Capítulo
1
[¿En serio? Me suena como un fastidio.
Ahora, permítame rellenarle su té, Allen.] Anna dijo, sonriendo con ánimos. La
delgada mujer de cabello castaño era la ama de llaves de la Casa Ducal de
Leinster, retenedores de uno de los Cuatro Grandes Ducados de nuestro reino y
gobernantes del sur.
Anna parecía haber sentido que me
sentía bastante capaz de servir mi propio té a pesar de estar postrado en cama.
Una vez cedí y coloqué mi taza de porcelana blanca en su extendida mano, la ama
de llaves se puso a llenarlo.
Estábamos en un cuarto especial en el
hospital más grande de la capital al este. El enorme cuarto tenía una cama que
era demasiado grande para mí, varias sillas, y una pequeña mesa redonda. Más
barreras mágicas y hechizos bloquea sonidos que podía contar lo rodeaban.
Ya era el quinto día desde que habíamos
detenido al antiguo segundo príncipe, Gerard Wainwright, de arrasar la ciudad
usando el gran hechizo Blazing Qilin. Anna al parecer había llegado de la
capital tres días antes.
[Aquí tiene.] Ella anunció,
ofreciéndome una taza y platillo.
[Muchas gracias.] Respondí mientras lo
aceptaba y entonces le dio un sorbo. [¡Delicioso!] El grito de cumplido salió
sin querer de mis labios; nunca podría haber logrado semejante sabor.
[Respetuosamente, soy la ama de llaves
de la Casa Ducal de Leinster.] Anna declaró sin más. [Mis habilidades son
insuperables— por nadie que no sea la ama de llaves de la Casa Ducal de Howard,
Shelly “la Comandante” Walker.]
[Particularmente cuando se trata de,
digamos… ¿limpiar?]
Anna dio un grito y se tambaleó
teatralmente con una mano en su frente: debió tomarse la critica de Mrs Walker
a pego. [Allen, solo mis amas disfrutan de tales comentarios malvados.] La ama
de llaves me miro resentida antes de esconder su boca en su manga. [Boo hoo
hooo.]
[Perdóneme.] Dije. [Ahora, ¿deberíamos
regresar al tema? No puedo expresar cuánto lo siento con su Alteza, el Duque
Liam Leinster y la Duquesa Lisa Leinster. No quería involucrar a Lydia.]
Su Alteza, Lady Lydia Leinster había
sido el albatros a mis expensas desde nuestros días en la Academia Real. Y en
nuestra batalla con Gerard, había aprisionado el legendario gran hechizo
Blazing Qilin dentro de su cuerpo.
Los linajes de los Cuatro Grandes
Duques quienes gobernaban vastos territorios en el norte, este, sur, y oeste
del reino se les fue concedido el título honorifico de “Alteza” en
reconocimiento del papel de sus antepasados en la fundación de la nación. Lydia
también había heredado el apodo de la “Dama de la Espada”, haciéndola un símbolo
de la siguiente generación de las casas ducales.
Y aun así la había sometido a—
Anna me vio a los ojos, su rostro se
acercó al mío. [Mi maestro y señora no lo piensan así, y tampoco lo hace Lady
Lydia.] Ella dijo. [Ellos me mandaron a la capital del este con el fin de
verificar su seguridad.]
Bajé mi mirada, aun sosteniendo mi copa
de té.
¿No había otra forma?
La ama de llaves se estiró y
gentilmente acarició mi cabeza.
[¿A-Anna?]
[Prometí reportar a mi maestro y señora
que disté lo mejor con este tema.] Ella dijo. [Por favor, déjemelo a mí.]
[M-Muchas gracias.] Respondí. [Pero,
er, tu mano…]
Anna solo rio y añadió. [Aún estoy
investigando eventos concernientes a la Duquesa Rosa Howard.]
Oh bueno. Supongo que revisaré mis
notas para las tareas de Stella otra vez y—
Un frío me pasó mientras la puerta se
azotaba a pares para el ingreso de una belleza joven noble con hermoso cabello
largo escarlata.
[Muy bien, Allen, me iré a hablar con
el Joven Maestro Richard. ¡Por favor acuéstese y relájese!] La ama de llaves al
instante percibió la situación y dio una retirada táctica.
¡¿Cómo puede dejarme así?!
[Siempre es la primera en correr.] La
hija mayor del Duque Leinster, Lady Lydia Leinster, gruñó mientras cruzaba el
cuarto y se sentaba en una silla, la cual acerco a mi cama. noté que estaba
usando un vestido blanco. Entonces me arrebató la copa y platillo de mis manos
y las dejo en la mesa— luego de beber lo que restaba de mi té.
[¿De qué estaban hablando tú y Anna
mientras nosotros empacábamos para nuestro viaje de vuelta a casa?] Ella
demandó, fijándome con una mirada reprochable. [¡Qué te atreves a ser un
malagradecido!]
[¡¿Qué dices?!] En un tono más calmado,
añadí. [No le dije nada que te haya dicho a ti antes.]
[Quiero saber por qué estabas hablando
con ella sin mí.]
Con un esfuerzo de evadir la pregunta
de Lydia, me giré para ver fuera de la ventana. Era otro hermoso día, y el
verdor del Gran Árbol estaba deslumbrando. Había sido machacado con visitantes
hasta anteayer. Incluso la madre Griffin y el polluelo que me había encontrado
el otro día habían llegado por la noche.
[Sin razón particular.] Le respondí a
la noble chica de cabello escarlata.
[¡Mentira!] Ella respondió. [Déjame
adivinar— persiste con tu “responsabilidad.”, ¿verdad?]
Su acusación se quedó en el aire por un
raro momento. Al menos, respondí. [Clamo por mi derecho a responder si—]
[¡Negado!] Lydia saltó a la cama con un
grito y se sentó, recostando su hombro contra el mío. [Limpiamos el suelo con
ese idiota real y salvamos la ciudad, y dejaste tu marca en la hija soltera de
un duque. Es todo. ¡No diré nada más— ni una palabra— acerca de a quién
culpar!] Ella hizo todo un espectáculo de presionar sus labios contra mi mano.
[No lo hicimos solos.] Protesté débilmente.
[Owain también estuvo allí, y Tina—]
[No menciones a Tiny.] Lydia gruñó y
puso su cabeza contra la mía.
[¿Sientes alguna diferencia?] Pregunté,
tocando su mano derecha.
[Ninguna.] La joven noble acarició su
cabeza y mano contra la mía y murmuró. [No quiero ir a casa mañana, sabes.
Quiero quedarme contigo.] Su usual confianza ya no se podía ver.
Palmeé su cabeza. [No. Su Alteza Real
generosamente extendió tu partida, pero no puedes quedarte. Descendientes de
las casas ducales en la capital real tienen el deber de regresar a sus ducados
por un cierto período de tiempo cada verano e invierno, incluso si solo es por
una mera formalidad.]
Lydia se molestó. [¿Significa que estás
bien sin mí?] Ella demandó sin más.
[Claro que no.] Le regresé una mirada
determinada, pensando para mí que ella era la mujer más hermosa en el mundo.
[Eso es lo que pensé. Ni siquiera te
importaría si— Espera, ¿qué? ¡¿Qué?! ¡¿Quééé?!] La respuesta de Lydia se fue a
un tren de llantos bizarros mientras se abrazaba. [¡S-Se suponía que digas que
sí! ¡N-No me sorprendas así!] La asustada noble golpeó mis hombros.
[¡Ow! ¡S-Sin golpear!] Exclamé. [Oh, en
serio.]
Envolví mis brazos alrededor de los
hombros de Lydia. Ella se puso rígida en sorpresa por un momento, pero rápidamente
se relajó.
[No puedo quitarme este sentimiento que
algo está mal, pero no sé qué.] Gruñí. [Algunos detalles en la carta de Felicia
de la capital real no me sientan bien— ese caballero verde y sus amigos
visitando familias mercantes en la ciudad, y el creciente negocio en los
suplementos militares.] Luego de una pausa, añadí. [Solo puedo discutir esas
cosas contigo.]
[Hm… ¡Solo yo, ¿huh?!] Lydia de pronto
se hizo al frente, tirándome a la cama y colocando su pecho en un ángulo
riesgoso. [Solo admítelo— quieres quedarte conmigo. ¡Juntos, no tendremos nada
de que preocuparnos!]
[No, tienes que irte.]
Lydia se vio confundida por un segundo.
Una vez proceso mi respuesta, gritó. [¡¿Por qué?! ¿No recuerdas que lo
prometiste? ¡Tus palabras exactas fueron, “Nunca me iré de tu lado mientras
viva, Lady Lydia”!]
Supongo dije algo como eso en la
mansión Leinster en la capital real, mientras se me tomaba por el cuello.
[Las personas hablarán si te quedas.]
Argumenté, cuidando de no ver su pecho. [Necesitarás una razón mejor que mis
vagos recelos.]
[¡Que no!] Ella insistió. [¡Una palabra
de esa maliciosa princesa y mi madre es todo lo que necesitaría!]
[Eso causaría problemas en el camino.
Tanto la Dama de la Espada y Cheryl tiene reputaciones que vale preservar.]
Actualmente Lydia sirve como
guardaespaldas con nuestra compañera de clases de la Academia Real, la Princesa
Cheryl Wainwright— una posición generalmente reservada para miembros de las
razas de largas vidas. Su mero nombramiento dio de que hablar, y no podía
permitirse atraer más atención negativa.
La noble de caballero escarlata se
silenció. Cuando finalmente habló, fue para decir. [Hey, ¿por qué no me has
estado viendo a los ojos?]
[Tengo mis razones.] Respondí con
miedo. [Desearía que te alejaras de mí.]
[No.] Ella se pauso brevemente,
entonces su tono cambio. [Sabes, estamos solos en este cuarto justo ahora.]
No me gusta a dónde va esto.
Traté de escapar, pero tenía mis
hombros sostenidos. No iba a ir a ninguna parte.
[Tengo ganas de un beso.] Lydia dijo.
[Y asumo que te gusta el escarlata.]
[¿Huh? Pero estás usando un brasier
blanco— No es lo que piensas.]
[¿No es lo que pienso? ¡Ahora, sé un
hombre y afloja!] Lydia ordenó mientras acercaba su sonrojado rostro al mío.
Justo entonces, la puerta se abrió y
dos chicas entraron corriendo, gritando frenéticamente. [¡Allen! ¡No estás
lastimado, ¿verdad?!] y [¡Allen! ¡¿Se encuentra bien?!]
La primera usaba una camia blanca de
mangas cortas, a juego con una falsa, y un listón blanco en su plateado
cabello, el cual estaba teñido con azul. Ella era una de mis estudiantes, Lady
Tina Howard, un gran genio que albergaba al legendario gran hechizo Frigid
Crane dentro de su cuerpo.
La otra era una chica de clan lobo con
orejas y cola del mismo gris plateado como su cabello. Su atuendo consistía en
una camisa azul de mangas cortas y negros shorts. Mi hermanita, Caren, era la
vicepresidenta del consejo estudiantil en la renombrada Academia Real, y no
podía estar más orgulloso de ella.
Al instante me di cuenta lo que
sucedía, ambas chicas fijaron sus miradas en Lydia y en mí.
[Yo… ¡No me lo creo!] Tina gritó,
temblando.
Caren parecía igual de agitada mientras
gritaba. [¡Nunca aprendes!]
Lydia chasqueó con su lengua y sin
ganas se bajo de mí para enfrentar al par. [Llegaron más rápido de lo que
pensé. Y estuve tan cerca.] Ella dijo y tocó sus labios ostentosamente,
provocando furiosas miradas de mi hermana y estudiantes.
[¿Cómo pudiste atacar a mi hermano
mientras está hospitalizado?] Caren demandó.
