Prólogo
Un Pequeño Desafío de Fin de Semana
Los dormitorios en la Academia
Serendia, una institución elite en el Reinado de Ridill, estaba repleta de
salas de té y salones donde vivaces voces siempre podían oírse, incluso en los
días libres de la escuela. Era especialmente para el dormitorio de chicas,
donde las jóvenes nobles se despojaban de sus uniformes escolares para el finde
y se ponían florales vestidos para tener fiestas de té o disfrutar alguna
conversación casual con elegancia.
Una chica, sin embargo, estaba tratando
de caminar tan tranquila como pudiera para pasar por una de esas salas de té.
Ella era baja y tenía cabello castaño pálido atado en una sola cola; también
usaba su uniforme a pesar de ser finde.
La Academia Serendia permitía que los
estudiantes añadieran cosas como listones y volantes a sus uniformes y
personalizarlos libremente. Sin embargo, el uniforme de esta chica, era igual
al que había recibido. No tenía ningún accesorio— el único objeto decorativo en
su persona era el listón atando su cabello. Mientras se aventuraba por el
pasillo, la chica mantenía su cabeza abajo para no toparse con los ojos de
nadie.
Pronto, claro, tres chicas en hermosos
vestidos bloquearon su camino. [Buen día, Lady Monica Norton. ¿Qué tal le va?]
Una preguntó.
La chica que le había hablado – Monica
– empezó, entonces se detuvo frente a ellas. Manteniendo su cabeza abajo,
observo a través de sus flequillos a las personas bloqueando su pase. Las tres
eran sus compañeras. La que se paraba en frente se llamaba Caroline Simmons.
Cuando Monica había entrado a la academia, Caroline había hecho que se
tropezara por las escaleras. Monica abrió y cerró su boca, tratando de sacar un
educado saludo.
La delgada ceja de Caroline se frunció.
[Oh vaya. ¿Por qué estás usando tu uniforme? Sabes, es finde.]
[Yo, ummm… Bueno…]
Todas las estudiantes viviendo en el
dormitorio usaban sus vestidos los findes, lo cual hacía que el uniforme
escolar de Monica resaltara mucho. Solo se había traído lo necesario para ella,
su única opción sería usar su usual túnica vieja.
Mientras Monica balbuceaba, mirando al
suelo, las dos seguidoras de Caroline empezaron.
[¿Pudo haber confundido el hoy con un
día de clases?] Preguntó una.
[Oh, no debes burlarte de ella así.] La
otra remarcó. [Probablemente no tiene otra ropa.]
[Y piensa, la escogieron como un
miembro del consejo. Realmente debe ser algún tipo de error.]
Monica se mordió el labio y no dijo
nada mientras las chicas reían detrás de sus abanicos abiertos.
Mientras bajaba su cabeza en silencio,
una perforante voz resonó desde atrás de Caroline y las otras. [¡Oh! ¿Y qué,
digamos, está pasando aquí?]
Una chica con cabello naranja rizado se
les acercó. Su nombre era Isabelle Norton. Era la hija del Conde Kerbeck— y la
colaboradora de Monica en la academia.
Parecía haber entendido la situación
una sola mirada. [Ruego su perdón.] Ella le dijo al grupo de Caroline,
moviéndose entre ellas y Monica. Y entonces, con la cara de una retorcida chica
mimada, miró a Monica y gritó. [Te dije que fueras de compras, ¿verdad? ¡¿Por
qué estás vagando por aquí?! ¡Más lenta y tonta que un mono, como siempre!]
Monica, asustada, miró a Isabelle,
quien le dio un furtivo guiño; su espalda se fue contra las otras chicas.
[Esas cosas no se van a comprar solas.]
Isabelle continuó. [¡Y no toleraré que te olvides de una sola cosa en la
lista!]
[¡S-Sí, señora!] Monica asintió,
mentalmente agradeciéndole a la otra chica mientras dejaba la escena.
Una vez había salido del dormitorio,
había liberado un largo suspiro y limpió el sudor de su frente. Era el claro
cansancio escrito en su joven rostro.
[Yo, Monica. ¿Cómo es que estás tan
cansada por dejar el dormitorio?] Una asombrada voz sonó desde sus pies.
Monica se giró a ver un gato negro con
un pelaje brillante mirándola, sus ojos dorados se fruncieron.
Luego de asegurar que nadie estuviera
cerca, Monica se agachó y encontró los ojos del gato. [Nero.] Ella dijo. [Ya me
siento campeona solo haciendo salido en un finde, así que… ¿Puedo volver
ahora?]
[¡Vas de compras! Prometiste comprar
algo sabroso en un puesto de comida, ¿recuerdas?] Nero circuló desde atrás a la
encorvada Monica y palmeó su espalda con su pata frontal para apresurarla.
[Sabes que el príncipe va a estar en su dormitorio todo el día. ¡Es el momento
perfecto para que un guardaespaldas como tú se relaje y haga algo de compras en
la ciudad! Si pierdes esta oportunidad, ¿quién sabe cuándo tendrás otra?]
Monica gimió. [Sí… pero…]
Ya estaba sin aliento y todo lo que
había hecho fue dejar el dormitorio en un finde. Aunque, ella era una de las
más grandes magas del Reinado de Ridill, enviada en una misión para proteger al
segundo príncipe. Ella era una de los Siete Magos— la Bruja Silenciosa, Monica
Everett. El gato acariciándola desde atrás con su pata era su familiar, Nero.
