Capítulo 3 – Despertar
[Me
pregunto cuándo despertará…]
Liz
miro por sobre la cama con preocupación y vio que Hiro estaba durmiendo
tranquilo— o más bien, no había despertado ni una vez desde que se desmayó. El
doctor lo ha examinado, pero no tiene idea cuál es la causa de su condición.
[No
puedo decirlo bien, pero estoy seguro que estará bien. Estoy seguro que
despertará muy pronto.]
Tris
dijo eso con un gruñido y volvió su atención a Liz, acariciando su barba.
[También
tiene que descansar, Princesa. No será nada bueno si el chico se despierta y la
princesa se desmaya, sabe.]
[…Tienes
razón.]
Liz
asistió y entonces llevo su mirada fuera de la ventana. El cielo estrellado era
interminable, iluminando el suelo al darle la luz de las estrellas a la ciudad
debajo. Esta es la única ciudad en el pequeño país de Baum, conocido como
Natua.
En
el centro de la ciudad, la cual se extiende en una gentil base— hay una caja
blanca con forma de templo que exude dignidad. La Sexta Princesa y su séquito estaban
al cuidado de su templo, el cual también es conocido como el “Templo del
Espíritu del Rey”.
[Entonces
volveré en la mañana a despertarte otra vez.]
Liz
palmeó la mejilla de Hiro, el cual no despertó, y entonces dejo la habitación.
Cuando la puerta está cerrada, el silencio trata de llenar el cuarto con el
aire de la noche— y no lo hizo.
Un
ronquido se escapó de la boca del durmiente Hiro en cama. Su cara se tornó fea
de la angustia.
Él
estaba—estaba soñando.
Empezó
muy de pronto. Fue llevado a un campo de batalla lleno con tantos cuerpos como
el ojo podía ver—un encuentro entre 10,000 tropas, un horrendo número de
cuerpos producido del resentimiento. Sangre tornó roja la tierra, y los cielos
tristemente se agitaron por las gotas de lluvia.
En
medio de la confusa batalla, había un chico. Su túnica negra ondeaba con el
viento. Sus brazos se movieron en sincronía. La blanca espada plateada cortaba
el espacio, con un ligero movimiento que parecía proteger a los insectos. Con
solo ese movimiento, las cabezas de cinco soldados volaron. El interés del
chico cambió a algo más, y golpeó el suelo y salió corriendo.
— El
objetivo es la cabeza del general.
Es
la manera más efectiva para terminar la guerra, y es una forma segura de ganar.
Pero, no hay forma que su oponente lo deje pasar tan fácilmente. Lo que se pone
en su camino es mil tipos fornidos bien entrenados.
La
línea frontal está llena con interminables muros sin brecha entre ellos, y su
es por una persona ordinaria, la cabeza del general se veía bastante lejana.
Sin embargo, el chico fue hacia adelante sin enfrentarse a ellos, cortando la
cabeza de los soldados enemigos. Todo el camino tenía un punto muerto. Es la
diferencia entre lo largo y corto. Imaginar cómo se sintió el general cuando
vio la apariencia del joven—
[¿E-Estúpido?
¿Cómo llegaste aquí?]
[…]
El
general enemigo jadeaba mientras miraba el rostro del chico, bañado en sangre.
Los profundos ojos negros azabache atrajeron los ojos del general enemigo como
si los absorbiera.
[…Esas
obsidianas ojos. Oí de ellos antes.]
El
general enemigo dijo, su voz se quedaba con nerviosismo o quizás miedo.
Uno
entre los soldados exiliados quienes avanzaron a una precipitada velocidad y
crecían en fuerza. El hombre que podía leer y entender el cielo y la tierra, un
hombre que había hablado de los países alrededor.
Fue
un don dado por el Espíritu del Rey.
[Solía
burlarme de esa ridícula historia, pero… Ese es el Espíritu del Ojo Celestial,
¿no?]
El
general enemigo dio un paso por delante. En su mano había una gran hacha.
[Te
mataré aquí y tomaré tus ojos como botín de Guerra.]
Mientras
el general enemigo levantaba su mano, soldados enemigos rodearon al chico.
[Es
un increíble hecho que te atrevas a venir aquí solo, pero solo puedo decir que
eres un idiota.]
Ya
que solo hay un oponente, inevitablemente causará algunas preocupaciones.
[¡Sufrirás
y morirás sin mucho, pero—!]
Con
sonido sordo, la cabeza del general enemigo rodo en el suelo cubierto en lodo.
Los soldados enemigos que estaban rodeándolo estaban asombrados. Nadie podía
entender lo que había pasado excepto por el chico de negro. El chico
ligeramente piso el suelo con un porrazo y empezó a danzar.
Habiendo
recuperado sus sentidos, los soldados enemigos lanzaron la punta de sus lanzas,
pero terminaron solo pasando en frente de los ojos del chico. Varias lanzas son
expulsadas. Sin embargo, el chico solo saltó, se agachó y cortó las cabezas de
los soldados enemigos.
Cuando
se movió las espadas brillantes blancas y plateadas como si le acariciaran, las
cabezas de los soldados enemigos cayeron al suelo una a una, como frutas
cayendo de un árbol.
Un
escalofrío pasó por los soldados enemigos— porque pasó en un abrir y cerrar de
ojos. Eso claramente no era el trabajo de un ser humano. No estaría mal
llamarle un monstruo.
[¡Qué
rápido!]
La
espada de blanco plateado, la cual agitaba las gotas de lluvia empaba la
tierra, dividió la armadura del enemigo desde su parte superior e inferior del
cuerpo. Incapaz de resistirlo, los cuerpos de los soldados enemigos cayeron uno
a uno en los charcos. Salpicadura de sangre brotaba como fuente en todos lados,
y el horrible aroma de la sangre fresca mezclada con la lluvia dominaba el
aire.
[¡¿H-H—?!]
Incluso
ni les dio el tiempo de hablar. No llevo mucho para que una pila de cuerpos se
formara cerca.
Con
la pérdida de su comandante, el enemigo fue totalmente destruido. Las fuerzas
enemigas fueron rebasadas por los aliados del chico como si fueran a aplastar
gusanos. El grito de batalla de las fuerzas enemigas derrotadas— y el grito de
batalla de sus aliados en persecución de ellos— resonó por las planicies. El
chico, quien había dejado el grito y temible campo de batalla, había llegado al
campamento principal.
[¡El
Dios de la Guerra!]
Quien
sea que lo dijo primero, uno tras otro, los soldados pronunciaron el alias.
Pronto se volvió en alabos que sacudió el aire.
[¡Dios
de la Guerra! ¡Dios de la Guerra! ¡Dios de la Guerra!]
Cientos
de soldados están gritando, resonando el núcleo de sus cuerpos. Es como si la
tierra se sacudiera, una ilusión, y cada vez que el chico daba un paso hacia
adelante, el océano de soldados abría el paso. Eso es lo que gente llama— el
camino del rey. Una larga línea de soldados se formó para solidificar ambos
lados, y el chico camino con valentía por el centro.
Entonces
un joven apareció frente al chico. Levanto una de sus manos al aire. El
silencio reino en el área como si hubiera sido golpeado por agua. Dio un paso adelante
y se acercó al chico, pero su buena cara estaba llena de enojo.
[Es
bastante increíble que mi estratega militar vaya a las líneas frontales…]
[No
podemos permitirnos más paros. Nuestras líneas están bien abiertas. Cuando se
acabe, tendremos que movernos al oeste, ¿ah?]
La
cabeza del chico fue golpeada al rehusarse. Cuando miro al joven, los labios
del joven se curvaron, haciendo una maliciosa expresión en su rostro.
[Vamos,
también tendrás que hablar conmigo. Hagamos un lio juntos en la línea frontal.]
[Eso
sería aburrido. Bueno, como sea. Es inútil hablar de lo que se ha hecho.]
El
joven tomó los hombros del chico.
[Schwartz…
bien hecho. Me alegra verte de regreso a salvo. Perdí unos cien años de mi vida
cuando escuché que estabas en el campo de batalla. Aunque escuchar que
asesinaste al general enemigo añadió otros cien años a mi vida.]
[Estás
exagerando, Altius— Bueno, sí, traje la cabeza del general, ¿qué quieres hacer
con eso?]
Schwartz
señaló detrás de él con su dedo, y un tipo de infantería allí estaba parado con
una caja blanca.
[Un
chico que solía vomitar solo de ver un cuerpo se trajo una cabeza, ¿huh?
Supongo que acostumbrarse es algo de miedo.]
[Haha…
Aún no estoy acostumbrado a eso. Matar personas, personas muriendo… pero otra
vez, si tuviera que preocuparme por ese tipo de cosas, estaríamos en la
posición opuesta.]
[Eso
es.]
Asistiendo
con satisfacción a la respuesta de Schwartz, Altius se dirigió al soldado
sosteniendo la caja blanca.
[No
hay necesidad de un examen físico de la cabeza. Mándala de vuelta a su tierra
natal. Incluso si son enemigos, si olvidamos mostrar cortesía a la muerte, no
somos mejores a las bestias.]
[¡Ha!]
Apartando
su mirada del soldado inclinado, Altius puso su brazo alrededor del cuello de
Schwartz.
[Ahora
vayamos a reportar nuestra victoria hermano nuestro, el Espíritu del Rey. Y
vayamos a beber para celebrarlo.]
[No
puedo beber. Aún soy un menor, sabes.]
[¡No
te preocupes! ¡Te traeré algunos jugos de uvas!]
[Ya
lo tienes preparado, ¿verdad?]
Le
dio una sonrisa amarga a quien siempre es el mismo.
Ah…
este es un sueño. Porque no se supone que esté aquí.
Un
sueño que le recuerda un distante y nostálgico recuerdo. También es un
milagroso momento de encontrarse con esos con los que se puede reunir otra vez.
Es un glorioso recuerdo que nunca desaparecerá. Sin embargo, el sueño
eventualmente desaparecerá—
[Hey,
Hiro… ¿aún no estás despierto?]
Escuchando
una voz que sonaba como un llanto, Hiro levantó sus parpados. Una hermosa chica
con cabello rojo entró a su vista.
[¿Liz…?]
Hiro
murmuró levemente y levanto la parte superior de su cuerpo, y Liz abrió sus
ojos con encanto y le abrazó.
[¡Gracias
a Dios! ¡Pensé que nunca despertarías! ¡Me alegro mucho!]
Escuchando
sus palabras, Hiro miro los alrededores. Era un cuarto con una atmósfera que se
sentía como que no había sido usado por un largo rato. Pero no significaba que
no haya sido limpiado. El acabado escritorio de oficina se acero a la ventana
está limpio y ordenado. Y viendo al libero cercano, hay viejos libros
amarillentos, pero no tienen polvo.
Hay
dos banderas cerca de la ventana. Una bandera estaba con una balanza en el
blanco fondo. La otra era un dragón sosteniendo una espada plateada en el
fondo.
Hiro
está durmiendo en una cama al muro cerca de la entrada. Antes que Hiro pudiera
preguntar dónde están… Liz abrió su boca.
[¿Te
duele en alguna parte?]
[U-Un.
No si hay algo… pero como sea, ¿dónde estamos?]
[Um,
bueno, luego que Hiro se desmayara, tuvimos que bajar la montaña de inmediato…]
Liz
y los otros se detuvieron en una villa cercana para cuidar de Hiro. Sin
embargo, fueron notados por el pequeño país de Baum y fueron rodeados por un
grupo de caballeros. Pero parece que no estaban allí para capturar a Liz y los
otros—
[No
debes acomodarte aquí. Si gustas, ¿Por qué no vas al Templo del Espíritu del
Rey? La Princesa del Santuario de la Doncella quiere verte.]
No
hay rey en el pequeño país de Baum, sino en cambio es representado por una
doncella llamada la Princesa del Santuario de la Doncella.
[¿Nos
escucharás?]
Luego
que se lo dijera el Caballero Comandante, Liz rápido accedió a hacerlo así,
considerando la herida. Es por eso que—
[¡Vamos
por el desayuno! Debes estar hambriento.]
Luego
de terminar su explicación, Liz tomó el brazo de Hiro. Hiro le sonrío sin más
antes de acceder.
[Sí.
¡Vamos a comer—!]
Cuando
se paró, se tambaleó, y Liz le ayudo con su cuerpo.
[¿E-Estás
bien?]
[Hm…
está bien. Acabo de despertar, así que parece que no puedo levantarme de
pronto.]
