Capítulo 1
[Hmm… Esto puede ser mejor.] Gruñí
mientras me tiraba al sofá, experimentando con una nueva fórmula de hechizo.
Actualmente me encontraba en una
habitación en el hospital más grande de la capital este. La espada encantada
Cresset Fox y la varita encantada Silver Bloom descansaban en una silla a la
par de la cama. Tres días habían pasado desde que la cortina había caído en la
insurrección Algren y mientras convalecía, la vida en la capital este estaba
gradualmente regresando a la normalidad. Mis estudiantes, hermana y padres
estaban ayudando a reconstruir los distritos de los hombres bestias.
Un zorro cachorro con un listón violeta
atado alrededor de su cuello— Atra el Thunder Fox, uno de los Ocho Grandes
Elementales— estaba bien dormido en mi regazo. Ella se quedó en esa forma
mientras que esperaba que su maná se recuperara. La acaricié, y sus orejas y
cola se retorcían felizmente.
Una gustosa briza de verano sopló por
la ventana abierta, llevando el sonido de las animadas voces. [Desearía poder
ayudar.] Murmuré.
[¡Nada de peros!] Una brillante y
vivida respuesta. [¡Todos concordaron que necesitas descansar y recuperarte, ya
sea que te guste o no! ¡Y por ahora, Allen, tu trabajo es quedarte aquí y
relajarte!]
Me giré a la puerta abierta y vi a una
deslumbrante joven usando un listón negro en sus hermosas trenzas escarlatas y
un clip flora en la parte frontal de su cabeza. Estaba llevando una cesta de
ropa y me sonrió.
Esa era Lily Leinster, la número tres
de la Corporación de Maids de Leinster. También era la hija del vice duque
Leinster, lo cual la hacía la primda de Lydia— mi compañera, quien estaba bajo
un examen medio por el momento— y con la hermana de Lydia, Lynne, quien era una
de mis pupilas. Su traje consistía de una chaqueta escarlata diseñada con
flechas incrustadas, el cual venía de una zona al este; una falda larga; y
botas de cuero. Ella se veía adorable con ello— pero no era propio de una maid.
Lily entró dentro del cuarto y la puso
en la cabecera de la mesa, luego levantó su dedo índice y siguió. [Recuerda,
Allen, soy mayor que tú. Y necesitas escuchar a tus mayores.]
[¿Incluso si esos mayores se pierden y
se le salen los ojos en nuestra primera reunión?] Pregunté. Me había hecho
amigo de Lily hace cinco años, cuando había sido un estudiante en la Academia
Real y Lydia me había invitado a la capital sur para el verano. En la estación,
me había topado a una chica quien no sabía qué hacer a pesar de ser dos años
mayor, y juntos habíamos pasado una pequeña aventura. Yo le había regalado su
clip de pelo como un recuerdo de la ocasión. Y, sin más decir, Lydia había
estado de un pésimo humor cuando, satisfecha con nuestros días de trabajo,
habíamos llegado a la mansión Leinster esa tarde.
Una dramática transformación pasó por
el rostro de Lily. [E-Eso solo fue—] Protestó, pensando en un argumento. [Había
pasado toda mi vida en el ducado, así que no estaba acostumbrada a la capital
sur, y— ¡Oooh! ¡¿Sabes que tienes que ser más amable con tus mayores?!]
Haciendo pucheros, se sentó a mi par.
Con ella vino la fragancia de las flores sureñas y buenos recuerdos a recordar.
[En todo caso…] Dije. [Estoy asombrado
que en realidad te convirtieras en una maid. Debes echarle ganas para hacer
realidad tu sueño.]
Lily hinchó pecho de orgullo y se río,
olvidando su disgusto. [¡Claro que sí!] Ella proclamó. [¡Y algún día, seré la
ama de llaves!]
[Buena suerte. Aunque sospecho que
necesitarás ganarte un uniforme de maid primero.]
Mi mayor libero un asombrado chillido y
se hizo atrás, sus manos presionaron su gran pecho.
Qué entretenida reacción. El resto de
las mais de la corporación deben amarla— especialmente Anna.
Mientras consentía ese acogedor
pensamiento, Lily saltó y empezó a tomar mi brazo. [¡Allen!] Ella dijo. [¡Sí!
¡Que! ¡Eres! ¡Un! ¡Malvado!]
[¡Ow!] Protesté. [Eso duele.]
Con un fuerte quejido, Lily abrió sus
brazos y se alejó de mí. Estaba gustosa de ver que no había cambiado.
Torcí mi dedo derecho índice,
proyectando el hechizo de fórmula que había desarrollado antes en el aire ante
nosotros.
[¡Oh, wow!] Lily exclamó. [¡Eso es
hermoso! ¿Qué es?]
[Esta fórmula viene del Demonio de Fuego—
Digo, los Gemelos Celestiales, Linaria Etherheart.] Expliqué. [Aunque el mío es
una simplificación.]
Los ojos de Lily se abrieron. Linaria
Etherheart fue al espadachina y hechicera más grande en la historia humana.
También era descendiente de una de las últimas brujas. Había conocido a la
misma leyenda antigua dentro de una ruina en el Océano de los Cuatro Héroes,
donde había confiado a Atra a mi cuidado.
[Le di mi palabra que mantendría a Atra
a salvo.] Confesé, acariciando la cabeza del zorrillo. La banda en mi dedo
derecho brilló. [Pero… rompí esa promesa. Atra solo volvió con nosotros porque
tuvo la ayuda de los grandes elementales dentro de Lydia y Tina— el Blazing
Qilin y Frigid Crane. No puedo contar con otro milagro como ese. Necesito ser más
fuerte.]
[Allen…] Lily dijo. [¡Hyah!]
Grité de la sorpresa mientras me dio un
sorprendente jalón, bajé mi cabeza a su regazo.
[Todo está bien.] Lily murmuró,
acariciando mi cabello. [Hiciste todo lo que pudiste— más de lo que debiste.
Todos saben eso. no te apures. Incluso si no puedes hacerlo solo, todos podemos
lograrlo. ¡Después de todo, tienes a una invencible y encantadora maid a tu
lado! ¿Entiendes? ¡Si es así, habla!]
Atra se despertó y empezó a moverse en
mi estómago. Sus redondos ojos dorados miraron a los míos.
[Lo mantendré en mente.] Respondí al
final.
[Como deberías. Y eso va para ti
también, Atra.]
Un adorable chillido de respuesta fue
seguido por el sonido de una cola revoloteando. Lily y Atra eran grandes
amigas.
Me paré, incitando un grito de protesta
de mi mayor.
[Su Alteza.] Le informé. [Las señoritas
deben ser menos libres con sus regazos.]
[¡No se supone que me llames así!] La
maid se quejó.
Oh, casi lo olvido.
[Lily.] Dije.
[Sí, ¿Señor Malvado el tutor privado?]
Ella respondió.
[Gracias.]
Lily pestañeó, con los ojos abiertos.
Eventualmente, logró un asombrado “¿Huh?”
[Lynne me contó de lo mucho que hiciste
por Lydia mientras yo no estaba. Dudo que pudo haber aguantado sin ti. Estoy
verdaderamente feliz.]
Mi compañera era fuerte, muy merecido a
su apodo la “Dama de la Espada.” Sin embargo, emocionalmente puede ser tan
frágil como cualquier otra jovencita de nuestra edad— no importa lo mucho que
intentara pretender lo contrario.
Por un momento, Lily se quedó sin
palabras. Entonces tomó mis manos en las suyas. [Allen.] Ella dijo. [No hice
nada en especial. Digo, amo a Lydia a mares. Y Lynne y yo no fuimos las únicas
que cuidamos de ella— la corporación de maids, todos en casa, y la señora
estuvimos allí para ella también. Y más importante, ella te tenía.]
[Pero yo no hice nada—]
[¡Lo hiciste!] Lily gritó,
inesperadamente seria. Quizás esta era Lady Lily Leinster en su estado natural.
[¡Luego que oímos de la rebelión, Lydia no soltó su reloj de bolsillo y el
listón en ningún momento! ¡Seguías en su corazón!]
Me encontré con su mirada y le di una
gentil sonrisa. [Ciertamente lo espero. Por favor, no le digas a nadie de esta
conversación.]
[¡Claro!] Ella intervino. [¡Será
nuestro secreto!]
Intercambiamos una asistencia. Me
llevaría esto a mi tumba— sería tan vergonzoso si Lydia lo descubriera.
[¿Qué tenemos aquí?] Una voz fría
interrumpió.
Lily y yo nos giramos temerosos hacia
la puerta. Allí estaba una jovencita usando una de mis camisas blancas sobre su
vestido de noche y sosteniendo un temperamental reloj de bolsillo. Ella era
hermosa, aunque había perdido peso y su recientemente retocado cabello
escarlata aún necesitaba un arreglo. Lydia Leinster, la Dama de la Espada, era
la hija más grande del duque que gobernaba el sur de nuestro reino. Y desde que
ella y yo nos habíamos inscrito en la Academia Real, habíamos sido un equipo
insuperable.
[Manos.] Lydia murmuró, fijándome una
mortal mirada.
[¿Qué? Oh.] Recordaba que había estado
sosteniendo las manos de Lily todo este tiempo y las liberé— provocando un
leve. [Aaw…] De protesta.
Lydia miró a la maid y dijo. [Lily,
sirve el té.]
[¡Ya voy!] Lily respondió. Entonces se
paró con un pequeño gruñido, dudando brevemente, y me dio a mí y a Atra una
palmada en la cabeza.
[¡Lily!] Lydia se sorprendió alarmada.
[¡Muy bien, volveré en un momento!] La
maid prácticamente cantó, sonriendo mientras huía del cuarto. Eso me deja a mí,
el durmiente zorrillo en mi regazo, y una molesta Lydia.
¿Y cómo salgo de esta?
[No te quejes si un día despiertas con
una espada clavada, traidor.] Ella se quejó.
[Creo en mi propia inocencia.] Dije.
