Epílogo: Hasta el Día que
nos Volvamos a Encontrar
Y así, la serie
de ataques contra Re=L había finalmente llegado a su fin.
Marianne de
inmediato fue arrestada por secuestrar, raptar y traficar un tren. Había
rastros de magia de lavado de cerebro que radicaliza sus sentimientos encontrados
en las estudiantes quienes estaban siguiendo a Marianne; tomando eso en
consideración algunas fueron suspendidas temporalmente o puestas en arresto
domiciliar. Sin embargo, los problemas emocionales que forzaron a los
estudiantes a tomar tales acciones drásticas, y la parte de la escuela
escondiendo esos problemas habían sido llevados a la luz debido a este
accidente. Por ello, fue decidido que el nuevo decano debería salir de la
capital con el fin de mejorar la atmósfera de la escuela. Todo estaba llegando
a un pacífico final.
Pero claro que
había algunas partes que no estaban completamente claras. Principalmente acerca
del “Instituto de la Cruz del Cielo Azul” que Marianne estaba tan feliz de
hablar. Luego del accidente, el Ministro de las Fuerzas Armadas investigó y
trató de llevar a los perpetradores a la justicia, pero el Ministro de Magia
negó por completo haber tenido alguna relación con Marianne e incluso la mera
existencia del “Instituto de la Cruz del Cielo Azul”. La Corte Imperial de
Magos buscó al “Instituto de la Cruz del Cielo Azul” con garra, pero al final
llegaron a la nada. Incluso con la confesión mágica, no pudieron conseguir
alguna nueva información de Marianne debido a la perdida de sus cabales.
Al final, nunca
fue decidido si las palabras de Marianne tenían algo de verdad o no… pero la
realidad de la situación debería ser enterrada en la oscuridad por siempre.
Sin embargo,
parecía que el asunto de la expulsión de Re=L y las quejas de los ministerios
anti-militares contra ella estaban empezando a bajar. El pretexto que dejara la
escuela desapareció luego que tuviera éxito en su programa de estudio de
intercambio. Por ahora, el deber de ser la guardia primaria de Rumia
continuaría recayendo en Re=L.
Y así—
Bajo un cielo
despejado.
En la estación
de trenes en los terrenos de la Academia Mágica para Chicas de St. Lily con su
motor haciendo ruido y lanzando humo de su chimenea, un nuevo tren lentamente
estaba llegando a la estación. Sin mucha espera, un débil olor a carbón quemado
empezaba a esparcirse por el área. Y, en frente de la entrada del tren… una
multitud de personas estaban esperando.
Allí estaban
los usuales compañeros de Glenn, así como también toda la clase a la que le
enseñaba. Por fin, el grupo de Glenn al fin regresaría a la Academia Imperial
Mágica Alzano. Todos los estudiantes de su temporal grupo habían llegado a
despedirlos.
[Sniff sniff…
Renn-sensei… finalmente es hora de decir adiós, ¿verdad?]
[Su esfuerzo es
muy bien apreciado. Ha sido un corto tiempo, pero estoy tan agradecido por su
hospitalidad.]
[Hey, sensei.
Bueno… cómo debería decirlo… Me alegra haberlo conocido.]
Francine,
Ginnym y Colette, y parte del resto de las chicas en la clase le dieron un
apretón de manos y su despedida.
[Ustedes
también Sistine y Rumia… No estuvo nada mal pelear con ustedes, ¿ok?]
[Es lo mismo
para nosotras… ¿me pregunto si es lo que debería decir?]
[Ahaha… Sí,
hicimos algunos maravillosos recuerdos. Gracias.]
Tanto Sistine y
Rumia sonrieron con muchos ánimos. De verdad fue un corto tiempo, pero… se las
arreglaron para crear lazos de amistad entre sí.
[Es cierto que
hemos peleado juntas a menudo… pero es algo triste decir adiós solo así, huh…]
[Es cierto…]
Sistine dijo
eso de corazón y Francine asistió en acuerdo. Y entonces Colette empezó a decir
algo más.
[Hey Sistine,
Rumia. ¿Está bien… si algún día también estudio de intercambio en su escuela?]
[¡…!]
[Digo… Estoy
algo interesada. Quiero ver… en qué tipo de escuela ustedes y Renn-sensei
disfrutan pasar sus días.]
[¡Ohohoho—!
¡Qué esplendida idea, Colette! ¡Bueno, en ese momento, tendrán el privilegio de
mí misma compañía y la de Ginny!]
[Ugh… Qué
fastidio…]
Escuchando su
propuesta, Francine se río ruidosa y la sin expresiones de Ginny se quejó.
[¡Ahaha! ¡Está
bien entonces!]
[¡Sí, les
daremos la bienvenida en ese momento!]
Sistine y Rumia
también se rieron a más no poder…
[Además…
Tenemos el derecho…]
Colette se pegó
al brazo izquierdo de Glenn…
[Si voy a tu
escuela… bueno… ¿tendré otro encuentro con Renn-sensei…?]
Francine se
pegó al brazo derecho de Glenn…
[Uhm bueno…
honestamente no sé cuándo será eso, sensei…]
[Por favor
espere hasta entonces…]
[Uh ah…]
Glenn no podía
evitar chorrear en sudor frío y tenía sus mejillas rojas al tener a dos
bellezas pegadas a él.
[¡Ahaha! ¡Ahora
que pienso en ellO, no tienen que venir!]
[¡Sí, se les
será difícil!]
…Cómo decirlo,
las felices sonrisas de Sistine y Rumia también eran de miedo.
[Haa… ustedes
realmente siempre serán las mismas hasta el final, huh…]
Ginny quien no
tenía nada que ver con la situación bajo sus hombros con una exasperada
expresión.
[¡C-C-Como
sea!]
Glenn se quitó
a las dos de encima sintiendo que algo estaba a punto de sucederle.
[¡Ustedes de
verdad me ayudaron! ¡Tienen mi gratitud!]
[Nn… Gracias a
todas…]
Parándose
detrás de Glenn, casi como si estuviera tratando de esconderse, Re=L murmuro
sus gracias.
[Realmente no
lo entiendo… pero gracias a todos es que no seré forzada a dejar la escuela.]
Glenn entonces
puso su mano en la cabeza de Re=L.
[Lo hiciste tan
bien esta vez… Te alabaré un poco.]
[Nn.]
Re=L confió su
cabeza a Glenn así podría acariciarla.
[Yo… yo hice mi
mejor esfuerzo así Glenn no tendría que preocuparse…]
Aunque tenía su
siempre expresión dormilona, Re=L se veía tan bien. Viendo a Re=L en tal feliz
humor…
[Humumu…]
La joven de
gafas… Las mejillas de Elsa se inflaron con una expresión demostrando
descontento y arrebato a Re=L de Glenn.
[¿…Elsa? ¿…Qué
ocurre?]
Re=L miro en
confusión directo a Elsa quien estaba ahora colgándose de ella.
[No es nada…]
Elsa se sonrojo
un poco y se alejó de allí. Y entonces le frunció el ceño a Glenn con una
expresión facial compleja…
[¿…?]
Re=L y Glenn inclinaron
sus cabezas en confusión al ver a Elsa actuar de tal manera… pero Sistine,
Rumia, Francine, Colette, Ginny o alguna de las otras chicas alrededor de
ellas, solo observaron en silencio y sonrieron con pesar como si ya hubieran
adivinado cómo era la situación. Antes que lo hubieran notado, el tiempo había
pasado rápidamente y el momento de ellos para partir se había aproximado.
[Ya va siendo
tiempo de partir… ¡Las veré la próxima vez!]
[¡Volvamos a
encontrarnos!]
[¡Sí,
cuídense!]
[¡Con cuidado!]
Le estaban
diciendo adiós a otro largo trayecto… y cogieron sus maletas y subieron al
tren.
[¡Re=L!]
Elsa había
llamado a Re=L quien estaba a un paso de abordar el tren. Ella volteó su cabeza
al escuchar su nombre ser gritado.
[¡Muchas gracias,
Re=L! ¡Yo… seré más fuerte!]
[¿…Elsa?]
[¡Voy a ser más
y más fuerte… hasta el día cuando sea lo suficientemente fuerte para pelear a
tu lado…! ¡Tan fuerte que seré capaz de proteger a las personas…! ¡Es por eso
que…!]
Viendo a Elsa
con tan desesperada apariencia en su rostro. Una sonrisa se le escapó de los
labios a Re=L.
[Te estaré
esperando…]
Re=L murmuro
una respuesta corta.
[Cuando… nos
volvamos a encontrar… Elsa.]
[¡¿…?! ¡Sí!]
Con una pequeña
lágrima en sus ojos, Elsa se hizo de una gran sonrisa. Y así—
[…En serio,
otra historia para añadirse al historial, huh.]
Ahora el grupo
de Glenn estaba ocupando uno de los lugares privados. Hablando consigo mismo,
se sentó en el asiento por la ventana y miro al escenario yendo lentamente
mientras reposaba su cabeza. Le echo un ojo al cuarto cruzando con él estaban
Sistine y Rumia apoyando sus hombros mutuamente y durmiendo felizmente.
Y Re=L estaba
acurrucada en el asiento cerca de él, también en un profundo sueño y usando el
regazo de Glenn como almohada. Parecía que estaba teniendo un placentero sueño.
Durmiendo pacíficamente, ella tenía una linda sonrisa.
[…Hm, en serio
hiciste tu mejor esfuerzo esta vez…]
Glenn
gentilmente colocó su mano en la cabeza de Re=L mientras esta dormía.
[Nn.]
Ya sea que
estuviera medio dormida o si solo fuera una acción inconsciente… Re=L se dio la
vuelta, llevando su cabeza a la mano de Glenn.
[Ahora bien…]
Glenn sacó un
libro de su bolsillo con el fin de matar el tiempo hasta que llegaran a la
capital.
[Me perdí de la
oportunidad de leer este libro en el camino… “El Mago de Melgarius”.]
[…No es malo
darle una leidita de vez en cuando.]
Viendo el
escenario fluir por fuera de la ventana, Glenn pasó un tiempo inmerso en su
lectura.
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