrotar al Croyance el
cual de pronto había aparecido para consumir a Lyell fue a una nueva bomba
experimental desarrollada en secreto por el Cuarto Oficial Feodor Jessman.
Dijeron que había enfrentado con coraje
a la Bestia luego que Apple fuera asesinada y Lakish fuera derrotada. Aunque la
explosión de energía habría sido absorbida por el Croyance para acelerar su
invasión, aún se la había lanzado, como los rumores decían.
Algunas personas que no tenían nada que
ver con los eventos de ese día se les salió la historia, y sus rumores se
expandieron como llamarada.
[Impresionaaante.] El oficial
Findantropos ofreció su comentario. [Perdió un importante suuuubordinado y un
niño que amabaaaa como suuu propia hija, ¿sí? Aun asíiii, descartooo su propia
vida para conseguir venganza en nuestros másssss grandesss enemigosss. Incluso
ahora, ssssigue adelante y viviendo con una ssssonrisa.]
El oficial asintió en aprobación.
[Debeeee creer que decepcionaríaaaa a Lakish y las otras niñas si no viveee con
su cabezaaaa en alto. Debeeee sentirse como que se rompeee, a pessssar de que
poneee la cara. Este essss el deber de un sssoldado. Debe entederlooo.]
Un oficial Lycanthropos quien había
conocido a Feodor por un tiempo bajo sus ojos. [Somos soldados a todo terreno.
No puedes evitar las posibilidades de perder a tus compañeros. Nadie sabe
realmente qué hacer cuando tu amigo llega y muere sobre ti. Todos lidian con la
muerte a su propia manera, se trata de saber que tu amigo ya no estará cerca.
Incluso si eres enterrado bajo una inimaginable cantidad de tristeza, tienes
que levantarte y seguir luchando.]
Agitó su cabeza con respeto de lado a
lado. [Esa es… probablemente la respuesta que Feodor encontró, en las
profundidades de su ser.]
[Bah.] Otro viejo compañero, un oficial
Ayrantrobos, gruñó. [Él no es un héroe. Eso es un título vacío. Es solo un
chico que se hizo de un nombre al pararse sobre los cadáveres de otras
personas. No sé si todo era de acuerdo a algunos de sus planes, pero concuerdo
que es muy impresionante. Sacrifico a las chicas que lo amaban incondicionalmente
y hacerse con otro logro profesional sin ver atrás. Está tan empeñado en subir
laderas que ha arrojado todos sus valores, consciencia, y sentido común.]
El oficial le dio una leve mueca de
insatisfacción. [Ese egoísmo no es algo para sobrestimar.]
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[¿Qué crees del Feo actual?]
La ruidosa y vaga voz vino de algún
lugar de arriba, haciendo que casi tirara su pila de cajas. Lanzó una irritada
mirada hacia arriba. [Seguro te gusta holgazanear, ¿no, Nx?] Tiat Shiba Ignareo
dijo.
[¡Hey, estoy en descanso! Lo juro,
siempre piensas lo peor de las personas…] Nax Selzel bajo sus hombros mientras
se sentaba sobre una montaña de cajas de madera. [Además, nosotros los alados
tenemos problemas con el peso. Nuestros pequeños cuerpos peludos no están
hechos para este tipo de cosas. Es como dicen, ¿sabes? Nunca tengas a un Imp haciendo
el trabajo de un Troll.]
[¿Oh?] Tiat dijo con peligro. [¿Estás
diciendo que nosotras las hadas debemos hacer el trabajo pesado ya que somos
musculosas y grandotas?]
[Bueno, yo no diría eso…] Nax ondeó su
mano como si alejara su pregunta, viendo a sus brazos. [Pero a menos que esté
equivocado, eres mucho más joven de lo que te ves. ¿No eres fuerte?]
[Bueno, sí…]
Tiat tenía la perfecta forma para
levantar objetos pesados: levantó las cajas en sus brazos y contra su pecho,
distribuyendo su pensó igualitario. Estaba llevando tres apiladas cajas una
sobre otra, y dentro había balas de cañón estándar empacadas con pólvora destinada
para el uso de la Guardia Alada.
De hecho, es como había dicho, tenían
que ser pesadas. El Falcón no podía evitar considerar la posibilidad que su
peso combinado excedía el suyo… Aunque trataba mucho pensar que era solo una
posibilidad.
[Incendié algo de Venom para fortalecer
mi fuerza física.] Dando su punto, se agito de lado a lado levemente.
Venom: la razón de la existencia de las
Leprechauns. Como una técnica secreta que aprovechaba tu fuerza de vida, era
una llama que ardía entre más cerca estaba de la muerte, llenándoles con un
poder invisible. Las hadas como Tiat eran encarnaciones de espíritus muertos, y
que desde el principio nunca debieron haber estado vivas. Por consecuencia, no
había mejores usuarios de Venom.
[No soy talentoso como Lakish: mi Venom
no es tan fuerte. Pero debido a eso, no tengo que preocuparme por perder el
control, y puedo ser un poco más despreocupado en cómo usarlo. En serio es de
mucha utilidad.]
[Ser capaz de maximizar y aplicar tu
propia fuerza para las situaciones correctas… ¿No es un increíble talento por
sí solo?]
[Una persona normal con complejos de
inferioridad puede decirlo de otra forma.] Tiat lo dijo fríamente. Su siguiente
oración salió con un poco de duda. [No puedo soportar verlo yendo por ahí.]
[¿Eh?]
[Tu primera pregunta. ¿Preguntas qué
pienso de Feodor?]
Le tomó a Nax unos segundos recordar.
[¡Oh! ¡Sí, sí!] Él asintió. [He pensado lo mismo de ese chico. Supongo que ya
sabes cómo es.]
[Es frustrante y lo odio, es tan claro
como el día para mí. Miente y miente, pero es doloroso lidiar con tal increíble
idiota.]
Ella suspiro con pesadez. [Ese acto de
estudiante honesto modelo que da como Cuarto Oficial— aunque tenga los lentes—
no tiene manchas. Pero lo está usando como un mecanismo de defensa para
reprimir su verdadero ser.]
Dentro de Feodor Jessman hay dos
personas contrarias. Su diligente y sincero rostro era una de ellas. Su
verdadero ser no era algo como su máscara; en verdad era una horrible,
retorcida y terrible persona. Lo normal es que lo escondiera bien, pero eso se
destruiría si miras de cerca.
Justo ahora, nada se filtraba. Estaba
matando sus emociones y alejando sus sentimientos. Era la impresión que Tiat
tenía.
[Está huyendo de la realidad. Tendrá
que enfrentarla un día, y será lo más doloroso.]
Apple estaba muerta. Lakis estaba en
coma. Claro, Tiat también sentía romperse por dentro. Pero por razones
diferentes a Feodor, escogió embotellar sus sentimientos— como un hada soldada,
como una Leprechaun que deseaba enamorarse algún día, asentarse y no moverse
era inaceptable para ella. No pretendía forzar a otros a hacer lo mismo, ni
tener la simpatía de nadie. Al menos tenía orgullo.
[Wow, si qué vas en serio. ¿Has estado
allí?] El Falcon agitó sus alas y se bajo de las cajas a la par de Tiat con un
sonido sordo. Por un segundo, había esperado que pudiera compartir su carga de
alguna manera, pero claro que no levanto un dedo. [No sé si has oído de eso
antes, pero bueno. ¿Sabes, cuando Feo era niño, se vio envuelto en unas cosas desagradables?]
[¿Cosa desagradable?]
[Si. Todos los que conocía, de familia
a parientes a conocidos, fallecieron… Bueno, todos los que solían estar
alrededor de él se han ido ahora. No suena bien, pero está acostumbrado a
perder personas importantes para él. Ese chico ha pasado por todo esto antes,
así que no se ha roto para nada.] No sabe si es algo malo o bueno, la dolorosa
expresión de Nax parecía decirlo. [Ya que ha pasado por mucho, no dejará de
moverse, incluso si está al borde del abismo y está por caer a la
desesperación. Su pasado no lo dejará.]
[¿Eres un viejo amigo o así, Nax?]
[O así…] Él sonrió. [Nos conocimos por
primera vez en la Guardia Alada. Coincidió como mi compañero de cuarto hasta
que consiguió su propio cuarto.]
[Entonces… ¿Significa que te ha contado
de sus esperanzas y sueños?]
Tiat tuvo un vistazo de los verdaderos
colores de Feodor. Aunque no sentía que fuera bueno que muchas personas
supieran de ello, sin duda, el futuro que buscaba.
Pero dijo que había renunciado al
mundo. Aunque era el Cuarto Oficial en la armada protegiendo al mundo, él dijo
tal cosa. ¿Por qué? ¿A qué se refiere?
[¿Bueno?]
Mientras Nax examinaba la expresión de
Tiat, ella alejo la mirada. [Bueno… él pudo haber dicho algo.]
Tiat tembló. Nax cerró un ojo en un
guiño. [Digamos que no es algo para hablar frente a chicas como tú.]
[Oh, ¿es ese tipo de chico?]
Ella se sintió algo decepcionada, pero
al mismo tiempo creó una sonrisa. Es genial. Quería presionar más, pero no
podía calmarse los suficiente para hacerlo.
[¿De casualidad, era algo sobre hacerse
amigo con una belle Ayrantrobos?]
[¿Eh? Oh, una vez dijo que les gustan
con esponjoso cabello negro…]
[¡Tiene estándares muy altos, ¿no?!]
Rieron. [Bueno, es como es…] Nax dejo de
reír. [No sé si es un voto que hizo antes, o algo que quiere hacer en el futuro,
pero mientras siga tras eso, está envenenándose.]
Por alguna razón, esa frase le sonó
familiar. Si lo recuerda correctamente, tenía que haber algo para decir con el
fin de seguir luego de eso. [Um… El único momento en el que vivimos es el
presente. Creo que es como era.]
Era una línea de su favorito cuento de
la infancia, un cristal grabadora que había observado muchas veces. El
personaje principal, un guapo oficial Reptrace retirado, lo escuchó como una
despedida de su entrecano comandante Findatropos mientras la vieja serpiente fumaba
un cigarrillo y lo observaba marcharse.
Nax silbo levemente. [No tienes que ser
tan anticuada.]
[Es solo una coincidencia.] Tiat de
pronto pasó todas las cajas en sus brazos a Nax.
[¡¿Ungyuh?!]
Sacó unos ruidos raros, sudando y parecía
como si estuviera asustándose, pero solo mantenía la tambaleante pila del
colapso. No actúa así, pero supongo que aún es un soldado.
[Por favor lleva eso al Cuarto Almacén
luego, ¿bien?]
[¡E-Espera, espera, espera! ¡Tiat!
¡E-Esto está pesado! ¡No bromees así conmigo!]
[Si una chica delicada como yo puede
hacerlo, estarás bien.]
[¡Eres bastante descarada a veces,
¿verdad?!] Tiat ya se estaba alejando del sonriente Nax. [Ow ow ow… mi columna
se joderá…]
A pesar de gritar por un rato más y
tomando incontables descansos, fue un soldado que consiguió terminar— trivial
como era— el trabajo como se le pidió. Al menos, Tiat pudo darle eso. Nada que
importara.
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