[Puedes
decirme si es difícil para ti. Necesitas ver a un doctor como se debe, ¿bien?]
Al
decir eso, Liz abrió la puerta del cuarto.
[¡¿Hiyah?!]
[¡¿Uwaa?!]
Los
dos retrocedieron en sorpresa. La razón es que había una mujer que estaba
postrada en frente de ellos.
[Buenos
días. ¿Dormiste bien?]
Su
suave piel, la cual está húmeda y gotea, brilla a la luz del sol, y la esencia
del color del acecho en su extraordinaria belleza realza con poder su encanto.
La refrescante fragancia que emana de ella encaja con su belleza, la cual atrae
el corazón involuntariamente. Mientras usa un kimono blanco y una hakama negra,
ella es…
[Soy
la Princesa de la Doncella del Santuario. Soy la representante del pequeño país
de Baum.]
Cuando
inclinó su cabeza, su azul cabello llegaba hasta el suelo, mostrando sus oídos
que eran inusualmente largos y punteados para un humano. Cuando Hiro la miro de
cerca.
[¿Estás
curiosos por mis oídos?]
[Uh,
bueno… tienen una inusual forma.]
[Fufu,
sí. Debe ser una rara vista para los humanos.]
Tocó
sus propias orejas con risa, sin perder su buen humor. Liz, quien estaba parada
a la par de Hiro, le golpeó en su costado con su codo.
[Ella
es de la raza de orejas largas. Sus características son longevidad, pero lo
envidiable es que todas las personas de la raza de orejas largas son bellos—]
[Y-Ya
veo. Tienes razón; tiene una cara de otro mundo, pero…]
Tú
no eres diferente. No había forma que Hiro pudiera decir tan sensible
línea. La Princesa del Santuario de la Doncella los está observando murmurando
entre sí con una sonrisa.
[Además,
también es muy lista. También se volvió en miembro del personal de mi hermano
mayor, pero eso aún—]
[¡Princesa!
Qué está haciendo aquí— Espera, tú otra vez, ¿huh? ¡Pequeño bastardo!]
[Eh,
eh. ¡No hice nada, sabes!]
El
gran hombre de apariencia de oso, Tris, se acercó con una cara de enojo, pero
su impulso se detuvo a medio andar. La razón de eso es porque la Princesa del
Santuario de la Doncella estaba parado entre él y Hiro.
[Tris-sama.
Por favor calma en el Templo del Espíritu del Rey.]
[U-Umu…
mis disculpas.]
Tris
se puso de rodilla y bajo su cabeza.
[Gracias
por su compresión.]
La
Princesa del Santuario de la Doncella giro su rostro a los dos otra vez y paso
a su lado.
[Entren.
El desayuno ha sido preparado para ustedes. Quizás podamos hablar un rato.]
[Oh
sí. Por favor.]
[Tenía
hambre. ¡Gracias!]
Los
dos siguieron a la Princesa del Santuario de la Doncella mientras les dirigía,
pero…
[N-No
solo una, sino dos veces. Pequeño bastardo, recordaré esto.]
Hiro
sí lo escucho mientras pasaba por Tris, pero lo ignoró y apresuro sus pasos. Ya
que sintió un intento asesino pasar por él, llamó a la Princesa del Santuario
de la Doncella para distraerlo.
[¿A
dónde vamos?]
[El
comedor está en la sección sur. Por favor síganme, no se pierdan.]
El
interior del Templo del Espíritu del Rey está dividido en cuatro secciones
principalmente. La sección del medio es el bautisterio donde el Espíritu del
Rey es adorado— un lugar donde los bebés recién nacidos y primeros visitantes
son invitados al Templo del Espíritu del Rey.
La
sección este es donde las aprendices a doncellas del templo están practicando,
y los exteriores no tienen permitido entrar. La sección oeste está el área
residencial para las aprendices a doncellas— el lugar donde Hiro y Liz usaron
para quedarse. Y la sección sur es un lugar de descanso, donde Tris y los
soldados pasaron la noche. De camino al comedor, la Princesa del Santuario de
la Doncella se detuvo y dio su mirada a Hiro.
[Ya
que recuerdo… Hiro-sama aún no estaba bautizado, ¿verdad?]
[¿Bautismo?]
[¿Hm?
¿No sabías de eso, Hiro?]
No
tenía ningún recuerdo de ser bautizado luego de llegar a este mundo.
[Sí,
no recuerdo ser bautizado…]
[Entonces,
¿Hiro-sama vendrá conmigo para el bautizo?]
[No
se puede evitar. Tienes que asegurarte que le agrades al Espíritu del Rey.]
[Hmph,
espero que ese mocoso sea maldecido.]
La
Princesa del Santuario de la Doncella se giró a Liz.
[Celia
Estreya-sama. Por favor desayune primero. ¿Conoce el camino al comedor?]
[No
te preocupes. He estado aquí unas veces, así que no me perderé.]
[Entonces
procederé a escoltar a Hiro-sama al bautisterio. ¿Está bien?]
[Sí.
Hiro, no hay nada que temer, así que ve y sé bautizado en paz.]
Liz
desapareció en el oscuro pasaje con Tris atrás. La Princesa del Santuario de la
Doncella observó y de pronto tomó la mano de Hiro.
[Ven
aquí. Oh, até nuestras manos juntas para que no nos separemos.]
[¿A-Así
es eso? E-Eso me sorprende.]
Le
dijeron eso con una sonrisa llena de encanto adulto, el corazón de Hiro se
aceleró al punto que sintió como que iba a explotar. Luego de eso, camino en
silencio por el corredor, rodeado por muros blancos por un rato.
Yendo
de lugar a lugar, bajando por el mismo corredor, tanto que es imposible saber
el camino de regreso. Gradualmente se puso más y más oscuro por delante, y el
lugar donde Hiro fue llevado era—
[Estamos
aquí. Este es el bautisterio.]
[…Esto
es.] Hiro estaba sorprendido de ver a la Princesa del Santuario de la Doncella
soltando su mano y desapareció en algún lugar.
Hiro
no estaba seguro de ello— estaba tan abrumado. Luego, el camino se cortó en
seco como si hubiera sido cortado con una espada, y el bosque se extendía más
allá de ello. Los pies de Hiro estaban avanzando inconscientemente. El helado
aire azul estaba flotando, y una fría sensación pasaba por su piel. El cantar
de las aves se esparcía por el aire.
Mientras
caminaba por el bosque, se encontró en un área abierta. Había un manantial
frente a Hiro. Era un brillante manantial rodeado por pilares. Del otro lado,
había dos grandes estatuas de bronce. Una esfera blanca flota entre ellos,
emitiendo una divina luz. Al sentarse y llegar a tocar el agua, había un
susurro en el césped detrás de él. Entonces con un gran golpe, Hiro se volteó.
[Gracias
por tu paciencia. Ahora me gustaría empezar con el bautismo.]
La
Princesa del Santuario de la Doncella parada allí, tenía una piel tan fina y
blanca como la nieva que era visible. Sus pechos eran bastante visibles, y bajo
el borde de su sexy pecho, una delgada cintura. Si uno viera más, la base de
las piernas y la forma entre ellas es visible. El agudo, blanco y deslumbrante
cuerpo femenino frente a los ojos de Hiro. Todo era visible; sería aún mejor si
no estuviera usando nada.
[¿Qué
pasa?]
[Um…
Bueno, ¿Qué es el bautismo?]
[Es
para ser bendecido por el Espíritu del Rey.]
[¿Puedo
hacerlo solo?]
[Este
es un caso especial.]
[¿Qué
es tan especial en ello?]
Trato
de mantener su cara abajo y no mirar, pero podía escuchar el susurro y pasos en
el césped. Podía decir que la Princesa del Santuario de la Doncella estaba
acercándose.
[No
puedo hablar por mí misma. Pero puedo darte una prueba.]
Descubrió
que la Princesa del Santuario de la Doncella se había agachado. Era porque sus
lujosos muslos atraparon los ojos de Hiro. Y entonces una mano fue colocada en
su hombro, y se movía lentamente para tocar la mejilla de Hiro. Quería ver,
pero no podía resistirlo. Él y la Princesa del Santuario de la Doncella se miraron
a tal distancia que sus narices estaban tocándose.
[…Mi
corazón se siente tan a gusto por tu salvo regreso.]
Una
sola lágrima rodo de sus ojos azules a su mejilla, tocando y rozando sus lindos
labios.
[¡Tris!
¡Hiro no estaba allí!]
[Calma.
6ª Princesa, no debe correr por ahí así.]
[¡Pero
no estaba en el bautisterio! Debe haberse perdido…]
[Me
temo que no es posible ya que estaba con la Princesa del Santuario de la
Doncella…]
[Y a
dónde fue entonces… Estoy segura que está llorando.]
Liz
volvió a sentarse en su silla y cubrió su cara con sus manos. Platos vacíos
están yaciendo en la mesa frente a ella. A sus pies está Cerberus, durmiendo
con cara de placer. Sentado a su lado puesto está Tris.
[No
hay forma que un chico de 16 años vaya a llorar. Quizás—]
Se levanto
con esa figura que le llamó la atención.
[Princesa,
parece que está de vuelta.]
[¿Eh?]
Cuando
se dio la vuelta, vio a Hiro en la entrada. Quizás por su bautismo, pero su
expresión está algo más cansada.
[¡Hiro!
¡Por aquí!]
Ella
ondeó su mando y le llamó, y entonces Hiro lanzó su mirada a Liz.
[¡Jesús!
¡Estás tarde!]
Incapaz
de resistir el lento paso de Hiro, Luz corrió a él y tomó su mano y le hizo
sentarse a su lado.
[Hiro,
te ves algo cansado, ¿estuvo duro el bautismo?]
[Sí,
estoy cansado mentalmente.]
[¿En
serio?]
[No
sé a dónde mirar y, he sido tocado en muchas maneras.]
[Bueno,
parece que hay muchas personas hoy aquí. Hiro tiene una cara más bien linda,
así que no es de extrañarse si un viejo se hace ideas equivocadas.]
[¿Huh?
¿Viejo?]
[Eran
hombres viejos, ¿cierto?]
[¿Eh?]
[¿Eh?]
Con
los dos inclinando sus cabezas, una sombra cayó entre ellos.
[—Celia
Estreya-sama. ¿Cómo estuvo su desayuno?]
Cuando
se voltearon, la Princesa del Santuario de la Doncella estaba parado entre
ellos.
[Oh
fue delicioso. Como se esperaba del comedor del Templo del Rey del Espíritu.]
[Me
alegra escucharlo. ¿Le gustaría quedarse otra noche más hoy?]
[Hm.
Es muy tentador, pero tenemos que irnos pronto.]
[Qué
mal. Sé que está ocupada con muchas cosas, pero espero que nos visite otra
vez.]
[Volveré
pronto. Necesito volver a recoger a mis hombres lastimados.]
No
podían llevarse a los soldados lastimados. Porque desde este punto en adelante,
no saben qué pasará. Sería difícil protegerlos y pelear con ellos si una batalla
da pie. Quizás sintiendo los pensamientos de Liz, la Princesa del Santuario de
la Doncella les asistió.
[Eso
es. En ese momento, Hiro-sama también nos visitará. Estaría feliz de hablar
contigo de muchas cosas otra vez.]
[Oh
um, sí. Volveré a visitar…]
[¿Hiro?
Tu cara está roja. ¿Cogiste un resfriado?]
[No,
e-estoy bien, ¿bien?]
[Fufu,
supongo que me iré ahora.]
[Oh
gracias por todo. Nunca lo olvidaré.]
[Es
el deber de un sirviente del Rey del Espíritu ayudar a los necesitados. Si
puedo ser de utilidad, siempre pueden contar conmigo.]
[¡Muchas
gracias!]
[He
preparado unos caballos afuera. Siempre pueden usarlos como gusten.]
Entonces,
mientras doblaba su cintura y se inclinaba, la Princesa del Santuario de la
Doncella se alejaba. Luego de verlo, Liz se sentó en la silla otra vez y vio a
Hiro.
[Hey,
tu cara aún está roja, ¿sabes?]
Hiro
entro en pánico cuando Liz se lo señaló.
[¡N-No,
es solo tu imaginación! ¡Mejor aún, necesitamos adelantarnos!]
[¿Hm?
¿Por qué entras en pánico?]
Liz
tiene un signo de pregunta en su cara mientras Hiro aleja su brazo.
[¡Vamos
al curro!]
