Capítulo
2: Una Nueva Misión
El
cielo es brillante e interminablemente azul. Extendiéndose debajo está de uno
de los caminos principales que conecta a la Gran Capital Imperial— la Gran
Carretera Schein.
Un
grupo de personas y caballos están marchando allí ordenados y sin prisa. La
armadura usada por los fuertes soldados brillaba con intensidad a la luz del sol.
Espadas y escudos también estaban brillando mucho, raspando la tierra con el
sonido de botas militares. Las banderas ondeando son muy variadas.
La
bandera del sol, la bandera del lirio, la bandera del dragón negro, la bandera
de la rosa. No hay menos de diez grandes banderas que sobresalen y más de
cuarenta, incluyendo pequeñas y medianas banderas.
Había
un lugar que tenía tres grandes banderas; el sol, el lirio, y el dragón negro.
Pasando por debajo de ellas había cuatro carruajes decorados. Dentro de uno de
los carruajes había un animal y tres hombres y mujeres.
[Casi
estamos llegando a la Gran Capital Imperial.]
Rosa,
quien había estado viendo fuera de la ventana, abrió su boca como si hubiera
recordado algo.
[Olvidé
decirte que estoy enviando por adelantado pequeños y medios nobles a la Gran
Capital Imperial.]
Mientras
Rosa cruzaba sus brazos, sus pechos se levantaron como si los ajustara. Su
uniforme militar, el cual enfatiza su amplio cuerpo, atrae la atención del sexo
opuesto. Sin embargo, si uno fuera a acercase casualmente, sería severamente
reprimido.
[Gasté
mucho dinero en esto. Recibirán a Liz y al señor con una gran algarabía.]
[Dejando
a Liz… Tampoco necesito una elegante bienvenida.]
Era
Hiro quien se quejó en respuesta a las palabras de Rosa.
Aunque
ya estaba haciendo un lio como un descendiente del “Dios de la Guerra”, su
último apodo, “Dragón de Un Ojo”, se ha esparcido rápido. Liz necesita ser más
el foco de atención que Hiro, pero no iba así.
Cuando
Rosa vio a Hiro suspirar, inclinó su cabeza, preguntándose qué estaba pasando.
[¿Vas
a decir eso con tu apariencia?]
No
solo apunto a su cabello y ojos negros, sino también señaló su antiguo uniforme
militar, el cual ya no está a la moda, y su blanca bata con un diseño de
dragón.
[Soy
un descendiente del Dios de la Guerra, así que ponme más atención. Me parece
que estás diciendo eso con esa apariencia tuya…]
Hiro
se perdió en las palabras. De hecho, como Rosa dijo, podía ser visto como una
forma de clamar ser un descendiente del Dios de la Guerra. O podía ser un fanático
disfrazado.
[Si
te quitas la Princesa de la Camelia Negra, ¿no serías capaz de desviar la
atención?]
Rosa
sugirió. Pero Hiro sacudió su cabeza.
No
intentaba quitársela solo porque estaba preocupado por las miradas curiosas. La
Princesa de la Camelia Negra puede ser voluble, pero nunca traicionará a Hiro.
Desde hace mil años al hoy, no hay fin al número de crisis de las que lo ha
salvado. Cree que esto continuara siendo el caso.
Así
que—
[No
voy a quitármela.]
Hiro
lo dijo claro. Pero la Princesa de la Camelia Negra, quizás sintiéndose
irritada, apretó su collar como si protestara. Hiro sonrió y la palmeó
gentilmente en su pecho. Le dijo que no intentaba hacerlo. Cuando Hiro sintió
que su collar se aflojo, de pronto lo recordó.
[¿Liz…?]
Normalmente
interrumpiría la conversación, pero estaba bastante callada. Cuando Hiro miró a
su par.
[Suh…]
Lo
que oyó es un leve respiro de sueño. La princesa pelirroja está rizándose
atrás. Su rostro durmiente lucía muy feliz, quizás porque está usando a
Cerberus como almohada.
Kuku,
una risita fue escuchada felizmente.
Cuando
miro, vio a Rosa mirando a Liz con una sonrisa en su rostro.
[Debe
estar cansada. Bueno, es entendible.]
En
el camino, muchos nobles habían llegado a saludar a Liz. Quizás era porque
luchó en recordar los nombres y rostros de las personas con las que se reunía,
pero cuando se liberó, lucía como si no hubiera dormido por una semana.
[Creo
que estará incluso más cansada cuando lleguemos a la Gran Capital Imperial ya
que habrá una audiencia y un banquete.]
Cuando
Hiro dijo eso, Rosa asintió con su cabeza.
[Supongo.
Estoy segura que los nobles se te acercarán a ti y Liz con todo tipo de
agendas.]
Todos
tienen sus propias agendas, en especial si son nobles.
Es
un deber que viene siendo un noble. Hay muchas cosas que tiene que cuidar,
incluyendo su propia gente y su territorio, e incluso usarán la familia
imperial para protegerlos. Si fueran expuestos, serían decapitados, pero los
nobles son todos personas con algo en sus bolsillos, y no se dejarán tomar el
pelo.
[Te
dejaré a Liz a ti.]
[¿No
quieres?]
[Bueno,
aprendí mucho desde la última vez.]
Hiro
bajo los hombros. Lo que Rosa no sabía era que Hiro había pasado por mucho hace
mil años. Habría algunos cambios en modales y etiqueta, pero no sería nada de
que preocuparse.
[Como
sea, cuida de Liz por mí.]
Liz
es una princesa imperial. Probablemente ha estado en unos eventos sociales. Pero
el banquete de hoy es diferente a eso. Solía ser una princesa, pero ahora será
tratada como la heredera al trono.
Esas
palabras tenían peso. Ya no sería una pequeña plática de una princesa imperial,
sino asuntos políticos del heredero al trono. Si no escogía sus palabras con
cuidado, de inmediato sería usada por los nobles.
Rosa
asintió con entusiasmo como si entendiera lo que Hiro estaba pensando.
[¿Qué
vas a hacer luego de eso?]
Sin
entender el significado de la pregunta, Hiro puso un signo de pregunta en su
cara. Por si acaso, humedeció su boca con su lengua en una forma seductiva. Era
una vista bastante erótica.
[Luego
de eso, tú y yo vamos a dormir en el mismo cuarto, y me estaba preguntando cómo
vas a explicárselo a Liz.]
[Claro
que vamos a dormir por separado… No hay nada que explicar.]
[¿Qué?
¿No me vas a abrazar?]
Para
Rosa, quien se veía bastante sorprendida, Hiro cerró sus ojos y libero un gran
suspiro.
[Lo
dije antes, quiero que esperes un poco más.]
[¿Sabes
cuánto tiempo ha sido desde entonces? Estoy lista para ti ahora.]
Cuando
Rosa dijo eso con confianza, la boca de Hiro se retorció.
[Ves…
Liz no es diferente, pero ¿tienes vergüenza?]
Liz
es Liz, y su conocimiento de sexualidad le hace falta. Le gustaría preguntar
cómo la educación de la Familia Imperial en el Gran Imperio Grantz está
organizada.
[¿Hm…?]
Rosa
lucía asombrada en cuanto a por qué menciono a Liz. Era un momento de duda, y
luego sus ojos vagaron como si estuviera pensando en algo.
[Siento
como que soy… responsable de todos los problemas de Liz.]
[¿A
qué te refieres?]
[He
sido quien ha educado a todos desde la cuarta princesa en adelante.]
Hiro,
quien había oído tal cosa de Liz antes, asintió con su cabeza.
[Bueno,
¿sabes qué? Quería tener a una inocente hermanita, y le enseñé a mentir. Pero
no podía ocuparme de ella por siempre. Cuando llego el momento de escoger
tutor, la tuve difícil. Me preguntaba cómo iba a despedirlos.]
Era
divertido, Rosa añadió al final, pero luego suspiro un poco con nostalgia.
[Aunque
lo divertido no duro mucho. ¡Primero, la cuarta princesa vio las mentiras y les
dijo a todos que su anee-sama era la peor! No la había visto desde entonces. Como
la quinta princesa, no quería estar conmigo en primer lugar, y al mismo punto,
se le ocurrió algo, así que le expliqué que los hombres son criaturas así.]
Rosa
miro a la ventana con una mirada distante en sus ojos.
[La
única persona que parecía disfrutar escucharme era Liz. Supongo que me
aproveché de su amabilidad. Me dejé llevar y le dije todo tipo de mentiras.]
Estaba
tratando de hacer un sonido como una buena historia, pero era difícil hacerlo
sonar emocional no importa cómo lo intentara.
Cuando
Hiro vio a Rosa con una mirada sorprendida en sus ojos, ondeó su mano en
pánico.
[Pero
no necesitas preocuparte. Le he enseñado bien en esa área así que ese extraño
sujeto no la engañará.]
[No
lo pensé así cuando vi a Liz.]
Para
la consternación de Hiro, Rosa inclinó su cabeza. Luego junto sus manos cuando
miraba de atrás para adelante entre Hiro y Liz.
[Oh…
Así es eso—]
Mientras
Rosa estaba por abrir su boca y continuar, la ventana fue golpeada.
[Casi
hemos llegado a la Gran Capital Imperial.]
La
voz de un soldado— no muy baja ni muy alta, el tono adecuado— resonó por el
cuarto. Rosa puso su dedo en sus labios e hizo un gesto de: “Hablaremos de eso
en otro momento”, antes de llamar al soldado.
[Voy
a cambiar el carruaje. Diles que traigan el carruaje triunfante.]
[Entiendo.]
La
presencia del soldado fuera de la ventana se alejó mientras Rosa le daba
instrucciones. Rosa cerró las cortinas pegadas a la ventana.
[Despierta
a Liz. Me cambiaré primero.]
Se
desabotonó su uniforme militar y empezó a desvestirse. Su delicada piel blanca
fue expuesta al mundo exterior. Sus pechos fueron expuestos, y se quitó todo lo
que estaba usando, dejándola completamente desnuda.
¿Por
qué necesitaba quitarse su ropa interior también? Había muchas cosas que Hiro
quería decir, pero había sentido vergüenza. Era algo digno que hacer. Era como
si tuviera absoluta confianza en su propio cuerpo. Se agachó y abrió la maleta
conteniendo el vestido.
Hiro
suspiro. No era una exclamación… Aunque probablemente contenía resignación.
Hiro
quería esperarla afuera, pero si se apresuraba, un soldado lo vería
sospechosamente. ¿Qué tipo de hombre en el mundo huiría luego de ver a su
amante desnuda?
[Fufu,
no me importa que me veas. De hecho, estoy más feliz. Bueno, lo siento mucho,
pero… ¿Por favor puedes despertar ahora a Liz?]
Con
una dulce voz, como para seducir, Rosa le pregunto a Hiro, y él hundió sus
hombros e instruyó. Es una mentira decir que no había nada de motivos ocultos,
pero solo estaba pensando en ello, no mirando a ello. Era obvio que se hubiera
aprovechado de eso si trataba de dar excusas.
Así
que Hiro decidió abandonar su protesta y miro a su par para despertar a Liz.
[Ya
estoy despierta…]
Sus
rojos ojos estaban viendo a Hiro. Hiro se tensó como una rana siendo vista por
una serpiente. Quería preguntar cuándo y desde dónde, pero su boca no se movía
tan rápido como quería.
Mientras
tanto, la mano de Liz alcanzó la cara de Hiro en un movimiento lento. Luego de
acariciar el parche cubriendo la mitad de su cara con un dedo el cual se alejó
y señaló a un lugar.
[Hiro…
tienes una mirada pervertida en tu cara.]
Luego
Hiro cubrió su cara con su mano.
La
Gran Capital Imperial de Cladius— la metrópolis más prospera en el Continente
Central. Esos que visitan la ciudad por primera vez estarían abrumados por la
altura de los muros exteriores rodeando la ciudad.
Luego,
el gran número de personas llenando las calles centrales o el número de
vendedores hará que voltees tus ojos. O quizás serás recibido y asombrado por
las gigantes estatuas de los Doce Grandes Dioses de Gantz.
