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Capítulo 4: El Fuego Escondido en la Ventisca

 

Octubre 10, año 1023 del Calendario Imperial.

 

Era un día frío. El sol subiendo en el cielo este fue bloqueado por las nubes, incapaz de llegar a la tierra. Como si una bestia estuviera rugiendo, un fuerte viento estaba soplando a la nieve que había caído, golpeando los muros de las casas.

 

La calle central, usualmente alineada con muros, fue cerrada y sin personas pasando. Era porque las personas estaban metidas en sus casas, diciendo a sus oraciones y sosteniendo sus manos en la fogata, esperando que la ventisca pasara.

 

Sin embargo, en contraste a la situación en la ciudad, el “Púrpura Palacio Plateado” estaba lleno de calor.

 

Los rostros de las personas bañadas en la luz esparcida en el salón fueron teñidos de alegría, varios platos fueron colocados en más de 20 largas mesas, y las plateadas copas derramaban una fascinante luz intrincada en la fuente. Rodeando la mesa están los nobles hablando con vino en mano.

 

[Bueno, bueno, estoy sorprendido. Una ventisca llego en un día festivo.]

 

[No hay necesidad de tomarlo a mal. Quizás es una bendición de los cielos.]

 

[Es cierto. Se dice que el día que los demonios nacieron, fue un desastre que partió la tierra.]

 

[Ya veo. Bueno, quizás hoy es un buen día, considerando eso.]

 

[Sí, es el aniversario del cumpleaños 16 de la Princesa Claudia.]

 

Como uno de los nobles dijo, los ojos de todos llegaron a la princesa sentada cerca del Rey.

 

[Su belleza rivalizaría con la Sexta Princesa del Gran Imperio Grantz.]

 

[¿La has visto antes?]

 

[No, solo he oído rumores de ella.]

 

En medio de los nobles hablando de cosas mundanas, Hiro estaba solo, viendo alrededor con comida en su mano.

 

Aunque el aire está calmado…

 

Cuando levanto la mirada, vio una banda de músicos tocando una melodía en una plataforma colgante. Cuando vio al muro del salón, vio soldados con ruidosos equipos parándose allí con armas en sus manos, como si dijera que estaban muy protegidos.

 

[Su Alteza, Hiro, no parece estar disfrutando mucho.]

 

[Oh no, no es así.]

 

No es que no lo esté disfrutando. Se sentía fuera de lugar, tomando agua mientras los demás estaban bebiendo.

 

[Hiro-dono, ¿lo está disfrutando?]

 

Un hombre con una delgada cara lo llamó. Usaba una costosa capa que le daba un aire de nobleza y dignidad. Su apariencia le daba la impresión de madurez, pero viendo a su sola figura, lucía como un joven hombre.

 

Fraus van Levering. Es el heredero del Reino Levering. Hiro salió y abrió su boca.

 

[El Príncipe de la Corona Fraus, he disfrutado mi tiempo aquí mucho.]

 

[Pero desde la distancia, parecías estar aburrido.]

Luego de decir eso en broma, Fraus bebió vino de un trago, camino por el escritorio, y regreso a Hiro con la botella en su mano.

 

[Vamos, bebe. Si no lo disfrutas, el Antecesor Rey Rox estará triste.]

 

Fraus le apunto la botella a él, pero Hiro agitó su cabeza.

 

[No, no bebo alcohol, pero estoy agradecido por su amabilidad.]

 

[Qué mal… Entonces tendremos que hacerlo en otro momento.]

 

[¿Es una inusual seguridad para un banquete?]

 

Hiro señaló, y la cara de Fraus se distorsionó por un momento.

 

[Estamos recibiendo a la familia real del Gran Imperio Grantz. Naturalmente, la seguridad será fuerte.]

 

Con un exagerado gesto de manos, Fraus continúo su explicación.

 

[Tenemos a mil soldados dentro del palacio y más de un centenar aquí también.]

 

Fraus dijo, girando su cabeza para ver.

 

En el primer piso, los guardias mantenían vigilados los muros por algún intruso, y en el segundo piso, los músicos estaban tocando música elegante con sus instrumentos. Detrás de ellos, un par de guardias reales estaban en vigía.

 

Nada debe temerse. Fraus asintió en satisfacción y le dio a Hiro una gentil palmeada en su hombro.

 

[No te preocupes, los tres generales demoniacos están a cargo de la seguridad, ni un ratón puede colarse.]

[Ya veo, sí algo inusual pasa, ¿no será exteriorizado al mundo?]

 

[No necesitas saber tales detalles.]

 

Fraus sonrió con amargura a las palabras de Hiro.

 

En el entre tiempo, una ovación vino de la derecha y grandes puertas conectando el salón y el corredor se abrieron.

 

[Parece que nuestro héroe ha llegado.]

 

Mientras Fraus decía eso, un hombre alto se acercó.

 

[Bienvenido. ¿Está bien con la seguridad?]

 

[Todo bien.]

 

El hombre puso su mano en el mango de su espada. Un gran cristal purpura, la fuerte del poder mágico, está incrustado en el mango.

 

Heh, es una vieja piedra mágica…

 

Es una forma que había visto hace mil años, la piedra mágica que uno de los señores demonios dejo atrás, el rey de la raza demonio. El propietario de la piedra fue decapitado por Hiro con sus propias manos hace mil años.

 

[Hiro-dono, este es uno de nuestros héroes, los tres demonios generales, Sir Garius van Sarzand.]

 

[Hiro Schwartz von Grantz.]

 

Cuando Hiro sostuvo su mano, Garius felizmente la agitó.

[¡Oh! ¡Eres el descendiente del Dios de la Guerra! Tu valentía y valor son conocidos en esta remota área como digno antecesor.]

 

[Los rumores tienden a alocarse, sabes. No le prestes mucha atención.]

 

Garius está por sacar su espada y, Hiro lucía harto con su actitud.

 

[Garius, es suficiente.]

 

Fraus intervino como si no pudiera soportar verlo.

 

[Estás temblando Hiro-dono. ¿Qué tal la seguridad?]

 

Aunque disgustado, Garius se alejó de Hiro y abrió su boca.

 

[No creo que algún bandido entre…]

 

[Es alentador. ¿Y por qué los tres generales demoniacos están aquí? No les gusta mucho este tipo de lugares, ¿verdad?]

 

[Pensamos sería la oportunidad de tener algo de diversión. Parece que ese chico desde el inicio estaba planeando unirse también.]

 

La mirada de Garius cayó en una cierta persona. Estaba usando una capucha, y su expresión era irreconocible. Se está parando inquieta por el muro.

 

[Él es Baal van Bitenia, uno de los tres generales demoniacos. Él es el maestro del título del Demonio de Ojos Perspicaces y también es el usuario del arco mágico Fail Note.]

 

Fraus notó que Hiro estaba viéndolo con sospecha, así que se lo explico.

 

[Ya veo, así que es él…]

Mientras Hiro asentía, los músicos empezaron a tocar a buen volumen. La atmósfera en el salón real se agitó mientras la música iba de tranquila a bulliciosa.

 

[El tiempo vuelva, ¿verdad? Debo ir y salir con mi padre pronto—]

 

Fraus resopló y bebió vino. Luego de una corta pausa, colocó la copa en el escritorio como si la aplastara.

 

[Eres bienvenido a unírteme, Hiro-dono.]

 

[Sí, estaba pensando que debería ir también.]

 

Ambos empezaron a caminar hombro a hombro. Hiro veía al costado a la expresión de Fraus, pero no podía leer lo que estaba pensando en nada.

 

[¿Qué crees de este país, Hiro-don?]

 

Mientras caminaban a las escaleras al salón del trono, Fraus le preguntó.

 

[Es un buen país, creo. Las personas están animadas, y el rey es un buen gobernante. Si tuviera alguna queja, sería el frío.]

 

[Sí… en efecto.]

 

Fraus se detuvo con una sonrisa irónica en su rostro.

 

[Puedes adelantarte, Hiro-dono. Esperaré hasta que hayas terminado tus saludos.]

 

[Muy bien. Nos vemos luego.]

 

Luego de despedirlo, Hiro camino por las escaleras. El rey estaba sentado en su trono, y la Princesa Claudia estaba sentándose a su par, sonriendo elegantemente.

[¡Oh, Hiro-dono, estás aquí!]

 

El rey, quien estaba de buen humor, probablemente por el alcohol en su cuerpo, recibió a Hiro con los brazos abiertos.

 

[Me disculpo por el retraso en saludarlo. Gracias por invitarme aquí hoy.]

 

[No hay necesidad de ser tan formal. Espero que lo estés disfrutando.]

 

[Sí, la estoy pasando bien.]

 

[Eso es bueno. ¡Olvida el trabajo de hoy y date el gusto a tus anchas!]

 

[Eso haré. Entonces, espero que la amistad entre el Gran Imperio Grantz y el Reino Levering continúe por un largo tiempo más.]

 

Hiro se inclinó levemente y se dio la vuelta. En ese momento, vio a Claudia desprendiéndolo en un rincón de sus ojos. Mientras empezaba a caminar, pasó donde Fraus. Su expresión era distorsionada con una ira no disimulada. Estaba viendo al rey con ojos fijos.

 

Estaba por darse la vuelta cuando sintió una espina en su corazón.

 

[¡Oh Fraus! ¡El banquete que organizaste para nosotros parece que ha sido un gran éxito!]

 

[Haha, Padre. Todo es por el bien de Claudia, para mostrar la autoridad de nuestro Reinado de Levering.]

 

[Fumu. Hiro-dono la está pasando rebien.]

 

La conversación está yendo de perlas. Quizás porque era su imaginación, pero Hiro estaba por bajar las escaleras.

 

— En ese momento.

Un ruidoso sonido de algo cayendo golpeó sus tímpanos. El sonido seco resonó, creando un sonido cacofonía junto con la melodía tocada por los músicos.

 

[¡Qu…!]

 

Lo que Hiro vio cuando se dio la vuelta en pánico fue…

 

[Padre. Ya no eres un gran gobernante, ni eres un mal gobernante. Solo eres un rey ordinario. En un mundo pacífico, pudo haber sido algo bueno.]

 

Fraus, sosteniendo una espada empapada de sangre, vio al rey sin cabeza en el suelo. Hubo un gruñido de los nobles quienes sintieron la anormalidad, y el tenso aire les hizo sentir sus cuerpos pesados.

 

[Sin embargo, la era por venir es diferente. No es cuestión de seguir las órdenes del Imperio Grantz. Nosotros, la raza demonio, debemos volvernos independientes. Es una lástima… pero estoy seguro que padre lo entenderá.]

 

Fraus cubrió su cara, la cual se distorsionó del placer, con una mano, e inclino su cuerpo en una forma retorcida y río fuerte.

 

[¡Hahaha, no puedo decirles cuán feliz soy! ¡Al menos, el trono está en mis manos!]

 

Lentamente, la cabeza de Fraus se movió, y sus ojos asesinos llegaron a Hiro.

 

[¡Pfufu, haha, Hiro-dono! Aún estás aquí. ¿Qué con esa cara larga? ¿Estás sorprendido?]

 

Fraus continúa riendo con locura con su espalda desplomada. Al mismo tiempo, un grito salió de la boca de la Princesa Claudia, y ella grito mientras abrazaba el cuerpo de rey. Sin embargo, se ahogó por los gritos de los nobles.

 

Cuando Hiro vio el salón, vio que los guardias reales estaban atacando a los nobles.

 

De un lugar calmado, el salón real estaba lleno de tiranía.

[El rey, nuestro padre, es solo una pieza de carne cuando se trata de eso. No es diferente al ganado. ¿No lo crees, Claudia?]

 

[Hermano… ¡Como se esperaba de ti!]

 

[Es tu culpa por decir mierda sinsentido. Tendré que hacer algo al respecto. ¡Eres la que me hizo cruzar esa última línea!]

 

[Hermano… eres un idiota, ¿verdad?]

 

[Esa debería ser mi línea.]

 

Fraus se acercó a Claudia y jaló su cabello.

 

[¡Ugh!]

 

[No estarás sola. Tu padre se fue, pero estoy aquí. Puedes no ser libre, pero no estarás sola.]

 

[Hyi…]

 

[Déjamelo todo a mí. No dejaré que nada te pase.]

 

________________________

 

Fraus sonrió vulgarmente. Sus ojos fueron dominados por la lujuria. Forzó a Claudia a pararse y puso sus brazos alrededor de su delgada cintura, y la acercó.

 

[Estaremos juntos desde ahora. Tendremos—]

 

Las palabras de Fraus fueron detenidas a mitad de la oración. Sus ojos captaron el collar en el pecho de Claudia.

[Por qué— ¿Por qué lo tienes?]

 

Una horrible voz baja salió de Fraus. Estaba viendo al collar como si se quemara en sus ojos. Claudia aprovechó la oportunidad y alejó a Fraus.

 

Cuando la distancia entre los dos se abrió, Claudia apretó en el agarre del collar para protegerlo.

 

[H-Hermano. ¿Cuál es el significado de esto?]

 

[Dámelo. No es bueno que lo tengas.]

 

[¡Respóndeme! ¿Por qué mataste a padre? ¿Y por qué mataste a los señores?]

 

[No necesitas saberlo. Solo haz lo que digo y quédate callada.]

 

[N-No vengas…]

 

Fraus se acercó a Claudia, quien estaba alejándose, pero se detuvo a medio camino.

 

[¿Por qué no te detienes?]

 

Eso es porque Hiro se paró entre ellos.

 

[Hiro-dono… ¿qué estás haciendo?]

 

[Vi tu rostro; era horrible e insoportable de ver.]

 

Con Claudia a su espalda, Hiro levanto su mano derecha para protegerla. Luego, el Emperador Celestial apareció del delgado aire, y la punta de la espada fue perfectamente posicionada en la cara de Fraus.

 

Viendo la repentina aparición del “Emperador Celestial”, Fraus se asustó y se hizo atrás.

 

[¿Qué diablos con eso?]

 

[No tienes que preocuparte por eso.]

 

Hiro se arrodillo. Con su espada sostenida horizontalmente, retorció su cintura y colocó su mano izquierda en la espada.

 

De cara a sus buenos movimientos, Fraus mostró obvia consternación mientras se daba cuenta que era serio.

