Capítulo
3: Ven al Norte
Septiembre 30, año 1023 de Calendario
Imperial.
Eran las 5 de la mañana desde su
partida de la Gran Capital Imperial. Los enviados, incluyendo a Hiro, habían llegado
a la frontera norte con un centenar de guardias.
La parte norte del país es gobernada
por la nobleza norte, liderada por la Familia Sharm, una de las cinco grandes
familias nobles.
El cuartel principal es el “Blanco
Castillo Plateado” localizado en el centro. La temperatura es muy baja en el
norte. Como resultado, la región sufre de un severo frío. Por otro lado, la
parte sur de la región es relativamente cálida, así que las personas que viven
allí, y el poder de la Familia Sharm es apoyado por la fértil tierra que se
extiende por toda la parte sur de la región.
Luego de un examen físico en la
frontera norte, Hiro y los otros fueron a la puerta interior.
[Me disculpo por la rudeza de examinar
a un miembro de la familia real, pero por favor perdóneme.]
[No importa qué posición tengas, un
guardia fronterizo no puede llamarse un soldado si trata a las personas
diferente.]
Hiro respondió desde el carruaje y vio
a su derecha. Había un hombre a caballo, el jefe de la estación de guardia,
quien estaba a cargo de la estación de guardia. Es un hombre de edad media que
usa una chamarra sobre su pesada armadura, y su barba está teñida de blanco por
el frío.
[Sería de gran ayuda si dice eso.]
Exhalando blanco, se bajó y camino a la
puerta frente a él.
[¡Levanten la puerta!]
La puerta lentamente se abrió, emitiendo
un tremendo sonido como si el suelo se agitara.
[No hay nada más que nieve en el suelo,
pero espero que tenga un buen viaje.]
El carruaje llevando a Hiro y los otros
pasó entre la puerta y entro al norte.
[¡Es tan hermoso!]
Hugin dijo emocionada.
[¡Frío, frío, frío!]
Detrás de ella, Munin estaba temblando
bajo sus chamarras. Viendo a su hermano, Hugin rápidamente salió del carruaje y
volvió para recoger la nieve.
[Hermano. Come esto y cállate.]
[Mi querida hermana. Es cosa de muerte—
¡Gonohh!]
La nieve se metió en su boca, y rodo en
el suelo en agonía. Hugin regresó a la par de Hiro, mirando a su hermano desde
abajo con ojos más fríos que la nieve.
[Sabio hermano, esta es la primera vez
que he visto la nieve. ¡Es muy fría!]
Hugin estaba impresionada mientras
lucía extasiada. La voz de Hugin sonaba viva. Pero en cuanto a Hiro, no podía
evitar estar preocupado por Munin, cuya cara estaba pálida.
[No, Munin está por morir… ¿Él estará
bien?]
[Sabio hermano, nunca había visto la
nieve antes. ¡Qué frío!]
Hiro no les creía a sus oídos ya que
oyó las mismas palabras de antes. Hiro decidió no mencionar el caso de Munin y
decidió seguir la plática de Hugin.
[Ah… Sí. ¿No has estado fuera del
Principado de Lichtine antes, Hugin?]
[Solía ser una mercenaria, pero lo más
lejos que fui es la República Steichen y el Gran Ducado de Dral.]
[Ya veo. Entonces supongo que es
entendible que estés sorprendida por la nieve.]
Normalmente, una reacción como la de
Munin sería la típica de una persona normal, pero quizás, ya que es una dama,
se olvida del frío cuando ve algo hermoso. Mientras iban por el camino cubierto
de nieve por un rato, hablando de cosas triviales, notaron que las personas se
paraban en el camino.
Si hubiera sido solo una o dos
personas, no se habrían preocupado.
[Sabio hermano, esos son…]
Hugin tomó un arma cercana con cautela.
[Hiro-sama, ¿qué deberíamos hacer?]
Munin también afilo sus ojos y puso su
mano en el mango de la espada en su cintura.
En frente de Hiro y los otros, una gran
armada que llenaba todo el paisaje estaba alineada en un buen orden.
[Si no me equivoco, esa bandera le
pertenece al Segundo Príncipe.]
Los ojos de Hiro se pusieron rígidos,
pero les dijo que alejaran sus armas. Luego vio a Driks por su opinión, pero su
boca se agitaba del nerviosismo.
[Sí, es un lobo plateado en un fondo
blanco— De hecho, esa es la bandera de armas del Segundo Príncipe. También hay
otras banderas de poderosos nobles regadas por ahí. No sé cuál es su propósito,
pero… no creo que vayan a más extremos.]
Hay muchos de ellos, pero no deberían
intentar hacer algo. Aun así, Hiro no esperaba que trataran de hacer contactado
con él de manera tan espectacular…
[Como sea, tendremos que acercarnos
para descubrirlo.]
[¿Están seguro? Si intentan dañar al
sabio hermano…]
Mientras Hugin decía con preocupación,
Hiro relajó sus mejillas para calmarla.
[Si ese fuera el caso, lo habrían hecho
hace tiempo.]
No es como que vayan a la guerra, así
que pueden acercarse sin dudar. No hay punto en mirarse entre sí en silencio.
No pueden moverse hasta que oigan lo que el otro lado quiere.
[Me estaba preguntando… si el otro lado
tiene la misma idea.]
Cerca de 20 caballos de la armada, una
unidad de caballos se separó de la armada y se acercó a Hiro.
El líder del grupo es una persona con
una cara andrógina, con una apariencia llamativa. El color de sus ojos es
diferente— azul en la izquierda y dorado en la derecha— y esto le da una
extraña impresión. Su cabello azul, parecido al cielo, era tan suave como
sedoso, y su cuerpo era delgado y cubierto en café pelaje, con una armadura
plateada y blanca saliendo desde abajo. Su figura al desmontar era impecable, y
su caminar tenía el aire de un campeón. Con sus manos en los mangos de las
espadas en su cintura, la persona suspiro blanco y sonrió elegantemente.
[Hombre Lobo, Sharm Selene von Grantz,
el Segundo Príncipe del Gran Imperio Grantz. He oído que hay un nuevo hermano
mío por aquí…]
Selene miró alrededor del grupo, y sus
ojos se fruncieron mientras miraba a Hiro.
[Cabello y ojos negros— los gemelos
negros, me sorprende que exista. Pero estoy bastante seguro que eres tú.]
[Sí, me disculpo por saludar tarde. Soy
Hiro Schwartz von Grantz.]
Tan pronto Hiro salió del carruaje, se
acercó a Selene y le dio su mano.
[Sí, sí, es genial tener un buen y
educado chico como tú como mi hermano.]
Selene agitó su negra mano.
[Y sabes, tu nombre ha sido escuchado
por todo el norte.]
¿Me pregunto por eso? Hiro sonrió
levemente.
[No sé qué tipo de rumores son, pero
tienden a ser lanzados por todo el mundo.]
[No tienes que ser modesto. He visto tu
plan para derrotar al Principado de Lichtine.]
[Sabes, estuve de suerte. Creo que me
fue demasiado bien.]
[Sí, supongo. Bueno, creo que fue muy
conveniente que el General Kylo fuera asesinado en acción.]
Selene, quien tiene un comportamiento
energético, pero buen ojo, envuelve sus brazos alrededor del cuello de Hiro.
[No creo que debamos estar parados aquí
hablando, ¿por qué no entramos y hablamos en el carruaje?]
[Por desgracia… tengo que ir ahora al
Reino Levering. ¿No podemos hablar en otro momento?]
[No te preocupes. Estoy al tanto que
vienes aquí como un enviado. Sería difícil cambiar el programa, así que pensé
esto. Iré contigo.]
[Pero… si llevas esa gran armada
contigo, el programa será retrasado bastante.]
Hiro señaló a la gran armada que llena
todo el campo de nieve. Incluso un leve estimado es de 30000 soldados.
[Oh, entonces puedes tranquilizarte. Te
acompañaré con cerca de 20 de caballería e incluido yo.]
[No puedo aceptar esa forma de
hospitalidad, sabes. Hay frío, y la comida no será lujosa.]
[No te preocupes por eso. Tengo mejor
tolerancia al frío que tú, y no puedes ser un comandante si te quejas acerca de
la comida en la armada.]
Selene llevo a Hiro al carruaje y lo
forzó a entrar en él. Mientras Selene intercambiaba saludos con los compañeros
de Hiro, por fin miro a Driks, y su voz salió.
[Ha sido un tiempo, Driks. ¿Cómo va el
tío?]
Munin y Hugin miraron a Driks en
sorpresa a esas palabras. En cuanto a Hiro, no estaba sorprendido porque lo
había predicho antes ya que Driks era del norte originalmente. Driks bajo sus
ojos raramente y le hizo una reverencia de vasallo a Selene.
[Gils-sama es… está de buena salud. Es
un solitario, ves. ¿Por qué no vas a la Gran Capital Imperial a veces?]
[No hay punto en ir a ese tenso lugar.]
Con una mano ondeando en el aire como
si estuviera molesto, Selene se sentó a la par de Hiro.
[Sobre todo, está Stobel. La nobleza
central está llena de gente desagradable. Es más productivo andar por el campo
de nieve que verse metido en disputas políticas como esa.]
Selene, con un ojo cerrado, dijo con malicia,
¿no es cierto? Le pregunto a Hiro para acordar con él.
[Pero eres el quinto en la línea de
sucesión al trono. No puedes quedarte fuera de la lucha política. Si continúas
siendo egoísta, eventualmente vendrá a ti.]
Aunque era el Segundo Príncipe, era el
quinto en la línea de sucesión, y eso fue porque fue confinado al norte en
lugar de ir al centro. Es decir, no quería estar atado al trono; solo quiere
disfrutar por sí solo a sus anchas.
[¿Quieres ser un emperador?] Selene le
pregunto a Hiro.
[Eso es…]
Viendo a Hiro perdido por una
respuesta, Selene continúo sin dudar.
[El Gran Imperio ya está completo. Se hizo
en una inestable fundación, pero ha sobrevivido por mil años. Ahora que ha
experimentado prosperidad, huelgas, degeneración, y estancamiento, no hay mucho
que este país pueda hacer.]
Sosteniendo sus dedos índice y medio,
Selene ondeo su mano repetidamente.
[El león aún está vagando y buscando
por comida. Solo quedan caminos para un león hambriento. Ya sea comerse al
mundo y vivir, o estar hambriento y morir— prefiero la segundo, por cierto.]
