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Capítulo 4

 

[¿Y exactamente cuál es su plan, Marqués Carlyle Carnien?] Demandé.

 

[Me lastimas.] Carlyle respondió. [Solo deseo el crecimiento de la alianza, Donna Roa Rondoiro.]

 

[¿No tienes vergüenza? ¿O crees que no sé que has estado obstruyendo las pláticas de paz detrás de escena?] Miré al apuesto hombre, quien se sentaba elegantemente bebiendo su café. Su cabello rubio estaba atado, y usaba un uniforme formal azul.

 

Estábamos en el Océano del Gato, uno de los cafés de más renombre en la ciudad del agua. Cerca del gran salón y con vistas al puerto, situado en el corazón de la Alianza de Principados. Solo éramos clientes, aunque el anciano propietario estaba detrás del bar, limpiando los vasos.

 

Muchos barcos con mástiles zarpando y embarcaciones de ruedas empoderadas por la magia iban y venían del vasto puerto— justo lo que los nativos y los extranjeros por igual se imaginaban cuando pensaban en la vida diaria en la ciudad del agua. Pero como la futura marquesa de Rondoiro, uno de los seis principados sureños, lo sabían bien. El mes pasado y medio desde que estalló la guerra, nuestra fortuna en el frente norte solo había pasado de mal a peor.

 

Incluso el periodista Carlyle estaba examinando los encabezados ofrecidos.

 

“Las fieras batallas continúan en el frente norte. Atlas, Bazel categóricamente rechazaron la tregua con el reino”.

 

“El Comité de los Trece se encerraron en un debate. El marquessi norte y sur está dividido. Doge expresa preocupación”.

 

“El precio del trigo en la ciudad del agua llega a nuevos récords. Los principados del norte se reúnen, piden incrementar la ayuda”.

 

Lancé un hechizo bloqueador de sonidos mientras jugaba con mis flequillos naranjas. Entonces me dirigí a mi antiguo compañero. [Me arriesgue en venir aquí, así que por favor sé honesto conmigo. Mi abuela no piensa mucho en lo que tú y el Marqués Folonto están metidos. Si continúan en ese camino, realmente puede costarte la vida.]

 

El Comité de los Trece consistía de cinco marqueses del norte, los seis del sur, un Dux y un diputado escogidos por la ciudad del agua. Era el organismo supremo de tomas de decisiones de la alianza, y en este momento, no podían ponerse de acuerdo. El marqués de Atlas y Bazel habían lanzado una guerra contra los Leinsters con el fin de recuperar los principados perdidos de Etna y Zana, y manteniendo las más fuertes líneas, incluso cuando la situación militar empeoraba. Aunque las disputas sobre el precio de los granos en sus tierras también estaban creando una fricción entre ellos. El otro marqués norte se veía desmoralizado— devastadores ataques Griffin los habían dejado fuera.

 

Los seis marqueses sureños no estaban unidos. Los líderes de los más grandes principados sureños, incluyendo mi abuela, la Marquesa Regina Rondoiro, el “Empalador”— favorecía a la rápida paz. Sin embargo, los Principados de Carnien y Folonto, los cuales se limitan con la ciudad del gua, apoyaban la guerra.

 

La opinión publica en la ciudad también se mantenía indecisa, sin duda, porque sus residentes aún resentían los efectos completos en sus vidas. El Dux Pisani y el Diputado Nitti se contenían y mantenían su neutralidad.

 

Carlyle desplegó su periódico y me miró con sus ojos cafés, los cuales se habían fijado en mí. [Deja esa extrema posibilidad. Pero ella no haría tal cosa.] El joven marqués respondió. Entonces bajó su copa y continuo en un tono diferente. [La Marquesa Rondoiro es una mujer perspicaz. Sabe que cuatro principados sureños la seguirán. Pero ¿y qué? Puede tomar mis tierras y Folonto, pero eso no resolvería esta crisis. Cansar a nuestras tropas eliminaría cualquier esperanza que tengamos de desafiar a la Bruja Ensangrentada, y nunca cometería tal barbarie.]

 

La Duquesa Emerita Lindsey Leinster era la hechicera más sanguinaria viva. Había llenado de total miedo campos de batalla en la Segunda y Tercera Guerra del Sur, y había regresado a aterrorizar el frente norte una tercera vez en la actual campaña.

 

[Además de lo cual, la marquesa tiene el suficiente sentido común de evitar arrastrar a mujeres y niños a los estragos de la guerra. Por ello, nunca declararía una guerra abierta— ciertamente no antes de ordenar tomar mi cabeza. Así que, ¿cuándo puedo esperar su letal visita? No esta noche, espero. Tengo unos importantes visitados que entretener.]

 

[Sé que misteriosos adeptos de la Iglesia del Espíritu Santo frecuentan tu casa.] Respondí. [Y que un creciente número de personas están adorando a alguien que llaman la Santa, tanto aquí y el extranjero. Asumo que ambos están familiarizados. ¡¿Se han vuelto locos?! Los Leinster son demasiado para nosotros.]

 

[En serio.] Carlyle dijo. [Esperaba más de la mujer exaltada como un prodigio rara vez visto en un siglo en la Academia de Magia.]

 

[Siempre hay alguien mejor.] Dije, recordando a la princesa que me había hecho sentir la derrota— y con cuya nación ahora estábamos en guerra. [Aunque supongo que un marginado como tú no lo sabría.]

 

[Solo detesto perder una oportunidad.]

 

[¿No estarás diciendo que si se prolonga esta guerra nos costará nuestro país?] Grité, mi enojo libero una oleada de maná que levantó mis flequillos y agitó la mesa.

 

Un puñado de agentes de Rondoiro marchaban con la armada norte con nombres inventados, y sus reportes revelaban que nuestra situación era precaria, dicho simple. Retomar Etna y Zana era un mero sueño, mientras que Atlas y Bazel estaban más que perdidos. Incluso si lográbamos evitar cederlos por completo, serían atraídos a la influencia de la esfera económica del reino y eventualmente absorbidos.

 

Carlyle miró fuera de la ventana al puerto. Su perfil se veía… solitario. [No me lo tomes a mal.] Dijo. [No quiero ver a la alianza destruirse más de lo que lo hace.]

 

[Entonces—]

 

[Dicho eso…] Continuó objetando. [Si mantenemos el estatus quo, entonces nuestra nación no durará mucho en este mundo. El reino es simplemente muy poderoso.] El hombre con el que una vez había caminado lado a lado retomó el rostro del sagaz Marqués Carnien.

 

Estaba sin palabras. ¿Cuándo nuestros caminos se habían alejado tanto?

 

El marqués se puso su sombrero, el cual había estado asentado en una silla vacía, y se paró. [La alianza debe cambiar.] Dijo. [Y una amenaza externa es necesaria para hacer que eso pase. Una vez lo haga, finalmente podré hablar— Pero déjanos eso, Donna Rondoiro.]

 

Esa pose no le pega nada.

 

[¿Y cómo está tu adorable esposa?] Pregunté. [Oí que ha estado postrada en cama por un tiempo ya.]

 

[Perdón, pero no tengo interés en ella. Solo fue un matrimonio político, y he asegurado mi posición en la familia. Ya no necesito que me haga el “Marqués Carnien”. No dudo que recibiré la noticia si muere.]

 

Carlyle se había ganado su título al casarse con una inocente y joven mujer. Luego de un momento de decepción dije. [Cad.]

 

[¿Lo acabas de notar? Ahora, si me disculpas.] El marqués pagó por ambos y dejó el café.

 

Dispersé mi hechizo bloqueador de sonidos y me paré con un suspiro. Necesitaría reportarlo a mi abuela de una vez.

 

Una mujer alta entró. Era una belleza sin duda— y no humana, o eso me parecía. Su empañado cabello plateado le llegaba hasta su cintura como sangre derramada, y sus plateados ojos se veían fijados en mí. Su ropa— blanca con un borde negro— era de un espadachín, aunque estaba desarmada. Se sentó en el mostrador y empezó a leer un viejo libro.

 

Cuando pasé detrás de ella, el pendiente de luna creciente que usaba deslumbro con un cegador brillo.

 

✽✽✽✽✽

 

[Veamos… Los precios de los granos en Bazel están cambiando como se planeó. Emma, ¿hay algún problema con la ayuda que se le está dando a los refugiados de Atlas?] Miss Felicia Fosse preguntó, revisando los documentos. La chica de anteojos se veían encantadora en uniforme de maid. Sus castaños flequillos se ataron para no molestar sus ojos, y su banda tenía no solo un blanco lazo, sino orejas de furros. Solo verla me causaba cansancio.

Este era otro típico día en los altos mandos, ocupando el salón de consejo de la Casa Leinster en la capital sur, y eso significaba un constante flujo de suplementos y oficiales de inteligencia de cada rincón. Miss Fosse y yo— Emma, la número cuatro de la Corporación de Maids de Leinster— habíamos estado vigilando la logística aquí desde el estallido de la guerra, aunque varias de mis maids compañeros de Allen&Rudos (NT: Rudos referencia MT) igual desde que se les llamó a la capital real.

 

[¡Nada, Miss Fosse!] Respondí, acomodándola en su silla para masajear sus hombros. [¡Vaya, que rígida estás! Supongo que tu pecho debe ser el culpable.]

 

Miss Fosse tembló y se alejó de mí. [¡P-Para, Emma!] Protestó, asustada. [¡D-Da cosquillas!]

 

Ah, eso me encanta. Pensé, sonriendo.

 

La jovencita sentada a la par de Miss Fose se detuvo en medio del dictado que estaba escribiendo y dijo. [Felicia, no puedo evitar pensar que se está exigiendo de más con el disfraz de maid furra.] La fija del Conde Sykes, Lady Sasha, también usaba un uniforme de maid con escarlatas flequillos, y no podía evitar envidiar su divina figura.

 

[E-El uniforme me facilita cambiarme la ropa.] Miss Fosse respondió, evitando la mirada de su compañera. [¡Y-Y solo estoy usando las orejas de furro porque… t-todas me dijeron que debía! E-Eso es todo.]

 

[Oh, ¿es así?] Lady Sasha, las otras maids, y yo preguntamos juntas. [¿Dices que los gustos de Allen no tienen nada que ver?]

 

[B-Bueno, verán, um…] Miss Fosse desplomó su cabeza en el escritorio y gruñó del bochorno.

 

[Es suficiente, chicas.] Intervino una pequeña, pero chichona, maid con cabello corto, lentes y una expresión seria— la número cuatro de la Corporación de Maids de Howard, Sally Walker. Colocando un vaso de agua fría en el escritorio, añadió. [Miss Fosse, ¿le puedo sugerir tomar un respiro?]

 

[Está bien, Sally.] Miss Fosse sin ganas respondió. [Gracias.]

 

[Es el deber de una maid… aunque Emma parece inclinarse a priorizar sus intereses personales.]

 

[¡¿Qué?! ¡D-Deja ese pensamiento!] Exclamé. [¡Y mira quién habla, Sally! Tú—]

 

[Frío y delicioso.] Miss Fosse declaró, llevando la copa a sus labios. Ese simple comentario desplomó la tensión que se había construido entre Sally y yo.

 

En esta guerra con la Alianza de Principados en el sur, nuestros aliados mantenían la mano mayor. Los Principados de Atlas y Bazel, los cuales limitaban el subducado Leinster, habían perdido muchas de sus fuerzas con el paso de varias batallas. Sus tropas restantes se habían formado en sus ciudades capitales, mientras que ambos marqueses huían a la ciudad del agua. Los planes de Miss Fosse para aislar económicamente y dividir a nuestros enemigos estaban dando sus frutos. Aunque…

 

[Sasha, Sally, ¿la opinión pública cambió en la ciudad del agua?] Miss Fosse preguntó, bajando su vaso.

 

El par responsable de interceptar las transmisiones mágicas y mensajes encriptados se veían sombrías.

 

[No particularmente.] Lady Sasha respondió, agitando su cabeza. [Parece que se bloquearon en interminables deliberaciones.]

 

[Su liderato no está unido, partido en halcones, palomas, y cuidadores. Dicho eso…] Sally dudo y detuvo sus palabras.

 

[Un creciente número de transmisiones están encriptadas con ese cifrado oriental.] Lady Sasha explicó. [Y es actualizada frecuentemente. Así que, tanto como odio admitirlo, dudo que seré capaz de descifrarlo pronto. Estas son las únicas palabras que logré descifrar.] Ella escribió algo en una hoja de papel y nos la entregó.

 

Apóstol.

Piedra Angular.

 

Todas nos veíamos perplejas. La Iglesia del Espíritu Santo claramente estaba involucrada, pero era todo lo que podíamos decir.

 

Miss Fosse se quitó sus lentes, bajando su mirada, y murmuró. [Allen sabría lo que significaba.]

 

Nos callamos, incapaces de confortarla. La capital este estaba de vuelta en manos amigas, y el prometido de Lady Sasha, Lord Richard Leinster, estaba sano y salvo. Concerniente a la seguridad de Allen, aún teníamos que recibir la noticia.

 

[Miss Fosse.] Dije, inclinándome y tomando su mano.

 

[Por favor, despreocúpese.] Sally añadió, siguiendo su ejemplo.

 

Lady Sasha se unió también, murmurando. [No sé lo que haríamos si su salud empeora.]

 

Pero Miss Fosse se puso sus lentes. [No se preocupen por mí.] Ella dijo valiente. [Ahora, volvamos a—]

 

Las puertas del consejo se abrieron. Sida— una maid en entrenamiento con su sedoso cabello castaño con coletas y el emblema del culto de la Gran Luna en su cuello— entró y miró alrededor, jadeando. Una vez había recuperado su respiración, levantó muchas cartas y gritó.

 

[¡D-De la capital este, para M-Miss Fosse!]

 

Mientras un bullicio pasaba por el salón, Miss Fosse corrió a la entrada, y corrimos tras de ella.

 

[¡A-Aquí está, Miss!] Sida proclamó, sosteniendo tres sobres.

 

[Gracias.] Miss Fosse respondió sin aire. [Una es de Stella, una de Caren, y una de—] Ella apretó los sobres en su pecho por un momento. [Allen.]

 

Lágrimas de dicha llegaron a Sally, Lady Sasha, y yo mientras la alentábamos.

 

[¡Felicitaciones, Miss!]

 

[¡Felicia!]

 

[¡Oh, Miss Fosse!]

 

Las otras maids de la Sociedad de Abriendo el Camino para el Romance de Miss Fosse estaban conmovidas.