 

[Hiro-dono, espera. Necesito que seas mi prisionero. No te maltrataré; te trataremos como un invitado. Debes ser como una moneda de cambio para el Imperio Grantz.]

 

[Si dices eso, no hay necesidad que yo baje mi espada.]

 

Fue un rápido movimiento, la apuñalada fue entregada. Fraus fue incapaz de evitarla, y su brazo derecho voló por el aire, llevando un rastro de sangre fresca.

 

[¡Agaaaaaahh! M-Mi brazo… ¡¿A-Aaahh?!]

 

[Qué horrible. No hay límite en cuán horrible puedes ser. Si eres el Príncipe de la Corrona de un país, aprieta tus dientes y sopórtalo.]

 

[N-Nunca te perdonaré, bastardo. ¡Te mataré!]

 

[Te dejaré vivir. Porque eres valioso como un rehén.]

 

Fraus en serio es el que causó esta situación. Sería posible salir de esta situación al tomar a la mente maestra como un rehén.

 

Tanto pronto como Hiro se echó atrás, una cabeza sin cuerpo voló de su lado izquierdo. La cabeza rebotó varias veces en el suelo antes que la gravedad la detuviera.

 

Cuatro cabezas, retorcidas del dolor. Tanto Hiro y Fraus las conocían. Eran las cabezas de los oficiales de alto rango del Imperio Grantz.

 

[¿Por qué mataste a los enviados?]

 

Por sorpresa, fue Fraus quien habló. Juzgando por su asombro, probablemente no era su orden.

 

[Me disculpo. Traté de evacuarlos educadamente, pero se resistieron, así que tuve que cortarles sus cabezas.]

 

[Q-Qué diablos estás haciendo… ¿estás tratando de meter en problemas al Imperio Grantz?]

 

[No te preocupes, capturamos a unos cuantos vivos, así no será problema.]

 

[¡No seas tonto! ¡Si matas a uno de ellos, de seguro caerás en la ira del Imperio Grantz!]

 

Fraus continúo gritando, pero el alto hombre— Garius— lo ignoró y subió las escaleras. Con sangre sobre su cuerpo, se veía como un demonio. Sin embargo, no se veía en un mal estado luego de decapitar a cuatro personas. Mientras no saliera y se salpicara con sangre, era claro que se habría ocupado de todos exceptuando a los enviados.

 

[Bueno, lidiaré contigo desde ahora. Me gustaría decir eso, pero, Hiro-dono.]

 

Hiro se tensó en sospecha de Garius, quien se había detenido.

 

[No, no. Detrás de ti.]

 

[¡¿Kuh?!]

 

Hiro rápidamente repelió una de las flechas que llegaron volando a él. La segunda pasó justo entre sus ojos. Con éxito la evito también, pero Garius llego a él.

 

[¡Haha! ¡Como se esperaba del descendiente del Dios de la Guerra! ¡Me la pasaré bien!]

 

Hiro esquivo el ataque de Garius y volvió su atención a la entrada del salón. Una gran puerta fue abierta, y un gran número de soldados entraron en avalancha. Iluminaron las puntas de sus lanzas e hicieron que las hojas en sus manos brillaran mientras cortan a los nobles sin dudar.

 

Los nobles, quienes no estaban usando espadas y estaban tan ebrios para resistirse, tuvieron sus vidas pasando por sus ojos.

 

[La habilidad de Baal con el arco es de primera. Incluso en un lugar poblado como este, es capaz de darle al objetivo. ¡Evitarlas no será una misión sencilla!]

 

Garius le respondió a Hiro, buscando la fuente de la flecha del lugar que se había vuelto una terrible escena.

 

[Fuh, ¿por cuánto tiempo vas a estar a la defensiva? ¡Me estoy cansando de esto!]

 

Luego de evitar la hoja de Garius al darle vuelta a su cuerpo, Hiro empezó a atacar. Se golpearon entre sí, dos golpes, esquivando las flechas volando, y luego se golpean otra vez.

 

Esto es malo… Es difícil proteger a la Princesa Claudia cuando ando con estos dos.

 

El borde de la Princesa de la Camelia Negra revoloteo y repelió tres flechas que llegaron a Hiro en rápida sucesión. Las flechas voladoras no apuntaron a Hiro sino a la Princesa Claudia.

 

Baal probablemente pensó eso… la habilidad de Garius es inferior a la de Hiro, y ha cambiado su objetivo a la Princesa Claudia para bloquear los movimientos de Hiro.

 

Tengo que encontrar y cortar al compañero de Baal…

 

La vida de la Princesa Claudia se perderá. No hay vacilación en la trayectoria de las flechas; están siendo disparadas para arrebatarle la vida.

 

Mientras estaban preguntándose eso, muchos nobles fueron asesinados en el salón real.

 

Gritos, quejidos, exclamaciones, y todos los negativos gritos en el mundo dominaron el salón. Además, los guardias reales, quienes tenían sus manos libres, iban hacia el trono.

 

[¿Qué sucede? ¡Estás dudando en atacar! ¡Tienes libertad de acción contra mí!]

 

[Simplemente decidí que era suficiente para lidiar con un hombre como tú.]

 

[¿Qué?]

 

[Mira, estás perdiendo tu ritmo.]

 

[¿Qu—?]

 

Era demasiado tarde para que Garius lo notara. Ya estaba acorralado en las escaleras.

 

[He identificado la locación de la persona llamada Baal. Puedo proteger a la Princesa Claudia si me meto en el camino de las flechas.]

 

Hiro pateó una de las piernas de Garius.

 

[Que sea una tregua. No tengo suficiente tiempo para lidiar con jabalís salvajes.]

 

[¡Tsk!]

 

Garius se separó de las escaleras, y su postura colapsó. No podía pasar por alto la gran brecha que se creó y, de inmediato Hiro lanzó una patada frontal al cuerpo de Garius.

 

[¿Gaahh?]

 

Garius rodó por las escaleras con una tremenda fuerza. En vista de la figura, Hiro se dio la vuelta y corrió a Claudia.

 

[Princesa Claudia, necesitamos salir de aquí lo más pronto posible.]

 

[P-Pero…]

 

[No hay tiempo para dudar. ¿Qué hará si se queda aquí? No hay nada que pueda hacer ahora. Tiene que alejarse para vengar la muerte de su padre.]

 

[…]

 

Claudia dudo por un momento, luego se paró con una poderosa luz en sus ojos.

 

[¡Por aquí!]

 

Hiro tomó a Claudia de la mano, y llegaron a la parte trasera del trono. Una bandera con el escudo de armas del país había sido arrancada del salón, y cuando Claudia sin cuidado la abrió, una pueta de hierro apareció.

 

Sin embargo, la puerta no tenía perrilla, y tenía el espacio. Parecía como que solo fue encajada en el muro.

 

[¿N-No está la puerta cerrada?]

 

No quedaba tiempo para abrirla. Entonces, a la par de Hiro, quien empezó a buscar por una forzosa manera de escapar por la puerta, Claudia sacó un collar de su pecho.

 

[No, mi padre me enseñó a usar esto para abrir la puerta…]

 

Claudia le mostró el cristal púrpura en su collar. A pesar de la situación, Hiro frunció sus ojos al nostálgico sentimiento de la piedra mágica.

 

Oh… pensé que lo había visto en alguna parte. Rox, es tu piedra mágica.

 

Sintió como si se hubiera reunido con su viejo amigo. Un compañero de armas con el que se había rendido en volverlo a ver otra vez.

 

Hiro sintió sus ojos arder.

 

No es una reliquia demoniaca, sino una piedra mágica dejada por el primer rey del Reinado de Levering, Rox van Levering. Es llamada una “preciosa joya” porque será pasada de generación en generación de reyes, y también es llamada “cristal púrpura dorado” porque mantiene un color vivido dependiendo en cómo la luz brilla en él. También es llamada el cristal púrpura y dorado que está altamente valuado entre las piedras mágicas.

 

Claudia puso el cristal púrpura y dorado en el agujero del centro de la puerta. Entonces la puerta naturalmente se abrió con un sonido pesado.

 

[Dónde esto—]

 

Hiro trató de preguntar a dónde conecta, pero él la apresuro con urgencia. Es porque muchas flechas estaban pasando por entre la brecha de los guardias acercándose.

 

Hiro alumbro su Emperador Celestial. Derribó todas las flechas y cortó a los guardias.

 

[Ustedes se están dejando llevar.]

 

Cortó la cabeza de uno de ellos y luego cortó el cuello del segundo. Cuando pasó su espada por una brecha en la armadura, perforó el cuerpo del guardia y envió un chorro de sangre a través del aire. Antes que la sangre chorreada pudiera pegarse al suelo, Hiro cruzo su blanca y plateada luz para construir una pila de cadáveres.

 

[¿Aún quieres hacerlo?]

 

Hiro sonríe sin miedo mientras se para tranquilo en medio de una nube de sangre.

 

[Ugh…]

 

El movimiento de los guardias llego una completo alto cuando se les mostró una abrumadora escena de poder militar.

 

[¡Ugaaahhh! ¡Cómo te atreves a humillarme!]

 

Garius cortó a los soldados y corrió a Hiro con su espada en mano, su temperamento se rompió.

 

[No hay necesidad de disculparse. Tampoco voy a perdonarte.]

 

Un momento después, la espada de Garius y la hoja del Emperador Celestial chocaron.

 

[Quiero que te quede claro que tomaré tu cabeza. Así que resiste y espera.]

 

[¡Gah!]

 

Hiro golpeó a Garius en la cara, luego se dio la vuelta y se alejó.

 

[Nos vemos luego.]

 

Al otro lado de la puerta, la figura de Hiro desapareció en la oscuridad. La puerta se cerró. De inmediato, varias flechas fueron lanzadas de vuelta por el muro de hierro, y los guardias quienes habían recuperado sus sentidos corrieron.

 

[¡No hay perrilla!]

 

[¡Pon la punta de tu espada en la grieta y trata de abrirla!]

 

[¡No! ¡No puedo ver ninguna apertura!]

 

[Pendejadas. ¿Qué diablos hicieron para abrirla?]

 

[¿Qué están haciendo? ¡Por qué no los persiguen rápido!]

 

El grito de Fraus resonó. Estaba respirando fuerte, porque estaba enojado, sino también porque había perdido uno de sus brazos. Mientras los guardias limpiaban el camino, Fraus se paró frente a la puerta de hierro.

 

[¿Qué carajos…?]

 

[Parece que nadie sin la preciosa joya puede abrirla.]

 

Garius dijo desde atrás de él mientras tocaba la puerta con sospecha.

 

[He oído algo así…]

 

[Supongo que es algo que solo puede pasarse de una generación de rey a la siguiente.]

 

[¡Mierda, si dejamos a Claudia irse, nuestro plan fallará! ¡Incluso se llevó la preciada joya con ella! ¡Cuánto tiempo use para llegar a este día!]

 

Fraus pateó la puerta para sacar su frustración. Garius se paró atrás de él y le susurro para calmarlo.

 

[No se cagará.]

 

[¿Cómo puedes estar tan seguro?]

 

[Cálmate. Si te presionas demasiado, sangrarás hasta la muerte.]

 

[¿Por qué estás haciendo esto en primer lugar?]

 

Fraus andaba del carajo. No era Garius quien estaba allí, sino un demonio encapuchado. En su mano, sostiene un arco mágico, la Fail Note.

 

Él es uno de los tres demonios generales, Baal van Bitenia.

 

[Cuando has perdido tu camino, todo lo que tienes que hacer es crear uno. Es el único destino.]

 

[L-Lord Bitenia.]

 

Baal tiene una insondable atmósfera, Fraus está presionado, y su enojo desaparece.

 

Baal nunca ha expuesto su verdadera cara a otro. Usa una capucha todo el tiempo para esconderse del ojo público y su gente está dividida en opinión de él: ya sea que es jodidamente feo, o que tiene una cara como los dioses que viven en los cielos. No muchas personas consideraban peligroso tener tal persona desconocida en el centro del país. A pesar de esto, se ha mantenido en posición de los tres demonios generales porque su inigualable sabiduría siempre ha sido usada para la prosperidad del país.

 

[La primera cosa por hacer es explicárselo a la persona. Lo más que esperen, lo más sospechoso que se volverá.]

 

Fraus no era la excepción, y tenía fe en la sabiduría de Baal.

 

[¿Qué me quieres decir?]

 

[Antes que lo hagas, deberías tratarte el brazo.]

 

Baal les dijo a las guardias buscar un doctor y le instruyó a Garius buscar lugares por donde podían ser conectados.

 

Mientras tanto, Fraus se sentó en el trono y llamó a los guardias reales. Les instruyó llevarles vino y frutas y apresuro a Baal continuar.

 

[¿Y qué quieres que les explique a las personas?]

 

[Cierto. Los enviados del Imperio Grantz y varios de los nobles se juntaron para asesinar al rey y secuestrar a la princesa. Esto enviará la atención del público al exterior, al menos por un momento.]

 

[¿Qué hay de Claudia…?]

 

[Si podemos atraparla antes que deje el país, que mejor. Pero si se escapa, es probable que se dirija al Imperio Grantz. Es el único camino que le queda.]

 

[Sería malo si se escapa al Imperio Grantz. Tiene la preciada joya.]

 

[Si eso pasa, el Imperio Grantz tendrá una buena razón para invadir.]

 

[¡Las personas me llamarán usurpador! ¡Muchos nobles del país irán contra mí!]

 

[Debemos movernos antes que pase.]

 

[¿Podemos hacer eso?]

 

Los labios de Baal se partieron en una forma de cresta, y le dio una leve inclinación.

 

[Deberíamos atacar primero la parte sur del país, la cual es un obstáculo y luego invadir el Imperio Grantz. Podemos reunir tropas en la frontera y demandar el regreso de la princesa, haciendo un gran espectáculo que la causa razonable es nuestra.]

 

[Estás siendo ridículo… ¿pelear contra el Imperio Grantz?]

 

[Oya, ¿estás asustado?]

Luego de tomar algo de vino, los labios de Fraus se retorcieron al provocativo tono de Baal.

