Capítulo 2: El Joven 4to Oficial Militar
Parte 1
Cerca de medio año pasó
desde que la ciudad Lyell fue condenada.
Como lo anticipo, fue
lentamente abandonada. Cada día el número de peatones era menos, y en el que
una vez fue el bullicioso distrito mercader, los puestos de uno en uno fueron
cayendo.
Por fortuna, su pastelería
favorita aún estaba abierta. Aunque había menos productos a la venta, el
producto principal aún prosigue con fuerza. Y así, de acuerdo con el gruñido de
su estómago, Feodor ordenó un paquete de donas.
Pero
bueno, ¿a dónde ir?
Feodor lo pensó mientras salía de la tienda, los empleados mecánicos le
siguieron con [Muchas gracias]. No sería
muy apetitivo regresar y comerlo en las barrancas. Puesto a que me salí sin
permiso, puedo quedarme un rato. Y mientras siga en ropa normal, me encantaría
comerlo en alguna parte con una buena vista.
Él se metió una dona en su
boca y, la masticó, junto con la esencia del oxidado metal del distrito
llenando sus fosas nasales.
El lugar una vez fue la
más grande mina de Regul Aire. Los viejos mineros que vivían en los distritos
habían sido llevados contra una empinada cordillera, y desde allí el resto de
la ciudad creció casi espontáneamente con un tanto de rima o razón mientras las
barrancas eran construidas, los caminos fueron pavimentados, y pistas férreas
fueron colocadas en el lugar. Piedras como un material de construcción de
inmediato se acabó; metal, en más abundancia, lo remplazó. Duendes y nomos,
viniendo de todo Regul Aire, trabajaron e instalaron maquinaria de excavación
una tras otra. Tuberías y cableado se construyó con los años, esparciéndose y
aglomerándose en las inidentificables masas entre los muros y caminos.
Esa era la vista que uno
no vería en otro lado más que en Regul Aire: una ciudad hecha de metal.
[Oh – woah.]
Él torpemente medio salto
con algo con lo que casi se tropieza. Las calles principales aún estaban en el
lado sencillo cuando viajas; dependiendo del área, habría suficiente espacio
para que un carruaje pasara. Sin embargo, los callejones traseros eran un
asunto completamente diferente.
Primero que todo, apenas
si había caminos, sino más que empinadas colinas y escaleras colgantes.
Ascender y descender de esas abrumadoras escaleras, un camino circular daba
vuelvas y vueltas en espiral.
Encima de todo, toda el
área estaba débilmente iluminada, y a ojos inexpertos el escenario parecía
continuar incesantemente. El sentido de dirección de un viajero rápidamente se
volvería inútil, y estaría de más decir que un compás tampoco sería de ayuda.
La ciudad Lyell es cruel a
extraños – si fueras a decir algo como eso, es probable que los ciudadanos
respondieran [¡Sí, así es!] y se reirían de ti. El trato de la ciudad es
equitativo – eso es lo que se decía. [Esta ciudad tampoco es benévola a
nosotros, ni un poco.]
Sin embargo, todo estaba
en el pasado.
[Phew…]
Siguiendo una larga
tubería, Feodor se metió en el pequeño espacio, llegando a un bosque de
edificios de metal encima de un camino inexistente.
Un largo tiempo ha pasado
desde que esta isla minera fue cerrada. Las tuberías probablemente no han
recibido mantenimiento desde entonces. Por otra parte, los remaches se han
salido en unos algunos lugares y él casi se resbala de la plataforma.
[…Seguro que es
solitario.]
Sentándose en una amplia
pipa para tomarse un respiro, él sacó otra dona. Por fuera de las esquinas de
sus ojos, él vio unos golems de modelo pequeño corriendo activamente.
Los golems eran
herramientas, capaces de seguir al pie de la legra instrucciones instaladas
cuando fueron construidos, pero no más. Era posible darles algunas órdenes
complejas, y dentro de ese rango ellos podían actuar con una discreción
moderada, pero eran incapaces de actuar más allá de esas restricciones.
Es probable que sean creados
para darle servicio a algunas máquinas en Lyell. Por suposición, la orden de
“descansar” no estaba incluida en esas órdenes, y así ellos continuarían
trabajando hasta que sus partes fuesen suspendidas.
[…Claro que es solitario.]
Feodor parado, lo volvió a murmurar.
