Full width home advertisement

Post Page Advertisement [Top]

 

Capítulo 3 – Insaciable Odio

 

Enero 10, año 1024 del Calendario Imperial.

 

El Gran Imperio Grantz— el cuarto de invitados del Palacio Imperial Veneciano.

 

[La invasión del enemigo es mucho más rápida de lo que esperaba.]

 

Las fuertes palabras de Hiro salieron durante las discusiones militares diarias.

 

[Sí, parece que los dos pájaros de la parte oeste del país ya han caído en las manos del enemigo.]

 

El Primer Ministro Gils murmuró en frustración mientras sostenía el mapa frente a él. La manga de su brazo izquierdo perdido estaba agitándose levemente como si su cuerpo estuviera temblando de la ira. Pero él no era el único. Todos estaba mostrando su decepción. Algunos maldecían a los nobles del oeste por su indignidad.

 

El Primer Ministro Gils tomó un profundo respiro antes de colocar las piezas en el mapa una vez más.

 

[Las calles están bloqueadas ya que muchas personas han huido de la Central. Parece que los Seis Reinos deliberadamente se los están llevando. También se ha reportado que el Tercer Príncipe Blutar ha sido capturado, aunque esta información no ha sido confirmada.]

 

[Qu… ¿Blutar ha sido capturado?]

 

El Segundo Príncipe Selene, quien no pudo esconder su sorpresa, se levantó de su silla.

 

[Blutar es precavido. Pensé que había asegurado una buena ruta de escape…]

 

La ausencia de Aura es la razón para ese resultado… y no me sorprende que sea un peor luchador de lo esperado.

Pero incluso si es un incompetente, él es el Príncipe del Imperio Grantz. El valor de su uso es immensurable. Probablemente era una de las razones por la que la invasión enemiga se aceleró. Sobre todo, con la muerte de uno de los cinco grandes generales, Bakish, el guardián del oeste, la única esperanza para el oeste era el Tercer Príncipe Blutar. Si fue capturado, la cadena de mando en el oeste habría colapsado, y si fuera a pensar en el futuro, debió haber escogido el camino de la determinación más que vivir en la vergüenza en cautiverio. Si lo hubiera hecho, los vengativos nobles del oeste habrían sido capaces de debilitar la motivación del enemigo en sus batallas.

 

Es mejor pensar que la región Felzen también cayó en las manos de los Seis Reinos.

 

Para las personas viviendo en Felzen, el Imperio Grantz no es más que un invasor.

 

Si los Seis Reinos habían derrotado a la Armada Grantz, clamando que los están liberando, su popularidad habría sido insuperable. Probablemente, habrá desertores de los remanentes de la armada de Felzen también.

 

Hay una buena oportunidad que los eventos pasados saldrán a la luz, y las cosas tomen un giro para peor. La culpa de todo esto recaerá en el corazón del Imperio Grantz, que ha cometido muchos errores.

 

Muchas de las personas que deberían rendir cuentas murieron en la rebelión iniciada por el Primer Príncipe Stobel, aunque podía decirse que se lo merecían porque su gran poder los intoxicó. Si fuera otro país, Hiro se reiría, pero el Imperio Grantz es un país que fue dejado por sus amigos, quienes ahora están muertos.

 

Mientras esté aquí, este país definitivamente tendrá que seguir…

 

Es la última conexión dejada por sus amigos.

 

Ya sea la intención de alguien o no, no permitirá que hagan lo que les plazca. No importa lo que tome.

 

[La primera cosa por hacer es movernos. Es importante encontrar una forma de salvar al Oeste.]

 

El comentario del Primer Ministro trajo a Hiro devuelta a la realidad.

 

[No digo que la vida del Tercer Príncipe Blutar sea poca cosa, claro, pero no creo que esté en peligro por su posición. Ya sea un rescate o una demanda de territorio, tendremos que esperar hasta que los Seis Reinos hagan su movimiento.]

 

Luego de confirmar que no había objeciones, el Primer Ministro Gils tosió y apretó su corbata.

 

[Así que me gustaría oír el progreso de cada uno.]

 

[Reportaré entonces. ¿Puedo tener su permiso para hablar?]

 

Quien levantó su mano era Rosa. El Primer Ministro Gils respondió con una asistencia. Tan pronto como se paró con el reporte en su mano, los ojos de los nobles se concentraron en ella.

 

[Le he ordenado a mis subordinados reunir fuerzas en el este, pero… tomará cerca de un mes para que vengan a la central. Pero tengo estrictas ordenes que enviar a las tropas que están listas…]

 

Rosa se bajó de hombros y refunfuñó.

 

[El poder de la guerra es solo efectivo cuando está reunido. Si lo envías de poco en poco, no solo no serán una fuerza de combate, sino que si los envías al campo de batalla, estarán acabados.]

 

[No se puede evitar. Sería mucho mejor esperar hasta que estemos bien preparados. No te presiones mucho y consigue a tantas personas como puedas antes de irte.]

 

[Te tomaré la palabra.]

 

Luego de expresar su gratitud al Primer Ministro Gils, Rosa le susurró a uno de sus ayudantes. Luego Rosa terminó, el Primer Ministro Gils se volteó al Segundo Príncipe, Selene.

[Siguiente, ¿qué está pasando en el norte?]

 

[Como todos saben, hay un Muro Espiritual en el norte. Las Personas Marcadas han estado calmadas últimamente, pero debemos estar alertas. Probablemente saben que el Imperio Grantz es un desastre.]

 

Hace cerca de 500 años, una extraña raza de personas fue descubierta en la parte norte del Imperio Grantz. Buscaban piel muerta, y las personas los llamaban los “Come Carne” y los odiaban, así que empezaron a matarlos. Sin embargo, fueron derrotados porque poseían habilidades físicas más allá de los humanos ordinarios.

 

Una subraza llamada las “Personas Marcadas” nació de la subyugación. Poseían inteligencia y habilidades físicas que superaban a esos “comedores de carne”.

 

Cuando las “Personas Marcadas” empezaron a sobrepasar a los comedores de carne, empezaron a invadir el norte. Sin embargo, el poder del emperador de ese tiempo, un nombre quien luego se volvería uno de los Doce Grandes Dioses de Grantz, y el poder combinado de los espíritus los llevaron al extremo oeste del norte— El norte logró llevarlos a un “territorio inexplorado”.

 

Sin embargo, no pudieron ser destruidos por completo, y el emperador del momento construyó un “Muro Espiritual” para contenerlos en el “territorio inexplorado”. Quinientos años han pasado desde entonces, pero siguen observando en el otro lado del otro muro, esperando a expandirse a las regiones del norte.

 

[Hemos visto a las tropas de avanzadas, los comedores de carne, cerca del muro. Es probable que esten esperando que nuestras defensas sean pocas. No podemos permitirnos mover una gran armada por esa razón. Tenemos 26,000—30,000 en total desde que trajimos a los 4,000 a la Gran Capital Imperial. Aunque no tienen mucha experiencia en Guerra, están bien entrenados. Creo que he reunido una fuerza elite. Espero lo entiendan.]

 

[No, todos están conscientes de la situación en el norte. La inestabilidad de la situación. Pero ¿cuándo llegarán los 26,000 restantes a la Gran Capital Imperial?]

 

[Tomará cerca de un mes para ellos llegar a la capital, como Rosa.]

 

[Ya veo… ¿Y qué hay de la Familia Mark?]

El Primer Ministro Gils no podía ocultar su decepción y sacó la pregunta de la Familia Mark.

 

El hombre quien se uniría a las cinco grandes familias nobles se paró.

 

Orléans Longwill von Mark.

 

Originalmente eran mercantes, pero luego que su padre invirtiera una gran cantidad de dinero en el anterior emperador y pusiera en el trono, se convirtió en un varón del Imperio Grantz. Por ello, la historia de la Familia Mark es relativamente corta, y no es una venerable familia famosa.

 

Sin embargo, han logrado una gran hazaña por las pasadas tres generaciones y se han convertido en una de las cinco grandes familias nobles.

 

Al usar habilidades de negociaciones que heredó de su abuelo y conocimiento imperial que recibió de su padre, Orléans fue capaz de convertirse en líder de la familia a una edad joven.

 

No hay duda en su habilidad, y su habilidad es bien conocida.

 

[Debido a los efectos restantes de la rebelión, no podemos reunir a tantos como esperamos, pero muchos nobles se han ofrecido para ayudarnos.]

 

No es sorpresa. Ya que los Seis Reinos ya han penetrado en lo profundo del oeste, los nobles quienes tienen territorios en las cercanías no tienen más opción que cooperar.

