Epílogo
Magia
curativa de luz bañaba a una mujer durmiente— Carlotta Carnien, aun postrada en
cama. Por las justas nos habíamos defendido de la temible Luna Creciente y la
Iglesia del Espíritu Santo y el día siguiente había pasado en un abrir y cerrar
de ojos. Ahora cuatro personas estaban usando magia aquí en una recamara de la
mansión Nitti en la isla central, la cual había escapado de la destrucción.
Lady
Stella Howard había llegado a la ciudad del agua incluso antes de llamarla. La
Princesa Cheryl Wainwright había dominado el elemento de luz. El jefe
espiritual Chise Glenbysidhe, llamada la Flor de Sabia y mi estudiante Ellie
Walker estaban ayudando a amplificar y canalizar sus hechizos de maná.
La
cálida luz se detuvo. Carlyle, quien había estado esperando a la par,
agitándose entre la esperanza y miedo, tocaba la mano de su esposa.
Lentamente,
la mujer abrió sus ojos y dijo. [Carlyle, ¿querido?]
El
marqués se agitó, tomó las manos de su mano en las suyas, y empezó a llorar.
[Sí.] Sollozó. [¡Sí! ¡Oh, Carlotta! ¡Carlotta! ¡Carlotta!]
[¿Qué
ocurre? ¿Tuviste un mal día? Nadie que moleste a mi esposa se saldrá con la
suya.]
Dejé
a Carlyle con su esposa y salí. Nunca se involucraría con la iglesia otra vez.
Las
estrellas parpadeaban en el cielo.
[Gracias.]
Le dije a Stella. [¿Cómo te sientes?]
Su
poder sobre el elemento de luz había crecido desde la capital real. No podía
evitar preocuparme.
[Creo
que debería preguntarle eso.] Respondió. [Tina y los otros me dijeron que
presionaste tus límites otra vez. Apreciaría un momento de tu tiempo mañana—
Ellie y yo queremos darte una charlita.]
[¡U-Una
gran charlita!] Ellie intervino, usando un traje blanco a juego.
[Me
rindo.] Dije. ¿Qué oportunidad tendría contra nuestra santa y su ángel?
Mientras
la paz llegaba a nosotros tres…
[¿Y
bien, Allen?] Una princesa que había superado todos los obstáculos para llegar
a la ciudad del agua aplicó presión. Su Alteza Real se veía como que quería
decirme algo, pero me rehusé. Su visita y la de Stella, se convertiría en un
escándalo mayor para—
Oh,
sí. Debo escribirle al Duque Walter y a Mr Walker.
Mientras
me perdía en pensamientos, Stella y Ellie se sonrojaron.
[Ooh…
Esa mirada es trampa.] Cheryl dijo y apartó su cabeza.
Incliné
mi cabeza, asombrado, mientras sacaba una nota de Niche, quien estaba manejando
una mortal pila de papeles y revisando su contenido.
El
día previo a la batalla había infligido un daño astronómico en la ciudad. Nadie
defendería la causa de la guerra y se suponía que el Dux Pisani partiera a la
capital sur en la mañana. La sucesión de conflictos que había empezado con la
Rebelión Algren finalmente llegaría a su fin. Pero la alianza había perdido a
mucho personal clave.
Niete
Nitti renuncio a ser diputado. Y entre el caos del día anterior, el Marqués
Atlas había perecido junto con otros aristócratas y congresistas quienes habían
tratado de aliarse con la iglesia— los anteriores marqueses de Etna y Zana
entre ellos. Tres de los seis marqueses del sur habían caído a manos de Viola.
Fossi Folonto había sacrificado a todo el personal a su mando y desapareció.
Carlyle Carnien se mantenía, pero no podría escapar del castigo. La Marquesa
Regina Rondoiro había sobrevivido, de acuerdo a un mensaje urgente, pero
parecía estar a las puertas del retiro. No envidiaba a Roa.
El
único lado positivo era que Niccolo y Tuna habían pasado su tiempo ilesos como
el núcleo del cadáver de dragón, mientras las bajas civiles se habían mantenido
al mínimo, gracias en parte a la ayuda de los hombres bestias.
