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Capítulo 2 – Una Mentira en la Oscuridad

 

Enero 6, 1024 año del Calendario Imperial.

 

El Palacio Imperial Veneciano— ostentosamente, estaba volviendo a sus usuales días ruidosos.

 

Muchos dignatarios estaban visitando, nobles estaban intercambiando palabras, y soldados estaban haciendo guardia. Parecía como si la escena anterior a la rebelión hubiera regresado.

 

Sin embargo, el interior seguía intacto, y el largo corredor llevaba al trono que estaba cubierta en sangre. Sin querer recordar esta horrible escena, las personas tienden a evitar este corredor.

 

Al final del corredor, hubo un leve ruido viniendo de la entrada. Pero pronto fue ahogado por el sonido de la armadura de soldados patrullando.

 

En medio de esto, Hiro estaba caminando por el largo corredor que conecta a la entrada.

 

Aún hay un extraño olor andando en el aire. La sangre de los nobles que fueron asesinados durante la Rebelión de Stobel estaba pegada en los muros.

 

Me pregunto si temporalmente sellarán el pasaje y remplazar la fachada. ¿O quedará como una advertencia…? No, es el trabajo del siguiente emperador pensar en eso.

 

Hiro toco las manchas de sangre con sus dedos y pensó en el plan futuro.

 

Ahora, hay muchas formas de derrotar a los Seis Reinos. Pero incluso si yo puedo hacer eso. La mente maestra nunca saldrá a escena. Necesito un cebo para sacar a esos que se están escondiendo en la oscuridad.

 

¿Qué tipo de futuro la mente maestra no quiere? ¿Qué tipo de futuro busca?

Es obvio que no hay información suficiente para tomar una decisión. Entonces un señuelo será necesario para aclararlo.

 

Lo que quieren es…

 

Hiro se detuvo. Se encontraba en la entrada de un edificio bastante resguardado. Había un rostro familiar allí— Liz, viendo alrededor como si buscara a alguien. Cuando sus ojos rojos vieron a Hiro, una sonrisa floreció en su rostro y corrió a él.

 

[¿Dónde has estado? ¡Te he estado buscando!]

 

Ella lanzó su queja sin esconderla, y Hiro le dio una sonrisa agria y roscó su cabeza.

 

Era difícil decir que había estado en el Cementerio Imperial justo como el día de ayer. No quería que supiera de ello aún. Sería muy problemático para ella rastrearlo, así que decidió mentir rápidamente.

 

[Unos nobles se me acercaron por consejo.]

 

[Oh, ¿en serio? Hiro se estaba volviendo popular estos días, ¿no?]

 

Liz fácilmente fue convencida. No es que esté mintiendo que un noble le pidió consejo.

 

Parece que los nobles ven a Hiro como el más cercano al trono y tratan de contactarlo, hablar con él, y ofrecerle una propuesta de matrimonio. Lo último, sin embargo, lo dejan con una disculpa cuando les dijo que quería pasar a la Familia Kelheit, la cual une a la nobleza del Este.

 

[Más importante, ¿has preparado todo, Liz?]

 

[Bueno, le he dejado los preparativos a Aura.]

 

Hiro lo lamentó, sin mostrarlo, que esta chica otra vez se deshizo de sus deberes. Como si sintiera la delicada atmósfera, Liz ondeó sus manos frente a su rostro,

[Oh, no, no es eso. Las dos lo discutimos y lo decidimos. Aura me dijo dejarle el resto a ella. Es cierto, sabes.]

 

[Es bueno oírlo.]

 

Hiro acarició su pecho en alivio. Si han decidido sus papeles apropiadamente, no hay nada que decir.

 

[Ya he madurado, ¿sabes? Puedes confiar en mí un poco…]

 

Ella frunció sus labios en frustración e hizo el gesto de patear el suelo. Enfatizó, [Me voy a poner de mal humor, me voy a poner de mal humano si no te disculpas.]

 

[Lo siento. Desde ahora, te escucharé antes de tomar una decisión.]

 

[Sí, bien. ¡Escúchame!]

 

Su dedo índice estaba apuntando a la punta de la nariz de Hiro, y respondió con una gentil sonrisa.

 

[Sí. Mientras tanto, me gustaría oír lo que Liz y Aura han decidido luego de discutir la situación.]

 

[Entonces, ya que no podemos quedarnos aquí y hablarlo, y ya que tampoco es un secreto… ¡Hablémoslo por allá!]

 

Liz señaló a un sofá frente a la entrada y tomó el brazo de Hiro. Luego de ser forzado a caminar, Hiro frunció sus ojos a la vista de la espalda de Liz, tan energética como siempre.

 

Cuando llegó a la silla, fue arrojado a ella y se sentó a la par, luego puso su dedo en la punta de su mentón y miró al techo. Es un gesto que hace cuando recuerda algo.

 

[He decidido limitar el número de guardias que llevaré a cerca de los 300 debido a la urgencia y velocidad de marcha. Verás, puede que tengamos que iniciar una guerra con la República Steichen, así que sería mejor darnos prisa e ir al sur.]

 

La voz de Liz estaba sonando con felicidad y empezó a ponerse cálida. Quería decirle a Hiro que estaba siendo de ayuda. Hiro asintió con una sonrisa en su cara.

 

Después de todo, el tiempo requerido para regresar a la central es muy delicado.

 

Incluso si las cosas van de acuerdo al plan de Hiro, tomará cerca de dos meses.

 

Incluso si me muevo de acuerdo al plan, ¿cuánto tiempo puedo ganar contra los Seis Reinos…?

 

Hiro bajo su rostro y empezó a preocuparse. En su campo de visión, algo pasó con gran fuerza.

 

[¿Hm…?]

 

Hiro salió de sus pensamientos y vio a Liz mientras su mano se ondeaba frente a él.

 

[Hey, Hiro… no escuchaste lo que dije, ¿verdad?]

 

Una voz baja llegó a su oído. Una fría sensación pasó por su espalda. No es bueno. Hiro de prisa trató de pensar una excusa.

 

[N-No, te oí bien. Estoy seguro que no hay problema con eso.]

 

Se acobardo, pero el rostro de Liz era tan indiferente como si fuera una estafadora.

