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Epílogo

Un Caballero…

 

Caminé en silencio en la brillante luz.

 

Lentamente.

 

Un paso a la vez.

 

Caminé por el blanco mundo.

 

No tenía ninguna preocupación. Solo seguía caminando, guiado por mi alma.

 

No tenía arrepentimientos. Hice todo lo que quería. Claro, sería mentira decir que no tengo sentimientos rezagados, pero… no había nada de que preocuparse.

 

Así que con la paz mental, solo seguí caminando en la luz, persiguiendo el destino final,.

 

Caminé.

 

Y caminé.

 

Y seguía caminando.

 

Y entonces, de pronto… un gentil viento acarició mi mejilla. El viento llevaba el verde césped y pétalos de flores, volando hacia el claro cielo azul.

 

La cálida luz del sol brilló sobre mí, y olía como la primavera. Mirando alrededor, estaba parándome en un nostálgico océano verde.

 

Y allí…

 

[Sir Sid.] Arthur estaba esperándome.

 

[Hah… Finalmente estás aquí.] Y Logass.

 

[Nos cansamos de esperarte.] Y Luke.

 

[Hmph, tarde como es usual.] Y Rifis, con una amarga mirada.

 

Pero no eran los únicos.

 

[Sir Sid… ¡Ha pasado mucho tiempo!]

 

[¡Sí, desde la Guerra de Rakia! ¡Aunque, supongo que es mi culpa por caer allí…!]

 

[¡He estado queriendo verte por tanto tiempo, Sir Sid!]

 

[¡Sir Sid!]

 

Todos eran caballeros que había luchado junto conmigo durante la era legendaria. Todos me habían estado esperando en el lugar prometido.

 

Eran iguales a cuando los admiraba— cuando era el vacío Bárbaro. Eran caballeros entre caballeros, a quienes respetaba.

 

Todos habían llegado a recogerme.

 

[Yo… quería verlos también… Mis amigos…] Dije, reflexivamente mirando al cielo mientras mis ojos inusualmente se ponían calientes.

 

Todos se reunieron alrededor de mí.

 

[Perdón por confiarlo todo en mí…]

 

[Nuestros corazones fueron débiles…]

 

[Lo siento, Sir Sid. Realmente no era yo en ese entonces…]

 

[¿Por qué quedamos encantados por esa falsa eternidad…?]

 

[Me siento tan patético…]

 

Todos se disculparon conmigo.

 

[Hey, alto… Somos amigos, ¿no?] Dije, abrumado por la emoción. [Logré reunirme con ustedes chicos otra vez… Es suficiente para no tener ningún remordimiento.]

 

Sí. Para ellos, puedo hacer lo que sea. No le temía a nada. El dolor y sufrimiento eran triviales.

 

Mientras recuperaba a mis viejas amistades…

 

[Sir Sid…] Una chica vino a mí. Era Éclair. En sus brazos estaba Opus, durmiendo como si estuviera muerta. [Gracias a derrotar a Opus, todos los caballeros quienes tenían sus almas aprisionadas en la oscuridad fueron liberadas.]

 

[Ya veo…]

 

[Y la maldición en el linaje de la familia real Calvania ha sido levantada. No habrá ningún nuevo sucesor a Rey Demonio. Eso significa que también eres libre.]

 

[Eso es genial.] Sonreí. [¿Y? ¿Qué haremos ahora, Éclair?] Pregunté.

 

 

[Me la llevaré y dejaré este mundo.] Ella dijo mientras le daba una mirada a Opus en sus brazos. [Somos los dioses mágicos de la luz y oscuridad, las encarnaciones del mundo. Nacimos porque las vidas en este mundo lo desearon. Desde entonces, hemos estado aquí, dándoles nuestras bendiciones. La luz y oscuridad son inseparables. Así como protegí las vidas al bendecirlas con la luz, ella tenía que abrazarlas con la oscuridad. Después de todo, si no lo hacía, mi bendición perdería su efecto. Sin embargo… Fue un rol muy doloroso para ella.]

