Ágata Negra de
la Muerte
Feodor se preguntó si, como un ladrón,
era más prudente llegar en la noche.
Sin embargo, la seguridad en el Almacén
Confidencial Cero era constante por el día y noche. Porque era subterráneo, la
luz del sol no se lo impediría, y que en cambio significaba que escoger entre
el día y la noche no tenía sentido.
Era por eso que, al medio día iluminado
por el deslumbrante sol, Feodor una vez más retó al Barril de Pepinillos
enterrado en las profundidades de la base de la Guardia Alada.
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Siendo este el segundo intento de
Feodor, estaba acostumbrado a eso ahora… o no. Al momento que entró al cuarto y
cerró la puerta, se derrumbó mientras toda la adrenalina salía de su cuerpo.
El cuarto, el cual normalmente no tenía
ningún visitante, estaba como lo había estado la noche antes— oscuro,
polvoriento y lleno con cajas de objetos peligrosos. Teniendo la luz al mínimo,
Feodor dejo que sus ojos se ajustaran a la pálida oscuridad, retrocediendo los
pasos que había dado.
Finalmente, sus extendidos dedos
tocaron la superficie de la caja conteniendo la Ágata Negra de la Muerte.
Ahora bien…
Paso el proceso en su cabeza otra vez.
La caja de madera en sí no lucía robusta. No era frágil, pero lucía extraño que
algo tan peligroso como una Bestia sería almacenado allí. Eso significaba que
era probablemente para otro contenedor sellado estar dentro de la caja de
madera. ¿Hierro? ¿Algún otro material? En todo caso, algo extraño y seguro.
Consecuentemente, la primera cosa que
Feodor hizo fue abrir un pequeño hoyo en el costado de la caja en un precioso
espacio. Asomó un cristal de luz por el hoyo para ver el tamaño y la forma del
contenido. Si era algo que pudiera remover del costado, entonces habría abierto
el hoyo y—
¿Hm?
Había algo como un vacío cerca del tope
de la caja. Una pequeña ventana cerca de dos palmas de tamaño, apenas visible a
la leve luz.
¿Una ventana? Extraño…
¿Por qué era necesario para una caja
almacenar material peligroso? Si apropósito haces una ventana, era como decir
que hay algo visible por la ventana que necesita ser revisado.
Le dio una mala premonición, pero por
ahora era conveniente. Feodor lentamente abrió la pequeña ventana, sus tensos
ojos con nervios revisan por alguna posible trampa, y miró el contenido.
Contacto visual.
[¡¿Kh—?!]
Feodor de alguna manera suprimió la
urgencia de gritar y puso sus manos en su boca. Mareo y nauseas le atacaron, y
casi se desmayaba en el lugar.
¿Qué… carajos…? No entiendo…
Lo que había esperado que la caja
contenga era el regalo de partida más silenciado del Gran Sabio. Dicho eso, el
cadáver del Shiantor, el Lamento de la Primera Bestia, la cual había sido
asesinada en la batalla de Collinadiluche hace cinco años.
Feodor no sabía qué apariencia la
Primera Bestia tenía, pero había hecho su trabajo con las otras bestias,
agotando toda la documentación de ellas de la investigación de Elpis y los
propios registros de la Guardia Alada. La Segunda Bestia, Aurora. La Tercera
Bestia, Dependence. La Cuarta Bestia, Legiteimitat. La Quinta Bestia, Materno.
La Sexta Bestia, Teimerre. La Decima Bestia, Croyance. Feodor sintió confianza
que al menos conocía algo acerca de casi todas las Bestias registradas en la
historia.
Debido a eso, había desarrollado sin
saber una cierta preconcepción. Había pensado que las otras bestias no
documentadas eran grotescas criaturas, justo como las conocidas.
Y aunque—
El contenido de la caja yace allí
delante de sus ojos—
Era algo muy lejano a la idea de una
Bestia.
En efecto, algo como esto siendo una
Bestia era extremadamente difícil de aceptar. Fue por eso—
[¿Lo viste?]
Feodor agitó su cabeza. La puerta había
sido abierta, y alguien había entrado. Escalofríos pasaron por su espalda. No
había ni sentido nada. ¿Por qué?
Mientras pregunta tras pregunta se
apilaban sin respuestas, Feodor cayó en la confusión.
[Ah—]
La redonda silueta sacó un cigarrillo
de su bolsillo y lo colocó en su boca. Golpeando un lugar contra el muro, lo
encendió.
[Tengo que admitirlo, me siento
conflictivo. Quiero alabar la habilidad y coraje que tuviste para entrar en
esta área, y el hecho que uno de mis propios hombres haya podido llevarlo a
cabo me enorgullece, pero…]
Leve humo de tabaco se alza por el
aire, mezclado con su calmada y relajada voz. Por alguna lunática razón, Feodor
se preguntó si estaba bien tener una llama encendida en el cuarto.
[No puedo pasar por alto las cosas que
estás haciendo, ni las que planeas hacer.]
[Comandante…] La seca voz de Feodor se
rajó. ¿Por qué… por qué está aquí?
[¿Por qué? Porque estás aquí, Cuarto
Oficial Feodor Jessman.]
[No es a lo que me refiero.]
[Pero es a lo que me refiero.]
El Primer Oficial dio un paso. Feodor
se hizo atrás.
[Tuve a alguien persiguiéndote esta
mañana, pero perdimos tu rastro bastante rápido. No creí que te dejarías coger
tan fácilmente, así que te puse una trampa… nunca pensé que serías lo
suficientemente imprudente para meterte el mismo día.]
