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Equipo de Servicio Especial


Tres días habían pasado desde que la investigación empezó.

Dentro de un lugar envuelto en oscuridad, Tiat Shiba Ignareo contuvo su respiración.

El aire estaba lleno de polvo, al punto que cada respiración que tomaba hacía que su nariz se contrajera como si estuviera a punto de estornudar. Se sintió como un bulto fangoso de saliva y ansiedad estuviera impresa en su estómago, amenazando con llegar a su garganta.

Ella ahora había estornudado en una estrecha línea entre los dos edificios, su atención se concentró en la apertura frente a ella. Si fuera a respirar un poco, su pecho y espalda serían tocadas por los muros alrededor.

Esta situación realmente hacía que su corazón se acelerara. Tiat recordó cómo cuando era más que pequeña que ahora, ella una vez había estado encerrada en un cajón. Desde entonces, ella siempre había sido mala con los lugares estrechos.

…Si fuera algo más pequeña, ¿esto sería más peligroso?

Cuando había sido impaciente en ser una adulta, su cuerpo lentamente creciendo era una constante fuente de preocupación para ella. Pero justo ahora, ella estaba agradecida con su compacto físico.

[Venir aquí significa que no seremos vistos por alguien, ¿cierto?]

Había seis figuras en el cuarto oscuro.

Cada uno usaba máscaras y batas para ocultar sus rostros y cuerpos. La sospechosa ropa de las personas no parecía estar fuera de lugar durante la temporada de festival y servían simultáneamente como la mejor herramienta para esconder sus identidades.

[Este trato es más significativo – y diferente – de lo que solemos hacer.] Continuo el que parecía ser el líder de los cinco, cuya voz y cuerpo sugerían que era un hombre. Sonaba irritado.

[…Esa es mi línea.] Las seis figuras, enfrentando las otras cinco, respondieron en un ronco y ahogado tono. Tal voz hacía difícil de descubrir su edad y género. Su físico era pequeño, pero era todo lo que Tiat podía decir. Ya sea que fuera debido que la persona es joven, o un rasgo de su raza… no podía juzgarlo. Es decir, sabía nada.

La pequeña figura habló otra vez. [Trayendo… esos números… a esta transacción. Suponen… estar bajo perfil. ¿No es eso… descuidado?]

[Es porque se necesita estar en guardia que traje muchos. Es solo una diferencia en opinión.] El hombre enmascarado agitó su cabeza con exagerados movimientos.

[Diferencia de opinión.] La pequeña figura apenas se movió, pero un tinte de exasperación teñía su voz. [Qué conveniente, ¿no es así…? Escogiendo una isla desierta para esto… ¿No… tiene esto otros significados?]

[Bueno, puede ser, no puede ser. Como sea, ¿qué tiene que ver contigo?]

[No he… oído… la razón para qué lo usaras.] La persona con la cabeza más pequeña alzó su tono de voz otra vez.

[¿No creíste que tenía que decírtelo? ¿Qué tal si te digo que es por la paz? ¿Es suficiente?]

[…Bien. Ahora, al punto. ¿Dónde está eso?]

El hombre enmascarado parloteó detrás de los cuatro detrás de él. Uno de ellos camino por delante con una bolsa y la colocó al pie de la pequeña figura.

[¿Vas a revisar lo que está adentro?]

La pequeña figura abrió la bolsa. Tiat no podía ver el contenido desde su posición. Una pila de documentos, ¿quizás…?

Ella mejor se concentró en la observación, perdiendo su concentración. Inconscientemente, su cuerpo se hizo adelante y la punta de sus uñas ligeramente rayaron el muro, generando un pequeño sonido.

La pequeña figura se agitó y sus movimientos se pausaron.

Oh…

[Bien, tu turno. Saca lo que prometiste.]

[No.] La pequeña figura dio un paso atrás. [Extrañamente, así es… Como dije antes. Este trato no puede… continuar, creo.]

[¿Eh?]

[Hasta… que ambos grupos estén a salvo… adiós.] La pequeña figura se dio la vuelta y corrió, lanzando el dobladillo de su bata mientras se acercaban a una ventana cerrada.

¡¿Qu—?!

En frente de una asombrada audiencia, la misteriosa persona abrió la ventana y lanzó su cuerpo por ella. Aunque el cuarto estaba en el tercer piso, no había sonido de impacto, o de un aterrizaje.

En un abrir y cerrar de ojos, esa persona había desaparecido del panorama.

————————————————

[Así es como resulto, ¿huh? Debió haber sido duro.] Aiseai cruzo sus brazos, hablando. [Ese pequeño… no sé si es por su audición o ingenio, pero parece que no podemos cogerlos tan fácilmente. Han estado haciendo estragos con los departamentos de inteligencia de otras islas también.]

Tiat había pensado eso. Ella lo había visto de primera mano. La misteriosa figura con sentido de peligro no podía ser definido como simplemente sensitivo o de nervios. Era del tipo de prevenido que podía ser solo alcanzado por una persona aguda impulsada por una cobardía que lleva a la obsesión.

Además, su destreza física era bastante impresionante.

Hmm. No sería fácil que unas cuantas personas capturen a esa persona. Si un cerco de gran escala yaciera, quizás sería fácil atraparlos… Pero si es debido a que no es una opción para que estamos aquí mismo ahora. No sirve pedir imposibles.

[Y también había una ronca voz, ¿cierto? Probablemente usaron alguna droga rara para liar su garganta temporalmente. Todo ese lío para ocultar su verdadera identidad, dios.]

Wow. Tiat estaba asombrada. Perdidas reflexiones pasaban por su mente en sí o no irían realmente tan lejos. Claro, podía ser solo una cuestión de curso dentro de su línea de trabajo.

[Hey, incluso los otros chicos se fueron, ¿está bien el no atraparlos?] Collon pregunto, meciendo de atrás para adelante una silla.

[Solo serían clientes. Atraparlos no nos haría ningún bien. Nos delataríamos por nada.] Aiseia frunció el ceño, arrugando sus cejas. Dejando eso de lado, cómo debió haber sido cuando era joven, incluso ahora que se había vuelto una adulta con un aura madura, la expresión no le quedaba para nada. [Son criminales, obviamente, así que tampoco me da dejarlos libre, pero nuestro objetivo es asegurar la Botella de Cuentas. Necesitamos evitar grandes riesgos tanto como sea posible.]

[Hm.]

[Bueno, tampoco es que se diga que los dejamos ir.] Aiseia giró su silla de ruedas para enfrentar a Nax por el muro. [¿Qué hay de ello, Privado Selzel? ¿Encontró sus antecedentes?]

[…Los seguí a dónde estaban ocultándose y reconocí a uno de ellos.] El Halcón murmuro. [Él solía estar registrado como uno de los mercantes de Elpis, involucrado en algunos de los negocios más turbios. Los otros cuatro parecen que son sus guardaespaldas.]

[Oh, bien hecho. Hey, adelántate y calcula el próximo punto de emboscada por mí, ¿está bien?]

[…Sabes, Aiseia…] Nax se rascó su cabeza, cerca de hacer una protesta. [Lo haré si insistes, pero aquí soy un soldado, ¿sabes? Pidiendo todos esos favores por mi lado laboral, ¿cómo decirlo… es algo problemático?]

[¿Quuuué?] Aiseia abrió sus ojos tan grandes como es posible. [Vamos, ¿porfiiiis? ¡Igual no será una cosa que se quedé en los registros, así que tranquilo! ¡Haz tanto como quieras!]

[No hay problema aquí… no, está bien, pero…]

Suspiro y hundió sus hombros.

Tiat no entendió mucho de lo que Naz se refería con su “lado laboral”, pero parecía ayudarle a encontrar a todo tipo de personas y reunir información. ¿Quizás era algo como un reportero o detective? Si es así, era un poco genial, incluso si la misma persona no era tan genial. Ella no diría esa última parte.

[Parece un lío.] Mientras Tiat le entregaba una copa de café a todos, ella puso un cubo extra de azúcar a la copa cercana a Nax. [Pareces agotado, Selzel-san, así que toma un tratamiento especial.]

[Qué buena chica.] Él dijo, extrañamente serio. [¿Puedo pedirte una cita en dos años?]

[No, gracias.] Ella respondió de inmediato sin saber exactamente por qué.
————————————————

La investigación continúo traquilamente.

Ella no tenía idea cómo lo hicieron, pero Aiseia y Nax reunieron información de todo tipo de lugares. Como resultado, salió a la luz eso de Lyell, aunque sus residentes estaban abandonándole por manadas, tenía un sorprendente número de habitantes ilegales. La mayoría de ellos estaban involucrados en el desarrollo y producción de armas ilícitas y drogas.

Si uno pensará en ello, era una conclusión lógica. Cuando haces tales cosas, ciertos problemas son inevitables. Necesitarían asegurar un sitio con suficiente espacio, teniendo formas de alimentar la maquinaria, cubriendo el ruido, y calmando la sospecha de los residentes vecinos.

Lyell resolvió todos esos problemas a la vez. Máquinas fueron operadas por todas partes con energía suministrada arbitrariamente, la ciudad estaba llena de ruidos incesantes en marcha no importa dónde pudieras estar, y la mejor parte – apenas había residentes de los que sospechar.

Claro, en unos cuantos meses colisionaría con la 39ava Isla Flotante y podía ser tragada por el Croyance. Sin embargo, viéndolo de otra manera, eso significaba que después toda la evidencia sería eliminada por sí misma.

Debido a eso, un grupo no sería visto en los caminos principales. Y así, no importa cuántos de esos personajes bajaran a la ciudad, las calles se mantenían tan solitarias como siempre.

[…Me pregunto cómo es que es.]

Solo unas cuantas personas andaban caminando, siempre usando máscaras y batas.

Había una tienda de pan cerca de su hotel con comida bastante buena. Los sándwiches de jamón y tocino eran bastante buenos. Apenas se habían vendido los dulces, aunque, solo están siendo ofrecidos en pequeños empaques de galletas secas y dulces.
Tiat deseó poder tener más de las donas de Lakish. Y también las que Feodor comía. Él había dicho que sabían bastante bien con leche. Ella quería probarlas una vez más. Se sentía como si hubiera sido un largo tiempo desde que habían estado juntos. Se preguntaba por qué.

[Marshmallow y Apple… ¿están bien?]

Ella pensó en sus pequeños rostros, entonces tres rostros más entraron a su cabeza en sucesión. Panival, Lakish, Feodor.

Lakish probablemente era la única pasándola mal ahora mismo. Ella era buena, así que las chicas la amaban, pero porque era tan buena, ella tenía problemas al reprenderlas.

[Quiero—]

Quiero verlas. Ella apenas se las arreglo para tragarse esas palabras.

Quejarse estaba prohibido para las hadas soldados. Ella estaba en el medio de una misión importante. Extraños pensamientos estaban absolutamente prohibidos.

Aunque reprendiéndose a sí misma, ella sacó un pequeño paquete de galletas secas de su bolsa y las llevo a su boca debajo de su máscara.

Masticar. Masticar.

Definitivamente no son dulces. No saben nada bien.

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