Él caminó por un pequeño
espiral de escaleras al lado de un teatro abandonado. Arriba, él fue recibido
por una grande y oxidada puerta.
En el centro de esta incómoda
y desordenada ciudad, había unos cuantos lugares con una escénica vista. En una
de esas locaciones, el techo de un gran edificio, ocurrió detrás de esa puerta.
Él se comió la mitad de su
dona en el camino. Pero poniéndolo de otra manera, solo le quedaba la mitad.
Recostando todo su cuerpo,
él empujó la puerta. [¡Y…aquí…vamos!]
Un sonido áspero sonó
mientras la puerta se abría, y sus ojos de pronto se toparon con la luz.
Más allá del océano de
nubes, el sol había empezado a ponerse. Debajo de él, el escenario de una
mugrosa ciudad, parecida a una serie de placas de bronce yacía
desordenadamente. Sin personas, el silencio – como un sueño – gentilmente se
esparcía por la ciudad. Frente a él–
Una
chica.
Feodor casi tiraba la dona
que metió en su boca por su asombro. Él pensó que no habría nadie aquí,
¡prácticamente estaba seguro de ello!
Y aunque una chica estaba
sentada en un rincón del techo, sus pies colgaban del borde. Y con una mirada
vacía veía el cielo, lanzando sus piernas de atrás hacia adelante.
La chica se veía sin vida.
Ya que seguramente estaba con vida, nada parecía apoyar ese hecho. Incurriendo
un peculiar sentimiento de misterio, el tipo que uno puede sentir cuando ves a
una muñeca esculpida con una delicadeza imposible. Su expresión era imposible
de leer; no era vacía, sino más que lo opuesto. Múltiples emociones se
mezclaron, haciendo que su cara casi pareciera como una indiscernible nube
gris.
Ah…
Él dio medio paso atrás.
En
momentos así no debería de involucrarme, ¿no es así?
Casi confirmado, él
decidió echarse atrás. Él no pensó en cosas tontas como “me pregunto qué tipo
de cosas le preocupa”, o “me pregunto si ella tiene problemas”.
No mierda, lo hizo. Para
que alguien que se escabullera hasta aquí, tener ese tipo de mirada, no había
forma que sea algo como “he estado atemorizado últimamente para revisar cuánto
peso”.
A lo más, al examinar más
de cerca, la chica no tenía cuernos ni colmillos. Su blanca piel no estaba
cubierta por pelaje o escamas o algo como eso, y ella no tenía alas que
salieran de su espalda.
La raza la cual tenía esa
apariencia estaba familiarmente referida como los Sin Marcas, despreciados por
muchos y abiertamente considerados un símbolo de mala suerte. Uno no debería
acercarse a ellos o involucrarse con ellos. Sin duda nada bueno saldría de
ello.
Lo
entiendo bien,
Feodor se asombró por lo que hizo.
[Sabes, es peligroso
allí.]
Agitado, él choco sus
manos contra su boca. Claro, era demasiado tarde para ello; sus palabras
llegaron a los oídos de la chica.
Fue como si ella hubiese
estado al tanto que estuvo allí todo este tiempo – aunque no podía ser
realmente el caso. La chica pestaño, levanto su cabeza, y vio a donde estaba.
Sus ojos se toparon, aun con falta de vida… Oh,
regreso a la normalidad.
Ella parecía ser más joven
que Feodor, probablemente a mediados de su adolescencia. Su ligero cabello
verde ondeaba con el viento. La luz del sol, se reflejaba en sus verdes ojos,
brillando ligeramente.
Justo después que él
decidiera no involucrarse, fue y termino haciendo eso mismo. Mierda.
[¿Huh?] Volviendo a
pestañar, ahora tenía una expresión verdaderamente inocente y casi infantil.
[Oh… ¿creo que estoy bien? Quiero decir, no soy tan torpe como para resbalarme
y caer. Hay un contenedor de agua debajo, como sea, es igual de seguro.]
Mientras hablaba, la chica miro debajo del borde donde se sentaba.
Bueno,
es probable que tenga razón. Hay un tan tanque allí, lleno con un nivel decente
de agua. Incluso si caes, no terminarías con heridas serias.
[Pero estuviste preocupado
por mí.] La chica sonrió. [Gracias.]
Fue una brillante y
campante sonrisa – al menos en apariencia – casi hacía que él dudará si la
melancólica ella de antes existía.
