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 Capítulo 1

 

[Sabes, Allen, he estado pensando— ¿eres una de esas personas que se esfuerza para meterse en problemas? ¿Vas por ahí preguntando “¿qué hay de nuevo?”]

 

Deje de hojear los papeles para ver al otro lado del escritorio al hombre quien una vez había sido mi kohai de la universidad. Él estaba en el sofá de visitantes con una elegante figura, pero la burlona mirada que me estaba dando me daba la idea del efecto.

 

No nos hemos visto en medio año, y ¿así es cómo actúa?

 

[Dime, ¿realmente parezco el tipo de persona que haría eso?] Dije sin ganas.

 

[¡En definitiva!] Mi grandulón amigo afirmó. [No estarías haciendo esto de otra manera, incluso si no es algo de largo plazo. Digo, enseñarles a las hijas del Duque Leinster y el Duque Howard, además de la nieta de los peces gordos de los Walkers al norte, y proyectar socios para el experimento de ambas casas ducales en la venta de productos, vino y una rama de otros nuevos vienes en la capital. Y sé que tienes que ayudar al jefe— Lydia— sobre todo eso. Hablando de eso, conseguí un trabajo de tutorías, pero ¿por qué estás proyectando negocios?] Él se detuvo brevemente y luego exclamó. [¡Oh! ¡¿Por fin te has decidido hacerlo a lo grande?!] Sus ojos brillaban con emoción.

 

[Que no.] Lo corregí, forzando una sonrisa. [Se me ha dicho que ambas casas ducales han estado planeando establecer contactos comerciales juntos en la capital por un tiempo, pero había dejado el plan debido a la falta de recursos de parte de los Howards. Entonces, hace poco, los Howards tuvieron éxito en incrementar su producción de nuevos cultivos. Ambas casas rápidamente concordaron en una empresa experimental, pero ahora el problema es que ninguno puede perder personal para manejar las operaciones en la capital. Sus ducados son tan grandes que siempre han estado cortos de manos. ¿No va eso también para tu casa? Pero sí, la responsabilidad termino desplegándose a mí. Dicho eso…] Me detuvo por un momento. [El profesor y el director de la Academia Real sabía de esto antes que yo. El profesor está de amigos con Sus Altezas, el Duque Walter Howard y el Duque Liam Leinster, y la Duquesa Lisa Leinster es una antigua estudiante suya… No. Solo estoy pensando de más las cosas.]

 

[Oh, así que te estableciste.]

 

Estaba tratando de evitar decir eso en alto.

[Qué huevos los tuyos.] Dije sarcásticamente, presionando mi mano contra mi frente. [Si tienes algo de tiempo libre, ayúdame a revisar esos documentos— ¿o prefieres que adopte un tono más respetuoso, Su Alteza, Lord Gil Algren? ¿Estaría de humor para asistir a este inútil incompetente?]

 

En efecto, Gil Algen— esa altura, un apuesto joven molesto en un traje de hechicero jugando con su largo cabello rubio con un flequillo de tono violeta al frente— era referido como “Su Alteza”. Mi reino nativo era hogar de cuatro casas ducales, de las cuales cada una controlaba un vasto territorio en una las cuatro direcciones cardinales. Debido al papel que esas casas habían jugado en la fundación del reino y sus históricos lazos de sangre con la familia real, los duques y sus hijos se les concedió un título honorable.

 

La Casa Ducal de Algren era el encargado del este del reino, incluyendo la capital, la cual mi familia llamaba hogar. Gil era el cuarto hijo y el más joven del Duque Algren. Era un año más joven que Lydia y yo, y ya que podía parecer desconsiderado, se había ganado una reputación por sí solo en la Universidad Real, la más prestigiosa institución de aprendizaje del reino.

 

Gil no era un graduado de la Academia Real, sino había sido aclamado como la “segunda llegada del primer Duque Algren” en su escuela en la capital este, donde se había saltado varios años para inscribirse en la universidad a la edad de 14 años. Había sido cercano conmigo y el albatros. Gil también era amado por su padre, e incluso algunos especulaban que el heredaría el ducado.

 

[¡D-Dame un descanso!] Mi antiguo kohai rogo, moviendo todo su cuerpo en señal de rechazo. [¡Soy ilegitimo, ¿recuerdas?! ¡Ni siquiera fui a la Academia Real!] Se detuvo y luego añadió, [Cuando me hablas así…]

 

[¿Sí?]

 

[Solo puedo imaginarme un futuro donde estaría muerto.] Gil terminó. [¡¿No te importa tu viejo compañerito?!]

 

[No de aquel que se burla de mí, pero nunca de Lydia.] Respondí. [Él es tan malo como el profesor y merece el mismo trato.]

 

[¡Al menos hazlo “mejor que el profesor”!] Él dijo. [Sabes que la jefa me mataría si la jodiera. ¡No soy tú, así que no pongas mi cabeza en la guillotina! No tienes nada de sentido común.]

Me tiré a mi silla y miré al techo. Así que las personas por fin han decidido que me falta sentido común debido a ella. Que deprimente. Debo terminar este trabajo rápido y llamar a mis queridas estudiantes para tranquilizar mi mente. Eso es lo que haré.

 

[Pero has sido de esa manera todo el tiempo que te he conocido.] Tina dijo. [¡Eres increíble!]

 

[Um, bueno…] Ellie añadió tímidamente. [N-No debería dejar que le afecte, Allen.]

 

[¡Tales palabras no te quedan, Onii-chan!] Lynne concluyó. [Siempre ha sido más que común.]

 

Qué extraño… No podía imaginar que vinieran a mi defensa. Habían sido tres meses desde que se inscribieron en la Academia Real, y me parecía que estaban perdiendo cualquier reserva. Sabía que era el único que le había dicho a Tina que no necesitaba “mostrar ninguna restricción o guardarse las cosas”, pero.

 

[¡Lo tiene mal, Joven Maestro Gil!] Intervino la mujer delgada y de cabello castaño organizando una pila de papeles en el escritorio a la par mía. Ella era Anna, la ama de llaves de los Leinster. [¡Para ellas dos, se trata de una cita! ¡Con experiencia suficiente, un observador puede entender su significado! Pero cuando una veterana de la Leinster Maid Corps, firme en propósito, descifrarlo…] Anna se detuvo por defecto. [La enfermiza dulzura de su romance le da vueltas a su estómago y resultó en un gran número de adicciones. El soltero entre nosotros golpea el suelo con sus puños y llora noche tras noche. ¡Te insisto a que no te acerques a los estudios a la ligera!]

 

[¡Las chicas en nuestro departamento publicaron la misma información!] Gil exclamó, luciendo sorprendido. [Me has abierto los ojos.]

 

[No pienses en ello.] Anna se jactó.

 

[Anna, terminé con estos.] Dije luego de un momento de silencio, usando un hechizo de levitación para pasar un tomo de documentos con los que me había trabajado a la ama de allanes. [La Compañía Fosse es la última candidata. Me gustaría que revisaras unos cuantos puntos que me llamaron la atención.]

 

Gil me dio una mirada por alguna razón, mientras lo hacía Anna recibía los documentos. ¿Para qué?

[¿Viste eso?] Mi antiguo kohai preguntó.

 

[Sí, ciertamente lo hice.] La ama de llaves respondió.

 

[¡Ningún hechicero normal usa hechizos de levitación así!] Ellos exclamaron en unísono.

 

[Puedes hacer eso, ¿verdad, Anna?] Protesté. [Y tú no práctica, Gil.]

 

[¡¿Qué?! ¡Ni joda!] Dos respuestas llegaron. Estaban en perfecta sincronización a pesar de la miradita que se intercambiaron. Necesito tener cuidado con eso.

 

[Hmm…] Anna empezó a revisar los documentos que le había dado con una habilidad sobrehumana.

 

[He dado lo mejor para escoger socios en que ambos ducados puedan hacer negocios sin problema.] Expliqué. [He incluido mi opinión personal con los documentos en casa negocio.]

 

[Allen.] Anna dijo.

 

[¿Sí?]

 

Había basado mi juicio en mi experiencia y los documentos, pero quizás mi veredicto era insatisfactorio.

 

[¡Sin fallas!] La ama de llaves exclamó mientras producía un sobre con una estampa, paso los documentos adentro, y lo selló. [Debería reportarlo pronto a mi maestro y Su Alteza, el Duque Howard. ¡No esperaba menos del caballero que maneja la cartera y deberes rutinarios de Lady Lydia más que perfecto durante sus días de estudiante!]

 

[Basado en mi juicio en dos criterios— integridad y disponibilidad para relaciones de largo tiempo.] Concluí mi explicación luego de una pausa, ignorando la emoción de Anna.

 

 

[¡Muy razonable!] Ella dijo. [¡Le entregaré esto a mi señora de una vez! Tienes mi sincera gratitud por tomarte el tiempo para asistirnos.]

 

[Ni lo mencione; tenía las mañanas libres. Por favor dale a la Duquesa Lisa Leinster—]

 

[¿Oh? ¿Por favor repetiría eso, Allen?] Anna me interrumpió, su tono incluso más emocionado de lo usual. [Parece que de repente me he vuelto mala oyendo.]

 

[Por favor dele… mis saludos a Lisa.] Me corregí.

 

Anna rio. [¡Depende dijo pepito!] Ella proclamó. [Hoy es el Día del Hielo, y usted iniciará a enseñar en la mansión Leinster esta tarde. Planeo asistirte desde ahora en adelante. Lady Lydia y Lady Lynne estaban tirando perdices por el servicio que recibieron en la residencia Howard cuando regresaron la semana pasada.] La ama de llaves se pausó y luego estalló. [¡No dejaremos que nos venzan! ¡No, no debemos dejarnos! Podemos enfrentarnos con Shelly Walker, esa renombrada maid legendaria, pero el diccionario de la Leinster Maid Corps no tiene la palabra “derrota” ¡Por mi honor, la satisfacción debe ser proveída!]

 

Me forcé a reír de malas.

 

[¡Perdón!] Anna realizó un saludo perfecto y luego desapareció. Ella era tan misteriosa como siempre.

 

Revisé mi reloj de bolsillo. Oh no. Voy a llegar tarde a mi cita.

 

Luego de organizar mi escritorio, me puse de pue. [Gil, voy a salir. ¿No tienes clases a las que asistir esta tarde?] Dije.

 

[Claro que tengo.] Mi antiguo kohai respondió y me siguió para salir del cuarto.

 

Eso me recuerda de mis días de universidad. Creo que recuerdo a Lydia y nuestros kahais persiguiéndome a donde fuera.

 

[¿Qué tal la universidad?] Pregunté mientras entrabamos en el corredor e íbamos de camino a la salida del edificio.

[Aburrida.] Él respondió. [Es bastante tranquilo desde que tú y la jefa se graduaron.]

 

[Lo haces sonar como nosotros éramos el centro de todo el pedo.] Dije luego de una pausa. [Bájale. Aquí también hay maids de los Howard, y no quiero que piensen que estaba involucrado en todo lo que ella andaba.]

 

[¿Huh? ¿No era así?] Gil me dio una mirada de asombro.

 

¡¿Ni siquiera lo duda?! Bueno, tiene razón cuando se trata de los pasados cuatro años.

 

[Qué bueno que vine.] Gil dijo. [Aclaré una pregunta que me ha estado molestando por años.]

 

[¿Qué pregunta era?]

 

[La renombrada Dama de la Espada de nuestro reino ha acumulado más logros y hazañas de las que puedo contar.] Él explicó. [Debió haberse ganado una fortuna sobre toda esa fama. Pero sabes cómo es la jefa, así que me preguntaba cuándo mantenía el paso. Me imaginé que debió haberlo desperdiciarlo en— Allen.]

 

[¿Hm? Adelante.] Le dije. [Sigue hablando.]

 

[¡Vaya!] Gil murmuro. [¡¿Por qué estás sosteniendo ese orbe de vídeo?! ¡¿Qué estás planeando hacer con eso?!]

 

[Voy a mostrárselo a Lydia.] Le dije. [Cuando ella visita la universidad…] Detuve mis palabras y luego añadí. [No mueras, Gil.]

 

[¡Q-Qué masacre!] Él protestó. [Sé que ambas a la jefa tanto que hiciste papilla al Príncipe Gerard y abandonaste tu sueño de ser un hechicero de la corte solo porque la insultó, pero esa no es excusa para vender a tu—]

 

[Su Alteza, Lord Gil Algren.] Dije, poniendo una mano sobre la bocona de mi antiguo kohai. [Creo que has dicho suficiente, ¿verdad?]