La
Princesa del Santuario de la Doncella ha estado mirando su intercambio desde
las sombras por un rato. Cuando Hiro y la espalda de los otros estaba fuera de
la vista, empezó a caminar. Sus pies se dirigieron a la sección norte del
Templo del Rey del Espíritu.
El
área que solo la Princesa del Santuario de la Doncella le era permitido entrar—
el Palacio del Bautismo. Había una esfera brillando allí. La Princesa del
Santuario de la Doncella miro directo a ello. Era una hermosa chica con una
reputación de nunca dejar de sonreír, pero ahora, tenía una expresión que era
rara.
[En
qué estás pensando ahora… ¿Por qué decidiste invocar de vuelta a ese rey
heroico? O padre nuestro, el Rey del Espíritu. Por favor respóndeme.]
Un
raro silencio cayo, como estar al borde del fin del mundo.
[¿Puedes
responderme…?]
Con
un suspiro, la Princesa del Santuario de la Doncella puso su atención a las dos
estatuas detrás de la esfera. Todos quienes vivieron en este mundo saben de los
dos pilares de los 12 Grandes Dioses de Grantz.
Uno
es una estatua de bronce de un chico guapo con una espada incrustada en la
tierra— el rey bravo que fundó el gran imperio, Leon Welt Altius von Grantz.
La
otra es una estatua de un hombre colgando de su cinturón su espada con ambas
manos y llevándola al cielo— el rey heroico que estableció el gran imperio,
Herth Ray Schwartz von Grantz.
[…Su
Majestad Altius, por favor proteja a Su Majestad Schwartz.]
**********
Luego
de dejar Natua, Hiro y el resto del grupo estaban cerca de la frontera del
pequeño país de Baum. Incluso eran menos de 70, el sonido de los caballos
cabalgando en el suelo todos a la vez podía hacer mover el corazón de alguien.
Era Liz, claro, quien estaba dirigiendo el camino. Maniobrando habilidosamente
su caballo, su bello cabello rojo giraba al viento. Hiro estaba tomado de su
cintura con su brazo alrededor de ella.
[Y-Ya
estamos en la frontera, ¿cierto?]
[Sí.
Vamos a ir directo al territorio de Margrave Grinda.]
Tris,
quien estaba yendo con ellos, hizo una mala cara por haber escuchado su
conversación.
[El
grupo de avanzada no ha vuelto. No sabes qué pasa allá. Siendo así, tendremos
que abandonar a nuestros caballos y caminar.]
[¿Aún
crees que la mano de mi hermano ha estado en ello?]
[Es
difícil decirlo con certeza. No queda mal ser precavidos.]
[Entiendo…]
Liz
asistió y miro adelante. El camino entre el pequeño país de Baum y el
territorio de Margrave Grinda era un desierto.
Un
tercio del terreno del territorio de Margrave Grinda es estéril y le falta
agua, y aunque no está claro si esa es la razón, el área cercana a la frontera
del pequeño país de Baum también es seca y cubierta con tierra y polvo.
En una
pequeña colina hecha de arena. Arenisca bajaba de una pendiente. Una tierra
desértica sin árboles o pasto. El grupo abandonó sus caballos en la entrada del
desierto—
[Deberíamos
tener cuidado desde aquí.]
Liz
empezó a caminar por el desierto con sus ojos en los soldados. A ese paso, en
cerca de media hora más, entrarían al territorio de Margrave Grinda. Escondido
detrás de los acantilados sin sospecha, Liz y los otros procedieron con un paso
cauteloso.
[Princesa.
El equipo de avanzada no ha vuelto. Debemos asumir que algo ha pasado.]
[Sí…
puede ser peligroso si seguimos yendo así.]
Liz
concordó con las palabras de Tris y empezó a subir la roca con sus manos. Se
movieron a donde podían ver la frontera. Notando la ansiosa expresión de Hiro,
Liz sonrió para tranquilizarlo.
[Está
bien. Es el territorio de mi tío.]
Era
como si se lo dijera a sí misma. Terminaron subiendo el acantilado donde podían
ver la frontera, y Tris se arrastró al borde. Un rato después, una señal es
enviada a Liz. El hecho que no había vuelto y le llamó para ir, significaba que
algo estaba mal. Liz se acercó a Tris con una dudosa apariencia en su rostro, y
mirando al suelo desde el borde del acantilado—
[¡¿—?!]
Liz
se apresuró a cubrir su boca ya que casi gritaba. La escena extendida frente a
ella era nada más que desesperación. Incapaz de creer en sus propios ojos, Liz froto
sus ojos otra y otra vez. Aunque, el cruel paisaje seguía igual. Lágrimas
salieron de los ojos de Liz.
[Qué
ha pasado…]
En
la entrada del Territorio de Margrave Grinda, diez equipos de avanzada fueron
expuestos como miserables cuerpos. Debieron haber sido torturados, y a todos
ellos les faltaba partes de sus cuerpos.
Detrás
de ellos estaban tres mil soldados equipados. Usaban armaduras de cuero con
trapos cafés alrededor de sus cabezas, exponiendo sus brazos y hombros.
Colgando de sus cinturas estaba una guadaña con una lanza con un escudo oval
incrustado en el suelo.
El
viento que soplaba en el desierto hizo que la bandera de la cresta del tigre
ondee en el suele café, apoyado en la parte superior.
[Parece
como que es el Principado de Lichtine, ¿huh?]
Tris
retorció su rostro en amargura y añadió. [Los lobos hambrientos del desierto,
el Principado de Lichtine— un estado nada más que brutal e inhumano. Las
personas de un país hostil solo tienen dos opciones: volverse esclavos o ser
asesinados. Es por eso que es un país donde la esclavitud aún existe.]
[Sé
eso sin que me lo digan. Pero ¿por qué los soldados de Lichtine están aquí?]
Había
estado bajo la influencia del Imperio Grantz por varios años, e incluso no
había habido una pelea en las últimas décadas. La razón para esto era la
esclavitud.
El
Gran Imperio había abolido la esclavitud, así que no podían redimir a los
oficiales de países hostiles que habían capturado en guerra o vendérselos a su
gente en Lichtine. Lo que es en las líneas de batalla, el Gran Imperio de
Grantz era un favorito y, sobre todo, tan poderosos como para ser engañados
para atacar. Debieron pensar así.
[Ya
que han desplegado sus fuerzas aquí, su objetivo debe ser la princesa, 9/10 de
seguro.]
Tris
les dio una feroz mirada a las fuerzas enemigas.
[El
cómo saben que la princesa está pasando aquí es un misterio. Por ahora,
volvamos al pequeño país de Baum.]
[No.
No podemos involucrar a la Princesa del Santuario de la Doncella.]
[No
creo que atacarían al pequeño país de Baum. Si lo hacen, incurrirán en la ira
de muchas naciones.]
[Esta
es una invasión a un territorio noble. Es más, es contra del Gran Imperio. No
creo que esas personas dudarían en destruir el Templo del Rey del Espíritu.]
[Eso
es…]
Liz
abrió su boca mientras Tris murmuraba eso a su lado.
[Deberíamos
hacernos nuestro camino aquí y unirnos a mi tío.]
[Si
están aquí, significa que han violado el Fuerte Berg.]
Llegados
a ese punto, tendrían que pasar el Fuerte Berg y entonces el Fuerte Alt en ese
orden. Considerando el hecho que las fuerzas enemigas sean encerradas en ese
lugar, hay una gran posibilidad que puedan caer.
[Y
no pueden quedarse en el territorio del imperio para siempre. Siendo así, la
Cuarta Armada Imperial debería llegar a rescatarnos.]
[Si
no aparecen, arrasarán las villas aledañas. Incluso pueden invadir el pequeño
país de Baum.]
Imaginando
un futuro donde las villas y ciudades son quemadas, y las personas son
invadidas, Liz, quien apretó su puño y lo golpeó al suelo, miro a la armada del
enemigo debajo de ella.
[No
puedo soportar la idea de personas inocentes siendo heridas por mí.]
[No
podemos ganar. Si algo fuera a pasarle, Su Majestad—]
[Es
el papel de la familia real pelear por su gente. No importa las
circunstancias.]
[¿…No
se rendirá?]
[Claro
que no. Soy la 6ª Princesa del Imperio de Grantz.]
[…Bueno,
no más. Iré contigo entonces.]
[Cuento
contigo.]
Dejando
la conversación, los dos se unieron a sus hombres quienes estaban ocultándose
detrás de las rocas cercanas. Parándose, Liz olvidó limpiar el polvo y lo
primero era acercarse a Hiro.
[Estamos
por tener una fiera batalla. Hiro, vuelve al pequeño país de Baum.]
[¿Eh?]
[Hiro
será una carga desde ahora, así que… Sería lo mejor para ti si no te quedas con
nosotros.]
[No,
pelearé contigo.]
La
resolución de Hiro parecía ser firme. Nunca había experimentado la guerra
antes. De hecho, cuando bajo su mirada, sus piernas estaban temblando del
miedo.
[No,
no puedo. Hiro, vuelve de donde viniste y huye.]
Liz
le arrojo todos sus sentimientos personales y lo evitó, pero Hiro al momento
estuvo asustado, pero siguió.
[¿No
te ayude con el ogro? Esa vez—]
Sintiendo
la amabilidad de Hiro, la expresión de Liz estaba llena de deleite, pero fue
remplazada por confusión, lo que pronto se volvió en determinación.
[Seré
honesta contigo. Me distraigo cuando Hiro está cerca. Así que no quiero que me
sigas.]
Escuchando
eso, el cuerpo de Hiro está temblando como si un objeto pesado lo hubiera retenido.
Aunque, Hiro apretó sus puños y dio un paso atrás. Debe haber muchas cosas que
quiera decir, pero nada se le viene a la cabeza, y está tratando
desesperadamente de decir algunas palabras. Sintiendo el afecto de Hiro, Liz
puso su mano en su mejilla.
[Está
bien. Realmente estaré bien… Te veré más luego.]
Como
si lo protegiera, Liz dijo esas palabras con bastante gentileza.
[Gracias…
por venir conmigo.]
Si
hablará algo más, seguramente desearía que se quedará con él. Liz tomó las
mejillas de Hiro como si estuviera arrepintiéndose de perder la vida y—
[El
viaje se acaba aquí. Ha sido muy divertido.]
Ella
dijo su despedida.
____________________________
[¿Estás
segura que esa fue la forma correcta de decir adiós así?]
Tris
pregunto en una voz gentil.
[Sí,
será una dura pelea. No hay necesidad de involucrar a Hiro en ello.]
El
chico era un santurrón no importa qué tan lejos fuera, y si Liz se lo hubiera
dicho, él habría de pelear hasta el final. Es por eso que quería que viviera.
Esa amabilidad no es algo que puedas andar dando por aquí.
[¡Vienen!]
Cuando
Liz gritó a la negra masa flotando en el cielo, tiñendo el cielo como una
neblina de nubes. La forma en que cae con fuerza mientras dibuja una línea
parabólica es como un torrencial aguacero.
[¡Agáchense
y suban sus escudos!]
[¡Sí!]
Al
instante, cientos de flechas cayeron al suelo— un rugiente sonido domino el
campo de batalla como si un gran número de bloques de hielo hubieran caído.
Cuando el sonido salió, un gran número de flechas perforaron los escudos de la
infantería pesada armada.
[¡Hagan
un muro!]
Liz dio
instrucciones. Es tan grande como para seis adultos pasar hombro a hombro por
la infantería armada estancando sus escudos y preparándose por el ataque
enemigo del frente.
El
lugar que Liz y los otros escogieron para la batalla era una estrecha banda de
tierra entre los acantilados de ambos lados.
— La
primera cosa es hacer uso de las ventajas del terreno para superar la desventaja
de número. Incluso si hay unos 3000, no pueden derrotar a los acantilados para
avanzar.
Por
ello, naturalmente se volverá una batalla entre un pequeño número de personas.
Liz lanzó una lanza al enemigo aproximándose.
[¡Goahh!]
Aunque
golpeara al objetivo, un nuevo enemigo está aproximándose.
[¡Arqueros!
¡Disparen!]
Tan
pronto como el Emperador de las Llamas fue movido verticalmente, muchas flechas
pasaron por sobre su cabeza desde atrás. Las flechas disparadas a rango cercano
golpearon a solo uno de ellos.
El
frente de línea del enemigo había caído a la destrucción, impidiendo su
progreso y causando que los soldados enemigos en la línea trasera cayeran. Sin
embargo, al pisarlos, los soldados enemigos no perdieron su impulso mientras
avanzaban.
[¡Wooooo!]
Un
aire de rugido sacudió sus tímpanos.
[¡Princesa!
¡Hágase atrás!]
La
infantería pesada armada apretaba sus dientes mientras forzaban sus brazos. Un
cambio en la dirección del viento causo que el polvo envolviera a la infantería
pesada. Un momento después, un golpe— el sonido de una colisión pudo
escucharse, y al mismo tiempo, el sonido del metal golpeando entre sí pudo
escucharse también.
[¡Hah!]
Alejando
el polvo por la presión del viento, Liz lanzó al Emperador de las Llamas.
Sintiendo la respuesta, Liz lo saco y movió al otro lado. Mientras sintiendo la
presencia del enemigo, Liz ataco sin pausa.
Cuando
el vendaval de viento golpeo por el muro y limpio la visión, los alrededores de
Liz están llenos de cuerpos muertos. A una corta distancia, allí está Tris,
quien golpeo al enemigo con su lanza.
[¡Princesa!
¡No se aleje! ¡Vuelva!]
[¡Aún
no! ¡Me encargaré del enemigo aquí tanto como pueda!]
El
enemigo llego a Liz mientras iban bajando por el estrecho pasaje.
[¡Uraaah!]
[No
hay forma que ese ataque pueda darme.]
[¡Gobuuuh!]
Ella
pudo cortar el ataque de los soldados con su sola espada.
[¡Guraaahh!]
[¡Guraaah!]
Cerberus
saltó y cortó el cuello de los soldados enemigos con sus dientes. Saltó a los
soldados enemigos uno tras otro, cazando sus vidas. El pelaje blanco de
Cerberus se tornó rojo en nada. Liz uso su pierna derecha mientras un eje mueve
el Emperador de las Llamas a su izquierda.
[¡Phew!]
Ella
cortó el brazo de uno de los enemigos que estaba tratando de ir tras ella.
[¡Agaaaahh!]
Ignorando
a los enclenques que gritaban, apuñalo al enemigo al borde de su visión y lo mató.
Aprovecho el impulso y retorció su cuerpo, dejando la cabeza del enemigo a su
izquierda.
[¡Agouuuhh!]
Finalmente,
cortó la cabeza de un debilucho que había perdido un brazo.
[Voy
a comprarles algo de tiempo.]
Una
masa de llamas fue sacada de la Espada Roja y explotó como si fuera a engullir
el área.
[¡Hyii,
retirada!]
Al
momento de ser presionada por las estrechas líneas largas no iba a detenerse
tan fácilmente. La mayoría de los enemigos decapitados fueron quemados a morir,
y el olor de la quemazón empezó a pasar por el campo de batalla. Liz corrió y
cortó y decapitó a los divididos enemigos que estaban entre ella y sus aliados.
Por el tiempo que se unió a Tris, el camino de cadáveres se había creado.
[¡Princesa!
¿Está herida?]
[Estoy
bien. Aún hay muchos enemigos allí afuera. Necesitamos estar listos para los
siguientes.]
Con
poco más para pensar, Liz no puedo evitar pensar en Hiro. Fue un terrible
adiós. Cuando pensó en la agonizante cara de Hiro, se llenó de arrepentimiento.
Si pudiera verlo otra vez, se inclinaría a él sinceramente y le pediría su
perdón. Pero no hay punto en reflexionar en eso antes que la batalla acabe.
La
batalla solo acaba de iniciar…
Liz
chasqueo y palmeo la cabeza de Cerberus. Decidió preocuparse en si podía
sobrevivir apropiadamente.
[¡El
enemigo se está acercando!]
[¡Vayamos
a patear sus traseros! ¡Arqueros fuego! ¡Infantería pesada avancen!]
La
primera fila de infantería pesada se movió con sus escudos listos sin brechas
entre ellos, bajo la cubierta de los arqueros. Los rostros de los soldados
enemigos en frente de ellos todos tenían apariencia de atónitos, pero no se les
permitió detenerse. Porque si se detuvieran, serían atrapados por los alineados
enemigos detrás de ellos.
Tan
pronto los dos lados chocaron, la infantería pesado lo retuvo, pero las fuerzas
enemigas siguieron. Las puntas de las lanzas salían de la brecha entre los
escudos, y la infantería pesada se detenía por el peso de los soldados enemigos
caídos. Entre tanto, la segunda línea de la infantería pesada estaba esperando
en las cercanías para unírseles.
[¡Vamos
a darles marcha atrás!]
No
hay mayor inspiración que un comandante peleando en la línea de frente. De
hecho, no hay miedo en la cara de los soldados, solo una voluntad de defender a
su Señor. A pesar de la desventaja numérica, el entusiasmo le gano al miedo.
Desde el punto de vista del enemigo, no hay nada más problemático que esto, y
los soldados enemigos son fáciles de matar. Sin embargo, lo que da miedo es
llegar al momento en que no puedan reconocer a sus alrededores.
[…No
jodas.]
Liz lo
notó y murmuró mientras miraba al cielo. Su cara estaba pálida. Quizás por el
momento, la infantería ligera empezó a moverse, dejando a su Señor atrás.
[¡Princesa,
está herida en alguna parte!]
[¡Tris!
¡Arriba!]
La
voz era un grito inquietante que parecía un llanto.
[¡De
prisa, escudos! ¡Cerberus, por aquí!]
Ella
abrazó a Cerberus con su mano izquierda y ondeó su brazo derecho a sus aliados
en señal, pero ya era muy tarde. La infantería ligera miró al cielo en un chaz;
sus pensamientos se detuvieron.
Unos
momentos luego, un puño de puntas de flechas llenó el cielo y volaban juntas.
Los ataques del enemigo, los cuales incluso involucraron a sus aliados,
hicieron la batalla caótica. Las flechas que llenaron el suelo y el pequeño
montaje de agujas que dotaba el suelo en lugares que apenas se podía discernir si
eran personas, era imposible decir si eran enemigos o amigos.
El
hecho que ni una solo persona se moviera significa que la unidad de infantería
ligera pudo fingir haber sido eliminada.
[¡Princesa,
¿está bien?!]
Unas
cuantas flechas se clavaron en la espalda de Tris, pero por el movimiento, no
parece haber llegado a una herida fatal. La situación de la batalla ha cambiado
completamente, y la infantería pesada que ha entendido la situación actual está
en un estado fatal.
Tris
abrió su boca como si estuviera tratando de conseguir algo de vida en ellos.
[¡La
infantería pesada debe reagruparse de inmediato! ¡Refuercen la entrada y
contengan el avance del enemigo!]
[¡Haa!]
Se
le olvidó el dolor de sus propias heridas mientras dejaba las instrucciones y
corría a Liz.
[Eso
nos cogió con la guardia baja…]
La
cara de Liz se retuerce del dolor, y sacó la flecha metida en su brazo
izquierdo con su mano derecha y la lanzó lejos. Mientras Cerberus lucía ansioso
al fluir de la sangre, Liz le palmeo en la cabeza para protegerle. Un número de
armada pesada pasó luego de ellos y rápidamente construyeron un muro de acero
en la línea frontal.
[Tenemos
que ir por ellos de inmediato…]
[Solo
átalo, y estará bien. Prefiero ver el daño…]
[Se
lo dejaré a otros.]
[¡Capitán
Tris!]
Uno
de los de la infantería pesada interrumpió al viejo soldado que estaba cerca de
regañar a Liz. Tris se dio la vuelta en forma de enojo al estar acercándose en
tal emergencia.
[¡¿Qué
es eso?!]
[¡Hay
un cambio en el movimiento del enemigo!]
Una
vena apareció en la frente de Tris al reportar el objetivo.
[¡Necesitas
hacer un reporte apropiado!]
[P-Pero…
¡Mira eso!]
El
soldado señaló a la incompresible escena. Dos ciento o más soldados Imperiales
se alinearon en una línea, sus brazos atados alrededor de sus espaldas. Un
hombre entre las fuerzas enemigas se detuvo por la brecha.
[Mi
nombre es Vile Narmel Lichtine, y tengo algo interesante que mostrarles…]
[Qué
irá a hacer…]
El
hombre dibujo un arco que sostenía en su cintura y colocó su pie en el hombro
del soldado Imperial, forzándolo a inclinar su cabeza con todas sus fuerzas. De
inmediato, una espada fue movida, y la cabeza del soldado Imperial salió
volando. El hombre golpeo el sangrentado cuerpo y entonces movió su mirada a
Liz con una sonrisa en su boca.
[¡Oh
6ª Princesa! Si estás dispuesta a rendirte de inmediato, detendré la ejecución.
Si aún continúas resistiéndote, les cortaré las cabezas a todos los soldados
Imperiales aquí.]
[¡Tienes
que estar bromeando!]
La
cara de Tris se encendió con enojo. Liz oyó en silencio, luciendo como si fuera
a llorar.
[Igual
no me importa. Como sea, vas a ser capturada, sabes. Y serás una esclava. ¡No
vivirás sola! ¡Cuidaré de ti cada día! ¡Todos los días!]
Como
una operación, las cabezas de los soldados Imperiales eran rebanadas con
indiferencia. Era un espectáculo de fuerza para hacerles perder la voluntad de
luchar.
[¡Vamos,
toma tu decisión! ¡Sexta Princesa, Celia Estreya!]
La sangrienta
espada brilló a la luz del sol.
____________________________
Hiro
se sentó solo en una roca y miro al suelo. La única cosa que pasaba por su
mente era su propia insuficiencia en ser tan lamentable.
¿Por
qué vino a este mundo, y por qué no tiene poder? Pero con la habilidad de solo
ser capaz de ver bien, no puede siquiera luchar por ella.
¿Para
qué vine aquí…?
Su
triste sonrisa apareció en su mente. Deseo que le pidiera luchar con ella.
Incluso si es una batalla que no puede ser ganada, no ha sido capaz de pagar la
deuda de gratitud por el cuidado que recibió en este mundo.
Pero…
si se torna en una lucha, estoy seguro que no será capaz de soportarlo.
Todo
está bien, pero Liz, la que protegió a Hiro, podía lastimarse.
Luego
de sacudir su cabeza, Hiro miro al cielo. La fuerte luz del sol brillo en la
seca tierra. La oscura brisa evoco irritación y le hizo sentir algo
indescriptiblemente mal.
¿Qué
debería hacer ahora…?
Dejo
la roca y se dio la vuelta a ver los remanentes, y allí está ella al final de
ese camino. Por ahora, la batalla habría empezado. Tres mil en números, contra
menos de cien, es inútil. Pero Liz es fuerte. Incluso para su inexperto ojo, es
por eso. Por favor ayúdala a reunirse con Margrave Grinda a salvo, Hiro le oro
al Espíritu del Rey.
[…Vamos.]
Cerró
sus ojos como si descartara su amor no correspondido y trato de irse
rápidamente. Sin embargo, de inmediato se detuvo.
¿Qué…?
¿Personas?
El
sonido de muchas pisadas podía escucharse, pero eran las voces que eran
llevadas por el viento. Se escondió tras una roca, y entonces vio un grupo
familiar de personas saliendo de una brecha en un acantilado.
[¿Es
justo allí?]
[Sí,
en esta área está el pequeño país de Baum. Si seguimos yendo al sur por la
frontera, deberíamos poder llegar detrás de la Sexta Princesa.]
[¿Hay
una villa por aquí?]
[Solo
sé paciente.]
[Le
cogimos pelea al Imperio. Es inútil para mí a menos que pueda conseguir tres
esclavos.]
Aunque
no podía seguir el rastro del número, un gran número de soldados estaban
saliendo de las sombras. Son soldados del Principado de Lichtine. Todos los
hombres tienen cuerpos bien entrenados, sin vergüenza exponiendo su morena piel
mientras procedían por el camino del que Hiro venía con una mala cara.
[Luego
de capturar a la Sexta Princesa, todo lo que queda es quemar las villas
cercanas. A pasarla de posta.]
[La
Sexta Princesa… ¿sería alguien que se enoje conmigo si la molesto?]
[Bueno,
estoy seguro que solo te quitarán la cabeza.]
[Espero
que valga la pena.]
Gyaha,
las personas avanzando con risas vulgares, hicieron que Hiro sintiera enojo y
por voluntad saltara desde atrás de las rocas. La vista del chico apareciendo
de pronto hizo que los soldados enemigos se sentarán, pero de inmediato
levantaron su guardia. ¿Cuál es el miedo infundado al chico que apareció
mientras les temblaban sus piernas del miedo?
[…Un
chico perdido, ¿huh?]
[Un
chico, ¿huh? Solo es una mujer.]
El
vulgar soldado dejo caer sus hombros en consternación. Pero pusieron sus manos
en sus barbillas y miraron a Hiro con una mirada nerviosa.
[Pero
se luce muy bien. Estoy seguro que se venderá bien. ¿Debemos atraparlo?]
[No,
solo se meterá en el camino. Solo mátalo.]
Sería
problemático si lo reporta el pequeño país de Baum. Los serios soldados
murmuraron y sacaron sus espadas. Pero el vulgar soldado extendió su brazo para
detener a los soldados.
[Espera,
espera, me ocuparé de ello.]
[No
pierdas nuestro tiempo.]
[Sí,
sí, bueno, yo haré el trabajo, y ustedes pueden observar. ¿O quieren apostar?]
De
inmediato, una dichosa voz llego de los soldados en el fondo.
[No
hay mucho para apostar.]
[El
chico está muerto. Salgamos de aquí.]
[No
perdamos mucho tiempo en ello. Su Excelencia te matará.]
[Lo
sé. Solo dame un segundo.]
El
vulgar hombre tomó el hombro de Hiro con su mano izquierda. Clavó su lanza en
su mano derecha en el suelo y en lugar de sacar la guadaña y presionarla con
fuerza contra el cuello de Hiro.
[¿Tienes
tanto miedo para hablar? No te preocupes; no lastima. Te daré un corte fino en
tu nuca.]
El
brazo derecho del hombre vulgar se extendió. Estaba por rebanarlo desde la
distancia con gran vigor. El cuerpo de Hiro estaba temblando del miedo. La
sonrisa del hombre se profundizo mientras imaginaba que tipo de grito
escucharía, pero—
[Lo
siento…]
Hiro
murmuro.
[Es
muy tarde para rogar por tu vida ahora.]
El
hombre palmeó los hombros de Hiro como para reconfortarlo y trató de sacudirlo
con todas sus fuerzas.
—
Pero el brazo no se movió. Con una dudosa cara, el hombre miró al lugar donde
su brazo había estado. Por fin notó que lo había perdido desde el inicio de su
hombro derecho.
[¡¿Ah?!
¿Q-Qué? ¡Udeaaaghhh!]
Puso
su mano remanente en sí como si tratara de detener la sangre que se había salido.
Sin embargo, la sangre salía de entre sus dedos y no se detuvo.
[¡¿Aaaagaaahhh?!]
El
hombre sufriendo por el severo dolor rodo en el suelo. Y había alguien quien
miró en despreció con ojos fríos.
—
Era Hiro.
En
su mano, el brazo arrancado del hombro del hombre fue apretado. La base del
brazo— con sangre cayendo al suelo estaba siendo succionada por el suelo.
[Ah.]
Hiro
ciertamente lo escuchó dentro de sí.
[Ya
veo…]
El
terrible sonido de algo rompiéndose resonó dentro de su cuerpo. Nunca volverá a
la forma que era. Debió de haber estado completamente roto.
[Yo…]
La
sensación de claridad en algún lugar de su cabeza le refresco. Hiro luego saco
la lanza que perforó la tierra.
[¡Maldito
chico!]
Perforó
el pecho del enemigo acercándose. Le robó la espada de la cintura de su enemigo
mientras estaba por caer.
[¡Oraa—!]
Le
cortó la cabeza al siguiente enemigo. Puede sentir el poder expandiéndose por
cada rincón de su cuerpo.
[¿Qué
carajos están haciendo? ¡Rodéenlo!]
Asesino
a otro enemigo y tomó la lanza y la clavó a un costado. Las cabezas de tres
soldados enemigos volaron por el aire. El muro que estaba suprimiendo el cuerpo
del chico por completo ha desaparecido. Pudo sentir su cabeza más clara. Pudo
sentir su cuerpo volviéndose más y más ligero. Pudo sentir sus cinco sentidos
ser más afilados. El chico— se dio cuenta que su anterior yo había vuelto. Como
si lo confirmara, apretó sus manos, dos o tres veces.
[…]
No
hay emoción flotando en los ojos del abismo; solo hay la nada.
Solo
oscuridad.
Solo
profundidad.
Solo
frío.
—
Las cortinas de la matanza se han levantado.
*************
¿Qué fue mal?
¿Qué hice mal?
La
cabeza del hombre se fundió solo con esas palabras. Hubo tiempo de sombro hace
un rato, pero tal cosa no hay ahora. Todo lo que podían hacer ahora era escapar
del enemigo que les perseguía desde atrás.
Solía
ser un esclavo, pero fue liberado por el desarrollo de sus propias habilidades
al avanzar su conocimiento. Su vida finalmente estaba empezando a volver al
ruedo, pero había encontrado algunas cosas desagradables.
Además,
¿dónde están todos esos amigos que estaban con él?
Habrá
unos 500. ¿Qué diablos está pasado?
500
hombres asesinados por un solo oponente sin más que una sola espada. Si esto no
es un sueño, entonces el único monstruo que podía hacer cosa es un ser
espiritual. De pronto, el hombre se detuvo luego de llegar a ese pensamiento.
¿Podía
ser que era ese tipo de espíritu…?
Escondido
tras una roca para recuperar su aliento. Luego de eso, probablemente se dirigió
a reportar a su comandante. Vigilando sus alrededores, Karelis decidió aclarar
su cabeza con su respiración.
Eso
es. Si no fuera por los espíritus, no hay forma que Dagner hubiera muerto en
tal antinatural forma.
Le
hizo estremecerse por recordarlo ahora. Antes que pudieran marchar, un chico
apareció, y el brazo de Dagner fue arrancado mientras trataba de eliminarlo.
Desde allí, la imparable matanza empezó. Todo quien lo confrontaba era
asesinado, y esos que huían eran decapitados desde atrás. No hay emoción en la
cara del chico mientras mataba gente tan fácilmente. El recuerdo de la cara del
chico hizo que su cuerpo temblara del miedo.
Cómo
pasó esto… Debió haber sido un trabajo fácil. ¡Solo tenía que ir tras la Sexta
Princesa!
Ni
siquiera está frío, pero su cuerpo se está agitando, y sus dientes se golpean
entre sí. Ni un sonido debía hacerse. El chico lo notará. Karelis presionó su
boca. Hay una grieta— y un sonido de la roca salió. Cuando Karelis cerro sus
ojos, un sombrío viento acaricia su mejilla. El miedo era tan grande que casi
lo volvió loco.
No
quiero morir. No quiero morir. No quiero morir. No quiero morir.
Pero—
la desesperación no se le escapo.
[…Te
ofrezco dos opciones. Tomar tu propia vida, o dejarme tomar tu vida.]
[¡Hyii,
p-por favor, perdóname! No sé lo que hice, pero fue mi culpa. ¡Así que por
favor déjame ir!]
El
chico miro a Karelis, quien bajo su cabeza, con ojos inorgánicos.
[Por
favor. ¿Qué hice para merecer esto? ¡No hice nada! He perdido a mis amigos,
¿qué más quieres que haga—? ¡¿Gahh?!]
Karelis
fue tomado por el cuello y levantado. El corazón de Karelis cedió por completo
a este punto, ya que no sabía qué tipo de poder tenía los delgados brazos de
Hiro.
[¡Por
favor, no hice nada! ¡Por favor no me mates! ¡Aún no quiero morir!]
[Aún
no has hecho nada. Pero puedes hacer algo si te dejo ir. Es mejor morir.
Alguien puede lastimarse por dejarte ir. Y no puedo soportarlo.]
[Q-Qué
con eso… ¡Es por eso que los estás matando! ¿Realmente crees que eres un Dios?]
[Sí…
supongo que ahora soy un Dios.]
[Ogooh—
¡¿Pubuh?!]
Una
reluciente espada le cruzo el pecho y escurrió sangre de su boca. Mientras la
consciencia de Karelis se desvanecía, recordó una vieja historia. Era una historia
común que los padres le leían a sus hijos que se quedaban hasta tarde.
Cuando
se quedaban hasta tarde—
— La
Interminable Desesperación viene para tomarte.
____________________________
Un hombre con su
parte alta expuesta y su parte baja vestida en seda llamativa con ornamentación
dorada y plateada. Era de piel morena como los otros soldados, pero su
bendecido cuerpo y la atmósfera que exudaba lo alejaba del resto.
Vile Narmel
Lichtine.
El tercer hijo
del principado, era el comandante de un destacamento de la armada del
Principado de Lichtine. Su mirada se fijó en la princesa de cabello rojo
fisgoneando entre los acantilados.
[Eres bastante
terco, ¿no? Eso es intrigante.]
Detrás de él,
dos cientos soldados Imperiales que estaban alineados con ambas rodillas en el
suelo. Vile dijo mientras cortaba las cabezas de unos sin pensarlo un segundo.
[Bien, es
suficiente. Maten a todos. Y trae a ese chico a mí.]
Los soldados
del Imperio no pudieron resistir, fueron apuñalados en el pecho, sus gargantas
fueron arrancadas, y todos sus cuerpos fueron cortados, dejando solo a uno de
ellos para ser asesinado. La sangre saliendo de los cuerpos humedeció la tierra
seca.
Y un hombre con
una gran cicatriz en su mejilla fue llevado frente a Vile.
[¡Dios!]
Una voz que
parecía el grito de una chica de cabello rojo se escuchó. La cara de Vile se
deformo de diversión.
[Kuku, haha,
aah… ¡Bueno! ¿No es esa una maravillosa voz? ¡Por fin estás de ruidoso!]
Se paró en la
cabeza de Dios, quien apretó sus dientes en frustración.
[Por la cara de
pánico… parece que eres un miembro de los ayudantes de la Sexta Princesa o
así.]
Un hombre que mostró
una orden de peso de magnitud más grande que otros soldados del Imperio cuando
atacaron el Fuerte Alto. Está bendecido con una buena fuerza física, y el hecho
que fuera capturado con vida, pensando que su esclavitud duraría por mucho
tiempo, probo ser un éxito.
[Parece que he
sido suertudo.] Dijo Vile.
[Finalmente voy
a poder capturar a laSexta Princesa, gracias a ti. Qué, no te preocupes. ¡Me
ocuparé de ella frente a ti!]
[¡Gahah!]
Luego de patear
a Dios en la cara, Vile alzo su voz a la chica pelirroja.
[¡Si quieres
que este hombre vuelva a salvo, entonces debes rendirte sin más!]
Aunque no podía
ver la expresión de la Sexta Princesa, viendo que estaba siendo detenida por un
soldado, estaba seguro que ella estaba de mal genio. Un empuje más… pesando en
eso, Vile movió su espada al hombro de Dios.
[¡¿Uguh?!]
El brazo que
fue cortado fluyo en lo alto del cielo y cayó al suelo mientras giraba.
[¡Goooohh!]
Dios lo
soportó, apretando sus dientes. Había perdido su brazo; el dolor pudo haberlo
noqueado de un solo. Sangre fresca salía como una vigorosa corriente, y Vile le
hizo una señal a su hombre.
[¡Detén el
sangrado!]
[¡Ha!]
De inmediato,
su hombre saco un trapo y lo envolvió alrededor del hombro de Dios. Apuñaló el
brazo caído con su espada y lo movió con vigor, lanzándolo a los pies de la
chica pelirroja.
[Oh, Sexta Princesa.
¡Si no lo trata rápidamente, tu precioso subordinado morirá! ¡Hahaha!]
Ahora, atacar,
rendirse, o lo que sea que quiera hacer, lo hará. La imagen de la Sexta
Princesa llorando estaba flotando en la mente de Vile. Solo imaginarlo era
suficiente para hacerle pasar el placer por él.
La torturaré,
violaré, la trataré como basura. Dejaré que todo el Imperio la vea llorar y
gritar, Vile pensó.
Vile no podía
contener su risa mientras imaginaba ese futuro cercano. Aunque no duro mucho—
[¡Su Majestad
Celia Estreya Elizabeth von Grantz!]
Dios gritó.
[¿Hm?]
Vile miro a
Dios con una cara de duda.
[¡Siga
luchando! ¡Incluso si muero, mi alma está contigo, junto al Gran Imperio de
Grantz! ¡Haga sus sueños realidad! ¡Realice el gran sueño del que una vez hablo
hacer!]
[¿De qué estás
hablando?]
[¡Si ese sueño
se hace realidad, entonces ceda mi alma a los Doce Dioses de Grantz!]
[¡Cierra la
boca!]
[¡Gunuhh!]
Uno de los
hombres de Vile pateó a Dios en la cara, pero siquiera se movió un poco. Vile apartó
la mirada, presionado por la dureza de los ojos de Dios. Luego de escupir un
poco de sangre, Dios continúo.
[¡El camino en
el que está es difícil, y muchas dificultades serán encontradas! ¡Pero nunca se
detenga! ¡Vaya más allá de los cuerpos! ¡Debe seguir adelante en el Camino
Alto!]
[¡Deja de
hablar!]
[¡Ugaah!]
Dios fue
pateado en el hombro donde perdió su brazo, y cayó al suelo. Vile, quien estaba
mirándolo del enojo, de inmediato regreso su atención a la Sexta Princesa. Ella
estaba por desaparecer en el otro lado del muro de hierro.
[¡Espera! ¡¿No
te importa lo que le pase a este tipo?!]
De prisa agarró
el cabello de Dios e hizo que lo viera. Pero la espalda de Liz ahora está
escondida detrás del acantilado.
[Kuku, eso es
mucho. Solo date prisa y mátame. Miladi nunca será tu esclava.]
[…Ya veo.
Entonces te humillaré hasta arrancártela con todo mi poder.]
Aplastó la cara
de Dios en el suelo y se paró en él con sus tacones repetitivamente con vigor.
Continúo moviendo sin piedad sus tacones en Dios, quien siquiera grito, como si
sacara su frustración.
[Hmph, puedes
sentarte y ver a tu princesa ser contaminada en el después de la vida.]
Cuando Dios
dejo de temblar, Vile cortó su nuca y lo lazo a los pies del hombre.
[Tenlo
expuesto. Exponlo así todos podrán verlo mejor.]
Sin siquiera
una mirada a su cabeza, como si hubiera perdido interés, Vile levantó su
sangrienta espada y gritó con fuerza en el campo de batalla.
[¡Todas las
tropas, a la carga!]
*************
[¡Vengaremos a
todos! ¡Protejan a la princesa a toda costa!]
La voz enojada
de Tris resonó por los acantilados. La infantería pesada en silencio golpeó a
sus escudos. Los arqueros lanzaron sus flechas y detuvieron al enemigo de
siquiera respirar bajo esas instrucciones. Siendo más, estaba la figura de Liz
con su cara hacia abajo. Sus párpados estaban rojos, hinchados y dolían. No
había señal de la chica que estaba llena de energía.
Hiro…
Ella piensa en
el chico con la cara más amable. Probablemente no tiene idea de cuán
tranquilizadora su presencia había sido en este viaje. El desconocido chico que
la siguió incluso sin saber lo que iba a pasar.
El chico de
buen corazón que se quedó con ella hasta el fin del viaje, sin nunca expresar
debilidad. Cuando dijo que pelearía con ella, casi lo abraza de la felicidad.
Quería
disculparme…
No queda más
energía para pelear. Ella ya no podía soportar el pensamiento de alguien más
muriendo. Solo unos cuantos soldados privados quienes la acompañaron en su
viaje habían sobrevivido. Eso sería borrado en menos de un segundo.
Hiro… estoy tan
cansada.
Sostuvo sus
rodillas y hundió su cara entre ellas, rechazando al mundo. La chica, cuyas
lágrimas ya se han secado, cerro sus ojos mientras se quedaba dormida. Su consciencia
llego a las profundidades que ni le importo el ruido del campo de batalla.
Por eso, no lo
noto.
— El cambio en
la situación de la guerra.
La brillante
luz del sol baño la tierra en el desierto con fuerza, y entre el polvo mezclado
con el calor y la sangre del campo de batalla, un terrón de la más profunda
oscuridad cayó al suelo como una gota de agua.
Cayó desde el
cielo y con éxito abriendo la distancia entre ambos lados. Todos dejaron de
pelear y miraron a ello con caras curiosas.
Negro y
brilloso cabello como laca está danzando en el viento. Los ojos estaban llenos
con una fría razón y emitieron una clara luz negra. El chico, usando ropa que
parecía rencarnar la oscuridad, en silencio atrapó al enemigo.
[…]
El chico
levemente movió la espada de blanco plateado en su mano. Una gentil briza paso
por las fuerzas enemigas. Un momento después— una salpicadura de sangre se alzó
de varios soldados.
No tomo mucho
tiempo que ello cubriera todo su campo de vista. Los soldados enemigos que han
sido manchados con la sangre de sus compañeros están llenos de preguntas. Sus
cerebros parecen haber dejado de pensar, incapaces de entender al ver a sus
compañeros caídos.
No tienen idea
de por qué la sangre ha caído en ellos o qué ha pasado. El tiempo en el campo
de batalla se había detenido, con la única excepción siendo el chico, que
empezó a caminar lentamente. Sin mirarlos, el chico movió su espada a un lado,
y las cabezas de los soldados enemigos que han estado viéndolo con asombro
salieron volando.
Retorciendo su
cuerpo, las espadas blancas cortaron los esqueletos de dos soldados enemigos.
Antes que se pudiera ver una mancha de sangre, dio un paso adelante y corto a
una persona, y dos pasos adelante y corto a tres personas.
El chico
remplazo la espada de blanco plateado en su mano izquierda y cogió una lanza
que ha caído al suelo. Lo lanzó al azar, y perforó los cuellos de cuatro tan
fácil como dispararle a una manzana. Por eso, clavo su espada izquierda por la
garganta de un asombrado enemigo y cortó el cuello del enemigo a su par como si
estuviera acariciando su cuello.
Luego de llegar
tan lejos, cualquier persona volvería a sus sentidos. Un grito vino de los
soldados enemigos. Es tan ruidoso que el cuerpo del chico salió volando.
[¡Q-Qué es ese
bastardoooo!]
[¡Qué rápido!]
Una brillante
espada blanca cortaba el aire, y los torsos de los soldados enemigos se
separaron y cayeron en el suelo con un sonido ensordecedor.
[¡Urraaahhh!]
[¡Ah!]
Navega en el
pecho del enemigo, que mueve su lanza y estaca su espada en el pecho. El
impulso de cosechar de la vida de dos hombres, y el chico golpea el suelo y
salta al cielo. Con un ruido sordo— varias lanzas se clavaron en el lugar donde
estaban antes. El chico que dio un salto atrás en el aire danzaba en el medio
de los enemigos.
[¡Haahh!]
Ondeó sus
brazos, dos y tres veces para tallar una cruz. Un número de líneas blancas
fueron creadas en el espacio, y los enemigos cercanos se volvieron cadáveres de
una vez sin siquiera sentir dolor. El chico rebaso la armada enemiga tan fácil
como si estuviera aplastando hormigas.
El campo de
batalla estaba cambiando a un rápido paso, y Tris fue incapaz de hablar. Tris
no es el único en silencio. Los soldados en su lado también estaban prestando
atención al chico así no lo perderían de vista.
Un extraño aire
envolvió el campo de batalla. Una masa negra lentamente erosiona el campo de
batalla como agua mojando ropa. La línea frontal del enemigo ha colapsado por
completo. Será bastante difícil reconstruirlo desde ahora.
Las caras de
los soldados enemigos en la línea frontal estaban distorsionadas del miedo, y
sus expresiones hablan de querer huir ahora. Sin embargo, se dio la orden de
atacar, y no se les permitió retirarse debido a estar presionados por sus
aliados cercanos.
La única cosa
que podían hacer es caer presa de la oscuridad.
[¿Es ese…
chico?]
Tris inclino su
cabeza mientras miraba al chico que estaba devastando las líneas enemigas con
la espada de blanco plateado en mano. Incluso desde la distancia, no tenía la
misma atmósfera débil la cual tenía cuando se encontraron.
Era como si
hubiera cambiado como si estuviera poseído por algo.
[¿Y qué es esa
espada?]
No importa
cuántos enemigos asesine, su espada nunca será cubierta en sangre. La bella y
brillante espada blanca y plateada continúa brillando con la misma luz
brillante como lo hizo al principio.
No es de
extrañarse que Tris no sepa al respecto.
Eso es— era lo
que una vez se le llamó la Espada de los Héroes.
La espada de un
rey que salvó a un país que estaba al borde de la destrucción y conquistó los
países cercanos. Luego de mil años, la legendaria espada fue enterrada en la
gran historia y llamada la espada perdida.
Herth Rat
Schwartz von Grantz, el Segundo emperador del Gran Imperio de Grantz.
En su saber,
está escrito. Hay una espada en las negras manos del rey que controla los
cielos, la tierra, y las personas. La espada invencible que seguramente le
traerá la victoria.
Nadie aquí sabe
lo que pasó en esos días.
Pero si
estuvieran aquí, habrían sido superados por la emoción. La espada es blanco
puro en ambos picos de la espada y la empuñadura como si fuera cubierta por la
nieve, sin una sola mancha, y la hoja presume un filo que brilla como
incontables estrellas parpadeando dispersándose.
Sostenida por
el chico de ropa negra, lo que uno asocia son las estrellas flotando en el
cielo nocturno.
El Quinto
Emperador del Espíritu de la Espada. Era dicho ser la última y más hermosa
espada—
— El Emperador
Celestial.
Fue el momento
cuando apareció otra vez en este mundo.
[¿El enemigo…
se está retirando?]
Alguien en la
armada pesada murmuró. Un cambio había llegado al campo de batalla que había
aceptado en silencio la matanza. Quizás las noticias finalmente habían llegado
al general enemigo.
Mientras
vigilaban a Hiro, la armada de Lichtine lentamente se retiró del campo de
batalla. El chico observo la retirada del enemigo un rato, pero luego se alejó
como si hubiera perdido el interés.
En ese momento,
la expresión de Tris cambió y grito.
[¡C-Chico!
¡Detrás de ti!]
Incontables flechas
volaron desde atrás del enemigo retirándose. Su voz no llego al chico, o ni
siquiera miró a esa dirección. No, incluso si pudiera escucharlo, Hiro, quien
no tenía escudo, no sería capaz de prevenirlo.
Pensando que
todo acabo, Tris cerro sus ojos. Sin embargo, al siguiente momento abrió sus
ojos, Tris no podía distinguir entre la realidad o ilusión. Como una cascada
cayendo, flechas habían perforado el suelo, evitando al chico.
Tris, quien
había estado observándolo con una mirada de asombro en su cara, miró a los ojos
del chico y abrió su boca.
[Espíritu del
Ojo Celestial, huh…]
Luego de un
breve rato, el chico empezó a correr.
[¿Qué?]
No era sorpresa
que lo estuviera cuestionando ya que estaba yendo a Tris y los otros con toda
su fuerza. Su cara ya no era la expresión que llevaba al abismo que había
tenido hace rato, sino la misma débil y rajona mirada que había tenido cuando
se encontraron.
[¡T-Tris-san!]
[¡¿Ooh?! ¿Qué?]
Tris está
sorprendido de ver a Hiro abrazándolo de pronto, pero Tris lo alejo.
[¡L-Liz! ¿Dónde
está Liz? ¡Está a salvo, ¿no?!]
[¡C-Calma! ¡La
princesa está descansando atrás! ¡Eres quien nosotros deberíamos estar
preocupados, ¿no?!]
Se podía decir
que es inútil preocuparse ya que está de buena salud, pero Tris no pudo evitar
preguntar. Pero el chico miró alrededor de su cuerpo antes de decir.
[¡Parece que
estoy bien! ¡Me voy con Liz!]
[¡N-No, espera,
chico! Ella ahora está—]
Extendió su
mano, pero el chico fue directo al fondo.
Hiro no pudo
evitar fruncir el ceño. El calor amortiguado se juntó entre los acantilados
junto con el olor de la muerte. Cuántos soldados estaban muertos, siendo
cuidadoso de no pisarlos, continúo al fondo.
[Oh, Liz—]
Cuando la
deseada chica fue encontrada, casi sonríe, pero su sonrisa al instante cambio a
una de mirada de lamento. Porque la chica pelirroja, rodeada por cuerpos,
estaba sentada en una roca. La atmosfera que tiene parece que se derrumbará a
cualquier momento, y hace que su pecho se apriete a la vista de ella.
[…]
Mientras sube
la roca, Cerberus, quien estaba a la par de Liz, le dio una mirada a Hiro.
Acarició la cabeza de Cerberus y entonces puso su mano en el hombro de Liz con
su cara caída.
[Liz…]
La chica que
rechazó al mundo siquiera notó que fue tocada en el hombro.
[¡Liz!]
Hiro soltó su
voz en alto y sacudió sus hombros.
[…]
[¿Huh?]
Viendo a Liz,
quien por fin levanto su cabeza, Hiro quedo en shock. Los ojos sin brillo solo
se abrieron desenfocados, y los hinchados parpados estaban rojos del dolor.
Ah… ¿quién fue
el que te lastimo así?
Gentilmente
puso sus brazos alrededor de su cabeza y la acerco. No puede encontrar las
palabras para decirle, estando cansado.
[Liz… lo
siento.]
Hiro no sabía
por qué se estaba disculpando, ya sea que fuera que no podía pensar en las
palabras o que no había sido capaz de llegar con ellos a tiempo. Con un tic, la
chica pelirroja movió sus dedos. Ella tomó el brazo de Hiro y alejo su cara de
su pecho.
[¿Hiro?]
[Sí, sé que vas
a enojarte conmigo, pero volví.]
Cuando Hiro
asistió con una cara avergonzada, la mano de Liz tocó su mejilla. Aunque hace
calor y húmedo como el verano, su mano está temblando del frío.
[¿Por qué estás
aquí?]
[Porque ahora
sé lo que puedo hacer.]
Llevando la
mano de Liz a su mejilla, Hiro la tomó y apretó gentilmente para calentarla. La
luz volvía sus ojos. Quizás era por darse cuenta que era real. Pero los ojos de
Liz cayeron mientras una expresión triste aparecía en su cara.
[Dios está
muerto…]
[Sí…]
[Era más como
un hermano mayor que mi verdadero hermano. Siempre pensé en el cómo mi hermano
real.]
[Sí.]
[Pero… no pude
salvarlo.]
[…]
[Me dijo que
haga mis sueños realidad.]
Su voz
temblaba, y sus ojos se llenaban más con lágrimas.
[Yo…
uuuwaaahhh—]
Enterró su cara
en el pecho de Hiro y empezó a llorar sin consuelo. Poniendo sus brazos
alrededor de su espalda, Hiro la atrajo para abrazarla. Incluso si fuera el
usuario de una Espada Espiritual, aún era solo una chica que había llegado a
los quince.
El que amo como
familia fue asesinado frente a sus ojos. Debió haber sido un pensamiento que
partió su corazón.
Ah sí… esta
chica se parece a ti.
Aunque no
tienen el mismo color de cabello o gestos faciales, sus corazones son
exactamente los mismos. Estuvo en el trono a una temprana edad, con grandes
ambiciones, pero fue incapaz de hacer algo por ello debido a su posición.
Todo lo que
podía hacer era ver a su país muriendo en silencio.
¿Es por eso que
me invocaron de vuelta?
Mientras Hiro
palmea la cabeza de Liz, sabía porque había vuelto a este mundo. Podía estar
equivocado. Pero está bien conmigo. Hiro pensó.
Tris y la
infantería pesada miraron con dolor como la Sexta Princesa llora tranquilamente
en la roca. Los fuertes hombres están llorando con lágrimas fluyendo de sus
ojos— están llorando entre dientes sin hablar.
En medio de
todo eso, Tris nunca mostró ni una lágrima sino estaba temblando con rabia con
una sola línea de sangre fluyendo desde el rincón de su boca.
Dios von
Michael. Un joven que estaba por llegar a los 28 años.
Un antiguo
mercenario, varias veces había sido herido y llevado por el Imperio, donde Tris
lo había amenazado y llevado. Nunca perdió un día de entrenamiento y a buen
paso acumuló logros en el campo de batalla. Cuando su fuerza fue reconocida, se
volvió un miembro del sequito de la Sexta Princesa, Tris estuvo a gusto como si
fuera cosa suya.
Si Liz era como
su hija, Dios debió ser su hijo. Como si enterrara la memoria del pasado, Tris
alzó su pecho con orgullo. Dejando golpes en su armadura, rompió el silencio y
cayó de rodillas en el lugar y grito.
[¡Su Alteza
Celia Estreya Elizabeth von Grantz!]
Todos volvieron
a la ruidosa voz que resonaba por el aire.
[No hay tiempo para
descansar. ¡Dios no desea eso! El sol está por ponerse. ¡Vamos a encontrar una
forma de pasarles!]
Era Hiro quien
respondió a las palabras enojadas de Tris.
[Entonces,
tengo una idea mejor.]
[¿Qué?]
[¿H-Hiro?]
Liz saco su voz
con un toque de consternación. No es sorpresa que estuviera sorprendida ya que
parecía un chico normal en su mente. Hiro hizo una sonrisa amarga en su cara y
continuo su historia.
[Entonces,
incluso si no lo llamamos aniquilación, necesitamos reducir el número de
enemigos tanto como sea posible para que no puedan hacer algo como vandalismo.]
[Nos quedan
solo 20 hombres. ¿Cómo podemos derrotar a 2000 hombres? ¿Nos estás pidiendo
matar a cien enemigos por persona?]
[Yo no
aguantaría. Estamos cansados.]
Hiro sonrió
mucho, y sostuvo su dedo índice mientras saltaba de la roca.
[Es una simple
estrategia que incluso a un niño se le podría ocurrir.]
Un hombre que
una vez fue temido como el “Dios de la Guerra” renació.
____________________________
La armada de
Lichtine había establecido un campo de dos celdas (seis kilómetros) lejos del
acantilado. Hay cientos de barracas dentro de una amplia área, y hay una lujosa
tienda en el centro de ello.
Dentro, hay una
reunión en el centro, el personal y los comandantes de varias divisiones
parados en fila una al lado de la otra. En el fondo del cuarto, Vile, sentado
en una silla, está escuchando el reporte de daños de los miembros del personal
con una cara de enojo.
[…Seis
comandantes, 820 de infantería, 229 heridos. Eso es todo.]
Luego de
terminar su reporte, el Jefe de Personal regreso a la línea. No solo fueron los
500 soldados que se habían sorprendido por el enemigo ante la aniquilación, sino
también perdieron a muchos soldados cuando la Sexta Princesa se resistió más de
lo esperado.
[¡¿Cerca de
1000 soldados murieron en la batalla contra un enemigo de menos de 100?!]
Vile lanzó su
vino al suelo, y el vidrio se quebró ruidosamente.
[¿Qué debería
decirle a mi hermano? ¿Decirle que perdimos a 1000 hombres por nada y fallamos
en capturar a la Sexta Princesa?]
El Jefe de Personal
se detuvo otra vez.
[Algo
inesperado también paso. Su Excelencia debió haberlo visto también. ¡No es algo
que pueda llamar un ser humano por la más loca imaginación!]
De hecho, era
el hombre de negro quien debería ser temido. De pronto, parecía que estallo en
el campo de batalla, y en un pestañazo, pasó y cortó a los soldados en pedazos.
Pero—
[Huh, ¿quieres
que le diga a mi hermano que solo una persona mató a un millardo? ¡Si hago eso,
mi cabeza será cortada!]
Incapaz de
ocultar su frustración, Vile pateó la silla. La silla colisionó con el
escritorio y se quebró con un fuerte ruido. Aún no satisfecho con la situación,
Vile tomó a uno de los comandantes.
[Tenía un
increíble poder. Pero ¿quién fue el que le permitió hacer lo que sea que
quería? ¡Ustedes son los comandantes!]
[¡…Luego de
tener tanto poder desplegado ante mí, claro que me iba a asustar, solo pude
retirarme!]
[¡Eres más que
patético! ¡Aunque son soldados del Principado de Lichtine!]
Hizo retroceder
al comandante y luego vio la cara de sus hombres en su tienda.
[Tan pronto
como la noche caiga, lanzaremos un asalto. No se les permite retirarse. Quien
sea que tenga un problema con eso que dé un paso adelante. Le cortaré la
cabeza.]
Se suponía
sería una pelea fácil. Normalmente, se suponía que acabara en unas cuántas
horas. Es por eso que— no estaban preparados para una batalla de noche, y
terminaron dándole un descanso al enemigo.
[Nadie, huh.
Bueno, la junta termino. Designen de inmediato reemplazos para los comandantes
muertos. No tiene tiempo para dormir. Vengan con una buena idea antes del
amanecer, o esclavizaré a los demás.]
Sus
subordinados tomaron sus hombros izquierdos con sus manos derechas, quedaron de
rodilla, y abrieron sus bocas.
[Como desee.]
En pronto, un
mensajero llego a la tienda con una expresión diferente.
[¡Ataque
enemigo! ¡El número es desconocido! ¡Y ahora estamos bajo ataque!]
Todos parecían
estupefactos. Es entendible; el enemigo está siendo eliminado, no hay forma que
vayan a atacarlos. Dudando en las palabras, Vile pregunto.
[¿Qué
dijiste…?]
[¡Repito!
¡Estamos bajo ataque! ¡El número es desconocido! ¡Y ahora estamos bajo ataque!]
[No tiene
sentido… el enemigo ya está en nuestra nuca.]
Vile de prisa
dejo su tienda. Los oficiales y comandantes de varias unidades salieron
corriendo. Hubo un grito, un grito, un rugido de pasos de caballos, y los
soldados que habían estado descansando entraron en pánico.
[¡Qué significa
esto! ¡Me estás diciendo que los refuerzos del enemigo han llegado!]
El enemigo
remanente que se suponía es una unidad de infantería y arqueros. No hay
caballería, y de haberla, podían ser refuerzos. Pero eso es imposible.
[No jodas… ¿mi
hermano perdió?]
Entonces
ocurrió, él pensó.
[No, no es
eso.]
Vile fue rápido
en negarlo. Su fuerza principal de 12000 debía estar atacando el Fuerte de
Berg. A menos que sean derrotados, el enemigo no recibirá ningún refuerzo.
[Oí que el
enemigo es la Doncella de la Guerra, pero…]
Fue solo dos
días atrás que organizo un despacho de tropas para capturar a la Sexta Princesa
y llego aquí. No importa cuánto alguien sea alzado como la “Doncella de la
Guerra”, ella no será capaz de derrotar a 12000 hombres. Pero si no eran
refuerzos, no hay forma de juzgar la situación.
Además del
confundido Vile, el oficial estaba dando instrucciones a cada comandante.
[¡Regresen al
comando de sus respectivas unidades! ¡Reúnanse aquí cuando las cosas estén
hechas!]
[¡Ha!]
Un comandante
trató de huir, pero cayó al suelo. Más allá del cuerpo, un chico se acercó con
una vieja lanza en mano.
[Gracias a
Dios… me estaba preguntando que habría hecho si el consejo militar no lo
hubiera retenido.]
Viendo al chico
respiró del alivio.
[¡Hyiii!]
Uno de los
miembros del personal gritó y se echó atrás. Lanzando la vieja lanza, el chico
tomó la espada del comandante muerto.
[Sí. Está bien
cuidada. Demuestra que es un hombre con una buena ética de trabajo.]
Cuando el
chico— rápidamente movió su espada al costado, la cabeza del miembro del
personal sentado cayó. La apariencia del chico en negro que había estado
arrasando por el campo de batalla. El miedo infundido no será fácil de
quitarse. E hizo que las caras del personal y comandantes de varias unidades se
pusieran sombrías y dieran marcha atrás.
[No puedo
dejarte ir. Si te dejamos ir, algunas personas serán infelices.]
El chico cambia
su espada a una posición horizontal y la lanza. Con un ruido sordo— se clavó en
la frente de un chico llorando. Un charco de sangre se hizo, y viendo eso, los
otros gritan y tratan de escapar.
[Ya te lo dije.
No te dejaré ir.]
Sin embargo, no
se le extrañaría al chico. Se hicieron carne y sangre mientras dan una oración
por la salvación.
[¡Maldición!]
Todo lo que
quedo fue Vile, y de prisa huyó a la tienda. Y el chico recogió una espada del
interior y fue tras él.
[Kuku, no sé
quién eres, pero eres tan bueno como un bebe en frente de esta espada.]
La sonrisa de
Vile se profundizo mientras sostenía la espada en joyas en su mano.
[¿Un… arma
espiritual?]
El chico bajo
sus hombros y movió su espada a los restos de una silla cercana. Moviendo una y
otra vez la espada tirada sobre el borde de la tienda.
