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Capítulo 5: El Emperador Celestial y el Emperador del Hielo

 

22 de noviembre del año 1023 del Calendario Imperial.

 

Aura, escondida en el Fuerte Mitte, enfrentaba una decisión difícil. Está en una pequeña torre en el parapeto sobre la puerta principal.

 

[Este fuerte caerá hoy.]

 

En medio de la pesada tensión, el breve anuncio de Aura se encontró con un suspiro de arrepentimiento del personal. Pero no había nadie que se quejara.

 

Era por Aura que habían sido capaces de soportar hasta este punto.

 

[¿Qué deberíamos hacer? Es una lástima que un soldado de Grantz se siente y espere la muerte.]

 

Un miembro del personal dijo, y un soldado mayor hizo una cara amarga.

 

[¿Te refieres a que deberíamos estar preparados para pelear hasta la muerte?]

 

Los soldados quienes habían luchado tan duro por tanto tiempo estaban cansados, en efecto. No había nadie sin heridas. El suplemento alimenticio casi se acaba, y no había forma de reponerlo, ni hay esperanzas de rescate. Con la fuerza de los soldados bajando, no era una buena idea encerrarse. Sin embargo, incluso si lanzaban un desesperado ataque, no sería capaces de infligir daño en la armada enemiga.

 

[No tenemos más que luchar. Como pueblo de Grantz, debemos pelear en honor a nuestros ancestros.]

 

[¿Incluso si eso significa morir en vano?]

 

[No será en vano. Seguramente seremos llamados al servicio de los Doce Grandes Dioses.]

 

[Seguro, el Tercer Príncipe Blutar nos rescatará. No debemos rendirnos tan pronto.]

 

Los del personal estaban divididos en dos grupos: esos que querían seguir el asedio, confiados en un poco de esperanza, y esos que quería acabar el asedio y pelear como soldados. Eso dejaba que una chica llamada Aura decidiera cuál escoger.

 

[Voy a salir por un rato a pensar en ello.]

 

Aura bajo la mirada del parapeto, preguntándose qué debería hacer…

 

Pudo ver el campamento de los remanentes de Felzen que rodean el Fuerte Mitte. Mientras gira su mirada atrás, vio un lugar a tres kilómetros de la puerta principal.

 

Una mujer había sido congelada y expuesta al sol. Era alguien que Aura conocía bien.

 

[Lo siento.]

 

Aura apretó sus puños. El hecho que fuera impotente en ayudarla le hizo enojarse. No sabe para qué habían creado semejante escena.

 

Sin embargo, los remanentes de Felzen le han aconsejado rendirse si no quiere terminar como Liz. Solo en los dos últimos días fue que empezaron a hablar de ello.

 

[Algo está pasando. Pero ¿qué es?]

 

La impaciencia de la armada remanente de Felzen era palpable.

 

Pero en una situación donde la formación fuera destruida y siendo rodeada al punto donde ni una sola rata pudiera escapar incluso si tratan de liberar a un espía, era imposible descubrir las verdaderas intenciones del enemigo.

 

[Desearía al menos poder ayudarte…]

 

Ella miró otra vez a la congelada Liz. No sabe si está viva o muerta, pero como un sirviente de la Familia Imperial Grantz, le hizo enojar ser sujeta a semejante espectáculo.

 

[No se los perdonaré...]

 

Es un resultado de su propio error.

 

El chico de ojos y cabello negro nunca la perdonará por lo que hizo. Aura masticó sus labios en arremetimiento como si se reprendiera por lo que había pasado.

 

[Primero, las cosas van bien.]

 

En un intento de rodear a los remanentes de Felezen escondidos cerca, Aura huyo al Fuerte Mitte bajo el pretexto de estar en una situación difícil. Cuando los remanentes de Felzen los rodearon, vieron la oportunidad de salir uno tras otro y fueron tras el Fuerte Mitte.

 

Juzgando por el hecho que el número de la armada superaba los 30000, la operación debió haber sido exitosamente larga.

 

Se suponía que Liz, quien había recibido una nueva orden del Emperador, pelearía con Aura para pillar a los remanentes de Felzen y lograr la victoria y que el Tercer Príncipe Blutar acabará con los remanentes de Felzen, pero no pudo leer los movimientos del Gran Ducado de Dral.

 

Es por eso que Liz fue capturada por el enemigo, lo cual se debió a su error. Tenía que admitir que no había leído bien la situación. Había omitido la información más importante.

 

Era un error irreversible del cual no podía empezar a arrepentirse.

 

[…]

 

Vio sus pensamientos confusos. No pudo ver alguna luz, y las tácticas que había hecho en su mente estaban nubladas. Se convenció que no importa lo que hiciera, sería inútil. Es decir, le temía al error.

 

Ya que no había final a la vista, no era una decisión fácil de tomar. El siguiente movimiento que Aura haga determinara ya sea que sobrevivan o sean eliminados.

 

[No puedo dejar sus vidas en vano.]

 

Aura miro al gran número de soldados sentándose en el muro. La única razón por la que fueron capaces de aguantar hasta este día fue porque creían en Aura y pelearon por ella.

 

Al inicio, no había más de 5000 soldados, pero ahora había menos de 1000. Todos estaban atormentados por sus heridas, incapaces de siquiera dormir debido al intenso dolor, y algunos se volvieron emocionalmente inestables del miedo.

 

Mientras pensaba en qué hacer… vio la figura en un rincón de sus ojos. Era un gran hombre musculoso, pero se veía diminuto mientras miraba abajo de la parapeta al mundo debajo.

 

Su barba gris se ondeó en el viento mientras miraba a la congelada Liz. Y corrió a él.

 

[Lord Tris… ¿Qué está haciendo?]

 

[Aura-dono, ¿huh…? Estaba observando a la princesa.]

 

Nunca habían dicho mucho, pero cuando se habían encontrado antes en el Fuerte Berg, era más un viejo soldado rebosante de vida. Pero ahora, era un hombre muerto sin vida.

 

[Vuelve a la infantería. No estás para caminar.]

 

[No, está bien. No pude salvar a la princesa… y la hice pasar por eso.]

 

En la batalla en la cual Liz fue capturada, Tris retiro su unidad y regresó a pie para lanzar un asalto individual al Gran Ducado de Dral para recuperar a la capturada Liz.

El soldado debió haber encontrado un lugar para morir en batalla. Pero había una razón por la que no pudo.

 

[¿Dónde está Cerberus?]

 

La razón por la que el viejo soldado se había rehusado a morir ese día y había tomado refugio en el Fuerte Mitte era por la presencia del lobo blanco.

 

[Si es Cerberus-dono, aún no es consciente.]

 

Aura pregunto, y Tris apretó sus puños y apretó sus dientes.

 

Aura recuerda ese día muy bien. Tris llego corriendo al Fuerte Mitte con un lobo blanco en sus brazos, viéndose desesperado.

 

Aunque el mismo estaba lastimado seriamente, le pidió a Aura priorizar el tratamiento del lobo blanco sin considerar su propia seguridad. Allí, él, también perdió la consciencia. Fue solo el otro día que despertó.

 

[Sabía que vendrías cuando despertaste…]

 

[Como esperaba, no puedo dejar atrás a Cerberus-dono.]

 

Palmeando su nunca, Tris sonrió en molestia.

 

[La princesa estaría furiosa conmigo si lo hiciera.]

 

[¿Ceberus es la mascota favorita de Liz?]

 

[Los dos se conocen más de lo que puedo recordar.]

 

[Ya veo…]

[Y hasta que Cerberus-dono despierte…]

 

Cuando vio al rostro de Tris, vio que estaba sangrando de los costados de su boca.

 

Con sangre corriendo por sus ojos, estaba viendo a la congelada Liz con una diabólica expresión. Se veía como si fuera a salir en cualquier momento.

 

[Deberías de volver a la infantería.]

 

Aura golpeó a Tris en la cintura con todas sus energías. El enojo de Tris se disipo, y vio a Aura cuestionándolo.

 

[¿Qué le estás haciendo a un hombre herido…?]

 

[Cerberus, puede despertar. Será mejor que vuelvas a la infantería.]

 

Los ojos de Aura se suavizaron, y señaló a las estrellas, el exceso de las mangas de su uniforme militar revolotea en el viento.

 

[Liz estará muy molesta si no mejoras.]

 

[Gnunu…]

 

Como se esperaba, cuando el nombre de Liz es mencionado, Tris no tenía más que obedecer y asentir obedientemente.

 

[Muy bien, tomaré tu palabra y descansaré un poco.]

 

Tris sonrió y tranquilamente descendió de las escaleras que llevan a la infantería.

 

Aura, sola en el polvo, vio el campamento de los remanentes de Felzen extenderse en el suelo.

[Ataca, aplasta, pulveriza, destruye, aniquila.]

 

Trató de ponerlo en palabras, pero ninguna parecía cazar. ¿Deberían atacar y dispersarse o rendirse y sentarse a morir? No sabía cuál era el camino correcto.

 

[¿…?]

 

De pronto, vio el campamento de los remanentes de Felzen andar. Aura, quien había escalado hasta el parapeto, vio la situación con sus ojos. Luego, una mujer caballera se acercó a la puerta principal con un andar pesado.

 

[¡Atención, Trea Luzandi Aura von Bunadhara del Gran Imperio Grantz!]

 

Hubo una voz ruidosa que agitó los tímpanos de Aura. Aura se bajó del parapeto para esconderse, y vio abajo por una brecha.

 

Una hermosa y noble caballera está mirando alrededor del Fuerte Mitte.

 

Uno de los malos cálculos de Aura— un sobreviviente de la Familia Real Felzen. Es Haran Skaaha de Felzen.

 

[¡Será tu última advertencia! ¡Ríndete, que tus hombres no mueran en vano!]

 

No pensaban que aún estuviera viva. Había oído que toda la familia había sido asesinada por el Emperador, o más bien por el Primer Príncipe Stobel.

 

[¡Si te rehúsas a hacerlo, lanzaremos un ataque! ¿Cuál es tu respuesta?]

 

Skaaha incrusto su lanza azul en el suelo. Un silencio cayó. Nadie habló. Haciendo una expresión de decepción, los hombros de Skaaha se cayeron con pesadez.

 

[Notificaré a la Armada de Grantz.]

 

Con la puesta del sol cerca de llegar y el resplandor alrededor de ella, Skaaha dirigió sus palabras con sinceridad.

 

[Si entregan la custodia de Trea Luzandi Aura Von Bunadhara y Booze von Krone, me aseguraré que sus soldados puedan pararse en su tierra natal sin ser tomados como prisioneros.]

 

Es decir, estaba diciendo que los dejaría ir. Aura estaba sorprendida por eso. Había pensado que a ninguno se le permitiría volver a salvo.

 

[Les daré algo de tiempo. Todo lo que tienen que hacer es darnos a esas dos personas. ¡Quiero que lo piensen!]

 

La mente de Aura dudo. Si solo se rendía, sería capaz de enviar a los heridos a casa. Podían recibir apropiado tratamiento. Incluso podía salvar a esos que estaban entre la vida y la muerte.

 

Pero Bozze von Krone, quien está escondiéndose en el almacén subterráneo, se rehusará.

 

Aura, quien había decidido que no tenía más que llevárselo por la fuerza y sacarlo, cerró sus ojos con calma, se hizo a la idea, y dejo los muros.

 

Cuando Aura volvió a la pequeña torre, fue recibida por los ayudantes que la habían seguido hasta ahora. Entre ellos estaba Lord Spitz, quien estaba cubierto en vendajes.

 

Sus rostros eran oscuros. Quizás se dieron cuenta de su derrota.

 

[Me rendiré.]

___________________________

 

A esas palabras, los rostros de sus ayudantes se enfurecieron.

 

[¡Que no sea estúpida! ¿Quiere que entreguemos a nuestros superiores para sobrevivir?]

 

[Piensa en ello. No es como si no puedas imaginar por lo que pasaras.]

 

El ayudante más viejo sacudió su cabeza en rechazo.

 

Considerando lo que la Armada de Grantz había hecho en Felzen, no había duda que Aura sería humillada. De hecho, la Sexta Princesa, Liz, estaba en tal estado.