[¡T-Te has excedido!] Tina dijo su
resentimiento. [¡Hoy, ajustaremos cuentas!]
El creciente maná del trio estaba
empezando a llenar mi cuarto cuando la puerta se abrió por tercera vez. Tres
nuevos visitantes entraron, gritando: [¡A-Allen! ¡Nii-sama! ¡Allen, querido
vine a verteeeee!]
La primera en llegar, una chica rubia
en uniforme de maid— Ellie Walker. Era la maid personal de Tina, la heredera de
un antiguo linaje de retenedores de los Howard, y mi estudiante. La chica
pelirroja a su par, usando el mismo atuendo como Tina, pero en rojo, era la
hermana mejor de Tina— mi tercer estudiante, Lady Lynne Leinster. La pequeña
mujer del clan lobo vestida en un kimono quien había escoltado a las chicas era
mi madre, Ellyn.
Lydia, Tina, y Caren en silencio
intercambiaron miradas, y entonces su maná empezó a detenerse. Debieron haber
decidido que luchar frente a mi mamá era una mala idea.
Gracias a Dios.
[Lydia, ¿le has escrito a tu familia?]
Mi mamá preguntó.
[Claro, madre.] La noble respondió, con
respeto. Las palabras no podrían describir las miradas con las cuales Caren y
Tina observaban la actuación de la Dama de la Espada.
La tormenta parecía haber calmado por
ahora, así que regresé mi atención a la angelical maid. [Disculpa, Ellie.]
Dije. [¿Me entregarías ese sobre?]
[¡S-Sí!]
Ellie animadamente camino como si fuer
aun cachorrito. Pero mientras me pasaba el sobre que había traído de la mesa,
se tambaleó y tropezó con la nada, y cayó hacia mi cama.
[¡Whoa!] Dije, atrapándola como es
usual. [¿Estás bien? Debes ser más cuidadosa.]
[¡S-Sí!] Ellie sonrió, propiciando
miradas de sospecha de Tina y Lynee.
Le di a la angelical maid una palmada
en la cabeza. [Tina, Lynne, no deben mirar así a Ellie.]
[Tina, ¿le entregarías este sobre a
Stella cuando llegues a casa?] Pregunté. [Ella me dice que ya ha resuelto el
primer libro de tareas que le di, así que he incluido otro con mi carta.]
Las tres chicas se congelaron en
sorpresa.
[Allen.] Una exasperada Caren dijo
desde mi costado. [¿Te importaría decirme cuando encontraste el tiempo para
llenar ese cuaderno?]
[¿Huh?] Respondí. [Anoche y esta
mañana. ¿Por qué?]
Mi hermana frunció sus ojos. Entonces
se giró para ver detrás de ella y dijo. [Mamá, Lydia, ¿escucharon eso?]
Ambas mujeres respondieron con frías
sonrisas.
Oh vaya. Están molestas. Enojo. ¡Furia!
Entonces soporté una larga charla
acerca de trabajar en secreto durante mi estadía en el hospital. Mi mamá, en
particular, se rehúso a entender que ya estaba bien— una señal de lo tanto que
la había preocupado. Me arrepentí y resigné a al menos tomar la noche de
descanso. Mi estadía en el hospital terminaría al día siguiente igual.
✽✽✽✽✽
[Muy bien, Tina, Ellie, Lynne. Me muero
de ganas de verlas felices y sanas en la capital real.]
Duro silencio recibió mi despedida.
Era la tarde del Día de la Luz, el
mismo día que había dejado el hospital con mi certificado de salud. Mis jóvenes
estudiantes se pararon para enfrentarme en la plataforma de la Estación Central
en la capital este, donde una línea de vagones estaban preparándose para
recibir a los pasajeros. Todas chicas tenían sombreros en sus cabezas y maletas
a sus pies. Pronto estarían abordando los trenes para sus respectivos hogares,
pero el panorama no lucía emocionarlas.
[No se vean tan desanimadas.] Dije.
[Puedo reservar mi propio viaje para el próximo Día de la Tierra, así que
podremos vernos otra vez en poco tiempo. Eso fue lo más pronto para lo que pude
conseguir boletos. Porque el siguiente Día de la Luz es en la Ofrenda del
Espíritu, los trenes están sobrepoblados con personas regresando a la capital
real desde el Día de la Oscuridad.]
Nuestro reino seguía el Calendario
Unificado Continental al dividir una semana en ocho días nombrados por los ocho
elementos clásicos— Fuego, agua, tierra, viento, luz, hielo, y oscuridad. Por
convenio, el Día de la Luz era un día de oradores y la Día de la Oscuridad de
descanso.
Un jalón en mi manga izquierda atrajo
mi atención a Ellie, quien estaba vestida en un pálido gris. [A-Allen.] Ella
dijo. [¿P-Puedo, um… escribirte una carta?]
[Claro que puedes.] Respondí. [Estaría
encantado.]
[¡G-Gracias! ¡También trabajaré duro en
mi tarea de v-verano! Así que, uh, si la completo toda…]
La maid estaba más reservada de lo
usual. Aún estaba esperando que terminara de hablar cuando dos venerables
personajes se me acercaron desde atrás.
[Perdón por hacerlo esperar, Allen.]
Dijo un hombre humano llevando una maleta.
[¡¿Por qué debo sentarme a la par del
novato?!] Se quejó de su élfica compañía, con gravedad.
Esos eran el profesor, bajo con el que
había estudiado en la universidad, y el archimago, Lord Rodde, el director de
la Academia Real. El plan de Gerard había traído a ambos desde la capital este.
[Profesor, Lord Rodde, estoy
impresionado de verlos en apuros. ¿Realmente entienden su posición?] Pregunté,
sonriendo.
Ambos caballeros se inclinaron.
Nuestro reino presumía la
infraestructura ferroviaria más avanzada del mundo. Rutas de trenes conectaban
cada gran ciudad en la tierra a través de un eje en la capital real. Pero por
otro lado, necesitabas viajar por la capital real para llegar a otra parte, así
que el profesor y el director acompañarían a las chicas hasta allá. Entonces el
profesor se embarcaría para la capital norte con Tina y Ellie, ya que él pasaba
la mayoría de veranos con la Casa Ducal de Howard para evitar la temporada
calurosa. Mientras, el director continuaría al este a su tierra.
Anko, el negro gato familiar del
profesor, saltó hacia debajo de la percha de su maleta y cayó en Ellie. La
criatura parecía haber desarrollado una amistad con la joven maid, quien liberó
un chillido de sorpresa mientras aterrizaba en ella.
Justo después de los dos académicos, la
ama de llaves de los Leinster regresó de su viaje de compras. [¡Perdón por
hacerlos esperar! Escoger regalos tomó un poco más de tiempo de lo que esperé.]
Ella dijo. [Allen, Anko y yo velaremos de las necesidades de mis señoras.]
[Gracias, Anna. Nunca dejas nada.]
Respondí. [Ahora, Profesor, Director, movámonos. Tina, Ellie, Lyne, por favor
sean pacientes mientras hablo con estos caballeros.]
Dos descorazonados eruditos murmuraron
en asentimiento, sonando como hombres que van directo a la guillotina. Las
chicas, en contraste, respondieron con un animado coro de “Sí, señor” mientras
veían a Anko y los chuches que Anna había comprado.
Me puse en camino, empujando a mis
cabizbajos antiguos profesores por delante de mí.
La enorme torre del reloj al extremo de
la estación era la estructura más alta creada por el hombre en la ciudad. A
pesar de toda su construcción de madera, la torre al menos sobresalía tan en
alto como la Catedral del Santo Espíritu en la capital real. La estructura
nunca pudo haber sido levantada tan rápidamente sin la ayuda de los hombres
bestia.
Senté a los dos acusados en un banco
que daba una buena vista de la torre del reloj, entonces lancé un hechizo
contra sonidos antes de cruzarme de brazos y empezar el interrogatorio.
[Director, Profesor, entiendo por qué
involucraron a las chicas en este asunto con Gerard, pero sigo sin estar feliz
por ello. Debieron haber sido capaces de cortarlo de raíz.]
[Una crítica razonable.] El profesor
tímidamente concedió.
[Pero ¿cómo podríamos haber anticipado un
gran hechizo como Blazing Qilin?] El director añadió.
[Se los concedo. En todo caso es agua
pasada.]
Mis palabras propiciaron suspiros de
alivio del par, pero estaba lejos de terminar.
[Aunque el problema sigue igual sin
resolverse. Hemos descubierto que el autor del diario que encontré en el
archivo Howard creó el Blazing Qilin. Sin embargo, Gerard tenía su fórmula,
copiado de la página final del diario, y empleó los grandes hechizos Radiant
Shield y Resurrection al mismo tiempo— aunque con mal resultado. Esos hechos
prueban que tenía un respaldo. Y entonces—]
[Está la pregunta de dónde vino.] El
profesor puso su maleta en su regazo y lentamente lo abrió. Dentro estaba una
daga carmesí atada con cadenas imbuidas con poder mágico.
El director gruñó. [¿Realmente demanda
barreras de este calibre?]
[En manos de un habilidoso usuario,
esta daga sería más que capaz de reducir una pequeña ciudad a cenizas.]
Respondí. [Para estándares contemporáneos, creo que el poder que contiene
calificaría como un hechizo táctico, y un tabú en eso.]
Mi evaluación asombro al anciano elfo,
quien era la principal autoridad de nuestro reino en todas las cosas mágicas.
Los tabús eran hechizos prohibidos
entre no solo roda las razas humanas, sino los demonios también por la razón de
su poder o crueldad. En esta era de decline mágico, dudaba si incluso diez
hechiceros en el continente serían capaces de lanzar uno. Y por desgracia, es
no era nuestra única preocupación.
[También necesito descubrir un método
seguro de liberar al Frigid Crane y el Blazing Qilin.] Continué. [Director, por
favor vaya a visitar a su familia y pida consejo de los elfos más viejos.]
[¡I-Imposible!] El director protestó.
[¡Mi casa me ha desheredado! ¡A-Además, no debería decirte lo difícil que es
llegar a un acuerdo entre los elfos, dejando de lado a las razas de largas
vidas!]
[No conozco los detalles de cualquiera
de los arreglos a los que tu gente llego seguido de la Guerra del Señor Oscuro,
y no intento hacerlo. Pero ya no puedo quedarme ignorante.]
Personalmente lamentó el decline de la
magia. Aunque probablemente era un resultado inevitable de un mundo pacífico,
incluso si las razas de largas vidas deliberadamente lo habían puesto en
marcha. Pero si supuestamente los demonios del pasado ponían en peligro a Lydia
y Tina, entonces no dudaría en darle la espalda a todos.
[Su seguridad tiene prioridad.] Le
informé tajantemente al director. [¿O preferirían sacrificar a dos niñas otra
vez?]
El viejo elfo jadeó. Entonces, sin
ganas, respondió. [No te hagas ilusiones. También me gustaría investigar el
término “Corazón de Éter” y la palabra “llave”.]
Ambos eruditos repitieron los términos.
[Gerard llamó a Tina el “Corazón de
Éter”.] Expliqué. [Puede ser el antiguo alias de la Duquesa Rosa Howard, aunque
mi conocimiento de los linajes aristócratas es demasiado limitado para hacer
algo.]
[Este es el último lugar al que habría
esperado que su nombre saliera.] El profesor remarcó. [¿Se lo has dicho a
Walter?]
[Aún no, aunque se lo dije a Anna.
Sospecho que se lo tomará mejor viniendo de usted.]
[¿Y qué es la llave?] El viejo elfo
intervino.
[Yo, al parecer.] Respondí,
señalándome. [No fueron tan ambiguas como lo fueron en el pasado.]