Si
fueras a ver al cielo azul para calmar tu mente, el Palacio Imperial entraría a
la vista. El palacio imperial, el cual se ha mantenido sin cambios por mil
años, es una majestuosa vista para las personas viviendo en la ciudad debajo e
impresionante para los visitantes de otros países.
Septiembre
24, 1023º del Calendario Imperial.
La
calle central estaba llena con personas yendo y viniendo, pero era solo bajo
normales circunstancias, y ahora los soldados estaban bloqueando las calles
como un muro. Debido a eso, las personas son empujadas al borde de las calles,
pero no hay señales de insatisfacción o nerviosismo, y todos estaban mirando
hacia la puerta principal.
Cuando
Hiro y los otros pasaron por la puerta principal, fueron recibidos con vivas
alabanzas y gentiles gritos de gozo. Hiro y los otros estaban montados en lo
que era llamado un carruaje triunfal, halado por dos caballos blancos.
No
tenía techo o ventanas. La única cosa que tenía era un pretil para prevenir que
las personas cayeran. Para un carruaje que lleva a la Familia Real, el lustre
se mantuvo bajo, y la decoración era más bien simple.
No
hay razón en eso: el principal actor es el jinete, no el carruaje. Es por eso
que el carruaje fue diseñado para ser segundo plano y modesto para complementar
al jinete.
Había
tres personas en el carruaje, un hombre y una mujer, saludando a la multitud.
La que usa un vestido rojo era Liz, y la que está usando un vestido negro era
Rosa. Entre ellas, sentado en una silla, está Hiro.
Wow…
siento como que hay más personas que antes.
Ambos
lados del camino estaban llenos con personas, personas y personas. No podía
encontrar alguna brecha. La calle central estaba llena con personas de todas
edades, mujeres, y hombres, al punto donde tenía que subir sus manos sobre sus
cabezas.
[Celia
Estrella-sama. ¡Eres tan linda!]
[¡Gracias!]
Lo
que más sorprendió a Hiro era la popularidad de Liz. La primera cosa que las
personas decían era su nombre, seguido de Hiro.
Rosa
parecía ser popular principalmente con hombres, y su entusiasmo era tremendo. Los
hombres de la Capital Imperial estaban siendo raros a la atracción sexual de la
viuda.
[Fufu.
Mira. Son las caras de esos hombres feos.]
Rosa
dijo eso con una sonrisa en su rostro como si fuera un rey demonio. Y luego los
ojos de Liz se oscurecieron— parecía haber oído las silenciosas palabras de su
hermana y la condeno.
[Es
rudo hablar de esa manera. Están aquí por nosotros.]
Cuando
su hermana le advirtió, Rosa bajo sus hombros como un niño que ha sido atrapado
jugando una broma.
[Lo
siento. Tendré cuidado desde ahora.]
Tienen
los brazos llenos de regalos de las personas. Todos habían sido entregados luego
de pasar por los soldados. Principalmente son ramos de flores, pero también
había cajas de varios tamaños adentro— quizás contienen joyas— y las cartas
adjuntas a ellas sugieren que los nobles y mercantes están entre las personas. Pueden
estar mezclados en la muchedumbre.
En
cuanto a Hiro—
[Mira,
tienes otra aquí.]
Rosa
felizmente le entregó un ramo de flores. Hiro sonrió mientras lo recibía. No
había más lugares alrededor de él donde pudiera colocar el ramo.
Los
alrededores de Hiro estaban llenos con flores de varios colores: amarillo,
azul, purpura y blanco. Sin embargo, la mayoría estaban cubiertas con suciedad
o pétalos faltantes y no eran el tipo de flores que encontrarías en una tienda.
Eran flores salvajes, como esas que florecen a un lado del camino.
[Hay
regalos de esos que apoyarán el futuro del imperio. Cuida mucho de ellos.]
Rosa
dijo, viéndose un poco nerviosa. Bastante sorprendente, Hiro era abrumadoramente
popular con los niños. Es decir, la mayoría de flores alrededor de Hiro se la
entregaron niños.
Cuando
Hiro se sonrojó para ocultar su vergüenza, Liz giro a verlo.
[¡Tampoco
perderé!]
La
cabeza de Liz estaba decorada con una corona de flores, dadas a ella por un
niño. La cara de Hiro se levantó mientras sonreía al intento de Liz de pelear.
Luego
giro su mirada a las personas— y una chica llego a su vista. Estaba vestida con
sucias ropas. En sus pequeñas manos estaba una sola flor roja. Con un gesto
inquieto, la chica le lanzó una mirada a Hiro.
Estaba
tratando de acercarse al carruaje, pero fue bloqueada por un muro de adultos
cuando tomó un paso adelante.
[Alto.]
Hiro
le dijo al conductor. Liz y Rosa le dieron una mirada sospechosa. Pero sin
explicar, Hiro tomó el pretil trasero, agitó su bata negra, y luego bajo del
carruaje.
Las
personas murmuraron y le lanzaron miradas. Hiro ondeo sus brazos al costado
como si los restringiera. El área se calmó como si hubiera sido golpeada por el
agua. Las personas cerraron sus bocas fácilmente.
No
era como si hubiera usado magia para forzarlos o que el poder de los espíritus
hubiera funcionado. Era la admiración de las personas por la majestuosa
apariencia de Hiro.
Una
fría briza voló por la calmada calle central.
Agitó
al flequillo de Hiro y gentilmente acarició el parche que cubría la mitad de su
rostro. Tan pronto el viento se calmó, los soldados en la guardia empezaron a
rodear a Hiro como si acabaran de notarlo.
[Su
Alteza, Hiro. Por favor regrese al carruaje—]
Antes
que los soldados pudieran terminar, Hiro los silencio con sus manos. Luego se
paró en frente de las personas.
[Por
favor dadme algo de espacio.]
Una
a una, las personas le hicieron espacio. Tomo unos momentos, pero había
suficiente espacio para que un adulto pasara.
Una
chica sucia estaba parada con una expresión asombrada en su rostro cuando su
visión se expandió. Como si le asegurara, Hiro sonrió. La invitó con su mano y
se arrodillo.
Miro
a la chica mientras caminaba a él y dijo con una sonrisa.
[¿Puedes
darme esa hermosa flor?]
[¡S-Sí…!]
Luego
de una corta pausa, la chica sonrió y sostuvo la flor roja. Se paró y palmeó la
cabeza de la chica.
[Gracias.]
Luego
de agradecerle, la chica se volteó y corrió en un callejón como si escondiera
su vergüenza. Luego de verla irse, Hiro volvió al carruaje y se sentó en una
silla.
Al
instante, las personas explotaron en ovaciones. Plebeyos, nobles, y la realeza,
a pesar de la diferencia de estatus, todos son seres humanos.
Puede
parecer natural, pero la familia imperial es tan importante como un Dios en
esta situación. Es por eso, de alguna manera, están pensando en ello en sus
corazones.
—
El mundo en el que viven es diferente.
El
cuarto príncipe, quien también es un miembro de la familia imperial, notó a la
pobre chica que incluso los plebeyos evitarían. Aceptó la flor, la cual estaba
cubierta de sucio, y le agradeció y palmeó su cabeza— un gesto que era tan
natural y hermoso. Ese tipo de milagro solo existen en el mundo de fantasía.
No
era sorpresa que las personas no pudieran detener su emoción cuando se les
apareció en la realidad. Cuando Hiro les respondió a las personas levantando su
mano, incluso ovaciones más ruidosas salieron.
Mientras
el carruaje triunfante se alejaba otra vez, Rosa volvió su mirada a él con una
relajante expresión en su rostro.
[En
serio… ¿Por qué? Creo que es una gran característica.]
Profunda
afección impregnada en su tono de voz. Como si suprimiera su gana de abrazar al
chico, ella abrazó su propio cuerpo con sus brazos. Hiro no dijo nada, pero
rápidamente hizo una barrera con los ramos de flores. Luego notó que Liz estaba
mirando a la flor roja.
[Hm…
Esto es…]
[Liz,
¿qué ocurre?]
[La
flor es llamada “loto”. Es una flor que solo florece en ciertos lugares. Es muy
rara.]
Luego
de la explicación, Liz inclinó su cabeza y dijo.
[Hm…
pero es raro. Esto es—]
Sus
palabras fueron cortadas por las voces de las personas. Hiro casi abrió su boca
para preguntarle. Pero cerró su boca cuando vio la puerta principal del Palacio
Imperial.
Fuera
de su visión, vio que Rosa ya había empezado a moverse.
[La
audiencia con el Emperador será en la tarde como se planeó. Cuando se acabe, es
probable que vayamos al banquete.]
Rosa
les informó rápidamente. Hiro respondió con una señal y así miro sobre su
cabeza. El sol aún estaba en lo alto del cielo. Serían otras dos horas antes de
la puesta del sol.
Ahora,
qué hacer hasta entonces…
[Ugh—]
Hubo
un gruñido del lado de Liz. Cuando Hiro la miro, la tensión se esparcía por
toda su cara. Podía estar recordando el momento que fue transferida. Pero ahora
tiene una hermana mayor en la que puede apoyarse. Hiro no cree que deba estar
muy nerviosa, pero...
Es
naturaleza humana sentirse intranquilo, y así, Hiro decidió y palmeó el hombro
de Liz.
[Estarás
bien. No será lo que piensas. De hecho, el contrario puede confundirse.]
Liz
frunció el ceño como si no entendiera el significado de las palabras.
[Bueno,
solo disfruta.]
Mientras
Hiro sonreía y murmuraba, la puerta principal del palacio imperial se abrió en
frente de ellos. Muchas personas estaban esperando a saludarlos. Por sus
uniformes, uno podía suponer que son oficiales de altos rangos trabajando en el
Palacio Imperial. Y el hombre arriba de la multitud se paró.
Byzan
Gils von Scharm, Primer Ministro del Gran Imperio Grantz. Tiene una seria
apariencia y quizás es debido a sus lentes plateados, daba una fría expresión.
[Su
Alteza, Hiro Schwartz. He estado esperando a reunirme contigo otra vez.]
[Gracias
por recibirnos. Debes estar ocupado con muchas cosas.]
Hiro
se bajó del carruaje y sostuvo la mano del Primer Ministro Gils.
[No
hay mucho para mí por hacer ya que muchas personas talentosas están trabajando
en el Palacio Imperial.]
Luego
de sacudir sus manos con Hiro, el Primer Ministro Gils volvió a Liz con una
linda sonrisa.
[Su
Alteza, Celia Estrella. He oído mucho de su hazaña. Y ha crecido mucho,
¿verdad?]
[Solo
un poco. Por cierto, Gils, te sigues dejando crecer la barba, ¿verdad?]
[Me
aconsejaste no dejarme crecer mi barba porque no me va. Pero ya que ha crecido
mucho, pensé que lo intentaría más, pero aún crece muy rápido.]
El
Primer Ministro Gils sobó su mentón. La barba que había crecido no era muy
corta. Hiro no estaba particularmente interesado en eso, así que solo asumió
que el Primer Ministro Gils estaba muy ocupado para cortársela.
Hiro
no sabe cuándo Liz le dijo al Primer Ministro Gils que no se le veía bien, pero
luego de un par de meses, también pudo habérsela cortado. Se preguntó si
debería decir algo o no, luego decidió hablar.
[Erm…
¿la audiencia está programada como se planeó?]
Hiro
concluyó que cada persona es diferente y no debería involucrarse mucho.
[Sí,
está programada para dos horas más en la tarde. Hasta entonces, eres libre de
usar tu tiempo como gustes.]
[Entiendo.
Seré libre de pasar mi tiempo hasta entonces.]
[Mandaré
a un mensajero cuando sea la hora, así que por favor espera un poco.]
El
Primer Ministro Gils le dijo a Hiro, se inclinó, y regreso al palacio imperial
con los dignatarios. Mientras se alejaba, Liz se aferró del brazo de Hiro.
