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Capítulo 4

 

Ellie se abalanzo a mí con llanto. Cerro la distancia como esperaría de alguien que estaba recibiendo directas instrucciones del señor y la señora Walker. Su entramiento podía haber empezado recientemente, pero probablemente la habían estado preparando para eso por un tiempo ya.

 

Casi sonría del gozo a pesar de que— ¡Whoops!

 

Retrocedí para evadir el cuchillo de mano de Ellie, solo para pisar algo… inusual. Lo siguiente que supe, podía sentir mi pie izquierdo hundirse en el suelo y mi pierna se quedó congelada.

 

[¡Caíste!] Tina se animó. [¡Hoy es el día que te venceré!]

 

[¡S-Se refiere a que hoy es el día que lo venceremos, Tina-sama!]

 

Estaba alegre que las dos chicas fueran buenas amigas, pero tendría que reducirles puntos por perder la concentración durante el combate. Mientras continuaban bromeando, usé un hechizo de control de temperatura para derretir el hielo y escapar. Luego acorralé a Ellie en un instante, tomé su mano izquierda, y lancé a la asombrada maid al cielo.

 

[¡Ellie!] Oí a Tina gritar mientras golpeaba el suelo y aceleraba, creaba un hechizo mientras me iba. [¡E-Esto no acaba! ¡Aún no he perdido!] Ella alisto su varita de entrenamiento, y un momento después, una barrera de bolas de hielo apareció. Había más de lo que podía contar, y estaban yendo por mí.

 

Dios. Justo como predije.

 

Lancé hechizos de fuego para interceptar los proyectiles de Tina en medio del aire y activé simultáneamente un hechizo de agua para cubrir el área en una niebla que oscurecía su visión.

 

[¿Huh? N-No puedo ver nada en esta…]

 

[¿T-Tina-sama?]

 

Ambas chicas sonaban confundidas; parecía que aún dependían más en sus ojos que en la detección de maná para buscarme. Necesitaría trabajar con ellas para acabar con ese mal hábito. En cuanto a mí, fui capaz de sentir a ambas claramente. Ellie había aterrizado suavemente con ayuda de un hechizo de viento, mientras Tina estaba levantando un muro de hielo en un intento de endurecer sus defensas. Por eso…

 

[¡Qué frío!]

 

[¡Eek]

 

[Tengan.] Dije. [Tina, Ellie— perdieron.]

 

Luego de golpetear a Tina y Ellie en la frente con una gota de agua y declarar mi victoria, disipé la niebla con un ligero golpe de mis manos. La apariencia de asombro en sus rostros era muy similar que podían ser tomadas por gemelas. Una vez las chicas se dieron cuenta de lo que había pasado, bajaron sus cabezas, liberando abatidos gruñidos mientras se acercaban a mí.

 

[Otra derrota…]

 

[Perdimos otra vez…]

 

[Tina— tu trampa fue una buena idea, y lograste camuflarlo bien. Pasaste.]

 

[C-Claro que sí.]

 

[Ellie— la velocidad con la cual cierras las distancias en combates cercanos está incrementando día a día. También usaste un hechizo de viento cuando aterrizaste, ¿verdad? Fue bastante interesante.]

 

[Oh, um… M-Muchas gracias…]

 

[Sin embargo, ambas necesitan mantenerse concentradas durante la batalla. Además, no han dejado su mal hábito de buscarme con sus ojos. Puede ser difícil buscar a alguien usando maná cuando no estás acostumbrado a ello, pero es una habilidad esencial. Oh cierto— los golpee con gotitas de agua.]

 

Saqué un pañuelo de mi bolsillo y lo usé para limpiar las frentes de las chicas. Por favor quédense quietas… Es más difícil secarlas cuando se están retorciendo solo así.

 

[¿Por qué no lo cambio a disparos de viento sin dolor la siguiente vez?] Propuse. [Puede estar secas de esa manera y—]

 

[¡Absolutamente!]

 

[¡No!]

 

[Y-Ya ve. Muy bien, hagamos otra ronda más. Pero primero, parece ser la hora del té.]

 

Había avistado a la señora Walker y varias maids en el otro lado del muro que encerraba el campo de entrenamiento interior. Había empezado a ver por oportunidades para traernos el té, lo cual me vino como un alivio.

 

[¡Hmph! ¡Aún tengo mucha energía!] Tina declaró. [Y no nos quedan muchos días, así que...]

 

[¡Y-Yo estoy bien!] Ellie dijo. [¡P-Puedo seguir!]

 

[Puedo verlo, pero también es importante tomarse cortos descansos y aplicar lo que han aprendido.] Respondí. [Vengan ahora. Su té se enfriará. Solo miren— Puedes ver grandes cuernos creciendo de la cabeza de la señora Walker.]

 

[¡S-Sí!] Tina me advirtió, sufriendo por tener una cara seria. [Si Shelley escucha lo que dijiste…] Sus palabras se detenían mientras se echaba a reír.

 

[A-Allen…] Ellie añadió. [La abuela tiene, um, un buen oído…]

 

Y claro, al momento que dijo eso…

 

[Allen-san, ¿puedo tener un momento? Tina-sama, Ellie— su té está listo.] Oh vaya. Parece que he atraído la atención de la persona equivocada.

 

Mientras la señora Walker se acercaba, desaté el botón de mi camisa en preparación para la inminente tormenta. Como es usual, exudaba un intimidante aire que no le quedaba a su edad.

 

[Espero que muestres un poco de control esta vez.] Dije.

 

[Claro. Te confrontaré con lo mejor de mis habilidades. Y te aseguro, me estaba controlando en el pasado.]

 

[Ciertamente no es algo que quisiera oír…]

 

[¡Yo, Shelley, le he servido a la Casa Ducal de Howard por más de 40 años, y aún no estoy acabada! ¡Ahora ven!]

 

✽✽✽✽✽

 

Es mucho mejor; sabía que no podía hacerlo sin hidratarme luego de ejercitarme.

 

Puse mi taza de té en su plato con un clack. Frente a mí, las maids estaban asistiendo a la señora Walker, quien estaba desplomada en su silla, exhausta.

 

[¡S-Señora Walker! ¡¿S-Se encuentra bien?!]

 

[Estoy bien, no tengo ningún rasguño. Solo estoy un… poco cansada. Ha pasado tiempo desde que me ejercité en serio.] Respondió, luego de recuperar su aliento. Volvió a callarse, y luego añadió. [Que no les importe. Vean al señor Allen en lugar.]

 

[¡Ah, señora! ¡¿A-Aún no está la camilla aquí?!] Oh bueno…

Para ser francos, la señora Walker me había asombrado. Me había contenido tanto como pude, pero bueno. Dado la forma en que se movía, además de la velocidad y el peso detrás de sus golpes, pudo haber sido una increíble luchadora en su época; solo fue porque estaba tan acostumbrado a estar en el lado de recibir la espada del albatros que había logrado resistir nuestro combate. Y el señor Walker tampoco lo hacía mal. Toda la familia era increíble.

 

Bueno… ¿Qué les pasa? ¿Las maids me están rodeando?

 

[Allen-san, permítame limpiarle su sudor.]

 

[¡Oh, no es justo! ¡Yo iba a hacer eso!]

 

[Permítame llenar su taza de té. No tienes hambre, ¿verdad?] Giré mi mirada a la señora Walker y encontré que estaba usando una sonrisa desafiante. Así que es así como es. Pude haber perdido, pero no saldrás sin ninguna herida.

 

[¡Hey! ¡Allí, a un lado! ¡Yo atenderé a mi tutor!]

 

[¡E-Eso es! ¡La única que debería atender a Allen-san… soy yo!]

 

Bien seguras, Tina y Ellie entraron en acción. Habían estado tan tiesas como tablas hasta hace un momento, incapaces de procesar lo que estaba pasando… pero ahora que apartaron a las muy activas maids y sin más llegaron a mí. Las dos chicas estaba jugando con sus manos.

 

[¡Eso parece pura tiranía!]

 

[¡Lo es! ¡Incluso Ellie se unió!]

 

[¿Realmente así de mal lo quieren para ustedes solas?]

 

Las sonrientes maids se burlaban de las chicas; parecía que las maids de los Howards encontraron más tiempo en sus rutinas diarias para payasadas de lo que había imaginado. Dudo que realmente quisiera eso, pero Tina y Ellie eran muy jóvenes para darse cuenta. Las niñas cayeron en sus artimañas.

 

[¡S-Sí! ¡Al fin que, él es mi tutor!]

 

[¡N-No solo suyo, Tina-sama! Allen-san… también significa mucho para mí…]

 

[Oh, ¿en serioooo?] Las maids respondieron en unisonó. [Significa mucho para ustedes, ¿verdad? Pero ¿pueden probarlo?]

 

Tina y Ellie se quedaron sin palabras por un momento. Lo más que podían hacer era liberar sus gruñidos.

 

Debo darles indicadores en cómo lidiar con tácticas deshonestas como— No, eso sería una terrible idea. Enseñarle cosas que solo me traerían más ansiedad. Quiero que esas chicas crezcan para ser nobles, honestas, hermosas y lo más directas posible.

 

[¡D-Dormí en su cama hace no mucho!] Tina se soltó.

 

[¡¿T-Tina?!] Yo escupí.

 

[¡B-Bueno, yo también dormí en la cama de Allen-san!] Ellie añadió. [¡Incluso hice que peinara mi cabello en la mañana!]

 

[¿Ellie?] Tina presionó después luego de un rato de silencio. [No recuerdo eso. ¿Allen?]

 

[Estaba bien dormida, Tina-sama, y babeado.] Ellie respondió por mí.

 

Tina me estaba viendo. Forcé una risa incómoda y decidí que era hora de reanudar la lección del día.

 

[Esta conversación no se ha terminado aún. También arregla mi cabello.]

 

[Lo consideraré. Si se presenta la oportunidad.]

 

[Las oportunidades no se presentan solas; tienes que crearlas. Me gustaría que me peinaras esta noche, y todas las siguientes.]

 

[A-Allen...] Ellie añadió. [Me... gustaría que también hicieras el mío...]

 

[Muy bien.] Dije, mi respuesta hizo que ambas chicas abrieran sus ojos.

 

[Pero con una condición.]

 

[¿Una condición?]

 

[Te refieres…]

 

Intercambié miradas con la señora Walker, quien estaba recibiendo atenciones de las maids. Muchas gracias. Le has dado un excelente ejemplo a estas chicas.

 

[Si llegan a darme un golpe— ya sea un golpe o un hechizo. Les peinaré, dejaré dormir a mi lado o cualquier otra cosa que quieran. Tienen mi palabra. Pero por favor, que esté dentro de lo razonable.]

 

[Puedo conseguir que me peine en la mañana y la noche. Y entonces...]

 

[H-Haré que se duerma a mi par... También, um...]

 

Las chicas estaban en sus mundos. Era algo que parecía estar ocurriendo con mucha más frecuencia últimamente, pero si eso las motivaba, más que bueno.

 

[Muy bien. ¿Están listas?] Les pregunté. [Traten de tomar algunos indicadores de cómo acaban de ver a la señora Walker se mueve y usa sus hechizos.]

 

[¡Sí, señor!] Respondieron las dos chicas.

 

✽✽✽✽✽

 

Con un suspiro cerré el libro que había estado leyendo; tampoco contenía información sobre Frigid Crane. Así tomé mi té negro, el cual se había enfriado lo suficiente para que tuviera un sabor amargo. Había leído casi un millardo de libros desde mi llegada, pero aún tenía que encontrar uno que me enseñara algo. Luego de terminar casi todas las prometedoras obras del archivo, me pasé a la colección de la sala del invernadero de Tina. Era demasiado molesto cargar con los libros hasta mi habitación, así que opté por pasar las noches encerrado en el invernadero.

 

No había hecho ningún descubrimiento que valiera, pero... era un poco extraño. Podía entender la escasez de material acerca de los grandes hechizos en los textos que databan de la Guerra del Señor Oscuro— ese fue el punto donde esos hechizos se habían convertido en leyendas en el mejor de los casos y cuentos de hadas en el peor, y era poco probable que los documentos oficiales les den mucha importancia a los relatos sobre sí— pero los textos que databan de antes de la guerra eran otra historia. Se suponía que los grandes hechizos se consideraban como un "hecho" en aquella época— más ahora que lo eran en sí, ¿por qué, después de toda mi investigación, no había fallado en encontrar alguna información nueva de ellos? Era como si alguien lo hubiera ocultado deliberadamente.

 

Se suponía que la Antigua Capital Real albergaba una gran biblioteca. Si no se hubiera perdido durante la Guerra del Señor Oscuro...

 

De momento, solo dos cosas me eran claras respecto a Frigid Crane: Primero, que simbolizaba el elemento hielo y adoptaba la forma de una grulla con las alas desplegadas cuando se lanzaba. Segundo lugar, que al parecer se había utilizado para contrarrestar el gran hechizo de fuego Flaming Qilin en la batalla decisiva que puso fin a la era de batallas que una vez dominaron el continente. La leyenda decía que dos Hechiceros se habían encontrado en el campo de batalla y que su enfrentamiento había terminado en empate. Ninguno de los nombres de las dos personas se preservó.

 

Esa era toda la información que tenía.

 

La situación era casi igual respecto a los otros grandes hechizos. No podía negar a ciencia cierta que estaba en un punto muerto. Era posible que los ancianos de las razas longevas— elfos, enanos, gigantes y similares— sabrían algo más, pero sería difícil conseguir información, ya que al parecer el tema en sí era "tabú".

