Capítulo 4: Luego del
Cuidado
Quizás, era el cansancio de llorar, o
quizás era por el sentimiento de estar llena, pero Fuyuka se quedo dormida otra
vez y despertó luego, justo antes de medianoche.
Como esperaba, no podía dejarla
quedarme en mi casa por más, así que encaminé a Fuyuka, quien había recuperado
los 37 grados Celsius, hasta la puerta.
[Muchas gracias por todo…]
[No es gran cosa.]
Cuando Fuyuka se inclinó, Asahi
respondió indiferente.
Aunque era cierto que tuvo que trabajar
mucho, no parecía deseable sacar irte por las ramas para apelar de manera condescendiente.
[Toma un baño hoy y ve a la cama temprano.
No olvides mantenerte hidratada y toma tu medicina. Y…]
Parecía estar regañándola, pero Fuyuka
sabía que él la estaba aconsejando por preocupación. Esperaba en silencio hasta
que terminara de hablar.
[Debes comer también. Si no tienes
suficiente nutrición, terminarás como hoy.]
[Concuerdo…]
La última parte fue sarcasmo, pero Fuyuka
asintió en su cabeza en acuerdo, como si tuviera una idea. Inclinándose una vez
más, Fuyuka abrió la puerta frontal y salió al pasillo. En ese momento, Fuyuka
murmuro unas cuantas palabras, las cuales Asahi no perdió.
— Te pagaré la deuda.
Antes que tuviera tiempo para reaccionar,
la puerta se cerró de inmediato, y Fuyuka no era vista en ningún lugar.
Era un poco pasado de la 1 am cuando
Asahi apago la luz en su cuarto luego de tomar un baño, limpiar los platos y
otras cosas rápido. Estando cansado y queriendo dormir en una suave cama, pero
acostado, sentí un leve calor y una dulce esencia que no era familiar a mi nariz.
En silencio y la oscuridad que llego a
mi camino, pensé en lo que había pasado hoy. Una adorable
cara durmiente. Un lado honesto. Repentinas
lágrimas. Todo eso se alejaba de la imagina de Fuyuka Himuro, quien era llamada
la “Dama de Hielo” y era una persona de mente cerrada que rechazaba a otros.
Sé que fue a causa de la alta fiebre, y
no voy a decirle a nadie de eso solo por diversión.
Con su fiebre baja, una vez más será la
“Dama de Hielo” con una fría atmósfera inalcanzable alrededor de ella. Desde ahora
en adelante, debería actuar como un extraño y no hablar o tener algo que ver
con ella.
Con eso en mente, Asahi relajó su cuerpo y se durmió.
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