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 Epílogo

 

[Ya veo.] Lady Stella dijo. [Un nuevo apóstol— y un espiritual. Estás mejor ahora, Lynne.]

 

[Michas gracias.] Respondí. [¿Y qué hay de tu salud?]

 

Tan pronto que el fuerte cayó fue que la hermosa chica sentándose enfrente de mí había llegado desde la capital sur para lanzar sus magníficos hechizos de curación en aliados y enemigos por igual. Había continuado tratando a los heridos luego de la puesta de sol, aunque esperaba que estaría bien, me preocupaba.

 

Tina había lanzado su cuerpo en la mesa, Ellie y Caren se veían igual de preocupadas. Solo Lily tenía energía para malgastar, y había dejado el pabellón en el campamento aliado para traer dulces.

 

[Me siento bien, gracias.] Lady Stella respondió. [La magia de curación es segura.]

 

[Stella, ¿te das cuenta que todos los heridos estaban juntando sus manos y te llaman “santa”?] Tina intervino, levantando la mriada. Entonces apretó su puño. [No puedo creer que lo viera venir. ¡Esa es mi compañera! ¡Diría que propusimos y esparcimos la palabra la “Santa Loba”!]

 

Por “compañera”, Tina se refería al Héroe, Alice Alvern. Oí que las dos congeniaron en la capital norte, pero por alguna razón, el Héroe la llamaba “compañera” también. ¡Y no tenía idea alguna! ¡Ni la más mínima!

 

Lady Stella frunció el ceño y tocó un mechón de su cabello plateado cerca de su frente. [Solo hice lo que pude, Tina y Sally ayudaron también. Lo llamaría la santificación. Se lo debo advertir a Alice la siguiente vez que la vea.]

 

[Stella, ¿Felicia está en la capital sur?] Caren preguntó, quitándose su boina floral. Nuestra superintendente general de logística no se nos había unido.

 

[Ella dijo que quería venir, pero sabes cómo se pone cuando ve sangre.] Nuestra presidente del consejo bajo su mano.

 

[Lo hiciste bien.] La vicepresidenta dijo.

 

Felicia se habría desmayado. Los soldados hechizados del apóstol ni siquiera eran personas. Aunque se habían transformado en cenizas y desvanecido sin rastro tras la batalla, era mejor que no viniera.

 

[¡Da igual!] Tina gritó. Un mechón de su cabello se levantó mientras nos miraba. [Ahora podemos ir a la ciudad del agua.]

 

Habíamos derribado un impenetrable fuerte y aseguramos una tregua con Atlas. Así que con nuestros giffins…

 

[Allen escribió que la iglesia está tramando algo para el siguiente Día de la Oscuridad.] Lady Stella dijo. [Y hoy es—]

 

[¡El Día del Rayo!] Tina y yo dijimos.

 

[N-Nos quedan tres días.] Ellie añadió.

 

Caren deslizó su dedo sobre un mapa en la mesa. [Celebrim se tomó menos de un día para llegar a la capital sur desde allá en un griffin entrenado. ¿Cuál es el plan, Stella?]

 

Nos quedábamos sin tiempo. Si fuéramos a la ciudad del agua, necesitaríamos irnos lo más tarde este día.

 

Lady Stella tomó la pluma de griffin verde de su pechera y lo apretó. [Me quedaré en la capital sur.]

 

[Puedo lanzar hechizos de curación de elemental luz, pero luchar sería un reto.] Nuestra santa de cabello plateado continuó con calma. [Y a pesar que entremos a una paz con Atlas— no, porque lo hicimos, la Casa Ducal de Leinster debe defender este territorio. De los otros cuatro principados sureños, digo. Hablé con la Duquesa Lisa antes, y me dijo que atacar la ciudad del agua con una gran armada será difícil. Ambos lados sufrirían muchas bajas. Si me uno a Allen y Lydia ahora, cuando no puedo luchar, seré una molestia.]

 

Tina y yo jadeamos, mientras Ellie murmuraba. [Stella-neesama…] Pero nuestra presidenta del consejo tenía más que decir.