 

El único documento que estaba en mi poder que no había leído, pero su cifrado había resultado ser más difícil de lo que había previsto. Dudaba que podría descifrarlo pronto. Había logrado descifrar sólo un poco de la primera página tras mi intento inicial, pero... el contenido solo llegaba a un torrente de quejas, parecen escritas por una mujer joven. Dudaba en saber si el diario era realmente valioso hasta que tuviera que leerlo de principio a fin. Era una tarea que hubiera preferido impuesto— mis disculpas, encomendarle al profesor y a sus colegas especialistas.

 

Los hechizos de Tina se activaban sin problemas y no había sentido "eso" en su arranque. Dicho esto, lo que fuera que existiera, preparar un método para tenerlo bajo control era ciertamente sabio. Solo una pequeña parte se había escapado durante ese incidente, y la ventisca había sido ese resultado. Si fuera a manifestarse por completo...

 

Aún no estaba seguro que pudiera ser controlado, pero la seguridad de mi alumno pendía de un hilo.

 

Justo cuando iba a tomar mi siguiente libro, oí la puerta abrirse. [Pensé que lo encontraría aquí.] Dijo una voz familiar. [Pude ver la luz desde fuera.]

 

[¿Oh? ¿Y para qué me necesita a estas horas de la noche?]

 

Tina entró en la habitación, vestida en su vestido de noche y abrazando a Anko en sus brazos; el familiar había preferido dormir con ella que con Ellie. Se acercó trotando a mí, acercó una silla junto a la mía y se sentó como si fuera lo más natural del mundo. Anko se acurrucó en la mesa.

 

[No podía dormir, supongo que estoy un poco nerviosa, y esperaba que mis plantas me dieran su apoyo.] Tina respondió.

 

[Ya veo. Oh, te vas a resfriar vestida así.]

 

Tomé el abrigo que había colocado sobre el respaldo de mi silla y se lo puse encima. Era demasiado grande para ella, y debió de hacerle cosquillas, porque se retorció tanto que parecía estar nadando.

 

[Muchas gracias. Um... ¿Allen?]

 

[¿Sí?]

 

Tina se pausó antes de continuar. [Si fallamos mañana, ¿significa que no podremos ir a la Capital Real?]

 

[Bueno... supongo que es posible, dependiendo del resultado. Aunque yo confío en que no se llegará a ello. Incluso si el duque, de casualidad, te prohíbe ir, no hay necesidad de preocuparse— lo convenceré. Tú y Ellie estarán bien.]

 

[¿Lo dice en serio?]

 

[Sí.]

 

[¿Significa eso que cree en mí— en nosotros?]

 

[Por supuesto que sí. Al fin que, soy tu tutor, y ¿qué clase de tutor no tiene fe en sus estudiantes?]

 

[Me alegro.] Respondió después de un momento. [Qué contenta estoy...]

 

Apoyó su cabecita en mi hombro. Normalmente, esa sería mi señal para burlarme un poco, pero supongo que no puede evitarlo este día. Si mi hombro podía hacer algo para aliviar su tensión, era más que bienvenida.

 

[¿Importa si digo algo? No me tomará mucho tiempo.]

 

[No, a menos que te importe que lo escuche.]

 

[No me importa. Es el único al que se lo diría.]

 

[Muchas gracias. Es un honor.]

 

Tina levantó la cabeza para encontrar mi mirada. Tenía los ojos un poco llorosos y parecía algo tímida cuando empezó a hablar.

 

[Se trata de mi madre.]

 

✽✽✽✽✽

 

 

Creo que ya he dicho que mi madre falleció cuando era muy joven. Mi padre me dice que enfermó por causas desconocidas después que naciera naciera. Antes de eso tenía una excelente salud— me han dicho que no había estado enferma ni un solo día en su vida— pero...

 

En mis recuerdos, mamá siempre está en la cama, con un voluminoso libro en sus manos y varios más apilados en su mesita de noche. Tee hee. Igual que Allen ahora.

 

Me encantaba que mi madre me leyera, tanto libros ilustrados como para adultos, y recuerdo que siempre le rogaba que me leyera más. Solo quería hablar con ella. Mis favoritas, a pesar que me daban miedo, eran las historias de los grandes héroes— y los grandes hechizos que manejaban.

 

Estaba Flaming Qilin, con el cual se decía que una condesa imperial redujo a cenizas el este de la capital; Frigid Crane, que congelaba campos de batalla junto a la Dama del Hielo, un héroe del Reino; el Rey Pescador de la Tempestad, que viajaba por el mundo y curaba las cicatrices dejadas atrás por el paso de los héroes...

 

Esos fueron los únicos tres de los que me habló mi madre, pero... Desde que tengo uso de razón, he sido incapaz de hacer hechizos; me han despreciado y me han llamado "el niño maldito de los Howard". Creo que mis recuerdos de madre leyéndome esas historias son la razón por la que nunca perdí la esperanza.

 

Las personas podían burlarse de mí por eso, pero creo que los grandes hechizos existen. Por eso quiero ir a la Capital Real y a la Academia Real, aunque mi padre lo desapruebe. Esas historias son recuerdos de mi madre; quiero demostrar que son ciertas.

 

Es la primera a la persona que le cuento esto. Gracias por escucharme.

✽✽✽✽✽

 

 

Ya veo...

 

[¿Eh? ¿Allen?]

 

Parecía que la madre de Tina era aún más impresionante de lo que ya le había atribuido. Me pareció escuchar que ella y el duque se habían conocido en la Academia Real. Sin embargo, me hubiera gustado conocerla en persona. ¿Cómo es que había reunido historias acerca los grandes hechizos— historias que ni siquiera podían encontrarse Biblioteca Real? ¿Y por qué no las había dejado?

 

[U-Um...]

¿Estaban escritas en ese diario? No, no tendría sentido. Era demasiado viejo.

 

Había encontrado varios marcadores en las páginas de los volúmenes que la madre de Tina había dejado. A juzgar por las ubicaciones, era posible... que hubiera conocido la causa de la discapacidad mágica de su amada hija.

 

[¡Allen!]

 

Miré con curiosidad a Tina. Su mirada eraba bajo y se sonrojaba como tomate, como si le resultara difícil de soportar.

 

¿Qué tenemos aquí?

 

Comprobé la posición de mi mano derecha para descubrir que sin darme cuenta había estado acariciando su cabeza. Retiré mi mano de inmediato, consciente de que había sucumbido a mi hábito una vez más.

 

[Ah...]

 

[Perdóname; debí haberte asustado. Te acaricié tu cabeza sin pensarlo.]

 

[Me asustaste, pero... no importa. De hecho... podrías seguir...] Tina tartamudeó, su voz empezando a quebrarse.

 

[Fue una historia fascinante, Tina. Tu madre debió haberte amado de verdad.]

 

[Hmph. No lo sé. Quiero decir, era pequeña.]

 

[¿Qué? Oh, ya veo. No te has dado cuenta. ¿Podrías darle un vistazo a esto?] Recogí uno de los libros puestos junto a la mesa y le mostré una página marcada a la chica sentada a mi lado, que no estaba sorprendida. La página contenía la fórmula básica para un hechizo de hielo, en la cual había notas meticulosas con la letra de una mujer.

 

[Esto es... ¿qué cree...?]

 

[He tenido el placer de leer un gran número de libros aquí en estos últimos tres meses.]

 

[¿Llamas a eso “un gran número”? Apuesto que una persona normal tardaría una década en leer todo lo que tú desde que llegaste.]

 

[Halagos no te harán ganar palmaditas en la cabeza.]

 

[Voy en serio. Dios.]

 

"Varios de los libros que he leído tienen marcadores, y las páginas marcadas tienen algo en común— todas se refieren a los elementos básicos de la magia del hielo. Todos los libros marcados tienen también el mismo sello personal en la última página. Lamento decir que no hay rastros de que alguien los leyera antes que yo. Sospecho que no tuvo oportunidad de transmitir los detalles antes que...] Hice que mis palabras se detuvieran. [¿De casualidad, los libros de esta habitación fueron tomados del archivo?]

 

[Sí, lo eran. Pero qué es lo que...]

 

[No conozco a tu madre de primera mano, pero puedo decir que debió haber estado preocupada por cómo estarían sus hijos después de fallecer. Las notas que dejó en estos libros lo evidencian.] Me reí. [A decir verdad, los hechizos de hielo que les he enseñado proceden de estos libros, aunque con algunas mejoras mías. Es decir...]

 

Tina lanzó sus a brazos a mí y sentí que algo cálido caía sobre mi pecho. Le di unas suaves palmaditas en la espalda. Debimos permanecer así un tiempo antes que Tina levantara su cabeza, me mirara y dijera: [Voy a ganar mañana. Voy a ganar y a ir a la capital real y luego a la Academia Real.]

 

[Ese es el espíritu. No te apures— te garantizo que tú y Ellie podrán lograrlo. Si alguna vez sienten nervios, entonces...]

 

[¿Entonces qué?]

 

[Entonces recuerda nuestro secreto.]

 

[Lo haré.]

 

Más tarde, mientras escoltaba a Tina a su habitación, nos encontramos con Ellie. Ni siquiera dudó en tratar de lanzar un hechizo. Me detuve e intenté tranquilizarla, con cierto éxito... pero luego Tina comenzó a incitarla, incitando a Ellie a intentarlo una vez más. Repetimos todo el ciclo varias veces. Recordaban que su examen final era al día siguiente, ¿no?

 

Qué extraño... Pensé que había mejorado su educación para que no resultaran así. Oh, bueno. Los planes mejor hechos a menudo se desvían, en especial cuando se trata de niñas.

 

✽✽✽✽✽

 

 

La mañana siguiente fue soleada, para variar. Me alegré de poder ver el sol; ya que las densas nubes lo habían estado obstruyendo por algún tiempo. Parece que, al fin de cuentas, prefería el clima cálido.

 

 

Luego de mi habitual entrenamiento matutino, me retoqué y me dispuse a desayunar. De camino, saludé a las maids y a los aprendices de mayordomo que había llegado a conocer y querer en los últimos tres meses. Me dolía pensar que pronto me despediría de ellos también.

 

Aunque... me preguntaba por qué algunas habían empezado a llamarme en broma "el futuro amo de la casa". Me parecía recordar que las maids de los Leinster hacían comentarios similares cuando fui secuestrado y obligado a pasar el verano en la finca de los Leinster— De hecho, medio sospechaba que habían dedicado su vida a divertirse a nuestras costillas. Mi suposición de los criados de Howard era bastante sobria en comparación.

 

El agradable aroma de la sopa me recibió al llegar al comedor. La comida, como siempre, era sencilla pero deliciosa. Había conseguido que me enseñaran la receta, e hice una nota mental que debería intentar hacerla alguna vez.

 

[Buenos días, Allen-san.] El señor Walker me saludó cerca de la entrada.

 

[Lo mismo, señor Walker. ¿Qué hay del Duque Walter?]

 

[Dice que “no fraternizará con el enemigo que pretende robarle a su hija hasta que todo esté dicho y hecho”.]

 

[Oh, ya veo. En ese caso, ¿puedo pedirle que le entregue un mensaje?]

 

[Sí, señor. Por supuesto.]

 

[Dígale “su hija será mía".]

 

[Muy bien, ¿Allen-san?]

 

[¿Sí?]

 

[¿Puedo convencerte de que te lleves a Ellie?]

 

Casi miré al mayordomo jefe. ¿A qué diablos salió eso? Era el mismo hombre que me había estado desafiando a las batallas junto a su esposa hasta hacía poco, ¿no?

 

[Solo es una broma, señor.]

 

[Oh. S-Sí, por supuesto.] Forcé una risa. [Propio de usted, señor Walker; por un momento no pude evitar preguntarme a qué se refería.]

 

[Necesitaré que primero me derrotes, como mínimo.]

 

[¿Eh? Qué quieres decir con—]

 

La puerta se abrió de golpe, cortando mi pregunta, y un par de voces me saludaron tan enérgicamente como siempre.

 

[¡Oh, Allen! ¡Dios! ¡¿No te dije que nos esperaras?!]

 

[Buenos días, Allen.]

 

Tina y Ellie se acercaron a mí, con un aspecto renovado. Tina llevaba el mismo vestido azul oscuro con el que la había visto por primera vez y tenía un lazo blanco en el pelo. Ellie iba vestida con su habitual uniforme de maid; al parecer, quería de hacer la prueba con normalidad.

 

Bien. Ahora no deberían tener problemas.

 

[Buenos días.] Les saludé. [¿Supongo que ambas están completamente preparadas?]

 

[¡Sí, señor!] Las dos respondieron.

 

[Excelente. Pero no se olviden de desayunar bien antes.]

 

[Lo haremos.]

Me senté y las chicas ocuparon los asientos a mis costados. Últimamente las comidas eran siempre así. Las maids cercanas sonreían, y los aprendices de mayordomo y jardinero me miraban como si hubiera matado a sus padres. No había hecho nada con la situación, pero decidí aceptarla sin quejas.

 

Fue entonces cuando sentí un tirón en mi manga izquierda.

 

[Allen.]

 

[¿Sí?]

 

[¿Le gusta la sopa?]

 

[Está delicioso.] Respondí tras una breve pausa para considerarlo.

 

Ellie se río. [Me alegro. Yo la hice el día de hoy. Sólo tenía que cocinar para usted.]

 

[Eres una buena cocinera además de todo lo demás, Ellie. Eso es espléndido.]

 

[¡Sí! Muchas gracias...] La sirvienta me miró fijamente y se inquietó. [A-Así que... quiero decir... Si me deja quedarme con usted, estoy segura de que... Bueno, te causaría muchos problemas, pero... pero yo...]

 

Ella era simplemente ador— Ow. Qué frío. Los cristales de hielo flotaban a nuestro alrededor como flores, y alguien me pellizcó la mano derecha. ¡Di no a la violencia!

