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Epílogo

 

[¡N-No tan rápido!] Llamé a mi mejor amiga mientras caminaba por los pasillos de la casa Lebufera con su cabello escarlata moviéndose. [¡Espera, Lydia!]

 

[¡N-Nee-sama, por favor espera!] Lynne repitió frenéticamente.

 

Más allá de las ventanas, las nubes bajando le daban un aire opresivo al nocturno paisaje. El perfil de Lydia irradiaba el fuerte ingenio que solo mostraba cuando Allen no estaba cerca. Incluso Chiffon, siguiendo nuestros pasos, parecía asustado de ella. Y aunque—

 

La hija del duque se giró con una mano en la espada encantada en su cintura.

 

Llevaba un orbe de comunicación y una túnica militar sobre su atuendo de espadachina, totalmente preparada para entrar en el Archivo Sellado.

 

[¿Nunca dejas de llorar, Cheryl?] Respondió. [Estoy de camino para sacar a Allen y darle el sermón de su vida en la cena. ¿Qué puede ser más importante? Effie y Noa pueden protegerte sin mí.]

 

Se veía al límite, aunque algún hechizo inusual de Allen había calmado su temperamento últimamente. ¿La situación era tan seria? Grietas se formaron en el rígido autocontrol impulsado por mi racional mente y deber real.

 

¡¿Cómo pudo Allen, mi amorcito, perderse en el Archivo Sellado con Stella?!

 

Quería gritar, pero la apariencia de Lynne apretando sus puños y Chiffon vagando sin rumbo me ayudó a recuperar mi compostura.

 

Ni al pedo, Cheryl. Eres la primera princesa de la Casa de Wainwright. Necesitas tener la cabeza fría.

 

 

[¿Qué te tiene asustada?] Pregunté, arremangando mis mangas, cruzándome de brazos y tratando de mantener mi gentil tono. [¡Allen puede lidiar con todo! Y el profesor dejó sus reuniones para ayudar al director. Siempre podemos actuar una vez descubramos un poco más acerca de—]

 

[Argumentos como este convirtieron la capital real y este en campos de batalla.] Llego el rígido reporte. [Y si creemos en el reporte inicial de Ellie, el “Sabio” de la iglesia puso la trampa. El sentido común no se aplica.]

 

Cerré mi boca, incapaz de argumentar. Allen nos había advertido de una potencial rebelión Algren, aunque los líderes del reino habían malentendido la información disponible e invitado al caos. Mi padre había dado su aprobación.

 

[Mientras hablamos, hemos perdido todo contacto con ellos.] Lydia continuó, dándome una mirada más filosa que su espada. [Ni siquiera podemos sentir su maná gracias a la santificación del Gran Árbol. Y están en el Archivo Sellado, bajo el ojo de las personas que quieren que Allen se vaya. ¿Me darás una buena razón para no ir al rescate, Su Alteza Real la Princesa Cheryl Wainwright?]

 

[E-Esa aún no es excusa.] Dudé. Como una princesa, mi sentido común se opone a la Dama de la Espada interviniendo en esta situación. Pero… solo como “Cheryl,” no podía estar más de acuerdo con mi mejor amiga. Quería unirme a ella. Quería salvar a Allen y Stella.

 

Mientras sufría, la expresión de Lydia se suavizó un poco y se giró a su hermana uniformada.

 

[Lynne.]

 

[¡¿S-Sí, Nee-sama?!] Lynne respondió, prestando atención. No me habría sorprendido que saludara como militar mientras esperaba las siguientes palabras de Lydia. Podía decir que era una chica seria y recta de corazón— a diferencia de cierta noble de cabello escarlata, quien tendía a ser violenta al momento que ella perdía de vista a Allen.

 

[Parece que Ellie se te adelantó.] Lynne se quedó sin palabras. [¿Cómo te sientes al respecto?]

 

Un escalofrío pasó por el cuerpo de Lynne y sus ojos se abrieron, como si hubiera sido golpeada por un rayo. Luego se movió a la par de Lydia, sus ojos ardían por los celos.

 

[Su Alteza Real.] Empezó. [Espero que me perdone, pero concuerdo con Nee-sama. ¡Hay batallas que una chica no puede echarse para atrás! Y debería ser mi turno. ¡Sí, lo debería! ¡Si Lily también se me adelanta, nunca me recuperaré!]

 

[¡¿L-Lynne?! ¡¿Qué diablos?!] Exclamé.

 

¿Ella qué—? No me digas… ¡¿Allen enlazó maná con Ellie?! ¡I-Incluso yo solo una vez lo he hecho con él!

 

Una chica del clan lobo envuelta en una túnica vino caminando hacia nosotros desde arriba. Tenía la certeza que en su cabeza estaba la vieja boina escolar de Allen.

 

[Lydia, ordené un carruaje.] Dijo. [Esperemos afuera.]

 

[Gracias, Caren.] Lydia respondió. [Claro, no esperaría menos de mi cuñadita.]

 

[No tengo cuñadas… pero te ayudaré a decirle sus verdades a Allen.]

 

[Tomaré esa respuesta.]

 

Luego de unas bromas, Lydia y Caren se pusieron a caminar juntas. Sentí un leve— solo un leve— tirón en mi corazón. En nuestros días en la Academia Real, había sido la única persona además de Allen que logró caminar a su lado.

 

Lynne se fue tras el par, gritando. [¡Ah! ¡Nee-sama! ¡Caren! ¡Espérenme!] Incluso Chiffon se echó a correr.

 

[¡Oh, dios!] Refunfuñé y caminé para alcanzarlas. Las dos bellezas en vestidos escarlatas nos esperaban en la entrada del salón, una espada y un estoque colgando de sus respectivos cinturones. [Vienes tarde, Lydia.] Una dijo.

 

[¿Qué esperamos?] La otra preguntó.

 

[Duquesa Lisa, Viceduquesa Fiane.] Murmuré en confusión. [No ustedes también.]

La Dama Ensangrentada y la Dama Sonriente clasificadas entre las mejores espadachinas en el continente. ¿La situación de Allen y Stella realmente requería tal fuerza?

 

[Ellie ha regresado a la superficie.] Me informaron.

 

[Tinaboo la tiene en su compañía.] Otra añadió.

 

Nos agitamos todos. Había oído que había hecho contacto, pero su seguro regreso era motivo de celebración. Aun así, Lydia y Caren fruncieron el ceño.

 

[Madre.]

 

[Lisa, ¿qué de Nii-sama y Stella?]

 

La duquesa de cabello escarlata tenía una mirada distante en sus ojos y suspiro. [De acuerdo a Ellie, ganaron la batalla, pero el suelo colapsó debajo de ellas.] Renuentemente, añadió. [La misma Ellie está en mal estado. Lloró hasta dormirse.]

 

[Tinaboo y Lily hicieron un berrinche.] Su compañera dijo. [Pero hice que Romy les pusiera un estate quieto. Y la fuerza principal de la Orden Escarlata y la guardia real fueron bastante buenos para esperar a las afueras de la ciudad hasta ahora, pero han terminado de dispersarse alrededor del Archivo Sellado. Dejaremos que Fee-fee se ocupe de mantener a todos alimentados.]

 

¿Ya están considerando una operación militar completa?

 

Incluso Lydia se congeló y silenció.

 

[Su Alteza.] Dije francamente. [Ustedes— no, ¿de qué están tan asustadas todas ustedes y mi madre? Perder a Allen y Stella sería un golpe duro para el reino, pero…] No podía encontrar las palabras para continuar. Como una de los viejos compañeros de Allen, como una mujer que él había salvado, me rehusaba a decirlo.

 

[Dejaré que te preocupes de las pequeñeces.] Lydia anunció sin más, pasando una mano por su largo cabello escarlata. [¿Qué dicen, Caren, Lynne?]

[Los rescataremos, claro.] La chica del clan lobo respondió. [La batalla por la capital este me enseñó— vacilación no hace más que dañar en lo que Allen respecta. Haré lo que quiero, cuando quiero, y que del resto se encargue él.]

 

[Digo lo mismo.] Añadió la joven noble. [Y he encontrado un problema que resolver con Nii-sama.]

 

¿Q-Qué pasa con estas—? ¡Allen! ¡¿Qué les has estado enseñando?!

 

Mientras mentalmente maldecía a mi vieja compañera, un par de niñas de cabello blanco y rojo descendieron las escaleras bajo los cuidadosos ojos de una maid Leinster llamada Cindy. Atra y Lia lucían encantadoras en sus túnicas a juego— muy lejos de los poderosos elementales que eran. Una vez llegaron al primer piso, abrazaron a Chiffon, quien se paraba a su par. [¡Allen, problema!] Atra gritó, levantando la mirada del lobo.

 

[¡Niña buena, pero asustada!] Lia nos advirtió.

 

La reunión llego a su fin. Las palabras de las niñas fueron tomadas como una profecía.

 

[¿Qué es esto? Veo que todos están aquí.] Una nueva voz remarcó mientras la puerta frontal se abría para admitir al profesor, de vuelta de la universidad. Se trajo a una chica reconocible por su sombrero de bruja— la vieja compañera de Allen y Lydia, Teto Tijerina— quien entró con un suspiro de resignación. Anko se había subido a la cabeza de Chiffon mientras no estaba mirando.

 

[¿Profesor?] Lydia frunció el ceño. Fuertes ascuas se arremolinaron. [Y ha traído a Teto. ¿No me diga que planea sellar el Archivo Sellado?]

 

[Espera. No te precipites, Lydia. Estoy de tu lado— aunque no sé si pueda decir lo mismo de Teto. Nunca deja de quejarse de ti y Allen.] El más astuto hechicero del reino respondió, levantando sus manos en rendición mientras casualmente vendía a su estudiante.

 

Escuché un murmuro “no ha cambiado nada” de la Viceduquesa Fiane. Caren, quien había escuchado que tomaría el examen de entrada a la universidad el siguiente año, lucía pensativa.

 

[¡¿Profesor?! ¡D-Déjeme fuera de esto! ¡Solo soy una chica normal!] Teto protestó. [Puedo ser su estudiante más benevolente, pero incluso yo tengo mis límites. Usaré cualquier conexión que tenga para asegurarme que futuras novias empiecen a llegar a su puerta—]

 

[Vaya, Teto, siempre espero lo mejor de ti.] El hechicero interrumpió, riendo. [El cielo puede caer y nunca me interpondría en tu camino— excepto cuando te propones en llevar una tienda de artífices que nunca será rentable.]

 

Teto se detuvo. [Hablaremos cuando se acabe.]

 

¿Qué pasó bajo la tutela del profesor? Se le dijo que manejara uno de los laboratorios más exclusivos del reino, pero encuentro difícil que tenga sentido con lo que acabo de ver. Allen nunca dijo nada antes.

 

El profesor ajustó sus anteojos— y un cambio vino de él. [¿Asumo que sabes que Allen le pidió a Teto descifrar la nota de Rosa que encontró en la ciudad del agua?] Empezó. [Por fin le encontramos significado. Bueno, digo “significado,” pero parece ser una serie de frases cortas— sin duda, recordatorios para sí. Aquí están.]

 

Todos revisamos el papel.

 

“¿Descendientes vivientes de los guardianes del Gran Árbol?”

“Ángeles artificiales”

“Némesis del maestro: el Apostata de la Gran Luna”

 

No podía entenderlo del todo. Aunque…

 

[Es una larga historia.] El profesor continuó, levantando su mano izquierda levemente. [Pero permítanme explicar lo que nos tiene tan cautelosos… y contarles acerca de la candidata para la “Santa Cenicienta” que apareció en nuestro reino hace cien años— una chica que cayó de los cielos para convertirse en un demonio. Allen y Stella pueden encontrarse con ella. Tenía mis preocupaciones, pero nunca en mis más salvajes sueños me imaginé que las cosas llegarían a esto. ¿Lo entenderás, Cheryl? No te forzaré. La Duquesa Letty aún está discutiendo con Su Majestad sobre publicar esta información. He escogido compartirla por iniciativa propia.]

 

Todos los ojos se centraron en mí. Como princesa, debo rechazarlo. Lo que sea que el profesor tuviera que decir debió haber sido considerado como secreto de estado. Aunque… presioné mi mano en mi corazón y cerré mis ojos.

 

Allen.

 

[Yo…]

 

Más allá de las ventanas, rayos chocaban y la fuerte lluvia empezó a caer.

 

✽✽✽✽✽

 

Gruñí. La primera cosa que sentí fue una calidez en mi nunca y la sensación de cosquilleo de alguien acariciando mi cabello. El repetido esfuerzo excesivo había dejado mi cuerpo pesado. Si solo pudiera volver par dor—

 

Abrí lentamente mis ojos y vi a una joven noble en blanco, sus magas rasgadas y rastros de lágrimas en sus mejillas. Luces esmeraldas flotando arriba revelaban suciedad en su largo cabello, pero también en su calmado rostro. Viéndome despertar, estiró su mano y tocó mi frente.

 

[Buenos días, Allen.]

 

[B-Buenos días, Stella.] Respondí, tratando de ordenar los desorganizados recuerdos mientras pasaba sus dedos por mi cabello.

 

Déjame ver. Primero, descendimos al Archivo Sellado para encontrar una cura para Stella. Luchamos contra una Serpiente de Piedra con alas de hielo filosas, y—

 

Traté de ponerme de pie rápido, pero una mano en mi pecho me detuvo. [¡Aún no se levante!] Stella regañó, haciendo pucheros como un niño. [No estaba herido, pero seguía tosiendo y dando vueltas en su sueño. Y murmuraba los nombres de otras chicas, pero no el mío. Demando una explicación.]

 

Oh, eso es. Caí en una fisura con ella. Logré lanzar un hechizo de levitación antes que golpeáramos el suelo, pero luego me desmayé por falta de maná.

 

[B-Bueno…] Balbuceé. [¿Quizás solo no tengo que quejarme de ti?]

 

[Encuentre alguna.] Stella respondió. [Póngame a prueba. Pregúnteme por qué ni siquiera puedo enlazar maná.]

 

Largas lágrimas cayeron en mi frente. Cada vez que limpiaba una, una nueva gota se derramaba de los ojos de Stella, bajando por sus mejillas, y mojaba mi pecho.

 

[Es mi culpa que las cosas terminaran así.] Sollozó. [Si solo pudiera enlazar maná. Si solo tuviera un corazón más fuerte… Tú y Ellie tienen todo el derecho a estar enojados conmigo.]

 

[¿Qué? Nunca.] Respondí, sentándome con éxito esta vez.

 

El báculo de Stella descansaba cerca.

 

Nos encontrábamos en un lugar extraño lleno de raíces y ramas del Gran Árbol. Combinado con luces esmeraldas, fue una escena mítica. A una corta distancia, vi lo que tomé por un mausoleo con su cubierta rota.

 

¿Terminamos debajo del palacio?

 

[Nadie podría haber predicho que encontraríamos rastros de la magia de la Duquesa Rosa en un lugar así.] Dije, secando los ojos de Stella con un pañuelo. [Eres su hija. Es natural que te impresione.]

 

[Gracias por decirlo.] Nuestra santa murmuró mientras sus lágrimas por fin se detenían.

 

Aliviado, puse mi mente en nuestro predicamento. Estiré mi cuello tanto como pude, la plataforma de la que habíamos caído estaba fuera de la vista en esta oscuridad. La Silver Bloom y mi brazalete estaban bajos de maná. ¿Y el orbe de comunicación? Sin suerte. No podía hacerlo funcionar.

 

[¿Cómo se supone que salgamos de este desastre?] Pensé. [¿Examinaste el área?]

 

[No.] La noble admitió, apretando sus puños. Gotas de luz amenazaban con derramarse, pero colapsaron antes de tomar forma.

 

Sus fórmulas son perfectas. ¿Qué ocurre aquí?

 

[Antes de saberlo, mi magia de luz tampoco funcionaba.] Continuó. [Esas lámparas de maná salieron solo así. Pero puedo sentir el maná incluso más claro que antes.]

 

[Quizás mi intento de enlazar maná fue contraproducente, y— Stella, duele.] Me quejé mientras jalaba mi mejilla, su cabello se levantó por la fuerza de su maná. Las luces esmeraldas alrededor de nosotros empezaron a transformarse en negro y blanco.

 

[No. No se pudo.] Luego de unos momentos, añadió. [Si esta caverna es como las de arriba, debía haber algo en el centro.]

 

[Veamos. ¿Puedes pararte sola?]

 

[No.]

 

Le di a Stella una triste sonrisa y le ayudé a pararse. Luego, varita en mano, lancé el Divine Lightning Detection. Electricidad rugió, pero se desvaneció antes que dejara nuestra área cercana— por la misma razón que mi hechizo de levitación había fallado mientras caíamos.

 

¡Esto lo hace un tipo de campo santo, como el nivel superior! Escogimos un pésimo al que caer. Entrar o salir parece un desafío.

 

[Stella.] Llamé a la chica quien había empeorado. [Tomaré el—]

 

[No, Allen. Yo le protegeré.] Interrumpió, tomando unos cuantos pasos al frente y dándole a su báculo un giro. [He entrenado como la hija de la Casa Ducal de Howard. No le defraudaré.]

 

[No te presiones—]

 

[Creo que debería decirle lo mismo.]

 

A pesar de nuestro peligroso predicamento, puede que nunca la haya visto tan motivada.

 

Creé unos cuantos hechizos mientras caminábamos juntos. Pronto, conseguimos una mejor vista de los restos del mausoleo sin techo. Flores blancas cubrían todo el campo alrededor, también…

 

[¿Lanzas y una espada azul?] Murmuré. Más Lanzas Estellares de las que podía contar se incrustaban en la superficie y cada pilar, mientras que en el altar central de piedra se incrustaba una espada tan hermosa que lucía casi divina. Una delicada rosa azul adornaba su mango.

 

No podía evitar recordar lo que la Duquesa Letty había dicho acerca de su técnica en la capital este: “Con ello, derroté a un demonio de ocho alas y lo sellé debajo de la capital real hace un siglo.”

 

No puede ser. No hay manera. Pero el director mencionó un incidente hace cien años, ¿verdad?

 

Mientras trataba de descartar esa línea de pensamiento, la santa de blanco empezó una silenciosa caminata.

 

[¿Stella? ¿Ocurre algo?] Pregunté.

 

Luces blancas y negras se multiplicaron con cada paso que tomaba. Incluso algunas de las flores blancas cubriendo el campo empezaron a formar un tono negro. Una repentina sensación de intranquilidad pasó por mí. Mientras se acercaba a la espada, le grité:

 

[No toques—]

 

Al siguiente momento, una onda de choque me lanzó hacia atrás. Lo poco que quedaba del techo se derrumbó y pude ver claramente como el maná blanco y negro se tragaba a toda la chica.

 

Invocando viento y levitación, logré aterrizar de pie. Brillo blanco y flores negras estaban cubriendo cada rincón del campo, llenando el aire con incontables pétalos.

 

Mi corazón latió con fuerza por la tensión y miedo, sudor frío se rehusaba a detenerse. Levantando la Silver Bloom, encontré la mirada del ser alzándose sobre mí— aunque sus ojos estaban cerrados.

 

En su mano derecha, la espada azul, manchada con un color negro siniestro. En su mano izquierda, un báculo irradiando luz negra, su orbe se congeló. Su adorable cabello plateado se había transformado en blanco y negro también, dividiéndose desde la parte central. Se balanceaba y movía como si tuviera vida propia. Sentí el maná de dragones, demonios, vampiros, el Héroe y el Señor Oscuro. Y también… brujas. Lo más impactante, tenía cuatro alas, blancas y negras puras. A juego con su desgarrado atuendo blanco, creaban la impresión que no era de este mundo. Su maná superaba a los monstruos con los que Lydia y yo habíamos luchado.

 

Murmuré el nombre de la entidad que había usurpado el cuerpo de Lady Stella Howard.

 

[El Ángel de Blanco y Negro.]

 

El ángel lentamente abrió sus brillantes ojos— un blanco puro, el otro, un negro profundo— y puso una sonrisa tan hermosa que me quitó la respiración. Sudor frío bajo de mis mejillas.

 

[A menos que mi suposición falle…] Pensé. [A esto le llaman “situaciones desesperadas.”]

 

Mi nerviosismo se desvaneció con el inicio de un vendaval de hielo. Un momento después, el ángel se fue a mí sin piedad.


Afterword

 

Riku Nanano-desu. Han sido otros cuatro meses y gracias a todos ustedes, Koujo Denka llego al treceavo volumen. El volumen uno salió a la venta (en Japón) a finales del 2018, lo que hace el treceavo volumen casi en cuatro años. ¡Nada mal, si tuviera que decirlo! Otra vez, tengo un sentimiento de estar saliendo en los límites de lo que un humano puede hacer. ¿Qué crees, queridos lectores?

 

Esta novela se basa en mi actual historia serializada en el sitio web Kakuyomu. Mientras escribía el último volumen, “Mientras pueda mantener una sola letra, cuenta como revisión.” ¡Me quedo con eso!

 

Ahora, en la historia. Por cada volumen del Tutor Privado, al menos cincuenta páginas del manuscrito terminan en el cuarto de desecho. Hasta ahora, Su Alteza Real siempre ha sido víctima de la purga (significa que otros personajes le quitan tiempo en pantalla.) Pero en el trece, se ganó no solo un lugar en la portada, sino una ilustración a color también. ¡¿Su victoria es total?!

 

De la perspectiva del autor, puede ser igual de volátil como la Dama de la Espada, la Santa Loba y la directa maid, así que no puedo prometer que no veremos una vergonzosa escena, pero es la vida. La perdonaré, solo porque Chiffon es una criatura noble. Aunque, no puedo quitarme ese sentimiento que se pondrá más peso en el siguiente volumen.

 

Tiempo de anuncio: Las Espadas Celestiales de las Estrellas Gemelas salió a la vente junto a este volumen (en Japón.) Le jugué a la fantasía militar inspirada en China— no el género más común estos días. Las ilustraciones, cortesía de cura, trayendo a tremenda waifu a la vida con dignidad y encantado que tiene que ser visto para creerse. Espero les guste.

 

Me gustaría agradecer a todas las personas que me ayudaron:

 

El ilustrador, cura. No puedo agradecerte lo suficiente por tu trabajo en cada volumen y espero embarcarme en una nueva serie contigo.

 

Y a todos ustedes quienes han leído hasta ahora. No puedo agradecerles lo suficiente y espero verlos otra vez. En el siguiente volumen— ángeles y dragones. Teman a la Falsa Santa.

Riku Nanano

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