Ambos caballeros acunaron sus cabezas
en sus manos, luego se echaron atrás contra la banca y suspiraron. Lord Rodde
incluso empezó a gesticular como si estuviera tirando algo.
[Es demasiado pronto para tirar la
toalla.] Dije. [Profesor, ¿en qué andan los Algren?]
[Nada que valga la pena.] Respondió.
[Sospechamos que tengan que ver con la rebelión de Gerard, pero aún no hemos
encontrado alguna prueba definitiva. Lord Grant accedió a presentarse en la
capital real a inicio de otoño.]
[La gran armada Algren, incluyendo la
Orden Violeta, aún están cerca de la capital real, pero es costumbre. Aunque,
nunca logré conseguir una audiencia con el viejo Duque Guido Algren.] El
director añadió. [Y el cuerpo del Caballero Oscuro nunca fue encontrado.]
Y Gil Algren, el cuarto hijo del Duque
Algren y amigo de la universidad mío y de Lydia, nunca llegó a visitarme en el
hospital— una gran indicación de cuán enfermo el viejo duque realmente debía
estar.
[No puede tomar en serio a Lord Grant.]
Dije, consciente que mi tono se puso gélido. [¿Qué razón tiene para confiar en
él?]
[Pensé que dirías eso.] El profesor
respondió, asintiendo.
[Tenemos una buena razón.] El director
añadió mientras producía un documento del aire. [Observa.]
[¿P-Puede ser…?] Miré al papel en
asombro.
El contrato imbuido mágicamente tenía
las firmas de dos grandes caballeros— Los Condes Haag Harclay y Haig Hayden,
las renombradas Alas Gemelas de la Casa de Algren. Los hombres de la mano
derecha del viejo Duque Algren eran conocidos por todo el oeste del continente
como caballeros entre caballeros. Esas leyendas vivientes, famosos por siempre
ser fieles a su palabra, ciertamente eran más confiables que Lord Grant.
[Debo admitir que es difícil argumenta
con esos hombres cuando no tenemos evidencia definitiva para seguir.] Dije
encogido de hombros y una sonrisa. [¿Puedo asumir que la corte de políticos
será la escena de acción desde este punto en adelante?]
[Con las garantías de sus señores,
puedes.] El profesor respondió fríamente.
[Es hora que los adultos entren en
escena.] El director añadió en el mismo tono. [No habrá más derramamiento de
sangre.]
Eso sonaba bien y todo, pero no podía
detener mis pensamientos de ir en direcciones desagradables. La idea era
absurda. Y aun así…
Mi silencio incito un preocupado,
“¿Allen?” del mi antiguo profesor y un “¿Ocurre algo?” del viejo elfo.
[No.] Respondí. [Si ese contrato fuera
falsificado, daría la perfecta oportunidad para rebelarse, pero eso requeriría
taparte ambos ojos con magia.]
[Requeriría a los mejores hechiceros
que los Algren puedan juntar para engañarnos, Allen.]
[Y recuerda; falsificar un contrato te
lleva a la pena de muerte.]
Ambos caballeros descartaron la idea
con un movimiento de manos. Era conocimiento común no solo dentro nuestras
fronteras, sino por el oeste del continente. Una rebelión arrojaría a la nación
al desorden e invitaría un ataque de las armadas del Señor Oscuro. Los grandes
nobles del reino no podían ser tan idiotas.
[Perdónenme.] Dije, inclinándome. [Esa
era una posibilidad. Olvidé mencionarlo.] Pero aun mientras hablaba, no podía
quitarme esa pizca de duda.
Debo compartir mis miedos con las Casas
Ducales de Leinster y Howard, solo para estar seguros.
✽✽✽✽✽
Para cuando me reuní con las chicas, Lydia,
Caren, y mi mamá habían llegado con almuerzos caseros para que comieran en el
tren. Lydia había ayudado a cocinar, aunque me parecía que esa conversación
había sido su verdadero motivo. Las chicas se veían adorables mientras se daban
la vuelta para abrazar a mi madre y Caren.
Mi padre, Nathan, no estaba por ninguna
parte. Se arrepentía de no ser capaz de despedir a mis estudiantes, pero con la
Ofrenda del Espíritu acercándose, tenía órdenes de último minuto que llenar.
El profesor y director estaban sentados
en un banco cercano, aunque metidos en una continuación de nuestra discusión de
antes.
[¿Qué les dijiste a mis padres y a
Caren?] Pregunté mientras me acercaba a la noble de cabello escarlata, quien
estaba dando lo mejor para lucir perfectamente como una señorita en esa ropa.
[Nada con lo que necesites
preocuparte.] Ella respondió.
[Que mentiras más obvias dices.]
[Un hábito que tomé de cierta persona.]
Liberé un exagerado suspiro. [¿Y para
qué estás llevando tu báculo? Bien pudiste enviarlo por Griffin.]
Con un retrasado “mmm” Lydia presionó
su báculo— un regalo de la familia real por su reconocimiento como un hechicero
de la corte— en mis manos.
[Lydia, este báculo era para ti.] Dije
lentamente.
[¡Mmm!]
[Oh, en serio.]
Una vez cedí y acepté su generosidad,
la noble de cabello escarlata desató el trapo que acorazaba el báculo y expuso
su punta. El listón escarlata que Lydia había atado allí en una ocasión
anterior brillo en los rayos de los tragaluces de la estación.
[Ya que cierto alguien es un
descuidado.] Ella dijo, pasando sus delicados dedos por el largo del listón.
Ascuas de fuego volaban mientras presionaba sus labios en él. [Deberías ser
capaz de relajarte con esto como un amuleto de la buena suerte.]
Sin responder, produje una pequeña
libreta y anoté algo con la pluma. Entonces rasgué la página y se lo entregué a
la triunfante belleza pelirroja trenzada. Ella lo tomó, rápidamente lo reviso,
y lentamente bajo el bordillo de su sombrero.
[M-Muy bien.] Lydia dijo, con una pizca
de gozo en su voz. [¿Una propuesta para invocar la Espada Escarlata con dos
hojas a la vez y un experimento de adaptar magia de transportación para un
movimiento de corto rango?] Ella sonrió. [¡Haré polvo a ese podrido Héroe la
próxima vez que la vea!]
[Trata de llevarte bien con ella. No es
nada mala.] Pedí, recordando a la incomparablemente amable chica con quien
habíamos sido tanto enemigos como aliados en nuestro registro de nuestra
batalla con el dragón oscuro.
[¡No! Puede actuar buena cuando estás
cerca, pero conmigo— Oh, ¿ya es hora?]
El rugido de un silbato de vapor nos
informó que el esperado tren ya estaba por partir. Una asistente de la estación
abrió las puertas del vagón de lujo, aunque mi mamá y Anna hablaban por aparte.
[Espero que a Lisa le guste el kimono…]
[¡No tiene nada que preocuparse!
¡Debería estar llegando mientras hablamos!]
Mi mamá al parecer le había enviado a
Lisa un kimono. Traté de imaginarme a la duquesa usando uno y decidí que
probablemente le quedaría bien.
Las chicas estaban corriendo a mí.
Caren, mientras, se movió al lado de Lydia. Parecía haberse dado cuenta de mi
nota y me dio una mirada que decía. [¿Olvidaste incluir algo para tu hermana?]
No lo necesitas. Te protegeré de
cualquier problema que te metas. Al fin que, soy tu hermano mayor.
[¡Allen!]
[¡A-Allen!]
[¡Nii-sama!]
[Tina, Ellie, Lynne.] Saludé a mis
exuberantes estudiantes. [Es hora. Sé que me estoy repitiendo, pero nos
volveremos a reunir sanos y salvos en la capital real. Tómense su tiempo para
trabajar en sus tareas individuales, y no aceleren como Stella. ¿Qué deberíamos
hacer con su presidenta del consejo estudiantil?]
Esos mechones de pelo de Tina y Lynne
se levantaron con celos y disgusto. Ellie estaba igual de resentida.
[Tina, Lynne, traten de no ser tan
competitivas.] Añadí sin más.
[¡N-No lo somos!] Ambas gritaron, esos
expresivos mechones se movieron en agitación.
[Mantendrás tu promesa, ¿verdad,
Ellie?] Pregunté, dándome la vuelta a la angelical maid.
[¡S-Sí!] Ella respondió, entonces con
duda añadió. [¡P-Pero, um, Allen! Me enseñaría un nuevo hechi—]
[¡Mi señoriiiitas! ¡Es hora de abordar
el tren! ¡Por favor alístate!] El llamado de Anna corto la corta petición de
Ellie. La ama de llaves a la par de la puerta abierta del vagón de lujo, atando
la cuerda que tenía en un mudo.
Esperar, ¿una cuerda?
[Termina lo que quieres decirme en una
carta privada.] Susurré en el oído de la agitada maid.
[¡S-Sí! ¡M-Muchas gracias!] Ella
respondió susurrando emocionadamente.
Entonces le di a cada una de las tres
señoritas una palmada en la cabeza. [Ahora, por favor sigan. Escríbanme si algo
sale, y seguro les responderé.]
Luego de un coro de síes, las chicas
recogieron sus maletas y empezaron a caminar a mi mamá y Anna. Me giré para ver
Lydia y encontrarla dándole a Caren un recordatorio de último minuto.
[¿Está claro? ¡No dejes que se
sobrecargue!]
[Ya lo sé.] Mi hermano respondió en
seco. [A diferencia de alguien que puedo decir.]
Lydia saco una hermosa— y terrorífica—
sonrisa. [De casualidad, no estarías hablando de mí, ¿verdad, Caren?]
[¿A quién más me referiría? ¿Y qué te
dio mi hermano? ¡Déjame ver!] La mano de Caren salió a una deslumbrante
velocidad hacia la nota en la mano de Lydia.
La noble de cabello escarlata libero
una risa de burla mientras evitaba las embestidas de mi hermana. [¿Qué, esto?
Es solo para mis ojos.]
[¡Sin sentido!] Caren gruñó en molestia
mientras el duelo continuaba.
Esta iniciando a verse como un perro y
gato jugando juntos.
Entonces la vicepresidenta del consejo
estudiantil, frustrada por su incapacidad de tomar la nota, recurrió a tácticas
prohibidas.
[Yo… ¡Enviaré de vuelta el listón en tu
báculo!]
[Eso lo decide Allen.] Lydia llego a
responder. [¿Esa es la forma de tratar a tu cuñada?]
[¡Yo no tengo una cuñada!]
[Ya no serás capaz de decir eso por
mucho.] Lydia respondió, riendo triunfantemente.
[Lydia, Caren, es suficiente.] Dije
luego de darle una mirada a mi reloj de bolsillo.
Mi hermano gruño, pero pronto se
recupero y dijo. [Bueno, cuídate.]
[Claro. Gracias.] Lydia respondió
mientras las dos se tocaban las manos. Eran mucho mejor amigas de lo que
creían.
Las chicas estaban ocupadas dándole a
mi mama otra ronda de abrazos por la puerta del vagón. Estaba tomando en el
lugar cuando Caren se fue hacia ella.
[Tina, Ellie, Lynne, tengan un buen
viaje.] Ella dijo. [Te veré otra vez en la capital real.]
[¡Seremos cuidadosos!] Ellas
respondieron en unísono.
[Bien dicho.] La cola de Caren se
agitó, mientras nuestra madre observaba a las cuatro.
En este punto, el profesor y el
director me respondieron, poniendo sus cabezas en sus manos. [Allen, toda esta
investigación está amenazando en consumir todas mis vacaciones de verano.] El
viejo dijo.
[Carga con tus cosas, jovenzuelo.] El
viejo elfo gruñó. [Iré a visitar a mi familia por primera vez en un centenar.]