 

[Estamos en medio de una comida.] Tina me reprendió. [Ellie, eso también fue impropio de ti. Nuestro examen final es hoy; ¿crees que tenemos tiempo para perderlo en charadas? Yo, desde luego, que no.]

 

[Lo siento.]

 

[Siempre que lo entiendas. Por cierto...]

[¿Sí?]

 

Tras un momento de silencio, Tina dijo. [Supongo que piensas que una chica debe saber cocinar.]

 

[No, no especialmente.]

 

[¡¿Lo dice en serio?!] Preguntó, inclinándose hacia delante.

 

[¡T-Tina-sama! ¡Estamos en el desayuno!]

 

Esta vez, Ellie fue la que amonestó a Tina, con un poco de ansiedad en sus ojos. Su Alteza, sin embargo, se negó a detenerse.

 

[¡¿Lo dice en serio?!]

 

[Nunca miento. Siento decir que, de las pocas chicas de mi órbita social, casi la única que sabe cocinar... es Ellie.]

 

Al oír esto, Ellie me miró con sus ojos muy abiertos.

 

Tina gruñó. [Eso me hace sentir con derecho, algo conflictiva... Tal vez sea mejor que aprenda a cocinar...]

 

[¡E-Está bien tal y como es, Tina-sama!] Ellie intervino. [Um, quiero decir, cocinar es mi trabajo. ¡Coser y limpiar también!]

 

[Sólo lo estás diciendo para quedar bien, ¿no?] Tina le preguntó a su maid de forma mordaz. [¿Desde cuándo eres tan astuta?]

 

[L-La abuela me dijo que 'si puedes ganarte el estómago de un caballero, lo más probable es que aplastes a la competencia'.]

Eso sorprendió a Tina por un momento. [¿Cómo Shelley puso...?] Murmuró. [¿Y por qué nadie más me enseña a cocinar? ¿Todos me odian? ¿Es eso?]

 

Las miradas de los espectadores se movieron nerviosas. Incluso el señor Walker sacudió su cabeza con una sonrisa irónica.

 

Ya veo...

 

Fue cuando entró la señora Walker. [¡Mi señora! ¿Qué significa este comportamiento impropio?] Exclamó. [¡Podía oírte en el pasillo! Sentarse junto a Allen-san no es excusa para olvidar que es una hija de la Casa de Howard.]

 

La escena dejaba claro de quién Ellie era nieta.

 

[Shelley.] Tina se dirigió a la ama de llaves con una sonrisa, poniéndose en pie tras un breve silencio.

 

[¿Qué pasa, mi señora?]

 

Tina esperó otro momento antes de hacer su demanda. [También enséñame a cocinar.]

 

[Mis humildes disculpas; acabo de recordar que he descuidado casi por completo todos mis deberes. Ahora, si me disculpan.]

 

La ama de llaves de los Howard se movió rápido. Intentó huir tan rápido que me pregunté si era demasiado ágil para su edad. Sin embargo, enredaderas de hielo la detuvieron al instante, lo que provocó un revuelo entre los espectadores.

 

[Magníficamente hecho.] El Señor Walker elogió la obra de Tina.

 

La señora Walker parecía estar abrumada de la emoción. [Mi señora... Nunca soñé que había llegado tan lejos.] Dijo.

 

[Ellie, será mejor que no actives ese hechizo.] Le advertí a la maid que estaba a mi lado.

[S-Sí.]

 

Ellie dejó obedientemente el hechizo que había estado preparando. Dudo que nadie, aparte de mí y del señor Walker, se haya dado cuenta de ello. Como me había dado cuenta durante nuestras sesiones de práctica, los hechizos de Ellie eran extremadamente silenciosos antes de su activación; cuando creciera, sería capaz de lanzarlos sin que nadie pudiera verlos venir. Era un poco agradable ver que su estilo se asemejaba un poco al mío.

 

Mientras reflexionaba sobre el talento de Ellie, Tina continuó con sus amenazas— ejem, demandas— desde su posición a mi lado. [Ahora, Shelley— promete enseñarme a cocinar.] Dijo.

 

[E-Esa... es la única petición que no puedo concederle... ¡Ni siquiera a usted, mi señora!]

 

[Ah, ¿sí?] Tina respondió tras una tensa pausa.

 

[¡Mi señora!] Genuino pánico entró a la voz de la señora Walker— una ocurrencia. [¡L-Lanzar un hechizo de esa magnitud aquí sería...!]

 

Cada una de las maids cercanas preparó hechizos defensivos, pero ninguna hizo ningún movimiento para irse.

 

¿Están seguras de que no estás disfrutando esto…? Oh, están usando como escudos a los aprendices de mayordomo que no lograron escapar a tiempo. Tal vez eso podría ser el comienzo de una comedia— ¿No? Ya veo. Esto ha sido una muestra desagradable de la dinámica de poder entre los sexos.

 

Chasqueé los dedos, colapsando el hechizo avanzado que Tina había estado construyendo y disipando las enredaderas de hielo, al punto en el que la señora Walker salió corriendo tan rápido como sus piernas le dejaron. Podría estar mintiendo sobre su edad después de— Oh, esta sopa de verduras está deliciosa.

 

Tina estaba a mi lado, mirando con resentimiento. [¿Por qué se interpone en mi camino? ¿Qué hará si mi incapacidad para cocinar me impide encontrar un esposo? ¿Piensa asumir la responsabilidad por ese resultado?]

 

[Por favor, no saques temas tan serios tan a la ligera. Ahora, di 'aah'.]

 

[¿Eh? Aah...]

 

Llevé la cuchara a la boca de Tina. En ese momento, supe cómo sentía una madre al alimentar a sus polluelos.

 

La maid que estaba a mi lado se puso en pie de un salto con un grito sin palabras.

 

[¿Te gusta?] Le pregunté a Tina.

 

[Está deliciosa, pero también frustrante. Nunca podría hacer una sopa tan buena como esta.] Admitió tras una pausa.

 

[Eso es porque no le ha dedicado tiempo a cocinar. Pero...] Le sonreí a la chica enojada. Ellie, no hay necesidad de entrar en pánico. [Significa que todavía puedes aprender algo, como cuando aprendiste magia. ¿Me equivoco?]

 

[¿Como con la magia?]

 

[Así es.]

 

Tina ser rio. [Fui un poco mala con Shelley. Me han dicho que los alumnos se parecen a sus profesores, así que es culpa tuya. ¿Puedo pedirte que asumas la responsabilidad por esto también?]

 

[Toma, Ellie. Di 'aah'.]

 

[¿Eh? Oh, uh, um... A-Aah.]

 

Le di una cucharada de sopa a la maid, que se esforzaba por seguir con el paso de la situación. Sabía que era una buena chica... Empecé a reflexionar, pero me sacó de mis pensamientos un vendaval frío y un estallido de frustración.

[¡Siempre, siempre, siempre es así! ¡Dios! ¡Jesús, digo! ¡Joder!]

 

[No puedo evitarlo, Tina, tus reacciones y las de Ellie son tan divertidas— uh, encantadoras. Por favor, perdónenme. Puedo ver que no hay nada de malo con ambas.]

 

[Si crees que dejaré de estar molesta solo por llamarme 'encantadora', bueno... lo haré. Estoy bien; ¡La charla larga y tendida que tuvimos ayer realmente me levantó el ánimo!]

 

[E-E-Encantadora... Soy encantador...]

 

[Vuelve en sí, Ellie.] Dije.

 

[¡Sí!] La maid se apresuró a responder. [E-Estoy bien. Repasé todo con Tina-sama esta mañana.]

 

[Bien hecho. Estoy impresionado.]

 

Ellie soltó un llanto de sorpresa mientras acariciaba su cabeza.

 

[Allen, siempre le da a Ellie un trato especial... Ah.] Tina se quejó luego de un momento.

 

También froté su cabeza, pasando mis dedos por su listón mientras lo hacía.

 

Estoy seguro de que estarán bien. Si el duque no está satisfecho con las chicas ahora... Entonces nunca tuvo intenciones de permitirles ir a la academia. Sea como sea, voy a asegurarme de que ganen. Espero que nunca tengan que usar esto, pero mi padre me enseñó que "la preparación es la parte más importante en cualquier tarea". Así que, solo—

 

[Señor.]

 

[Allen.]

 

Dos rostros levemente ansiosos encontraron mis ojos. Les mostré una sonrisa. [No se preocupen. Hoy ganarán.]

 

✽✽✽✽✽

 

Después del desayuno, acompañé a las chicas a su examen final.

 

Gracias a la insistencia de Tina en "¡Esta es una medida de emergencia para aliviar el estrés!" y al balbuceante acuerdo de Ellie, las dos se aferraron a mis brazos. Si eso les ayudaba a relajarse, aunque fuera un poco, no me quejaría.

 

Bien Anko, ¿por qué estás en mi cabeza y no en mi hombro? ¿Te hace más fácil verlo? Bueno, supongo que no puedo discutir eso.

 

Nuestro grupo de tres humanos y un familiar se dirigió más allá de la casa principal y el edificio independiente hacia el campo de entrenamiento interior. Era simple a la vista, como esperarías de los Howard con su énfasis en su simplicidad, pero el grosor de sus pilares y el muro exterior que lo rodeaba denotaban la intensidad del entrenamiento que tenía lugar en su interior.

 

Entramos en la estructura circular y encontramos a la señora Walker esperándonos, sosteniendo un objeto envuelto en tela. Una plétora de maids la acompañaban. Un hombre grande estaba de pie en el centro del campo de entrenamiento con los brazos cruzados y a espaldas a la entrada; su pelo era del mismo color pálido y azulado que el de Tina. El señor Walker, los aprendices de mayordomo y los jardineros estaban reunidos en el lado opuesto de la arena.

 

Ya veo... el Clan está dividido entre los que están a favor y los que se oponen. Estoy seguro que el señor Walker siguió los dictados de la lealtad.

 

La señora Walker me detuvo no mucho después que hubiéramos llegado, aún sosteniendo el objeto envuelto en tela con ambas manos. [Por aquí, Allen-san. No debe interferir.] Dijo. [Tina-sama, Ellie.]

 

[¡Mande!] Las dos chicas asintieron y soltaron mis brazos.

 

Oh, es cierto— casi olvido algo importante. [Señora Walker, ¿podría proporcionarle a Tina una varita de entrenamiento?] Le pregunté.

 

[No será necesario.] La señora Walker respondió. [Tina-sama, esto es para usted.]

 

Con eso, la señora Walker retiró el paño y le entregó a Tina una varita revestida con un hermoso cristal azul. Podía sentir un poderoso maná parecido al que Tina emanaba de la propia varita.

 

[S-Shelley...] Tina tartamudeó. [Esto es...]

 

[Esta vara le pertenecía a la señora— a la Duquesa Rosa. Ella la dejó bajo mi guarda y deseó que se la entregara cuando aprendiera magia. Por favor, perdóname... por no entregársela hasta hoy.]

 

[¡La de mamá! Gracias. ¡Ahora no tengo nada que temer!] Tina declaró, sus ojos ahora encendidos con el espíritu de lucha.

 

La señora Walker empezó a sollozar después de entregar la varita; todo este intercambio debió de ser duro para ella también. Ellie agarró a su sollozante abuela de la mano en un intento de consolarla.

 

Ah, qué maravilla.

 

[¡Muy bien!] Tina exclamó. [¡Vamos, Ellie! Nos observará, ¿verdad?]

 

[¡Sí, Tina-sama!] Ellie respondió. [¡Acabemos a ese hombre con todo lo que Allen-san nos enseñó!]

 

[¡Buena suerte, chicas!] Les dije.

 

[¡Sí, señor!]

 

Y con eso, ambas chicas entraron al círculo de los muros interiores.


Tenía razón; Rosa nunca había dejado de preocuparse por las hijas que dejaría atrás. Pero espera... Pensé mientras me metía en uno de los asientos para espectadores arreglados a las afueras de la arena. En ese caso, ¿qué pasa hay de los padres de Ellie?

 

La señora Walker tomó asiento junto a mí y, sin perder el ritmo, abordó la pregunta que tenía en mente. "Supongo que te preguntas por qué no le he dado nada a Ellie.] Dijo.

 

[Para ser honesto, sí.]

 

[Porque esos niños no dejaron nada. Nada más que Ellie.] Respondió tras una larga pausa.

 

[¿A qué se refiere?]

 

Volvió su atención a la arena. [Está iniciando.]

 

Las dos chicas confrontaron al hombre que estaba de espaldas a ellas en el centro del campo de entrenamiento. Entre ellas, el señor Walker, actuaba como juez, indicó al hombre con un gesto de la mano.

 

[Tina-sama, Ellie, este caballero será su oponente hoy. Las circunstancias le obligan a ocultar su rostro y su voz, pero... es todo un campeón como el maestro.]

 

[Por favor, enfréntenos.] Tina se dirigió al hombre, levantando la voz. [Nuestro examen no puede empezar solo así.]

 

[Estoy a punto de ponerte a prueba. Si no eres capaz de convencerme, el Duque Howard no te permitirá ingresar en la Academia Real. No te guardes nada; ¡Desafíame con todo tu cuerpo y tu alma!]

 

El hombre se dio la vuelta. Una máscara de plata ocultaba su rostro, y estaba alterando mágicamente su voz. Sin embargo, dada su constitución y su maná...

 

Ya veo. Dijo que tenía "una condición".

 

Tina parecía haberse dado cuenta también. [Tú eres... ¡Entiendo! ¡Haré que me reconozcas, no me voy a contener!] Declaró.

 

[¡Haré lo que pueda!] Ellie intervino.

