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Capítulo 13 – Trampa

 

[¡–Me han dicho mucho de ti, pero no creí que el resultado fuera así de excepcional!]

 

Quien estaba hablando era el Duque Howard que había llegado a la capital. Sentado a lado de él estaba Tina, vistiendo un vestido azul pálido. Era una hermosa mujer, después de todo. En unos cuantos años, todo hombre en el mundo se postraría ante ella.

 

[Es Ti-, Su alteza y Ellie quienes son excelentes. Por favor, felicítelas a ellas.]

 

[Haha. Si esos tutores que contrate antes oyeran eso, perderían su trabajo en un día.]

 

[Es todo gracias a ti, Sensei – llámame ‘Tina’ como siempre lo haces.]

 

[No, eso es…]

 

[Lo permitiré.]

 

[L-Lo entiendo.]

 

Pronuncio el Duque solemnemente. Las mejillas de Tina se enrojecieron al oírlo.

 

… La conversación fluye de una manera en la que ya no sé qué decir.

 

[Esta hija mía – ha sido admitida como el rango mas alto en la Academia Real. ¡Y también se encuentra entre las calificaciones mas altas en la historia, para rematar! Ellie también paso, entre los rangos mas altos. Si no llamas a esto un logro. ¡¿Qué más podría ser?!]

 

Ambas fueron aceptadas en la Academia Real exitosamente.

 

Para Tina, quien estaba en el lugar mas alto, e incluso tuvo las calificaciones mas altas en la historia, con un bonus.

Linne era la siguiente, lo cual también estaba previsto.

 

Desde que los resultados salieron, fui atormentado sin parar por las hermanas Leinster.

 

…Por favor, no me hagan vestir uniforme de mayordomo de nuevo.

 

[Tiene mi más sincera gratitud. ¿Seguirás siendo tutor después de esto?]

 

[Eso es –]

 

Un buen trato. El salario que recibí por los últimos tres meses era sorprendente, si lo puedo aclarar. Aun así… no quiero quedarme en la Capital Real.

 

[Estoy agradecido por su generosa oferta, pero tengo que declinar.]

 

[¡Sensei!]

 

[¡¿Y por qué es eso?!]

 

[Eso es…]

 

[–No tienes que preocuparte por la Familia Real, para que lo sepas.]

 

[–Así que lo sabías.]

 

[Naturalmente.]

 

[¿Qué significa eso?]

 

Pregunto tina.

 

Preferiría no hablar de eso.

 

A pesar de mis conflictos, el Duque abrió su boca con buen humor.

 

[El examen de admisión para Mago de Corte Real incluye un examen escrito, examen práctico y una entrevista. Que lo que vaya a decir se quede entre nosotros. Allen, alcanzaste el puntaje maximo en el examen escrito, y también un rango alto en la entrevista… pero tu rango fue el más bajo en el examen práctico.]

 

[…No puedo creerlo.]

 

Su tono avivaba una sensación helada en la piel.

 

Aire frio se escapaba en respuesta a sus emociones.

 

Cuando me acerque a ella y le acaricie la cabeza, el aire frio se desvaneció. Escuche una tos que se escapaba a un lado de ella. Lo siento.

 

[Como una regla general, lo examinadores requieren esconder sus expresiones durante el examen práctico para evitar resentimientos hacia el oponente. Aun así, tu oponente, el segundo príncipe – Gerald-sama no cumplió esa regla. Más aún, el ridiculizo a tu familia y a la señorita Lidya.]

 

[Su Majestad, creo que debemos dejarlo así.]

 

[Quiero saber más.]

 

Tina miro al Duque con una mirada seria.

 

…No ni siquiera le he dicho a Lidya.

 

[No hiciste nada durante su discurso. En vez de eso, cuando empezó el encuentro, tu contraatacaste cada hechizo que conjuró, te robaste hasta la mínima parte que tenía, y lo abrumaste.]

[No me arrepiento de hacer algo así.]

 

[¿Incluso si tuviste que renunciar a ser un Mago de Corte Real?]