 

[Hmph… Esa es una respuesta bastante insípida.]

 

[No, no, no tenía nada que señalar. Creo que es inevitable que la respuesta fuera así.]

[No me importa. Si no querías escucharlo… entonces no se puede evitar.]

 

Ella lo empujó. Es demasiado tarde para arrepentirse por lo que ha hecho.

 

Los hombros de Hiro de pronto se bajaron, y estaba pensando en cómo disculparse cuando de pronto una gran sombra apareció arriba de él. Cuando levantó su mirada, vio a un caballero parado allí, todo su cuerpo estaba envuelto en una armadura negra.

 

[Te he estado buscando, Dragón de Un Ojo.]

 

[Ah… Ghada.]

 

Este no es momento para tratar con él. Podía sentir la ira fluyendo de Liz a la par de él. Sabía que su vida estaba en peligro.

 

[Qué con esa reac—]

 

Y entonces, Ghada abruptamente detuvo sus palabras y asintió mientras veía alternamente entre Liz y Hiro. Aunque el casco obscurecía su expresión, parecía haber entendido la situación actual.

 

[¿Quieren pelear?]

 

[No, no peleamos. Es solo que Hiro no estaba prestando atención a lo que estaba diciendo.]

 

[Oh, ya veo. Es culpa del Dragón de Un Ojo.]

 

De pronto apareció, interrumpió la conversación, y al instante entendió la situación. Los ojos de Hiro parecían pedir ayuda mientras pensaba que era un demonio inteligente.

 

[Hah… ¿Por qué no te disculpas? Eso haría sentir mejor a la señorita, ¿cierto?]

 

[Cierto. Cuando regrese del sur, podré perdonarte si me acompañas a la ciudad a divertirme.]

 

Era una petición muy específica y exigente. Ya que sea que les quedara tiempo para jugar o no, se lo preguntaba. Pero si se rehusaba, sería como una llovizna de aguan en el fuego.

 

[Está bien. Vayamos a la ciudad juntos cuando Luz vuelva. Te compraré algo.]

 

[¿En serio? ¿Lo prometes?]

 

[Claro, la siguiente vez que vea a Liz otra vez, definitivamente iremos a la ciudad juntos para hacer compras.]

 

[Mmm. Bueno, te perdonaré.]

 

A pesar de sus palabras, el humor de Liz parecía haber mejorado, ya que sus mejillas se relajaron con satisfacción. A pesar de que está creciendo, todavía tiene comportamientos de su edad.

 

[Ahora que la pelea se terminó, ¿por qué no escuchas lo que tengo que decir?]

 

[Oh, sí, claro. ¿Qué ocurre?]

 

Hiro pasó su mirada a Ghada, dejando que su sarcasmo le pasara. Liz también escuchó con interés.

 

[¿Por qué crees que también tengo que ir al sur?]

 

[Estoy seguro que Liz te lo dijo, quiero que te traigas a la Armada del Cuervo contigo. Si añades a esos que han sido curados y esos que están practicando por su cuenta, será cerca de 3,000 a 4,000.]

 

[En ese caso, envía a Hugin y Munin, y no habrá problema. Yo estaré trabajando contigo, Dragón de Un Ojo.]

[No. Si tenemos que luchar contra la República Steichen, tu conocimiento y experiencia será necesaria. Y si la Armada del Cuerdo se une, tu comando será absolutamente necesario.]

 

[Pero… vamos a pelear contra los Seis Reinos, ¿verdad, Dragón de Un Ojo? Creo que es cuando más necesitarás mi ayuda.]

 

A pesar de que Hiro claramente lo rechazó, Ghada aún estaba muy renuente a admitirlo.

 

[Es solo una forma de comprar tiempo. No voy a empezar una guerra a gran escala hasta que las fuerzas del Imperio Grantz estén aquí. Es por eso que te dejo ir al sur.]

 

Hiro dijo a la fuerza como no quisiera decir nada más.

 

[¿Seguro que estás bien con eso…?]

 

La boca de Hiro se retorció mientras el terco de Ghada se rehusaba a ceder. Ya sea si Liz o Ghada, parece que… no confían en él…

 

[Sí, está bien; no es un problema. Así que quiero que te prepares para irte, Ghada.]

 

Es una perdida de tiempo preguntar y responder más preguntas. Sin intención de ceder, Hiro decidió cambiar el tema.

 

[Liz, ¿cómo están Aura y Rosa?]

 

Mientras la atención de Hiro iba a otros problemas, Ghada no pudo decir nada más y se silenció. De pronto, Liz, a quien se le había pedido hablar, abrió su boca en pánico.

 

[Um, parece que Aura se dirige al templo del espíritu en la ciudad. Dijo que iba a decirle adiós a los niños. Rosa-aneesama tiene una reunión con su séquito.]

 

Liz junto sus manos con un fuerte ruido como si recordara algo.

 

[Oh así, Skaaha recuperó la consciencia. Quiere ver a Hiro.]

 

[¿Cómo está?]

 

[Bueno, no ha recuperado su fuerza aún… También tiene algo de incomodidad en sus piernas.]

 

[Es suficiente para que ella vaya con Liz y los otros.]

 

[Pero ¿realmente está bien llevarla conmigo…?]

 

Liz se cruzó de brazos e incline su cabeza…

 

[Lo más que descanse, más rápido se recuperara…]

 

Hiro podía sentir que Liz estaba preocupada por el bienestar de Skaaha.

 

[También lo creo. Pero no hay nadie para proteger a Skaaha en el palacio imperial y asegurar su seguridad.]

 

Si fuera solo ella, estaría bien, pero había una gran posibilidad de disputas de políticos en el Palacio Imperial. No hay garantía que Skaaha no se verá atrapada en ello. No hay nada más problemático que el problema de sucesión al trono. Sin embargo, ya sea Hiro, Liz, o el Segundo Príncipe Selene, las personas involucradas no tienen el tiempo para pensar en tales cosas. Aunque, incluso si no planean hacerlo, ciertamente están en una situación donde las personas al final de la línea podrían salirse de control.

 

[No tenemos tiempo para pensar en quién será el emperador. Supongo que para esos que no van a la guerra; la política es una guerra.]

