Capítulo
4
Luego de clases al día siguiente,
estaba esperando a Lady Stella ante la masiva puerta principal de la Academia
Real. Había sugerido encontrarnos en el café con el techo azul, pero había
respondido que no le parecía el lugar. Necesitaría llevarla alguna vez. Sonaba
a como si hubiera dedicado más de su tiempo para estudiar y entrenar en la
academia de la tarea que se había dejado el día anterior.
Revisé mi reloj de bolsillo. Parecía
llegar tarde; la presidenta del consejo estudiantil era una joven evidentemente
ocupada. Mientras, varios de primero se me habían acercado para decir cosas
como: “¿Volverá a enseñar aquí?” “Por favor dígame cuando será su próxima
lección.” Y “Mi padre está agradecido con usted. ¿Tiene algún interés en los
negocios?” Era un honor que lo preguntara, pero no tenía planes de volver a la
academia.
De pronto, sentí una presencia. Antes
que pudiera revisar, sin embargo, una joven llego corriendo a mí con prisa.
[G-Gracias por esperar.] Ella dijo. [Lo siento— Estaba metida con cosas del
consejo estudiantil.]
[Ni lo menciones.] Respondí. [Acabo de
llegar.]
Lady Stella se veía algo rígida. No le
dolería salir un poco y—
Miré un mechón de cabello y una cola
salir detrás de un árbol, ambas moviéndose.
[Allen, Stella…]
[Ooh…]
[Allen, Stella, idiotas…]
Tina, Ellie, y Caren estaban
observándonos con expresiones conflictivas. Sentí una punzada, pero me decidía
a soportarlo. Creía que necesitaba esto tanto como Lady Stella. Lynne y
Felicia, quienes parecían llevarse bien, ya se habían ido a casa sin notarme.
[¿Dónde entrenaremos, Allen?] Lady
Stella preguntó. [No me gustaría usar la propiedad de los Howard, especialmente
porque ya estoy tomando prestada la villa.]
[Pedí un favor.] Respondí. [Pongámonos
en marcha. Pero primero…]
[Pero ¿primero?]
Como una señal, el estómago de Su
Alteza rugió adorablemente, y su rostro se puso rojo. Entonces empezó a golpear
mi brazo débilmente en avergonzamiento. Los estudiantes cercanos se detuvieron
a ver. Chicos y chicas estaban encantados por igual al desconocido lado de su
presidenta del consejo estudiantil, y el intenso mal humor irradiando detrás
del árbol.
[Compremos algo dulce en nuestro
camino.] Dije.
[Siempre tan rápido para burlarse de
mí.]
[De usted y Tina, sí.]
Lady Stella estaba molestada, y en la
distancia, pensé que podía oír a alguien gritando. [¡¿Por qué solo mi hermana y
yo?!]
[Ahora, en marcha.] Dije. [Nuestro
anfitrión está esperando.]
La villa Algren estaba cerca del
palacio, pero no exactamente en el distrito más lujoso de la ciudad. Sus sucios
muros y ventanas hablaban de su abandono. Ante la puerta frontal, la cual
soportaba los brazos de Algren, mi antiguo kohai nos estaba esperando junto a
una desconocida mujer en ropa de hombre. Su cabello negro— una rareza en la
capital real— estaba reducido a un simple mechón detrás de su cabeza, y su piel
era un poco oscura. ¿Quizás provenía de la ciudad del agua al sur? Era alta y
delgada, usaba una simple daga para defensa personal en su cintura.
[Allen.]
[Gil. Gracias por esperar. Permíteme
presentarte. Ella es Su Alteza, Lady Stella Howard. ¿Se conocen?]
Tanto Gil y Lady Stella asintieron. Era
natural que los hijos de las casas ducales al menos se conocieran entre sí por
vista.
[Bien. Nuestro turno.] Gil dijo.
[Mi nombre de Konoha.] La joven de
cabello negro respondió. [Recientemente fue puesta al servicio como la
guardaespaldas y maid de Lord Gil.]
[Soy Allen. Le debo a Gil por—
E-Espera. ¿Te debo algo?]
[Oh, vamos, Allen.] Gil dijo.
Sonreí. [Gil fue de gran ayuda para mí
en la universidad. Por favor cuidad de él.]
[¡Claro!] Konoha declaró. [¡Incluso si
me cuesta la vida!]
Gil estaba ocupado jugando con la llave
y el cerrojo; mi cumplido debió haberlo avergonzado. Ese lado suyo era parte de
lo que lo hacía tan amado en el departamento, pero no se lo diría.
[V-Vamos; las puertas están abiertas.
Entren. Um…] Él dijo.
[Prepararé el té.] Konoha anunció y se
desvaneció en la casa.
[¿Así que ahora tienes una maid
guardaespaldas?] Le pregunté a mi antiguo kohai, quien estaba rascando su
cabeza con vergüenza.
[Traté de rechazarla, ¿sí? Entren.]
Seguimos a Gil dentro de los extensos
terrenos. En efecto, eran muy extensos para mi gusto. Pero ya que me acobardé,
Su Alteza estaba sin inmutarse. Lugares financieros estaban en un área con la
cual nunca sería capaz de mantenerme con la nobleza.
Había esperado que los terrenos hayan
sido abandonados en la naturaleza, pero parecían bien cuidados. Incluso las
plantas habían sido podadas.
[Gil…] Dije.
[No he hecho nada.] Respondió. [No
amplifique las barreras, y definitivamente no ordené que los baños y las cosas
sean arregladas de prisa luego que me lo pidieras ayer.]
Él era imposible— no es que no
estuviera alegre, pero ¿cuál era el punto de gastar mucho dinero en una villa
que solo íbamos a usar por dos semanas?
[Veo que tus antiguos kohais en la
universidad te tienen mucho cariño también.] Lady Stella remarcó, casualmente
resumiendo la situación.
¿Realmente es ese el problema aquí?
Gil nos llevo a un patio techado
amueblado con una mesa de madera y varias sillas del mismo material. Delante de
nosotros estaba un gran espacio de tierra, levemente debajo del patio, bien
pasaría por un campo de entrenamiento improvisado. Gil obviamente estaba evitando
mi mirada. Estaba agradecido, pero eso había sido demasiado.
Lady Stella descendió a la espaciosa
arena improvisada y empezó a estirarse. Estaba lista para salir.
[Gracias por dejarnos usar este lugar.
¿Seguro que no será problema?] Le dije.
[No te apures. Nadie estaba usándolo de
todas maneras.] Gil respondió.
[En cuanto al costo de las
renovaciones—]
[Olvídalo.]
[Gil.]
[Desearía que vinieras a jugar a la
universidad cuando andamos aquí. Todos te extrañamos.]
Ese era todo lo que mi compañero Gil
Algren era. No tenía ni una pizca de malicia en su cuerpo, ponía su corazón en
bandeja de plata, y una vez se abría a alguien, pero tenía una inquebrantable
lealtad.
[Muy bien.] Dije. [Pasaré algo de
tiempo contigo. ¿Te gustaría que trajera conmigo a Lydia?]
[¡P-Puedo hacerlo sin el jefe!] Gil
exclamó. Entonces, bajo su respiración, añadió. [Cualquier podría predecir el
fiero infierno que traería.]
[¿Dijiste algo?]
[No, nada. Tu estudiante te está
esperando.]
[Está bien. Gil, ¿puedo prestarte una
rama?]
[No me importa.] Él respondió con una
mirada confusa.
Con una disculpa silenciosa, bajé una
rama de un árbol cercano y entonces usé magia de viento para formar una espada
de madera y una varita. Una vez se terminó, descendí al campo de entrenamiento
y tomé posición de ataque para la joven noble que estaba terminando sus
ejercicios de calentamiento. Me gusta mucho la mirada en su rostro.
[Lady Stella.] La llamé mientras
dibujaba un pequeño círculo en el campo con mi espada de madera.
[¡¿S-Sí?!]
[Por favor muéstrame de lo que eres
capaz.]
[¿A qué te refieres?]
[No me moveré de este círculo. Si
puedes forzarme a salir, la victoria es tuya.]
[No me contendré, sabes.] Lady Stella
respondió dudosa.
[Sé que no, y contraatacaré de ser necesario.
Así, por ejemplo.]
Ondeé mi varita y activé un hechizo de
agua desde la diagonal y detrás de Lady Stella. Le impactó en la nuca antes que
siquiera pudiera reaccionar, dejándola estupefacta mientras sentía el impacto.
[Ese solo fue un hechizo elemental.]
Dije. [Voy a usar cada elemento que Tina, Ellie, y Caren pueden usar.]
Ondeé mi varita otra vez, completando
mi despliegue de fórmulas de hechizo a través de la arena, todo listo para una
activación inmediata. Y la joven quien apenas había sacado su estoque y varita
no pudo verlos. Estaba al tanto que podía costarle en nuestro primer día; nadie
encontraría fácil cambiar sus arraigadas ideas.
[Ahora, ¿empezamos?] Pregunté.
[¡Muéstrame lo mejor que puedes hacer!]
✽✽✽✽✽
[Acabo de regresar.] Le reporté con una
inclinación a Lord Gil.
[Bienvenida, Ms Konoha.] Él respondió.
[Solo “Konoha” por favor.] Dije,
poniendo el conjunto de té en la mesa.
El entrenamiento ya estaba en marcha. Su
Alteza, Lady Stella Howard, se retiró y luego conjuro incontables proyectiles
de hielo con un movimiento de su varita. La barricada cayó en el joven, pero
los interceptó con un muro de piedra. Aunque, su oponente era un descendiente
directo de una casa ducal; aprovechó por completo su maná para congelar el muro
y entonces abrir una brecha. Un instante después, todos sus proyectiles se
desvanecieron. Causa desconocida.
Su Alteza se mordió sus labios y luego
avanzó, invocando una tormenta de disparos de hielo mientras andaba. Parecía
intentar desafiar al joven a un combate cercano, usando sus hechizos para
distraerlo de su ataque. Una vez estuvo en el rango de su estoque, lo lanzó
directo a él… pero no le salió. El joven bloque su fina hoja con lo que parecía
su arma de madera. No se había movido ni un paso.
De pronto, Su Alteza dejo de moverse.
Por qué—
El terreno bajo sus pies se había
vuelto fangoso y se congeló.
Hechizos elementales la atacaron no
solo del frente, sino de todos los costados, aunque el bombardeo no parecía ser
letal.
[Así que ese es el compañero de la
famosa Dama de la Espada— el Cerebro de la Dama de la Espada.] Dije. [Su
maestría de control de hechizos es intimidante, aunque el rumor lo representa
siendo un tipo desvergonzado que acompaña a Su Alteza a pesar de la falta de
maná para lanzar hechizos avanzados.]
En un instante, el comportamiento de
Lord Gil hizo un cambio. Su frivolidad desapareció sin dejar rastro, dejando
solo un frío glacial que me hizo retroceder.
[¿Eres tonta?] Dijo. [Si vas a caer en
ese sinsentido, empaca y regresa al este.]
Me tomó un momento componerme y
preguntar. [¿A qué se refiere, mi lord?]
[¿Allen, desvergonzado? ¿Qué han estado
haciendo los investigadores de la casa principal con su tiempo?] Su tono era
intimidante.
[P-Pero mi lord, tanto como puedo
juzgar basada en la información de circulación pública—] Argumenté en
confusión.
[Eso lo hace peor.]
[¿Mi lord?]
[¿En realidad eres descerebrada? ¿No
sabes que es un punto ciego?]
[¿Es qué? ¿Se refiere a la información
acerca del Cerebro de la Dama de la Espada, no de la mismísima Dama de la
Espada, estaba siendo falsificada?]
Lord Gil ignoró mis preguntas y regresó
su atención al campo de entrenamiento, donde Su Alteza parecía estar bajo
presión. Cruzó su estoque y varita, y numerosas lanzas de luz pálida de hielo
se materializaron. Era el renombrado hechizo avanzado de hielo Swift Ice
Lances. Su habilidad era impresionante; nunca habría supuesto que era una
estudiante.
El joven, por el contrario, parecía
pensativo. Eso no detuvo que las lanzas se aceleraran con una tremenda
velocidad, aspirando a perforarlo… pero cada una se desvaneció en el delgado
aire antes de llegar a su círculo.
¡¿Disipó la magia avanzada?! Pero ¿cómo…?
[La Dama de la Espada es fuerte.] Lord
Gil introdujo. [El comandante de la Guardia Real y la anterior Dama de la
Espada, la Duquesa Lisa Lienster, probablemente sean las únicas personas en el
reino que puedan estar en un tú por tú con ella. Aunque si la jefa estuviera
sola.]
[¿Quiere decir que las cosas serían
diferentes si tuviera su “Cerebro” con ella?] Pregunté.
[La jefa es invencible con Allen a su
lado; ni siquiera el Héroe del imperio podría derrotarla. Si los dos se ponen
serios, podría sacudir el balance de poder en el reino— En realidad, lo haría
en el reino y los vecinos.]
[D-Debe estar de joda. Casi los hace
sonar como los antiguos…] Me silencié, dejando la palabra “héroes” sin decir.
Lord Gil me dio una mirada severa, como si me hubiera dado cuenta tarde de un
hecho básico.
[La Dama de la Espada empezó a juntar
honores hace cuatro años.] Él dijo. [¿Por qué crees que es?]
[Quizás porque era demasiado joven
entonces.] Dije.
Lord Gil sofoco una risa burlona, la
cual era completamente diferente a la risa que le había dirigido al joven.
[¿Crees poder haber vencido a la jefa cuando tenía 13 años? Dicen que tuvo a
Lord Rodde, el Archimago, contra las cuerdas y en lágrimas durante su examen de
entrada a la Academia Real— y eso fue antes que pudiera usar magia.]
No dije nada. Posiblemente no podía
clamar que ganaría esa pelea. ¿Cómo podría? El Archimago era una leyenda
viviente con más de dos siglos de experiencia. Incluso los libros de historia
lo señalaban, reportando que había ganado gloria en batalla tras batalla en
toda la Guerra del Señor Oscuro e incluso comprometió a su homónimo en combate.
Él era superhumano— algunos incluso decían “inmortal”.
[Para el tiempo que la jefa empezó la
universidad, era más de lo que el profesor pudiera manejar.] Lord Gil continuó.
[Allen estaba observando la pelea, así que no había forma que pudiera perder.
Cuando lo haga, será el fin del mundo.]
Estaba asombrada. Por “el profesor”,
¿se estaba refiriendo al antiguo director de la corte de hechiceros? El hombre
conocido como “el único hechicero que podía rivalizar con el Archimago”.
Prácticamente podía oír la sangre drenarse de mi rostro. Había venido hasta
aquí a ayudar a Lord Gil.
[Todos lo tienen mal. Los Leinster
fueron los primeros en notar a Allen, ¿y te das cuenta cuánto él ha hecho por
ellos?] Lord Gil preguntó. [La jefa heredo su apodo, y su prospera cara. Será
lo mismo con los Howard. Y en el centro de todo eso está—]
[Alto.] El joven interrumpió, tomando a
Lord Gil por sus mejillas. Mi sangre se enfrío. Ni siquiera había detectado su
acercamiento. Había sido su intención matar a mi lord, siquiera pude haber
servido como un escudo humano.
[¡A-Awwen!] Lord Gil protestó. [¡Ow!
¡Esho duelle!]
[¡¿Esa es la forma de hablarle a una
chica que apenas has conocido?!] El joven dijo y entonces regresó a mí. [Por
favor no le prestes atención.]
Le asentí como una forma de cortesía,
pero también apreté en silencio mis dientes en frustración.
[Eres demasiado débil con las chicas.]
Lord Gil se quejó. [¿Dónde está la presidenta?]
[Tomando un descanso.]
Su Alteza estaba de rodillas y
jadeando, su estoque estaba incrustado en el suelo. Hechizos y espadas habían
hecho un desastre el terreno alrededor de ella, pero la tierra dentro del
círculo que había rodeado al joven estaba… ¿sin rasguños?
[Whoa…] Lord Gil dijo. [No dejaste que
holgazaneara.]
[¿Te importaría unirte?]
[¡Como no!]
El joven bajo la mirada a sus pies,
luciendo algo rechazado. Era un acto, pero sacudió a Lord Gil.
Alto, Lord Gil. No haga esa cara cuando
puedo verlo.
[¿No te agrado, Gil?] El hombre
preguntó. [No puedo creer que mi antiguo compañero me desprecie. Eso me rompe
el corazón…]
[V-Vamos, Allen. Sabes que eres fácil
con las chicas, pero nunca con nosotros. ¡No es justo!]
[Gil, cualquiera que tenga mejor suerte
en el amor que su senpai merece tener ventaja. ¿No fue esa la primera cosa que
aprendiste en la escuela?]
[¡E-Eres un monstruo!] Lord Gil gritó y
entonces añadió en una voz más baja. [Además, tienes a la jefa poniendo una
defensa perfecta. Solo mira cómo terminaste al momento que saliste de sus
garras. Quizás tienes mucho “atractivo con las jovencitas”.]
[¿Hm? ¿Dijiste algo sobre mí?]
[No. Dame un descanso. Ahora, ¿no
tienes más entrenamiento por delante?]
[Oh, tienes razón. ¡Lady Stella, el descanso
se terminó!]
Su Alteza gruñó con un dolor e
indignación, pero se levantó, sus ojos brillaban con voluntad para luchar. La
sesión de entrenamiento continuó.
La chica debía poner incesantes
esfuerzos tanto en su lanzamiento de hechizos y esgrima, pero… no le iba bien.
Sus hechizos se desvanecían antes de golpear a su objetivo, mientras todos los
golpes de sus espadas eran bloqueadas y detenidas. Los hechizos elementales del
joven parecían impredecibles, y cada uno de sus disparos impactaban.
¿Cómo lo hace? Si estaba fuera una
lucha real, había terminado hace mucho tiempo.
Pensé en mis instrucciones: [El
plebeyo, Allen, no tiene importancia. Ignóralo. Los movimientos de los Leinster
y Howard son tu mayor prioridad. Debemos descubrir cómo responderán a nuestra
Gran Causa.] Pero esas suposiciones eran incorrectas. Si nos hacíamos enemigos
de este chico, el plan seguro fallaría. Él demandaba la mayor precaución.
[No sé lo que la casa principal esté
planeando, pero no voy a volverme un duque.] Mi lord se quejó a mi costado.
[Papá se preocupa demasiado. No hay forma que mis hermanos vayan a intentar
algo. Y quiero quedarme en los mismos términos con Allen.]
No. Está mal, mi Lord. ¡Ellos lo
usarán! La Casa Ducal de Algren podría importarme menos, pero usted…
Lord Gil me había salvado de niña, y
quería protegerlo. Pero no podía decirle la verdad— mis labios estaban sellados
con magia.