 

Y ella no era la única razón.

 

Me incliné levemente ante una maid de los Howards y una de los Leinster— distinguidas por las rayas escarlatas y azures en sus respectivos uniformes— a quienes no topamos en el momento. Ellas respondieron cuando refinadas risitas. Quizás nos habían oído.

 

Ugh.

 

Gil ahora estaba tocando mi mano, así que lo liberé. [¿Cuál es el problema?] Él preguntó luego de tomar aire. [Muchas personas no lo saben. Lo mismo va para ese desastre en la Academia Real. Los rumores no para con tantos testigos a plena luz del día, incluso cuando la familia real está involucrada.]

 

[¡Ah!] Grité, tratando de callarlo. [¡No hice nada! ¡Ese solo fue un accidente! ¡Y no sé nada del desastre en la Academia Real!]

 

[Oí que andabas en una posición difícil cuando la jefa se metió a salvarte.] Gil siguió. [¡Las chicas no dejan de hablar de eso!]

 

Gruñí. Aprovechaba cada oportunidad para echarle sal a la herida. ¡Los estudiantes del profesor eran unos locos!

 

Ambos nos callamos por un momento, y entonces Gil murmuró. [Lo digo en serio cuando dije que es aburrido. Nunca haces una visita.]

 

[Lo hago.] Respondí, confundido. [Paso cada dos o tres veces a la semana.]

 

[¡¿Quuué?!] Gil exclamó. [¡P-Pero nunca te he visto por aquí!]

 

[Supongo que es porque el director me dijo que usara su oficina cuando no anda ocupado.]

 

[Voy a convocar a un juicio estudiantil justo ahora.] Gil anunció luego de un momento de silencio. Me gustaba la mirada en su rostro, y no escatimaría nada en apoyarlo. Soy bastante desinteresado.

 

Heh heh… ¿No cree que va siendo hora que siente cabeza, Profesor?

 

[W-Whoa.] Gil tartamudeó. [Sí que eres retorcido. Otra vez…]

 

[También la tienes difícil.] Un momento después, añadió. [Vas a trabajar hasta la muerte, ¿sabes? Si la jefa va a quedarse con algo de tu tiempo libre, es ahora o nunca.]

 

[Independiente a lo que sea que esté pasando detrás de escena.] Argumenté. [Esta fue una petición personal de ambos duques y la Duquesa Lisa. ¿Podrías rechazarlos?]

 

[Para nada…] Gil admitió.

 

[¿Cierto? La proyección tomará un mes y medio a lo sumo, y las entrevistas después de la siguiente deberían terminarlo todo. Alguien importante se encargará del negocio una vez inicie en serio la siguiente primavera.]

 

[Espero que tengas razón.] Gil respondió luego de una pausa.

 

[Tengo las manos llenas con las tutorías.]

 

Una semana en el reino consistía de ocho días nombrados por los ocho elementos clásicos— fuego, agua, tierra, viento, rayo, hielo, luz y oscuridad— de acuerdo al Calendario Continental Unificado. Por costumbre, el Día de la Luz era un día de adoración y el Día de la Oscuridad un día de descanso; la mayoría de personas lo tenían de descanso.

 

Tina, Ellie, y Lynne pasaban sus días de semana— del Día del Fuego al mediodía del Día del Hielo— en la Academia Real. Como resultado, nuestras sesiones académicas empezaban en la tarde del Día del Hielo y terminaban en la noche del Día de la Oscuridad. Su locación rotaba entre la mansión Howard y Leinster en bases diarias, y, como el entusiasmo de Anna indicaba, estaría enseñando en la mansión Leinster esa semana.

 

Pasaba el inicio de mi semana— del Día del Fuego al Día del Viento— en mi trabajo temporal proyectando socios de negocios. Tenía la mañana del Día de la Luz y el Día del Hielo libre, pero también tenía que preparar mis lecciones, lidiar con las visitas de Lydia, y los llamados del director en relación a los grandes hechizos y ese diario. Pasaba las noches de los días de semana preparando notas para las chicas y rebuscando libros.

Mi investigación estaba concentrada en documentos de un centenario los cuales podían contener registros del gran hechizo Radiante Escudo saliéndose de control, pero no tenía suerte alguna. No había reportes del incidente, y había rastros de esfuerzos organizados para suprimir la información. En el peor caso, los registros solo pudieron sobrevivir en los archivos del palacio. Pensarlo me dio dolor de cabeza. Esa había sido mi agenda semanal por el pasado mes y medio.

 

Tiene razón… Diría que he estado trabajando mucho. Me preguntó cómo terminaron las cosas de esta manera.

 

[Oí rumores, pero ¿es cierto que tus estudiantes son cosa seria?] Gil preguntó, interrumpiendo mis pensamientos acerca de la posición en la que me encontraba.

 

[Estás mejorando a un asombroso ritmo.] Confirmé. [No puedo esperar a ver lo que harán después.]

 

[Pareces feliz.] Él remarcó.

 

[Lo estoy. Están por superarme en cuestión de nada.]

 

[¿Superarte?] Gil repitió, incrédulo. [¿En serio? Eso es imposible. Además, diría que tus estudiantes no tienen sus corazones fijados en superarte y más en— En realidad, olvídalo. Estoy impresionado que tengan las agallas para desafiar a la invencible Dama de la Espada. Pero sabes…]

 

Mientras la salida entraba a la vista, Gil dejo de caminar, parándose recto, y me miró. [Este último incidente ha dado a conocer tu hombre por el reino y más allá.] Él dijo con un abrupto campo de tono. [Ese imbécil, el Príncipe Gerard, fue puesto en custodia de mi casa, y sentenciado a arresto domiciliario y suspensión de sus deberes. La mayoría de sus aliados en la aristocracia también recibieron duras sentencias. Por otra parte, tú y tus estudiantes salieron bien parados, mientras la jefa recibió un ascenso irregular a guardia personal del príncipe. Los conservacionistas quienes han estado protestando meritocracia se andan muriendo y llamándote un “portador de calamidades”. El líder de la corte de hechiceros, Gerhard Gardner, está conteniendo las cosas… pero aún hay personas tratando de hacer contacto con Gerard durante su arresto. Parece que tanto el servicio secreto Algren y la guardia real también están realizando investigaciones secretas. No bajes tu guardia.]

 

 

Probablemente había hecho la vista para dar esa advertencia. Mi antiguo kohai era un buen tipo, aunque desearía que actuase así siempre. Su excusa para no cambiar su conducta en la universidad— que sería “demasiado vergonzoso después de todo este tiempo”— apenas era convincente.

 

[Gracias.] Dije. [Me cuidaré. Tengamos una buena y larga plática otra vez luego.]

 

[Claro.]

 

✽✽✽✽✽

 

La avenita oeste de la capital real era hogar de muchos cafés, cada uno con un techo de diferente color. El techo de nuestro favorito era celeste. Había leído en alguno que otro libro que los cafés se habían multiplicado para satisfacer la demanda de las tantas instituciones educativas cercanas— más que nada de la Academia Real. A menudo veía a estudiantes saliéndose de la escuela para disfrutar el almuerzo aquí, así que esa explicación posiblemente era correcta.

 

Cada verano estaba empezando dando acto de presencia se sentía y el aire era vigorizante. Iba a revisar mis planes para la lección de la tarde con una taza de café en mano cuando oí varios sonidos apresurándose con energía hacia mí.

 

[¡Allen!]

 

[¡Onii-chan!]

 

Las dos chicas en boinas y blazers de manga corta gritaron con gozo al instante que me vieron. La rubia era Ellie Walker, heredera de la familia Walker, partidarios de la Casa Ducal de Howard al norte. También era la maid personal de Su Alteza, Lady Tina Howard. La pelirroja era Su Alteza, Lady Lynne Leinster, la segunda hija del Duque y la Duquesa Leinster. Eso la hacía la hermana menor de Lydia Leinster, la Dama de la Espada y el albatros en mi cuello. Las había visto docenas de veces antes, pero aún estaba impactado por cuán bien los estilizados uniformes de verano de la Academia Real les quedaban. Las chicas se me acercaron sin perder ritmo y tomaron asiento a mi costado.

 

Ellie sonrió. [E-Esta fue mi tercera victoria seguida.]

 

[Lo hice.] Lynne declaró. [La vencía esta semana.]

 

[Por favor tómense su tiempo, ustedes dos.] Les advertí. [No querrán tropezarse y caer.]

 

[Sí.] Me respondieron animadas.

 

Dios.

 

[¿Qué le pasó a Tina?] Les pregunté luego de ordenar tres infusiones frutales de agua de la sirvienta. Ambas chicas apartaron la mirada en silencio. Lo esperaría de Lynne, pero ¿Ellie también?

 

Un momento después, el sonido de pisadas fue seguido por una masiva onda de maná y frío. Allí estaba una pequeña chica uniformada con un listón blanco en su plateado cabello con tintes azules. Sonrió sin más, sosteniendo su varita, mientras incontables copos de nieve llenaban el aire alrededor de nosotros. Ya había desplegado hechizos de hielo elemental y pudo activarlos de un solo momento. Sus objetivos eran Ellie y Lynne.

 

Era Su Alteza, Lady Tina Howard. Hace solo medio año atrás, había sido incapaz de lanzar algún hechizo a pesar de su vasto almacenaje de maná. Esta joven noble también había proporcionado tanto el ímpetu por mi carrera como tutor privado y mi razón por continuarlo.

 

Sus ataques normalmente eran inofensivos. Sin embargo, en una inspección más cercana, noté que había hojas colgando de su uniforme y que su cabello estaba despeinado.

 

Ellie y Lynne movieron sus sillas detrás de mí.

 

Muy bien.

 

[Tina, por favor baja tu varita.] Dije.

 

[Allen, por favor esté al margen.] Ella respondió luego de una pausa. Un mechón de pelo estaba levantándose. [¡Voy a darle a ese par una buena probadita de lo que siento!]

 

Lancé una mirada detrás de mí. ¿Qué habían hecho estas chicas?

 

[L-Lady Tina.] Ellie protestó, asomando su cabeza fuera de mi espalda. [N-No creo que tratar de adelantársenos fuera justo de su parte.]

 

[Eso es.] Lynne añadió, también asomando su cabeza. [Onii-chan, la Señorita Primer Lugar trató de ir por el almuerzo sin decirnos porque quería sentarse a su lado.]

 

Tina por un momento no pudo contestar. [¡Eso no justifica que se confabularan para ponerme una trampa mágica de viento!] La joven noble por fin argumentó, sacudiendo su varita.

 

Sonaba como si se hubieran dejado llevar. Qué buenas amigas son, pensé, tratando de no reír.

 

[Allen…] Tina respondió, hinchando sus mejillas con indignación.

 

Realmente no quería que hiciera pucheros. [Tina.] Gentilmente la llamé, registrando mi bolso y sacando el peine que el albatros me forzó a llevarme.

 

[¿Q-Qué?] Pregunto. [M-Me rehúso a tragarme mi cólera, incluso por usted, Allen.]

 

[Te arreglaré el cabello.] Dije. [Por favor ven aquí.]

 

Eso pareció conseguir la atención de Tina. [Si insiste.] Eventualmente respondió.

 

Tina en silencio bajó su varita y deshizo sus hechizos. Entonces vino a mí rápidamente, asegurando una silla, y moviéndola para que estuviera sentada con su espalda a mí. Sus brazos estaban cruzados, y sus mejillas aún estaban hinchadas— al parecer estaba determinada a mantener su irritada postura, aunque ese mecho de pelo se estaba meneando con felicidad.

 

[Por favor, no se haga a la idea equivocada.] Dijo. [No he perdonada a esos dos por—]

 


Las palabras de Tina daban un aire a asombrado deleite mientras le quitaba su boina y lanzaba un hechizo para envolverla en una briza cálida, soplando las hojas de su uniforme. Entonces conjuré unas cuantas gotas de agua y me dispuse a peinar su cabello con cuidado.

 

[Ellie, Lynne.] Llamé a las otras dos chicas, quienes estaban mirándonos, una vez Tina se silenció.

 

[A-Allen.] Ellie respondió.

 

[¿Sí?] Lynne añadió casi al mismo tiempo.

 

[No se pasen.] Les reprendí.

 

Ellie gruñó, obviamente agitada.

 

[O-Oniiii-chan.] Lynne protestó.

 

Tina rio triunfante. [Eso es, soy la víctima aquí. Yo tengo la razón.] Ella dijo.

 

[Lo mismo va para ti, Tina. Las niñas bien no corren por la ciudad desplegando hechizos.] Le dije.