[¡Sin peros!] Lydia respondió, haciendo
pucheros mientras se sentaba a mi par y presionaba su hombro contra el mío. [En
serio. No recuerdas que eres mío— y de nadie más— mi sirviente perso—]
Lydia se recostó más en mí, sollozó,
entonces frunció sus ojos. [Dime, ¿por qué hueles al perfume de Lily?]
[Oh, sabes, ella se sentó a mí par, así
que—]
[Mentiroso.] Lydia declaró, en un tono
que no daba paso a argumentar. Su mirada abrió el silencio.
Había aprendido que las excusas tendían
a fallar en momentos como este, así que lancé un hechizo de levitación en Atra
y acaricié a mi nueva inquilina en mi regazo. La caprichosa señorita recostó su
cabeza allí.
[No crees que con esta te saldrás con
la tuya.] Ella dijo rápidamente. [Aunque, te recomiendo que le des a tu señora
lo que quiere.]
[¿Así que querías esto?] Bromeé.
[¡¿Perdón?! ¡Claro que sí!]
[Um… ¿A eso se le llama enojo?]
[Necesitas ser más consciente. ¿Bien?]
Lydia me dio otra mirada de demanda.
Los deseos de Su Alteza son mis
órdenes.
[¿Qué dijeron los doctores?] Pregunté,
pasando mis dedos por su sedoso cabello.
[Que me veo saludable.] Respondió.
[Aunque me darán de alta en el mismo día que tú.]
[Ya veo.] Dije lentamente.
Si los doctores no habían visto nada
fuera de lo ordinaria, eso significaba que habían fallado en encontrar la raíz
del problema— no es que yo pudiera suponer que es lo que era. En los momentos
finales de la rebelión, el inquisidor de la iglesia Lev se había transformado
en el monstruo Océano Apestoso y había asaltado la capital este. Había enlazado
maná con Lydia- y con Tina Howard, quien no estaba aquí por el momento— para
lanzar el gran hechizo Lightning Flash, cortando al monstruo y salvando a la
ciudad. Tina había pasado la batalla sin rasguños, mientras que yo había
colapsado del cansancio mental y físico— las consecuencias de ignorar mis
límites una vez o más. Y Lydia—
[No me mires así.] Dije, levantándose
para tocar mi mejilla. [No es nada de qué preocuparse.]
Apreté su mano sin decir palabra.
Lydia estaba experimentando una severa
forma de agotamiento de maná, limitando sus habilidades mágicas a un leve
fortalecimiento físico. Sus reservas de maná ahora eran mucho más pequeñas que
las mías, y la mía ya estaba por debajo del promedio. Los doctores lo habían
declarado como un síntoma temporal, logrado por su extremo uso de poder, aunque
encontraba difícil de sentir confianza en su diagnóstico.
Los resultados de su primer examen
habían perturbado no solo a la misma Lydia, sino a Tina y a la maid personal de
Tina, Ellie Walker. Lynne y mi hermanita, Caren, también se habían agitado.
Viendo lo molestos que todos estaban, la hermana mayor de Tina, Lady Stella
Howard, y yo habíamos ayudado a mantener la calma. Dudaba que yo pudiera
haberlo logrado. Si Lydia nunca recuperaría su control mágico, entonces—
Un pellizco en la mejilla me sacó de
mis pensamientos.
[Tonto.] Lydia dijo. [Estoy feliz.
Digo, finalmente, por fin llegue a ser como tú. Admitiré que no siempre es
fácil, pero te tengo aquí conmigo. ¿Y qué es lo que te preocupa?] Luego de una
alargada pausa, preguntó. [¿No te gusto sin mi magia?]
[No creo que sea una pregunta justa.]
Respondí.
[¡Dime!] Lydia se quejó, pegándose a mi
regazo como un pequeñito. Atra se despertó y empezó a imitarla mientras flotaba
en medio del aire.
Santo Dios.
Hice atrás a Lydia, miré directo a sus
ojos, y murmuré. [Con o sin magia, aún eres Lydia. Siempre me gustarás.]
[Como debería ser.] Ella dijo,
sonriendo. [Oh, pero no ser capaz de lanzar hechizos de curación será un
problema.]
[Es cierto. Luchaste a puño seco, así
que—]
[¡No es a lo que me refiero!] Lydia
interrumpió, parándose y presionando su frente contra la mío. Entonces cerró
sus ojos y tomó mi mano en las suyas. [No seré capaz de curarte rápido cuando
te lastimes. Y siempre eres tan imprudente.]
[¿Y tú no lo eres?] Respondí.
[Mientras esté contigo, nadie en el
mundo mundial puedo derrotarme o lastimarme. ¡Eso no cambiará, incluso si nunca
puedo lanzar otro hechizo! ¿Me equivoco?]
Suspiré y admití. [No, tienes razón con
eso.]
Lydia sonrió y rio con satisfacción
propia.
[Una vez salgamos del hospital, debes
pedirle a mi papá que revise tu reloj.] Dije, rascando mi mejilla. [Y debes
arreglar tu cabello. Es tan hermoso, sería una lástima dejarlo así.]
[Cierto. Necesito dejarlo crecer otra
vez, ya que cierto alguien está loquito por el cabello largo. Oh, y necesitarás
ser el que lo arreglé.]
[Oh, en serio, yo—]
[No dejaré que nadie más lo toque.]
[Vaya, a Su Alteza le encanta hacer
irrazonables demandas.]
[Solo a ti.]
Claramente no estaba ganando en esta
pelea. Era tiempo para cambiar de tema.
[Por cierto, acerca del listón que te
envíe a la capital sur—] Dije.
Un llanto de Lydia ahogo el resto de mi
oración. [E-Eso fue terrible.] Ella gruñó. [Ni lo menciones. Y-Y como sea,
también perdiste mi báculo, ¿recuerdas?]
Evidentemente, se sentía culpable por
quemar el listón.
Atra se reposó en el sofá entre
nosotros y enrosco. Mientras ambos la acariciábamos, decidí quitarme la duda a
una pregunta.
[Me dijeron que te alocaste hasta que
luchaste contra las chicas y te trajeron a tus sentidos. ¿Es cierto?]
Luego de un raro silencio, Lydia
admitió. [Es medio cierto. Y en cuanto a la otra mitad…] Ella levantó su mano
derecha, la cual ya no tenía la marca del Blazing Qilin. De acuerdo a Atra, el
gran elemental había caído en un profundo sueño. [Pude oír la voz de una chica
llamándome. “No te preocupes,” dijo. “Nuestra querida niña está viva. Deberías
ser capaz de sentirlo.” Increíble, ¿no? Esas pocas y simples palabras fueron la
luz— un solo rayo, perforando en la oscuridad. Era un vivido sentimiento. Nunca
lo olvidaré mientras viva— e incluso en mi siguiente vida.]
[Entonces, junto a eso, Blazing Qilin
estaba tratando de ayudarte a—]
[¡Está bien! ¡La platica seria se
acabó!] Lydia declaró. [¡Guárdate todo eso para después que salgamos del
hospital! Tú ya le disté a mi madre el hechizo fusil y la insignia de la
iglesia, ¿recuerdas? Así que la única que debes hacer ahora es mimarme a más no
poder. ¡Nada más importa!] Un momento después, ella añadió. [¿Seguro que no
puedes quietarte ese anillo?] Y empezó a juguetear con el regalo de Linaria,
mirándolo de mala gana por un rato.
Desenredé su cabello escarlata con mis
dedos mientras mentalmente repasaba por los problemas que necesitaban mi
atención. Sospechaba que la Duquesa Rosa Howard, la madre de mis estudiantes
Tina y Stella-God, había sido asesinada con medios sospechosos. Y creía que la
maldición que había retenido a Atran en las cadenas— una diseñada para su uso
contra los Etherhearts— era mi llave para finalmente destapar el caso.
Entonces estaban los Ocho Grandes
Elementales y los grandes hechizos. Aunque había descubierto sus nombres, aún
no sabía nada más de ellos. Sin embargo… Miré a Atra en mi regazó. Les había
prometido a esas chicas que las salvaría.
Suponía que también había hecho algo de
progreso en el asunto de la “llave defectiva”— al parecer una referencia para
mí.
Y no podía olvidar al “Sabio”, quien
había atado a Atra y batallado contra Linaria, o la “Santa”, cuyo título Lev
había gritado. Ambos eran preocupaciones, pero la Santa particularmente me
molestaba. Bajo la cortina de esa falsa rebelión, la Iglesia del Espíritu Santo
había saqueado los restos del Apestoso Océano y parte del Gran Árbol de la
capital real, también textos del este. Esos robos debieron haber sido su
objetivo principal— lo que los llevo a tomar la decisión de imbuirle a Lev el
poder del Stone Serpent y transformarlo en un nuevo Apestoso Océano.
¿Puede que esa parte haya sido dirigida
solamente a mí? no, es ridículo.
Lydia dejo de juguetear con el anillo.
[No puedo sacarlo.] Ella dijo, haciendo pucheros. [Escucha, ¿te importa si lo
corto?]
[Ciertamente sí.] Respondí.
[Increíble. Nunca me dejas divertirme.]
Luego de un rato, añadió. [No te vayas a ninguna parte, ¿bien?]
[No lo haré.]
Lydia rio y se arrimó a mí.
Lisa me había contado de las niñas
malditas, y la noticia que Lydia estuvo a punto de convertirse en un demonio me
pesaba de corazón. Eso no pasaría otra vez siempre que me quede con ella— no lo
permitiría— pero aún necesitaba más información.
Aparte de todo eso, también había
problemas con el dragón esquelético y el “apóstol” con el que Stella se había
encontrado, el involucramiento de Lalannoyan, las posibles alteraciones al
diario de Linaria, el territorio de los Griffins oceánicos verdes donde ella y
Atra habían vivido, la localización de la tumba de la Estella Fugaz, el
paradero de los padres de Felicia, y un largo etcétera. La lista era
interminable, y no tenía más que hacerlo una por una. Más tarde necesitaría
hacer peticiones formales escritas para su investigación. Por el momento, sin
embargo—
Por la ventana, oí el choque de algo
colapsar en la distancia y sentí un potente maná. Ya que no me preocupaba
Stella y Caren, me preguntaba si Tina, Ellie, y Lynne estaban siendo de ayuda
con los esfuerzos de reconstrucción.
✽✽✽✽✽
[Bien.] Dije. [Todos están bien ahora.
No dolió, ¿verdad?]
[¡Nopi! ¡Ni un poco! ¡Gracias,
señorita!] El chico de ojos rojos del clan gato saltaba con las piernas que se
habían lastimado lo suficiente para no poder caminar no hace poco.
Su madre, quien me lo había traído, se
inclinó. [Gracias.] Ella dijo. [No podemos agradecerle lo suficiente, Lady
Santa.] ¿Cuántas veces me han llamado “Santa” en este día? PD: sí lo eres mi
amor.
Aunque la rebelión se terminó, había
dejado un tremendo daño a la ciudad— y muchos más damnificados de lo que el
centro medio de la capital este podía manejar. Por ello, el Gran Árbol servía
como un hospital temporal, y ya que tenía la habilidad en hechizos de curación
avanzados, mi mejor amiga Caren y yo habíamos estado tratando a los lastimados
aquí por los pasados dos días.
Por desgracia, un rumor acerca de mí
parecía estar circulando, a efecto que “Lady Stella Howard es conocida como una
santa en el norte”. Mi hermana y sus amigas, quienes habían venido a ayudar al
cambio de turno de la guardia real, habían metido mano en el asunto— me habían
estado llamando “Santa” por pura burla. Si Allen lo descubre, sería algo con lo
que le gustaría unirse.
Oh, pero eso debe crear una buena
excusa para sacar una conversación. Tengo mucho que contarle una vez salga del
hospital. Y también me gustaría, um, echarle los perros.
[¡Hey, señorita, su cara está toda
roja!]
¡¿Qué estoy pensando?! N-No es eso. No
de ilusionarte.
Aclaré mi garganta y dije. [Le he
aplicado tratamiento mágico, pero por favor también llévalo a ver a un doctor.]
[Sí, claro.] La madre respondió.
[¡Gracias, señorita!] El chico
respondió mientras dejaban la tienda.
Levemente los despedí, entonces revisé
el pequeño reloj en mi escritorio. Gracias a Dios; mi turno terminó. Estiré mis
cansados brazos, pensando que me había acostumbrado a usar un vestido blanco
sobre mi uniforme militar.
[Quizás deberías conseguirme algo para
beber.] Dije mientras salía de la tienda, dejando de lado los misteriosos
brillos que parecían revolotear alrededor cada vez que usaba magia.
El Gran Árbol sobresalía atrás de mí,
mientras las góndolas y lanchas atravesaban el vasto canal por debajo, todas
llenas con pasajeros y carga. La plaza ante el árbol igualmente estaba llena de
peatones. Vi a los hombres bestias de cada clan, elfos, enanos, e incluso
muchos humanos hablando y riendo juntos independiente de la raza mientras
trabajaban en varios proyectos de reconstrucción.
Debo hacer que las calles de la capital
norte se vean así algún día. ¡Es mi deber como Stella Howard, su futura
duquesa!
En mi mente, vi mi versión adulta y
usando un vestido azul. Luego imaginé a mi mago a mi par— y salté cuando
alguien puso un frío vaso contra mi mejilla.
[Debes estar cansada, Stella. Toma, te
conseguí jugo.]
[C-Caren, gracias. ¿También estás en
descanso?] Pregunté, aceptando el vaso de una chica del clan lobo con sus
orejas, cabello y cola gris. Ella usaba un vestido blanco sobre su uniforme de
la Academia Real, y un sombrero floral de los semi espíritus se ubicaba sobre
su cabeza. Caren era mi mejor amiga, la vicepresidenta del consejo estudiantil
de la academia, y la hermana adoptiva de Allen. Durante la reciente insurrección,
se hizo de un hombre al escapar al este sola y traer a la Casa Ducal de
Lebufera a nuestro bando.
[Sí.] Respondí. [Creo que hemos curado
a la mayoría de las bajas menores. Incluso mi mamá lo dijo.]
[Ya… veo.] Chocamos los vasos, y tomé
un delicioso sorbo.
La madre de Allen y Caren, Ellyn, era
una persona bastante amable. Incluso después de que la rebelión hubiera
surgido, ella escogió quedarse en el Gran Árbol, usando su rara magia de
amplificación para ayudar a los curanderos. Y aunque ansiaba llamarla “madre”
como el resto de nuestro grupo, no había logrado tener el coraje.
[Me gustaría ir a visitar a Allen
cuando terminemos aquí.] Caren añadió. [Y también a Lydia, mientras esté allí.]
[Esa es una buena idea.] Respondí
lentamente. Mi mejor amiga era igual de amable que su madre y hermano.
En el momento, solo a un selecto grupo
de personas se le permitía visitar a Allen y Lydia. Ambos estaban
extremadamente exhaustos, y todos meterían si se les da la oportunidad. También
estaba preocupada por el bajón de maná de Lydia, así que el plan subir el
estrato social de Allen que habíamos ideado con Tina y las otras estaba
temporalmente en espera.
Lo que él necesita ahora es descansar—
¡En cuerpo y mente! Podemos tomar
nuestro tiempo para reunir información acerca de sus logros durante la rebelión
para el futuro.
Caren suspiró y dijo. [Conociendo a mi
hermano, aceptará a todos los visitantes una vez lo dejen salir del hospital.
Cuando fui a llevarle algo anoche, me encontré a una familia de los Griffins
oceánicos verdes con él.]
Los Griffins oceánicos verdes eran
criaturas mágicas temidas. Se me había dicho que nunca llevaban a humanos, pero
podía entender que Allen es una excepción. Dicho eso…
[Caren, ¿visitaste el hospital anoche?]
Demandé.
[Bueno, soy su hermana.] Respondí.
[Solo dejé unos libros y libretas que me pidió en mi camino a casa de mis
compras.]
[N-No seas tonta. Digo, hablé con él un
poco, pero Lydia y Lily se metieron antes que— ¡Stella!] Caren se sonrojó.
[Lo siento.] Dije, sonriendo.
Oh, tengo todo lo que puedo desear.
Nunca creí que podría haber estado tan feliz en unos solo meses. Y todo se lo
debo a… Toqué la pluma
del Griffin guardada en mi bolsillo y recordé la emboscada a la que el Héroe me
había conducido en Rostlay.
[No quiero ser famosa.] Le había dicho.
[Quiero ser—]
[¿Su esposa?] Ella intervino.
Oh…
Sintiendo que mi temperatura se alzaba
precipitadamente, me tragué todo el vaso de mi jugo de fruta en un solo trago.
[¿Stella?] Caren preguntó, mirándome de
cerca. [¿Estás bien?]
[¡N-No es nada!] Respondí. [Estoy bi—
¿Crees que las chicas están haciendo bien su trabajo?]
[Oh. Oí un poco de ellas. Parece que lo
están haciendo bien.]
[¿Sí?] Pregunté, asombrada. [Quién te
dijo—]
[Esa sería yo, mi lady.] Una voz
intervino mientras que, sin advertencia, una delgada joven de cabello castaño
apareció ante nosotros. Era la ama de llaves de los Leinster, Anna. Pero ¿qué
estaba haciendo aquí? Se suponía que había acompañado a la Duquesa Lisa
Leinster a un consejo dentro del Gran Árbol.
[Lady Stella, si gusta contactarse con
Lady Tina, tengo la forma.] Anna continuó, sacando un orbe de comunicación en
la forma de un audífono. [El consejo está en receso luego que la tensión se
podía tocar con las manos.]
[G-Gracias.] Dije, acomodando el orbe
en mi oreja. [¿Tina? Tina, ¿puedes oírme?]
[¿Eres tú, Tina?] La voz de Tina
respondió. [Perdón, pero estoy un poco ocupada ahora, así que— ¡Ah! ¡Lynne!
¡Ellie, no tú también! ¡N-No es el momento para empezar! ¡Oh, Dios!]
Por el orbe, oí los animados gritos de
Lynne y Ellie, y la poderosa risa de los caballeros. Evidentemente, las chicas
habían competido por limpiar los escombros.
[Tina, deja tus payasadas para luego.]
Le advertí a mi hermana, quien no parecía haberla pasado mal a pesar de haber
enlazado maná con Allen.
[¡Lo sé!] Respondió. [¡Pero esta no es
una batalla que puedo permitirme perder! Estamos compitiendo para decidir quién
consigue sentarse a la par de Allen la siguiente vez que tenga la hora de
visita en— ¡¿Lynne?! ¡Los Firebirds están contra las reglas!]
Caren y yo intercambiamos miradas,
entonces nos bajamos de hombros y sonreímos. Sentí un poco de envidia del
optimismo de mi hermana.
Anna lanzó un hechizo que ocultaba el
sonido con un chasquido de sus dedos. [La restauración de los rieles de tren y
las líneas de comunicación entre la capital real y este está procediendo bien.]
Dijo. [A lo mejor, las primeras tropas podrán alcanzarnos en la siguiente
semana. Los Duques Howard y Lebufera suministrarán a la fuerza principal,
mientras las armadas del Dique Leinster y sus vasallos regresarán a la capital
sur. Hemos recibido la noticia que la capital real será resguardada por los
nobles locales que dejaron sus puestos.]
¿Los tres duques están dejando la
capital? No me parece lo correcto— Es algo difícil.
[Sé que las negociaciones de paz están
progresando en el norte.] Dije dudosamente. [Pero ¿cómo van las cosas en las
fronteras del sur y este?]
Por ahora, el reino enfrentó amenazas
directas en los tres frentes: el Imperio Yustinian al norte, la Alianza de
Principados al sur, y el Reinado del Espíritu Santo al este. El imperio y la
alianza habían realizado invasiones fallidas. Los caballeros, mientras tanto,
habían masacrado a los hombres bestias en el este. Oí que Allen había luchado
contra ellos aquí, al igual que lo hizo el hermano mayor de Lydia y Lynne, el
Vicecomandante Lord Richard Leinster de la Guardia Real. Desde que se habían
retirado a su territorio y quedado en un punto muerto en la frontera este con
la Brigada de la Estrella Fugaz— una legendaria fuerza de pelea la cual había
ganado reconocimiento internacional hace doscientos años, durante la Guerra del
Señor Oscuro.