 

No había necesidad para que Liz se moleste con nimiedades. Por ahora, su prioridad debería estar en ganar experiencia y hazañas. Hiro ve este tiempo de tormenta como una oportunidad. Estaba convencido que la incitaría a creer más.

 

[Sí, de acuerdo. Ahora los herederos al trono deben unir las manos.]

 

Liz asintió su cabeza en acuerdo a las palabras con Hiro.

 

En ese momento…

 

[¡Su Alteza Celia Estrella!]

 

Una voz llamó a Liz, y los tres, incluyendo a Ghada, llevaron su atención a ello.

 

Un soldado estaba parándose allí.

 

Los tres los miraron de una vez, y se detuvo como si estuviera agachado. Estaban tan nervioso que no podía continuar hablando, pero movió su boca.

 

[¿Qué sucede? ¿Necesitas algo?]

 

Cuando Liz le respondió en un tono calmado, el soldado la saludo con una mirada de pánico.

 

[¡Sí! Lord Bunadhara quiere verla. ¡Quiere pedirle permiso para llevar su equipaje!]

 

Lord Bunadhara es Aura.

 

La Familia Bunadhara es una prominente familia que ha producido muchos excelentes consejeros conocidos como los Cinco Consejeros, y residen en el oeste. Actualmente, han cambiado de facción, así que su hija Aura ha tomado refugio con Liz.

 

No parece que los Seis Reinos se estén acercando al territorio Bunadhara aún…

 

Es solo cuestión de tiempo. Si considera el futuro del oeste, él no quiere que hagan algo apresurado.

 

Mientras… es mejor avisarles y enviarles una carta luego…

 

Mientras Hiro se lo preguntaba, Liz se paró vigorosamente.

 

[Está bien. Por favor dile que me espere; estaré allí.]

 

[¡Entendido! ¡Lord Bunadhara está esperando por ti en la mansión de la Familia Kelheit!]

 

El soldado que había cumplido su papel como mensajero se inclino ante Hiro y Ghada y se fue.

 

[Bueno, hablaremos luego en la cena de hoy.]

 

Liz ondeó su mano hacia Hiro y empezó a caminar.

 

[Sí. Te veré en la noche.]

 

Luego de oír la respuesta de Hiro, Liz se dio la vuelta para irse.

 

[Entonces me iré a preparar.]

 

[Sí, dale mis órdenes a Hugin y Munin.]

 

Hiro puso una pequeña sonrisa mientras Ghada se metía en la multitud que fluía en la puerta. El calmado aire que había permanecido antes se fue. En lugar, Hiro tenía una despiada expresión de salvaje locura.

 

[Está por hacer su movimiento… y es hora para que mueva ficha en serio.]

 

La imagen de la reina de corazón negro quien está construyendo establemente su poder en el norte viene a su mente.

 

[No puedo permitirme fallar.]

 

Inicia la mentira de tu vida.

 

Es una caminata en la cuerda floja de la vida, al abismo por un mal paso.

 

[Come o serás comido… Solo Dios lo sabe.]

 

Hiro entonces rio felizmente.

 

Un aire congelador estaba soplando. La viene era tan fuerte que era casi imposible salir al exterior.

 

El Reino Levering— el fuerte más grande de la ciudad, “Púrpura Ciudad Nevada”.

 

Con el fin de proteger a sus personas de los enemigos externos, se rodea de una profunda fosa, y su interior está fortificado por muros dobles. La entrada y salida, un puente suspendido, ahora está cerrada, y la ciudad está muy bien resguardada.

 

Observando la ciudad desde la colina dentro del muro está el palacio real llamado “Plateado Palacio Púrpura”. Decorado con nieve, el castigo plateado y púrpura se puso blanco como la tiza y observaba la ciudad abajo.

 

Muchos nobles estaban reunidos en el salón del trono. Sin embargo, ninguno habla con el otro. La autoridad de la reina era tan poderosa que era difícil resistir su majestuosidad. Los nobles concentraban sus tensas miradas en el brillante trono. Sentada en el trono está la recién coronada Reina Claudia.

 

Tiene un rostro gentil, pero acechando detrás de ello está la cara de un conspirador astuto.

 

Cuando tomó el trono por primera vez luego de varis giros y vueltas, muchos de los nobles de Levering la subestimaban. Sin embargo, pronto mostrarían estar allí.

 

Incontables nobles habían sido despojadas de sus títulos y con sus casas demolidas. La mayoría de eso fue autoinfligido debido a la colusión con mercantes, fraudes, y grandes impuestos para oprimir a las personas.

 

Las personas estaban felices, pero los nobles temblaban.

 

El miedo alimento una rebelión. Por un tiempo, muchas personas, especialmente grandes nobles, criticaron a Claudia, pero ella desafió a los grandes nobles a luchar sin miedo y usó la intriga para ganar y establecer un sólido sistema. Cerca de tres meses, se encontraban gobernando como una reina sin precedente.

 

[Fufu…]

 

Cuando la risa que emanaba una hechizante atmósfera resonaba en el salón del trono, los nobles se agitaron de hombros y la miraron en conjunto. Cuando Claudia se ríe, el corazón de todos resuena. Ella es la reina que puede sentenciar a las personas a la muerte con solo reírse. Los nobles condenados le llamaban la “risa de la muerte” y son ahorcados en la horca.

 

[U-Um… Reina Claudia, ¿qué ha escrito?]

 

Un noble se armó de valor e hice la pregunta. Su mirada se fijo en la carta en su mano. Es una carta de amistad del Cuarto Príncipe del Imperio Grantz.

 

[Fufuf… he estado esperando por este momento por mucho tiempo, y creo que finalmente ha llegado.]

 

Claudia puso su mano sobre su boca y río sinceramente de manera divertida.

 

[Finalmente ha llegado el momento para que el Reino Levering se una a las filas de los poderes. ¿Cómo no puedo reír y emocionarme por esto?]

 

Muchos nobles levantaron sus cejas, pensando en la reacción de Claudia. Pero Claudia estaba despreocupada y siguió riendo.

 

Y entonces…

 

[¡Su Majestad Reina Claudia!]

