Full width home advertisement

Post Page Advertisement [Top]

 

Epílogo

 

La luz del hechizo de teletransportación se desvaneció, y abrí mis ojos en un jardín. Muchas flores florecían en la niebla matutina, Atra corría alrededor de ellas, chillando musicalmente. Sus orejas y cola estaban meneándose de la alegría.

 

[Se parece al palacio de mi casa en la capital real.] Lydia remarcó desde mi costado.

 

Lentamente, dije. [Sí, creo que tienes razón.]

 

Había una conmoción interna, presuntamente de los sirvientes Leinster que se quedaron atrás.

 

Lydia miró el brazalete de Lily como si hubiera sido una grave salta. Entonces tomó mis manos en las suyas y tocó su frente con la mía. Cerrando sus ojos, libero un “Mmm.”

 

Suficiente. Mejor decirlo que sentirlo.

 

Ligeramente enlacé nuestro maná y Lydia abrió sus ojos.

 

[¿Es todo?] Preguntó, molesta.

 

[Ya es más de lo que me gustaría.]

 

[Sospechoso.] Lydia gruñó, lentamente liberando mis manos.

 

[¡Miss Atra, es hora de tu abrazo!] Anna anunció, atrapando a la niña mientras pasaba cerca de la casa. Atra se sorprendió, pero luego chillo felizmente.

 

[¿Puedo ir luego?] Preguntó la segunda al mano, Romy, ajustando sus lentes.

 

Más maids salieron para unirse— todos los oficiales de la corporación. ¿Tanta fuerza era necesaria?

Una mujer con cabello castaño y una gentil expresión me dio una leve reverencia, a la cual reconocí con una asistencia. Me recordaba a mi madre.

 

[Tengo cosas que hacer.] Dijo mi bella compañera en la luz del amanecer. [Y diría que Atra está mejor aquí, ¿verda?]

 

[Toma mi reloj y también el Silver Bloom.] Respondí. [Solo en caso.]

 

[Si eso dices.]

 

Anna se acercó, asegurando a la chica, quien sin más hizo conocer sus deseos.

 

[Atra, ¿vigilarías a Lydia por mí?] Dije. [Anna, están en tus manos.]

 

[Puede contar conmigo, Allen.] Anna respondió, mientras Atra expresaba su consentimiento sin palabras.

 

[¿Qué se supone que significa?] Lydia preguntó.

 

[Exactamente como suena.] Respondí. [Estamos lidiando con la familia real, y significa nada de locuras.]

 

[Lo sé. ¡¿No tienes fe en mí?!] Lydia se molestó, haciendo berrinche como un niño. Ese lado suyo no había cambiado desde el día que nos conocimos.

 

[Te creo.] Dije honestamente. [Probablemente más de lo que crees en ti.]

 

Las orejas de Atra se retorcieron.

 

[¡Oh vaya!] Anna exclamó.

 

[Bien dicho.] Romy dijo.

Lydia se sonrojó, abrió y cerró su boca un par de veces, y luego empezó a golpearme para enmascarar su bochorno. [¡N-No digas cosas que otras personas pueden oír!]

 

[¡Ow! ¡Eso duele!] tomé sus manos, pero pasó a morderme sin preocuparse.

 

¡En serio! ¿La Dama de la Espada sabe restringirse un poco?

 

Una vez logré quitármela de encima, dije con dificultad. [La reunión será realizada en la villa del Marqués Gardner. Lydia, Atra, y yo nos iremos un rato.]

 

✽✽✽✽✽

 

La vida realmente está llena de sorpresas.

 

Sonreí amargamente en la enorme cámara en el tercer piso de la Villa Gardner. La hostilidad en los alrededores era palpable.

 

[¡H-Habla, Cerebro de la Dama de la Espada!] Un noble gritó. [¡¿Cuál es tu respuesta?!]

 

Esperé un momento antes de responder. [Muy bien. Si me permite hablar.]

 

Levanté mi cabeza y miré al trono, en el cual se sentaba Su Alteza Real, el Príncipe de la Corona John Wainwright. Detrás de él, hechiceros de la corte y su guardia persona se paraban precavidos, ordenados en su mejor formación. Los allanamientos habían sido genuinos, pero su mira había sido mi arresto, no una discusión.

 

Así que tan pronto había entrado a la mansión, fue que entré en este salón lleno de aristócratas conservadores quienes se distanciaron de la rebelión. Por ello, el hombre de cabello gris parado detrás del Príncipe John era Gerhard Gardner, el líder de la corte de hechiceros. Su rostro no mostraba emociones.

