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Capítulo 1

 

[Déjame ver si lo entiendo.] Dije. [¿Las dos trataron de entrar al Archivo Sellado y recibieron una paliza de Romy por su cagada? ¿No escucharon el reporte de Ellie? Las espinas del Gran Árbol están bloqueando cada ruta a la superficie. Mi hermano le dio agua del santuario y apenas logro salir. ¡Ninguna fuerza sosa llegará a alguna parte tratando de rescatarlo y a Stella! ¡¿Qué si conseguían perderse también?!]

 

[B-Bueno, cuando lo dices así, C-Caren…] El objeto de mi interrogación vaciló, evitando mi mirada. Esta pequeña chica de cabello plateado en uniforme de invierno de la Academia Real era Lady Tina Howard y su casa ducal tenía esta mansión en la capital real.

 

Una chica mayor se acobardaba detrás de ella.

 

[C-Caren, tu mirada me está asustando.] Lily se quejó, la número tres de la Corporación de Maids Leinster, quien usaba un listón negro en su largo cabello escarlata y una distintiva chaqueta extranjera impresa con flechas. El brazalete en su muñeca izquierda reflejaba el ardor de una fogata.

 

Toque la boina escolar que había heredado de Nii-san, Allen, también llamado el “Cerebro de la Dama de la Espada.” Necesitaba mantener la calma. Momentos como este necesitan medidas drásticas, especialmente de la Dama de la Espada, Lydia Leinster. Pero incluso si se estaba restringiendo— al menos luego que uno de los mejores hechiceros del reino hubiera explicado la tragedia del siglo de la chica quien había llegado a alturas angelicales solo para caer y volverse en un demonio. Mientras hablábamos, Lydia estaba guiando a la Princesa Cheryl Wainwright y el profesor— el hechicero en cuestión— para negociar con el Director de la Corte de Hechiceros Gerhard Gardner, el hombre responsable del Archivo Sellado y líder de los aristócratas fanáticos. Podíamos esperar resultados pronto.

 

[Tina, Lily, no hagan la situación más vulnerable de lo que ya es al tomar iniciativa. ¿No escucharon lo que pasó hace un siglo? Lo mejor que podemos hacer ahora es esperar.] Una chica de cabello rojo intervino desde su silla a la par de una ventana viendo al paisaje nocturno. Lady Lynne Leinster había estado haciendo guardia al lado de Ellie Walker, quien aún estaba dormida en su vestido de noche. Atra el Thunder Fox, uno de los Ocho Grandes Elementales, yacía acurrucada en el regazo de Lynne en forma de un zorro cachorro.

 

[Yo… solo estaba preocupada por Allen y Nee-sama.] Tina protestó, agitándose con cada palabra. [Nunca antes había visto a Ellie tan asustada.]

 

[Oí que la iglesia puso una trampa dentro del Archivo Sellado.] Lily añadió, a la defensiva. [Y Lady Stella no puede lanzar magia ofensiva. Incluso Allen la pasará mal manteniéndola a salvo tanto como a él.]

 

[Entiendo tu preocupación.] Dije. [Pero ambas son “Altezas.” Cada persona en el reino conoce sus nombres. Me di cuenta que recibieron permiso para estar cerca del Archivo Sellado como un “equipo de respuesta urgente,” pero al menos traten de pensar un poco en sus posiciones.]

 

[L-Lo sentimos.] Sus Altezas dijeron— niñas de las Cuatro Grandes Casas Ducales que protegían las fronteras del Reino de Wainwright, nombrada así por historias circunstancias. Llaman la atención por todo, sea para bien o mal.

 

Puse una mano en mi cintura y miré a las dos apagadas nobles. Tina usaba un hechizo supremo, actualmente el arma más poderosa en el arsenal de las casas ducales. Antes de encontrarme con Nii-san, claro, ella había sido marcada como una “niña maldita,” incapaz de usar cualquier magia. Podía entender que se siente en deuda con él y sabía que a pesar de su juventud, se sentía… atraída hacia él como un hombre. Lily, mientras, le había dicho a su familia, el vice duque y duquesa, que Allen era su futuro esposo y realmente lo decía en serio. Pero eso no excusa su temerario e insensato ataque.

 

Estaba por continuar la bronca que les estaba dando cuando…

 

[¿Es cierto, Anna?]

 

Una noticia de la conversión en el orbe de Lynne con la ama de llaves de su casa me hizo pausar y reflexionar.

 

“Cuestiona a la hija del Tirador de Estrellas y en la Ciudad del Escudo, deja que la llave final, la Santa Cenicienta y al más joven de los guardines del Gran Árbol desciendan en el archivo de los Guardianes del Registro. En sus profundidades enfrentarán, inesperado, la miserable obsesión de los mortales.”

 

Por los pasados meses, Stella había luchado con una anormalidad mágica que bloqueó el uso del elemento de luz. Para curarla, Allen había requerido al clan dragón y obtenido un oráculo del dragón de flor. Como si las dracónicas profecías no fueran más de lo que podemos manejar, nuevos descubrimientos arrojaron nueva luz en la fiebre de los diez días, un desastre que había golpeado la capital hace once años. Señales apuntaban a una batalla entre la Iglesia del Espíritu Santo y los difuntos padres de Ellie en el Archivo Sellado junto a la fórmula de hechizo perteneciente a la madre de Stella y Tina, la Duquesa Rosa. ¿Cómo podremos enfrentar todo esto solos?

Mis dedos apretaron el mango de mi daga, un regalo de Allen, mientras Lynne ponía su orbe de comunicación en una mesa.

 

[Caren, temo que tengo malas noticias.] Dijo. [Las negociaciones con Gardner fracasaron. No podemos enviar un equipo de ayuda al archivo. Nee-sama y el profesor regresarán aquí por ahora para evitar una confrontación directa. Mi madre, el Tío Lucas, la Tía Fiane y la Princesa Cheryl seguirán tratando de llegar a un acuerdo.]

 

[Ya veo.] Murmuré lentamente.

 

[¡No!] Tina gritó, llevando sus manos a su boca. Lily frunció el ceño, pero no dijo nada.

 

Miré fuera de la ventana para calmar mi furia y vi mi propio reflejo: una chica del clan lobo con cabello, orejas y cola color gris usando un uniforme invernal de la Academia Real y una boina. Nii-san, Allen, significaba para mí más que cualquiera en este mundo mundial. Yo era del clan lobo y él era un humano, pero incluso si no compartíamos sangre, fuimos los únicos hermanos que tuvimos. Las hermanas menores en todo el mundo tienen el deber de mantener a salvo a sus hermanos, aunque yo estaba aquí. Leves rastros de maná se me escaparon y exhalé, suprimiéndolos antes que entraran en chispas color violeta.

 

Nadie podía tomar el lugar de Stella en mi vida. Muchos en la capital real les tenían desprecio a los hombres bestia, aún más en las elites de la Academia Real. Mi mejor amiga había sido la primera persona allí que me miro sin prejuicios. Dudaba que pudiera contener mi compostura si algo le pasara como si le pasara a Allen.

 

Ninguna persona pasaba por las calles. Solitarias lámparas de maná iluminaron los espacios vacíos. No podía ver la mansión que albergaba el Archivo Sellado desde aquí, pero suponía que las mejores tropas del reino debieron haberla rodeado. Mi otra mejor amiga, Felicia Fosse, estaría pasando una despreocupada noche sin sueño ayudando a mantenerlos con suplementos como la directora de Allen&Co.

 

Recordé la explicación que el profesor nos había dado en la mansión Lebufera. Hace un siglo, un miembro de la Casa Real de Wainwright perdió el control del gran hechizo Radiant Shield y destruyó varias ciudades por su error— o así decían los registros clasificados. Los errores de Gerard, el antiguo príncipe, no dejaban duda que los grandes hechizos se alocaban, pero la princesa detrás del histórico desastre fue conocida como la más capaz en la larga historia. Al parecer superó a los otros con la espada y hechizos, sin mencionar su gentil y amable corazón.

 

[Más razón.] El profesor dijo. [Por qué nadie puede imaginar lo que le pasó— Princesa Carina Wainwright, una potencial Santa Cenicienta— al caer y convertirse en un demonio de ocho alas. Y aunque hablo como autoridad, lo mismo va para el significado de la “Blanca Cenicienta.” Solo el término ha llegado a nosotros desde la antigüedad. Ni siquiera la Duquesa Letty o Lord Rodde pueden explicarlo y se unieron al entonces Héroe al sellarla debajo del palacio. Tomó varios días y noches de brutal combate e incluso apenas lo lograron. Asumía que la familia real escondió los hechos para salvarse el pellejo, pero si la Iglesia el Espíritu Santo participó, puedo necesitar reconsiderarlo. Tampoco debes olvidar el mensaje del dragón de flor.]

 

Tocando la fría ventana, pensé en juntar lo que sabía. Hace cien años, el reino había visto el nacimiento de una “santa” y un “ángel”… y un demonio de ocho alas. Parecía relacionarse… pero no podía saber cómo. No era el Cerebro de la Dama de la Espada, no era Nii-san. Nunca podría esperar conectar los cavos y sacar la verdad a la luz.

 

¡Crack! Un leño en la fogata se partió y Atra se estiró en el regazo de Lynne. Sopesé un profundo suspiro.

 

[Esperar por Lydia y Su Alteza Real parece lo mejor que podemos hacer ahora.] Les dije a las chicas, pasando mis dedos contra la ventana. [Tomar partido tendrá que esperar.]

 

Luego de un momento, Lynne asintió. [Puedo verlo.]

 

[Como digas, cuñadita.] Lily añadió.

 

Caballeros y soldados estaban corriendo por el camino. Nuevas unidades llegando, asumía.

 

[¡Caren!] Tina dijo. Me giré para encontrarla con su mano izquierda en su pequeño pecho, su clip brillaba con maná. [¡¿Cómo… cómo puedes estar tan calmada?! ¡Allen y Nee-sama se han perdido!]

 

Atra se agitó y saltó a la cama de Ellie donde se acurruco una vez más.

 

Claro. Siempre supe que estaba donde quería estar.

 

Stella puede ser la futura Duquesa Howard, pero como un huérfano desamparado adoptado en el clan logo, Allen no tenía posición social de la que jactarse. La Princesa Cheryl lo había asignado como su “investigador personal,” pero no lo había ennoblecido. El “Lobo Plateado” permanecía como el único plebeyo que oficialmente recibió un título en los doscientos años desde la Guerra del Señor Oscuro, su recompensa por matar a un dragón. Creó un vizconde vitalicio, había muerto joven e incluso su nombre se había perdido en la historia. Ninguna clase de prejuicio hacia vacilar la preocupación que Tina sentía por Nii-san.

 

[Es simple.] Respondí en mi capacidad como vicepresidenta del consejo de la Academia Real, esforzándome por ocultar mi dicha. [Lydia se ha ganado una reputación en todas partes por malhumorarse siempre que Allen no está cerca, aunque está solucionando este problema racionalmente. ¿Necesito recordarte lo que hizo en el sur, la capital real y el este durante la rebelión? Si las cosas fueran preocupantes, no estaría negociando con el director de la corte— habría entrado sola al archivo hace muchísimo tiempo.]

 

Tina y Lynne intercambiaron una mirada.

 

[Nos atrapaste.] Lily admitió, forzando una sonrisa.

 

En la Planicie Avasiek, Lydia Leinster había derrotado a un gigantesco soldado hechizado e invocado el hechizo tabú Merciless Sword del Demonio de Fuego para asolar una armada. En la capital real, había entrado al cuartel enemigo y los acabó sola, mientras en la capital este, había atacado al comandante supremo de los rebeldes. La Dama de la Espada tenía fuerza de sobra— pero solo porque tenía a Allen. Ninguna de sus proezas o corazón podían sostenerse sin él.

 

Guiñé y ondeé mi mano izquierda. [Además, necesitaré interrogar a Allen por ello cuando vuelva, pero creo que lanzó algún hechizo en Lydia antes de irse— probablemente uno que les permite sentir al otro. Hay algo allí abajo— lo que Atra y Lia dijeron nos lo da a entender— pero no supone ningún peligro mortal por el momento.]

 

Tina y Lynne susurraron, medio convencidas y medio impacientes. Momentos como este me recuerdan cuán jóvenes que aún eran.

 

[¡Su Señoría!] La maid de caballero escarlata levantó su mano, moviendo que sus magumbos resaltaran más de la cuenta. [¡Solicito convocar un juicio formal tan pronto Allen vuelva!]

 

Ambas chicas nobles bajaron la mirada, murmurando.

[Yo… aún no he terminado de crecer.]

 

[Yo a-aún tengo un largo futuro por delante.]

 

Dejando a la puta de Tina, algo me dice que Lynne crecerá para convertirse en una amenaza.

 

Quitando ese pensamiento, puse mi atención a la sonriente maid. [Moción aprobada. Dicho eso, Lily, no has aclarado tu posición. ¿Recuerdas ese duelo al que involucraste a mi hermano? ¿Te importaría contarnos qué tan seria fuiste con ello?]

 

Lady Lily Leinster juntó sus manos y sonrió. Su sonrisa no tenía ni una pista de malicia. [¡Vaya, yo siempre soy seria!] Ella exaltó. [¡Me gustaría tenerte como mi cuñadita, Caren!]

 

[¡No hay cuñadas en mi futuro! ¡Ni ahora ni nunca!]

 

[¡Objeto por tu monopolio!] Tina intervino.

 

[¡Secundo la objeción de Tina!] Lynne añadió.

 

[Objeción negada.] Respondí.

 

[¡Estás abusando de tu autoridad como vicepresidenta!] Mis kohais se quejaron juntas, pero agité mi cabeza. Este era un problema con el que no cedería.

 

[¿Queeeé?] Lily exclamó, su dedo índice en su mentón. [¡¿Qué importa?! ¡Vamos! ¡¿Qué tal un abrazo?!]

 

[N-No otra—]

 

Antes de saberlo, ella me tenía.

 

¡Hablando de velocidad!

Me retorcí, pero en vano. La Corporación de Maids Leinster no había hecho a Lily su número tres por nada. Mientras restregaba su mejilla contra la mía, una dura mirada volvió al rostro de Lynne.

 

[Nii-sama y Stella han desaparecido, pero no están en una inminente situación mortal.] Reiteró.

 

[Pero ¿qué hay de la Orden Escarlata? ¿O la guardia real?] Tina preguntó, retomando por ella. [No olvides a cada oficial de la Corporación de Maids de Leinster en la ciudad; el mayordomo de mi casa, Graham el “Abismo” Walker; el viceduque Lucas Leinster; y los hechiceros de la corte con su líder Gerhard Gardner.] Su mirada encontró la mía y vi miedo en sus ojos. [Los mejores y más brillantes del reino se han reunido, mi padre incluido. Y no han ido a rescatar a Allen y Stella. Están aquí en caso que lo peor pase a—]

 

[Sí, lo sé.] Interrumpí, saliendo del agarre de Lily antes que la noble de cabello plateado pudiera terminar. [Tina, Lynne.]

 

Estoy empezando a entender cómo debe sentirse.

 

El par frente a mí y la chica rubia tendida en la cama estaban creciendo y mejorando día a día. No podía estar más feliz por ellas.

 

[Mejor nos alistamos para entrar en acción en cualquier momento.] Dije, asintiendo empáticamente a mis kohais. [Lynne y yo haremos un volado para ver quién hará el rescate.]

 

[Claro, señora.] Lynne respondió, sonriendo mientras Tina y Lily jadearon, sin palabras. Pero solo un momento paso antes que la mano de Tina se alzara al aire.

 

[¡Perdón, Su Señoría! ¡Objeto!]

 

[Denegada.] Respondí.

 

[¡¿Qué?!]

 

El gritó de Tina despertó a Atra, quien levantó su cabeza y me miró. Ella y Lia— el Blazing Qilin— se habían calmado mucho desde que Allen y Stella desaparecieron. Tomaba su compostura como otra razón para no entrar en pánico, aunque aún no entendía a lo que se referían en la mansión Lebufera con “problema” y “niña buena, pero da miedo.”

 

[Miss Caren, esta es una emergencia.] Lily dijo. [Creo que debemos escoger al más capaz de nosotras.]

 

[Pero Lily, ¿eres la número tres de nuestra corporación de maids? ¿De verdad abandonarías tu deber de proteger a Ellie mientras está dormida?] Lynne preguntó, sentándose con sus piernas cruzadas y luciendo bastante maduro.

 

La maid de cabello escarlata se retorció, sus adorables se abrieron mientras colapsaba en la cama— con cuidado de no molestar a Ellie. [Sonaste igual a Lady Lydia.] Ella dijo, levantando la mirada con odio.

 

[No seré una niña por siempre.] Lynne respondió, abriendo sus brazos en un gesto exagerado.

 

[¡Oh Lynne, malvada!] La chica mayor gritó, haciendo adorables pucheros. ¿Acabo de ver lo que la hacía tan adorable?

 

Maná parpadeó, dándome visiones de incontables ascuas ardientes.

 

[¡Caren!] Tina y Lynne gritaron juntas, señalando a un carruaje Howard llegando al frente de la mansión.

 

[Veo que alguien volvió.] Lily intervino.

 

Atra se levantó somnolienta y regresó a la forma de una pequeña con orejas de furro y largo cabello blanco con tintes violetas.

 

[Tina, Lynne, sigamos con esto en un cuarto diferente.] Sugerí, gentilmente acariciando la cabeza de la niña. [Odiaría despertar a Ellie. Lily, ¿te quedarías y la cuidarás y a Atra?]

 

Abrí la puerta desde dentro, solo para que una niña de cabello escarlata usando un gorro de lana y un cálido abrigo entrara al lugar. [¡Ven, Caren!] El gran elemental Blazing Qilin me saludó con entusiasmo, retorciendo sus redondas orejas y cola de león.

 

[Es bueno verte otra vez, Lia.] Le sonreí y su cola se meneó más rápido. No lucía como un ser de inmenso poder al igual que Atra.

 

[No olvides quitarte tu abrigo.] Dijo una hermosa mujer con largo cabello escarlata, siguiendo de cerca los pasos de Lia. Usaba una túnica sobre su atuendo de espadachina, a juego con una espada encantada en su cintura. Anko, el gato familiar negro, montado sobre su hombro— una combinación inusual.

 

Tina y Lynne detuvieron su conversación y saltaron de sus sillas, luciendo tensas.

 

[¡Lydia!]

 

[¡Nee-sama!]

 

La hermana de Lynne, Lydia Leinster, la Dama de la Espada, había conocido a mi hermano desde su examen de entrada a la Academia Real. Para mi molestia, incluso pasaba cada vacación que podía con él. Ayudó a Lia con su abrigo y gorro, levantó a la niña y la sentó en el sofá. Lia lucia igual que Atra, aunque ella era un poco más alta.

 

[¿Acolchado?] La niña de cabello escarlata pensó, tomando un cojín. [¡Pero qué divino lobo acolchado!]

 

Nuestra tensión se relajó mientras empezaba a acostarse en el sofá. Mientras, Lydia se quitó su túnica, tomó una silla y se cruzo de piernas. Anko de inmediato desapareció, tomando lugar en un librero antes de saber lo que estaba pasando. No sabía cómo lo hizo el familiar. [Es un hechizo engañoso.] Allen me lo había dicho. [Pero ¿no es hermoso?]

 

[¿Cómo está Ellie?] Lydia preguntó, haciendo señas para sentarnos mientras se servía un vaso de agua fría.

 

[Aún durmiendo.] Tina respondió.

 

[Debe estar cansada.] Lynne añadió. Ninguna de las chicas regresó a su asiento.

 

[Ya veo.]

 

Oí la voz de un hombre dando órdenes en el salón— probablemente Roland Walker, un mayordomo Howard.