 

[Claro. No tenía la intención de tomar armas contra ellos en primer lugar. Hay 100000 tropas de la Quinta Armada Imperial en la parte norte del Imperio Grantz. He oído que el número total de armada estacionaria es de 200000. En contraste, solo podemos preparar 40000. ¡No hay forma que podamos ganar!]

 

[Solo es cierto si están concentrados en un lugar. Es un sin sentido si se esparcen. El lado norte está más concentrado en el “Espíritu del Muro” en el oeste. Tomará algo de tiempo para que la fuerza de la Quinta Armada Imperial llegue.]

 

[¿Crees que podemos ganar?]

 

Aunque los ojos de Fraus estaban anticipados, Baal habló de la realidad sin dudar.

 

[Depende en nuestras tácticas, pero primero, tenemos que eliminar a Haniel, quien está de camino en el sur. De otra forma, no tendrá sentido reunir a nuestras tropas aquí.]

 

Fraus expresó su frustración porque no era la respuesta que quería, pero acordó con él por un momento.

 

[No se puede evitar… Te lo dejaré todo a ti.]

 

[—Déjamelo a mí, pero primero, eliminemos a todos los enviados del Imperio Grantz y a sus guardias.]

 

Baal bufó y retorció su boca en una malévola sonrisa.

 

________________________

 

[Me disculpo por eso. Nunca pensé que mi hermano actuaría así.]

 

Claudia inclina su cabeza en disculpa. La luz de la antorcha ilumina el perfil de Claudia. Lágrimas bajan de sus mejillas.

Hiro miró a todas direcciones. Había antorchas en los muros, y parecían estar yendo a la salida.

 

Luego de cerrar sus ojos, Hiro tomó un largo y profundo respiro y le dijo a Claudia.

 

[No tiene sentido estar aquí. Vamos a la salida primero.]

 

Hiro tomó una de las antorchas del muro y empezó a caminar, encendiendo las antorchas esparcidas en el muro. Claudia lo siguió desde atrás en silencio.

 

[¿Sabes a dónde conecta esto, Princesa Claudia?]

 

[Sí, la salida lleva a una villa llamada Carilus. Mi padre me lo ha contado muchas veces, así que estoy segura de eso.]

 

[El Príncipe Fraus no sabe de esto, ¿cierto?]

 

[Solo esos que poseen la preciada joya se les permite entrar a este lugar, así que padre no se lo ha dicho a mi hermano.]

 

[Ya veo…]

 

El rey pudo haber anticipado esta situación antes de morir. Ahora que el rey está muerto, es imposible saber sus verdaderas intenciones. Así que lo que tenían que hacer ahora era descubrir cómo detener a Fraus de tomar el control.

 

Mientras continuaban caminando en silencio, eventualmente llegaron a la salida.

 

La puerta de piedra se ilumino levemente por la luz. No había musgo como si hubiera sido bien cuidada. Hiro hizo que Claudia se echara atrás y abrió la puerta al presionar su hombro contra ella.

 

Polvo volaba alrededor, y piezas de piedra cayeron en sus cabezas. Mientras entraban, encontraron oxidadas herramientas de granja colocadas en todo el lugar. Hiro paso por ahí a la salida del cuarto sin hacer un sonido.

 

Hiro miró alrededor sin alguna señal de personas afuera, luego se dio la vuelta.

 

[¿Huh…?]

 

No podía evitar hacer un sonido de asombro. Es porque Claudia se había quitado su vestido y ahora estaba en su ropa interior.

 

[Um… Apreciaría si te abstienes de mirar.]

 

Las mejillas de Claudia están rojas. Hiro luego suspiro y miro.

 

[Si puedo preguntar, ¿por qué te quitas tu vestido?]

 

[Pensé en cambiarme ya que el vestido me haría sobresalir…]

 

[Ya veo. Ahora que lo mencionas, es cierto.]

 

Si fuera a salir con Claudia en su vestido, los soldados de inmediato la encontrarían. Hiro miro a su propia figura y luego recogió un saco de arpillera que había sido colocado cerca.

 

[Crear un punto ciego. Supongo que tendré que esconder la mía también.]

 

La negra capa era especialmente notable en esta nevada tierra. Hiro rasgó el saco, lo abrió, y luego la puso sobre la Princesa de la Camelia Negra.

 

[Estoy lista. Hiro-sama, vamos.]

 

Cuando Hiro se dio la vuelta, vio a Claudia parada allí en ropa de granjeros. Su púrpura cabello plateado fue cubierto con un trapo, y su ropa tenía algunos pequeños hoyos.

[¿Por qué no te quitas el parche, Hiro-sama?]

 

[Estoy herido. No puedo quitármelo porque el frío dañaría la herida.]

 

[Ya veo… entonces tomemos el camino más aislado posible.]

 

Luego de las palabras de Hiro, ambos salieron del cuarto al mismo tiempo. No había estrellas en el frío cielo. Las gruesas nubes obscurecieron la luz lunar. Sin lugar que llegue al suelo, y el fuerte viento rugió como una bestia.

 

[¡Date prisa, por aquí!]

 

La apresurada vos de Claudia atravesó el aire mientras nieve se mezclaba con el frío viento cubriendo su visión. Sin embargo, quedó atrapada en la nieve y cayó de rodillas.

 

[¿Estás bien?]

 

[Lo siento, estoy bien, sigamos. Si nos quedamos aquí, moriremos congelados.]

 

[Eso es. Incluso si podemos escapar de nuestros perseguidores, en esta ventisca, igual nos congelaremos hasta morir…]

 

Hiro tomó la mano de Claudia. Es muy fría. Parece que no queda mucho tiempo. No hay necesidad de ser extravagante en mantener el calor, pero al menos deberían encontrar un lugar para refugiarse del viento. Una vez la ventisca acabe, el siguiente paso será escapar de los perseguidores.

 

Hasta entonces, deben conservar su fuerza tanto como sea posible.

 

[Vamos por allá. No parece que alguien esté trabajando allí a esta hora de la noche.]

 

Hiro señaló al establo, donde podían mantener una razonable temperatura corporal y evitar el viento.

[Sí, pero si no te gusta, podemos ir a otra parte…]

 

[No importa. Nadie creería que la Princesa dormiría en un establo.]

 

Claudia tomó la iniciativa para empezar a caminar y sonrió con un dedo sobre su boca.

 

[Pero es un secreto. Si las personas lo supieran, les daría un infarto.]

 

[Claro, lo entiendo.]

 

Hiro bajo sus hombros y sonrió. Y hay una razón por la que escogió un establo, la cual no le dijo a Claudia.

 

Escogió el establo porque Driks y los otros que habían estado escondiéndose en la ciudad antes se suponían haberse refugiado en esta villa. La decisión que tomaron fue muy simple: si algo le pasa al palacio real, dejarían la ciudad y se esconderían en una villa cercana.

 

Está frío. Hugin y los otros no serían capaces de soportarlo.

 

En una pequeña villa así, exteriores serían sospechosos. Así que el único lugar para esconderse sería un lugar donde no serían vistos, pero donde no perderían su calor corporal. Considerando el hecho que eran unas cuantas personas saliendo en esta ventisca, incluyendo la hora del día, la respuesta naturalmente llegaría.

 

Hiro se detuvo y miro arriba de él— un establo con un techo rojo triangular estaba ante él.

 

Luego de abrir la puerta deslizante, Hiro entró con Claudia a su espalda. Había señales de tres vidas, y aunque estaban bien escondidos bajo su respiración, no estaban bien entrenados.

 

[Soy yo. Necesito que los tres salgan.]

 

En respuesta a su voz, los dos hombres y una mujer salieron. Se arrodillaron frente a Hiro e inclinaron sus cabezas.

[Me alegro que esté bien, sabio hermano.]

 

[Eso es. Si algo le pasa a Hiro-sama, el Jefe Ghada se enojará con nosotros.]

 

Hugin y Munin se le acercaron en una amigable forma, y Driks se paró antes que pudiera agradecerles.

 

[Su Majestad, me alegra ver que está bien. Pero no tenemos mucho tiempo, ¿por qué no revisamos nuestro estado primero?]

 

[Sí. También tengo mucho que quiero saber. No sabemos mucho de la situación en la capital real.]

 

[Bueno, primero que todo, fuimos capaces de salir de la capital fácilmente.]

 

Cuando Hiro se vio atrapado en la conspiración alrededor del trono, parece que algo extraño estaba pasando en la ciudad. Se decía que un gran número de soldados iban y salían por las calles, yendo a posadas y residencias de nobles.

 

Sin embargo, fuerte seguridad no fue puesta en el lugar y los soldados quienes habían logrado su objetivo salían de la capital real. Y luego, uno tras otro, los nobles salían de la ciudad, incluyendo a Fraus y los otros.

 

[Muy bien. Supongo que el siguiente soy yo.]

 

Hiro le dio algo de coraje a Driks, luego giro su mano a Claudia y la presento a los esos tres.

 

[Me disculpo por cualquier inconveniente que pudo causar. No tenía idea que mi hermano se rebelaría.]

 

[No, me alegra que la Princesa Claudia esté a salvo.]

 

Driks dijo mientras agitaba su cabeza y miraron a Hiro otra vez.

[Y, Su Majestad Hiro, ¿ha notado algo en la villa?]

 

[Hablando de eso… no vi ningún soldado luego de escapar.]

 

[Claro que no. La seguridad alrededor de este lugar es tan buena como vacía, así que parece que la mayoría de ellos se han unido a la armada del Príncipe de la Corona Fraus y dirigido al sur. El número de ellos ha excedido los 30000.]

 

[No al Imperio Grantz… ¿sino al sur?]

 

[No entiendo realmente esa parte.]

 

Driks bajo sus hombros. Hiro interrumpió, tratando de pensar. Luego Claudia se le acercó.

 

[Mi hermano probablemente irá a atacar al sur.]

 

Los ojos de todos giraron a Claudia mientras hablaba.

 

[Quien gobierna allí es Haniel, uno de los tres demonios generales. Él es leal a mi padre, así que de seguro peleara contra ellos si oye de eso. Sobre todo, hay muchos nobles y personas en el sur que lo adoran, y creo que mi hermano ha decidido que Haniel es una molestia.]

 

[¿La Princesa Claudia sabe cuántas tropas al sur pueden moverse?]

 

Cuando Hiro pregunto, Claudia habló sin dudar.

 

[Son cerca de 10000, pero la mayoría son civiles… incluyendo ancianos.]

 

[Su Majestad, creo que deberíamos buscar la ayuda del Segundo Príncipe Selene. Es una fortuna que estén practicando cerca de la frontera, y combinado con la parte sur; deberíamos superar a la armada del Príncipe de la Corona Fraus.]

 

La sugerencia de Driks no era mala, pero…

Y de eso es lo que se trata…

 

Hiro recordó las últimas palabras que el Segundo Príncipe había dicho. La respuesta se crea por la cadena de incómodos sentimientos que lo llevaron a este punto en su mente.

 

[Parece que el Emperador notó la situación.]

 

[¿Crees que sabía que habría una guerra civil?]

 

Hay muchas cosas que no podían ser explicadas solo así. No solo el segundo príncipe está cerca de la frontera, sino también Hiro, quien continúa haciendo remarcables logros, no sería enviado como un representante a un país pacífico.

 

Si la presencia de Hiro es un problema para ellos, solo pueden deshacerse de él en un apropiado campo de batalla y usarlo. Quizás estaban tratando de lidiar con la guerra civil del Reinado Levering antes que llegara al Imperio Grantz. Pueden estar tratando de salvar a Hiro y los otros del cautiverio, o pueden estar usando el asesinato de los enviados como un pretexto para sacar una batalla corta con un abrumador poder militar al norte.

 

No les dejaré hacer lo que quieran. Este es el país de Rox. No puedo dejar que lo destruyan.

 

Hiro movilizó todo el conocimiento que había ganado de los mil años y con desespero busco por alguna forma de prevenir que el Reinado Levering sea destruido. Luego, viendo a Claudia, una extraña idea salió de la mente de Hiro.

 

[Oficial de segundo grado militar Driks. Quiero que vayas con el Segundo Príncipe de inmediato y se lo digas. No hay necesidad de ayuda. El enviado fue asesinado, pero fue una rebelión, no la intención del Reinado Levering.]

 

[Muy bien, señor. Pero ¿qué hará ahora que mencionaste eso?]

 

[Voy a unirme a Haniel con la Princesa Claudia. Luego le daremos fin a la rebelión.]

 

Hiro tocó el parche cubriendo la mitad de su rostro, y una leve sonrisa apareció en sus labios.

________________________

 

Octubre 16, año 1023 del Calendario Imperial.

 

Una tormenta de tiranía se estaba cocinando en la parte sur del Reinado Levering— en principio a las afueras de Halm.

 

La armada rebelde liderada por Fraus no tenía misericordia. Saqueaban, asesinaban, quemaban cada villa, y destruían la ciudad cruelmente.

 

Los hombres fueron torturados, las mujeres que huían se volvieron una salida para su lujuria, e incluso los niños no eran la excepción, habiendo perdido sus cabezas frente a sus padres y llenando el suelo.

 

El hedor de la descomposición cubre la parte sur del país, y una vez más, una villa está siendo incendiada a cenizas hoy. Casas fueron quemadas, y humo negro se levantó de los campos, mezclándose con el hedor de la muerte y alzándose al cielo.

 

Pequeñas llamas arden de las casas, las cuales estaban llenas con personas quemadas.

 

[Si fuera una nación esclavista, nos llevaríamos a las mujeres.]

 

[No necesitas preocuparte por eso. Hay muchas mujeres en el sur. De hecho, puedes preocuparte de que mueran.]

 

Los soldados dijeron sus pensamientos entre el torbellino de risas vulgares aquí y allá. Sus manos llenas con sus saqueos. Los soldados marcharon por la villa, escuchando los gritos de las mujeres como si les perteneciera el lugar.

 

[Nunca pensé que seríamos capaces de saquear el sur.]

 

[Es cierto que las personas en el sur tienen mucha sangre humana, pero aún son civiles del mismo país. Más importante, la parte sur es gobernada por uno de los tres demonios generales, Haniel.]

 

[Es igual a los tres demonios generales como Baal-sama. Aunque sean iguales, no coincide con la sabiduría de Baal-sama. Me alegra aliarme con el Príncipe de la Corona, Fraus.]

 

[Que lo digas.]

 

Luego de reírse entre sí, los soldados detuvieron sus ataques. Un caballo llego galopando desde el frente. Un trapejo azul fue envuelto por su brazo, la señal de un mensajero.

 

El caballo relinchó y se detuvo frente a los soldados, enviando una nube de polvo.

 

[¡Únete a la armada principal! ¡Es una orden estricta del Príncipe de la Corona Fraus!]

 

Los soldados se vieron entre sí y murmuraron mientras levantaban sus hombros.

 

[Es mierda. La misión de reconocimiento no se acaba aún.]

 

[Sí. No hemos programado el regreso aún, ¿verdad?]

 

No era sorpresa que se estuvieran quejando. Es solo el segundo día desde que estuvieron saqueando en pro del reconocimiento.

 

[¡Se les dijo unirse para mañana! ¡No me importa si no pueden escuchar órdenes, pero prepárense para que sus cabezas caigan al suelo en cambio!]

 

El mensajero volvió a su caballo de vuelta al camino del que había llegado y galopó por el horizonte, las herraduras de su caballo resonaron.

 

[¿Qué diablos fue todo eso?]

 

[Mierda. Aún no he tenido suficiente de esto.]

 

[Es inútil. Vamos a buscar a una mujer que no haya sido asesinada aún.]

Los soldados tiraron su botín en el suelo y caminaron en dirección a los gritos de mujeres.

 

A un día de la villa quemada estaba el campamento principal de la armada rebelde. En el centro del campo estaba una vistosa tienda y la bandera del Reinado Levering revoloteando en el aire.

 

Una vez dentro, luego de pasar por la fuerte seguridad, Baal, uno de los tres demonios generales, y sus consejeros estaban llevando un consejo militar.

 

[Siete villas, dos ciudades, las cabezas de los hombres caían y se alineaban en los muros de la ciudad, cada habitante, mujer, y niño, asesinados. Los habitantes de las villas aledañas y ciudades dicen temer que se estén moviendo al sur como refugiados.]

 

Mientras uno de los miembros del personal anunciaba, los otros alrededor se perdieron en las palabras mientras oían los reportes de los insurgentes. En medio de eso, uno de la unidad de comandantes agitó su voz.

 

[¿No es demasiado? Esto volverá al sur, un desierto. Será un problema en el futuro.]

 

[Le hemos ordenado a todas las unidades de reconocimiento regresar. Asegurémonos que se abstengan de hacerlo desde ahora.]

 

Baal respondió al mover su mano levemente de una forma molesta. El personal, quizás irritado por el gesto, alzó su voz.

 

[¿Qué crees que estás haciendo, dañando a tu propia gente?]

 

[No tenemos más opción que hacerlo por el bien de las futuras operaciones. Aunque las bajas fueron algo grandes.]

 

[¿Cuál es el propósito de esta operación?]

 

Cuando se lo pregunto el oficial, Baal suspiro en enojo.

 

[¿Qué crees que pasará si esos que han perdido sus hogares se mudan al sur?]

 

Esta es la parte sur del Reino Levering, pero a otros 180 km al sur conecta a la parte este del Gran Imperio Grantz. Las personas perseguidas irán del sur al este, no al norte del Imperio Grantz, donde la armada rebelde invadirá luego de apaciguar el sur.

 

[Eso será aceptado por los Nobles del este.]

 

[Ese es mi propósito.]

 

Baal se paró de su silla y tomó el borde de su capucha para incrementar las sombras ocultando su cara.

 

[Si fuera alguien desconocido para ellos, pueden tratarlos con irrespeto, pero son nuestros grandes aliados. No tendrán la opción de no aceptar a los refugiados.]

 

Baal empezó a colocar las piezas en el mapa esparcido en el escritorio.

 

[Los humanos necesitan sustancias para sobrevivir. Comida, ropa, y refugio son esenciales. Sin embargo, cuando el número de personas incrementa, el oro, plata y comida almacenada debe ser descargada. Es inevitable, habrá discordia. Esos que han vivido en la región desde el principio se sentirán incómodos con los refugiados.]

 

Lo que habían elaborado es tan difícil de darle a sus señores que estaba siendo devorados por esos que habían llegado de otras tierras.

 

Exactamente— era una invasión sin resolución.

 

Cuando el descontento se torne en odio y resentimiento dirigido al gobernador, no habrá como detenerlo cuando explote. El inicio de una rebelión, una guerra civil en un gran país puede destruir al mismo por dónde sea.

 

[El Imperio Grantz es poderoso. Tiene una gran población. Eso es lo que lo hace mortal.]

 

Rebeliones salen por todo el país en efecto domino. La insatisfacción que se había construido por los años se extendía por el Imperio Grantz. Entonces pueden aprovecharse del caos para invadir el norte y socavar el territorio.

 

[Es por eso que saqueamos. Una masacre por eso. Es como un ejemplo. El propósito es mostrarles cuán horribles somos, eso nos facilitará el conquistar el norte luego.]

 

Sin embargo, incluso luego de escuchar la explicación, la ansiedad en los rostros del personal y unidad de comandantes no podía quitarse.

 

[Debe haber personas que puedan leer nuestros movimientos, y habrá nobles en el este que no aceptarán refugiados.]

 

[Sería una bendición disfrazada. Si los refugiados son forzados entre ellos, habrá discordia entre los nobles.]

 

Baal incrusto una pequeña espada en el escritorio.

 

[Se abrirá una brecha. Convertirse en el Imperio Grantz, el cual piensa está en la cima del mundo.]

 

El personal se quedó en silencio al espíritu que Baal había liberado.

 

[Con esto termina el consejo militar. Reabriremos la reunión cuando vuelva la unidad de reconocimiento. Esperen hasta entonces.]

 

Baal miró a las personas alrededor de la mesa y luego dejaron el centro de comando.

 

Ahora se dirige a un lugar no muy lejano: la tienda de Fraus. El soldado en guardia, reconociendo a Baal, se echó atrás para dejarle pasar.

 

Una vez Baal entró, un extraño olor llego a su nariz. El cuarto se llenó con mal olor que habría hecho que cualquier persona se mareara. El olor venía del centro del cuarto, de una litera envuelta en limpias sabanas.

 

En medio del cuarto, allí estaba la figura cambiada de Fraus, su rostro pálido y descolorido.

 

[Oh… ¿No es Lord Bitenia? ¿Qué pasa?]

 

Fraus, quien notó la presencia de Baal, levanto su cuerpo. Sin embargo, de inmediato perdió su fuerza y miro al techo. Baal tranquilamente se acercó y miro a Fraus, quien continuaba respirando con dificultad.

 

[No te preocupes, todo está bien.]

 

[¿A-Así es eso…?]

 

Era un joven, lleno de vida, pero ahora tenía arrugas por todo su rostro, y su cuerpo era emancipado como un viejo. Ni siquiera es una semana desde el asesinato del rey. La anormalidad ocurrió hace tres días, cuando colapsó en medio de un consejo militar, escupiendo sangre.

 

Se volvía más y más delgado desde entonces, y cada parte de su cuerpo lentamente se podría. También había perdido su ojo derecho, y la vista en su ojo restante se estaba desvaneciendo. Ahora ni siquiera podía pararse por sí solo.

 

[Fuh, kuku…]

 

Por eso— Baal río. Lo bueno es que no puede verlo, así que hizo de sus horribles labios púrpura una forma de cresta y agitó su garganta.

 

Y entonces— los labios agrietados de Fraus se movieron.

 

[¿Dónde está Claudia? ¿Aún no la encuentras?]

 

[No. Aún se sabe nada.]

 

[Oh… ¿qué es lo que está haciendo cuando su hermano está en ese estado?]

Lágrimas fluían de los ojos de Fraus. Levantó su mano, la cual se estaba pudriendo, y solo tres dedos quedaban.

 

[Lord Bitenia… traiga a Claudia ante mí. Necesito su poder.]

 

[Oh— Fraus-sama. No debe moverse. Sus dedos se volverán a caer.]

 

Baal estaba por estallar en risa, así que puso su mano en su boca y trató de contener su risa.

 

[Déjeme a la Princesa Claudia a mí y tome la medicina de hoy.]

 

El descuidado levantamiento de la cabeza de Fraus provocó algún tipo de grito de su boca, pero no era lo suficientemente ruidoso para escucharse afuera, y nadie apareció para ayudar a Fraus. Unos momentos después de observar el rostro de Fraus en extremo dolor, Baal hurgó a su bolsillo.

 

Sacó un pequeño frasco dorado y llevo la punta de la botella a la boca de Fraus.

 

[Tome, beba. La amargura se volverá en dulzura, el dolor se volverá en placer, y la ansiedad se volverá en esperanza.]

 

[¡Oh, goh! ¡Guboh!]

 

Un extraño líquido fue vertido en la boca de Fraus.

 

[Debemos rendirnos ante nuestro rey. Y seguramente seremos bendecidos.]

 

La fría oscuridad se estaba reuniendo. El aire era denso, estancado y se arremolinaba. En este solitario mundo, Fraus continuaba sufriendo y luchando.

 

________________________

 

Soplo una leve briza. Césped y flores salían de la nieve y se mecían. El chillido de las aves tocaba sus oídos, y el vivo aire borró cualquier sentimiento de tensión.

 

Sintiendo comodidad en tal animada atmósfera, Hiro y los otros se dirigieron hacia su destino. Sin embargo, cuando entraron a la región sur— el mundo cambió por completo.

 

Todos suspiraron a la extraña vista. Todos sus ojos se fijaron en un objeto. En ambos lados de un buen desarrollado camino, tablas en forma de X fueron alineadas como lapidas. Allí, mujeres, ancianos, y chicos— las personas del sur— fueron crucificados.

 

Se extendieron por millas junto al camino como si fueran parte del lugar. Los cuerpos muertos no decían nada, pero era fácil de suponer cuántos habían sido asesinados.

 

Hiro y los otros se perdieron en palabras frente a la cruel escena. Detuvieron sus pasos como si estuvieran arraigados en la tierra. Si solo el tiempo pasara y sus mentes pudieran comprender la situación.

 

[¡Es por eso que lo hacen, por su gente!]

 

Hugin dijo, sin esconder su enojo.

 

[¡Eso es terrible! Pusieron sus manos en los niños y mujeres…]

 

Munin cubrió sus ojos con sus manos a la trágica escena mientras Claudia doblaba sus rodillas en oración.

 

Hiro observó la brutal escena con sus propios ojos—

 

[Munin…]

 

[Sí. ¿Qué pasa?]

 

[Nos vamos. Los refugiados me han dicho que la armada rebelde ha establecido un campamento cerca.]

[Entiendo.]

 

Luego de las palabras de Hiro, Munin y los otros empezaron a caminar.

 

Es una lástima dejar los cuerpos descuidados, pero no queda mucho tiempo para un entierro. Sobre todo, los cuatro no serían capaces de manejar una gran cantidad de cuerpos.

 

[Aún hay muchas personas en el Reinado Livering que sostienen la supremacía de la raza demoniaca. También hay muchos humanos viviendo en el territorio Haniel, y es probable que no crean en ellos como su gente.]

 

Es por eso que pueden cometer esas atrocidades. Claudia dijo.

 

[Mi hermano también alza la supremacía de la raza demoniaca. Ha sido criticado varias veces por mi padre por sus peligrosas ideas.]

 

Si no eres un demonio, no eres una persona— esa es la supremacía demoniaca. Esa es una palabra que quedó atrás por la arrogancia y malévolas personas que no puede ser olvidada incluso si lo desearan.

 

Muchas personas fueron sacrificadas, mucha sangre fue derramada en el suelo, y mucho resentimiento gobierna los cielos. Si se mantiene como ahora, mil años después, entonces es como un tipo de maldición.

 

[Sin embargo, no creo que sea la única razón por la que irían a tal extremo, ¿no hay otra razón?]

 

Cuando Hiro pregunto, Claudia dudo y luego abrió su boca.

 

[En realidad… en el día de la tragedia, mi padre se suponía declarar que me pasaría el trono a mí.]

 

[¿Así que el Príncipe de la Corona Fraus sabía de eso?]

 

[Sí. En algún lugar en esa línea, mi hermano debió haberlo notado. Es posible que su enojo no se satisficiera con el asesinato de padre y que se la ha montado contra la gente del sur.]

 

Las pestañas de Claudia temblaron con tristeza, y su blanco respiro salió mientras baja sus ojos.

 

[Realmente siento arrastrar a Hiro y los otros en esta situación.]

 

[No tiene que preocuparte. Es por mi conveniencia que estoy tratando de involucrarme.]

 

Claudia, quienes estaba caminando a su lado, miro a Hiro con una expresión curiosa.

 

[¿Por qué eres tan bueno conmigo?]

 

Hiro sonrió en silencio a Claudia. Decidió que no debería decir nada.

 

¿Por qué ayuda…? Quería salvar el país que su antiguo subordinado había fundado, y no había forma que pudiera abandonarlo, también hay un sentimiento calculador que el Reinado Levering es indispensable para futuros planes.

 

[¡Sabio hermano! Parece ser el campamento de la armada del sur.]

 

Hugin felizmente corrió a Hiro. Cuando Hiro volteó sus ojos en la dirección que estaba apuntando, vio una fila de tiendas blancas. Es probable que estuvieran preparando comida, y mucho humo estaba saliendo de allí, bailando en el viento.

 

[Entonces reunámonos con Haniel-san.]

 

Hiro y los otros se acercaron a un soldado parado en guardia cerca de la entrada del campamento. Cuando estuvieron por revelar sus identidades, el soldado reconoció a Claudia primero y su cuerpo se endureció.

 

[¡No es esa la Princesa Claudia, gracias a Dios está a salvo!]

[Gracias por tu arduo. Me gustaría ver a Haniel. ¿Sabes dónde está?]

 

[Eso es…]

 

El soldado fue asombrado por la pregunta de Claudia.

 

[¿Podría primero venir acá?]

 

El soldado se dio la vuelta y le dijo a un soldado cerca tomar su lugar. El soldado luego empezó a caminar en silencio. Hiro, quien estaba siguiéndolo desde atrás, notó la pesada atmósfera cerca de él.

 

Soldados con oscuras y densas expresiones estaban moviéndose con prisa, cargando suministros en los vagones. El aire era pesado con polvo como si se prepararan a retirarse.

 

Pronto, llegaron a una tienda y, Hiro frunció sus ojos.

 

Ni una cortina para el comandante… sino… ¿uso médico?

 

Sintió emoción— una sensación de peligro espeluznante que presionaba su corazón. Dentro de la tienda médica, había una simple cama. Las limpias sábanas blancas eran extrañamente holgadas, formando patrones de sangre ahí mismo. El olor de químicos en el aire se mezclaba con el leve olor a descomposición.

 

[¿Princesa Claudia…?]

 

Un hombre de mediana edad quien había estado yaciendo su rostro cerca de la cama se paró cuando notó la presencia de Hiro y los otros. Dobló sus rodillas mientras se tambaleaba y empezaba a gritar con fuerza.

 

[¡Gracias a Dios, estás bien!]

 

[Levanta tu cabeza. ¿Dónde está Haniel?]

Claudia puso su mano en el hombro del hombre y le apresuro a pararse. Pero puso su cara cerca del suelo y presionó su frente contra él.

 

[¡Perdone nuestra indignidad! ¡Haniel-sama ha sido asesinado en batalla!]

 

[Qu…]

 

[¡Había sido engañado por el enemigo! Fue una trampa, y Haniel-sama fue emboscado; peleó con ganas, pero fue superado— ¡Lo siento!]

 

[¿Así que Haniel está allí?]

 

Claudia giró sus ojos con dolor a la cama, cuando el hombre le dio una pequeña asistencia y empezó a sollozar otra vez. Hiro suspiro a la vista de ambos.

 

Así que empiezan a preparar la retirada…

 

Era difícil de creer que Haniel fuera el único que había salido a negociar. Hay muchos otros en el séquito quienes lo habría seguido. Si no hay personas dándoles órdenes, incluso una gran armada se convertirá en una perdida.

 

[Disculpe, ¿cuántos soldados quedan?]

 

[Cerca de 5000. Eso incluye a los heridos.]

 

El hombre frunció el ceño al abrupto acercamiento de Hiro, pero respondió amable.

 

[El enemigo ha lanzado ataques por todos lados mientras estamos perdidos por la pérdida de Haniel-sama y los otros.]

 

Sin embargo, sin su comandante, eran incapaces de establecer una cadena de mando. No solo perdieron más de 5000 soldados, sino que también fueron derrotados sin ser capaces de devolverla.

[Princesa Claudia, hay algo que Haniel-sama me dijo darle antes que falleciera.]

 

El hombre fue a un rincón de la cortina y volvió con algo envuelto en harapos en su mano.

 

[Es la espada mágica Auto Claire. Por favor acéptela.]

 

La ropa fue desatada, revelando la espada mágica. Claudia contuvo su boca, y lágrimas bajaban de sus ojos.

 

[Por favor guíanos en nombre de Haniel-sama.]

 

Mientras el silencio le daba inquietud, la cortina se llenó con denso aire. Claudia en silencio recogió la espada mágica y fue directo al costado de Haniel.

 

[No sé si pueda manejar una tarea tan grande, pero es mi deber como un miembro de la familia real darle un fin a este caos… y haré lo que pueda.]

 

Claudia incrusto la espada en el suelo, presiono su frente contra el mango, y bajó su rostro. Hiro ve su expresión y cerró sus ojos. Suprimió el enojo que estaba hirviendo desde las profundidades de su corazón.

 

[Hiro-sama, ¿por favor puede prestarme su fuerza?]

 

Hiro abrió sus ojos tranquilamente mientras Claudia lo llamaba.

 

[Si es algo en lo que puedo ayudar, sí. Princesa Claudia, ¿qué es lo que quiere?]

 

[Para vengar a mi hermano, el usurpador. No toleraré más violencia.]

 

[Entiendo… Daré lo mejor para ayudarte.]

 

 

Sin embargo, la situación era terrible. Incluso si fueran a tomarlo en serio, no tendrían una oportunidad. El otro lado tiene un astuto hombre. Usan un dulce cebo para atrapar al enemigo, y cuando el enemigo está atrapado, lo usan contra él. Tiene una brutal y astuta mente.

 

Además, la mayoría de nuestros movimientos han sido aplastados.

 

Los cuerpos que habían sido expuestos de camino aquí— no estaban destinados a provocar la ira, sino para mostrárselos a los soldados derrotados, y si fueran a mostrar tales atrocidades, serían dominados por el enojo en la superficie, pero por debajo, se les infundiría el miedo.

 

La moral está más abajo que nunca, los soldados no tienen energía, y son superados…

 

[El primer paso es reorganizar las tropas. Quiero que reúnas a la unidad de comandantes en el centro de comando.]

 

[Entiendo.]

 

Claudia asintió.

 

[¿Puedes reunir a los comandantes sobrevivientes ahora?]

 

Cuando Claudia le instruyó al hombre, de inmediato salió corriendo.

 

[Y, ¿Hiro-sama, tienes algún plan?]

 

Hiro sonrío confiado a Claudia mientras regresaba a ella.

 

[No es difícil— pero primero, hablemos con la unidad de comandantes.]

 

________________________

 

Los comandantes sobrevivientes fueron reunidos en una tienda en el centro del campamento central. Fueron llamados con urgencia, y todos ellos se miraban dudosos en sus rostros. Serían atrapados en una tormenta de tiranía si no se retiran rápidamente. Todos ellos estaban inquietos, quizás porque estaban asustados.

 

Luego, Hiro llego con Claudia. La unidad de comandantes se paró juntos y saludaron.

 

[Me disculpo por haberlos reunido sin previo aviso.]

 

Claudia regresó el saludo y se sentó en una silla preparada para ella.

 

[Y aquí está Hiro Schwartz von Grantz, el Cuarto Príncipe del Imperio Grantz, quien estará asistiéndome como un consejero militar.]

 

Los comandantes abrieron sus ojos en sorpresa, pero gradualmente empezaron tensarse como si entendieran la situación.

 

Con un rostro calmado, Hiro hizo a un lado la impasible mirada de los comandantes y colocó el mapa y documentos en el escritorio antes de inclinarse. Luego se sentó a la par de Claudia.

 

[Por favor acomódense.]

 

Señaló su mano a las sillas proveídas para los comandantes y les apresuro a sentarse, lo cual hicieron.

 

Supongo que todo está bien.

 

No es que confíen en él, pero no hay bromas, y parece que están escuchando a Hiro, con una mente abierta, aunque hay muchas opiniones involucradas.

 

[Lo primero que necesita ser mencionado es que tenemos que suspender la retirada. Si le permitimos a la armada rebelde causar más estragos, la reconstrucción del sur será difícil. Es por eso que hemos decidido interceptar al Príncipe de la Corona Fraus.]

 

Aunque no dijeron nada en alto debido a la presencia de Claudia, las expresiones de los comandantes mostraban insatisfacción. Hiro, decidiendo que primero debería calmar su ansiedad y frustración, tomó un pequeño respiro y anunció sus intenciones.

 

[La situación no es buena, pero aún tenemos una oportunidad de ganar. Con el fin de salvar a las personas bajo fuego y vengar la muerte de los soldados y oficiales, debemos levantarnos otra vez.]

 

Las palabras de Hiro, llenas de confianza, llevaron una pequeña luz a los ojos de los comandantes. Sobre todo, las palabras del descendiente del “Dios de la Guerra”, quien se decía es invencible, resonaron en ellos más que nada.

 

Sin embargo, Hiro sintió algo de decepción. Habría sido mejor tener a alguien con un espíritu rebelde para calmar las cosas. Sin embargo, ya que habían perdido tan mal, era inevitable que se vinieran abajo. Primero, debería motivarlos otra vez.

 

[Entonces quiero preguntarles lo que quieren hacer en el futuro. Si hay alguien que quiera sugerir su propio plan, por favor hable y hágamelo saber.]

 

[Um… Hiro-sama debe tener algún tipo de plan, ¿cierto?]

 

Claudia intervino en una forma asustada.

 

Hiro le dio una leve asistencia y dijo.

 

[Claro, tengo varias cosas en mente. Pero primero, quiero oír la opinión de las personas aquí.]

 

Las palabras de Hiro se encontraron con la apariencia de sorpresa de los comandantes. Es entendible. No hay forma que fueran capaces de hablar cuando se les pregunta si tenían un plan.

 

[¿Por qué es eso…?]

 

 

Hiro sacó un suspiro exasperado, sintiéndose decepcionado que no hubiera alguien que quisiera hablar. Es decir, estaban planeando seguir las órdenes de Hiro desde el principio.

 

[No necesito un comandante que simplemente sigue las reglas sin ser capaz de expresar su propia opinión.]

 

Los héroes de mañana pueden estar aquí hoy. Por el futuro, por eso, es necesario encontrarlos y nutrir sus semillas. Si hubiera una persona más talentosa, más personas serán salvadas.

 

[No hay necesidad de dudar debido a algún título, tal como “familia real” o “descendiente del Dios de la Guerra”. Si tienes una buena opinión, la consideraré.]

 

Lo que le preocupa es el miedo. Si hay personas que admiran a sus superiores, su juicio será nublado, y más personas morirán en batalla. Si las cosas salen mal, el resultado será una derrota. El destino de la nación puede depender de la destrucción de una sola unidad.

 

Por eso, el desgaste es innecesario en la guerra. Deberían ser removidos lo más pronto posible.

 

[E-Entonces, ¿escuchará mi opinión por favor?]

 

En la tranquila tienda, una austera voz de un comandante sonó débilmente.

 

Hiro sonrío. No importa si no era una excelente opinión.

 

[Te permito hablar.]

 

[Muchas gracias.]

 

El austero comandante se paró. Estaba nervioso y tenía sudor en su frente.

 

[Creo que debemos aprovecharnos de nuestra ventaja geográfica y lanzar un ataque sorpresa ya que somos superados.]

[No creo que sea posible.]

 

Y otro comandante con una delgada cara interrumpió.

 

[El enemigo sigue quieto en el mismo lugar. Es probable que conozcan la geografía al enviar exploradores en el lugar. Incluso si podemos cogerlos de espaldas, hay una gran probabilidad que estén al tanto de nosotros.]

 

[Pero somos superados. No hay forma de ganar excepto que por sorpresa. ¿Estás diciendo que deberíamos pelear de frente? Solo puedo imaginar una total aniquilación.]

 

[No es lo que estoy diciendo. Deberíamos tratar de cogerlos con la guardia baja antes que los sorprendamos.]

 

El austero comandante pregunto, y el comandante de cara delgada se silenció. El otro comandante, incapaz de verlo, empezó a colocar piezas en un mapa en el escritorio.

 

[¿Qué tal esto? Divide la armada en dos, usa la primera armada como una desviación del frente, y la segunda armada desde atrás, luego podremos lanzar un ataque.]

 

[Espera. El enemigo es más numeroso que nosotros. Nos destruirán individualmente, y seremos aniquilados.]

 

No tomó mucho para que todos se unan en la discusión. Mientras la atmósfera empezaba a calentarse, la discusión militar se volvió más acalorada. Sin embargo, la conversación se mantuvo en una línea paralela.

 

Ninguna de las opciones fue conclusiva. Hiro decidió llevar la discusión a un cierre.

 

[Entiendo lo que están diciendo. Vamos a calmarnos y beber algo de agua.]

 

Sin querer ignorar a Hiro, los comandantes suspiraron de exasperación y tomaron asiento. Cuando vio a todos sentados, Hiro se paró de su asiento. Los comandantes también trataron de levantarse con prisa.

 

[Como un descendiente de un antiguo aliado, me alegra ver que todos estaban pensando en el país y elaborar un plan.]

 

Luego de pronunciar las palabras del Cuarto Príncipe, Hiro habló con un exagerado gesto.

 

[Todas las sugerencias son excelentes, y ninguna de ellas será descartada. Es por eso que me he hecho a la idea.]

 

Alguien aclaro su garganta. Alguien se tensó y pensó, [Mi plan puede ser adoptado.] si ese plan es exitoso, seguramente dejará una marca en la historia del Reinado Levering. Todos estaban viendo a Hiro, olvidando incluso respirar.

 

[Adoptemos todos sus planes.]

 

Naturalmente— todos se echaron atrás. Se veían como si no pudieran entender lo que Hiro estaba hablando.

 

Hiro, quien había anticipado esta reacción, sonrío levemente.

 

[Ni uno de esos movimientos son malos. Además, no podemos tratar los sentimientos de todos por el país con tal irrespeto.]

 

Nadie estaría desanimado solo porque su opinión no fue adoptada. Sin embargo, Hiro estaba apuntando por la unidad al adoptar el plan de todos. Quería usar el poder de toda la fuerza para derrotar al oponente, no el poder individual.

 

[Arreglaré lo que está mal. Usa lo raro; usa lo positivo. Juega con el enemigo y ve por la victoria.]

 

La supuesta armada rebelde no había puesto una mano en las personas. En ese caso, pudieron haber sido capaces llevarla bien debido a la Princesa Claudia. Sin embargo, el enemigo uso los medios más viles y malévolos.

 

Era algo que no podía ser pasado por alto y no podía ser perdonado.

 

[Es mejor cazarlos lentamente para que puedan entendernos. Tenemos que dejarles saber de primera mano con quiénes están tratando.]

 

Con manos en ambos lados del escritorio, dejo salir un respiro ardiendo de enojo. Hiro miró alrededor a los comandantes. En las profundidades de sus ojos, un furioso fuego arremetió.

 

[— De seguro les daremos la desesperación.]

 

Todos temblaron al espíritu asesino que yacía en sus palabras.

 

________________________

 

Una pequeña colina a una corta distancia de donde la armada rebelde había establecido su campamento. Ahora esa oscuridad se había metido, ni siquiera la luz de las estrellas podía llegar a ese lugar, el cual estaba rodeado por madera.

 

En la sombra del césped, cuatro hombres se estaban escondiendo bajo su respiración como si quemaran la nieve, observando a la armada sur. Estaban vestidos de blanco para mezclarse en el escenario alrededor, y montañas de hojas podían verse por todos sus cuerpos, quizás para replicar sus alrededores. Incluso mancharon con lodo sus rostros.