[Así es.] El joven le dijo a Su Alteza
mientras empezaba a contrarrestar los hechizos que venían de otras direcciones
que no son del frente. [Nunca sabrás de qué ángulo los hechizos de Tina, Ellie,
y Caren vendrán.]
[¡C-Cierto!]
Lo que sea que pasara, necesitaba
mantener a salvo a Lord Gil. Y en el presente, significaba no perder tiempo investigando
a este joven. Era por la supervivencia de mi señor.
✽✽✽✽✽
Era una mañana de semana, y Lady Stella
y yo estábamos sentados en un café familiar con un techo azul. Por fuera, por
desgracia parecía que llovía, aunque disfrutaba observar las coloridas
sombrillas por las ventanas. Tomé un sorbo de café mientras hojeaba mi libreta.
Era delicioso.
La jovencita sentada frente a mí estaba
vestida con shorts, una camisa, y una boina, todo eso lo hacía maravillosa.
[U-Um, ¿Allen?] Ella dijo.
[¿Sí? Si gustas de mi tarta, te daré la
mitad.] Partí mi postre y moví una pieza a su plato vacío.
[¿En serio? Gracias— No, no es eso.]
Los ojos de Lady Stella brillaron, pero luego presionó sus manos en su frente.
¿No quería esta deliciosa tarta frutal de temporada? [¡Tenemos poco tiempo para
gastarlo en esto!] Ella dijo seria.
[Los descansos son necesarios.]
Respondí. [Hemos estado entrenando luego de sus días de escuela por seis días
seguidos. Además de eso, estoy más que preocupado que estés en tu tercer año en
la Academia Real y nunca hayas puesto un pie en un café.]
[B-Bueno… e-estaba avergonzada.] Ella
se agitó y luego tomó su taza. Su solo movimiento irradiaba gracia. Podía
entender por qué Caren me había dicho que “Stella es secretamente muy, muy
popular con los chicos. Ella está fuera del alcance de cualquiera”.
Volteé a una página en blanco de mi
libreta. [No me estaré con rodeos— como están las cosas, vas a perder la
siguiente semana. ¿Te diste cuenta?]
[Claro…]
[Apenas tendrá tiempo para hacer mejoras
menores a su fórmula de hechizo, y mucho menos reemplazarlas. Sugiero que
luches usando fórmulas existentes.]
[P-Pero… ¿No Tina, Ellie, y Caren usan
sus fórmulas de hechizos?]
[Sí, lo hacen.]
[E-Entonces, ¿cómo puedo competir
contra ellas sino hago lo mismo?]
Tina, Ellie, y Caren, todas usan las
nuevas fórmulas de hechizo con “espacio en blanco” incrementado que había
ideado en lugar de equivalencias establecidas. Eso iba para Lydia y Lynne
también. Había muchas ventajas por eso, pero para alguien quien había
practicado fórmulas existentes al igual que Lady Stella había, sería difícil
hacer el campo tan rápidamente. Las otras chicas habían logrado hacerlo porque
habían aprendido mi fórmula antes de completar su educación mágica básica.
[Ha dominado la magia avanzada.] Dije
agitando mi cabeza. [Tratar de cambiar a una fórmula por la fuerza sería un
gran riesgo. Al menos podemos revisar las partes que la limitan a realizar el
despliegue y activación, pero sugiero que encontremos otras formar para cerrar
la brecha.]
[¿Como cuáles?]
[Toma.] Mi lápiz pasó por la página
mientras escribía las características de nuestros tres oponentes.
Tina: La típica luchadora
de retaguardia. Le falta algo de combate cercano.
Ellie: Luchadora de línea
media que también sobresale en combate cercano. Una hechicera silenciosa.
Caren: Luchadora esencial
en el frente de línea, apta para batallas en todos los frentes.
Lady Stella me estaba observando
escribir, pero parecía tener dificultades leyendo mis notas desde donde estaba
sentada. Me hice a un lado y palmeé el asiento a mi par unas cuantas veces.
Lady Stella me lanzó una mirada cuestionadora.
[Siéntese a mi par.] Le dije.
[Oh… C-Claro.] La adorable jovencita se
sonrojó y tomó asiento a mí par, dejando una distancia de espacios entre
nosotros. Sentí un leve aroma floral. ¿Podría ser su perfume?
Seguí mi explicación. [Como puede ver,
no hay brechas en su formación. Tina y Ellie están sincronizadas, mientras
Caren toma principalmente la vanguardia, para también luchar a larga
distancia.]
Lady Stella se detuvo antes de
responder. [Lo sé.]
[Usted, Lady Stella, es todo terreno—
puedo llevar cualquier rol sin problemas. También sobresale activando múltiples
hechizos simultáneamente.]
[Puedo hacerlo sin problemas, pero no
puedo hacer algo en especial.] Ella se opuso mientras cortaba su tarta con un
tenedor.
Lady Stella sobresalía favorablemente
con otros de su edad. Su esgrima fue tallada con los fundamentos, y su
lanzamiento de hechizos era tan estable como su personalidad. Incluso había
aprendido tres hechizos avanzados. Estaba más que calificada para liderar el
consejo estudiantil, pero estaba sufriendo una perdida de confianza. Esperaba
que llegara a darse cuenta de eso por cuenta propia.
[Significa que tiene la ventaja en
algunas áreas.] Dije.
[¿Qué?]
[Primero, puede derrotar a Tina.]
[Mi hermana puede lanzar un hechizo
supremo.] Lady Stella dudosa respondió.
[Eso no importa. Es mejor que ella en
combates espontáneos, así que solo necesita cerrar la distancia con ella.
También debería ser capaz de atravesar su bombardeo de hechizos mientras se
concentra en la defensa.] Añadí mis observaciones en la libreta entre los
nombres de las nobles, incitando que la noble de cabello plateado pestañara en
sorpresa.
[También puede derrotar a Ellie.]
Seguí, haciendo otra anotación a mi libreta. [No está muy bien preparada para
combates de larga distancia ahora, aunque eso puede cambiar. Así que
simplemente mantén tu distancia y fuérzala a que te ataque con hechizos.]
El entendimiento apareció en los ojos
de Lady Stella. No había necesitado que le dijera eso si hubiera sido su usual
yo, pero la excesiva presión mental alejaría a cualquiera de dar todo su
potencial.
[El problema es Caren.] Añadí otro
nombre a la nota— solo uno— lo cual hizo que Lady Stella jadeara. [Recuerde—
este duelo será de dos contra tres, no de uno contra tres.]
[P-Pero… a menos que lo haga yo misma…]
[Disculpen.] Le puse atención a la
mesera familiar. [Otro café, por favor.]
[¡En seguida!] La mesera mostró un
intenso interés mientras tomaba mi orden, pero ejercí mi derecho a quedare
callado. La interrupción había dejado a Lady Stella desfallecida.
[Acabo de ordenar un café a la mesera,
¿verdad?] Pregunté.
[¿Huh? Oh, sí. Lo hizo.] Lady Stella
respondió.
[Allí está su respuesta.]
[Yo no—]
[No tiene que pensar en hacerlo todo
sola. Yo dependo de la ayuda de muchas otras personas. Por ejemplo, toma Lydia—
la hice pasar por las más intensas batallas.]
La jovencita estaba tratando de
soportar mucho por sí sola. Había un límite en lo que una persona podría hacer,
y nadie podría tener el control de todo. Esperaba recordarles eso también a
Tina, Ellie, y Caren.
[¿Puedo pedirle ayuda?] Lady Stella
tímidamente preguntó.
[Claro que sí.] Respondí. [Pero no
debes depender de mí en todo. Lloraría si le copias a cierta hija de un duque
que egoístamente me mete en peleas.]
Lady Stella sonrió. [Puedo disfrutar
hacerle llorar.]
Solo levanté mis manos en rendición.
Ambos nos echamos a reír y luego intercambiamos relajadas sonrisas.
[Haré todo lo que pueda.] Lady Stella
dijo levemente. [Cuando todo se acabe… ¿puedo pedirle un favor?]
[¿Un favor?] Repetí.
[Sí. Estoy segura que podría trabajar
mucho, mucho más duro si pudiera. ¿Por favor?] Había algo persuasivo en la
forma que la bella jovencita me miraba.
Tienes razón, Caren. Estoy segura que
tu presidenta es bastante popular.
[Muy bien.] Dije. [Te daré todas las
notas secretas del profesor de los Postres Más Finos de la Capital Real.]
Ella dijo y medio un juguetón empujón.
Su gesto era adorable.
[Si ganas, haré el favor que quieras.]
Respondí con una sonrisa. [Pero por favor que no se te pase la mano.]
Estaba por salir del café cuando Lady
Stella libero un grito. [¡Hace falta mi sombrilla!] Dijo.
Por un momento, la ayudé a buscarla,
pero realmente no estaba. Alguien debió haberla tomado por error.
Detrás del mostrador, el propietario
estaba diciéndole algo a la mesera, pero todo lo que pude entender fue:
[Nuestra… Entiendo.] Me preguntó de qué estaban hablando.
Aún estaba lloviendo afuera, así que le
ofrecí mi propia sombría a Lady Stella. [Por favor, sin pena.] Dije.
[¿Q-Qué?] Ella preguntó, viéndose
sorprendida. [No podría. La villa no está lejos.]
[Insisto. ¿Qué si atrapa un resfriado?
Yo correré a casa.]
