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Epílogo

 

Hay momentos en mi vida cuando quiero dejarlo todo y correr. Y a menudo son los momentos cuando huir es la última cosa que puedo hacer. Pero aun así, Dios— ¿de verdad tienes que ir tan lejos? Es cruel.

 

[Supéralo y deja el berrinche.] Una de las dos personas que había entrado al cuarto dijo.

 

[Nosotros, um, no queríamos esconderlo, onii-chan.] La otra añadió.

 

[Está bien. Gracias.] Le respondía a Lynne.

 

Estaba cansado y me sentía bastante débil. Me había recuperado lo suficiente para moverme luego de una noche de descanso, pero luego de terminar el desayuno, me había acomodado en un sillón y embarcado en un ejercicio de evasión. Incluso sentía vergüenza. Había creído que había ocultado con éxito los detalles de mi examen de la corte de hechiceros, y no podía mantener mi compostura de cara a la revelación que todo mi círculo social lo había sabido siempre.

 

Lydia caminó hacia mí, tomándome por los hombros, y jalándome. El audaz rostro del albatros estaba justo a mis ojos, pero giré mi cabeza.

 

[¿Por qué no me miras?] Ella demandó.

 

[Oh, sabes…]

 

[¿Deseas no haberlo hecho?]

 

[Claro que no. Si tuviera que hacerlo otra vez, no cambiaría nada.]

 

[Entonces siéntete orgulloso. Eso me hizo feliz, sabes.] Ella se detuvo y luego añadió.

 

[No puedo decirle que no a ese lado tuyo.] Concedí luego de un prolongado silencio.

Una sonrojada Lydia me miró, era una fuerza para tener en cuenta; tenía que organizar todos mis buenos sentidos para resistir la urgencia de abrazarla.

 

Eso estuvo cerca. Ahora, ¿por qué me está mirando?

 

Llego un tamborileo de pisadas mientras Tina y Ellie entraban al cuarto. [¿Cómo se siente, Allen?] Tina preguntó.

 

[Allen, le traje algo de agua.] Ellie añadió.

 

[Lamento lo de anoche, chicas.] Dije.

 

[Por favor, no lo sienta.] Tina respondió.

 

[Estuvo adorable.] Ellie anotó con una mirada de confusión.

 

[Por favor no te burles de mí, Ellie.] Le dije a la maid luego de una breve pausa. [Pero gracias.]

 

[¡S-Sí!]

 

Acaricié la cabeza del inconsciente ángel, lo cual desordenó el cabello de Tina para menearse en disgusto. [¡Allen, siempre, siempre es tan débil con Ellie!] Ella protestó.

 

[Celosa de tu propia maid, ¿Señorita Primer Lugar?] Lynne intervino.

 

[Es tan cruel.]

 

[Hiciste lo mismo, Lynne.] Tina le respondió un momento después.

 

[Que no.] Lynne se retorció.

 

[¡P-Por favor dejen de pelear, a-amabas!] Ellie gritó.

 

Nunca se detienen, ¿verdad? Lydia, ¿por qué me estás haciendo señas?

 

[Siéntate a mí lado.] Lydia dijo.

 

[No sé, tengo un mal presentimiento de eso.] Respondí.

 

[¡Solo date prisa y hazlo!] Ella respondió.

 

[Oh, está bien.] Luego de un momento, cedí, me pare, y me moví al asiento a la par de Lydia en el sofá. [¿Te sirve?]

 

Lydia no dijo nada; en cambio, prepotentemente me forzó a recostarme. Sentí algo cálido y suave contra mi cabeza. Um… sus cálidos dedos acariciaron mi cabello mientras reposaba en el lugar, desconcertado.

 

[Lydia.] Dije luego de un momento.

 

[¿Qué?] Pregunté.

 

[Bueno… esto es algo… vergonzoso.]

 

[Solo gózalo.] Ella respondió. [¿No es lo que los chicos hacen?]