 

[A-Alleeeen…] Ella dijo con aparente sorpresa.

 

[Las tres: ¿qué deben hacer cuando han hecho algo malo o se pasaron de la línea?] Les dije.

 

[Lo sentimos.] Las tres respondieron arrepentidas. Estaba alegre que mis estudiantes fueran chicas sobresalientes, aunque decidí ponerlas a trabajar para corregir sus ocasionales excesos para el futuro.

 

[Bien dicho.] Les dije. [Ahora, una vez terminen sus bebidas, nos dirigiremos a la mansión Leinster. Y sin pastel— Anna se enojará si se llenan antes del almuerzo.]

✽✽✽✽✽

 

Cuando el clima era bueno, tenía mis lecciones en los jardines interiores de las residencias ducales. Era una buena época del año, y no había nada que me detuviera de impartir mi conocimiento afuera, ni la lluvia o el viento.

 

El problema era los ejercicios prácticos— las dos hijas de los duques guardaban mucho poder en sus hechizos para lanzamientos al interior. Causaba problemas, y el estrés de acabar con los muebles y los bienes de la casa en cada lección amenazaba con darme un dolor de estómago. La solución era simplemente que lo hicieran afuera; tenía suerte que ambas casas ducales mantuvieran vastos jardines en sus residencias en la capital real. El director había reusado a dejarnos usar el campo de pruebas de la Academia Real, frustrado a la idea de recordar sus pesadillas del examen de entrada. Siendo justos con él, no dejaría pasar que Tina y Lynne reventaran la avenida.

 

Las chicas paradas ante mí en sus usuales vestimentas, trabajando con magia con todas sus ganas. Tina estaba controlando una ventisca dentro de una barrera grado militar resistente al hielo, mientras Lynne hacía lo mismo con un infierno dentro de una barrera que ella misma había levantado. Estaban usando hechizos de fórmula intermedia, pero la fuerza resultante rivalizaba con un hechizo avanzado. Me estremecí al pensar lo que atraería.

 

[Tina, estás malgastando maná. Trata de permanecer consciente con el poder de tu hechizo.] La llamé.

 

[¡S-Sí!] La chica de cabello plateado respondió.

 

[Lynne, tu barrera se está desarmando en varios lugares. Cuida los detalles. Veo que has mejorado considerablemente.]

 

[¡Sí!] La chica pelirroja respondió. Entonces ella se burlo de Tina con ganas. [Haha.]

 

[¡Lyyyne!] Tina tomó el cebo y aparto la mirada de su ventisca, la cual creció en poder mientras grietas se formaban en la barrera resistente al hielo. Me habría gustado dejar que siguieran un poco más, pero primero lo primero. Intervine y desmantelé los hechizos, trayendo miradas de sorpresa en el rostro de ambas chicas.

 

[¿Cuántas veces debo decirles que no tienen permitido jugar mientras manejan magia?] Las regañé. [Me alegra que sean tan buenas amigas, pero consideren el tiempo y el lugar.]

[¡No estábamos “jugando” y no somos amigas!] El par protesto en perfecta unión.

 

[Tomemos un descanso. Han estado practicando sin parar desde que terminaron el almuerzo.] Sugerí luego de una pausa.

 

Lo digo en serio. Sé que ninguna de las dos ha tenido un amigo de su edad antes, y entiendo por qué andan tan pegadas entre sí, pero desearía que aprendieran algo de moderación. Hey, no se jalen el pelo como—

 

Un jalón en mi manga izquierda detuvo mi tren de pensamientos. Era Ellie, quien, a diferencia de las otras chicas, estaba usando su uniforme escolar.

 

[A-Allen, p-por favor lave el mío también.] Ella dijo, un momento después, libero un suspiro de avergonzamiento cuando se dio cuenta que había hablado de más.

 

[Tienes razón. Discúlpame, ¿hay alguien más?] Respondí.

 

[A su servicio.] Una perfecta maid con cabello castaño respondió, apareciendo sin hacer sonido. Su nombre era Emma, y una vez me había dicho que tenía ascendencia del sur por parte de su madre. Era seguida por un grupo de maids empujando un carrillo. Parecía que estaban bien preparadas.

 

[Té para Tina y Lynne.] Le dije a Emma.

 

[¡Allen!] Tina protestó.

 

[¡Onii-chan!] Lynne se le unió.

 

[Como diga.] Emma respondió. [El té de hoy es una infusión de hojas calmantes.]

 

[Muchas gracias.] Dije. [Ellie.]

 

[Esas dos se han transformando en delincuentes y no me escucharán.]

[Y-Yo soy una buena chica.] Elle murmuró.

 

[Me alegra oírlo. En ese caso, practiquemos juntos.]

 

[¡A-Allen!] El tímido ángel respondió y entonces rio. Qué relajante.

 

[¡Hmph! Siempre es así.] Una de mis delincuentes estudiantes dijo.

 

[Onii-chan, he arreglado mi camino. Deja que me una.] La otra añadió.

 

[Ambas, por favor siéntense.] Emma ordenó. Luego de un breve silencio, ella añadió. [De otra forma, le mostraré a Allen la grabación de su pijamada de la semana anterior.]

 

Eso parecía sorprender a Tina y Lynne, quienes rápidamente se sentaron apropiadamente en las sillas tan lejos como podían de entre sí. Emma seguro que sabía lidiar con ellas— no era sorpresa que Anna la hubiera recomendado. Ella estaba, por cuenta propia, clasificada cuarta en la Sociedad de Observación de Lady Lydia y Lady Lynne en Público y Privado. Parte de mí estaba curioso por conocer a los dos miembros que aun no conocía, y la otra parte esperaba que no.

 

Le asentí a Emma, y rápidamente completó sus preparaciones antes de retirarse con una sonrisa. Se dio cuenta que había asuntos que no podíamos discutir en su presencia y estaba siendo considerada.

 

[Ahora, ¿por qué no me muestra qué tan bien puedes controlar la fuerza de tus hechizos y lánzalos dentro de una barrera?] Le dije a Ellie.

 

[S-Sí.] La maid en uniforme escolar ondeó sus manos con una apariencia de nervios en su rostro. Y entonces. [¿C-Cómo lo hice?]

 

[Maravillosamente.] Respondí.

 

Tina y Lynne se quedaron en silencio. Ellie había activado un hechizo de viento intermedio dentro de una barrera de apenas el tamaño de una caja de madera para almacenar vino. Cuando se trata de un buen control, ella estaba por encima de las otras dos chicas.

[A-Allen, me gustaría, una palmadita en la cabeza.] Ella pidió, quitándose su boina y dando medio paso frente a mí.

 

Estoy tratando de enmendar ese mal hábito mío… pero ¿qué opción tengo?

 

[Eres increíble, Ellie.] Le dije a la feliz maid mientras gentilmente acariciaba su cabeza.

 

Tina y Lynne tomaron una posición de Eris (tradu con referencia), pegando ambas manos en la mesa.

 

[¡Allen!]

 

[¡O-Onii-chan!]

 

[Señoritas, su té se enfriará. Por favor siéntense.] Les dije.

 

[¡Oh, es tan malo!] Tina me echó rabia.

 

[Onii-chan, eres tan malo.] Lynne repitió un momento después.

 

El par regreso a sus asientos y empezó a beber el té herbal que Emma había elaborado para ellas mientras degustaban los pasteles con jalea. Me preguntaba si nos dejarían algo.

 

Ellie acababa de dominar la fuerza de control y lo lanzó dentro de la barrera. En cuyo caso…

 

[Ellie, ¿qué te gustaría aprender después?] Pregunté.

 

[Um, bueno, m-me gustaría aprender magia avanzada.] Ella tartamudeó.

 

[¿Magia avanzada?] Repetí pensándolo.

 

Ellie era capaz de usar seis elementos de los ocho elementos clásicos— fuego, agua, tierra, viento, hielo y oscuridad. Le costaba el rayo y luz, pero ese aún era un logro notable considerando que la mayoría de hechiceros solo podían manejar un solo elemento. Porque había priorizado la magia elemental e intermedia, sin embargo, aún tenía que aprender un hechizo de magia avanzada.

 

[Puedo enseñarte la fórmula del hechizo, pero me falta el maná para enseñarte un ejemplo.] Me disculpe, agachándome para mirar a Ellie a los ojos. [Le pediré a Tina o Lynne que te ayuden.]

 

[A-Allen.] La maid se sonrojo, llevando sus manos sobre su pecho, y me miró. [¡C-Creo que puedes hacerlo si enlaza su maná conmigo!]

 

Debí haber visto eso venir…

 

“Enlazar maná” era justo como sonaba— la habilidad de conectar el maná de otra persona con el mío. Hacerlo me concede la habilidad de usar el maná de esa persona, aunque enlazarlo muy profundo tenía un desafortunado efecto secundario de hacernos incapaces de ocultar nuestras emociones entre sí. Por lo tanto, me había enlazado con el albatros— Lydia— mi hermanita Caren, y Tina. En los tres casos, lo había hecho en respuesta a una emergencia que no me dejaba alternativa.

 

Esto se llama un rechazo respetuoso.

 

[Sinceramente apreció el sentimiento, pero debo evitar de hacer eso. Tengo confianza que aprenderás a lanzar hechizos incluso sin mi ejemplo a seguir.] Le dije a Ellie.

 

[¡C-Cuando esté en problemas, como lo estuvo el otro día, q-quiero ayudarle, A-Allen!] Elle tartamudeó.

 

Los dos meses anteriores, había luchado con Gerard— el segundo príncipe del reino, con quien tenía una historia— por segunda vez. Lydia prácticamente se había encargado de todo el desastre por su cuenta, pero una vez el embrollo se había calmado y Ellie con Lynne habían recuperado su compostura, no habían perdido tiempo antes de asaltarnos con una lluvia de preguntas.

 

[¡E-El hechizo de Lady Tina es increíble!] Ellie había exclamado. [¡Fue justo como ese momento en la mansión Howard!]

[Lo mismo va para mi querida hermana, nunca antes había visto un Firebird blanco.] Lynne había añadido.

 

[¿Cuál es el significado de esto?] Ambas habían demandado.

 

El albatros había desperdiciado mis intentos para rechazarlos al toque. [Es demasiado tarde ahora. Solo diles.] Como resultado, les había contado acerca de mi habilidad; acerca del Frigid Crane, el gran hechizo que habitaba dentro de Tina; acerca del diario del desconocido hechicero que había logrado que el director descifrara; y acerca del vestigio del gran hechizo Radiante Escudo que Gerard había utilizado. Se habían sorprendido, pero parecía que aceptaron mi explicación. El espectáculo de la Espada Escarlata de Lydia había sido un argumento convincente.

 

Había reservado unos detalles solo para Lydia. Incluía el incierto reporte que la madre de Tina, la Duquesa Howard, pudo haber sido asesinada; las verdaderas circunstancias detrás de la muerte de los padres de Ellie; y las palabras que el Frigid Crane me había dicho durante la batalla— la “llave” e “imitación”. El Señor y la Señora Walker le contarían a Ellie acerca de sus padres a su debido tiempo. La muerte de la Duquesa Rosa, mientras tanto, estaba rodeada en mucho misterio. Al fin que, se mantenía totalmente sin resolverse a pesar de las investigaciones de dos de los Cuatro Grandes Ducados.

 

[Muchas gracias, pero confiarle su maná a otra persona es más peligroso de lo que imaginas. Por favor piensa en ti primero.] Dije, sonriéndole a la encantadora maid.

 

Ellie no respondió inmediatamente. [Lady Tina no dejará de jactarse de ello con Lynne y conmigo.] Ella dijo.

 

[¿Tina…?] Pregunté, mirando a la joven noble quien estaba ocupada devorando el postre. Pretendía silbar. Culpable se ha dicho.

 

[Onii-chan. No creo que sea justo que la Señorita Primer Lugar sea la única. Deme la oportunidad.] Lynne se entrometió, levantando su mano.

 

[No.] Respondí en seco.

 

[En ese caso, Onii-chan, ya no tengo nada que ver contigo.] La pelirroja dijo, dándome la espalda con un postre aún estancado en su mano.

[¿Oyeron eso, chicas?] La chica de cabello plateado se jactó triunfantemente.

 

[Nuestro profesor dijo que no, sé un buen perdedor y tira la toalla. Ahora, quiere lanzar hechizos avanzados, ¿verdad? ¡No se diga más!] Ella saltó y aterrizó.

 

Hey; eso no fue muy femenino.