 

[Así que me quedaré atrás para curar a los heridos y ayudar a Felicia. Y ya que oí que la Princesa Cheryl visitará la capital sur, se lo pediré al Cielo Floral y la Dama de la Espada. Su Alteza Real sabe mucho. Ahor, por el otro lado…] Lady Stella nos miró. [¿Quién quiere ir a la ciudad del agua?]

 

[¡Yo!] Tina y yo gritamos, lanzando nuestras manos al aire.

 

Sin embargo, Ellie, bajó la mirada y dijo. [Yo… quiero quedarme y ayudarte, Stella-neesma. Ya que muchas personas se lastimaron luchando aquí y necesitan a todos los curadores que puedan conseguir.]

 

[Ellie.] Tina murmuró, obvia a sus preocupaciones.

 

[No te preocupes.] Intervine, mirándola antes que dijera más. [Prometo que le daré a Nii-sama y Nee-sama toda la ayuda que necesiten.]

 

Tina se sintió dividida entre desear que su mejor amiga de la infancia se nos uniera y querer respetar su decisión. Pero si sale y dice eso, la angelical Ellie tendría segundos pensamientos. Ninguna podría permitirse quedarse quieta. Necesitábamos seguir si esperábamos caminar al lado— de Allen— de Nii-sama. Ellie había tomado su decisión para seguir y no quería interponerme.

 

[¡Humph! Lo haces sonar como que lo harás sola, Lynne.] La Señorita Primer Lugar dijo, deduciendo y entrando al acto.

 

[Eso intento.] Respondí. [Quiero llegar al lado de Nii-sama antes que tú y Ellie, así que quiero seguir mejorando.]

 

Tina me gruñó seria.

 

Incluso Ellie se molestó. [Oh, n-no cuentes conmigo, Lady Lynne.]

 

Bueno, debe hacerse.

 

[No más peleas.] Caren dijo, aplaudiendo. Había estado observándonos todo el tiempo. [Y no lo olvices: el único lugar al lado de Allen está reservado para mí.]

 

Las tres objetamos a la vez.

 

[¡Tiranía!]

 

[E-Estás jugando sucio, Caren.]

 

[¿Has olvidado que Nee-sama se fue con él?]

 

Lady Stella rio. [Espero que me des mi turno también, Caren. Desde ahora y siempre.]

 

[Stella.] Caren respondió. [No puedo confiar en ti más que lo hago con Lydia en tiempos así.]

 

[Bien. Pero dale mi carta a cambio. Asegure la promesa de proveer griffins que puedan volar en la noche de la Duquesa Lisa, Lindsey y Letty. Dijeron que no podían tratarnos como niñas después de lo que hemos hecho. Así que Caren— tú, Tina y Lynne irán a la ciudad del agua.]

 

[¡Sí, señora!]  Tina y yo respondimos al instante.

 

Caren tocó la vaina de su daga.

 

No puedo creer que concluyera las negociaciones con mi madre.

 

[Y asumo que te unirás.] Lady Stella añadió mientras Lily entraba por la tienda llevando un carrito lleno de postres.

 

[¡Bueno, soy una maid! La señora me dio su permiso.] Lily respondió, uniendo sus manos con una musical risa. Su floral clip brilló.

[El viceduque objeto, pero supongo que no puedo luchar con eso.] Lady Stella admitió.

 

Tina se paró, listones azul y blanco adornaban la varita en su mano. [¡¿Qué estamos esperando?! Empaquemos y vayamos—]

 

[Ruego su perdón.] Una nueva voz interrumpió. [Traigo malas noticias.]

 

[¿Romy? ¿Qué ocurre?] Pregunté, tomando las manos de Tina y Ellie. La segunda al mando de la corporación de maids se veía más siniestra de lo normal durante nuestra exploración de ese día.

 

[Los cuatro marqueses del sur que formaban la facción antiguerra de la alianza están bajo ataque.] Romy dijo. [Un reporte no confirmado clama que su líder, la venerable Marquesa Rondoiro, el “Empalador”… cayó en batalla.]

 

Parecía que estaríamos volando en una fuerte tormenta. Recé en silencio, tocando mi daga.

 

¡Nii-sama, por favor mantente a salvo!