 

[No logró entender lo que dice.] Continué. [Dice que si “deseo que este incidente sea pasado por alto,” debo “entregar todo,” y que so lo hago, recibiré “un trato justo.” ¿Sería más específico?]

 

[¡N-No finjas ignorancia! ¡La República de Lalannoy ha puesto quejas públicas de tu ilegal paso por sus tierras! ¡Y acerca de la isla en el Océano de los Cuatro Héroes que abruptamente desapareciste del mapa! ¡Este es un asunto serio! ¡No podemos permitirnos hacer la guerra con todos nuestros vecinos!] Mi obeso interrogador— el Vizconde Ucoveri, un poderoso jugador en el gobierno central— golpeó la mesa. El príncipe de la corona tembló con cada golpe; carecía del coraje de su media hermana.

 

Esperaba que alguien hiciera un relajo, pero no tan pronto.

 

Tan pronto como entré a la cámara, Gardner fríamente me había informado que “En tiempos de crisis, Su Alteza Real el Príncipe de la Corona John gobierna en lugar de Su Majestad Real. Su Alteza Real la Princesa Cheryl ha partido a la capital este.” Es decir, habían entrado en acción tan pronto Su Majestad, los tres duques, y Cheryl estaban fuera de la ciudad. Si solo, pensé, estos duques fueran tan responsables cuando se trataba a otra cosa que no sean sus propias luchas internas.

 

[¿Y qué, precisamente, se refieren a “todo”?] Presioné al vizconde.

 

[¡Te dije que no finjas ignorancia!] Gritó. [¡Ya estamos al tanto que escapaste de una antigua ruina en el Océano de los Cuatro Héroes, ocultada por los Algrens! Danos todo el conocimiento del Demonio de Fuego que adquiriste allí, y ya no hablaremos más de este asunto. Incluso podemos considerar mostrarte un gran favor. Acepta el benevolente trato de Su Alteza Real—]

 

[Respetuosamente debo rechazarlo.]

 

[¿Ruego tu perdón?] El Vizconde Ucoveri balbuceó, incrédulo. La posibilidad de un rechazo nunca debió haber pasado por su mente— ni a esos sus compañeros de cuello blanco, juzgando por sus murmullos.

 

¿Realmente creían que accedería a eso?

 

[Respetuosamente debo rechazarlo.] Repetí. [Excesivo poder y ambición llaman a la destrucción. La reconstrucción y limpieza de los disidentes del reino debería tener prioridad. ¿Permitirían que la devoción al reino y la familia real del viejo Duque Algren se pierda?]

 

 

El viejo Duque Guido Algren era un hombre a temer. Habiendo descubierto que sus tres hijos planearon la rebelión con poderos locales y extranjeros, había idea un plan para explotar la conspiración y purga de los nobles con lazos con la Iglesia del Espíritu Santo.  Al lograr que Lord Gran crea que su apoyo por Gerard había salido a luz, el viejo duque lo había engañado al lanzar su insurrección apresuradamente. Y con la ayuda de los retenedores reales, su plan había tenido éxito. El viejo duque había sido un duro hueso, pero no por nada era el padre de Gil.

 

 

[¡Las palabras de un rebelde no son de confianza!] El Vizconde Ucoveri gritó. [¡Solo danos todo y se terminó!]

 

[¿Y si me rehúso?] Pregunté.

 

[¡I-Imprudencia!]

 

Los hechiceros de la corte crearon hechizos, mientras los guardaespaldas del príncipe de la corona tomaban los mangos de sus espadas. Mentalmente, liberé un suspiro.

 

¿Por qué tuvo que llegarse a eso?

 

Suavemente, dije. [Lo oíste, Lydia.]

 

De inmediato, una sección del techo colapsó en una ráfaga de ataques de espadas. Los caballeros y hechiceros trataron de rechazar los escombros cayendo, pero con un aleteo de sus brillantes alas blancas, Lydia pasó por el hoyo desde su posición y los incapacito. Llevaba una espada encantada en una mano, una varita en la otra, y una emocionada chica en su espalda.

 

[¿Y a dónde nos vamos?] Preguntó, entregándome la varita. [¿Lalannoy? ¿La ciudad del agua?]

 

Toda la asamblea estaba sin palabras, y podía simpatizar. Lydia Leinster, la Dama de la Espada, había anunciado su intención de abandonar el reino.