 

[Aura-sama, más que rendirse, estamos preparados para ofrecer nuestros corazones y reunirnos con los Doce Grandes Dioses de Grantz.]

 

Spitz dijo con una gentil mirada en su rostro.

 

[Si solo fuera Booze von Krone, lo entregaría.]

 

[Ciertamente, considerando lo que ha hecho.]

 

Ya que todos dijeron eso, la gobernanza de Booze fue atroz.

 

Se dice que los nobles que siguieron a la Familia Real Felzen fueron ejecutados, y sus hermosas hijas y esposas fueron vendidas como esclavas. Por eso, volvió a la hermosa Capital Real de Felzen en una espantosa vista.

 

Para ganar el favor de los nobles del Imperio Grantz, les había dado el privilegio de hacer lo que querían con la Capital Real de Felzen.

 

Para cuando Aura fue enviada a Felzen por orden del emperador, la capital real estaba en ruinas. Aura recuerda que el Tercer Príncipe Blutar estaba muy enojado lo cual era inusual.

 

[Muy bien, Aura-sama, ahora que el enemigo nos ha dado tiempo, pensemos en una forma de ganar.]

 

Mientras Spitz caminaba al escritorio al centro del cuarto, los otros empezaron a colocar piezas en el mapa como si no tuvieran elección. Las tropas de reserva están cansadas. La comida se está acabando, la fuerza de los soldados y moral está al punto más bajo.

[Es increíble que podamos pelear hasta que nos quedemos sin nada.]

 

El ayudante viejo dijo en tono de broma, y los otros asintieron en acuerdo.

 

Aura miro a sus subordinados y sintió calor saliendo de su pecho. Dijeron que aún creían en Aura, quien se había cansado y trato de rendirse.

 

[¿Deberíamos intentar atacar?]

 

[¿Podemos pretender salir al rescate de Su Alteza Celia Estrella?]

 

[Aura-sama, no podemos tomar esa decisión solos, por favor únase a este consejo militar.]

 

Aún iban a continuar peleando bajo el comando de Aura. Si ese era el caso— Debería decidirse. Ya que tenía semejantes subordinados, debía seguir resistiéndose sin perder la esperanza.

 

[No hay necesidad de salir con la determinación de destruirlos.]

 

Aura camino levemente por el escritorio y colocó piezas en el mapa.

 

[El enemigo tiene la ventaja, aunque están mostrando impaciencia.]

 

Hay algo allí. Debe haber una oportunidad allí.

 

Si es así, sobrevivirían al ataque enemigo de hoy y mañana, y el día después de eso, miserables como eran, sobrevivirían. Mientras se mantuvieran con vida, encontrarán una forma de sobrevivir. No deben abandonar sus vidas.

 

[Vive a tope. Y gana.]

 

Aura azotó su puño con firmeza y declaro la victoria. Nadie lo negó. El resto de los ayudantes asintieron con vigor, diciendo que era lo que querían.

[Primero, debemos sobrevivir al ataque de hoy.]

 

Auro pudo sentir su mente estar más clara. Ya no estaba perdida en pensamientos. No más miedo; les instruyó a sus ayudantes sin expresiones, pero con un color vivido.

 

Los ayudantes se dispersaron con energía a diferentes partes del castillo. Estaban en comando directo de todos los muros.

 

Algunos probablemente nunca se verían otra vez. Aunque sin decir palabra, corrieron a la pequeña torre con un andar que no dejaba rastro de ansiedad. Aura, quien había dejado sus instrucciones, camino con Spitz al jardín.

 

[Aura-sama, ¿está segura de querer hacer esto?]

 

[Sí. Iré directamente a cada muro a apoyar.]

 

El sol ya se había puesto, y Aura tembló mientras el aire empezaba a ponerse frío. Aunque un rayo de luz lunar estaba pasando por las nubes, iluminando a Aura con calidez.

 

Cuando Aura apareció en el jardín, los soldados esperando la vieron con ansiedad. Todos estaban vendados y mojados en sangre.

 

Aura les agradeció a todos y cada uno por luchar tan duro. Pronto se acabaría. Había menos de 100 de ellos en reserva.

 

[Puedo ser un estorbo, pero también estoy dispuesto a pelear.]

 

El soldado viejo, Tris, apareció. Aunque tenía heridas, su cuerpo estaba lleno de energías.

 

Aura estaba por preguntar qué había pasado, pero Tris habló primero.

 

[Cerberus-dono acaba de despertar hace un momento.]

 

La cara de Aura se sonrojo de felicidad, pero luego se volteó y apretó su agarre.

 

[Para proteger a Cerberus-dono, no puedo dejar caer este fuerte.]

 

[Atentos…]

 

[Si Tris-dono se nos une, seremos mucho más fuertes.]

 

Aura asintió con su cabeza, y Spitz agito sus manos con las de Tris con felicidad. Todos, los soldados de reserva estaban cantando felices, hombro a hombro, como si los inspiraran.

 

Mientras el tiempo pasaba, todos se ponían más y más tensos. Nadie quería perder tiempo hablando. El jardín fue cubierto con un sentido de opresión que parecía aplastar sus órganos.

 

Y luego— un grito llego de afuera del Fuerte Mitte junto con las pisadas de la armada enemiga. El sonido de botas de militares, docenas de veces antes, están llegando al cielo nocturno.

 

[¡Es hora! ¡Ahora lanzaremos un ataque! ¡Iremos sin reparo!]

 

La voz de Skaaha pudo oírse. Era una voz que llegaba fuerte y clara en sus oídos. No hay duda que tiene cualidades de un comandante. Aura se decidió y sacó el arma espiritual en su cintura.

 

Inmediatamente después de eso, la puerta principal se agitó y soltó un rugido.

 

Pudo haber sido el inicio de un ataque enemigo, pero Spitz giró su mirada.

 

[¿Qué le están haciendo al muro norte?]

 

Debían ser los arqueros atacando desde los muros, pero probablemente no hay muchos de ellos. Es fácil para el enemigo hacerse camino a la puerta y atacar.

[¡Bájense!]

 

Lo siguiente que pasó fue un gran sonido en el jardín como si rocas estuvieran cayendo.

 

[La puerta principal ya está dañada…]

 

Las puertas están meándose como si hubieran sido construidas para un mecanismo de asedio. Hubo un misterioso sonido de aplastar que hizo el aire volar.

 

Aura salió hacia la puerta para proveer refuerzos, pero la caída fue violenta.

 

[Guh… ¿Por qué?]

 

Levanto la mirada como si golpeara el suelo y vio a un hombre extraño parándose frente a ella.

 

[Tienes que morir. Lo siento, pero tengo que tomar tu vida.]

 

El hombre, vestido como un subordinado, dijo y sacó la espada que tenía en su cintura.

 

[¡Aura-sama! ¡Por favor huya!]

 

La impaciente voz de Spitz volaba mientras se daba cuenta de algo malo. Había una gran distancia entre él y Aura, incluso si tratara de ayudarla.

 

Aura vio al hombre quien levantó la punta de su espada, pero no tuvo efecto. Mientras la hoja brillaba a la luz lunar, una gran figura pasó entre ellos.

 

— Era Tris.

 

[¿Eh…?]

 

Cuando Aura libero una voz confusa, el sonido de la sangre vino de la espalda de Tris. Sangre fresca como una mancha carmesí cruzo el cielo estrellado. La misma desesperación se extendió por el jardín.

 

Todos abrieron sus ojos y miraron a Tris.

 

[Goguh… qu—]

 

Un sonido sordo agitó el aire nocturno, y el gran cuerpo cayó al suelo con un sonido igual de sordo. Pero por extraño, fue el asesino detrás de Tris quien cayó.

 

[Justo a tiempo, supongo.]

 

La voz salió desde atrás.

 

[¿Nu? Tú eres…]

 

Tris se dio la vuelta con una expresión de sorpresa y giro sus ojos al repentino intruso. Era un hombre moreno quien estaba tomando la calidez de la luz lunar.

 

[¿Quién diablos eres? ¿De dónde llegaste?]

 

Spitz gritó enojado al nuevo intruso.

 

[No, nadie sospechoso.]

 

El hombre movió su mano frente a su rostro, insistiendo que no era un sospechoso.

 

[¡Soy Munin, de la armada privada de Hiro-sama! ¡Me ordenaron darle una carta a Aura-sama!]

 

Tiene cicatrices y una fiera mirada en su rostro, pero tiene un aire de indiferencia en él. Claramente estaba fuera de lugar en el Fuerte Mitte lleno de tensión.

[Lord Spitz.]

 

Aura hizo a Spitz bajar su espada. Aunque en desacuerdo, Spitz obedeció.

 

Luego Aura se acercó a Munin y lo miro.

 

[Munin. ¿De quién viene eso?]

 

[Es de Hiro-sama.]

 

La sonrisa de Munin estaba brillando. Era lo más increíble que había dicho.

 

Hiro está aquí. ¿Cuándo fue la última vez que había intercambiado cartas con él? Parece, la última vez fue cuando le escribió una carta que estaba saliendo del Reinado de Levering.

 

[¿Cuántos?]

 

[1500— la mayoría es la élite de la Armada del Cuervo.]

 

Aura bajo sus hombros. En un instante, sintió su temperatura corporal subir. Es solo que no había esperado oír ese nombre en este día y época.

 

[En el camino de la Armada del Cuervo, incluso el Rey Demonio no es nada más que escoria.]

 

Aura murmuro y abrazó el libro del Segundo Emperador en una de sus manos.

 

¿No es mucho tener que ser comparado así? Muchos de los eventos de hace mil años han sido exagerados, para bien o mal, la Armada del Cuervo se ha vuelto una leyenda. Es difícil reescribir eso.

 

Probablemente el creador del nombre fue Hiro, pero parece que se pasó un poco.

 

[Aunque no es la “Armada del Cuervo” del “Dios de la Guerra”, ¿verdad? No pueden derrotar a los remanentes de Felzen, ¿verdad?]

 

Spitz intervino desde el costado, pero ninguno lo estaba escuchando.

 

[Y es la carta de Hiro-sama. Quiere que hagas lo que está escrito en la carta.]

 

[Bien.]

 

[Hiro-sama se ocupará del resto. Solo espera con orgullo.]

 

Aura leyó la carta con ayuda de la luz lunar, y una leve sonrisa apareció en su rostro sin expresiones.

 

[¿Aura-sama? ¿Encontró algo interesante en esa carta?]

 

Pero Aura agitó su cabeza, diciendo que era nada. Solo sonriendo porque estaba feliz.

 

Sin embargo, Aura de inmediato apretó sus mejillas caídas.

 

[Lord Spitz, haga que todas las tropas vayan al norte y hagan muchas fogatas.]

 

[¿P-Por qué? No es riesgoso reunir a todas las tropas solo en el muro norte.]

 

[Solo hazlo rápido.]

 

Spitz se reincorporó de golpe mientras una mirada fría se dirigía a él.

 

[¡Ha! De inmediato.]

 

Aura giró su mirada a Munin mientras Spitz corría, dejando un saludo detrás.

[Munin, ¿te vas a quedar?]

 

[Claro, creo en Hiro-sama.]

 

Munin río de todo corazón.

 

___________________________

 

Mientras la cálida luz lunar se vierte en el suelo, la congelante ola de viento también está soplando en el suelo. Sobre una pequeña colina, entre los fuertes vientos, hay un grupo de personas reflejando la negra luz lunar.

 

El joven dirigiendo al grupo, Hiro, extendió su mano a la luna llena, su sonrisa se profundizó.

 

[Es una buena luna llena. Es el día perfecto para morir (*nótese el meme).]

 

Cuando bajo la vista, pudo ver el Fuerte Mitte y la armada remanente de Felzen rodeándole.

 

Hiro llego del Gran Ducado de Dral a la Región de Felzen en solo un día. Hay una razón para que pudiera llegar en un corto período de tiempo, para un viaje que tomaría tres días normalmente.

 

Fue porque le había instruido al General Bakish preparar caballos para la trasferencia de antemano. El número de personas quienes podían seguir esa marcha forzada era de 1500 de 3000, lo cual era bastante impresionante.

 

[Hugin se ha infiltrado en las líneas enemigas. Estamos listos para atacar en cualquier momento.]