Estará
bien se dejó aquí la conversación. Incluso si él se va sin decir palabra, sería natural.
[No, no me refiero a eso.]
Feodor lo dijo. [Asumo que acabas de llegar de otra ciudad, ¿no?]
[Mm-mmm, sí.]
[Bien, me gustaría que te
sientes y escucharas un rato. Ha pasado un tiempo, este lugar era preciado lugar
para mí. Luego que la isla fuera reformada a lo que es ahora, una tonelada de
mineros venían aquí. Su equipamiento no está. No podían seguir edificando el
espacio suficiente para vivir.]
La chica inclino su cabeza
mientras Feodor seguía. [Esa mina ahora está seca por completo, pero hay
rastros por doquier. Como esta ciudad está hecha de metal y ribetes, o como hay
toneladas de cuestas que originalmente eran parte de la montaña, o como la
maquinaria esparcida por todo el distrito aún sigue operando…]
[Uh, ¿okay? Puedo decir
que es un lugar viejo con solo ver.] La chica vio a la ciudad detrás. [No hay
ni un alma, pero se siente algo cálido. Es completamente diferente de las
ciudades construidas con piedra. Es algo extraño.]
[Bueno, eso es porque…]
Feodor se frenó.
El sentimiento a cálido
podía ser la red de tuberías y maquinaria que circulaban agua caliente bajo el
suelo de toda la ciudad. Me pregunto cómo
reaccionaría si le digo eso. ¿Ella se asombraría? ¿Se exasperaría y pensaría
que es lamentable? ¿O quizás sonreiría y estaría feliz por ello?
[…Quiero verlo. Las cosas
en las que pasamos nuestras vidas.] Él la escuchó hacer un raro comentario. [Ir
a un lugar que no conoces, viendo un escenario que nunca has visto, hablando
con personas que no conoces. Si es un lugar en el que has estado, con el
escenario y personas que has visto antes, entonces podrías pelear por ello,
¿cierto? Pensé que esa sería la forma más fácil de inspirarme.]
[¿Tú… pelearás contra
algo?]
La chica asistió con
honestidad. [Me alegra que vinieras y me hablarás. Incluso cuando estaba
caminando no había nadie. Casi me preguntaba, ¿ya todos se han ido? Fue un poco
atemorizante.]
[Oh, sé de lo que hablas.
Cuando eres la única cosa que se mueve, todo lo demás se detiene, y se siente
que luego el mundo acabará.]
[¡Sí, sí! ¿Y ves cómo los
golems siguen trabajando como si nada pasara? ¡Es una locura!]
Los dos asistieron en
acuerdo con las palabras del otro, riendo una vez notaron lo extraño que se
veía.
Entonces Feodor recordó
algo. [Hey.] Él señaló a donde la chica estaba sentada, en un muro cubierto en
capas de parches donde una titilante y andrajosa lámpara, desteñida por la
edad, colgaba. [¿Sabes de lo que estaba hablando antes?]
[¿Esto?]
[Sí. Esta ciudad tiene
rasgos que nunca entenderías con solo verlos. Esa lámpara es algo de eso.]
Ella parecía perpleja. [¿De
acuerdo?]
[La maquinaria sobrante
que mencione antes no funciona al mismo nivel como originalmente lo haría. Hoy
en día están mejoradas para suplir calor y encargarse de suplir con agua la
ciudad. El problema es, las mismas maquinas son viejas, y su sistema de escape
en particular nunca ha sido tocado.]
[Okay…]
[Así que la alarma de
direccionales, ocasionalmente una fuente de vapor sale disparada.]
Justo a la pista, el
fenómeno que Feodor acaba de describir, ocurrió.
La temperatura era
particularmente alta, no había que preocuparse por la presión o volumen.
Incluso si fueras a ser golpeado directamente, no había riesgo de quemaduras
por el vapor. Para un ciudadano de Lyell, era el tipo de incidente mundano de
ver todos los días.
[¡¿Q-Quuuuuu—?!]
Con un remarcable grito de
pánico, la chica que acababa de llegar a la desordenada ciudad, su trasero se
deslizo por el borde del techo.
Hay que recordar, un
tanque estaba localizado debajo de donde se sentaba, lleno con un nivel decente
de agua. Incluso si caes, puede que no termines con alguna herida seria.
¡Thuuunk!