[Hm…
malas noticias.] La Duquesa Letty remarcó mientras leía los reportes cerca de
la ventana con el Jefe Chise.
[Ni
puedo empezar a describirlos.] Su compañera respondió. [Allen.]
[Dirige
todas las demandas de la liga a Niche Nitti. Respecto a los términos de paz
siguiendo la reorganización, por favor ve esto.] Levité un documento al par.
[También he resumido mi conjetura acerca de los objetivos de mi iglesia—
incluyendo el hecho de su Santa.]
Los
dos líderes fruncieron sus cejas y las chicas tocaron sus frentes.
[¡O
Stella, Ellie!] La leyenda gritó. [Leticia Lebufera les ordena: vean que
descanse una vez el asunto de hoy termine. Arreglar las secuelas llevará meses
en todo caso. Un cierto tutor privado se distinguió a un nivel tan absurdo que
calcular su recompensa será un desafío.]
[Chise
Glenbysidhe secunda la orden.] El gran espiritual añadió. [Déjame manejar a los
hermanos Nitti. Y será mejor que espabiles. ¿Qué tal te suena una promoción a
margrave?]
[¡Sí!]
Stella y Ellie respondieron con vigor.
[Por
favor, dígame que fue una broma.] Rogué, sonriendo en horror. Felizmente me
resignaría con las muchas opiniones y halagos de reconocimiento que me había
ganado.
[¿Cómo
podríamos dejar sin título o rango a alguien que forjó un contrato con el
dragón de agua? ¿No estás de acuerdo, Chise?]
[Humph.
Los niños como él necesitan una fuerte reprimenda para enfrentar los hechos.]
El
par partió a un cuarto separado, luciendo sombrías.
[¿Recuerdas
el pin plateado que la Academia Real recompensa al primer y segundo lugar de
cada clase?] La Duquesa Letty murmuró con su espalda girada. [Una luna
creciente y una estrella fugaz. Nos decidimos con esas luego de la Guerra del
Señor Oscuro así que… así al menos su memoria viviría. Investigaré a la
vampiresa también. La iglesia no se moverá de una vez. Cuida de tu salud
mental.]
La
Luna Creciente, la Flor Negra, el hechicero que había lanzado el gran hechizo
Estrella Fugaz… y la Santa, quien finalmente se había revelado. La iglesia
había formado parte en la rebelión Algren y la cadena de conflictos que
siguieron, sembrando discordia en el reino, el imperio y la alianza. Sus planes
habían dejado a los tres más grandes poderes en el oeste del continente, por
propósito prácticos, incapaces de tomar acción más allá de sus propias
fronteras. Si la Santa había planeado todo eso, entonces…
Abandoné
mis reflexiones y me incliné levemente ante mis otros estudiantes. [Stella,
Ellie, gracias. Contaré con ustedes para más ayuda en el futuro.]
[Oh
no. Me alegra que pudiera ser de ayuda.] Stella respondió.
Ellie
hizo lo propio con un: [¡S-Sí!]
Encontrando
las miradas de mis estudiantes, empecé a sentirme confortado cuando la princesa
rubia tomó la ofensiva. [¿Perdón?] Dijo, mientras el lobo blanco Chiffon se
sentó a sus pies. [¿No tienes nada que decirme, Allen?]
[Te
aprecio, Cheryl.] Respondí. [Es solo que—]
[¡Allen!]
Un grito de protesta de mi antigua kohai retumbó en mi orbe de comunicación.
Me
bajé de hombros y le respondí a Cheryl. [Qué bien saber de ti, Teto. ¿Cómo va la
traducción de “Las Vidas del Príncipe y La Historia Secreta de la Guerra del
Señor Oscuro Vol 2”?]
Cuando
el conflicto se calmó, le hice a Niche la siguiente petición: [Me gustaría que
me des todos los documentos antiguos e información en posesión de Nieto Nitti
acerca de la ciudad.] La colección incluía la invaluable segunda mitad de la
Historia Secreta, entre otras preciadas LN. Ellos, junto a la nota de la
Duquesa Rosa, constituían nuestros “spoilers” de esta guerra.
[Oh,
más o menos.] Teto respondió. [Niccolo realmente se sabe la de chambear. Como
predijiste, parece que el último príncipe no era un mal tipo. Quería mostrarle
a la “chica” bajo el Antiguo Templo un jardín de flores sobre el suelo y
caminar por él con ella. Para hacerlo realidad, estaba investigando los ángeles
y demonios para— ¡Hey, no tan rápido! ¡¿Por qué estoy traduciendo LN viejas?!]
NT: cambie libros por LN para romper la cuarta pared. XD.
[¿Qué
dices? Todo irá la mar de bien contigo a cargo. Tengo fe en la mejor estudiante
del profesor, Lady Teto Tijerina. ¿Cómo están los otros?]
La
brujita se mantuvo en silencio. En un rincón de mi visión, vi a Su Alteza Real
y mis estudiantes que empezaron una conversación susurrada.
“Hey, ¿lo escuchaste?”
“Ese Allen es todo un papucho.”
“¡D-Desearía que también tuviera fe en mí!”
Teto
libero un largo suspiro. [Allen, solo soy una persona normal. Y todos están
bien. La tuve difícil para controlarlos a todos. Yen no dejo de refunfuñar
hasta el final.]
[Ocupada
como es usual. Invítame a la boda. Bueno, hasta luego.]
[¡¿Qu—?!
¡A-Allen!]
Terminé
la transmisión para encontrar a Su Alteza Real observándome desde su escondite
detrás de Chiffon. [Bien.] Gruñó. [Que sea así. Sé que no me soportas. Incluso
en la Academia Real, solo mimabas a Lydia.]
Stella
y Ellie no sabía qué hacer con ella. Su Majestad lloraría si viera a su hija en
este estado. En realidad— y una temible— probablemente trataría de convertirlo
en algo para sus propios fines.
[Te
debo una.] Le dije a mi antigua compañera, forzando una sonrisa. [Me estaba pensando en una forma para conseguir tu
ayuda.]
El
rostro de Cheryl se avivó hasta que se iluminó— a pesar que el maná se le
escapaba. [P-Por ti, Allen, me—]
[Y
lo más importante, extrañé a Chiffon.]
Su
Alteza Real se congeló. Sus ojos se bajaron. Se agitó. Entonces…
[¡Allen,
¿cómo pudiste?! ¡Lo juro, no me contendré esta vez! ¡Te añadiré a mi séquito,
aunque se la última cosa que haga!]
Corrió
por el corredor, gritando a todo pulmón.
Justo
como nuestros días de escuela. Realmente me trae recuerdos.
El
leal lobo blanco acarició su cabeza contra mis piernas, luego siguió a la
princesa. Mis estudiantes y yo estábamos disfrutando el saludable resplandor
cuando algo pasó afuera de la ventana. Stella liberó un grito mientras una
adorable chica entró y se le aferró. Alice había regresado de explorar las
ruinas del Antiguo Templo con Tina y Lynne.
[Has
crecido, Santa Loba.] Ella murmuró. [Una grave ofensa. Y has sido culpable
desde que nos conocimos, enemiga.]
Stella
bajó su mirada y gimió en bochorno.
[¡E-Es
terrible!] Ellie sollozó.
Alejé
mi mirada y saqué mi reloj de bolsillo. Casi era hora.
[Una
pregunta, Alice: ¿El Cocodrilo Marino está en la ciudad?] Le pregunté al Héroe,
quien aún estaba acosando a Stella.
[No
desde que el Gran Árbol se salió de control.] Respondió. [Ha estado llorando en
el fondo del océano todo este tiempo.]
[¿De
verdad? Gracias.]
La
Santa me había dicho la verdad. Lo que hacía Alicia…
“Coalfield”
y “Coalheart.” Una cosa más a investigar una vez regrese a la capital real.