 

[Está bien.]

 

Ahora todas las condiciones para el rescate de la chica están listas.

 

[Hemos llegado tan lejos. Ha tomado tanto tiempo.]  

 

Hiro invocó al Emperador Celestial. La luz plateada en la oscura noche iluminaba a los soldados como si aliviaran su fatiga. Hiro tomó el mango del Emperador Celestial mientras descendía lentamente.

 

[Todo lo que tenemos que hacer esperar la señal.]

 

Sus instrucciones a Aura eran simples. La idea era dispersar las fuerzas enemigas y también mantener sus ojos pegados al Fuerte Mitte.

 

[Aura hizo su movimiento, y parece que Munin se ha infiltrado con éxito.]

 

Pudo ver un gran número de fogatas siendo iluminadas en el muro norte del Fuerte Mitte. Al mismo tiempo, el enemigo estaba atacando los otros muros, los cuales habían sido defendidos. Del Fuerte Mitte, el sonido de los tambores resonó, llevándolo por el aire a los oídos de Hiro. Debió haber sido una provocación para atraer su atención.

 

[Caballeros, estoy honrado que me hayan seguido hasta aquí.]

 

Hiro tranquilamente sacó al Emperador Celestial de su funda y se volteó a ver atrás de él. Miro a los rostros de los soldados mientras esperaban por la orden. Gracias a la luz lunar, pudo ver claramente sus fuertes expresiones. Un sentimiento de gratitud salía desde adentro, y Hiro naturalmente sonrió.

 

[Dediquemos nuestra victoria al Espíritu del Rey.]

 

Dándose vuelta para ver al frente otra vez, Hiro apunto la punta de la espada del Emperador Celestial en el cielo nocturno. Alguien libero un suspiro de admiración. Con la luz lunar a su espalda, él es el innegable Rey Héroe de los Gemelos Negros.

 

No hay nadie aquí quien dude que él es el “Dios de la Guerra” revivido en la era presente. Por eso, creen que la victoria está garantizada.

 

[Vamos, en marcha.]

No hay de necesidad de palabras para matar al enemigo. Y no se necesitan de términos de belleza para entrar en la batalla.

 

¿Qué quieren hacer, qué necesitan, qué están tratando de decir? Todo lo que es necesario es mirar a su espalda.

 

Él es el epitome del conflicto.

 

Él es la transcendencia de la autoridad.

 

Por eso, incluso si el Dios de la Guerra no habla, su mera presencia puede mover los corazones de otros.

 

[— Todas las fuerzas, a la carga.]

 

Hiro bajo el “Emperador Celestial” y corrió a la colina primero. Los otros jinetes fueron incapaces de seguir la velocidad del dragón veloz, pero no importaba.

 

Se concentraban en el Fuerte Mitte y no estaban prestando atención a la retaguardia. Si fuera ese el caso, no habría problema incluso si hubiera un pequeño retraso. El ataque sorpresa seguramente se logrará.

 

Los remanentes de Felzen deben estar pensando que este es su momento para lograrlo. Gracias a eso, pueden penetrar fácilmente.

 

[¿De dónde diablos vienen?]

 

Los soldados enemigos notaron el sonido de los caballos viniendo desde atrás y se dieron la vuelta. Pero fue demasiado tarde.

 

[¡¿E-El enemigo—?!]

 

 

Con un solo movimiento de su espada, Hiro corto la cabeza del enemigo y llego a los rangos enemigos con su dragón veloz. La caballería siguió la avalancha uno tras otro, y la “Armada del Cuervo” presionó con un paso violento.

 

Las armaduras fueron aplastadas por los caballos, y el sonido del pesado acero cortó el aire nocturno, resonando misteriosamente.

 

Incapaz de poner resistencia alguna, los remanentes de Felzen estaban muriendo. Como una filosa aguja, la “Armada del Cuervo” llego a todas las direcciones, matando a los enemigos que pasan sin fallar.

 

La armada remanente de Felzen, la cual había sido diseñada solo para una guerra de asedio, consiste principalmente en infantería de armada ligera.

 

Es decir, no había escudos para detener el apresurado poder de la caballería. Por eso, la “Armada del Cuervo” no podía ser detenida. Incluso si querían usar arqueros, la Armada del Cuervo ya estaba en el frente de línea.

 

También hay lanceros, pero todos tiene un papel de lanzamiento, así que a menudo se despliegan en el frente de un asedio.

 

Incluso si están atrás, son unidades de reserva. Las espinas alineadas son dolorosas, pero las espinas dispersas no. A menudo eran relajados, y era fácil de aplastarlos si la caballería estaba en marcha.

 

Si la batalla se vuelve en una lucha confusa con una mezcla de amistad y enemistad, los comandantes no podrán tomar decisiones y se confundirán. Son incapaces de ver las cosas con calma y se dirigen a sus propias muertes debido a la impaciencia y frustración.

 

Y sin un superior a seguir, las tropas se alocaron, y ahora que la noche ha caído, son invitados a pelear. Gritan, lloran, rugen, chillan, y varias venganzas se entrelazan para volverse un campo de batalla de la muerte.

 

[¡Sabio hermano!]

 

Una voz se escuchó. Hiro frunció sus ojos y miro alrededor para encontrar a Hugin moviendo una antorcha para anunciar su locación.

 

Qué imprudente de ella… Eso atraería al enemigo.

 

Pero cuando la alcanzó, se dio cuenta que sus miedos eran infundados. Cada soldado enemigo que pudo haberla atacado había sido disparado en la frente por su inigualable habilidad de arquería.

 

[Ve y pelea con Ghada.]

 

Se bajó del dragón veloz y palmeó su nuca, luego volvió a Hugin.

 

[Sabio hermano…]

 

[¿Encontraste a Liz?]

 

Cuando Hiro pregunto, Hugin una gran sombra cayó sobre su rostro y frunció sus ojos.

 

[Eh, sí… la encontré.]

 

[¿Dónde está?]

 

Viendo que no están juntas, podía estar lastimada. A Liz le gusta sorprender a las personas, así que podía salir y abrazar a Hiro, pero… la situación es poco probable.

 

[Justo allí.]

 

Hugin apuntó a— un bloque de hielo.

 

Hiro tuvo un nudo en la garganta cuando vio quien estaba atrapada adentro.

 

Siempre parecía disfrutar modificar su uniforme militar. Incluso había días cuando se le había preguntado a Hiro en cómo debía cambiar su uniforme. Su orgullo y gozo, su rojo uniforme militar. Había sido destrozado, y lo que se mira entre las brechas es probable que fueran vendajes. Los vendajes se envolvían alrededor de su cuerpo como una momia. Había laceraciones en su frente y muchos rasguños en sus mejillas y boca.

 

[A-Ah—]

 

Era el momento que había estado esperando, pero no quería este tipo de reunión.

 

Lentamente, se acercó a la chica congelada. Extendió su mano. Pero no podía tocarla. Un frío y helado muro bloqueaba su camino. Incluso en esa forma, la amargura y resentimiento no desaparecieron, y muchas espadas están clavadas en el hielo.

 

[…]

 

Las palabras no salieron. Incluso si tocaba el hielo, no podía sentir vitalidad de ella. Incluso cuando trató de preguntarle al “Emperador de las Llamas”, no consiguió respuesta.

 

Hugin no pudo decirle nada a Hiro, quien se sentó allí y miró a Liz con asombro.

 

[Perdón… Siempre tarde.]

 

O quizás si hubiera desechado todo el plan y solo concentrarse en ella, no habría terminado así.

 

[Sabio hermano, deber haber una forma de sacar a Liz-neesan—]

 

Hugin estaba por ofrecer su opinión, pero cerró su boca y se hizo atrás.

 

[¿Sabio hermano…?]


 


Desastrosa oscuridad se estaba esparciendo alrededor de Hiro. Un profundo, profundo negro estaba saliendo de él. Era una bizarra vista. Solo ver a esa sombría figura era suficiente para aplastarte el corazón.

 

El Emperador Celestial en la mano de Hiro estaba parpadeando.

 

—— La plateada espada blanca que había estado brillando tan hermosamente había iniciado a volverse negra y se paralizo.

 

___________________________

 

Retrocediendo un poco el tiempo atrás――

 

El frente de línea de la armada remanente de Felzen rodeando el Fuerte Mitte fue envuelta en calor. Había muchas fogatas encendidas en el área alrededor, balanceándose e iluminando los rostros de enojo de los soldados remanentes de Felzen.

 

Sus miradas fueron lanzadas al muro frontal, dónde muchas escaleras han sido puestas.

 

[¡Mensaje del campamento principal! ¡Segunda línea, a la carga! ¡Repito, segunda línea, a la carga!]

 

Cuernos fueron soplados de varios lugares. Arrasando el aire nocturno y gritando en el cielo nocturno.

 

[¡La caída es inminente! ¡Espero que pongas una buena pelea!]

 

Una fiera voz vino del comandante de primera línea. La segunda línea gritó en respuesta y empezó a avanzar. El frío aire soplando desde las Montañas Travant fue aplastado por las ondas de calor liberadas por los soldados remanentes de Felzen.

 

[¡Liberen los arcos! ¡Fuego!]

 

 

Un gran número de flechas disparadas de los arcos desaparecieron en la oscura noche. Solo el sonido de las plumas de flechas resonaban. Sin embargo, se dibujó un arco y cayó en el Fuerte Mitte, y varios gritos se alzaron de los muros del fuerte. Como impulsados por los gritos, la segunda línea corrió por la escalera con gran fuerza.

 

Aunque el enemigo no estaba poniendo resistencia. Estaban tirando piedras, removiendo las escaleras, vertiendo agua caliente, y usando lo que sea a su disposición para defender el Fuerte Mitte.

 

[Pero solo es cuestión de tiempo antes que caiga.]

 

Skaaha, quien estaba observando la línea frontal en el campamento principal de la armada remanente de Felzen, murmuro.

 

Mientras Skaaha estaba viendo el mapa preparado en su escritorio, sus ayudantes alrededor de ella estaban dando instrucciones rápidamente a sus respectivos mensajeros.

 

[¿Cuál es el estado del Tercer Príncipe Blutar?]

 

[Están de camino para acá, pero parece que la formación de unidad separada fue exitosa, así que al menos serán tres días antes que lleguen aquí.]

 

Rach dijo, apretando sus puños. Probablemente estaba encantado que pudieran comprar algo de tiempo. Aunque no debían bajar su guardia. Siempre está la posibilidad que en la guerra todo puede pasar.

 

[Ya veo… Podemos bajar a la retaguardia un nivel y enviar a esos soldados al frente.]

 

Cuando Skaaha señaló al mensajero en espera, le dio un saludo y de inmediato corrieron en la oscuridad. Luego Skaaha le lanzó una mirada al Fuerte Mitte.

 

[Parece que el enemigo ha notado que estamos concentrando nuestras fuerzas al frente.]

 

Hay muchas hogueras puestas en los muros. Las sombras negras se están moviendo de prisa, parece que el enemigo ha notado sus intenciones y están reuniendo a sus soldados.

[Bueno, no había nada que esconder, y más importante, sería muy tarde para ellos darse cuenta. Ya tenemos los muros.]

 

Rach dijo, y los ayudantes alrededor asintieron en acuerdo.

 

[Hemos hecho un arriate improvisado y lo pusimos en el frente de línea. Es un pesar que no pudiéramos construir una torre de asedio— Sentimos no poder estar a las expectativas de Skaaha-sama.]

 

El ayudante quien estaba a cargo de las operaciones bajo su cabeza en disculpas. Sin embargo, Skaaha lo tomó por los hombros y sacudió su cabeza.

 

[No hay nada por qué preocuparse. Se merecen halagos solo por llegar aquí hoy.]

 

[Skaaha-sama…]

 

[Pero sobre todo, la batalla aún no se acaba. Es muy pronto para estar distraídos.]

 

El rostro de Skaaha se tensó en una mueca, y miró a sus ayudantes.

 

[Aún no bajen su guardia. Nuestro enemigo es la Doncella de la Guerra. Pudo ocurrírsele todo tipo de planes. Si mostramos una brecha, seremos los acabados.]

 

[¡Entiendo!]