[Con la ayuda del profesor, parece que
hemos concluido la paz con el imperio.] Anna confirmó, frunciendo el ceño. [La
venerable señora y Miss Fosse lo han hecho bastante bien en el sur. Sin
embargo… la opinión pública dentro de la alianza al parecer está dividida.]
Se necesitan de dos para hacer la
guerra. Y las hostilidades, una vez empezaron, no podrían terminar fácilmente.
Caren y mi otra mejor amiga, Felicia Fosse, se vieron envueltas en un gran
dilema. Aunque físicamente frágil, ella era la persona mentalmente más fuerte
que conocía. No tenía duda que estaba presionando sus límites.
[¿De qué estaban hablando dentro del
Gran Árbol?] Caren preguntó.
[El tema principal era cómo mejorar
para revitalizar la ciudad.] Anna respondió. [En lo que respecta al tratamiento
de Allen, Lord Rodde, el Archimago, expresó preocupaciones que no eran raras.
Los otros jefes pertenecientes a la Brigada de la Estrella Fugaz también sus
opiniones. Todo debe esperar hasta que el hospital lo dé de alta.]
Caren y yo nos miramos en silencio y
apretamos nuestros puños.
Como el hijo adoptado de una familia
del clan lobo, sin un apellido, Allen estaba al fondo de la cadena social. De
acuerdo a Caren, ni siquiera los hombres bestias lo reconocían como uno de los
suyos. Así que aunque se había graduado como segundo de su clase tanto de la
Academia Real como de la Universidad y logrado una larga lista de hazañas, un
grueso e invisible muro tapaba su camino. La Casa Real de Wainwright estaba trabajando
para mediar esa falta de oportunidad, mientras la aristocracia conservadora—
asustada por el prospecto de personas verdaderamente capaces e idóneas como
Allen— se había rebelado contra las reformas… y había sido todo un fastidio.
Razonablemente podía clamar que las
bases para la superación de Allen estaban en su lugar. Él, sin embargo, sin
duda desearía un ascenso de estatus no para sí, sino para los hombres bestias
como un todo.
Me giré a Caren.
[No me mires así, Stella.] Ella gruñó. [Pero
será más duro de lo que piensas. Mi hermano es terco en las cosas más
extrañas.] En su respiración, añadió. [Y si dice que prefiere ser un plebeyo,
e-es mucho mejor para mí.]
[¡Ah, juventud!] Anna intervino,
sonriendo.
Miré a Caren, pero antes que pudiera
decir algo, las voces tensas de las chicas estallaron del orbe de comunicación.
[¡Stella!] Tina gritó. [¡Si estás
libre, realmente podemos usar tu ayuda!]
[¡L-Lady Stella, es una emergencia!]
Ellie añadió.
[¡Algo de la petrificación aún queda, y
se está expandiendo!] Lynne dijo. [¡Te necesitamos para purificarlo!]
El monstruoso Océano Apestoso ha sido
imbuido con el poder del gran elemental Stone Serpent. Había asumido que
Lightning Flash había calmado ambos por completo. Pero algo había perdurado…
Le lancé miradas a Caren y Anna, ambos
asintieron.
[Tina, Ellie, Lynne.] Dije en el orbe.
[Ya voy.]
[¡Sí, señor!] Ellas respondieron en
respuesta.
Me siento cansada, pero los maestros en
magia de purificación son pocos y escasos. ¡Aún no puedo descansar!
Puse mi vestido blanco en una silla
cercana, reposé mi vaso en una mesa y dije. [¡Anna, Caren, síganme!]
✽✽✽✽✽
[¿Así que Stella se hizo cargo de la
purificación?] Le pregunté a mis pupilas.
Era la tarde, y se sentaron frente a mí
mientras descansaba en un banco en el jardín del hospital, con abundancia de
verdes árboles y vividas flores. Ahora, lo teníamos todo para nosotros. Lydia
se había ido para otro examen, y se había llevado a Lily y Atra con ella,
aunque podía sentir la invisible barrera que la maid había colocado alrededor
del jardín.
[¡Sí!] Respondió una chica con un
listón blanco atado en la parte de atrás de su cabello plateado teñido de azul—
Lady Tina Howard. Su mano derecha se levantó mientras hablaba, y el listón azul
atado alrededor de su muñeca se meneaba, al igual que el flequillo de su
cabello. [¡Entonces nos deshicimos de todo con magia! ¡Stella y Caren están en
el Gran Árbol, reportando lo que pasó!]
[¡En efecto, Nii-sama! ¡Lady Stella fue
la más deslumbrante!] Una chica de cabello rojo en un uniforme militar y una
boina— Lynne Leinster— intervino, también levantando su mano. Tanto ella como
Tina eran hijas de duques, envestidas con el título de “Alteza,” y por los pasados
meses, había sido su tutor privado. Se venía más confiables de lo que habían
sido antes de la rebelión, habiéndose desenvuelto tanto en el campo y más allá
de los escritorios. Excepto que…
Descansé mi pluma en mi libreta y dije.
[Tina, ¿segura que no te estás sobre esforzando?]
La chica genio, cuya milagrosa
previsión del clima había contribuido a la victoria en el frente norte, de
pronto se puso tímida. [P-Para nada.] Ella dijo, evitando mi mirada. [Pude
hacer mucho, mucho más por—]
[Nii-sama, creo que la Señorita Primer
Lugar hizo más que suficiente.] Su compañera intervino, con un aire
despreocupado.
[¡Lynne! ¡¿Qué es esta puñalada?!]
[Solo estoy diciendo la verdad.
¿Querías que le mintiera a mi Nii-sama?]
Tina liberó un frustrado gruñido, luego
se silenció. Parecía que estaba en lo correcto— se había estado presionando un
poco demasiado. Necesito decírselo a Stella y Caren luego.
Justo entonces, una chica rubia en
uniforme de maid emergió de una habitación de piedra, llevando una tetera en
una charola de madera. Ella era Ellie Walker, otra de mis estudiantes y la
heredera de una renombrada familia del norte, quien era tanto la maid personal
de Tina como su mejor amiga.
[Allen.] Ella dijo, acercándose alegre.
[¡Hice té negro helado!]
Sí, hay un sentimiento de nostalgia.
Creo saber exactamente lo que pasará.
Suficiente, la emocionada Ellie libero
un pequeño grito y se tropezó mientras empezaba a correr.
[¡Cuidado!] Dije, lanzando un hechizo
de levitación en la charola y atrapando a la maid antes que cayera. [¿Estás
bien?]
[¡S-Sí! M-Muchas gracias.] Ella
respondió. Entonces sonrió y prácticamente lo cantaba. [¡Allen, señor!]
La joven noble se levantó, se silencio
y puso cara de poker.
[Ellie.] Tina empezó.
[Lo hiciste a propósito, ¿verdad?]
Lynne demandó mientras se llevaban al ángel de mis brazos, sin prestarle
atención a su pequeño grito cuando le pusieron las manos encima.
[Lady T-Tina, Lady L-Lynne.] Ellie
protestó, balbuceando. [N-No hice tal—]
[¡Sin excusas!] El par gritó.
Su mejor amiga y la mayor por un año
gritaron otra vez, y las tres chicas empezaron un juego de roles. Pensé en lo
alegre que estaba de verlas tan animadas mientras llevaba la flotante charola
en una mesa. Luego de verter cuatro vasos de té helado, desplegué un hechizo de
fórmula en el que estaba trabajando en el aire ante mí.
Esta es una simplificación de la
exquisita fórmula vidriosa de la bruja que era tanto elaborada y artísticamente
hermosa. Dominarla aumentaría drásticamente el poder de mis hechizos. Pero no
tenía confianza en lo que se refiere a mi habilidad para usarla en combate—
probablemente me lastimaría más a mí que a mis oponentes. El más mínimo error
causaría que la fórmula fallara, y mi recreación estaba lejos de ser perfecta.
Linaria había sido el pináculo del logro mortal; Ningún hechicero mortal podría
seguir sus pasos.
[Tina, Ellie, Lynne.] Llamé a mis
estudiantes, quienes habían dejado de jugar. [Siéntense. Tengo algo que
mostrarles.]
[¡Sí!] Recibí el coro de respuestas
mientras el trio rápidamente regresaba a sus asientos. Entonces vieron la
fórmula del hechizo, y sus ojos se abrieron.
Tina libero un inquieto “¿Señor?”
Lynne, un curioso “¿Nii-sama?” y Ellie, un admirable “Qué admirable.”
[Para bien o para mal.] Expliqué,
entregándoles un vaso a cada una. [He tocado la veraddera esencia de la magia.
Ellie, tú primero.]
[¡S-Sí!] La angelical maid se puso de
pie.
Desplegué una nueva fórmula de hechizo
ante las chicas. Los ojos se Tina y Lynne se hicieron más grandes. Ellie cubrió
su boca del asombro, entonces dijo dudosa. [A-Allen, e-esto puede ser…]
[Sí.] Respondí, asintiendo. Para mi
satisfacción, las chicas claramente habían sido estudiosas mientras estuvimos
apartados. [Esta fórmula es para un verdadero hechizo de vuelo. Confió que
hayan estado haciendo los ejercicios que escribí en sus libretas—]
[Cada día.] Ellie confirmó.
[Espléndido. Entonces, con entrenamiento,
deberías ser capaz de lanzar esto. Solo un puñado de hechiceros en el
conteniente han amaestrado el vuelo, así que podrás encontrar tu nombre en un
libro de historia un día.]
[O-Oh, p-pero todo se lo debo, Allen.]
Ellie protestó, puso sus manos en sus mejillas.
[¿Aún te da problemas el elemento de
rayo?] Pregunté, notando las conflictivas miradas en los rostros de Tina y
Lynne con un agrio asombro.