Su audaz declaración dejo a todos en el
carruaje sin habla, sintiendo la tranquilidad acercarse. La voz de Selene es
febril mientras veía alrededor asombrado de las personas.
[Aun para un león, debes tener mucho
poder si quieres ser su amo. Pero es solo si puedes mantener el todo unido. Pero
si eres un rey absoluto, morirás con tus hombros estrechados y prestando
atención a los rostros de los nobles. No quiero ser ese tipo de debilucho.]
[Mantén esto entre nosotros.]
Hiro le advirtió. Si esta conversación
llega al centro, muchos nobles irán contra él. Era un decir peligroso. Y
considerando que Hiro lo usaría, no debió decirse. Sin embargo, Selene sonrió
animadamente como si no fuera la gran cosa.
[No me importa si las personas en el
centro lo saben.]
Lo que tenía en mente no era orgullo,
sino absoluta confianza.
[Si amenazan al norte, 20000 de la
armada norte, incluyendo a la Quinta Armada Imperial, se ocuparán de ellos.]
Es una frase que respalda el hecho que
Selene está en completo control del norte.
Es difícil, Hiro cree. Excepto por
Hiro, el resto de personas fueron llevados por la extraña atmósfera creada por
la intensidad de lo dicho, lo cual era simplemente un comentario a ese hecho
sin alguna pretensión.
[Ah— estuvo un poco raro. Espero que no
te importe. Solo quería que supieras que no tengo ambición por el trono.]
Luego de tocar a Hiro en la espalda
unas veces, Selene regreso su atención fuera de la ventana.
[Es hora armar un campamento. Se pone
muy frío en el norte luego que el sol se mete.]
Luego, cambiando su mirada a Hiro,
frunció sus ojos filosamente, como un lobo cazando a su presa.
[Y sobre todo, es peligroso cuando
monstruos están vagando por ahí.]
________________________
Construir el campamento tomó mucho más
de lo esperado. Dejando de lado las fogatas y las bardas que habían sido
añadidas como precaución contra monstruos, el frío te estaba entumeciendo como
para trabajar.
Detrás de ellos, Hiro estaba yaciendo
en el campo de nieve, viendo el cielo azul. Antes, Munin y Hugin, habían estado
con él como guardias, pero habían vuelto a las tiendas, incapaces de resistir
el frío.
[Su Alteza, Hiro, si se queda aquí, se
congelará a muerte. Por favor vuelta a su tienda…]
Era la quinta advertencia. Así es como
varias veces los soldados le han dicho que vuelva a su tienda.
[Lo siento, solo quiero mirar las
estrellas por un poco más.]
Sintió calidez como si fuera rodeado
por el aire de primavera, gracias a la protección del Emperador Celestial como
también el hecho que estaba usando la Princesa de la Camelia Negra, Hiro no
tuvo que preocuparse del frío.
[¿Así es? Entonces por favor regresa
tan pronto termines.]
El soldado, con una expresión burlona
en su rostro, luego giro varias veces y volvió a su ronda.
Hiro trató de mirar arriba otra vez.
[¿Te gusta el cielo nocturno?]
Hiro se sentó y giró sus ojos en esa
dirección.
[Perdón por interrumpir tu tiempo
privado. Solo quería hablarte en privado cuando nadie más estuviera cerca.]
Selene estaba parado allí. Tan pronto
como se acercaba a Hiro, se sentó a su par.
[Y te pregunto otra vez, ¿te gusta el
cielo nocturno?]
[Bueno… Siempre me ha gustado mirar a
las estrellas.]
[Ya veo; no me gusta mucho. Las
estrellas son hermosas, pero solo brillan por tiempo limitado. Así que no me
gustan mucho porque parecen tan fugaces.]
Selene levantó una mano al cielo y miro
a las estrellas con una mirada distante.
[Creo que eres así. Estás en un
precario equilibrio.]
[¿Cómo puedes estar tan seguro? No
sabes nada acerca de mí.]
[Sí. Lo sé porque tu historia es bien
conocida aquí en el norte. Esos que castigan a las tropas por saquear en el
Principado de Lichtine y abusar de prisioneros de guerra no son tolerados
incluso si son nobles. Lo estricto de tu disciplina militar es rumoreado
incluso entre la nobleza del norte.]
Al mismo tiempo, Selene bajo sus ojos
con tristeza.
[Es una difícil forma de vivir,
supongo. Lo estás haciendo por las personas, por el país, por alguien más,
suena bien, pero es todo por las personas, y eso no te incluye.]
[Eso es; tus palabras son tan puras. No
hay contradicción; no hay compromiso.]
Selene se paró, se estiro, y suspiro
con pesadez.
[Espero que no cometas el mismo error
que tu ancestro, el Dios de la Guerra. Fue un idealista como tú, pero era
demasiado puro para ser corrompido.]
Es cierto que no es un registro en la
historia, es una mancha que estaba enterrada en la oscuridad de hace mil años.
[No conozco lo detalles de lo que pasó.
Un día, cambió de mente y lanzó una brutal estrategia, conquistando a sus
enemigos con un vicioso ataque.]
Hiro cerró su boca mientras trataba de
preguntar por qué Selene sabía eso.