[Cuento ustedes.] Les dijo. [Todos
están aquí, Anna. Por favor, vaya a bordo.]
[¡No, aún nos falta alguien!] La ama de
llaves respondió, agitando su cabeza. ¡No me digas que se fugaron!]
[Valoro mi vida demasiado como para
hacer una broma así, Anna.] Una despreocupada voz vino desde atrás de mí.
[Hola, Allen.]
[¡Richard!] Grité, girando en sorpresa.
[¿Ya estás bien para andar de pie y por ahí? ¿Y eso es…?]
Había un hombre alto parado allí con
cabello rojo— Lord Richard Leinster, el hermano mayor de Lydia y el
vicecomandante de los caballeros de la guardia real. Recostándose en su brazo
izquierdo estaba una delicada joven mujer en un vestido con un impresionante
cabello escarlata pálido y tenía una recatada expresión. Esa era la prometida
de Richard, Lady Sasha Sykes. Había oído que tenía 16 años.
[Estoy bien ahora.] Richard dijo. [Solo
tuve un poco de problemas al atrapar a esta linda chica.]
Sasha permitió que sus palabras
quedaran en el aire por un momento. [Richard, querido, ¿ya no te importo?] Ella
preguntó.
[¡Que se te queme la boca!] Richard gritó.
[¡Te adoro! ¡Alejarme de ti es agonía, como ser partido a la mitad! Juraría mi
eterno amor a ti y ahora si pudiera, mi osita, querida Sasha. Pero vamos a casa
por ahora; tus padres están preocupados por ti. Nos reuniremos otra vez en la
capital sur.]
[¡Oh, Richard!]
[¡Sasha!]
La pareja se abrazó. Era una escena
conmovedora, pero sobresalía un grano en la frente en la Estación Central. Los
transeúntes estaban dándoles miradas curiosas.
El espectáculo llevo un reprobador
“Joven Richard” de Anna, un mordaz “Idiota. Y tú también, Sasha” de Lydia, e
incluso un frío “Al menos trata de
actuar sensibles, chicos” de Lynne.
[A-Anna.] Richard se palideció.
[¡L-Lady Lydia! ¡L-Lady Lynne!] Ella
gritó. [Verán—]
[¡S-Sí, señora!] Las tres voces
respondieron en unísono. La
concentración de Anna se cambió a la joven mujer con pálido cabello escarlata.
[Ahora, venga aquí, Lady Sasha. El
Conde Sykes lo espera en la capital sur. Está bastante furioso que descifrara
las secretas comunicaciones y luego viajar al este sin permiso.]
[A-Anna.] Sasha balbuceó. [¡N-No tenía
opción! ¡L-Lo hice por amor!]
[Bien dicho, señorita.] La ama de
llaves respondió, sonriendo con gusto. [Pero tengo un trabajo que hacer.]
[¡R-Richard, querido! ¡Perdóname!]
Lady Sasha trató de huir, pero Anna ató
a la aterrada noble con la cuerda que había estado llevando. La hábil hazaña
incluso atrajo aplausos de los mirones.
Richard derramó lágrimas de cocodrilo
mientras gritaba. [Sasha, hay… ¡No hay nada que pueda hacer!]
Su prometida respondió en igual
dramatismo con un gemido de [¡Richard! ¡Yo, nunca te olvidaré, querido!]
mientras era arrastrada. Fueron hechos el uno para el otro.
Un segundo golpe del silbato de viento
informó a los pasajeros el abordar al tren.
[¡Bien, es hora!] Dije, tocando mis
manos. [Anna, Profesor, Director, por favor cuiden de las chicas.]
[No te decepcionaré.] La ama de llaves
respondió, pellizcando los bodes de su falda mientras se inclinaba en una
elegante reverencia. Respondí con una leve inclinación.
El profesor y director, ambos
asintieron y entonces empezaron a abordar el vagón de lujo.
[Lydia, volverás otra vez, ¿verdad,
querida?] Mi mamá preguntó. [Prométeme que lo harás.]
[Prometo que visitaré otra vez.] La
noble preguntó. [Cuídese, madre. Por favor, deséele suerte a mi padre.]
Mientras decían sus finales adioses,
una negra forma se acercó a mis pies. [Ellie, estoy dependiendo de ti para
cuidar de Anko y Tina.] Le dije a la maid mientras depositaba al familiar en
sus brazos.
[¡S-Sí!]
[Lynne, cuida de Tina y Ellie en la
capital real.]
[Depende dijo pepito, Nii-sama.]
[¡Humph!] Tina intervino. [Por qué soy
el único con dos personas a mi cuidado— Allen, ese báculo.] Ella señaló al
largo objeto en mi mano izquierda.
[Lydia me dijo que lo sostuviera.]
Respondí bajándome de hombros.
[Ya veo.] Ella dijo lentamente. [¡Sí,
ya veo! E-En ese caso, yo—]
[¿Tienes algo que decir acerca de mí,
Tiny? ¡Deja de hacerte la vaca y ve abordo!] Lydia respondió. Su repentina
apariencia atrajo miradas asombradas de las chicas. Estaba manteniendo su
animosidad al máximo— probablemente porque mi mamá estaba parada a su par. Aun
así, el trio tembló mientras recogían sus maletas y empezaban formarse en el
tren, meneando sus cabezas a nosotros todo el rato.
El albatros y yo en silencio juntamos
nuestras frentes y cerraron sus ojos. Entonces lentamente nos separamos y
asentimos.
[Te veo en la capital real.] Dije.
[Prometo que haré algo para tu cumpleaños.]
[¡No me haré ilusiones!] Lydia
rápidamente me sacó su lengua, entonces tomó su maleta y desvaneció dentro del
vagón.
Noté que Richard y Sasha estaban
viéndose a través de una ventana mientras me alejaba del tren hacia el centro
de la plataforma. Caren se paró a mi lado izquierdo y nuestra madre a mi derecha.
[Todas eran buenas chicas.] Mi mamá
remarcó, con afecto en sus ojos. [Allen, Lydia de verdad es la persona más
amable. En realidad se disculpó con nosotros antes. “Perdón por poner a Allen
en peligro; todo fue mi culpa”, ella dijo. Eso me hizo llorar.]
[¿Lydia dijo eso?] Pregunté. [Muy
bien.]
[Sea como fuese.] Caren intervino. [Aún
me rehúso a aceptarla como mi cu— ¡Allen, mira a Tina!] Ella abrió sus brazos y
jaló mi manga.
La noble chica de cabello plateado
saltó fuera del tren, jadeando por aire, y lanzó sus brazos alrededor de mí.
[¡¿Tina?!] Exclamé. [¿Qué sucede? ¿No
sabes que el tren se va?]
[¡Allen! ¡Déjeme ver su báculo!
¡Rápido!]
A pesar de mi confusión, hice lo que
Tina pidió, y ella ató un nuevo listón azul en la punta del arma. [Para la
buena suerte.] Ella explicó. [Quiero que tenga mi listón. ¡Y-Y… esto!]
Mis ojos se abrieron, Caren gritó, y mi
mamá libero un “oh vaya” mientras la joven noble besaba su listón azul. Flores
de hielo se esparcieron por la plataforma, provocando una conmoción de las
personas reunidas alrededor del tren.
Una vez los labios de Tina dejaron el
listón, presionó ambas manos en sus mejillas y declaró. [A-Ahora estaremos
juntos, incluso si estamos separados.]
Un momento después, dije. [¿Estabas observando
a Lydia?]
[Qué— ¡Oh!]
El silbato de vapor chilló una vez más,
interrumpiendo la corta pregunta de la asombrada chica mientras los asistentes
de la estación cerraban las puertas del vagón y el tren avanzaba lentamente.
[¡L-Lady Tina!] Ellie gritó de prisa
por la ventana abierta.
[¡D-Date prisa!] Una nerviosa Lynne
gritó a su par. [¡T-Te estás quedando sin tiempo!]
[¡Caren, toma a Tina!] Grité.
[¡Ella y Lydia siguen pasándose por el
orto su autoridad! ¡Ya me vas a escuchar por esos actos de arrogancia luego,
Allen!] Mi hermana se quejó a pesar que activo el Lightning Apotheosis.
[¡A-Allen! ¡¿A-A qué te refieres?!
Demando una expli—]
Las palabras de Tina se detuvieron en
seco cuando Caren la levantaba y desaparecía. Al siguiente instante, la joven
noble había sido lanzada de alguna manera a través de la ventana del vagón,
donde sus compañeras la habían atrapado con un agitado gruñido y un grito de
“¡U-Usa tu cerebro por primera vez, Señorita Primer Lugar!”.
[Mira a Caren.] Mi mamá dijo, apretando
mi manga. [No puedo creer que ella superara al tren.]
[Ella es la hija de papá y mamá, y mi
hermanita.] Respondí. [Ella está hecha para ser impresionante.]
Una pequeña ave mágica escarlata salió
del tren y voló hacia mí. Luego de aterrizar en mi báculo, entregó su mensaje:
[¡La infidelidad es un serio crimen!]
Como si no estuviera encariñada con
Tina.
[Allen, añadiré uno de mis listones a
ese báculo una vez lleguemos a casa. Aún tengo algo de cuando era pequeña.]
Caren me informó. Tan pronto ella regreso de su exitosa misión fue que empezó a
hacer demandas.
[Sería devastador si tú también
empiezas a tomar su ejemplo.] Respondí.
[No soy como ellas. ¡Además, mientras
estemos en la capital este, eres 100% mío! No lo olvides— Oh, mira.]
[¿Huh? Oh.]
[Mi Dios.] Mi mamá exclamó mientras nos
girábamos a ver a mis estudiantes correr por los vagones, saludándonos
energéticamente. Les saludamos de vuelta hasta que el tren desapareció de
nuestra vista.
[Mamá, Caren, vayamos a casa.] Dije con
una sonrisa. [¿Deberíamos buscar algo para papá en nuestro camino?]
✽✽✽✽✽
Era el Día del Viento, el quinto día
desde que las chicas habían ido a casa con sus familias, y una gustosa briza
estaba soplando. La capital real estaba a un día de viaje, y sería otro día de
allí para las capitales del norte o sur. Si todo hubiera ido de acuerdo al
plan, las chicas habrían llegado a sus destinos hace dos días— con cálidas
bienvenidas, esperaba. Aún tenía que recibir una carta de cualquiera de ellas, para
mi decepción. Conociendo a mis estudiantes, había esperado que emplearan los
Griffins rojos más veloces.
Mi mamá y papá estaban fuera de casa.
Me habían dicho que iban a recoger algo de un viejo amigo.
Me senté en mi silla y regresé mi
mirada a mi escritorio. La nueva libreta reposando encima contenía fórmulas
para ocho hechizos ofensivos avanzados, aun en la fase experimental, y una
variedad de soporte mágico. Deliberadamente ignoré la intensa mirada que podía
sentir venir desde atrás de mi cama.
Actualmente era el tutor privado de
cuatro estudiantes. Con Tina y Lynnne, me estaría enfocando en el control
mágico para prever el futuro; simplemente tenían mucho maná. Lynne estaba medio
paso por delante de su compañera, así que era posible que también pudiera
trabajar en los problemas del cuaderno que le había asignado en menos tiempo.
Ellie… presentó un poco de dudas. La maid actualmente tenía un comando de seis
elementos— fuego, agua, tierra, viento, hielo y oscuridad. También podía
conjurar criaturas mágicas de combate, y el silencio de su lanzamiento de
hechizos era abrumador. Por otra parte…
[¿Debería enseñarle magia ofensiva
avanzada?] Me lo pregunté. [No le mostró piedad a Toneri y sus amigos en el
Festival de Verano.]