La misión de Monica era ultrasecreta:
necesitaba proteger al segundo príncipe sin que él o alguno de los estudiantes
lo descubriera. Para ese fin, ahora estaba viviendo como un estudiante en la
Academia Serendia con el nombre de Monica Norton… Por desgracia, era demasiado tímida.
Su incapacidad para hablar frente a
otros era la razón por la que había dominado el arte de la magia sin cantico y
el por qué, luego de convertirse en un Sabio, se había encerrado en una casa de
campo y pasaba todo su tiempo en la investigación. Habría tenido menos
problemas yendo por una horda de dragones que ir a un vieja de compras en un
finde.
[Aún quiero ir a casa…] Ella murmuró.
Nero la miro con asombro. [¿Normalmente
no dejas el dormitorio para ir a tu clase?]
[¡L-Los findes son diferentes! Hay más
personas en los pasillos, y soy la única en uniforme, así que todos me miran
cuando paso…]
Nero estaba por responder a sus tibias
excusas cuando de pronto levantó sus orejas y entró en un arbusto cercano.
Antes que Monica pudiera decir su nombre, alguien dijo el suyo.
[Oh. ¿Eres tú, Monica?]
Ella se giro y vio a una chica con
cabello rubio— su compañera Lana Colette. Monica solía verla en su uniforme
escolar, pero incluso ella estaba usando un vestido propio, sosteniendo un
paraguas en sus manos. El elegante vestido era de un rojo oscuro, como el vino,
el cual quedaba justo a su complexión y definidos rasgos.
[Es raro verte fuera y en un día libre.
¿También vas a alguna parte?]
[Ummm… compras.] Monica dijo, jugando
con sus dedos. [Quería… er, un peine…]
Los ojos de Lana brillaron. [¡Qué
coincidencia! Estaba por ir a comprar un nuevo accesorio para mí. Vayamos
juntos.] Ella sugirió, girando su paraguas adornado con emoción. [¡Sé de una
maravillosa tienda con los peines más lindos hechos de plata y marfil!]
Monica no estaba segura qué decir.
Dónde sea que Lana quisiera ir, probablemente sería una boutique de primera que
manejaba metales preciosos. Una chica simple como Monica definitivamente
estaría fuera de lugar allí. Lana estaría avergonzada con ella cerca.
[Lo siento…] Murmuró. [Voy… a ir, um,
sola.]
Esto enojo a Lana. Se mordió sus
labrios y se giró. [Oh. Bien entonces.] Ella dijo antes de pasar a Monica y
abordar un carruaje esperando afuera de la puerta.
Mientras Monica observaba el carruaje
irse, Nero sacó su rostro del arbusto. [¿Segura que no quieres ir con ella?]
Preguntó.
[No encajaría en la tienda a la que
va.]
Decírselo fue lo mejor, Monica empezó a
caminar hacia la ciudad, sus piernas temblaban.
✽✽✽✽✽
Cerca de una hora de caminata desde la
Academia Serendia había una ciudad llamada Craeme. Estaba situada en el lado de
un gran camino y relativamente prospero y tenía una torre de reloj de ladrillo
en su centro. No era una torre de reloj como la que puedes encontrar como en
una iglesia o una biblioteca, sino un edificio separado de toda su ciudad, lo
cual era inusual.
[Wow. Mira a esa torre del reloj…]
Mientras miraba la estructura, Monica
había lucido como una niña admirando un enorme edificio. Pero en realidad, las
ecuaciones pasaban por su mente en un rápido evento.
Arquitectura y matemáticas eran
inseparables. Incluso la forma en que los ladrillos yacían uno sobre otro
estaba medido por precisos cálculos e incorporaban ingeniosos diseños dirigidos
a sobresaltar el impacto.
¡Ah, qué hermoso mundo de números! Monica pensó mientras levantaba la
mirada de la espléndida torre, retirándose a su mente— había muchas personas en
las calles, Monica ya estaba tratando de escapar de la realidad. Cuando
lentamente bajó su mirada de la torre del reloj, todo lo que podía ver eran
personas, personas y más personas.
¿P-Puede que mi uniforme escolar me
haga sobresalir? Bueno, supongo que un estudiante de la Academia Serendia
sobresaldría igual… ¡Ahh, debí haberme traído una túnica…!
Con piernas temblando, Monica se movió
a la sombra de un edificio y se limpió el sudor de su frente. El corte viaje
aquí parecía haberle drenado toda su resistencia por hoy.
Mientras recuperaba su aliento, Nero la
golpeó en la pierna con su cola. [Hey, Monica, ve a las compras ya.]
[Yo— yo creo que, um, iré a casa
después de todo…]
[¡No bromees! ¡Ya he decidido que
comeré carne hoy!]
[Sí, pero…] Monica dijo.
Nero resopló, disgustado, le dio la
espalda. [Tendré que ir a hacer las rodas solo. Ahí te ves.] Y con eso, saltó a
un techo cercano.
Monica trató de seguirlo, pero salió de
la vista en segundos. [¡E-Espera…! ¡No, por favor, no me dejes… Nero…!]
Medio llorando, salió de la sombra del
edificio, solo para congelarse bajo la mirada de la multitud. A pesar que sabía
que sus miradas no era maliciosas, Monica empezó a sofocarse y respirar
irregularmente. Su respiración era ligera y entrecortada. Rápidamente se estaba
mareando.
Sucumbió al suelo, cubriendo sus
orejas, y cerró sus ojos. Al cerrar todas las fuentes externas de información y
concentrarse en los números, ella pudo distraerse, solo un poco.