 

Los ayudantes sacaron una rigurosa voz. Skaaha asintió en satisfacción y luego envió a los mensajeros a revisar a cada uno de los muros.

 

[Tan pronto como el mensajero vuelva, destruiremos el Fuerte Mitte con todas nuestras fuerzas, sin reparos.]

 

[Entiendo— pero, ¿qué hay de los soldados de Grantz que están escondidos en el fuerte?]

 

[Esos que se rindan serán capturados, y esos que sigan resistiéndose no serán tolerados.]

 

[Entonces le notificaré a las tropas que hacer.]

 

Rach asintió con vigor y estaba por ir al centro de comando.

 

Pero—

 

[¡Mensaje urgente! ¡Este es un mensaje urgente!]

 

Un mensajero corrió al centro de comando, sin respirar. Los ayudantes quienes habían estado moviéndose se detuvieron y giraron sus miradas a la entrada.

 

Skaaha también levantó sus cejas y giró sus tercos ojos al mensajero.

 

[¿Qué pasó?]

 

[¡Ha! ¡Hay un ataque enemigo en la retaguardia! ¡El comandante de las fuerzas traseras me ha informado que necesita refuerzos!]

 

[¿Ataque enemigo de la retaguardia…?]

 

Cuando Skaaha murmuro en asombro, el mensajero que fue dominado por la frustración golpeó el suelo.

 

[La bandera es— ¡un dragón que sostiene una plateada espada blanca en un fondo negro!]

 

El mensajero abrió su boca con vigor con un estallido.

 

[¡Debe ser el Dragón de Un Ojo, el descendiente del Dios de la Guerra!]

 

En el centro de comando, los ayudantes estaban en pánico. Uno a uno, sus rostros se palidecieron, y empezaron a gritar.

 

[¡Mierda! ¿No se supone que esté atacando al Gran Ducado de Dral?]

 

[¡Es por eso que Lord Pupchen retiro sus tropas de Felzen!]

 

[¿Seguro que no estás equivocado? Oí los reportes que menos de 5000 tropas invadieron el Gran Ducado de Dral. El Gran Ducado de Dral, por otro lado, tiene una armada de 30000. La diferencia de fuerza es obvia.]

 

[¡Pero no hay error! ¡La bandera que están alzando es definitivamente la divina bandera del Dios de la Guerra!]

 

Aunque fue expuesto a ataques verbales de los ayudantes, el mensajero estaba tratando con desespero de comunicar la situación.

 

Pero no había forma que los ayudantes pudieran ser convencidos fácilmente. Estaban al borde de la victoria, pero cuando de pronto oyeron que el nuevo atacante era el descendiente del Dios de la Guerra, no pudieron evitar estar confundidos. 

 

[Es una pesadilla; deben haberse equivocado. Ve y revisa otra vez. ¡Lo entenderás!]

 

[No, no hay necesidad de revisar.]

 

[¿Skaaha-sama…?]

 

[Si dejas que tu imaginación te la juegue y sea la gran cosa; eso es lo que el enemigo quiere exactamente. Hablemos más tranquilos.]

 

El tranquilo espíritu de lucha en las palabras de Skaaha silenció a sus ayudantes.

 

[En primer lugar, ¿por qué esas personas están enojadas? ¿Qué pasa con el descendiente del Dios de la Guerra?]

[P-Pero… los rumores de él se han expandido a esta tierra también.]

 

[Rumores son rumores. No dejes que te molesten.]

 

Skaaha aplastó su mano en el escritorio y miro a sus ayudantes.

 

[No te dejes engañar por el nombre de tu enemigo. No pierdas de vista tu propósito. Lo que necesitamos hacer es detener a la Armada de Grantz de avanzar a la retaguardia, o al menos derrotarlos de una vez por todas.]

 

Sin esconder su indignación, Skaaha recogió su lanza azul y empezó a caminar. Rach suspiro y la siguió desde atrás. Los ayudantes volvieron a sus sentidos y la siguieron.

 

[¡Skaaha-sama! ¿A-A dónde va?]

 

[Es obvio; tengo que detener al enemigo que ha aparecido en la retaguardia.]

 

Skaaha le dijo brevemente y llamó al mensajero.

 

[¿Sabes del número del enemigo?]

 

[El enemigo está atacando con ferocidad… uno a uno, nuestros comandantes están siendo asesinados, y estamos al borde del colapso.]

 

Luego de oír las palabras del mensajero, Skaaha lanzó una mirada atrás. Luego oyó el sonido de espadas chocando que no se suponían estar sonando.

 

El rugido de las herraduras que agitaban tus entrañas, el grito de batalla que parecía perforar tus tímpanos. Un gran fuego saliendo con una fuerza que tornó el cielo de rojo, probablemente de las tiendas ardiendo.

 

[¿Cuántos pueden moverse rápidamente?]

 

Skaaha le preguntó a Rach.

 

[Tenemos cerca de 100 de caballería ya que pusimos a la mayoría en el frente de línea, así que es todo lo que podemos llevar.]

 

Con el campamento principal bastante invadido, solo 100 de caballería vagando por ahí en la oscuridad, vengando y aniquilando a cualquier enemigo que pudiera salir de la nada. Es imposible.

 

Skaaha giró sus distantes ojos al cielo nocturno. Las estrellas estaban brillando en el cielo nocturno, ajenas a la humanidad.

 

[¿Hay alguna posibilidad de revertir la situación?]

 

Si es así, decidió hacer todo lo que pudiera para ayudar.

 

[Lord Rach… Quiero que me traigas un caballo aquí.]

 

[Entiendo.]

 

Rach entró en la oscuridad, evadiendo las olas de soldados. Luego de ver su espalda, Skaaha giro su cuerpo a los ayudantes con rostros tranquilos.

 

[Me gustaría agradecerles a todos por su paciencia por mi egoísmo.]

 

Como si vieran la resolución de Skaaha, todos se pusieron de rodillas con nerviosismo.

 

Viendo a sus leales subordinados, Skaaha bajo sus ojos antes de abrir su boca.

 

[El hecho que hayamos llegado tan lejos es debido al esfuerzo de cada uno.]

 

Uno a uno, Skaaha con cuidado añadió una palabra de gratitud y palmeó los hombros de cada uno de sus ayudantes. Cuando les agradeció, giró su mano a las figuras inclinadas.

[Les confió la futura de operación. Quiero que entreguen una carta de mí a toda la armada.]

 

[¡Ha! ¡Te seguiré con mi vida tanto como pueda!]

 

Los ayudantes no debían dudar de las palabras de Skaaha. Debieron haber pensado que les ordenaría arrojar sus vidas por el bien de Felzen y seguir resistiéndose hasta el final por el bien del renacimiento de Felzen.

 

Pero—

 

[Huyan.]

 

Solo una palabra. Eso fue suficiente para hacer el rostro de los ayudantes se retorcieran de dolor. No era lo que estaban esperando oír. Vieron a Skaaha en cuanto se dijo eso.

 

[¿Por qué?]

 

No es solo una persona la que tiene esa pregunta. Era algo que todos tenían en sus mentes.

 

[¡Pelearemos junto a ti, Skaaha-sama!]

 

[¡Sí! ¡No hay forma que la deje atrás!]

 

Uno tras otro, los ayudantes sacaron palabras que sonaban como a que estaban gritando por ayuda. Como si se presionaran, los ojos de Skaaha se fruncieron, un cambio de antes.

 

[Como un sobreviviente de la Familia Real Felzen, esta es mi última orden como su líder.]

 

Las órdenes de la familia real son absolutas. Pero sin miedo, los ayudantes lanzan sus palabras una tras otra.

 

[¡Que nuestras cabezas caigan!]

[Exacto. Si vamos a ser una carga para ti, Skaaha-sama, moriremos aquí.]

 

[¡No nos subestime! ¿Cree que escogeremos huir solo porque somos superados?]

 

Skaaha se retiró bajo la presión de sus ayudantes.

 

Luego Rach volvió con un caballo.

 

[Creo que sería mejor rendirnos, Skaaha-sama.]

 

[¿Lord Rach…?]

 

[Eres el único rey que nos queda, y eres el único rey que seguiremos.]

 

Rach bajo sus hombros con una sonrisa amarga.

 

[Además, Skaaha-sama nos dijo antes que no deberíamos de perder de vista nuestro objetivo y que deberíamos detener a la Armada de Grantz.]

 

Rach le entregó los caballos. Mientras Skaakha tomaba las riendas, Racch se inclinó a una rodilla, como lo hacían los otros ayudantes.

 

[Nuestro rey. Por favor denos sus órdenes. Por favor comándenos para destruir a los enemigos que están contra Felzen.]

 

[Idiotas…]

 

Skaaha murmuro tranquila, libero una risita, y saltó a la espalda de su caballo.

 

[Deberían quedaste aquí y concentrarse en derribar el Fuerte Mitte sin pensar en nada más.]

 

[¿Wa? ¡Espera por favor! ¿No es lo mismo de antes?]

[No pueden solo dejar el centro de comando hecho polvo. Han desobedecido las órdenes una vez; tendrán que poner mucho esfuerzo.]

 

Un argumento sólido. Las palabras eran irrefutables, y los ayudantes se callaron, sin nada más que hacer. Asintieron con sus cabezas con expresiones complicadas como si fuera algo bueno que se les permitiera pelear en el mismo campo de batalla.

 

[Iré sola a la retaguardia y tomaré la cabeza del Dragón de Un Ojo.]

 

Fue recibido con disgusto por Rach.

 

[Por favor espere. Al menos llévese a Rach con usted. ¿Qué hará sin un escolta?]

 

[No. La línea trasera está en una lucha confusa con una mezcla de amistad y enemistad. Incluso si llevo un escolta, solo se perdería; incluso puede provocar una pelea.]

 

Por ello, un solo asalto armado— Ella, quien tiene uno de los Cinco Emperadores del Espíritu de la Espada el “Emperador del Hielo”, puede hacerlo.

 

[Lord Rach. Se quedará aquí y defenderá el campamento principal. ¿Está claro?]

 

[Entiendo…]

 

[¡Déjeme el resto a mí!]

 

Cuando halo las riendas, los relinchos del caballo sonaron. El aire se agito como anunciando la presencia de Skaaha a los cielos.

 

El caballo empezó a galopar a gran velocidad, en un instante, el campamento principal fue envuelto en oscuridad. Luego de eso, Skaaha llego al campo de batalla donde los gritos de decapitación están rugiendo.

 

Una infernal escena de gritos y llantos se extendían frente a ella, donde los enemigos estaban llegando a ella en todas direcciones.

La incesante lluvia de muertes estaba vertiéndose en este lugar.

 

[Gyaahh.]

 

[¿Cómo el enemigo puede estar tan cerca?]

 

28— es el número de soldados enemigos que han asesinado hasta este punto. Si se les permite avanzar más, las espadas de los enemigos ya están acercándose al campamento principal.

 

[¡Tomaré tu cabeza!]

 

[Gogaahh.]

 

Luego de perforar la garganta del enemigo de un solo golpe, Skaaha pateó a su caballo en su barriga y se paró sobre de los cadáveres de sus aliados. No hay tiempo para lidiar con enclenques. Ella tiene que encontrar al Dragón de Un Ojo. Pero en la oscuridad, en el vasto campo de batalla, sería extremadamente difícil encontrar a un solo hombre.

 

[¿Mi plan ha fallado?]

 

La mayoría de comandantes en el Imperio Grantz están sentados y observando la guerra en desarrollo. Pero había oído que había algunos que preferían pelear en los frentes de línea.

 

[Hay una posibilidad que el Dragón de Un Ojo esté afuera…]

 

Skaaha chasqueó su lengua y trató de girar su cabeza, pero su mirada llego a un lugar.

 

[Eso es…]

 

En la oscuridad, unas cuantas antorchas brillaron. Skaaha giró su caballo hacia ellas como si estuviera añorando un poco de esperanza.

 

Si su memoria no le falla, es donde puso a la congelada Sexta Princesa. Y mientras la distancia se cerraba, un poco de entendimiento se dibujó en los ojos de Skaaha.

 

La figura de un hombre sentándose frente a la congelada Liz, rodeado por múltiples de caballería. Siente un aire de supremacía que envía frío por su espalda.

 

Nunca había visto a nadie irradiar tal abrumadora supremacía antes. Es por eso que estaba segura. No hay duda en su mente que él es el Dragón de Un Ojo.

 

[¡Te encontré!]

 

Skaaha, quien grito feliz, preparó al Emperador del Hielo, encamino a su caballo, y empezó a correr a través del campo a gran velocidad. Claro, si hacía tanto ruido, el enemigo sería consciente de ella.

 

[¿Quién eres tú?]

 

[¡Soy quien te dará el pacífico descanso!]

 

Ella pateó el trasero de su cabello y saltó a la oscuridad mientras las antorchas estaban todas apuntándole a Skaaha. Una lanza fue arrojada a Skaaha, pero se las arregló para evitarla al girar en medio del aire. Luego ilumino la punta de su lanza, perforó la garganta del enemigo, pateó el cadáver y saltó.

 

Los soldados enemigos estaban asombrados por sus acrobáticas habilidades— movió el mango del “Emperador del Hielo” a sus cabezas y aplastó sus esqueletos. Mientras el plasma cerebral se esparcía por todo el lugar, Skaaha envió a uno a la muerte y alejo al segundo con un contraataque. En cuanto al tercero, lo bajo de su caballo usando solo la fuerza de su brazo y lo pisoteó con la herradura del amado caballo del soldado hasta la muerte.

 

[¡Hugin-sama! ¡Toma a Hiro-sama y huye—!]

 

[¿Crees que dejaré que eso pase?]

 

Un rayo de luz azul perforo el cuerpo del cuarto soldado enemigo quien está confrontándola.

[Ah— ¿Gofuh...?]

 

Un soldado enemigo con un gran hoyo en su estómago se bajó de la espalda de su caballo y cayó. Por fin, Skaaha dejo de moverse mientras incrustaba al Emperador del Hielo en el suelo.

 

[Es contra la caballería que mata mujeres y niños. ¿Puedes bajar ese arco por favor?]

 

Skaaha sacó su supremacía y miro sin más a la mujer que estaba apuntándole su arco.

 

Es una mujer morena. Por lo que parece, exuda una animosa atmósfera. Podía ver que sus manos estaban temblando. Estaba tan asustada como un pequeño animal que ataca a un depredador.

 

Aun así, el hecho que no huyera podía significar que adoraba al Dragón de Un Ojo.

 

Incluso si pierde su vida, incluso si muere en la miseria, no se arrepentirá, y en su miedo, hay una valiente determinación. Cuando Skaaha vio a semejante chica saludable, no pudo soportar que su vida fuera desperdiciada.

 

Es por eso que— Skaaha explotó en enojo.

 

[¿Intentas esconderte detrás de la espalda de una mujer todo este tiempo?]

 

Las extremidades de la mujer morena se tensaron al sonido de la voz que envió una corriente eléctrica por su cuerpo. Más importante, era una voz que podía ser escuchada por varios mientras viajaba a través del campo de batalla.

 

Es decir, es como decirle al enemigo donde estaba. De inmediato, las palabras empezaron a volar alrededor para confirmar la seguridad del Dragón de Un Ojo.

 

Aunque, Skaaha no pudo controlar sus emociones. Muchos soldados perdieron sus preciadas vidas para proteger al Dragón de Un Ojo. La mujer morena decidió confrontarla, aunque sabía que ella es inigualable.

 

[¡Aunque, qué desagradable apariencia!]

 

El letargo— a pesar de la abrumadora supremacía, no había sombras de energía.

 

[¡Si no vas a pelear, tomaré tu cabeza!]

 

Skaaha apunto la punta del “Emperador del Hielo” al joven que tenía una extraordinaria atmósfera.  

 

___________________________

 

Se sintió como un muro siendo derribado. Pero debe ser algo que no debería perderse. Era algo que existe como la protección para que el ser humano sea humano.

 

Aunque una vez que vio la escena frente a él, era imposible suprimir la urgencia que brotaba desde el fondo de su ser.

 

El odio se vuelve enojo. El enojo se vuelve en tristeza. La tristeza se vuelve en risa.

 

Luego de andar y andar por ahí, lo que yace adelante es la nada. Sin embargo, las emociones humanas son cosas fuertes y no desaparecen necesariamente. Se quedan en algún lugar. Siempre están ardiendo en un lugar que ni siquiera eres consciente.

 

Salen de la nada. Producen resultados que son tan grandes que incluso él mismo está sorprendido. La razón desaparece y se vuelve en una bestia mientras sus instintos están al descubierto.

 

— Las personas le llaman ganas de matar.

 

[¿Sabio hermano…?]

 

Hugin estaba consciente de la inusual sed asesina irradiando de Hiro.

 

[¿Cuánto más intentas mantenerte en silencio?]

 

Dijo una mujer caballera quien estaba cerca de Hugin.

 

De pronto apareció y envió a los subordinados de Hugin al bajo mundo en un pestañeo.

 

Hugin sabía que sería imposible para ella derrotar a la mujer caballera con sus propias habilidades de lanza luego que las hubiera mostrado a tal punto. Es por eso que hay cosas que no pueden ser entendidas.

 

[¡Hey, tú! ¡No te acerques más!]

 

Hugin sostuvo su arco y apunto la punta de la flecha a la caballera. No quería provocar más a Hiro. Sin embargo, ella ignoró a Hugin y se acercó más a Hiro.

 

[Soy Haran Skaaha de Felzen. Debo preguntar tu nombre, ¿quién eres?]

 

Claro, Hiro no respondió. Solo estaba viendo a Liz con ojos vacíos.

 

[¡Hey, te dije que te detuvieras!]

 

Hugin chasqueó su lengua. La maldijo en su mente por no escucharla. ¿Cómo puede ser tan capaz y ser tan ajena a la condición de Hiro?

 

Los sentimientos de Hugin no la convencieron, y la caballera miró a Hiro con una onda de enojo.

 

[¡Me he dejado el alma por pelear esta guerra, y por fin he llegado al punto donde puedo tomar venganza, y te interpones en mi camino y no me dices tu nombre!]

 

El sonido de una voz irritada sonó en el área alrededor. Aunque Hiro no se dio la vuelta.

 

[¡Fuh, no te burles de mí!]

Skaaha, quien había perdido su razón, recogió su lanza y saltó a Hiro.

 

[¡Hey, no te atrevas a tocar a mi sabio hermano!]

 

Sintiendo el ataque, Hugin lanzó sus flechas, pero todas fueron derribadas.

 

[Si retas a los Cinco Emperadores del Espíritu de la Espada— El Emperador del Hielo, deberías estar preparada para morir.]

 

Skaaha le advirtió a Hugin.

 

[¿Los Cinco Emperadores del Espíritu de la Espada, dices…?]

 

Hugin había oído un poco de los Cinco Emperadores del Espíritu de la Espada. Hiro le aconsejo huir por su vida si se los encontraba. Es cuando Hugin de pronto notó algo.

 

Quizás el Emperador del Hielo había retrasado su habilidad de lidiar con el peligro.

  

[Es una desgracia para un caballero atacar desde atrás, pero no hay necesidad de contenerte cuando se trata de esos que no conocen la etiqueta.]

 

Luego de golpear el suelo, Skaaha saltó. La lanza bajo desde arriba al fondo— como si se lanzara directo al suelo. Si fuera una persona normal, no sería capaz de esquivarla, y su poder aventaría su cuerpo. Si embargo, el bordillo de la “Princesa de la Camelia Negra” no solo se agitó sino rechazó la punta de la lanza, sino también, temerosamente, se afilo y la golpeó de vuelta con fuerza.

 

[Tch, ¿qué diablos con eso?]

 

Skaaha se giró y logró evitarlo al sacrificar un poco de piel en su mejilla. Aunque, antes que tuviera el tiempo de ajustar su postura, la lanza negra fue liberada. Skaaha saltó con un rostro sangriento. A pesar de eso, pudo evitar la lanza negra que estaba acercándose a ella con leve margen, y a pesar de que saltó, la lluvia de ataques nunca se detuvo.

 

[¡Qué extraño manto tienes—!]

 

Si eres intimidado, mueres; si estás dudoso, mueres; si tienes miedo; mueres. Así que una batalla se desarrolla sin siquiera tolerar un solo pestañeo.

 

Skaaha, quien sigue manejando la lanza negra que es liberada a una tremenda velocidad sin retraso, también es como un monstruo. Skaaha repelió el golpe de la lanza negra frente a su corazón y aterrizo en el suelo, levantando una nube de polvo.

 

[Hah, haha… Hah, ¿qué con eso?]

 

Mientras Skaaha, quien está respirando, levanto la mirada…

 

[D-Dónde tú…]

 

Hiro se paró frente a ella. En un pestañeo, la distancia entre ellos fue reducida a un alarmante paso. Pero siendo extraño, ninguno de ellos mostro signos de atacar.

 

Skaaha estaba mirando a Hiro, su boca se retorció en amargura.

 

Hugin era un reflejo de sí misma. Ella sabía por qué Skaaha habían dejado de moverse.

 

――Es debido a esos ojos negros.

 

[Ya veo… Es el Espíritu del Ojo Celestial, ¿huh?]

 

Como alguien que entrega su vida a las artes marciales, es algo extremo. Es un reino que solo un puñado de personas que han pasado su vida entera entrenando pueden alcanzar.

 

La habilidad de ver las partículas de respiración, para ver el aire moviéndose, para darse cuenta de todo.

 

[¿Cuánto poder tienes en ese pequeño cuerpo…? ¿De verdad eres un ser humano?]

Cuando Skaaha murmuro con un leve susurro, Hiro pinto sus labios con una sonrisa.

 

Silencio— No, a la opresiva sensación de ser forzado a estar en silencio, Hiro anunció su nombre en una voz fuerte.

 

[Hiro Rei Schwartz von Grantz…]

 

Levanto su mano derecha y toco el parche que cubre la mitad de su rostro.

 

La atmósfera es insoportable y estallo como una fuente de hegemonía. Una gran cantidad de poder presiono los alrededores. Malicia e intento asesino se mezclaban y empezaron a crear un espacio único y distorsionado.

 

En medio de eso, Hiro saco esas palabras que parecían derretirse en la oscuridad.

 

――Ese es el nombre de la persona que te matará.

 

Luego de eso, la negra espada inactiva del Emperador Celestial se movió con todas sus fuerzas. Skaaha fue capaz de atrapar el corte que fue liberado en un rango cercano, pero el impacto fue tan grande que el suelo se abrió.

 

[¡Guh!]

 

Luego, la pierna derecha de Hiro voló en el borde de la visión de Skaaha. Skaaha alzó su brazo izquierdo para coger el golpe, pero no pudo soportar el fiero golpe y fue lanzada como polvo.

 

[Nada mal… ahora es mi turno.]

 

Tan pronto aterrizo en el suelo, pateó la tierra y contraatacó cuando estuvo frente a frente con Hiro. La punta de su lanza era precisa y la apunto a el punto vital, pero Hiro hábilmente la aparto.

 

Por alguna razón, Skaaha nunca dejo de reír, aunque sus ataques fueron todos bloqueados.


[¡Hmph, déjame mostrarte mi poder!]

 

La voz de Skaaha fue tan chillante y calmada, clara como el viento.

 

La “bendición” del “Emperador del Hielo”— “Ataque Especial”. Las nubes se estaban tragando rápidamente las estrellas en el cielo, y una tormenta de tiranía barrio todo el cielo.

 

[El Emperador del Hielo me dijo que eres el usuario del Emperador Celestial.]

 

Una lanza de hielo, la cual incluso cambiaba el clima, fue creada en la atmósfera y cubrió el cielo. Como resultado, la temperatura empezó a caer drásticamente.

 

El inusual cambio en el ambiente causó que todos en el suelo se detuvieran y miraran al cielo.

 

[¡No hay necesidad de ir despacio! ¡El Emperador de Hielo, llévalo a su muerte!]

 

Mientras Skaaha bajaba sus brazos, una torrencial lluvia de lanzas de hielo llovía sobre la tierra. Una nuble blanca de humo envolvió el área, extendiéndose en el suelo y causando que la tierra se agitara como si tratara de engullir a Hiro.