[¡Hey,
hey, vayamos a la ciudad!]
[Sí.
Estaba planeando ir a la ciudad, así que está bien, pero—]
Cuando
Hiro, quien había ocultado sus palabras, miro atrás de él, vio que el gran
equipaje estaba siendo descargado del carruaje uno tras otro.
[Por
favor bajéenlo con cuidado; es un importante objeto para presentarle al
emperador.]
Era
Rosa quien les instruyó a los soldados en medio del polvo y tierra.
[Por
cierto, ¿qué es ese equipaje que Hiro trajo contigo?]
La
mayoría del equipaje estaba reunido en un lugar, pero al que Liz estaba
señalando fue colocado más allá. Hiro sonrió como un niño a quien se le había
ocurrido una broma.
[Es
un secreto. Lo descubrirás cuando llegues a la ciudad.]
[¿Por
qué no solo me lo dices?]
[Si
te lo digo ahora, la sorpresa puede ser reducida a la mitad.]
[Mm…
¿tanto así?]
Cuando
vio a Liz confirmándolo, pensó, ¿qué si no es eso? Ansiedad ocupó su corazón.
[Q-Quizás…]
Hiro
no estaba confiado, y Liz, quien había dejado sus brazos, miró a su rostro.
[Lo
estaré esperando. Si no me sorprendes, te haré beber del Emperador de las
Llamas, así que prepárate.]
Con
esas terribles palabras, Liz corrió a Rosa. Luego se dio la vuelta.
[¡Vamos,
ayuda! ¡Date prisa y ven aquí también Hiro, antes que Rosa-aneesama te grite!]
Hiro
bajo sus brazos, cortando su mirada y mirando abajo como si se los encadenara. Viendo
abajo desde el Palacio Imperial, construido en una pequeña loma, había una
colorida ciudad extendida.
________________________
Luego
de descargar su equipaje, Hiro y los otros dejaron a Rosa ocuparse del resto y
se dirigió al Templo del Espíritu en del distrito este. En cuanto a la previa
vista de Hiro, la calle este aún está lleno con aventureros y las personas
quienes se veían como mercenarios.
En
el camino, pasaron entre la guardia y una posada y bajaron por un callejón
envuelto en oscuridad. Mientras lo hacían, son recibidos por el hermoso
resplandor blanco del Espíritu del Templo, encendido por la luz bajando del
cielo. En el jardín, había niños felizmente corriendo y jugando.
[¡Es
hermoso! ¡Hay mucha naturaleza!]
Liz
exclamó felizmente.
[¿Nunca
has estado aquí antes?]
Hiro
inclino su cabeza y pregunto, y Liz abrió su boca para hablar.
[Traté
de escapar del palacio unas veces, pero Rosa-aneesama me tuvo vigilada. Y no
pude venir aquí sola porque no era seguro en ese entonces.]
Y
aún no tenía el “Emperador de las Llamas”. Liz añadió y se recostó en el
césped.
[Ya
veo. Sería mejor si te divirtieras hoy. Estoy seguro que los niños te
recibirán.]
Entonces
Hiro miro atrás a las dos figuras.
[H-Hiro-sama.
¿Puedo quedarme aquí? Como esperaba, estoy completamente exhausto…]
El
hombre quien había estado llevando una gran cantidad de equipaje dijo y se
sentó en el suelo.
Su
nombre es Munin. Tiene el cabello castaño, y su rostro está cubierto con
cicatrices. A pesar de su apariencia, tiene una distante personalidad y falta
de sentido de urgencia— aunque cuando estaba en la Armada de la Liberación, era
activo como la mano derecha de Ghada, y su habilidad de espada es sólida, y sus
habilidades son impecables.
[¡No
te atrevas a decir algo patético! ¡No muestres tu sinvergüenza en frente del
sabio hermano mayor!]
Hugin,
la determinada hermana menor de Munin, era la que mostraba su enojo. En la
Armada de la Liberación, estaba resguardando y cuidando de Mirue, la chica
quien era la líder de los esclavos.
Se
especializa en arquería y usa equipo ligero para mantenerse móvil, pero ha
hecho especiales modificaciones a su equipo para hacerlo más ágil. Es una mujer
fuerte, pero su masculinidad le da una fuerte aura de una saludable belleza más
que sexualidad.
[¡También
estoy cansado! ¡Tomé el trabajo liviano, era más pesado de lo que esperaba!
¡Pero di lo mejor sin quejarme! ¡Pero este chico, es este chico!]
[¡Deja
de golpear a un hombre desarmado! ¡No te críe para ser una chica brutal!]
[¡Cállate!]
Hiro
sonrió con amargura a la usual pelea de hermanos.
El
saco que habían bajado al suelo contenía dulces y juguetes. Eran para ser
distribuidos para los huérfanos tomados por el Espíritu del Templo. La cantidad
de comida para docenas de personas no es liviana, y está bastante distante del
Palacio Imperial de aquí. No importa qué tan bien fueran entrenados, debió
haber sido duro.
Con
tal gran carga, incluso Hiro inicialmente trató de usar un carruaje.
[Hehe,
¿qué cree que somos, Hiro-sama? ¡Este es el momento de usarnos para el trabajo
pesado! No hay necesidad de usar un carruaje para este tipo de carga. ¡Es una
pérdida de dinero!]
[No
hay problema con esto, es solo así. ¡Por favor llévalo conmigo también!]
Dicho
a los hermanos mientras inclinaban sus cabezas y le rogaban a Hiro. Es una
buena idea llevarlos también ya que se sentía mal rechazarlos de lleno.
Cuando
los vio otra vez, podía ver la fatiga en sus rostros.
[Um…
los dos deben estar cansados, así que me ocuparé del resto.]
Luego
de eso, Hugin puso el equipaje en el suelo y corrió a Hiro en pánico.
[¡No,
n-no nos referíamos a eso! ¡Estamos contratados! ¡Aún tenemos mucha energía de
sobra que incluso podríamos volar ahora!]
Hiro
no entendía a lo que se refería, pero parecía ser ese el caso.
Luego
Munin río en respuesta a su hermana.
[No
puedes ser tan duro con tu amado Hiro-sama, ¿verdad?]
[¿Huh?
¿Qué estás diciendo de la nada? El sabio hermano mayor es importante, pero no
es acerca de eso, no, sino también de una un poco— Espera, ¿qué quieres decir?]
[¡Te
dije que dejaras de patear mi trasero! ¡El trasero de tu hermano ya está al
límite!]
Cuando
se alivió ya que parecía estar más energética de lo que esperaba, Hiro quitó
sus ojos de la pareja de ruidosos y miro adelante.
[¡Nadie
puede escapar de ti y esas piernas!]
[¡Tienes
largas piernas, Onee-chan!]
La
apariencia de Liz jugando con los niños está reflejada en su visión.
[Te
llevaste bien con ellos tan rápido…]
Como
Hiro estaba asombrado por la adaptabilidad de Liz, notó un tirón en el borde su
bata.
[Hey,
hey, Onii-chan.]
Parada
allí una chica que lucía familiar, aunque su rostro estaba sucio de jugar en la
suciedad. Era la chica quien Aura había palmeado en la cabeza la última vez que
Hiro vino.
[¿Hm?
¿Qué puedo hacer por ti?]
[¿Dónde
está Aura-neechan?]
[Oh…
no pudo venir porque estaba ocupada hoy.]
[Oh
qué malo.]
Viendo
a la chica tan deprimida, la consciencia de Hiro le dolió, y la palmeó en la
cabeza. Luego levantó su mano y señaló su dedo atrás de su nuca.
[El
Onii-san y Onee-chan de por allá te darán dulces y juguetes.]
[¿En
serio?]
Los
ojos de la chica se iluminaron en gozo, y saltaba de arriba y abajo en el lugar
con sus manos en el aire.
[Sí.
Puedo tomarlo y— Ah… ya se fue.]
La
chica huyó sin escuchar las últimas palabras de Hiro.
[¡Oppai-neecha,
dame algunos dulces!]
[¡Hii,
una chica cubierta en suciedad me atacó!]
Hugin
gritó mientras era abrazada de la nada.
[Por
favor dame unos dulces. ¡Por favor!]
[Te
daré; ¡Te daré! ¡Deja de quitarme mi ropa! ¿Dónde aprendiste esa técnica?]
[Hoho,
es un bono.]
[¡No
me jodas!]
[¿Higyii?]
Hugin,
quien expuso sus verdaderos colores, pateó el trasero de Munin.
Y
así, quizás porque escucharon las dulces palabras de la chica, un gran número
de chicos corrieron al lado de Hugin.
[¿Q-Qué
pasa?]
[¡Hyii,
es mucho trabajo para que una mocosa haga! ¡No vengas aquí!]
A
pesar de sus palabras, los niños no fueron maltratados. En el pasado, Hugin y Munin
estuvieron en una situación similar de niños.
[¡También
dame dulces!]
Por
alguna razón, una chica pelirroja estaba abrazando a Hugin, pero pudo haber
sido una ilusión. Hiro pretendió que no la había visto y entró al templo.
En
contraste al exterior, el interior era tranquilo. Cuando respiro, el limpio aire
lleno sus pulmones. Hiro miro alrededor, sintiendo una buena sensación de estar
limpiando su cuerpo.
Había
unas cuantas personas aquí y allá en el templo, orando con sus manos juntas en
el pedestal del Espíritu del Rey. En un rincón, había una doncella quien estaba
viendo a los adoradores. La doncella del templo parecía haber notado a Hiro y
tranquila se le acercó, pasando por el suelo.
[Su
Alteza, Hiro. Gracias por tomarse la molestia de venir.]
[Perdón
por intromisión. Pensé en darte esto.]
Hiro
busco en su bolsillo y sacó una bolsa.
[Muchas
gracias. Realmente lo aprecio.]
La
doncella envolvió la bolsa con cuidado en sus manos. La bolsa sonó. Era el
sonido de monedas de oro y plata dentro sobándose entre sí.
La
fuente principal de entradas del Espíritu de Templo son donaciones de sus
adoradores— el resto son subsidios del Gran Imperio Grantz y el pequeño país de
Baum. Sin embargo, todo es para el mantenimiento del templo y no incluye la
comida para los niños. Por eso, la doncella tenía que bajarle a su propio
salario para pagar los gastos de los niños, y cuando Hiro descubrió que no
podía permitirse hacerlo así, decidió donar dinero regularmente.
[Como
la Princesa de la Doncella del Santuario dijo, eres una persona muy noble.]
La
doncella entrecerró sus ojos y apretó las manos de Hiro como si dijera que
estaba impresionada.
[Que
las bendiciones del Espíritu del Rey caigan en ti, Su Alteza Hiro—]
Hiro
sonrió a la doncella mientras empezaba a rezar y luego le dijo por qué había
llegado.
[¿Has
recibido alguna carta de la Princesa de la Doncella del Santuario?]
Hiro
le envió una carta a la Princesa de la Doncella del Santuario antes de dejar el
Fuerte Berg, y se suponía que reciba una respuesta aquí. La doncella inclino su
cabeza, se calló, y luego asintió repetidamente con un pequeño aplauso.
[Sí,
sí, de hecho hay una carta para ti. El Espíritu del Caballero lo trajo aquí
anoche.]
La
doncella soltó la mano de Hiro y desapareció en algún lugar, regreso con un
sobre en su mano.
[Eso
es. No te preocupes; no he leído su contenido.]
[Está
bien. El contenido no es nada para preocuparse.]
¿Cómo
Ghada apareció en el continente central? El archipiélago sur fue bloqueado por
fuertes olas, haciendo imposible entrar o salir. Si fuera una persona
ordinaria, habría muerto. Sin embargo, llego vivo al Principado de Lichtine. No
parecía saber qué pasaba, y Hiro se había apoyado en las habilidades de la
Princesa de la Doncella del Santuario para ayudarlo a solventar el misterio.