No puedo seguir haciendo esto, ella pensó. Sé que tengo que
pararme y caminar con mis dos pies. Pero…
Mientras trataba de forzar a sus
temblantes piernas a moverse para que pudiera pararse, alguien palmeó su
hombro. Ella jadeó del susto y cerró sus ojos antes de gradualmente abrirlos
otra vez.
[¿Estás bien?]
Levantó la mirada y encontró la mirada
de un joven con cabello rubio, quien estaba agachándose a su par. Se veía por
su edad y estaba usando ropa con la que parecía fácil moverse con una bolsa
sobre su hombro.
[¿Te sientes mal?] Preguntó.
Un leve gruñido es todo lo que Monica
pudo hacer. Para ella, hablar con alguien por primera vez era una angustia.
Pero esta persona estaba preocupada por
ella. Tengo que decir algo, pensó, sus temblantes labios finalmente se
movieron.
[Um, yo—yo me separé de… um, Nero… Él
es mi gato…]
[¿Cómo se ve?]
[Él es negro con, um, ojos dorados…]
El joven tarareó y asintió, entonces se
puso de pie y le dio a Monica una sonrisa. [¡Volaré rápido por aquí, así que
espera!] Él dijo antes de empezar a murmurar algo.
Cuando lo escuchó, los ojos de Monica
se abrieron. Era el cantico de un hechizo.
¡Y no cualquier hechizo…! Pensó. Mientras el cantico del chico
terminaba, el viento empezó a juntarse alrededor de él. Con una rápido gruñido,
se levantó del suelo y saltó al cielo, llegando más alto que los techos.
Era magia de vuelo. Aunque te permitía
volar convenientemente por el aire, consumía una gran cantidad de maná y
necesitabas un buen sentido del balance para ello. Monica no podía usar el
hechizo— principalmente por la última razón. Pero incluso entre grandes magos,
no muchos podían usar magia de vuelo; las personas en las calles observaban con
interés mientras el joven volaba por los techos.
Cubrió sus ojos con sus manos y miró
alrededor, eventualmente haciendo un rápido aterrizaje en un techo rojo
cercano. Oyó las palabras “¡Te atrape!” desde arriba junto al grito de un gato.
Unos minutos después, el joven
lentamente aterrizó desde el techo con Nero acurrucado en sus brazos.
[Lo encontré vagando por allá arriba.]
Dijo, señalando a la cima de un edificio no muy lejos de donde Monica había
estado temblando. [¿Es Nero?]
Nero debió haberla estado observando
desde arriba. Incómodo en los brazos del joven, el gato fue por sus mejillas y
movió su cola.
[Lo siento, Nero…] Monica dijo.
El gato la miró y maulló, como si
dijera. Lo que sea, está bien.
Justo entonces, oyó una gran campana
empezar a sonar. Sus campanadas eran salvajes y urgentes— no se pretendía para
dar la hora. Significaba que había una emergencia.
[¡Dragón!] Alguien gritó. [¡Un dragón
perdido ha aparecido cerca de la ciudad!]
Todos se asustaron y empezaron a
correr. Las tiendas al aire libre se apresuraron a empacar sus cosas.
Los dragones eran visto más que todo
entre las montañas al este del reino, pero a menudo, uno se separaría de su
horda y terminaría aquí en las llanuras.
La ciudad estaba rodeada por u muro de
piedra, pero un dragón alado fácilmente podía sobrevolarlo, y frecuentemente,
esos sin alas simplemente la atravesarían.
Entre el pánico, el joven con cabello
rubio entregó a Nero a Monica y empezó a recitar. [¡Voy a ver qué está
pasando!] Dijo. [¡Evacúa al centro de la ciudad!]
Con eso, saltó hacia las puertas
principales con otro hechizo de vuelo, dejando atrás a Monica.
Nero susurró desde su lugar en sus
brazos. [Hey, Monica. ¿Qué harás?]
Una cuidad de ese tamaña tendría una
considerable fuerza de defensa, pero ya que era un área con algunas incursiones
de dragones, dudaba que tendrían el equipo necesario para matar dragones. Al
mismo tiempo, tomaría tiempo para pedir ayuda de expertos— los Caballeros Draconianos,
quienes estaban estacionados en la capital real.
¿Qué haré…? Se repitió. Supongo… solo hay una
elección.
Un dragón podía menear su cola por
capricho y causar un enorme daño. Lana había llegado aquí para comprar también,
significando que podría verse atrapada en el ataque. Y sobre todo, Monica era
la guardaespaldas del segundo príncipe. Si había alguna posibilidad que el
dragón perdido de pronto pudiera dirigirse hacia la Academia Serendia,
significaba que el príncipe estaría en peligro. No podía ignorarlo.
Todos estaban moviéndose tan rápido
como podían hacia el centro de la ciudad o huyendo a los edificios. Entre el
caos, Monica lentamente levantó su cabeza y preguntó. [Nero, ¿conoces la
localización y el tipo de dragón?]
[No siento mucho maná de ello, así que
es probable que sea un dragón menor. No puedo darte una localización precisa,
pero es en esa dirección.] Dijo, retorciendo sus puntiagudas orejas hacia las
puertas frontales.
Si fuera un dragón menor, probablemente
un pterodragón, un dragón de tierra o un dragón de fuego. Ya que eran
inferiores a los grandes dragones, sus duras escamas aún podían rechazar
espadas y magia defensiva, haciéndolos oponentes poderosos. Para sacar derrotar
a uno, tenías que apuntar entre sus ojos.