[El bardo ha salido. Y Ellie tiene
talento— sin embargo, algo diferente al de Tina y Lynne.] El demonio más
adorable del mundo susurró. Sonidos de movimientos acompañaros sus palabras, y
parecía estar más cerca que antes. Debió haberse subido a mi cama.
Casi asentí en acuerdo, pero entonces
agité mi cabeza. ¡N-No! ¡Ella es un angelito! ¡Debo protegerla y a la santa del
norte a cualquier precio! ¡Tengo que!
Me apegaría a mi plan original y tengo
a Ellie trabajando con la magia de vuelo, aunque también la prepararía para
hechizos avanzados, solo en caso. En cuanto a la santa hermano mayor de Tina…
probablemente era posible que fuera mi estudiante más problemática.
[No tenía idea que Stella fuera una
gran trabajadora.] Gruñí. [¿Cómo pudo terminar todas sus tareas de verano?]
[Una vez pone su vista en un objetivo,
sigue de largo hasta que lo alcance. Y también me dio un nuevo hechizo. Soy tu
hermanita; ¡estás obligado a mimarme!]
Al menos, una empática demanda vino de
mi incesante observadora, el adorable demonio— Mi hermana Caren.
Cerré mi libreta, bajé mi lápiz, y giré
mi silla para encararla. Estaba sentada en mi cama, abrazando una almohada.
Como es usual, usaba una camiseta de manga corta y shorts. Sus mejillas se
inflaron y la forma que su cola estaba tumbada en la cama me demostraba su
disgusto.
[Ya tienes dos ases en tus manga—
Lightning Apotheosis y la lanza compuesta de tres elementos.] Se lo recordé a
mi diabólicamente adorable hermana.
[¡Quiero uno nuevo de ti! ¡Como las
demás!] Ella se quejó.
[¿Celos de tus kohais? ¡Estás en tercer
año en la Academia Real, pero veo que aún eres una niña!]
[¡Malvado! ¡Se los diste a Lydia y
Stella!] Caren escondió su cara detrás de su almohada, pero pronto se asomó
otra vez para fruncirme el ceño.
[En lugar de fortalecer tu magia, ¿qué
dirías con una nueva daga?] Ofrecí. [Estoy seguro que la tuya se quebraría si
la imbuyes con cuatro elementos o más. Ya le hice el pedido a Felicia. Además,
tienes que pensar en tus exámenes de entrada a la universidad.]
[No quiero una nueva daga. Buscaste por
toda la capital real para encontrar esta para mí cuando inicié la academia. Es
mi tesoro.] Caren murmuró, apretando la almohada y me da una mirada de enfado.
[Y si sigues tratándome como una niña—] Ella se pauso por un momento. [¡Nunca
me dejaré crecer el cabello! ¡No importa qué tanto te prendan las mujeres con
hermoso cabello largo!]
[Tú te ves adorable con cualquier
estilo de cabello.] Dije, incapaz de ocultar asombro en su comentario. [Aun
creo que eres la más linda en el mundo mundial.]
[T-Tú realmente— ¡No! ¡Ese no es el
punto! Como castigo—]
Antes que mi hermana pudiera decir su
demanda, tranquilamente me acerqué a ella y puse mi mano en su cabeza. [¿Esto
sirve?] Pregunté mientras comenzaba a un gentil masaje.
Ella jadeó y entonces gruñó. [Es
trampa. Tengo 15 años, pronto serán 16. ¡Demando que me trates como una adulta!]
Mientras, su cola ondeaba con furia.
[¿Sí, ahora? En ese caso…]
Tome dos suaves cojines, salí de mi
cuarto, y los baje sobre la veranda, toque el lugar a mi costado, y dije.
[Vamos, Caren.]
[Eso es jugar sucio.] Ella respondió
luego de un momento. Sin embargo, se me acercó y también se recostó.
Me estiré y empecé a gentilmente acariciar
su cabeza. A pesar de su evidente molestia, no se movió para resistirse, y su
cola se meneaba felizmente contra la veranda. También enterró su cara en mi
pecho— justo como en los viejos tiempos.
La fragancia de los fuertes ratos del
sol, la calidez de Caren, y la gustosa briza que pasa por la ventana abierta se
combino en un poderoso somnífero. Una siesta estaba empezando a parecer
bastante atrayente.
[¿Allen? ¿Estás dormido?] Mi hermana
preguntó, agitándome para despertar.
[Sí. Caren, ¿qué dirías de unirte a mí
para una ocasional siesta en la tarde?] Dije mientras cerraba mis ojos.
[S-Supongo que tendré que mimarte.]
Ella dudosamente accedió. [P-Pero no esperes que sea algo regular.]
Sonreí y tranquilamente cerré mis ojos.
✽✽✽✽✽
[¡¿Estás en casa, Caren?!]
[¡Careeen! ¿Estás allí?]
Las personas estaban diciendo mi
nombre. Reconocí sus voces también— les pertenecían a las chicas de los clanes
del leopardo y ardilla. Eran viejas amigas mías, pero no quería moverme: ¿Por
qué dejaría un lugar tan cálido y tranquilizador y que hacía que mi corazón
latiera?
[Vamos, Koko, entremos.]
[K-Kaya, no podemos.]
[¡Sígueme!]
[¡Whoa!]
Esperen. ¿Dice que van a entrar?
Me desperté y abrí mis ojos— a la vista
del durmiente rostro de Allen.
Oh, qué lindo.
Me estiré y toqué su mejilla. ¿Cuántos
han sido desde la última vez que lo vi así? Normalmente era un madrugador y se
quedaba tarde en la noche.
De pronto, sentí que alguien me
observaba.
[W-Wow. B-Buena esa, Caren. Entre
brazos y todo.]
[¡Yo no t-tenía idea que fuera tan
atrevida!]
[¡E-Esperen! ¡No es lo que parece!]
Grité a las dos chicas en kimono parándose en el pasillo.
La baja y confiada con cabello rojizo
atado atrás de su cabeza era Kaya del clan ardilla. La alta y tímida con trenzas
de blanco y rubio era Koko del clan leopardo. Ambas eran amigas mías, y siempre
salíamos cuando estaba en la capital este.
No podía creer que Allen no hubiera
notado su llegada. Renové mi determinación para mantenerlo lejos del trabajo
durante su estadía aquí mientras cuidadosamente retiraba mi mano para evitar
despertarlo. Sus brazos colgaron, y ya había cambiado su posición, así que con
éxito me salí de ellos.
[Gracias por esperar.] Dije. [Ahora,
vayamos a mi cuarto; mi hermano está exhausto.]
[¡Sabes, Caren, es demasiado tarde para
engañarnos!] Kaya respondió.
[Me gustaría escuchar toda la
historia.] Koko intervino.
Me agaché y cubrí mi cara con mis
manos, superada por la vergüenza.
[Vamos, Caren.] Kaya dijo, tomándome
por el hombro.
[Podemos tener una charla y
tendidaaaa.] Koko añadió, colocando su mano en mi otra mano.
Dejamos a Allen dormir y nos movimos a
mi cuarto, luego de tomar algunas botanas de la cocina. Mis amigas estaban como
en casa ya que pusieron una mesa y cojines para sentarse. Puse las botanas en
la mesa antes de tomar asiento. Entonces, coloqué los vasos de té helado para
el par.
[Aparecieron de la nada.] Dije. [¿Qué
planeaban hacer si no estaba aquí?]
[Sabíamos que estarías.] Kaya
respondió. [Digo, oímos que Allen aún está en la ciudad.]
[Casi nunca deja la casa cuando está de
visita.] Koko añadió.
Considere sus palabras brevemente. [Eso
no—]
[¡No lo niegues!] Mis amigas
interrumpieron juntas.
Aunque sorprendida por su afirmación,
levanté mi taza de té, y ellas juntaron las suyas con un golpe de satisfacción
y un “Bienvenida de vuelta, Caren”.
[Es bueno estar de vuelta.] Respondí.
[Pero ¿no hicimos esto el otro día?]
Hace unos días, en el Festival de
Verano, el hijo del jefe de clan del lobo Toneri y sus sequito me jodieron y
fueron derrotados por mi hermano. Luego de eso, las revelaciones de Lydia
habían hecho que todo el festival fuera una gran fiesta. Ya había tenido mi
reunión con Kaya y Koko allí.
[¿Quién dice que no podamos hacerlo
otra vez?] Kaya añadió. [¡Además, has estado tan ocupada con Allen y esas
lindas nobles que no has tenido tiempo para nosotras!]
[Dime, Caren, ¿es cierto que todas esas
chicas son aristócratas?] Koko preguntó, muriéndose de curiosidad.
[Es cierto.] Respondí mientras bebía mi
té. [Las tres hijas de los duques y una de sus retenedores.]
Kaya y Koko liberaron dignas
exclamaciones de asombro mientras se tiraban en mi cama. las miradas que
estaban dándome pedían por más detalles, pero las rechacé con un movimiento de
mi mano. [No puedo decirles más a menos que Allen lo apruebe.]
[¡Aww! ¡No sean tan amargada!] Su
respuesta se sincronizó.
Sin embargo, la decepción de Kaya no
duro. [Y, ¿Allen es más de lo que pensamos?] Ella preguntó, levantando su mano.
[Las personas están diciendo que abandonó un trabajo de hechicero de la corte
por defender el honor de los hombres bestias. Y oí que ayudó a arreglar algunos
problemas en la Ciudad Nueva hace unos días también.]
Sonaba como si hubiera un esfuerzo para
controlar la información acerca de la rebelión de Gerard. Los hombres bestias
de la Ciudad Nueva podrían no encontrar fácil de admitir que han sido salvados
por humanos incluso antes que supieran que estaba pasando.
[Él es increíble.] Dije. [Podría
enseñar en la Academia Real o conseguir su propio laboratorio en la Universidad
Real justo ahora si quisiera. Eso es igual de difícil como los jefes
consiguiendo una promoción instantánea como marqueses.]
[¡¿Qué?! ¡No hay forma que ellos puedan
conseguir eso!] Kaya exclamó.
Koko repitió con sorpresa.
[¡T-Totalmente imposible!]
[Ese es mi hermano.] Dije, luchando en
contener la alegría, aunque estaba que me moría de orgullo. [Aunque no creo que
los jefes realmente lo entiendan.]
[Probablemente no.] Kaya concordó.
[Ninguno de esos cabezotas con los que andamos estos días siquiera se molestó
por caminar por las calles.]
[La milicia y las personas quienes
visitan la capital real de forma regular pueden tener una mejor idea.] Koko
añadió.
[Y los inadaptados lo aman. ¿No crees
que siempre ha tenido algo con las jóvenes? ¡Y también los ancianos! ¡Siempre
están hablando de lo grande que será!]
[¿Huh? ¿En serio?] Mantuve mi respuesta
casual, pero estaba emocionada. Amaba cuando las personas alagaban a Allen.
Pero mi expresión debió haber no sido tan neutral como trataba que fuera,
porque mis amigas empezaron a burlarse de mí.
[Whoa.] Kaya dijo. [¡Koko, mira a
Caren! Ella no ha cambiado nada.]
[¡Ella es adorable!] Koko se exaltó.
[¿D-De qué están hablando?] Respondí.
[¡Humph! Supongo que no quieren más botanas.]
Recibí una risa y un “¡Lo siento! ¡Lo
siento!” de Kaya, mientras Koko comentaba que ella “amaba la cocina de Ellyn”.
[Está mejor.]
Un momento después, las tres nos
echamos a reír. Fuimos a diferentes clases, pero siempre que nos reunimos, era
como que nada hubiera cambiado.
[Hey, esta es una pregunta algo seria.]
Dije. [Pero ¿cómo sido la Ciudad Vieja y la Ciudad Nueva últimamente?]