 

✽✽✽✽✽

 

Suzu del clan nutria dirigió su góndola por los canales subterráneos de la ciudad hacia el Callejón del Gato. Los muros daban una leve luz verde, pero hacían que los pasajes se vieran místicos en lugar de raros.

 

Más de un día había pasado desde que habíamos huido del archivo, gracias a los cuidados que estábamos tomando para evitar la detección. Saqué mi reloj de bolsillo y revisé la hora. La noche debió haber caído afuera.

 

[La capital este tiene canales similares.] Dije. [Jugaba en ellos todo el tiempo cuando era más joven.]

 

[¿En serio? Qué limpio. ¿Te importaría darme un tour alguna vez?]

 

[Claro que sí.]

 

[¡Muchas gracias!] Suzu se veía tímida. Había estado piloteando la góndola sin parar, aunque sin descansar, su ánimo servía mucho— especialmente mientras estábamos aislados en territorio enemigo.

 

Una noble escarlata se recostaba en mí. [Quédate cerca.] Dijo, presionando su hombro contra el mío para que pudiéramos sentir la calidez del otro.

 

En cuanto a las dos maids detrás de nosotros…

 

[No digas nada, Cindy.]

 

[Lo sé, lo sé. ¡Mira, Miss Atra! ¡Era un pescado!]

 

Un musical chillido siguió.

 

No podía esperar ayudar del cuartel. Las otras maids estaban viajando en otras góndolas, al igual que Niccolo y Tuna.

 

Me resolví y me dirigí a la noble. [Lydia, estás haciendo que, bueno, sea difícil moverse.]

 

Ella me lanzó una mirada más filosa que una espada promedio. [Primero, no me llevaste al archivo contigo, y ¿ahora te quejas?] Dijo. [Muy bien.]

 

Levanté mis manos en signo de total rendición. ¿Qué iba a hacer? No mostraba señales para dejarme salir de esta.

 

[¡Solo pretenda que no estamos aquí, Allen!] Suzu dijo.

 

[Somos maniquís.] Saki dijo.

 

[¡Por favor, Miss Atra! ¡No más!] Cindy gritó, seguido por otro chillido.

Están disfrutando este demasiado, si me preguntas. Es una mala influencia para Atra.

 

[Hey. ¿Realmente importa?] Lydia preguntó, mirándome a pesar que todos nos observaban.

 

Primero lo primero.

 

Empecé a poner mi brazo alrededor de sus hombros— hasta que una pequeña ave aterrizó en el mío.

 

[¿De quién es?] La joven escarlata preguntó, encendiendo una lampara de maná mientras revisaba el papel envuelto en la pierna del ave.

 

[Niche.] Respondí.

 

[Su mayordomo familiar nos traicionó, ¿recuerdas?] Lydia dijo.

 

[Cierto. Pero Niche no. Moriría o pondría toda la carne al asador, y entonces un desafío. Es el tipo de hombre que es.]

 

Lydia anunció su disgusto con un puchero y un gruñido.

 

¡Sabía que era una mala influencia!

 

Acaricié la cabeza de la chica mientras terminaba de leer. Entonces el papel se desvaneció, agarró fuego— trabajo de Lydia. La Dama de la Espada estaba tomando forma.

 

Ella sacó una hoja de mi cabeza y dejo su mano en mi cabello mientras murmuraba. “Explícate.” Su silencioso significado era “No le des toda tu atención a Atra. Lo prohíbo. No es justo.” La lógica no parecía ser su fuerte.

 

[Ese archivo significa mucho para los Nittis.] Dije, peinando el desastroso cabello de Lydia. [Es por eso que unas cuantes personas conocía su locación exacta, incluso entre esos que sabían que existía.]

Niche y Paolo al parecer lo habían usado con el poco tiempo que tuvieron para investigar los movimientos de Toni en los siguientes días.

 

“Garantizo que Toni Solevino no conocía la localización del archivo hasta hace unos días.”

 

El final del túnel entro a la vista.

 

[Como dije antes.] Continué. [Esa información estaba limitada a los mismos Nittis, unos cuantos hombres bestias contratados para llevar suplementos, y su allegado, Paolo Solevino.]