Así que esa fue la presencia que había
sentido en la mañana por la ciudad. Feodor se estremeció, pensando en cómo
había estado a un paso de llevarlos directo a la tienda de Giggir.
[¿C-Cometí algún error?] En el frenesí,
su mente sacó todas las cosas que había dicho y hecho. Aunque no recordó nada
que luciera como un error. Ninguna explicación para cómo el Primer Oficial
había terminado aquí.
[Bueno sí. Lo hiciste. Un error fatal,
bastante impropio de ti.] Bajo su genial tono, la voz del Primer Oficial
llevaba decepción. [Es por eso que estoy aquí.]
[Pero… no, no—]
[¿Recuerdas anoche, cuando oíste ese
reporte? ¿Un edificio habiendo sido destruido, y una sospechosa explosión como
la causa? No lucías particularmente interesado.]
[Oh…] Comprensión apareció.
[No estabas sorprendido en nada. Era
como que pensabas que era perfectamente normal para los edificios explotar.]
Era sí que fue peculiar. Al fin que,
había reportado que había sido incapaz de encontrar el escondite de Lakish.
Además, había dicho en su reporte que sospechaba que ella estaba escondiéndose
en algún lugar en la ciudad.
Y las hadas soldadas podían causar una
gran destrucción y explosiones de lo que eran capaces la pólvora y vapor a
presión.
[Debiste haber sido capaz de conectar
una explosión de un origen desconocido a la Soldado Equivalente de Primera
Clase Lakish. Pero tu falta de reacción mostró que su locación y seguridad ya
habían sido verificadas. ¿Me equivoco?]
Fue un básico y rudimentario error que
no podía decir nada para refutar. Ni siquiera se había dado cuenta que fue un
error hasta este momento.
[¿Quizás no fui lo suficientemente
perceptivo para ver la conexión?]
[Si fuera alguien más, por desgracia
pudo haber sido posible. Pero, Cuarto Oficial Feodor Jessman, es posible porque
lo pasaste de vista.]
El Armado río con tristeza. [Sabes, te
observé cuando te volviste un oficial a tal temprana edad. Pensé que fácilmente
podías subir en el futuro. Eres una promesa entrante a la 5ª División. Si la
Guardia Alada— si este mundo— aun existía para el momento que me retirara,
probablemente te habría dejado mi posición.]
[Comandante…]
[Pasé mucho tiempo soñando ese futuro.]
Feodor se perdió en las palabras.
Sintió calor en la base de sus ojos. Por una razón no relacionada a la oscuridad
rodeándolos, su visión se nublo.
[No… tengo excusa.]
Solo se las arregló para forzar con eso
su garganta.
[¿Excusas? ¿Para qué?]
[He traicionado tu confianza.]
[Oh, no hay necesidad de sentirlo por
eso. Nunca me engañaste para empezar.]
[¿Qué?]
[Desde el inicio, en serio estabas
considerando el futuro de Regul Aire y tratando de enmendar los errores de tu
hermano. Es por eso que te uniste a la Guardia Alada y terminaste
traicionándola. Nunca te traicionaste, y no tienes nada de lo que avergonzarte.]
El Armado agitó su cabeza con
arrepentimiento. [Aunque… el hecho que tu historia termine aquí es en efecto
lamentable.]
[¡Ah—!]
Sin ser capaz de pensar algo para
decir, Feodor se inclinó.
El Almacén Confidencial solo tiene una
entrada. ¡Mientras el Comandante la esté bloqueando, no seré capaz de
escapar sin noquearlo, o hacerle a un lado! El sólido Armado pesado lucía
como un gigante muro frente a él. ¡Pero aún debería ser capaz de atraparlo!
Un soldado experimentado siempre estaba
observando cosas como el centro de gravedad de su oponente, mirada, y trabajo
de pies para predecir sus siguientes movimientos. Es por eso que la mezcla
radica en la formación que verían y lanzarían sus movimientos. Ese tipo de
pelea, la cual se aprovecha de la percepción del enemigo para darle la vuelta,
era donde los Imps— o quizás solo Feodor como un individuo— tenía una
superioridad indudable.
Feodor bajó su postura e hizo como si
fuera a pasar en el pie izquierdo del Primer Oficial. En realidad, era una
finta, y saltaría sobre el hombro derecho del Armado— pero también era un
engaño. Haría que el Armado dudara de su izquierda y derecha, ya que la
verdadera intención de Feodor era pasar por él con un ataque de frente. Las
diferencias en sus físicos no podían ser subestimadas, pero mientras
aprovechara la oportunidad cuando su oponente no lo estuviera esperando,
entonces podría romper su postura y—
Un impacto.
El aire en los pulmones de Feodor
escapó de él en un violento escape, mezclado con saliva y vomito. Todo su
cuerpo se dobló, y su visión se deslumbro de blanco puro.
No sabía lo que había pasado. Confuso a
como estaba, solo podía comprender el resultado: derrotado.
[Estoy sorprendido que nunca hayas
reconocido tu propio hábito inoportuno.]
La única cosa que podía oír claramente
era ese triste y de alguna manera solitario susurro en su oído.
[Pude gustarte los trucos, pero cuando
la barra está en alto, siempre te decides en un ataque frontal. Cuando entendí
eso, cosas como fintas apenas importan.]
Feodor por fin se dio cuenta que había
sido golpeado en seco, precisamente sobre su corazón. Su respirar se había
detenido, su sangre fluyo desorganizada, y ahora incluso su consciencia estaba
separándose de él.
[Tu sueño… termina aquí.]
El Armado dejo caer otro pedazo golpe,
esta vez directamente sobre la cabeza de Feodor, y todo se volvió negro.
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