 

[Aun así, el número que puede moverse es cerca de 20,000. Si todos ellos fueran a unir fuerzas, serían más de 40,000, pero decidimos que sería mejor usarlos para derrotar a la central y mantener el orden público hasta que los refuerzos lleguen.]

 

Orléans dijo y luego tomó un reporte.

 

[La seguridad está empeorando porque las personas del oeste están huyendo a la central. Bandidos han iniciado a atacar a las personas en el oeste y creo que esa es una razón. Sobre todo, el reporte dice que el invierno ha traído una escasez de comida y que monstruos van por las personas en el oeste.]

Si esta es una medida que a los Sies Reinos se les ha ocurrido, es seguro asumir que tienen bastantes estrategias militares.

 

Definitivamente están tratando de contener sus movimientos y acabar con el oeste.

 

El asesinato de la cabeza de la Familia Krone, una de las grandes familias nobles, seguido por la rebelión de Stobel, la muerte del emperador, la invasión del oeste, la marcha a Felzen, el daño a los refugiados… Y perdimos dos de nuestros cinco grandes generales, no puedo negar el potencial decline en la guerra.

 

Hay una buena posibilidad que aún estén tratando de hacer algo más. Aunque se necesita una forma de contenerlos, el Imperio Grantz continuará estando a la defensiva antes de tener una oportunidad para afianzarse. Todos son conscientes de ese hecho. La pesada atmósfera que circula en el cuarto de invitados era un claro indicativo de ello.

 

[Solo podemos esperar que Su Alteza Celia Estrella regrese del sur lo más pronto posible.]

 

Lo que el Imperio Grantz necesita ahora es tiempo. Necesitan comprar tiempo para construir la fuerza para derrotar a los Seis Reinos. Pero si lo dejan a la suerte, nunca sucederá.

 

[No podemos seguir aguardando.]

 

Hiro se paró y habló.

 

[Como dije antes, es imperativo que compremos tiempo ahora. De momento, debemos dirigirnos al oeste con solo aquellos que puedan moverse rápidamente— 20,000.]

 

[Oí la idea, pero es demasiado peligroso. Si el Tercer Príncipe Blutar está capturado y el Cuarto Príncipe Hiro es también capturado, no tendrá una buena impresión en los países aledaños… Habrá personas que se burlaran del hecho que la era del Imperio Grantz está acabada.]

 

Uno de los nobles dijo en lamento.

 

Sin embargo, ahora no es el momento de preocuparse por reuniones con otros. Si es algo, su comentario parecía ser demasiado pesimista. Hiro pensó en reprender al débil noble para proseguir, pero cambió de idea, pensando que llevaría a una innecesaria fricción.

 

[Entiendo su preocupación. Pero si seguimos sentados, el oeste seguramente caerá. Si los Seis Reinos ponen un pie en la central, será extremadamente difícil recuperar el oeste.]

 

[Tiene razón. Sin embargo, creo que no es justo que Su Alteza Hiro sea sacrificado solo para comprar más tiempo. Más importante, ¿no es más fácil recuperar el oeste si reunimos el poder del Imperio Grantz?]

 

[Cierto. Mientras la situación actual pueda mantenerse, ciertamente será fácil retomarla. Sin embargo, la situación política está cambiando a todo momento. Entre más tiempo pase, más probable es que alguien tendrá segundos pensamientos. También fue el caso durante la última rebelión. También se requiere un control al tomar un movimiento claro.]

 

[Ciertamente hay muchas personas quienes tienen doble cara, pero tales personas pueden encontrarse en cualquier país. Pero, verán, el Imperio Grantz no es tan débil o ingenuo como para ser derrotado por las intenciones de tales personas.]

 

La nación del gran león que domina el mundo ha sobrevivido por mil años.

 

Han sido varias veces cuando el país ha estado en un torbellino al punto de colapso. En la larga historia del país, ha habido más de una o dos rebeliones. Hubo veces cuando el país se separó en dos por tontas batallas entre los herederos al torno.

 

Represión, masacres, dictadores, invasiones, asesinatos, la lista sigue y sigue.

 

Sin embargo, en cada era, el poder del “rey” se mantiene.

 

Santo Dios… Ya no puedo sentir el poder del Espíritu del Rey.

 

Los espíritus siguen en el mundo y observan a las personas. Pero, Hiro no podía sentir la presencia del Espíritu del Rey, el creado del espíritu, desde que vino a este mundo.

 

Estaría bien si los sentidos de Hiro fueran torpes e inconscientes, pero si le pone ganas en pensarlo, la nación colapsaría.

 

Si es algo, la partida del Espíritu del Rey del mundo explicaría los varios problemas que han salido y las repetidas guerras que han ocurrido. Si la existencia del Espíritu del Rey realmente se fue del mundo, significa que desde ahora, las personas podrán caminar el camino de su propio pensamiento y abrir la nueva era con solo su poder.

 

Es por eso que necesito el seguro. Un seguro político que asegurará la supervivencia del Imperio Grantz.

 

Los preparativos están hechos. Todo lo que queda es ponerse en acción. Nadie puede interponerse en su camino. Hiro exhaló y sonrió sin miedo.

 

[La debilidad y negligencia no tienen nada que ver. Repetidas guerras han puesto presión en las finanzas del Imperio Grantz. Tenemos que renovar nuestra armada, pagarles a nuestros soldados, construir y reparar nuestros fuertes, y más. Esta vez, con la reunión de tropas de otras regiones, los fondos se acabarán.]

 

Las guerras requieren una gran cantidad de recursos. Habían sido muchos países que han perecido debido a la falda de fondos porque empezaron guerras sin un plan. Las guerras son libradas con fines políticos, ya sea que beneficien o no al país. Depende de las partes involucradas decidir donde la amenaza está dirigida, sin o con...

 

Para los Seis Reinos, esta es un combate digno.

 

[No entiendo qué quiere decir. ¿Quiere que le demos a los Seis Reinos el oeste? Es una contradicción en términos de lo que dijo antes, ¿no…? Darles el territorio sin luchar y proteger la existencia.]

 

[¿Por favor me escucharían hasta el final…?]

 

Hiro ni siquiera intentó esconder su enojo al ser interrumpido y miró a los nobles quienes habían hablado sin permiso.

 

Viendo a los nobles callados, Hiro reveló la incomodidad que estaba en su pecho.

[Una vez más… Debido a las repetidas guerras, los precios de los bienes están por las nubes, la economía se ha estancado, la vida se ha empobrecido, y las personas se están poniendo insatisfechas con la inestable situación. En tal situación, la ira de las personas llegaría a su pico si dejamos pasar el ultraje de lo Seis Reinos. Es decir, dejar al oeste atrás es cometer un acto estúpido y es equivalente para abandonar el apoyo de las personas.]

 

Sería inaceptable quedarse a la espera y no ayudar al oeste hasta que las fuerzas estén listas. Las personas pensaran que su país los ha abandonado. Hay una gran posibilidad que los nobles del oeste se pongan contra ellos.

 

El efecto de esto se sentirá en toda Grantz.

 

[Así que ahora es el momento para ir al oeste y luchar contra los Seis Reinos, incluso si son solo 20,000.]

 

El Imperio Grantz, el cual había sido forzado a luchar, tendría que sopesar los sacrificios que tendría que hacer frente a los beneficios que recibiría. Ya sea para concluir un tratado de paz o lanzar todo un contraataque, es necesario juzgar el valor.

 

Deberíamos lanzar un contraataque. Incluso si somos pocos en números… debemos luchar para proteger la dignidad del territorio, las personas, y la autoridad— esas tres.

 

Entre todo, la más grande preocupación es que haya disturbios. Es fácil suprimirlos con la fuerza, pero no es un acto para calmar el descontento; es un acto para añadir leña al fuego. Puede ser una solución temporal, pero no es una solución. Lo que yace adelante de la supresión es el colapso de la nación.

 

[Entiendo lo que dice, pero… ¿qué puedes hacer con solo 20,000?]

 

[Tengo un plan. Si me lo dejan, estoy seguro que puedo cumplir con sus expectativas.]

 

Hiro dijo con confianza y sin duda.

 

[¿Un plan que permitiría a solo 20,000 encargarse con una armada de 150,000? ¿Es lo que Su Alteza Hiro dice?]

 

Los ojos del noble brillaron con expectativa. No es solo una o dos personas. La mayoría de las personas reunidas en este cuarto tienen ese brillo en sus ojos. Hiro sonrió por ser capaz de llamar su interés.

 

[No solo compraré el tiempo, sino que también reduciré su fuerza.]