 

Un momento después, Miss Fosse colapsó en el suelo y empezó a sollozar como un niño. [¡Gracias a Dios!] Ella dijo. [¡Oh, gracias a Dios! ¡Estoy tan, tan alegre! ¡Allen, Allen, Allen!] Una vez liberada, las lágrimas que una vez había estado reteniendo fueron imparables. Se la pasó llorando por un tiempo, y no hubo nadie que no llorara.

 

[¿Se siente más calmada ahora?] Le pregunté. [Nadie la culpará si quiere seguir llorando un poco más.]

 

[Me impresiona que lo retuviera por tanto tiempo. Es la más admirable señorita.] Sally añadió. Las dos habíamos movido a Miss Fosse al un sofá para confortarla.

 

Sida estaba apretando su pendiente y preguntándose. [O Gran Luna, ¿t-también debería hacer eso?]

 

[Yo… estoy bien ahora.] Miss Fosse respondió, poniéndose reacia ahora que volvió a sus sentidos. [H-Hagan lo que quieran, pero que Allen no descubra que lloré.]

 

[¡Pero Miss!] Todas gritamos en conjunto.

 

[¡Nada de “Miss”! ¡Tienen que prometerme que no le dirán!]

 

Haciendo pucheros, Miss Fosse soltó la carta de Allen y pasó sus ojos sobre ella. Estaba llorando frente a mí otra vez. Entonces se quitó sus lentes, secó sus lágrimas con sus mangas, y resumió el mensaje tan calmada como podía.

 

[Dice que está hospitalizado en la capital este, y que vendrá acá una vez las cosas se calmen. El resto es él siendo sobreprotector conmigo y…] Lágrimas salían de sus ojos, mojando la carta. [Dice que gracias. Yo… no pude salvar a nadie. No fui de ayuda, pero el me agradece. ¡A mí!]

 

De inmediato me puse de rodillas y exclamé. [¡No se desprecie, Miss!]

 

[¡Allen aprecia todo lo que ha hecho al igual que nosotras!] Sally añadió, arrodillándose a mi par.

 

[Emma, Sally.] Miss Fosse sollozó. [Gracias.]

 

[¡Miss Fosse!] Ambas lloramos mientras nos uníamos a un abrazo grupal.

 

Lady Sasha dijo. [¡Yo… también!] Mientras Sida decía. [Q-Quería unirme.] Todas se veían más alegres.

 

Pensar que una sola carta pudo cambiar nuestro humor. ¡Allen, de verdad es un caballero digno de Miss Fosse!

 

Pisadas traían más noticias.

 

[Vaya.] La voz de un hombre dijo. [¿Cuál es el problema, Felicia?]

 

[¡Oh yo, oh vaya!] La voz de una mujer exclamó, seguida por una musical risa. [Qué encantador. ¿Debemos copiar su mirada, Celebrim?]

 

[Si gusta, señora.] Una animada respuesta llegó.

 


 


[¡Venerable señor! ¡Venerable señora!] Las maids exclamamos, comportándonos y nos inclinamos en un saludo.

 

El Duque Emeritus Leen Leinster y la Duquesa Emerita Lindsey Leinster usaban uniformes militares, propios de los supremos comandantes del frente sur. Y en cuanto a la asombrosa maid morena a su par, con orejas puntiagudas saliendo de su cabello rojo…

 

[Que bien Celebrim Ceynoth, antigua segunda al mando de nuestra corporación de maids.] Le susurré a la nerviosa Sally.

 

[Ceynoth el “Cazador de Cabezas”.] Respondió. [Realmente existe.]

 

Miss Fosse entregó la carta. [Duque Leen, Duquesa Lindsey.] Ella dijo. [Es de Allen.]

 

El venerable maestro se veía asombrado. Entonces, para nuestro asombrado colectivo, se inclinó. [Perdóname.] Dijo. [Sabía que había sido hospitalizado, pero me lo reservé por miedo a que las noticias te causarían dolor. Acabo de enterarme que ha salido.]

 

[¿No es maravilloso, Felicia?] La venerable señora añadió. [Allen es un buen chico.]

 

[¡S-Sí!] Miss Fosse dijo.

 

Sally observó el intercambio y murmuró. [Si solo mi inútil hermano tuviera una milésima parte de las cualidades de Allen.] Un nombre famoso no siempre significa éxito, supongo.

 

Lady Sasha se tiró al sofá. [Mi querido Richard no me ha escrito.] Ella dijo, golpeando el cojín. [¿Es porque la alianza no llegará a un acuerdo? Muy bien. ¡Mi padre y yo llegaremos a cualquier código que tengamos!]

 

Habiéndose curado de su rechazo, la joven noble se puso de pie. Qué heroica figura tiene.

 

Miss Fosse pestañeó en sorpresa, mientras la venerable señora sonrió.

 

[Estamos ganando la guerra, gracias en parte a tu ayuda.] Dijo el venerable señor. [Pero la alianza se niega a que termine. Con el regreso de Liam, dudo que tendremos problemas en mantener nuestra ventaja. Aunque…]

 

[Las guerras son mucho más fáciles de iniciar que terminar.] La venerable señora continuó, seria una vez más. [Si solo alguien de la alianza estuviera dispuesto a hablar.]

 

Pesimismo cayó sobre el salón.

 

[B-Bueno…] Miss Fosse dudosa rompió el silencio.

 

Todos los ojos se pusieron sobre ella. Ella tembló por la atención, pero se puso firme.

 

[Allen escribió que estaría visitando la capital sur pronto.]

 

El venerable señor y señora pensaron. Al final, uno dijo. [Lindsey, ¿qué dices que tomemos la propuesta del profesor?]

 

[Sí, me encantaría tenerlo aquí. Y estoy segura que Felicia amaría tener tiempo de calidad con él.]

 

[¡¿D-Duquesa Lindsey?!] Miss Fosse se sonrojó, su pecho se movía mientras se recuperaba de su ataque sorpresa. [R-Realmente no podría importarme menos el ver a Allen.]

 

[Pero ¿oí que usas esas orejas furras como amuleto porque a él le gustan tanto?] La venerable señora presionó, golpeando otra vez antes que Miss Fosse pudiera recuperarse.

 

[Oh, bueno, estas son, um, verán…]

 

Las excusas de Miss Fosse terminaron en un santiamén mientras se desmayaba. Sally, Lady Sasha, y yo gritamos su nombre mientras la atrapábamos. Las otras maids respondieron igual de rápido.

 

[¡Ropa, suelten y lista!]

[Tomen algo para echarle aire.]

 

[¿Crees que ella merece un descanso mandatorio?]

 

Todas éramos viejas cuando se trataba de—

 

[¿Q-Qué debería hacer?] Sida dijo. Tenía que crecer algo.

 

Miss Fosse se durmió pacíficamente en mis brazos. Debió haber sentido tan aliviada.

 

Gracias a Dios.

 

Mientras nuestros corazones se calentaban, la venerable señora ordenó. [Ahora, lleven a Felicia a descansar. Merece descansar tanto como quiera, y tiene muchas noches de desvelo que recuperar.]

 

✽✽✽✽✽

 

[¡Vamos! ¡Pueden moverse más rápido que eso!] Gil gritó, moviendo su alabarda de madera.

 

Ellie y Lynne gritaron en sorpresa, forzadas a retirarse de cara al feroz ataque. Eso no dejaba a nadie para defender a Tina, quien había estado creando hechizos en la retaguardia del grupo.

 

[¡No en mi guardia!] Caren gritó, lanzándose con un Lightning Apotheosis para llenar la brecha. Su lanza de madera venía para caer en Gil, quien lo bloqueó con su alabarda. Su choque llenó el jardín con luces de rayos.

 

[¡Nada mal! ¡Pero no es suficiente!] Gil detuvo el impulso con un movimiento vertical, colocándose detrás de Caren. Mi hermana bloqueó su patada, pero aún tocó su espalda, y ella aterrizó al lado de Ellie y Lynne. Su floral boina surcó por los cielos.

 

El trio en uniforme de la Academia Real estaba siendo presionadas a sus límites, mientras que Gil no se veía cerca del suyo.

[Eso fue demasiado directo.] Dijo. [Se sorprenderían por cuántas personas más atemorizantes que yo—]

 

Potente maná salía de Gil mientras salvajes vientos alejaban la nieve en el crepúsculo de un cielo de verano. Entonces el hechizo supremo Blizzard Wolf tomó forma, más poderoso que nunca. Con su báculo arriba y la marca en su mano derecha brillando, Tina rugió, [¡Te tengo!]

 

[No, tú no.] Intervine desde mi silla cerca de la veranda mientras, para el asombro de los cinco combatientes, dispersé la magia suprema con un movimiento de mi lapicero. Levantando un dedo en advertencia, continué. [Tina, te dije que el Blizzard Wolf está fuera de cuestión. Espero ver hechizos elementales pulidos.]

 

[P-Pero…] Tina dijo. (Calla puta.)

 

[Nada de peros. Y lo mismo para ti, Lynne. Deja ese Firebird y concéntrate en tu esgrima.]

 

[Sí, Nii-sama.] La noble de cabello rojo respondió mientras, avergonzada, ajustaba su boina escolar y retomaba su postura de pelea.

 

Mientras estaba en ello, lancé unas gentiles palabras de consejo para la angelical maid. [Ellie, trata de mantenerte calmada— tus últimos hechizos tuvieron mucho viento. ¡Buena suerte!]

 

[¡S-Sí! ¡Muchas gracias!] Ellie dijo, sonriendo. ¡No importa lo que el futuro depare, defendería su sonrisa contra cualquiera!

 

Las compañeras de la maid se fijaron en ella con miradas de silencioso reproche.

 

[¿L-Lady Tina? ¿L-Lady?] Ella balbuceó. [¡M-Me están a-asustando!]

 

El trio entró en su usual pelea.

 

Desde dentro de la casa, oí a Lydia, Stella, y mi mamá reírse. Evidentemente, estaban haciendo un postre. Lisa y la Duquesa Emerita Letty se habían ido esa mañana para asistir a un consejo en el Gran Árbol en preparación a la llegada de los duques, aunque no parecía que terminaran. Las maids Leisnter se habían ido con Lisa, dejando solo a Lily— quien no se encontraba en ninguna parte. Se había llevado a Atra (quien había estado en su forma furra desde la mañana) y se fueron a saber quién sabe dónde.

 

[Te apoyas demasiado en el Lightning Apotheosis.] Le advertí a Caren, atrapando su boina con un hechizo de viento y colocándola en la mesa redonda. [Puedo cubrir cuando estamos juntos, pero es un mal hábito.]

 

[Nada nos separará.] Ella respondió, juntando sus brazos y apartando la mirada. ¿Qué iba a hacer con ella?

 

[¿Deberíamos continuar?] Me dirigí a mi viejo amigo, presente por un permiso especial. [¡Ahora, a ello, Gil Algren, llamado el “segundo más raro” en nuestro departamento! Oh, ¿dónde está Konoha?]

 

[¿No entraste primero?] Gil respondió, sonriendo. [Y Konoha está en la casa de su hermana.]

 

Muy bien. No tengo quejas con Konoha. Sin embargo…

 

[Sabes, podríamos tratar de permitir la magia suprema esta—]

 

[¡Tu leal sirviente Gil Algren está listo y dispuesto para ponerse a trabajar! ¡Ahora, vengan a mí, si se atreven!]

 

El combate continuó, y empecé a desplegar la fórmula de hechizo experimental mientras anotaba los errores de los combatientes para revisarlos luego. Ahora estaba tratando de recrear dos cosas: la tormenta plateada y esa gran serpiente espinosa de fuego con las alas de espadas. Uno era una misteriosa forma de hielo que Linaria había mencionado, y el otro era el hechizo más poderoso que había probado en mi presencia. La serpiente estaba saliendo, ya que había visto su fórmula de hechizo. En cuanto a la nieve plateada, no podía estar seguro, pero creía que había sido imbuido en la daga que había llegado a mi ayuda.

 

Usando agua y viento, creé cristales de hielo en medio del aire. Siguiente, añadí luz. Hasta ahora, muy bien. Entonces para las brillantes astillas, añadí… una gota de oscuridad. Para mi asombro, la fórmula reveló, desintegrarse por completo.

 

Este es un gran desafío.

 

No podía lanzar los hechizos de Linaria— mi maná sin más caía. Su complicada fórmula engullida y demandaba un control sobrehumano a sus portadores. Para hacerlo peor, estaban encriptadas, y tomaría tiempo el descifrarlas.

 

[¡No me atraparán tan fácilmente!] Gil dijo. [¡Huir es una cosa que se me da bien!]

 

Caren gruñó y Ellie chilló. [¡Yo n-no puedo seguirle el paso!] Mientras el joven Algren las bombardeó con sus acrobacias. El de Lynne “Quédate o—” terminó en un fuerte grito mientras le daba un libero choque eléctrico. Y nunca le permitió a Tina dispararle, mientras su “¡E-Es muy rápido!” quedo en la nada.

 

[Me pregunto si podría darle un lugar en la guardia.] Pensé.

 

Los caballeros de la guardia real eran una estricta meritocracia. No se regían por pasadas glorias, solo requiriendo que sus reclutas demostraran iniciativa y caballerosa resolución. Y ya que objeciones de otros cuarteles serían formidables, mis logros deberían aplacarlos. Quitarle a Gil el “Alteza” y dejarle la sucesión ducal está sin decidirse, se juzgara en base a sus futuras hazañas, me gustaba como un posible compromiso.

 

La Casa Ducal de Algren era el eje de las tierras orientales del reino; al igual que los ducados de Harclay, Hayden y Zani, sería simplemente tonto desmantelarlos. El reino daría lo mejor para preservar el título al pasarlo a la siguiente generación, tratando la sucesión como un caso modelo de meritocracia. Especialmente desde que, al parecer los dos marqueses del norte estaban resguardando la frontera este por el momento, difícilmente podrían estacionarse permanentemente. Necesitaba hablar con Richard y el Duque Walter acerca—

 

[¡Te tenemos!] Las dos chicas gritaron.

 

Ellie, quien ya estaba familiarizada con los requerimientos de la magia de vuelo, asombro a Gil con un bombardeo rápido de ataques. Libero un gritó y se retiró— solo para que la explosión de hielo de Tina lo tomara desde atrás. Entonces Caren y Lynne se unieron a la pelea.

 

Si hubiera recompensas monetarias, debe ver que las familias de los muertos de guerra reciban algo. Y no puedo olvidar los rieles y líneas de comunicación que Lydia destruyó— aunque supongo que necesitaré pedirle ayuda al profesor y al director para eso.

[¡El lema de nuestro departamento!] Gil recitó, lanzando una tormenta de rayos. [¡Obedece a Lydia sin preguntar! ¡Reverencia a Anko con todo tu corazón! ¡Cuando Allen te pide un favor, solo di, “Es un placer”!]