¡Whoooooooosh!
El sonido de un poderoso
impacto exploto, seguido de una columna de agua no menos encantadora.
[Es por eso dije que era
peligroso.] Feodor gruñó, sacando a la mojada chica del tanque.
[Y luego empezaste a
hablar sin parar…]
[Ah perdón por eso. Me
deje llevar…]
El invierno acabo, y de
vez en vez incluso las especies sin pelaje podían apreciar la suave brisa.
Aunque, no era tan cálida para que pudiese quedarse completamente mojada.
[Deberías regresar y tomar
un baño. ¿Estás bien con el camino de regreso?]
[E-Estoy bien…] La chica
temblaba. [Estoy bien… por ahora. Pero para dejarlo claro, no fui tomada con la
guardia bajo. Sentí ganas de nadar, así que salte. ¿Entiendes?]
Feodor resoplo. [Creo que
eso no es muy lógico.]
[U-Ugh… ¿lo crees?] Ella
avergonzada oculto su rostro. Él no estaba seguro cómo la chica que fue tan honesta
antes se le ocurrió una excusa tan absurda.
Y luego estornudo.
[¡Hee-choo!]
[Hey, deberías entrar. En
esta ciudad, la temperatura cae una vez se pone el sol. Sería estúpido si
atrapas un resfriado por algo como esto, ¿no?]
[Haré eso.] La chica se agitó
como un pequeño perro. [Oh, um… gracias por avisarme que era peligroso. Incluso
si no ayudo.]
[Fue algo inapropiado eso
último, pero de nada. Ahora que sigue,] Él le agitó su mano en señal de irse.
[Fuera, fuera.]
[Okay. ¡Ew-choo!] Luego de
un lindo estornudo, la chica se volvió a Feodor. [Um, esto puede soñar extraño,
dado que no sabemos el nombre del otro, pero…]
[¿Hmm?]
[Me estaba preguntado… ¿Sería
bueno si pudieras olvidarme?]
A la chica le salieron
esas extrañas palabras, tirando gotas de agua por todas partes.
Claro.
No necesitas decírmelo.
Después de todo, Feodor no
estaba usando sus falsas gafas. Sin ellas, él no podía tener una sonrisa falsa.
Su cara ahora estaba retorcida en un indudable ceño espantoso. Aunque la chica
no dijo nada en particular, ella pudo haber visto la tristeza en él. Como dos
extraños, era la fortuna que improbablemente los volvería a juntar. Él no
quería nada más que borrar el recuerdo de ella.
[¿…Qué diablos estoy
haciendo?] Feodor resoplo. Él mordió otra dona, la masticó y la trago, luego
miro al lejano cielo.
El clima de hoy era claro.
Sin algo que bloqueara el camino, él podía ver de lo usual.
Más allá del océano de
nubes, se asomó una distante masa negra.
La 39ava Isla Flotante.
Solo hace 5 años, fue una buena
vecina a la 38ava Isla Flotante. Campos fértiles hacían una cornucopia de
comida que fácilmente suplía a todas las islas alrededor. Había sido liderada
por hombres bestia, y muchas personas de varias especies vivían allí.
Pero todo eso ahora era
pasado. Un día hace 5 años, toda la isla se transformó.
Lo que queda ahora no era
más que una colosal lápida, flotando por los cielos de Regul Aire.
Era conocida como la
Croyance, la Reprimida y Encarcelada 11ava Bestia.
El mundo siempre había
estado al borde de la extinción.
Si hubiese algo que
mencionar al inicio de esta discusión, sería la atrocidad cometida por los
Emnetwyte y los últimos días de la superficie.
Sería difícil para las
personas del presente creerlo, pero la superficie una vez estuvo llena de vastas
tierras ricas y abundantes. Bosques y fauna cubrían la tierra, un vasto tazón
de agua llamado océano existió, y la superficie derramaba incontables especies
diferente de vida.
Los Emnetwyte destruyeron
ese mundo.
Ellos crearon a las
inmensas e inquebrantables 17 Bestias, y las liberaron en el mundo. Las Bestias
devoraron a los Emnetwyte junto al resto de la superficie, tornando la tierra y
océanos en una desértica tierra gris.
Los pocos sobrevivientes,
bajo la tutela del heroico Gran Sabio, partieron al cielo.
