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Capítulo 22: Kaede Quiere Sostener Mis Manos

 

Mi cuerpo estaba cansado porque había puesto más esfuerzo del usual en el juego amistoso, pero no me perdí de mi práctica de lanzamientos.

 

Los mejores jugadores, Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, eran atacantes y también grandes especialistas. Es por eso que siempre me quedaba solo luego de las actividades de club y seguía pateando el balón todos los días.

 

Exhausto al punto de no querer hacer nada por primera vez en mucho tiempo, estaba dejando atrás la puerta de la escuela para ir a casa cuando alguien palmeó mi hombro.

 

Cuando me di la vuelta, encontré a un hermoso dedo como un frío bloque tocando mi mejilla. La cara de Kaede estaba llena de dicha.

 

[Buen trabajo, Yuya. Estuviste genial otra vez hoy.]

 

Su respiración era blanca, pero sus mejillas estaban sonrojadas, y su voz se mezclaba con emoción. Me pregunto si la emoción del partido amistoso se había enfriado. ¿Estuvo esperando en el frío clima? Sus manos podían estar enfriándose.

 

[Puede ser tarde para hacer la cena, pero realmente quería ir a casa con Yuya-kun. ¿Fue una mala idea?]

 

[Bien, no realmente. Pero no tenías que esperar afuera, ¿verdad? Pudiste haberme esperado en la clase. Pudiste haberme enviado un mensaje y habría ido a recogerte…]

 

Envolví mis manos gentilmente alrededor de las manos de Kaede con incredulidad. Sentí culpa por hacer a la chica esperar sola en una noche de febrero cuando la primavera aún es lejana, y como una forma de al menos enmendarlo, le di a sus manos algo de calor.

 

[Oh um… Yuya-kun, ¿eres, eres tú? Tan de pronto, ¿qué está pasando…?]

 

[Cállate. Estás helada. Es tu castigo por forzarte en esperarme afuera en el frío.]

Eso es. Incluso si es frente a la puerta de la escuela, aún es peligroso para una hermosa chica como Kaede estar esperando afuera en la noche. E incluso si tiene una bata puesta, aún está usando una falda y es probable que haga frío si te quedas quieto. ¿Qué si coges un resfriado?

 

Kaede gruño mientras se desplomaban, pero sus protestas no fueron atendidas. No soltaré esta mano hasta que llegue a una temperatura normal.

 

[Si… si cojo un resfriado. Entonces… ¿Yuya-kun se ocupará de mí?]

 

[Claro, lo haré. Si Kaede coge un resfriado por mí, tendría que tomar la responsabilidad por eso. Pero si es posible, preferiría que no cogieras uno.]

 

Sí, estaría preocupado. Si dejo a Kaede sola en casa mientras estaba enferma en cama, no sería capaz de concentrarme en clases o incluso en las actividades de club porque estaría preocupado por lo que estuviera haciendo en casa.

 

[Mira. Usa esto. Volvamos a casa temprano y tengamos algo de comida caliente. Pasemos por el supermercado, compremos algunos vegetales y carne, y una buena sopa. Luego, mañana tendremos el resto y gachas de arroz. ¿Qué crees?]

 

Mientras hablaba del menú para la cena, me quite mis propios guantes y se los entregue. Podía sentir el punzante frío aire y la perdida de sensación en mis dedos. Metí mis manos en mi bata, pero realmente no hizo ninguna diferencia. No podía esperar a llegar a casa y meterme en un baño caliente.

 

[¡Espera, Yuya-kun! ¡Es lindo que me des tus guantes, pero eso no ayudará a tus manos!]

 

[Hm… Bien. Entonces hagámoslo.]

 

Kaede rápidamente tomó mi mano y la metió directo al bolsillo de su bata. Sus dedos se entrelazaron con los míos en una llamada conexión de amantes. Sus mejillas estaban cambiando de color como las hojas de otoño. Claro, no solo Kaede, sino también yo.

 

[Así las manos de Yuya no se enfriarán, ¿cierto? Creo que es bueno que los otros no puedan vernos desde afuera que nos estamos tomando las manos, ¿qué crees?]

“¿Qué crees?” ¡No me mires con esos ojos brillantes! Siento como que estoy por calentarme solo por sostener tu mano, y ahora ¿quieres poner nuestras manos en el bolsillo de tu bata?

 

¡No puedes verlo desde afuera, pero es obvio que nos estamos tomando de las manos, y creo que demuestra cuán cercanos somos!

 

[Fue Yuya-kun quien estuvo sosteniendo mis manos hasta hace un momento. No puedes convencerme que estás asustado ahora, ¿verdad?]

 

[Es cierto, pero… De hecho, es un poco… vergonzoso, o más bien…]

 

[¿O es que odias tomarte de las manos conmigo, Yuya? ¿Tienes algún problema con que alguien nos vea?]

 

Si fueras a preguntarme si no me gustaba, no me importaría. La forma que entrelazas tus dedos y tomas tus manos es como si fuéramos amantes, y si es Kaede, debería de estar llorando de la dicha. Heh, es divertido. Es como si ya estuviera enamorado del vínculo con ella.

 

[Vamos, tenemos que irnos, o el supermercado cerrará. ¡A darnos prisa!]

 

Mantuve mi paso con Kaede mientras empezaba a correr.

 

En el frío clima. Llegamos a casa, sintiendo la calidez de nuestras manos juntas.


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