 

[¡Concuerdo con la segunda y tercera parte, pero sugiero que cortes la primera!] Caren dijo, rechazando los rayos con su lanza de madera mientras Ellie y Lynne la apoyaban con un bombardeo de vendavales y bolas de fuego.

 

[¡Regresa a tus sentidos!] Tina gritó, liberando un colosal Divine Ice Wave con un amplio movimiento de su varita. Chocó con la tormenta de electricidad y los hechizos se cancelaron.

 

En lo siguiente, el adolorido grito de Gil resonó.

 

[¡Son demasiado jóvenes para saberlo! ¡No hablarían así si tuvieran idea de lo mucho que da miedo cuando quiere! ¿Creen que no la desafié cuando Allen no estaba cerca? ¡Todos lo hicimos! Y… Y…]

 

Las chicas me miraron mientras Gil dejaba sus lloriqueos.

 

[Bueno.] Dije. [Sospecho que sacó la Verdadera Escarlata y los golpeó con un hechizo de aniquilación de amplio alcance.]

 

[Joder.] Cuatro voces en respuesta salieron. La ardiente espada la Verdadera Escarlata, el más grande tesoro de la Casa Ducal de Leinster, era demasiado potente para usarse contra oponentes individuales.

 

Gil secó sus ojos, giró su alabarda, y se congeló. [Esa derrota abrió nuestros ojos. Aprendimos que es mejor no ir contra Lydia.] Se detuvo, como si un pensamiento le llegara, entonces añadió. [Caren, ¿tú y Stella se nos unirán el siguiente año?]

 

[Eso planeamos.] Caren admitió sin dudar.

 

Una luz de esperanza se encendió en los ojos de mi amigo. Riendo, sostuvo su alabarda de madera y dijo. [¡Al fin! Siempre que pelea con Allen, esa bruja anda aferrada— o sacando su romance. ¡No puedo decir qué! Pero ahora nuestro contraataque—] La sangre dejo su rostro. [No es lo que parece.]

En la veranda se paraba Lydia, vestida en un kimono escarlata que había sido enviado para ella de la capital sur y con una daga en su obi. En sus palabras, necesitaba “vestirse” para mi “día especial”. Las chicas vieron su traje en maravilla y se alegraron— aunque con envidia.

 

[¿Tus últimas palabras?] Ella dijo.

 

Ese compa ya está muerto, solo no le han avisado. Pensó una respuesta para salvar su vida. Entonces, mientras las chicas, Caren y yo observábamos, se resolvió, levantó su cabeza, y gritó. [¡Una vez, cuando tú y Allen estaban luchando, yo— Yen y yo— pasamos dos días y una noche con él en unas aguas termales cerca de la capital real!]

 

[¡¿Gil?!] Grité.

 

[¡Es cosa tuya, Allen! ¡Buena suerte!] Habiendo escogido involucrarme en su caída, Gil se tiró al techo y se retiró con una brillante sonrisa en su rostro.

 

Sentí una mirada mortal en mi espalda y giré, temblando, para encontrar la bella sonrisa en los labios de Lydia. Se acercó, diciendo. [Pagarás por esto en tu siguiente—]

 

Su amenaza terminó en un grito mientras se tropezaba por la veranda. La atrapé antes de que cayera, pero podía saberlo sin ver que Caren y las chicas estaban impresionadas.

 

[Aún no estás bien.] Le dije a la joven con poco maná. [No deberías ser imprudente.]

 

[Un sirviente que no pone a su señora primera no tiene derecho a—]

 

Lydia fue interrumpida otra vez mientras una pequeña con un listón violeta en su cabello se metía entre nosotros, destellando con luz blanca.

 

Es el maná de Stella. Sé que Atra durmió con ella anoche, pero ¿podía ser ese el por qué puede asumir su forma furra?

 

[Cuida tus modales, Atra.] Lily la regañó, poniendo un par de sandalias en los pues de Lydia.

 

Mi papá saludo desde el pasillo, en su camino a su taller. Al parecer, el par había estado observando el intercambio.

 

[Tú arreglaste esa interrupción, ¿verdad, Lily?] Lydia demandó.

 

[¿A qué se refiere?] Su primera respondió, sonriendo mientras esquivaba la pregunta.

 

Lydia me miró, pero ¿qué esperaba que hiciera?

 

[Tina, Lynne, Ellie.] Dije. [He escrito algo de tarea para ustedes. Pero asegúrense de practicar luego.]

 

[¡Claro!] Ellas respondieron juntas, levantando sus manos mientras tomaban las notas de mí. Atra las imitó con entusiasmo.

 

[No necesitas notas escritas, ¿verdad, Caren?] Pregunté.

 

[No.] Mi hermana respondió. [Pero revísalo conmigo luego.]

 

[Sí que te gusta la atención.]

 

[Como cualquier hermanita debería.]

 

Una vez estemos de vuelta a la capital real, debe recordar darle a Caren mi vieja boina—

 

Una pequeña ave aterrizó en mi hombro. Era una de las mensajeras mágicas del director.

 

[Allen.] Tina preguntó dudosa. [¿Eso significa…?]

 

[Sí, claro.] Respondí, viendo a las chicas. [El Duque Walter Howard y Leo Lebufera han llegado a la ciudad. Un consejo pública será realizado en la plaza ante el Gran Puente, y Sus Altezas desean que asistamos. Tina, Ellie, por favor llamen a Stella. El postre tendrá que esperar.]

✽✽✽✽✽

 

Una multitud se estaba formando en la plaza, en el centro de la cual estaba un gran pabellón que ofrecía refugio de los rayos del sol. Debajo de ello, sillas circulaban la mesa redonda, mientras muros de piedra mágicamente construidos y barreras militares resguardaban el perímetro.

 

Lisa, la Duquesa Emerita Letty, el Duque Walter se sentaron a espaldas del Gran Árbol. Como un protocolo, Lydia y las chicas sin ganas se sentaron a un lado también. Stella, Tina, y Lynne estaban usando uniformes militares, y Ellie, su uniforme de maid. Atra se sentaba en el regazo de Stella, mientras que Lily esperaba respetuosamente detrás del grupo.

 

Suponía que el apuesto elfo joven al costado izquierdo del Duque Walter era el Duque Lebufera. Poderosos nobles del norte y oeste también ocupaban asientos en la mesa, como los jefes de los hombres bestias e influyentes humanos del este. Incluso los jefes de los enanos, gigantes, dragones, y espíritus asistieron. La elección de esta ceremonia al aire libre era, suponía, un show de cortesía para la gigante delegación.

 

El director era casi que la única ausencia notable, aunque mis padres también se quedaron en casa— no les gustaban las multitudes.

 

[Te arrepentirás de esto, traidor.] La disgustada voz de Lydia anunció desde el orbe de comunicación en mi oído izquierdo.

 

[Allen, por favor siéntese con nosotros.] Stella añadió, sin sonar muy feliz.

 

[Debemos cortar las comunicaciones ahora.] Respondí, quitando mi orbe. Había esperado este tipo de quejido de Lydia, pero nunca de Stella.

 

[Allen.] Caren dijo, tomando mi manga.

 

[Cierto.] Dije. [Vamos.]

 

Mientras pasábamos por la multitud, miré a un encapuchado Gil con Konoha y Momiji, la joven Lotta del clan lobo, y las amigas de Caren, Kaya del clan ardilla y Koko del clan leopardo.

Extrañamente, ni Sui o Richard me buscaron. Me asombre por su ausencia al irnos— hasta que nos acercamos a la entrada del pabellón y familiares figuras se agruparon.

 

Lord Richard Leinster, el pelirrojo vicecomandante de la guardia real, usaba una brillosa armadura blanca. El ligeramente armado hombre del clan leopardo con él era Rolo, capitán de la milicia de los hombres bestias. Detrás de ellos, vi a al experimentado Sir Bertrand de la guardia real y Sui del clan lobo. Toma del clan oso y la hermana Shima del clan liebre estaban presentes también.

 

Mi mirada encontró a Rolo.

 

[¡Están aquí!] Gritó, levantando su mano izquierda. [¡Todos abran paso!]

 

Las filas se rompieron.

 

¡¿No es demasiado?!

 

Me giré al caballero pelirrojo y mi discípulo, pero se veían calmados y sin perturbar. Tenía un sentimiento de nerviosismo en mi estómago.

 

Mientras llegábamos a la plaza, noté un cambio. Los caballeros de la guardia real y la milicia se estacionaron en ordenadas filas, formando un camino hasta nuestros asientos asignados. Antes que pudiera pensar en correr, Richard y Rolo colocaron sus manos en mis hombros. Podía oír mis huesos crujir.

 

[Holis, Allen.] El vicecomandante dijo. [Me alegra verte fuera del hospital.]

 

[No vas a ir a ninguna parte hoy.] El capitán de la milicia añadió.

 

¡Lo sabía! ¡Están molestos!

 

[R-Richard, R-Rolo.] Dije. [¡E-Eso duele! ¡L-La violencia nunca es la respuesta!]

 

El par sonrió, liberando mis hombros, y le gritaron a sus tropas.

[¡Caballeros de la Guardia Real!]

 

[¡Milicia de los Hombres Bestias!]

 

Entonces, en conjunto. [¡Saluden a los salvadores de la capital este!]

 

Todos obedecieron, golpeando sus pecheras en honor de Caren y mío. Entonces retiraron sus armas y formaron un corredor techado para que nosotros camináramos. Incluso Rolo levantó su lanza. Y sobre todo, un formal himno empezó a sonar.

 

¡¿Una banda militar?!

 

[Richard.] Siseé, dándole al vicecomandante una mirada de reproche.

 

[Algo ceremonial.] Dije. [Especialmente en momentos como este. Oh, y no pienses en huir.]

 

Su Alteza dirigió el camino, y procedimos a caminar detrás de él. A la par del pabellón, los estándares de batalla se ondeaban en la briza. Uno sobresalía del resto. Enorme, manchado, y viejo, tenía el diseño de una estrella fugaz.

 

Llegamos a nuestros asientos y descubrimos que estaban colocados frente a la mesa del Duque Walter.

 

[Allen, Caren.] Richard nos indicó sentarnos, así que asentimos y seguimos. La música se detuvo, y oí el chillido de muchas armas siendo bajadas a la vez.

 

El pelirrojo caballero se retiró, y un fuerte hombre de cabello plateado en uniforme— el Duque Walter— empezó a hablar. Con la ayuda de un orbe de comunicación, su voz salía muy bien.

 

[¡MUCHAS GRACIAS POR REUNIRSE HOY!] Gritó. [SOY WALTER HOWARD, ENCARGADO DE GOBERNAR EL NORTE DE ESTE REINO.]

 

[Y YO SOY LEO LEBUFERA, GUARDIAN DEL OESTE.] Anunció el elfo de cabello jade.

[DESEAMOS EMPEZAR CON UNA DISCULPA.]

 

[PERDONENNOS POR ESTA CATASTROFE.]

 

Ambos duques se inclinaron profundamente. Un disturbio resonó por la plaza.

 

[LAS CUATRO GRANDES CASAS DUCALES SON LOS ESCUDOS DEL REINO.] El Duque Walter declaró. [AUNQUE LOS ALGREN REUNIERON NOBLES MALECHORES PARA ATACAR NO SOLO EL ESTE, SINO LA CAPITAL REAL. NO NECESITO RECORDARLES EL RESULTADO.]

 

Gritos de aprobación. Muchos de esos asesinados en esta ciudad han sido hombres bestias.

 

[PERO ¿QUE CONSIGUIERON LOS REBELDES DE LA “GRAN CAUSA”?] El Duque Lebufera continuó. [NUESTRO REINO AHORA ESTÁ ENCERRADO EN GUERRAS CON MUCHOS PODEROS EXTRANJEROS: AL NORTE CON EL IMPERIO YUSTINIANO, AL SUR CON LA ALIANZA DE PRINCIPADOS, Y… EL REINO DEL ESPIRITU SANTO. NO PODEMOS PERMITIRNOS DEJAR NUESTRA FRONTERA ESTE SIN DEFENSAS, Y LOS DEMONIOS AL OESTE SON TAN PODEROSOS COMO SIEMPRE FUERON. POR ELLO, AHORA DEBEMOS DAR UNA SENTENCIA PROVISIONAL.]

 

Enemigos en los cuatro flancos— cinco, si contabas a Lalannoy. Era un absurdo predicamento, y ambos duques tenían razón de verlo con alarma.

 

[TODOS LOS ALGREN ESTAN ARRESTADOS, AL IGUAL QUE LOS MIEMBROS DE LOS ALTOS MANDOS DE CADA CASA NOBLE QUE FORMO PARTE EN SU REBELION. ENFRENTARAN JUICIO INDIVIDUALMENTE COMO LO PERMITAN LAS CIRCUNSTANCIAS. PENALIZACIONES SERÁN DADAS Y BIEN PUEDE EXTENDERSE A LA DISOLUCION DE SUS CASAS.]

 

[ESOS QUE PARTICIPARON EN EL ASESINATO DEL MONSTRUOSO OCÉANO PESTOSO REFORMARAN SUS UNIDADES DE INMEDIATO Y MARCHARAN A LA FRONTERA ESTE. SUS FUTUROS CASTIGOS DEPENDERAN EN EL SERVICIO QUE DEN ALLA. OFICIALES MENORES Y SOLDADOS COMUNES SERAN PERDONADOS.]

 

Gruñidos de descontento. Tanto como a las familias de las víctimas concernía, esto era un insulto.

[DEJENME RECORDARLES OTRA VEZ: ESTA GUERRA NO ESTÁ TERMINADA.] El Duque Walter se soltó, gritando. [DEBEMOS USAR CADA RECURSO A NUESTRA DISPOSICION SI ESPERAMOS MANTENER EL REINO A SALVO.]

 

[EN CUANTO A LA POSICION PUBLICA DE LOS HOMBRES BESTIAS, JURAMOS DEMANDARLE AL TRONO MEJORARLA EN CONJUNTO CON EL DUQUE LEINSTER.] El Duque Lebufera añadió. [NO PUEDO OLVIDAR LOS ESTRAGOS DE RUPERT, MI ANTIGUO VASALLO.]

 

El maldito Conde Rupert había sido responsable por la muerte de una chica llamada Atra, a quien Caren y yo habíamos conocido de niños.

 

[SIGUIENTE, DEBEMOS CUESTIONAR AL JEFE OGI Y LOS OTROS MIEMBROS DEL CONSEJO DE LOS HOMBRES BESTIAS.] El tono del Duque Walter era gélido. Todos los jefes se tensaron, con la excepción de los traidores faltantes del clan mono y rata. Caren se estiró y apretó mi mano bajo la mesa. [EN CUANTO A ALLEN, SERE BREVE. ¿ES CIERTO QUE SE REUSARON FERVIENTEMENTE A RECONOCERLO COMO UN HOMBRE BESTIA ANTES DE LA REBELION? ¿QUE RECHAZARON SU CONSEJO MIENTRAS TODO SE SALIA DE CONTROL? ¿Y QUE TENÍAN TRAIDORES EN SUS FILAS?]