 

[Eres igual que Lisa, tú— ¡Ow!]

 

[Tienes agallas, nombrando a otra mujer.] Ella dijo luego de una tensa pausa. [¿Quieres que te queme?]

 

[¡Ella es tu madre!] Protesté.

 

Mi cabeza estaba recostada en el regazo de Lydia. Había hecho lo mismo por mí en privado antes, pero ¿a qué se debía esto?

 

Un coro de gritos de mis estudiantes llenó el cuarto.

 

[¡A-Allen!] Ellie gritó. [¡E-Eso es indecente!]

 

[¡Onii-chan y hermana, p-por favor tengan algo de pudor!!] Lynne añadió.

 

Tina gritó sin más.

 

Parecía como si la paz y calma no estuvieran en su vocabulario. Intercambie miradas con Lydia, y entonces ambos reíamos.

 

[¡Humph!] Tina hizo una rabieta. [¡Ustedes están metidos en su mundo!]

 

[Oh, debe ser bueno.] Ellie murmuró.

 

[¡Onii-chan, nee-san!] Lynne se molestó. [¡Quiero mi turno!]

 

[No, él es mío, y tú no puedes tenerlo. Eres una amenaza para mí.] Lydia proclamó con una sonrisa intrépida.

 

[¡¿Qué?!] Tina exclamó.

 

[P-Por qué, eso es… c-cierto… ¡P-Pero aun así!] Ellie admitió a regaña dientes.

 

[N-No creo que sea muy lindo de ti.] Lynne añadió.

 

Al parecer, no tenía palabra en este asunto. Estaba ocupado observando al trio confrontarse a su poderoso enemigo cuando la puerta se abrió para que ingresara Lisa y Anna. Me tensé mientras entraban.

Así que Richard no lo logro. Que descanse en paz.

 

Richard había pasado la mañana enfrentando a las dos, a Lydia y las chicas en combate. En realidad, había sido más un regaño. ¿O quizás una tortura? Aunque había sufrido un mal momento; ¿realmente importaba si su descanso era pacífico?

 

[Qué faena.] Lisa remarcó. [Bien hecho, Allen. ¿Te sientes bien?]

 

[Sí, muchas gracias. Deseaba haber tenido asistencia del profesor y los demás.] Respondí.

 

[¿Quién pudo haber previsto ese giro de eventos?] Lisa se pauso brevemente antes de seguir. [Sé que he dicho esto antes, pero lo repetiré: Los Leinster están de tu lado. No dudes en depender de nosotros. Prácticamente eres un hijo para mí, desde luego.]

 

[Lo sé.] Respondí luego de un momento. [Gracias.]

 

[Pasa la noche aquí; necesitas descansar por el momento. Supongo que debes estar aburrido. Anna, dale lo que discutimos.]

 

[Como diga, mi señora.] Anna respondió. [Aquí tiene, Allen.]

 

La maid me entrego una montaña de documentos. Estaba nombrado “Potenciales Aliados de Negocios para la Casa Leinster y Howard”, y una estampa roja en su cubierta se leía “top secret”. Mi interés había picado, pero no podía evitar preguntarme— ¿Las casas de los Leinster y Howard? Hojeé los papeles, conducido por mi propia curiosidad.

 

Oh Dios. Estos reportes cubren todo de la industria, ventas, ganancias, y el número de empleados, diferentes propietarios y situaciones familiares. Este de aquí… la Compañía Fosse. Ha crecido rápidamente desde la nueva generación de administración que tomó el control hace unos años. El propietario debe conocer su negocio.

 

[Apreciaría si le dieras una miradita.] Lisa me informó, [Lynne.]

 

[Me llama, madre.] La chica de cabello rojo respondió, apresurándose a pesar de su aparente desconcierto.

[¿Quieres que Allen siga enseñándote?]

 

[¿Qué?]

 

[Responde apropiadamente.] Lisa la presionó.

 

[¡Sí!] Lynne declaró con ganas.