 

[Un rol, ¿huh…? Ese debe ser el tipo de existencia que comparten, pero supongo que la pasas mal.] Comenté.

 

[En efecto. Pero ahora… Este mundo se ha independizado de nosotras. Incluso sin nuestra bendición, florecerá con vidas, las hadas nacerán, y todos vivirán juntos, unidos de las manos. Desde ahora y para siempre.]

 

No dije nada.

 

[Observaremos el futuro de este mundo desde el exterior. Y, esta vez, me quedaré junto a ella.] Éclair anunció.

 

[Ya veo… Bueno, pudo haber hecho muchas cosas, pero supongo que tienen algún complejo de hermana.] Bromeé.

 

Éclair sonrió y desapareció justo a Opus.

 

Luego de despedirla en su nuevo viaje, comencé a caminar.

 

[Muy bien, Arthur. Vamos.] Dije, dirigiéndome a la luz distante en el horizonte. [Esta vez, es el verdadero final. Nuestra distante y nostálgica aventura de caballeros es acabó. Así que vamos juntos y dejémosles el resto a los jóvenes de esta era.]

 

Sin embargo…

 

[¿Arthur…?] Me detuve. Por alguna razón, Arthur se paró ante mí. [¿Qué pasa?]

 

Él me miró a los ojos. Entonces, luego de un rato, empezó a reírse, un poco avergonzada. [Ahaha. La verdad es, tengo una última petición para ti, Sir Sid.]

 

[¿Una petición…? Espera, ¿otra vez?]

 

[¡Te prometo que es la última!]

 

Me bajé de hombros. [¿Y qué es?]

 

[Bueno…] Arthur sonrió malévolamente y puso su mano ante mí y la abrió.

 

Sobre su palma estaba algo que pensé que se había desvanecido por completo— un fragmento de Éclair.

 

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[¡Alma! ¡Hey, Alma! ¡¿Qué estás haciendo?! ¡Todos están esperando!]

 

Puso oír el grito de alguien y salí corriendo del cuarto. Entonces de pronto, la puerta se abrió violentamente y Tenko entró.

 

[Hola, Tenko.] Dije.

 

[¡Sabía que estabas aquí! ¡Dios, siempre estás pegada a Elma!]

 

Estábamos en el Castillo Calvania, en un cuarto normal asignado para Endea— para Elma. Me senté en una silla a la par de la cama donde Elma estaba recostada. Al momento que ella vio a Tekno, sonrió abiertamente y abrió sus brazos.

 

[¡Ah! ¡Tenko! ¡Estaba hablando de Sir Sid con Alma!]

 

[Y-Ya veo…]

[¡No importa cuantas veces escuche de sus leyendas, siempre me asombra! ¡Cuando mi saludo regrese a la normalidad, quiero convertirme en un caballero! ¡Isabella dijo que no tomará mucho, así que debería ser capaz de ir a la academia y convertirme en un caballero como tú y Alma! ¡De esa manera, puedo darle mi fuerza a Alma, al igual que tú, Tenko!]

 

[¡¿Huh?! ¿A-Así es cómo lo ves? Es algo vergonzoso, ahahah…] Tenko rascó su mejilla, avergonzada.

 

Luego de esa fatídica lucha, Elma perdí sus recuerdos. O, para ser más precisos, ella perdió sus recuerdos del momento que Opus se aprovecho de ella hasta la fiera batalla.

 

Debido a eso, su edad mental regresó a la de un niño. Y debido al ambiente especial en el que había crecido, su crecimiento mental era menor al de un niño normal.

 

Como tal, a pesar de que ella era físicamente de mi edad, dentro de ella aún era un niño.

 

[Me siento un poco confundida…] Tenko me susurró mientras observaba lo inocente que Elma era. [Me pregunto si recuperará sus recuerdos un día.]