La Ciudad Nueva una vez había sido
escena de una tragedia— un humano noble había atropellado a una pequeña chica
del clan lobo llamada Atra con su carruaje. Desde su fallecimiento, las
personas de la Ciudad Nueva habían sido incluso menos amigables hacia los
humanos que los residentes de la Ciudad Vieja. Incluso se la habían jugado a
Allen.
Dudaba que nuestros padres lo supieran,
pero el nombre de mi hermano faltaba del registro de los potenciales jefes— una
lista que, como un asunto de conveniencia, incluía a cada hombre bestia excepto
por criminales. En otras palabras, los jefes no consideraban a Allen uno de
nosotros. Cuando Lydia me lo había dicho en la capital real… lloré. Era
demasiado cruel. Tenían que saber de todas las cosas increíbles que mi hermano
había hecho.
[Hm…] Kaya considero mi preguntó.
[Supongo que depende en la persona. No hay una posición extrema de nuestra
generación.]
[Y los pequeños probablemente son más
de mente abierta.] Koko añadió. [Los veo jugar juntos en la plaza frente al
Gran Árbol.]
[Eso espero.] Dije lentamente. Si el
sentimiento de no humanos sigue borrándose, poco a poco, entonces un día…
[Sabes que podemos saber lo que estás
pensando, ¿cierto, Caren?] Kaya dijo, sonriendo otra vez. [Preguntaste eso con
Allen en mente.]
[Estás loca por él.] Koko intervino
felizmente.
[Claro que sí.] Respondí. [Él es mi
solo y único hermano en todo el mundo.]
Estaría del lado de Allen en cualquier
situación.
[Como sea—] Kaya descanso su mentón en
sus manos y me dio una mirada de curiosidad pura. [¿Siempre llamas a Allen por
su nombre? Sé que solía seguirlo por todas partes cuando eras pequeña, pero
estoy bastante segura que lo llamabas con algo más en ese entonces.]
[Eso es cierto.] Koko continuó con la
conversación. [No empezaste yendo con “¡Allen, te amo!” hasta que—]
[¡S-Sí que lo están recordando mal!]
Objeté. Pero la curiosidad no dejo los ojos de mis amigas. Sabía lo
persistentes que podían ser cuando están así, así que fortalecí mi resolución y
planteé mis codos en la mesa. [No es una historia interesante.] Les advertí.
[Si tú lo dices.] Fue la respuesta de
Kaya.
[No puedo esperar a oírlo.] Koko
añadió.
Tomé un profundo respiro y empecé mi
reminiscencia.
[Empecé a llamar a Allen por su nombre
porque…]
✽✽✽✽✽
[Viene tarde. Demasiado tarde.]
Estaba esperando por la puerta frontal
de la única escuela de hombres bestia en la capital este, y solo me esta
impacientando. Como es usual, el fresco verdor del Gran Árbol sobresalía detrás
del edificio escolar de tres pisos— alto para un edificio de la Ciudad Vieja.
Las clases se terminaron, y los estudiantes estaban saliendo de la escuela
abriéndose paso para sus casas. Mis amigas me llamaron mientras pasaban.
[¡Nos vemos, Caren!]
[Caminemos a casa juntas.]
[¡No me ganarás la próxima vez que
juguemos!]
[Nos vemos. No hoy. En tus sueños.] Les
respondí a mientras lanzó miradas a la escuela. Pero incluso después que todos
mis compañeros se hubieran ido, la persona que estaba esperando aún no se había
presentado. Inflé mis mejillas y jugué con mi trenza.
[Cómo te atreves a tener a tu hermano
esperando bajo el sol del verano.] Gruñí. [Nii— Allen es un caso perdido.]
Oh no. Casi lo llamó “Nii-san” otra
vez.
Había estado tratando de llamar a mi
hermano por su nombre desde que inicié la escuela hace un año. No quería que me
tratara como a una niña— ¡Al fin que, ya tenía unos ocho añotes!
Había esperado ir a casa temprano ese
día y tener un buen tiempo para jugar con Allen para variar… pero sobrepasó
todo. Solo tengo que ir a su clase y llamar—
[¡Hey! ¡Cuidado, Allen!]
Un grito vino del edificio escolar. De
inmediato recogí mi bolsa y empecé a correr mientras más gritos seguían.
[¡Sé que chocaste conmigo a propósito!]
[¡Totalmente deliberado!]
[¡Dile a Toneri que lo sientes!]
[¡Eso es lo que te ganas por siempre
meter tus narices en viejos libros empolvados!]
Mi mal presentimiento provo
justificarse. Miré alrededor, entonces me asomé por una ventana abierta y pasé
por el pasillo.
¡Allí están!
Cuatro chicos de los clanes lobo,
cabra, comadreja, rata, todos usando jinbei, estaban rodeando a alguien bajito.
El cuarteto de hombres bestias tenía tres hojas en sus mangas, señalándolos
como de tercer año— un año por delante de mí.
[¡¿Qué le están haciendo a Nii-san?!]
Rugí, temblando de la rabia mientras me dirigía al grupo. Rayos violetas
crujieron alrededor de mí mientras ignoraba a los asombrados chicos mayores y
interpuse entre ellos y su objetivo.
[N-No es lo que parece, Caren.] El hico
del clan lobo dijo. [Um, er… a-doro lo que has hecho con tu cabello hoy.]
[Toneri.] Respondí. [No me importa tus
cumplidos de—]
[Caren, voz interior.]
Giré la mirada con resentimiento a la
persona que había llegado a mí desde atrás y puso una mano sobre mi boca.
Parándose allí estaba un chico delgado cerca de mi altura. Tenía pálido cabello
marrón— y, más significante, orejas humanas y sin cola. Pero sus ojos viéndome
eran los más cálidos y amables que había visto. No podía enojarme con Allen, mi
único hermano— hermano mayor.
Estaba apretando un grueso libro viejo
en su mano derecha y una bolsa como la mía en su mano izquierda— nuestra madre
lo había hecho para nosotros. Su traje de hechicero sobresalía como aguja en el
pajar en la escuela. La única hoja verde en su manga significaba que era de
cuarto año y tenía diez años.
[¿Puedo irme ahora?] Allen le preguntó
a Toneri. [Me gustaría ir a casa y leer.]
[¡¿T-Te estás burlando de mí?!] Toneri
demandó.
[Claro que no. Eres bueno en
lanzamiento de hechizos— uno de los siete con mejores notas en el último examen
está aquí. Si solo practicaras más, entonces—]
[¡Cállate! ¡¿Quién necesita practicar
cuando eres tan genial como yo?!]
El pelotón de Toneri intervino con un
“¡Sí!” y un “¡Eres el mejor!”
[¡Dame eso!] El chico de clan rata—
Kume— trató de tomar el libro de las manos de Allen.
Rápidamente me liberé del agarre de
Allen, entones de inmediato pase por debajo de las piernas de Kume. El chico
del clan rata se vino abajo con un grito de dolor, dándome el espacio que
necesitaba para tomar a Allen de la mano y arrastrarlo del grupo.
[¿Tuviste suficiente?] Pregunté,
amenazando a los chicos con hechizos de rayos. [Si siguen jugando con fuego, no
me conte—]
Una vez más, Allen cubrió mi boca antes
que pudiera terminar.
[Ya es suficiente.] Él dijo. [Tú
también, Toneri. ¿Alguna objeción?]
Toneri chasqueó su lengua. [Vaya, eres
patético, te escondes detrás de tu hermanita.]
[¡Vaya patético!] Sus compinches se
entrometieron. [¡Y ni siquiera tienes cola u orejas reales!]
Me enfurecí y traté de saltar a ellos,
pero Allen me contuvo. Tenían razón acerca de su falta de rasgos bestia. Su
maná no era tan fuerte, y que tampoco era buen peleador. ¡Pero aun así, él
trabajaba más duro que nadie más en la escuela!
[Trabaja tan duro como quieras, Allen.]
Toneri escupió. [¡Eso no te llevará a ninguna parte!]
Allen sacó una leve sonrisa. ¿Ninguno
de esos insultos lo enojaba?
[Puede que tengas razón.] Él respondió.
[No estoy ni cerca de tu maná. Aunque, decidí caminar con mis propios pies, y
no intento cambiar eso.] Bajo su respiración, murmuró. [Mamá y papá se
preocuparán de otra manera.]
El rostro de Toneri estaba rojo del
enojo. Debió haber pensado que Allen estaba burlándose de él.
Oh no.
No hay vuelta de hoja ahora; solo tendré que morder la mano de Allen y—
[Hey, ¿en qué andan ustedes pendejos?]
Una leve voz preguntó.
Los chicos bestias se congelaron. Allen
quitó su mano de mi boca y dijo. [Nada, Sui.]
[No te lo estoy preguntando a ti,
Allen. Se lo pregunto a esos chicos.] Dijo el alto y fuerte entrante— un chico
de apariencia atemorizante del clan lobo de sexto año con una mirada
perforante. Sui había estado juntándose con Allen últimamente, y oí que su
familia tiene una gran tienda en la Ciudad Nueva.
El color se drenó del rostro de Toneri.
Él chasqueó su lengua otra vez y gritó. [¡C-Cobarde! ¡Los humanos no pertenecen
aquí!] Mientras se daba la vuelta y huía. Sus compinches gritaron en acuerdo y
lo siguieron. Ningún chico querría tener una pelea con Sui.
[No tienes que asustarlos, Sui.] Allen
dijo. [Tú también, Caren. Pero gracias por venir a mi rescate.] Él se acercó y
acarició mi cabeza, eso fue todo lo que me tomó para ponerme de buen humor.
[¿Es en serio, Allen?] Sui preguntó,
exasperado. [¿No mi tío— digo, nuestro maestro— te advirtió que no los tomarás
tan a la ligera?]
[¿Lo hizo? Aunque no veo lo que puedo
hacer al respecto. La magia de Toneri es increíble.]
[¿Estás bromeando? Estoy más
impresionado contigo por leer libros como ese; es la mar de aburrimiento.] Sui
señaló al grueso tomo en la mano de Allen. Yo era una de las mejores
estudiantes en mi clase, pero ni siquiera podía hacerle justicia al título.
¿Era un escrito antiguo?
[¿”Una Historia de la Guerra del Señor
Oscuro”?] Allen dijo. [Lo tomé prestado de la biblioteca en el Gran Árbol el
otro día. Escucha, Sui, dice que las señales rojas significan—]
[No estoy interesado.] El chico del
clan lobo interrumpió.
[Oh, que mal. Pero asegúrate de leerlo
alguna vez, ¿bien?]
[Si me entran las ganas. Como sea, esos
idiotas seguro que son fútiles, siempre cogiendo pelea contigo.]
[Um… ¿Qué se supone que significa?]
Pregunté, asombrado por el comentario de Sui.
El de sexto se agacho para estar a mi
altura. De cerca, pude ver que sus ojos eran amables. [Escucha, lo más que
Allen hace cuando las personas le tiran mierda es fruncir el ceño, pero cuando
alguien habla mierda de ti o alguien de tu familia, se suelta con hechizos que
tú no podrías—]
[Sui.]
[¡No l-le dije nada!] El de sexto dijo,
ondeando sus manos frenéticamente mientras su cola se paraba.
[Lo sé, pero por favor que se queda de
esa forma.] Allen respondió. [Vamos, Caren, vayamos a casa.]
[Oh, cierto.] Mi corazón saltó con
gentil calidez mientras instintivamente tomaba la mano de Allen.
[Adiós, Sui.] Allen dijo. [Practiquemos
artes marciales y hechizos juntos otra vez.]
[¡C-Claro!]