 

[Bien dicho. Allen, espero que sigas dando lo mejor por ella. Tina, Ellie.]

 

[No monopolicen a Allen. Una mujer debería ser amable. Eso también va para ti, Lydia.] Lisa les dijo.

 

[¡E-Entendido!] Las dos chicas respondieron.

 

[No sé en qué te estás metiendo, pero entiendo.] Lydia añadió un momento después.

 

Así que todo fue de acuerdo al plan de Lisa. Se me había adelantado.

 

No soy rival para ella, Lydia. Así que tendrás que aceptar eso— ¿Hm?

 

[Escucha.] Una malhumorada— y levemente nerviosa— voz murmuró a mi oído mientras una cortina de brillante cabello escarlata pasaba por mi rostro. [Sé que el cabello de Lynne es más largo de lo que el mío solía ser, pero no te atrevas a hacerle algo, o te vas a ir directo a la ciudad de agua. Además, cuando besaste a Tiny…] Ella dudo por un momento antes de continuar. [Fue por una buena razón, ¿cierto? No te… enamoraste de ella ni nada, ¿cierto?]

 

Era extraño cuán confiada Lydia se veía para retirarse en momentos así.

 

[Sí, sí.] Murmuré de vuelta con una risita mientras le daba un gentil abrazo. [Los deseos de Su Alteza son mis órdenes. Nada como lo que te estás imaginando pasó.]

 

[¡Solo un “sí”! ¡Y no me llames “Su Alteza”!] Ella respondió en un murmuro. Luego de una breve pausa, añadió. [¡Bien, pero ojalá que sea así!]

 

Mantuve mi mirada en la resentida Lydia, y se alejó, aunque sus dedos estaban enredados alrededor de mi manga izquierda. Se estaba calmando. Nuestra relación no había cambiado desde ese día cuando nos conocimos.

 

[Allen. Lydia.] Tina interrumpió mis pensamientos.

 

[Allen. Lady Lydia.] Ellie dijo.

 

[Onii-chan y hermana.] Lynne se entrometió.

 

Whoops. Pensé mientras el trio se nos acercaba. Casi olvidaba que no estábamos solos.

 

Un año atrás, nunca me hubiera imaginado que las cosas resultarían así. No sabía si sería capaz de mantenerme al lado de Lydia— era un simple plebeyo humilde, y la chica ante mí era la hija de un duque. Algún día, la diferencia en nuestras posiciones sociales se volvería insuperable. Pero mientras pudiéramos estar juntos, quería seguir moviéndome con ella. Quería resguardar su espalda y ella resguardara la mía, como lo habíamos estado haciendo por los pasados cuatro años.

 

✽✽✽✽✽

 

Tarde esa noche, me estaba sintiendo mejor y tomé una caminata por el calmado jardín interior de la mansión Leinster. Sin alguna razón en particular; sentí que estaba caminando solo. Lydia estaba dormida, posiblemente como resultado de satisfacerse con el vino rojo que había sido servido en la cena. Se veía como una diosa durmiente— pero solo cuando duerme.

 

Había dejado de tocar una flor cuando ligeras pisadas se me acercaban. [Así que aquí es dónde ha estado.] Tina dijo. [Lo he estado buscando.]

 

 

 

Giré y me la encontré parada allí en su vestido de noche. Ella y Ellie estaba pasando la noche con los Leinster— que no me preocupe, dijeron. Estaba contento de tener estudiantes consideradas, pero sospechaba que su deseo de una pijamada también era un factor. Lynne fue la primera amiga que habían hecho. La pelea entre Tina y Lynne había sido un divertido espectáculo— su cabello había demostrado cuán feliz habían estado a pesar de su pelea, mientras una sonriente Ellie observaba. Qué tranquilizador.

 

Sentí frío de solo ver a Tina en su delgado vestido de noche, así que puse mi bata alrededor de sus hombros.

 

[Gracias. ¿No crees que los Leinster tienen maravillosos jardines? Las plantas aquí se ven felices. El Gran Árbol y las otras en la Academia Real también están llenos de vida.]

 

[También los disfruto a la luz del día, pero un jardín en la noche tiene un encanto propio. ¿Qué necesitas de mí a esta hora?] Respondí.

 

[Sí.] Tina mantuvo sus ojos fijos en mí. Había una pizca de duda en ellos. Luego de un rato, parecía que la tenía clara y siguió. [Es claro para mí ahora que no soy tan buena— que aún hay mucho que me falta, y que tengo que seguir trabajando mucho, mucho más.]

 

[No es cierto.] Respondí, lanzándole una mirada de asombro. [Me diste un maravilloso discurso en frente de esa enorme multitud en la ceremonia de entrada. En tus zapatos, yo habría estado muy nervioso para decir algo. Tu magia está mejorando también. Ha logrado mucho progreso en estos pasados meses que apenas te reconozco. Y tus notas en la Academia Real están más allá para decir algo. Me sentiría presionado como para encontrar una falla en ti por algo. Deberías estar orgullosa de ti.]

 

[¡No es eso de lo que estoy hablando!] Tina gritó. [D-Digo… ¡No soy lo suficientemente buena para estar a su lado ahora! La única persona que puede hacer eso—] Ella me lanzó la más fuerte mirada que le había visto; no había escapatoria— [es Lydia. Usted solo me lleva— a todas nosotras— de la mano. Ella es la única digna de estar con usted cuando las cosas se ponen serias, ¿no? Estamos aquí para ser protegidas; no tenemos el derecho de ayudarle sin permiso… incluso cuando está en peligro.]

 

[Tina.] Dije, agachándome para verla a los ojos y sonreírle amablemente mientras acariciaba su cabeza. [Gracias por estar tan preocupada por mí, pero por favor no te culpes. Lydia es la Dama de la Espada, el orgullo del reino. Sé que verla en acción puede hacerte sentir ansiosa, pero incluso ella no era así a sus 13. No te preocupes. Solo sigue creciendo, paso a paso. Es por eso que estoy aquí, para ayudarte a hacerlo, ¿recuerdas?]

La expresión de Tina aún era tensa. Estaba al borde de las lágrimas. Pero pronto, me miró directo a los ojos.

 

[Aún puedo ser una niña para usted, pero no seré una niña para siempre. ¡Allen! Me hice a la idea de que voy a ganarme un lugar a su lado. ¡Lo juro por mi difunta madre, Rosa Howard, y por la varita y listón que me dejo que voy a estar a su lado! ¡Estar a su lado! Así que… así que por favor obsérveme, ¿bien? Y por favor sígame enseñándome.]

 

Por un momento me quedé sin palabras. [Me muero por el día en que lo hagas.] Le dije al final. [Ahora, volvamos adentro; no querrás atrapar un resfriado. Tienes escuela otra vez mañana, y Ellie te regañará si no puedes despertarte en la mañana.]

 

[¡Oh, cierto!] Tina exclamó, sus ojos se abrieron. Un momento después, preguntó. [¿Me tomaría de la mano y escoltaría de vuelta a mi cuarto?]

 

[Supongo que no tengo de otra.] Respondí. [Pero solo esta noche. Que no lo descubra Ellie y Lynne.]

 

[Está bien. No diré nada.] Ella accedió.

 

[Bien.] Tomé la pequeña mano de Ellie, y ella sonrió.

 

Desde que fallé en el examen de hechicero de la corte, mi vida se había estado moviendo a un paso vertiginoso. Me preguntaba por qué las cosas habían resultado de esa manera, pero no me importaba.

 

[¿Allen?] Su Alteza preguntó con una mirada asombrada.

 

[Tina, sigamos dando lo mejor que podamos— tú y yo juntos.] Dije.

 

[¡Sí!] Ella respondió. [Puedo seguir andando siempre que esté conmigo.]

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