[¡N-No! ¡N-No sé qué haría si se
enfermara!]
[Menuda presidenta del consejo tan
terca.]
[Y usted es un tutor privado bastante
terco.]
Estábamos en un empate. Ninguno de
nosotros estaba dispuesto a retroceder.
La mesera se nos acercó con una
sonrisa. [¿Por qué no comparten una sombrilla?] Ella sugirió alegremente. [No
tenemos nada que perder.]
Lady Stella se veía levemente
confundida, entonces le lanzó una mirada a mi sombrilla. Por fin, abrió sus
ojos. La mesera estaba de buenas.
Bueno, no puedo dejar que se moje.
Pensé mientras abría mi sombrilla y le hacía señas a la jovencita para
unírseme.
[D-Disculpe.] Lady Stella dijo,
balbuceando como Ellie.
A pesar de su avergonzamiento, se unió
a mí bajo la sombrilla. Nuestros hombros se topaban, y de prisa se retiró, pero
luego tímidamente se acercó otra vez hasta que nuestros hombros se tocaron.
Estaba sonrojándose mucho que incluso sus orejas estaban rojas, y su rostro lo
señalaba de sobra.
[Lady Stella.] Dije, empezando a
caminar.
[¿Sí?] Ella lentamente respondió.
[Ganemos. ¿Qué me dice?]
[¡S-Sí, ganemos!]
La información que habíamos compartido
una sombrilla se esparció por la Real Academia como pólvora gracias a un
estudiante que al parecer había estado presente en el café. Al albatros le
llegó el chisme y se fue directo a mis aposentos… pero esa es otra historia.
En realidad, su precisión había sido
perfecta, ya que había un asunto que había querido discutir con ella en
persona. Aunque, me preguntaba por qué había estado midiéndome.
✽✽✽✽✽
[Creo que es suficiente por ahora.] Le
dije a la señorita sin aliento. Estábamos en los terrenos de la villa Algren.
El suelo de tierra de nuestra área de entrenamiento estaba congelado en algunos
lugares, la luna y las estrellas estaban en el cielo. Era hora de dejarlo.
Gil me había presionado la llave de la
villa, diciendo: [Te dejaré el cocinar, limpiar, y las reparaciones a ti. También
están los baños. Y Allen… solo trata de no nivelar la ciudad.] Qué cojones los
suyos. No es que no lo apreciara.
[Aún no. Aún puedo… seguir.] Lady
Stella jadeo, sonando como si todavía no estuviera satisfecha.
[No, lo dejamos aquí.] Respondí. [El
duelo es mañana, así que vayamos a casa temprano y tengamos una buena noche de sueño.]
[P-Pero—]
[No te preocupes. Lo hiciste a tiempo.]
Señalé al círculo con mi espada de madera. Había vestigios de hielo dentro.
Ella lo miro dudosa, entonces se giró a
mí en silencio.
[¿Lady Stella?] Pregunté.
[No me llames “Lady”.] Ella se detuvo y
luego añadió. [Han sido dos semanas.]
Le lancé una escéptica mirada.
[Al fin, por fin acerté un golpe en su
círculo, Allen. A pesar que es malo, y estricto, y está tratando de hacerme
adicta a los dulces.]
[Eso me da una mezcla de realidad y
ficción.] Remarqué. [Y en ese caso, no te dirijas formalmente.]
[¡E-Eso no, como si pudiera! Pero
usted… usted me llevo al camino correcto cuando me había perdido. Realmente es
el mago más amable que pudiera pedir.] Su voz se volvió inaudible mientras
hablaba. ¿A dónde se había ido todo su entusiasmo?
[¿Stella?]
[Terminemos. S-Si gusta unirme a sí en
los baños…]
[No tomaré uno; voy a regresar la arena
a como estaba. Ahora, mi lady que fácilmente se avergüenza y es una pobre
mentirosa…]
[¡Allen!]
[Espero que hagamos todo lo que podamos
mañana. El asunto que discutimos depende de la situación.]
[¡P-Por supuesto!]
[Por favor, vaya a lavarse. Luego,
iremos a un maravilloso restaurante en el distrito oeste para la cena.]
Regresé a mis aposentos luego de
escoltar a Stella a su villa y encontrar la puerta sin llave.
Así que está aquí.
Entré para descubrir a una chica del
clan del lobo en mi sofá, abrazando un cojín y usando una de mis camisas en
lugar de un vestido de noche.
[Estoy en casa, Caren.]
[Bienvenido.] Ella respondió luego de
un breve silencio. [Llegas temprano. ¿Has descubierto un plan para vencernos?]
[Hm… Buena pregunta. ¿Has comido?]
[Sí.]
Tan pronto como había empezado a
quitarme mi abrigo ella se me acercó rápidamente y lo tomó de mis manos. A
pesar de su sombrío comportamiento, ella lo colgó en una percha y lo colocó en
el closet con prácticos movimientos.
[He puesto en forma a Tina y Ellie.]
Ella dijo. [Estás emparejado con Stella y superado en números. Dudo que tengas
una oportunidad. Esas chicas son tan brillantes como decías que eran. Solo
tengo que presentarles un concepto para que entiendan el resto por su cuenta.
Son aprendices más rápidas de lo que Stella es.]
[Caren, ¿esa es la forma de hablar?]
Ella se pauso un momento antes de
responder. [No me importa. Me voy a dormir, y vamos a ganar mañana.] Entonces,
se dirigió al cuarto de invitados. Debía haber estado más enojada de lo que me
había dado cuenta, y eso probablemente iba para Tina y Ellie también.
Necesitaría arreglarme con ellas una vez se termine esto.
Necesito encontrar una forma para
mejorar nuestras posibilidades.
Pensé mientras apagaba las luces y me dirigía a mi habitación. Había recibido
una respuesta a la carta que había enviado al norte por Griffin hace unos días,
así que revisé su contenido y entonces la metí en una pequeña caja. El Duque
Walker estaba tan incómodo como Stella.
Me puse a escribir una fórmula de
hechizo en la libreta que yacía abierta en mi escritorio. Probablemente me
faltaba el maná suficiente como para desplegarlo, pero—
La puerta se abrió tranquilamente.
Seguí escribiendo mientras sentía que alguien se movía a la cama y oí que
deslizaba debajo de las sábanas. [Caren, ¿no te he dicho que no tienes
permitido dormir aquí?] Le recordé mientras mi lápiz corría por la página.
[No me importa.] Su respuesta fue
tardía. [Estoy ejerciendo mi derecho natural como tu hermanita.] Eso fue
ambiguo, significa que tratar de cambiarle de idea sería un esfuerzo vacío. El
albatros decía la misma cosa.
Pasando todo mi tiempo con Stella en
findes y después que terminaran las clases en días de semana había hecho que me
diera cuenta de algo. La magia de hielo existente se formaba de los elementos
de agua y viento con el fin de manifestar hielo, pero los hechizos de Stella
contenían luz también, y no en proporciones fijas. No provenía de su fórmula de
hechizo, así que solo podía suponer la razón. Era un truco con los elementos.
La única certeza era, a más luz sus
hechizos contuvieran, mayor sería su poder y menos maná consumirían. Las
fórmulas de hechizo eran consistentes en su desempeño, salvo de extremas
diferencias en maná. Es por eso que la magia se había hecho muy común, y
también era por eso que estaba en decline. Pero había algo diferente respecto a
los hechizos de hielo de Stella.
Sentí que Caren se había movido al
borde de la cama, dentro del alcance de mis brazos. Probablemente estaba
deseosa por atención. Cerré mi libreta, bajé mi lápiz, y me volteé para ver a
mi hermana, quien estaba viéndome intranquila.
[Allen.] Ella dijo dudosa.
[¿Hm?]
[¿Crees que Stella… me odia ahora?]
[Ella te adora. Felicia, Tina, y a
Ellie también.]
[Entonces… ¿por qué ofrecer darme su
presidencia si perdía? Tina y Ellie también están nerviosas. Están preocupadas
acerca de lo que pasará si ganamos. Daré lo mejor, y las chicas han revisado
tus notas muchas veces que prácticamente son basura, pero… no puedo apoyar a
Stella como Felicia lo hace.] Las orejas de Caren cayeron, y había lágrimas en
sus ojos. Le extendí una mano, y entonces la sostuvo.
[Escucha, Caren. Stella estaba
ansiosa.] Le dije.
[¿Ansiosa de qué?]
[Como un vástago de una casa ducal,
ella tiene una pesada responsabilidad. Ver a las chicas y su crecimiento, la
decisión de Felicia, Lydia y yo le hicimos perder fe en sí misma.]
Caren se tomó un momento para
reflexionar. [Yo soy quien soy.] Ella dijo. [Mamá y papá creen en mí, y tú
también, así que creo en mí.]
[Estoy seguro que sí, pero Lady Stella
no tiene a alguien así. Solía tenerla, pero ya no más.] Mi hermana debía saber
de la Duquesa Rosa.
Estaba seguro que Stella había sido
prematura y nivelada. Eso la había hecho acreedora de la confianza de las
personas en su vida, pero eso también la había hecho incapaz de pedirle a
alguien que caminara con ella. No había sido capaz de permitirse decir esas
palabras.
[Una vez todo esto acabé, quiero que
escuches todas sus preocupaciones.] Continué. [Hazlo, y estoy seguro que las
cosas estarán bien.]
[Está bien.] Caren lentamente
respondió. Sus orejas habían regresado a la normalidad.
Ahora, a volver a trabajar.