 

Sin embargo, Hiro solo vio la escena como si fuera el problema de alguien más y no tenía ninguna intención de huir.

 

[¡Sabio hermano! ¡Por favor huye!]

 

El grito de Hugin resonó mientras las nubes se ponían negras. Pero era inútil. El área donde Hiro había estado ya estaba llena con lanzas de hielo desordenadas.

 

Hugin colapso en el lugar de la impresión, pero Skaaha libero un suspiro de admiración.

 

[Aún no está muerto. Pero estoy sorprendida. Ese Ataque Especial no funciona.]

 

Mientras el viento soplaba el blanco humo, aclarando tu visión y disipando el frío aire que congelaría tus pulmones si lo respiras, Hiro apareció sin daños especiales. Era como si un hoyo hubiera sido dejado en el suelo alrededor de él, y ni una sola lanza de hielo existiera.

 

[Ya veo… ¿No es esa la Camelia de la Princesa Negra?]

 

Skaaha se distanció de Hiro mientras recuperaba su aliento.

 

[Aun así, es un tremendo poder. ¿Cuán bajo has llegado…? No, ¿cómo puedes estar cuerdo cuando usas los conflictivos poderes del Emperador Celestial y la Camelia de la Princesa Negra?]

 

Como es usual, Hiro no respondió al monólogo de Skaaha, ni movió un solo musculo.

 

Lo que hizo es ver directo a Skaaha quien tembló como si hubiera sentido un escalofrío en su cuerpo como si hubiera sentido una extraña presencia que parecía perseguirla a donde sea.

 

[Y hay algo más. Pensé que podía ser el Espíritu del Ojo Celestial, pero por desgracia, el Emperador del Hielo lo negó. ¿Qué eres realmente?]

 

[…]

 

Como antes, Hiro no respondió nada. Skaaha bajo sus hombros en resignación y alisto al Emperador del Hielo.

 

[Escuchémoslo directamente de tu cuerpo. ¿Crees que la Princesa de la Camelia Negra puede prevenirlo?]

 

Aire frío empezó a fluir de la lanza azul. El gris humo cayó en el suelo y tiño el mundo.

 

[No hay nada que el Emperador del Hielo no pueda perforar.]

 

―― Divina Perforación.

Una explosión de gran energía. La lanza de hielo de Skaaha voló hacia Hiro como un rayo de luz.

 

Sin embargo, Hiro hábilmente manipulo la Camelia de la Princesa Negra para bloquear la lanza de hielo, la capa negra extendió sus mandíbulas y se tragó la lanza de Hielo. Skaaha fue horrorizada y lo miró incrédula.

 

[Es una falsa— De hecho, el que está arriba de tu cabeza es el real.]

 

Ella sonrió y señaló al cielo.

 

Cuando Hiro levanto la mirada sobre él, vio que el Emperador del Hielo estaba dirigiéndose a él, emitiendo una poderosa onda sónica que congelo el aire donde había pasado. La Princesa de la Camelia Negra aún estaba digiriendo la lanza de hielo, así que Hiro, ahora indefenso, trató de evadirlo.

 

[Lastima, tus pies están congelados debido al “Ataque Especial”… Es imposible escapar.]

 

Skaaha dijo. Había usado mucha energía, y su bello rostro mostró señales de fatiga. Aunque libero un rudo respirar y apunto su puño a Hiro.

 

[Es mi victoria.]

___________________________

 

El “Emperador del Hielo” golpeó a Hiro como si lo aplastara. Hizo un fuerte sonido de explosión y creó una gran nube de polvo. Hiro fue lanzado como resultado del impacto y colisiono con el bloque de hielo en el cual Liz estaba atrapada, al instante se mezcló en el polvo y desapareció de la vista.

 

—— El despertar fue instantáneo.

 

Hiro libero un pesado y fuerte respirar debido al intenso dolor que surgió de su costado.

 

[Aghm guahh…]

Sus ojos, los cuales habían estado nublados antes, rápido se aclararon, y sintió la oscuridad que había estado dominando su mente disiparse. Recostando su cuerpo contra el grueso muro detrás de él, Hiro miro a su costado. Una tremenda cantidad de sangre estaba saliéndose. Era como si un grifo se hubiera rotó y sangre fresca se estuviera escurriendo.

 

[Ha sido un tiempo desde que sangre…]

 

Probablemente es un castigo por ser tan dominado por el enojo que se rehusó a ajustar. Pero gracias a eso, se despertó.

 

Si es algo, el frío sentir en su espalda sacó el calor de su ardiente cuerpo. Sintió como si alguien estuviera tratando de decirle que se calme.

 

Miro sobre su hombro y vio a Liz atrapada en una jaula de hielo.

 

[Gracias… Me trajiste de vuelta.]

 

Los ojos de Hiro se retorcieron con tristeza, y se paró.

 

Ya— la herida abierta en su costado se ha cerrado. Hiro sintió una vaga intranquilidad a la vista de su tremendo poder curativo.

 

[De verdad… me he vuelto un monstruo, ¿no?]

 

Se preguntó por dónde se había ido mal, dónde había dejado sus emociones atrás. La pregunta de si realmente era humano paso por su mente.

 

[¿Aún estás vivo luego de recibir toda mi fuerza…?]

 

Escuchó una voz que sonaba terriblemente sorprendida.

 

Cuando Hiro volteó sus ojos a esa dirección, vio que el polvo que había sido levantado por el frío viento se había aclarado.

Skaaha miro a Hiro con sospecha, y en sus ojos, había asombro que no pudo esconder.

 

[¿Por qué aún estás vivo? ¿Realmente eres un ser humano? Es como eres…]

 


[No tienes nada más que decir. Solo soy un poco más resistente que otros, es todo.]

 

Hiro silenció a Skaaha y se acercó a ella sin ganas. En su mano estaba el blanco y plateado Emperador Celestial.

 

Skaaha tomó una rápida decisión y levantó el “Emperador del Hielo” sobre su cabeza.

 

Los siguiente que supo, un shock la golpeó. El suelo se deshizo con ruido, y Skaaha fue enterrada hasta sus tobillos.

 

[Ahora empieza lo bueno.]

 

Hiro levanto su mano derecha y chasqueó sus dedos. De pronto, el espacio alrededor empezó a distorsionarse, una grieta apareció, y como una señal, grietas empezaron a formarse en el espacio una tras otra. Lo que sale de las grietas son armas espirituales.

 

Las armas espirituales que fluyen en el cielo nocturno llenan el terreno como estrellas. En frente de la mágica escena, Skaaha estaba asombrada como si se fascinara por eso.

 

Es como si los cielos y la tierra fueran reservados, y la gentil luz es muy cálida.

 

[Ya veo… eres un hombre extraño.]

 

Skaaha sostenía al Emperador del Hielo.

 

[Demos lo mejor.]

 

Hiro, por otra parte, sostuvo el Emperador Celestial.

[Sí, no tengo mucho poder de sobra. Así que debo usarlo en un ataque.]

 

Skaaha saltó atrás y sostuvo el Emperador del Hielo en su espalda. Su supremacía se alzó, e hizo un sonido como si el aire se estuviera rompiendo.

 

La bendición del “Emperador del Hielo”— “Ataque Especial”.

 

El agua alrededor de Skaaha se congelo, y un gran número de lanzas de hielo aparecieron. Todas ellas fueron apuntadas a un joven en particular, Hiro.

 

[…]

 

Hiro, por otro lado, solo se paraba allí en su estado natural. No había consciencia; solo estaba la nada. Sin embargo, la supremacía que irradiaba de su cuerpo era extraordinaria.

 

Cuando Hiro dio un paso al frente, el suelo se agito, incapaz de soportar el inmenso poder.

 

La Bendición Celestial del “Emperador Celestial”— “Divina Velocidad”.

 

Las armas espirituales invocadas alrededor de él emitieron una violenta luz brillante. Todas estaban apuntando a una mujer en particular— Skaaha.

 

Y entonces— el mundo se agito.

 

La victoria y derrota fue instantánea— en cuestión de segundos. Pero Hugin, quien estaba viéndolo, sintió que casi era una eternidad.

 

Cientos, decenas de miles, y miles de millones de batallas desarrolladas frente a sus ojos.

 

La supremacía y las supremacías creadas por los Cinco Emperadores del Espíritu de la Espada— las secuelas del impacto creadas por la colisión de los dos resonarían por tres mil mundos. La única forma de captarlo es con tus sentidos. No era una velocidad que pudiera ser seguida con los ojos.

Era un reino absoluto que ni una persona ordinaria podría llegar. Esta es una batalla entre los portadores de los Cinco Emperadores del Espíritu de la Espada.

 

Hugin no sabía quién tenía la ventaja o desventaja. Cuando Hugin se dio cuenta, el ganador había sido decidido.

 

[¿Perdí…?]

 

Skaaka estaba yaciendo de espaldas. El cielo había vuelto a su normal estado estrellado.

 

[¿No hay heridas fatales…?]

 

Todos son cortes en su cuerpo, pero ninguno es fatal.

 

Aún puedo luchar, ella dijo, apretando sus dientes y tratando de pararse.

 

[Tengo cosas que cumplir. No solo puedo colapsar aquí…]

 

Pero primero cayó su rostro. No tenía fuerzas en sus extremidades. Empezó a llorar en frustración y azotó su cabeza en el suelo.

 

[Es tan frustrante…]

 

Viendo a Skaaha empezando a sollozar, Hiro tranquilo se le acerco. Cuando Skaaha oyó el sonido del suelo siendo pisoteado, levanto la mirada y le dio un vistazo a Hiro.

 

[¿Quieres matarme?]

 

[…]

 

Sin decir palabra, Hiro señaló la punta del Emperador Celestial a Skaaha.

 

[Quiero que le digas a Booze, el Gobernador de Felzen, y al Primer Prícipe Stobel.]

 

[¿Qué quieres decirles?]

 

[Los mataré incluso si me cuesta la vida.]

 

El odio envió un escalofrío por su espalda que hizo a Hiro interesarse.

 

[¿Puedo preguntar qué está pasando?]

 

[No es algo lindo.]

 

[Si no quieres, está bien. Todos tenemos partes de nuestras vidas que no queremos oír.]

 

Skaaha vio a Hiro por un momento, luego bajo sus ojos con tristeza y empezó a hablar.

 

[Estaba estudiando en el extranjero, así que escape del peligro…]

 

Skaaha, quien estaba estudiando en los Seis Reinos, escapó del desastre, pero lo que le esperaba a su regreso era la capital real en ruinas. Las personas sobrevivientes fueron superadas por los soldados de Grantz, quienes los trataron como esclavos, y sus hermanos todos fueron decapitados. Sus hermanas habían sido humilladas y tomadas por Stobel, y sus cabezas habían sido enviadas a ella luego.

 

[Ves, no hay nada de bueno en eso, ¿verdad?]

 

[Ciertamente es… cierto.]

 

[Muy bien, es suficiente. Puedes tener mi cabeza.]

 

Skaaha ofreció su cabeza. Es algo bueno que hacer.

 

[Tienes un fuerte deseo de venganza, aunque escogiste morir muy fácil.]

 

[Debes tener tus propias razones para querer matarme.]

 

Skaaha miro a la congelada Liz. Hiro también miro en la misma dirección, pero rápidamente giro sus ojos a su posición original.

 

[Sí. Si hubiera muerto, tendría que matarte.]

 

Pero Liz está viva, no hay duda. Si Skaaha realmente hubiera intentado matarla, no había necesidad de ponerla en el hielo. Sería poco efectivo como un ejemplo.

 

A las personas no les disgustan las cosas bellas. Pero tendían a alejar la vista de las cosas feas. Es decir, viéndola con todas las partes de su cuerpo intactas no transmitiría la crueldad.

 

El enojo no puede ser sustanciado en una situación donde no hay confirmación de la vida o muerte. Si quería incitar el enojo, si quiere construir el resentimiento, la forma más efectiva sería cortarle la cabeza a Liz y enviársela.

 

[Pero no hiciste eso. ¿Por qué?]

 

[No tengo interés en matar a mujeres y niños. Para empezar, no tengo nada contra ella. Por ello, sería inaceptable para mí tomar su vida como un miembro de la Familia Real Felzen.]