Esta persona también es diferente y
puede anteponerse ante mí un día…
Hiro no podía mostrar su debilidad.
Hiro miró a esas dos espadas en su
cintura hasta que la figura de Selene desapareció en la oscuridad.
[Perdería y perderé algo— así que
seguiré ganando no importa qué.]
Hiro murmuro mientras se paraba y
camino a la tienda. Una vez adentro, la calidez envolvió a Hiro. Hiro miro
alrededor y vio dos figuras en sus ojos obsidianas.
Recostándose contra la entrada, Munin y
Hugin estaban despiertos.
Hiro sonrió y se subió a la chamarra
que había sido preparada para él y empezó a dormir. Mientras Hiro entraba al
profundo sueño, algo extraño empezó a pasarle a su pecho.
Para ser preciso, un talismán escondido
en su pecho— entregado a él por el Primer Emperador Altius— empezó a fluir con
una sobresaliente oscuridad, como si un miasma se derramara.
La oscuridad, la cual había estado
mezclándose en el aire sin alguien notarlo, empezó a envolverse en sí misma
alrededor del cuerpo durmiente de Hiro e inflarse rápido.
Luego— envolvió al mundo.
**********************
Era un acantilado, con lluvia bajando.
Las gotas de lluvia que golpeaban la tierra y la arena se filtraban en el
suelo. Con un vacío dominado por nubes, la luz de la luna no llegaba al suelo.
[Oh— ¡Es una mentira…! ¿Cómo pudiste?]
Mientras la lluvia sonaba, el llanto de
un joven resonaba en la oscura noche.
El joven estaba sosteniendo a una mujer
en sus brazos, su hermoso cabello dorado perdiendo su brillo como si fuera
cubierto por lodo. Más importante, su cara era tan pálida como una persona
muerta, y la sangre estaba goteando del borde de su boca, la cual se había
puesto purpura. El chico sacó la lanza que perforó su cuerpo y gritó al cielo.
[¡Como puede ser esto! ¡Cómo pudo pasar
esto!]
El cielo no respondía. Lo que pasa es
que los truenos retumban, y la lluvia se puso más fuerte.
[Ella no hizo nada; ¿por qué debería
ser sacrificada?]
El chico de negro jaló a la mujer de
sus brazos, enterró su cara en su cuello, y lloró. Se disculpo repetidamente y
se arrepintió de su estupidez en no ser capaz de salvarla.
[¡Oh Rey! ¡Nuestro Rey! Ahora no es
momento de afligirse. ¡Por su bien, procedamos!]
Los cinco generales se arrodillaron
detrás del hombre— uno de ellos, su voz tembló. La razón es que su cuerpo
estaba agitándose no porque tuviera frio o porque la lluvia le mojara.
Era porque la energía asesina
irradiando del joven rey había perforado su cuerpo.
[¡Oh Rey! Por favor calma tu enojo
ahora. No dejes que tu juicio sea nublado.]
[Lo sé. Lo sé, Rox. Estoy calmado,
incluso para mi propia sorpresa.]
La siguiente que supo, la mujer había
desaparecido de los brazos del hombre. Lo único que quedaba en su mano era una
espada negra.
Los cinco generales fueron echados
atrás por el extraño evento, pero rápidamente recupero sus sentidos.
[¿Qué con esa pacifica solución…? Haha,
eso es lo que consigues por hacer concesiones.]
El hombre llamado Ryx se rigió cuando
vio la cara del joven mientras se paraba. El joven se estaba riendo, llorando,
lágrimas bajaban de sus mejillas, una leve sonrisa en su rostro; es tan
distorsionado.
[Lo grabaré en cada uno de sus cuerpos
quienes se han ofrecido y con quienes han lidiado.]
[¡P-Por favor espera! No puedes hacer
eso—]
[Rox, entiendo cómo te sientes, pero no
tengo más palabras que decir.]
[¡Por favor misericordia en ellos! ¡Por
favor, se lo ruego! ¡Su Majestad Schwartz!]
El joven hombre empezó a alejarse de la
voz que trató de detenerlo. Y luego se detuvo. Cuando miro abajo desde el borde
del acantilado, vio que una gran armada, probablemente más de 10000, estaban
esperándolo.
[¡Dios de la Guerra! ¡Dios de la
Guerra! ¡Dios de la Guerra! ¡Dios de la Guerra!]
Los soldados quienes reconocieron la
figura del joven hombre golpearon sus espadas y saludaron. Los halagos, los
cuales habían sido estimulantes, ahora solo eran vacíos.
[¡Dios de la Guerra! ¡Dios de la
Guerra! ¡Dios de la Guerra! ¡Dios de la Guerra!]
La luz estaba desvaneciéndose de los
ojos del chico. Profunda tristeza se apoderó de él. Su corazón nunca se
llenaría otra vez; nunca sería saciado; continuaría sediento.
[El camino de los reyes ha sido
cortado. Todo lo que queda es el camino de la supremacía.]
El joven con la espada negra alzo su
brazo y la tuvo baja vigorosamente y la sostuvo horizontalmente, confundiendo
al rey comandante.
[Mi armada, la Armada del Cuervo.
¡Apaga tu sed con la sangre del enemigo!]
El chico señaló la punto de su espada a
la capital de la estación enemiga y le sonrío con crueldad.
[¡Ataquen!]
***********************
Desde su conversación con Selene, Hiro
ha estado pasando problemas para dormir. Tenía vividos sueños. Los recuerdos de
lo que pasó lo asustaban al punto de ser terrorífico.
Cuando Hiro abrió sus pesados ojos,
podía ver el escenario de fuera de la ventana. La tierra era completamente
blanca. Fue cubierta por nieve.
Hiro frunció sus ojos. El campo de
nieve reflejaba el sol de mañana, haciendo la luz más intensa.
Octubre 9, 1023 año del Calendario
Imperial.
Hiro y los otros habían cruzado la
frontera del Reino Levering como se planeaba. Ahora, están quedándose por un
poco más— cerca de la frontera.
[Creo que tomaré mi salida aquí. Ha
sido poco, pero un disfrutable viaje.]
Selene dijo.
[Ha sido un buen tiempo también.]
[Estaré observando tus planes futuros.]
Hiro sintió leve incomodidad con esas
palabras, pero se quedó en silencio y espero por el resto de la conversación.
[Te deseo la mejor suerte en tus esfuerzos
futuros, y te ofrezco esto.]
Selene sostuvo una flor roja para él
mientras se emocionaba en el carruaje.
[Es una flor especial que solo florece
en el norte. Se llama “Loto”.]
Mientras los ojos de Hiro se abrían en
sorpresa, Selene se montaba en la espalda del caballo y se daba la vuelta.
[Nos vemos pronto. Te invitaré a mi
orgullo y gozo, el Plateado Castillo Blanco.]
Justo como había terminado cuando
desapareció primero, Selene galopo. Hiro aparto su mirada de la espalda de
Selene y suspiro cuando vio los lotos que se le dieron.
[Una flor que solo florece en el
norte…]
[¿Sabio hermano? Parece que tu
complexión no es buena. ¿Te sientes mal?]
Agito su cabeza en respuesta a la
preocupación de Hugin por Hiro.
[Lo siento, no es nada. Marchémonos.]
Hiro escondió el loto en su bolsillo y
ordeno al conductor partir. Eventualmente, llegaron al punto de seguridad del
Reino Levering, pero una inesperada persona estaba esperándolos.
[Enviado del Gran Imperio Grantz,
gracias por venir hasta aquí desde la Gran Capital Imperial. Seremos tus
escoltas desde ahora en adelante.]
Su cuerpo era mucho más grande que el
de un humano, y su armada figura le recordó a un guerrero. Su piel es blanca, y
su demoniaca sangre es fina, pero el poder mágico que penetraba por su cuerpo
era insondable.
[Soy Haniel van Wenzel, uno de los Tres
Demonios Generales.]
Los Tres Demonios Generales son los
guardias del Reino Levering y el término general los guerreros más poderosos.
Sus extraordinarias proezas de lucha son conocidas hasta el lejano sur del
Principado de Lichtine.
[Soy el protector de los demonios.]
Se arrodilló frente a Hiro y sacó la
espada que tenía en su cintura. Tomó el mango con su mano izquierda y la
levantó sobre su cabeza con la hoja en su mano derecha.
[Es un gran placer conocer al
descendiente del Dios de la Guerra, a quien nuestro antecesor el Rey Rox van
Levering adoro como su rey.]
[Es un honor para mí encontrarme a uno
de los tres grandes famosos generales.]
Luego de decirle que se relajara,
Haniel puso su espalda de vuelta en su cintura y se paró. Hiro sonrió con ánimo
y miro a la espada en su cintura.
[¿Es esa la rumoreada espada demoniaca
que es dada a los tres generales demonios?]
Los tres generales demonios, quienes
son las guaridas del Reino Levering, se les entrega un tesoro nacional— un arma
especial llamada una espada demoniaca.
[Esta es la espada demoniaca, Auto
Claire.]
Haniel tocó con orgullo el mango de su
espada. Un gran cristal purpura, el cual es la fuente de su poder mágico, está
incrustado en el mango de la espada. El poder mágico sentido de Haniel debió haber
sido suplido de allí.
[Tiene una forma extraña, ¿huh?]
Hay tres grandes cavidades en el
espada. Hay una gran cavidad en el centro de la hoja, uno en cada extremo de la
brida.
[He oído que es la espada demoniaca más
vieja creada. Así que parece que tiene algunas características únicas.]
Hiro frunció sus ojos y solo murmuro
“ya veo”. Haniel no parece conocer la forma final. Sin embargo, Hiro, quien
recuerda esos días, conoce la forma final de la espada demoniaca Auto Claire.
No había forma que pudiera olvidar a su
antiguo subordinado, Rox, con quien había peleado en tiempos turbulentos.
Es que tengo que decirlo. Si es la
forma que es ahora, entonces que sea así.
Si la forma original no fue
transmitida, el señalamiento de Hiro traerá problemas no deseados al Reino
Levering. No era su intención irrumpir al país que su antiguo subordinado había
fundado. Mientras la conversación acababa, Haniel empezó a seguir sus palabras.
[Su Majestad está deseando reunirse con
el descendiente. Me disculpo por apurarte, pero… deberíamos irnos pronto.]
[Sí, ya estamos listos para irnos.]
Cuando Hiro miro alrededor, Driks
asintió.
Los carruajes llevando a oficiales de
altos rangos empezaron a ir a la entrada uno tras otro. Hiro también entró al
carruaje donde Munin y los otros esperaban y le dio instrucciones al conductor
de partir.
[El clima de hoy es bueno, así que
deberíamos estar en la capital al menos por la tarde.]
Haniel, quien había mirado por la
ventana, dijo.
[Entiendo. Por favor cuida de nosotros
hasta entonces.]
[Te aseguro que el viaje será seguro.
Ahora, si me excusas.]
Haniel partió. Luego Driks abrió su
boca.
[Fumu, uno de los tres generales
demonios va a ser tu guía… Así que eres tratado como un invitado de honor.]
[Claro. ¡No es sorpresa ya que el sabio
hermano es un descendiente del Dios de la Guerra!]
No es Hiro quien dijo eso, sino Hugin.
Ella tiene una actitud muy agresiva
hacia todos menos Hiro. Porque su actitud es tan obvia, muchas personas dicen
que es engreída cuando tiene el derecho de serlo así. En efecto, Driks miró a
Hugin con disgusto cuando las palabras carecientes de valor le fueron lanzadas.
[Hugin-dono, eres una mujer, deberías
tener un poco más de discreción—]
[Cállate, las únicas personas que
pueden darme órdenes es el sabio hermano y mi hermano mayor.]
[¿Cuál es tu rango—?]
[Estoy en la armada privada del sabio
hermano, eso no importa.]
[Guh…]
Driks apretó sus dientes de
frustración. A su par, Munin inclinó su cabeza en disculpa. Sería un problema
si la atmósfera va a mal, así que Hiro decidió proceder con la conversación.
[Bueno, la verdad es, probablemente
eras escéptica.]
[¿A qué te refieres?]
Hugin inclinó su cabeza. Hiro respondió
en voz baja.
[Si fuera un oficial de alto rango, no
habría necesidad que los tres generales vinieran. Los tres generales demonios
tienen el apoyo de las personas. El rey confía en ellos, y su estatus es de un
primer ministro. Así que si fuera solo un oficial de alto rango, sería cuestión
de enviar a alguien de cierto rango para recogerlos.]
Hiro dijo y Driks asintió.
[Si es el descendiente del “Dios de la
Guerra” a quien el Antecesor Rey Rox sirvió— y si la familia real de verdad
viene, probablemente pensaron que sería descortés no tener a un Primer Ministro
como representante.]
[Así es como es.]
Aunque una persona de la Familia
Imperial Grantz haya venido al país, si es tratado de forma indiferente, no
solo incurrirá a la ira de las personas del Imperio Grantz, sino también puede
afectar a las naciones cercanas.
El Reino Levering ahora está en un
estado de emoción porque la ceremonia de mayoría de edad de la princesa se
acerca. No quieren poner un distractor en esa situación.
[No debería de haber algo como un mal
trato. Solo esperemos que todo vaya bien.]
Hiro miro fuera de la ventana. Era un
escenario tranquilo con una capa de nieve. Sin embargo, la intranquilidad que
se había estado construyendo en su corazón creció y no se alejaría.
________________________
Luego de una hora moverse en el
carruaje, nieve empezó a caer del nublado e instable cielo. De momento el
fuerte viento golpeaba las ventanas, la temperatura dentro del carruaje había
empezado a caer rápidamente.
Incapaz de soportar el frío, todos los
pasajeros excepto Hiro habían empezado a ponerse su ropa de invierno.
— Fue justo después de eso que algo
extraño pasó.
El exterior de pronto se volvió
ruidoso. Sin embargo, bastante extraño, los soldados del Gran Imperio Grantz no
parecían estar en pánico. Parecían ser el tipo de problema del lado del Reino
Levering.
[¡Por favor aborden, enviados! ¡No se
preocupes, no hay problema!]
Es naturaleza humana estar preocupado
cuando se te dijo algo mal. Hiro se fue solo, dejando a Hugin y los otros en el
carruaje, y se dirigió al frente del carruaje, donde algo extraño había pasado.
Los soldados de Levering alrededor lo
miraron en sorpresa, pero quizás pensaron es descortés detener a Hiro, el
enviado, el Cuarto Príncipe, así que solo lo vieron y no actuaron.
Ha sido un tiempo desde que caminé en
una pila de nieve.
El sonido de caminar en la nieve se
sentía bien. Las pisadas de Hiro eran ligeras mientras exhalaba blanco y llegaba
a su destino.
— Y luego entendió.
En el rojo campo de nieve, una chica
estaba parada con una sangrienta espada en su mano.
Cinco cuerpos estaban yaciendo alrededor
de la chica. Todos los robustos cuerpos fueron cortados, y juzgando el equipo
en mal estado, probablemente eran bandidos, pero no sabía por qué este terrible
escenario pasó. Sin embargo, no hay duda que quien creó esta situación es la
chica.
[¡Claudia-sama! ¡Por qué está sola en
un lugar como este!]
Haniel, quien lucía asustado, gritó enojado
cuando confirmó que la chica estaba a salvo. La chica sonrió y puso su mano
sobre su boca, haciendo sonar su voz feliz.
[Es porque me salí del castillo sola. Y
luego fui rodeada por bandidos.]