 

[Pero Toni igual apareció.] Lydia dijo. [Lo que significa…]

 

[Lo aprendió de alguien que no era un Nitti u hombre bestia. Esa persona, para ser específica.] Toqué la nota que Niccolo había descifrado— la única cosa que había tomado del archivo. Partes de lo que había sido borrado y convertido ilegible.

 

“Vine aquí con mi maestro, el Cielo Floral, (…) Glenbysidhe, y mi aprendiz senpai, Io la “Flor Negra” Lockfield. No hemos encontrado una forma para despertar (…) durmiendo dentro del Templo Antiguo. ¿Qué deberíamos hacer?”

 

¿Cómo pudo descubrir tanto en poco tiempo Niccolo? También clamaba recordar todo lo que había leído una vez, así que me dispusé a pensar en lo que lograría un día.

 

El apodo y apellido del maestro los identificaba como un espiritual. De acuerdo a la “Nobleza,” los Lockfields y los Glendysidhes se habían cruzado una vez en el pasado, y los Ios, jefes de los dragones, tuvieron su parte. El círculo de teletransportación de flor negra que había visto en el archivo. Toni había recibido las instrucciones de la “Flor Negra.” Podíamos asegurar que una joven Duquesa Rosa Howard había escrito la nota.

 

Lydia recostó su cabeza en mi hombro izquierdo. [Escucha—]

 

[Quiero luchar a tu lado la siguiente vez.] Dije antes que pudiera preguntar. Y lo dije en serio.

 

La góndola salió del canal subterráneo a un aparente edificio en ruina. Un rayo de luz lunar pasando por una ventana rota brilló en el rostro avergonzado de Lydia.

 

[¡I-Increíble! ¡P-Piensa antes de hablar, Allen!]

 

[¡Ow! ¡S-Sin golpear! Y-Y te advertí que bajaras la voz.] Protesté, levantando mis manos para detener sus puños.

 

Atra nos dio una perpleja mirada, entonces empezó a tomar mi brazo. Debió haber pensado que estábamos jugando.

 

La chica del clan nutri abrazó su remo en su pecho, mirando al cielo estrellado, y suspiró. [Qué es este sentimiento, me pregunto. ¿Celos? O—]

 

[Las ganas de seguir observando a esta inocente pareja de tortolitos, ¿quizás?] Cindy intervino.

 

[¡Oh!] Suzu junto sus manos. [¡Sí! ¡Eso es!]

 

La maid, cuyo lechoso cabello blanco Saki estaba peinando en trenzas, rio y lanzó una propuesto de reclutamiento. [Diría que tienes lo que se requiere para unirte a nuestro cuerpo de maids. Si piensas en cambiar de carrera, te lo recomiendo.]

 

[U-Um, convertirme en una maid no es realmente…]

 

[No la molestes, Cindy.] La maid del clan ave se detuvo a decir. [Piensa en el mal ejemplo que le estás dando a Miss Atra.]

 

[Aww. Apuesto que Miss Atra está conmigo. ¿Verdad?]

 

Atra dio una escéptica mirada, luego chillo. Obviando a Suzu, al parecer favorecía la idea.

 

Oh, ya evo. Así es como han estado reclutando personal.

Otra ave aterrizó en mi hombro y despegó una vez le quité el papel de su pierna. Decía…

 

¿Qué?

 

[Por tu mirada, asumo que no son buenas noticias.] Lydia remarcó, examinando mi rostro. No quemó el papel esta vez. Y tenía razón: la más grande noticia era mala.

 

[Otra actualización.] Dije. [Primero, Atlas hizo una repentina tregua con los Leinsters. Incluso puede considerarse que dejaron la alianza, así que el comité es un lio.]

 

¿Qué pudo haber causado que Atlas cambie su postura tan radicalmente? Incluso si las chicas se involucran, es tan repentino.

 

[¿Y la mala noticia?] Lydia dijo, jugando con su collar.