 

[Retrocedan.]

 

A indicación del señor Walker, ambos bandos se retiraron a las líneas trazadas en el suelo en sus respectivos lados en la arena.

 

[Ahora... ¡Inicien!] El señor Walker gritó, lanzando su brazo en el aire. ¡Por fin, el evento principal!

 

✽✽✽✽✽

 

Las chicas se prepararon, Ellie tomando una posición de vanguardia con Tina apoyándola por detrás. Mientras tanto, el hombre de la máscara plateada permanecía de pie con los brazos cruzados, sin mover un músculo. Debió haber estado tratando de decirles que hicieran el movimiento de inicio— para demostrarle de lo que eran capaces. Me pareció una mala jugada.

 

Ellie salió disparada adelante y le atinó con un golpe con un cuchillo de mano a modo de saludo.

 

El enmascarado soltó una exclamación de aprobación. [Impresionante. Pero muy lento]. Evadió cada golpe con facilidad, sin moverse más de lo necesario. Estaba claro que era un luchador de combate cercano, y parecía estar bastante seguro de su dominio del combate cuerpo a cuerpo... lo que le hacía más fácil de engañar.

 

El hombre tomó la muñeca derecha de Ellie y la lanzó al aire. [Estás indefensa en el aire.] Declaró. [¡Ahora, resiste esto!]

 

Trató de desplegar un hechizo de hielo, pero apenas había comenzado, sus piernas se hundieron en el suelo y se congelaron, atrapándolo en el lugar.

 

[¡¿Agua, tierra y… hielo?!] Exclamó consternado. [¿C-Cuándo—?]

 

[No creo que puedas darte el lujo de distraerte.]

 

¡La atención del hombre se centró en Tina, que desplegó innumerables cortes de hielo a la vez a su alrededor y luego los soltó! No había conseguido controlar tantos durante sus prácticas; su varita debía estar hecha para un hechicero de hielo.

 

Sospeché que, bajo su máscara, la expresión del hombre se retorcía del asombro... pero también debía estar encantado. Al fin que, su querida hija, que hasta hace poco carecía de cualquier habilidad mágica, ahora mostraba un nivel de destreza técnica muy superior al del hechicero promedio.

 

Una nube blanca oscureció mi vista mientras un disparo de hielo tras otro impactaban. Los espectadores aplauden; parece que se sorprendieron de que las chicas hayan progresado tanto.

 

[Allen-san.] La señora Walker se dirigió a mí desde su asiento, con su mirada aún fija en la arena. Habló en un tono que nunca había oído de ella. [Por favor, no aparte su vista, pero escuche. Le contaré de los padres de Ellie y de la duquesa Rosa.]

 

Ya lo sospechaba. También había cosas que necesitaba que preguntarle. En la arena, Ellie y Tina desplegaban hechizos sin perder el paso. Pero pasara lo que pasara, necesitaría más que eso para terminar esta batalla.

 

[Creo que la propia Ellie le ha contado algo sobre ellos, pero nunca he hablado de esto con ella ni con Tina-sama.] La señora Walker continuó.

 

[¿Por qué contármelo a mí?] Pregunté tras un breve silencio.

 

El hombre de la máscara plateada de repente volvió a aparecer luego de atravesar el blanco campo. No era sorpresa que no estuviera herido— parecía que había derribado todos los disparos en el aire. Tina lo interceptó con enredaderas de hielo, con el objetivo de detener su avance, pero...

 

[¡No funcionará!]

El hombre estaba destrozando enredadera tras otra. Era un especialista en combate cuerpo a cuerpo, lo que significaba que el siguiente movimiento de las chicas sería—

 

Tina siguió creando hechizos mientras Ellie la cogía en brazos y se echaba hacia atrás.

 

[¡Tendrán que hacer algo más que huir!] El enmascarado gritó. Continuó su persecución, pero luego se detuvo bruscamente. [Hmph. Una trampa para bloquear mi visión, creo.] Tras una pausa, añadió: [Magia. Seguro que no puede dominar del todo.]

 

Qué pena. Si hubiera dado un paso más adelante, las chicas habrían ganado una repentina ventaja... Supongo que eso es lo que estás pensando.

 

El hombre de la máscara plateada dio un paso adelante sin darse cuenta, empujado por una repentina ráfaga que le llegó desde atrás. Oscuridad se enredó alrededor de su cuerpo, dificultando sus movimientos y privándole de su visión.

 

Liberó un fuerte gruñido de sorpresa. [¡¿C-Cómo?! ¡¿Por qué no pude detectar el hechizo?!]

 

Sí, Ellie tiene talento para eso. También tiene mucho más maná que yo. Esa chica sin duda se convertirá en una fuerza a tener en cuenta.

 

[Sus padres tenían un talento similar.] La señora Walker empezó a explicar, casi como si estuviera hablando consigo misma. Había profunda tristeza en sus ojos.

 

[Eran capaces de lanzar hechizos rápidamente y sin sonido, y, al igual que Ellie, eran sinceros con todo lo que hacían. Pero... esa seriedad fue la que se cobró sus vidas. Una vez escaparon de la Capital Real una vez, sabes— nos dejaron a Ellie. Volvieron allí... y nunca más regresaron. Estaban convencidos que volverían, así que no dejaron nada para Ellie. Incluso sus cuerpos fueron quemados, como todos los demás. Ni siquiera quedaron cenizas.]

 

La señora Walker hizo una pausa antes de continuar. [Por mucho que suene bien "el deber de un médico", a Graham y a mí nunca nos importó demasiado; en cambio, queríamos que huyeran. La muerte de nuestra hija y del hombre que considerábamos un hijo fue difícil de soportar.] Volvió a guardar silencio, y luego añadió: [Fue poco después de que la Duquesa Rosa falleciera.]

Ellie liberó múltiples tornados de fuego para arrollar al atrapado hombre. [Magnífico.] El hombre murmuró mientras las llamas lo envolvían. [Así que has dominado el fuego, el agua, el viento, la tierra, la oscuridad y el hielo. Quién lo diría...]

 

Yo diría que la verdadera batalla comienza ahora.

 

[Allen-san, ¿cuánto sabe de la duquesa Rosa?] La señora Walker reanudó.

 

[Sólo los hechos básicos, pero tengo varias preguntas respecto a ella.]

 

[¿Qué hay de los grandes hechizos?]

 

[¡¿Cómo lo sabe?!]

 

Me giré para ver a la señora Walker cuando el rugido de un atronador salió de la arena. Me apresuré a mirar otra vez y vi que un enorme bloque de hielo se había materializado frente al enmascarado, congelando la zona circundante.

 

[Eso pensé.] Dijo la señora Walker. [Algo en usted me recuerda a mi señora. Ella también estaba realizando su propia investigación sobre los grandes hechizos. No tengo forma de saber cuánto avance hizo, pero...]

 

[¿Sabes por qué los estaba investigando?]

 

[Le pregunté, pero sólo se rio y esquivó la pregunta. Incluso cuando se la presionaba por una respuesta, lo máximo que me decía era que lo hacía por su niña.]

 

Un sinfín de pensamientos pasaron por mi mente. ¿Significa eso que la madre de Tina previó que su hija estaría involucrada con los grandes hechizos de alguna manera? ¿Cómo?

 

[Concentrémonos en el duelo por ahora.] Le dije, entrando en sí. [Parece que la espera y la observación se acaba de terminar.]

 

[¡Tu habilidad es impresionante!] el hombre de la máscara plateada exclamó. [¡Pero ¿puedes resistir esto?!]

 

Invocó dos enormes carámbanos a la vez, su escala no te hacía dudar que había lanzado un hechizo avanzado. Detener el ataque de frente sería algo difícil para las chicas— aunque dentro de unos años no sería motivo de preocupación.

 

Ellie estaba de pie frente a Tina y creando más de diez hechizos de fuego intermedios, tal como le había enseñado. La mayoría de los estudiantes actuales de la Academia y Universidad Real les asombraría saber que sólo tenía catorce años y que ni siquiera asistía a la escuela; incluso formular dos o tres hechizos simultáneamente sería motivo de alabanza.

 

Aunque... lamentablemente la diferencia entre los hechizos sería difícil de superar.

 

Durante los pasados tres meses, había instruido a fondo a Ellie en la magia intermedia, y confiaba que había llegado al nivel que podría aguantar el combate real con todos los elementos, excepto el rayo y luz, los cuales aún se le dificultaba. Pero ese enfoque también significaría rechazar los poderosos hechizos avanzados que podrían haberle servido de as en la manga. Lo mismo ocurría con Tina, con quien había tenido que priorizar el control como prioridad. Los hechizos intermedios serían más que suficientes para conseguir su admisión en la Academia Real, pero...

 

Las dos chicas me miraron con una amplia sonrisa en sus rostros.

 

Por supuesto. Casi lo olvido. ¿Quién va a creer en ellos si no soy yo?

 

[¡Tina! ¡Ellie! ¡Pueden hacerlo!] Grité. Era frustrante que se me prohibiera darles indicaciones, pero nadie me había dicho que no los animara.

 

Solo al oír mi voz, Ellie duplicó el número de hechizos que estaba creando. Luego, comenzó a lanzar uno tras otro con una rapidez que sería inconcebible utilizando la magia convencional.

 

[¡Eso no te salvará!] El hombre de la máscara de plata rugió mientras activaba su hechizo. [¡Este es un hechizo avanzado de hielo Twin Icicle Pillars! ¡Bloquéalo si puedes!]

Los dos gigantescos carámbanos volaron hacia las chicas. Los hechizos de Ellie chocaron con ellos uno tras otro en un esfuerzo de impedir su progreso... pero eso no sería suficiente para detenerlos. Fue así que Tina blandió su varita y susurró:

 

[Twin Icicle Pillars.]

 

Dos carámbanos levemente más pequeños surgieron de debajo del hechizo que se acercaba, interceptándolos desde un inesperado ángulo. Los dos avanzados hechizos se anularon mutuamente, convirtiéndose en polvo y esparciendo fragmentos de hielo por toda la arena. Gritos y alaridos venían de los espectadores. Decidí eliminar cualquier fragmento peligroso que pudiera alcanzar a las maids interceptándolos con hechizos de fuego.

 

No le había enseñado a Tina ese hechizo— pero era una ávida lectora. Me alegró ver que había hecho uso del método que se describía en ese libro, que permitía activar hechizos de hielo desde debajo del suelo.

 

Tina agitó su vara otra vez, de su enjoyada punta salió un hermoso brillo. [Swift Ice Lances.]

 

Innumerables lanzas de hielo se materializaron, rodeando al enmascarado hombre y dejándolo sin escapatoria mientras lo atacaban juntas a la vez.

 

La señora Walker soltó una exclamación de asombro. [¡¿Cómo puede activar hechizos ofensivos ese?! ¡Hizo lo mismo con ese hechizo avanzado!]

 

Si incluso alguien tan hábil como ella estaba sorprendida, entonces el oponente de las chicas debía estarlo aún más— o tal vez estaba sonriendo bajo su máscara de plata.

 

En la magia convencional, los hechizos ofensivos solían desplegarse y activarse al frente; el concepto mismo de un ataque parejo era casi inaudito. Incluso la combinación de hechizos de distintos elementos, como Ellie lo había hecho al intentar congelar las piernas del hombre con magia de agua y tierra, era típico de luchadores experimentados. Sospechaba que era un inconveniente al estado actual de la magia— cualquiera podía lanzar hechizos, pero su aplicación y desarrollo eran limitados. Por desgracia, pocas personas hacían mejoras a sus fórmulas de hechizos. Por ejemplo, un hechizo que lance una bola de fuego en línea recta— era cierto que cualquiera podía lanzarlo si memorizaba la fórmula y poseía el maná suficiente... pero eso era todo lo que podía hacer. Una vez que sabías lo que se podía esperar, era posible contrarrestarlo, a pesar de alguna variación en el poder.

Había iniciado la educación de las niñas enseñándoles los hechizos existentes, pero luego pasé a las fórmulas que había reescrito para aumentar la cantidad de "espacio en blanco". Y como resultado...

 

El hombre de la máscara plateada gruñó y retrocedió unos pasos mientras aplastaba las lanzas de hielo que se acercaban a él con hábiles golpes. ¡¿Cómo era capaz de interceptar hechizos con sus propias manos?! Su dominio en combate sin armas era asombroso. ¿Y era maná azur celeste que cubría sus puños?

 

Ya veo. Así que ese es el secreto de los Howards que tanto he leído— Puños Azures.

 

El principio fundamental lucía similar al de la Espada Escarlata de los Leinsters. Tal vez las artes secretas de los Cuatro Grandes Ducados provenían de la misma fuente. Se suponía que estaba prohibido enseñarlas o llevarlas fuera de la familia, así que pocas personas las habían visto. Considerando eso, supuse que era afortunado por haber tenido la oportunidad de observar dos de las cuatro. Por supuesto, probablemente se trataba de una coincidencia.

 

Aunque, apuesto a que podría imitarlo. Me encantaría intentar enseñárselo a Ellie si el duque lo permitiera.

 

Parecía ser que Tina era la típica luchadora de retaguardia, por lo que las técnicas de combate cuerpo a cuerpo que van más allá de la defensa personal básica sólo servirían como un obstáculo para ella. Dicho esto, su curiosidad era ilimitada, así que...

 

¡Espera, ¿qué estoy pensando?! Sólo soy su tutor privado hasta que ingresen en la Academia Real— todo lo demás está a la suerte.

 

Así era mi contrato, y no tenía intención de prolongarlo. Ya podía oír al albatros sermoneándome. [Eres demasiado bueno para tu propio bien. Si crees que puedes salvar a todo el mundo, eres un engreído. Así que céntrate en las personas que tienes de frente.]