 

Un soldado entró al salón del trono con una atmósfera de dignidad. Era un soldado con una cara que los nobles reconocían. Él es el capitán de la guardia de la Reina, la cual fue establecida cuando Claudia ascendió al trono, y es un militar veterano quien la misma Claudia fue a reclutar.

 

Caminó al trono, se puso de una rodilla e inclinó su cabeza.

 

[Los preparativos de la armada están completos. Ya estamos listos para salir en cualquier momento. Y acabó de recibir un mensaje de la otra parte que podemos ir a nuestro destino sin ser molestados.]

 

[Muchas gracias por tu arduo trabajo. Como se esperaba de Su Alteza Hiro, hace todo con precisión.]

 

Los nobles levantaron sus cejas, incrédulos a la conversación entre los dos, pero algunos se veían gustosos. Claudia se paró con emoción luego de ver sus reacciones.

 

[El tiempo de paz se acabó. ¡Es momento para que la raza demoniaca otra vez más se ponga de pie en el continente central!]

 

Claudia declaró, dejando el trono y ascendiendo las escaleras con gratos movimientos. La forma en que caminaba en la alfombra roja era majestuosa y fascinaba a las personas.

 

Varios nobles, quienes estaban estallando de la emoción, la siguieron. Los nobles, quienes no entendían la situación, inclinaron sus cabezas en pregunta mientras observaban a la reina partir.

 

[Empecemos. Desde ahora, estamos en la oscuridad. Solo esos que creen en mí serán capaces de seguirme.]

 

Claudia retiro su espada, la cual su ancestro, Rox, había dejado, y dejó el salón del trono.

*****

 

Enero 7, año 1024 del Calendario Imperial.

 

Hiro estaba en el cuarto de invitados del palacio imperial. Sentado en el lado opuesto a él estaba el Segundo Príncipe Selene.

 

No había nadie más en el cuarto. Sin embargo, la atmósfera que ambos emitían era pesada, y el cuarto de invitados era dominado por un extraño sentimiento de opresión como si un gran número de personas estuvieran reunidas.

 

[Nunca pensé que me amenazarías…]

 

El Segundo Príncipe Selene, mirando al mapa, habló primero.

 

[Solo quiero preguntarte si cooperarás o no.]

 

Hiro le dio una fría mirada al Segundo Príncipe Selene quien levantó sus manos y sonrió como si mostrara rendición.

 

[Sí, claro, cooperaré contigo, mi amado hermanito. Nuestros intereses están alineados, sabes. Sobre todo, si no te ayudo, tus salvajes amigos se alocarán en el norte, ¿verdad?]

 

[No, para nada. Mientras cooperes.]

 

[No tienes que amenazarme para mi incondicional cooperación, ¿sabes?]

 

[Me alegra oír eso. Primero, quiero agradecerte por tu sabia decisión.]

 

Hiro habló sin más y entonces miró al Segundo Príncipe Selene. Para ser precisos, estaba interesado en las espadas en su cintura.

 

[¿Cuál es la razón por la que no quieres convertirte en emperador?]

[¿Tengo que responder a eso?]

 

[No, solo estaba confirmando.]

 

Hiro sonrió fríamente y se levantó de su silla.

 

[No quiero que rompas tu promesa. Me gustaría eliminar las fuentes de ansiedad necesarias.]

 

Acercándose al Segundo Príncipe Selene, Hiro lo miró con ojos fríos.

 

[Me gusta. Esa cruel mirada… es muy intrigante. Pero desearía que sonrieras como cuando tratas con Liz.]

 

[Cuando esté seguro que estás de mi lado, entonces te recibiré en el campamento de Liz con una sonrisa.]

 

[Eso está difícil. Pero no te preocupes. No tengo intención de antagonizarte aún.]

 

[Me alegra oír eso.]

 

Hiro arregló su despiadada sonrisa y se volteó hacia la puerta, llevando su equipaje bajo su brazo desde el escritorio.

 

[Liz se irá pronto, así que me iré ahora.]

 

Al momento que sus dedos tocaron el mango…

 

[Das pena, ¿no?]

 

Hiro detuvo sus pasos por las palabras del Segundo Príncipe Selene.

 

[Tienes que ser cuidadoso, sabes. El enemigo está en todas partes. Si miras alrededor, verás que estamos en asedio, y tenemos que asegurarnos de no quedarnos en el medio. Son… personas desagradables.]

 

[Lo sé.]

 

Hiro de inmediato le respondió al consejo del Segundo Príncipe Selene, giró el pomo, y entró al pasillo.

 

Hoy es el día que Liz y los otros se irán. Debe despedirlos con el espíritu en alto.

 

Considerando la gran posibilidad que ya lo estaban esperando en la entrada, Hiro rápido pasó por el pasillo, pero reconoció la figura del Primer Ministro Gils caminado a él.

 

[Su Alteza Celia Estrella estaba esperándolo en la entrada, Su Alteza Hiro.]

 

[Oh, como se esperaba…]

 

[Entonces me iré.]

 

Luego de intercambiar leves inclinaciones, el Primer Ministro Gils pasó a Hiro. En ese momento— un misterioso escalofrío pasó por su espalda y se dio la vuelta.

 

[…]

 

No era solo su imaginación. Hiro puso su mano en su cuello. La única vez que ha experimentado ese sentimiento de corriente eléctrica pasando por el fue en un campo de batalla. Ciertamente ahora, el Primer Ministro Gils ha liberado un intento asesino.

 

[Sí que son… personas desagradables.]

 

Hiro murmuró para sí sin miedo de ocultar su desagrado y empezó a caminar de nuevo.

 

Es un corredor recto que lleva a una esquina— un lugar donde muchos oficiales de alto rango perdieron sus vidas en la rebelión.

 

Viendo atrás al corredor, podía sentir a muchas personas reunidas allí.

 

[Se está poniendo frío, así que asegúrate de no enfermarte. Usa muchas colchas como puedas cuando acampes.]

 

Cuando llegó a la entrada, encontró a Rosa murmurando un típico comentario de madre. Liz se veía molesta por eso como si ya se lo hubieran dicho repetidamente. Sin embargo, esto cambió cuando reconoció a Hiro, y sonrió.

 

[¡Oh, Hiro! ¡Finalmente viniste!]

 

Ella lo saludó, saltando en el suelo.

 

Aura estaba detrás de ella, su mirada era baja mientras leía su libro favorito. El Libro Oscuro. Mientras Hiro se acercaba a las chicas, dijo unas palabras de despedida.

 

[Tengan cuidado en el camino.]

 

Con énfasis en la velocidad de marcha, había menos de trescientos guardias. Es improbable que algún rufián atacaría a Liz ahora, pero es importante estar alertas.

 

[He cruzado el Monte Himmel con unos cuantos hombres como los que tengo hoy, ¿recuerdas?]

 

Liz lo mencionó la primera vez que se reunión con Hiro.

 

[Sí… cierto. En ese entonces era un tonto.]

 

Pero aun así, Liz y los otros no lo abandonaron y continuaron su viaje con Hiro. Se preguntaba si había sido capaz de pegar incluso una pequeña parte de esa deuda. Hiro se sintió muy conmovido y vagamente consciente del tiempo que había pasado.

Viendo su expresión, Liz retiro su sonrisa y puso una seria.

 

[No seas imprudente, ¿sí? Volveré tan pronto como pueda; solo no hagas nada imprudente.]

 

[Estaré esperando tu regreso.]

 

Hiro asintió, tratando que sus pensamientos internos no sean notados.

 

[Sé más cuidadosa con la cabeza de la Familia Muzuk. Es un hombre listo. Nunca sabes en qué anda. Si tienes que tomar una decisión importante, lo dejaré a tu juicio.]

 

[Sí, estaré bien. Como dije antes, puedes confiar en mí.]

 

Liz sonrió molesta. Hiro estaba preocupada por ella, así que no podía evitarse.

 

[Sí, será la última vez. La única cosa que quiero que recuerdes es seguir a tu corazón, no los corazones de otros. ¿Entiendes?]

 

Hiro le recordó. La atmósfera no estaba para bromas. Liz asintió como si lo sintiera.

 

[Lo sé. No voy dejar que mis sentimientos pierdan contra nadie. Haré lo que quiero.]

 

Hiro puso una expresión amistosa a la honesta declaración de Liz.

 

[Creo en ti. Ve y da lo mejor.]

 

Él palmeó la cabeza de Liz.

 

[No pases mucho de tu tiempo leyendo, Hiro. Si estás delgado cuando regrese, me aseguraré que comas mucha comida.]

 

[¡Eso no es saludable!]

Antes que Hiro pudiera terminar, Liz lo estaba abrazando.

 

El leve aroma de su abrazo pasó por su nariz, y pudo sentir sus pensamientos. La calidez es calmante y relajante.

 

[Deberías dejar de ser tan imprudente.]

 

Su voz sonaba calmada como si estuviera por desaparecer, y aunque quería confortarla, no pensó en ninguna palabra que decir. En primer lugar, solo la haría verse mal si fuera a decirle algo.

 

Sintiendo arrepentimiento, Hiro se alejó de Liz y limpió las lágrimas de sus ojos.

 

[La próxima vez que nos veamos, nos reuniremos con una sonrisa.]

 

[Sí.]

 

Alejando su mirada de Liz, Hiro miró a Aura detrás de ella. También se veía un poco infeliz acerca de dejar a Hiro solo.

 

[Quiero que apoyes a Liz. Cuento contigo.]

 

[Déjamelo a mí.]

 

Hiro le sonrió a Aura mientras abrazaba el Libro Oscuro con fuerza, y luego se acercó a la persona que vio en un rincón de sus ojos. Vio la figura de Skaaha en el sofá colocado en la entrada.

 

Skaaha estaba sentada allí, luciendo pálida, como si no se sintiera bien. Notó la presencia de Hiro acercándose y se giró a verlo.

 

[Perdón, no puedo ser de mucha ayuda…]

 

Skaaha bajó su cabeza, diciendo eso al inicio de su conversación. Parecía estar avergonzada de su impotencia, mordiendo la parte bajo de su labio en frustración.

 

[No hay necesidad que te sientas responsable. Solo quiero que te cures y te pongas de pie.]

 

[Apreció tu preocupación.]

 

[Las vibraciones del carruaje pueden afectar tus heridas, pero apreciaría si pudieras soportarlo.]

 

[La bendición del Emperador del Hielo se ocupará de ello. Si es algo, te he retrasado, y creo que al menos merezco esto.]

 

Skaaha respondió con un abrazo. Tiene a auto despreciarse. Para bien o mal, es dura consigo misma. Su objetivo principal es vengar a su familia. Es por eso que siempre se mantiene bastante disciplinada en el campo de batalla, y no se aprovecha de otros. Si continúa luchando así, un día se romperá.

 

[Lo sé. Algún día lo descubrirás— el propósito de tu vida.]

 

Hiro quería llevarla al objetivo que había encontrado, no el que se le impuso. Acarició su hombro y le dijo algo útil, entonces se giró a sus subordinados.

 

[Ghada, deseo que tengas un buen viaje.]

 

[Sí, rezaré por tu seguridad también, Dragón de Un Ojo.]

 

[Ugh… Desearía poder estar contigo sabio hermano.]

 

[Lo siento. Ella me ha estado jodiendo con quedarse desde ayer.]

 

Hugin está llorona, y su hermano Munin está perplejo y rasca su nuca. Hiro libero una sonrisa y palmeó la cabeza de Hugin.

[Compórtense. Y no peleen mucho y no le causen problemas a Ghada.]

 

[Sí…]

 

Hiro desató el equipaje que estaba llevando bajo su brazo. Cuando el trapo se abrió, reveló dos armas espirituales. Eran un par, y eran raras entre las armas espirituales.

 

[Bueno, tomen estas para ustedes dos…]

 

Estaba por entregárselas a Hugin y Munun, pero ellos abrieron sus bocas en pánico.

 

[¡No podemos aceptarlas! ¡Las armas espirituales son mucho para nosotros!]

 

Hugin agitó su cabeza, pero sus mejillas estaban sueltas, y sus manos apretando el mango.

 

[Oh, si la vendo, podría vivir felizmente por el resto de mi vida…]

 

[¡Estúpido hermano! ¡Si haces eso, te cortaré la cabeza!]

 

[Haha… Tiene un nombre, el cual es inusual. Para Hugin, es “Kogarasumaru”, y para Munin, es “Nukemaru”. La forma es inusual, pero creo que pueden manejarlo bien.]

 

Las dos armas fueron hechas por un conocido de Hiro, un “enano”, hace mil años cuando se llamaba Schwartz. Tiene la forma de espadas japonesas, las cuales Hiro una vez usó.

 

[La mía es Kogarasumaru. ¡Es la primera arma que mi sabio hermano me ha dado!]

 

Hugin se veía como si estuviera a punto de ponerse a bailar. Se veía como un niño que había recibido su primer juguete. Por otro lado, su hermano Munin también veía la espada y libero un suspiro de admiración.

 

Hiro entonces apartó la mirada de los impresionados hermanos y vio a Ghada dándole una extraña mirada.

[¿Tienes preguntas?]

 

[Ninguna.]

 

[Si le doy a un demonio un arma espiritual, ¿no arderá?]

 

Hiro susurró, y Ghada suspiro, diciendo que era difícil.

 

[Bueno, supongo que tendré que pasarla con esta por un rato.]

 

Ghada le mostró a Hiro la gran espada en su espalda.

 

[Creo que serás capaz de usar cualquier arma que quieras.]

 

Solo hay un puñado de personas que pueden derrotar a una raza demoniaca pura. Él sería capaz de competir con cualquier otro hombre fuerte con una espada ordinaria. Necesitará usar su arma especial en algún punto, pero no hay tiempo para eso ahora, así que tiene que rendirse.

 

[Muy bien, Hiro, será mejor que nos vayamos.]

 

Cuando se dio la vuelta, Liz estaba parada detrás de él.

 

[Sí, te veré luego.]

 

[Oh, y cómprame algo cuando regrese, ¿bien?]

 

Ella señaló a Hiro y corrió por la entrada con una refrescante sonrisa en su rostro. Se veía envidiosa de Hugin y Munin. La siguiente que seguía era la pequeña chica llamada Aura.

 

[Quiero que también me compres una. Lo estoy deseando…]

 

Aura siguió a Liz con una cara sin expresiones que no permitía refutar.

 

[Fumu, me pregunto qué quieres comprarme.]

 

Con una expresión pálida, Skaaha también se fue con pocas palabras.

 

Antes que Hiro pudiera decir algo, Ghada y los otros también se fueron, y la entrada se puso más calmada.

 

[Parece que vas a gastar mucho dinero.]

 

Una mano en su hombro causó que Hiro pasara su mirada a la persona a su par. Rosa estaba parada allí con una despreciable mirada en su cara. Él decidió tomar la iniciativa antes que pudiera decir algo y sacó dos cartas de su bolsillo.

 

[Esta es para Liz, y la otra es para Ghada. Apreciaría si pudieras dárselas cuando regresen.]

 

[Bien, pero… ¿estás empezando a planear bajo estas circunstancias?]

 

[Son situaciones como esta que no puedo evitar aprovechar. Tenía que hacer ajustes mayores, pero debería funcionar.]

 

[…]

 

Rosa no dijo nada. Agitó sus hombros levemente y veía al suelo ansiosa.

 

Cuando el silencio cayó entre ellos—

 

[No mueras…]

 

Rosa dijo ya que no podía aguantar el silencio.

 

[Sí. Lo sé… Como le dije a Liz, estaré bien.]

 

Hiro sonrió y sacó un arma espiritual de la Princesa de la Camelia Negra.

 

[Se llama “Rey León”. ¿Ves el emblema de león en el mango?]

 

Es el arma espiritual que el Primer Emperador Altius usó hasta que adquirió los Cinco Emperadores del Espíritu de la Espada. Los ojos de Rosa se abrieron y su boca quedo medio abierta mientras se daba cuenta de la grandeza del objeto.

 

[Me temo que tendrás que protegerte desde ahora en adelante.]

 

Pensó que era mucho para defensa propia, pero sus mejillas se retorcieron.

 

[N-No puedo aceptar esto. Hay muchas armas espirituales en la Familia Kelheit. Voy a usar una de esas. ¿Por qué no sigues con esto?]

 

En el pasado y presente, nombrar cosas, no solo armas, algunas veces funciona como milagros, como si tuvieran una voluntad propia. Las personas generalmente dicen eso porque el alma habita en ello, y no es diferente a las armas espirituales. Es decir, un arma crece con su usuario. Hiro pensó que había una diferente entre tener un nombre y no tener nada.

 

[Tienes que convertirte en un digno usuario del Rey León. Si lo haces, seguramente te responderá.]

 

Hiro le ofreció la espada a Rosa una vez más.

 

[¿Estás preparada?]

 

Rosa miró al Rey León y a Hiro alternamente, como si tuviera duda. Sin embargo, ya que Hiro parecía perder su paciencia, Rosa se bajó de hombros en resignación.

 

[¿Quién crees que soy? Soy el líder interino de la Familia Kelheit, una de las cinco grandes familias nobles.]

 

Rosa se rio, tomó la espada, y la abrazó como si fuera un pedazo de su corazón. Entonces la punta de la hoja se enterró por completo en el escote de su pecho, la cual podía ser considerada como un arma mortal.

 

Hiro, quien apartó la mirada involuntariamente, rascó la punta de su nariz mientras hablaba.

 

[T-Tengo algunos preparativos que hacer, así que me iré ahora.]

 

Hiro le dio la espalda a Rosa para ocultar su bochorno y empezó a caminar.

 

[Ah, hey, ¿qué te pasó tan de pronto?]

 

Rosa le preguntó en una voz sorprendida, pero Hiro no tenía el coraje para verla directamente en esa escena otra vez.

 

[¡Realmente necesito apresurarme! ¡Te veré luego!]

 

Él pasó por el corredor casi corriendo. No era como que estuviera mintiendo. Realmente hay algo que necesita hacer.

 

Desde aquí. Una vez Liz y Ghada estén fuera de la Gran Capital Imperial, todo lo que queda es él.

 

Los pasos de Hiro naturalmente se pusieron más relajados, y la atmósfera que tenía empezaba a cambiar.