 

[Es excepcionalmente mala.] Respondí. Si es cierto, el mensaje de Niche sepultaría a las palomas. [Los cuatro marqueses sureños quienes avocaban por la paz entraron bajo ataque durante una conferencia. Incluso la Marquesa Regina Rondoiro pudo haber no sobrevivido. Y sus atacantes…]

 

Envíe una advertencia, y Niche hizo su trabajo. Pero aun así…

 

Me forcé a terminar. [Sus atacantes consistían de una mujer con vestido negro con largo cabello carmesí y un espadachín usando una larga espada extranjera. La Luna Creciente y su sirviente, sin duda. Eso deja a las palomas… en una increíble desventaja.]

 

Lydia se me acercó y murmuró. [Dime, Allen…]

 

[Sí.] Dije. [Nos engañaron para tomar el Fuerte de las Siete Torres.]

 

En un nivel estratégico, habíamos sufrido una racha de derrotas. Atlas jugando en el drástico y peligroso paso de retirarse de la alianza había ensillado a los Leinster y las casas sureñas con los principados y derrotado por el momento. La facción proguerra dominaría la ciudad del agua por los siguientes días y esos días lo decidirían. Si la Santa de la iglesia había dirigido todo, entonces íbamos contra… un monstruo.

Y a pesar de todo, el objetivo final de nuestros enemigos es quedarse en el fondo. Los pocos de información que poseíamos no sumaban. El “Cornerstone” en el Antiguo Templo, la durmiente entidad mencionada en la nota, el perseguidor de Niccolo. La emergencia de la Flor Negra y los soldados hechizados producidos en masa de vampiros artificiales.

 

¿Qué debería hacer? ¿Qué hago?

 

En medio de mi pensar, Atra abruptamente cantó. Globos esmeraldas se dirigieron a la niña mientras me observaba, retorciendo sus orejas y cola del deleite. Estaba tratando de levatar mi ánimo.

 

Supongo que necesito más entrenamiento.

 

[Aunque, una tregua hará que contactar la capital sur sea más fácil. Podemos tomarlos con la guardia baja.] Dije, tocando los flequillos de Lydia y entonces su collar. [Si los dos estamos juntos y nos mantenemos así.]

 

[Mientras estés conmigo, no tengo nada que temer.] Lydia declaró y puso su cabeza contra la mía.

 

Mañana, una tormenta golpearía esta antigua ciudad. Pero por el momento, saboreamos la paz.


 


Afterword

 

Riku Nanano aquí. Han pasado cuatro meses. Hemos llegado al volumen once, y otra vez, apenas logré la fecha límite. En serio. Vino casi mal.

 

Esta novela está basada en mi actual historia serializada en el sitio web Kakuyomu, aunque, como es usual, he revisado… Er, bueno, creo que alguna parte de la versión web sigue aquí. Es solo que, lo reescribí tantas veces que apenas es reconocible.

 

En cuanto a lo que va la historia, cada persona en el Tutor Privado están conmigo. Todas las heroínas demandan grandes papeles cada vez que pueden. (Estoy encerrado en una constante lucha con la Santa Loba.) Luchan por la cubierta también, y retuercen el plan sin una pizca de piedad.

 

Otra vez, fui a por el volumen once pensando. [Su Alteza Real, gracias por esperar. Tu hora finalmente ha llegado.] Escribí mucho para ella. Aunque…

 

Lo temible de el Tutor Privado es que nada va de acuerdo al plan. ¿Quién habría pensado que esos dos tomarían la cubierta del volumen once? No el autor, claro. Me encontré jadeando en sorpresa mientras lo escribía. ¡Y de esa chica de la que había creado buenas relaciones!

 

Eso deja a nuestro ángel como la única razonable heroína que nos queda. Debo… debo preservarla, al menos… o no me quedará nadie para avanzar con el plot sin descarriarme.

 

Por favor, animen a nuestra princesa mientras Su Alteza Real lucha ferozmente por su derecho para aparecer, batallando con nuestro ansioso autor y un editor a sus espaldas.

 

Me gustaría agradecer a todas las personas que me ayudaron.

 

El ilustrador, cura. Otro volumen de impecable arte. Luego de once libros, las ilustraciones de aguas termales se aprecian. Y a todos ustedes que han leído hasta ahora. No puedo agradecerles lo suficiente y espero verlos otra vez. En el siguiente volumen: el final de la confrontación. Y entonces…

 

Riku Nanano

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