 

Sí, lo sé... En serio que sí. Estas chicas son buenas— muy buenas niñas— y crecerán para bien sin mi ayuda.

 

Las chicas finalmente habían hecho retroceder al enmascarado contra la pared. Tina aún mantenía su hechizo mientras Ellie creaba hechizos intermedios para bloquear su huida.

Los hace visibles a propósito; en realidad está apostando por algo— Oh, sus puños están rojos. No puedo creer que esté intentando con lo que yo quería experimentar. ¿Debería llamarle "Puños Escarlata"? Aun así, estoy impresionado. Puede que no le tome mucho superarme.

 

Tina tiró su varita hacia delante y declaró: [¡Esta batalla ha terminado! ¿Supongo que ahora reconocerás nuestro derecho de aplicar a la Academia Real?]

 

[Uh, um...] Ellie tartamudeó. [¡Cualquier otra resistencia es i-inútil! ¡Por favor, ríndanse por las buenas ya!]

 

Tendré que sermonear a Ellie más tarde. Parece que ha adquirido un vocabulario cuestionable, quizá por la influencia de su joven y revoltosa señora.

 

[Reconozco esa varita.] El enmascarado murmuró para sí mismo. [claro. Así que Shelley seguía guardándola...] Dejó que sus palabras se detuvieran y luego gritó: [¡En ese caso, yo tampoco puedo contenerme! ¡Eso no es algo que querría el dueño de esa varita!]

 

Unió sus puños con un estruendo audible y empezó a darle forma aun maná increíblemente potente. Ni siquiera intentaba ocultar la fórmula de su hechizo— debía de querer que las chicas lo vieran.

 

Ellie dio un paso adelante en un intento de acortar distancias, pero Tina le dio una mirada para detenerla. Las dos planeaban confrontar todo el poder del hombre. Me preguntaba de quién lo habían sacado.

 

[¡Oh, no! ¡Mundo, evacuen!] La señora Walker le gritó a las maids, con un tono de urgencia en su voz. [¡Ese hechizo no es para ignorarlo!]

 

[¡Seño Walker!] Alerté al mayordomo. [¡Se verá atrapado donde está parado!]

 

[Pero la batalla no se ha resuelto.] Él protestó. [No se preocupe. Señora. Walker, por favor, cuide a Anko.]

 

[¡¿Allen-san?!]

 

Puse a Anko, que se había estado sentado sobre mi cabeza, al cuidado de la señora Walker y descendí a la arena con un poco de esfuerzo. Me acerqué al vacilante mayordomo e inicié una conversación en voz baja.

 

[Tomaré su lugar como juez. Estoy seguro de que no se quejará después de todo lo que ha visto— Especialmente, considerando que es evidente que quiere perder. Por supuesto, contenerse no parece ser su fuerte.]

 

[Te das cuenta que será peligroso, ¿verdad?] El señor Walker susurró después de una pausa.

 

[Estoy acostumbrado, para bien o para mal.]

 

Una fría ráfaga atravesó la arena, trayendo nieve consigo. Lo que siguió fue un aullido bestial— inaudible pero claramente perceptible— y una potente ola de maná. Todo el campo de entrenamiento se cubrió de blanco, mientras el enmascarado afirmaba desapasionadamente:

 

[Chicas tontas. ¿No les enseñó su instructor a presionar a su oponente cuando muestran una apertura?]

 

[E-Esto es...] Tina vaciló. [¡P-Pero no vamos a perder! ¡Ganaremos e iremos a la Academia Real! ¡Ah, y no te burles de nuestro profesor!]

 

Ellie gruñó y tartamudeó: [¿Cómo se supone que vamos a parar esto? ¡Pero...! Pero Lady Tina y yo no perderemos. ¡Al fin que, somos estudiantes de Allen!]

 

Tina y Ellie temblaron cuando un colosal lobo de hielo empezó a tomar forma, envuelto en nieve blanca y pura. Era orgullo de la Casa Ducal de Howard— el hechizo supremo Blizzard Wolf. Mientras bestia blanca avanzaba, no dejaba más que un mundo de nieve y hielo a su paso. El enmascarado lo estaba controlando, pero su presencia seguía siendo abrumadora.

 

[Por favor, de prisa.] Volví a presionar al señor Walker en un susurro. [Reúna todas las barreras militares resistentes al hielo que el profesor envió y póngalas en el exterior. En el peor de los casos, escaparé con las chicas. Cuento con usted.]


Luego de un momento de silencio, el señor Walker susurró. [Mis humildes disculpas. Están en sus manos.]

 

[¡Graham!] La señora Walker gritó cuando su marido empezó a cruzar el muro interior.

 

[Graham, ¿por qué estás...?]

 

[Le confiaré todo al Allen-san.]

 

[Ya veo. Muy bien.] Ella se quedó callada, y luego añadió. [Esto también es de la Duquesa Rosa...]

 

Los espectadores completaron su evacuación, con el señor y la señora Walker siendo los últimos en salir. Las chicas se asombraron por mi repentina aparición, y les guiñé un ojo como diciendo. [Han hecho un gran trabajo hasta ahora.]

 

Ahora, tengo una pregunta para este caballero...

 

[Antes del choque final, ¿me diría una sola cosa?] Le pregunté.

 

[¿Qué?] Respondió el enmascarado.

 

[¿Por qué el Duque Walter se opone tanto a permitir que las dos vayan a la Academia Real? ¿Aún no son lo bastante fuertes para satisfacerlo?]

 

La pregunta quedó en el aire durante un buen rato antes de que el hombre respondiera: [Dudo que se sienta así.]

 

[Entonces, ¿por qué?]

 

[No puedo decirlo. ¡Las charlas pueden esperar hasta que saldemos cuentas!]

 

Con esas palabras, el Blizzar Wolf del hombre dio otro aullido inaudible. ¡Aquí viene!

[Tina, Ellie.] Dije.

 

[Estaremos bien. Por favor, obsérvenos.]

 

[¡No perderemos!]

 

La respuesta de las chicas era tranquilizadora. En ese caso, veré cómo se desarrolla esto, pensé mientras me distanciaba del trío.

 

[Prepárense.]

 

En un instante, el enmascarado desató a su Blizzar Wold. Tina y Ellie lo bombardearon con hechizos, pero... cada uno de ellos se congelaba— incluso los hechizos de fuego.

 

[¡Una vez que comienza su ataque, no se detiene por nada!] Declaró el hombre. [¡Especialmente con la magia ordinaria!]

 

[¡En ese caso...!] Tina tocó la virola de su varita al suelo y lanzó Twin Icicle Pillars una y otra vez. Todos ellos encontraron su objetivo, golpeando al Blizzard Wolf... y desaparecían.

 

[Es totalmente inmune a la magia de hielo. Si quieres enfrentarte a él, será mejor que liberes un hechizo supremo propio.]

 

Tina apretó los dientes. Ellie, en cambio, corrió para adelante para golpear directamente el cuerpo principal del hechizo. Lanzó un puño rojo y brillante contra el lobo— y se retiró de inmediato. El maná de su mano se había desvanecido.

 

[Una sabia elección.] Comentó el enmascarado. [El Blizzar Wolf transforma el área alrededor en un infierno de hielo. Un ataque imprudente a él sería el último movimiento que harías.]

 

Las chicas soltaron señales de sorpresa y alarma mientras el pánico empezaba a aparecer en sus rostros. Habían estado probando todo tipo de hechizos mientras se retiraban, pero aún no habían encontrado ninguno que surtiera efecto.

 

¿Qué van a hacer ahora?

 

De repente, Tina y Ellie gritaron una advertencia urgente.

 

[¡Señor! ¡Está en peligro!]

 

[¡Allen! ¡Cuidado! ¡Por favor, corra!]

 

El lobo iba hacia mí, ignorando por completo a las chicas. ¿Había cambiado de objetivo? Pero ¿por qué lo haría? Incluso un hechizo supremo era solo un hechizo— iba a donde su lanzador quería. Y este hechizo había sido lanzado por un maestro. Un fallo era inconcebible.

 

[¡No!] Tina y Ellie gritaron de nuevo.

 

Whoops. No debería alargar esto más; las chicas se preocuparán. [Gracias, pero no se preocupen; estoy acostumbrado a esto.] Les dije.

 

Un instante antes de que los colmillos del lobo me atraparan, me retiré a donde estaban las chicas mientras anulaba su helada aura. Al mismo tiempo, inmovilicé sus patas en el suelo con lanzas de magia oscura, que normalmente eran impermeables a la congelación.

 

¿Eh? Esto no debería ser tan efectivo. Se siente como...

 

Miré al hombre enmascarado, que me devolvió una leve inclinación.

 

[Tina, Ellie.] Llamé a las chicas aturdidas.

 

[¡Sí, señor!] Respondieron.

 

[Lo han hecho bien hasta ahora— digo la verdad. Pero es imposible detener un hechizo supremo con magia ordinaria.]

 

[¡M-Mentira!] Tina objetó. [¡Es que digo, está deteniendo uno justo ahora!]

 

[¡Eso es increíble, Allen!] Ellie añadió.

 

[Dejémoslo así.] Dije luego de una breve pausa. [Dicho eso, si vamos a luchar, ¿qué les parece si le damos una sorpresa a nuestro oponente y ganamos? Tina.]

 

[¡Sí!]

 

[¿Pudiste ver la fórmula para lanzar el Blizzar Wolf?]}

 

[Sí, pero...]

 

[Bien, no tendrás tiempo de practicarlo, pero te sugiero que aproveches esta oportunidad para probarlo. Ellie.]

 

[¡Si!]

 

[Por favor, ayuda a Tina. Tú tienes mejor control que ella.]

 

[D-De acuerdo.] Ellie se sobresaltó notablemente, mientras que Tina parecía indignada.

 

[Claro, todo depende de la memoria de Tina.] Añadí.

 

[Lo sé.] Tina dijo mientras empezaba a desarrollar la fórmula para lanzar al Blizzar Wolf. Tras un breve silencio, añadió: [Estúpido tonto.]

 

Rara vez practicaba el desplegar una fórmula de hechizo tan grande en medio del aire, porque al hacerlo aumentaba el riesgo de interferencia del enemigo. Sin embargo, esa era la menor de las preocupaciones de las chicas mientras luchaban frenéticamente por sacar la fórmula.

 

[Um... creo que ya fue...]

 

[Tina-sama, puede acortar esta parte. ¿Lo ve?]

 

[Oh, tienes razón.]

 

Maravilloso. Qué hermosa cooperación. Pero...

 

[Son demasiado lentas.] Declaró el enmascarado. [Ya es hora que le ponga fin a esto.]

 

Las lanzas de oscuridad que habían estado conteniendo al Blizzar Wolf se desintegraron. Incluso la magia oscura, que estaba muy alejada al concepto de "congelación", carecía de sentido ante el hechizo supremo. Pero ¿exactamente qué se había congelado? Ese era uno de los misterios de la magia, en mi opinión.

 

Casi al mismo tiempo, se escucharon dos gritos.

 

[¡No se preocupe!]

 

[¡L-Lo logramos de alguna manera!]

 

La fórmula del hechizo Blizzar Wolf que las chicas habían construido juntas se activó. Su hechizo colisionó con el lobo que se acercaba, cubriendo aún más el área circundante de blanco. Y sin embargo...

 

[¿Estamos siendo arrinconadas?] Tina gritó.

 

[¡¿Por qué?!] Ellie balbuceó incoherentemente.

 

El hechizo de Tina y Ellie estaba siendo superado lento pero constantemente. Me impresionó que hubieran conseguido lanzar un hechizo supremo por primera vez en circunstancias tan desesperadas, en especial después de haberlo visto solo una vez. Era tan increíble que me recordaba a cierta noble mimada que conocía bien. Sin embargo, su hechizo era tosco e incompleto.

 

Supongo que este es su límite. Odiaría que se hicieran daño, así que—

Justo cuando iba a dar un paso adelante, las chicas tomaron mis manos. [Aún no.] Tina dijo. [¡No se ha terminado! Podemos seguir.]

 

[Allen, ¿le importa si sostengo su mano?] Añadió Ellie. [Estoy segura que puedo seguir si lo hago.]

 

[Pero...] Protesté, pero había una clara determinación en sus ojos. Supongo que no tengo opción. Al fin y al cabo, soy su tutor. Apreté sus manos. No se preocupen. Pueden hacerlo.

 

Tina y Ellie comenzaron a construir otro hechizo con mucha más velocidad y precisión de la que habían mostrado en el último. Su primer Blizzar Wolf había sido derrotado y se estaba desintegrando en el hielo y la nieve, pero casi en el mismo momento, surgió su segundo.

 

Hubo otro impacto en el centro de la arena. El muro interior ya se había congelado y algunas partes empezaban a desmoronarse. Un choque entre hechizos supremos era un espectáculo para la vista.

 

Ya que el lobo de las chicas no fue superado de inmediato esta vez, seguía estando en desventaja. Podrían ganar si desplegaran varios lobos a la vez, pero... parecían tener las manos llenas controlando y manteniendo uno.

 

Tina y Ellie soltaron gemidos tensos.

 

[¡¿Qué pasa?!] El enmascarado dijo. [¡¿Es lo mejor que pueden hacer?! Les felicitaré por haber lanzado un hechizo supremo, aunque uno lamentable. ¡Bien hecho! ¡Pero se necesita más que eso para vencerme! ¡Ríndanse!]

 

Apuesto a que está sonriendo como un lunático detrás de esa máscara...

 

Los Cuatro Grandes Ducados siempre habían recibido un trato especial en el Reino debido a su historia, pero su permanencia en el poder militar en forma de magia suprema era también un factor extremadamente importante. Aun así, la magia de todos los clanes se había ido debilitando en los últimos años, y las casas ducales de seguro estaban luchando por transmitir sus hechizos. Algunos de los Leinster habían dominado la magia suprema, al menos hasta cierto punto, pero eran la excepción. Sospechaba que la Casa de Howard, cuyo hechizo supremo permanecía en manos de su líder, era la norma de ahora.

El hechizo de las chicas estaba siendo rechazado lentamente. Si esto seguía así, serían vencidas. Por si acaso, continué con mis preparativos para intervenir. Había estudiado un gran número de hechizos de hielo en los últimos tres meses e incluso había creado algunos propios, así que confiaba en que podría arreglármelas, aunque nunca había visto este.

 

Aunque es una verdadera lástima... Ahora que han llegado tan lejos, me gustaría que ganaran, pero... esta diferencia es insalvable. La culpa es mía por no ser un buen profesor. Podría haberles ayudado a luchar mejor si hubiera tenido otros seis— o incluso tres meses— con ellas.

 

[¡Allen! ¡No luzca tan sombrío! ¿No lo sabe? 'Siempre guarda lo mejor para el final'.]

 

Tina me soltó la mano, desató su listón para cabello blanco como la nieve y la envolvió con confianza alrededor de su varita. Nada más hacerlo, la varita empezó a palpitar y a brillar. La fórmula de control de hechizos que había introducido antes a modo de amuleto se estaba desplegando.

 

[¡¿Qué?!] Exclamé conmocionado. [¿Lo has notado, Tina?] 

 

[Vaya.] Ellie se maravilló. [Es tan bonito...]

 

Tina volvió a tomar mi mano y me susurró al oído: [Estaba en las historias que me contaba mamá sobre la Dama del Hielo. Siempre solía decir eso y atar su listón alrededor de su bastón cuando iba en serio. Pensé que al menos valdría la pena intentarlo, pero... parece que las cosas van a funcionar.]

 

Me quedé atónito. ¿La Dama del Hielo? ¿S-Se refiere a la que... se suponía que dominaba la Frigid Crane?

 

El Blizzar Wolf de Tina y Ellie fue ganando fuerza y empezó a ponerlas contra el oponente. Al hacerlo, todo lo que quedaba de la pared interior se redujo a hielo y nieve, y el pasillo y las paredes exteriores comenzaron a congelarse también.

 

Oh, no. Si esto sigue así, todo el edificio se vendrá abajo.

 

El hombre con máscara de plata soltó un fuerte rugido mientras vertía maná en su hechizo, aparentemente con la intención de arreglar las cosas. Las chicas apretaron su agarre en mis manos mientras ponían todo su empeño en controlar y mantener su hechizo. Ya se habían recuperado una vez, pero ahora estaban retrocediendo poco a poco.

 

Justo cuando pensé que había llegado mi momento, oí la voz. [USA MI PODER. LA LLAVE ESTÁ EN TUS MANOS.]

 

Era la misma voz que había oído antes, y esta vez, parecía que Tina también la había oído— tenía una apariencia de asombro en su cara mientras me preguntaba: [Allen, ¿qué fue...?]

 

[Tampoco estoy seguro, pero... no creo que tenga mala intención. Si pide que lo uses, entonces podrías intentarlo.]

 

[¡D-De acuerdo!]

 

[¡Tina-sama!] Ellie intervino con urgencia en su voz. [¡Estoy al límite!]

 

El Blizzar Wolf de las chicas por fin había sucumbido, y el de su oponente iba directamente hacia nosotros.

 

[¡Ellie, ponte detrás de mí!] Le ordené.

 

[¡S-Sí!]

 

[Tina. Odio decir esto, pero iría en contra de las reglas de ayudarte.]

 

[¡Sin apuros! Mientras esté contigo, no tengo absolutamente nada que temer.] Tina declaró. Luego, extendió su varita frente a ella y susurró: [Por favor, dame fuerza.]

 

La punta enjoyada de su varita parpadeó con luz y un poderoso maná se envolvió a su alrededor. Una fórmula de hechizo que nunca había visto antes se desplegó rápidamente por sí sola.

 

¿Tina no tiene el control de eso...?

 

Entonces, se materializó frente a nosotros, desplegó sus pequeñas alas y tomó el vuelo— dejando sólo la blancura a su paso.

 

Mis recuerdos de lo que ocurrió después son borrosos— el shock había sido demasiado grande. El grito de sorpresa del enmascarado, mientras Tina me abrazaba el brazo derecho y la calidez de Ellie en el izquierdo mientras decenas de barreras militares resistentes al hielo rodeaban el campo de entrenamiento. El propio edificio estaba congelado y se desmoronaba a nuestro alrededor. Pero mientras protegía a las niñas de la feroz ventisca que me tapaba la vista, estaba seguro de haber oído su grito sin palabras:

 

Una canción de lamentación.

 

✽✽✽✽✽

 

Esa noche, cuando todo había terminado, toqué la pesada puerta del estudio del duque. [Entra.] me ordenó su voz.

 

[Disculpe.]

 

Dentro, encontré al Duque Walter sentado en un sillón y bebiendo un vaso de vino. Estaba cubierto con vendas y Anko, que realmente parecía estar a todas partes, estaba en su regazo.

 

[¿Cómo se siente?] Le pregunté.

 

[Oh, son solo rasguños. Solo me molesté en vendarlos porque Graham insistió. Ahora, Allen...]

 

[¿Sí?]

 

El Duque dejó su copa de vino sobre la mesa y se inclinó ante mí. [No puedo agradecerte lo suficiente que hayas ayudado a esas niñas a crecer tanto. Parece que, una vez más, has labrado un futuro para la Casa de Howard.]

 

[¿Se refiere al hechizo supremo?]

 

[Sí, a eso. Como te lo dije antes, de todos los miembros en mi familia, soy el único maestro de Blizzar Wolf. Había pocas esperanzas para mi hija mayor, y hasta hace poco, Tina era... Lo entiendes. Pero ahora que ha aprendido el hechizo, un gran peso se le ha quitado a mi familia. El último hechizo de hielo que lanzó fue magnífico; ni siquiera yo no conozco nada parecido.]

 

[Su Alteza merece el crédito. Siento lo del campo de entrenamiento, y le contaré sobre ese hechizo final más tarde, pero primero... ¿puede pedirle que continúe la historia que dejó incompleta el otro día?]

 

No estaba en la naturaleza del Duque estar celoso del progreso de su hija; de hecho, por el contrario, rebosaba de una alegría en estado puro. Entonces, ¿por qué se había opuesto tanto ímpetu que fuera a la Capital Real?

 

[Muy bien. Pero por favor, ni una sola palabra de esto a nadie más— ni siquiera a Tina.]

 

[Lo entiendo.]

 

[Mi esposa, Rosa, fue una hechicera talentosa. Nos conocimos en la Academia Real y nos sentimos atraídos el uno al otro de inmediato. No pasó mucho hasta que nos casamos y fuimos bendecidos con dos preciosas hijas. Pero un día— creo que fue mientras estaba embarazada de Tina— de repente perdió toda su capacidad mágica. Reuní médicos de renombre de todo el reino.] El Duque tomó aire. [Claro, nunca descubrimos la causa.]

 

[Pero eso es...]

 

...Como Tina.

 

[Fue un proceso lento, pero Rosa pronto empezó a consumirse. Lloré cuando dio a luz a Tina sin problemas. Prácticamente estuvo postrada en cama durante un año.]

 

Tardé un momento en procesarlo, y cuando me recuperé, planteé la pregunta que tenía en mente. [¿Estaba enferma...?]

[No. Sus médicos insistieron en que no había nada malo en ella físicamente.]

 

[¿Qué quiere decir?]

 

Al principio, el Duque Walter no dijo nada. Estaba claro que algo le atormentaba, pero finalmente— y con mucha resistencia— comenzó a hablar.

 

[Creo que Rosa fue asesinada, muy probable que con una maldición. Sigo investigando hasta el día de hoy, pero aún no tengo idea de quién lo hizo ni por qué. Puede que se debiera a la investigación mágica que estaba realizando, aunque nada de lo que encontré en sus síntomas parecía algo para matar.]

 

El Duque se silenció por un momento antes de continuar. [No pude creer lo que mis ojos vieron cuando vi a Tina lanzar un hechizo; era la viva imagen de su madre. La forma en que sostenía su varita, la forma en que creaba sus hechizos, la forma en que se esforzaba con bravía y se negaba a rendirse— ¡Eran idénticas en todo! Después de oír todo esto, estoy seguro que te diste cuenta de por qué quería mantenerla aquí conmigo. Tenía miedo. Miedo que el destino de Rosa pudiera ocurrirle a nuestra hija. Pero también era consciente de que ese invernadero ya no era lo suficientemente grande para que mi pequeño retoño creciera. Siendo ese el caso, es mi deber como padre enviarla a un nuevo mundo y velar por ella— Estoy seguro de que eso es lo que Rosa quiere también.]

 

✽✽✽✽✽

 

Querida Lydia.

 

Te escribo como te prometí. ¿Lo ves? Soy un hombre de palabra.

 

Estamos a punto de partir a la Capital Real. Me da algo de soledad pensar que me despediré de esta tierra de hielo y nieve, aunque aún no llevo bien el frío. Nunca admitiría esto con nadie más que contigo, pero creo que hace tres meses me sentía un poco desesperado. Convertirme en Hechicero de la Corte había sido mi objetivo durante años y… tenía un poco de fe en mi capacidad para lograrlo.

 

Aun así, tengo la suerte de haberle dado clases a estas chicas. Enseñar es divertido y también requiere valor— como cuando te di clases. Estas chicas me ayudaron a recordar esos sentimientos, y les estoy agradecida por ello.

El profesor (o siendo más precisos, Anko, que está sentada sobre mi hombro mientras escribo esto) me dijo que has obtenido el primer puesto en el examen de Hechicero de la Corte y que te graduarás de la Universidad Real como la mejor de nuestra clase. ¡Enhorabuena!

 

Dicho esto, no puedo aprobar tu declaración de que vas a boicotear la ceremonia de graduación. Tampoco estoy seguro de qué hacer con los sollozantes profesores que suplican mi ayuda con eso. No tenía ni idea de lo que estaba pasando cuando recibí cuatro cartas por medio de Griffin en un día.

 

Es natural que no asista— A fin de cuentas que, fallar el examen de Hechicero de la Corte a pesar que se esperaba que me graduara de la universidad como segundo de nuestra clase, es una desgracia sin precedentes. Pero eres diferente. Deberías asistir con la cabeza en alto. ¿No es cómo Su Alteza, Lydia Leinster-sama, la “Dama de la Espada" debería actuar?

 

Además, de lo que escribí en mi última carta... He decidido cancelar mi viaje a casa por ahora. Claro, tampoco tengo intención de seguir siendo el tutor particular de las chicas; se merecen algo mejor que yo. Por el momento, mi plan es hablar con el profesor y ver si tiene algún trabajo disponible. No tienes que preocuparte por mí.

 

Permítanme reiterarlo: ve a la ceremonia de graduación de la Universidad Real. Todo el mundo podría empezar un motín si no lo haces. Bueno, entonces, nos vemos en la capital.

 

Atentamente.

 

Allen (Un estudiante de honor convertido en tutor particular delincuente).

 

✽✽✽✽✽

 

El paisaje urbano visible desde el andén de la estación seguía cubierto en blanco, y el tren ante mí estaba manchado con la nieve acumulada. Sería posiblemente otro mes o más antes que llegara la primavera al norte y muchas más antes para que las personas guardaran sus abrigos y ropa de invierno.

 

Tres meses antes, había desembarcado en esta estación solo. Ahora, estaba solo otra vez—a pesar que Anko estaba postrada en mi hombro— mientras esperaba que el tren terminara sus preparativos para el viaje a la Capital Real. Había pasado muchas cosas, pero pensé que mis días habían sido bien aprovechados. Al menos, una parte de mí que había estado un poco dolida secretamente por haber fallado en el examen de Hechicero de la Corte había desaparecido. Estaba agradecido por ello. Una vez que volviera, tendría que explicarles las cosas como es debido a mis padres y a mi hermanita, a quienes sólo les había dado un breve resumen—

 

[¡Allen!]

 

[Allen, señor.]

 

Tina y Ellie corrieron a mí, envueltas en abrigos y bufandas de aspecto cálido. Oh, Tina llevaba mi bufanda; necesitaba pedirle que me la devolviera. La vista me dio una sensación de déjà vu— no podía contar cuántas veces lo había visto ya.

 

[Gracias por esperar, señor.]

 

Tina fue la primera en llegar.

 

[E-Espero que no te hayamos hecho— ¡Eek!]

 

Le siguió poco después Ellie, que perdió su equilibrio como siempre y se habría caído si no la hubiera atrapado.

 

[Estamos] Dije. [Ten cuidado— el camino aún está congelado en algunos lugares.]

 

[S-Sí. Muchas gracias...]

 

[De nada.]

 

Le di una palmadita en la cabeza a la maid, que parecía feliz, y sentí un repentino frío en la mejilla.

 

[¿Allen, Ellie?] Tina sugirió un momento después. [¿No creen que ya es hora para que se separen?]

 

[Ya la oíste.] Le dije a la maid.

 

[No quiero.] Ellie objetó. [De hecho, ¿podría, um... abrazarme más fuerte?]

[¡Ellie!] Tina exclamó.

 

[No es justo, Tina-sama.] Ellie respondió tras una pausa. [Consiguió sentarte en el regazo de Allen durante todo el viaje a aquí.]