Alice
liberó a Stella, así que le entregué al Héroe una pequeña bolsa. [Pasteles
recién horneados. ¿Asumo que te irás pronto? Hasta que nos volvamos a reunir.]
[Mm-hmm.
Gracias. Dales mis saludos a mis compas. Te veo luego.] Con una leve sonrisa,
el Héroe salió por la ventana, montó a un griffin oceánico blanco y se
desvaneció en la noche. Me preguntaba cuándo la vería.
[Stella,
Ellie, ¿se encargarían de resto aquí?] Pregunté, distribuyendo más pasteles
horneados a mis celosas estudiantes. [Tengo una promesa que mantener. Lady
Lydia Leinster ha estado entusiasmada por su cumpleaños, incluso si trata de
esconderlo.]
✽✽✽✽✽
[¡Allen!]
[Por
aquí, Nii-sama.]
Tina
y Lynne me llamaron, saludando desde donde esperaban afuera del Antiguo Templo.
El cabello de Tina se mantenía algo más largo que antes— la influencia del
Frigid Crane, suponía. Lucía como si hubiera crecido un poco.
Les
regresé los saludos a mis estudiantes mientras me acercaba. [¿El dragón de agua
se fue?]
Delante
de las chicas, complejas barreras se extendían sobre el camino que llevaba al
Antiguo Templo.
[¡Sí!]
Tina respondió. [¡Niche dice que ya está santificado y excepto por Atra y los
otros grandes elementales, nadie puede entrar al corazón sin tu permiso!]
[Nii-sama,
¿sabes que los citadinos han empezado a llamarte el “emisario del dragón de
agua”?]
Di
lo mejor para reírme. Casi todos en la ciudad parecían haber visto o escuchado
de la llegada del dragón de agua el día anterior y me encontraba como un objeto
de reverencia en la mansión Nitti.
Esto
requiere de una dedicada campaña de desinformación. Le pediré a Niche que
realice uno luego.
Mientras
fortalecía mi resolución, Caren y Lily llegaron.
[Gracias
por esperar, Allen.]
[¡Ahora
prepárate para recibir a la celebrada del día!]
[¡E-Espera!]
La noble de cabello escarlata gritó acobardándose detrás de ellas. [¡Caren!
¡Lily! Yo… no estoy lista a—]
El
par empujó a Lydia. Había conservado su cabello largo y usaba un casual, pero
recortado traje blanco y escarlata.
[Hermosa.]
Tina y Lynne jadearon, sin palabras, mientras las maids daban sus halagos.
Miré
a la noble de cabello escarlata. Aunque las palabras me dejaron.
[¿Q-Qué?]
Lydia jugó con su cabello, con ojos de cachorrito. Algo salió del centro del
templo e impactó mis piernas.
[¡Allen!]
Dos chicas gritaron. Una tenía cabello blanco, la otra, escarlata, y ambas
retorcían sus orejas furras en deleite. Atra y Blazing Qilin— Lia. Al parecer,
había estado recostada a la par de Atra cuando despertaron esa mañana. Lydia la
nombró así. ¿Quizás su manifestación reflejaba su creciente afinidad?
[No
encontramos nada de lo que preocuparse cerca, pero por favor tengan cuidado.]
Caren reportó mientras acariciaba las orejas de la niña zorra y león,
respectivamente. En su respiración, añadió. [Y será mejor que no te olvides de
mi cumpleaños.]
[Lo
sé. Gracias.] Respondí. La hermanita más adorable del mundo mundial podía ser
tan mimada como amable.
[Me
haré a un lado, solo por hoy.] Tina dijo, mostrando la marca en su mano
derecha. [Como sea, ella dice que necesito ir.] NT: mejor si ya no salís en la
novela, puta.
Lily
y Lynne juntaron sus manos.
[Nii-sama
y Nee-sama, cuídense.]
[¡Cuento
contigo cuando sea mi turno, Allen!]
El
comentario de Lily atrajo un grito contenido de las dos chicas y un duro
“NUNCA” de Caren. Pronto, todas ya estaban peleando.