 

No hay garantía que nos reuniremos otra vez, pero es una extraña criatura que hace que las personas sonrían y digan adiós… Porque hace un rato, estábamos riendo y hablando—

 

Hiro se detuvo y vio atrás. El corredor vacío está calmado; ni siquiera un solo sonido puede oírse.

Oh, es cierto… También fue como ese día.

 

Los negros ojos que no permiten que la luz pase, no reflejan nada. Es solo un abismo que lo priva todo.

 

La calmada naturaleza de Hiro da paso a una presencia aguda y mortal, y empezó a caminar de nuevo. Su destino era el cuarto de invitados, un cuarto que recibía invitados de todas partes del mundo.

 

Frente a la puerta se paraba el líder de la Familia Mark, con un delgado rostro que podía ser considerado algo frívolo.

 

[Su Alteza Hiro, los preparativos están en orden. Me gustaría pedirle su opinión en qué hacer.]

 

[Gracias por tus esfuerzos. Entonces tengamos una reunión estratégica de inmediato.]

 

[Muy bien. Los nobles centrales quienes accedieron al plan están esperando en el salón.]

 

El líder de la Familia Mark abrió la puerta del salón de invitados y se inclinó.

 

[Así que empecemos.]

 

Luego de confirmar la partida de Liz y los otros, Hiro se dirigió al oeste para derrotar a los Seis Reinos. No iba a solo detenerlos. Tendrá que lidiar con 150,000 enemigos con solo 20,000 tropas.

 

Liz, estoy rompiendo mi promesa contigo.

 

Hiro rezó por la seguridad de Liz y salió con fuerza para realizar su propósito.

 

El Gran Imperio Grantz— Territorio Beirut en el noroeste de la Región Oeste.

 

El campamento principal de los Seis Reinos fue construido en la frontera entre el oeste y Felzen.

 

El terreno estaba lleno de tiendas. Era un lugar donde 50,000 soldados estaban dando vueltas como si estuvieran preparando algo.

 

En el centro de todo eso está el centro de comando, el corazón de la armada conquistadora de Grantz. Dentro, las personas están reunidas. A pesar que es invierno, el calor emanando de las personas es suficiente para que un calentador sea innecesario. Es donde los generales a cargo de las divisiones y los comandantes de los regimientos se reúnen.

 

Una delgada mujer sentándose en el asiento de honor con calma levanta su mano.

 

Ella es Luca Mamon de Urpeth, la comandante interina de la armada conquistadora de Grantz.

 

Ella es una mujer llena de talentos de la Familia Real Urpeth, uno de lo seis reinos, y también es la persona que se esperaba ser la siguiente reina. Por su comando, el hombre parándose a su lado dio un paso al frente.

 

El nombre es Eagle de Urpeth, el hermano menor del Comandante Interino Luca.

 

Es un hombre alto y atractivo con un hermoso rostro, justo como su hermana, pero tiene una atmósfera salvaje y peligrosa.

 

[Gente, gracias por tomarse el tiempo en sus ocupadas agendas para venir aquí. Empecemos con el reporte.]

 

Eagle tocó el escritorio con su varita y empezó a mover las piezas en el mapa.

 

[General McRill, deme un reporte de estado de cómo lo están haciendo las armadas.]

 

[Ha, disculpe por ser presuntuoso. Pero déjeme explicarlo.]

 

El anciano general se paró y empezó a organizar las desordenadas piezas en el mapa.

 

[La primera y segunda fuerza conquistadora actualmente están invadiendo a la nobleza oeste, pidiéndoles se rindan. Puede ver el efecto de ello al mirar esos paquetes de cartas.]

 

El General McRill le ordenó a sus subordinados colocar los paquetes de cartas que había recibido de los nobles del oeste en su escritorio.

 

[Y la tercera y cuarta fuerza conquistadora están atacando a los fuertes aledaños. Lo están haciendo bien, probablemente porque la fuerza principal ha dejado Felzen, y la fuerza defensiva de Grantz se ha reducido grandemente.]

 

Luego de tomar un respiro, el General McRill puso su última pieza.

 

[La quinta armada conquistadora ha atacado los fuertes de los nobles quienes no aceptaron la rendición y están dando pelea, principalmente saqueando la comida.]

 

Cuando el General McRill miró a las personas reunidas aquí, todos asintieron en satisfacción.

 

Tanto Luca, quien se sentaba en el asiento honorario, y su segundo al mando, Eagle, tenían sonrisas en sus rostros.

 

[¿Cuál es el estado de daños?]

 

[La quinta armada conquistadora es por lejos la más impactada. Las estadísticas muestran que los números han disminuido a cerca de los 7,000… La armada frontal de Felzen— una vez Lucia-sama retorne, no será problema.]

 

Si los 50,000 de la Armada de Felzen fueran a unir fuerzas, una gran armada sin precedentes de 200,000 sería completada.

 

Si el daño es cerca de 7,000, no habrá problema. Es el tipo de daño que no se ganará un pero de su madre patria.

 

El problema más grande es…

 

[¿Qué hay de la comida?]

 

El problema de comida. Para alimentar una gran armada tan grande como 200,000, una cantidad a medias no sería suficiente. Incluso si fueran a enviar comida de la madre patria, costaría una enorme cantidad de dinero. Es por eso que es imperativo producir comida localmente, pero ahora que la temporada de invierno ha llegado, no va tan bien como se esperaba.

 

[Las reservas probablemente sean para dos meses, y tenemos a personas saqueando, principalmente comida, pero si tenemos que alimentar a 200,000 soldados, la parte oeste del Imperio Grantz se llenará con personas muriéndose del hambre.]

 

Incluso si trataban de comprarla de los locales, no había forma que cederían sus reservas para aguantar el invierno.

 

Tendrían que recurrir al saqueo, pero si iban demasiado lejos, podría afectar su gobierno luego. Es por eso que están saqueando ahora solo los fuertes de los nobles revoltosos y sin tomar nada de esos que se han rendido.

 

[No será problema. Deberías continuar actuando como se planeó. Lucia-sama va a traernos algo de comida, así que dejemos ese problema para luego.]

 

Luca fue el que habló. Ella golpeaba sus dedos en el descansabrazo y miró el mapa.

