Ese Día Hace Tanto
Hace tiempo,
una gran batalla termino. El sol ya se había ocultado y levantado tres veces.
En el campo de batalla, donde una elevada montaña una vez estaba parada, un océano
de agua fluía dentro del nuevo colosal campo de golf. El fuego del infierno
consumió los árboles, sin mostrar signos de extinción, dejando un sendero de
muerte y negras cenizas en su despertar.
Incontables
piezas de metal yacían dispersas cerca del área. Con una cercana inspección,
alguien con el adecuado conocimiento los reconocería como los restos de varios
Talismanes. La mayoría de fragmentos comunes eran esos ‘reflejos de flechas’ de
Talismanes, especialmente hechos en las tiendas del centro del Santo Imperio.
Los fragmentos de cobre flotaban en las olas que pertenecían a la ‘resistencia
de la enfermedad’ de los Talismanes que se originaron al Oeste de Garmond. Caían
líquidos de hierro encendidos del calor rojo en los árboles que venían de los
Talismanes ‘dinastía guardia’, las cuales habían encerrado el secreto de la
fracción de magos Selenslode hasta hace unos pocos días. Una recopilación de la
mayoría de poder mágico disponible para los humanos, emergiendo literalmente
sobre todo el mundo, rodando en el suelo, ya usados en el pasado límite.
[Dios, tomó
más de lo que esperaba.] Ni siquiera la fuerza para levantar un solo dedo
quedaba en el cuerpo del joven hombre. Lanzado su espada quebrada, él se sentó
cerca de una roca. [Nadie me dijo que tenía que ir tan lejos para ganar.]
[Soy quien
debería decir eso, Joven.] La poco placentera voz de un hombre viejo sacudió el
aire acerca de él, como si resonara desde el fondo del profundo abismo. [Pero…
exprimiste a todo poder tu insignificante vida para llegar tan lejos… te
reconozco solo por ese punto.]
[No me hace
sentir mejor. No es que ser reconocido por ti vaya a extender mi tiempo de vida
restante… más importante, ¿cómo diablos puedes hablar? Ya estás muerto ahora,
¿verdad?]
[En efecto.
Después de tener mi cuerpo tan destruido, incluso ahora debo de sumergirme en
el silencio de la muerte. Intercambiando pensamientos contigo ahora es solo un
mero eco mío.]
[Ah, ya veo.
Bueno, me siento mejor ahora.]
Siete grandes
hechizos prohibidos, once espadas Percival destruidas al punto de la auto
destrucción, e incluso técnicas de espada secretas que no estaba calificado
para usar. Si él no pudo terminar el trabajo después de todo eso, él no tuvo
opciones.
[…Es algo
tarde para decir esto, pero fue maravilloso. Blandiendo ese poder por mí mismo,
a pesar de ser un débil humano, es verdaderamente terrible. Si usas esa fuerza
contra los humanos, probablemente puedes arrasar con dos o tres países en una
noche. Pero… supongo que es el final, ese poder viene con un precio, ¿huh?]
Una delgada y
fibrosa substancia parecida a una tormenta de neblina cubrió al joven. Los
susurros gradualmente incrementaron en número y se aferró a su cuerpo, como si
tratara de atarlo.
[Usando
hechizos prohibidos a tal escala… el efecto seguramente es la maldición y
tormenta del usuario. Simplemente cantando una que pueda causar que un cuerpo
se rompa y el alma desaparezca. Multiplicando eso por siete… incluso no puedo
imaginar tan terrible dolor.]
[De cualquier
manera, si fuera a morir, no importa si usé uno o siete… sobre todo, no hay
forma en que pueda pelear más, así que el dolor y sufrimiento no importa
ahora.]
[…Eso no me
parece una razón para justificar.]
[Lo dije una
vez hace tanto, pero dije que un verdadero monstruo lo siente de una manera
diferente.]
Una risa estridente.
[Supongo que
si no estabas preparado para eso, no retarías a un Dios, ¿huh? Bueno, es tiempo
para partir. Ahora entra a un sueño de cientos de años.]
[De prisa y
piérdete. Al menos ten calma mientras vas a tu encuentro con la muerte.]
[Bien, bien.
Sería un honor pedirlo como una recompensa por tu victoria.]
La voz se
desvaneció, derritiéndose en lo salvaje viendo el sentido de intimidación que
llenaba el aire alrededor.
[…Hey, ¿estás
muerto?] El joven lo pregunto, pero la respuesta no llego.
Un seco
crujido salió de sus pies. Reuniendo todas sus fuerzas restantes solo para
darse por vencido y mirar abajo, el joven vio su tobillo transformase en un
terrón de roca. El sonido se intensifico mientras se apagaba, el color gris
llego a todo su cuerpo. Rodillas. Muslos. Espalda. De pies a cabeza. Siete
maldiciones fatales se apilaban una sobre otra, mezclándose e interfiriendo en
una manera compleja para producir el fenómeno que ocurría frente a sus ojos.
Todo su cuerpo
hasta el pecho ahora, estaba completamente transformado en roca, el joven rio.
[Bueno, estaba
planeando en regresar a casa… pero supongo que las cosas no fueron tan bien.]
Él miro al
cielo y pronuncio sus palabras finales, con la vana esperanza que debería
llegar a esas personas importante, que seguramente estaban lejos, miro arriba
al mismo cielo azul.
[Lo siento,
Leila. Vas a regresar a casa solo con el maestro. Lo siento, Suwon. Vas a tener
que tratar con el egoísmo de Leila en mi lugar. Emi… no creo que tener alguna
promesa contigo. Seguramente vas a estar bien por tu cuenta, pero vive una
buena vida por mí.]
Y así… así…
Él habló, su
cuerpo continúo transformándose en una piedra a gran velocidad. También había
muchos nombres que quería recordar en el corto tiempo que le quedaba. El joven
miro todas las caras flotando cerca de su cabeza y se limitó solo a una.
[Almaria…
realmente lo siento.] El último nombre que escogió era el de la ‘Hija’, quien
esperaba en el orfanato en una tierra lejana. [Parece que no seré capaz de
comer el pastel de mantequilla, después de todo.]
Un leve
resonar señalo el final. Todo eso se mantuvo como una masa de piedra con la
forma de un joven.
Ah... Mi kokoro... =(
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