 

[Déjala dormir.] Lydia continuó. [Asumo que Anna te ha mantenido informada, pero resumiré la situación igual. Sabes lo que Allen siempre dice: ayuda revisar las cosas.] La noble chasqueó sus dedos y un alargado mapa de la ciudad marcado con nombres y fuerzas apareció en el centro del cuarto.

 

No esperaba a tantos. ¿Y qué con ese leve círculo rojo en el medio del Archivo Sellado?

 

[Allen y Stellan aún faltan. Un nuevo santuario se está formando alrededor del Archivo Sellado, haciendo a los hechizos de detección inútiles. Cheryl y mi tío Luchas están apresurando al Director de la Corte de Hechiceros Gerhard Gardner a enviar una expedición, pero dice que “necesitamos más información,” y no cederá. Aunque, el reporte de Ellie pareció agitarlo. Parece que Lord Crom y Gardner— a quienes no podemos localizar— lo tienen al margen.] Lydia frunció sus ojos y lentamente agitó su cabeza, pero puedes cortar la tensión con un cuchillo.

 

Descendiente de un largo linaje de marqueses, Gerhard Gardner no hacía esfuerzos en ocultar su desdén por los hombres bestias y los pobres. Oí que se había resistido a admitir a Allen al archivo hasta el amargo final.

 

[L-Lynne.] La joven noble de cabello plateado murmuró, jalando la manga de su compañera pelirroja.

 

[Lo sé.] Lynne respondió y se sentaron en el sofá al otro lado de Lia. Con toda su insistencia en un rápido rescate, Tina había sucumbido a la presión que Lydia exudaba.

 

[¿Te gusta a la par de Lia?] La niña de cabello escarlata preguntó, levantando la mirada del cojín que estaba abrazando.

 

[¡Claro!]

[Eres tan adorable.]

 

[¡Lia adodable!] La pequeña de orejas de león observaba mientras todo su cuerpo se agitaba.

 

Quizás no debimos haber dejado a Atra en el otro cuarto.

 

Me resigné y me senté en una silla libre.

 

[Mi madre, mi tía Fiane y Graham Walker han tomado el mando.] Lydia continuó, bajando su vaso. [Y están dirigiendo las unidades para unirse al bando de la guardia real acordonando el área alrededor del archivo. Owain Albright ya está en la escena.]

 

Había visto a la Duquesa Lisa Leinster, la “Dama Ensangrentada,” rechazando el mejor ataque de espada de Lydia con un paraguas. La viceduquesa Fiane Leinster, la “Dama Sonriente,” había luchado contra Tina, Ellie y Lynne una tras otra sin sudar. Ambas metidas entre las mejores espadachinas del reino. Y ahora el comandante de la guardia real, quien había defendido a Su Majestad y la familia real en toda la rebelión, se les había unido.

 

Lydia descanso su codo en la mesa y su mentón en mano. [Ahora, entremos en más detalles acerca de lo que pasó hace cien años.]

 

[Perdón por la molestia, mis ladies.]

 

Tina, Lynne y yo nos agitamos y nos giramos a la puerta. No había sentido al hombre de lentes parándose allí con su sombrero y abrigo hasta que habló. No es sorpresa que incluso otras naciones tuvieran en buena estima al profesor.

 

[Vaya.] Dijo, añadiendo un exagerado gesto al cruzar la puerta. [Terminé de luchar con ese cabeza dura del director de la corte y ahora quieren que les explique secretos de estado sin descansar. Más bien preferiría decirle a Teto y sus compañeros también y espero ganar—]

 

[Les diré yo luego.] Lydia interrumpió sin piedad. [Y no pierda su tiempo tratando de ponerlos de su lado. ¿Honestamente cree que van a entrar y seguir órdenes cuando Allen está involucrado? Con Gil fuera de la ciudad, solo Yen tratará de controlarlos. Sabe cómo son los otros.]

Teto Tijerina había sido uno de los kohai de Allen y Lydia en la universidad. Aunque un hechicero consumado, insistía en llamarse “normal.” En cuanto a los otros estudiantes del profesor, solo había hablado personalmente con Gil Algren, ahora protegiendo la frontera este como duque en funciones, pero esta conversación me daba una buena idea a lo que esperar. Al parecer, todos le deben gratitud a Allen.

 

El profesor dio otro dramático gesto. [Entiendo tu punto. Anko.]

 

El gato familiar negro maulló. La puerta se cerró sola y potentes barreras de silencio rodearon el cuarto.

 

[Me doy cuento que me estoy repitiendo, pero permítanme advertirles una última vez.] El mentor de Allen y Lydia empezó a levantar su mano derecha levemente. [Mientras estaba en la residencia Lebufera, los hechos que estoy por contar están entre los secretos más resguardados en el reino. La historia oficial atribuye todos los daños a un fracaso de controlar el Radiant Shield. Solo un selecto grupo conoce la verdad y pueden sufrir consecuencias de escucharlo. ¿Aún lo desean escuchar?]

 

Tina, Lynne y yo intercambiamos miradas y asentimos. Luego, de una vez, todas sonreímos. Todas nos habíamos decidido hace mucho tiempo. ¿Qué “consecuencias” importaban comparadas al miedo de perder a Allen y Stella?

 

El profesor se quitó su sombrero, apresurado por una mirada de Lydia. [Nervios de acero, ya veo. No podía esperar menos de las estudiantes y hermana de Allen. Les contaré todo lo que sé.]

 

✽✽✽✽✽

 

Ahora, ¿por dónde empezar? No sé más de los mismos eventos que ya les conté. La Princesa Carina Wainwright, considerada una potencial Santa Cenicienta, se convirtió en el primer ángel, luego un demonio de ocho alas e hizo toda una locura. Vaya, que puedo decir. Pero en el proceso, ella produjo monstruos manifestaciones del Radiant Shield, acabando con numerosas ciudades en siete días y noches de fiera lucha con innumerables sacrificios, finalmente llegando a sellar debajo del palacio real. El entonces Héroe, la Duquesa Letty el Cometa y Lord Rodde salieron victoriosos.

 

Nada más ha pasado a las futuras generaciones. No tenemos documentos sobre eso. El archivo de la familia real de libros prohibidos puede tener pistas, aunque Su Majestad dice no saber nada, creo que podemos tomarle la palabra. Así que veamos otro tema por ahora.


¿Creo que ya saben de las niñas malditas? Sí, eso es— individuos extremadamente raros nacidos sin la habilidad de usar magia. Esos que viven a la edad de veinte se transforman en demonios, aunque Lydia y Tina ya no necesitan temer por ese destino. Ambas han escapado de ello, al igual que la Duquesa Letty y la Luna Crecieron lo hicieron cuando la Estrella Fugaz las salvo hace doscientos años. Como ven, Allen ya logró un remarcable logro. Excepto por la misma Estrella Fugaz, nadie más ha salvado a dos niñas malditas, ni indirectamente.

 

Pero ¿no lo encuentran extraño? Todos conocemos la palabra demonio. También conoces ángel, su contraparte, refiriéndose a un tipo opuesto de ser. Parece extraño una vez te detienes a pensarlo. Dragones, demonios y vampiros se alocan en los cuentos de hadas, pero los tres existen en el mundo real también. Y la mayoría de rozas mortales ya sea con intensa animosidad o molestia— espero que Lydia lo entenderá, ya que ha luchado contra ellos ella misma.

 

Verán, dragones, demonios y vampiros tienen mucho más poder para que los mortales compitan. Desde su perspectiva, el espadachín o hechicero promedio ni siquiera podrían darle pelea. Simplemente serían aniquilados. Incluso los mejores guerreros y hechiceros sufrirían para mantenerse contra golpes que transforman el paisaje y defensas que destrozan tabúes, sin mencionar la magia suprema. Dudo que cualquiera que no sea el Héroe y los descendientes de leyendas cuyas vidas llegan a nosotros en los libros de historia puedan darles una buena batalla justa.

 

Por ello, desde la antigüedad, los mortales han temido a tales seres y en épocas incluso los adoraban. Piensen en el dragón negro que atacó la capital real, el dragón de flor que expone oráculos en el oeste y el dragón de agua que descendió en la ciudad de agua para consagrar el más nuevo campo santo. Las tres ilustran mi punto.

 

¿Y qué hay de los ángeles? La gran mayoría de libros de criaturas que existen en el mundo alrededor de nosotros, incluso si los cuentos los embellecen de alguna manera: el Héroe y el Señor Oscuro, monstruos milenarios, armas con voluntades propias, los ocho grandes hechizos usados por leyendas antiguas. Y no olvidemos a los Ocho Grandes Elementales que cuidan del orden mundial, los siete dragones que protegen el planeta o la Blanca Cenicienta que salva multitudes y la Santa Viuda que trae el desastre. No debemos tomar las historias viejas a la ligera. Pueden esconder granos de la verdad.

 

✽✽✽✽✽

 

El profesor tomó un trapo de agua que se había servido. Tina y Lynne meditaron lo que dijo, mientras Lia copiaba sus expresiones. Recordé algo que mi madre le había dicho a Allen y a mí de niños. [Los dragones mantiene protegido el mundo por nosotros, ¿sabes?]

La noble de cabello escarlata puso su mentón en su mano, sin importarle los modales. [Sí que le gusta andarse por las ramas. Allen, Teto y el resto de sus estudiantes podemos seguir el juego, pero está aquí con nosotros ahora, así que al grano. ¿O quiere que se lo diga a Anko?] Demandó sin una pizca de piedad. Nada que no se relacionara con Nii-san o su familia entraba en los planes de Lydia.

 

[¿”Decir”?] La niña repitió, pestañeando sus grandes ojos a la noble.

 

[¡No necesita decírselo a nadie!] Tina intervino.

 

[Eso es, Lia.] Lynne añadió desde el otro lado de la niña. [No queremos que hagas algo travieso.]

 

Entre Lia y Atra, supongo que ninguno de nosotros puede evitar mimar a las niñas.

 

El profesor levantó su vaso y suspiró. [¿No crees que eres algo dura? No te dolería seguir un poco—]

 

[Profesor.] Dejando a Lia con Lynne, Tina se levantó y enfrentó al hechicero. Nadie podría confundir la sabiduría en los genuinos ojos azules de la chica mientras decía. [La Princesa Carina no fue la primera persona en ser llamada una “Santa Cenicienta,” ¿verdad? Pero ninguna otra llegó al punto de convertirse en un ángel o causar daños. Lo que le pasó hace cien años no dio la primera prueba que los cuentos de hadas son verdaderos. Y—] Ella se puso recta, con la mano en el corazón— [La profecía del dragón de flor identificaba a mi hermana como otra Santa Cenicienta. Es por eso que los mejores del reino se han reunido en la ciudad— están a la espera en caso que lo peor suceda. ¿Me equivoco?]

 

Me detuve y Lynne cubrió su boca. Incluso Lydia frunció sus ojos levemente.

 

No es sorpresa que Allen quiera ver en lo que esta chica se convertirá.

 

Lady Tina Howard tenía un filoso instinto para atar los cabos.

 

[Excelente.] El profesor aplaudió. [Saben que Lord Crom y Gardner cuidan del Archivo Sellado. Bueno, las pistas indican que sus deberes como Guardianes del Registro se extienden al principio de los tiempos. El Príncipe John localizó un pasaje en un libro de la época vertiginosa que señala eso. Pero por favor, no me malentiendan. Ninguno de nosotros desea dañar a Stella en lo mínimo. Para empezar, ya no debe ser posible llegar a áreas por debajo del palacio a través del Archivo Sellado. El Gran Árbol bloqueó el pasaje. Esperábamos entrar fácil y llamamos a Lisa y Fiane en caso que no. Incluso hicimos un show a los ojos de Lucas con el tema de la mano de Lily para darles una excusa pública. Ninguna tragedia centenaria se repetirá si hacemos algo al respecto. Y ni siquiera he mencionado nuestro mejor seguro.]

 

Por extraño, sabía a lo que se refería. Tina y Lynne debieron haber sentido lo mismo porque sus expresivos mechones de cabello se levantaron. Pero mientras nuestras miradas convergían, la noble de cabello escarlata se mantenía inmutable.

 

[Cierto.] Dijo. [Estoy a su lado. Ahora, deme permiso para entrar al archivo y lo solucionaré en cuestión de nada.]

 

Las tres nos quedamos con la boca abierta.

 

[Supongo que no puedo decir que no.] El profesor dijo.

 

¡Q-Qué ovarios!

 

Observándola acariciar su dedo anular derecho ostentosamente, me sentí indignada. Al mismo tiempo, me encontré accediendo. ¿Cómo la Dama de la Espada puede perder una vez una fuerzas con su “Cerebro”? No tenía planes perder mi lugar al lado de Allen. Aunque, quiero pasar más tiempo con él. Mudarme con él tan pronto inicie la universidad sonaba como un buen inicio.

 

Mis kohais parecían estar haciendo sus planes, si su conversación fuera a tomarse en cuenta.

 

[Pasaremos el descanso de invierno en la capital norte. Si uno fuerzas con Ellie…]

 

[No dejaré que te olvides de mí, Nii-sama.]

 

La tensión disminuyó, dejándome tiempo para relajarme. Puedo ser más simple de lo que pensaba, aunque nunca lo diría en alto, como Stella lo hacía a veces.

 

El profesor sonrió, listo con un comentario— entonces se dio vuelta. [¿Qué es este maná?]

 

Todos lo notamos casi al mismo tiempo y corrimos a la ventana. Vio los restos de techo, muros y pavimento salir al aire sobre el Archivo Sellado. Un momento después, una explosión agitó las ventanas mientras rápidas ramas salían a la vista. Tina y Lynne se tomaron de la mano, agitadas por la asombrosa escena.

 

[¿E-Eso es…?]

 

[¿El Gran Árbol? Pero ¿por qué tiene ese color?]

 

Una explosión de fuego y rayos iluminó la oscuridad, luego otra, y otra. El brillo de enormes barreras militares iluminó el cielo nocturno. Los caballeros de la guardia real debieron haber estado luchando para contener su crecimiento en los cimientos del suelo. Pero a pesar de todos sus esfuerzos, el maná llegaba hasta aquí.

 

¡No lo creo! ¡¿El Gran Árbol está en frenesí?!

 

[Perdón, Lydia, pero debo excusarme. Se me dijo que una barrera de espinas procedió a la llegada del ángel hace cien años y sabemos que el Gran Árbol tiene voluntad propia. Reúnanse conmigo afuera del archivo. Haré entrar en razón a ese tonto de Gardner. Y si eso falla…] Sin advertencia, el profesor se desvaneció, su última oración sin terminar. Tampoco veía a Anko.

 

¿Significa la llegada de un Ángel?

 

Tuve que esforzarme en procesar lo que eso significaba.

 

Con ambas manos, Lydia abrió la ventana. [Caren, nos vamos.] Ella dijo sin más entre los vientos fríos de la noche. [Un atajo por el Archivo Sellado nos llevará al subterráneo, luego rescataremos a Allen y Stella. Lia, ya sabes qué hacer.]

 

[¡No necesitas decírmelo!] Respondí, calentando nuestros alrededores con un hechizo de control de temperatura que había aprendido de Allen.

 

[¡Lita!] Lia dijo. Antes que pudiera empezar a arroparla contra el frío, brilló levemente y se fue. La marca del Blazing Qilin destelló en la mano derecha de la noble de cabello escarlata.

 

¡¿Cómo logró esta sincronización con un gran elemental?!

 

El resto de nosotros había tenido un largo recorrido en los pasados meses, pero también la Dama de la Espada. Mi hermano nunca dejaría de seguir adelante, así que Lady Lydia Leinster se mantenía siguiendo al frente con todas sus fuerzas para quedarse a su lado. No tenía otra razón. Tina, Lynne y yo nos mordimos nuestros labios en una frustración más grande que otra.

 

Lydia, mientras, miró al techo. [Sé que estás allí, Lily.] Dijo casualmente, cabello escarlata danzaba en el frío viento.

 

De inmediato, la maid en cuestión asomó su cabeza alrededor de la ventana— patas arriba— y entró al cuarto. Debió haber combinado escuchar a escondidas con su guardia.

 

Feliz como siempre, Lily junto sus manos mientras Atra miraba el collar de su abrigo. [¡Sí que estoy aquí! Lista y con ganas para—]

 

[Quédate aquí y protege a Tina, Lynne y Ellie.] Lydia interrumpió. [Atra, quédate y ayuda a cuidar la casa.]

 

[¿…ir?] Lily se detuvo, asombrada por la inesperada orden. Trato de tocar su clip y el brazalete en su muñeca izquierda— ambos a juego con los que Allen tenía— mientras una asombrada Atra repetía. [¿Cuidar casa?]

 

Un momento después, Tina y Lynne se sorprendieron igual, exaltándose con exasperación.

 

[¡¿Disculpa, Lydia?!]

 

[¡¿Nee-sama?!]

 

[No pelees. No tenemos tiempo o aliento que gastar.] Lydia dijo, portando una mirada que reservaba para la batalla. Las chicas se enojaron, pero dudaba que llegarían a alguna parte.

Lily soltó su brazalete y suspiro. [Lydia, dime por qué.] Dijo con su usual frivolidad. Por algo, lucía refinada, casa digna— un recordatorio que sangre recorría en maid era de tan clase alto como las otras ladies en el cuarto.

 

Por primera vez, Lydia se vio un poco incómoda bajo la mirada de su prima. [Basados en lo que hemos descubierto hasta ahora, los padres de Ellie jugaron un rol mayor en el brote de la fiebre de los diez días y lucharon contra la mente maestra detrás de ello en el Archivo Sellado. Te das cuenta que Ellie recibió esa noticia de golpe luego de once años, ¿verdad? No podemos dejarla sola en ese estado, especialmente cuando el daño del Gran Árbol puede extenderse. Allen diría lo mismo. ¿Alguna de ustedes ha recibido una reprimenda de él? ¡Yp sí y casi me cago del miedo! No es una experiencia que me gustaría repetir.]

 

Tina, Lynne y Lily se silenciaron.

 

[Sí, sé a lo que te refieres.] Asentí empáticamente mientras un escalofrío pasó por mi espalda. Mi hermano era amble, quizás la persona más amable en el reino— no, en el mundo mundial. Ayudaba al débil, se anteponía ante el fuerte y siempre ponía a los otros primero. Y eso solo lo hacía más aterrador cuando perdía los estribos. Solo una vez me ha regañado, cuando éramos pequeños, pero me sentía segura que lloraría si lo hiciera otra vez. ¿Cómo podría compararse el terror de pensar que él podría odiarme por solo un momento?

 

Incluso dejando esa preocupación de lado, no podías irnos todas y dejar a Ellie durmiendo aquí. Dudaba que incluso la Iglesia del Espíritu Santo podría causar problemas en la capital real, aparte de la trampa que habían dejando en el archivo, pero no podíamos bajar la guardia. Las órdenes de Lydia tenían mucho sentido una vez me detenía a pensar en ellas.

 

La Dama de la Espada le dio a Tina y Lynne una palmada en sus cabezas, tocó el brazalete de Lily y pasó sus dedos por el cabello blanco purpura de Atra.[No se preocupen.] Dijo. [Traeré a Allen y Stella a salvo. Es una promesa.]

 

[Está bien.] Tina respondió sin ganas.

 

[Sí, Nee-sama.] Lynne dijo sin mucho entusiasmo.

 

[Cuídate.] Lily intervino.

 

[¡Promesa!] Atra gritó.

Viendo que las había convencido, Lydia me dio instrucciones. Sin carruajes o carros— nos fuimos a pie. Alzamos nuestros puños, asentimos y saltamos a la vasta oscuridad de la capital real.

 

[¡Nos reuniremos con mi madre primero!] Lydia me gritó en el aire con una maléfica sonrisa en su rostro. [¡Trata de mantener el paso cuñada!]

 

[¡¿Cuántas veces tengo que repetirlo para que se te quedé?!] Grité de vuelta. [¡Yo no tengo CUÑADA! ¡No ahora, ni nunca!]

 

✽✽✽✽✽

 

Lydia corrió por los techas hacia la entrada del archivo, impulsada por una mezcla de mejoramiento de fuerza y magia de viento. No podía evitar admirar la forma que su cabello escarlata danzaba en el viento. Aunque, no dejaría que me venciera. Revestida en rayos, salí tras de ella tan rápido como mis piernas me llevarían, igualando su paso.

 

[No tan mal, Caren.] Dijo.

 

[¡No creas que eres la única que se ha hecho más fuerte!] Respondí. Pero tan pronto que me había adelantado fue que ella presionó de vuelta.

 

Nos fuimos así, cambiando lugares cada vez que alguna tomaba la delantera, hasta que un sombrío fuerte de una mansión entró a la vista: el Archivo Sellado en jurisdicción de la unión de los señoríos de los “Guardianes del Registro,” el Marqués Crom y Gardner. Cada soldado dentro o afuera del perímetro parecía estar luchando por frenar las crecientes ramas grises.

 

Sin advertir, Lydia cayó en silencio en un techo cerca del archivo. Me uní a ella un momento después— y jadeaba mientras el terreno se agitaba. Por un momento, cada lámpara se apagó. Los caballeros y otras tropas conteniendo el camino exterior gritaron mientras una tormenta de polvo salía hacia el cielo.

 

[¿Q-Qué carajos…?] Murmuré, sosteniendo mi boina. Viendo abajo, vio largas y delgadas sombras retorciéndose, tantísimas, así como grandes.

 

No me digas…


[¡¿Traspasaron una barrera y escaparon de la mansión?!] En pánico, me estiré por mi daga en mi cintura, pero una mano me detuvo.

 

[Estará bien, Caren.] Lydia dijo con total convicción.

 

Miré escépticamente a las escaleras. Entre la obstructora nube de polvo, la silueta de un martillo de guerra hizo a un lado una rama gris y un destello de luz lo deshizo.

 

¡Conozco esos movimientos!

 

Los voladores restos destellaron con una luz tenue, tratando de regenerarse, solo para desintegrarse mientras pequeñas barreras azules sellaban cada una. No pude llegar a identificar el hechizo, aunque me sentía segura que Allen lo habría supuesto a primera vista. Solo sabía una cosa: las personas que han lanzado esos ataques son una fuerza a la que tomar en cuenta.

 

Algunas veces, tengo el presentimiento que el mundo es un poco grande.

 

Mientras me agitaba al borde de la exasperación, la fuerza de la barrera cubriendo la mansión se levantó a pasos agigantados. Podía sentir la determinación de alguien en asegurarse que las cosas no empeoraran más de lo que ya estaban. Luego una maid pequeña de cabello castaño aterrizó frente a nosotros.

 

[Espero me perdonen, Lady Lydia, Miss Caren.] Dijo con una de sus típicas reverencias. [Parece que he pasado por alto un lugar.]

 

[¡Anna!] Exclamé. [No tiene nada que— ¿Huh?]

 

A media oración, sentí figuras parándose en los techos de los edificios cercanos y sobre las lámparas de maná. Las maids de la Casa Ducal de Leinster esperaban órdenes en silencio, cada una sosteniendo su arma preferida: un martillo de guerra, una espada, cuchillos gemelos, un báculo de hechicero, una espada larga, una enorme hacha, una guadaña y una lanza larga. Incluyendo a Anna, conté a nueve.

 

¡Espera, ¿cada comandante en la corporación?! Lily es número tres y el número cuatro, Emma, trabaja en Allen&Co. La mitad del número seis, Saki, está ocupada protegiendo a Niccolo Nitti en la capital sur. ¡Pero el resto está aquí!

 

Mientras entraban en silencio, Anna reverenció. [La señora les espera en la entrada del archivo. Por favor, permítannos limpiar el camino por ustedes.]

 

[¡Que la fuerza les acompañe, Lady Lydia, Miss Caren!] Las maids dijeron juntas, animándonos.

 

Lydia movió sus labios levemente, luego asintió. [Está en tus manos.]

 

[M-Muchas gracias.] Añadí, inclinándome antes de partir tras la noble de cabello escarlata. Podía oír el rugido de la tierra partiéndose detrás de mí.

 

Saltaron la enorme valla de hierro hacia el perímetro de la mansión. Al momento que mi pie aterrizó junto al de Lydia, una extraña inquietud erizó mi cola. De inmediato, lancé el hechizo intermedio Divine Lightning Detection, pero se disipó así como lo habíamos previsto.

 

¿Así que es como el santuario en la ciudad del agua, solo que no tan fuerte?

 

Miré a la noble a mi lado por confirmación. Solo dijo [No te preocupes. Puedo sentir su maná.] Y empezó a caminar. Corrí para atraparla.

 

El vicecomandante pelirrojo de la guardia real— el hermano mayor de Lydia, Lord Richard Leinster— levantó la mirada de los restos carbonizados de una rama haciéndose polvo y nos miró. Más de los caballeros quienes habían luchado durante todo el mes de asedio del Gran Árbol de la capital este con nosotros se pararon alrededor de él, aunque no veía a Celerian Ceynoth, Ryan Bor o el caballero más joven de la guardia, “Lucky” Valery Lockheart.

 

[Así que viniste.] Lord Richard sonrió, descansando su espada en su hombro. [Te esperaba, Lydia, pero no creí que Caren vendría. Mi madre y Anna supusieron bien.]

 

[Informa, genio.] Lydia demandó, sin molestarse en responder.

 

Mientras, revisé nuestros alrededores. La guardia real y la elite de las casas sureñas la Orden Escarlata formaban el cuerpo de fuerzas rondando el perímetro. Enormes hoyos abiertos en el techo, muros y la entrada de un viejo edificio. Barras dobladas cubrían las destruidas ventanas. Aunque por suerte, parecía que nadie había muerto. Ahora que la última de las ramas grises al parecer había caído, encapuchados hechiceros de la corte rociaron a los heridos con hechizos de curación desde sus posiciones.

 

De la nada, un impactó resonó desde atrás de la mansión y un fuerte vendaval siguió. Más vides debieron haber brotado desde el túnel de escape del que Ellie había usado el agua sagrada para abrirlo.

 

[Limpiamos el camino a la entrada del archivo.] Richard dijo, señalando a la puerta frontal de edificio. [Pero no tenemos idea qué esté pasando en el subterráneo. Incluso nuestros orbes de comunicación están empezando a fallar. Lo que sea que hagan, que sea rápido. Mi tío no será capaz de contener al comandante para siempre y no seremos capaces de mantener la superficie si lo perdemos en el subterráneo.]

 

El Comandante Owain Albright tenía una reputación por ser atrevido, pero parecía que él y el Viceducaque Lucas Leinster no se soportaban.

 

Lydia camino hacia la entrada sin decir palabra. La seguí. Con hechizos de detección sin funcionar, rescatar a Allen y Stella sería un reto.

 

[¡Les veo luego!] Le dije al noble de cabello rojo y a los otros caballeros que en privado considero mis compañeros de armas. [¡Y cuídense todos!]

 

[¡Sí!] El sonido de guanteletes golpeando en sus pecheras resonó.

 

[Gracias, Caren.] Lord Richard sonrió. [Cuida de mi hermana.]

 

[¡Claro!] Respondí con ánimo y usé el Lightning Apotheosis. Armada con electricidad, alcancé a Lydia en un pestañeó. Se había detenido ante la entrada para atar sus mechones escarlatas con un inconfundible cordón negro.

 

[Esa pita no te hará ganar ningún punto.] Dije.

 

[Cualquier cosa que mantenga mi cabello fuera de mis ojos sirve. Allen me ayudará a escoger un listón nuevo una vez lo recupere.] Su Alteza respondió sin más y pasó entre las pesadas puertas frontales. Tanto como odiaba admitirlo, Lydia se veía hermosa con cualquier estilo. NT: Tienes tantos estilos.

 

[Rechazado.] Respondí, posicionándome a su lado. [Privilegio de hermana. ¡Si Allen lleva a alguien a comprar, seré yo!]

 

[Estás a un año de la universidad. ¿No crees que es hora que aprendas a vivir sin tu hermanito?]

 

[¡Mira quién habla!] Luego de un momento para calmarme, añadí. [Pero ahora no es el momento.]

 

[Cierto. Mejor nos apresuramos.]

 

Avanzamos por la mansión, guiadas por las portables lámparas de maná puestas en la ruta. El techo, muros y el suelo tenían serios daños, aunque el edificio debió haber estado protegido por sus poderosas barreras. De pronto, el corredor se cerró en un muro de escombros. La última explosión de ramas debió haber bloqueado el camino.

 

[Atrás.] Lydia dijo, sacando su encantada espada en un elegante gesto. Los astillados restos de la robusta puerta partida en dos, se incendiaron y cayeron a un lado con un sonido seco.

 

Otra corta caminata nos llevo a un salón con un enorme pozo. La luna y las estrellas se fijaban en los restos de los muros de piedra y las columnas a través del techo explotado. El lugar podía pasar por una ruina.

 

Allen, Stella, por favor estén a salvo.

 

[Lydia, Caren.] La voz de una mujer dijo.

 

Miré al pozo y vi la mitad restante de una escalera alzándose desde un salón circular bañado en un brillo místico, igual como Ellie describió. Entramos al pozo sin dudar, derribando la escalera en nuestro camino. Lámparas de maná colgando de los pilares proveían suficiente luz para ver, pero el lugar me daba otra vibra. Mis oídos, orejas se erizaron y sabía por qué.

[Es la puerta que Ellie nos dijo.] Murmuré. [El camino hacia el Archivo Sellado.]

 

La puerta, si puedes llamarla una, se meció en el centro de la recámara circular. A pesar de la destrucción alrededor, no vi ningún rasguño en ella. La cosa era misteriosa. Extraña, claro. Me recordaba a cómo me había sentido la vez que el viejo Dag del clan nutria me había llevado por los grandes canales subterráneos de la capital este cuando era niña. Solo uve a Allen conmigo para tomar mi mano.

 

Esperándonos estaban la Duquesa Lisa Leinster, su uniforme es escarlata como su danzante cabello y la pequeña Viceduquesa Fiane Leinster, su cabello escarlata lo suficiente largo para ocultar sus orejas. Una encantada espada larga y un estoque colgaban de sus respectivos cinturones. A su par se paraba el profesor y Anko, el familiar montado en la cabeza del lobo blanco Chiffon. Y no eran los únicos.

 

[¡Tarde!] La Princesa Cheryl Wainwright gritó, con la cabeza en alto. Estaba buscando pelea y no le importa quién fuera. Su desbordante maná iluminó el cuarto, haciendo que su largo cabello rubio y túnica blanca de hechicera se iluminara incluso más brillante de lo usual.

 

¡¿No me digas que Su Alteza Real bajará al archivo con nosotras?!

 

Podía llevarla contra Lydia, si creía en el reporte de Stella y Ellie de su “amigable” encuentro en el palacio, pero aún era nuestra futura reina. ¿Realmente podía permitirse ese riesgo? Recordé el ceño fruncido de Allen cuando la había descrito en sus días de estudiantes. [Cheryl tiene su corazón claro.] Me dijo. [Pero no puedo quitarme el sentimiento de que tomaría cualquier riesgo para ayudarme y a Lydia si la dejásemos.] Había tenido razón.

 

Lydia le lanzó una incrédula mirada a la princesa antes de girarse a la duquesa. [Hola, madre, tía.]

fl

[No te tendremos ahora.] La Dama Ensangrentada respondió.

 

[¡No puedo esperar a ver cuánto has crecido!] La Dama Sonriendo añadió.

 

Con dos de las mejores espadachinas del reino respondiendo por nosotras, nada podría detenernos de—

 

[Esperen.] Un hombre de mediana edad aterrizó en frente de la entrada, bloqueando nuestro camino. Un monóculo cubrió su ojo izquierdo y su cabello blanco llegaba a sus hombros. Sostenía un báculo de madera y usaba la túnica blanca de un hechicero. Varios libros flotaban alrededor de él.

 

[¿Con qué autoridad pretenden entrar al archivo?] El Director de la Corte de Hechiceros Gerhard Gardner demandó, el odio se reflejaba en su rostro. [Sus señores me han empoderado a actuar en su nombre y no recuerdo aprobar una segunda entrada.]

 

[¿Es el momento para nimiedades con el procedimiento?] El profesor respondió. [Debes entender el peligro tanto como nosotros lo hacemos y hay varias formas para entrar debajo del palacio. ¿Prefieres que pasemos por las catacumbas?]

 

[Excepciones son eso: excepción. Su Majestad no ha dado aprobación. Si insisten…] Gerhard ondeó su mano izquierda y armados hechiceros de la corte emergieron detrás de los siete pilares.

 

¡¿Realmente luchara?!

 

Ascuas cubrieron todo el salón. Gerhard ni se inmutó, pero un escalofrío pasó por sus subordinados.

 

[¿Es todo lo que tienes que decir?] Lydia dijo abiertamente hostil. [Estamos con prisa. Puedes tratar de detenernos si quieres, pero espero que estés preparado para las consecuencias.]

 

Oh no.

 

Miré a la Princesa Cheryl, quien, en papel, tenía el poder de dar órdenes. Pero mientras en silencio rogaba por su ayuda, murmuró con una cara seria. [Supongo que podría funcionar, mientras los derrotemos a todos y borremos sus recuerdos.]

 

¡A-Allen! ¡¿P-Por qué no pasaste más tiempo enseñándoles sentido común?!

 

Sacudido por el maná de los dos monstruos— la Dama de la Espada y la Dama de la Luz— los hechiceros de la corte levantaron sus espadas y estoques, listos para—

[Suficiente.]

 

[Realmente debes trabajar en saber cuándo estás derrotado.]

 

Siete habilidosos luchadores cayeron en el despertar de un brillo escarlata. No pudo haber sido nada más complicado que la magia de fortalecimiento, pero solo la velocidad era increíble. Y en consecuencia, Lisa y Fiane, las autoras de la sobrehumana hazaña, lentamente llevaron sus rígidas manos a la garganta de Gerhard.

 

[Cederemos a tu autoridad en tiempos de paz.]

 

[Pero ahora, la ciudad es un campo de batalla.]

 

Ningún hechicero, por habilidoso que sea, tenía oportunidad contra esas dos en combate cercano.

 

Gerhard Gardner golpeó su báculo en el suelo de piedra. [Sus Alteza.] Dijo con obvia terquedad. [Permitiré la entrada de la Dama de la Espada, pero nunca a esa furra. Hice una excepción, pero desafiar el mandato de mis ancestros muertos una segunda vez—]

 

[Gerhard.] La Viceduquesa Fiane interrumpió. Su expresión se mantuvo calmada, pero sus ojos brillaban con sabiduría y sinceridad que a veces veía en los de Lily. [El Archivo Sellado es cosa del pasado. Sé que lo suficiente listo para darte cuenta de eso. Incluso esa puerta solo funciona de un sentido. Ellie Walker provo que cualquiera que entre necesita encontrar su propio camino de regreso. En cuanto a las ramas llegando a la superficie, podemos culpar a los restos del “Stone Serpent” con el que el equipo de Allen lucho.]

 

Gardner no dijo nada. La duquesa retiró sus manos.

 

[Dejar de actuar en una crisis es una total idiotez.] La viceduquesa recitó. [“Es en tales momentos que debes pensar más claro y encontrar el coraje para defender al débil”. Me enseñaste eso cuando aún era un estudiante. ¿No son Allen y Stella el “débil” de los que hablamos ahora? ¿Gerhard Gardner, el “Viento de Acero,” tolerara algo tan vergonzoso como nobles huyendo del campo de batalla y dejar a un plebeyo a su suerte? ¿Dónde están Lord Crom y Gardner?]

 

Un pesado silencio cayó. Las ramas aún estaban desenfrenadas. Al menos eso asumía, porque toda la mansión se agitaba.

 

Este hombre no es un idiota. Sabe en cuanto peligro estamos y sabe que los marqueses deben estar avergonzados de sí mismos.

 

El profesor suspiro y levantó una mano. [Lisa y Fiane entrarán al archivo. Solo Lydia puede sentir el maná de Allen bajo estas circunstancias, así que ellas la acompañaran. Y…]

 

No podía evitar pararme más recta. Me quité mi boina y la sostuve en mi pecho.

 

[…también Caren.] El profesor termino con un ligero suspiro. [El resto de nosotros se quedará aquí y mantendrá la ruta de escape que Ellie creó. Gerhard, ¿recuerdas lo que me dijiste en la colina este de la ciudad? Permíteme regresarte el favor.] Chispas volaron entre los hombres. Podía decir que su enemistad era profunda. [No comporto tu visión o tu forma de vida, y siempre que respire, nunca lo haré. Pero podemos estar en la misma página en una cosa: mantener al reino y su gente a salvo. Los oráculos del dragón de flor no fallan. Stella no se convertirá en un ángel, menos un demonio. No mientras tenga a la nueva Stella Fugaz a su lado.]

 

[Tu buen pensar no me conmoverá. Sé que ese chico traerá la ruina y desastre a este reino uno de estos días. ¿Quieres hablar de la Estrella Fugaz? Mira donde el mundo que puso su fe en él hace doscientos años termino una vez—]

 

Gerhard Gardner sofocó su estallido de emociones tan rápido como empezó. Golpeó su báculo en el suelo una vez más y los libros de hechizos flotando alrededor de él se abrieron, páginas pasaban igual. Una fórmula de hechizo empezó a inscribirse en el suelo.

 

¿Soy yo o esto se parece mucho a un círculo de teletransportación espiritual?

 

[Si los eventos se cumplieran como lo hicieron hace cien años, el campo santo continuaría expandiéndose.] El hechicero de la corte explicó. [Mi orden existe para proteger a la familia real y su capital. No podemos dejar pasar tal incursión sin revisión.] Se detuvo. [En caso lo peor suceda, bloquearemos el Gran Árbol en la Academia Real. Por eso, nunca estuvimos aquí. Rezo que no hagas peor nuestra situación.]

 

La fórmula ardió con luces de colores, luego desapareció. Los otros hechiceros de la corte usando talismanes, se teletransportaron uno tras otro.

El líder anti hombre bestias de la vieja guardia, el hombre quien había evitado la designación de Allen a hechicero a la corte, sin duda amaba su país. ¿Por qué nada puede ser solo simple? Pensar no se suponía ser mi responsabilidad.

 

Un suspiro se me escapó. Pensar que Allen había pasado todos sus años en la capital real lidiando con personas así.

 

Pero mientras mi espíritu decaía, la Viceduquesa Fiane caminó a mí con rapidez. [¡Carencita! ¡Qué bueno conocerte!] Gritó, sonriendo. Puedo ver la semejanza con Lily.

 

[E-El placer es mío, Su Alteza.] Respondí, inclinándome mientras respondía. [No puedo agradecerle lo suficiente a usted y la Duquesa Lisa.]

 

Las palabras habían dejado mi boca ante la amplia sonrisa de la pechugona viceduquesa. [¿Me llamarías “Fia”?] Preguntó, juntando sus manos.

 

[Y yo solo soy “Lisa” para ti.] La belleza de cabello escarlata a su par me corrigió, frunciendo sus ojos.

 

[C-Claro, Fia, Lisa.] Respondí, acobardada. ¿Qué oportunidad tengo contra esas dos?

 

[¡Oh, gracias!]

 

[Es mejor.]

 

Mientras, la Princesa Cheryl mantenía una mano sobre su boca, murmurando algo que no pude oír— aunque la molesta mirada en el rostro de Lydia me ayudo a suponer. (Puedo pedirle que me llame “Cheryl” luego. Oh, pero ¿quizás debería ir directo a “hermana”?)

 

Otro “enemigo,” aunque supongo que ya lo sabía.

 

Habiendo terminado de arreglar sus pensamientos, la princesa golpeó su pecho con su mano izquierda y rodeó a la noble de cabello escarlata. [¡Lydia! ¡Voy contigo!]

 

[No, Cheryl.] Lydia respondió.

 

[¡¿Por qué no?! ¡No eres la única que Allen salvó!]

 

[Lo sé, pero…]

 

[Cheryl, no puedo mantener la ruta de escape solo.] El profesor intervino, todo mientras conjura extrañas cajas negras para llevarlas por el aire. [Únete a mí con Chiffon. Asignaré a Anko para que te proteja también.]

 

[En ese caos… Pero yo… tengo tanto derecho como—]

 

[Su Alteza Real.] Dije, tomando sus manos y mirándola a sus llorosos ojos. [Por favor, déjamelo a mí. Prometo traeré a mi hermano y Stella de vuelta a salvo.]

 

Nuestros ojos se centraron por un momento, pero la Princesa Cheryl evitó la mirada antes que yo. [Esa mirada no es justa. Es como la suya.] Murmuró, secando sus ojos con su manga, luego cerró sus brazos. [Veo que realmente eres la hermana de Allen. ¿Sabes que incluso sonaste igual que él ahora?]

 

[Soy la única hermana que tiene.] Respondí. ¿Cuántas veces esas palabras me habían apoyado? Decirlas llamaban el flujo de coraje saliendo de mi pecho.

 

[¡Sin embargo!] La Princesa Cheryl presionó su dedo índice en mi frente. [Te prohíbo— prohíbo— llamarme “Su Alteza Real” excepto en ocasiones públicas. Te dirigirás a mí por nombre y nada más, o juro que te haré mi cuñada. Ten eso en mente, Caren.]

 

[E-Er…] Aún estaba lidiando con esta sorpresiva demanda cuando una cierta noble de cabello escarlata me escondió detrás de su espalda.

 

[No seas tonta, Cheryl.] Dijo. [¿No sabes que Caren será mi cuñada?]

 

[¡Aún no has ganado, Lydia!] La princesa respondió. Luego compartieron una sonrisa mientras un choque de ascuas ardientes y brillantes luces alumbraban todo el lugar— al menos hasta que supure mi sorpresa y me interpuse ante ellas enojada.

[¡Por última vez!] Me molesté. [Nunca nadie será mi cuñada—]

 

Mi protesta terminó una pelea. La viceduquesa me atrapó en un abrazo desde atrás.

 

Ella podría matar a alguien con tremendos magumbos.

 

[Tiene razón, ¿saben?] Fia dijo. [¡Ella será la cuñada de Lily un día, lo cual te hará mi pequeña!]

 

[Nunca.] Las tres respondimos juntas.

 

[¡Aww!] Fia hizo pucheros mientras regresaba al lado de Lisa a la cual le asentí.

 

Espera, ¿hizo eso a propósito para calmarnos?

 

Lisa y Fia avanzaron a la puerta con Lydia y yo detrás de ellas. El profesor espero a ver a Chiffon acurrucarse con la princesa, Anko se monto sobre la cabeza del lobo blanco.

 

[Lisa, Fiane, Lydia, Caren.] Dijo con un guiño y un saludo de su mano. [Todas son fuertes. Pero pueden sentir a la iglesia y al “Sabio” detrás de esto. Si el poder del Gran Árbol se hace más grande, incluso será bastante difícil escapar. No ataque con imprudencia. Cuídense.]

 

✽✽✽✽✽

 

Antes que nada, vi un cielo negro brillando con estrellas. Estaba parándome sobre algo, aunque dudaba en llamarlo suelo. Se sentía extraño el suelo. Podía sentir a Lydia acercarse, pero mis nervios no se iban.

 

¿Qué carajos está pasando?

 

Localicé mi daga para lanzar un hechizo de detección. Luego, sin advertencia, mi visión se aclaró y me tope con la espalda de Lydia.

 

[Caren.] Dijo, sin inmutarse.

 

[L-Lo siento.] Murmuré, alejándome para evaluar nuestra situación.

 

Lisa y Fia tenían sus espadas desenfundadas. Debieron llegar un poco antes que nosotras. Todas fuimos teletransportadas en un escenario circular partido en tres caminos, cada parte tan grande como Ellie reportó. Espinosas vides derramándose desde el abismo que rodeaba la plataforma junto con las raíces y ramas del Gran Árbol, todos petrificados. Habían destruido un grupo de libreros, causando estragos en lo que una vez debió haber sido filas ordenadas.

 

[Es una zona de desastre.] Murmuré, sonriendo.

 

[Todo lo que queda del Archivo— ¡Caren, salta!] Lydia gritó.

 

Salté a la izquierda, sacando mi Lightning Dragón Dagger. Fragmentos de hielo llovieron, abriendo hoyos en la plataforma donde habíamos estado paradas.

 

¿Esto es…?

 

Llamas pasaron mis mejillas mientras dos monstruosos Firebirds tomaba vuelo, abriéndose paso hacia arriba. La magia suprema de Lisa y Lydia impacto directo en una criatura aferrándose al techo. El Stone Serpent había perdido sus alas de hielo y emergido con las raíces del Gran Árbol.

 

El monstruo libero un grito silencioso mientras se desplomaba en la plataforma, engullido en carmesí. Polvo llenó el aire. La serpiente desplego Radiant Shields e invocó Rsurrection, tratando de curar sus heridas, pero parecía que ha gastado la mayoría de su poder luchando con la expedición de Allen.

 

[Estamos viendo lo que sobra de la trampa del Sabio. El Gran Árbol entrando en vida debió haberle dado una oportunidad de suplirse de maná.] Lydian dijo con calma, sacando la Cresset Fox— la espada encantada que Allen había recibido de la legendaria bruja Linaria “Gemelo Celestial” Etherheart.

 

[Fia.] Lisa dijo.

[¡Entiendo!] La pequeña viceduquesa salió al frente para dar el golpe de gracia, sonriendo todo el tiempo.

 

¡¿Cómo es tan rápida?!

 

La serpiente se retorció en agonía, maná salía de su cuerpo entre el insoportable infierno. Aun así, abrió su hocico y empezó a juntar poder. Quería luchar.

 

[¡¿Lydia?! ¿Qué—?]

 

[Ella estará bien.] La noble interrumpió. [Solo observa.]

 

El hocico de la serpiente destelló con la luz gris, y—

 

[¡Como si te dejara disparar eso!] Fia se desvaneció, estoque en mano.

 

Un momento después, un fuerte sonido resonó a través de la recámara. Perforó de pies a cabeza, la serpiente cayo presa de un ardiente infierno y se desintegró por completo.

 

Sé que no estaba a tope de fuerza, pero ella hizo lucir al Stone Serpent como algo fácil. Ese es el hechizo que nos ha dado problemas en cada ciudad en la que hemos luchado.

 

[No subestimes a mi Tía Fiane. Ella ha sido la compañera de combate de mi madre desde que eran niñas.] Lydia explicó, lanzando el hechizo intermedio Divine Light Detection. Una onda de luz se extendió, luego regresó sin llegar a ninguna parte.

 

[Parece que no podemos contar con los hechizos detección.] La noble añadió. [Allen o Cheryl encontrarían una forma, pero mi magia de luz no está a la altura. Aunque…]

 

[Sí.] Asentí con sentimiento. Aún estábamos lejos, pero podía— incluso levemente— sentir el maná de Allen.

 

[Lydia, Caren.] Lisa dijo, tocando el suelo en el centro de la plataforma. [¿Pueden sentir el maná de Allen y Stella?]

[Solo el de Allen y apenas.] Lydia respondió.

 

[Creo que está más adentro del subterráneo.] Añadí.

 

[Sí, por desgracia.] Un ceño fruncido entró en el renovado rostro de la Dama de la Espada. Un rápido destello de su espada y llamas formaron una barrera.

 

[Fia supuso bien.] Lisa dijo. [El Archivo Sellado está muerto. La tableta de piedra ya no tiene ningún propósito. El reporte de Ellie mencionaba el testamento del guardián del Gran Árbol Remire Walker, pero ni yo podía leerlo ahora. Tendremos mucho trabajo por delante para rastrear a Allen y Stella.]

 

Lydia y yo nos quedamos sin palabras. Me mordí el labio.

 

Allen, Stella, por favor estén a salvo.

 

Mientras, Fia caminó al borde de la plataforma y miró el abismo. [No puedo ver nada.] Reportó. [Y para hacerlo peor…]

 

Lydia y yo nos agitamos mientras fuertes vientos desgarraron sus barreras, alborotando sus mechones escarlatas y mi cabello gris.

 

[Tenemos compañía.] Fia sacó su estoque, apuntando a cerca de un centenar de criaturas volando sobre su cabeza. Cuatro alas apoyaban cuerpos coronados con largos cuellos y filosos picos. Potente maná envolvía a cada uno.

 

[¿Griffins oceánicos hechos de espinas?] Jadeé, asombrada.

 

Lisa paso un dedo por su espada encantada, activando la secreta Espada Escarlata de los Leinsters. [Están viendo al mecanismo de autodefensa del Gran Árbol. Lo leí en un viejo libro.]

 

[Recuerdo descubrir que causó un terrible desastre hace cien años.] Fia intervino. [¡Atención, chicas!]

 

Nos esparcimos, evitando una lluvia de Divine Wind Spears. Allen habría desmantelado los hechizos intermedios, pero yo nunca sobreviviría intentando tal delicada maniobra en medio del combate.

 

Un griffin de espina tras otro abría su pico, arrojando un bombardeo de Imperial Storm Tornadoes. Hice a un lado los hechizos avanzados con mi lanza de rayo y ataque.

 

Lydia entró en combate, sosteniendo su espada preparada mientras su mano izquierda libre aplastaba los tornados. [¡No te quedas atrás, Caren!]

 

[¡Ni me lo planteaba!] Respondí.

 

Un grupo de griffins espinosos se armaron en vientos y fueron a por nosotros. Quizás se cansaron de lanzar hechizos que no podrían detenernos. Como sea, no podría haber pedido por un mejor inicio.

 

Fui al frente y bajé mi lanza en las alas de la criatura con toda mi fuerza, cortando sus vendavales mágicos. Lanzando el hechizo bielemental Heavenly Wind Bound, golpeé al desorientado griffin a nuevas alturas.

 

[¡Prueba esto!] Grité, dividiendo mi espada de rayos para cortar más criaturas antes de lanzar el hechizo avanzado Imperial Lightning Dance. Arcos violetas de electricidad llenaron el aire, sellando el destino de todo lo que impactaba.

 

Fuertes ascuas se juntaron mientras sentía una calidez en mi espalda. Lydia me alcanzó con Black Cat Promenade.

 

[Bueno, bueno. Te has vuelto muy buena.] Dijo mientras su espada trazaba un amplio arco. Un flash escarlata partió el aire, impactando por al menos una docena de griffins que se abalanzaban sobre mí. Como es usual, no lo habría creído si no lo hubiera visto.

 

Sin embargo, aterricé a su par y respondí. [¡No eres la única que ha crecido! ¡Así que no asumas que el lugar a la par de Allen es tuyo para siempre, porque apenas estoy empezando!]

 

[Sí, sí.] La noble escarlata respondió, dándole la mano mientras chispas violetas y ardientes ascuas colisionaban alrededor de nosotros. [Así que tengo una cuñada que nunca aprende. ¿Qué más?]

 

[¡Solo un “sí” es suficiente! Y yo—]

 

Una lluvia de ardientes cuerpos sin emociones detuvo a mi compañera. Incluso luego que golpearon el suelo, las llamas persistieron hasta que no quedara nada. Levanté la mirada y vi— ¿A dónde se habían ido todos los griffins espinosos? ¡Había contado docenas!

 

Fia aterrizó en una columna de piedra, sosteniendo su falda. [¡Qué chicas tan fuertes son!] Ella dijo, su sonrisa brillaba. [Mi Lily tiene mucho trabajo por hacer. Saben, Li-li—]

 

[No puedes tener a Allen o Caren.] La duquesa intervino, habiendo aniquilado al último griffin.

 

[¡Aww! ¿No?]

 

Sentí un dolor de cabeza llegar. Nadie en la Casa Ducal de Leinster estaba en sus cabezas. Aunque, al menos tenía una nueva excusa para burlarme de Lydia.

 

Pero tan pronto que me giré a ella fue que ambas se pusieron tensas, caras largas, y corrieron al borde de lo que parecía un abismo sin fin. Nos inclinamos, sin importarnos la suciedad, y concentramos todos nuestros sentidos.

 

[¿Qué es este maná?] Lydia murmuró.

 

[¡Allen!] Grité. No sabía lo que se acechaba en las profundidades del barranco. No podía sentir en maná de Stella, pero había pasado tiempo suficiente con mi hermano para decir que él estaba luchando y el maná de su oponente era tan fuerte que llegaba a mí incluso a esta distancia.

 

¿Podría ser? ¿Un ángel?

 

Podía ver ansiedad en el rostro de Lydia. A menos que nos diéramos prisa con el rescate pronto—

 

[¡Santo Dios! ¿Qué tenemos aquí?] Fia exclamó mientras zarzas salían del suelo y techo. Ramas se juntaron en medio del aire, enredándose en un colosal griffin de siete cabezas.

 

Un infierno rozó mi mejilla. Lisa había creado un Firebird sin dudarlo un momento— solo para que incontables escudos sobrepuestos bloquearan el hechizo, aunque la mayoría se destruyera en el proceso.

 

¡¿Detuvo un golpe de la Dama Ensangrentada?!

 

Mientras luchaba por hablar de nuevo, la misma mujer dijo con calma. [Parece que el Gran árbol consumió a los vestigios del Stone Serpent más que fuera al revés. Incluso las malas copias temporales del Radiant Shield y Resurrection son una amenaza real con maná sin límites. Fia, Lydia, ya saben qué hacer.]

 

[Claro.] Las otras dos Leinsters respondieron juntas, colocándose fortalecimientos mágicos. El estoque de una brilló en escarlata, mientras la otra saco su espada detrás de su espalda.

 

[Caren, tú darás el golpe final.] Lisa demandó, como si fuera lo más normal, mientras su espada ardía en carmesí.

 

[¡P-Puede contar conmigo!] Respondí, enderezando mi boina y presionando la luz recorriendo por mi cuerpo a sus límites.

 

Habiendo asumido una postura de batalla, el griffin de siete cabezas libero un ensordecedor gritó. De inmediato, Fia desapareció de mi vista y un ceniciento resplandor brilló sobre la cabeza de la criatura mientras cientos de escudos convergían. Sentí la onda de choque mientras recibían toda la fuerza del golpe de la Dama Sonriente— golpeó el techo, moviéndose para un ataque sorpresa, aunque no pude adivinar cómo había llegado allí. Nuevos daños agitaron el cadáver del Archivo Sellado.

 

Los labios de Fia se torcieron. [Es muy duro. Claro…] Una docena o más de estoques de fuego se materializaron sin advertencia, todos lanzándose a un solo punto en el muro de escudos. [¡Sé qué hacer!]

 

El griffin de siete cabezas se tambaleó mientras fuego salía de todas partes de su cuerpo.

 

[¡Lydoa, ve a la izquierda!] Lisa dijo.

 

[¡Lo sé!] Lydia gritó. Madre e hija se lanzaron por el aire, cruzándose mientras sus Espadas Escarlatas rebanaban tres cabezas de cada lado a la izquierda y derecha.

 

[¡Ahora, Caren!] Gritaron juntas.

 

[¡No tienen que decírmelo dos veces!] Grité, golpeando el suelo con toda mi fuerza, mi lanza golpeó directo a la cabeza final. Reuní todos los rayos en mi cuerpo. Luego, rugiendo a todo pulmón, corté al grffin a la mitad verticalmente mientras luchaba por regenerarse.

 

Dos Firebirds y más estoques flameantes de los que podía contar pasaron por todos los lados, luego encontraron su objetivo al mismo instante. Nada quedó.

 

Lydia aterrizó cerca de mí y me dio varias miradas satisfactorias. [Bueno, supongo que no debería estar sorprendida. Después de todo, tú eres mi—]

 

[¡Ni otra palabra!] Respondí, poniendo una mano sobre su boca.

 

Pero al menos ahora podemos ir y rescatar—

 

El suelo retumbó.

 

[¡¿A-Ahora qué?!] Grité.

 

[¿Está bloqueando el abismo?] Lydia murmuró. [Y e-este maná…]

 

Raíces y ramas de Gran Árbol se asomaban por todas partes, cerrando el abismo abierto con un muro de zarzas. Y no se detuvieron allí, generando más de los griffin espinosos de los que habíamos eliminado para encerrarnos— una verdadera armada esta vez. No podíamos vernos pasar sin dar una buena pelea.

Fia se detuvo por un momento de reflexión, luego conjuró una barrera de fuego con un movimiento de su mano izquierda. [Lisa.]

 

[Sí, Fia.] La otra belleza respondió en un tono más grave de lo que le había escuchado antes.

 

No.

 

Sosteniendo su espada recta en su costado derecho, Lisa ordenó. [Lydia, Caren, nos retiramos por ahora.]

 

[¡Pero madre!] Lydia gritó.

 

[¡Duquesa Lisa, no podemos!] Grité.

 

Agitadas, nos fuimos hacia ella. Luego lo miramos— los hombros de la infame Dama Ensangrentada estaban temblando levemente.

 

[No sé lo que pasó bajo tierra lo que lo pasa allí abajo.] Dijo. [Pero hay un cambio en el maná del Gran Árbol. Está determinado a sacarnos. Incluso si logramos pasar, puede cortar nuestra retirada. En cuyo caso, ninguna podrá sobrevivir.]

 

[¡Pero ¿qué hay de él?! ¡¿Qué hay de Allen?!] Lydia se quejó, su largo cabello escarlata se desordeno.

 

[¡Mi hermano está luchando contra alguien!] Rogué, probablemente lucía igual de frenética. [¡Quizás el “ángel” del que el profesor nos contó! ¡O quizás un demonio! ¡Tenemos que ayudarlo!]

 

[Liddy, Carencita, debemos retirarnos.] Fia respondió, lentamente agitando su cabeza. [Hay mucho de lo que no podemos estar seguras.]

 

Lydia y yo bajamos nuestras cabezas, gruñendo.

 

Allen. Stella.

 

Una mano llego a posarse en mi hombro. El hermoso rostro de Lisa llenó mi vista.

 

[Conoces a Allen.] Dijo. [Estoy segura que se mantiene a salvo y Stella también. Ha crecido igual de mucho que cualquiera de ustedes con todo este desastre y no romperá con sus corazones. Nunca. Pero dudo que pueda permitirse el tiempo o energía para buscar el camino de vuelta. Necesitamos regresar a la superficie y encontrar una para él.]

 

Luego de un momento, Lydia y yo murmuramos. [Bien.]

 

No hay tiempo que perder. Nos apresuraremos a regresar a la superficie y—

 

[¡Prepárense para más de esas criaturas!]

 

La filosa advertencia de Fia me forzó a abandonar mis pensamientos. Tormentas de viento habían traspasado sus barreras, reforzadas por la fuerza de los números. La bandada de griffins espinosos se había hecho cientos de veces más fuerte, todos yendo tras nosotros. Nuestro regreso iba a tomar un poco más de lo que me habría gustado.

 

 


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