La maid bajó su cabeza. [Sí, señor.]
Ella respondió. [E-Eso me asusta.]
Despejé la fórmula y dije. [Ellie, ¿le
temes a Caren?]
[N-No. Ms Caren no me asusta. Ella es
tan buena y yo pienso de ella, bueno… como otra hermana mayor.]
[Entonces trata de pensar en ella
cuando lances un hechizo de rayo. Una vez hayas aprendido a usar todos los ocho
elementos. Te enseñaré uno de mis mejores trucos.]
[Uno de sus mejores.] Ellie repitió,
sorprendida. [Yo… ¡Lo deceptionaresh! Oh…] Ella enterró su rostro en sus manos,
habiéndose confundido con sus palabras en un momento crucial.
Santo Dios, se siente bien estar de
vuelta.
Luego, llamé a la noble de cabello
rojo.
[Lynne.]
[¿Sí, Nii-sama?] Respondió. [¡He
aprendido a usar la Espada Escarlata!]
Suprimí mi asombro. La Espada
Escarlata, como el Firebird, era un arma secreta de la Casa Ducal de Leinster.
Ni siquiera el hermano de Lynne, Richard, el vicecomandante de la guardia real,
había logrado hacerlo.
[Allen.] Tina intervino. [No recuerdo
ver un arte secreto en mi libreta.] NT: puta castrosa.
Ignorándola por el momento (Pone a
dormir a la puta esa), regañé a Lynne. [No deberías presionarte para mejorar. Y
lo mismo va para ti, Ellie. Aprende a tu propio paso.]
[Ese es un consejo que no tomaré, ni
siquiera de ti, Nii-sama.] Lynne respondió. [Comparada a Lady Stella, soy
bastante lenta.]
Así que ella está comparándose con
Stella. NT: Es una
diosa, la perfección.
[Mi hermana está acabando las tareas en
la segunda libreta que le diste tan rápido como la primera.] Tina gruñó,
regresando a su asiento con varios pastelitos en su plato. [¡¿Y por qué todo lo
mío es tan básico?! ¡Eso es favoritismo! ¡No es justo!] NT: calla puta.
[Lo que necesitas, Tina, es mejor
controlar tu propio maná.] Callé a la puta esta. NT: Allen no dijo eso, pero
debería.
Haciendo berrinche, la noble de cabello
plateado se metió un pastelito en su boca y gruñó. [Eres un gran y molesto
pendejo.]
[¡L-Lady Tina, está comiendo más de lo
que trajo!] Su nerviosa maid le dijo-
Aunque no la había estado molestando.
Con tanto maná para suprimir el de Lydia, teniendo mucho conocimiento, y— sobre
todo— una pura dedicación, Lady Tina Howard era brillante. La única cosa que
necesitaba hacer era ponerse al día con el tiempo perdido.
[¿Qué te gustaría aprender ahora,
Lynne?] Le pregunté a la chica de cabello rojo, quien estaba dándole a la
futura gran hechicera una mirada de exasperación.
[Me gustaría trabajar con el uso de las
Espadas Escarlatas.] Ella respondió rápido, tocando la vaina de la espada que
había heredado de Lydia. Se veía muy madura.
Sé que puedo decir lo mismo de Tina,
pero ella está creciendo demasiado rápido.
[Está bien.] Dije. [Esa puede ser una
buena idea.]
[Gracias. Nii-sama, ¿puedo contarte mi
meta?]
[¿Tu meta?] Repetí.
Lynne no era una niña creída. Su
hermana Lynne era la actual Dama de la Espada. Su madre, la Duquesa Lisa,
estaba entre las mejores espadachinas en el continente. Y su abuela, la Duquesa
Emerita Lindsey, conocida como el “Cielo Escarlata,” era su más renombrada
hechicera. Quizás estar rodeada por tales imponentes figuras en casa explicaba
por qué Lynne era tan reservada— para un Leinster, al menos. ¿Cuál debería ser
su “objetivo”?
La chica noble de cabello rojo presionó
su mano izquierda en su pecho y declaró. [Quiero aprender a hacer todo lo que
mi hermana puede. Entonces, si algo como esto pasa otra vez. Seré capaz de… Me
doy cuenta que será difícil hacerlo sola, pero con tu ayuda, Nii-sama, y…]
Lynne dudó y miró a sus amigas.
[¿Lynne? ¿Hay algo en mi cara?] Tina
preguntó, tocando su rostro.
Su maid se veía igualmente asombrada,
entonces liberó un pequeño “oh” de asombro.
Así que lo que sería difícil para una,
puede ser posible para tres. Recordé a mis kohais en la universidad. ¿Habían
mejorado juntos también?
Levanté mi puño izquierdo. Lynne hizo
lo mismo, y nos tocamos.
[Bien dicho.] Dije. [Juntos, podremos
hacerle frente a Lydia.]
Mis palabras tomaron un momento para
comprenderse. Entonces Lynne respondió. [¡Sí, Nii-sama!]
Solo estaba disfrutando el cálido y
alegre sentimiento cuando Tina libero un gruñido. [¡Allen! ¡Lynne!] Ella dijo.
[¡No se metan en su pequeño mundo!]
Una maliciosa luz se encendió en los
ojos de Lynne. [Te equivocas.] Ella dijo, encendiendo las llamadas deliberadamente.
[Este entendimiento es no solo entre Nii-sama y yo; Ellie también está con
nosotros.]
[¿Qué? ¿E-Ellie?]
[B-Bueno…] La maid respondió
evasivamente.
Tina se desmoronó, impresionada por la
reacción de su mejor y antigua amiga, se giró a mí por respuestas. [Allen.]
Ella rogó.
Todos nosotros estallamos en risas.
[¡¿Q-Qué es tan divertido?!] Tina
demandó, gesticulando salvajemente. [¡Se están riendo demasiado! ¡Especialmente
usted, Allen!]
[Naturalmente, he extrañado los
divertidos rostros que haces.] Respondí, parándome de mi asiento.
[¡Sea serio!] Tina cerró sus brazos, se
alejó y dijo. [Es increíble. ¡Ya no quiero saber nada de usted!]
Ellie y Lynne me miraron.
Ah.
[Parece que nos estamos quedando sin
té.] Anuncié. [Ellie, Lynne, ¿por favor harían más?]
[A-Allen.]
[Claro, Nii-sama.]
El par dejo el jardín. Una vez me
aseguré que estaban dentro del hospital, lancé un hechizo bloqueador de sonidos
alrededor de nosotros y dije. [Tina, ¿realmente te estás sintiendo bien? Si
estás sufriendo de fatiga, dime.]
[Estoy bien.] Ella respondió
lentamente, girando su cara a mí. [Lydia está mucho peor.]
Vi la preocupación en su rostro. A
pesar de sus puterias, Tina era una castrosa (NT: ok, Allen no dijo eso, pero,
así sonó en mi cabeza… xd), y ella admiraba mucho a Lydia.
[¿Ella está sufriendo por la misma cosa
que esta chica?] Tina preguntó, mostrándome su mano derecha. La marca del
Frigid Crane, uno de los Ocho Grandes Elementales, apareció levemente en su
mano.
[No lo sé.] Respondí. [Pero el Blazing
Qilin parece haber entrado en el letargo luego de usar mucho poder.] Me estiré
y toqué el listón azul en la muñeca derecha de Tina, causando que una fórmula
apareciera en su superficie. [Le imbuí un hechizo calmante, pero supongo que
pudo haber sido innecesario. Su Alteza es más fuerte de lo que me doy cuenta.]
Tina bajo su cabeza, y su pequeño
cuerpo se agitó. [No soy tan fuerte.] Ella murmuró, apretando sus puños.
[¿Recuerda lo que le dije la noche después de cortar al Océano Apestoso? Todo
lo que tenía era una fe ingenua en usted— en el mago que me dio la magia. Esa
no es fuerza.] Cuando levantó la mirada, había lágrimas en sus ojos. [En la
capital real, cuando vi a Lydia crear esas alas negras, supe que tenía que
detenerla. Pero al mismo tiempo… estaba tan, tan celosa. Dolorosamente fui
consciente de lo genuinamente preocupada que estaba por usted.]
[Tina…] Dije lentamente. Su
razonamiento me dejo sin respuesta por un momento.
La joven noble desató el listón azul y
me lo entregó. [¿Me peinaría?] Ella preguntó.
Luego de un momento, respondí. [Claro.]
Tomando el listón, mágicamente lo purifiqué y empecé a atarlo en el cabello de
Tina. Hermosas flores de hielo llenaron el aire— señal de alegría, supongo.
Cuando terminé, Tina sonrió tímidamente
y dijo. [Lo aprecio… Allen.] Su voz era tan leve, pero cargada con
determinación mientras tomaba mi mano derecha firmemente con las suyas y la
presionó en su pecho. Entonces, como si recitara una oración, ella continuó.
[Lo diré decenas, cientos, miles o millones de veces que sea necesario.
Trabajaré aún más fuerte que antes, y un día, seré digna de usted. Así que por
favor, obsérveme. ¡No perderé ante Lydia, y ni con Stella o Caren o Ellie menos
Lynne!]
Las heladas flores respondieron a las
emociones de Tina al danzar con gran intensidad. Pronto, envolvieron todo el
jardín en un brillante despliegue.
Bueno, lo estaré. Ella en verdad es
maravillosa.
Aunque emocionado ante al terrible
potencial de Tina, disperse el hielo con mi mano. Entonces pase mis dedos en la
mano derecha de la niña genio y dije. [En ese caso, haz que tu siguiente
objetivo sea sentirla— sentir al Frigid Crane. Los grandes elementales tienen
voluntades propias. Creo que mientras creces, aprenderás a manifestarla y,
eventualmente, descubrirás una manera de liberarla.]
Tina se estiró y tomó mi manga. [¿Lo
harás conmigo?] Preguntó.
[Claro. No se lo digas a otros, pero
estoy trabajando en un nuevo hechizo solo para ti.]
[¡¿Para mí?!] Ella exclamó. [¡Oh,
Allen!]