[Con
suerte, mi predicción estará equivocada…]
Si
fuera un exterior del cuadro de referencia que podía ser reconocido, sería un
asunto más allá del control de la Princesa de la Doncella del Santuario. Con
eso en mente, Hiro arrancó el sello y miro el interior de la carta.
Por
desgracia, era lo esperado— no podía ser detectado. La carta era corta y
directa.
[Como
se esperaba, no pudo detectarlo. Aunque, si pueden engañar a sus ojos, sería
problemático.]
La
Princesa de la Doncella del Santuario tiene un ojo especial. Es uno de los tres
ojos más secretos en el mundo y es conocido como el “Ojo Clarividente”. Cada
generación de la Princesa de la Doncella del Santuario hereda la habilidad de
la anterior generación por un ritual especial. Sin embargo, incluso Hiro no
estaba al tanto del contenido del ritual, como se mantiene secreto del público.
[Creo
que debería ir al Templo del Espíritu del Rey pronto.]
Sería
más fácil hablarle a la Princesa de la Doncella del Santuario en persona así
que pueden examinarlo más a detalle. Hiro puso la carta en su bolsillo y se
inclinó a la doncella.
[Ahora,
si me excusas. Tengo que volver al palacio pronto.]
[Ara,
¿así es eso? ¿No te gustaría un poco de té?]
[No,
tengo personas que me esperan afuera.]
[Ya
veo… El té tendrá que esperar hasta la otra.]
Diciendo
adiós a la decepcionada doncella, Hiro salió otra vez.
En
el jardín, niños estaban jugando con juguetes que les habían entregado— lejos de
ellos, Liz y los otros estaban sentados como si estuvieran cansados de jugar.
Hiro camino a ellos y les llamó.
[¿Terminaste?]
[Sí,
todos parecen haberlo recibido bien.]
[Entonces
vamos a volver al palacio. Hugin, Munin, ¿está bien ustedes?]
[Huh…]
[¡Sí!
¡Siempre estoy lista para correr!]
Hiro
sonrió con ánimo a Hugin, quien, a diferencia de su hermano, le dio una buena
respuesta.
________________________
El
Palacio Imperial Venezine— pero algunas personas podían referirse a alguna
parte del lugar. En el lado este de la vasta tierra, hay una residencia y el
terreno de entrenamiento para la élite de los “Caballeros del León Dorado” de
la Primera Armada Imperial. Es un lugar donde batallas de prácticas son hechas
regularmente y donde las ruidosas voces que agitan el aire pueden ser
escuchadas todo el día como si estuvieran lanzando su frustración.
Son
caballeros bajo el control directo del emperador, y excepto por expediciones
militares, protegen la Gran Capital Imperial durante tiempos de paz.
Sin
embargo, la Gran Capital Imperial no ha sido expuesta a la guerra por casi 200
años. Entonces no importa qué tan bien estén, serán corrompidos. No es sorpresa
que sean criticados por la falta de combate real. Un león que no sabe cómo
cazar no es nada de temer.
Es
por eso que el Emperador usa el nombre “expedición militar” para recordarle a
los leones a cazar al liberarlos en la selva.
Como
alguien dijo una vez.
No
hay nada más aterrador que un león liberado de su jaula. El rey no tiene
enemigos.
Es
por eso que son temidos en el campo de batalla.
Hoy,
pasan todo su tiempo entrenando para derrotar al enemigo que aún tienen que
ver. Había una persona observando a los “Caballeros del León Dorado”. Tiene un
cabello dorado como un león, y su corto cabello se erizaba como una melena. Su
holgada ropa de noble escondía su bien desarrollado músculo, pero no había
irritación escondida que irradiara.
Él
es el primer príncipe, Reinhardt Stobel von Grantz, quien está bajo arresto
domiciliar.
[Luces
aburrido.]
La
persona que dijo eso no era Stobel, sino alguien acercándose desde atrás. Era
Tray Fleen von Loing, uno de los cinco generales.
[¿Puedo
sentarme a tu par?]
Como
Stobel no dijo nada, Loing se sentó en una silla vacía por su propia voluntad. El
viejo general tiene 50 años, pero tiene un aire juvenil en él que te hace
difícil creerlo.
[Creo
que tu nieta ya llego a la mayoría de edad… ¿Estás seguro que quieres estar aquí?]
Loing
tiene un hijo, y su hijo con su hija más joven llego a la mayoría de edad ayer.
[He
estado bajo arresto domiciliar, como Su Alteza Stobel. ¿Cómo puedo participar
en una celebración como esa?]
[Hmph,
no veo cómo alguien puede quejarse del más grande general en el mundo.]
Cuando
Stobel suspiro y dijo, Loing molesto acarició su barba.
[Mi
esposa… Se rehúso en dejarme hacer algo que interferiría con el futuro de mi
nieta.]
[¿Te
refieres a que preferías trabajar en el sur?]
Loing
asintió a las palabras de Stobel. No es sorpresa que se negara a asistir a la
celebración. Loing era el comandante de la Cuarta Armada Imperial, pero perdió
esa posición también como su arresto domiciliar.
Aun
así, su lugar de nacimiento está en el sur— aún es un noble del sur.
En
el sur, la influencia del Cuarto Príncipe y la Sexta Princesa está creciendo
día a día. Y aunque, la cabeza de la familia Loing está en contacto cercano con
el Primer Príncipe Stobel, quien es apoyado por la nobleza central.
Debido
a eso, la Familia Loing podía estar sintiéndose un poco al lado— incluso si no
es el caso, se volvería una realidad si la Familia Muzuk, la cual une la
nobleza del este, expresa su apoyo por el Cuarto Príncipe y la Sexta Princesa.
[Si
fuera a hablar, sería posible asignarla a la central, ¿no?]
Pero
el viejo general sacudió su cabeza. Luego de un rato, vacilo como si estuviera
pasándola mal al decirlo.
[Es
porque… mi nieta admira a la Sexta Princesa Celia Estrella.]
Stobel
estaba convencido. Esa es la razón por la que podía ser un obstáculo para ella
en el futuro. Es decir, quería ser asignada al Fuerte Berg, donde la Sexa
Princesa está localizada.
Parece
que su carácter es similar al del viejo general en que quiere ir al fuerte por
su propia elección.
[El
hecho que le guste la adversidad es igual que tú, ¿no? Debe estar muy confiada
en sus habilidades.]
[Solo
en apariencia… Su cara no se parece a la mía.]
La
apariencia no era igual a él, pero Loing lo dijo felizmente. Stobel también
accedió. Sabía exactamente lo que Loing estaba pensando. Si el viejo general se
vuelve una mujer, no solo sería horrible; se vería como un monstruo.
Loing
levantó su brazo como si estuviera sosteniendo una espada. Luego de una pausa,
cortó al espacio vacío.
[También
hay otra cosa que no es igual a mí; ella no puede blandir una espada. Parece
que quiere ser asignada como un oficial civil.]
[Ya
veo… Entiendo la situación de tu nieta.]
Suficiente
con la pequeña charla, Stobel detuvo sus palabras.
[Entonces,
vayamos al grano. No viniste aquí solo para hablar, ¿cierto?]
El
viejo general nunca lo había visitado por asuntos personales.
[Estaba
esperando que pudiera distraerte un poco…]
[Ayuda
a pasar el tiempo. Es todo.]
[¿Así
es eso?]
Luego
de decir eso, la expresión calmada de Loing cambió, y tomó el aire de un gran
general. La atmósfera cambia. La tensión aplastó la alegría.
Era
el gran espíritu de Loing que estimuló la piel de Stobel como si estuviera
ardiendo.
[Parece
haber un movimiento preocupante en el Reino Levering.]
[¿Quién
está tratando de hacer el movimiento?]
[Oí
que el Príncipe de la Corona Fraus está planeando algo.]
[Huh,
ese incompetente.]
Hace
dos años, tuvo la oportunidad de hablar con el Príncipe de la Corona Fraus.
Es
distorsionado. Aunque en la superficie es un disfraz, lo que está escondido
dentro es un malévolo pensamiento. Ya que no es tan malo como la Familia
Imperial Grantz… la Familia Real Levering también tiene sus propios problemas.
[Sin
embargo, ese incompetente no tiene tanto poder. Sería lo mejor si piensas que
alguien está detrás de eso. Eso dicho, ¿dónde conseguiste esa información?]
[“Nameless”
apareció en mi residencia ayer.]
[Ese
chico, huh…]
Stobel
chasqueó su lengua.
“Nameless”
era un hombre de la raza de Orejas Largas que se decía recientemente Stobel lo
ha añadido a su personal.
Nunca
dice su nombre, y su paradero es desconocido. De vez en vez, aparecería en las
reuniones militares, dando consejos, y yéndose. Lo siguiente que todos
conocían, Stobel había metido a la raza de Orejas Largas en su personal, o las
personas pensaban así.
Era
mucho problema negarlo, así que lo dejo salir…
[No
confío en él, pero ¿deberíamos confiar en su trabajo?]
Stobel
dijo con irritación, y Loing asintió levemente.
[No
hay nada de mal con la información que “Nameless” nos ha dado hasta ahora.]
[En
todo caso, no puedo hacer nada mientras esté bajo arresto domiciliar. Me
quedaré al lado por ahora.]
[Es
cierto, pero también es malo saberlo y no hacer nada.]
[Ese
viejo zorro— el emperador. Debió haber recibido tal información.]
Es
difícil engañar el “viento” del emperador. De otra manera, Stobel no estaría
bajo arresto domiciliar tan tranquilo. Stobel sacó su disgusto.
[Pero
el arresto domiciliar no es tan malo. Ahora puedo conseguir lo que no podía
antes.]
[¿No
es demasiado peligroso hacer tal cosa bajo el ojo vigilante de Su Majestad el
Emperador?]
[Nadie
puede hacer algo— nada puede pararme ahora que lo sé.]
Stobel
se paró y miro al palacio imperial, el cual estaba celebrando el regreso
triunfante del Cuarto Príncipe y la Sexta Princesa.
[Pero
también es problemático que te molesten. Tengo que mover un poco las cosas.]
Luego
Stobel lanzó su mirada al cielo oeste.
[Ya
veo que estás tratando de hacerte un nombre por ti mismo. Te daré algo de
ayuda.]
Hiro
y Liz están acumulando logros constantes. El Tercer Príncipe Blutar también
parece estar trabajando duro en la región de Felzen.
[No
puedes ganar mucho de la nada. Suena bien estar invicto, pero… no es una buena
forma de morir.]
Hay
solo una manera de ir al Gran Imperio Grantz. Justo mientras el sol se alza y
la luna se mete, nadie puede cambiar el inevitable curso de eventos.
*****************
Hiro
y los otros habían vuelto al Palacio Imperial cuando el horizonte fue teñido de
rojo. Ahora están en el cuarto de Liz en el Palacio Imperial, donde dos mujeres
estaban preparándose.
[Liz,
Rosa, ¿aún no están listas?]
Hiro
pregunto y las dos mujeres pestañaron.
[Esa
debería ser nuestra línea.]
Rosa
junto sus manos en exasperación. Sus delgados dedos fueron cubiertos con un
anillo que Hiro le había dado.
En
el medio del anillo está un cristal que es inferior a una joya. Sin embargo,
cuando lo usa Rosa con su vestido rojo, brilla como si fuera valiera más que
una joya.
[Um…
Creo que Hiro es el que necesita alistarse pronto.]
Liz
peino su cabello de costado y sonrío amargamente.
Está
vestida en un vestido que no es un uniforme militar— el cual es inusual para
ella— pero es negro con ribete rojo, y alrededor de su cuello está el collar
que Hiro le dio.
[No,
estoy bien. ¿Deberíamos ir?]
La
mujer le dio una fría mirada, y Hiro no pudo evitar dar un paso atrás.
[Sabes…
¿Vas a ir con eso?]
[Al
menos deberías recortar tu cabello un poco, ¿no crees?]
Entonces
las dos mujeres, quienes suspiraron con gran arrepentimiento, se levantaron de
sus sillas y se acercaron a Hiro. Cuando una dulce esencia llego a la nariz de
Hiro, Liz y Rosa empezaron a jugar con él como quisieron.