 

[¡Vamos! Enlace el maná con—]

 

[Quédate quieta. Toma; así está mejor. Tenías un poco de jalea en tu rostro.] Le dije mientras sacaba un pañuelo.

 

[G-Gracias.]

 

Lynne se me acercó también, su flequillo me anunciaba su disgusto. [Onii-chan, no puedo aprobar la forma en que la mima. ¿No concuerdas, Ellie?] Ella dijo-

 

[¡S-Sí!] Ellie se unió. [¡C-Creo que Lady Tina está siendo i-injusta!]

 

[¡N-No lo soy!] Tina protestó, y el trio empezó a divertirse. Era otro día pacífico.

 

Le pediré a Tina o Lynne manifestar un hechizo avanzado para Ellie una vez se calmarán. Pensé mientras me sentaba en una de las sillas. Estaba por darle un sorbo al té herbal cuando un golpecito en mi hombro me interrumpió. Me giré para ver y sentí un dedo índice metido en mi mejilla.

 

[Caíste.] El recién llegado anunció con una risa triunfante. [Qué papanatas.]

 

[¿Qué te trae aquí, Lydia?] Pregunté luego de un momento de pausa. [Y ocultaste tu maná.]

 

 

 

Allí, parada una belleza con un hermoso y largo cabello escarlata. Era Su Alteza, Lady Lydia Leinster, la Dama de la Espada y el albatros pegado en mi cuello. Como es usual, estaba vestida para unos espadazos— su promoción a guardia personal de Su Alteza Real seguido del reciente incidente no había provocado ningún cambio en su guardarropa. Me preguntaba si se metería en problemas por eso.

 

[Esta casa le pertenece a los Leinster.] Lydia respondió, fijando sus ojos en mí. [¿Por qué no debería estar aquí?]

 

[No es eso a lo que me refiero.] Dije. [¿Qué hay del palacio? No solo puedes irte cuando se supone que estés protegiendo a Su Alteza Real.]

 

[Esa princesa manipuladora está en una reunión con el embajador imperial.] Ella explicó. [El comandante de la guardia se está ocupando de ellos.]

 

[Ya veo.] Respondí luego de una breve pausa.

 

[¿Qué?] Lydia demandó. [¿Tienes algún problema con eso?]

 

[Sabes que no.] Le aseguré. [¿Qué tal está Su Alteza Real? Su Majestad dijo cuando tenga la oportunidad… Etc, etc.]

 

Lydia se quedó en silencio. [¿Realmente necesitas esforzarte para hablar con ella?] Ella por fin preguntó.

 

¡Me estás asuntando! ¡¿Está mal preguntar por un antiguo compañero?!

 

[¿Hay algo de malo?] Pregunté mientras el albatros me analizaba.

 

[Estarás haciendo una demostración de hechizos avanzados, ¿verdad?] Ella respondió luego de un momento.

 

[Así que oíste eso. ¿Estarías despuesta a ayudar?]

 

[Está bien.] Ella accedió, sosteniendo sus brazos. [Mmm.]

 

[¿Por qué estás haciendo esto, Lydia?] Pregunté, dándole una mirada burlona.

 

[¡Mmm!]

 

[No, no es a lo que me refiero. Me gustaría que demostraras—]

 

[¡Hmm!]

 

Su súplica fue insistente, y había un llamado de afecto en sus ojos. Debió haber tenido una disgustada experiencia.

 

Las tres de mis estudiantes estaban presentes, y presuntamente había maids escondidas aquí, así que gentilmente tomé la mano de Lydia en lugar de abrazarla y establecí un enlace superficial, lo suficiente débil para que solo sintiera la esencia de sus emociones. Dicho simple, Lydia estaba de malhumor.

 

[Vamos.] Ella me presionó luego de un prolongado silencio.

 

[Te lo prestaré un rato. Ellie.]

 

[¡S-Sí!] La maid respondió, sacada de su diversión con las otras chicas. ¡Oh, ¿Lady Lydia?!]

 

Ese comentario llamó la atención de las otras.

 

[L-Lydia, ¿cuándo llegaste?] Tina exclamó.

 

[Bienvenida a casa, hermana.] Lynne añadió.

 

Las tres corrieron a nosotros, con sus ojos abiertos. Me paré y traté de soltar las manos de Lydia, solo para encontrar las mías siendo sostenidas con firmeza.

[Eso duele, ¿sabes?] Le dije luego de un momento.

 

[¡Un verdadero hombre lo aguanta!] Lydia dijo.

 

[Sí, sí.]

 

[¡Solo un “sí”! ¿Qué quieres ver, Ellie?]

 

[U-Um… bueno…] Ellie tartamudeó.

 

[Te estás tardando.] Lydia dijo.

 

[Ohh. L-Lo siento.] Ellie dijo.

 

[Lydia, eso fue innecesario.] Dije. [Lanzaremos un hechizo de fuego avanzado, ¿está bien?]

 

Me dispuse a lanzar el hechizo de fuego avanzado más común, Scorching Sphere, dentro de una barrera en el aire por arriba del jardín interior.

 

[¡Que hermosa fórmula de hechizo!] Tina exclamó.

 

[Oh, no es caliente.] Ellie remarcó, sonando levemente asustada.

 

[Esto no es nada para mi onii-chan y mi hermana.] Lynne se jactó.

 

Espero que fuera una buena demostración de lanzamiento dentro de una barrera y control del poder del hechizo, pensé mientras lo disipaba con un chasquido de mis dedos. Aunque, fue demasiado simple en sí. Me giré al albatros por ideas.

 

[Disfraza el siguiente elemento.] Ella sugirió luego de un momento de consideración.

 

[Sí.]

Incontables bolas de fuego se activaron y colisionaron dentro de la barrera. Los ojos de las chicas se abrieron en sorpresa mientras las bolas de fuego se volvían de hielo que inundaba la barrera.

 

[Este truco incluso funcionó con la Gran Dama de la Espada la primera vez que lo vio.] Les dije. [Puede ser práctico para ataques sorpresa.]

 

[¡No mientas!] Lydia respondió un momento luego.

 

[Sabes que no.] Objeté. [Ahora, ¿qué más deberíamos intentar?]

 

Lydia estaba enviándome señales que decían. [¿Necesitas más maná? Solo fortalece nuestro enlace entonces.] Pero fallé en notarlos. También sospechaba que Tina estaba tratando decir, [¡Allen! ¡Sigo yo! ¡Es mi turno!] Pero pase de ella también.

 

Lo tengo.

 

[Hey.] El albatros protestó mientras le soltaba sus manos.

 

[Tina, ¿me prestarías tu varita?] Pregunté.

 

[¿Huh? ¡Claro!] Tina respondió.

 

[Lydia, voy a prestarte un poco más de tu maná, si no te importa.]

 

[Te costará.] Ella me dio luego de una pausa prolongada.

 

Me baje de hombros mientras aceptaba la varita de Tina y luego me dio un vigoroso movimiento, las chicas lucían asombradas.

 

[Bien.] Lydia comento.

 

 

Construí ocho hechizos avanzados dentro de la barrera sobre el jardín interior, dibujando meticulosas fórmulas de hechizos en ocho diferentes colores— rojo, azul, café, verde, violeta, azur, blanco, y negro. Entonces los activé en una explosión de poder. Torrentes de maná pasaban por el espacio cerrado, formando ocho vórtices masivos.

 

Tina gritó asombrada.

 

[¡I-Increíble!] Ellie exclamó.

 

[Es simplemente hermoso.] Lynne añadió.

 

Las tres chicas estaban soltando de arriba abajo, mano a mano, sus ojos brillaban de la emoción. La noble de cabello escarlata, en contraste, estaba en silencio y sin hacer esfuerzo por ocultar su disgusto. No era un buen augurio.

 

Disipé la magia con otra onda de la varita, restringí mi enlace de maná, y luego le devolví la varita a Tina. [Muchas gracias.] Dije. [Esa fue una activación simultanea de múltiples hechizos avanzados de varios elementos. ¿Recuerdan nuestro ejercicio de la “flor”? Piensen de esto como una aplicación práctica de esa idea.]

 

[Usted llama a eso…] Tina empezó.

 

[¿Una aplicación…] Ellie siguió.

 

[práctica…?] Lynne terminó.

 

[Aprenderán a hacer lo mismo sola en cuestión de tiempo.] Les aseguré.

 

Las chicas intercambiaron miradas y se callaron. Me preguntaba por qué— criaturas mágicas y activaciones compuestas eran más difíciles, en mi opinión.

 

[Hey.] Lydia me presionó.

 

[Espera.] Respondí. [Están por preguntar por qué le presté su varita, ¿verdad?]

[No tengo experiencia lanzando hechizos de hielo avanzados, y la varita de Tina lo hace más fácil.] Dije, apaciguándola. Luego de una pausa, añadí. [Aunque viendo ese pálido Firebird puede forzarme a repensar mis ideas.]

 

Estaba escéptico de la prevaleciente sabiduría respecto a la estricta división de elementos— mi hipótesis era que los elementos que los humanos activaban para lanzar hechizos menos restringidos. Dicho eso, el poder del Firebird que Tina y yo habíamos lanzado usando su varita inclinada al hielo durante nuestra batalla contra Gerard había suprimido mis expectativas. La asistencia del gran hechizo Frigid Crane podía salir hacia la explicación, pero había mucho que no sabía.

 

[No tenía la confianza que pudiera hacerlo de inmediato.] Dije, levantando mis manos. [Es todo lo que hay.]

 

Tina intervino con una risa triunfante. [¡Suena a que Allen puso mucha más fe en mi varita que en ti, Lydia!] Ella proclamó. [¡Quizás conseguiría mejores resultados enlazando el maná conmigo! ¡Esto es por el experimento!]

 

[Ni de broma.] Lydia rechazó la sugerencia. [Fue tu varita lo necesario, no tú. Incluso si concedo que un descendiente directo de los Howards tiene afín con el hilo— y es solo por sí acaso… Ni de broma. Ni de gracia.]

 

[N-No lo sabremos hasta que lo intentemos.] Tina objetó.

 

[Entonces a darle.] Lydia me extendió sus brazos. [Mm.]

 

[Controlar esos hechizos requiere mucho de mi maná, sabes.] Expresé luego de un momento.

 

El borde de su mano cortaba a través del aire frente a mí en una fugaz tajada.

 

Eek.

 

[Qué problemático sirviente.] Lydia remarcó mientras renuentemente unía mis manos con ella otra vez. [Ahora, una vez más.]

 

[¿Debemos?] Me queje. [La magia de hielo es bastante desafiante, y— ¡Ow! ¡Cuidado con tus dedos! ¡Puedo oír mis huesos crujir!]

 

[Deja de perder el tiempo.]

 

Mamá y papá en casa, su pequeño Allen no tiene salvación.

 

Moví mi mano izquierda y construí una barrera sin decir palabra.

 

[Así la tienes.] Lydia dijo. [No olvides de reponer el maná que has perdido.]

 

[Realmente no he perdido tanto para necesitar—]

 

[¿Te gustaría experimentar un Firebird de frente?]

 

No necesitaba nuestro enlace para entender el hecho que la hija mayor del Duque Leinster estaba de un humor excepcionalmente de perros.

 

[¡O-Oh no!] Tina exclamó. [¡Debí haber tomado su mano y dejar que los eventos tomen su curso!]

 

¿Qué tipo de ideas falas tiene de mí? La curiosidad de Ellie y Lynne parecía estar sacando lo mejor de ellas también, significa que… no tenía amigos.

 

[Está bien. voy a tomar algo de tu maná, ¿bien?] Dije.

 

[Solo date prisa y—] La orden de Lydia se detuvo en un erótico gemido mientras cerraba sus ojos y temblaba. De inmediato tomé el maná que necesitaba y regresamos al superficial enlace.

 

Esto era lo que me temía.

 

Solo enlazar maná y lanzar hechizos no requería causar… ¿mucho daño? Reponer el maná que gastaba en el control y otras tareas requería un enlace más profundo, aunque no tenía idea de por qué. Dicho eso, parecía que produce un shock de momento.

 

[Allen…] Tina dijo acusando.

 

[Allen…] Ellie añadió en el mismo tono.

 

[Onii-chan…] Lynne se unió.

 

Quería escapar de las miradas frías de mis estudiantes.

 

Lya río, evidentemente en un excelente humor. [Ha pasado tiempo desde la última vez que te di mi maná directamente.] Ella remarcó.

 

[¿Ahora qué?] Pregunté luego de un rato.

 

[Tiene que ser hielo, el resto depende de ti.] Lydia respondió.