 

[S-Solo fue porque el carruaje estaba apretad.] Tina protestó. [No tuve más remedio que...]

 

[Había espacio en el asiento trasero.]

 

Tina gruñó, perdida por un contraargumento; Ellie recientemente había aprendido a decir lo que pensaba, incluso a su señora. Desde luego, aprobaba la tendencia. Dicho eso, no sería bueno que las dos discutieran aquí, así que me alejé de la maid.

 

[Chicas, ¿ya llegaron los otros?] Pregunté.

 

[Están algo— Oh, ahí están.]

 

Me giré a ver al Duque Walter, rastros de congelación aún visibles en sus mejillas; al señor Walker, que llevaba el equipaje; y a la señora Walker, que dirigía a varias maids. Incluso fuera, las mujeres aún tienen sus uniformes. ¿No tienen frío?

 

[Hola, Allen.] El duque me saludó. [Gracias por esperar.]

 

[Por favor, ni lo menciones. No habría tenido tiempo de comprar recuerdos de lo contrario.]

 

[¿Así es? Me alegra oírlo. Odio preguntar, pero ¿podrías cuidar de Tina por mí? Llegaré en un tren posterior.]

 

[Ellie, asegúrate de escuchar a Allen-san.] El señor Walker instruyó a su nieta. [¿Te recordaste de empacar tus medicinas? Si te quedas sin dinero para gastar, solo—]

 

[Querido, me voy con ellos.] La señora Walker reprendió a su marido. Era una ocurrencia rara, por decir lo menos.

Sí, las dos chicas habían aprobado el examen final del Duque con honores. Lo que siguió después fue rápido. Parecía que los arreglos por adelantado para el personal habían resultado bien— la señora Walker y varias maids permanecerían en esperada en la Capital Real durante y después de los exámenes de ingreso de las chicas. Al parecer, la hermana mayor de Tina vivía en la residencia de la Academia Real, pero no era inusual para un miembro de una Casa Ducal; en cambio, una vez estuvieran inscritas, Tina y Ellie estarían viajando desde la mansión de los Howard en la capital. Claro, eso significaba que necesitarían un personal que lo hiciera por ellas. El Duque Walter y el señor Walker habían querido ir sí mismos a la Capital Real, o eso había oído, pero la destreza marcial de la señora Walker— ejem, argumentos persuasivos— les había convencido a desistir de la idea. Pensé que era una buena solución— Después de todo, no podía ser mayordomo.

 

Un silbato de vapor chirrió.

 

[Muy bien, estaré esperando en la Capital Real.] Dije, haciendo una señal con su cabeza a los dos hombres.

 

[Bien.]

 

[Por favor, cuide bien de mi nieta, Allen-san.]

 

[Lo haré. Por favor, espere buenas noticias.]

 

Mientras intercambiaba firmes apretones con el Duque Walter y el señor Walker, dos pensamientos pasaron por mi mente: Me duelen mis dos manos. Además, se están acercando demasiado para su propio bien...

 

[Allen, confío en usted— lo hago— pero si cree que puede ponerle una mano encima a mi querida niña solo porque estoy en el norte, entonces...] Dijo el duque.

 

[Allen-san, sé que nunca soñaría con algo así, pero... sí, por casualidad, se atreve a ponerle una mano encima a mi querida Ellie mientras yo no estoy, entonces...] Añadió el señor Walker.

 

Forcé una risa; eran tan sobreprotectores.

No tienen nada de qué preocuparse, se los aseguro— Tina y Ellie aún son unas niñas. Una vez que estén en la Academia Real, conocerán a muchos chicos guapos. Creo que su tiempo estaría mejor invertido en preocuparse por ellos.

 

En cuanto terminaron los apretones, unas pequeñas y suaves manos se apoderaron de las mías. [¿Tina? ¿Ellie? ¿Qué pasa?] Pregunté.

 

[Estaba pensando en que me gustaría ir de las manos hasta la Capital Real.]

 

[Um, bueno... Yo también. ¿Está bien?]

 

[Por supuesto.]

 

En un instante, pude sentir los fríos e intimidantes ojos de dos padres fijados en mí. Pero, ¿cómo iba a deshacerme de las chicas cuando me miraban con tanta esperanza? En serio, ¿qué iba a hacer...?

 

[Pero el Duque Walter y el señor Walker lo desaprueban, así que...]

 

Los ojos de los dos hombres se abrieron de par en par.

 

[Padre.]

 

[Abuelo.]

 

Ambos balbucearon y agacharon sus cabezas.

 

No pueden vencerlas, ¿verdad? Conozco la sensación... Pensé. Un momento después, el silbato de vapor sonó por segunda vez. Será mejor que vayamos a bordo. Oh, hablando de eso...

 

[Duque Walter.]

 

[¿Sí?] El duque tardó un momento en responder.

 

[Se trata de ese diario.] Hablé en voz baja deliberadamente; no podía dejar que Tina o Ellie escucharan. [¿Está seguro que no le importa dejarlo a mi cuidado? No tengo ninguna duda de que es un valioso documento. Además, ¿puedo enseñárselo a otras personas de mi confianza?]

 

[No me importa. No soy un gran lector, y habrá aún menos amantes de libros con la ausencia de Tina y Ellie, así que debería de irse a alguien que lo necesite. Ah, y... Dime si aprendes algo sobre los grandes hechizos.] El Duque susurró en respuesta.

 

Me dio un motivo menos de preocupación, aunque el camino que tenía por delante no iba a ser fácil ni mucho menos.

 

[Muchas gracias. Y sí, me aseguraré de hacerlo.]

 

[Estoy profundamente en deuda contigo. Ahora, debes irte.]

 

[Muy bien. Tina, Ellie.]

 

[Bien, padre. Me voy.] Tina le dijo al Duque. [Cuida mis plantas por mí.]

 

[Lo sé, no te preocupes; pronto me reuniré contigo en la Capital Real.] Su padre respondió.

 

[Y-Ya me voy, abuelo.] Ellie le dijo al señor Walker.

 

[Cálmate, ponte en contacto conmigo de inmediato si tienes algún problema.] El mayordomo la tranquilizó.

 

La escena me pareció agradable... y un poco envolvente.

 

[Es hora, gente. Por favor, suban a bordo.] La señora Walker nos instó.

Oh, vaya. Hice una leve reverencia, tomé las manos de las chicas y subí al tren. La señora Walker y las maids nos siguieron de cerca. Esta vez íbamos en un vagón de lujo— aún más extravagante que la primera clase. Nunca había imaginado que existieran vagones tan lujosos.

 

El silbato de vapor sonó por tercera vez y, tras el sonido de las puertas cerrándose, el tren comenzó a moverse lentamente. Abrí la ventanilla junto a mi asiento y grité:

 

[¡Duque Walter, señor Walker, gracias!]

 

[¡Te esperaré en la capital, padre!] Añadió Tina.

 

[¡Abuelo!] Ellie se desahogó. [¡Vendré a casa todo lo que pueda durante las vacaciones!]

 

Ya no pude oír las voces de los hombres, pero siguieron observando y saludando hasta que desaparecieron de la vista.

 

✽✽✽✽✽

 

[¿Siente calor?] Tina preguntó desde el asiento de al lado.

 

[Estoy bien, gracias.]

 

Se rio tímidamente. [Todo esto es gracias a usted.]

 

Ellie parecía frustrada, pero opté por fingir que no me daba cuenta. Anko, no tienes que acurrucarte en mi regazo. Hay asientos disponibles para— Oh, ¿prefieres quedarte aquí? Muy bien.

 

Estábamos en medio de un pequeño repaso— controlar la temperatura dentro de nuestro vagón. Tras su examen final, Tina había conseguido aprender a lanzar hechizos elementales de elementos distintos al hielo. Sospeché que el último hechizo que había lanzado tenía algo que ver con eso. Nadie que conociera su control de la temperatura creería que no había sido capaz de lanzar un solo hechizo hace apenas dos meses.

 

[Bien hecho, mi señora.] La señora Walker elogió a Tina.

 

[Fue increíble, pero creo que deberías haberme permitido hacerlo.] Ellie añadió.

 

[Recibiste un cumplido de nuestro profesor esta mañana. Me toca a mí.] Replicó Tina.

 

[¡Pero si Allen le hizo cumplidos ayer y antes de eso, Tina-sama! Hoy me toca a mí.]

 

[Discutamos esto más tarde, entre nosotras.] Tinsugirió a tras una breve pausa.

 

[¡Me parece muy bien!]

 

Para bien o para mal, Tina había dejado de contenerse— al menos cuando estaba involucrado. Había investigado y considerado diversas teorías, pero lo único que había podido descubrir sobre su pérdida de control era que tenía su origen en el excesivo autocontrol que había estado practicando. Por lo tanto, después de su examen final, le había dicho que "no tenía que practicar restricciones ni guardarse nada en lo que a mí respecta.] Por supuesto, tendría que hacer algo para rectificar sus demandas de abrazos demasiado frecuentes. Parecía que Lydia ya tenía extrañas sospechas sobre mí y, además, era—

 

Tina me pinchó con su dedo. [Allen.]. Me giré incrédulo para mirarla.

 

[¿Qué elegiste como recuerdo para Lydia-sama?] Preguntó. [Oh. Me decidí por este pequeño.]

 

[¡Vaya! ¡Qué bonito!] Exclamó. [Pero ¿no se va a enfadar?]

 

[¿Por qué lo estaría?] Respondí. [Lydia generalmente adora las cosas bonitas. De hecho, me quemaría si le dijera que he decidido no comprarlo.]

 

[¿Quemar?]

 

[A-Allen, ¿qué quiere decir?]

[Precisamente lo que he dicho.] Expliqué. [Cuando algo le disgusta, se apresura a cortarlo o quemarlo, y... Bueno, ella es bastante difícil.]

 

Probablemente Lydia estaba lista y esperándome en la capital. Podía imaginarme la escena, y dada la secuencia de eventos hasta ahora... probablemente estaba más furiosa que nunca. Sinceramente, quería huir, pero me perseguiría a donde fuera, incluso hasta el fin del mundo.

 

[Si se presenta la oportunidad, me encargaré que se reúnan con ella en la capital.] Dije. [Por favor, prepárense].

 

[Estaré bien.] Tina declaró. [¡La derrotaré!]

 

[¡Haré lo que pueda!] Ellie añadió.

 

Espero que no echen leña al fuego... Y puedo ver que se ríe, señora Walker. Por favor, desista; esto es una cuestión de vida o muerte para mí.

 

✽✽✽✽✽

 

Era de madrugada en la mansión Howard de la Capital Real, donde me había alojado los últimos días.

 

Estaba preparándome en mi habitación cuando se oyó el repiqueteo de unos pasos rápidos, que fueron aumentando hasta que, de la nada, Tina irrumpió en la puerta. Llevaba un vestido azul y blanco decorado con finos bordados, y en el pelo tenía la cinta blanca como la nieve que había llevado el día que la conocí, y también el día de su examen final. En su mano derecha llevaba la varita de Rosa, aunque era de esperar, ya que ese día iba a competir.

 

Tina se detuvo frente a mí y se giró una vez con una mirada que era una mezcla de inquietud y anticipación. [¡Allen! ¡Allen! ¿Cómo me veo? No me veo rara, ¿verdad?] Preguntó.

 

[Te ves bien, Tina. Como siempre, estás...]

 

[¿Yo...?]

 

[Divertido.]

 

[¡Se supone que debes decir 'linda'! ¡Jesús!]

 

Compartimos una sonrisa; me alegraba ver que se había puesto mucho más alegre. Aunque tres meses antes estaba llena de energía, también había estado mostrando una fachada atrevida. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de felicitarla, otra chica entró corriendo en la habitación. No llevaba su habitual uniforme de maid, sino una falda larga normal. Era una vista refrescante, sin duda. Ahora que lo pienso, nunca había tenido la oportunidad de verla con otra ropa que no fuera la de trabajo durante mi estancia en la mansión.

 

[¡Tina-sama! ¡Fue usted la que insistió tanto en que esperáramos nuestro turno!] Gritó. Un rato después, tartamudeó en voz baja: [A-Allen, señor, yo... Um, quiero decir...]

 

[¿Qué tenemos aquí? Veo que hoy no llevas tu uniforme, Ellie.] Comenté. [Te ves muy...]

 

[¿Muy qué?]

 

[Encantadora. Ese traje te sienta muy bien.]

 

Ellie balbuceó avergonzada. [¡Gracias jra— ¡Eek!]

 

[Whoa.]

 

Tomé a Ellie de la mano y tiré de ella detrás de mí mientras los cristales de hielo danzantes llenaban la habitación.

 

[Allen, elogiar a Ellie no es justo. De hecho, está mal. Elógiame a mí también.] Tina dijo.

 

Se estaba preparando para soltar un Blizzard Wolf en cualquier momento. Me encogí de hombros y rodeé ligeramente a Ellie con mis brazos, lo que provocó una mirada de consternación en el rostro de Tina.

[Uh, um, bueno...] Ellie comenzó a tartamudear nerviosamente.

 

[¡Allen! ¡Ellie! Sepárense. ¡De-una-vez!] Tina exigió.

 

[¿Oh? ¿No quieres unírtenos, Tina?] Pregunté, haciendo que sus ojos se abrieran de par en par con sorpresa. [Creo que hay espacio para uno más, pero... supongo que no te interesa. Qué pena.]

 

[Malvada.] Tina murmuró después de un silencio de descontento. Luego corrió a mis brazos, aunque con una mirada de reproche.

 

[Escúchenme: van a estar bien.] Animé a las chicas. [No tienen nada de qué preocuparse. Tengan fe en ustedes mismas y obtendrán los resultados.]