[Allen.]
[¿Hm?]
[Cuida de mi mejor amiga.]
[Lo haré.]
[Y…]
[¿Hm?]
[Quiero dormir en tu cuarto esta
noche.]
[Eres tan mimada.]
[Pero… he estado muy solita.] Su
confesión empezó a desvanecerse. No había tenido una buena conversación conmigo
en dos semanas. Lady Stella estaba viviendo en la Villa Howard y Felicia estaba
ocupada conspirando con los Leinster y Howard, así que probablemente no había
tenido muchas oportunidades para hablar con ellas tampoco.
Me estiré y revolví su cabello. [Está
bien, pero será mejor que no contengas nada mañana.]
[Ya te lo dije, incluso con tu ayuda,
Stella no podrá…]
[Puedes perder si no la tomas en
serio.]
[Pero—]
[Ve a dormir. Seguiré sosteniendo tus
manos hasta que te duermas.]
Caren se silenció por un momento y
luego dijo. [También ve a dormir.]
[Aún tengo cosas que revisar.]
[No. Duerme un poco. No me dormiré
hasta que tú lo hagas.]
Le di otra mirada a mi libreta. Había
formulado con éxito la teoría, aunque esperaba que no necesitaríamos usarla.
Caren apretó mi mano.
[Lo siento. Me dormiré.] Dije.
[Quiero dormir aquí… contigo.]
El adorable sonido del rítmico respirar
de Caren me decía que ya se había quedado dormida. Podía sentir mi corazón
calentarse y resuelto a no contenerse en nada mañana. Entonces, apagué las
luces y me acosté al borde de la cama. No soné nada esa noche.
✽✽✽✽✽
El duelo fue en el Día de la Luz, y no
había nubes en el cielo.
Los combatientes y espectadores estaban
reunidos todos en la villa Algren, lo cual estaba impecable ahora— las maids de
los Leinster y Howard evidentemente le habían dado una limpieza a fondo.
Ya me había reunido con Stella, quien
estaba vestida con su uniforme escolar. Apuntó a la insignia plateada de un ala
y espada en su boina— el símbolo como presidenta del consejo estudiantil— y
declaró alegremente. [¡No me rendiré a esto! ¡Voy a ganar!] Y con eso, se me
adelantó para empezar a calentar.
En cuanto a mí, estaba perdido en mis
pensamientos. Tenía una corazonada, pero… Miré de mala gana al albatros,
quien estaba usando un nuevo vestido escarlata.
[¿Qué?] Preguntó.
[Te has excedido.] Respondí con pesar.
[¡¿Disculpa?!]
[Si hay alguien aquí que debería perder
sus estribos, esa sería yo.]
Mi reflejo en el espejo de cuerpo
entero tenía un desconocido atuendo de hechicero— prístina y blanco como la
nieve, dotado con intersecciones de bandas escarlatas y tela azul, adornada con
hilos de plata y oro, entre otros adornos. Obviamente era más que lujoso, y el
solo pensar en su precio hizo que me doliera el estómago.
Las túnicas fueron el trabajo de
Felicia. Al ver que las llevo puestas, libero un alegre: [¡Victoria! ¡He
ganado! ¡El día es mío! ¡Hora de dormir!] Y luego colapsó en el sofá. Ahora
estaba metida en los brazos de Morfeo, quien la estaba observando con la mirada
de una cariñosa madre. ¿Qué carajos había pasado entre ellas en estas dos
semanas?
Lydia se acercó más y empezó a mirarme
de pies a cabeza. [Hm…]
[¿A-Ahora qué?] Pregunté.
[¡Supongo que lo haré, Anna!]
[¡De una vez, Lady Lydia!] La ama de
llaves de los Leinster apareció en la habitación sin avisar. No la había viso
afuera, barriendo mientras decía: [¡L-La Casa de Howard me ha dejado la
limpieza…! ¡N-No! ¡El Cuerpo de Maid de los Leinster no conoce la derrota!
¡Esto no es más que una retirada táctica!] Ella estaba llevando un largo objeto
envuelto en un trapo blanco, el cual me ofreció con un alegre: [¡Para usted,
Allen!]
Acepté el bulto con confusión. Luego de
ver lo que yacía bajo el trapo, le di una mirada al albatros.
[Lydia.]
[No quieres que te miren usando una
espada y varita de madera hecha a mano, ¿verdad? Te prestaré esto.] Ella
respondió.
[No puedo usarlo.]
[¡Solo tómalo!] Ella respondió.
Entonces, en un tono más calmado, añadió. [Nadie está más calificado para
usarlo que tú.]
Miré en silencio a lo que me habían
dado— el báculo concedido a Lydia por la familia real debido a su nombramiento
con los hechiceros de la corte. Estaba gravada con un número de símbolos
encantados, aunque parecía ser una simple varita a primera vista.
[Gracias.] Dije, ajando mis párpados
levemente. [Lo tomaré prestado solo por hoy.]
[Consérvalo para siempre.] El albatros
respondió. [Es mío, igual. Oh, eso me recuerda. Anna.]
[¡Claro, mi lady!]
Esta vez, la ama de llanes sostenía una
pequeña caja. Lydia la tomó y retiró un listón escarlata, el cual ató alrededor
del báculo. Entonces cogió la espada y una varita de madera que había bajado.
[Está mejor.] El albatros remarcó. [Si algo le llegara a pasar, te quemaré. Y me
quedaré con estos como garantía.]
[Lydia, recuerdas que voy contra Caren,
¿verdad?]
[¿Esperas que crea que estás tan
oxidado que dejarías que mi listón se dañe?]
No hagas esto más difícil de lo que ya
es.
Anna estaba en el proceso de grabarnos,
riéndose todo el rato.
[Operación: Vestir a Lady Lydia y Allen
de Blanco para la ceremonia de nombramiento de hechicero de la corte se realizado.]
Ella remarcó. [Nunca pensé que su verdadera forma saldría a la luz. ¡No puedo
agradecerle lo suficiente a Miss Fosse!]
Miré a Lydia en silencio.
[E-Esta es la primera vez que oigo de
esto. ¿Cómo está Stella?] Ella respondió y alejó su rostro.
[Solo tuvimos dos semanas.] Reporté,
sonriendo por su reacción. [No fue tiempo suficiente para hacerla cambiar a una
nueva fórmula.]
[Hm… Escucha, si me engañas—]
[¿A qué te refieres con eso? Y Lydia…]
[¿Sí?]
[Gracias.]
Parecía que la atrapé con la guardia
baja. [¿Disculpa?] Ella dijo.
[Gracias.] Repetí y luego puse mi
cabeza en el hombro del albatros para que ella no pudiera ver mi rostro. [Y
otra vez, lamento que no fuera capaz de unirme a la corte de hechiceros
contigo.]
Estaba seguro que había dejado eso
atrás. Pensé, molesto
por mi propia debilidad.
[Idiota…] Ella respondió y gentilmente
me abrazó. [Estoy contigo, y tú estás conmigo. ¿Dónde está el problema?]
[En ningún lado. Supongo que tienes
razón.]
La puerta se abrió lentamente, y llegó
un deliberado “Ahem”.
Fugaces copos de nieve estaban
desvaneciéndose de cara a los penachos de fuego. Había oído una frustrada
pisada, pero fue más débil a lo usual.
[¿Qué cree que estás haciendo?
Libéralo.] Tina nos estaba mirando. Estaba vestida en su uniforme escolar y se
veía nerviosa. Ellie se paraba detrás de ella, usando su uniforme de maid y se
veía abatida.
[No recibo órdenes de ti.] Lydia
respondió. [Ahora corre al campo de entrenamiento. Shoo.]
En ese punto, Lynne entró al cuarto.
Tan pronto como me había visto fue que sus ojos se abrieron y levantó un puño
al aire con un grito de; “¡Éxito! Yo estaba— estábamos— en lo cierto.” Su
séquito de maids parecían compartir su gozo.
Habíamos estado apartados por dos semanas,
pero se sentía bien verlas a todas otra vez. Le hice señas a Lydia con una
mirada, y sin ganas se alejó de mí.
[Tina. Ellie. Lynne.] Dije. [¿Cómo han
estado?]
[¿Qué quiere?] Tina respondió. [Es
nuestro enemigo— Bueno, no, sé que siempre estará de nuestro lado, pero es
nuestro… oponente. Eso es. Es nuestro oponente, y me rehúso a fraternizar con
usted. Se inclinará ante las tácticas que hemos ideado para vencerlo.]
[Lady Tina… Allen…] Ellie dijo.
[Nii-sama.] Lynne intervino. [Felicia,
las maids de los Leinster y Howard, y yo hemos cumplido con nuestra tarea, no
soy una de tus oponentes. Por ello…] Ella se me había lanzado con un alegre
grito. El desarreglado estado de su cabello me decía cuán duro había estado
trabajando.
Vamos, Lydia. Lynne es tu hermana,
¿recuerdas?
[Gracias por la ropa.] Dije, atrapando
a la jovencita. [Es maravilloso, aunque no sé si me quedan bien.]
[¡Te quedan perfectas! Luces maravilloso.
Ahora, Nii-sama, coloca tu mano aquí.] Lynne tomó mi mano y empezó a moverla a
su cabeza.
[Ahora sí ya…] Tina dijo, dejando caer
su extendida mano a su costado y luego la apretó.
[Oh, Allen…] Ellie añadió, siguiendo su
ejemplo.
[Calma. Están haciendo un fogueo.]