 

[¿Quién sabe? Pero… cómo es ahora puede ser lo mejor…] Comenté. Después de todo, en una manera, era su salvación.

 

Hubo muchos problemas en cómo lidiar con Elma. Pero, al final, evitó el castigo capital.

 

Como prueba de los exámenes mágicos por los que había pasado, no tenía ningún recuerdo de cuando fue el Rey Demonio o de Flora. Su edad mental era la de niña. Como tal, se concluyó que solo fue una pobre víctima controlada por la gran bruja.

 

En cuanto a por qué tal milagro sucedió…

 

Estoy segura que es por ti, Sir Sid… Pensé, imaginando al caballero que ya no estaba con nosotros.

 

Miré a mi mano derecha, pero… nada estaba allí.

[¡Como sea! ¡De prisa, Alma! ¡La ceremonia de graduación e investidura de caballero van a empezar! Christopher, Elaine, Theodre, Lynette, Louise, Isabella… ¡Todos te esperan! ¡Yuno y nuestros menores también lo están esperando!] Tenko explicó.

 

[Ah, sí.]

 

[¡Y luego de eso, esta su coronación! ¡Va a ser la primera reina del Reino de Calvania, y todos desean verlo! ¡Así que reacciona!]

 

[Ahaha… Se siente como un sueño…] Dije.

 

[¡No es eso! ¡Pero no te preocupes, yo, Tenko Amatsuki, tu segundo caballero, apoyaré tu reinado y te protegeré toda mi vida!]

 

[¡Whoa, eres tan genial, Tenko! ¡Me convertiré en un caballero rápido y también ayudaré a Alma!] Elma declaró.

 

[Gracias, chicas. Muy bien. Hagamos que sea un éxito.]

 

[¡Sí! ¡Vamos!]

 

[¡Den lo mejor, Alma, Tenko!]

 

Dejamos el cuarto, despedimos a Elma.

 

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Los días luego de ese estuvieron bastante ocupados.

 

Las personas estaban emocionadas en la llegada de la nueva era y tener un nuevo gobernante. También tenían grandes expectativas en la nueva orden de caballeros que fue formada.

 

Hubo festivales por todo el país celebrando el inicio de la nueva era y me paseaba por las calles.

 

Luego de superar las terribles dificultades, el Reino de Calvania estaba disfrutando la llegada de la primavera.

 

Y…

 

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Entre esos frenéticos días, fui a visitar un cierto lujar lejos del castillo— el bosque Shaltos.

 

A diferencia de la activa capital, era campo santo, calmado y pacífico con grandes árboles y limpio aire. Era un lugar que se sentía sagrado e intocable.

 

[Tenko va a enojarse otra vez conmigo por andar sola…]

 

Caminé lentamente por el bosque.

 

De pronto me dieron ganas de hacerlo hoy. En serio, un sentimiento me paso.

 

Silenciosamente, hice mi camino por el bosque y, finalmente, llegué a un lugar.

 

Frente a mí estaba una pequeña colina iluminada por una cálida luz. Y, sobre ella, estaban quemados y rotos fragmentos de piedra— lo que una vez había sido la tumba de Sid Blitze el Caballero Relámpago. Era justo como cuando me reuní con el por primera vez.

 

[Sir Sid…]

 

Subí la colina y le hablé a los fragmentos de piedra.

 

[Vine hoy a reportar todo lo que ha estado pasando. Aunque supongo que debí haber venido antes…]

Por un rato, hablé de lo que había pasado en el pasado año.

 

Acerca de ser caballeros y cómo me había convertido en rey.

 

Hablé y hablé de las cosas que ahora eran recuerdos buenos.

 

Sin embargos…

 

Silencio descendió en el lugar mientras terminaba mi reporte.

 

La briza de primavera tranquilamente sopló.

 

La luz del sol gentilmente brillo.