 

[Es suficiente. ¿No deberíamos irnos mientras podamos antes que descubran lo que estamos haciendo?]

 

[¿No deberíamos observarlos? Mientras tanto, enviemos a un hombre a reportar.]

 

Mientras los dos hombres argumentaban, otro hombre quien tenía un gran cuerpo yaciendo en el suelo abrió su boca, soltando un suspiro.

 

[No hay necesidad de apresurarnos. El enemigo tiene 5000 de fuerza. Creo que sería lo mismo incluso si no lo reportamos.]

 

[Es cierto; tenemos 30000. No es una diferencia en fuerza que pueda ser anulada no importa qué tan duro lo intentemos.]

 

El otro, un viejo soldado, se infiltró en el campamento de la armada del sur mientras bebía su vino saqueado. Mientras los dos soldados continuaban de guardia, el viejo se recostó sobre el barril de vino.

 

[Ustedes chicos deben relajarse con la guardia y beber. Aunque no hay carne.]

 

[Aunque hay demasiada carne en las calles.]

 

Pero era carne humana, el hombre grande añadió con una sonrisa astuta.

 

Sin embargo, los dos guardias no parecían moverse hasta el cambio de turno y no mostraban alguna reacción. El viejo soldado aclaró su garganta y suspiro.

 

[Ustedes chicos son demasiados serios y molestos. ¿Quieren seguir en guardia por siempre hasta que se hagan viejos?]

 

[Bueno anciano. Estamos en una misión, así que deberías tener las cosas bajo control. Tenemos que escapar si somos descubiertos.]

 

El viejo soldado olfateó con diversión mientras el gran hombre vertía vino en una copa de madera.

 

[Eres el que no puede ni siquiera pararse, así que no seas tan engreído.]

 

[Gahaha, todo está bien. Soy joven, después de todo, a diferencia de ti, un viejo. Puedo pelear si es necesario.]

 

[Hmph, estás sacando mierda, joven. Como sea, me pregunto cuándo volverá nuestro compañero de mear.]

 

[Debió haberse quedado dormido por ahí. También ha estado bebiendo demasiado.]

 

[En este frío clima, pudo haberse congelado hasta la muerte en algún lugar. Eso es lo que pasa cuando eres muy débil para beber.]

[No puedes dejar el alcohol en una misión aburrida como esta.]

 

El gran hombre con un raro acento se paró de golpe y levantó su mano al viejo soldado quien estaba dándole una sospechosa mirada.

 

[Voy a mear por un minuto y buscar al comandante.]

 

[Con cuidado; puedes resbalarte y golpearte la cabeza y morir.]

 

[Viejo, mejor que no te congeles cuando vuelva, ¿cierto?]

 

Tan pronto como se le dijo, el gran hombre se resbaló y cayó al suelo.

 

[Ves. Te lo dije, ¿no? No te estás mojando en tus pantalones, ¿verdad?]

 

[Duele— claro que no. Solo me tropecé en el lodo…]

 

Cuando el gran hombre se restregaba en el suelo, un persistente chirrido se escuchó.

 

[¿Qué pasa?]

 

Levantó su mano sobre su cabeza, apoyándose en la luz lunar derramándose por los árboles.

 

[¿Qué con eso…?]

 

De su muñeca a la punta de su mano, estaba teñido de rojo. Además, una gota de líquido cae en la mejilla del gran hombre. Se limpió sus mejillas con su brazo y luego miro atrás para ver que el viejo soldado había desaparecido.

 

[¿Huh? Hey, ¿viejo?]

 

Le dio la vuelta a su cabeza. Los dos soldados en guardia aún estaban allí, pero solo el soldado había desaparecido de pronto.

 

[Hey chicos, ¿dónde está el viejo…?]

 

Tomó al guardia por los hombros y trató de voltearlo para ver atrás, pero la gravedad los llevo al suelo.

 

[No me jodas.]

 

Los dos guardias fueron cortados del cuello. El gran hombre se echó atrás del miedo, y el suelo estaba mojado con sangre.

 

[¿Qué con esto? Debo estar ebrio…]

 

El hombre estaba tan ebrio que no sabía si era real o no.

 

El gran hombre corrió por la nieve con pasos inestables, esperando que fuera un sueño.

 

[Mierda… no lo entiendo.]

 

Sus instintos le decían que no debería estar allí. Sintió su ebriedad hundirse en él. Pero no el cuerpo. El gran hombre corrió desesperado al lugar donde había dejado su caballo, cayendo varias veces. Se hizo raspones y sangra por todo el cuerpo, pero cuando llego a su destino…

 

[Hyiu…]

 

Un pequeño grito de disgusto sale de su garganta. La vista que encontraron los ojos del hombre era el cadáver de un viejo soldado colgando de un árbol.

 

En la base del árbol un hombre de negro se sentaba. Sus ojos negros, más oscuros que la oscuridad misma, se fijaron en el gran hombre.

[¡Aah!]

 

De inmediato trató de sacar la espada de su cintura. Pero no podía mover su brazo, y cuando lo miro, vio que le hacía falta desde su hombro. Los gritos del gran hombre estallaron en la oscura noche, y su gran cuerpo rodo por el suelo.

 

[Ahora, supongo que no hay mucha información que podamos conseguir de un pobre tipo como tú.]

 

El joven se paró en la nieve y se acercó— pero luego desapareció de la vista del hombre.

 

[La noche es larga. Estaría más feliz si fueras menos renuente a hablar.]

 

El hombre fue pateado en la espalda y rodo, golpeando su rostro en el suelo.

 

[¿Cuánto sabes acerca de los tres demonios generales? En especial, quiero saber acerca del tipo llamado Baal.]

 

La espada del joven fue incrustada en la mano del mismo como si se la hubieran robado en algún momento. Cuando lo vio frente a sus ojos, el hombre movió su brazo restante para detener al joven.

 

[¡Espera, espera, espera! ¿Qué vas a hacer?]

 

Una parpadeante espada se deslizo por su brazo. Un chorro de sangre, seguido del grito del hombre, resonó.

 

[Estás lastimando mis oídos.]

 

[¿…?]

 

La cabeza del gran hombre rodo, haciendo un camino de sangre en el suelo, y se detuvo cuando golpeo el pie de alguien. La persona era el hombre que el viejo y el hombre habían llamado su comandante.

Estaba atado con una soga y tenía un trapo sobre su boca.

 

[Espero que ya estés sobrio ahora.]

 

El joven, Hiro, removió el trapo cubriendo la boca del comandante.

 

[¿Q-Qué quieres saber? ¡Te diré todo lo que sé!]

 

[Bueno, empecemos con el hombre llamado Baal.]

 

[Nadie conoce la verdadera identidad de Baal-sama. ¡N-No estoy mintiendo! Probablemente ni el Príncipe de la Corono Fraus lo sabe.]

 

[¿Ese mentado hombre es tu jefe de estrategia?]

 

[El anterior rey confiaba en él. Sobre todo, por el bien del país, Baal-sama continuaba trabajando con todas sus fuerzas. Es muy popular en nuestro país ahora.]

 

[Ya sé todo eso. ¿Hay algo más?]

 

Los labios del comandante temblaron mientras apretaba sus dientes cuando Hiro reflejó la hoja de su espada a él.

 

[Realmente no sé nada de él. ¡Es imposible para un mero comandante como yo dar más detalles!]

 

[Ya veo, ahora la siguiente pregunta. ¿Por qué atacaste el sur?]

 

[Tú lo iniciaste, ¿verdad? ¡Mataste al rey y secuestraste a la princesa! Es razón suficiente para iniciar una guerra. Y la parte sur del país está llena de humanos, muchos quienes están cooperando con el Imperio Grantz.]

 

[¿Viste al rey ser asesinado? ¿Viste a la princesa siendo secuestrada?]

El comandante se quedó sin habla y calló a las palabras de Hiro.

 

[Acabas de escucharlo, ¿verdad? Baal, o el Príncipe de la Corona Fraus, explicó que un enviado del Imperio Grantz mató al rey y secuestro a la princesa. ¿No es cierto?]

 

[Sí, eso es. Los viejos nobles también tienen informantes.]

 

[¿Y qué hay de esos que se vuelven informantes?]

 

[Oí que fueron asesinados en el lugar, pero algunos fueron llevados a prisión.]

 

[Ya veo. Así que tomaron a los que podían usar como rehenes y mataron a los que no necesitaban.]

 

El hombre no parecía entender lo que Hiro estaba murmurando, y tenía una escéptica expresión en su rostro. Hiro levanto su espada en silencio como si no tuviera intención de explicar.

 

Cuando el comandante vio la espada emitiendo luz, su cara cambió.

 

[¡Espera! ¡Por favor no me mates!]

 

[No te preocupes. Aún tengo algunas preguntas que quiero hacerte.]

 

[¡P-Pregúntame lo que quieras!]

 

[Bueno, déjame preguntarte esto… ¿Quién dio la orden de cometer tal barbárico de dañar a las personas?]

 

[Fue Baal-sama.]

 

[¿Has tomado parte del saqueo?]

[No. Lo juro. La mayoría de las personas que saquean son criminales.]

 

Aunque la raza demoniaca en el Reinado Levering es muy escasa, personas de vidas largas hacen más de la mitad de la población. Criminales no son la excepción a esto, y muchos de los centros que los abrigan están al borde de la ruina.

 

Es por eso que se aprovecharon de esta guerra para incorporar cerca de 5000 de ellos en la armada.

 

[Muchos de los soldados regulares han sido influenciados por ellos y toman parte del saqueo debido a la orden de Baal-sama. Pero un honorable demonio como yo nunca saquería…]

 

El comandante no pudo terminar lo que estaba diciendo. Su cabeza cayó al suelo.

 

[Puedo decir que estás mintiendo.]

 

Hiro lanzó su espada y miró al cadáver con sus congelados ojos antes de alejarse.

 

[Más y más, no hay razón para tener a Baal o el Príncipe de la Corona Fraus vivos.]

 

Como si derritiera en la oscuridad, e incluso la luz lunar se hundió, Hiro desapareció con tranquilidad.

 

________________________

 

Al siguiente día— era temprano en la mañana, luego de amanecer. En una llanura con pocos de bosques, la armada del sur liderada por Hiro y los otros con éxito alcanzaron a la armada rebelde.

 

La armada rebelde, parada en calma en tres líneas horizontales, no lucía abrumada. Los arqueros fueron colocados al frente de línea, listos para pelear en cualquier momento, y la caballería detrás de ellos fue organizada para aprovechar cualquier espacio. La infantería formó una rígida formación en el centro.

 

[Una formación punta de lanza. Parece que no intentan hacer algún movimiento.]

 

También se le llama formación tortuga, y se espera que la concha sea impactada desde fuera. Es una formación en la cual confían que no sea aplastada, y cuando el cebo se acerque, irán por ello sin retraso.

 

[Pensé que atacarían en gran número, pero supongo que no son muy vanidosos, y no son muy descuidados…]

 

Conocen del arte de la guerra. No solo lo dejan a los números y se atreven a ir a ciegas.

 

Usaron una formación en anticipación del pequeño número de personas en el área. Eso significaría que la armada de Hiro tendría la iniciativa de atacar, pero…

 

[Hay una forma de hacerlo, pero no es divertido si solo lo hacemos de la forma normal.]

 

Hiro murmuro y salió del carruaje.

 

[¿A dónde vas?]

 

Claudia estaba persiguiéndolo. Hiro giró sobre su hombro y levantó el borde de su boca.

 

[Estoy pensando en recomendar una rendición.]

 

[¿De qué estás hablando? ¿Cómo puedes aceptar tal cosa?]

 

Claudia hizo una cara dudosa y galopó en su caballo para detener a Hiro, bloqueando el camino en frente de él.

 

[¿Por favor te harías a un lado?]

 

[Tengo que explicarlo primero. No hay forma que escuchen una orden de rendición.]

La armada de Fraus era una fuerza de 30000, mientras la nuestra era solo 5000. No hay forma que acepten la rendición. Pero ese era el objetivo de Hiro.

 

[Tenemos que enojarlos un poco. Estarán sorprendidos.]

 

[¿No solo te estarías burlando de ellos?]

 

[Ciertamente, por lo cual necesitamos provocar su enojo para que tomen el cebo.]

 

[Es decir… ¿quieres ir a ellos como un enviado y salir a lo loco?]

 

[No, no será así de fácil. No seré capaz de acércame a ellos. Así que lo pediré desde la distancia.]

 

Claudia suspira en resignación como si estuviera cansada de entender las palabras de Hiro.

 

[Fuh… entiendo. ¿Qué debería hacer entonces?]

 

[¿Puedes preparar un centenar de jinetes para mí? Asegúrate de decirles que sigan mis instrucciones.]

 

[Muy bien.]

 

[Por favor haz que la caballería parta de inmediato, y el resto procederá como lo planeado.]

 

El rostro de Claudia se tensó mientras oía las palabras de Hiro.

 

[No podemos permitirnos cometer un solo error. Así que la dura batalla inicia…]

 

Con una pizca de nerviosismo en su voz, Claudia dijo sin más, pero no había necesidad de tomarlo en serio.

 

Si el plan que está cerca de ser implementado falla, se podrá usar igualmente. Mientras se evite una total aniquilación, se puede sobrevivir. Sin embargo, no hay necesidad de acabar con la apropiada tensión al decir cosas innecesarias. Sería un problema si se abruman demasiado, pero también sería un problema si se relajan demasiado.

 

Así que Hiro asintió en acuerdo con Claudia.

 

[Te dejaré el resto a ti entonces.]

 

Mientras Hiro decía eso, extendía su mano a Claudia.

 

[Lo siento. ¿Puedes darme un arco y una flecha?]

 

[No me importa, pero…]

 

Claudia inclinó su cabeza en curiosidad a Hiro, quien estaba revisando el arco.

 

[¿Para qué lo vas a usar? ¿Estás seguro que necesitas uno?]

 

[Lo descubrirás pronto; solo tendrás que observar.]

 

Con una leve sonrisa, Hiro empezó dirigirse hacia el frente.

 

El borde de su negra bata revoloteó detrás de él, golpeada por el aire mientras se movía por los tensos soldados. Sintiendo frío, la tensa briza fluyendo por el campo de batalla, Hiro pasó entre los rangos del frente.