 

Muchos hombres bestias estaban sin palabras— mi situación no era muy conocida.

 

Ogi, el jefe del clan lobo y líder del consejo, bajó su cabeza y respondió. [Es cierto.]

 

Un rugido que se limitaba a un chillido se levantó dentro y fuera del pabellón. Todos al menos habían estado conscientes de la mala función del consejo. Aunque ¿quién no estaría sorprendido de oír que su líder admitirlo?

 

[Pasamos la rebelión en pánico.] Ogi continuó, aunque admitirlo le costó mucho esfuerzo. [El Gran Árbol le da las gracias a la valiente guardia real y a la desinteresada milicia, voluntarios y ciudadanos comunes quienes se juntaron para defenderlo. Ni siquiera pudimos decidirnos para invocar el Antiguo Pacto hasta que los niños nos dieron el empujón que necesitábamos.]

 

Los gritos desaparecieron en un sombrío silencio.

 

Ogi agitó su cabeza. [Por fortuna, la ciudad fue protegida. Aunque nuestros crímenes permanecen. Sus Altezas, el Duque Walter Howard y Duque Leo Lebufera…] Todos los jefes se pararon a la vez. Estaban preparados para esto. [Deseamos dejar nuestros puestos tan pronto como termine la reconstrucción. Este es el momento en que los jóvenes jefes que pueden unir sus manos con los humanos que comparten nuestra ciudad.]

 

Ogi se detuvo. Entonces con una mirada de profundo arrepentimiento, se inclinó ante mí y dijo. [Allen, lo siento. Nosotros… hemos cometido incomprensibles errores, aunque arriesgaste tu vida para salvar a muchos de nosotros. Gracias por defender nuestra ciudad y a todos nosotros.]

 

No podía encontrar las palabras para responder. Si solo hubiera hecho las cosas mejor.

 

Caren me incrustó sus uñas y agitó su cabeza, al borde de las lágrimas.

 

A través de mi orbe de comunicación, oí el susurro de Lydia “increíble” y la preocupación de Stella “Allen”. El maná de Tina y Lynne parecían perturbarse, mientras Ellie y Lily mantenían la calma.

 

Ambos duques levantaron sus manos.

 

[SENTADOS. EL JUICIO SERA DADO EN BREVE.] El Duque Walter permitió que los jefes se calmaran, entonces gritó. [¡ESTE ASUNTO TAMBIÉN LE IMPORTA A LAS OTRAS RAZAS! ¡LOS CABALLEROS DEL ESPIRITU SANTO AHORA TIENEN LA MAS GRANDE AMENAZA PARA NUESTRO REINO! ¡SI LA CAPITAL ESTE ES DESMANTELADA, ATACARAN OTRA VEZ!]

 

[HAY GRANDES CAMBIOS EN EL FUTURO DE ESTE REINO.] El Duque Lebufera añadió. [QUE NINGUNO DE USTEDES LO OLVIDE.]

 

Para bien o para mal, dijo la verdad. La Iglesia del Espíritu Santo era tan misteriosa— y tan poderosa— que no podía ser de otra manera.

 

La expresión del Duque Walter se suavizó mientras se giraba a mí. [ALLEN, SU MAJESTAD ENVIA PALABRAS PARA TI DESDE LA CAPITAL OESTE.]

 

Me congelé del asombro.

 

[Allen.] Caren susurró, tomando mi ropa.

 

Tontamente, me puse de pie.

 

Su Alteza, el Duque Walter Howard, se enderezó y empezó. [EN HONOR AL MAGNIFICO SERVICIO QUE HA REALIZDO ULTIMAMENTE…]

 

No me gusta a dónde va esto.

 

[¡ALLEN, EL CEREBRO DE LA DAMA DE LA ESPADA, DE AHORA SE TE OTORGA EL TITULO DE LA “ESTRELLA FUGAZ”!]

 

Un bullicio se disparó en los nobles de oeste, aunque los cuatro jefes del oeste no reaccionaron.

 

Oí murmullos desde afuera del pabellón.

 

[¿A qué se refiere?]

 

[¿Solo un título honorario?]

 

[Pensé que en serio lo subirían a noble.]

 

[SILENCIO.] El Duque Walter ordenó, y todo se silenció. [LA ESTRELLA FUGAZ FUE EL NOMBRE DADO AL HEROE QUE SALVO NUESTRO REINO EN LA GUERRA DEL SEÑOR OSCURO.]

 

[Y MI ABUELA Y PREDECESOR, EL VENDAVAL ESMERALDA, SERVIO COMO SU TENIENTE.] El Duque Lebufera añadió.

 

Mi orbe de comunicación recibió los murmullos de las chicas y Stella, confundidas y alegres mientras procesaban el significado de ese comentario.

 

[¿Qué?]

 

[E-Eso significa…]

 

[N-Nii-sama…]

 

[Allen podría…]

 

Si el precedente histórico era cierto, entonces el título de Estrella Fugaz era de gran autoridad autónoma.

 

De pronto, un enano con cabello castaño rojizo, a quien tomé como ayudante del jefe, golpeó la mesa y gritó. [¡Objeción!]

 

[Alto, Admiran] Ordenó el musculoso enano jefe sentado a la par de la Duquesa Letty.

 

Pero su incesante subordinado continuó. [¡El título de Estrella Fugaz es sagrado para todas las personas del oeste! ¡No puede ser entregado a la ligera!]

 

[¡Concuerdo!] Gritó un gigante armado, golpeando su pecho.

 

Su viejo jefe de cabello y barba cenizas se giró desde su asiento para mirar y responder. [Agrelo.]

 

[También encuentro difícil aceptar a una nueva Estrella Fugaz.] Dijo una mujer dragón, lentamente agitando su hermosa cabeza.

 

[Aathena.] Suspiró su jefe de gran experiencia, juntando sus brazos.

 

[No dudo de su persona.] Añadió una chica espíritu. [Aunque…]

[Ando—]

 

[Me rehúso a ceder en esto, Abuela.] Continuó, interrumpiendo a la Flor de Sabia. [Ni siquiera por ti.]

 

Los cuatro jefes y otros miembros de la Brigada de la Estrella Fugaz se veían receptivos al anuncio— aunque no podía imaginar por qué— pero la mayoría de los otros orientales de razas de larga vida expresaron sus protestas en silencio. ¿Y quién podría culparlos? Toda esta idea era ridícula.

 

[Oh, muy bien.] La Duquesa Letty dijo, poniéndose de pie. [Quieren ver si Allen tiene lo que se requiere, supongo. Nada puede ser tan simple.]

 

La leyenda viviente encontró mi mirada. El más siniestro escalofrío de toda mi vida se asentó mientras reconocía el brillo en sus ojos por mis lecciones de esgrima con Lydia.

 

Oh vaya. ¡Este es un desastre esperando a estallar!

 

La Duquesa Letty golpeó el suelo con su vieja lanza envuelta en un trapo negro y gritó. [¡DEBO PROBAR SU ESPIRITU YO MISMA! ¡OBSERVEN Y SAQUEN SUS PROPIAS CONCLUSIONES!]

 

La multitud estaba en confusión, mientras el agitado Duque Lebufera gritó. [¡Abuela!]

 

Los ayudantes de los cuatro jefes se veían sombríos.

 

[¡Muy bien!] La Duquesa Letty exclamó, sus ojos se abrieron. [¿Es disgusto el que veo?] La leyenda viviente rugió con risa, y de pronto se volvió difícil respirar. Mostrando sus puntiagudos caninos, preguntó. [¿Debo enfrentarlos primero, pequeños polluelos?]

 

El cuarteto se puso pálido. Tina y Lynne parecían estar sufriendo también.

 

Supongo que no tengo elección.

 

[Duquesa Letty.] Dije. [¿Lo dejaría pasar?]

 

[¿Hm? Oh, perdón.] Ella respondió, y su instinto asesino se suavizó. Caren exhaló profundamente.

 

[Acepto este desafío.] Dije, asintiéndole a los dos duques. [Por favor, reserven el juicio concerniente a los títulos hasta que esté terminado.]

 

[Muy bien.] El Duque Walter sin ganas accedió.

 

[Debo preparar el escenario de una vez.] Añadió el Duque Lebufera.

 

Mientras una creciente conmoción llenó la plaza, la Duquesa Letty inquirió. [O Allen, ¿por qué sonríes?]

 

[¿Qué?] Respondí, sorprendido.

 

¿He estado sonriendo? No tenía idea.

 

Respondí en serio. [Eres el Vendaval Esmeralda, segundo al mando de la Estrella Fugaz— ¿o debería llamarte el Cometa? El solo pensar en intercambiar golpes con un héroe de mi niñez me hace sentir alegre.]

 

[Ya veo. Qué papucho. Y no he oído ese nombre en décadas. Ahora…] La leyenda puso su atención en las chicas. [Ustedes. Esas que se estremecieron antes solo retrasaran a Allen. Si aun así desean desafiarme, jugaré con ustedes antes de nuestro encuentro. Piensen en ello mientras preparamos la arena.]

 

✽✽✽✽✽

 

[¡No puedo aceptarlo!] Tina explotó. [¡Debemos luchar al lado de Allen!]

 

[Concuerdo con la Señorita Primer Lugar.] Lynne se unió. [¡Ya no seremos una carga para él!]

[Stella-Oneesama.] Ellie rogo entre sus irritadas amigas.

 

Mi padre y la Duquesa Lisa se pararon a una corta distancia de Ellyn, quien había llegado corriendo tan pronto escuchó de las noticias. Mr Nathan al parecer fue incapaz de unírsenos, está en medio de la creación de un artefacto mágico, así que Atra había retirado su calmada presencia del costado de Ellyn. Ahora estaba saltando arriba de una silla que la Flor de Sabia había conjurado usando magia botánica.

 

Me pregunto que le pasaba.

 

Caren corrió a nuestros asientos. [Tina, Lynne, sienten el maná de Letty, ¿verdad?] Ella le advirtió al par. [Y además…]

 

Mi mejor amiga miró a la elfica belleza, quien se paraba sola con su lanza en el centro de una gran arena circular construida con magia. La Duquesa Emerita Leticia Lebufera, el Vendaval Esmeralda, era una guerrera entrete guerreros. Incluso había intercambiado golpes con el Señor Oscuro. Y ahora esperaba a Allen, a quien Lord Rodde, el director de la Academia Real, había llamado al Gran Árbol.

 

[Ella es una genuina leyenda, salida de los cuentos.] Caren concluyó. [No tendríamos oportunidad contra ella.]

 

Tina y Lynne gruñeron en frustración.

 

[Di algo, Lydia.] Caren le apeló a la noble pelirroja en kimono bebiendo té a mi par.

 

La Dama de la Espada le entregó su copa a Lily y dijo. [65 de 1000. El sufrimiento puede ser un buen maestro, Caren.]

 

Tina se congeló, mientras que Lynne liberó un nervioso “Nee-sama.”

 

[¡Qué critica!] Lily dijo.

 

[Las más jóvenes de los Howard y Leinster aún están quejándose, ya veo.] La Duquesa Leticia nos llamó. [Vamos. Me divertiré con ustedes hasta que Allen regrese.]

[Lynne.] Tina gritó.

 

[¡Sí!]

 

Las chicas asintieron entre sí y saltaron al escenario.

 

[¡S-Señoritas!] Ellie gritó frenéticamente, mientras gritaba sus nombres en cautela.

 

Caren suspiró.

 

[Vivirán.] Lydia remarcó indiferente.

 

Vi a mi padre y al Duque Leo presionar sus manos en sus frentes, mientras la Duquesa Lisa parecía alegrarse.

 

[¡No lo daremos por hecho!] Tina gritó, atando su listón en su carita.

 

[¡Somos más que una diversión!] Lynne añadió, sacando su espada.

 

La multitud se agitó, pero la Duquesa Leticia ni se inmutaba. Su inmutable compostura atrajo más gritos de las chicas.

 

[¡¿Qué están esperando?!]

 

[¡Asuman una postura de batalla!]

 

[Que necesidad.] La duquesa respondió. [No puedo luchar en serio bebés que ni los pañales se saben limpiar.]

 

Temblando con enojo, Tina y Lynne movieron su varita y espada. Vendavales de helado frío y abrazador calor perforaron la barrera mientras los hechizos supremos del Blizzard Wolf y Firebird descendían en el campo de batalla.

Agitación estaba esparciéndose entre la multitud, aunque la Duquesa Leticia seguía igual.

 

[¡Haremos que te arrepientas!] Tina gritó.

 

[¡Esta pelea terminará antes que Nii-sama llegue!] Lynne gritó.

 

Liberados, los dos hechizos supremos salieron disparados hacia la Duquesa Leticia.

 

[¡Cuidado!] Ellie y yo gritamos.

 

Lydia y Caren se contuvieron, mientras que Lily soltó una de sus usuales risitas.

 

La lanza de la antigua leyenda deslumbró. Primero el Firebird se desintegró, cortándola. Luego la Duquesa Leticia tomó los colmillos del Blizzard Wolf mientras caían sobre ella y lo azotó en las piedras de la arena. Una tormenta de hielo se esparció— pero un fuerte vendaval pronto lo dispersó.

 

Tina y Lynne se quedaron congeladas con los ojos abiertos.

 

[Nada mal.] La Duquesa Leticia dijo sin más. [Especialmente en esta era de debilitada magia, privada de la bendición de los elementos. Tienen talento, y han trabajado duro para refinarlo, al igual que Caren. Pero sobre todo, supongo que debe ser por su excelente profesor.]

 

Una complicada fórmula de hechizo se materializó ante las chicas.

 

¡Teletransportación de corto alcance!

 

[Su talento y trabajo duro merecen un premio.] Dijo el hechicero de cabello castaño quien salía de ella, con su varita encantada en mano. [Gracias por esperar. Tenía un asunto urgente que discutir.]

 

A la vista de Allen, alivio fluyó en los rostros de Ellie y Caren— al igual que el mío, supongo.

[Gracias a ambas.] Le dijo con calma a Tina y Ellie. [Por favor, dejen que me encargue desde aquí.]

 

Luego de un “Sí, señor” y “Sí, Nii-sama,” el par se fue, solo para regresar a sus asientos originales. Rastreé el maná y encontré al director sentado a la par del Duque Lebufera.

 

[Si ningún combatiente lo rechaza, propongo que empecemos.] Mi padre anunció. [¿Qué dicen?]

 

[No tengo objeciones.] Allen respondió.

 

[¡Igual!] La Duquesa Leticia declaró.

 

[Muy bien.] Mi padre dijo.

 

El duelo empezaría en cualquier momento. Maldije por la inexplicable condición que me dejo fuera de juego. Si solo pudiera quedarme al lado de Allen. Pero mientras apretaba mis dientes en frustración, mi padre bajo su mano y gritó:

 

[¡EMPIECEN!]

 

De inmediato, la Duquesa Leticia levantó su lanza. [Prepárate, O la nueva leyenda de esta era.] Dijo. [¡Empecemos con una simple prueba!]

 

Esmeraldas vientos mágicos se juntaron mientras una serie de tornados se materializaron del aire.

 

[¿Son todos hechizos avanzados?] Caren murmuró en asombro.

 

Tina, Ellie, Lynne y yo no podíamos ni hablar. Gritos salieron de la multitud.

 

¿Ella le llama a este una “simple prueba”?

 

[Cuestiono su uso de lenguaje.] Allen dijo amargamente.

 

[Oh, esto no es más que un juego de niños.] La Duquesa Leticia dijo. [¡Reza, trata de darme un buen desafío!]

 

Docenas de tornados se abalanzaron sobre Allen, sus poderosos vientos levantaron fragmentos de madera y piedra para bloquear mi vista.

 

¡No! ¡¿Un golpe directo?!

 

Abruptamente, la Duquesa Leticia giró y gruñó. Con un movimiento de su lanza, atravesó la tormenta de Divine Light Shots cayendo sobre ella. Pero incluso mientras los hechizos elementales seguían llegando, fuertes carámbanos se esparcían desde el suelo. Una helada niebla se formó también.

 

[¡Muy fácil!] La Duquesa Leticia gritó, balanceándose en un pie y sobre la punta de un hielo mientras continuaba interceptando el bombardeo.

 

¿Qué hay del maná de Allen? Era inútil— no podía sentirlo. La tranquilidad de su lanzamiento de hechizos era estable.

 

Tina y Lynne se quedaron sin habla, mientras Ellie tomaba mi mano, murmurando. [I-Increíble.]

 

Una fuerte oscuridad emergió de la gruesa niebla detrás de la Duquesa Leticia. [¡Allí está!] Gritó. [¿Hm?]

 

Su lanza había partido… a un león negro.

 

¡Criaturas mágicas!

 

Varios leones más se lanzaron a ella, mientras la tormenta de hechizos de luz disparaba a sus puntos ciegos.

 

[¡Trucos imprudentes!] La Duquesa Leticia respondió. Los leones, carámbanos y rayos se desintegraron en un brillo esmeralda.

 

Oí a alguien golpear el suelo. Luego Allen atravesó la helada niebla, yendo directo a la antigua duquesa mientras ella aterrizaba.

 

[¡Así es!] Gritó. [Pero esto no está ni cerca de—]

 

[¡No lo dudo!] Allen respondió mientras un león negro salía de la sombra de la Duquesa Leticia. Ella lo dispersó con un rápido golpe de su mano izquierda, pero entonces su varita golpeo su lanza en un baño de brilloso maná.

 

[De inmediato juzgaste que no podías dispersar todos mis tornados, escogiendo mejor interferir con un limitado número.] La Duquesa Leticia dijo mientras se esforzaba por subyugarlos. [Entonces pasaste a bombardear un área amplia con rápidos hechizos, forzándome a tomar la defensiva. ¡Y para colmo, ocultaste una de tus criaturas en mi sombra! ¡Qué divertido!]

 

Allen se hizo atrás, manteniendo su varita en alto para defenderse mientras aterrizaba. [Apreciaría un poco de compasión.] Dijo, frunciendo el ceño. [Pero, supongo que realmente era una “simple prueba” como decías.]

 

[¡Así es! Bueno para el calentamiento, ¿no?]

 

No éramos los únicos sin aliento por su intercambio— toda la multitud estaba igual de estupefacta. Ese breve impacto en la arena había sido sobrehumano.

 

El héroe elfico levantó su mano izquierda, incitando murmullos de Tina, Ellie y Lynne.

 

[Ella está cubierta en…]

 

[¿V-Viento verde?]

 

[Eso me recuerda al Lightning Apotheosis.]

 

Brizas de verde jarde estaban soplando alrededor de la leyenda viviente. ¿Estábamos atestiguando las bases de su apodo, el Vendaval Esmeralda?

 

[He terminado de ponértela fácil.] Ella anunció, cerrando su mano en un puño. [Apóyate en el maná de la varita de los Gemelos Celestiales— o aquí es donde puedes morir.]

 

[Preferiría evitarlo si puedo.] Allen respondió. [Es demasiado bueno para alguien como yo.]

 

La Duquesa Leticia sonrió. [¡Puede que cambies de opinión… una vez veas esto!] Mientras gritaba, el viento empezó a fusionarse en una forma concreta.

 

Las chicas y yo estábamos sin palabras, mientras que Lydia murmuró, [Muy bien. Nunca he visto eso antes.]

 

[¡Yo tampoco!] Lily intervino, igualmente fascinada.

 

En la arena, Allen le sonrió a la leyenda viviente quien se reveló ante él, una maléfica sonrisa se desplegó en sus labios. [Si pudiera verla tomárselo menos en serio.] Ella gruñó. [Realmente lo apreciaría.]

 

[¿Necesito recordarte que los verdaderamente fuertes están en los momentos difíciles?] La Duquesa Leticia respondió mientras una inmensa criatura hermosa de pura magia salía sobre su cabeza. Ese era el símbolo del poder Lebufera: el hechizo supremo Dragón de Viento.

 

[Bien.] La leyenda continuó, tomando su lanza en ambas manos por primera vez. [¡Te tengo!]

 

La ferocidad de su grito hizo que mi piel se erizara mientras su Dragón de Viento volaba, entrando en ella. Luego la Duquesa Leticia se había ido. Solo podía avistar el esmeralda resplandor que dejaba en su despertar.

 

Un ruidoso impacto metálico resonó. La onda de choque hizo que el Gran Puente se moviera.

 

[¡Allen!] Caren gritó.

Frenéticamente me giré a ver… y vi que Allen había bloqueado un golpe de la radiante lanza con su varita de rayos. La mirada en su rostro estaba más que calmada.

 

[¡Hiciste bien al detener mi Lanza Esmeralda!] La Duquesa Leticia dijo. [¡Los Gemelos Celestiales te puso en forma!]

 

[¡Claro!] Allen gritó. [¡Pensé que sería mi muerte!] Haciendo a un lado la lanza, liberó un estallido del hechizo elemental Divine Fire Shot.

 

[Esa miserable magia no tendrá—]

 

Para la sorpresa de la antigua duquesa, las bolas de fuego que hizo a un lado se transformaron en vides de hielo, aferrándose a su lanza y restringiendo sus movimientos. Entonces tres raíces salieron debajo del terreno, atando sus brazos y piernas.

 

[¡Prepárese!] Allen gritó. Habiendo recuperado la distancia, movió su varita en un amplio arco, instantáneamente lanzando el hechizo avanzado Swift Ice Lances para rodear a la Duquesa Leticia.

 

La leyenda viviente contrarresto las congeladas jabalinas al alejar el viento que la llevaba a nuevas alturas. Un fuerte grito de sorpresa se le escapó mientras partía los proyectiles, desintegrándolos junto a las vides y raíces.

 

El trapo negro en su vieja lanza se agitaba mientras le daba un giro y exclamaba. [¡Qué fineza! ¡Y no he visto elementos tan trabajados en cien años! ¡O Allen, el oeste te recibiría!]

 

[Aprecio la invitación.] Allen respondió. La luz estaba desapareciendo de su varita, significando que su mana se agotaba. Necesita concentrarse en usas sus propias reservas. Nos miró antes de continuar. [Sin embargo, estoy comprometido como el tutor privado de las señoritas. Aunque volarán más alto que yo un día, me siento en el deber de guiar y protegerlos ahora. Así que lastimosamente debo rechazarlo.]

 

El héroe elfico sonrió. [Tienes buen corazón.] Declaró. [No te crees ni desgastas el talento de tus pupilas o pierdes de vista tus responsabilidades. Ellyn y Nathan deben estar orgullosos de ti. Por ello…]

 

Un escalofrío bajo por mi espalda.

 

¿Q-Qué puede ser?

 

[¡Te mostraré un arma y una técnica que valen tu valor!]

 

Un escalofrío recorrió a la multitud mientras el espacio se doblaba y los oscuros vientos como la noche empezaban a tomar forma física.

 

Las chicas tomaron sus manos.

 

[¿Q-Qué carajos…?] Tina murmuró.

 

[E-Es tan hermoso.] Ellie jadeó.

 

[¿Una lanza negra?] Lynne murmuró, asombrada.

 

Caren no dijo nada, pero se veía conflictiva.

 

Cuando los oscuros vendavales se calmaron, la mano izquierda de la Duquesa Leticia apretó la negra lanza— siniestro, pero hermoso. Su armadura de viento se transformó en un color jade, y oscuras alas tomaron forma detrás de ella. Ella les dio vueltas a sus dos lanzas, luego las abrió.

 

[Le arrebate esta lanza negra, el Destello de la Luna Moribunda, al mismísimo Señor Oscuro.] La leyenda viviente declaró, entonces se río. [No la he materializado en un siglo—no desde que enfrente al demonio de ocho alas, creo.]

 

Nadie de nosotros o de la multitud podía decir alguna palabra. El Señor Oscuro gobernó a los demonios en las vastas tierras del oeste del Río de Sangre, y lo había hecho así hasta hace mil años de acuerdo a una teoría. ¿De qué podría ser capaz esa monstruosa lanza?

 

La Duquesa Leticia se inclinó tanto que casi tocaba el suelo. [Ahora.] Dijo. [¿Cómo rechazaras mi Esmeralda Lanza Oscura sin sacar tu varita de maná? ¡Muéstrame!]

Sus pies destruyeron la piedra de la arena mientras iba al frente— lanzándose directo a Allen. Dejando una nube de polvo en su paso, se veía como un verdadero cometa atravesando el cielo nocturno. Aunque Allen disparó un hechizo tras otro, proyectándose con otro bombardeo de Divine Light Shots…

 

[¡Uno!] La leyenda gritó, atravesándolo y cortándolo con su Esmeralda Lanza Oscura en un movimiento bajo. Allen activo hechizos de vientos en sus pies, apenas rechazando el ataque con su varita mientras se retiraba.

 

[¡Dos!] La Duquesa Leticia golpeó el suelo, continuando su ataque con un golpe de su lanza derecha.

 

No podíamos hacer nada más que gritar el nombre de Allen. Entonces una pequeña ascua destelló en un rincón de mis ojos, y una ardiente flor con ello.

 

[No tan rápido.] Una daga hizo a un lado la oscura lanza.

 

[¡Toma esto!] Una espada detuvo a la Duquesa Leticia. Ni siquiera la leyenda viviente había esperado este— ella se hizo atrás y chocó contra el muro de piedra cerca de donde los dos duques se sentaban. Toda la barrera se vino abajo.

 

Una rota daga se deslizó de la mano de una joven noble.

 

[Lydia, Lily.] Allen jadeó, sorprendido por este oportuno rescate. [¿Por qué—?]

 

[¿Perdón? ¿Ya lo olvidaste?] Lydia demandó, llevando sus manos a las de Allen que sostenían su varita. [Soy tu espada y la de nadie más. Y nunca, nunca romperé esa promesa otra vez. ¿Qué importa si mi maná está un poco bajo?]

 

Caren, las chicas y yo nos mordimos nuestros labios, mortificadas por el despliegue de superior determinación. Aparte de Lydia, solo una de nosotras había actuado sin dudar: Lily, quien se plantaba con su gran espada, sonriéndole a Allen como un niño que acaba de salirse con su fechoría.

 

[Recuerda.] Dijo, con una sonrisita. [¡Soy una maid y una guardiana!]

 


Allen lucía perplejo. [¿Qué—? Oh, ya veo.] Dijo, sonriendo. [Soy el único al que has estado protegiendo todo este tiempo.]

 

Sentí una punzada en mi pecho mientras sentía la incondicional confianza detrás de sus palabras.

 

La Duquesa Leticia estalló el muro de piedra y saltó, girando en medio del aire de regreso a la arena. [¡Esplendido! ¡Magnifico!] Gritó, con una sonrisa de éctasis. [¡No sería de otra manera! ¡Ahora, demando una mayor satisfacción!]

 

[Lydia.] Allen dijo.

 

[¿Hm?]

 

Ondeó su mano izquierda, y la encantada espada Cresset Fox apareció del aire. Lydia la sacó sin dudar. Entonces la Dama de la Espada y su cerebro se pararon hombro a hombro.

 

[¡Y no me olvides!] Lily dijo, sacando su gran espada con una simple risa. Un destello de su espada conjuró más flores de fugo de las que podía contar.

 

Los ojos de las chicas estaban centrados en ella, y sentí un pulso de magia de luz mientras un torrente de emoción surgía en mí.

 

¡Nunca me he sentido tan frustrada! ¡NUNCA! ¡¿Por qué no pude salir corriendo también?! ¡Juré proteger a Allen! ¡¿Qué importa que no pueda lanzar hechizos?! ¡Lydia tampoco puede!

 

En ese momento, me di cuenta— más, mucho más claro que antes— que pararse a su lado no era suficiente para mí. presioné mi pluma en mi pecho, sabía que quería la fuerza para defenderlo. No podía hacer eso aún. Tampoco tenía el derecho o la resolución. Pero… Pero…

 

[¿Estás bien, Stella?] Caren preguntó, mirándome con preocupación. [Te falta maná.]

 

¿Qué me había dicho Allen en la capital real, en el café con el techo azul cielo? “No tienes que pensar en hacerlo todo tú sola.” Por un momento, cerré mis ojos, calmándome y controlando mi maná.

Me giré a mi mejor amiga y dije. [Caren, quiero que nos hagamos mucho, mucho más fuertes. ¡Juntas!]

 

[Claro que sí.] Respondí.

 

Y así, con renovada determinación, miramos al trío en la arena. El verdadero desafío estaba por empezar.

 

✽✽✽✽✽

 

[¿Y cuál es el plan?] Lydia preguntó, mirando a la Duquesa Letty. La leyenda viviente estaba más lista para una pelea que nunca, y un fresco torrente de maná revelaba que ella tenía fuerza para seguir.

 

[Por desgracia, nuestra mejor opción puede ser el usar a una cierta auto proclamada maid energética como un escudo y correr.] Respondí.