Las 17 Bestias no podían
volar. Por eso, habiendo dado su base en incontables rocas gigantes flotantes,
los sobrevivientes podían aferrarse a un refugio. Construyeron casas, trazaron
la tierra, y levantaron ciudades, todo para que pudieran vivir seguros lejos
del alcance de sus enemigos.
La superficie había sido
basta; el mundo de esas rocas gigantes era pequeño.
Lo que se había perdido
era insoportable; lo que queda era poco.
Pero qué les quedaba.
Nombraron al final de las fronteras que aceptaron, Regul Aire, e hicieron su
nuevo hogar.
500 años y algunos años
habían pasado desde que Regul Aire fue fundada.
Durante ese tiempo, uno
podía decir que la paz había sido preservada.
Los ataques de las 17
Bestias continuaron, en el cual un número de islas cayeron y las vidas de sus
habitantes se perdieron.
Pero de una perspectiva
diferente, las perdidas estaban dentro de esas islas. Enfrentando a las Bestias
quienes habían aniquilado la superficie en cosa de meses, Regul Aire se mantuvo
con vida en el cielo.
Sin embargo, esa paz en
cosa de nada si vino abajo.
En un día hace 5 años, la
Aurora, la Perforadora y Penetradora 2da Bestia, apareció en la 11ava Isla
Flotante.
A dos días de eso, el
Materno, la Abrazadora y Sofocante 5ta Bestia, apareció en la 13ava Isla.
Al mismo día de eso, el
Croyance, la Reprimida y Encarcelada 11ava Bestia, apareció en la 39ava Isla.
Esas Bestias eran
incapaces de volar. Para aquellas que no podían salir de la superficie, les
debería ser totalmente imposible atacar a Regul Aire. Aunque, la verdad
restante: esas tres Bestias de pronto aparecieron en el cielo en frente a
personas desprevenidas y las masacraron.
La tragedia causada
eventualmente salió a la luz. La Federación de Trato Elpis, existió que en la
13ava Isla, había llevado investigaciones en Bestias y, para propósitos netamente
políticos, las sacó de la superficie.
¿Qué
diablos intentaban hacer?
Todos pensaban eso. Más bien, antes de eso, ellos ni siquiera habían descubierto
un método tecnológico que pudiera hacer posible capturar y contener Bestias.
Esa falta de previsión los condujo a esta tragedia.
Entre las tres, las
Bestias que atacaron la 11ava Isla milagrosamente fueron rechazadas.
Para las otras dos islas,
tal milagro no sucedió.
En la 13ava Isla, cada
objeto y ser vivo fue disuelto en una transparente substancia azul.
En la 39ava Isla, cada
cosa fue transformada en hermosos pilares-cristales brillantes.
El problema real empezó
luego de eso.
Las Bestias no podían
volar. Por consecuencia, las Bestias que se metieron en la 13ava Isla y
devoraron la 39ava Isla se quedaron en las respectivas Islas. De momento, no
poseían de los medios para invadir otras Islas. Aunque, las inmortales Bestias
eran capaces de quedarse en las islas flotantes indefinidamente.
Junto a eso, la 39ava Isla
lentamente se movía hacia la 38ava Isla.
De acuerdo a los cálculos
de los navegadores de la Guardia Alada, las dos islas chocarían pronto. No sería
de frente; lo más probable es que chocarían violentamente. En una situación
normal, aunque los temores serían muy notables, toda la existencia de la isla
no sería amenazada por la colisión.
En este particular caso,
la advertencia fue similar a una muerte anunciada. Las Bestias seguramente
cruzarían la 38ava Isla y absorberían todo lo que tocaran, como en la 39ava.
Incluso sabiendo que la
destrucción llegaría, era imposible evitarla.
Los primeros rumores
empezaron a circular pasados medio año. Al escucharlo, una fracción de
ciudadanos de Lyell de inmediato volaron a otras islas. Con el tiempo corto,
más de la mitad de esos restantes gradualmente siguieron a sus vecinos. La
cantidad de personas en Lyell ahora es menos de una 5ta de lo que era hace 5
años, apenas si se veía como una ciudad.
Aunque Lyell no había
muerto aun, la vida de la ciudad se había ido; ahora existe meramente un
cascaron vacío que no había caído por completo. Un mundo a escala llegaba a su
fin.
En definitiva se avecina un nuevo desastre. Gracias por trabajar en esta secuela.
ResponderEliminar