 

Cuando su visión se abrió, 30000 soldados fueron alineados en gran orden en el campo de nieve. La armada enemiga estaba vibrando de la emoción en vista de una sola persona— quien había salido de la nada.

 

Sin embargo, parecían haber decidido observar cada movimiento de Hiro y no hicieron nada.

 

[¡Atención, soldados rebeldes! No es demasiado tarde. ¡Ríndanse!]

 

La voz de Hiro resonó por el campo de nieve. Pero como esperaban, la reacción del oponente fue reír en disgusto.

 

[¡No deberías hablar cuando duermes y mientras bebes leche del pecho de tu madre!]

 

El frío viento acarrea la maldita risa.

 

Hiro tomó el mango del “Emperador Celestial” en su cintura.

 

[¡Como sea! ¡Vamos a pelear hasta el amargo final!]

 

Mientras Hiro sacaba el Emperador Celestial, un centenar de jinetes corrían detrás de él en una línea horizontal como una señal. Mientras los arqueros en el frente de la armada enemiga toman su postura, Hiro movió sus brazos a un lado.

 

[¡Alto!]

 

Los caballos de caballería que estaban galopando a toda velocidad llegaron a un abrupto alto, enviando una gran cantidad polvo de nieve. Al mismo tiempo, flechas disparadas del enemigo llenaron el cielo.

 

Hiro, mirando a la escena con una cara calmada, puso al “Emperador Celestial” devuelta a su funda y la reemplazo con un arco. En ese momento, hubo un ruido chillante, como si la tierra y las piedras estuvieran lloviendo.

 

Un gran número de flechas perforaron el campo de nieve a la vez. Sin embargo, no había daño a la caballería, y por sorpresa, todos estaban sin daños. Si fuera ese el caso, la armada enemiga naturalmente se enojaría.

 

Viendo eso, Hiro no se perdió la oportunidad y gritó en alto.

 

[¡Como se esperaba de una raza demoniaca renombrada! ¡Incluso si fueras a buscar por el continente entero, no encontrarías una raza tan inefectiva como la tuya! ¡Solo puedes lidiar con mujeres y niños, así que tus flechas no pueden llegarnos!]

 

Mientras Hiro sarcásticamente hablaba a todo pulmón, el frente de línea de la armada enemiga fue interrumpida y una tropa de caballería— un centenar— llegaron a atacar.

 

[¡Entonces me haré cargo de ti! ¡Experimenta el horror de la raza demoniaca por ti mismo!]

 

[No hay nada más fácil que atrapar a un idiota…]

 

Hiro murmuró para sí, luego sacó una flecha de su arco y la apretó. Cuando midió la distancia y libero su mano, la flecha voló en línea recta, sonando en el aire. Perforó al comandante enemigo justo entre sus ojos.

 

Al momento siguiente— con un ruidoso sonido, el comandante enemigo se volvió un cadáver silencioso.

 

Hiro sacó la flecha del enemigo que estaba clavada en el suelo y continúo disparando. Las flechas golpearon a los inestables enemigos soldados, y volviéndolos cadáveres. Cuando había matado a cinco más de la misma manera, la caballería enemiga se estancó, quizás porque había perdido a su comandante y juzgado que en verdad era peligroso.

 

Hiro se dio la vuelta y dio una orden a la caballería en espera.

 

[Inicien la operación. Los aplastaremos de lleno.]

 

[¡Ha!]

 

Un centenar de caballería gritó en conjunto mientras se detenían desde el frente de línea. Hiro volvió su atención a las tropas enemigas, quienes aún estaban asombrados. Están aislados por completo, hasta el frente de línea.

 

[Bueno… no hay más utilidad para ti, así que por favor desaparece en paz.]

 

Luego de sacar al Emperador Celestial, Hiro empezó a correr, dejando la nieve volando detrás de él. Cuando se acercaba a ellos a la velocidad de la luz, cortó la cabeza de un soldado enemigo como si acariciara sus ojos.

 

Esquivo una lanza arrojada por un enemigo a caballo al torcer su cuello y saltar golpeando el suelo. Se dio la vuelta por arriba de la cabeza del enemigo y cortó su garganta con la punta de su “Emperador Celestial”.

 

La fresca sangre que se esparció teñía la blanca tierra de rojo.

 

[¡Es demasiado tarde!]

 

Tan pronto como Hiro aterrizo en el suelo, dio un gran salto y cortó al soldado enemigo frente a él junto a su caballo. Además, Hiro se sacudió y giró a los soldados enemigos a una velocidad invisible. Saltó al costado, algunas veces retirándose y luego yendo al frente para llenarlos de cortadas. Al último, quizás sintiendo la anormalidad, el primer grupo enemigo hizo un movimiento. Empezaron a moverse para salvar la vida de sus compatriotas.

 

Hiro acarició su parche e hizo una leve sonrisa.

 

[¿Qué diablos estás haciendo?]

 

[Vienes tarde.]

 

Cortó al soldado enemigo viniente con una sola espada y explotó un sonido cuando puso su dedo en su boca.

 

[¡Hiro-sama! ¡Por aquí!]

 

Hiro tomó la mano de Munin y saltó al caballo.

 

[Desde ahora en adelante, es un abismo… acábenlos, derríbenlos, y quémenlos con las llamas de la vergüenza.]

 

La primera línea enemiga se estaba acercando. Sonrió, señalando con su mano para acabar con la escena.

 

[Vamos a divertirnos.]

 

El susurro de alegría fue ahogado por el rugir de los caballos que agitaban la tierra.

 

***********************

 

La primera línea enemiga numerada en 5000. La formación inicial de tortuga había sufrido una transformación. La caballería se extendió de derecha a izquierda como si dibujara alas y la infantería pasó al centro sin molestarse con su armadura pesada.

 

Una formación de ocho negros— la formación de ala de dragón.

 

Es la formación más usada en la guerra y la favorita de muchas naciones porque es fácil de atacar desde una formación de punta de lanza.

 

[Has establecido una formación de asedio, ¿huh? Es bastante impresionante.]

 

Con un poco de admiración, Claudia murmuró y miró sobre la formación de su armada desde su caballo. Los soldados esperando por el enemigo en una formación de flanco estaban más emocionados que nerviosos debido a las repetidas provocaciones.

 

[Si seguimos acabándolos así, es probable que la diferencia en números provoque una ruptura.]

 

El número de soldados aquí es de 5000, el mismo número como el primer grupo de oponentes— eso es si, incluyendo a los heridos, el número real es cerca de 4000.

 

El número ha sido alterado para que el enemigo no sepa acerca de ello, pero es solo cuestión de tiempo antes que lo descubran.

 

[El resto es cuestión de cuánto impulso puedas darles para que pongan presión al centro… Además, necesitamos descubrir cuándo mover la caballería.]

 

Claudia miro alrededor al terreno circundante y le dio un leve gruñido. Hiro le instruye, pero ya sea que gane o no, es cosa de Claudia, y no puede tomar una decisión fácilmente.

 

[¡Princesa! ¡Conozco la composición del primer equipo enemigo!]

 

Claudia estaba preocupada, pero Hugin acerco su caballo.

 

[La caballería en ambos lados es de 2000. La infantería en el centro es de 3000. La segunda línea enemiga no parece estar moviéndose. Parece como que el primer grupo quizás está actuando por su cuenta.]

 

Es posible que malentendieron sus propias habilidades debido a su abrumador valor militar contra las personas o perdieron el control porque no restringieron sus acciones como saquear o que el número de 30000 pudo haber contribuido a su vanidad. Claudia puso su mano en su delgada barbilla y sonrío sin reparo.

 

El enemigo es una gran armada, pero no es mortal, y no es como si creen que es una lucha fácil; no hay resolución aún. Claudia tomo una decisión y sacó la espada mágica Auto Claire en su cintura.

 

[Alcen la bandera. ¡Que inicie la operación!]

 

Las heráldicas banderas del Reinado Levering se alzaron una tras otra en el campamento principal, y el cuerno resonó en lo alto del cielo. La caballería en la derecha e izquierda empezaron a marchar; levantando una nube de polvo.

 

La infantería, incluyendo el campamento principal, estaba en una posición esperando al enemigo. El viento sopló, las banderas se movían por el viento, y el bosque hizo un sonido silencioso, pero las botas de la armada lo silenciaron.

 

[¡Ellos vienen! ¡No dejen que los asusten!]

 

Claudia gritó, y al mismo tiempo, el frente de línea gritó y chocó con la armada enemiga. Espadas chocaban con espadas en el frente de línea. Chispas volaban, niebla de sangre revolotea, y las puntas de las lanzas brillaban.

 

La caballería también parecía haber empezó a luchar, y el polvo se alzó en las alturas del cielo.

 

[¡Princesa! ¡El centro aún está siendo presionado!]

 

Hugin le informó, fijando sus ojos en su caballo. Cuando Claudia vio en esa dirección también, vio que el centro de la armada había sido presionado significantemente y estaba empezando a retirarse. Aprovechándose de esa brecha, las fuerzas enemigas estaban concentrando sus ataques en el centro. Sin embargo, Claudia no estaba apresurada. Más bien, una pequeña sonrisa apareció en su rostro.

 

[No necesitas preocuparte. Hiro-sama está allí, sabes.]

 

[¿Sabio hermano?]

 

El centro está compuesto por milicianos con el fin de derribarlos. De acuerdo a Hiro, todo es un plan para ganar. Es decir, todo es acerca de pretensiones— para atraer al oponente y minimizar el daño en ellos.

 

[Muchos soldados estaban perdiendo su confianza. Si se acostumbran a retirarse, afectará a sus futuras estrategias. Así que Hiro-sama decidió dar un espectáculo. Usar a los milicianos es un movimiento audaz... pero puede ayudar a los soldados a recuperar su confianza.]

 

Debió de haberlos asustado… Luego de decir eso, Claudia miró al frente de línea.

 

[Realmente estoy impresionada. ¿Realmente es el descendiente del “Dios de la Guerra?]

 

Los soldados enemigos en los frentes de línea probablemente están temblando del miedo ahora. Deben estar resistiéndose desesperadamente al evitar ser tragados por la oscuridad. Claudia mantuvo su mirada en el frente de línea con tal premonición en mente.

 

________________________

 

El centro estaba colapsándose. El enemigo estaba entrando. Los soldados estaban luchando por presionar, pero el ataque enemigo era tan fiero que no podían detenerlo. A cargo del centro estaba la milicia, las personas que habían sido reclutadas.

 

No tienen experiencia en la guerra regular, y la mayoría de ellos nunca han estado en una guerra. Es por eso que colapsan rápido. Hay muchas brechas mayores en experiencia, tensión, y nivel de habilidad, pero la mayoría son más notables justo después que la guerra inicia.

 

Necesitamos presionar tan pronto sea posible. La moral es su punto más bajo. No sabemos cuándo huirán.

 

Ahí es donde necesitan construir su confianza. Si la milicia resiste, los soldados regulares empezarán a mostrar su fuerza también. Entonces la armada se volverá incluso más unida y fuerte.

 

Con el fin de construir una amigable caballería, Hiro incluyó esto como una estrategia a su plan.

 

No solo motivaría a los asustados soldados y cubriría la falta de fuerza en la milicia, sino también atraería al enemigo.

 

[¡Sal del camino, basura!]

 

[Esta es una rara oportunidad. No puedes permitirte no aprovecharlo, ¿cierto?]

 

[¡Gofuooohh!]

 

Hiro cortó la cabeza del soldado enemigo quien estaba acercándose. Los cadáveres colapsan, derramando sangre de su cuello.

 

[Por el bien de mis planes futuros, dejaré que ustedes chicos sean la comida de la milicia.]

 

Un gran número de enemigos enojados llenaron su visión, un fiero grito agitó el aire. Cuando Hiro movió levemente al “Emperador Celestial” de forma molesta, las cabezas de los soldados enemigos volaron una tras otra, y sangre roja lluvia sobre la tierra.

 

[Este es el precio de hacer lo que quieres. Deben saber cuál es el verdadero miedo.]

 

Cuando Hiro se adelantó, el enemigo dejo de moverse ante su abrumador dominio.

 

[¡Uraaaa!]

 

La milicia atacó con espadas en sus manos. En el campo de batalla, la duda podía costar vidas. Los enemigos fueron cortados, y sus cadáveres fueron aplastados cruelmente. Sin embargo, el enemigo era raza demoniaca, incluso si estaban podridos. Algunos eran tan habilidosos que era difícil de creer que eran soldados.

 

[¡Mestizo! ¡Cómo te atreves a desafiar a la raza demoniaca!]

 

Una gran espada que es más alta que el demonio que la blande separa los cuerpos de sus aliados y esparce sus tripas. No quería detener el impulso. Hiro tomó un ligero paso para atrapar la gran espada.

 

Sin su espada, sino con sus dedos.

 

[Es leve. Si fueras pura sangre, mis dedos habrían desaparecido.]

 

[Qu… ¿qué diablos… eres tú?]

 

El rostro del demonio no estaba enojado, sino asombrado.

 

[Al fin que eres un mestizo.]

 

Cuando Hiro libero su dedo, la gran espada fue liberada, y el gigante cuerpo colapsó. Hiro rápidamente movió al “Emperador Celestial”.

Una leve briza envolvió el cuerpo del demonio—

 

[¿Ah…?]

 

El cuello que dejo el cuerpo fue atraído por la gravedad y choco en el suelo con un sonido sordo.

 

[Ahora… ¿quién será mi siguiente oponente?]

 

Cuando el Emperador Celestial los está rodeando, los soldados enemigos se retiraron del miedo. Hiro miro la escena como si estuviera aburrido y luego golpeó el suelo.

 

Los soldados enemigos pusieron una desesperada resistencia, pero en vano, solo cadáveres quedaban donde la espada había pasado. Siguiendo el camino de sangre, la milicia empezó a gritar y presionar a las fuerzas enemigas a un ritmo furioso. Se volvió un mensaje inspiracional que se esparce por toda la armada.

 

Cuando había construido la gran pila de cadáveres, Hiro por fin se detuvo.

 

[Acabemos con esto primero. Con tu muerte.]