 

[¡Nada de eso!] Lily gritó, metiéndose entre Lydia y yo. [¡Y soy una verdadera maid! ¡Lo soy!] Había visto esa mirada en su rosto lo suficiente durante nuestra aventura en la capital sur hace cinco años-

 

[Me refiero a que contamos contigo.] Dije, levemente jalando su mejilla.

 

Lily sonrió.

 

[¡Ya, suficiente!] Lydia declaró, haciéndola a un lado y fijándome una mirada infantil. [ Tienes agallas, coqueteando en frente de tu señora.]

 

¡Estamos en apuros… pero no puedo vernos perder!

 

Le di a mi varita una vuelta y empecé a crear hechizos.

 

[Listos, ¿verdad?] La Duquesa Letty preguntó, cruzando sus lanzas. [¡A ver si esto está a tu altura!]

 

Encantados vendavales esmeraldas formaron cuatro Dragones de Viento. Su fórmula estaba en un constante flujo.

 

Así que el primer ataque de hechizos avanzados fue una táctica para lograr ver mi interferencia.

 

Lily estaba reuniendo sus pequeños pétalos de flores en un escudo ardiente.

 

[Un hechizo poco común.] La anterior duquesa remarcó, observándolo de cerca. [Veo que la sangre de la bruja y Wainwright es fuerte conmigo.]

 

Lily tocó su clip floral, arreglando sus hermosos flequillos. [Lo aprendí de un amigable joven más joven que yo.] Ella respondió en un tono maduro. [Cuando me debatía en dejar mi sueño, él me dio el empujón que necesitaba.]

 

Molesta, Lydia intervino, [Escuchen—]

 

Entonces tomó mi mano derecha, un momento antes de que el anillo en él nos sorprendiera al liberar un estallido de luz carmesí.

 

¡¿Una de las fórmulas de Linaria?!

 

El destello se partió en tres rayos: uno para Lydia a mi par, uno para Tina y uno para la pequeña en los asientos de espectadores.

 

[Qué gentil voz.]

 

[Esa madre y…]

 

[¿Atra?]

Mi mamá estaba cantando junto con la pequeña acomodada en su regazo. El largo cabello violeta y listón de Atra irradiaban una leve luz.

 

Papá siempre dice que mamá era la mejor cantante en el clan.

 

[Y este maná.] Mumuré mientras levantaba la mirada para ver a cientos de Griffins oceánicos circulando arriba en el cielo.

 

[Están cantando, ¿verdad?] Lydia lentamente preguntó, sobando su hombro contra el mío.

 

[Sí.] Respondí. [Creo que lo están.]

 

Mientras se paraban en sorprendidos de este mítico espectáculo, Lily gritó, [¡Mira!] Y señaló al Gran Árbol.

 

El Gran Árbol, como Linaria lo había llamado, ardía con un sublime brillo.

 

[¿Puede ser?] La Duquesa Letty susurró, con los ojos abiertos. [¿El Gran Árbol respondió a las oraciones de los grandes elementales?]

 

Las voces de Atra, mamá, y los Griffins se unieron en harmonía. La luz llovía, solo para ser absorbida en Lydia y Tina.

 

La voluntad de los Gemelos Celestiales fluía del anillo a mi mente. [Eres la llave, ¿verdad? Entonces actúa como una.]

 

Esa bruja no sabe cómo no meter sus narices donde no la llaman. Pero me alegro por ella.

 

[Allen.] Lydia dijo, estirando su mano izquierda.

 

[Sí.] La apreté fuerte— y enlazamos nuestro maná. Mientras el cantico se detenía y el silencio descendía, sentía su presencia más que nunca. Y entonces…

 

Ascuas de prístinas llamas blancas danzaban sobre la plaza. Por la milésima vez ese día, un frío recorrió a la multitud.

 

Lydia libero mi maná y soltó una risa sin temor. [Solo saldré y le daré mis saludos.] ¡Ella anunció alegre— y se dirigió a la Duquesa Letty! Las ocho alas en su espalda ardían en un angelical blanco. Entre ellas y su kimono, era la persona más hermosa que había visto.

 

[¡He visto ese plumaje antes!] La Duquesa Letty, asombrada, mientras manejaba a sus Dragones de Viento para interceptarla. Pero Lydia gritó y destruyó a las cuatro criaturas esmeraldas con un rápido movimiento de su encantada espada. Entonces se volvió más rápida, cortando a la leyenda viviente con una velocidad sobrehumana.

 

La Duquesa Letty bloqueó el golpe con sus lanzas, pero su fuerza era demasiado para ella. Se hizo atrás al muro otra vez, y un baño de rocas destruidas la enterraron.

 

[¿E-Ella hizo retroceder a mi abuela con un ataque frontal, sin trucos?] El Duque Lebufera exclamó con incredulidad.

 

Los veteranos de la Brigada de la Estrella Fugaz se veían igual de asombrados.

 

[¿Cuánto tiempo ha sido desde que la vicecomandante perdió en fuerza?]

 

[Creo que desde que se fue a la capital real hace cien años.]

 

Dijeron algunas cosas intrigantes, pero eso tendrá que esperar.

 

[Muy bien, diría que está despierta.] Dijo la noble escarlata— enteramente creída, aunque su maná no se había recuperado, pero llego a nuevas alturas. [Y me prometió ayudarme, si puedes creerlo.]

 

La marca del Blazing Qilin salió en la mano derecha de Lydia, y parecía que estaba aprendiendo a comunicarse con el gran elemento. Pero ¿por qué no había sido capaz antes? Revisé nuestras encantadas armas y descubrí que habían recuperado algo de su maná.

 

[Lydia.] Dije, listo para compartir mi más nuevo descubrimiento.

 

[¿Hm?]

 

[Tu maná estaba agotado porque el Blazing Qilin necesitaba recuperarse y echar raíces. Algo de eso también fue para alimentar esa espada… también la varita que estoy sosteniendo. Lo que significa…]

 

Era una consecuencia del excesivo enlace. El circuito entre nosotros se estaba volviendo permanente, y sería capaz de tomarme más libertades con el maná de Lydia. No era así. Una risa se esparció en mi rostro y mi visión se atenuó.

 

[Increíble. Realmente eres un idiota.] Lydia murmuró, abrazándome con sus alas al igual que sus brazos. [Me alegra. Bueno, puedo sentirme tan, tan cerca de ti ahora. Y puedo hacerme más fuerte.] Sus alas de fuego liberaron un deslumbrante destello. [Solo nosotros, somos fuertes. Pero…] Una sonrisa salió de su rostro mientras pasaba su dedo en mi mejilla. [Juntos, somos invencibles. ¡Siempre hemos sido así, y siempre lo seremos! ¿Me equivoco?]

 

Limpié mis lágrimas con mi manga y me forcé a sonreír antes de responder. [No, tienes razón. ¡Somos invencibles! Así que…]

 

[Claro.] Las alas de Lydia se desplegaron mientras pedazos de piedras llenaban el aire.

 

[¡Déjenme esto a mí!] Lily intervino, protegiéndonos con su gran espada.

 

Los oscuros vendavales se intensificaron mientras la Duquesa Letty regresaba. [¡Nunca vi a los grandes elementales prestarles su ayuda a los mortales!] Declaró, dándome una maliciosa sonrisa. [O Allen, puedes ser la respuesta a las oraciones de mis difuntos compañeros y comandante. Ahora, arreglemos esto.]

 

[¡Sí!] Dije. [Pero primero, una pregunta.]

 

[¿Oh?]

 

[En las profundidades de una ruina en el Océano de los Cuatro Héroes, fui salvado por un hechizo que la Estrella Fugaz dejo.] Dije, mirando directo a la antigua duquesa mientras empezaba a crear mis hechizos. [Por favor, dígame: ¿dónde puedo encontrar su tumba?]

 

Por un momento, la Duquesa Letty no dijo nada. Entonces. [¿Por qué deseas saberlo?]

 

[Así puedo ofrecerle el fruto del Gran Árbol. Mi padre me enseñó a mantener mi palabra con los muertos.]

 

[Ya veo. Siempre fueron sus favoritas.] La Duques Letty lentamente levantó su lanza, y sus oscuras alas se desplegaron. [La Estrella Fugaz y la Luna Creciente nunca regresaron del Río de Sangre. Sus tumbas en la capital oeste están vacías.]

 

[¿Así es? Entonces cruzaré el Río de Sangre un día y negociaré con los demonios.]

 

Lydia me dio una mirada de exasperación. Lily sonrió, y una ola de consternación pasó por la multitud.

 

[¿En serio?] La antigua duquesa demandó, incrédula. [¿Irías a tales extremos para pagar un solo favor de un vestigio del pasado?]

 

[¿No es lo que significa ser un hombre de palabra?] Respondí.

 

Sonriendo, la Duquesa Letty bajó su mirada y murmuró. [Eres un maravilloso hombre en verdad.] Luego, para nuestro asombro, golpeó la lanza negra en su mano izquierda.

 

El esmeralda viento se enloqueció mientras un cambio venía consigo. El cielo se tornó negro como la noche, dotado con innumerables lanzas brillosas de extraños diseños.

 

¿Esas son estrellas… centellando? ¡El maná imbuido en todas está más allá de cualquier hechizo supremo!

 

La leyenda viviente reunió sus oscuros vendavales alrededor de la punta de su propia lanza vieja. [El oculto arte secreto de mi casa: las Lanzas Estelares.] Dijo, mostrando sus colmillos. [Con ella, derroté a un demonio de ocho alas y lo sellé debajo de la capital real hace un siglo. ¡Luchen como si sus vidas dependieran de ello! No los molestaré si huyen.]

 

[¿Escuchaste eso, Lily?] Lydia respondió.

 

[Bueno, aún está convaleciente, mi lady.] La maid respondió.

 

Frías chispas volaban y oscuras ascuas colisionaban con las flores de fuego mientras las chicas se veían entre sí.

 

[Ah, por los viejos tiempos.] Un apagado murmullo vino del frente de la arena. [Tan inolvidablemente brillante, y tan breve. Yo— nosotros— compartimos días así también— momentos cuando teníamos a alguien al que proteger con cada fibra de nuestro ser. ¡Aunque… aunque, hijas de la Dama de la Espada! ¡¿Qué harán cuando no puedan defender al que deben?! ¡¿Cuándo enfrenten una elección imposible?!]

 

[¿Tienes que preguntar?] Lydia respondió.

 

[¡Es tan simple como puede ser!] Lily intervino.

 

Entonces, en conjunto, respondieron. [¡Cortaremos, quemaremos y cortaremos más! ¡Allen puede dar más detalles!]

 

La Duquesa Letty se veía sorprendida— entonces rugió con una carcajada. [¡Ya veo! ¡Así que esa es su respuesta! Si solo hubiera sido mío ese día, yo podría haberme quedado con ellos hasta el amargo final— Pero no, lo hecho, hecho está. ¡Pero!]

 

La tensión llenó el lugar, y las puntas de las flotantes Lanzas Estelares empezaron a girar. Los hermosos ojos jade de la Duquesa Letty brillaron con una inquebrantable resolución mientras gritaba:

 

[¡Ser el único sobreviviente tiene sus privilegios! Permíteme presentarme una vez más.] Las Lanzas Estelares se detuvieron, y la punta de la lanza en su mano derecha brillaba en esmeralda. [Soy la mano derecha de la Gran Estrella Fugaz, quien terminó la Guerra del Señor Oscuro con su muerte, y amigo de la espadachina la Luna Creciente, que intercambio golpes con el Señor Oscuro: el “Cometa”, Leticia Lebufera.]

[Lydia Leinster.]

 

[Y Lily Leinster.]

 

[Allen, hijo de Nathan y Ellyn, del clan lobo.]

 

Entonces, como uno, los cuatro juntos gritaron. [¡Te tengo!]

 

Las flotantes Lanzas Estelares de inmediato se dispararon hacia nosotros, dejando estelas color jade en su paso. Destruyeron la piedra, y las reverberaciones de su impacto explotaron la barrera.

 

Lydia tomó su espada con ambas manos, apuntó la hoja a su espalda, y concentró su maná. [¡Estás a cargo del lanzamiento de hechizos!] Ella gritó. [¡Lily, cómpranos tiempo!]

 

[¡Entiendo!] La maid respondió, pasando al frente del grupo. Conjuró un rápido torrente de pétalos, sobreponiéndose y combinándose mientras lanzaba mi primer experimento en la simplificada fórmula de Linaria: ¡El hechizo bielemental Escarlet Blossom Shield!

 

Lily interceptó las lanzas con sus ardientes barreras florales, entonces interpuso su espada para recibir aquellas que pasaban, haciendo a un lado las jabalinas con pura fuerza bruta. Los oscuros vendavales esmeraldas la atacaron también, convirtiéndose en espadas que rasgaban sus mangas y el bordillo de su falda. Sangre salía de su piel.

 

Desearía poder curarla, pero el hechizo que estaba creando era más complicado. Si no le doy toda mi atención, saldría mal. Aunque las Lanzas Estelares seguían lloviendo hasta que ya no pude oír nada.

 

[¡Lily, has hecho suficiente!] Grité. [Por favor, hazte—]

 

[¡No!] Ella respondió al instante en un tono que no dejaba lugar al argumento. Ella estiró su mano izquierda a un costado mientras su cabello escarlata se profundizaba. [¡Soy una maid! ¡Y una maid protege a su maestro!]

 

Una gran espada envuelta en llamas se materializó en su mano izquierda.

¡¿Otra?!

 

[¡Una maid! ¡Tiene! ¡Agallas!] Sus ardientes flores ganaron poder, y seguía creando más mientras gritaba. [¡Lydia!]

 

[¡Bien dicho, Lily!] La Dama de la Espada alabó a su prima, ondeando sus alas y moviéndose hacia la Duquesa Letty.

 

Su Espada Escarlata, envuelta en fuego, chocó con la Lanza Estelar en la mano izquierda de la leyenda viviente. Ambas nobles gritaron mientras fuertes plumas se juntaban con los vendavales esmeraldas. Enormes fisuras partieron la barrera y la arena de piedra. Entonces la Duquesa Letty sonrió mientras su Lanza Estelar crujía… y se destruía.

 

[¡Ahora!] Lydia gritó, mientras Lily gritaba. [¡Allen!] Ambas nobles salieron de mi línea de fuego.

 

Tranquilamente, levanté la encantada varita Silver Bloom.

 

[¡Yo… conozco ese hechizo!] La leyenda exclamó, con sus ojos abiertos.

 

[¡Eso es!] Grité, liberando mi completado hechizo: ¡Una gran serpiente espinosa de fuego con alas de espadas!

 

Increíblemente, sus espinas lo atraparon y quemaron a todas las Lanzas Estelares que se movieron para interceptarlo. Lo había lanzado y aún me daba escalofríos.