 

[No deberías bromear así.] Respondí dudosamente.

[¿Quién está bromeando? ¿Y ahora qué? ¿Se les corta? ¿Se les quema? ¿O siempre sí se les corta?] Su Alteza sonaba como si estuviera teniendo el momento de su vida, y la marca del Blazing Qilin brillaba en su mano derecha. Pálidas ascuas pasaban por el salón, quemando los muebles y cortinas.

 

Me bajé de hombros, girándome para enfrentar al príncipe de la corona, y coloqué una mano en la cabeza de Atra. [Su Alteza Real, nunca podría compartir la más mínima pizca de lo que recibí en ese lugar con el tipo de personas que idearían algo como esto contra alguien. Le di mi palabra que mantendría a esta chica a salvo, y no quiero romperla otra vez.]

 

El príncipe de la corona me miró en silencio, con el rostro pálido. En su mirada, vi… profunda inteligencia. Me recordaba a algo que Cheryl una vez dijo. [No puedo evitar sentir que mi hermano John está actuando.]

 

¿Podría ser?

 

[Creo que estás lejos de ser la única persona preocupada con este asunto.] Gardner dijo, rompiendo su largo silencio. [¿Has considerado que la culpa puede extenderse a tus seres queridos?] Su mirada era tan helada como siempre. Y por alguna razón, lo encontraba algo reconfortante.

 

Forcé una risa y apreté la mano izquierda de Lydia. Mientras nuestro enlace se profundizaba, sentí la alegría más intensa.

 

[Si incluso intentan tal cosa…]

 

Fieras llamas, cristales de hielo, arcos de electricidad, y vendavales esmeraldas se formaron en el salón. Todos los ojos se abrieron mientras cuatro hechizos supremos— Firebird, Blizzard Wolf, Lightning Lord Tiger, y Gale Dragón— todos se materializaban a la vez.

 

Mi anterior interrogador, el Vizconde Ucoveri, se cayó de su silla temblando. Sus compañeros nobles estaban igual de listos para huir. Los caballeros y hechiceros levantaron sus armas incluso mientras la sangre se drenaba de sus rostros.

 

[Qué molestia.] Lydia murmuró, dándole un despreocupado movimiento a su espada. Todo lo que quedaba del techo estalló, cayendo en un baño de escombros.

 

En la resultante confusión, capturarnos era la última cosa que tenían en mente.

 

[¡N-No puede estar pasando!]

 

[¡Retirada! ¡Retirada!]

 

[¡D-Defiendan a Su Alteza Real!]

 

[¡Extingan esas llamas!]

 

[¡Yo… no puedo! ¡No se van!]

 

[¡¿Cómo pueden resistir hechizos avanzados de agua?!]

 

[¡Su Alteza Real!] Dijo una caballera cuyo casco ocultaba parcialmente su encantador rostro.

 

[¡Evacuen de una vez!] Añadió un hechicero, sin siquiera tratar de esconder su pánico.

 

El príncipe de la corona, sin embargo, nunca me quitó la mirada de encima.

 

Tenía razón. Él—

 

[¿Qué estás esperando?] Lydia demandó, respaldada por un gesto de Atra.

 

[Oh, cierto.] Golpeé el suelo con mi varita y preparé el hechizo experimental táctico de teletransportación Black Cat Promenade. Entonces lancé un hechizo de levitación en Atra y envolví mi brazo alrededor de los hombros de Lydia.

 

Mi compañera se soltó un chillido de sorpresa, y su temperatura corporal se alzó. NT: Ese Allen siempre antojando a la pobre Lydia.

 

[Si le hacen algo para dañar a esas chicas o mi familia. Me encargaré que el reino y la familia real lo lamente. Por favor, tengan en mente eso. Ahora, si nos disculpan.]

 

Liberé los cuatro hechizos supremos a la vez y escuché a todos excepto al príncipe de la corona y Gardner temblar mientras el hechizo de teletransportación nos engullía. El Príncipe de la Corona John nos dio una leve reverencia.

 

[Allí.] Dije, aún sintiendo la calidez de Lydia mientras aterrizábamos en el techo de un edificio cercano. Entonces sonreí y gruñí. [Oh vaya.]

 

La mansión Gardner fue un infierno. ¿Cómo iba a explicar eso?

 

[¡Me siento tan fresca!] Lydia declaró, envainando su espada rápido. [¡Debimos haberlo hecho y ya!]