Ah.
Finalmente se acabó.
Calmándome,
estiré mi mano a la noble de cabello plateado. [Tina, si gustas.]
[¡Claro!]
Una
vez los enlaces de maná más superficiales me permitieron sentir al Frigid
Crane, todas mis preparaciones estaban completas. Tomé la mano de la chica de
dieciocho años quien había crecido un poco más que yo por otro año seguido.
[Muy
bien.] Dije. [¿Vamos, Lydia?]
Un
momento pasó. Luego respondió. [Sí, Allen.] NT: Ya métesela.
El
sonido del agua corriendo se convirtió en el primer sonido en llegar a mis
oídos en esta zona santificada. Claros riachuelos llenaban el paisaje. La poca
arquitectura restante se estaba desvaneciendo. Las bendiciones de los dragones
superaban la compresión mortal.
Los
niños saltaban de piedra en piedra y los dos seguimos sus pasos. Lydia no dijo
ni una sola palabra mientras íbamos. ¿Estaba nerviosa?
El
corazón del Antiguo Templo ya había perdido todo rastro de presencia humana.
Solo tenía un manantial que brotaba y un delgado y radiante arbolito. Un nuevo
gran árbol.
Solté
la mano de la joven y salté al su centro.
[Una
vez, un príncipe vivió en esta ciudad.] Dije, recitando la verdad que había
reunido con la información de Nieto. [Él era fuerte, capaz un amigo de los
elementales. Sobre todo, tenía un buen corazón. Y por desgracia, se le ocurrió
una idea. Quería caminar con un gran elemental.]
La
ciudad del agua— la Capital Milenaria— tenía más experiencia mágica que
cualquier otra ciudad. Y como resultado…
[Codició
el poder del Gran Árbol y busco la eterna juventud… sin imaginar que caería en
una trampa.]
[¿Una
trampa?] Lydia repitió.
[Puesta
por la “Santa de Luto.” Ella planeaba sellar al Cocodrilo Marino, uno de los
Ocho Grandes Elementales— y el “Cornerstone” que protegía la ciudad del agua.
Engañó al príncipe y sacó de control al Árbol del Mundo. Un equipo sobrehumano
lo derrotó, pero fallaron en someterlo.]
Atra
y Lia empezaron a cantar. Numerosas luces pusieron un escenario de ensueño a
nuestros alrededores.
[El
enemigo esperaba a que el príncipe pidiera la ayuda del gran elemental. Pero su
sentido de deber era serio. Entiendo todo, se sacrificó sin excusarse ante sus
furiosos seguidores. Se arrojó a la puerta negra que se ubicaba en el santuario
más interno del Antiguo Templo y detuvo la locura del Gran Árbol. Al mismo
tiempo, liberó al Cocodrilo Marino de su yugo.] Lydia sostuvo su cabello contra
la repentina briza. [Y heredó si papel. Todo mientras acepta la vergüenza y
maldice su memoria, una sentencia más pesada que la muerte. Quizás su respuesta
fue lo que convenció a los dos dragones y a Linaria de darle una mano.]
Recordé
la nota de Niche. El último príncipe había mostrado un coraje sinigual. Por las
secuelas de su error, aún se había esforzado por defender a su gente— incluso
al costo de su buen hombre y todo lo demás que tenía que dar. El autosacrificio
definitivo. Había sido un verdadero rey. Y para los grandes elementales…
Cerré
mis ojos y dije. [Lydia.]
[¡¿S-Sí?!]
La noble de cabello escarlata se paró a prestar atención, sonrojada mientras
esperaba por mí.
[Me
lo pensé, pero no pude pensar en nada.] Confesé, rascando mi mejilla. [El
último príncipe me dijo la respuesta.]
Extendí
mis brazos y una explosión de maná escarlata, azul y violeta incrementó la luz
del joven nuevo Gran Árbol. Atra, Lia y el Frigid Crane recitaron una
bendición, aunque la última no podía manifestarse físicamente. La fuente de
maná brillaba— y liberé mi fórmula de hechizo.