[Puedes
usar la “Princesa de la Camelia Negra”, pero el problema es tu fragancia. En el
banquete, las esposas de los nobles también vendrán. Deberías mejorar la
impresión tanto como puedas para conseguir su apoyo.]
Mientras
Rosa decía, se alejaba de Hiro y empezaba a hurgar la caja atrás del vestido,
luego volvió con muchas botellas.
[¿Debería
ponerme algo de perfume moderno? No, no les gustará.]
A
la par de Rosa, la que hizo la pregunta y se la respondió sola, Liz estaba
llegando y acariciando el cabello de Hiro.
[Hm.
Me pregunto si el cabello es rizado… Es bastante necio.]
[No
habrá tiempo para secar su cabello ahora si le mojas con agua en su cabeza.]
Rosa
dijo con una pizca de decepción a su apariencia mientras terminaba de
seleccionar el perfume.
Luego,
sin decir palabra, agitó la capa de Hiro— exponiendo su buen tonificado abdomen
al mundo exterior— y acercó la punta de la botella a él, esparciendo el perfume
alrededor de su cintura. La suave esencia estimula sus fosas nasales y el
fresco aroma se mezcló con el aire.
Luego
Rosa acerco su rostro al pecho de Hiro.
[Siendo
así no hay más molestias. Sí. Supongo que puedo decir que es suave. Como se
esperaba del perfume de Evelyn.]
Mientras
olfateaba, Rosa asintió con su cabeza en satisfacción.
[Si
alguien pregunta de dónde viene el perfume, diles que es de Evelyn Ishtark del
Este.]
Una
calculadora sonrisa se extendió por el bello rostro de Rosa como si estuviera
pensando en crear una fortuna.
Hiro
le dio una ambigua sonrisa y bajo sus hombros.
[Lo
tendré en mente.]
Luego
miró de costado a Liz.
[Bien,
todo está completo.]
Luego
de escuchar las palabras de Liz, Hiro palmeó su cabello lateral y percibió una
desigual textura. Solo el lado derecho de su cabello fue ondeado, el cual creo
una extraña atmósfera combinada con su parche.
[Umu.
Me gusta. Esto es bueno. Sería lo mejor si mantienes ondeando tu cabello desde
ahora.]
Rosa
puso su mano en su mejilla y lanzó una encantada mirada a él.
[Bien,
bien. Siempre he pensado que se ve bien en él.]
La
voz de Liz sonó feliz, y luego de aferro al brazo de su hermana.
[¡Fufu,
le queda!]
[Umu.
Estoy esperando por el banquete de la noche.]
La
imagen de dos hermanas llevándose bien es algo que hace a las personas sonreír.
Aunque, no puede quedarse así siempre. Deben fortalecer su falta de
sentimientos.
Estarían
tratando con el emperador, y la conversación no sería tan buena como era con
Liz y los otros.
Necesito
terminar mi trabajo primero así podremos tener un banquete feliz.
________________________
El
cuarto del trono lucía igual como lo hacía hace mil años. El techo aún estaba
abovedado, y la roja alfombra se extendía en línea recta por al suelo de
mármol.
El
vasto espacio fue alineado verticalmente con pilares de tiza blanca ocupando
ambos lados. Parados para llenar las brechas estaban nobles influyentes.
Mientras exponían sus curiosas miradas, podían tener una audiencia con el
Emperador, quien está sentándose en su trono una vez llegas hasta el final.
En
frente del Emperador, Hiro se arrodillo e inclino su cabeza. Liz, quien estaba
a su par, hizo lo mismo, se inclinó como un vasallo. El Emperador se mantuvo en
silencio y levantó su mano lentamente.
Luego,
el Primer Ministro Gils, quien estaba parado a su par, dio un paso adelante.
[Ahora
empezaremos la concesión de honores.]
Su
imponente voz se extendió hasta el último rincón del salón, donde el silencio
volvió. Los nobles líderes estiraron sus posturas y miraron al Primer Ministro
Gils.
[El
Cuarto Príncipe Hiro Schwartz, la Sexta Princesa Celia Estrella, levanten sus
cabezas.]
Hiro
y Liz alzaron la mirada juntos. En frente de sus miradas estaba el Primer
Ministro Gils, vestido en un uniforme de noble decorado con lazos de oro y
plata. En su mano estaba una pieza de pergamino, la cual levantó de su pecho y empezó
a hablar a todo tono.
[Primero,
General Mayor Celia Estrella. En la batalla contra el Principado de Lichtine,
superaste los errores del General Kylo y uniste a la Cuarta Armada Imperial. En
virtud de tus logros, oficialmente te nombro como el comandante de la Cuarta
Armada Imperial y te concedo el comando de la Orden de la Rosa del Caballero.]
[Lo
acepto humildemente.]
Liz
inclino su cabeza, y como si arrojara una roca en aguas tranquilas, una gran
onda se extendió por el salón del trono.
[¿Qué,
se le ha dado la Orden del Caballero?]
[Más
importante, ¿qué hay del Gran General Loing? Originalmente, se suponía que es
el comandante.]
[No
importa realmente. Si esto continúa, la influencia de la Sexta Princesa se hará
más fuerte en el sur.]
Las
voces de los nobles y señores estaban en pánico. Hiro estaba escuchando cómodamente,
pero estaba un poco sorprendido.
La
Rosa del Caballero es una de las unidades más elite en el Gran Imperio Grantz,
se especializa en agilidad. La Segunda Armada Imperial, liderada por el Tercer
Príncipe, es compuesta por caballería ligera, así como su elite, los Caballeros
Negros, están compuestos de caballería pesada.
Aunque
incluso Kylo, quien era un general, no se le ha dado el comando de ella, y la
Rosa de los Caballeros no participó en la batalla contra el Principado de
Lichtine. Sería un movimiento audaz que un general mayor recibiera el comando.
Pero
esto es fortuito. No hay duda que Liz se volverá un invaluable activo.
[Luego,
Hiro Schwartz, un oficial militar de tercera clase. He oído de tus éxitos al
llevarnos a la victoria en la batalla contra el Principado de Lichtine. Aunque
debido al juramento hecho entre Su Majestad Altius, el Primer Emperador, y la
Princesa de la Doncella del Santuario, esto no es posible. Por ello, como una
excepción especial, serás promovido a ser segundo rango, siendo un oficial
militar de primera clase, y obteniendo cien Grantz de oro.]
[Sí,
muchas gracias.]
Empezó
con alguien… luego, aplausos iniciaron. Empezó por espacios, pero gradualmente
se volvieron más y más ruidosos, llenando el salón del sobresaliente momento.
Quizás
sintió que estaba mal pararlo, pero el Primer Ministro Gils se mantuvo en
silencio y cerro sus ojos. El Emperador también se calló por un rato,
observando los elogios. Aunque, luego de un rato, levantó sus manos como si
sintiera que no debería ir más allá de eso.
Había
un abrumador sentido de dominio, autoridad, y gloria, e incluso las ventanas no
estaban abiertas, un viento frío pasaba por el cuarto. En un instante, el salón
se silenció; el calor fue aplastado— en lugar, una fibra de tensión recorrió.
Luego el Emperador vio al Primer Ministro Gils.
Dándose
cuenta de lo que estaba pasando, el Primer Ministro Gils se apresuró a sacar
una nueva pieza de pergamino.
[A-Ahora
empezaremos nuestra revisión. La agenda es la Región Felzen.]
[¿Nervios?]
Cuando
Hiro le pregunto a Liz en un susurro, ella hizo una cara difícil.
[No
me gusta la atmósfera de aquí. Siento como que no puedo respirar.]
El
salón del trono era un remolino de celos, odio, envidia, y muchas otras cosas. Aunque
una mujer, fue favorecida por el “Emperador de las Llamas” y fue seleccionada
como el comandante de la Cuarta Armada Imperial.
Debe
haber muchas personas que sacaron su resentimiento y amargura hacia ella. Es
por eso que los aplausos fueron inesperados.
[Fufu,
ustedes dos estaban a la vista.]
Mientras
pasaban por los nobles y señores, vieron a una mujer sentada en una silla. Además,
la nobleza del Este está rodeándola como si la protegiera.
[Es
Anee-sama, ¿no? Fuiste la primera en aplaudir.]
Cuando
Liz dijo eso con su boca media abierta, Rosa cerró un ojo y puso un dedo en su
labio.
[Fufu,
cuando las personas alrededor juntaron sus manos, paso naturalmente. La nobleza
es una criatura calculadora. No importa cuán hostiles sean, no pueden escoger
ser tan necios con eso— les haría verse mal. Así que cree una situación donde
no tuviera más elección que aplaudir.]
La
garganta de Rosa se estremeció, y le dio una sonrisita.
[¿No
fue bueno? Son los que han estado burlándose de Liz todo este tiempo. Esos que
se han burlado de mi adorable hermana. No voy a dejar que se salgan con la
suya.]
Cuando
dijo eso, Liz estuvo un poco mejor que antes… La línea fue susurrada en su
corazón. Si Hiro lo decía, es cierto que iría a él.
[No
te preocupes. Tenemos más aliados ahora. Bueno, cuando el momento llegue, el
príncipe nos ayudará.]
Rosa
le lanzó una entusiastica mirada. Hiro asintió directamente. Lo que no sabe qué
pasará si duda. Quizás era el aire estancado en el salón que le daba un extraño
sentido de júbilo. Como sea, Hiro volvió su atención al trono.
[Voy
a recordarte esto de una vez y por todas. ¡Vienen a nosotros porque están
tratando de hacer las cosas fáciles para ellos!]
[¿De
qué estás hablando? Si enviamos más fuerzas a Felzen, puede causar una
innecesaria irritación a los países vecinos. Deberíamos hacer la paz con los
remanentes de Felzen y compartir territorio con ellos.]
Algunos
de ellos son agresivos, algunos cuidadosos, y algunos de ellos, claro, expresan
su opinión basadas en pérdidas y ganancias.
[No
hay sobrevivientes de la Familia Real en Felzen. No necesitamos compartir
nuestro territorio con los remanentes de Felzen, quienes no son mejores que
bandidos sin un maestro que cuidar.]
[Eso
es. Originalmente, esa tierra le pertenecía al Gran Imperio Grantz. Ellos lo
tomaron en la confusión del período pasado oscuro.]
Hay
muchas opciones acerca de la región de Felzen, pero nada es concluyente.
Si
lo destruyes, por solo la fuerza, claro, esto pasará. Se volvió complicado
porque no prepararon una ruta de escape para ellos.
Si
hay algún sobreviviente de la Familia Real Felzen, podemos cambiar la situación
actual. Sin embargo, toda la familia real fue ejecutada en la reciente
invasión.
Hay
solo tres formas dejadas por el Imperio Grantz. Puede rebasar la armada remanente
con su abrumadora fuerza, temporalmente se retira y polariza la armada
remanente, destruirlos a todos a la vez, o retirarse por completo y usar
agentes para incitar a las personas a reducir la armada remanente.
Es
difícil hacer la paz… y sobre todo, el Emperador no tiene intención de soltar
Felzen.
Si
lo suelta en este punto, la estabilidad del oeste sería desparramada, lo cual
puede afectar al Imperio Grantz. Si eso pasa, la ambición del Emperador— la
unificación del continente central— se desvanecerá en el delgado aire.
Creo
que cumplirá 17 años… no tiene mucho tiempo que le quede.
Incluso
para el Emperador del Imperio Grantz, su vida está limitada, y su muerte es
inevitable. Es por eso que fue a la batalla él mismo para destruir a Felzen y
crear un asidero del cual puede expandirse al oeste.
Justo
como Hiro estaba pensando eso, la puerta del salón fue abierta. Un oficial
civil entró. Camino rápidamente pasando entre las maliciosas miradas de los
nobles, yendo directo al Primer Ministro Gils y puso su boca en su oído y le
murmuró algo.
