Prólogo: Las Desconocidas Circunstancias de Alguien
que no Conoces
Caminaba muy
lentamente. El cabello le baja hasta la cintura, flotando al aire, y se movÃa
por la ciudad como un fantasma flotante. El flequillo le creció tanto como para
ocultar su rostro, y por la distancia, se veÃa a los alrededores como una bestia
con ojos brillantes y oscilantes.
Las cercanÃas
se atenuaron, pero los ojos mostraban precisamente lo que querÃan.
Presa.
Presa.
Presa.
Presa.
Presa.
Presa.
Todo lo
caminante era una presa para su punto de vista.
Quiero cortar.
Esa era la única
emoción que brotaba.
Pero al mismo
tiempo, sabÃa que también estaba del lado de ser cazado.
Por lo tanto,
sabÃa que debÃa ocultarse.
Quiero cortar.
Por esa razón acechaba.
Con el fin de matar
como sea posible, deja la presa que estaba frente a sus ojos.
Quiero cortar.
Las emociones brotaban
intensamente.
Esas emociones
iban a cada uno y brotaban.
Y asà corté.
Por ello,
cortar.
Mastica.
Mastica.
La chica reÃa.
Al igual que un
bebé que no sabe nada.
Pero sabe lo
que es malicioso.
Riendo inocentemente.
Simplemente reÃa,
incluso sin entender el significado de ello.
Como si
estuviera soñando.
Como si fuera
un sueño.
Masticando.
Masticando.
Riendo involuntariamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario