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Prólogo 1

En cierta aldea, un joven despertó de una pesadilla. El era un joven mercenario llamado Yuuto, quien después del abandono de su maestro llego a un lado de la aldea Sacks y acepto su primera solicitud. ¿Irá el joven a terminar con éxito?
Sus piernas le dolían, tenía dificultad para respirar. ¿Hace cuánto tiempo había pasado desde que entre al bosque en llamas? Sin embargo. Él no tiene nada más que levantarse y correr. Si no, seria capturado y asesinado.
Aun cuando consiguió tropezarse en una roca él se levantó y corrió.  Aun cuando se estrelló contra los árboles se levantó y corrió. Impaciencia, temor, desesperación, todo lo que el sentía se tornó en lágrimas y sollozos solo dejando su cuerpo.
En poco tiempo el paisaje rojo salió de su vista, colapsándose con una sensación de alivio. Su dolor desapareció, trato de mantener su respiración en orden, sin saber cómo un velo oscuro cubrió sus ojos que estaban envueltos en serenidad.




El joven de pronto abrió sus ojos. La refrescante luz del sol brillaba a través de la ventana, como si quisiera borrar la pesadilla que él había tenido. Pero el joven pensó que era innecesario mientras se levantó de la cama y comenzaba a estirar sus músculos.   
Y luego, él dejó salir un suspiro. Otra vez,  ese sueño. El joven había estado viendo el mismo sueño desde aquel día. Honestamente. Él sintió que era una molestia que lo hacía visiblemente.

“A pesar de que han pasado 10 años desde entonces…. No puedo hacer nada, honestamente…”

Completamente abatido, el joven murmuró. Después de un tiempo, la puerta de la habitación se abrió con un crujido mientras un anciano entró.
Esto hizo que el joven recordara, eso es, ayer no acampe afuera, sino que me quede en una posada.
El anciano miro alrededor de la habitación, y dijo un suspiro.

“Esto es problemático, señor viajero. Usted se ha quedado más del tiempo que ha pagado ¿sabes?

“¿Eh? ¿Espera… qué hora es?”

“Pasando del medio día.  La campana de la iglesia sonó hace un momento. Ahora bien, necesito limpiar este lugar así que por favor dese prisa y haga su equipaje.”

Diciendo eso el anciano tomó un trapeador con una actitud sin sentido de discutir para que el joven no fuera capaz de detenerlo.
El joven se levantó, y rápidamente comenzó a poner sus cosas en orden. Llevaba un pantalón negro flexible que da prioridad a la movilidad. El pantalón tiene placas metálicas en la espinilla. Mientras que se daba prisa el accidentalmente se golpeó sus pies en ello.

Mientras que sus piernas estaban lastimadas se puso una chaqueta de cuero negra.  La chaqueta tenía 2 costados y 2 bolsillos en el pecho…o eso se suponía que tenía, pero no podían verse en ningún lado. Él se lo había puesto al revés. Él se quitó la chaqueta y se la puso apropiadamente.

¿Por qué demonios eres tan lento?

El viejo lo pensó. El joven se puso el cinturón y luego unió la bolsa para con el cinturón. A medida que lo hacía, se dio cuenta de algo.

[Eso] no estaba allí.

El rostro del joven se palideció mientras rápidamente mira la habitación. No estaba en la mesa, ni en la cama. El busco debajo de la almohada pero tampoco estaba allí.  No importaba donde mirara él no podía encontrar [Eso]. Sudor frio paso por él mientras se preparaba para el peor de los casos.

“¿Me robaron?”

"Cliente, está fuera de la habitación."

“¿Qué?”

Justo cuando el viejo lo dijo,  estaba a la par de la puerta fuera del cuarto. Se apoyó en la pared. Una vieja funda de color marrón rojizo,  el mango estaba gastado, y había marcas afuera como si hubiera sido remendada con su propia ropa.

El joven recogió la vaina con su mano derecha, y agarró el mango con la mano izquierda. El continúo sacando suavemente la espada mientras, la cual se reflejaba en su rostro. Mientras le movía un poco, lo que reflejaba allí era la luz del sol que entraba de la ventana mientras teñía toda su figura como un Obi [1]blanco.

Era prueba que él era cuidadoso y gentilmente cuidaba de la espada. Mientras la enfundaba con cuidado, la colocó en su espalda. [Eso] se refería a una Katana.
Él bajó por la escalera y se acercó al viejo, donde había un hombre que estaba apoyando la barbilla con su mano. El hombre realizo el registro de la posada.... sin decir nada. En otras palabras, se dio prisa y pago la cuenta, y luego se perdió.

El joven firmó su nombre con una pluma y coloco 10 monedas de cobre en la parte superior. Miro las cosas dentro de su bolsa, y solo había 15 monedas de cobre restantes. Cantidad  suficiente para tener una comida decente en las tiendas de la ciudad. Él pensó mientras reflexionaba en que desayunar.

“Espera un segundo, niño”

“¿Qué pasa?”

“Salió tarde, son 11 monedas de cobre.”

Después de salir tarde. Debido a que necesitaba limpiar la posada, era fundamental que los inquilinos se fueran temprano. Pero si alguien gastaba unas monedas de cobre más él tenía permitido quedarse.
En ese caso, como el joven se quedó dormido no tenía más que pagar extra. Parece que tuvo que renunciar a su desayuno.
El joven chasqueó la lengua mientras lanzaba 10 monedas más de cobre sobre el mostrador. Una moneda de cobre cayó del mostrador con un ruido metálico.
El hombre recogió la moneda, mientras miraba el registro con el nombre [Yuuto] fue escrito de una manera grosera.








[1] Cinturón largo y muy ancho, principalmente de seda, con que se sujeta el quimono.


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