 

¡Todo esto porque me he acercado a la perfecta fórmula!

 

[¡Aún no! ¡Aún no me vences!] La Duquesa Letty gritó mientras juntaba todo su maná en la lanza en su mano derecha y golpeó a la serpiente.

 

La arena de piedra sucumbió, incapaz de soportarlo. Cerca de sus bordes, los dos duques, el director, los jefes del oeste dejaron que su maná se encargara, desplegando barreras tras barreras a pesar que cada una se incineraba. Y aún estaba conteniendo la destrucción por los pelos.

Entonces el anillo de Linaria se deslumbró, y sin advertencia, la escena ante mí cambio.

 

En una colina debajo de una brillante luna creciente, un enorme cometa y una lluvia de estrellas fugaces separó al chico del clan lobo y a una chica. La chica era humana, con cabello corto plateado, y usaba una espada curvada en su cintura. Se veía más o menos de la misma edad de mis estudiantes. Una enorme bandera ondeando lo marcaba como una especie de poder. Tenía el emblema de una estrella fugaz.

 

La chica se alejó del joven.

 

[Allen.] Una voz intervino.

 

[No te preocupes, Letty.] Dijo el hombre, quien usaba dagas en su cintura. [Estoy seguro que vendrá.]

 

He oído esta voz antes— en esa ruina en el Océano de los Cuatro Héroes. ¿Estoy en la memoria de la Duquesa Letty?

 

[Lo que me recuerda, ¿lo has oído?] Continuó, sonriendo. [Las personas me están llamando “Estrella Fugaz” últimamente.]

 

[¿Qué lo hace diferente?] La Duquesa Letty preguntó, jugando con su largo cabello.

 

[Bueno, estaba pensando que si soy una estrella fugaz, entonces tú debes ser un cometa.]

 

[¿Qué? ¡¿Me estás llamando cabeza hueca?! Siempre—]

 

[No es a lo que me refiero. ¿Sabes cómo las estrellas fugaces se desvanecen en un destello, pero los cometas regresan una y otra vez?]

 

[¡Suficiente de pendejadas! ¡Ve al grano!] La Duquesa Letty demandó, haciendo pucheros.

 

 

La arena regresó. Lanza y serpiente, viento y fuego luchaban por el éxito. Frenéticamente luché por mantener el control de mi hechizo— y mantenerlo que se saliera de control. Pero mientras la Duquesa Letty y yo gritábamos con emoción, el fuego lento, pero seguro consumía su arma.

 

Ella bajó su mirada al trapo negro en su lanza, entonces me miró. Vi afecto y deleite en sus ojos mientras murmuraba. [En serio te elogio.]

 

¡Entonces el balance se rompió, y mi hechizo explotó! Un destello del infierno y fieras espadas tiñeron mi visión de rojo y blanco mientras Lydia, Lily y yo nos reuníamos, poniendo toda nuestra fuerza en las barreras resistentes al fuego.

 

Cuando la última de las llamas murió y abrí mis ojos, la plaza se había convertido en un ardiente campo. Incluso una porción del Gran Puente estaba ardiendo.

 

¿Quizás nos sobrepasamos?

 

Lydia enfundó su encantada espada y se lanzó a mi brazo izquierdo. [¿Asumo que no tienes nada que decir en tu defensa?] Preguntó.

 

[¿Alguna vez han escuchado de una batalla de mentís?] Lily añadió, poniendo su gran espada en el suelo y tomando mi brazo derecho.

 

Gruñí, y ambas rieron, tomando mis mejillas.

 

Entonces una fuerte briza aclaró mi vista y reveló a la Duquesa Letty— sin rasguños, aunque su ropa estaba bastante mal.

 

[¡Santo Dios!] Exclamó. [¡¿Esa es la forma de tratar a sus mayores?! ¡Pensé que iba a morir!]

 

[Yo… ruego su perdón.] Balbuceé.

 

[¡Como digas!] Lydia me regañó.

 

[¡En serio!] Lily intervino.

 

Oh, en serio.

 

La Duquesa Letty reconoció mi valor con una sonrisa, entonces levantó su lanza. [He perdido.] Anunció. [¡TODOS LOS PRESENTES AQUÍ LO ATESTIGUARON!]

 

Todos los ojos se postraron en ella.

 

[¡EN MI NOMBRE, CONFIRMO QUE ALLEN DEL CLAN LOBO TIENE EL DERECHO DE HEREDAR EL NOMBRE DE LA ESTRELLA FUGAZ!]

 

La consiguiente alabanza parecía como que la tierra temblara. Por la multitud, vi a hombres bestias abrazándose. Entonces la Duquesa Letty levantó su mano izquierda, y los gritos de inmediato cesaron.

 

[SIGUIENTE:] Continuó. [¡ESCUCHEN BIEN, O MIS VIEJOS COMPAÑEROS!]

 

Los miembros de la Brigada de la Estrella Fugaz se levantaron juntos y prestaron atención.

 

[LO VIERON TODOS, ¿NO? EL NOMBRE DE LA ESTRELLA FUGAZ HA SIDO DELEGADO AQUÍ, ANTE SUS OJOS. DESDE ESE DÍA— ESA INOLVIDABLE PARTIDA EN EL RIO DE SANGRE— HEMOS VIVIDO, SUFRIENDO EL ARREPENTIMIENTO QUE FRACASAMOS EN SALVAR A ESOS QUE DEBIERON HABER VIVIDO Y APRECIANDO LOS RECUERDOS DE NUESTROS COMPAÑEROS QUIENES HAN MUERTO ANTES QUE NOSOTROS. Y NO EN VANO. ¡NO! ¡NO EN VANO! POR ELLO…] La leyenda viviente removió el trapo negro de su lanza y les sonrió a sus temblantes compañeros de armas, quienes parecían llorar. [¡DEJANOS REDIMIRNOS! NOSOTROS… NOSOTROS… YO…]

 

La voz de la Duquesa Letty estaba fallando. Apretando el trapo negro en su pecho, se forzó a hablar con su torrente de emociones. [Luego de doscientos años, finalmente, finalmente hemos completado la última misión que nuestros compañeros y comandantes nos confiaron: Encontrar al digno sucesor de su voluntad.]

 


 


Los viejos soldados sollozaron y lloraron, incapaces de contener sus lágrimas. Los hombres bestias que conocían la historia de la muerte de la Estrella Fugaz se unieron. Incluso las chicas y mi mamá lloraron, mientras Atra cantaba.

 

Al menos, la leyenda viviente secó sus ojos y se forzó a sonreír. [IDIOTAS.] Ella dijo. [NO LLOREN— LAS LÁGRIMAS NO TIENEN LUGAR EN MOMENTOS DE CELEBRACION. ¡COMAN Y BEBAN BIEN, SEAN FELICES Y CANTEN TAN FUERTE QUE LLEGUE A LOS CIELOS! ¿NO ES LO QUE NUESTRO COMANDANTE HARIA?]

 

Sus tropas limpiaron sus ojos, sonriendo de oreja a oreja.

 

¿Esto… fue lo mejor?

 

Lydia descansó su cabeza en mi hombro izquierdo y susurró. [Claro que sí, tonto.]

 

[ESTA NOCHE, DEJANOS CELEBRAR EL NACIMIENTO DE UNA NUEVA LENYENDA DE LA MEJOR MANERA.] La Duquesa Letty gritó. [¡YA QUE UNA VEZ LO DISFRUTAMOS CON ÉL Y ELLA, NUNCA CANSANDONOS DE LAS CONVERSACIONES HASTA EL AMANECER!]

 

[¡SI! ¡SI! ¡SI!]

 

Los abundantes gritos agitaron toda la ciudad. Parecía que estábamos en la peor noche. Pero mientras observaba a mis estudiantes y hermana correr hacia mí, reflexioné en lo que seguiría.

 

✽✽✽✽✽

 

[¡Perdí! ¡Me ganaste, O Allen!] La Duquesa Letty gritó desde su asiento frente a mí, riéndose a carcajadas. [¡O Lisa, O Ellyn! ¿No lo dejarían para los Lebuferas? ¡Le escogería a la más encantadora novia en todo el oeste!] Entonces vació su brillante taza de licor del norte, a pesar de las muchas botellas que ya había vaciado.

 

Así que las leyendas también son ciertas.

 

[¡A-Allen, u-una vez más buena suerte!] Ellie intervino antes que pudiera responder, bombardeando con hechizos de curación. Ya habían revisado todas mis heridas, pero no podía rechazar los encantadores esfuerzos del ángel.

 

En la noche, lámparas de maná iluminaron la plaza y las muchas personas que la llenaban. Algunos hombres bestias ebrios se echaban a cantar, mientras los humanos de la capital este y sus salvadores del oeste de todas las razas los alentaban y una banda marcial del norte se unía. Disfrutaba observarlos.

 

[Sigue hablando así, Letty, y estarás luchando contra mi madre y luego yo.] Lisa advirtió, quien había forzado a Lydia a sentarse a su par mientras hablaba con mi madre.

 

[¿Un duelo con el Celestial Escarlata y la Dama Ensangrentada?] La Duquesa Letty respondió, sonriendo. [E-Eso suena a como una propuesta fatal.]

 

Mientras la leyenda viviente estaba distraída, la noble vestida en el kimono me dio una mirada que decía. [¡Sálvame ya!]

 

Agité mi cabeza, rechazando la ayuda. Seguramente Lisa quería una oportunidad para hablar con su hija.

 

Atra se sentó en un sofá que Lily y las maids Leinster habían traído, viéndose pequeña mientras la acariciaban. Mientras yo la observaba, mi mamá respondió. [Dejaré que mi hijo escoja su futuro.]

 

[Ya veo.] La Duquesa Letty dijo lentamente. [¡O Ellyn, O Lisa, bebamos!]

 

[¡Sí, claro!]

 

[Claro.]

 

¿Beber con las duquesa presentes y pasadas? ¿Qué hará mi mamá?

 

[Lynne, tenemos mucho por lograr, y apenas hemos empezado.] Tina dijo.

 

[Sí.] Lynne concordó. [Ellie, ¿te nos unirás?]

 

[¡S-Sí! ¡T-Tiene razón, Allen!] Ellie declaró, lanzando su cabeza a mí antes de correr.

 

A la par del trio, sus compañeros estaban inmersos en una plática.

 

[Necesitamos trabajar más fuerte.] Caren dijo.

 

[Las alcanzaremos juntas pronto.] Stella le aseguró.

 

Están creciendo a pasos agigantados. Pero necesito hacer algo con el maleficio de Stella primero. Quizás Atra podría señalarme—

 

[Perdón.] La voz de una mujer interrumpió mis pensamientos.

 

Los cuatro líderes de división de la Brigada de la Estrella Fugaz habían llegado, y estaban molestos.

 

[Lily.] Lisa ordenó.

 

[¡Bien, démosles algo de privacidad!] La maid dijo mientras sus barreras se levantaban.

 

[¡Sí, señora!] Sus subordinados respondieron, lanzando barreras anti sonido.

 

Un flotante semi espíritu con alas translucidas en su espada y un sombrero floral en su cabeza— el Jefe Chise Glenbysidhe, la Flor de Sabia— me fijo una dura mirada. [No rechazo a que el amado por los grandes elementales herede el nombre de la Estrella Fugaz, aunque te culparé por ser tan joven. Sin embargo…]

 

[Ese lobo de allá nos entregó una súplica.] Continuó el jefe enano Leyg Vaubel, el Asesino de Demonios, sentado de piernas en el suelo.

 

[Nos pidió salvar a su hermano.] Añadió el Jefe Dormur Gang, el Lanzador de Montañas de los gigantes, acariciando su cenicienta barba.

 

[Pero te liberaste.] El Maestro de Batalla, el Jefe Egon Io de los demonios, azotó su cola en el suelo mientras declaraba. [Nuestro Antiguo Pacto siguen sin cumplirse.]

 

[¡Di tu deseo!] El Jefe Chise demandó. [¡Juro por nuestro difunto comandante que lo daremos todo en nuestro poder para cumplirlo!]

 

[Y como te dije el otro día, igual los Lebuferas.] Añadió la Duquesa Letty. [Leo ya ha dado su consentimiento.]

 

Ya le había consultado al Duque Walter del tratamiento de Gil, aunque él me había fruncido el ceño y gritado. [Mereces tomar las cosas más despacio. ¡Pero aún no puedes tener a mis hijas!] Y había rechazado varias de mis peticiones de investigaciones en el departamento— la Real Academia, parecía, no abriría sus puertas por un rato. Así que no tenía mucho por desear, personalmente. Quizás a Richard le gustaría—

 

¡Ow!

 

Lydia se libero de Lisa a tiempo para darle un pellizco a mi brazo izquierdo. Allí se fue toda esperanza.

 

[Muy bien.] Dije. [Permíteme tomar tu generosa oferta. Caren, Lynne.]

 

El par se me acercó, luciendo asombradas.

 

[¿Allen?]

 

[¿Nii-sama?]

 

Me paré y calmadamente expliqué. [Oí que los enanos y gigantes, junto con los elfos, una vez forjaron los grandes tesoros de los Leinsters, la flameante espada la Verdadera Escarlata. Así que tengo dos peticiones para ustedes. Caren, entrega tu daga al Jefe Leyg.]

[Tome.]

 

El viejo enano hizo un sonido con su garganta y el viejo gigante murmuró. [La confiable hoja del comandante…] Mientras corrían hacia el arma.

 

[Mi primera petición es para que reforjen esta dada y restauren su filo.] Concluí.

 

[¡¿A-Allen?!] Caren exclamó.

 

[Ese es mi deseo. Siguiente, Lynne.]

 

[Nii-sama.] La noble joven pelirroja objetó. [Yo realmente no quiero—]

 

Una palmada en su gorra militar la silencio mientras continuaba. [Mi segundo deseo es una daga flameante que se iguale a la Verdadera Escarlata.]

 

Los dos viejos héroes de guerra sonrieron y se inclinaron.

 

[¡Considéralo hecho!]

 

[¡Juro que tendremos éxito!]

 

[Lo estoy esperando.] Respondí. [Ellie.]

 

[¡S-Sí!]

 

Guíe a una sonrojada Lynne a un asiento a la par de Lydia, luego me gire al Jefe Chise. [La magia botánica que lanzó para ayudar a colocar la arena antes me impresionó, y me gustaría que le enseñara a esta chica su esencia.]

 

Ellie libero un asombrado chillido. [P-Pero Allen, yo… n-no puedo usar magia botánica.]