 

Y lo siguiente que supe…

 

[Mentira…] Lo dije, sorprendiéndome incluso a mí. pero ahora que había empezado, no podía dejar de fluir las palabras. [¡Usted… usted dijo que siempre estaría conmigo! Es un mentiroso… ¡Eres tan cruel, Sir Sid! ¡Yo… yo…!]

 

Claro, nadie respondió. Piedras eran piedras. No hablaban. Las únicas cosas que podían portar eran las palabras que se les grabaron.

 

Nuestro primer encuentro había sido un milagro. Pero ahora, no sería otro.

 

[Ahahaha… Siento mostrarte tal miserable apariencia… No pretendía…]

 

Limpié mis ojos y giré mi espalda a los fragmentos de piedra, como si tratara de mostrar mi resolución y separarme de él.

 

[Estoy bien. Habrá muchos problemas en el futuro, y seré difícil, pero… estoy bien. Yo… no, protegeremos a este país y a sus personas. No importa qué. Así que por favor… Por favor, observa mi reinado…] Dije y descendí de la colina.

Sin embargo, justo cuando estaba por irme…

 

[Pero no te importará si lo observo a tu lado, ¿cierto?]

 

De pronto, las palabras resonaron en mi cabeza. Y…

 

[¡¿Hace calor?!] Gruñí del dolor y reflexivamente me agaché, sosteniendo mi mano. Su espalda estaba quemándose.

 

Entonces un fiero viento se levantó, llenando todo el lugar.

 

Cuando se detuvo, finalmente lo noté.

 

[¿Huh…?]

 

Había una cresta en mi mano derecha. La misma nostalgia de antes.

 

[¿P-Por qué?] Balbuceé, estupefacta.

 

Y entonces, desde atrás de mí…

 

[Dios, Arthur es un padre encantador… O más bien, ¿un ancestro encantador?] Oí una voz. Una que no debería haber sido capaz de oír más. Una que había querido escuchar otra vez, pero no se suponía que fuera capaz.

 

[Ah… Aaaah…] Me paré, temblando.

 

[Oh, bueno, supongo que puede ser divertido disfrutar la vida una vez más. Además, hice una promesa.]

 

Lágrimas bajaban de mis ojos.

 

Rezaba para que ello no sea un sueño o alucinación mientras con temor y lentamente me daba la vuelta. No podía detenerme.

 

Y, bastante segura, no era un sueño ni alucinación.

 

La querida persona que quería ver estaba parándose en la cima de la pequeña colina.

 

Debido a la cegadora luz de primavera, era difícil de ver, pero no había duda que estaba allí.

 

Me mostró su mano derecha, la cual tenía la misma cresta que la mía.

 

[Yo, mi señor. Que coincidencia encontrarte aquí. ¿Has estado bien?] Dijo casualmente.

 

¿Por qué? ¿Cómo?

 

Estaba sin palabras, pero parecía que entendía mis preguntas.

 

[Te lo dije, ¿no? “Un caballero siempre dice la verdad.”] Declaró con la misma sonrisa que recordaba.

 

Al siguiente instante, mi cuerpo se movió por sí solo. Corí hasta la colina directo a él, jadeando y sin importarme que la luz me cegara.

 

Y entonces…

 

Grité el nombre de mi amada persona.

 

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Los prósperos y gloriosos días del Reino de Calvania, los cuales luego serían llamados “la era de la primavera”, empezaron.

Fue una pacífica era protegida por una fuerte y sabia reina y su poderosa orden de caballeros.

 

Fue una era de felicidad.

 

El gobierno de la Reina Alma la Primera, quien siempre tomaba la iniciativa y lidero a todos, empezó allí.

 

En este mundo donde vestigios del invierno quedaban, cuando las oscuras nubes aparecían, la noble y amable reina se paraba en las líneas frontales para disiparlas y volverse la esperanza de las personas, haciéndola brillar más.

 

Y, a la par de su reina, siempre había un caballero…

 

Su nombre era…

 

 


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