 

Todos respondieron con sorpresa a esas palabras. Una vez tenía el control del lugar, todo lo que tenía que hacer era hacer las cosas a su manera. Hiro reviso el reporte y colocó las piezas.

 

[Los Seis Reinos están dispersando sus fuerzas y atacando el oeste. Sería muy problemático si estuvieran juntos, pero ahora que están dispersos, podemos igualarlos en números.]

 

Si el peligro es muy grande, se retirarán, pero atacarán si creen que pueden ganar.

 

[Con el fin de ganar la guerra, es importante entender la situación del campo de batalla y sus características, también la habilidad de comandar. Si puedes derrotar los peligros previsibles de ante mano, ganar no es tan difícil.]

 

Cuando lidias con una gran armada, tienes que idear un plan, pero cuando lidias con fuerzas individuales dispersas, la diferencia en la intuición y experiencia del comandante determinará al ganador.

 

[Si podemos hacer retroceder a una o dos de las armadas enemigas, creo que tendremos una oportunidad de ganar.]

 

Antes que pudiera llegar al fondo del asunto con un exagerado gesto de manos, habló.

 

[Espero que cooperen. Este es el momento cuando necesitamos la cooperación de todos, todas las facciones.]

 

Es algo que ha deseado muchas veces. Con el fin de lidiar con esta extraordinaria situación, todos necesitan estar en la misma página para derrotar a los Seis Reinos. Si los nobles, los cuales no están preocupados por la situación porque está pasando en un lugar remoto, no despiertan, no hay futuro para el Imperio Grantz.

 

Claro, si les dicen eso, no hay nadie que pueda decir que no a un asunto de importancia nacional.

 

Sin embargo, había pocas personas que vieran a Hiro con sospecha.

 

Entre ellos, quien lo miraba con extrañeza era el Primer Ministro Gils, pero quien estaba más curioso era Orléans, el líder de la Familia Mark. Hiro sintió un poco de extrañeza de él, pero luego de darle una rápida mirada, no le prestó atención a ello y empezó a explicar sin dudarlo.

 

[El punto es, solo necesitamos comprar más tiempo. Si podemos mantenerlos en el oeste por un tiempo, ganaremos. Luego de eso, uniremos fuerzas con los refuerzos de varias regiones, desafiándolos a una batalla decisiva, y usar ese impulso para llevarlos de vuelta a Felzen.]

 

Luego de recuperar el oeste, presionarían para establecer su control otra vez. Una vez hubieran derrotado a los Seis Reinos, los cuales habían atacado con una gran armada, los países aledaños, los cuales habían estado movidos, no tendrían más que quedarse al margen.

 

Hiro miró los rostros de los nobles.

 

[Lo primero que quiero que hagan es acceder para el ataque a los Seis Reinos con el mínimo número de tropas.]

 

Él añadió. [Por favor, levanten sus manos.] Uno a uno, los nobles levantaron sus brazos.

 

[Fumu… Veo que nadie se opone.]

 

El Primer Ministro dijo en una voz sin emociones.

 

[Es una maravilla. La dedicación de Su Alteza Hiro será recordada por las generaciones vinientes. Nosotros la Familia Mark y la nobleza central le dará todo nuestro apoyo.]

 

Fue Orléans quien dijo su alabo. Estaba asintiendo con su cabeza.

Un extraño sentimiento de inconformidad se agitó en la mente de Hiro al verlo, pero no sentía la necesidad de dedicar su preciado tiempo a una intuición sin base y de inmediato lo hizo a un lado.

 

Si está metido en algo, solo puedo aplastarlo cuando lo intente.

 

Por el momento, serán capaces de proceder de acuerdo a las intenciones de Hiro. Por ahora debería estar feliz con ello.

 

[Bien… empecemos la reunión de estrategia para derrotar a los Seis Reinos.]

 

Hiro sonrió y empezó a colocar las piezas en el mapa.

 

Un gran número de soldados empezaron a acercarse a la frontera este de la Región Felzen. Se cuentan en 50,000— una gran armada que puede hacer temblar el suelo.

 

Su armadura brillaba a la luz del sol, y las puntas de sus lanzas brillaban como si mostraran sus proezas. La calmada marcha de los hombres y caballos era lo suficientemente poderosa para hacer que cualquiera que la viera se maravillara.

 

Los abanderados estaban pasando por las brechas entre los soldados, levantando una nube de polvo.

 

La bandera desplegaba un emblema de una serpiente en un fondo negro y rojo.

 

Es la bandera de Anguis, uno de los países de los Seis Reinos.

 

Era una familia real que una vez produjo reyes unificados, y la actual reina se esperaba sea la siguiente reina unificada. Sin embargo, un incidente llevó sus días de gloria a un fin, y ahora camina en las sombras como la más lejana al trono.

 

Actualmente se estaba sentando en un carruaje pasando cerca del centro de la marcha, su cuerpo se agitaba.

 

[Lucia-sama, esperamos que se reúna con los hermanos Urpeth en unos cuatro días.]

 

[Fumu, ya veo… Se tomó su tiempo llegar aquí.]

 

Lucia asintió medio absorta en respuesta a su ayudante, Seleucus.

 

Hay una gran caja en sus manos. La abrazó con cuidado como si fuera un objeto frágil. Seleucus, quien estaba al pendiente del objeto extraño, inclinó su cabeza.

 

[¿Qué es eso?]

 

[Es un regalo. Recibí raros ingredientes en Felzen. Los hermanos Urpeth estarán a gusto de recibirlos.]

 

[Está en las nubes, ¿verdad?]

 

Cuando Seleucus le dijo algo a la reina, la sonrisa de Lucia se profundizó, pero no lo culpaba.

 

[En Felzen, no encontré a ningún buen general para mejorar mi reputación, pero en el oeste, ¿encontraré una habilidoso?]

 

Los ojos de Lucia brillaban con deseo mientras lamía sus labios, pero Seleucus ni siquiera dijo pio al lascivo gesto. Lucia frunció el ceñó como si su dignidad como mujer hubiera sido dañada por eso.

 

[Fumu… ¿Soy realmente incapaz de hacer funcionar mi atractivo sexual?]

 

También es un rumor en la capital real de Anguis. Parece que las nobles han tratado de seducirlo en el banquete, pero ninguna llegó a meterlo en su cuarto. Una noble fugitiva una vez entró a su cuarto, pero no solo la echó, sino que luego les dio la queja a sus padres, lo cual hizo a la noble un hazmerreír y encontrar la muerte. Hoy en día, se dice que es homosexual, y solo extraños rumores se pegan alrededor de Seleucus. Se debe a que es capaz de estar al lado de Lucia…

 

[Está diciendo pavadas. Si fuera a hacer un movimiento en su atrasada Majestad la Reina Lucia, me dejaría seco, ¿verdad?]

 

[Soy de una familia de serpientes, no… Bueno, bromas de lado, supongo que no soy una mujer muy atractiva. Nadie viene a mí.]

 

[Estoy seguro que ha tenido unas cuantas propuestas, pero todas fallaron, ¿no? ¿No destruyó una de esas casas hace algún tiempo?]

 

[Eso fue porque me tocó a la ligera en el hombro. No soy una puta, ¿sabes?]

 

Lucia infló sus mejillas como una niña, su boca hace pucheros.

 

Seleucus suspiró en lamento.

 

[Eso es. Esa es la razón por la que nadie viene a usted. No pueden permitirse tener sus casas destruidas solo por un leve toque. Creo que la única forma de salir de esto es conseguir un ejemplar de otra familia real, ¿no cree?]

 

[Basta de hablar de eso. ¿Por qué debería ser reprendida por ti?]

 

Lucia fijo su mirada en el exterior de la ventana, aburrida.

 

Seleucus rascó su mejilla en exasperación y sonrió otra vez, como siempre lo hace.

 

[Así que cuando dijiste antes que querías un general que mejorara tu reputación…]

 

[Hm, ¿hay alguno?]

 

[Solo hay uno… Parece que uno de los cinco grandes generals ya ha sido derrotado, pero el otro famoso en el oeste es Aura, la “Doncella de la Guerra”.]

 

[Oh, sí. He oído su nombre antes también. Se dice que es un general bastante reconocido.]

Con un guiño de su ojo, Lucia le lanzó una mirada a Seleucus.

 

[Bueno, fue desterrada del oeste y ahora está trabajando en la central, así que es improbable que seamos capaces de conocerla pronto— y por desgracia, no hay nadie que pueda satisfacerla, Su Majestad Reina Lucia.]