Su caballero plateado purpura, el cual
llegaba a su cintura, se ondulo en el viento, y se veía fuera de lugar en esta
situación, con su encanto, gentiles ojos y nariz de buena forma. Su delicado
rostro es tanto hermoso como mágico. Lo más impactante acerca de ella era la
blancura de su piel.
Hiro al instante entendió.
Era la princesa conocida como la “Púrpura
Princesa Plateada” del Reino Levering.
[Creo que necesitamos revisar nuestras
medidas de seguridad. Así los vendedores podrán viajar por las calles a salvo—
¿ara?]
Quizás Claudia notó que Hiro estaba
mirándola en asombro y giro sus ojos violetas a él.
[Puede ser que esa persona es…]
Abandonando su sangrienta espada, se
acercó a Hiro, sonrió con gracia y se inclinó en el lugar.
[Soy Claudia van Levering, la Primera
Princesa del Reino Levering.]
Ella miró y observó a Hiro por un
momento, luego se entumeció. Hiro, inconsciente del cambio en la apariencia de
Claudia, ofreció su mano.
[Hola, soy Hiro Schwartz von Grantz, el
Cuarto Príncipe del Gran Imperio Grantz.]
[M-Me disculpo por mi comportamiento.
Me sorprendí de ver que te ves tan bien como se rumorea. Así que los gemelos
negros son reales.]
Luego de limpiar su garganta, Claudia
sostuvo su mano de vuelta. Su mejilla fue teñida de rojo del avergonzamiento, y
miró a Hiro.
[Um, lo siento mucho por molestarte…
pero ¿puedo acompañarte a la capital real?]
Hiro no pudo pedirle a la princesa
volver sola, y cuando le pregunto, no tuvo más opción que asintir.
[¡Muchas gracias! ¡Por favor déjame
escuchar tu historia en el carruaje hasta que lleguemos a la capital real!]
En un estado de emoción, Claudia se
dirigió al carruaje donde Hiro estaba montado.
[Lo siento mucho, Descendiente-dono.
Realmente me disculpo por hacerte pasar por el egoísmo de Claudia.]
[Un viaje es más divertido con más
personas. Así que no me importa.]
Mientras Hiro sonríe, Haniel está por
abrir su boca cuando un caballo llego galopeando detrás de él.
[Haniel-sama, un mensaje acaba de
llegar…]
[¿Qué…?]
Luego del intercambio de palabras con
sus subordinados, Haniel le dijo unas palabras a Hiro en tono asustado.
[Quería guiar al Descendiente-dono a la
capital real, pero un asunto urgente ha salido. Por favor siéntete libre de
apoyarte en la Princesa Claudia desde ahora. ¡Me disculpo por la urgencia en
este asunto!]
Tan pronto dijo eso, Haniel fue al
costado de Claudia, y luego, con cerca de 10 de caballería, rompió líneas y
paso por el campo de nieve a toda velocidad.
Cuando Hiro volvió al carruaje, Claudia
se le inclinó.
[Me disculpo. Parece que un problema ha
ocurrido en el territorio de Haniel.]
Claudia dijo con una seria cara, así
que Hiro agitó su cabeza y sonrió.
[No es nada de lo que preocuparse. Me
gustaría saber más del Reino Levering.]
[¡Sí! Hay muchas cosas buenas de eso.
¡Empecemos con una explicación de la capital real!]
Claudia tenía una gran sonrisa en su
cara y empezó a hablar felizmente de la capital real.
El bosque más largo de la ciudad en el
Reino Levering, la “Púrpura Ciudad de Nieve”, tiene un profundo foso para
proteger a su gente de enemigos exteriores, muros dobles para proteger el
interior, y un puente suspensivo como única entrada y salida, haciéndola muy
defendible. Las calles, cubiertas de nieve, son una hermosa tiza blanca que da
dignidad en los corazones de las personas. Si el clima hubiera estado bien, la
luz del sol habría iluminado en la tierra y encantado a todo al que lo viera.
Viendo la ciudad desde la ladera dentro
del recinto está el palacio real llamado el “Púrpura Palacio Plateado”.
Cuando Hiro y los otros llegaron al
palacio, Claudia los llevo al salón real.
Hermosas lámparas suspendidas del techo
interior iluminan. Hiro camino en la alfombra roja yacida en el centro del
piso, seguido por los dignatarios con ofrendas en sus manos.
A pesar de las miradas de los nobles de
Levering al otro costado de él, la caminata de Hiro parecía impresionar a los
nobles, y hubo unos suspiros de admiración en el lugar.
Pronto después, Hiro se arrodillo en el
suelo y se inclinó en favor de Grantz.
[Su Majestad, gracias por recibirme
hoy.]
[Bienvenido, gracias por venir. Soy el
rey, Suvorov van Levering. Creo que mi antecesor Rox estaría gustoso de tener
al descendiente del Dios de la Guerra.]
[Mi antecesor estaría gustoso de
escuchar eso. Y por favor acepte el pequeño regalo.]
Hiro envió instrucciones a los
dignatarios. Los regalos fueron colocados en frente del Rey.
[Te agradezco. Por favor dale mis
gracias al Emperador Greiheit.]
Luego de agradecerle, el rey suavizo
los rincones de sus ojos con una sonrisa y abrió su boca para Hiro.