[Necesito encontrar algún lugar en
alto, con una buena vista y no muchas personas…] Monica dijo, mirando
alrededor.
Sus ojos detuvieron en la torre del
reloj de ladrillo. Nero saltó de sus brazos al suelo, y luego de asegurarse que
no hay nadie cerca, miró a Monica y sonrió. [¿Lo harás?]
[Sí… Tengo que.] Ella lo dijo para sí.
Su rostro estaba lleno de determinación mientras corría hacia la torre…
[Ah, eso fue repentino… Mi costado,
está… doliendo… Ugh…]
[Wow… realmente necesitas ejercitarte
más.] Respondió su familiar.
El gran mago en el reino apretó su
costado mientras continuaba corriendo, sacando sus quejas. Su andar era torpe—
más como gatear que correr.
Nero suspiró, incapaz de observar. Miró
alrededor y viendo que todos se habían ido, retorció su cola. Una niebla oscura
de pronto lo rodeó, rápidamente expandiéndose y tomó la forma de una persona.
Eventualmente, la niebla se disipó como el agua limpiando la tinta negra, y
desde abajo emergía un hombre de cabello negro en una túnica antigua. Nero
había tomado su forma humana.
Ahora era un hombre alto, tomó a Monica
del cuello y la puso sobre su hombro como una bolsa de llena de trigo.
[¡Eres una esclavista, Maestra!] Dijo.
[Agárrate fuerte, ¿oíste?]
[¡¿D-De dónde se supone que me
agarre?!]
[¡Dónde sea funciona! ¡Solo sostente!]
Nero respondió, corriendo como el viento.
Eventualmente, llegaron a la torre del
reloj, la cual— obviamente— estaba cerrada. No tenía ventanas o salidas, y ya
que había una ventana para que entrara la luz, era bastante alto para un
segundo nivel. No podrían saltar allí arriba.
La expresión de Monica se tornó
desamparadora— ni siquiera había considerado la posibilidad que la torre
estaría cerrada.
Aunque, Nero miró a la ventana y
sonrió. [La verdad crece solo luego que los límites sean sobrepasados.] Citó.
[Dustin Gunther, novelista. Genial, ¿huh? ¡Qué gran línea!]
[N-Nero, ¿no vas a—?]
[Bueno, no puedo usar magia de vuelo,
¿puedo?]
Con Monica aún sobre su hombro, Nero se
subió a un árbol cercano, entonces saltó de una rama al techo de una casa.
Monica chillaba cada vez que Nero la movía— aunque sus miedos terminaron allí.
La distancia entre el techo y la
ventana de la torre del reloj era lo suficientemente grande que había sido
desafiante incluso para alguien con alguien atleta y buenas habilidades
físicas.
[N-Nero, eso, está muy lejos—]
Balbuceó. [¡Aquíiiiiiii vaaaaaaa
mooooos!]
Nero se agachó, usando todo su cuerpo
como un soporte, saltando del techo sin siquiera empezar. Los dos pasaron por
la pequeña ventana antes de aterrizar dentro de la torre del reloj. El ruido de
las botas de Nero pisando en el suelo resonaría más eso que un edificio.
Estirándose, Nero se giró y le dijo a
la cansada Monica. [¿Viste eso? ¡He estado cultivando mis habilidades de salto
como un gato! ¡Tengo que ser el mejor! ¡Es como que soy el personaje principal
de la historia ahora! Yo, Monica, déjalo con esa mirada en blanco y di algo.
¡Un halago, para ser específico! ¡Hey! ¡¿Monica?!]
Monia, quien había estado medio
desmayada en el hombro de Nero, finalmente empezó a recuperar la consciencia y
movía su cabeza de un lado al otro, viendo los alrededores.
No había muchas fuentes de luz en el
reloj de la torre; la única iluminación estaba viniendo de esa ventana hecha
para dejar entrar el sol. Mientras sus ojos se ajustaban a la oscuridad, vio
una escalera espiral que iba hacia la torre.
[Nero… Arriba…]
[Oh, bien. Dragones.]
Parecía que Nero casi había olvidado a
lo que venían aquí en primer lugar. Con un gruñido, ajustó a Monica en su
hombro, entonces usó sus largas piernas para correr por las escaleras dos a la
vez. Las extremidades de Monica se golpeaban mientras desesperadamente trataba
de evitar desmatarse.
[¡Y llegamos!]
Al final, llegaron a la cima de la
torre del reloj, justo detrás del mismo reloj. Nero bajó a Monica. El piso
superior tenía muchas ventanas para ventilación, el cual daba una gran vista
del exterior. Monica se tumbó sobre una y en silencio lanzó un hechizo de visión.
Podía ver a un dragón con escamas cafés
a una justa distancia de la ciudad. Parecía dos veces más grande que un toro.
[Ese es un dragón de tierra…]
[Como pensé. Es un dragón menor, pero
bastante duro. Necesitarías darle un golpe certero para hacerle un gran daño.]
Los dragones de tierra no tenían alas y
no podían volar, pero las filosas garras saliendo de sus pesadas extremidades
eran bastante amenazadoras por sí solas.
A la par del dragón, una docena o más
de soldados estaban luchando con flechas y lanzas. Y había una figura más,
volando por el aire arriba del dragón de tierra. Con su hechizo de vista,
Monica podía distinguirlo claramente— era el joven con el cabello rubio que
había encontrado a Nero antes.