Caren dijo mientras entraba a la habitación. Usaba su uniforme escolar con su
boina con un ala y báculo que la señalaba como la vicepresidenta del consejo
estudiantil. Sus ojos se abrieron cuando me vio y tomó a Lynne. [Allen, Lynne,
esta no es la ocasión.] Ella nos reprendió. [Es hora.]
[Está bien.] Respondí. [Lynne.]
[Claro, Nii-sama.] La noble joven
pelirroja dijo y obedientemente se alejó de mí.
[Vayan a la arena.] Caren le instruyó a
Tina y Ellie. [Tenemos asuntos importantes que atender.]
[Está bien…] Ambas chicas respondieron,
sonando infelices, pero determinadas. Me di cuenta que debían encontrar esto
difícil, pero tenía confianza que Stella sería capaz de llegar a ellas ahora.
Le asentí a Caren. No se preocupen.
Todo estará bien.
[Si bajan su guardia, perderemos.]
Caren les advirtió a las chicas, buscando levantar sus espíritus. [¿Doy por
hecho que están preparadas?]
[¡S-Sí, señora!] Tina y Ellie
respondieron juntas
[Vamos a ganar.]
[¡Sí!]
[¡En marcha!]
[¡Sí!]
Caren, Tina, y Ellie dejaron el cuarto
primero. Estaba pensando que debía seguirlas cuando mis brazos fueron tomados
por unas manos.
[Vienes con nosotras.] El albatros me
informó.
[Nii-sama, ¿por qué llegaste con la
compañía de Caren esta mañana?]
Decidí que nuestra discusión podía
esperar hasta después del duelo.
✽✽✽✽✽
Gil nos recibió en el área de descanso
frente al campo de entrenamiento. Su maid asistente con un predilecto vestuario
de hombre no se le podía ver por ninguna parte. Stella, Tina, Ellie y Caren ya
estaban en la arena.
[Buenos dí— Allen.]
[Nada del otro mundo.] Respondí. [No le
digas a nadie, y no me grabes. Estoy consciente que me veo ridículo.]
[¡Te ves bien, hombre!] Gil exclamó.
[¡Quién sea que hiciera ese traje es God!]
Me tambaleé. ¡¿S-Se da cuenta lo que
estaba diciendo?! ¡Yo era el que lo tenía que pagar!
Felicia aún se estaba aferrando a Emma,
pero eso no la detuvo de salir de la vista de Gil y decirme: “¿Alguna
petición?”
No, gracias.
Contario a mis sinceros deseos, Anna y
Mrs Walker, estas grandes líderes, estaban metidas en una preocupante
conversación. Oí que Anna dijo: [¿Nuestra casa puede tomar las riendas en el
próximo atuendo?] Solo para encontrarse con una desaprobación que la dejo
tambaleándose. [No puedo conceder eso. Sugiero que se dedique a los fundamentos
de la limpieza.] Rezaba que de sus planes no saliera nada.
[¿Dónde está tu maid asistente?] Le
pregunté a Gil.
[Saldrán algunos buenos hechizos, y
pensé que era mejor no traerla.] Él respondió. La Casa Ducal de Algren era una
familia militar, pero dudaba que se robarían nuestros secretos.
[No necesitas preocuparte.]
[Bueno, lo hago. Oh, no creo que me
haya encontrado con la chica de gafas antes. Soy Gil Algren.]
Felicia lucía asombrada y balbuceó.
[Y-Y-Yo soy—]
[Gil, ¿dónde está mi recibimiento?]
Lydia intervino.
[¡J-Jefa! C-Cómo—]
[Muy mal, parece que a un cierto kohai
se le han olvidado sus modales.]
[No me la trago ni por un momento.
Hiciste que Allen luciera bien vestido y tú también estás arreglada. Apuesto a
que estás planeando observar las grabaciones luego—]
Una daga de fuego se disparó a través
de aire, reduciendo varios de los cabellos del flequillo de Gil a cenizas antes
de golpear e incrustarse en un pillar cercano. Lydia tomó asiento, se cruzó de
piernas, y descanso un codo en la mesa, viéndose como toda una villana. Lynne
imitó su pose en el asiento a su par.
[¿Estabas diciendo?] Lydia preguntó.
[N-N-Nada de nada.] Gil estaba parado
firme y sacudiendo su cabeza como una hoja— una escena familiar en nuestros
días de universidad. Retiré una bola de papel de mi bolsillo y se la entregué.
[¿Allen?] Preguntó, viéndola con
curiosidad.
[Un agradecimiento mío.] Dije. [Ya sea
que aprendas o no de eso depende de ti.]
[Oh, ¿sí? Que— ¡Whoa! ¡¿Huh?! ¡Espera!]
Gil gritó y saltó en sorpresa.
Qué sobreactuado. Es solo un nuevo
hechizo avanzado.
[Cállate, Gil.] El albatros dijo y
luego pasó su atención a mí. [¿Y?]
[Quiero que intervengas al momento que
las cosas se vean peligrosas.] Dije.
[No tendré que sí estás allí.]
[Oh… gracias.] Siquiera intente
esconder mi avergonzamiento. Nuestras posiciones se habían invertido… Supongo
que habría recaído en mí el detenerla.
[Puede que usemos un nuevo hechizo.]
Murmuré en su oído. [Y estoy bastante seguro que Caren y las chicas tiene una
extravagante estrategia en mente.]
[Oh, ¿en serio?] Ella murmuró de
vuelta. [No has olvidado nuestra promesa, ¿verdad?]
[No.] Respondí. Ella daría una mano de
ser necesario, o lo que dijo.
[Vaya, no los había visto en su pequeño
mundo en décadas. ¿A qué viene?]
[¡Nii-sama y Nee-sama!] Lynne exclamó.
[¡Háganme espacio!]
[No estás lista, y no creas que no te
incineraré.] Lydia respondió. [¡Gil,
aléjate de Felicia! Acércate un paso más a ella, y esparciré tus secretos por
todo el departamento.]
[¡E-Entiendo!] Gil dijo. [¡Te tomaré la
palabra!]
Sonaba a que Lydia le hubiera tomado
cariño a Felicia. Emma no era la única maid de los Leinster o Howard en
mostrarle un buen trato. Al parecer la chica era un imán natural de afecto.
Y así, procedí con las otras
combatientes, con báculo en mano. No podía evitar preguntarme qué es lo que el
futuro me depararía.
[All—] Stelle se me acercó tan pronto
como entré al campo de entrenamiento, pero se detuvo en seco antes de llegar a
mí. [¿D-De dónde sacó ese traje?] Ella preguntó.
[Por favor, no lo menciones.] Respondí.
[No tuve ni voz ni voto en este asunto.]
La joven noble se silenció.
[¿Stella?] Pregunté.
[¡¿S-Sí?! S-Se ve tan apuesto… como un
mago de cuento de hadas.] Ella junto sus manos como en oración mientras
hablaba.
[Muchas gracias.] Respondí incómodo. Su
alentador cumplido calmó el golpe mental que había sufrido, aunque también le
dio un gran impulso a la moral de nuestros oponentes. El silencio de Tina y
Ellie era desconcertante, mientras Caren estaba afilando su daga y murmurándole
algo a su hoja de una forma que desearía que no lo hiciera.
Saqué a Stella de su trance, y nos
alineamos en el centro de la arena.
[Anna.] Dije.
La ama de llaves de los Leinster apareció
con un alegre: “¡La favorita de todos, Anna, a su servicio!”
[¿Nos daría la señal para empezar? Por
favor.]
[¡Como ordene!]
Antes que nuestra batalla pudiera
empezar, le lance varios orbes mágicos a Tina, Ellie y Caren. Caren los disipó
todos con facilidad y una interrogativa. “¿Allen?” Ellie también lidió con la
mayoría de sus orbes. Tina, sin embargo, falló en disipar gran parte de ellos.
[Ellie logró detener cerca del 80% con
su mejor velocidad de lanzamiento.] Les dije. [Si son demasiado lentas,
desmantelaré sus hechizos. Tampoco esperen que les permita desplegar hechizos
avanzados o supremos.]
Tina respondió con silencio, Ellie con
un gruñido, y Caren con un seco: “No será problema”.
[Pueden activarlos si atraviesan mi
interferencia.] Añadí. [Y no podré deshacerlos si llegan a ese punto. Tengan
eso en mente.] Fue un comentario saco pequeños jadeos de comprensión de Tina y
Ellie. Ellie, en particular, parecía que logro entender el ejercicio.
Lady Stella tocó su estoque y varita,
pero aún podía detectar duda en nuestros oponentes.
[Tina. Ellie. Caren.] Las llamé.
[Vengan a mí.]
El trio se quejó con un: “¿P-Para qué?”
de Tina, un: “¡Sí!” de Ellie, y una mirada dudosa de Caren. Para su sorpresa,
toqué los listones de las dos jovencitas y el collar de Caren.
[Las tres disponen de poderosas
defensas mágicas que dudo que estarán en peligro.] Dije. [Pero las protegeré si
juzgo que están en riesgo. Así que por favor, muéstrenme el alcance de sus
habilidades.]
[¡Muy bien!] Llego un coro de
respuestas.
[Por favor, atrás.] Anna intervino. Nos
retiramos obedientemente y nos enfrentamos en la distancia. [Ahora…]
La espera casi se termina. Me pregunto
cuánto han crecido las chicas bajo la guía de Caren.
La ama de llaves bajo su mano.
[¡Empiece!]