 

[Pero no es todo. General McRill, ¿cómo están las personas en el oeste? ¿Están haciendo lo que quieren hacer?]

 

[Ha, creo que está bien.]

 

El General McRill colocó piedritas en el camino principal hacia el oeste que reflejaba en el mapa.

 

[Los caminos principales al oeste parecen estarse llenando con personas evacuando sus villas y ciudades hacia la central.]

 

Los caminos son importantes. Esencialmente son logística útil, preparación para la invasión, desarrollo económico, y estabilidad nacional.

 

Si un país es invadido por otro, ese particular país de inmediato debe salir a escena. Sin embargo, si los caminos están bloqueados, habrá un fatal retraso. Sería más rápido para el país invasor destruirlo, pero estarían en problemas en su gobierno luego si hicieran eso. Pero no significa que puedan permitirse llevar pesadas cargas.

 

¿Qué usarían en su lugar?

 

[Es justo como lo planeamos.]

 

Eagle sonrió. Le dio a Luca una mirada y asintió en satisfacción.

 

[Todo va bien, es como nuestro país lo ordenó.]

 

[El hecho que la operación saliera bien debe ser debido al hecho que derrotamos a uno de los cinco generales.]

 

Muchos de ellos quedaron de rodillas sin pelear.

 

Primero, los nobles del oeste eran una mierda, pero una vez fueron expuestos a los cadáveres de uno de los cinco generales, empezaron a rendirse.

 

[El Gran Imperio Grantz ha caído. ¿A dónde se ha ido el león que domina el mundo?]

 

Cuando Luca murmuró ello, su hermano menor Eagle levantó su voz en un tono de gozo.

 

[Es bueno ver que el viejo león ya no dé miedo. A menos resistencia, menos daños recibimos. Primero, hagamos pedazos el oeste.]

[Concuerdo contigo, pero temo por lo que pueda pasar si nos ponemos muy violentos.]

 

[¿Por qué?]

 

No sabiendo a qué se refería, Eagle preguntó, y Luca dijo con tristeza.

 

[Eventualmente, el oeste le pertenecerá a los Seis Reinos, pero las personas no lo aceptarán fácilmente si hay un desastre cuando lo gobernemos.]

 

[Es por eso que estamos usando una quita y da. Como el General McRill dijo antes, parece que va bien.]

 

Mirando el mapa, Eagle continuó.

 

[Perdonemos a esos que nos obedezcan, y castiguemos a esos que se ponen contra nosotros. El punto es, estamos saqueando para ponerlos de ejemplo. ¿Qué con eso? En efecto, creo que si quemamos las villas y torres que vemos e instalamos miedo, no se nos opondrán mucho.]

 

Eagle le señaló a Luca, pero de inmediato agitó su cabeza y lo negó.

 

[Excesiva agresión puede causar odio. Eso puede pasarse a la siguiente generación, y en poco tiempo puede volverse en una astilla en la pata de un león y ser un factor en la destrucción del país.]

 

Las personas son valiosas solo si siguen con vida. Son las personas quienes producen comida, ropa, y refugios. Armas, dinero, e incluso la tierra no puede obtenerse sin las personas.

 

[Y ahora es el momento cuando necesitamos la fama y logros más que infamia.]

 

Lucas enfatizó. Su tono era como si estuviera rechazándolo por cometer tal error.

 

[Entiendo. Es por eso que seguimos las instrucciones de nuestra madre patria, ¿verdad?]

Cruzándose de brazos detrás de su cabeza, Eagle se recostó en su silla y miró el techo con frustración.

 

[Si necesitamos logros… ¿cuál es nuestro plan futuro? Parece que Lucia-sama ya está en marcha hacia aquí, y con sus números, la armada que conquistará Grantz será tan grande como 200,000.]

 

El General McRill está implicando que la unión de Lucia hará más difícil para que ellos ganar.

 

La armada principal esta en parón, dividida en seis armadas, a pesar de que llevan a 150,000.

 

En esta situación, no pueden ganar nada.

 

[¿Vamos a seguir esperando solo así? ¿O deberíamos dirigirnos a la Central antes que ellos?]

 

[Claro, deberías atacar a la Central. Parece que no hay hombres de voluntad fuerte en el oeste. Creo que deberíamos dejar este lugar para otros y dirigirnos a la Central solos.]

 

Aunque Eagle, quien quería luchar con la fuerza, discutió con la cabeza caliente, Luca parecía mantenerse calmada.

 

[No deberíamos apresurarnos. Primero, necesitamos acabar con el oeste y dejar de preocuparnos por el futuro, y luego unirnos con Lucia-sama para atacar a la central.]

 

[Querida hermana… ¿No estás siendo muy cobarde? Has obedecido las órdenes de los altos manos en nuestro país. Creo que deberías encargarte del resto.]

 

[Si cometemos un error, estaremos acabados. ¿Te das cuenta que no hay luz al final del túnel para nosotros?]

 

[Lo sé… Pero el punto es, incluso si es arbitrario, el punto es ganar. Deberíamos vencer al Imperio Grantz por completo para que no pueda quejarse de nada.]

 

[En primer lugar, si nosotros, quienes no conocemos el terreno, atacamos la central sin un plan, no seremos capaces de ganar ventaja de terreno. Sobre todo, es invierno ahora. Incluso tú puedes decir que estamos dejando los tiempos de dioses atrás.]

 

Lucia descartó la beligerancia de su hermano con una mirada de disgusto y aplastó su varita en el mapa.

 

[La primero por hacer es enviar exploradores para reunir información acerca de la Central. Leer y entender los movimientos del Imperio Grantz, hacer las cosas con cuidado, y acumular logros luego de llegar al objetivo original.]

 

[Entiendo… Seguiré tu mano, nee-chan.]

 

Eagle está infeliz por eso, pero es incapaz de ir contra la opinión de Luca: se calló.

 

[Es momento de ser paciente. Si fallamos aquí, esa mujer saldrá y nos arrebatará todas las cosas buenas. Es por eso que tenemos que soportar por ahora. ¿Entiendes?]

 

Luego de mirar a su encantador hermano, Luca gentilmente lo amonestó.

 

[Sí, lo sé…]

 

Eagle asintió obedientemente, perdido su bravía de antes.


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