[Whoa.] Dije mientras la alzaba en mis
brazos. Debía estar rogando por atención. Estaba por darle un abrazo, cuando…
[Está bien, ya es suficiente con eso.]
[No está jugando justo, Lady Tina.]
Lynne y Ellie aparecieron detrás de una
columna de piedra y alejaron a la quejumbrosa chica de nosotros.
[Te muestro algo de consideración, ¿y
así es cómo me pagas, puta?] Tomada por su amiga de cabello rojo. [¡Y me rehusó
a ser la última en esa lista!]
Tina se asombro por un momento, pero
pronto se retorció con una leve risa. [¿Dónde más te podría, Lynne? ¡Siempre
serás mi hermanita! ¡Apuesto que nunca has llamado por su nombre a nuestro
tutor! ¡Y Ellie, incluso a ti te cuesta!]
Ambas chicas se tambalearon, cogidas
con la guardia baja por este imprevisto contraataque.
Bien. Volvemos a lo mismo.
[Sí que te aman, Allen.] Una risa vino
detrás de mí.
Luego de un momento, respondí.
[Desearía que no te burlaras de mí, Lily. ¿Qué ha sido de Lydia?]
La maid— quien se suponía debía
acompañar a su prima— se abalanzó en mí con un vaso de té en su charola.
[Nos separamos luego de su examen.]
Lily respondió con su usual tono burlón. [Lady Lynne me pidió una tetera de té.
¡Y aparte de eso, yo también he estado trabajando!]
No sabía exactamente qué hacer con eso.
Lily lanzó un hechizo de levitación en
la charola, juntando sus manos, y repitió. [¡Yo también he estado trabajando
duro! Tú oído.]
Tenía un mal presentimiento de esto, pero
la ignorancia sería tan peligrosa como el conocimiento. Preparándome, le presté
mi oído a Lily.
[Mi padre ha sido una molestia.] Ella
susurró. [Siempre jodiéndome con eso de dejar de ser una maid y tomar un
esposo. Así que me harté y le dije, “Me casaré con cualquiera que venza a
Allen.”]
De inmediato, le di un fuerte
veredicto:
[Lily, te encuentro culpable de los
cargos.]
[¡Pero usted mima a las jovencitas!]
Ella se quejó. [¡Tratarme diferente no sería justo!]
[¡Tu argumento es inválido! ¡Te reportaré
con Anna!]
[¡Eres horrible!] Ella se quejó,
evidentemente alarmada.
[Lo pondremos a votación. Tina, Ellie,
Lynne, ¿no concuerdan que tengo la razón?]
Las chicas dejaron de jugar y
respondieron con un alegre “Sí” mientras rodeaban desde atrás a Lily.
[¿M-Mis ladies?] La maid preguntó.
[¿O-Ocurre algo?]
[¡Estás demasiado cerca!] Tina y Ellie
gritaron como una. Lynne, mientras, preguntó. [Lily, ¿qué acabas de susurrarle
al oído a Nii-sama?]
Lily soltó una risa contenida. Entonces
gritó. [¡Oh! ¡Acabo de recordar que tengo trabajo que ahcer!] Y salió corriendo
con el trio en persecución.
Ah, paz.
[Qué bulla.] Lydia remarcó, regresando
de su examen con Atra dormida en sus brazos. Usaba una de mis camisas blancas
sobre su vestido de noche— se había hecho su hábito— y estaba completamente
normal.
[Bienvenidas.] Dije, bajando la charola
que Lily había dejado flotando en la mesa. [¿Cómo fue?]
[Soy la salud personificada.] Ella
respondió.
[Atra, ¿es cierto?]
El zorrillo saltó a mi hombro derecho y
sobó su cabeza contra mis mejillas.
Lydia se puso ante mí. [¿No confías en
mí?] Ella demandó, enojada.
[La Lady Lydia Leinster que conozco
siempre hace de menos sus problemas.]
[Ahora, la tetera está haciendo—]
Ambos nos detuvimos y levantamos la
mirada al cielo. Algo estaba descendiendo hacia nosotros.
[Ese es un Griffin oceánico verde.]
Lydia dijo, dándole forma a mis pensamientos. [Y este maná le pertenece a…]
[Stella y Caren.] Terminé por ella.
[¿Ocurre algo?]
Atra tocó mi mejilla con su pata. Lo
tomé como un “sí.”
[¡Tontas!] Lydia les gritó a las
chicas, quienes aún estaban persiguiendo a Lily. [¡Dejen de jugar y llamen a un
doctor! ¡Lily, prepara hechizos de curación!]
[¡Sí!] El trío respondió, corriendo al
hospital.
[¡Ya voy!] Lily añadió, empezando a
desplegar su magia de curación.
Puedo ver claramente al Griffin ahora.
Había dos chicas en su espalda, y una de ellas— vestida en un uniforme militar
blanco— halaba las cuerdas. La otra, quien sostenía las riendas, era del clan lobo
y usaba un uniforme de la Academia Real. Entre los fieros vientos, pude decir
su nombre:
[¡Caren!]
[¡Allen!] Ella gritó. [Stella… ¡Stella
está…!]
✽✽✽✽✽
Gruñí y abrí mis ojos para encontrar
que había estado metido en una gran cama. A su lado, una gentil lámpara de maná
iluminaba una silla, en la cual yacía mi varita y mi estoque. Más allá de la
ventana, la noche había caído y las estrellas estaban parpadeando.
¿Estoy en un hospital?
Oí una rítmica respiración y me giré.
Una sorprendente mujer hermosa con corto cabello escarlata— Lydia— estaba bien
dormida a mi par. Atra el zorrillo estaba acostada a mis pies.
[Um…]
Ayudé a Caren y a las chicas a
purificar los remanentes de la petrificación del Océano Apesto, y entonces…
Tranquilamente, me salí de la cama. En
lugar de mi uniforme militar, usaba un pijama blanco.
[¿Quién cambió mi ropa?] Me pregunté.
Entonces vi una carga puesta debajo de la lámpara de maná. Era la letra de
Caren.
Querida
Stella,
Los
doctores te diagnosticaron cansancio y te prescribieron varios días en el
hospital. Pensé que me iba a dar un ataque al corazón cuando colapsaste durante
la entrega de un reporte. ¡Las maids Leinster y yo cuidaremos de las chicas,
así que descansa un poco!
Te deseo lo
mejor.
Caren.
(Enojada
porque su mejor amiga no se apoya en ella.)
PS: Ellie y
yo cambiamos tu ropa. ¿Esperabas que fuera Allen?
[Oh, en serio, Caren.] Gruñí.
Evidentemente, me había desmayado.
Luego de enfrentar al dragón esquelético en Rostlay, había dejando el norte
para pelear en la capital real. Entonces, antes de tener tiempo para recuperar
mi respiración, un hechizo de teletransportación me había enviado al este.
Aquí, había detenido a Lydia, contuve al Océano Apestoso, y limpié la
petrificación en los remanentes de la guerra. Quizás todo eso me había cansado
más de lo que pensé.
Cerré la carta y la coloqué en la mesa.
Atra retorció su cola quizás estaba teniendo un buen sueño. Me reí por sus
movimientos mientras entraba al pasillo. La puerta había sido dejada abierta,
presuntamente así podría visitar a Allen en el cuarto del par tan pronto me
despertara.
Mientras recibía la sublime armonía del
agua y una canción, un pensamiento me pegó— ¿esta podría ser mi oportunidad de
ver a Allen dormir? Reposé mi mano en la ventana y agité mi cabeza para entrar
en sí.
¡S-Stella! ¡¿Q-Qué se te metió?! Ese sí
que no es un comportamiento apropiado de… de…
Sentía el maná cerca. Aunque Lily había
estado en turno por los pasados días, no sentía su presencia. Así que luego de
unos momentos de deliberado silencio, me hice a la idea y corrí hacia el cuarto
a la par del mío.
¡A-Alto! ¡Esto no está bien! Mi ángel interior rogó. Si vas con
esto, entonces—
¡Ahora, Stella! Mi diablo interior interrumpió,
agitándola. ¡Tal oportunidad de ver a Allen dormir no cae del cielo!
Yo… solo quería ver.
Las puertas del cuarto de Allen también
estaban abiertas. Miré adentro con cuidado.
Estaba vacío. La lámpara de maná en su
mesa redonda irradiaba una cálida luz en las libretas y libros antiguos.
Entré y me acerqué. En un rincón de mi
vista, avisté ropa doblada en un estante, y un leve jadeo se me escapó. Mi atención
se dirigió a una de las camisas blancas que Allen siempre usa. Cuando estiré mi
temblante mano a ella, mi ángel y diablo interior entraron en otra pelea.
¡No te apresures, Stella!
¡Es ahora o nunca, Stella!
Una vez más, el diablo triunfó. Abrazando
la camina y sonriendo, reflexioné en que no tenía madera para ser una santa. Y
como la simple mujer que era— este era un pequeño acto que me llenaba de dicha.
Entonces recordé que Caren mencionó que
ella usaba esas caminas como pijama cuando pasaba la noche en los aposentos de
Allen en la capital real. Ella lo llamaba su “deber de hermana.”
Jadeé otra vez y lancé una mirada
furtiva alrededor. Estaba sola… Pero… Pero aun así…
Mientras luchaba conmigo mismo, mi
ángel y diablo interior emergieron por tercera vez. ¡Póntelo! (NT: ponerse el
qué de Allen, xd) gritaron en conjunto.
Me puse la PUSE. Era… mucho más GRANDE
de lo que imaginaba. Mis mejillas ardieron aun más al recordar que Allen era
todo un SEMENTAL. Brillante maná se me escapaba. Había tomado ambas mangas y
enterré mi rostro en ESO cuando— (NT: lo traduje en doble sentido, por los
pensamientos de Stella se daba para eso… xd)
[¿Stella?]
Para mi sorpresa y alarma, Allen estaba
en la puerta, vestido en sus pijamas y llevando una charola.
[Uh, bueno, esto es, verá…] Balbuceé,
sintiéndome avergonzada. [E-Es tan gran que es relajante y—] Para mi sorpresa,
la verdad se me salió.