[Por cierto, ¿tienes una esposa,
Hiro-dono?]
[Qu… ¿Qué?]
[Estoy seguro que solo es una
coincidencia. Si no tienes una esposa, me estaba preguntando si pudieras hacer
una pareja aquí.]
Mientras Hiro estaba preguntándose como
rehusarse, una persona que había estado parada al lado del rey se adelantó.
¿Huh…?
Al momento que sus ojos se encontraron,
alarmas sonaron dentro de su cuerpo.
La mirada del hombre se llenó con
regocijo, odio, intento asesino, y todo tipo de emociones negativas, y los ojos
de Hiro también se oscurecieron. Sin embargo, era el único hombre que se acercó
al Rey con una frívola sonrisa.
[Padre, eso puede esperar para otro
momento. Hiro-dono debe estar cansado de su largo viaje. ¿No sería mejor si
consigues descansar algo primero?]
Él es el Príncipe del Reino Levering y
se espera ser el siguiente rey, Fraus van Levering. Parece que pasará los 30
años de edad este año, lo cual es considerado un viejo para los humanos, pero
quizás la sangre de la raza demoniaca aún es fuerte para él; su apariencia es
juvenil, y no tiene apariencia de viejo.
[Fumi, eso también es cierto.]
El rey asintió como si aceptara la
opinión de Fraus y giró sus ojos a Hiro.
[Hiro-dono, espero que tengas un buen
día. Y me gustaría que asistieras a la celebración de mañana de mi amada hija,
¿está bien eso contigo?]
[Sí, desde luego, estaré allí.]
Hiro se inclinó al rey, luego se paró y
se alejó. Dejo el salón real, rodeado por aplausos de los nobles y señores.
El sirviente lo llevo a un cuarto de
invitados en el Púrpura Palacio Plateado. Se sentó en un escritorio cercano y
sacó dos piezas de papel de su bolsillo. Era una lista de la organización del
Reino Levering y un reporte de un espía quien estaba investigando el país.
[Rox… tu país pudo estar sometiéndose a
un gran cambio luego de mil años.]
El actual rey es débil— no un tirano,
pero tampoco uno bueno. Es ordinario y no tiene la supremacía para atraer a
otros. No tiene la dignidad de un rey, como Hiro lo descubrió cuando lo conoció.
[Solo había unas cuantas personas que seguían
a tal rey. Incluso su hijo discrepa con él.]
Se recordó de la mirada de Fraus— una
mirada que había experimentado el campo de batalla.
La dominante actitud de un ambicioso
hombre es un hábito peculiar de esos que han sido mimados a tope.
Como si interrumpiera su duda, la
puerta fue tocada levemente desde el exterior.
[Disculpa.]
Era Driks quien entró. Su rostro era
sombrío y oscuro.
[Parece que el resultado no fue de su agrado.]
[Sí, supongo que podemos decir que ya
es el tiempo de guerra. Aunque los nobles de todo el país se reúnen, hay muchos
de ellos.]
Driks estuvo en contacto con un espía
que se había infiltrado en el Reino Levering. Sacó un reporte de su bolsillo.
[Los soldados se estaban reuniendo uno
tras otro en el lugar. El número probablemente está por los 10000. Espero que
el número continúe en incremento.]
[¿La razón de ese lujoso ejercicio
militar es para celebrar a la princesa…?]
Hiro terminó de leer el reporte y se
recostó en su silla.
[¿Sabes quién está reuniendo a los
soldados?]
[Uno de los tres generales demoniacos,
Baal van Bitenia. Ha estado en servicio desde el último rey, y es de confianza
del actual rey, y es apoyado por las personas.]
Tal persona está reuniendo soldados de
todo el país en nombre de ejercicios militares. El rey no lo dudaría. No hay nada
en ello— debe estar convencido de eso…
[¿Cuál es el propósito de eso? No creo
que quiera el trono ahora, es un movimiento repentino.]
El reporte dice que el hombre llamado
Baal solo se había movido en las últimas semanas.
Si el trono no es el objetivo, entonces
atacar el Imperio Grantz— eso también sería temerario. Se dice que la armada
parada en el norte es de 10000 mientras que en el Reino Levering es más de
30000 en tiempos de paz. Incluso si reúnen una armada, 50000 sería el límite.
[Sería imprudente aliarse con los
remanentes de Felzen, y los países vecinos no se aliarían con ellos tampoco.]
El hecho que el Principado de Lichtine
se rindiera antes de lo que han hecho los países vecinos que tienen un rencor
contra el Imperio Grantz te deja pensar en tomar acción. Además, Liz está
liderando sus tropas a Felzen. Si ella y Aura unen fuerzas, la armada remanente
será suprimida en nada.
[Pero, es mejor estar en guardia.]
Hiro resolvió su duda y abrió su boca.
[¿Están Munin y Hugin aquí?]
Los dos entraron de inmediato. Tan
pronto como entraron, notaron que el aire en el cuarto y la tensión en sus
rostros.
[El oficial de segundo grado, Driks,
continuará la investigación del paradero de Baal con el espía que está
escondido.]
Cuando volvió a ver a Munin y Hugin,
cayeron de rodillas y suspiraron.
[Necesito que hagan algo por mí también. Así que escúchenme un momento.]
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