 

[¡¿Qué?!] Tina exclamó. [E-Entonces tome mi varita, o enlácese conmigo y—]

 

[Eso no será necesario.] Lydia descartó su sugerencia.

 

[¡¿P-Por qué no?!] Tina demando, indignada.

 

[Ya lanzó el hechizo.] El albatros dijo triunfante. [No necesitará una varita para ayudarse una segunda vez.]

 

Una Tina sin palabras se mordió el labio en frustración.

 

Lydia al parecer estaba convencida que no podría fallar. Esperaba que se diera cuenta que sería más fácil con la asistencia de la varita. Bueno, era la primera vez en que nos habíamos enlazado en un día desde nuestro con el Héroe, así que decidí que podía intentarlo.

[Ellie.] La llamé.

 

[¡S-Sí!] La maid respondió. Estaba tratando de esconder su emoción y no lo estaba logrando.

 

[Dame el nombre de un animal.]

 

[¿Huh?] Ella dijo, asombrada. [Um… ¿Qué tal un caballo?]

 

[Un caballo, entonces. Lydia, si lo arruino—]

 

[No seas tonto.] Lydia dijo, sin siquiera esperar que terminara. [Nunca lo arruinarás.]

 

No tenía respuesta a eso. Su fe me pesaba mucho. Le lance una señal a Lynne, quien le dio un toquecito a la vaina de su espada en respuesta.

 

Gracias.

 

[Muy bien, no va de nada.] Dije.

 

Dentro de las barreras, construí el hechizo avanzado de hielo Imperial Ice Blizzard y el hechizo avanzado de viento Imperial Storm Tornado. Maná se bramó mientras juntaba los hechizos; era más difícil de control de lo que había anticipado. Dicho eso, conseguí ver a la fórmula para los hechizos Frigid Crane y Radiante Escudo, incluso si había sido incapaz de descifrarlo, no podía andar de brazos cruzados.

 

Las barreras estaban encogiéndose, mermándose, y cambiando de forma. La transformación continuó hasta que apenas fueran del tamaño de un perro pequeño. El caballo resultante de azur pálido agitaba pequeñas alas de pálida esmeralda en su espalda y se fue al costado de Ellie, donde procedió a sobarse contra ella, incitando un llanto de asombro.

 

[E-Eso da cosquillas.] La maid exclamó.

 

Liberé un suspiro de alivio. [Trate de combinar una activación compuesta con una criatura mágica.] Expliqué. [¿Te ayudó a aprender algo?]

[¡S-Sí!] Ellie respondió. [L-Logré memorizar la fórmula del hechizo. A-Al menos, creo que lo hice.]

 

[Los escribiré en tu libreta.] Le dije. [Estoy seguro que aprenderás a usarlos de inmediato para tus exámenes de fin de semestre.]

 

Eso provocó un gruñido de nerviosismo. [¿R-Realmente cree que puedo hacer eso?] Ellie balbuceó.

 

[Estoy para ayudar.] Dije. [Trabajemos juntos.]

 

[¿Juntos, Allen, sí…? ¡D-Daré lo mejor!] La maid apretó ambos puños en una muestra de resolución. Era adorable.

 

El albatros tomó asiento en una de las sillas y demandó que le sirviera té. Sí, sí. Desmantelé nuestro enlace otra vez.

 

[La Academia Real tiene dos exámenes regulares al año, uno al final de cada semestre.] Le informé a las chicas mientras servía una taza de té herbal.

 

[Su primer examen de fin de semestre está a mes y medio, justo antes de su receso de verano, así que pongamos objetivos para que cada una trabaje. Ellie, practicarás magia avanzada.]

 

[S-Sí.] Ellie respondió.

 

[Lynne, ¿por qué no tratas de perfeccionar tu activación dentro de una barrera?]

 

[Eso no tomará mucho.] Lynne remarcó. [Y entonces— No, ya que soy la líder de la clase…] Le di a Lynne una mirada de confusión mientras detenía sus palabras y entonces decidí seguir.

 

[Tina, continuarás trabajando en modular la fuerza y mejorar la eficiencia del maná de… ¿Tina?]

 

[Tina, ¿me prestarías tu varita?] Dije.

 

[Está bien.] Asintió luego de una larga pausa.

 

Acepté su varita, la moví, y usé hielo para fabricar muchas flores, con un listón de buena medida. Entonces le ofrecí un ramo a la desanimada chica.

 

[¿Sí?] Ella preguntó, echándose atrás al instante.

 

[Quería mostrarte mi gratitud por prestármelo antes.] Dije. [Usar tu varita realmente hace la diferencia.]

 

[¡Gracias!] Tina dijo mientras tímidamente apretaba el ramo.

 

Es lo mejor, pensé mientras alzaba una mano y— Oops. Casi acariciaba su cabeza sin pensarlo. Debo quitarme ese hábito en serio; incluso Caren me regañó por eso.

 

[¡Allen, esa fue su señal para darme una palmadita!] Tina— la diablilla— me presionó. [¡Por favor, sírvase!]

 

[D-Disculpe…] Ellie balbuceó.

 

[Siempre tan rápida para rogarle a mi Onii-chan favores, Señorita Primer Lugar.] Lynne se mofó.

 

[¡Sé que te estabas muriendo por una palmadita cuando estuviste observando a Ellie hace un momento!] Tina respondió.

 

[N-No lo estaba.] La pelirroja protestó. [¡No soy como tú!]

 

[A-Ambas, dejan de pelear.] Ellie logro decirlo luego de un momento de sorpresa.

 

[¡Al margen, Ellie!] Tina y Lynne le respondieron juntas, dirigiéndose a la nerviosa Maid. Nunca cambian, y estaba alegre por eso.

 

[Menudo jaleo que hacen.] Lydia se quejó, descansando su codo en la mesa y apoyando su mejilla en una mano con una mirada de exasperación.

 

[¿Eso crees? Yo lo estoy gozando.] Dije.

 

[Sé serio.] Ella dijo. Luego de un momento, añadió. [Hice algo de tiempo para trabajar en los grandes hechizos y ese diario.]

 

[Perdón por arrastrarte a esto.]

 

[¡¿Disculpa?!] Ella respondió, indignada.

 

[Espera, ¿eso fue lo que te molesta?] Pregunté.

 

[No seas tan denso. Tus problemas son mis problemas, y mis problemas son…] Ella respondió.

 

[Tus—] Empecé a decir antes de arrepentirme de inmediato. [S-Solo bromeo. Y lo diré tantas veces sea necesario; deja de lanzar el Firebird a lo loco.]

 

[Quizás debo ponerle empeño a cortarte y quemarte.] El albatros dijo en alto un momento después.

 

[Si hay algo que te molesta, trabajaré contigo para resolver el problema. Te ayudaré incluso si no me quieres.] Le aseguré.

 

[Idiota.] Lydia respondió. Entonces murmuro, [Gracias.] Mientras giraba su rostro hacia el jardín interior. Sus orejas estaban levemente rojas— el albatros se avergonzaba fácilmente.

 

Mis estudiantes dejaron de jugar, tomaron asiento, y entonces comenzar a beber el té y devorar los postres en silencio. El caballo alado que había conjurado se posó en mi regazo.

[Y ustedes tres, ¿qué creen de la vida estudiantil ahora que han pasado tres meses? ¿Están disfrutando su tiempo en la academia?] Dije, mientras acariciaba a la criatura.

 

✽✽✽✽✽

 

[Usar hechizos de múltiples elementos tiene sus desafíos. Utilizar un elemento que ninguno de sus antepasados ha manifestado seguro que es mejor no intentarlo. Sugiero que se dediquen a dominar un solo elemento.]

 

El profesor— un hombre en sus treinta con el que estaba relacionado— estaba escribiendo en el pizarrón. A pesar de la necesidad de copiar su lección en nuestras libretas, una atmosfera relajada llenó la clase. Estaba aburrida.

 

Tina me pasó una nota desde su asiento a mi costado. Lo leí. [Lynne, ¿qué hay de almuerzo?] Rápidamente escribí. [Lo mismo de ayer.] Y se la pase a Ellie, pero estaba perdida en sus pensamientos.

 

Era la mañana del Día de la Luz, un día lleno antes de nuestras lecciones con mi Onii-chan. Me preocupaba por él proyectando potenciales socios de negocios para las nuevas exportaciones de los Leinster y Howard encima de su ya ocupada agenda, incluso si solo era temporal. Desearía que se tomara un tiempo para descansar. Por su salud, claro— no estaba esperanzada que tendría tiempo libre para que pudiera verlo luego de clases de entre semana también. Estaba genuinamente preocupada por la salud de mi onii-chan y no tenía motivos ocultos—

 

Un pequeño bostezo de Tina me distrajo de mis pensamientos. Estaba tan relajada. Ah. Su bostezo provo ser infeccioso, y liberé un mío.

 

[Qué encantador bostezo, Lady Lynne Leinster.] Tina me dijo en silencio.

 

Está bien. Si eso es lo que quiere, he estado queriendo saldar nuestro punteo desde el examen de entrada. Le daré una buena lección durante nuestro próximo descanso.

 

Por el momento, escribí un mensaje en mis notas, rasgue el papel, y se lo pase. Tina lucía confusa, entonces asombrada. Se tocó alrededor de su boca… antes de darse cuenta que había sido engañada. Luego me pasó una nota la cual se leía. [Tienes algo de comida en tu mejilla izquierda.]

Como si fuera a caer en mi propio truco. Pero luego de un momento, me di cuenta que era importante asegurarse. Sin duda me toque mi mejilla izquierda, la cual estaba limpia. No era como Tina.

 

Recibí una risa contenida desde mi costado.

 

Se río de mí, ¿verdad? Muy bien. Si tanto quieres tener una pelea—

 

[¡H-Howard! ¡L-Leinster!] El profesor balbuceo irritado. [¡¿Q-Qué creen que están haciendo?!]

 

Tina y yo estábamos sin inmutarnos. Ellie, por otra parte, empezó a balbucear y entrar en pánico. Revisé mi pechera. La Señorita Primer Lugar estaba mirando a la suya también.

 

¡Me rehúso a creer que es un año mayor que nosotras! Espera, me dije, no tengo nada por lo que estás molesta. Si mi onii-cham y hermana son mi porvenir, mi futuro es brillante.

 

La difunta madre de Tina, la quien había visto en un orbe de vídeo, había sido impresionante por sí sola, pero su pecho había sido no tan grande. La hermana mayor de Tina, la presidenta del consejo, tenía una figura femenina, por lo que era una preocupación, pero la ventaja estaba a mi favor. Mi futura victoria estaba prácticamente asegurada.

 

[¡R-Respondan la pregunta!] El profesor gritó otra vez. Su rostro estaba que ardía.

 

[No estamos haciendo nada.] Tina respondió.

 

[Sí, nada.] Acordé.

 

[¡E-Están mintiendo!] Él insistió. [¡Las vi bostezando y riéndose! ¡Pueden ser la primera y segunda en la clase, pero no por mucho si no se comportan!]

 

Tina y yo intercambiamos miradas.

 

[Muy bien, nuestro… instructor temporal, Allen, ya cubrió todo en esta lección] Tina dijo.

[Cada estudiante aquí sabe cómo usar múltiples elementos y todo eso.] Añadí. [¿El profesor que renunció no le dejo notas?]

 

El profesor movió sus labios, luchando por responder y terminó viéndose como un pez. Reviso la clase, pero todos asintieron y evitaron hacer contacto visual. Nunca pude imaginarme que una persona podría ponerse pálida.

 

Al final, el profesor colocó una mano en la pizarra para apoyarse mientras salía tambaleando del aula. Parecía que estaba acabado.

 

Murmullos llenaron la clase.

 

[Supongo que no pudo aguantarlo.]

 

[¡Simplemente no!]

 

[Me pregunto si podríamos tener a Allen de vuelta.]

 

[No sería fácil. Aunque me pondré en ello.]

 

Hahaha. Eso es; mi onii-chan es lo mejor. Había ayudado a toda la clase para ir mejorando sus habilidades en solo cinco lecciones— un logro remarcable. Habría sido sorprendente si hubiera sido contratado como un instructor permanente. Si solo no estuviera tan ocupado.

 

Desde su partida, habíamos pasado nuestros días en aburrimiento. Había logrado hacerme amiga con mis compañeros, pero aun lo deseaba…

 

[El mañana tardará en llegar.] Tina murmuro.

 

[Deseo que ya sea mañana.] Susurré casi al mismo momento.