Pude
sentir a Lydia jadear.
Una
ola de flores multicolores se extendió desde el árbol, cubriendo todo el piso
húmedo del templo. Un claro y frío viento se levantó e incontables pétalos
danzaban bajo la luz de la luna y las estrellas.
Le
sonreí a la joven congelada, ambas manos pegadas a su pecho. [He encontrado mi
regalo para ti este año: este jardín prometido que hice solo para ti Lydia
Leinster, la Dama de la Espada. Feliz cumpleaños. Supongo que eso te hace un
año más grande que yo.]
Lydia
se mantuvo en silencio, con los ojos bajos.
¿U-Um…?
¿No salió bien?
Mi
confianza se sacudió— un momento antes que Lydia me envolviera en un fuerte
abrazo. En mi visión, avisté a una chica de cabello azul llorona sosteniendo
las manos de Atra y Lia.
Oh,
ya veo.
[Eso
es jugar sucio.] Lydia gruñó, presionando su cabeza contar mi pecho.
[¿Esto
es de tu gusto?] Pregunté.
[Increíble.
No hagas preguntas con obvias respuestas. Gracias, Allen.] La noble de cabello
escarlata enterró su rostro en mi pecho y susurró algo que no pude escuchar.
“Una pareja que pasa juntos un cumpleaños en el Antiguo Templo nunca se
separará. Espero que lo que me enseñó la encantadora abuelo realmente
funcione”.
Mientras
lentamente acariciaba su cabeza, Lydia levantó la mirada. Lágrimas brotaban en
sus ojos. Levemente, me incliné para darle un beso.
Una
gentil briza levantó innumerables pétalos de flores a la luz lunar. Las luces
danzaban con alegría, bañando en bendiciones a la alegre joven.
Afterword
Riku
Nanano-desu. Han pasado otros cuatro meses. ¡Volumen doce! Saben, pensé que
perdería mi fecha límite esta vez.
Esta
novela está basada en mi actual historia serializada en el sitio web Kakuyomu,
aunque hice mis usuales revisiones. ¿Perdón? ¿Qué creo que son las
“revisiones”? Mientras mantenga una sola palabra, cuenta como una revisión
(declara con certeza). Reconozco que otros pueden no acordar.
Ahora,
en la historia. Primero, felicitaciones, Su Alteza Real. Corté alrededor de
noventa páginas entre el primer y último borrador, pero saliste de la tempestad
e hiciste tu primera aparición en la trama principal desde el epílogo del
volumen siete. No puedo estar más feliz por ti. ¡La Santa Loba pudo haber
acaparado la mayoría de tu tiempo en pantalla, pero sobreviviste, y eso es lo
que cuenta! ¿No podemos llamarle a esto victoria, prácticamente hablando? ¡No,
más que eso! ¡Has ganado un brillante futuro!
Pero
por desgracia… te fuiste en mi contra, el autor. Mis únicos aliados en este
libro son Io y la falsa Santa. Espero que ambas sigan con el buen trabajo en el
siguiente volumen.
Tiempo
de anuncio: el volumen seis de Henkyou Toshi no Ikuseisha (El Mentor en una
Ciudad Fronteriza) sale en tiendas japonesas en el mismo día que este libro.
¡Este volumen concluye la serie, así que por favor, denle una probadita!
También
planeo lanzar una nueva serie este otoño. Este tendrá a cura dando las
ilustraciones otra vez. ¡La waify no podría lucir mejor!
Me
gustaría agradecerles a todos a quienes me ayudaron:
Mi
editor. Una vez más, te di muchos dolores de cabeza este volumen. Prometo
mejoraré para el siguiente.
El
ilustrador, cura. ¡La portada, el color y arte interior— todo perfecto! Espero
seguir trabajando contigo en mi nueva serie también.
Y a
todos ustedes quienes han leído hasta ahora. No puedo agradecerles lo
suficiente y espero verlos otra vez. En el siguiente volumen: una nueva
temporada llega a la capital real.
Riku
Nanano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario