Prólogo
Caminando por sobre el lodo con
dificultad, chillando con cada golpe de la tierra sobre la máquina. Su motor
estaba tan rojo por sobrecalentarse. Aunque, no podía permitirse moverse más
lento, porque sabía que el movimiento de su vehículo se detuvo, que sería
abatido. Dándose la vuelva, localizado por cuatro modernas Exelias que le
perseguían. Eran AT3 equipadas con motores de alto rendimiento, materia prima
del país enemigo.
Exelia era un término genérico para un pequeño
vehículo acorazado que era alrededor de 10 pies de alto. Los nuevos modelos
eran desarrollados como la guerra lo demandara, y en ese punto, superan con
creces a la mayoría de las otras armas de fuego.
La velocidad máxima de su vieja Unidad
M4 era 30/M por hora. Pero los nuevos modelos del enemigo eran mucho más
rápidos, así que sabía que no tenía más opción que perderlos. Fueron cubiertos
en la distancia en segundos, entonces usaron Ballas Mágicas para bañarlos en
plomo.
Maldita sea. ¿Por qué esto está
pasando? ¡Pensé que los cadetes estaríamos a salvo!
Los cadetes debían de estar a salvo
detrás de las fuerzas principales. Así era como se les había explicado. Sin
embargo—
[¡Nng!]
La Exelia que estaba usando explotó.
Mientras salía por los aires, el cadete, Rain, claramente vio al manipulador de
su unidad, Athly, haciéndose pedazos. Ella no grito mucho cuando su vida
terminó. Y mientras era bañado con los restos de su compañera, Rain iba
rondando por una pendiente, recibiendo más golpes del descenso.
Mierda… ¿Por qué? ¿Por qué pasó?
Mirando abajo, Rain miro el hueso roto
de su pierna volando en la distancia, y un latente dolor que solo podía ser el
heraldo de la primicia de la muerte. Aunque a pesar de la intensa agonía, él
lentamente levantó su cabeza.
Eso es…
Él vio algo bastante siniestro. Una
Exelia negra, parada en una región montañosa a unos simples 500 pies de
distancia. Una Exelia negra… ¿Negra?
No puede ser…
Se dio prisa a ver por la mira de su
arma, pero por desgracia, su sospecha fue confirmada. Esa unidad negra
pertenecía a un comandante enemigo en específico: el Mayor Beluk. No había
error en su grasosa cara. Beluk el Carnicero, un infame guerrero del país
Occidental quien no dudaba en ponerle un arma incluso a niños civiles
desarmados. Parecía que él era el hombre detrás de este ataque.
[Kh…] Rain gruñó y puso a un lado su
rifle. Entonces, luego de hurgar por el bolsillo de su pecho, sacó una sola bala
plateada. Esta bala de peculiar apariencia era algo que había recogido hace
rato. Había encontrado cinco yaciendo y decidió recogerlas por ni una razón en
particular, pero con la suerte que tenía, eran las únicas balas que le habían
quedado, así que no tenía más opción que usar una.
Está cerca de 1300 pies, pero…
Incluso con la Bala Mágica
asistiéndolo, darle a un enemigo en la lejanía con un solo disparo sería una
hazaña. Pero—
Tengo que matarlo. Solo a él, a nadie
más. Me cargaré a ese bastardo que mató a Athly…
Dada las circunstancias, Rain sabía que
su chanche de sobrevivir era baja— lo cual era el por qué se rehusaba a morir
sin al menos vengar a su compañero caído. Rain tenía un ritual, algo como una
oración. Siempre confirmaría la hora en su reloj de bolsillo antes de disparar,
esperando confirmar el momento exacto que terminaría con la vida de su
objetivo…
La hora era exactamente las 2:00 PM.
De acuerdo.
Luego de tomar diez segundos para
ajustar su vista, apretó el gatillo. Luego de eso, una flor carmesí brotó en la
distancia. Él lo había logrado. Y por su mira, confirmó la vista de la cabeza
de Beluk explotando. Lo consiguió. Sin embargo, justo como el pensamiento se le
cruzo en su mente—
[Ah…]
— El mundo cambió.
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