¡Qué desastre! ¡Oh, si solo pudiera
regresar en el tiempo!
Una risa interrumpió mi mortificación.
Levanté la mirada para ver a Allen llegar a mí.
[Lydia y Caren dicen la misma cosa.]
Remarcó. (NT: Nosborn, qué galan.) [El viento nocturno es tan frío, así que por
lo mismo, usar una chaqueta es mejor. ¿Te sientes bien? Parece que estás
experimentando una leve deficiencia de maná.]
[Yo estoy muy—]
Antes que pudiera terminar de hablar,
una briza sopló por la ventana y me hizo estornudar.
¿C-Como viviré ahora?
[Estaba pensando en hacer un poco de té
caliente.] Allen dijo, como si nada hubiera pasado. [Toma asiento.]
Sonrojada, respondí. [Está bien.] Y
obedientemente me movía al sofá. Aunque no podía suprimir la emoción mientras
Allen me daba la espalda y empezando a hacer té en la tetera, bajé mi mirada a
la mesa redonda.
Los dos libros eran gruesos y académicos
volúmenes de una considerable edad— El Griffin Oceánico Verde: Su Vida y
Hábitat y Una Historia de la Guerra del Señor Oscuro. Miré a una libreta y
encontré que llena de complicadas fórmulas de hechizos inimaginables.
[¿Qué es todo esto?] Pregunté.
[Solo un poco de investigación.] Allen
respondió. [Stella, ¿sabías que los Griffin oceánicos verdes solo viven cerca
del Gran Árbol? Atra y yo necesitamos darle otra visita a la persona que me dio
este anillo, pero parece que será más fácil decirlo o hacerlo.] Mientras se
giraba a verme, el anillo en cuestión brillaba en el tercer anillo de su mano
derecha. Le pertenecía a Linaria Etherheart, una hechicera legendaria que
compartía apellido con el de mi madre.
Ya que luchaba por recuperar mi
compostura, Allen limpió la mesa y puso encima la charola. [Esas notas son las
nuevas tareas para todas ustedes.] Dijo. [Así que por favor no se lo menciones
a mi mamá o Caren. Han pasado por mucho para mantener a mis visitantes al
mínimo, y se enojarían si me encuentran trabajando.]
[Oh, en serio.] Fue todo lo que podía
decir. Desearía que pudiera descansar como cualquier otro. Pero al mismo
tiempo, no podía evitar agitarme de la dicha.
[Tina y Ellie me dijeron todo lo que
has estado haciendo.] Allen continuaba mientras vertía el té. [No es sorpresa
que la Academia Real te haya hecho su presidenta del consejo.]
[Oh no, no soy nada especial.] Dije,
bajando mi mirada y tomando mis mangas.
[Además, siento mucho haberte
preocupado. Estoy bien ahora.]
Me quedé sin palabras, y me derrumbé en
los brazos de Allen.
[Vaya. ¿Stella? Golosa.]
Él es cálido. Cálido y vivo.
[Me estaba muerta de la preocupación.]
Dije, mi voz se agitaba mientras los sentimientos que había estado guardando se
salían. No podía detenerlos. [Estaba más que devastada que Tina y Ellie cuando
la noticia nos llegó de la capital este. ¡No podía soportar no saberlo, me
preguntaba si lo peor le había pasado!] Lágrimas mojaban mi camisa prestada, y
más luminoso maná se me escapaba. [Desearía haberme podido salir de la guerra
con los Yustinianos e ir directo a la capital este— ¡Para salvarlo! Pero… sabía
la verdad. Sabía que no era lo suficientemente buena para luchar a su lado, que
solo me interpondría en su camino. Así que, al final… escogí quedarme.]
Mis palabras quedaron en el aire por un
momento… entonces Allen dijo mi nombre.
Levanté la mirada. El tetera y copas
mágicamente se suspendían en el aire. [Pero a pesar de que tomé la decisión de
no ir.] Continué, desgarrada. [Sentía como que algo malo iba a pasar. Tantas,
tantas veces, quería abandonar todo lo que quería— el reino, mi casa, mis
hermanas. Pero solo eso me lo aseguraba más.]
Limpié mis ojos, miré al mago a la
cara, y juré. [La siguiente vez, Allen, te protegeré. ¡Mi decisión está
tomada!]
Él pestañeó en sorpresa. Pronto, sin
embargo, calmó mi maná y dijo. [Eres demasiado para mí, Madam Presidenta. Pero
si me encuentro en una situación precaria otra vez, apreciaría tu ayuda.]
[¡Puede contar con ello!] Respondí, con
una empática asistencia.
Oh, esta puede ser mi oportunidad de
conseguir algo de atención especial.
[¿Stella?] Allen preguntó, luciendo
asombrado mientras bajaba la tetera y las copas. [¿Ocurre algo?]
Me resolví, tomé el borde de mi falsa,
y lo miré. [A-Allen.] Balbuceé. [Yo… he, um, trabajado duro.]
[Sí, ciertamente lo has hecho.]
Respondió, aún sin comprender.
Oh, ¿por qué no capta la indirecta?
Frustrada, reuní mi coraje y presioné.
[A-Así que, bueno, quería una r-recompensa.]
[¿Sí? ¿Y qué tenías en mente?]
En un flash, recordé la fantasía que
había tenido en la estación de trenes en la capital norte, y el pensamiento se
salió de mi boca.
[C-Cuando regresemos a la capital real,
yo… me gustaría si, solo por un día, fueras mi, um, m-mayordomo.] Mis mejillas
debieron haber estado tan rojas como manzanas mientras mis palabras se
detenían.
[¿Te contaron de eso las chicas,
Stella?] Allen gruñó, poniendo las copas en la mesa. [Jure que nunca más me
vestiría así.]
[Entonces, ¿no lo harás?] Rogué,
apretando sus mangas.
Sin otra palabra, me entregó una copa y
una cuchara, la cual tomé. El aroma del té floral alivio mis nervios mientras
lo bebíamos en un tranquilo silencio. Me sentí agradecida.
Al final, Allen bajo su copa, suspiro y
dijo. [¿Cómo podría decir que no a esa mirada? Muy bien, lo haré, ya que eres
tú quien lo pide.]
[G-Grandísimo tonto—]
[No tan rápido.] Él advirtió, cubriendo
mi boca. Detecté una leve presencia.
[Stella.] Continuó, guiñando mientras
alejaba su mano. [Creo que sería mejor que descanses ahora. Por el contrario,
cierta noble chismosa en el cuarto del par podría venir aquí con su espada
desfundada. Y lo mismo va para su auto proclamada maid.]
[¿Qué?] Jadeé. ¿Lydia estaba
despierta? ¿Y Lily también estaba aquí?
[Puede no mostrarlo.] Allen susurró en
mi oído. [Pero está agradecida contigo por traerla de vuelta en sí.]
Algunas de mis dudas se aclararon. Pero
al mismo tiempo, sentí un dolor en mi pecho. Allen compartía un poderoso lazo
con Lydia, y confiaba en Lily también.
[Muchas gracias.] Dije, colocando mi
copa en la mesa e inclinándome levemente. [Espero que también tome algo de
descanso. Se lo diré a las otras si no lo hace.]
[Eso es una amenaza. Es hora de ir a la
cama. Buenas noches, Stella.]
[Buenas noches, Allen.]
Regresé al cuarto de Lydia y me metí
bajo mis sábanas. Alguien parecía estar afuera en el corredor— probablemente
Lily. Atra se acurrucaba en las mantas conmigo, y sentí la calidez del zorrillo
mientras cerra mis ojos.
Bastante calmado el cuarto, solo
agitado por la brisa. De pronto, sin girar a verme, Lydia dijo. [Para que te lo
sepas, él es mío, y siempre lo ha sido. Búscate el tuyo, hermana.] Su tono era
desapasionado, aunque llevaba una firme convicción.
Probablemente tiene razón, pero… ¡Pero
eso no me detendrá!
[Lo sé. Como están las cosas, eres la
única digna de estar a su lado.] Respondí, apretando el borde de la falsa que
me había puesto. [Pero darle mi corazón a él es mi decisión. No daré marcha
atrás.]
Sentí que Lydia cambió levemente.
¿Estaba… riéndose?
[Oh.] Dijo al final. [Inténtalo si
quieres— no es que crea que lo vayas a lograr.]
[Intento hacerlo.]
Esta vez, me sentí segura. Se estaba
tiendo de mí.
[Te me estás adelantando.] Lydia se
quejó cuando terminó. [¿Siempre fuiste así? Bueno, quizás no debería de
sorprenderme— eres la hermana de Tiny. Oh, eso me recuerda.] Para mi confusión,
me dio la espalda antes de concluir. [Ahora estamos iguales.]
Recordé lo que Allen me había dicho.
Estaba agradecida, a pesar de todo. Es por eso que no había interrumpido y el
por qué Lily había estado en su puesto. Me imaginé lo celosa que debió haberse
sentido durante nuestra fiesta de té— y se puso a reír.
[¿Qué?] Lydia demandó. Su voz era baja y
amenazante, pero no estaba en lo más mínimo asustada.
Me giré para enfrentar a la Dama de la
Espada, quien estaba mirándome en el cuarto oscuro. [Lydia, me gustaría que
seas amigas.] Le dije. [Podemos se… r-rivales en el amor, pero aún te respeto
demasiado.]
Luego de una incómoda pausa, respondió.
[Pensaré en ello.]
Dándome cuenta que se sentía tímida,
cerré mis ojos otra vez. Esta vez, quería dormir.
✽✽✽✽✽
[Muy bien, Caren— Lydia y yo haremos el
té.] Stella concluyó. [Cuídalo y
asegúrate que no trate de trabajar.]
Lydia añadió. [Ven, Atra.]
[Lo haré.] Caren le aseguró, y el trio
dejo el cuarto— Atra montándose en los brazos de Lydia. No podía evitar notar
que ambas chicas usaban mis camisas blancas sobre sus pijamas, y me preguntaba
si me las regresarían.