Stella desfundo su estoque y varita.
Yo, mientras, golpeé el suelo con la punta de mi báculo y lancé en silencio un
hechizo. ¡Era hora de revisar el progreso de mis estudiantes!
✽✽✽✽✽
[¡Empiecen!] La ama de llaves de los
Leinster gritó y de inmediato se desvaneció.
Retiré mi estoque y varita, luego
empecé a crear varios hechizos mientras entraba en posición de combate.
[¡Stella!] Allen me gritó. [¡Cuida tu
derecha!]
Respondí al retorcer mi cuerpo para
evadir dos oscuras siluetas que me pasaron. Eran un par de leones negros cerca
del tamaño de perros de estatura media… ¡Y habían brotado de la sombra de
Ellie! ¡¿Eran criaturas mágicas adaptadas para el combate?!
[¡E-Esperen!] Ellie gritó. Sus leones
rugieron en respuesta y se dieron la vuelta para verme.
Caren sacó su daga y luego la movió
horizontalmente, mientras Ellie extendía sus brazos. Chispas de luz violeta y
leves vendavales cubrieron toda la arena.
¿Camuflaje mágico de largo alcance?
Pero ¿por qué?
No tenía tiempo para hacerme la
pregunta— el tirio estaba concentrando sus ataques en Allen.
[¡Allen!]
[¡T-Te tengo!]
Caren y Ellie rápidamente se acercaron
a él, la primera movió su daga y la última sus puños.
[¡Prepárese!] Tina gritó mientras
desplegaba un fiero bombardeo de hechizos. La mayoría de sus fórmulas de
hechizo colapsaron, pero algunas se activaron y liberaron proyectiles de hielo.
Debió haber planeado aplastar a Allen con puro poder.
Justo como habían predicho, Caren y
Ellie estaban encargando de la corta y media distancia mientras Tina proveía
apoyo de largo distancia. Las criaturas mágicas representaban su único ataque
hacia mí.
[Whoa.] Allen respondió con movimiento
evasivo, pero Caren le dio persecución con Ellie— y la tormenta de disparos de
hielo— en marcha.
Nunca se molestó a esquivar durante
nuestro— Olvida eso; ¡Necesito concentrarme!
Moví mi varita y disparé una rápida
explosión del hechizo de hielo elemental Divino Disparo de Hielo, manteniendo a
un león restringido mientras corría hacia el otro. Mi objetivo vino a mí. Salté
y me golpeó con sus patas delanteras, pero me agache para evitar el golpe,
incrusté mi estoque en su barriga, y lancé una helada ráfaga de mi varita— un
golpe directo que causaría que el león se desintegrara.
Eso dejaba—
El segundo león atravesó mi bombardeo
de disparos de hielo y se abalanzó sobre mí desde atrás; ¡Me di la vuelta, clavando
mi estoque en su barriga!
¡Dos! ¡Lo hice!
De pronto, un consejo que Allen me
había dado en el café revoloteó por mi mente: [Estás más que vulnerable en el
momento que piensas que lo has logrado.] Lance un hechizo detrás de mí sin
siquiera ver, derrotando al tercer león con una lanza de hielo perforante.
Revisé mis alrededores, pero parecía ser el último.
[Caren.] Allen remarcó. [Tus ataques
necesitan más variedad. Sugiero una mezcla de uno o dos. Y estoy asombrado que
ni tú o Ellie hayan lanzado un hechizo desde el camuflaje. ¿Qué están
planeando?]
Mi mejor amiga de cabeza normalmente
fría gruñó como si estuviera en desventaja y se forzó a retirarse en un
pestañeó. Un momento después, Ellie liberó un grito mientras trataba de tomar a
Allen por sorpresa con un ataque desde atrás.
[Tienes un bueno ojo para los espacios
vacíos, Ellie.] La maid gritó en confusión mientras Allen atrapaba su brazo y
la enviaba a volar con un lanzamiento perfectamente realizado. [Pero tu ataque
es débil, y, te lo advertí antes, gritar arruina el elemento sorpresa. ¿No vas
a usar ningún hechizo ofensivo? ¿Qué hay de tus puños encantados o conjurar más
criaturas mágicas?]
Ellie mantenía una excelente postura en
medio del aire y aterrizo frente a Tina, impresionada, pero no sorprendida.
Prácticamente podía ver una gran cola ondear detrás de ella.
Los disparos de hielo de Tina
acribillaron a Allen de todas partes, pero espejos de fuego se materializaron
para interceptarlos, no tanto para su aparente consternación.
[Pretendes estar sorprendida.] Allen
dijo, saltando a un lugar a mi lado justo antes que carámbanos se esparcieran
por el lugar donde una vez había estado. [Y luego atacas con un hechizo
intermedio bajo la cubierta de hechizos elementales para ignorar mi
interferencia. Buen plan.]
Tina se molestó. Estaba atónita. ¡Allen
era increíble! Superaba con creces mis más salvajes pensamientos.
[¡Stella!] Él me instruyó. [Apégate al
plan.]
[¡Bien!] Respondí. [¡Tina! ¡Ellie!
¡Caren! No puedo culparlas por tomarme a la ligera, pero no lo olviden— He recibido
el beneficio de las lecciones ininterrumpidas de Allen. ¡Soy más capaz de lo
que creen!]
Había un genuino espíritu de pelea en
los ojos del trio. ¡Aquí es donde la verdadera batalla empezaba, y haría lo
mejor que pudiera! Ondeé mi varita y lancé el hechizo elemental de Flecha
Divina de Hielo. Entonces, mientras volaba a Ellie, corrí hacia Tina tan rápido
como mis piernas me llevaban.
[¡Tendrás que hacerlo mejor que eso!]
[¡L-La detendré!]
Tina y Ellie trataron de interceptarme
con hechizos, pero todos los de su fórmula se desvanecieron.
[Muy lento.] Allen remarcó. [No es
nada.]
[¡¿Tantos a la vez?!] Tina exclamó.
Ellie liberó un gritó mientas mis
hechizos bombardeaban el campo alrededor de ella. Había logrado inmovilizarla,
lo que nos dejaba…
[¡Ellie!] Tina gritó. [¡C-Como te atreves!]
[Es suficiente.] Dije, acercándome a
Tina e incrustándole mi estoque. Una figura plateada apareció delante de mí,
seguido por el fuerte sonido del mental chocando contra el metal. Caren había
bloqueado mi ataque con su daga, pero un segundo después…
[Yo soy tu oponente, Caren…]
[¡Allen!] Caren gritó en sorpresa
mientras Allen al instante cerraba la distancia entre nosotros e interrumpía
nuestra lucha con una estocada de su báculo. Él me dio un guiño.
¡Entendido!
Perseguí a Tina retirándose mientras
seguía bombardeando a Ellie con hechizos. Mi puntería era imprecisa, y tomaría
más de un hechizo elemental para atravesar las defensas mágicas de Ellie, pero
era suficiente para asustarla. Libero un irritante chilido mientras luchaba
frenéticamente por evitar o rechazar mis ataques, pero sin regresarlos. ¡Esta
era mi oportunidad!
[¡Ellie! ¡Caren!] Tina gritó, creando
hechizos de apoyo en un esfuerzo por liberar a las otras dos de sus
dificultades.
[¡Concéntrate!] Caren respondió— y en
ese breve momento de distracción, Allen libero una serie de ataques con su
báculo. Detuvo sin más una bola de fuego con su daga, pero aun así la envió a
volar.
[Me impresiona que bloquearas eso.]
Allen remarcó.
Me hice camino por los esporádicos
hechizos de Tina para comprometerla a un combate cercano. ¡Estaba en el rango
de mi estoque!
[¡N-No puedo creer me separaras de
Ellie por propia cuenta! ¡Eso fue increíble, Stella!] Mi hermana exclamó
asombrada y me elogió mientras bloqueaba mis estoques con su varita y se hizo
atrás.
[¡Mal!] Respondí. [¡No pude haberlo
hecho sin Allen!]
A pesar de la interferencia de Allen,
Tina logró meterse dentro de las varias docenas de gruesas capaz de Divino
Espejo de Hielo y Divinos Muros de Hielo. Estaba tratando de poner distancia
entre nosotras, pero seguí mi avance sin más, y con una ráfaga de estoques,
destruí sus espejos, aplasté sus muros, e hice a un lado sus proyectiles.
Lento, pero establemente abrumándola. Mi varita estaba a tope, no había dejado
de lanzar hechizos para mantener a Ellie a raya.
¡Allen y Caren le habían enseñado a mi
hermanita medidas defensivas para ajustar su estilo de lucha, porque era
formidable! Apenas podía creer que era la misma chica quien había pasado sus
días leyendo en el invernadero.
Ellie y Caren trataron de llegar a la
defensa de Tina, pero sus gritos de “¡Lady Tina!” y “¡Tina!” respectivamente
fueron interrumpidos mientras mi magia y la de Allen detenía su progreso.
[¡No tan rápido!] Grité.
[¿A dónde crees que van?] Allen
preguntó.
Podemos hacerlo.
Me aseguré de eso mientras cortaba unas
cuantas cadenas de hielo que Tina me había puesto en su desesperación. Podía
abrumarla, y entonces el duelo sería de dos contra dos. Ni siquiera podríamos
necesitar usar el arma secreta que estábamos preparando bajo la cubierta de la
magia de Allen.
Su camuflaje era tan perfecto que no
parecía que hubieran notado algo, y lo había logrado usando menos maná que la
unión de fuerzas de Caren y Ellie. Cuando se trataba de su control de magia,
Allen incluso podía haber sobrepasado a mi padre.