 

[Lo entiendo.] Tina respondió. [Le creo, y como me enseñó, también creo en mí.]

 

[¡Sí!] Ellie añadió. [Aún no soy muy buena para tenerme fe, pero sí que le tengo fe, Allen.]

 

[La mejor de las suertes.] Les dije a ambas. [Señora Walker.]

 

[¿Sí?]

 

Dejé a las niñas al cuidado de la ama de llaves de los Howard, que había entrado en la habitación sin avisar. [Por favor, cuida bien de ellas.]

 

[¿No nos acompañará, Allen-san?] La señora Walker preguntó.

 

Respiré antes de responder. [No puedo, podría empezar a sollozar a pesar que aún es muy pronto. También he prometido pasarme por casa de un amigo, así que el resto está en tus manos.]

 

[Comprendo, señor.] La señora Walker respondió con simpatía después de tomar un respiro. [Que la fortuna le favorezca.]

[Muchas gracias.]

 

La señora Walker tenía razón— Necesitaría toda la suerte posible. Ahora, en cuanto a mis estudiantes...

 

[Allen.]

 

[Allen, señor.]

 

Las chicas por separado dijeron antes de afirmar al unísono: [¡La infidelidad está mal!] ¿De qué estaban hablando? Lydia y yo no estábamos en ese tipo de relación. Pero... hubo algunas inusuales circunstancias entre nosotros.

 

✽✽✽✽✽

 

Lo primero que vi después que una de las maids de Leinster me llevara al magnífico patio interior, repleto con flores de principios de primavera en plena floración... fue un ave en llamas que se abalanzaba sobre mí, con sus enormes alas desplegadas.

 

Oh, Dios. Si eso me golpea, honestamente podría morir.

 

Rápidamente rechacé el hechizo; al fin que, este era su saludo habitual. [Cualquiera que sean tus razones, no puedo aprobar ese Firebird al momento de nos reunimos.] Le dije a la hermosa chica, que estaba sentada en un lujoso sillón y apoyaba su barbilla en una mano mientras le daba un sorbo a su té. Había un pequeño reloj de bolsillo apoyado en la mesa ante ella. [Como mencioné en mi carta, tengo el corazón roto, aunque no lo demuestre, al menos me gustaría que me ofrecieras un poco de simpatía. Aunque he llegado a tiempo.]

 

[Es tu deber estar sentado antes que yo— Es de sentido común. Además, no quiero oír eso de alguien que puede negar mi Firebird tan fácilmente. Deja que te queme la próxima vez para que pueda divertirme de una vez. De todos modos, no hay forma de que mi magia funcione en ti, y podrías detenerla antes de tiempo si realmente lo intentaras. La próxima vez que sueltes una tontería como esa, te cortaré sin resguardos.]

 

[Preferiría que no lo hicieras. No tengo ninguna posibilidad de vencerte a espadazos, ni en esta vida ni en la otra.]

 

[Debiste haber empezado con eso.] La chica declaró tras una breve pausa. Esta chica, obviamente descontenta, era Lydia Leinster, la hija mayor de la Casa Ducal de Leinster, señor del sur, y el albatros alrededor de mi cuello durante los últimos cuatro años. Es decir, ella, como Tina, era hija de un duque. También era una de las mejores espadachinas del Reino, un logro que le había valido el apodo de la “Dama de la Espada”.]

 

Las interacciones con Lydia exigían precaución— la mera idea de llamarla "Su Alteza" me llevaría a decidir entre ser cortado por sus inflexibles golpes de espada o ser abrasado por su instantáneo Firebird. En ese caso, existía un riesgo muy real que no viviera para ver el siguiente amanecer. Sin embargo, de vez en cuando utilizaba su título para burlarse de ella.

 

Lydia normalmente prefería ropa más fácil de mover, pero en esta ocasión, iba inusualmente arreglada. No pude evitar que mi corazón se acelerara cuando la miré directamente— el vestido escarlata, que hacía juego con la forma de su preciosa y larga cabellera y resaltaba su impecable y blanca piel, les sentaba demasiado bien a mis ojos. Era una belleza alucinante... al menos hasta que abrió la boca. De hecho, era cierto que había engañado a innumerables víctimas. Esta hermosa rosa escondía espinas demasiado afiladas— lo suficiente como para atravesarme en lugar de pincharme el dedo. Pero en esta ocasión me equivoqué, así que acepté la herida con buena cara.

 

[Lo siento.] me disculpé, rascándome la mejilla.

 

Lydia dejó que mis palabras quedaran en el aire por un momento. [¿Y por qué te disculpas?] Preguntó. [Explícalo.]

 

[Por ir con los Howards y aceptar un trabajo de tutor sin consultarte.]

 

[¿Y…?]

 

[Por no escribirte muchas cartas, por no venir a verte hasta hoy y… por no decirte por qué suspendí el examen de Hechicero de la Corte.]

 

Lydia sacó un leve gruñido de satisfacción y luego me tendió sus manos sin levantarse de su asiento. Dudé un poco, pero supuse que no tenía otra opción. Al menos, esta vez no. Dejé la bolsa que contenía su regalo sobre la mesa y envolví a la joven en un suave abrazo. Era tan delicada como siempre. Era difícil de creer que fuera una de las principales espadachinas y hechiceras del reino cuando—

 

Hey, no me aprietes tan fuerte. Realmente es muy doloroso.

 

[Me sentía muy sola, ¿sabes?] Lydia murmuró, enterrando su cara en mi pecho.

 

[Lo siento.]

 

Esperó un momento antes de añadir. [Nunca más te vayas a un lugar lejano sin decírmelo. Y si vas a algún sitio, llévame contigo.]

 

[Haré lo que pueda para— ¡Ow! ¡Eso duele! No me claves tus uñas.]

 

[Esa era tu señal para decir: 'Sí, señora. Mis más humildes disculpas. No lo volveré a hacer'.]

 

[¿Desde cuándo eres mi 'señora'? Pero... Lo siento.]

 

[Tonto.] Esa fue su única respuesta tras otra breve pausa. Nunca diré cuánto tiempo pasó antes de que la encantadora joven me soltara. Una maid conocida esperó a que se calmara antes de servirnos el té.

 

¿A qué viene esa preocupada mirada...? Por favor, no diga de cosas para burlarse de mí. "Supongo que soy el tercero en discordia”. Estoy seguro de que llevas un orbe de vídeo oculto, y tengo toda la intención de confiscártelo más tarde.

 

La maid en cuestión definitivamente tenía una— o estaba haciendo que uno de sus subordinados nos filmara. Vivía para cualquier cosa que le hiciera clamar: “¡Oh vaya, Lydia-sama, qué maravillosa es!” Todo el mundo en el clan de los Leinster adoraba a esta noble joven; a primera vista parecía audaz, pero había algo en ella que exigía simpatía.

 

Lydia, que había estado en un extremo de disgusto, ahora estaba felizmente sentada a mi lado costado, apoyando su cabeza en mi hombro.

 

Hey, no cuelgues las piernas así. [¿Y qué piensas?] Me preguntó.

 

[¿Sobre qué?]

[Sobre los exámenes de ingreso, claro.]

 

Sí, era el día de los exámenes de ingreso a la Academia Real. Había estado ocupado con los últimos preparativos de Tina y Ellie desde mi llegada a la Capital Real que no había tenido tiempo de visitar a Lydia. Naturalmente, la había mantenido informada, pero eso no me había librado de su vivaz saludo. ¿Cuántas veces tendría que decirle lo fatal que sería eso para cualquier persona normal antes que lo notara? Me di cuenta de que sólo estaba jugando, pero si alguna vez iba en serio, no habría nada que yo pudiera hacer.

 

[Siento tener que decirte esto, pero Tina va a ocupar el primer puesto. Ellie seguro que también tendrá un buen puesto.] Respondí a la sonriente Lydia

 

[¿Ah, sí?] Lydia respondió. [Es raro oírte sonar tan seguro. No te olvides de mi hermanita, a la que me he pasado los últimos tres meses entrenando sin parar. El primer puesto podría ser muy esperado.]

 

[Lo normal sería pensar que sí, pero...]

 

[¿Pero?]

 

[Tina es indiscutiblemente un genio; tu hermana no será rival para ella. Hizo algo que está a la par de un hechizo avanzado al día siguiente de aprender a usar la magia, y solo conozco a dos personas que hayan hecho eso.]

 

[Hmm...] Lydia pensó. [Bueno, supongo que así es la vida.]

 

[¿Qué te pasa?] Pregunté. [Normalmente no cederías tanto fácilmente.]

 

Lydia adoraba a su hermanita, y eran muy unidas, así que era en este momento cuando solía perder los estribos y arremeter contra mí. Ni siquiera me había preguntado cómo había aprendido Tina a usar la magia.

 

[Quiero decir que mi hermanita está trabajando con una desventaja.] Lydia explicó. [A diferencia de tu chica, ella no tuvo el beneficio de tres meses con cierto alguien. ¡Por supuesto que va a perder! ¿No es cierto?]

 

[Espera. Escribiste en tu carta que eras mejor que— Espera. Lo siento. Un Firebird a tan corta distancia realmente no es cosa de risa.]

 

[Un hombre de verdad no se anda con pequeñeces.] Lydia señaló. Luego cambió el tono y añadió: [Oh, bueno. Ya es hora, así que empecemos. Después puedes contarme todos los detalles.]

 

Le lancé una mirada de desconcierto. [Qué es lo que— ¡Ah!]

 

¡Lo sabía!

 

Podía sentir que mucha gente nos rodeaba. Intenté salir corriendo, pero mi brazo derecho estaba sujeto.

 

¡H-Hablando de agarres! ¡¿En dónde se esconde todo ese poder en esos delgados brazos?!

 

Unas maids sonrientes salieron de sus escondites y se acercaron a nosotros. Llevaban en la mano espejos de cuerpo entero y lo que parecían utensilios para vestirse.

 

Oh, tengo un mal presentimiento sobre esto...

 

[Los exámenes deberían terminar en cualquier momento.] Lydia comentó a mi lado mientras revisaba su reloj de bolsillo. Parecía que lo estaba disfrutando a sus anchas. [Mi hermana llegará a casa pronto, ¿y qué clase de cuñado serías si la recibieras con un atuendo tan feo?]

 

[Desde cuándo soy su cuñado— ¡O-Ow! ¡Me vas a romper el brazo! ¡Puedo escuchar mis huesos crujir!]

 

[Es mi hermana. Eso la convierte en tu cuñada. ¿No es sentido común?] Lydia explicó.

 

[Q-Qué clase de "sentido" tiene— ¡E-Está bien! ¡He dicho que está bien! Te lo acabo de decir, y te lo repetiré cuantas veces hagan falta: ¡No trates de lanzar un Firebird a tan corta distancia! Hice una pausa y luego cedí. [Bien. Haz lo que quieras.]

 

[Debiste haberlo dicho desde el principio. Eres muy obstinado. ¿Todo listo?]

 

[¡Sí, mi señora! Todo está preparado y en perfecto orden.] La maid que nos había servido el té antes— era la ama de llaves y atendía a Lydia personalmente— sonrió e hizo una reverencia. ¿De dónde había salido?

 

[¿Está preparado, Allen-sama?]

 

[Estoy en sus manos.] Le dije tras un momento de silencio.

 

[Qué bueno. No esperaba menos de usted. Oh, qué adorable ha estado mi señora estos últimos tres meses, Allen-sama, y todo gracias a usted. Cada día fue simplemente celestial. Esperaba sus cartas con ansias. Cuando una no llegaba, gruñía: “¿No debí haberlo escrito en mi última carta?" o "Si él termina odiándome, entonces, entonces... Oh, ¿qué debo hacer?” ¡Y cuando recibía una! Oh, debió haber visto a mi señora resoplar y declarar: “Realmente no me importa si me escribe, ¿sabes? Lo digo en serio. “¡Ahora, toma esto y envíalo por el grifo más rápido!” ¡Le aseguro que la Corte de Maids de los Leinster podría seguir todo este año solo con eso! Y no hay palabras para describir su belleza cuando recibió la noticia que la visitaría hoy. Solo para elegir ese vestido, agonizó y agonizó y por fin llamó a todas las maids de la casa para que votaran—]

 

[¿Cuánto tiempo más vas a perder con esta charla?] Lydia intervino, con la atención puesta en su parlanchina maid personal. [¿Supongo que no te importará trabajar el resto de tu vida sin paga?]

 

[Le pido perdón, mi señora.]

 

Mi pelo, mi ropa y cualquier otro aspecto de mi apariencia fueron arreglados a la perfección por las maids de Leinster. Um... ¿Por qué esta ropa me queda perfectamente?

 

Estaba totalmente agotado, tanto mental como físicamente. Solo unas cosas se me quedadas en la memoria. Fue la deslumbrante sonrisa de Lydia al momento que me vestí, cuando me abrazó con tanta fuerza que pensé que se me romperían los huesos, y los bonitos ojos redondos del lobo blanco como la nieve muñeco de recuerdo que llevaba en la mano. También estaba el sequito de maids que nos habían estado grabando y la conmoción cuando la hermana de Lydia había regresado— por alguna razón, acompañada por Tina y Ellie — y las tres se habían abalanzado de inmediato sobre mí. Por último, estaba la forma en que el trío había empezado a jugar en el patio interior tras una discusión trivial.

 

Me alegro. No hay duda de que todos pasaron; al fin que, los chicos normales no se juegan a lanzar hechizos intermedios ni llegan a hechizos avanzados, y mucho menos supremos. Me pregunto si el sitio de la prueba salió bien parado...

 

Una semana después, la Academia Real anunció los nuevos admitidos de ese año.


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