Estaba usando su hechicería para volar
alrededor del dragón, tratando de llevar sus ataques lejos de los soldados en
el suelo. Cuando tuvo la oportunidad, aterrizó y uso un hechizo de fuego para
atacar directamente. Sus bolas de fuego eran cerca del tamaño de un círculo
formado por dos adultos uniendo sus manos. Crearon poderosas explosiones, pero
los dragones eran resistentes al maná. Sus ataques ni siquiera lo estaban
retrasando.
Incluso contra dragones menores, tenías
que usar poderosos hechizos, y apuntar directo entre sus ojos. De lo contrario,
derrotar uno era imposible. La única persona con hechicería ofensiva suficientemente
poderosa para derrotar un dragón sin tal puntería precisa era el Mago
Artillero, uno de los Siete Sabios.
Mientras Monica trataba de entender la
situación usando su visión, Nero descansó su mandíbula en su cabeza y frunció
sus ojos. Su vista era bastante buena que no necesitaba usar ningún hechizo.
[Hey, Monica.] Dijo. [Ese tipo. ¿Por
qué no está atacando desde el aire?]
Mientras Nero lo señalaba, el chico
aterrizaría cada vez que quisiera para usar un hechizo ofensivo. Entonces,
cuando terminaba, entraría al cielo otra vez y evadiría los ataques del dragón
de tierra. Debió haber impactado a su familiar como ineficiente.
[Es difícil mantener dos hechizos a la
vez.] Explicó.
[Huh.] Nero dijo, asintiendo. [Tú lo
haces todo el tiempo, así que me imagine que todos los magos podían.]
Más que responder a la broma de Nero,
Monica mantuvo su hechizo de visión y calculó la distancia entre el reloj de la
torre y el dragón de tierra. El dragón, el joven, y la bola de fuego del joven—
tranquilamente esperó hasta el momento que los tres se alinearon perfectamente.
Se paró, sin parpadear, incluso
mientras un vendaval soplaba desde la ventana y causó que se cabello se
meneara. Su usual expresión infantil nerviosa se alejó de su rostro. Sus ojos
cafés reflejaban la luz del sol, brillando y tornándose del color del césped.
El momento llego.
Allí vamos…
✽✽✽✽✽
¡Mierda, mierda, mierda! ¡Nada de lo
que hago está funcionando! Pensó
el joven en pánico mientras evadía el ataque del dragón con su hechizo de
vuelo. Su hechicería ofensiva no había hecho ningún daño.
Un soldado de edad media con un arco y
flecha lo llamó con preocupación en su rostro. [¡¿Estás bien?!]
[¡Todo está bien!]
El joven no conocía a ninguno de los
soldados de Craeme— ni siquiera era de Craeme para empezar. Solo era un mago
aprendiz pasando por la ciudad quien había corrido al llamado de emergencia.
Como un aprendiz, podía usar solo dos
hechizos: el hechizo de vuelo y el que lanza fuego. Ni siquiera era capaz de
usarlos simultáneamente, pero sus disparos también tenían un corto alcance y
baja precisión. Confiaba en su poder, al menos, así que había pensando que dar
un golpe haría algún daño. Por desgracia, su fuego no había tocado ni una sola
escama del dragón de tierra.
¡Debí haber pasado más tiempo
practicando como mi maestro dijo!
Pensó en arrepentimiento mientras corría por el suelo, recitando rápidamente.
Recitar era una molestia. No podía usar
otros hechizos mientras volaba, así que cuando quería atacar, tenía que correr
por aquí y allá para evadir. Recitar mientras corre a toda velocidad no era una
tarea fácil.
Sin aire, logró terminar el cántico y
crear el hechizo. Entonces le apuntó a los ojos del dragón y disparó una bola
de fuego extra grande. Impacto al dragón en el costado de su rostro, golpeando
y dispersando escamas por todas partes. Pero fue eso.
No está funcionando… ¡No puedo
impactarle entre los ojos!
Pero había algo que ningún presente se
dio cuenta— ni siquiera el desesperanzado chico, ni los soldados. A la sombra
del disparo del joven, una flameante flecha había aparecido.
Era delgada, como una punzada, y se
había mezclado justo con las brillantes chispas volando. Pero la densidad de su
maná era grande, habiendo sido mejorada por un hechizo reforzado de multicapas,
y tenía más poder que la bola de fuego.
La delgada flecha perforó al dragón de
tierra entre sus ojos con un terrible silencio y precisión. El dragón libero un
rugido, entonces se tumbó al suelo con un estruendo, alzando suciedad y polvo.
Los soldados, quienes habían estado
conteniendo su respiración mientras lo observaban colapsar, todos liberaron una
ovación.
[¡Lo hicimos! ¡Lo matamos!]
[¡Lo lograste!]
Los rostros de los soldados pusieron
sonrisas mientras le tocaban al joven la espalda y lo alababan.
El joven miró al dragón caído con
incredulidad. Había una negra quemadura entre sus ojos. Definitivamente había
sido asesinado por hechicería de fuego.
[Heh, heh-heh… Nah, fue un golpe de
suerte.] Dijo, incapaz de contener la dicha de su rostro.
✽✽✽✽✽
Desde su vista en la ventana del reloj
de la torre, Monica confirmó que el dragón había dejado de moverse antes de
liberar su hechizo de visión.
[¿Se acabó?] Nero preguntó.
[Sí.]
Atacar al dragón entre los ojos con un
hechizo ofensivo no era difícil para Monica. Pero derrotar uno sin que nadie se
diera cuenta y con varios otros entregados a ello era más difícil.