 

[¿Estás diciendo que es cuestión de autoestima?]

 

Skaaha asintió a las palabras de Hiro.

 

[Como la última sobreviviente de la Familia Real Felzen, debo defender el orgullo de ser un miembro de la familia real.]

 

Y sobre todo— ella dijo, giro sus sincero ojos a Hiro.

[El orgullo dejado por mis padres no será pisoteado por nada.]

 

Hiro no pudo evitar sonreír cuando oyó esas palabras. Sintió que era como ella.

 

La forma en que trato de proteger lo que quedó atrás por esos cercanos a ella, la forma en que era vengativa, pero aún torpe con un lado dulce— ella era como ella.

 

[¿Qué es tan divertido?]

 

[No, lo siento. Me trajo buenos recuerdos de vuelta…]

 

Hiro se disculpó y luego puso una cara seria.

 

[Te dejaré vivir.]

 

[¿Qué?]

 

Hiro bajo sus hombros mientras Skaaha lo miraba con una expresión de sorpresa.

 

No es que quisiera mantenerla con vida por lástima o que escogiera ayudarla por el respeto de sus sentimientos. Solo es que no era divertido— parecía verdaderamente ridículo tomar su vida debido a las intenciones del Emperador y Stobel.

 

[No tiendo. ¿Por qué me perdonas? Soy quien puso a la Sexta Princesa en todo esto. No solo eso, herí a incontables de tus soldados con mis manos. He llevado a muchas personas a la miseria. ¿Vas a perdonarme por eso…?]

 

Skaaha estaba bastante nerviosa.

 

No es que esté feliz que su vida haya sido salvada, pero una especie de ilusión es evidente en su voz.

 

[Ya veo… tú eres…]

Hiro notó que quería morir. Había perdido a sus padres; había perdido a sus hermanos. No tenía hogar al que volver y ningún lugar al que pertenecer.

 

Debió haber reunido a sus antiguos compañeros y mantener su ego intacto, pensando solo en venganza. Para presionarse por no ser capaz de salvar a sus familiares y para expiar el crimen de envolver a los soldados y las personas en su venganza, buscaba un lugar para morir.

 

Si ese es el caso, entonces…

 

[Todos vivimos a un costo. Si quieres expiarlo, entonces puedes escoger la muerte. Pero si es un escape, no es nada más que auto satisfacción.]

 

Hiro luego se le acerco y puso su boca cerca de su oreja.

 

[Si aún deseas morir, tomaré tu vida. Desde ahora, seguirás trabajando como mis manos y piernas.]

 

Esas palabras limitan su arrogancia. Skaaha exclamó en incredulidad. Sin embargo, si no decía eso, escogería la muerte— escogería el suicidio.

 

Pero ello, también le dio esperanza.

 

[Cuando llegue el momento—]

 

Las siguientes palabras fueron cortadas por los halagos de los soldados de Grantz mientras gritaban por el triunfo.

 

Sin embargo, debieron haber llegado a los oídos de la chica. Mientras el tiempo pasaba, su mente empezó a entenderlo, y sus ojos recuperaron su brillo, y asintió con vigor.

 

___________________________

 

25 de noviembre del año 1023 del Calendario Imperial— Tres días han pasado desde el asedio del Fuerte Mitte. En ese día, muchos de los remanentes de Felzen, se dieron cuenta de su derrota, se aprovecharon de la oscuridad y desaparecieron.

 

No habría batallas mayores desde ahora, pero habría frecuentes fricciones en varios lugares. El resentimiento de las personas de Felzen no desaparecerá solo porque perdieron, y mientras sean oprimidos, no podrán recuperar su paz.

 

Será un gran, gran tiempo antes que la paz esté restaurada en Felzen. El Imperio Grantz tendrá que continuar gastando grandes cantidades de dinero en Felzen.

 

La Región de Felzen ha estado cansada por repetidas guerras. Las personas no tienen donde vivir, y los soldados ni a donde ir. Hay ladrones, bandidos, insurgentes, y otros, pero pronto, habrá una locura de saqueos en muchos lugares, y monstruos que huelen la sangre atacarán las villas.

 

Cuando eso pase, una masiva fuerza militar será desplegada otra vez para restaurar la seguridad.

 

Pero no es como que el oeste pueda permitirlo.

 

Entonces lo que pasará— Hiro suspiro mientras concluía.

 

Ahora estaba en una infantería temporal en el jardín del Fuerte Mitte. Una cama con limpias sabanas fue colocada frente a él.

 

Quien está respirando tranquilamente era Liz. Hiro apretó su mano gentilmente.

 

[Sí, Tris y Cerberus están a salvo. Ambos están heridos, pero el doctor militar dijo que están bien de salud. Han comido mucho y están bien.]

 

[…]

 

No había respuesta. Hiro bajo sus ojos con tristeza.

 

[— Todo lo que queda eres tú, y todos están esperando que tú despiertes.]

 

Hiro siguió hablando, tratando lo mejor para contener sus emociones que estaban amenazando con salirse de su garganta.

 

[Es el opuesto de lo que pasó ese día. Recuerdo cuán preocupada por mí estabas ese día.]

 

La consciencia de Hiro se nublo ya que no podía soportar la vasta cantidad de conocimientos que fluían en su mente como una reacción al uso del “Espiritual Ojo Celestial” cuando fue traído de vuelta a este mundo. Fue ella la que se ocupó del joven que acababa de encontrar y probablemente no tenía ningún sentimiento por él. Cuando se despertó, la gentil compasión de la chica le llego.

 

Es por eso que cuando descubrió la situación de Liz, se juró a sí mismo el ayudarla. Nunca olvidará el voto que le hizo ese día. Pero los sentimientos están más allá de eso.

 

[Liz… ¿qué crees que estoy tratando de lograr ahora?]

 

Se pregunto en lo que pensaría cuando descubriera su verdadero objetivo, el cual no le había dicho a nadie. En la mente de Hiro, la conclusión ha sido alcanzada. Probablemente nunca cambiará.

 

Así que…

 

[Por favor, cuando el momento llegue, será tu—]

 

Con una sonrisa de burla, Hiro gentilmente acarició la mano de Liz, la cual estaba con cicatrices.

 

Y entonces…

 

[Por favor cuéntame de la condición de Liz…]

 

[¡¿—?!]

De pronto fue llamado desde atrás, y Hiro se dio la vuelta con una expresión de sorpresa.

 

[¿Qué pasa…?]

 

A la entrada de la infantería. Aura estaba parándose allí. Los vendajes en su cabeza eran dolorosos de ver.

 

[¿Por cuánto tiempo has estado ahí?]

 

[Hm… acabo de llegar.]

 

Las palabras de Aura no eran claras mientras veía a Liz y Hiro, con sus ojos llenos de vergüenza.

 

[Me disculpo por eso.]

 

Aura de pronto inclino su cabeza a Hiro.

 

[Sé que no es nada que pueda ser perdonado con una disculpa.]

 

Aura junto sus manos con fuerza y giró sus ojos a él con todas sus fuerzas, tratando de no liberar una lágrima. Es raro para la usualmente Aura sin expresiones revelar sus emociones con tal vigor.

 

[Tomaré toda la responsabilidad.]

 

Por eso, está preparada para aceptar cualquier castigo o reprimenda.

 

También era ser una de los que han recibido muchas cicatrices de la reciente batalla. No hay nada que pueda decírsele. No había punto en ofrecer palabras de confort.

 

Así que Hiro solo le sonrió y abrió su boca.

[Me alegra que también estés bien.]

 

[¡¿—?!]

 

Los ojos de Aura se caían mientras apretaba sus labios para contener las lágrimas.

 

[El plan de Aura no estaba mal. Creo que era bueno y un plan bien pensado.]

 

Pero eso no cambia el resultado. El plan de Aura falló y causó un gran daño al Imperio Grantz.

 

Aunque el consejo de Hiro no cambiará el castigo probablemente, es certero que ella no saldrá ilesa.

 

[El futuro es desolado. Tu futuro está en un precario balance.]

 

Aura asintió consciente como si entendiera eso. Sus ojos le decían que estaba preparada para aceptar cualquier resultado.

 

[Pero es más difícil para Hiro de lo que es para mí.]

 

No es solo que hizo que el Gran Ducado de Dral se haya retirado de la Región de Felzen. Sin mencionar el hecho que se ha asegurado que el Imperio Grantz soportará una porción de las pérdidas de esa batalla.

 

Sobre todo, rescató a Liz, el portador de los Cinco Emperadores del Espíritu de la Espada, e incluso salvó a Aura del aíslo. Sus logros deben ser inmensurables.

 

La nobleza central, liderada por la familia Krone, no se silenciarán. El Primer Príncipe Stobel y los otros herederos al trono, quienes han estado tramando tras bambalinas, también saldrán al escenario.

 

[Lo sé. Pero no bajaré mi guardia, y no seré complaciente.]

Luego, como si recordara algo importante, Aura inclinó su cabeza.

 

[He llamado… al Gobernado de la Región de Felzen, Booze, al centro de comando.]

 

[Gracias. Sería malo tenerlo esperando, ahora iré.]

 

[Sí.]

 

[Mientras tanto, te confió a Liz. El doctor dijo que debería despertar pronto.]

 

[Quizás esté bien tener a Boozer esperando.]

 

[No, quiero acabar con esto antes que Liz despierte.]

 

Luego de decir eso, Hiro dejo la infantería, dejando a Aura descansar. El sol lo recibió mientras salía afuera. Los soldados estaban ocupados dando vueltas.

 

Estaban limpiando el Fuerte Mitte para prevenir la propagación de la enfermedad, disponiendo de los cuerpos, y otras tareas que les dé ganas de alejarse. Aunque no se quejan y estaban absorbidos en su trabajo.

 

En el camino a los muros del frenético lugar, Hiro llamó a algunos de los soldados patrullando y les instruyó seguirlo.

 

El centro de comando estaba localizado sobre la puerta principal, en una pequeña torre construida en los parapetos.

 

Muchos hombres estaban esperando en la entrada, y uno se paró frente a Hiro.

 

[He estado esperando por ti.]

 

Era Spitz, uno de los ayudantes de Aura.

Su bello rostro, el cual provocaría gritos agudos si caminara por las calles, estaba opacado por la fatiga y falta de sueño. Cerca, los ayudantes de Aura estaban parándose alrededor, viéndose nerviosos.

 

[Son todos los que trajo aquí.]

 

Spitz apunto su dedo a la puerta detrás de él.

 

Luego endureció su postura, se bajó de rodillas, e inclino su cabeza. Los ayudantes de Aura en el área alrededor repitieron el mismo gesto como si siguieran a Spitz.

 

[Estoy muy agradecido por su ayuda.]

 

Era una rara y sincera actitud de Spitz. Eso indica cuán peligrosa fue la batalla.

 

Hiro palmeó a Spitz en el hombro y agitó su cabeza, diciendo que no había nada de que preocuparse. Aunque Spitz se mantuvo inclinado a media cintura y no levanto su cabeza.

 

[Me gustaría hacer una plegaría respecto a Su Majestad Celia Estrella. Sé que puede parecer como algo conveniente que decir, pero ¿por favor puede darle a la General de Brigada Aura su más cálida consideración? La culpa de este declive no es de ella, sino de nosotros por fallar en hacerlo un éxito.]

 

Parecían estar diciendo, [Daremos nuestras cabezas por eso.] Daban esa vibra.

 

[¡Como sea, le ruego a Su Alteza Hiro interceda con Su Majestad el Emperador!]

 

Sus subordinados realmente querían a Aura, Hiro pensó.

 

[Está bien. Puede no ser capaz de escapar del castigo, pero debería ser capaz de evitar el castigo severo.]

 

[¿Es en serio?]

Cuando Spitz levantó su cabeza en sorpresa, los subordinados de Aura gritaron.

 

[Sí, no te preocupes, puedes volver al trabajo. Me ocuparé del resto.]

 

[¡Ha! ¡Por favor cuida de Aura-sama!]

 

Se inclinaron otra vez, y Hiro les hizo dar paso atrás con una agria sonrisa.

 

Luego de tocar la puerta de la torre dos veces, entró con los guardias.

 

[Perdón por hacerte esperar.]

 

[Dentro, el Gobernador de la Región de Felzen, Booze von Krone estaba sentándose con una nerviosa mirada en su rostro.]

 

[¡S-Su Alteza Hiro!]

 

Tan pronto como Booze reconoció a Hiro, se paró de su silla y lo saludo. Hiro miró a Booze sin regresarle el saludo y abrió su boca.

 

[¿Sabes por qué te he invocado aquí?]

 

[N-No, para nada…]

 

Booze está confundido. Realmente no parece entenderlo.

 

[Vamos a verlo así podrás saber por qué fuiste llamado.]

 

Hiro apunto su mano a uno de los guardias que lo habían traído.

 

[Ha sido un tiempo… Lord Booze.]

El guardia— Rach, se quitó el casco y miro con odio a Booze.

 

[Qu, t-tú eres… ¿por qué estás aquí?]

 

Es natural para Booze estar sorprendido. Rach es un hombre que sirve a Skaaha, el líder de la armada remanente de Felzen. Antes de eso, era el comandante de la guardia real que protegía a la Familia Real Felzen.

 

Es decir, es un enemigo— alguien quien no debería estar aquí.

 

[¡Su Alteza Hiro! ¿Cuál es el significado de esto?]

 

Hiro hizo una calmada expresión cuando Booze levanto su voz.

 

[He decidido cooperar con ellos. Tenía que entregarte a ellos así no pensarían que solo estaba haciendo promesas falsas.]

 

[¡N-No seas ridículo! Qué estás diciendo— Hey, ¿qué están haciendo?]

 

Los otros soldados distintos a Rach, quienes estaban sirviendo como guardias de Hiro, restringieron el grito de Booze. También pertenecen a la Armada Remanente de Felzen.

 

Luego que la batalla acabara, Hiro tuvo a Rach y otros soldados infiltrados en el Fuerte Mitte.

 

Las cosas son fáciles. A diferencia de su rango, nadie sospecharía de las acciones de Hiro como un miembro de la familia imperial. Los había enviado a patrullar el Fuerte Mitte bajo la guía de la Armada del Cuervo.

 

[¡Su Alteza Hiro, si me matas, estarás en un gran problema!]

 

Hiro exhalo en burla, molesto por el grito de Booze.

 

[¿Puedo pedirte ser más específico?]

 

[¡Si desaparezco, la Familia Krone seguramente dudará! Naturalmente, sospecharán de ti, que eres apoyado por la Nobleza del Este. ¡Si eso pasa, te harás de enemigo con la nobleza central!]

 

[¿Qué con eso?]

 

[Huh, ¿qué?]

 

Booze se quedó sin habla. Hiro miró al soldado que había derribado a Booze.

 

[¡Gaahh!]

 

Booze, quien había recibido un golpe en su nuca, cayó al suelo con ojos blancos. Hiro lo miró con ojos fríos y dejo salir un pequeño respiro.

 

[Me quedo sin paciencia, sabes.]

 

Dónde sea que esté, el vicioso comportamiento de la Familia Krone está a sus narices. No es solo molesto, sino que están tratando de matarlo.

 

[La Familia Krone caerá pronto. Pronto seguirán tus pasos.]

 

Hiro lo declaro mientras observaba a Booze siendo hecho nada.

 

Luego Rach se le acercó.

 

[Su Alteza Hiro, gracias por tu cooperación.]

 

[Es muy pronto para eso. No he cumplido mi promesa aún.]

 

[Es solo cosa mía. No puedo agradecerte lo suficiente.]

 

[Entonces te sugiero dejar este fuerte antes que los hombres de Booze noten algo inusual. No quiero que esta oportunidad se malgaste.]

 

Rach asintió y les ordenó a sus hombres llevar el saco conteniendo a Booze dentro.

 

En tiempos normales, esa apariencia sería sospechosa, pero en el Fuerte Mitte, donde las personas están ocupadas disponiendo de los cuerpos, no hay razón para estar alerta. Serían capaces de escapar del fuerte sin ser detenidos.

 

[Ahora si me disculpan.]

 

[Por favor envía toda información que consigas de él.]

 

[Ciertamente. Me asegurare de extraer algo de información útil de él.]

 

Luego de inclinarse, Rach se fue con sus hombres. Hiro los despidió, luego dejo el centro de comando y camino en silencio por las escaleras de los muros.


___________________________

 

Creo que es el momento para que la Familia Krone deje el escenario.

 

Y si ese es el caso— el Primer Príncipe Stobel no se quedará callado.

 

Seguramente se presentará ante Hiro. Si eso pasa, hay incluso una posibilidad que Hiro entre en conflicto con el emperador. No importa cuándo inicie, la situación puede continuar siendo impredecible.

 

Conseguí cierta cantidad de cartas a mi disposición… Si las juego bien, tengo la oportunidad de ganar.

 

Hiro no fue a la infantería donde Liz estaba durmiendo, sino afuera del Fuerte Mitte.

 

Las cicatrices de la guerra aún están frescas. Los cuerpos en las cercanías habían sido priorizados para evitar muertes, pero había muchos quienes habían sido enterrados bajo las tiendas quemadas.

 

Este es el campamento dejado atrás por los remanentes de Felzen.

 

Espadas y lanzas fueron lanzadas al suelo, rodeados por el silencio de las ruinas. Fuegos humeantes quemaron las hojas verdes, creando un horrible aroma que se mezclaba con el aire.

 

Una gran cantidad de cuervos estaban vagando alrededor en busca de comida, probablemente atraídos por el leve aroma de la sangre mezclada.

 

Eventualmente, Hiro se detuvo en un lugar. Era una tienda que era más grande que las tiendas abandonadas alrededor.

  

Si tuviera que decir donde estaba, era en el centro del campamento— la tienda del comandante. Hiro entró sin dudar.

 

[Como pensaba, estás aquí.]

 

Hiro entró en el gran espacio detrás de la tienda, donde una mujer estaba sentándose con ambas rodillas juntas.

 

[Eres tú, huh…]

 

Ella se volteó, era Haran Skaaha de Felzen.

 

[Me acaban de informar que Rach ha capturado a Booze.]

 

Skaaha puso sus manos en el suelo e inclino su cabeza.

[Gracias por mantener tu promesa.]

 

[Como le dije a Rach-san, no necesitas agradecerme porque aún no he cumplido mi promesa.]

 

[Incluso si ese fuera el caso, no habría sido capaz de tomar a Booze en mi custodia. Mi gratitud nunca terminará.]

 

Pensando en él como un cortés hombre, Skaaha le dio la espalda a Hiro. Había una docena de cajas frente a él— Hiro estaba por abrir su boca para preguntarse lo que eran.

 

Pero Skaaha, notando eso, tomó la iniciativa.

 

[Esas contienen las cabezas de los miembros de mi familia.]

 

Ella dijo que algunos de ellos no estaban intactos, pero aún eran restos de sus amados familiares. Girando para ver la caja otra vez, Skaaha puso sus manos juntas y empezó a orar, lágrimas bajan de su rostro.

 

Era el “poema” que la Primera Princesa de la Doncella del Santuario una vez había ofrecido al Espíritu del Rey.

 

Es un poema que apelaba al Espíritu del Rey con lágrimas, diciendo que no pudo salvar a las personas atormentadas por la tiranía de la raza demoniaca, ni curar a los heridos en un mundo de constante lucha, y que el fuego de la guerra solo se estaba expandiendo, y era impotente para hacer algo al respecto.

 

Luego de que hubiera terminado su oración, Hiro le pregunto porque mantuvo con vida a Liz.

 

[Me estás preguntando eso otra vez… te lo he dicho antes.]

 

[Pero eso me deja con algo raro.]

 

[¿Qué?]

 

[Al mismo tiempo, fui convencido por mi propia imaginación y suposiciones, pero ahora que lo pienso otra vez, no hay necesidad de ponerla en hielo.]

 

[Te lo dije, no tengo gusto por matar mujeres y niños.]

 

[Eso es. Si crees en eso, entonces no querías matar a Liz en primer lugar. Si ese es el caso, me pregunto por qué la pusiste en hielo. No pudiste ver la situación con claridad, y no pudiste provocar el enojo de los soldados escondidos en el edificio. Pensé que sería más efectivo exponerla herida y cansada.]

 

Y cuando Hiro rápidamente explico, Skaaha se dio la vuela con sus hombros caídos como si se hubiera rendido.

 

[Para ponerlo simple, estuvimos preocupados en ese momento. Aunque teníamos la carta del triunfo, la Sexta Princesa. Necesitaba ponerla en hielo para prevenir que los soldados se dieran cuenta que estaba fuera de control.]

 

Es decir, estaba actuando para proteger a Liz. Con tantas personas teniendo un odio contra Liz, era imposible mantenerla a salvo. Sobre todo, como mujer, podía no querer sufrir tal humillación.

 

[Además, planeaba dejarla ir lo más pronto posible.]

 

[¿A qué te refieres?]

 

[Quería usarla para demandarle al Imperio Grantz la custodia del Primer Príncipe Stobel y una disculpa del Emperador.]

 

El plan era capturar a Booze, quien había escapado al Fuerte Mitte, aseguro la custodia de Aura y el Tercer Príncipe Blutar, y demando que se retiraran de Felzen en condición de entrega.

 

Sin embargo, el Emperador no envió respuesta, solo dejo una disculpa.

[He oído que Lord Pupchen ha hecho sus propias negociaciones con el Tercer Príncipe Blutar.]

 

Hiro puso su mano en su mentón y mantuvo sus ojos cerrados en pensamiento. Cuando tuvo una audiencia con el Emperador, quien dijo que los remanentes de la armada de Felzen no habían hecho ninguna demanda.

 

¿Cuál era la razón para su silencio? Quizás porque esperaba que Hiro le aconsejaría aceptar sus demandas. Si se rehusaba, habría creado una clara grieta entre Hiro y él.

 

La única forma de evitarlo sería obedecer la demanda, pero no había forma que el emperador se disculpara.

 

Si tuviera que pensar en otra razón, sería…

 

Es improbable que sienta pena por Skaaha y temiera en dejarla con vida o quería prevenir que el “Emperador del Hielo” de los Cinco Emperadores del Espíritu de la Espada se volviera en aliado de Hiro. Es por eso que no le dijo a Hiro. Tenía la mayor información posible de ella para que Hiro no dudará en matarla.

 

Siendo el caso, debió haber estado consciente de la situación de Liz. Debió haber estado trabajando con el General Bakish para sellar la información.

 

Parece que está cooperando, pero aún está manipulándome detrás de escenas… Qué hombre astuto.

 

El Emperador Greyheit es mucho más fuerte y astuto de lo que esperaba y quizás es el enemigo más problemático.

 

[Hiro-dono…]

 

Hiro fue regresado a la realidad cuando una voz lo llamó. En frente de él estaba la figura de Skaaha, arrodillándose. Volteó su mirada a Hiro con una devota mirada en su rostro.

 

[Ahora debo de ser tu lanza.]

Invocó al Emperador del Hielo, colocó el mango en sus manos, y lo levanto sobre su cabeza.

 

[Soy la lanza que te sigue. Soy la lanza que perforara el corazón de cada enemigo. Incrustaré esta lanza en los corazones de esos que tengan maliciosas intenciones contra ti.]

 

El juramento de servir como vasallo proveído con la mayor cortesía.

 

Viendo su determinación, Hiro invocó al Emperador Celestial.

 

[Esto solo está iniciando, y aún estoy lejos de mi objetivo, pero cumpliré mi promesa sin falta.]

 

Contratos, pactos, limitaciones, incontables palabras pueden ser usadas. Pero este juramento fue hecho por los espíritus de ambas partes.

 

Una deslumbrante luz brillo de sus armas. El aire es pesado porque los espíritus están chocando entre sí para establecer una jerarquía.

 

[¿Me darás lo que quiero?]

 

[Ciertamente te daré lo que quieres.]

 

[¿Serás fiel a tu palabra para conmigo?]

 

[Entonces desde ahora, todo lo que soy será tuyo.]

 

Un juramento— una promesa de maestro y sirviente. Fue una maldición que fue grabada en el cuerpo de Skaaha.

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