 

[Oh vaya.] Ellie exclamó, juntando sus manos y nos avisó. [Ustedes dos se llevan muy bien.]

 

Intercambié miradas con Tina e inmediatamente me cruce de brazos y le aparte la mirada.

 

[¡C-Claro que no!] Tina protesto.

 

[¡E-En efecto no!] Accedí.

 

[Um, bueno…] Ellie dudo antes de seguir animada. [Allen me dijo, “Escucha, Ellie. Puedes saber cómo Tina y Lynne se siente por sus flequillos.]

 

¡Onii-chan no puede aprobar que esparzas secretos! ¡Debes saberlo de sobra!

 

Tina parecía compartir mis sentimientos, porque murmuro. [Allen, idiota. Desearía que fuera más amable conmigo.] El hecho que no apareciera en su sueño era marca de la Señorita Primer Lugar. Estaba por protestar cuando la campana sonó. La salvó la campana, literal.

 

[Volví.] Dije. [Ellie, ¿Tina aún no ha regresado?]

 

[Bienvenido de vuelta, Lady Lynne.] Ellie respondió. [¿Hm? ¿No está Lady Tina contigo?]

 

[Dijo que iba a pasar por el salón de profesores.] Explique-

 

[Gracias por reservarnos un lugar.]

 

[Oh vaya.] Ellie gruñó. [¿A dónde pudo haber ido? Y-Y muchas gracias.]

 

Deje de dar vueltas en la circular mesa y luego le pase algo de pan con un poco de carne y vegetales. Eso le puso una sonrisa en su rostro— aunque Ellie era mayor de lo que yo era, sentí las ganas de palmearle su cabeza.

 

Esto debe ser a lo que mi Onii-chan se refiere cuando dice que “no puede resistirse a la sonrisa de Ellie”. Ahora lo entiendo, pero me rehúso a aceptarlo.

 

La Academia Real estaba equipada con un número de aptos lugares para comer durante la hora de almuerzo o luego de clases, y el techo del edificio central, donde estábamos ahora, era el más cotizado de ellos. Estaba cerrado en el invierno, pero había oído que no había día soleado que pasara en la temporada sin que estudiantes sean vistos allí. Habíamos experimentado en varios lugares primero, pero recientemente nos había dado comer el almuerzo aquí porque la cafetería y el comedor estaban abarrotados con gente. Esa elección había llevado a un sistema en el cual alguna de nosotras reservaría el espacio, mientras las dos restantes iban a la tienda que vendía pan y platillos preparados.

 

Observé a Ellie darle mordidas a su pan mientras me sentaba y mordía el mío. Era bueno pasar tiempo ocasionalmente solo las dos. Habría sido mucho más ruidoso con la Señorita Primer Lugar.

 

Sin razón particular, miré a la multitud de estudiantes yendo por sus— Apreté mis ojos.

 

[¿Lady Lynne?] Ellie pregunto, luciendo confusa.

 

[Ellie.] Dije, señalando a la estatua de piedra del director. [¿No es esa Tina?] No podía ver su rostro, pero podía ver su distintivo cabello meneándose.

 

La levemente más grande maid se me unió y asintió, pero parecía incapaz de hablar por la pieza de plan en su boca.

 

[Calma y traga.] Le dije.

 

[E-Esa es Lady Tina.] Ella declaró luego de tragarse el impedimento. [Estoy segura. Pero ¿qué está haciendo allí? ¡Oh! ¡-N-No cree que se perdió, ¿verdad?! ¡Oh no! Lady Ti—]

 

Cubrí la boca de Ellie antes de que pudiera terminar. Tina estaba actuando sospechosa— bastante sospechosa.

 

[Mantén la voz baja.] Le dije. [Estoy segura que no se ha perdido; eso es algo que solo tú puedes hacer.]

 

[¡L-Lady Lynne, nunca me he perdido!] Ellie protestó, tomando aire.

 

[¿Puedes mirar a Tina y a mí a los ojos mientras le dices eso a mi onii-chan y hermana?] Le pregunté luego de una breve pausa.

 

Ellie empezó a pretender silbar. ¡Tenía el mismo truco para evitar preguntas de su señora!

 

Tina empezó a moverse, progresando con mucho cuidado. ¿Estaba siguiendo a alguien? No estaba bien; no podía ver. Y si trataba de rodear, podía perderla de vista. ¿Qué hacer?

 

Ellie empezó a envolver el pan restante en nuestra mesa. Su ágil movimiento me recordó que ella era la maid personal de Tina, incluso si se veía más como su hermana menor. Se bebió el té negro helado que había comprado y luego me pasó una taza de té también. ¿Quería que lo bebiera? Me tomé la taza.

 

¿Qué? ¿Tina también?

 

Tres doritos después, Ellie removió nuestras copas y bandeja, luego me entrego un pedazo de pan.

 

[Vamos, Lady Lynne.] Dijo con ánimos.

 

[¿Ellie?] Miré incrédulamente a la sonriente maid mientras ponía su mano derecha en la barandilla y me ofrecía su mano izquierda. Con gran miedo, lo tomé. Entonces, Ellie libero un suspiro, lo sentí como estar flotando… y lo siguiente que supe, estaba bien viajada.

 

¡E-Estoy cayendo!

 

Estaba por intentar un hechizo cuando me di cuenta que, aunque realmente estaba cayendo, mi descenso era lento y gentil.

 

¡¿Un hechizo de levitación?!

 

Ellie sonrió. [P-Por favor no se lo diga a Allen.] Ella dijo. [Lance un hechizo de bloqueo de percepción al mismo tiempo, pero… p-puede querer esconder su falda.]

 

[Desearía que me hubieras avisado antes.] Le reproche una vez el shock de eso me había pasado.

 

[Sí. L-Lo siento.]

 

Sostuve la falda de mi uniforme escolar. No podría casarme si alguien fuera a ver arriba, dado que lo que ocultaba era un poco— solo un poco— infantil.

 

[Si asumo que Tina es mi única rival.] Murmuré levemente. [Podría estar ante un duro despertar.] Ya que no había contado a Ellie.

 

[¿Lady Lynne?] Ella preguntó.

 

[Por favor libere su hechizo de levitación y lance un silenciador.]

 

[¡S-Sí!]

 

En un instante, nos desplomamos en el suelo y aterrizamos sin sonido, sin ser notados por los estudiantes pasado. Miré alrededor. Allí estaba Tina, y delante de ella estaba…

 

[¿Onii-chan y hermana?] Me pregunté.

 

[Es Allen y Lady Lydia.] Ellie remarcó casi al mismo tiempo.

 

El par estaba caminando juntos cordialmente por el camino que daba al exterior del edificio central. Su intimidad creaba una atmósfera que hacía difícil acercárseles. Era, para ser francos, empalagoso, y no estaba feliz por eso. Mi onii-chan y hermana hacían una pareja perfecta, y nunca sonaría entrometerme entre ellos, pero… no estaba feliz por eso.

 

¿Mi onii-chan me trataba como una niña? Me pregunté. He estado creciendo y—

 

[Lady Lynne.] Ellie dijo, jalando mi manga izquierda. [¿No cree que deberíamos unirnos a Lady Tina?]

[Supongo que sí.] Accedí luego de un momento de consideración. [Démosle un susto.]

 

Ellie sonrió— una rareza para ella— y asentimos entre sí. La Señorita Primer Lugar debe saber de sobra que o debe adelantársenos.

 

¿Puede ser la venganza del hechizo de viento? ¿Después de todas las veces que me disculpe por eso durante nuestra pijamada? Honestamente. Es tan de poca monta— ¡Ahem, de mente cuadrada!

 

✽✽✽✽✽

 

La oficina del director de la Academia Real estaba llena de raros y viejos libros. El mismo director— Lord Rodde, un elfo vestido en una bata de capucha blanca cuya edad excedía los dos siglos— estaba sentado en una silla lujosa, y aunque ya se estaba recostando en el respaldo, de alguna forma logro alejarse.

 

[¿Y?] El albatros preguntó mientras pasaba su dedo en el escritorio del director.

 

[N-No he terminado de descifrar el diario, necesito un poco más de tiempo.] Él murmuro.

 

Lydia permitió que sus palabras estuvieran en el aire por un momento. [Oh, ¿en serio?] Esa fue su respuesta.

 

[¡E-Espera! ¡Sin Firebird! ¡No seas arrebatada!] El director se volteó a mí con una mirada de desesperación. [¡A-Ayúdame a detenerla!]

 

[¿Tengo que?] Pregunté, mirándolo desde mi asiento en el sofá.

 

[¡Claro!] El respondió. ¿Esa era la manera de pedir ayuda?

 

El toque en mi mano atrajo mi atención a mi regazo. El profesor había sido incapaz de asistir a nuestra reunión por una variedad de razones, y Anko, su familia gato negro, estaba siendo insistente.

 

Oh, mis disculpas. Estaría encantado de acariciarte.

 

[Lo siento mucho, pero mis manos están llenas atendiendo a Anko ahora.] Le dije al director.

 

[¡¿Qué?!] El gritó. [¡¿Q-Quieres decir que pondrías a ese degenerado familiar antes de mí, el Archimano?! ¡Tendré que hacer saber que soy una persona importante!]

 

[Tengo mis quejas contra el profesor, pero no puedo descuidar a Anko; ¡la Asociación de los Amantes de Gatos de la Capital Real lo nombró el tercer felino más apuesto en la ciudad! Aunque no oficial. Durante nuestro tiempo en la universidad, Anko era segundo solo detrás de Lydia en orden jerárquico, y en términos de popularidad— ¿o debería decir en términos de patitas? — estaba más allá de eso…]

 

Apreté a Anko y se contorsiono para evadir el corte de la mano del albatros. Ella tomó a Anko por la nuca, lanzo un hechizo de levitación, entonces lo pasó por el cuarto. El familiar disipo su magia en medio del aire y aterrizó con gracia en el escritorio, donde se enrosco con sueño. Estaba maravillado.

 

[¿Realmente necesitas preguntar?] Respondió.

 

[Responde la pregunta.]

 

[Bueno…]

 

Susurré mi respuesta en los oídos de Lydia y observé mientras su expresión de proto brilló. Entonces, sin perder un momento, ella disparó varias dagas de llamas al director, quien estaba medio agachado y planeando su escape. Sus ataques, todos apuntaban a puntos vitales, perforó a través de nueve de sus muchas capas de defensas mágicas. Estaba impresionado.

 

[Esta conversación no ha terminado.] Lydia declaró fríamente.

 

[¡¿E-Es mi vida lo que quieres?!] El director demandó.

 

[No sea ridículo. Tome las bromas de sus adorables antiguos estudiantes con una sonrisa.]

El director se pausó por un momento, asombrado en el silencio; entonces él se volteó a mí y preguntó. [¿Va en serio?]

 

[Bastante. Ahora, dejemos los saludos aparte y vayamos al grano.] Confirmé.

 

[¿Llamas a eso un saludo? ¡Casi muero!]

 

[Es algo de diario con Lydia cerca. ¿Habrías preferido su Firebird?]

 

[Empecemos.] El director declaró de una vez, regresando a su silla en un instante— envidiaba que tuviera el maná para lanzar el hechizo de transportación libremente. [Mi tiempo es limitado.]

 

Lydia regresó a mí sin decir nada, teniendo una expresión que parecía preguntar. [¿Te importa si lo quemo?]

 

[Sí.] Respondí viéndola. [Esos libros son preciosos, nunca me dejas divertirme.] Sus ojos se quejaban mientras fruncía el ceño y presionaba su hombro contra el mío. Me tomó eso para descubrir que sus desconocidos deberes en el palacio son cansados y su consideré cocinarle una sabrosa comida luego de que acabara.

 

[Ahem.] El director interrumpió nuestra silenciosa conversación al aclarar su garganta. [Ruego tu perdón, pero ¿puedo proceder?]

 

[Adelante.] Respondí.

 

[Termina con esto.] Lydia respondió casi al mismo tiempo.

 

[S-Soquetes…] El director gruñó antes de recordar y dijo. [En cuanto al diario…] El misterioso libro que una vez había estado en el archivo de los Howards flotaba en el escritorio, sus paginas se agitaban. Habían sido cerca de tres meses desde que lo deje en las capaces manos del director, quien también podía ser el más experto en la capital real en disipar maldiciones. [He descifrado aproximadamente el 80%. Créeme— no fue fácil.]

 

[Mis disculpas.] Respondí. [No había nadie más que pudiera recurrir— excepto el profesor.]

[¡Hmph! ¡Dudaba que el joven pudiera resolver esta inscripción incluso si le daba un año! Está procediendo establemente porque lo dejaste en buenas manos. Debes estar agradecido.]

 

[Estoy más que agradecido, Archimago Rodde. ¿Quién puede compararse a un veterano de renombre de la Guerra del Señor Oscuro de hace dos siglos?]

 

[¡Por eso! ¡Tienes mucha razón!] Él se jactó, lleno de orgullo.

 

Y Anko había regresado a mi regazo; puedo asumir que el familiar quería que lo acariciara.

 

[Pero no lo has descifrado por completo, ¿verdad?] Lydia señaló. No estaba viendo al director mientras hablaba— su mirada estaba fijada en el persistente familiar— pero él vaciló.

 

[El diario es de al menos quinientos años de antigüedad, y su autor fue un excepcional hechicero.] Repetí por confirmación. [Está lleno con sus apuntes personales— quejas, sus sentimientos por la persona que amaba, cosas de diario, etc. ¿Tengo ese derecho?]

 

[Probablemente estaba en su edad.] El director remarcó. [El último pasaje que descifré está repleto de dicha— indica que su amor finalmente fue compensado. Aún tengo que encontrar alguna mención de los grandes hechizos. Dicho eso…]

 

[¿Sí?]

 

[La dificultad del cifrado incrementa dramáticamente en las páginas siguientes. Es muy diferente.]

 

[¿Qué tanto?] Pregunté, parándome a media palmadita. Lydia levantó a Anko y puso al familiar a su par mientras llevaban algún tipo de negociación.

 

[Debió haber querido que nadie leyera esas páginas.] El director explicó. [Diseñé el cifrado militar usado por la Orden de Caballeros Reales, pero esto fácilmente lo sobrepasa. Por ahora, solo he descifrado una fecha y locación.]

 

[¿Y qué son?]

 

[Nunca lo registro, pero…]

 

El director se detuvo a media oración; el albatros estaba ocupada conversando con Anko. [Escucha, su regazo es mío. Necesitas permiso para— ¡¿Qué?!] Ella dijo. Ella solía hacer lo mismo en la oficina del profesor.

 

[Pero ella lo hizo en este caso.] El director continuó. [Ella debió haber querido recordar el día que se convirtieron en amantes. Lo escribió claramente— fue a inicios del verano CC 499, en la ciudad divina de Seiren.]

 

[CC499, en Seiren…] Repetí. [¿No me diga…?]

 

[La Guerra Continental, la cual acabo con todo el mundo, cayó a finales de ese año. Y el año siguiente, Seiren— la ciudad que se volvió la capital del este— fue casi reducida a una tierra desértica por el gran hechizo Blazing Qilin. Allen.]

 

[¿Sí?]

 

[¡Ya me has dado estrés suficiente para zurrarme!] El director gritó. [¡¿No sientes lástima por un anciano?!]

 

[Recuérdame— ¿quién siempre se está jactando de lo joven que es?] Pregunté, evocando un gruñido de mi compañero de conversación. [Creo en usted, director. No he descubierto información alguna del Frigid Crane, así que ese diario es nuestra última esperanza… A menos que de casualidad sepa cómo controlarlo.]

 

Quería descubrir un medio para controlar a la entidad que parecía ser el Frigid Crane lo más pronto posible. Para terminar, estaba recolectando documentos del tema, pero el progreso estaba lejos de terminarse.

 

[No. Te lo dije luego del último incidente.] Respondió.

 

[¿Seguro?]

[Nadie vivo sabe cómo controlarlos. Nuestras tradiciones preservan un poco de información que ustedes los humanos no.]

 

[¿A pesar que estaba tan al pendiente del Radiante Escudo? Oí que la Casa Real de Wainwright son descendientes directos del Caballero, uno de los héroes que le dieron fin a la Guerra Continental, y que preservaron un remanente de su hechizo sellado en una daga entre sus reliquias familiares. También se me dijo que la daga fue dañada luego del golpe de la Espada Escarlata de Lydia y se recuperó en consecuencia. Dicho eso…]

 

Un momento de silencio siguió antes que el director me instigara con curiosidad. [¿Qué pasa?]

 

[Lo encuentro extraño.] Saqué mis dudas con una mirada perpleja mientras Anko ocupaba mi regazo. Las negociaciones parecían haber caído, el albatros estaba de malas. [Te asustaste cuando el Radiante Escudo se salió de control, pero ni te inmutaste en el caso de Tina. ¿Por qué?]

 

[No puedo decirlo. Concierne más que solo a mí.] El director respondió luego de un largo silencio.

 

Así que viene del pacto entre todos los elfos— y probablemente las otras razas de vida larga también. Mis dedos pasaron por el felpudo cabello mientras consideraba el problema.

 

[E-Espera.]

 

Estaba seguro de eso, como consecuencias de la Guerra del Señor Oscuro, las viejas razas de larga vida habían llegado a un acuerdo concerniente a la magia que excluía a los humanos. Sospechaba que la educación que había sido su foco central.

 

[H-Hey.]

 

Como resultado, la habilidad mágica humana había decaído. Los grandes hechizos, los cuales habían sido cosa de leyendas, ahora estaban proscritas al reino de los cuentos de hadas. Incluso los Cuatro Grandes Ducados del reino la sudaban por pasar sus hechizos supremos y artes secretas. Aunque había sido un incremento remarcable en el número de usuarios mágicos, grandes personas capaces de darle la vuelta a una batalla sin ayuda era cosa del pasado.

[Ooh…]

 

Si las razas de larga vida hubieran hecho malos cálculos, era un hecho que incluso sus propias habilidades con la magia hubieran decaído. El director era asombroso, pero el reino el hogar de unos cuantos elfos renombrados.

 

De pronto, sentí un peso en mi hombro izquierdo mientras una cabeza caía encima. [¿Lydia?] Le pregunté a su propietario.

 

[Quieto, idiota…] Ella respondió luego de un momento. [Sigue acariciando.]

 

[Sí, sí.]

 

[Solo un…] Las palabras del albatros se ahogaron en un murmullo y se ablandó mientras continuaba acariciando su cabeza. Corregir este hábito mío iba a ser difícil.

 

¿Ocurre algo, director? ¿Por qué está haciendo esa cara?

 

[¿Puedo dar por hecho que terminamos?] Él preguntó.

 

[¿Qué hay del ser dentro de Tina?] Pregunté. [El que parece ser el Frigid Crane. Cuál es el riesgo que posea—]

 

[¿Cuántas veces debo decírtelo? Nada. Es polar opuesto al mal, y nunca podría salirse de control a menos que la misma Tina Howard fuera a desearlo. No es como el Radiante Escudo, el cual es una mera imitación desde su perspectiva. E incluso el Radiante Escudo mostraría su verdadero valor si fueras a—] El director de pronto se calló. [Allen.]

 

[¿Sí?]

 

Así que las emociones de Tina eran el factor más importante. Esta fue la mejor información que el director pudo darnos; sospechaba que incluso descifrar el diario era algo para él.

 

[Parece que también has esparcido tu sabiduría a mis más nuevos estudiantes.] El director remarcó, recostando su espalda en su silla e hico caras. [Pensé que te dijo que no te sobre exigieras.]

 

[Pensé que mi enseñanza era completamente ordinaria.]

 

[¿En serio? Luego de solo cinco días de tus lecciones, cada estudiante en nuestra clase más avanzada ha aprendido a comandar al menos dos elementos. Su control y eficiencia de maná ha mejorado drásticamente también. He tenido que reemplazar un buen número de profesor con los espíritus rotos desde tu estadía con ellos.]

 

[Los estudiantes son talentosos.] Expliqué. [Y creo que los profesores de “espíritus rotos” pertenecían a la facción conservativa— nobles contra la meritocracia. Aquellos que falló en purgar por conexión con la jugarreta del príncipe.]

 

[Tú de verdad— No importa. Veré eso en clase.] El director empezó antes de detenerse.

 

[Por favor dé lo mejor por ellos.] Respondí con una inclinación.

 

Además de mí, Lydia estaba tarareando para sí. Una vez está así, estaría metida en su mundo por un rato.

 

¿Había algo más? Oh. Claro.

 

[¿Qué hay de Lady Stella?] Pregunté.

 

[¿Ella?] El elfo respondió luego de una pausa, lamento apareció en sus apuestos rasgos. [Ha estado triste desde el incidente. Ella es una buena chica— seria y trabajadora. Tanto los estudiantes y facultad confían en ella. Dicho eso, en gracia a sus notas y otras consideraciones, tu hermana Caren está más calificada para liderar el consejo estudiantil. Añade a eso la obvia demostración que la una vez mágicamente defectuosa hermanita la ha sobrepasado…] Se permitió un momento para pensar y entonces concluyó. [Necesita más tiempo.]

 

[Si es necesario, puedo—] Estaba por hacer una sugerencia cuando una silenciosa demanda de Lydia me interrumpió. Levanté ambas manos en rendición. [Sí, lo consultaré contigo si se llega a eso.] Le prometí.

 

[Bien. Si tratas de hacer algo con más chicas, haré que te arrepientas. ¿Entendiste?] Ella respondió.

 

[¿A qué te refieres con “tratar algo”? Lo haces sonar escandaloso. ¿Cuándo y dónde he “tratado algo” en alguien?]

 

[¡Olvídalo!] El albatros respondió. [¡Solo no! ¡Lo prohíbo! No tienes idea cuán duro tuve que trabajar en la Academia real y la universidad.] Ella había estado enojada para empezar, pero sus mejillas se ruborizaron y su voz entró en un murmullo inaudible mientras seguía. [No puedo creer que sigas atrayéndolas cuando no estoy cerca, gran estúpido denso. Desearía que te murieras— pero no antes que yo. Absoluta y categóricamente te prohíbo morir y dejarme atrás. ¡Vamos a morir en el mismo día, y eso todo!]

 

[¿Lydia?] Pregunté.

 

[No es nada.] Ella dijo, ya melancólica.

 

[¿Qué? Pero—]

 

[Dije, NO ES NADA.]

 

[Sí, ma’am.]

 

Lydia me dio una deslumbrante sonrisa. Tratar de argumentar con ella en momentos así era una sentencia de muerte. Mejor dejo ese tipo de cosas para Richard, el director, y el profesor.

 

[¿Cuánto tiempo cree que le tomará el cifrado en el diario?] El albatros preguntó, regresando su atención al viejo elfo.

 

[No puedo dar suposiciones.] Admitió luego de un momento de duda. [Estoy seguro que progresaré una vez haya encontrado por dónde empezar, pero cuánto tiempo tomará es pura suposición.]

 

[Oh. Entonces, trabajar con el profesor y termina con ello.]

 

[¡¿Qué?! ¡N-Nunca!] El director exclamó.

 

[Él cedió, sabes.] Ella presionó, acariciando a Anko con sus delicados dedos.

 

Nuestro antiguo profesor y el director eran aves del mismo nido y por lo tanto se odiaban entre sí. Eran archienemigos. Desearía que cooperasen, pero ninguno comprometería su demanda sobre el otro primero, y el cifrado se había estancado como resultado. Así que, como el antiguo estudiante del profesor, me había tomado la libertada de mediar en sus asuntos. Al fin que, me había metido el trabajo de examinar potenciales socios de negocios para las nuevas exportaciones de las dos casas ducales.

 

[He recibido una petición para asistir del profesor.] Dije, inclinando mi cabeza hacia el director. [Él dice, “n-no necesito más potenciales novias. C-Colaboraré en el cifrado. ¡A-Ayuda!” Eso me recuerda, director— ¿no está también soltero? ¿Y no me negó su conocimiento de este trabajo de proyección de negocios?]

 

Pánico llenó el rostro del viejo elfo. [T-Tiempos desesperados requieren medidas desesperadas.] Él dijo. [Me contactaré con él y empezaré el proceso con el cifrado.]

 

[Apreciaría si pudiera terminarlo para las vacaciones de verano.]

 

[Daré lo mejor.] Él concedió a regañadientes.

 

[Dependo de ello. Ahora, Anko— ¿le informarías al profesor?]

 

Anko maulló.

 

Muchas gracias. Ahora, ¿es todo? Estoy hambriento.

 

[Lydia, vas a volver al palacio, ¿verdad? ¿Qué harás para el almuerzo?]

 

[Comer.] Ella respondió sin más. [Te dije— la guardia real está en turno mientras el embajador imperial esté aquí. Se supone que está visita dure hasta el verano, y mi idiota hermano estaba llorando que ese musculoso lunático no se callaría hasta que estuviera aquí.]

 

[Ya veo.] Richard tenía muchas cosas en su plato también. Sería un desastre si esos fueran, aun solo por diversión. Podían derrumbar todo el palacio.

 

[Y oí que, el chisme del palacio es que el embajador le propuso matrimonio a la Dama de la Espada, y—] El director sin miedo dijo.

 

[La llave para una larga vida es saber cuándo tener la boca cerrada, ha vivido al menos dos siglos ya— ¿no cree que es suficiente?] Lydia interrumpió.

 

[Espera—]

 

[Sin peros.]

 

Mientras los gritos del director llenaban el aire, yo estaba— solo un poco— desaminado. Así que Lydia había recibido una propuesta de matrimonio. Su belleza era sin igual— hasta que abría la boca, al menos— y cualquiera que fuera digno de una audiencia con Su Alteza Real debía considerar el estatus social. Suponía que también podían ser perfectos.

 

Justo entonces, el albatros me miró intensamente. Oh—

 

[¿Oh?] Ella dijo, sacándose una sonrisa radiante. [¿Qué pasa? ¿Qué tenemos aquí?]

 

 

[D-Director, creo que es hora que estemos— ¡Ah!] Balbucee.

 

Lydia lanzó sus brazos alrededor de mí. Quizás había tenido una sobredosis de gozo. El director, quien ahora estaba recostado en el muro, no dio comentarios.

[Dime— ¿eso te asustó? ¿Te metió un susto?] Lydia rio. [Lo rechacé directamente.]

 

[N-No estaba preocupado por—]

 

[Mentiroso.] Ella dijo. [Siempre dejas entrever tus emociones en momentos así.]

 

Solo cubrí mi rostro con una mano. No debí haberme sorprendido; nos conocíamos desde hace mucho tiempo.

 

[Estoy cansado…] Me queje, eventualmente moviendo la conversación. [Estoy experimentando con negocios, tutorías, revisando documentos… Incluso debo estar más ocupado de lo que estaba como estudiante.]

 

[Estás durmiendo lo suficiente, ¿verdad?] Lydia preguntó.

 

[Bueno…]

 

[Por así decirlo.]

 

[Culpable.]

 

Lydia había dado su veredicto. Rasqué mi mejilla con un dedo, mientras el director se quedaba en silencio. ¿Aún estaba con vida?

 

[No tengo tiempo suficiente. Todos son trabajos importantes.] Suplique.

 

[La solución es simple. Deja de leer en la noche.] Ella respondió.

 

[También puedes decirme que deje de respirar.]

 

[Entonces rebaja tu trabajo a la mitad. ¿Está claro? La única respuesta que aceptaré es, “¡Sí, ma’am!]

[Pero sabes—]

 

[¿No querrás decir, “Sí, ma’am”?] Lydia se pausó por un momento y luego añadió. [Si tienes problemas durmiendo, no me importaría que… compartiéramos cama.]

 

Su oferta quedo en el aire por un momento. [Lydia, sé que me estoy repitiendo, pero realmente no tienes que forzarte a decir cosas como esa.] Dije.

 

La noble se alejó de mí en silencio, sus mejillas se pusieran rojas como manzanas. Parecía que el director estaba vivo y escuchando atentamente, porque pronto ella estaría en marcha mientras lentamente sacaba su espada.

 

[Hora para cortarte…] Ella murmuro con una sonrisa.

 

El viejo elfo, veterano de muchas batallas, saltó y empezó a correr a la puerta.

 

Oh no. No va a ninguna parte.

 

[¡Lo acabo de recordar!] El director exclamó. [T-Tengo una reunión importante a la que asistir. Prometo informarles si hago algún avance— ¡A-Andando! ¡Suéltame, dije! ¡N-No te atrevas a usarme como escudo! ¡¿No sabes que los golpes de la Dama de la Espada pasan las defensas mágicas como un chillo caliente en la mantequilla?! ¡Ni siquiera yo puedo sobrevivir a uno! ¡¿Cuántas veces debo decirte que hagan sus amoríos en otro lado?!]

 

Me reí. [No me abandonaría y huía, ¿verdad, director? Piense en todos los momentos que compartimos. Ahora, si recibe un solo golpe, le compraré el tiempo que necesite para escapar. Además, por favor recuerde que este no es cosa de “amoríos”,]

 

[A-A veces me pregunto…] El director empezó. Le lance una mirada escéptica. [¿Puedes de dejar de hacer el daño peor de lo que necesita ser? Si solo ustedes dos salieran y flirtearan en otra parte, el reino podría tener paz y—]

 

[¡Adelante, Lydia!] Grité. [¡Córtalo!]

 

Qué maleducado elfo. Ahora, deja de batallar. ¿Hm?

Mientras la avergonzada chica movía su espada, la puerta se abrió, y mis estudiantes entraron al cuarto, aterrizando a mis pies con un coro de chillidos. Fueron seguidas por un choque de metal contra metal.

 

[Allen, me debe una explicación.] Una voz fría dijo mientras su dueño bloqueaba la espada de Lydia con su daga. Plumas de llamas y flashes de luz violeta se esparcía por el cuarto. El cabello asomándose desde debajo de la boina del recién llegado y peluda cola detrás de ella era de color gris. Caren, la vicepresidenta del consejo estudiantil de la Academia Real y mi hermanita, había detenido el golpe de Lydia y ahora estaba cuestionándome.

 

Liberé al elfo, quien de inmediato empezó a jalar aire. Él amaba hacer un show de cosas como estas.

 

[Oh, no fue mucho. Pero gracias.] Respondí con un guiño.

 

[¿No mucho? ¡Entonces no tienes por qué estar jugando con espadas!] Caren respondió. [¡Y lo mismo va para ti, Lydia!]

 

[Pero él—]

 

Lydia intento suplicarle parar, solo para que Caren la interrumpiera con un firme, [¡Sin peros! ¡Allen, eres demasiado blando con ella!]

 

[Realmente no creo que sea cierto.] Respondí.

 

[Sí. No es tan blando.] Lydia añadió casi de inmediato.

 

[Les daré una buena reprimenda luego.] Caren prometió.

 

Entonces cambió su reprimenda a las chicas en el suelo a mis pies. [Eso también va para las tres. ¿No sabes que está mal oír a escondidas?]

 

La reprimenda sacó un gruñido de Ellie y un balbuceo de Tina. [P-Pero…] Lynne entonces terminó con un simple comentario. [Teníamos curiosidad.]

 

[¡Sin excusas!] Caren respondió.

 

[¡S-Sí!] El trio gritó juntas y entonces salieron a toda velocidad.

 

Pueden lastimarse si corren en los pasillos…

 

Tanto Lydia y Caren enfundaron sus armas. [Has aprendido a mantenerte por tu cuenta. Pero eres mi futura cuñada, así que entrena más fuerte.] Lydia remarcó.

 

[¡Debes estar pensando en alguien más! ¡Yo no tendré una cuñada!] Caren respondió.

 

[Oh, ¿en serio?] Lydia respondió. [Creo que descubrirás que llenaré ese papel con facilidad.]

 

[¡Nunca podrás ser mi cuñada!] Caren respondió. [¿No es cierto, Allen?]

 

[Hm… Caren, ¿asumo que viniste aquí por una razón?] Pregunté.

 

Ambas chicas notaron mi equivocado intento en simultaneo, el silencio predomino. ¿Qué querían de mí? Eventualmente, intercambiaron miradas y suspiraron teatralmente.

 

Q-Que dolorosa reacción.

 

Pasó un reservado toque en la puerta. [Entren.] El director respondió, ajustando su bata y respondiendo en un buen tono.

 

[Disculpen.] Una chica dijo mientras entraba al cuarto. Su largo cabello plateado, levemente con tinte azul, estaba atado y trenzado con un listón celeste. Ella era la presidenta del consejo estudiantil de la Academia Real. Su Alteza, Lady Stella Howard. [Caren, Tina y sus amigas están—]

 

Una sombra paso sobre su rostro y luego rápidamente desapareció al momento que puso sus ojos en mí y Lydia. [Allen. Lady Lydia.] Ella se dirigió a nosotros con una sonrisa. [No me di cuenta que estaban de visita. ¿Saben que Tina y sus amigas estaban observando desde afuera? Caren, ¿le has dicho al director?]


[Aún no.] Caren respondió.

 

[Yo le diré entonces.]

 

Lady Stella le pasó una hoja de papel al director. Pude visualizar una firma. [Feli—]

 

[Perdón por interrumpirlos cuando están tan ocupados.] Ella continuo. [Uno de mis compañeros está regresando a la academia, y me gustaría su aprobación.]

 

[¿Oh?] El director respondió. [¿Está bien de salud?]

 

[Mucho mejor, al parecer.]

 

[Ya veo. Me alegra oír eso.]

 

[Caren y yo proveeremos ayuda para solventar su falta de asistencia. Espero que des lo mejor por ella también.]

 

[Lo tomaré en consideración. ¡No será fácil, pero le daré el esfuerzo!] El director accedió.

 

[¡Sí!]

 

A primera vista, Lady Stella parecía la misma de siempre, pero había algo… mal con ella. Lydia me lanzó una mirada; estaba preocupada.

 

[Allen.] Caren dijo, metiéndose entre nosotros sin dudar. [No puedo aprobar que ignores a tu hermanita mientras tú y esta pirómana loca de las espadas conversan con sus ojos. Aún hay tiempo— Comamos juntos.]

 

Lydia sonrió. [Caren, tienes agallas, tratando de hacer tu movimiento en él mientras ando cerca.] Ella dijo.

 

[¿Oh?] Caren mostró el collar en forma de mariposa que usaba. Lydia sorprendida del impacto y entonces me lanzó una mirada.

 

[Oh, me preguntaba qué hora es…] El albatros dijo mientras sacaba un pequeño reloj de bolsillo. Era idéntico al mío. Caren casi cae de rodillas al shock y entonces me presiono con una mirada perforante.

 

Sé que te conté que intercambiamos relojes.

 

Junte mis manos para darle un fin a esta disputa infructuosa. [Sí, comamos juntos.] Dije. [Los tres— no, que seamos todos. Tina, Ellie, Lynne.]

 

La puerta se abrió una vez más, y mis estudiantes encontraron al cuarto con llantos de gozo. [¡Voy!] [¡Sí!] y [¡Onii-chan!]

 

[¿Qué?] Lady Stella preguntó luego de un momento. Parecía estar dudosa.

 

Tina se veía algo confusa. [¿Ocurre algo, Stella?]

 

[Vamos, Lady Stella.] Ellie añadió, igualmente perpleja.

 

[¿Huh?] Lady Stella se tomó un momento para recuperarse. [N-No, no es nada. Sí, me encantaría comer con ustedes.]

 

Tina y Ellie llevaron a Lady Stella de las manos, y Lynne las siguió. Lydia y Caren parecían exasperadas, aunque no podía imaginar por qué.

 

[Bueno, está bien.] Lydia concedió. [Así es cómo eres.]

 

[Tiene razón.] Caren accedió. [Este es mi hermano.]

 

A pesar de su desagrado, veían las cosas de la misma manera.

 

[Caren.] Llame a mi hermana y entonces le susurre al oído. [¿Cómo está Lady Stella?]

 

[Creo que estará bien.] Ella me susurro de vuelta. [Es fuerte.]

 

[¡Allen!]

 

[Allen…]

 

[Onii-chan y hermana.]

 

Tina, Ellie y Lynne hablaron.

 

[Allen.] Caren dijo y tomó mi mano izquierda.

 

[Si algo sale mal, haré lo que sea por ayudar.] Le prometí.

 

[Gracias…]

 

[Vamos. En marcha.] Lydia intervino, tomando mi mano derecha. [Caren, no dudes en pedir ayuda.] Ella añadió en forma de advertencia.

 

[Que no.] Caren dijo de mala gana.

 

Adiós, director. Contamos con usted.

 

Luego, mientras estábamos comiendo, algunas compañeras de clase se nos unieron. Claro, se paralizaron una vez notaron a Lydia. El albatros en mi cuello era la Dama de la Espada— una leyenda viviente famosa a través del continente— y era refrescante verla tan tímida.

 

Tina, Ellie, y Lynne estuvieron llenas de energía en la comida, pero Lady Stella estaba algo descorazonada. De acuerdo a Caren, una amiga suya estaría regresando de un asunto medico pronto, y esperaba que su presencia ayudara a poner en marcha a Lady Stella. Su nombre era Felicia Fosse.

¿Fosse…? ¿No he leído ese nombre en alguna parte recientemente?

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