[¿Qué estás
haciendo…?]
Vile levantó
sus cejas incrédulo al chico que empezó a actuar de la nada. El chico se giró,
y en su mano estaba un objeto desechable que no podía retener su apariencia de
espada.
[¿Sabes qué?
Aprendí de mi cuñado que las personas pueden ser crueles porque son racionales,
y sí que estaba convencido.]
[¿De qué estás
hablando?]
[Te haré
algunas preguntas, y quiero que las respondas.]
[C-Como dije,
¿de qué diablos estás hablando?]
Vile gritó,
sintiéndose mudo a la incapacidad del chico para tener una conversación.
[Me gustaría
empezar con tus dedos, pero ya que no tengo mucho tiempo, empecemos con tus
brazos.]
El chico
desapareció de la vista. Cuando la figura se vio otra vez, hay un abismo viendo
a Vile. Luego, miró a sus brazos con un intenso dolor. Una hoja dentada, como
una Cierra, se estaba moviendo en sus brazos.
[¡Aaaaahh!]
[Pregunta.
¿Mataste a Dios-san?]
[¡¿Gaahh?!]
Fue golpeado en
su cara, y su gran cuerpo salió volando.
[Guuhh,
a-alguien— ¡Ayúdenme!]
Vile va con su
arma espiritual y puso sus manos en sus brazos, retorciéndose del dolor.
[Siguiente,
¿deberíamos ir por el tobillo? Por favor, espero que me respondas antes de
morir.]
Vile levanto la
mirada, y estaba en la nada. Ni una emoción se le vino a la mente. Había un ser
no humano, algo que le hacía preguntarse si incluso era una persona. Recordó
que los soldados de las líneas frontales se habían alocado y estaban repitiendo
las mismas palabras una y otra vez.
Lo que estaban
murmurando juntos era— “interminable desesperación”.
[P-Por favor
para… me rendiré… Es nuestra derrota.]
Con el corazón
rotó, Vile arrastró su cabeza contra el suelo.
[¿Por qué?]
[Las
regulaciones para los prisioneros de guerra bajo nuestros acuerdos bilaterales.
Abuso excesivo y matar a esos que se han rendido—]
Las palabras de
Vile para explicar fueron interrumpidas a medio camino por el chico de cabello
negro.
[No lo sé. No
soy un soldado Imperial, sabes. No es de mi incumbencia.]
[¿…Huh?]
[Más
importante, no has respondido mi pregunta. No tengo tiempo. ¿Hablarás si te
arranco los pies?]
El chico llego
a él, hablando con indiferencia.
[¡Aghh!]
Hundiendo su
espada en su pierna, el chico libero un frío respiro.
[¿Mataste a
Dios-san—?]
Con Hiro
saliendo de la tienda, el cielo en el este estaba empezó a alumbrar levemente.
Bajo circunstancias normales, tendría que forzar sus ojos para ver sus pasos.
Pero ahora, había un lugar en alguna parte del desierto que lanzaba una
abrumadora fuente de luz que ya no se necesitaba.
Era el campo de
la armada del Principado de Lichtine.
Ahora no era
solo incorpóreo y cruelmente destruido, sino había sido acabo por las llamas.
Muchos soldados fueron hechos carbón, y un peculiar olor se quedó en su nariz,
contaminando el aire. Un caballo sin jinete podía verse galopar por el área, y
en el centro de la infernal escena, un chico de cabello negro—Hiro—estaba
mirando a la destruida tienda.
Entonces un
caballo corría y llego a un abrupto alto al lado de Hiro. La chica quien estaba
sobre él saltó, haciendo a su cabello rojo danzar.
[¡Hiro!]
La chica saltó
a él con una cara algo impaciente— Liz, examino el cuerpo de Hiro mientras lo
tocaba de aquí y allá.
[¿Estás herido?
¿Sientes dolor en algún lugar?]
Cuando empezó a
tocarle su cara, Hiro sonrió con amargura con sus mejillas poniéndose rojas.
[Estoy bien.
Como puedes ver, no hay nada de qué preocuparse.]
Levantó sus
brazos y retorció su cuerpo de lado a lado en el lugar para probar que estaba
bien. Los ojos de Liz se suavizaron, y tomó un respiro.
[Gracias a
Dios— ¡pero por qué vienes solo!]
Una mano pasó
por el aire con una gran velocidad.
[Mugu.]
Ella tomó sus
dos mejillas con una mano.
[Hiyaa, no se
puede evitar.]
[¡No tengo idea
de lo que estás hablando! ¡Demando una disculpa!]
La fuerza
enviada de sus delgados dedos causó que su mandíbula empezara a crujir. En
primer lugar, no había forma de explicarlo, o si podía disculparse por ello.
[Desde ahora,
debes decirme cuando vayas al campo del enemigo. Quiero pelear contigo
también.]
[Fuwaah.]
Viendo a Hiro,
quien asistió en obediencia repetidamente, Liz finalmente soltó su mano.
Mientras Hiro acariciaba sus hinchadas mejillas, Liz dijo, “ah”, como si
tuviera una idea.
[Ahora que lo
pienso… Hiro, puede manejar una espada, ¿huh?]
El “Emperador
Celestial” estaba retenida en el cinturón de Hiro. Liz se agachó y le dio un
vistazo a su postura.
[Huwaa—
Viéndolo de cerca, es una hermosa espada. Mi “Emperador de las Llamas” también
es hermosa, pero esta es realmente hermosa, ¿cierto?]
Liz sacó su
“Emperador de las Llamas” y empezó a compararlos como si estuviera alabándolas.
Sudor estaba en la frente de Hiro. No hay forma que pueda decirlo. No— no hay
forma que pueda explicarlo, es ahora una espada perdida o algo así, y es la
espada de un héroe de hace mil años. No hay forma que pueda decirlo.
Eee, cómo
puedo— y luego de tenerlo en su mente, Hiro decidió mentir.
[Luego de dejar
a Liz, encontré algo en el costado del camino.]
[Eh…
¿Encontraste eso?]
[S-Sí. Era algo
hermosa, así que la recogí.]
[Hee, no puedo
creer que encontraras esa cosa en medio de la nada, justo cerca del pequeño
país de Baum.]
[¡S-Sí, también
es lo que creo!]
Cualquiera
sabría que era una mentira, pero parecía que le creía; no estaba seguro si era
una persona realmente pura o una cabeza hueca natural.
Sin embargo,
ella dijo, “siento el poder de un fuerte espíritu… hay algo especial aquí…
N-No, quizás es por la fuerte influencia del Espíritu del Rey. Por eso—” Ella
empezó a preocuparse en serio.
En cuanto a Hiro,
el hecho que los pechos de Liz están a toda vista por los espacios en su
armadura se vuelve un problema. Puede ser que esto sea lo que dicen “Una
dificultad tras otra”.
Ya que está
viendo al “Emperador Celestial” mientras sacude su cuerpo, sus pechos, sin
embargo, pueden ser no tan grandes, han cambiado la forma lo suficiente para
mostrar su flexibilidad. El sudor en su suave piel blanca le prende, y su
figura le hizo querer soltar su incontrolable deseo.
Pensando que
esto no era bueno, quito a Liz de su vista y miro a la gran sombra detrás de
él.
[N-Niño… ¡esa debe
ser una buena vista!]
Un hombre
musculoso, como un oso en un caballo, cubrió su mirada. Sintió que el calor se
calmó de una vez. En su mano estaba una espada que brillaba y se sentía. La
razón por la que está temblando es probablemente que está desesperadamente
tratando de suprimir el deseo de matar.
[E-Estás mal…]
[¿Qué ocurre?
¡Eres un hombre insolente que tiene a la princesa de rodillas y mete su nariz
por ahí!]
[¡Yo no la
pongo de rodillas!]
[Cállate, has
estado cubriendo tus virtudes desde el inicio de nuestro viaje, ¿no?]
[¡No saques
conclusiones! ¡Espera! ¡Por favor escúchame!]
Así que Liz se
paró y volvió a Tris.
[Sé que ustedes
se llevan bien, pero calma. Como sea, ¿qué pasa con la situación de la guerra?]
[Mumu…
¿l-llevarse bien? Su Alteza, eso no—]
[Dime de la
situación. ¿Estamos en territorio enemigo?]
[¡Gunuh!
G-Gracias a ese mocoso, como puede ver, no hay duda que estamos ganando.]
Hiro primero
les instruyo a coger los caballos que habían abandonado por el camino. Como se
espera, era imposible cogerlos todos, así que reunieron cerca de 60 caballos,
divididos en tres grupos, y lanzaron un asalto desde tres direcciones. Solo uno
de los hombres llevaba los caballos.
El resto no
tenía amos, así que algunas veces huirían en medio del ataque. Si fuera la luz
del día, serían sometidos a burlas y al ridículo, pero no sería tema de risa si
estuviera oscuro. El rugido del cabalgo de los caballos resonaron en el
silencio del desierto, rodeados por la oscuridad, dándole la ilusión de muchas
personas.
Los soldados
enemigos estaban cansados de la batalla del día. Era un ataque sorpresa donde
fueron incapaces de tomar una decisión calmada. Habría pocos soldados que
serían lo suficientemente valientes para enfrentar a los caballos.
[Y solo hay
unos cuantos enemigos que escaparon de matarse entre sí.]
Hiro tenía a
unos cuantos de infantería vestidos como soldados enemigos y entonces se
aprovechó de la confusión para meterse en las líneas enemigos y les ordeno
atacar. Los varios soldados quedaron en pánico con su comandante ausente debido
al consejo militar.
Ninguno quería
mentir; quería sobrevivir a toda costa. Es por eso que las fuerzas del enemigo,
en un estado de incredulidad, se matarían entre sí. El resto del tiempo, Hiro
atacó a la tienda principal así que cada comandante no podía detener el caos.
[Ya veo…
gracias por sus esfuerzos. Mantengan la guardia. Hay una posibilidad que los
soldados enemigos puedan colarse. Una vez hayan investigado el área, júntense
aquí.]
[¡Ha!]
Tris puso su
mano en su pecho y corrió por el campo con su caballo. Liz, quien había visto
eso, se giró a Hiro.
[¿Qué fue eso, Hiro?]
[…]
Hiro en silencio señaló con un pulgar a la tienda que se había hecho cenizas.
[¿Está muerto?]
[Sí.]
[Ya veo…]
El silencio entre ellos quedo por algunos segundos
antes que Liz hablara con una cara de problemas.
[No lo sé. Hay una parte de mí que está feliz que mi
enemigo esté muerto, y una parte de mí se siente vacía. No sé qué hacer con
estos sentimientos…]
[Algún día… lo llegarás a entender.]
Justo como yo, Hiro murmuro en su corazón.
Ella es tan pura, para bien o mal. Algunas veces
produce resultados crueles. Si Liz hubiera estado allí, habría aceptado su
rendición. Debido a los fuertes vínculos de ser la Sexta Princesa, habría
soportado sus propios sentimientos.
Ese el pensar de Hiro, y no le pregunto por sus
sentimientos. Las personas podían llamarle a esto arrogancia, pensando y
juzgando las cosas de una manera les queda bien. Pero no cree que era un error
atacar al actor principal basado en sus propias ideas.
Debes enterrar las semillas de su desgracia lo más
pronto posible.
En el medio del deslumbrante brillo solar bajando desde
el cielo este— un fuerte sonido de punzada cortó el triste aire. Hiro rolo sus
ojos y miro a la fuente del sonido— era la chica con sus manos en sus mejillas.
[¡Unh! ¡Suficiente de preocupaciones!]
Liz, quien había cerrado sus parpados y soportado el
dolor, dijo con una refrescante mirada en su cara.
[¡Hiro, vamos a reunirnos con mi tío!]
Una sola flor roja está floreciendo en el desierto.
Eso es más preciado y hermoso que cualquier joyería.
No debí haberme preocupado por ella… Después de todo
es su descendiente.
Hiro sonrió con amargura, pero—
[¡Primero, te daré mi gratitud!]
Ella saltó al confuso Hiro.
[¿Eh? ¿Eeehh?]
[Hiro, hiciste que fuera posible que viviera. ¡Nunca
olvidaré esta deuda de gratitud!]
Un suave toque en su mejilla, y cuando se dio cuenta
que lo había tocado, su cuerpo se alejó.
[¡Por favor sigue con el buen trabajo desde ahora!]
[Ha… Sí, déjamelo a mí.]
— Como uno pensaría, tienes una buena sonrisa.
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