 

Aún no, ciertamente. Sin embargo…

 

[La mágica botánica requiere una maestría de los ocho elementos.] El Jefe Chise respondió, frunciendo sus ojos. [Y pocos pueden usarla sin la bendición del Gran Árbol. Ni siquiera los hombres bestias puede hacer mucho con ella fuera de las capitales real y este.]

 

[No es sabio subestimar a mis estudiantes.] Respondí. [¿No es cierto, Ellie?]

 

La maid pestañeó en sorpresa, entonces se inclinó ante el Jefe Chise y gritó. [¡P-Por favor, enséñeme, señora! ¡T-Trabajaré tan duro como pueda!]

 

El gran hechicero estornudó, y bajó el bordillo de su sombrero. [Solo recuerda: ¡No mimo a nadie!]

 

Si las leyendas eran ciertas, significaba que ella era un excelente espíritu.

 

Me giré al Jefe Egon. [Oí que un sacerdote dragonico conocido como el oráculo recibe el conocimiento de muchos especímenes de la flor de dragón. ¿es cierto?]

 

Un destello de sorpresa pasó por el rostro de la leyenda. [Es cierto.] Respondió. [Tus conocimientos te dan veracidad.]

 

[En ese caso, deseo una cosa de usted: una cura para las incontrolables oleadas de maná.]

 

[¡¿A-Allen?!] Stella gritó, liberando un destello en su agitación.

 

[Perdóname.] Añadí, suprimiendo la luz. [Sé qué soy un entrometido.]

 

Su objeción fue anulada, nuestra santa apretó sus mangas y gruñó, sonrojada.

 

El viejo guerrero liberó una leve sonrisa al verla y respondió. [Juro que apenas uso todo lo que sé.]

Eso hace cuatro. El único que queda es…

 

[¡Mi turno!] La Duquesa Letty proclamó, poniéndose de pie y riendo. [¡Di tu deseo! ¿Puede ser mi Lanza Estellar?]

 

[No, gracias.] Respondí. [Dudo que pueda hacerlas. Y además…]

 

¿No la Estrella Fugaz Allen diseñó esa técnica para ti?

 

El Vendaval Esmeralda leyó la expresión en mi rostro y lucía sonrojada como una chiquilla. [Vamos, dilo.] Presionó. [Nadie te culpará por ponerte primero, sabes.]

 

[Gracias. Lo haré.]

 

Si se llegó a eso.

 

Reuní mi coraje y dije con nervios. [Cuando una niña maldita se recupera luego de casi caer, ¿hay algún peligro en recaídas?]

 

[¿Quieres decir que la respuesta a esa simple pregunta es todo lo que deseas?] La leyenda viviente quien una vez había sido conocida como una niña maldita respondió.

 

[Me doy cuenta que mi pregunta impertinente, pero por favor, ¿me lo contaría?]

 

Todos contuvimos nuestra respiración mientras la Duquesa Letty miraba al estrellado cielo. Luego, respondió. [En más de doscientos años se ha visto el nacimiento de veinte extraños niños malditos a los cuales conozco. De esos, solo dos regresaron de la maldición— la Luna Creciente y yo. Tres, contando a la Dama de la Espada.]

 

¡¿Los tenientes de la Estrella Fugaz cayeron?!

 

[Por ello, yo soy tu respuesta.] La Duquesa Letty continuó, dándole a su pecho unos golpes. [Una niña maldita que regresa ha visto la oscuridad y no puede hacer mucho— nunca sobreviviríamos del intento. Y lo más importante, ella te tiene.]

Alivio llegó a mi corazón. No sabía si el suspiro que oí era mío o de Lydia— o quizás Lisa.

 

[Gracias.] Dije. [¿Oíste eso, Lydia?]

 

Sentí una calidez en mi espalda, seguido por un comentario que solo yo podía oír. [Allen, tú, grandísimo idiota. Nunca te dejaré otra vez, ¿escuchaste?]

 

Si es posible, me gustaría algo de información acerca de los grandes elementales también. Pero primero…

 

[Lily, por favor cuida de Lydia.] Dije. [Y fortalece la barrera.]

 

[¡Entiendo!]

 

Con Lydia en las capaces manos de la maid, me acerqué a la otra noble, quien esperaba sola, su plateado cabello revoloteaba. Parecía estar a punto de llorar.

 

[Tina, dame tu mano.] Le ordené. [¿Recuerdas el maná que recibiste del Gran Árbol antes? Déjame mostrarte lo que significa.]

 

[¿Allen?] Ella preguntó dudosa.

 

Juntamos las manos y luego… Lancé mi hechizo. Agua, viento, luz, y oscuridad se entrelazaban, y el suelo empezó a congelarse. Todo mientras la asamblea daba inicio, me puse de rodillas.

 

[Tina, Stella— Su madre, la Quesa Rosa, tenía un increíble ancestro.] Le informé a las asombradas hermanas. [Creo que este es el verdadero frío: la nieve plateada. El maná de mi varita ahora está agotado, pero por favor acepta esta “llave.”]

 

Cuando lentamente retiré mis manos, un reluciente cristal de hielo plateado se reposó en la palma de Tina. Ella lo tomó en sus manos y lo sostuvo en su corazón. Una ventisca se junto a su alrededor, frío y fresco.

 

[Siento su maná dentro de mí.] Ella murmuró, mirándome con ojos llorosos. La marca del Frigid Crane palpitaba en su mano derecha.

 

 

[El Gran Árbol debió haber reforzado el poder del Frigid Crane al compartir algo de su maná contigo.] Expliqué. [Y ella proveyó el empujón para que esta nieve plateada fuera posible. Tina, ella lo introdujo dentro de ti por una razón, y me gustaría que aprendiéramos qué es, un paso a la vez. Tengo fe en que puedes hacerlo.]

 

Los ojos de Tina se abrieron. [Sí.] Ella dijo, sonrojada y luciendo más madura. [¡Sí! Gracias, Allen. Siempre supe que era mi—]

 

[Lo siento, es hora.] Un malhumorada Lydia interrumpió, metiéndose entre nosotros.

 

[¡E-Eres una mala perdedora, Lydia!] Tina protestó. [¡Es mi turno!]

 

[Yo no tengo turno. Al fin que, el mío nunca termina.]

 

[¡¿Q-Qué?!] El grito de Tina dio pie a una siniestra risa esporádica. [Y yo aquí tratando de ser buena y tener algo de simpatía. ¡Muy bien! ¡Sin piedad!]

 

[¿Oh? ¿Dices que no necesito ponértela fácil?]

 

[E-Ese es un asunto separado— ¡D-Dios! ¡Lydia!]

 

Ya que las dos se encararon, el resto de nosotros intercambiamos miradas… y nos echamos a reír. Atra cantaba, mi mamá secaba sus ojos con un pañuelo, y Lisa sonreía.

 

Sí, fue un buen uso de mis deseos.

 

[Muy bien, gracias a todos.] Dije, inclinándome ante los cuatro jefes. [¿Estarían dispuestos a compartir algunas de sus viejas historias de guerra luego?]


 


✽✽✽✽✽

 

El amanecer de la siguiente mañana me encontraba en el salón frontal, vestido en mi usual traje y atando mis agujetas. La fiesta había continuado hasta tarde, con el resultado de que todo estaba calmado dentro de la casa a esta hora. Había dejado una carta para todos, así que la única dificultad que quedaba era—

 

Pisadas en el pasillo detuvieron mis pensamientos.

 

[Allen.] Dijo una voz. [¿A dónde vas tan temprano?]

 

[¿Mamá? Lo siento, ¿te desperté?] Respondí, terminando mi nudo. [Aunque me asombra que puedas saberlo.]

 

[Soy tu madre. Sé cosas.] Mi mamá dijo en su usual tono. Tenía un cardigán sobre su vestido de noche y una sonrisa en su rostro. [Nathan está ocupado en su taller.]

 

[Oh.]

 

Mi papá no se había unido a la celebración de la noche anterior.

 

Por la explicación, añadí. [Algunas personas importantes me han pedido verlas, así que me dirijo a la capital real. No creo que estaré fuera mucho tiempo.]

 

[Allen, sé cuán capaz eres, pero… pero…] Ansiedad nubló el animado rostro de mi madre.

 

¿Qué haré?

 

Antes de dar mi respuesta, una joven con corto cabello escarlata apareció. Como es usual, estaba usando una espada.

 

[No tema, madre.] Dijo. [Estaré con él, así que no tiene nada de que preocuparse.] Entonces se giró a mí y susurró. [Cómo te atreves a irte solo. No creías que no te golpearía.]

[Mis disculpas, Lydia.] Respondí. [Pero sé que vas a golpearme igual.]

 

[Muchas gracias.] Mi mamá dijo, igualmente convencida. [Y Allen, asegúrate de escuchar a Lydia.]

 

[Qu— M-Mamá…] Me agité en protesta antes de seguir. No quería despertarlos.

 

Lydia, mientras, dijo. [¡Ni lo mencione!]

 

[¿Y yo no merezco una despedida, Lydia?] Otra voz intervino. [Recuerda quien te parió.]

 

[¡¿M-Mamá…?! ¡Yo… pensé que estabas dormida!] Lydia exclamó mientras Lisa aparecía, también usando un cardigán.

 

La Duquesa Letty también hizo aparición. [O Allen, deja las cosas aquí en mis manos.] Dijo. [¡Y cuando regreses, te pondré en forma!]

 

[Pretenderé que no o-oí la última parte.] Respondí, con una risa contenida.

 

Entonces le lancé una mirada a mi compañera, quien estaba siendo arreglada por Lisa. Ambos nos inclinamos y dijimos adiós.

 

[Mamá.] Añadió. [Deséale lo mejor a papá y las chicas.]

 

[¡Ten un buen viaje!] Mi mamá respondió.

 

[Anna está en la capital real.] Lisa dijo. [Ve con ella y las otras maids para lo que necesites.]

 

La Duquesa Letty concluyó con un simple, [Cuídate.]

 

El director y el Jefe Chise nos esperaban fuera del Gran Árbol.

[Allí están.] El viejo elfo dijo. [Perdón por molestarlos tan temprano en la mañana.]

 

[Las disculpas no son necesarias.] Respondí. [Pero ¿qué hay con eso de la urgente llamada del Príncipe de la Corona John?]

 

La carta que había recibido antes de mi duelo con la Duquesa Letty había sido corta y al grano: Deseo discutir asuntos de sumo secretismo. Mañana en la mañana, ven junto a…

 

[Puedo moverlos fácilmente.] El Jefe Chise dijo, frunciendo el ceño. [¿No lo encuentras extraño?]

 

[Sí.] El director acordó. [No he recibido la noticia, y no puedo explicarlo. Pero tampoco puedo ignorarlo.]

 

[Tendré que ir y descubrirlo.] Respondí. [Dudo que alguien tratará de asesinarme de la—]

 

[¡Allen! ¡Lady Lydia! ¡Espérenme!] Un musical grito, seguido por un “Whoop” mientras una maid aparecía de la nada y aterrizaba ante nosotros. En su espalda llevaba a una chica a quien había visto dormir con Stella, ahora usaba una túnica.

 

[Lily.] Suspiré.

 

[No te llevaremos con nosotros.] Lydia añadió rápidamente.

 

[¡Lo sé! ¡Pero creo que sería mejor llevar a Atra!]

 

Una vez Lily la bajó, la pequeña le dio una vuelta a sus orejas y cola, soltando luces pálidas— el maná de Stella. Como pensé, Atra había estado absorbiendo su exceso. Así que idealmente, me habría gustado dejarla en la capital este.

 

Lydia sin embargo, se detuvo y dijo. [Está bien. Puedes venir. Pero tienes que escuchar.]

 

Atra dijo sí.

[¡¿A qué te refieres, te gustan los abrazos de Allen?! ¡¿C-Cuántas veces tengo que decirte que él es mío?! En serio…] Lydia la regañó, solo había empezado.

 

Supongo que no hay nada más. Lo decidí y le señalé al par preparar el hechizo de teletransportación.

 

Luego de un momento, el director respondió. [Muy bien.]

 

[Lo tengo cubierto.] El Jefe Chise añadió mientras un diseño arcano con forma de flor se extendía bajo nuestros pies.

 

[¡Allen!] Lily dijo.

 

[¿Sí?] Dije. [¿Tú—?]

 

Lydia levantó la mirada de jugar con Atra. Su grito, seguido de una maldición, resonó en mis oídos… mientras Lily la lanzaba alrededor de mis brazos. Su calidez y suavidad me hizo difícil pensar, pero noté que tenía un brazalete plateado en mi muñeca derecha mientras las flores de fuego mantenían a Lydia a raya.

 

La sonrisa satisfecha de Lily llenó mi vista. Ella paso sus delgados dedos sobre el brazalete, entonces produjo un par de relojes de bolsillo.

 

[Ese es un amuleto imbuido con mi maná— mi forma de decirte gracias por tu clip de cabello.] Ella anunció. [Los relojes son del Señor Nathan.]

 

Apenas logré decir un [G-Gracias.]

 

[¿Eso te emocionó?] Lily preguntó, notando mi expresión. [¿Se te acelero el corazón?]

 

Un fuerte ruido marcaba el final de las flores de fuego mientras Lydia gritaba. [¡Lily!]

 

[Aaw, eso fue rápido. ¡Whoop!]

Para mi sorpresa y la de Lydia, la maid evadió el manotazo de su prima y se hizo atrás.

 

Entonces el director y le Jefe Chise gritaron. [¡Prepárense!]

 

Atra saltaba arriba y abajo mientras el brillo se intensificaba.

 

Lily le guiñó maléficamente a Lydia, quien ya había tomado su reloj de mí y dijo. [Solo una última cosa.] Su largo cabello escarlata brilló como un rayo de luz— al igual que el brazalete en su muñeca izquierda. [¡Ahora estamos a juego, Allen!] NT: Esa Lily me caía mal, pero es la única con ovarios para plantarse ante Lydia, viva Lily.

 

[¡¿L-Lily?!] Lydia balbuceó, su rostro se lleno de sorpresa. [¡Nunca aprendes! Pero no e-es gran cosa. Lo cortaré y quemaré en—]

 

[Aw, ¿en serio? ¿Vas a romperlo? El Señor Nathan hizo ese brazalete para él, sabes. Muy bien, supongo que no te importará si menciono el engravado en tu reloj.]

 

[¡L-Lilyyyyy!]

 

La maid río. [Soy tu hermana mayor, así que debes saber que no soy presa fácil.]

 

Sin duda así era cómo ella animaba a su solitaria prima cuando eran niñas.

 

Lady Lily Leinster extendió su falda en un elegante saludo. [Cuídate, Allen.] Dijo. [Cuidaré de las chicas, así que por favor, cuida de Lydia y Atra por mí.]

 

Justo entonces, una radiante flor nos envolvió.

 


 



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