[Está
bien. Ahora puedes dar un paso atrás.]
Mientras
el Primer Ministro Gils dijo eso con una misteriosa mirada en su cara, el
sirviente civil se inclinó y se echó atrás. Luego se dio la vuelta y se acercó
al Emperador, intercambiando unas palabras con él. La expresión del Emperador
se tornó fría. ¿Es una ilusión que su enojo parezca haberse salido?
Luego
de recibir las palabras del Emperador, el Primer Ministro Gils le asintió y
volteó su cuerpo a los nobles, pero su rostro no mostraba señales de angustia.
[He
recibido la noticia que el Gran Duque de Dral está reuniendo tropas.]
[¡Tonterías!]
No
se sabe quién lo dijo, pero las palabras causaron un alboroto.
[¿No
acaban de firmar un armisticio con la República Steichen el otro día?]
[Dudo
que tengan mucho poder, pero ¿no es una oportunidad? Si invaden el oeste, nos
dará una buena razón. Podemos destruirlos.]
[No
seas absurdo. No hay forma que el oeste pueda permitirse hacerlo cuando están
concentrándose en Felzen.]
[Si
ese es el caso, enviar tropas desde el oeste exterior será suficiente.]
[Pero
¿quién enviará a las tropas?]
[La
nobleza central, claro. Siempre han sido reacios a enviar tropas, así que este
es el momento que deberían hacerlo.]
[No
seas tonto. ¡Si estás hablando de eso, entonces son los nobles del Este!]
[No
nos metas en el mismo barco. De hecho, no tenemos tropas, pero es inevitable
debido a la distancia. Es por eso que tenemos el costo de la guerra y apoyo de
la comida. En contraste, ¿qué hay de la nobleza central? Ellos ni siquiera dan
dinero.]
Hubo
un repentino sonido del aire estallando en el salón del trono. El repentino
sonido del estallido causo que el salón se silenciara, y una extraña atmósfera
envolviera el cuarto.
Es
decir, era como si una espada de aire cubierta con intento asesino estuviera
siendo lanzada a ellos— un misterioso sentido de presión, como si un delgado
hilo estuviera penetrando sus cuerpos. Mientras Hiro calmaba la furiosa
“Princesa de la Carmelia Negra”, miro alrededor y vio a los nobles y señores
acobardándose, sus rostros se arrugaron.
Como
se esperaba de un Emperador… Pero aún no es tan bueno como Altius.
Cuando
Hiro regresó su atención al trono, el Emperador se estaba parando.
[Escuchemos
lo que tiene que decir. Si alguien tiene que decir algo, por favor adelante.]
La
voz del Emperador resonó por el salón del trono de manera incómoda. Todos
fueron forzados a escuchar.
Supongo
que un poco más de presión.
En
ese punto, le gustaría ver a alguien más presionar al Emperador. Ya sea que sus
oradores fueran a responder o no, el Primer Príncipe Stobel se adelantó.
[Me
gustaría preguntar tu opinión.]
Un
gran y muscular hombre. Usa un uniforme de noble flojo, pero incluso si esconde
su cuerpo, no puedo esconder su abrumadora y maliciosa presencia, y siempre que
da un paso, el aire se agrieta. Pero el Emperador lo tomó con frialdad, sin
moverse nada.
[Hm…
Habla.]
[El
otro día, los remanentes de la armada de Felzen se volvieron activos, y al
mismo tiempo, el Gran Ducado de Dral y la República de Steichen firmaron un
armisticio, y ahora están mostrando movimientos inquietantes. Es obvio que
están respondiendo. La situación es tal que podría haber otros países que estén
de acuerdo. Deberíamos destruir por completo a los remanentes de Felzen para
mostrarle a los países vecinos qué pasara si van contra el Imperio Grantz.]
Stobel,
quien estaba de rodillas, inclinó su cabeza.
[Su
Majestad, tome su decisión.]
El
Emperador cerro sus ojos pensando y se recostó en su trono.
[¿No
hay nadie más que tenga una opinión?]
[Entonces,
Su Majestad. Tengo una sugerencia.]
En
el tenso aire, Hiro se adelantó y dijo. La boca del Emperador se retorció en
asombro— pero pasó tan rápido que nadie se dio cuenta.
[Lo
permito. Habla.]
[Sería
prematuro asumir que solo porque el Gran Ducado de Dral está preparándose para
la guerra, nos atacarán.]
El
Emperador asintió. Podía ser que está apresurándolo a continuar. Hiro habló.
[Pero
no significa que podamos ignorarlos. Si es así, no importa si es un pequeño
número de tropas; si podemos enviar tropas, no se moverán sin cuidado.]
[Fumu…
¿Y qué hay de los remanentes de la armada de Felzen?]
Hiro
sonrió y le dijo al Emperador, quien frunció un poco el ceño.
[Envía
una nueva armada a trabajar con la Segunda Armada Imperial. Creo que deberíamos
atacar de ambos lados. Si la armada remanente de Felzen parece estar
escondiéndose, tomará algo de tiempo reclutar a esos quienes están cooperando
con ellos.]
El
Emperador se mantuvo en silencio por un rato y luego abrió su boca.
[Entiendo.
Debería adoptar la opinión de Hiro Schwartz, el Cuarto Príncipe.]
La
decisión fue tomada. No había espacio para objetar. Si alguien va a refutar con
lo que el Emperador ha decidido, necesitan estar preparados para hacerlo. Si
fallan en persuadirlo, serían humillados por las generaciones entrantes.
Ahora,
todo lo que queda es recomendar a Liz como comandante.
Mientras
pensaba en su siguiente movimiento, el Primer Ministro Gils miro alrededor y movió
su boca.
[Bien,
acerca del comandante de la fuerza—]
Hiro
trato de hablar, pero—
[Recomendaría
a Celia Estrella, la Sexta Princesa.]
Por
sorpresa, Stobel le dio la respuesta que quería.
¿Qué
estás haciendo…? Hiro frunció el ceño y miro a Stobel. Quizás notando su
mirada, Stobel dirigió sus ojos a Hiro, pero su sonrisa se profundizo, y volvió
su mirada al Emperador otra vez.
[El
reciente crecimiento de Celia Estrella, la Sexta Princesa, ha sido remarcable.
Dejemos esto a ella. Probablemente algunos nobles y señores no están felices con
ella.]
[El
Primer Príncipe Stobel tiene razón. Sería una buena idea dejárselo a Su Alteza
Celia Estrella.]
[Sin
embargo, no tiene mucha experiencia en liderar una armada. Parece que es un movimiento
riesgoso dejarla a cargo, ¿no cree?]
[Sin
embargo, Su Alteza Celia Estrella ha mostrado un remarcable recientemente.]
En
medio de los nobles murmurando entre sí en tonos bajos, Stobel habló.
[Y
yo iré al Gran Ducado de Dral. Si rebajas mi arresto domiciliario, creo que podremos
lograr un resultado satisfactorio.]
Hiro
decidió que debería intervenir en esto. Aunque aún no sabía lo que Stobel
estaba pensando, podía causar una innecesaria confusión si él se vuelve el
comandante.
[Creo
es imposible quitar el arresto domiciliario. No importa qué razón, no podemos
confiar tal importante deber a alguien quien violaría la decisión del
Emperador.]
Hiro
sonrió fríamente a Stobel.
[No
hay garantía que terminemos igual como en Felzen.]
[Niño…
no me digas.]
Una
mirada salió de Stobel.
Cuando
Hiro lo tomó de frente, alzo su voz como si acariciara las emociones de Stobel.
[Oh,
¿quieres jugar a la “sorpresa” otra vez?]
Un
momento después, el espíritu de la muerte de dos hombres cochó.
El
aire en el área fue aplastado por la pesada presión de su mezclado intento
asesino. Los truenos del cuerpo de Stobel se arrastraban por el suelo,
desgarrando, aplastando, quebrando, y arrasando.
Hiro,
por otro lado, era natural. Él está parándose allí. Sin embargo, el espacio alrededor
de ellos— se agrieta, agrieta, agrieta— emite un sonido espeluznante, y las
grietas empiezan a aparecer una tras otras, e incluso sin viento, la “Princesa
de la Camelia Negra” empezó a extender densa oscuridad agitando su borde.
La
mayoría de las personas fueron claramente intimidadas por la suprema energía
que ambos liberaban. Sin embargo, algunos fueron paralizados por el
inexplicable fenómeno que estaba ocurriendo alrededor de Hiro.
Cuando
el resplandor fluyo en todas direcciones de Hiro…
[¡Eso
es suficiente—!]
La
majestuosa voz del Emperador los interrumpió. La atmósfera que había dominado
el salón al instante se disipo.
[No
toleraré alguna violencia en mi presencia. Necesitan calmarse.]
[Creo
que me deje llevar un poco.]
Hiro
tocó su parche y se puso de rodillas. Stobel también estaba en la misma
posición cerca.
[Pero
esta vez, Hiro Schwartz, el Cuarto Príncipe, tiene la idea correcta.]
Por
lo tanto, el Emperador declaro.
[Celia
Estrella estará a cargo de las nuevas tropas enviadas a Felzen, y Bakish, uno
de los cinco generales confiado con la defensa del oeste, estará a cargo de
controlar al Gran Ducado de Dral.]
La
sonrisa de Hiro se profundizo mientras mantenía su cara abajo, habiendo sido
capaz de llevar la corriente.
Ahora
hice un avance más a donde quiero estar.
Probablemente
había más excelentes comandantes que Liz. El Imperio Grantz no está falto de
recursos humanos. Sin embargo, en esta situación, era lo mejor darle el comando
a la Sexta Princesa, quien no tenía un ostentoso respaldo o apoyo de alguien—
Sobre todo, ella no solo había derrotado al Principado de Lichtine, sino
también los había forzado a rendirse, así que no habría quejas.
El
escenario ahora está establecido. Ahora todo lo que queda es ganar e ir al
siguiente nivel.
[Hiro
Schwartz. Tengo una nueva misión para ti también.]
[Sí.]
[Habrá
una ceremonia para la mayoría de edad para la Princesa Claudia en el Reino de
Levering. Irás allá como un enviado.]
Hiro
levanto la mirada en sorpresa.
[¿Qué
ocurre? ¿No estás satisfecho?]
[N-No…
lo acepto con gusto.]
Había
esperado ser asignado como el asistente de Liz. Hiro, cuyo plan había fallado,
apretó sus dientes.
¿Exageré…?
Desde
que vino a este mundo, Hiro ha estado acumulando logros establemente. Estuvo en
la anterior batalla con el Principado de Lichtine. Ahora tiene el apoyo de la
nobleza este, y la situación se está volviendo algo aburrida para la nobleza de
la facción rival. Con tantas llamas ardiendo afuera del país, el Imperio Grantz
continuará separándose si hay más disidentes dentro del país.
Si
fueran a pensar en el futuro, era natural que separarían a Liz y Hiro.
Sin
problema. Todo lo que tengo que hacer es volver de inmediato y reunirme con
Liz.
Organizando
cosas en su mente, regresó su mirada al Emperador. Luego el Emperador habló.
[El
Reino de Levering fue fundado por uno de los Cinco Generales del Cielo Negro,
quien se reunió con tu antecesor, el Dios de la Guerra. El lazo entre ellos es
inseparable. Es por eso que quiero dejártelo todo.]
Hiro
se sintió incómodo con las palabras del Emperador. Pero no lo mostró en su
rostro y bajo su cabeza.
[Muy
bien.]
El
Emperador asintió con satisfacción cuando escucho la respuesta de Hiro.
[Y
en cuanto a Zuik, estará bajo mi control directo para empezar. Si tienes alguna
queja, dímela por favor.]
No
había forma que pudiera quejarse. Si los crímenes del Vizconde Wurst se
volvieran del conocimiento público, es inevitable que muchos de la nobleza
central perdieran su posición y eso llevaría a un retroceso. Esta vez los
nobles y señores, incluyendo al Emperador, no tuvieron más opción que
silenciarse. Desde ahora, nada pasará en la superficie, pero detrás de escenas,
una fiera batalla política entre facciones empezará.
[No
hay, ¿huh? Entonces, este es el final de la revisión.]
El
Emperador anunció, y el Primer Ministro Gils retomó.
[Entonces
Hiro Schwartz, el Cuarto Príncipe, y Celia Estrella, la Sexta Princesa,
recibirán la orden imperial oficial del Emperador luego. Mientras tanto,
disfruten del banquete a su gusto.]
Con
eso, el Primer Ministro Gils llevó la discusión y evaluación a un fin. El resto
del día fue usado para celebrar la victoria sobre el Principado de Lichtine.
El
Emperador y el Primer Ministro Gils dejaron el salón del trono. Los nobles y
señores quien habían estado esperando por su partida parecían haber perdido la
tensión y el salón de pronto se volvió ruidoso.
________________________
No
importa qué situación sea, un banquete trae gozo al corazón de las personas. Por
ejemplo, ya sea que haya una revuelta en el oeste o una calamidad en el norte,
las personas viviendo en el centro del país no eran conscientes de eso.
Este
es un indicador de cuán fuerte y poderoso es el Imperio Grantz. Sin embargo…
también es cierto que las repetidas malas noticias les dan a las personas algo
de ansiedad. Pero si se asuntan, afectará su reputación como nobles.
Esta
es la razón por la que muchas personas tratan de expandir sus redes de
contactos al participar en el banquete mientras mantienen un perfil bajo.
[—Así
que estaré esperando trabajar contigo en el futuro.]
[Sí,
te veré luego.]
Luego
de observar la espalda del noble saliendo, Hiro se sentó en el sofá por el
muro.
¿Me
las arregle para manejarlo?
Hiro
miro abajo al puñado de cartas en su mano. Muchos nobles habían contactado a
Hiro con el pretexto de cartas de amor de sus hijas. Las más comunes son de la
nobleza del este, seguido por la nobleza central— también hay cartas de
mercantes quienes quieren llegar al sur y ofrecer soporte financiero.
¿Es
una señal que el poder de la Familia Krone le gana al centro?
Girando
su mirada al salón, vio muchas señoritas y caballeros reunirse allí, y por
todos lados por donde mirara, vio nobles hablando felizmente.
El
mejor lugar de todos era el lugar donde estaba la Sexta Princesa.
Quizás
porque Liz no está acostumbrada, está un poco confusa, pero gracias al buen
manejo de Rosa con la multitud, las cosas parecen ir bien.
Todo
llegará a su punto tarde o temprano. Necesito hacer una investigación.
Luego
de eso, necesitará ser selectivo. Tendrá que pensar acerca de quién reemplazar
y a quién descartar, solo en caso, llegue al centro. Sin embargo, hay un dicho
que hace al mundo girar.
Primero,
tenía que lidiar con el problema inmediato de la región de Felzen.
¿Qué
hará el Primer Príncipe Stobel desde ahora…?
Luego
de todas la bajas y altas que se han puesto, es improbable que Stobel hará
algún movimiento de fuera. Desde ahora, debe actuar cuidadoso y tratar de engañar
a Hiro.
Además,
el Segundo Príncipe que está oculto en el norte me da mala espina.
También
se preguntaba cómo los nobles del norte quienes apoyaban al Segundo Príncipe
actuarían.
Ninguno
de ellos participó en el banquete esta vez como lo hicieron la vez pasada.
Se
han mantenido en silencio como si no tuvieran interés en suceder el trono. Debido
a eso, había una falta de información acerca de los nobles del norte. Pero no
significaba que si Hiro se hubiera movido, habría tomado la iniciativa, y si
hubiera mostrado una debilidad, habría de caer.
Sin
forma de lidiar con ellos, no tuvo más que esperar que el Segundo Príncipe haga
contacto con él.
Las
cosas no van como lo planeado. Parece que no será un asunto simple desde ahora.
Pero
Hiro se tocó el parche, y sonrío mucho.
Es
por eso que es tan interesante. A un oponente más formidable, más que puedo
crecer también.
Se
paró y camino a Liz, quien estaba bebiendo agua con una apariencia exhausta en
su rostro. Rosa lo notó y giro sus ojos azules con una sonrisa en su rostro.
[Nuestra
princesa parece estar en su límite.]
[Parece
así. Pero aquí es donde todo inicia.]
El
banquete solo ha iniciado, lo que significa que los saludos de los nobles y
señores están por terminar. Ahora, solo los grandes nobles y esos cercanos a
ellos han completado sus saludos, y aún hay muchos nobles que faltan.
Cuando
Liz miró atrás de él con sorpresa, Hiro le dio una simpática mirada.
[Haz
lo mejor. Puedes volverte un gran noble en el futuro entre los pequeños nobles.
Sobre todo, puede haber algunos quienes se volverán excelentes subordinados.
Por esa razón, tienes que escuchar lo que tienen que decir. Ese es el deber de
quienes aspiran a rey.]
Eso
es lo que el Primer Emperador dijo. Al final, murmuró eso en su mente. Liz le
dio una leve inclinación y una sonrisa como si tuviera un pensamiento en su mente.
[Daré
lo mejor…]
[Aunque
te ves como un extraño.]
Rosa
le palmeó a Hiro el hombro.
[Hay
muchos nobles pequeños con ganas de saludarte también, eso parece.]
Cuando
se le dijo, miro alrededor y vio a muchas personas viéndolo. Algo pasa— si alguien
fuera a tomar la iniciativa, una avalancha de ellos llegaría en un instante.
[No…
Ya les dije hola antes. No solo hoy.]
Luego
de decir eso, Hiro trató de huir, pero Rosa lo tomó por el brazo.
[Hay
más nobles aquí que antes. No conoces a la mayoría de ellos, ¿verdad? Además,
¿no dijiste que hay deberes para esos que aspiran a rey?]
Hiro
es el cuarto en la línea de sucesión al trono. El trono sí que está al alcance.
[Puedes
estar seguro. Si tienes decencia, lidia con eso.]
Luego
rosa miro a la mano de Hiro y tomó las cartas de amor que las hijas de los
nobles le dieron.
[Hmph…
parece que algunos de los nobles del este están entre ellos.]
La
boca de Rosa se retorció en una malévola risa cuando vio al remitente de la
carta de amor. Hiro se retiró sin querer. Puede tener que ocultarlo.
[Parece
que estaba un poco abrumado por el entusiasmo de la audiencia. Voy por algo de
aire fresco.]
[Hou…
como se esperaba del Príncipe Negro. Oí de muchas personas decir que prefieren
héroes de colores, parece ser cierto.]
Rosa
suspiro con gran emoción y se recostó deliberadamente en la mesa.
[No
es suficiente solo seducir a la Princesa de las Llamas, aprovecharse de la
debilidad de la viuda, y devorar su cuerpo; ¿también quiere jugar con los
corazones de los nobles y tratar de poner sus manos en otras cosas?]
Le
explico con lujo de detalle. Era una cosa mala de escuchar. En primer lugar,
nunca había seducido a Liz, ni se había aprovechado de la debilidad de Rosa. Trató
de argumentarle, pero no pudo hacerlo ya que Rosa cerro su boca con sus dedos.
[Sé
lo que vas a decir. Creo que estás diciéndome que eres el hombre que también
heredo el apodo del Segundo Emperador “El Asesino de Mujeres”.]
[¿Huh?
¿Tiene ese apodo?]
[Es
un drama.]
Hiro
nunca había oído de eso. Si es algo, el Primer Príncipe— Altius— debió haber
sido más popular con las mujeres, pero la historia pudo haberse distorsionado,
en principal por individuos.
[O-Oí
que el Primer Emperador era un mujeriego, pero nunca oí que el Segundo
Emperador lo fuera también.]
[Parece
que Su Majestad Altius también sedujo reinas y princesas de otros países que
conquisto. Sin embargo, está escrito en su diario que no era igual para su
hermano.]
Ese
bastardo lo hizo… Aunque lo estaba jurando en su corazón, sabía que esa
serpiente saldría si miraba por ahí más. Hiro trató de mantener su agitación
fuera de su rostro y quedarse en silencio, sin decir nada innecesario.
Sin
embargo, cuando se trata de Rosa, su boca se abre por si sola.
[Si
tus antecesores eran iguales, entonces son iguales los descendientes. Supongo
que no heredaste solo apariencia sino también personalidad de tus antecesores.
Santo Dios, es tan triste que la verdadera naturaleza esté escondida detrás de
una cara que luce que no mata ni a un insecto.]
Rosa
se aferró a Liz y se lamentó. Por el extremo gesto, Hiro solo pudo reír.
[Rosa-aneesama,
¿no estás bebiendo demasiado?]
Liz
puso su brazo alrededor de la cabeza de su hermana y señaló con su mentón a la
salida. Quería que saliera mientras aún podía. Gracias a su preocupación, Hiro
salió por la puerta.
[Mm,
mi querida hermanita, tengo una pregunta para ti.]
[¿Qué
pasa…?]
[M-Mi
cabeza está gritándose, ¿no?]
[Ya
estás ebria.]
[No
bebí mucho—]
Hubo
un sonido, como huesos quebrándose. Miro por sobre su hombro, pero la puerta
estaba cerrada.
Bueno…
supongo que es mi propia culpa.
Hiro
camino directo al jardín. Había muchas personas en el salón, pero no había
nadie aquí, era tranquilo. Era un simple lugar con solo una fuente— Hiro se
sentó por el borde de la fuente, tomando la briza nocturna.
[He
estado sintiendo esto por un rato…]
Hiro
sacó un talismán de su bolsa, un talismán en el cual negro y blanco estaban
empezando a juntarse. Este talismán le fue entregado por Altius.
[Altius,
¿qué quieres?]
Hiro
miro al cielo y murmuro para sí. No hubo respuesta, solo el viento acariciando
sus oídos y el leve toque de sus tímpanos.
Cuando
Hiro cerro sus parpados…
[Oya,
tienes algo inusual.]
[¡¿…?!]
Cuando
Hiro cerro sus parpados, al instante afilo sus sentidos y se preparó.
[Oya,
¿te asusté?]
[¿Por
cuánto has estado allí?]
[Es
una cosa graciosa. He estado aquí desde el principio.]
La
figura en bata frente a él— su voz hacía imposible decir si era mujer u hombre.
Es una existencia muy diferente, una que parece desvanecerse si la tocas y la
que parece da miedo de alguna manera.
[No
puede ser. No puedo siquiera respirar nada de tu presencia.]
Hiro
tomó un suspiro y se alisto para pelear en cualquier momento.
[¿Debería
tener tu respuesta en cuanto a lo que eres?]
[Creo
que puede ser necesario presentarme para bajar tu guardia.]
La
figura de bata asintió muchas veces con profunda emoción, luego dobló su
cintura y se inclinó con gracia.
[No
puedo mostrar mi cara, pero soy un miembro del personal del Primer Príncipe
Stobel, quien también es de la raza de Orejas Largas.]
Puso
sus manos en su capa y extendió su dedo.
[¿Y
qué quieres de mí?]
Driks
se lo había dicho, que había una persona así, pero…
[No,
solo tenía curiosidad de ver qué tenías que fuera tan inusual.]
El
tipo de raza de Orejas Largas sonrió felizmente y señaló al talismán antes de
darle la espalda a Hiro.
[Bueno,
estoy seguro que tendremos una oportunidad de hablar luego.]
Hiro,
quien tenía una dudosa expresión en su cara a las palabras dichas, estaba por
abrir su boca cuando…
[¿Hiro~~~?
¿Dónde estás~~~?]
Es
la voz de una chica— la presencia de Liz de momento lo distrajo.
[No
eres solo una persona normal, ¿verdad?]
Por
el momento cuando volvió a donde había estado, la figura de Orejas Largas se
había desvanecido.
[¡Ah,
tú allí!]
Liz
corrió a Hiro, quien aún no había bajado su guardia.
[Estaba
preocupada porque no volvías.]
[Lo
siento. Así que, ¿el banquete termino?]