 

[–Soy huérfano. Pero, ahora tengo a mis padres y mi hermana que me aman, e incluso a Lidya. No soy lo suficientemente maduro como para dejar pasar cuando alguien se está burlando de esas personas. Y no quiero causarles problemas solo por eso.]

 

No tengo ningún apego fuerte a ser un Mago de Corte Real. Los pocos años que pase antes de eso fueron muy buenos para ser verdad, eso era todo.

 

[Ya veo.]

 

[…Y-Yo – ¡Yo no puedo aceptar esto! ¡¡¡Absolutamente no!!!]

 

Diciendo eso, Tina corrió fuera del cuarto. La persona que vino justo cuando ella se fue era–

 

[¿Quién es el chico malo que hizo a la señorita Tina llorar, me pregunto?]

 

[…Profesor, ¿por qué?]

 

[Soy el cómplice de Walter. Persíguela primero.]

 

Con mi sentimiento de insatisfacción en mi pecho, me incliné hacia el Duque y salí del cuarto.

 

¿A qué se debe esa sonrisa, profesor? Por otro lado, la expresión del Duque era seria.

 

Cuando pregunté a la maid que encontré en el pasillo, me dijo que Tina salió al patio. A pesar de que la primavera estaba cerca, la capital todavía estaba fría.

 

Mientras caminaba por el camino que me habían dicho – encontré a Tina parada fuera. Alrededor de su cuello estaba mi bufanda que no le había pedido de vuelta.

[Tina.]

 

[¿De verdad te irás…?]

 

Esta niña va al grano también ¿no es así? Esa característica suya es similar a Lidya.

 

[No, me encerraré en mi hogar, sabes. Alguien me mataría si lo hiciera.]

 

[…Eso no contesta a mi pregunta.]

 

[Incluso sin mí…]

 

[¡No es así! No puedo, no más… Después de todo, ya lo sabía…]

 

[¿Saber qué?]

 

Le pregunte, pero no me respondió.

 

Gentilmente, acaricie su cabeza mientras me agachaba para verla a los ojos.

 

[Incluso si me voy, sigo siendo tu Sensei.]

 

[¿Lo dices enserio…?]

 

[Sí.]

 

[Puedes tener esto de vuelta, déjame amarrarlo por ti, una última vez.]

 

Diciendo eso, Tina tomo mi bufanda y la amarro alrededor de mi cuello, pero seguía agarrándola y no la soltaba. Tan pronto como trate de hablarle, ella jalo la bufanda–

 

Un momento después, mis labios fueron tomados.

 

[¡¿…?!]

 

[–Bueno, lo vimos. Walter, también viste eso, ¿no es cierto?]

 

[…Mm.]

 

Girando mi vista, vi la cara del profesor divirtiéndose y la cara del Duque con una expresión rara.

 

No me digas…

 

[…Me tendiste una trampa.]

 

[¿A qué te podrías referir? Solo le mencione ‘la forma más efectiva de tenerte cerca’. Dios mío, no te desharías de ella después de que la besaste así, ¿o sí?]

 

[T-Tu maldito…]

 

[Sensei.]

 

Tina, cuyo rostro estaba demasiado rojo hasta las orejas, me miró.

 

…Aah, rayos, no es posible.

 

Acaricie su cabeza, bese su frente, me incline con una pierna, y baje mi cabeza.

 

[¡¿?!]

 

[–Su Alteza. ¿Podría darme otra oportunidad de enseñarle?]

[¿Eh?]

 

[–¿Es eso un ‘no’? Entonces, le preguntare a la señorita Ellie que se está escondiendo ahí.]

 

[¡S-Si está bien conmigo! ¡Déjame preguntar también!]

 

[¡¡N-No puedes!! Lo permito… No te atrevas a dejarme porque sí, ¿okay? Llévame contigo a donde sea que vayas.]

 

…Siento como si me hubieran dicho lo mismo por otra mujer justo el otro día.

 

Y así, yo, que caí en esta trampa, continue siendo el tutor de esta pequeña duquesa.

 

Al siguiente día, Lidya también supo la razón por la que reprobé el examen de Mago de Corte Real. El día en el que me estaba retorciendo en pena a causa de eso será contada en después.


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