 

El último del camino sangriento fue el comandante enemigo— uno de los tres demonios generales, Garius van Sarzand. Abrió su gran sonrisa felizmente y saltó de su caballo, y aterrizo en el suelo.

 

[Es maravilloso… ver cómo te las arreglaste para darle vuelta al ir por los frentes de línea tú mismo. Es muy impresionante.]

 

Garius sacó su espada de su cintura y la sostuvo, exhalando tranquilamente.

 

[Es por eso que eres el descendiente del Dios de la Guerra. ¡Eso es lo que me emociona!]

 

[La audacia atrae al dios de la muerte, ¿no?]

[¡Déjame matarte con esto y mostrarle al mundo que soy un verdadero guerrero!]

 

Garius, quien ha abierto sus piernas en una postura de lucha, vio a Hiro.

 

[Y tú no eres diferente. Porque tienes mucha confianza en tu propio poder es que sales al frente, ¿no? Si crees que no puedes ser derrotado, no eres diferente a mí. Eso es muy pretensioso.]

 

La espada de Garius cortó el nublado aire, pero el ataque no golpeó a Hiro.

 

[Gracias por tu consejo. Pero estás equivocado. Nunca he sido pretensioso. Eso es lo que me lastimo en el pasado.]

 

[¡Hm, tienes razón! ¡Primero, voy a cortar ese hermoso rostro tuyo!]

 

Él pisoteó el suelo y atacó por donde pudo con su enojo en su espada.

 

[Nunca he visto a alguien tan simple y fácil de manipular como tú. Normalmente, te habría liberado por tu estupidez, pero por desgracia, no esta vez.]

 

Cuando echó atrás su cabeza, la hoja paso justo debajo de su nariz. Echó su cuerpo atrás, retorció su cuerpo para evitar el avance. Evitó la espada que venía de la parte más baja del cuerpo al golpear la trayectoria. Esto le permitirá tener más tiempo para pensar, y será capaz de prever y esquivar el siguiente ataque.

 

De cara a violentos ataques, Hiro siguió esquivando sin mover un pie.

 

[Hah… ¿Q-Qué con eso?]

 

Garius se está cansando, y sus movimientos se están desacelerando.

 

[¿Cuánta diferencia es la que hay?]

 

Aunque debe haber fatiga, el ataque de Garius, el cual contiene bastante irritación, es mediocre. Desgarró sus órganos, causándole sangrar bastante. Pero no se cayó; pisoteó el suelo y lo resistió.

 

[Gag, p-pensar que ni siquiera puedo dar un solo golpe… ¡Ridículo!]

 

Quizás ha llegado al límite de su resistencia; escupe una gran cantidad de sangre de su boca y cayó al suelo.

 

[B-Baal, no es como funciona—]

 

La luz desapareció de los ojos de Garius. Ovaciones salieron de los aliados cercanos.

 

Hiro regresó su mirada a la segunda línea de la armada enemiga. ¿Detectaron algo inusual? Estaban haciendo un movimiento.

 

[Ganaron la primera batalla. Todo lo que queda es—]

 

[¡Sabio hermano! ¡La tercera y segunda línea enemiga se mueven! ¡Vienen a nosotros!]

 

Fue Hugin quien llego cabalgando a Hiro. Ella le estiró su mano. Hiro tomó su mano y subió en la espalda del caballo.

 

[Entonces vamos a retirarnos lentamente. ¿Trajiste la bandera?]

 

[¡Sí!]

 

Hugin llevaba la bandera en la barriga del caballo— la bandera del Reinado Levering— fue agitada, y los tambores fueron golpeados con cuernos de la armada principal, los cuales estaban lejos. El sonido de la lucha de espadas que habían estado tomando lugar en varios lugares disminuyó. Hubo un cambio en el movimiento de la primera línea enemiga— empezaron a retirarse ahora que Garius había sido asesinado.

 

[Nos retiraremos para formar una línea. Además, avisen a las tropas no necesitan perseguirlos.]

 

La distancia a la segunda línea enemiga era suficiente. Luego de eso, si las tropas quienes están impacientes con el éxito de la batalla no van tras ellos, pueden retirarse con suficiente tiempo para preparar la siguiente batalla.

 

Además, a más número de enemigos sobrevivientes, más impacto en futuras batallas, y al tomar ventaja de eso, tendrán la oportunidad de intentar nuevas estrategias.

 

[¡De inmediato!]

 

Dejando atrás una alegre respuesta, Hugin de inmediato le dio la vuelta a la cabeza a su caballo. En el otro camino, Munin llego cabalgando de buen humor. Todo su cuerpo está rojo por la sangre, probablemente porque arrasó en el frente de línea.

 

[Bueno, incluso los demonios no son diferentes de los humanos. Si se lastiman, sangran y caen fácilmente.]

 

Hiro murmuro que podía confiar en él y puso su gratitud en sus palabras.

 

[Apuesto que el primero será Munin.]

 

[¿En serio? ¡No tendré que preocuparme que el Jefe Ghada se enoje conmigo ahora!]

 

Munin felizmente levantó su lanza y libero un grito.

 

********************

 

[La armada rebelde empezó a resistirse mientras construyen su campamento a distancia.]

 

Dijo un soldado de bajo rango. Hiro, quien había vuelto al campamento principal, ahora estaba leyendo un reporte. El soldado no estaba seguro si Hiro estaba escuchando. Hiro se venía inseguro, pero siguió hablando.

[Parece que han enviado exploradores… ¿Qué deberíamos hacer?]

 

Hiro alejo su mirada del reporte y miró directo al soldado. Mientras la luz del sol iluminaba el suelo, la nieve que había caído fue teñida de rojo, y la armadura de los soldados emitían un color como un fuego persistente.

 

No era solo la puesta del sol, sino también la sangre que había sido derramada.

 

[Mandemos unas tropas al perímetro y captúrenlos. Diles eso a los comandantes de la séptima y decima unidad.]

 

Eso es para la primera batalla. Ahora tuvieron que prepararse para una batalla nocturna, pero probablemente no tenían la intención de hacerlo.

 

[¡Ha!]

 

Para el soldado quien respondió al golpear en su pecho, Hiro alejo el reporte en su bolsillo y habló otra vez.

 

[Ah… e instruye a las tropas para mantener vigilado los alrededores.]

 

[¡Entiendo, señor!]

 

Luego de observar a los soldados irse, Hiro regresó al lugar donde el consejo militar estaba llevándose a cabo.

 

[Estaba esperando cortar otros dos o tres mil.]

 

La armada al sur fue acampada en un área que fue cubierta por el bosque al este y oeste. El lugar fue designado en caso que la armada rebelde viniera tras ellos, pero parecía que ha sido en vano.

 

Había pensado que atacarían con rabia, pero parece que algo de calma quedaba en sus corazones.

Los soldados fueron capaces de descansar temprano, lo que no es tan malo…

 

[Sobre todo, nuestra moral es buena. Y ahora necesitamos hacer nuestro siguiente movimiento antes de tratar de cambiar las cosas.]

 

Hiro lo murmuro para sí y entró a la tienda, donde Claudia, Munin, y Hugin estaban esperándolo.

 

Primero, ellos tres y cuatro, incluyendo a Hiro, tendrían un consejo militar. Luego de eso, la unidad de comandantes vendrá a reportar el daño en sus unidades.

 

[Oh, quietos. Revisemos la situación ahora mismo, ¿vale?]

 

Munin y los otros estaban por saludar, pero Hiro los interrumpió y caminó a una mesa en el centro del cuarto. Un mapa del sur fue esparcido. Las piezas que puntean el mapa son donde las trampas fueron puestas.

 

[La primera línea debió haber perdido cerca de 2000. Si incluimos a los heridos leves o serios, el número excederá los 3000. Por otro lado, tenemos cerca de 1000 heridos y cerca de 3000 personas que tiene energía para luchar.]

 

Claudia coloca una de las piezas en el suelo donde Hiro y los otros están ahora.

 

[De acuerdo al reporte de inteligencia, la posición principal del enemigo es la misma que era cuando la guerra inició, y no hay señales de movimiento.]

 

Un poco más lejos, en un área abierta, una pieza es colocada. Es donde el campamento principal de Fraus está localizado.

 

[No romperán su posición para interceptarnos. Pudieron haberse vuelto más cuidadosos luego de ver la derrota de la primera línea.]

 

[Hm, no hay señales de movimiento de la armada enemiga desde que llegamos aquí. Han estado enviando unidades de saqueo a varios lugares, pero…]

 

Hugin dijo, y Claudia dijo molesta.

 

[Ya veo… Entonces, ¿crees que tienen algún motivo oculto?]

 

[Creo que es mejor pensar de esa manera… Es demasiado raro que una gran armada no se aproveche de eso, y creo que es razonable asumir que están planeando algo.]

 

[¿Crees que están planeando un ataque nocturno?]

 

Mientras Claudia le daba una mirada, Hiro agitó su cabeza levemente.

 

[Si el oponente no parece hacer un movimiento, tendremos que esperar y ver. Pero no puedo mover una gran armada porque serían detectados. No creo que un ataque nocturno sea una opción.]

 

Sobre todo, la armada enemiga está siendo forzada a reorganizarse luego del colapso de la primera línea, así que no queda tiempo para lanzar un ataque nocturno. Incluso si la segunda y tercera línea está sin daños, no serían idiotas para reducir sus números si están planeando para el futuro.

 

[Si nos atacan por sorpresa, estamos listos para una batalla nocturna y hemos preparado trampas.]

 

No hay nada que preocuparse. Las cosas van bien. Es hora del siguiente movimiento.

 

[Siendo ese el caso, ¿debemos lanzar un ataque nocturno?]

 

[Creo que el oponente ha tomado contramedidas también.]

 

Claudia respondió a las palabras de Hiro.

 

Es una estrategia que ha sido usada desde tiempos antiguos para superar la diferencia en números—  lanzar un ataque sorpresa.

Pero claro, si el oponente es consciente de ello, no tiene sentido.

 

[No podemos permitirnos perder nuestros números. Todo lo que tenemos que hacer es enojarlos y hacer algo de ruido.]

 

[Incluso si el propósito es cansarlos, no tenemos los números; no tenemos la chance de ser capaces de reemplazarlos.]

 

Por otro lado, pueden estar muy cansados de ser efectivos en batalla. La opinión era razonable, así que Hiro asintió y dio sus razones.

 

[No importa; no tendrán que pelear mañana. Dejaré que las tropas que trabajaron por la noche descansen.]

 

[¿No van a luchar…?]

 

Mientras Claudia fruncía en sospecha, Hugin la interrumpió.

 

[¿A qué te refieres con eso?]

 

El hecho que se vea algo aturdida era probablemente porque no entendía lo que Hiro estaba tratando de decir. Podía haberle dicho la respuesta, pero habría dejado de pensar por sí sola si lo hacía. Quería que se le ocurriera la respuesta por su cuenta lo más posible.

 

Mientras Hiro se preguntaba qué hacer, un desconocido soldado llego corriendo a la tienda.

 

[Me disculpo por interrumpir el consejo militar…]

 

El sodado dijo rápidamente, respirando fuerte, y sacó dos cartas de su bolsillo, vacilante. Hiro lo reconoció y luego vio a su brazo derecho— había un trapo blanco alrededor.

 

El número “5” estaba bordado en él.

 

[¿Es un mensaje de la Quinta Armada Imperial?]

 

[Sí, la Quinta Armada Imperial, una orden directa de los Caballeros del Lobo Blanco.]

 

El Segundo Príncipe es comandante de los Caballeros del Lobo Blanco, lo que significa que él es el mensajero directo del Segundo Príncipe. Los dos de antes que fueron presentados a Hiro como los mensajeros probablemente eran del Segundo Príncipe, su maestro.

 

Hiro tomó la carta, sacó una de ellas, y sonrió.

 

[¿Parece que solo tu nombre está escrito allí?]

 

No había contenido en la carta— solo el nombre del mensajero, indicando que era real. Cuando Hiro se lo presentó al mensajero, la cara del mensajero se puso pálida, y presionó su frente contra el suelo.

 

[Q-Quiere que lo espere hasta que nos encontremos para contarme.]

 

Quizás era porque estaba yendo contra Hiro, un miembro de la familia real, pero su voz temblaba como un pecado en espera de su sentencia de muerte.

 

[Oh no te preocupes por nada. No quería ofenderte.]

 

Hiro se sentó en su silla y suspiro. Es una hoja de papel blanca— eso es lo que significa; está preguntándole a Hiro si quiere refuerzos o no.

 

[¿Y dónde está el Segundo Príncipe ahora?]

 

[Está concentrando sus fuerzas cerca de la frontera del Reinado Levering. Estamos listos para movernos en cualquier momento que Su Majestad Hiro señale.]

 

[Si pido por refuerzos… ¿cuánto tardarán en estar aquí?]

 

[Probablemente dentro de 8 días.]

 

[Ya veo. Entonces tengo algo que decirte.]

 

Hiro le pidió a Claudia una hoja de papel y se la entregó al mensajero.

 

[La armada rebelde ha sido destruida.]

 

[¿Qu…?]

 

No es solo el mensajero, sino Claudia y Hugin y los otros que estaban asombrados.

 

Hiro camino al mensajero y palmeó sobre su hombro.

 

[No es una mentira o así. Será hecho para cuando vuelvas con el Segundo Príncipe.]

 

[P-Pero…]

 

El mensajero lucía asombrado, incrédulo.

 

[No tienes que irte ahora mismo. Puedes comer, recuperarte de tu fatiga, y luego volver.]

 

Eso fue todo lo que Hiro dijo, y luego llamó a los guardias mientras salía.

 

[¿Qué puedo hacer por usted, señor?]

 

[Dale algo de comida. Y consíguele un buen caballo.]

 

[Sí, señor, entonces por aquí, mensajero-dono.]

 

Con una asombrada apariencia, el mensajero salió de la tienda, apresurado por los soldados en guardia.

 

Cuando Hiro volvió a Claudia y los otros, lo miraron con una cara que parecían que querían que lo explicara.

 

[Estoy abierto a preguntas. Así que veamos cómo reaccionan primero.]

 

La sonrisa de Hiro se profundizo mientras miraba al mapa extendido en el escritorio.


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