 

Una emocionada Atra se veía igualmente entusiasmada.

 

Mirándolas, no podía evitar vociferar mis preocupaciones. Guardé mi varita, aún gruñendo. Entonces sentí a dos personas detrás de nosotros— uno conocido y otro desconocido.

 

[¡Allen, Lady Lydia, Miss Atra!]

 

[Todo está listo.]

 

[¿Anna?] Pregunté.

 

[¡Anna, Maya!] Lydia exclamó. [A tiempo.]

 

Allí estaba la ama de llaves de los Leinster con una maleta en sus manos y Anko, por alguna razón, en su hombro izquierdo. La maid quien me había tocado tan gentilmente, llevaba sombreros blancos y túnicas de viaje.

 

Atra, curiosa, se sentó en el equipaje.

[¡Oh! ¿No es preciosa?] Anna dijo.

 

[Aquí están, mis ladies.] Dijo la maid llamada Maya, ayudando a Lydia y a Atra con sus sombreros y túnicas.

 

[P-Perdón, Anna.] Dije dudosamente, incapaz de procesar la situación. [¿Para qué carajos es esto?]

 

[¿No es obvio?] Lydia respondió, repentinamente tomando mi mano derecha. [¡Ahora nos vamos volando!]

 

[L-Lydia, yo— ¡Whoa!]

 

[¡Tengan un lindo viaje!] La ama de llaves dijo. [Dejen los asuntos a su humilde Anna.]

 

[Y Maya.] Añadió la otra.

 

Entonces, mientras ambas mujeres se reverenciaron y Anko libero un meow, Lydia tomó la maleta con su mano izquierda, ondeando sus alas, y se dirigió al cielo. De prisa pasé a Atra en mi espalda y utilicé magia de viento para estabilizar el vuelo de Lydia. La feliz canción de la niña resonaba en el amanecer mientras Lydia aleteaba sus encantadoras alas angelicales, tomando velocidad. Y se dirigía al sur.

 

[Lydia.] Dije débilmente. [Al menos deberíamos decirles a las chicas que—]

 

[¡Bueno, no! ¡Dejaremos que los adultos se preocupen por esos molestos detallitos!] La noble de cabello rojo— cuyo cumpleaños estaba acercándose— me abrazó en medio del aire y rio con todas sus fuerzas. [¡Seremos los dos solos por un rato! ¡Y me aseguraré que recuperemos el tiempo perdido!]

 


 

Afterword

 

Riku Nanano aquí. Han sido otros cuatro meses… y esta vez, yo apenas pude lograrlo. Mantener la fecha límite casi me mata. Manejo del tiempo es importante— ¡Realmente importante! Y mi batalla con mis borradores continua mientras […]

 

Como es usual, revisé este volumen— cerca del 95% de él, creo. Sí. Eso cuenta como revisión. Creo que haré menos en el volumen diez. Probablemente. Quizás. Eso espero.

 

En cuanto a la historia, un caballo negro se está acercando a una increíble velocidad. Ella es el alma libre en la serie. El autor tiene que decir no a lo que hace. En pasados volúmenes, era la de mejor comportamiento. Ahora verás a la real.

 

Espero que sepan a quién me refiero, especialmente ya que tiene la cubierta del volumen 9. Siendo algo como una hermana mayor para Lydia, es una fuerza para tomar en cuenta, y se lleva bien con Allen también. No es sorpresa que tenga el tercer lugar en la encuesta de popularidad—

 

¡¿Pueden los lectores quienes votaron por ella ver esto venir?!

 

(El autor ciertamente no.) Espero que continuarán viendo por esta noble que aspira a la mecha de las maids.

 

¡Anuncio a tiempo! ¡El tercer volumen de Henkyou Toshi no Ikuseisha está a la venta! Es una precuela al mundo del Koujo Denka. Leerlas al mismo tiempo debe darles muchos conocimientos, así que lo recomiendo mucho.

 

Me gustaría agradecer a todas las personas que me ayudaron:

 

Mi editor. Gracias por ayudarme en otro volumen. ¡Y felicitaciones!

 

El ilustrador, cura. Entregas hermosas ilustraciones cada volumen. El deseo de tus ilustraciones me mantiene motivado.

 

Y a todos ustedes quienes han leído hasta ahora. No puedo agradecerles lo suficiente, y espero verlos otra vez. En el siguiente volumen: una ansiada luna de miel.

 

 

 

Riku Nanano

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bottom Ad [Post Page]