[Sí,
se acabó mientras cierto alguien estuvo tomando un descanso.]
[¿Y
Rosa se emborracho…?]
Ella
llevo a Rosa en una mano con una fuerza que era impropia de una chica.
[Sí.
Se desmayó cuando Hiro se fue. Rosa-aneesama está exagerando, ¿verdad?]
Hiro
tocó su mejilla cuando se le dijo eso con una sonrisa.
Hiro
llevo a Rosa en su espalda en lugar de Liz y se dirigió a la mansión de la
Familia Kelheit. La mansión de Rosa estaba localizada en los terrenos del
palacio imperial. Ella es una anterior Tercera Princesa, y su mansión es más
elegante que las otras familias nobles.
Su
armada privada estaba en guardia 24 horas al día, e incluso dentro de los confinados
lugares, no había lugar para el descuido.
Cuando
abrió la lujosa puerta de la mansión y entró, fue recibido por los sirvientes.
[Oh,
Hiro. Voy a ir a cambiarme de ropa.]
Liz
dijo, ondeando su mano detrás de ella mientras se alejaba de Hiro y los otros.
[Por
favor por aquí, Maestros.]
El
sirviente los llevo al mismo cuarto de antes. Hiro puso a Rosa en la cama.
[Fuh…]
Se
sentó en una silla cercana y tomó un respiro, y luego un suspiro que salió de
la cama.
[Q-Qué
con ese suspiro; ¡Creo que fue pesado!]
El
ebrio se despertó. Rosa miró a Hiro en frustración.
[Si
vas a despertar, entonces camina.]
[No,
no, no todos los días consigues ser llevada en la espada del príncipe negro
desde la ciudad. Tengo que disfrutarlo.]
[Está
bien, cierto. También debí haberme embriagado.]
Una
voz vino de la puerta del cuarto. Cuando Hiro volteó sus ojos, vio a Liz
parándose allí en su vestido de noche con la puerta cerrada detrás de ella.
[Fufu,
es a lo que llamo privilegio de adulto. Liz no puede hacerlo; es una
chiquilla.]
[¿Qué?
Soy una adulta ahora. No soy una niña.]
[No,
no eres lo suficiente sexy.]
[Tienes
razón; no tengo pechos, pero…]
Los
ojos de Liz se retorcían de tristeza mientras miraba alternamente a los pechos
de Rosa y los suyos. Luego Rosa junto sus manos como si hubiera pensando en
algo.
[He
oído que, si un hombre las aprieta, tus pechos crecerán.]
[¿En
serio?]
La
mente simple de Liz parecía haber tomado las palabras de su amada hermana. Hiro
estaban tan asombrado para decir algo.
[¡Hiro!
¡Una sobadita!]
Esta
chica, Hiro suspiro— luego regreso su asombrada mirada a Liz, sin olvidar mirar
a Rosa, quien tiene sus manos en su boca y contiene su risa.
[No
seas estúpida. Y sobre todo, no digas que a una chica la puedes toquetear.]
[Hm.
Hiro no sabe.]
Liz,
quien estaba enojándose, saltó directo a la cama. Rosa también se recostó con
una expresión estupefacta.
[Qué
difícil…]
Hiro
no estaba satisfecho con las complejidades de la mente femenina, pero no
importa cuáles sean sus sentimientos personales, la noche venía.
________________________
—
Al siguiente día. El sol, brillando majestuosamente en el cielo este, estaba
deslumbrando, y una leve briza fluía por el suelo. Extendiéndose en la
superficie estaba la Gran Capital Imperial de Cladius, una ciudad digna de la
palabra “magnifico”.
En
su puerta norte, una línea de caballos de guerra fue alineada. En el centro
había 2000 jinetes en armaduras negras. En el lado oeste de la línea había 5000
soldados de reserva de la Primera Armada Imperial con ropa dorada envuelta en
sus hombros y 3000 de caballería de la Cuarta Armada Imperial con ropa roja
envuelta alrededor de sus hombros.
Más
allá del este, más de 5000 soldados de la nobleza este estaban alineados, y las
banderas que pasaban en las brechas entre las líneas estaban sacando polvo. Con
la moral arriba, reafirmaron el comando, y muchas razones para esto, pero los
efectos también varían.
Edificante
y tenso, dos elementos combinados para crear una extraña atmósfera en este
lugar. Los ciudadanos quienes estaban observando los muros de la ciudad fueron
abrumados por la majestuosa ciudad y observaron con el aliento contenido.
[Hiro,
no hagas nada tenaz. Incluso si es un rasguño se infectará, estarás en
problemas.]
Quien
estaba tocando la mejilla de Hiro con preocupación era la Sexta Princesa, Liz.
Hiro asintió con una sonrisa amarga a Liz, quien era tan sobreprotectora como
siempre.
[Lo
sé, pero llevo al doctor conmigo, así que no te preocupes.]
[No,
no entiendes, es lo que te estoy diciendo. Puedes ser atacado por bandidos o
algo en el camino. Sé que Hiro es un gran guerrero, pero nunca sabes cuando
algo puede pasar.]
[Sí…
Es cierto.]
Hiro
está abrumado por la cercana proximidad de Liz a él y respondió vagamente.
[¡Dios,
deberías escuchar lo que tengo que decir!]
Ella
hincho sus mejillas en una linda forma. Quizás debido a eso, la viuda, Rosa,
quien estaba sentada a su par, intervino.
[Bueno,
es todo. No quiero ser una viuda antes que la ceremonia de boda acabe. Como Liz
dijo, no hagas nada tonto.]
[Eso
es. Sí, antes que la ceremonia de boda acabe— ¿Eh?]
En
medio de sus palabras, Liz miro a su hermana. Con una sonrisa, Rosa puso una
mano en el hombro de su hermana.
[¿Qué
pasa?]
[La
ceremonia de boda, dices…]
[Los
relinchos de los caballos son tan ruidosos. Debiste haber escuchado mal. No
recuerdo decir algo como eso.]
[¿A-Así
es eso…?]
Puede
ser la venganza por haberse desmayado ayer. Rosa está gustosa de ver a su
abrumadora hermana.
[Al
fin que soy una concubina.]
[¿Huh?
¿Una concubina?]
[Porque
el príncipe siempre está mirando fuera del este. No quiero que muera.]
[Dios,
Anee-sama siempre está hablando de dinero.]
Viendo
a Rosa jugando con Liz, Hiro suspiro. Dejarla hacer lo que sea que quiera puede
ser peligroso, así que Hiro decidió cambiar de tema.
[Con
cuidado, Liz. Y Rosa también.]
En
respuesta a la voz de Hiro, Liz giró sus ojos rojos que estaban borrosos de la
tensión.
[S-Sí.
Déjamelo a mí; me aseguraré que conseguir resultados.]
[Y
Rosa…]
[Sabía
que dirías eso. Siempre me lo he preguntado. Adelante, no te preocupes.]
Rosa
palmeó su hombro como si lo confortara. Hiro sonrió en satisfacción.
[¡Me
voy entonces!]
Hiro
tomó un paso atrás voluntariamente. La hermosa cara de Liz se le acercó.
[Estaré
montando un caballo rápido, así que asegúrate de responder.]
Liz
colocó su dedo índice en la punta de la nariz del confuso Hiro.
[Y
como dije antes, no seas imprudente. Si estás en peligro, huye.]
Ella
sonaba como una madre, y la boca de Hiro se curvo. Trató de decir que estaba
preocupándose mucho, pero Rosa lo interrumpió.
[Regresaré
al este pronto. Si necesitas dinero o comida, dime, y haré que lo entreguen al
noble más cercano. Puedo enviar soldados sin decirle al emperador. Puedo decir
que estoy manteniendo la seguridad en el este.]
[No,
estoy bien. Ambas están muy preocupadas.]
El
viaje es bien pagado, y hay muchos guardias elite con él. No hay problema con
la comida y bebida, y un viaje seguro casi está garantizado.
[Su
Alteza, Hiro. Estamos listos para irnos.]
El
que apareció desde atrás era Ghada. Estaba vestido en armadura negra, la cual
le daba un aire de guerrero.
[¿Estás
seguro que estás bien?]
Ghada
pregunto en un susurro. Hiro asintió y le recordó.
[No
quiero que te preocupes por mí, cuida de Rosa. Quiero que la lleves a salvo al
este.]
Había
una pequeña posibilidad que la facción rival llegaría a los extremos, pero
valía la pena ser cuidadoso con la existencia de la Muerte Negra.
[Déjamelo
a mí; me aseguraré que llegue a salvo.]
[Entonces
volverás al sur y entrenarás en el Fuerte Berg, ¿verdad?]
[Está
bien, pero… tengo una condición.]
[¿Sí?]
Hiro
inclinó su cabeza a Ghada, quien hablo extraño.
[Driks
irá contigo al Reino Levering. Sí es así, toma a Hugin y Munin contigo también.]
Antes
que pudiera preguntar por qué, Ghada habló.
[Son
excelentes. Los he conocido desde la época de la Armada de Liberación, y son
bastante capaces de defenderse solos. Son hábiles.]
[No
puedes llevarlos contigo. Puede que yo abandone si surge la necesidad.]
[No
importa. Ya están listos para eso. Pero no los subestimes. Esos hermanos harán
lo que tengan que hacer.]
Cuando
vio a los ojos perforantes de Ghada por su armadura, vio que estaba determinado
a no rendirse.
[Bien.
Los llevaré conmigo.]
[Bien,
hablaré con ellos. Ten cuidado en el camino.]
Luego
de observar la espalda de Ghada irse, Hiro volvió a Liz y demás otra vez.
[Liz,
la región de Felzen aún es inestable. Escucha con cuidado las palabras de Aura
y haz algo.]
[Entiendo.
Seguiré las instrucciones de Aura al pie. Soy buena comandando, pero no soy
buena planeando.]
[Aprenderás
lentamente. Solo toma tu tiempo. Solo se cuidadosa.]
[Sí,
buena suerte Hiro.]
Se
abrazaron entre sí y luego se palmearon la espalda y se retiraron. Liz sonrió
avergonzada. Hiro le sonrió. Pero la intranquilidad que reside en su corazón no
se irá.
[Volveré
del Reino Levering tan pronto como pueda, no seas imprudente.]
[Estaré
bien, en serio. ¡Estarás asombrado en cuánto he crecido desde que nos
encontramos!]
En
frente de Hiro, quien estaba tratando de convencerla, Liz puso sus manos en sus
labios y dijo.
[Haha,
es grandioso. Cuento contigo.]
Luego
volvió a ver a Rosa, y un suave shock vino a su rostro.
[Si
estás solito, montaré el caballo veloz. Vendré a ti siempre que pueda.]
Ella
lo abrazó de la nada y dijo algo que sonaba como si fuera una dulce madre.
[No,
si hago eso, el emperador se enojará conmigo…]
[Cuidaré
de ti incluso si pierdes tu posición, no te preocupes. Te gusta ese tipo de
cosas, ¿no?]
[Nunca
he sido un fan de ese tipo de vida…]
Hiro
sonrió amargamente mientras se alejaba de Rosa.
[Me
voy entonces.]
Volteó
su espalda a ellos y empezó a caminar al carruaje.
[¡He
estado esperando por usted, Hiro-sama!]
Munin
le abrió la puerta. Él le agradeció y entró, donde Hugin se le inclino.
[¡De
seguro haré mi deber como el guardaespaldas del hermano sabio!]
Hiro
se sentó en la silla proveída, pensando que ambos estaban siendo muy
entusiastas. Hiro miro fuera de la ventana a la puerta y vio a Liz y Rosa
despidiéndolo.
[Está
bien. Volveremos enseguida.]
Hiro
no estaba abrumado. Su mente estaba calmada. Su cabeza clara, y sus
pensamientos eran flexibles. No importa lo que le esperara, no sería derrotado.
Nadie se interpondría en su camino.
[Vamos.]
Él
le dijo al chofer, y el carruaje empezó a moverse lentamente.
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