Partes de su conversación me dejaron
con preguntas, pero eso podía esperar. ¡Estaba sosteniendo la mano de Allen, y
por el momento, nada más importaba!
✽✽✽✽✽
[¿Y bien? ¡¿Entiendes, Nii— Allen?!]
De vuelta en nuestro cuarto en casa, le
estaba dando a mi hermano una buena reprimenda. Golpeé mis pies en mi silla,
miré sobre mi hombro, y preguntó. [¿Aún no terminas?]
[Estoy terminando.] Allen respondió.
[Ahora eres de segundo año, Caren, así que debes pensar en hacer esto sola.]
[No. ¡Arreglar mi cabello es uno de tus
deberes de hermano!]
Había estado haciendo que Allen se
ocupara de mi cabello desde que éramos pequeños, usualmente en las mañanas.
Pero en días como este, cuando había tenido una mala experiencia, hago que lo
arregle luego de la escuela.
Inspeccioné mi cabello en el enorme
espejo. Allen había juntado dos mechones, atados entre sí en un listón violeta.
Y si lo dijera, parecería—
[Lo sabía. Te ves adorable con este
estilo de cabello.] Allen comentó.
[Gracias.] Respondí, sonriendo.
Felizmente, me baje de la silla y me senté en la cama. Allen y yo compartíamos
una habitación, siempre dormíamos juntos en la misma cama también. ¡En mi
opinión, así era como los hermanos deben ser!
Una vez Allen terminaba de arreglar mi
cabello, abría ese difícil libro y empezaba a leer.
Esto no es divertido.
[¡Allen, al menos trata de luchar
contra Toneri y sus sanguijuelas!] Lo empujé mientras reiniciaba el regaño. [No
me digas que tus compañeros de tratan de la misma manera.]
[Mis compañeros no la cogen conmigo,
tampoco lo hacen ninguno de los senpais.] Respondió, cerrando su libro y me
miraba. [Estaré bien. Y no puedo pensar en una buena razón para luchar.]
[Siempre están insultando y siendo
malos contigo.] Argumenté. [¡Sería legítima defensa propia!]
[Tienes buena boca. Aunque no es como
que Toneri y sus amigos hubieran lastimado algo que me importe. Si tuviera el
tiempo de luchar con ellos, preferiría pasarlo practicando hechizos o leyendo
libros.]
Él era el mismo de siempre, a pesar que
Toneri había sido su martirio en años. ¡¿Y cómo se atreve a dejar fuera de las
listas que prefiere hacer el jugar conmigo?!
[Humph.] Giré mi cabeza. [Hablas de
practicar hechizos, pero nunca he visto que lo hagas. Ni siquiera luego que
atara mi listón en tu varita como un amuleto para ayudarte a mejorar.]
El listón violeta atado alrededor de su
varita, la cual descansaba en un rincón del escritorio, era mi favorita.
[Practico.] Allen dijo, frunciendo el
ceño. [Mañana y tarde. Aunque puede que nunca me hayas visto, ya que usualmente
estás dormida.]
Más sospechoso, sin mencionar
alarmante. Por qué, incluso había atestiguado a Allen pedirles a nuestros
padres danos cuartos separados el otro día. Él era terrible. Cruel. ¡Inhumano!
Temblé de cara a sus planes… y entonces empecé a idear estrategias para
estropearlos.
[Allen, ¿tienes planes para mañana en
el Día de la Luz?] Pregunté.
[No.] Respondí, luciendo asombrado. [A
menos que cuentes terminar este libro e ir a la biblioteca a prestar otro,
supongo.]
[¡Entonces tendremos una competición
mañana! Si realmente has estado practicando, deberías ser capaz de vencerme.]
[No estoy del todo confiado con esto.]
Su inesperada repuesta me asombró.
¿Q-Qué está pasando? Todos los chicos
en mi clase caen con ese truco de inmediato. Se emocionan y dicen cosas como;
“N-No la tendrás fácil”. A-A menos que piense en otra cosa, no podré jugar con
Allen mañana… Yo… no puedo soportar eso. Ooh…
[Pero quiero jugar contigo, así que
está bien.] Allen continuo.
[¡Sí! ¡Te llevaré al campo de batalla
mañana!] Tarareaba mientras rodaba por la cama y abrazaba una almohada.
¡Por favor, le oré al Gra/n Árbol,
que mañana sea soleado!
✽✽✽✽✽
Nuestro hogar en el reino en la capital
este tenía dos distritos de hombres bestias divididos por el Gran Árbol.
Vivimos en su lado oeste, en la Ciudad Vieja, pero también estaba la Ciudad
Nueva al este. ¿Por qué dos distritos separados? Porque una vez, hace mucho
tiempo, cuando siempre hubo una guerra en marcha, alguien había quemado la
ciudad con un solo hechizo. Pero el Gran Árbol había protegido la Ciudad Vieja
del impacto. Entonces, luego que la guerra terminara, las personas habían
construido la Ciudad Nueva.
Eso fue lo que había aprendido en la
escuela. No sabía mucho de la guerra, así que no podía imaginarlo. Cómo un
hechizo podría hacer que toda una ciudad—
Un dedo se presionó en mi frente
llevándome de vuelta a la realidad.
[Nii— ¡Allen! ¡¿Y eso por qué?!]
Demandé.
[Estabas viendo al Gran Árbol y estando
en la nada. ¿Este adorable clima te está alegrando?] Mi hermano respondió y
sonrió. Estaba parándose a mi par, usando un jinbei que era como el mío excepto
por el color.
Inflé mis mejillas y tomé mi cabello,
pero rápidamente bajé mis manos.
Casi lo olvido; hice que lo atara hoy
porque vamos a salir a correr.
[Has estado allí antes.] Respondí.
[Sígueme.]
Lo tomé por la mano y nos pusimos en
marcha por los callejones traseros junto al canal. La ruta más corta pasa por
el Gran Árbol, pero estaríamos tomando el camino largo— de esa manera, pude
maximizar nuestro tiempo tomados de las manos. Para mi deleite, no nos
encontramos a muchas personas hasta ahora en las villas públicas.
[Caren, necesitamos girar aquí para
llegar al Gran Árbol.] Allen, tirando de mi mano.
[No vamos al Gran Árbo. Nos dirigimos
a—] Señalé al bosque visible detrás del gigante verdor— “¡el Bosque del Gran
Árbol!”
La capital este estaba lleno de verdor,
descubrí, que las personas en nuestro reino también la llaman la “capital del
bosque”. Pero el inmenso bosque que se extendía al norte del Gran Árbol en
realidad no era tan famoso. Para los niños bestias, era un campo de juegos en
el que nuestras familias nos llevarían una vez empezáramos la escuela.
Allen y yo nos movimos rápidamente,
siguiendo el canal a un puente conectado y entonces pasado bajo el Gran Puente
de aspecto más resistente y la plaza principal. Mientras caminábamos, miramos a
la plaza frente al Gran Árbol. Todo iba de acuerdo al plan. Y entonces…
[¡Hey! ¡Cuidad por donde caminas,
idiota!] Una voz salió del canal.
Asombrada, miré detrás de mi hermano.
La voz le pertenecía a una vieja nutria
macho con cabello negro y blanco y una cola blanca, quien estaba viéndonos
desde su añeja góndola. Mis manos apretaron el jinbei de mi hermano.
¡E-Eek!
Empecé a temblar hasta que una cálida
mano llego a posarse en mi cabeza.
[No nos asustes así, Dag.] Mi hermano
dijo. [Estás asustando a mi hermana.]
La vieja nutria rugió con risa. [Claro—
estaba tratando de molestarla. Es un rito de iniciación para los pequeños.
Aunque, no es seguido que te vea aquí abajo, Allen. ¿Dándole a la biblioteca
una visita hoy?]
¿Conoce a Nii-san…?
Asomé mi cabeza detrás de la espalda de
Allen y le dio otra vista a la vieja nutria. A diferencia de antes, se veía
feliz y amable. Mantuve un fuerte agarre en el jinbei de mi hermano mientras
reunía el coraje para presentarme.
[Yo soy C-Caren del clan l-lobo, de
segundo año en la Academia del Gran Árbol.]
[Sí, te conozco.] El anciano respondió.
[La pequeña de Nathan y Ellyn.]
[¿C-Cómo lo sabes?] Miré a mi hermano
en confusión.
[Dag puede reconocer a todos en la
Ciudad Vieja de un vistazo.] Allen explicó, sonriendo como es usual. [¿No es
eso increíble? Solía ser el jefe representante del clan nutria, sabes.]
Dag se echó a reír otra vez. [Vamos,
Allen, no te pases. ¿Quieres un aventón? Supongo que te diriges al Bosque del
Gran Árbol.]
[Gracias por la oferta.] Allen
respondió. [Pero estoy en una cita con mi hermana hoy, así que nos tomaremos el
tiempo caminando.]
[No vayas muy adentro, ¿oíste? No es
como que pudieras pasar la barrera igual. Y pásate por mi casa alguna otra vez;
me encontré con otro viejo libro.]
[Muchas gracias. Ciertamente lo haré.]
[¡Buen viaje!]
La vieja nutria parecía estar en buenos
términos ya que remó su góndola lejos de nosotros.
Um, uh…
Mi mente estaba tratando de seguir con
toda esta nueva información cuando sentí una palmada en mi cabeza. [Conocí a
Dag en la librería en el Gran Árbol.] Mi hermano dijo. [Me asusto al principio—
al igual que tú ahora. Temblando y agitándome como no creerías.]
[¡No estoy ni t-temblando o
a-agitándome!] Respondí. [¡V-Vamos! ¡En marcha!] Tomé su mano y empecemos a
caminar otra vez.
Mi coraje de pronto regresó. ¡Después
de todo, estar con mi hermano lo hacía todo divertido!
✽✽✽✽✽
El canal se terminaba mientras
entrabamos al Bosque del Gran Árbol. Era como un bosque, pero la maleza se
mantenía cortada, y ninguno de los árboles parecía que pudieran caernos.
La primera cosa que hice fue lanzar el
hechizo intermedio de luz Divine Lightning Detection. Una onda de electricidad
se esparció de mí y desapareció una vez llego a ciertos puntos. Esa era la
barrera. Los adultos lo habían puesto para mantenernos seguros, así que no
teníamos que preocuparnos por los monstruos o peligrosas laderas mientras nos
quedáramos adentro. No parecía como si alguien más estuviera jugando allí ese
día.
Le di la espalda a Nii— Allen y
anuncié. [Finalmente estamos aquí. Este será el lugar de nuestra—]
[¡Wow, Caren! ¡¿Ese fue un hechizo
intermedio?! ¡Es increíble!] Allen acarició mi cabeza, me abrazó, y me lleno de
halagos. La mirada en su cara me hizo tan feliz que para contener una sonrisa o
dejar que mi cola se meneara.
[C-Como sea.] Dije. [Aquí es donde
vamos a luchar— o más bien, jugar. ¡Voy a correr, y quiero que me persigas! Si
pierdes—] Tomé un profundo respiro y miré a Allen a los ojos. [¡Jugarás conmigo
cada Día de la Oscuridad desde ahora! ¡Es tu deber como mi hermano mayor!]
[Jugar, ¿huh?] Respondió. [¿Y qué si tú
pierdes?]
[¡Eso no pasará!] Liberé una sonrisa de
confianza. Entonces activé la magia de aumento de fuerza, me salí de los brazos
de Allen, y corrí tan rápido como mis piernas me llevaban. [¡Quiero decir, soy
muuuy rápida!]
[¡Hey!]
[¡El que madruga Dios lo ayuda!]
Saqué mi lengua y corrí al bosque. No
se lo había dicho a Allen, pero ni siquiera los del séptimo año habían logrado
atraparme en estos bosques, ya que mi magia de luz era buena en velocidad y
detección. De hecho, podía saber exactamente dónde estaba.