Mientras los sonidos de sus pisadas y
conversación— y los emocionados chillidos de Atra— desaparecían en la
distancia, Caren me miró. Mi hermana llevaba una bolsa con ropa nueva para mí,
para lo cual hizo su visita matutina para entregarlo. Y porque ella y las
chicas se unirían en los esfuerzos de reconstrucción otra vez más tarde, usaba
el uniforme de la Academia Real. Una boina militar floral se reposaba en su
cabeza, y una daga colgaba de su cintura en una vaina violeta pálida.
[¿Qué le dijiste a Stella?] Ella
demandó. [¿Y por qué está usando una de tus camisas?]
Lentamente deje el contacto visual,
notando que la mesa redonda cerca del sofá estaba repleta de papeles, libretas,
sobres y plumas. [Solo tuvimos una charlita ayer en la noche.] Respondí. [La
camisa, se rehúsa a regresarla.]
Una gustosa briza de inicios de verano
pasaba por la ventana. Más allá, una flotilla de Griffins oceánicos verdes circulaban.
[Allen, párate.] Mi hermana insistió.
[¿Hm?] Me levanté, y se movió detrás de
mí. La confusión se me salió de los labios mientras el se ponía mi vieja túnica
de hechicero sobre sus hombros. Estaba casi como nueva, aunque la última vez que
la había visto estaba hecha nada.
[Mamá y yo la arreglamos juntas.] Caren
dijo, dejando su cabeza caer en mi espalda. [Estoy alegre— te queda perfecta.]
[Ya veo.] Respondí lentamente. Ayudar a
reconstruir la ciudad todo el día debe haberlas mantenido bastante ocupadas sin
tomar más proyectos.
Caren presionó su cabeza más fuerte
contra mi espalda y tomó el borde de mi túnica. [Lydia y Stella tiene suerte.]
Ella dijo. [Yo… yo quiero hablar contigo de muchas cosas también. Y no lo
olvides, eres mi hermano.]
[Caren.] Me giré y le di un abrazo. Mirando
a sus grandes ojos, los cuales no habían cambiado desde que éramos niños, dije.
[No te preocupes. Ahorita estoy todo madreado, pero hablaremos todo lo que
quieras cuando todo se calme.]
[No puedo confiar.] Ella se quejó,
enterrando su rostro en mi pecho. Pero su cola se meneaba felizmente, al igual
que sus orejas se salían de su boina. [Siempre dices eso, pero nunca dejas de
estar ocupado.]
[Por cierto, Caren, ¿dejaste de buscar
tu boina escolar?]
[Sí.] Respondió. [Recibí una de la Jefa
Chise Glenbysidhe.]
¿Un regalo de la Flor de Sabia, la gran
hechicera que una vez lidero a los espíritus y había servido como una de los
cuatro escuderos bajo el mando de la legendaria Estrella Fugaz? Mi hermana era
increíble. Pero aún podía necesitar un sombrero que haga juego con su uniforme.
[En ese caso, ¿te gustaría mi vieja
boina escolar?] Se lo ofrecí sin más.
Los ojos de Caren se iluminaron. [¿Me
darías el tuyo?] Preguntó mientras sus orejas y cola se levantaban.
[Te la daré una vez regresemos a la
capital real. Aún está en condiciones. Claro, si prefieres una nueva—]
[¡Tiene que ser la tuya!] Ella
interrumpió. [Por favor, siéntate.]
Tomé asiento en el sofá. Caren rápido
se sentó a mi par y puso su cabeza en mi hombro.
[S-Si insistes, entonces asumiré la responsabilidad
de hermana con tu vieja boina escolar.] Ella dijo rápidamente, para mi alivio,
su humor parecía haber mejorado. [El trabajo de restauración por la ciudad está
avanzando a un buen paso.] Ella continuó en un tono algo más serio. [Stella y
el director limpiaron todos los remanentes de petrificación, y la mayoría de
calles y puentes ya sirven otra vez. El apoyo humano ha sido entusiasta también.]
Ella se detuvo. [Supongo que no fuimos los únicos que encontramos fuerza en el
Gran Árbol. Nunca me di cuenta de eso.]
[¿A los humanos también les importa?]
Dije. [Bueno, que sea así.]
La rebelión habían sido una catástrofe,
pero esperaba que no llevaría a fortalecer más los lazos entre humanos y
hombres bestias— lazos que prevendrían tragedias como la que había caído en
nuestra amiga de la infancia Atra.
[Oí que los tres duques en l capital real
están apresurándose para reparar las vías de tren y las redes de comunicación de
aquí y allá. Lydia las demolió…]
[Sí, Lily me lo dijo. ¿Qué hay con Lisa?]
Mientras se tambaleaba en el riesgo de
convertirse en un demonio, Lydia al parecer había echado a perder mucho en su
camino a la capital este. Aunque su locura no había causado ninguna baja. Debió
haber recordado lo serio— quizás excesivamente— que había sido en ese aspecto.
[Lisa se está quedando en nuestra casa.]
Caren reportó. [El consejo aún está en reunión y no estamos ni cerca de
encontrar a los jefes traidores, Nishiki del clan mono y Yono del clan rata. Toneri
y sus amigos están bajo arresto domiciliar— ellos enviaron ese falso mensaje a
la Ciudad Nueva porque esperaban ganarse títulos por ello.] Una pizca de enojo
se veía en la voz de Caren y rayos crujían mientras daba ese último reporte,
pero luego de una palmada en su cabeza, su maná empezó a calmarse.
[Oh.] Ella añadió dudosa. [Y acerca de
la Violeta Profunda y la daga Radiant Shield…]
[¿No se lo regresaste a Gil?] Pregunté,
asombrado. La encantada alabarda Violeta Profunda y la potente magia de rayos
que contenía les había pertenecido a generaciones de duques Algren. El Héroe,
Alice Alvern, la había descubierto en las ruinas de la mansión Algren y se lo confió
a Caren luego de que le pusieron un alto a la locura de Lydia. Le había pedido
desde entonces que se lo regresara al cuarto hijo del Duque Algren, Gil Algren,
quien había sido un kohai mío y de Lydia en la universidad.
[No lo acepta. Lisa lo está guardando
por el momento, junto con la daga.]
[¡Ese maldito pendejo!] Maldije. Gil probablemente
aún se sentía por atacarme. Una vez saliera del hospital, tendría que charlar
con él. Estaba demasiado berrinchudo para su propio bien.
Ya que estaba haciendo planes, la atención
de Caren pasó a una carta en la mesa. [¿Le estás escribiendo a Felicia?]
Preguntó.
[Sí, parece que se está presionando
demasiado en la capital sur.]
La tímida Felicia Fosse era una amiga
cerca para Stella y Caren. También era una bruja financiera que tenía el puesto
de líder en “Allen&Rudos.” NT: ¿Referencia a qué “Rudos”? — el nombre que
le había dado a una unión comercial por las Casas Ducales de Leinster y Howard.
Se había retirado de la Academia Real para obtener esa posición y se había
visto en vuelta en la rebelión como resultado.
Si solo no la hubiera invitado a
trabajar conmigo…
[No pongas esa cara, Allen.] Mi hermana
me interrumpió, apretando mi mano.
[Pero Caren—]
[Felicia es fuerte. Y no te culpa por
meterla en este lío. Solo está tratando de hacer todo lo que puede, tanto como
puede. Aunque no negaré que se está pasando.]
[Gracias, Caren.] Dije, tocando mi
frente con la suya. [Tengo a la hermana más buena en todo el mundo mundial.]
[Naturalmente. ¡Soy la única con un
hermano como tú!]
Nos reímos. Nos hicimos grandes y
dominamos todo tipo de hechizos, pero nuestro lazo de hermanos era tan fuerte
como nunca lo había sido. Eso podía no ser mucho, pero significaba todo para
mí. Caren debía haberse sentido igual, porque me miraba como si fuera una niña.
[Ahora, pon tu mano aquí.] Ella dijo,
tomando mi mano y colocándola en su cabeza. [Las hermanitas se miman, y los
hermanos mayores hacen el mimo. Así es como funciona el mundo.]
✽✽✽✽✽
Querida Felicia,
Ahora que el
servicio de correos de la compañía Skyhawk ha sido restaurado parcialmente, finalmente
puedo escribirte. Caren y yo estamos bien, igual todos los demás. (Stella están
en la capital este con nosotros. Tina puede ser un poco castrosa.)
Déjame adivinar
lo que estás pensando ahora: “¡Allen, dime qué está pasando!”
Sé cómo te
sientes. Por desgracia, yo tampoco me lo sé por completo. De acuerdo a Caren y
Stella, quienes están bebiendo té a mi par, “necesito concentrar toda mi
energía en descansar” y “debo relajar mi mente tanto como mi cuerpo.” No puedo
rehusarme ante tal firme consejo de las líderes del consejo estudiantil de la
Academia Real (y también la Dama de la Espada está viendo con rudeza.)
Pero suficiente
de irse por las ramas. Planeo ir al sur tan pronto la situación se estabilice aquí.
Por favor, no hagas nada imprudente hasta que llegue. ¿Recuerdas lo que me
prometiste cuando tomaste la posición? Poner tu salud primero. Recuerda comer y
dormir. No te lleves los libros o documentos a la cama contigo.
Por último,
pero no menos importante, gracias. Si no te hubieras encargado de la logística para
los Leinster y las otras casas del sur, la insurrección pudo haberse tomado más
tiempo. Tu dedicación salvó a los hombres bestia de la capital este— mi familia.
Estoy agradecido por todo lo que has hecho, y prometo que nunca lo olvidaré.
Cordialmente,
Allen.
(Bajo
presión de las hijas de dos duques y una hermanita para revelar lo que escribo.)
PD: Ni pienses
en trabajar en secreto. Le he pedido a Anna que le advierta a Emma de esto.
Tanto como
puedo decir de la información que he reunido, la Alianza de Principados no se
han movido constantemente. Probablemente sea por desacuerdos internos. ¡Por favor,
deja las partes difíciles a las personas que te apoyan, y concéntrate en tu
trabajo! Te veré en la capital sur.
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