 

Luego de subir sus expectativas, él la desinfló sin más. Es descortés tratar a la reina así, pero él puede ser perdonado. Si hubiera sido lo suficientemente incompetente, Lucia habría cortado su cabeza ya.

 

[En serio… no le tienes miedo a nada, ¿verdad?]

 

Es una desgracia, pero no hay asistente más capaz en Anguis que él. Así que no le importa si habla casualmente. Es molesto, pero Lucia no tenía quejas ya que era competente.

 

[Aburrido… ¿No puedo luchar con uno fuerte? ¿No solo debería atacar la Central de una vez en lugar de lidiar con el oeste?]

 

Lucia, quien expresó su decepción sin emitir ira, también puede decirse tiene un gran abanico de habilidades. No importa lo capaces que sean, hay reyes por todo el mundo que cortarían a un vasallo irrespetuoso. No hay duda que hay un lazo de maestro y vasallo entre los dos.

 

[A diferente de Su Majestad la Reina Lucia, no me gusta encontrar a personas fuertes…]

 

[¿Te da miedo?]

 

Lucia sonrió en burla, pero Seleucus no lo negó y asintió francamente.

 

[Es difícil imaginar que el Imperio Grantz atacará de vuelta pronto. No hay fuerzas en los países aledaños que puedan respondernos. Si los presionamos, los países aledaños pueden irse contra nosotros, y eso empeoraría la situación.]

 

En términos de estabilidad nacional, no hay nada más inestable que los Seis Reinos. Era una coalición de seis naciones, así que la estabilidad no era algo que podría esperarse.

Aunque técnicamente son aliados de mucho tiempo y se toman las manos, aún tienen tomada una espada en la otra mana. Están en una situación donde puede apuñalar al otro en cualquier momento. Con el fin de prevenir que esto pase, hay un rey unificado, pero en los años recientes, su poder ha estado mermándose.

 

[No hay necesidad de preocuparse; el Imperio Grantz ha expandido mucho su territorio.]

 

Esta es la razón por la que el poder de guerra está dispersado, incluso si quieren unificarlo, hay una barrera de cinco facciones de nobles.

 

[No es fácil juntarnos. E incluso si lo hiciéramos, no seríamos capaces de trabajar juntos, ¿no?]

 

[Es lo mismo para nosotros.]

 

Luego de interrumpir sus palabras, Seleucus aflojó su corbata y abrió su boca otra vez.

 

[Nosotros, la armada conquistadora, estamos hechos de armadas de cuatro países. Tenemos diferentes tácticas y armadas de cada país. Nuestras habilidades son diferentes, y así es nuestro entrenamiento. No hay forma que podamos coordinarnos entre nosotros.]

 

[Es por eso que a las fuerzas conquistadoras se les ha dado diferentes papeles en la invasión. Incluso si mi amada armada de Anguis fuera a unirse a ellas, solo serían la unidad uno o dos, y no les darían un papel importante.]

 

Si unen fuerzas, sería una gran armada de doscientos mil. No hay forma que puedan hacerlos para atrás con pocos números. Justo como las olas que entran que no pueden detenerse, cualquier nación puede ser acabada por los números.

 

[Pero solo si el enemigo es malo, claro.]

 

Incluso si está podrido, el oponente es el Imperio Grantz. Debido a su vasto territorio, tienen una abundancia de recursos humanos.

 

La parte oeste de Grantz no fue bendecida con recursos humanos, tenía el dinero y la tierra fértil. Como algodón y sésamo especial, domina el mercado, y si podía ser obtenido, las finanzas de la nación enriquecerían más. Sin embargo, no es el objetivo de Lucia.

 

Le gustaría adquirirlo si pudiera, pero los otros países no quedaran allí parados. No quiere iniciar una guerra política. Si es algo, esa mujer está segura de llevarse todas las buenas.

 

[Mi propósito es diferente. Mientras el resto del mundo está viendo cómo lidiar con el oeste, yo tendré que quitarme esta humillación.]

 

[Sin embargo, no será un asunto simple desde ahora. El rumoreado descendiente del Dios de la Guerra tiene que emerger. Aunque es improbable que aparezca bajo esas circunstancias.]

 

[¿Crees que el Imperio Grantz abandonará al Oeste?]

 

[Sí, es difícil reunir tropas en un corto período. Pero eso no significa que no puedan interceptarnos con un pequeño número. No les sentará nada bien si solo vienen a aparecer luciendo como idiotas. No creo que saquen al descendiente del rey héroe bajo tales circunstancias.]

 

Luego de una corta pausa, Seleucus asintió como si hubiera recordado algo.

 

[Olvide lo del Gran Ducado de Dral. Como recuerdo, el descendiente del Dios de la Guerra atacó con pequeños números. He leído algunos fragmentos de ellos en los reportes de nuestro espía.]

 

[Lo leí. Fue impresionante, debo decirlo. No, puede decirse que la derrota resultó por dejarse llevar por su título… Bueno, antes que eso, el Gran Ducado de Dral no tenía hombres con cojones para encargarse del descendiente del Dios de la Guerra.]

 

Fue un país estúpido que escogió rendirse sin pelear, a pesar de la brumadora diferente en fuerza.

 

Lucia sonrió profundamente mientras desplegaba su abanico de hierro, preguntándose si sería una buena idea atacar y destruir al Gran Ducado de Dral una vez obtuviera el oeste.

[No quiero pasar por la molestia de tocarle los cuernos al descendiente del Dios de la Guerra. Si es posible, me gustaría que fuera al Oeste. De esa forma, el gran premio en esta guerra será para mí.]

 

[Viendo su registro de guerra hasta ahora, parece que es un hombre bastante hostil, así que déjeme cambiarlo a que hay una gran posibilidad de que aparecerá. Esperemos sea bastante bueno para entretener a Su Majestad la Reina Lucia.]

 

[En efecto. Si no viene, sería interesante irse con todo contra la Central. Incluso sería mejor si pudiéramos destruir al Imperio Grantz de una sola vez.]

 

[Espero que salgan las cosas. En cuanto a mí, me temo que nos confrontaremos con el hecho que un león sigue siendo un león.]

 

Luego de cerrar su abanico de hierro, Lucia declaró con una actitud que podía clasificarse como arrogante.

 

Enero 12, año 1024 del Calendario Imperial.

 

Era invierno, y el sol saliente no hizo más que mitigar el frío y seco viento. Aunque, ese fue el único día que las personas no estuvieron confinadas en sus hogares, sino afuera en el calor del día.

 

Las calles centrales del Imperio Grantz estaban llenas con las ovaciones de las personas.

 

Bajo un cielo de blanco y azul mezclado, confeti hecho de papel volaba por el aire. El aire se agitaba con los incesantes aplausos y resonantes ovaciones.

 

Las multitudes ocupaban ambos lados del camino, y marchando en el centro estaba un grupo de fuertes hombres.

 

Hiro, un descendiente del “Dios de la Guerra,” estaba liderando el camino, cabalgando su dragón veloz. Saludó a la multitud con una fresca sonrisa en su rostro.

 

[¡Gloria al Gran Imperio Grantz!]

[¡Que los Doce Grandes Dioses de Grantz lo bendigan!]

 

Las personas le daban sus adioses al Cuarto Príncipe. Se combinaban con la elegante música tocada por los músicos para formar un coro. Esta heroica marcha inspire los corazones de las personas, incluyendo a los soldados.

 

El viento soplaba. Era una gentil briza que parecía otorgarle bendiciones a los soldados quienes iban a entrar en batalla. La bandera que se movía elegantemente por el cielo era el emblema de un dragón negro— la “bandera divina” que solo el Dios de la Guerra podía alzar.

 

Suspiro de admiración salían de las bocas de las personas. Los ojos de aquellos que miraban a la elegante bandera ondeando estaban llenos de puro respeto.

 

No había tal cosa como clase alta o clase baja.

 

El Rey Héroe Oscuro Gemelo quien construyó la base del Imperio Grantz.

 

Soldados de todos rangos estaban saludando a Hiro con la más grande admiración.

 

El número de soldados siguiendo a Hiro era de 20,000— conformado de las armadas privadas de la nobleza central.

 

Los soldados mencionaron antes que pertenecían a la nobleza este y no estarían acompañando a Hiro en su misión. La razón de eso fue que Hiro insistió en usar solo a la nobleza central con el fin de enfatizar la cooperación.

 

Hiro alejó su mirada de las personas y miró al parapeto construido sobre la puerta principal.

 

Te pido que te encargues del resto…

 

La persona quien se había opuesto al argumento de Hiro hasta el final se reflejó en sus ojos.

 

Es Rosa.

Ella ondeó un poco su mano y sonrió. Es una actitud inusualmente melancólica para alguien quien siempre ha actuado valientemente.

 

Hiro frunció sus ojos y formó una sonrisa cariñosa, pero no le sonrió.

 

Sabe por qué. Incluso anoche pelearon, lo cual es una rara ocurrencia. Al final de la noche, no hubo forma de convencerla.

 

Cuando todo se acabe… volveré.

 

Hiro se sintió con los pelos de punta, pero por ahora, trató de mirar al frente y falló. La razón es que miró una curiosa escena en un lugar de su vista.

 

[Esa chica es…]

 

No podía evitar gritar.

 

Vio a una chica en la multitud con sus manos arriba y su voz vocifero.

 

Lo recuerda bien. Es un evento que no podía olvidarse.

 

La primera vez que hizo su regreso triunfante a la Gran Capital Imperial, se había presentado ante Hiro con una flor roja.

 

Hoy, la flor está en su mano otra vez. Sin embargo, no había señales de ella acercándose.

 

Pensó egoístamente que pudo haberse desanimado por la ruidosa multitud, pero entonces se dio cuenta que la atmósfera que tenía era diferente de esa vez. Estaba viendo a Hiro con tristeza— o quizás resentimiento.

 

Hiro sentía que todo su cuerpo ardía por la vista de la efusión de emociones que no era propio de un niño. Pero antes que pudiera hablarle, la chica desapareció entre la oscuridad que se impregnaba en el camino.

[¿Estoy tomando la decisión equivocada…?]

 

Como si le hablara a alguien, Hiro vio al cielo y murmuró para mí. pero no había nadie para responderle. Incluso él mismo no podía encontrar una respuesta clara.

 

Mientras Hiro sonreía para sí, el dragón veloz atravesó la puerta principal. Una fuerte ovación salía detrás de él. Con un calmado espíritu de lucha, Hiro sacó al “Emperador Celestial” de su cintura.

 

[Gloria al Gran Imperio Grantz, y que bendito sea nuestro camino.]

 

El brillante resplandor del “Emperador Celestial” brillaba sobre el suelo, y las flores y césped danzaban con dicha.

 

Hasta que nos reunamos otra vez… por favor, ponte a salvo.

 

Luego de decir su adiós a la chica que tenía en su mente, Hiro miró al frente.

 

No hay nada que lo detenga de empezar a moverse. Su corazón está ardiendo, y va tras el campo de batalla. Su hambriento corazón añora la guerra, donde su carne y sangre hervirán y danzarán.

 

[Es honor ser capaz de luchar junto con el descendiente del Dios de la Guerra.]

 

En respuesta a la voz que venía a su costado, se giró a ver a Orléans, el líder de la Familia Mark, usando armadura plateada y montando un caballo. La forma en que tomaba las riendas sin doblar su espalda era una vista digna de verse.

 

[Daré todo para asistirle para que no se retrase.]

 

[No hay necesidad de ponerse demasiado nervioso. Solo es para ganar tiempo.]

 

Hiro le dio a Orléans una fría mirada como si estuviera viendo a una persona problemática.

[Su Alteza Hiro debe tener un plan, ¿verdad? Ya se ha pasado el rumor entre los nobles que creará una nueva leyenda que rivalizará con la de su ancestro.]

 

Su boca se movió como si se hubiera soltado, y Hiro no estaba veliz con su descortés forma de hablar.

 

No podía saber lo serio que es con esto… por su fría actitud.

 

Es encantador si está adulando a Hiro por fama y logros… pero no hay forma que un hombre así pueda llegar al nivel de las cinco grandes familias. Claro, debe estar planeando algo.

 

[Incluso si hay un plan innovador para derrotar a 150,000 con 20,000, las posibilidades de fallar son grandes. ¿Cómo puede dejarse llevar con una batalla tan imprudente?]

 

Hiro hizo un pequeño sondeo. Es más una revisión y balance…

 

[Es una lucha de vida o muerte. Si no tenemos cuidado, estaremos acabados.]

 

[Pero si ganamos, nuestros nombres estarán grabados en los anales de la historia. La nobleza central, quienes están insatisfechos conmigo por ser un recién llegado, se unirán a mi comando con gusto.]

 

[¿Ese es su objetivo, usar esta guerra para establecer su posición…?]

 

Pudo haberlo dicho en serio, pero Hiro no pensó que revelaría todos sus pensamientos más internos. Sigue escondiendo algo. ¿Cómo Hiro puede extraer sus verdaderos sentimientos que han estado refundidos en lo profundo de su oscuro corazón?

 

[Claro. Si no hay proeza y solo perdida, nadie me seguirá. Todos van a la guerra debido a la posibilidad de grandes logros.]

 

[A algunos de esos soldados les importa su país. No son solo personas como tú.]

 

[Sí, hay, pero la mayoría solo quieren hacerse de un nombre.]

Hiro escuchó las palabras de Orléans y obtuvo una incómoda respuesta. Se dio cuenta que era fundamentalmente incompatible con este hombre y que había una diferencia definitiva entre ellos.

 

Este hombre no necesita un país. Es solo un socio para que él pueda hacer dinero.

 

Es un mercante de corazón. Me sentiría en paz si la situación fuera estable…

 

[¿Eres uno de esos?]

 

Orléans le preguntó a Hiro.

 

[Diría un 40%.]

 

Hiro no es un santo, así que no anda de amigo con cualquiera. Además, tiene más que tiene un poco de sus sentimientos personales mezclados. Sin embargo, él no está descuidando a su país como Orléans.

 

[¿Y cuál es la opinión que tiene de esta guerra, Su Alteza Hiro?]

 

[Cierto. Lo descubrirás en el campo de batalla.]

 

Hiro sonrió fríamente mientras lo dejaba. En contraste, Orléans también sonrió, pero sus ojos no estaban sonriendo.

 

[Ya veo… aún no me he ganado la confianza de Su Alteza, ¿verdad?]

 

[Depende en el futuro de esta batalla.]

 

Hiro respondió sin más y cruzó miradas con Orléans. Hubo una fría risa mientras miraban el interior del otro.

 

[Creo que es mejor dejarlo así…]

Cuando vieron a la voz que los interrumpió, Driks estaba corriendo a ellos con una expresión de asombro. Él es un espía enviado por el Primer Ministro Gils, y ya no tiene intenciones de esconderlo. ¿O es mejor pensar que los otros espías están usándolo como cebo?

 

Como sea…

 

[Apreciaría si no lo cuestionaran frente a los soldados otra vez. Si se extiende la noticia que el comandante y el primer oficial no se llevan bien, puede afectar a la moral en el futuro.]

 

Es algo justo, pero… no esperaban que él se los advirtiera.

 

[Siento escuchar eso. Tendré cuidado en el futuro.]

 

Orléans tocó su nuca y dio sus disculpas de una forma educada. Hiro haló a su dragón veloz lejos de Driks.

 

[No hay nada de malo en eso. Está bien…]

 

Lo murmuró cuando se encontraron, Driks levantó una ceja como si no lo entendiera.

 

[Más importantes, ¿cómo están los caminos? ¿Podemos usarlos para la marcha?]

 

[Debido al flujo de refugiados, la armada no está en posición de usarlos.]

 

[No es posible, ¿huh…?]

 

Pero se esperaba. Es porque hay una forma de aprovecharse de la debilidad del oponente al usar un viejo camino más que el más usado.

 

[Continuaremos hacia el oeste desviándonos de camino. Antes de eso, ¿puedes enviar a algunos exploradores a revisar la posición de la armada enemiga?]

 

En términos de relevancia, el enemigo probablemente es más fuerte que ellos. Deben ser capaces de ver donde las brechas están siendo creadas. La armada de Hiro aún está en la retaguardia. Lo primer que necesitan hacer es ponerse atrás del oponente evitando la carretera, y necesitan ponerse en una mejor posición para atraparlos.

 

[Entiendo.]

 

Luego de oír la orden de Hiro, Driks saludó montado sobre su caballo y se fue. Sus ojos obsidianas se alejaron de él, y Hiro levantó su mirada. Viendo al cielo azul, libero una sonrisa.

 

Estoy listo. Puedo ver el camino a la victoria. Lo que queda es ver cómo mi oponente reaccionará.

 

Debe pelear. Actuar con cautela para que el oponente no lo entienda.

 

 [Entonces, Su Alteza, Hiro, me le adelantaré con la unidad de avanzada.]

 

[Por favor.]

 

Cuando Hiro respondió, Orléans se dio la vuelta y se fue con sus guardias. Todo lo que quedo fue un resto de su séquito, quienes se habían quedado con el propósito de vigilar a Hiro.

 

[Fufu… Hahaha.]

 

La situación de tener enemigos desde afuera y dentro es tan divertido que le entran ganas de reír.

 

Ahora, si mi predicción es correcta…

 

Los Seis Reinos tampoco se retirarán sin pelear o retirar luego de dos o tres batallas. Es probable que atraigan a lo más que puedan para asegurarse que no pueda escapar.

 

Te usaré… como un trampolín por el bien de mis objetivos.

Para hacer realidad el plan del siglo otra vez, Hiro apretó su agarre en las riendas como si mostrara su determinación.

 

Enero 14, año 1024 del Calendario Imperial.

 

El Imperio Grantz— Territorio Beirut en el noroeste de la región este.

 

La armada conquistadora de los Seis Reinos— la armada principal— aún no se había movido.

 

Había pocos soldados aquí y algunos estaban bebiendo a la luz del día. Habían colocado escritorios afuera en el frío y estaban absortos en las apuestas.

 

Era difícil estar alerta cuando las personas alrededor habían mostrado su intención de rendirse y no se había recibido ninguna orden. Además, los gritos de las mujeres podían escucharse por todas partes, como si fueran botín de guerra de las villas y torres rebeldes— regalos de la nobleza oeste quienes se habían mostrado gustosos de rendirse.

 

El campamento principal de los Seis Reinos es un remolino de varios deseos, pero hay un lugar donde la atmósfera es diferente.

 

Fue el comando central donde los oficiales de los Seis Reinos estaban reunidos. Claro, no hay nadie que esté ebrio. Lo que se impregna en el aire es una estricta atmósfera. Hay una rigidez en el aire que puede penetrar tu piel.

 

[Escoger rendirse sin dar pelea… Lord Kyrthia, un noble del oeste, es una vergüenza, ¿no?]

 

El comandante interino, Luca Mamon de Urpeth, habló con un tono de burla en su voz. Frente a ella, cerca de una docena de nobles del oeste con sus cabezas abajo y postrados.

 

[¿Qué se siente pasar de ser un absoluto ganado a un perdedor?]

 

El Imperio Grantz solía presumir su gran poder, y su abrumador poder se extendía a los países aledaños.

 

Sin embargo, eso era cosa del pasado, y los nobles del oeste del Imperio Grantz, los cuales habían sido victoriosos en una serie de batallas, inclinaban sus cabezas en conjunto. Esto presagia el fin de una era.

 

[Pero no solo podemos aceptar su rendición. Considerando lo que nos han hecho, tendrá que pagar un castigo justo— un sacrificio razonable.]

 

La espalda de los nobles del oeste temblaba mientras sentían el claro intento asesino en esas crueles palabras.

 

[Si es comida, les ayudaremos. Hemos dicho que aceptaremos todas sus demandas…]

 

[No es suficiente. Hay muchas personas que han muerto en esta batalla. Se suponía que eventualmente se convirtieran en ciudadanos de los Seis Reinos y dar su devoción el rey unificado. Sin embargo, inesperadamente murieron, y sus parientes tienen una gran ira contra los Seis Reinos.]

 

Mientras Lucia suspiraba en arrepentimiento, Lord Kyrthia abrió su boca. Luca estaba feliz de ver esa reacción y retorció sus palabras como si estuviera jugando con él.

 

[Quiero acabar con la rebelión de raíz lo más pronto posible cuando pienso en lo que pasará cuando nos anexemos. Quiero calmar la ira de las personas lo más posible.]

 

[¿Qué quiere que haga?]

 

[Entrega a una de tus hijas, hijos o parientes de sangre al pueblo. Entonces observarlos ser torturados y asesinados. Entonces el Rey Hada, nuestro Rey, perdonarán tus viles pensamientos.]

 

[¡N-Ni del carajo haría eso!]

 

Luca le dio a Lord Kyrthia una gélida mirada mientras se paraba molesta.

 

[Cree que puede salir ileso a expensas de otros, ¿Lord Kyrthia?]

 

[¡Es por eso que me rendí! ¿Y quieres que mate a la sangre de mi sangre?]

 

[Muy bien.]

 

Luca miró a sus subordinados. Un soldado quien sintió sus intenciones suprimió el grito de Lord Kyrthia.

 

[¡Suéltame! ¿Vas a lastimar a esos que se han rendido?]

 

[¡Calla y muere!]

 

Eagle pasó su espada en el cuello de Lord Kyrthia con gran fuerza, viéndose molesto.

 

Sangre se salpicó violentamente, al instante creando una piscina de sangre. Unos cuantos nobles del oeste tragaron saliva como si estuvieran asqueados por el rápido olor de acero oxidado llenando el lugar.

 

Los comandantes de lo Seis Reinos parados por el muro también tenían serias expresiones en sus rostros, pero no hicieron nada y observaron la situación en silencio.

 

Mientras, Eagle se paró en la cabeza de Lord Kyrthia, quien estaba yaciendo en el suelo.

 

[Hermana… es suficiente. Estas perdiendo tu tiempo, ¿sabes?]

 

Luca suspiró mientras agitaba su cabeza con cansancio.

 

[Si Lord Kyrthia tuviera una hija, sería un conforte para los soldados; si tuviera un hijo, sería torturado y decapitado. En cuanto a su esposa y otros parientes, los dejaremos con su gente. Atenlo desnudo y tírenlo a las calles… Si de verdad gobernaba con su gente en mente, ellos se ocuparán de él.]

 

[¿Qué si no?]

 

[En ausencia del señor, la ciudad será quemada y saqueada por la injusticia hecha con su gente.]

 

Frente a Luca, quien despreocupado estaba expresando crueles pensamientos, los restantes nobles del oeste tenían el arrepentimiento en sus rostros. Algunos de ellos incluso se desmayaron por la extrema tensión causada por la combinación de frío e ira.

 

[Bueno, ¿qué hay del resto? Por mi parte, me gustaría que asintieran con su cabeza honestamente… ¿Por qué están confundidos? El sacrificio de una persona protegerá su actual posición, ¿cierto?]

 

No hay forma que puedan decir que no a eso. A pesar de que no estaban convencidos, todos tenía que mostrar su aprobación.

 

Las personas son criaturas que luchan hasta el amargo final cuando están arrinconadas. Sin embargo, si tienen una forma de salir, no escogerán morir. Sin embargo, el hecho que una persona fuera sacrificada como un ejemplo tenía un efecto psicológico en ellos.

 

Cuando su habilidad de pensamiento estaba estancada, no tenía más opción que tomar el cebo.

 

[Y así termino el entretenimiento. El comandante volverá pronto. Si la ofenden, les cortará la cabeza de inmediato, así que cuidado con su actitud. A diferencia de mí, ella no es gentil.]

 

Luca hizo una mueca final como si estuviera alejando a un perro. Quería decir que ellos no tenían ninguno uso y que los dejaría, pero por sorpresa fue su hermano Eagle quien la detuvo.

 

Él dio un paso al frente y miró a los nobles del oeste con desprecio en sus ojos.

 

[¿No tiene orgullo como nobles? Incluso si su gente es torturada, incluso si sus amigos mueren, incluso si familia es asesinada, ¿ni siquiera se molestan en ensuciar sus limpias manos?]

 

Las palabras fueron duras. Fue duro, tan duro que destrozó su autoestima.

 

Sin embargo, los nobles del oeste inclinaron sus cabezas sin decir nada. Unos cuantos aún estaban mordiéndose los labios en frustración y sangrando.

 

En respuesta, Eagle añadió una provocación más con una sonrisa en su rostro.

 

[Me gustaría saber si quieren mantener si actual posición incluso luego de ser ridiculizados así. Desde ahora, no importa cuán orgullosos sean o cuánto honren a los países aledaños, son perdedores, ¿sí?]

 

Él pisoteaba las cabezas de los nobles del oeste y algunas veces los pateaba duro en las mejillas, todo mientras se carcajeaba.

 

[No olviden que hay una cadena alrededor de sus cuellos. Desde hoy en adelante, son esclavos de los Seis Reinos. No esperen ser tratados como seres humanos.]

 

[Es suficiente.]

 

Luca le gruñó a su hermano.

 

[Pero… hermana, esas personas…]

 

[Atrás, ahora.]

 

Ella lo hizo retroceder con una seria mirada, y ella se paró y miró a los nobles del oeste desde arriba.

 

[Esos de ustedes que han perdido su orgullo, esos de ustedes cuyos colmillos se han caído, esos de ustedes que se han convertido en gatos y no leones, sus pecados son serios, pero si se pasan con los Seis Reinos, pueden hacerse llamar gatos. Denle gracias al generoso Rey Hada.]

 

Puede estar tratando de usar el dulce o truco, pero no está saliendo bien porque estos hermanos son malos de corazón. Sus verdaderas intenciones están ocultas en cada palabra que dicen. Los otros miembros de su séquito están viendo a los dos con sutiles expresiones.

 

En ese momento…

 

[Hahaha, estos ingratos hermanos son tan divertidos como siempre.]

 

El sonido de pisadas con una fuerte risa venía del exterior. Todos en el cuarto giraron sus miradas a la entrada del centro de comando a la vez.

 

Una hermosa mujer parándose allí con una aureola en su espalda por la luz solar entrando del exterior. Todos se sorprendieron por su inusual atuendo, el cual podía describirse como bizarro.

 

Ellos le lanzaron descorteses miradas, pero ella sonrió más feliz que enojada.

 

[Soy Lucia Levia de Anguis.]

 

Ella es una mujer que le gusta sobresalir sobre lo ordinario. Le gusta actuar excéntrica, usar ropas ostentosas, y no comportarse. Pero aun así, su digno porte, propio de una reina, fascina a todo aquel que la ve.

 

[¿Qué ocurre? ¿Mi belleza los ha cegado?]

 

Se hizo reina a una edad temprana debido a la temprana muerte de su padre, pero quizás fue porque era una complacedora de personas que recibía la lealtad de sus súbditos, era popular con los soldados y era reverenciada por las personas de Anguis debido a sus habilidades militares sin precedentes.

 

[Me disculpo. Fue tan repentino…]

 

En respuesta a Lucia, Luca sonrió y se puso de rodillas.

 

Cuando Eagle y el cuarto se arrodillaron a la vez, los nobles del oeste también giraron sus cuerpos e inclinaron sus cabezas. Lucia miraba alrededor y empezó a caminar dentro de la tienda.

 

[Um, no necesitan ser tan rígidos.]

 

Se sentó en el asiento de honor y les lanzó una caja a los brazos de Luca.

 

[Un presente para ti.]

 

Luca fue quien lo cuestionó.

 

[Su Majestad la Reina Lucia, con el debido respeto… no es para nosotros, ¿o sí?]

 

El comentario de Luca sonaba desvergonzado, pero también era un comentario natural en estas circunstancias.

 

Algo extraño, la caja fue arrojada a los nobles del oeste. No había fin en la cantidad de preguntas de por qué había regalos para los nobles del oeste quienes habían escogido rendirse más que lograr algo, pero Lucia sonrió felizmente, como si no tuviera intención de responder.

 

[Lo descubrirás cuando lo abras. En cuanto a mí, me gustaría que los nobles del oeste lo abrieran.]

 

Lucia ondeó la punta de su abanico de hierro hacia Seleucus, su ayudante a su costado, y le dio instrucciones.

 

[Ahora, que lo abra.]

 

Ella señaló al noble del oeste que estaba observando a Lucia y los otros con una mirada de sospecha en su rostro.

 

[Ha, ya voy.]

 

Seleucus les pidió a los guardias poner la caja frente al noble.

 

[¿Q-Qué quieren que haga con esto?]

 

Lucia sonrió fríamente al noble del oeste quien le lanzó una temerosa mirada.

 

[Ábrelo.]

 

Hubo un sonido de gorgoteo. Podían oír la garganta del noble del oeste tan claramente que una extraña atmósfera prevaleció en el centro de comando.

 

[¿Qué estás haciendo? ¿Por qué no lo abres?]

 

Quizás dándose cuenta que había una pizca de ira en sus palabras, el noble del oeste de prisa puso su mano en la caja. Levantó sus brazos, temblando del miedo, y abrió la caja con dudas.

 

[¿Oh? ¿Eh? ¿Huh?]

 

Un sinfín de preguntas emergían de los nobles del oeste. Sus ojos iban por todos lados como si no pudiera entender, y veía alrededor como si le estuviera pidiendo a alguien una respuesta.

 

Lucia empezó a reír, sosteniendo su estómago a la vista de la ridícula situación.

 

[¡Hahahaha! ¡Bien! ¡Qué bien! ¡Vaya cara!]

 

Lágrimas frotaban de sus rasgados ojos mientras repetidamente azotaba su abanico de hierro contra el descansa brazos.

 

Luca, quizás asombrado por esa reacción, revisó el contenido de la caja…

 

[Fufufuf, ya veo… Así que eso es; que mal gusto.]

 

Ella suspiró en exasperación y agitó sus hombros como si tratara de contener su risa.

[Es una pieza de arte, ¿no? Vamos, Eagle, puedes mostrárselo al resto.]

 

[¿Qué? ¿Por qué yo tengo que…?]

 

[Lo sabrás cuando lo veas.]

 

Eagle se acercó a la caja, chasqueando su lengua. Bajo la mirada y vio una asombrante escena, y su boca se levantó de la misma forma que la retorcida mujer.

 

[¡Hah, esto es ridículo!]

 

Cuando Eagle pateó la caja, el contenido rodó por el suelo. Los ojos de todos se abrieron.

 

Algunos sostuvieron sus bocas y apartaron sus rostros, mientras otros vomitaron en el lugar, sin vergüenza o remordimiento. Otros gritaron en lamentación y derramaban lágrimas.

 

[Ohh… ¡Su Alteza Blutar! ¡Su Alteza Blutar!]

 

Un noble del oeste gritó y se arrastró en el suelo en un desdichado estado como si no tuviera fuerza en sus piernas y pies.

 

Una cabeza con una expresión retorcida estaba yaciendo en el suelo frente a su mirada. Era la cabeza del Tercer Príncipe Blutar.

 

[Oh, oh… P-Por qué terminó así…]

 

El noble del oeste abrazó la cabeza del Tercer Príncipe Blutar y miró con ira al grupo de los Seis Reinos. Los otros estaban estupefactos, con sus bocas medio abiertas mientras se veían entre sí, pero nadie decía nada.

 

[Fue una orden de la madre patria. Esos relacionados con la Familia Grantz tienen que ser asesinados sin piedad, incluyendo mujeres y niños. Lo mismo le hicieron a los Seis Reinos, así que supongo que es el karma, ¿no?]

Lucia, quien tenía su brazo descansando en el descansa brazos, se puso seria como satisfecha con su actuación.

 

[No te preocupes. Pronto seguirás el camino del Tercer Príncipe Blutar.]

 

Cuando Lucia chasqueó sus dedos, soldados armados entraron corriendo desde la entrada.

 

[¡M-Malditos! ¡Esto no es lo que prometieron!]

 

Una serie de gritos venía desde atrás del sombrío noble.

 

[¡Cobardes! Le hacen esto a un oponente desarmado— ¡¿Guh?!]

 

Un haca bajó sin misericordia, y entonces su cerebro explotó. Algunos de ellos trataron desesperadamente de resistir el ataque, pero sin una pesada, eran inútiles.

 

No— solo sufrirían más si usaban espadas.

 

[Piénsenlo. Lo único que nos espera es traición cuando los recibamos, los codiciosos, a nuestro campamento.]

 

Lucia dijo, pero no les dio el tiempo para pensar.

 

Una filosa espada bien afilada perforó sus corazones desde atrás.

 

[Me aseguraré de escribir un reporte, diciendo que fueron asesinados en su deber. De esa manera, su honor será protegido. Sean agradecidos que pestes como ustedes pueden morir con el honor de su nación.]

 

Mientras Lucia murmuraba con calma, uno a uno, los nobles del oeste cayeron al suelo gracias a la mortal espada. Colapsaron mientras decían sus maldiciones. El noble del oeste que estaba sosteniendo la cabeza del Tercer Príncipe Blutar también murió de un paro cardiaco mientras su cuello era cortado. En un pestañazo, el centro de comando se convirtió en un mar de sangre, y un extraño aroma dominaba el lugar.

Ninguno de los soldados que había creado esta horrible situación se había bañado en sangre. Sin embargo, se veían estar asustados, y sus expresiones no se inmutaron en lo más leve.

 

Simplemente crearon una horrible escena con ojos vacíos.

 

Sangre se escurría de las espadas en las manos de los soldados cuyas armaduras estaban teñidas de un rojo profundo.

 

Incluso cuando sus objetivos estaban todos muertos, su locura y anormal comportamiento no terminaba.

 

[¡Aaaaaaah!]

 

De pronto, liberaron un grito e incrustaron sus espadas en los cadáveres uno tras otro. Empezaron a atacar sin más, a pesar de que las víctimas ya estaban muertas. Con rencor en sus rostros, estaban despedazando los cadáveres de los nobles del oeste. Algunos de ellos incluso empezaron a comerse los cadáveres mientras derramaban lágrimas de sangre.

 

Incluso Lucia no podía evitar fruncir el ceño a eso.

 

[¡Suficiente! ¡Es suficiente!]

 

Con la molesta voz de Lucia, un fuerte sonido resonó. El abanico de hierro se desplegó cuando lo aplastó contra el antebrazo. Los ojos vacíos de los soldados reaccionaron al sonido y se voltearon a verla, pero Lucia los miro de vuelta sin miedo y con calma abrió su boca.

 

[Ya están muertos. No hay necesidad de más.]

 

Lucia bajó su cabeza y puso su mano en su frente como si estuviera tratando de contener un dolor de cabeza.

 

[Gracias por sus esfuerzos. Pueden ir ahora. Que alguien traiga a los nobles del oeste que están esperando afuera.]

 

Lucia apuntó su abanico de hierro a la entrada e hizo que los soldados se fueran. En medio del sonido de metal chocando…

 

[Su Majestad Reina Lucia, ¿puede explicar esta situación?]

 

Luca, quien había estado viendo a la brutal situación que podría llamarse una masacre, caminó a Lucia. La fría mirada en sus ojos era levemente de reproche.

 

[¿Hm…? Sí, claro, porque no pareces estar satisfecho.]

 

Una agria sonrisa apareció en el rostro de Lucia mientras sostenía el abanico de hierro en su boca para contener su respiración.

 

[¿Reconoces a alguno de los soldados de antes?]

 

[No, ¿son guardias de elite o parecido? No es una opción de muy buen gusto, pero… En primer lugar, no pertenecemos al país de Su Majestad la Reina Lucia, así que no hay forma que sepamos qué tipo de tropas son.]

 

El sarcasmo que evidencia el simple hecho, mientras que en parte responder, es la naturaleza de la Familia Real Urpeth. Pretenden ser intuitivos para poder hacerte bajar tu guardia, pero en el fondo, son una familia real astuta e inusual que tiene el gusto de acabar con otros. La bandera que despliegan es la del lobo, y también son conocidos como la tierra de la codicia.

 

[Acaban de establecerse, y les llamo la Unidad de Fantasmas.]

 

[Sus ojos estaban muertos, pero… ¿no tenían otro nombre?]

 

[Porque bien muertitos.]

 

Perdieron a sus familias en guerras conducidas por el Imperio Grantz. Habían sido sometidos por la indescriptible crueldad de los soldados de Grantz. No podían soportar la realidad de lo que pasó ante sus ojos y están desesperando al mundo. Están vagando por este mundo con inexpugnables cicatrices en sus mentes y cuerpos solo para tomar venganza.

[Y por eso es la Unidad de Fantasmas… ¿huh? Explotar las emociones de esos que son consumidos por el dolor no es algo que llamaría noble, sabes.]

 

[No los estoy explotando. Les di un propósito de vista. Pero si dices eso, ¿significa que puedes manejarlos mejor que yo?]

 

[Sí… Los calmaría luego de darles la misma desesperación.]

 

Luca dijo con una sonrisa en su rostro; en verdad lo estaba disfrutando. Lo que se agitaba en sus ojos era locura.

 

[Un rostro retorcido y ojos llenos de odio seguramente tendrán una belleza irremplazable—Oh, pero será divertido alimentar y conservar a tales personas.]

 

Lucia levantó sus cejas con incomodidad, preguntándose quién tiene el peor gusto.

 

Entonces Eagle miró a los dos con una mirada de sorpresa.

 

[Siento interrumpir su conversación, pero… he traído a los nobles del oeste quienes estaban esperando afuera.]

 

Caminó frente a ellos, llevando del cabello a uno de los nobles del oeste. Él es tan lunático como su hermana en el sentido que les gusta aprovecharse de las personas. Detrás de él estaban cerca de siete nobles con sus brazos atados y lo seguían.

 

[¡Aquí está su amado señor!]

 

Eagle hizo que los nobles del oeste se sentaran frente a la cabeza rodante— la nueva apariencia del Tercer Príncipe Blutar.

 

[¡¿Uugh…?!]

 

[Hey, hey. Mírenlo apropiadamente. ¿Pueden confirmar que es él?]

Eagle golpeó las mejillas del noble del oeste que apartaba su rostro y se negaba a ver.

 

[Recuerden que si van contra los Seis Reinos, eso es lo que pasa. No son solo ustedes, sino también sus familias.]

 

[Es suficiente, Eagle. A diferencia de los anteriores nobles del oeste, ellos son las personas que los Seis Reinos necesitan. Amenazarlos innecesariamente hará más difícil hacerlo luego.]

 

Luego de azotar su abanico de hierro en su mano, Lucia se paró y camino a los nobles del oeste.

 

[Planeo cortarles las cabezas a todos los miembros de la Familia Imperial Grantz, quienes ustedes adoran. Esos que no están preparados para esto, pueden ofrecer sus cabezas aquí y morir.]

 

Lucia dijo en un tono especialmente gentil.

 

[Si no quieren morir, sigan a los Seis Reinos. Esos que yacen allí son todos incompetentes, y nos hemos desecho de ellos, pero valoramos sus habilidades tanto que no dejaremos que nada malo les pase.]

 

Su gentil sonrisa estaba llena de compasión como si fuera una madre llamando a su hijo. Sin embargo, en este rojizo mundo, es más como la sonrisa de un demonio que un ángel.

 

En efecto, los nobles del oeste estaban apretando sus dientes. Pudo haberse debido al frío, pero naturalmente el miedo hizo que sus cuerpos temblaran más. Eventualmente, con caras de dolor, los nobles del oeste empezaron a inclinar sus cabezas como si mostraran su vasallaje.

 

[Es sincero y un cumplido. No hay nada que tenga que decir. Los regresaremos a casa a salvo.]

 

Los asombrados nobles del oeste se agitaron, incapaces de entender la situación ya que el castigo fue decidido fácilmente. Lucia observó en silencio, pero entonces notó la figura de un mensajero quien había entrado para reemplazarlos.

[Su Majestad Reina Lucia… tengo un reporte para usted.]

 

[¿Qué pasa?]

 

Mientras Lucia inclinaba su cabeza, el mensajero acercó su boca a su oído. Luego de murmurar unas cuantas palabras, le entregó su carta y con calma salió del cuarto. Detrás de ella, Lucia alejaba la mirada asépticamente y caminó a ella.

 

[¿Qué pasó?]

 

[Umu— Me gustaría hablarle de algo, pero… todos los demás deben irse de este lugar primero.]

 

[¿Yo también?]

 

[No, puedes quedarte, Eagle.]

 

Con las instrucciones de Lucia, el séquito siguió al líder y salieron del centro de comando. Luego de un rato, solo había una pila de cuerpos sin vida y solo tres dentro del cuarto.

 

[Parece que el descendiente del Dios de la Guerra ha empezado a moverse. Se movió con 20,000 soldados y no pretende tomarse las cosas en serio, pero… ¿cuánto debería creer en esta carta? El filtrador no es exactamente confiable.]

 

Lucia, quien estaba leyendo la carta, dijo, y los hermanos Urpeth se veían sorprendidos. En respuesta, Lucia aclaró su garganta con deleite.

 

[Dame 30,000. Me haré con su cabeza.]

 

Eagle presionó a Lucia, pero agitó su cabeza sin dudar.

 

[No aceptaré esto.]

 

[¿Por qué no?]

 

Eagle la miró con furia, pero por sorpresa, la respuesta vino de su costado.

 

[No eres tan fuerte.]

 

[Qué…]

 

Eagle miró a Luca con ojos de sorpresa, quizás sin esperar recibir una reprimenda de su hermana. Fue algo duro, pero Lucia concordó con ello.

 

[No puedes derrotarlo con poca fuerza. Incluso si puedes derrotarlo, si escapa, no hay forma que puedas perseguirlo. Aún no tienes el control completo del oeste. Tenemos que pensarlo para atraerlo—]

 

De pronto, Lucia dejó de hablar y miró al suelo para ver una cabeza rodando.

 

Una pieza clave del plan vino a su cabeza.

 

Con el sangriento escenario, Lucia puso una expresión viciosa como si se le hubiera ocurrido un diabólico plan.

 

[¿Se te ocurrió un plan mejor?]

 

Lucia asintió profundamente a lo señalado por Luca y abrió su abanico de hierro para cubrir su boca.

 

[Se me ha ocurrido un fascinante plan.]


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bottom Ad [Post Page]