¿Huh? No se está moviendo para nada.
¿Ya se ha rendido?
[¡En serio! ¡¿Qué tipo de hermano ni
siquiera trata de atrapar a su hermanita?!]
[Eres muy rápida, Caren. Allí, te
atrape.] Allen dijo, circulando sus brazos alrededor de mí desde atrás sin
advertir.
¡¿De dónde llego?! Aunque… Reí. ¡No!
¡N-No esta vez!
Agité mi cabeza, miré, y demandé.
[¿C-Cómo llegaste aquí?]
[¿Huh? Te seguí.] Respondió. [¿Esto
cuenta como tu perdida?]
[¡Yo… aún no he perdido! ¡L-La
verdadera competencia inicia ahora!]
Corrió dentro del bosque otra vez, entonces
miré atrás a un árbol y lancé un hechizo de detección. Muy bien, Allen no se
había movido. Aunque, me había atrapado hace un momento, no podía dejar mi
guardia abajo. Levanté mis orejas, y entonces… ¡Lo escuché! Salí corriendo como
un disparo.
[Oh, lo imaginé.] Allen dijo. Miré
atrás de mí y vie que casi me había alcanzado.
Él… debe estar usando magia para ir
tras de mí. No sé de qué tipo, y no puedo sentir su maná, pero…
[¡Sin problema!] Decidí. [¡No podrá
atraparme si nunca dejo de correr!]
Aceleré, lanzándome entre los árboles a
gran velocidad que reservé para ocasiones especiales. ¡La briza se sintió
increíble! No había forma que él pudiera atraparme—
De pronto, el suelo debajo de mí cedió.
Grité mientras volaba y me tumbaba en la ladera. Mi cabeza era un lio, y el
tiempo parecía moverse a paso lento.
Todo el suelo alrededor de aquí se
supone que sea plano. ¿Caí a través de una brecha en la barrera?
Al menos, quedé en un árbol y pude
detenerme. Estaba cubierta en lodo de pies a cabeza, y todo el cuerpo me dolía.
[Ow.] Rugí. [Duele…]
Me recuperé en el árbol y traté de
pararme, pero entonces me quejé y caí cuando el dolor pasó por mi pierna
derecha. Recordé que aún no había aprendido magia de curación. Lágrimas
brotaban de mis ojos, y el mundo alrededor de mí se veía sombrío.
[Nii-sama.] Sollocé. [D-Duele… ¡Duele!
Ayuda, Nii-san… ¡Niiii-san!]
Pero grité como podía, no había forma
que llegará a mi rescate. Estaba afuera de la barrera, y la barrera era fuerte.
Nunca había oído de un chico atravesando algo como esto. Y entonces estaba la
ladera. Realmente era empinada, lo vi mientras levantaba la mirada, aún
sollozando. Tampoco podía sentir maná desde el interior de la barrera— eran
muchas densas capas para restringir que cualquier monstruo se acerque. Allen no
tenía el maná suficiente maná para encontrarme, dejando que tiene que
atravesarlo—
[¡Caren!]
Mis ojos se abrieron. Mi hermano estaba
parándose en la cima de la ladera.
Incluso ahora, ese momento aún… aún…
✽✽✽✽✽
[¿Y-Y qué pasó entonces?] Kaya demandó,
echándose sobre la mesa. [¡Digo, ¿i-incluso pudiste tocar la barrera?! ¡Qué
locura! ¡Nunca había escuchado algo igual!]
[E-Eso debió haber dolido de verdad,
Caren.] Koko añadió, viéndose ansioso.
[Ese es el fin de la historia.] Dije.
[Allen me encontró y llevó a casa, y vivimos felizmente luego de eso. Resulto
que había una pequeña brecha en la barrera, aunque no sé qué lo causó.]
[¡¿Quuué?!] Mis amigas respondieron
juntas.
Allen se había visto tan genial antes.
Había estado sudoroso, y su cabello había estado lleno de hojas y ramas, pero
se veía realmente, tan apuesto. Aún veía ese momento en mis sueños ahora y
entonces, y siempre me hacía abrazar mi almohada.
No podía decirla Kaya y Koko que Allen
y yo habíamos enlazado el maná por primera vez en ese entonces. Y realmente no
necesitaba mencionar que habíamos empezado a practicar magia juntos cada Día de
la Oscuridad luego—
[Llevé a Caren a cada en mi espalda.]
Una animada voz desde el pasillo añadió mientras su propietario asomaba su
cabeza a través de la puerta. [Debieron haberla visto con la cara larga cuando
expliqué que había estado usando magia para rastrearla y entonces seguirla.]
[¡¿A-Allen?! ¡No les digas eso!] Grité,
rompiendo mi récord personal en mi apresurada carrera para cubrir su boca.
¡Se supone que esos recuerdos se
quedaran entre nosotros!
Allen toco mis brazos, así que sin ganas
los bajé. [Hola, Kaya, Koko.] Él dijo. [Vaya, cómo han crecido.]
[H-Hola, Allen.] Mis amigas
respondieron mientras se sentaban rectas y empezaban a asustarse.
[¡No empiecen a prender de pronto que
están bien portadas!] Grité. [¡Y tú también, Allen! No solo—]
Una suave palmada en la cabeza de mi
hermano detuvo mis palabras en corto. Él despeinó mi cabello un poco brusco, y
toda mi ira y molestia cesaron de una mientras bajaba mis orejas y meneaba mi
cola.
[¡Whoa!]
[¡Wow, Caren! ¡Te ves tan feliz!]
Escuchando esos gritos de Kaya y Koko
me hacían temblar de la vergüenza. Pero justo cuando estaba por perder mi
temperamento, noté un campo viniendo de mi hermano.
[¿Allen? ¿Qué ocurre?] Pregunté.
[Espera un momento.] Él respondió y
salió al jardín interior, viendo hacia arriba. Corrimos tras de él y miramos al
cielo. Un salvaje Griffin estaba volando arriba.
[Wow. Realmente está volando.] Kaya
dijo, apretando sus ojos. [¿Cómo lo domaste, Allen?]
Koko entrecerró los ojos también. [Yo
no podría lograrlo— ¿H-Huh? ¿Soy yo o algo está c-cayendo?]
Un pequeño objeto dejo la espalda del
Griffin y se cayó sobre nosotros. Cuando lo vi de cerca, pude ver que estaba
agitando sus alas frenéticamente para alentar su descenso.
[Esa visita en el hospital también fue
impresionante.] Allen murmuró.
Entonces apretó su mano derecha, simultáneamente
lanzando hechizos de viento y levitación. De una vez, el objeto cayendo empezó
a estabilizarse.
Gradualmente tuve una visión más clara
de esa cosa. Era una hermosa bolita de pelaje azul esmeralda con pequeñas alas—
¡El polluelo del Griffin oceánico que habíamos encontrado el otro día! La
criaturita aleteó gentilmente a los brazos de Allen, cuando felizmente empezó a
arrullarse. Mis amigas me dieron miradas de sorpresa.
[¡Esas jodiendo!] Kaya exclamó. [Pensé
que a los Griffin oceánicos salvajes no les agradaban las personas.]
[Carennn.] Koko intervino. [Aprendimos
que tienen toneladas de maná, y las personas apenas los registran.]
[Hay Griffin que también son
amistosos.] Argumenté. [Como este pequeño.]
El polluelo estaba ronroneando en los
brazos de Allen mientras él acariciaba su cabeza y sonreía. Mis amigas se
sonrojaron, demasiado para mi pesar.
[Y-Y, um, Allen, ¿qué harás con él?]
Kaya preguntó.
[N-No creí que un Griffin oceánico
aterrizaría en medio de la ciudad.] Koko añadió.
[Se lo regresaré a sus padres.] Allen
respondió. [Se ve preocupada allá arriba, así que mejor nos damos prisa.]
El Griffin adulto estaba dando vueltas
arriba. Aunque, regresar al polluelo es más fácil decirlo que hacerlo.
De pronto, un fuerte grito vino de la
entrada. [¡Allen, Caren, estoy en casaaaa!]
Nuestra madre regresó de su recado.
[Bienvenida, mamá. Estamos en el
jardín.] Allen respondió. Entonces, se dirigió a nuestras. [¡Oh, ya sé!
¿Ustedes tres tienen algún plan después de esto?]
[No realmente.] Respondí, confusa. Kaya
y Koko replicaron mi respuesta con animadas.
[Ya veo. En ese caso— ¡Hey!]
El polluelo se trepó en el hombro de
Allen y su cabeza.
¿Qué debería hacer? Es tan adorable que
me hace querer grabar el vídeo justo ahora, pero nuestra familia no puede
permitirse lujos objetos como—
Un orbe apareció a mi costado mientras
mi madre gritaba. [¡Oh, Allen, es perfecto! ¡Kaya, Koko, es tan agradable
verlas!] Sus ojos estaban chispeando mientras grababa.
¡¿Anna dejo ese orbe con ella?!
El polluelo de Griffin agitó sus alas
en deleite mientras Allen gruñía. [Qué útil eres. Mamá, este pequeño está
perdido. Caren, sus amigos y yo lo vamos a llevar a casa.]
[¿Oh? ¡Vaya, qué horrible!] Nuestra
mamá exclamó. [Creo que Nathan estará en casa para la cena, así que traten de
regresar antes de eso. siempre se toma su tiempo cuando encuentra alguna
viejera mágica con la que jugar.]
[U-Um, Allen…]
[¿E-Exactamente cómo vamos a regresar a
ese polluelo?] Mis amigas preguntaron, levantando sus manos hacia arriba.
[Si su madre no aterrizará aquí,
entonces tendremos que dejar la ciudad.] Él respondió, sonriendo mientras
regresaba al polluelo a sus brazos. [Podemos tomar la góndola de Dag.]
[Cuando dices Dag…]
[¿T-Te refieres del anterior jefe
representante del clan nutria?] Kaya y Koko preguntaron en sorpresa.
[Eso es. Él es el mejor gondolero de la
ciudad. Iré a tomar mi chaqueta.]
Con eso, Allen se desvaneció en su
cuarto.
Kaya y Koko se dieron la vuelta a mí y
exclamaron. [¡Allen es increíble!]
Escucharlas halagar a mi hermano me
puso de buen humor. Mi mamá también sonrió, aún sosteniendo su orbe.
[Ahora, en marcha.] Allen dijo una vez
regreso usando su chaqueta. [Necesitamos darnos prisa si queremos regresar a
casa a tiempo para la cena.]
Fuimos directo al muelle, atravesando
los techos de las casas con la ayuda de la mágica botánica y bloqueo de
percepción. Mientras estábamos en lo alto, Allen llevaba a Koko, y yo sostenía
a Kaya.
Koko, eso es jugar sucio.
Una vez abordamos la góndola, recibimos
la mejor habilidad de remo de Dag. El polluelo de Griffin lo amaba, pero esta
vez Kaya se aferraba a Allen, y Koko a mí.
Kaya, eso tampoco es tan justo que
digamos.
Una vez estuvimos fuera de los límites
de la ciudad, finalmente fuimos capaces de regresar al polluelo a su madre. Su
belleza les dio una gran impresión a mis compañeras, quienes nunca habían visto
a un Griffin en tierra a tal cercanía. Tanto la madre como el polluelo se
agitaron en una muestra de gratitud, entonces el Griffin oceánico madre voló en
círculos sobre nuestras cabezas antes de alejarse con su pequeño en su espalda.
En la góndola en nuestro camino a casa,
mis amigas me susurraron, [¡Allen es el más genial de todos!]
Claro que lo es. Al fin que, él es mi único y solo hermano en todo el mundo mundial.
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