La solución de Monica había sido
hechicería remota.
En general, los efectos de la
hechicería estaban centrados en el lanzador. Pero al imbuir un tipo de fórmula
mágica llamada fórmula remota, el mago podía lanzar un hechizo a una distante
locación. Monica había igualado su precisión con uno de los ataques del joven,
disparando una flameante flecha con hechicería remota para perforar entre los
ojos del dragón.
Ese hechizo podía parecer
extraordinariamente poderoso y conveniente a primera vista, pero vino con una
extrema precisión. Y Monica había usado todo sin recitar. Cualquiera que
supiera algo de hechicería habría estado estupefacto a la milagrosa hazaña.
La bruja que había producido este
inigualable milagro desvió su mirada a su familiar, quien estaba descansando su
mandíbula en su cabeza.
[Nero, pesas…]
[¡Ha! No exactamente a las gracias que
estaba esperando luego de traerte hasta aquí.] Respondió, acariciando su
mandíbula en su cabeza. Parecía pensar que merecía todo el crédito. [Trabajé
duro hoy. Hora para la recompensa, Maestra. Voto por pollo. Bastante salado.]
[Me pregunto si alguien vende eso…] La
aparición del dragón había dejado a la ciudad en desorden. Dudaba que alguien
fuera tan imprudente para mantener su puesto abierto.
Mientras Monica se lo pensaba, Nero
dirigió su mirada al escenario de abajo. [Hey, mira.] Dijo.
La noticia de la derrota del dragón
debió haberse esparcido rápido porque los ciudadanos gradualmente se estaban
asentando otra vez. Tiendas abiertas y puestos callejeros habían reabierto, y
algunas personas incluso estaban tratando de apresurarse para intentar tomar
algunas de las escamas del dragón.
[Los humanos son fuertes, ¿huh?] Nero
remarcó.
[Bueno, yo no…] Monica dijo.
Nero tomó la cabeza de Monica y la
inclinó. Sonrió, mirando su rostro desde arriba. [Como sea, ¿no lo has notado?]
[¿…? ¿Notar qué?]
[Estoy justo a tu par, en forma humana,
y estás totalmente bien con ello.]
Los ojos de Monica se abrieron en
entendimiento. Aunque era bastante tímida con gente alrededor, la pasaba mal
con hombres altos. Hasta hace poco, ni siquiera podía mirar a Nero en su forma
humana, e incluso un pequeño toque haría que temblara sin control.
Pero en algún punto, se había
acostumbrado a ello.
[Parece que te has fortalecido un poco
más, ¿huh?] Nero comentó.
[No lo sé…] Respondió sin confianza,
aunque la tensión en su rostro se aflojó un poco.
Aunque claro que eso espero… Ella pensó para sí.
✽✽✽✽✽
[Lady Lana, parece que el dragón ha
sido derrotado.]
[Ya veo…]
Lana dio una corta respuesta a la mujer
sirviente de mediana edad sentada a su par en el carruaje. Entonces,
recostándose contra un cojín, su rostro descansaba en la palma de su mano, se
giró a ver a la ventana. La ciudad se había quedado en un silencio mortal hace
unos minutos, pero las personas ya estaban empezando a regresar. Observó por el
flujo del tráfico, pero no vio a Monica en ninguna parte.
Me pregunto si está bien…
Estaban diciendo que el dragón había
sido asesinado antes de acercarse al camino principal, así que no había
posibilidad que Monica se hubiera visto atrapada. Aunque, estaba preocupada por
ella. Fácilmente podía imaginarse a la asustadiza Monica siendo llevado por la
multitud evacuando, cayendo y empezando a llorar.
Para cubrir su ansiedad, Lana tomó un
tono más tenso mientras le hablaba a su sirviente. [Ugh. ¡Hoy ha sido de lo
peor! Estaba desenado hacer compras, pero no pude encontrar nada bueno y luego
el dragón aparece. Y…]
Bajó su mirada a sus manos. Mientras lo
hacía, la fuerza en su voz se mermaba. [Parece que Monica no quiere ir de
compras conmigo.] Dijo, apagada.
La sirviente de edad media sonrió,
aunque estaba viendo a la joven. Había atestiguado el intercambio entre Lana y
su amiga desde el frente del carruaje. Esta amiga no usaba un vestido incluso
en los findes, o ningún accesorio.
Había tenido un presentimiento de
entender lo que había estado molestando a la pequeña chica. [Creo que quizás su
amiga realmente no quería un peine.] La sirviente sugirió.
[…]
[Yo, por algo, uso peines hechos de
madera.]
Lana empezó. Por unos momentos, se
sentaba solo así, luciendo conflictiva. Pronto, levantó su mandíbula. [Tengo
ganas de comer algunas castañuelas tostadas.] Dijo. [Llévame a los puestos de
comida.]
[Sí, sí. De inmediato, madam.]
La chica que había sido la sirviente a
cargo por varios años, la conocía bien. Sonrió con calma a la egoísta petición
y le dio las direcciones al conductor.
✽✽✽✽✽
Con algo de cambio de Monica en mano,
Nero, aun que su forma humana, se dirigió a los puestos callejeros de buen
humor. Monica lo observó irse, recostada contra un árbol.
Ahora que lo pienso, vine aquí a
comprar un peine, ¿verdad…?
Tardío, recordó por qué había venido a
la ciudad y suspiro. Ahora estaba sentándose bajo un árbol en una pequeña
calle, lejos del camino principal. Era todo lo que podía hacer ahora, sentarse
y esconderse allí. Al parecer, no había estado lista para la tarea de pedir
direcciones y comprar un peine. Con una dolorosa sonrisa, decidió dejar el
peine para la próxima.
Justo entonces, una voz calmada la
llamo— no era Nero. [¡Monica! ¡Al fin te encontré!]
Monica miró en dirección a la voz y vio
a Lana salir del carruaje y correr a ella.
Recordando su conversación de esta
mañana, el rostro de Monica se tensó. Había puesto a Lana triste. Podía estar
enojada. Ciertamente se veía enojada— estaba mirando a Monica, quejándose.
Monica jugó con sus dedos y alejo su
mirada, y Lana, luciendo resuelta, empujó una pequeña bolsa de papel en las
manos de Monica. Mientras lo aceptaba, los ojos de Monica se abrieron. Miró el
interior y vio que estaba lleno con castañuelas tostadas.
[Me cansé de comerlas, así que no las
necesito. Puedes tenerlas.]
A pesar del comentario de Lana, el
paquete estaba casi lleno. Y aún estaba cálido, justo como lo había comprado.
[Oh, um… Er…] Mientras Monica trataba
de decir un gracias, notó un simple mapa dibujado en el papel envoltorio. Se
imaginó que marcaba la locación de la tienda de castañas tostadas, pero una
inspección más cercana, tenía el nombre de un camino y el logotipo de la tienda.
[¿Una tienda de misceláneas?]
[Al parecer, tales lugares también
tienen peines de madera.] Lana dijo, girando su mejilla. Mostraba un tinte
rojo.
Monica apretó el cálido paquete en su
pecho y abrió su boca para hablar.
[¡U-Um…!] Por alguna razón, la voz que
salió era muy ruidosa, apenas podía creer que fuera suya. Las palabras de Nero
llegaron a su mente: “Parece que te has fortalecido más, ¿huh?”
Si realmente había crecido, debería ser
capaz de decirlo. Mentalizándose, forzó las palabras. [Yo, um, quiero… ir
contigo…]
Monica miró a Lana y vio sus labios
retorcerse por alguna razón.
[¡Bueno, si insistes, supongo que puedo
ir contigo! ¡Ven— por aquí!]
[¡B-Bien!]
Lana sonrió y jaló a Monica de la mano,
sacándola de la sombra del árbol.
Lugares con muchas personas aún la
asustaban, pero extrañamente, Monica se encontraba capaz de caminar sin bajar
la mirada.
Sentía como si un camino que había
estado cerrado de pronto se hubiera abierto para ella.
✽✽✽✽✽
[Este y este… Oh, esta túnica es tan
adorable. Comprémoslo.] Louis Miller felizmente estaba comprando en una tienda
de ropa en la capital real.
A los veintisiete años, era un tipo
feliz y futuro padre, uno de los Siete Sabios conocidos como el Mago Barrera.
Cuando trabaja, usaría su túnica de
Sabio y llevaría un largo báculo. Hoy, aunque, había dejado su pesada túnica y
llevado un abrigo de otoño. Cada vez que tomaba un paso en la tienda, el borde
de su abrigo de marca se arrastraría y se movería para expresar su dicha.
Los objetos en sus manos era todo ropa
para su niño que pronto nacería.
Viendo la pila en el mostrador crecer
en tamaño y costo, la belleza en el traje de maid acompañándolo— su espíritu
contratado, Rynzbelfied, apodada Ryn— habló.
[Noto que toda esa ropa es para niñas.]
Ya que Ryn lo había señalado, toda la
ropa que Louis había seleccionado estaba llena de listones y arreglos. Estaba
implicando que estaba adelantándose ya que el nacimiento de su hijo estaba a
casi seis meses y no sabía del género del niño aún.
Louis, escogiendo un par de zapatillas,
estornudo orgullo. [El niño seguramente será una adorable niña que se parecerá
a Rosalie.]
[¿Tiene alguna base para ese
comentario?]
[Mi corazonada nunca se equivoca.]
Luego de crear una gran pila de ropa
para su futura hija en el mostrador, sin hacer esfuerzo en ocultar su emoción,
el mago empezó a tomar ropa que a una adolescente podría gustarle.
[Creo que es demasiado pronto para eso,
¿no?] Ryn dijo con un tono monótono.
[No le sabes.] Louis respondió. [Estas
son para la Bruja Silenciosa.]
Los ojos de Ryn se abrieron un poco
más. Como un espíritu de viento, tenía diferente sensibilidad para los humanos,
y la expresión en su atractivo rostro casi nunca cambia. Al parecer, el
comentario de Louis había sido sorpresivo incluso para ella. [Vaya…] Ella dijo,
la única palabra con emoción.
Louis levantó sus delgadas cejas y miró
a su espíritu contratado. [¿De verdad crees que soy una persona desalmada y
fría?]
[Creo que amenazar a un colega y
forzarla a hacer un trabajo para ti generalmente se consideraría desalmado y
frío.]
[Se le llama usar a las personas
correctas para las tareas correctas.]
El hombre que había amenazado a su
colega y forzado a tomar una misión para proteger al segundo príncipe le dio
una refrescante sonrisa a su sirviente y empezó a buscar un vestido digno para
uso diario.
Esta será la recompensa para la Bruja
Silenciosa.
Había sido aproximadamente dos semanas
desde que Monica había entrado a la Academia Serendia. En ese corto período,
había sido seleccionada para el consejo estudiantil e incluso logro capturar un
criminal usando hechicería prohibida en la academia.
Monica no estaba especialmente
orgullosa de sus logros, pero había hecho más que suficiente para merecer
gloria. Los buenos resultados garantizaban buenas recompensas. Y por esa razón,
Louis había escogido comprarle ropa nueva. Conociendo a Monica, es probable que
no tuviera ropa decente. Suponiendo que eso le causaría problemas en la
academia, Louis había decidido escoger unos atuendos prácticos. Pero solo
porque ya estaba comprando ropa para su hija, claro.
Aunque esa insensata chica
probablemente estaría más feliz recibiendo libros de matemáticas o hechicería, pensó, escogiendo un vestido que
parecía apropiado para usar.
Mientras se encubría en la academia,
Monica estaba haciendo el papel de una hija adoptiva alineada a la Casa
Kerbeck. Lo mejores apegarse con algo simple, pensó. Escogió un vestido
azul de cuello alto que pudiera usar para salir durante el día, también un
abrigo exterior perfecto para la temporada.
Luego de pagar por todo, lo cargó todo
en el carruaje, entonces entró.
Louis esperaba que el carruaje empezara
a moverse antes de darle la orden a Ryn, quien se sentaba a su par. [Entrégale
esa ropa a la Bruja Silenciosa tan proto puedas.]
[¿Qué debería decirle cuando lo haga?]
Ryn preguntó.
Pensó por un momento, luego dijo.
[Supongo que puedes decirle que es una recompensa por capturar a Victor
Thornlee. Tienes que saber cuándo castigar y cuando alagar. Hahaha.]
[Entiendo. Entregaré su mensaje en la
carta. ¿Deberíamos enviar algo más?]
[¿Algo más? Oh, dices a mi aprendiz.]
Cuando Louis había enviado a Monica a
la Academia Serendia, había enviado a su propio aprendiz con ella. Los sentidos
del segundo príncipe Felix Arc eran filosos, y era excelente en rastrear a esos
alrededor de él con segundos motivos, ya sea su objetivo fuera protegerlo o
matarlo. Era natural que estaría alerta de un nuevo estudiante. Así que Louis
había enviado a su propio aprendiz a la escuela como cebo, con el fin de
desviar las sospechas de Feliz de Monica.
Ryn estaba preguntando si debería
entregarle algo a este aprendiz, pero Louis agitó su cabeza. [No necesitas
hacer tal cosa. Ese idiota no sabe nada.]
[¿No le ha mencionado el plan cebo? ¿O
la misión de proteger al príncipe?]
[Es un terrible mentiroso, e igual,
incluso sin mi instrucción, será un excelente cebo. Es un niño problemático—
gran cuerpo, gran voz… y responsable por destruir un edificio escolar en
Minerva una vez. Hahaha.]
La sonrisa que vino del hermoso rostro
femenino de Louis era refrescante, pero sus palabras eran maléficas.
[Creo que usar a un ignorante aprendiz
como cebo generalmente se consideraría desalmado y frío.] Ryn dijo.
Louis se bajó de hombros. Sus palabras
no tenían efecto en él. [Es el trabajo de un maestro estimular el crecimiento
del aprendiz. Y crecer siempre requiere tareas a la altura.]
✽✽✽✽✽
La noticia que un dragón había
aparecido cerca de la ciudad de Craeme rápido llegaron a la Academia Serendia.
Aunque ajetreó el día de relajo de los estudiantes, una vez descubrieron que el
dragón había sido asesinado, habían pasado su finde como si nada hubiera
pasado.
Una sola persona observando todo esto,
mordió sus labios.
Así que, pensaron, esta es la reacción
de los nobles centrales que apenas sienten del costo de las incursiones de
dragones.
El corazón del Reino de Ridill,
localizado cerca de la capital real, era hogar de los Caballeros Dracónicos— un
grupo de expertos asesinos de dragones— y la Corporación de Magia, quienes
valuaban la habilidad sobre la política. Por ello, aquellos de esta región se
sentían un poco amenazados de los dragones.
Para las personas del este, quienes
constantemente se preocupaban de las incursiones de dragones, la escena de los
nobles centrales viviendo en paz y seguros inspiraba algo de envidia.
Magos rara vez vistos en la provincia—
y no había muchos tan habilidosos para derrotar dragones en primer lugar. Pero
aquí, en los territorios centrales, habilidosos magos estaban vagando por todos
lados.
Aunque las regiones del este estaban
cargando la terrible carga de las incursiones de dragones, la fuerza militar de
este reino estaba concentrada en el centro, defendiendo a los nobles allí. Ese
era el estado actual del Reino de Ridill, bajo la dura influencia del Duque
Clockford.
Es por eso que tengo que cambiar las
cosas, se decían, rápidamente regresando a sus cuartos. Allí, abrieron un cajón
cerrado y sacaron un objeto del fondo.
Por algunos, podía parecer como un
broche, con sus joyería y brillante piedra roja. Pero a una mirada más cercana
revelaría tres remaches detrás del cuadro decorativo. Este objeto estaba
destinado a quedarse en una pared o piso y fijarse allí.
Solo es cuestión de tiempo antes que el
heredero esté decidido… Usando mi última carta.
Ahora que muchos contratistas están
entrando y saliendo en preparación para el festival escolar, es la oportunidad
perfecta… Si lo calculo bien, de acuerdo a qué suplementos están entrando…
Bajaron la mirada al objeto descansando
en sus palmas, sus rostros se endurecieron en resolución.
Detrás del velo de un día relajante, el
mal había empezado a actuar.
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