Al siguiente instante, la lluvia de
proyectiles de hielo de Tina abruptamente se redobló en números. Justo cuando—
hubo una tremenda oleada de maná.
[¡Stella! ¡Salta!] Allen gritó, con
urgencia en su voz.
Me moví a mi lado derecho con todas mis
fuerzas mientras un flash violeta pasaba entre Tina y yo, creando una línea en
la tierra. El impacto me envió a volar, pero un cálido cuerpo me atrapó. Un
momento después, llego un estruendoso rugido. ¡Habían jugado sus cartas más
rápido de lo esperado!
[¿Se encuentra bien?] Allen preguntó.
[Sí.] Respondí. [Muchas gracias.]
[De nada.]
[Seré honesta.] Caren intervino,
mirándonos con ojos violetas. [No te tomé en serio. Ya no me contendré, así que
alístate para lo que realmente puedo hacer.]
Estaba rodeada por rayos con la forma
de la cabeza de un lobo. ¡Ese era el poder de la reversión atávica con la que
ocasionalmente nacen los del clan del lobo! Posean la habilidad única de
envolverse en magia y ganar una porción de su poder, aunque solo por un corto
tiempo. En el caso de Caren, se resumía al Rayo Apotheosis, un poder derivado
de la magia de luz y distinguido por su incomparable velocidad. También era eso
que siempre hacía que me desesperara cuando competía con ella.
Tina y Ellie se pusieron en posición
detrás de Caren, y preparé mi estoque y varita mientras la tensión llenaba el
aire. Solo Allen estaba sin decir nada.
[Tina, Ellie.] Caren dijo.
[S-Sí.] Dos respuestas salieron.
[Detendré a mi hermano. Ustedes dos
concéntrense en Stella. ¡Aparte de eso, recuerden el plan!]
Allen sonrió. [¿Eso tiene que ver con
que tú y Ellie hayan lanzado un hechizo mientras Tina trata de activar tantos
como puede? ¿Quizás es su táctica… Su Pequeña Alteza?]
[¡¿A-A quién le llamas “pequeña”?!]
Tina estalló. [¡Soy una joven en crecimiento! Antes que se dé cuenta, seré una
adulta y seré su— ¡Mph!]
[L-Lady Tina.] Ellie dijo, poniendo una
mano sobre la boca de mi hermana.
[Concéntrense, y no dejen que las
distraiga.] Caren intervino. [Cuando Allen pelea, sus palabras son parte de su
arsenal. Si dejan que se meta con ustedes, la batalla acabará antes que lo
sepan.] Junto sus manos para crear un sonido, y las miradas de las chicas se
estabilizaron.
Mi mejor amiga lanzo su daga al cielo,
y rayos violetas se reunieron alrededor de ella, transformando el arma en una
larga lanza con una punta de cruz. La atrapó y la blandió con una mano. Rayos
violetas resonaban por toda la arena, presionándose contra la barrera. Su maná
no dejaba de ser increíble.
[Veo que vas con todo.] Allen remarcó
sin más. [Espero que no te quedes sin energía a la primera.]
[Si trataba de conservar mi fuerza
contra ti, la pelea se acabaría mucho antes de agotarme.] Caren respondió.
[En ese caso, quizás debería lanzar
unos cuantos hechizos.] Allen conjuró una miríada del hechizo elemental de luz
Divino Disparo de Luz con un movimiento de su báculo. Todos se abalanzaron
sobre Caren, pero, de pronto, ya no estaba. Lo siguiente que supe fue, Allen
estaba frente a mí, deteniendo su rápido estocada con su báculo.
¡¿Soy su objetivo?!
Su hechizo cayó detrás de mí, donde una
nube de polvo se levantó. ¿Cómo podía ser más rápida que la magia de luz? Rayos
violetas se formaban entre el par y se esparcían por la arena.
[No te dejaré ningún espacio, y no me
contendré.] Caren dijo. [Voy a ganar, y ni te daré una oportunidad para lanzar
ese hechizo que has estado preparando a escondidas.]
[¿Hechizo? ¿Qué hechizo?] Allen
respondió. [¿Soy yo, o eres mucho más rápida de lo que solías ser?]
[¡No estoy satisfecha con dejarte protegerme
siempre! ¡Ahora puedo protegerte yo!]
[¿Qué tipo de hermano sería si dejara
de tratar de mantenerte a salvo? Vamos.] Allen hizo a un lado la lanza de Caren
y empezó a desplegar un hechizo.
[¡No usarás magia en mi guardia!] Caren
gritó, destrozando su fórmula con una serie de ataques lo demasiado rápidos
para que mis ojos los siguieran. Allen se dispuso a rechazarlos mientras
continuaba con sus frívolos comentarios.
Están muy por encima de mí.
Ellie me sacó de mi trance con una
patada y un fuerte grito. Me apresuré a esquivarlo, y su tacón partió el suelo.
[¡No te olvides de mí!] Tina gritó
mientras una tormenta de hechizos elementales salió a la vista. Los había
activado todos en un rápido estallido.
¡Necesito cambiar de aires! ¡Aquí es
donde la verdadera batalla inicia!
✽✽✽✽✽
[Así que de esto es capaz Caren…]
Murmuré en asombro mientras observaba las rápidas estocadas de la
vicepresidenta cambiar el flujo de la batalla. [Sabía que era fuerte por cómo
me aplastó la vez que luchamos, pero nunca me imaginé que podría estar a la par
de Nii-sama.]
[Lynne, tu té se está enfriando.]
Nee-sama me advirtió mientras bebía el suyo. La espada y varita de madera de
Nii-sama estaban a su costado, atadas con un listón escarlata.
[Oh, lo siento.] Respondí, tomando mi
taza.
[Caren es muy fuerte. Ella puede darme
una buena pelea en uno contra uno.]
[Contra ti, ¿Nee-sama?] Estaba sin
palabras. ¿Ella podría desafiar a Lydia Leinster, la Dama de la Espada sin
ayuda…?
[Aunque, no es rival para él.]
Caren bajo su lanza de trueno con una
tremenda velocidad, seguido del meneo de una serie de rápidas estocadas, luego
terminó con un curte utilizando los dientes de la punta de su lanza con forma
de cruz mientras lo retiraba. La punta de su lanza se extendió, alterando su
alcance, y… no servía; no podía seguir sus ataques. Y de cara al abrasador
ataque, Nii-sama estaba…
[¿Sonriendo…?]
Estaba usando su báculo para luchar,
bloquear, ocasionalmente contraatacar mientras luchaba— prácticamente bailaba—
con Caren. Un listón escarlata se ondeaba con cada uno de sus movimientos.
Nee-sama puso su taza de té en su
platillo con un audible clic.
[¿Cómo se atreve a mostrarle esa cara a
alguien más que yo?] Ella dijo. [Tendré que castigar a mi fracaso de sirviente
luego.]
Me forcé una risa. [Nee-sama, ¿cómo es
que está resistiendo el ataque de Carne?] Pregunté.
Ella se vio confusa por un momento
antes de responder. [Oh, aún no debe habértelo enseñado.]
[¿A qué te refieres?]
Nee-sama extendió su brazo izquierdo y apuntó
con su dedo a mi Nii-sama. A pesar de sus mejores esfuerzos, no podía evitar
mostrar su afecto. Experimenté los más duros dolores en mi pecho.
[Observa la forma en que se mueve su
báculo con cuidado.] Ella dijo.
[E-Está bien.]
Los ataques de Caren eran simplemente
muy rápidos, pero ni uno solo de ellos le llego a mi Nii-sama— Eso era. Su
báculo siempre estaba por delante de sus rápidas estocadas.
[¡¿Se está moviendo… antes que ella
ataque?!]
[Cuando Caren se oculta en la magia de
luz, seguirla con tus ojos no vale la pena, así que está usando el maná para
predecir sus movimientos. No está lanzando hechizos porque es un blanducho.]
Estaba asombrada. Mi Nee-sama lo hacía
sonar tan simple, pero la técnica demandaba una asombrosa precisión. ¿Había
algo que Nii-sama no pudiera hacer?
[No lo pienses mucho.] Nee-sama añadió.
[No es como si no tuviera debilidades.]
[¿Debilidades? ¿Como cuáles?]
[Observa.]
Su delgado dedo pasó a señalar a Tina,
Ellie, y Lady Stella. Lady Stella estaba tratando de forzar a Tina a un combate
cercano mientras mantenía Ellie a raya con magia, así como lo hice antes en el
duelo, pero no le iba muy bien.
[¡Podemos hacerlo! ¡Sé que podemos!]
Tina gritó. [¡Ellie!]
[¡Sí!] Su maid respondió y liberó un
forzoso gritó.
El par se había reagrupado para luego
separarse. Ahora, Lady Stella estaba confrontando a Ellie, quien estaba
actuando como la línea frontal y escudo de Tina. Parecían estar igualadas en
combate cuerpo a cuerpo, pero la Señorita Primer Lugar había aumentado su
soporte mágico en comparación a sus anteriores esfuerzos, y el feroz bombardeo
estaba pasando factura. La situación creó una diferencia en su potencia de
fuego con la fuerza.
Tina no estaba lanzando hechizos
avanzados o supremos, sino había aprendido hechizos elementales e intermedios
de Nii-sama, y estaba aprovechando su maná para extender una tormenta de hielo
para cubrir el fuego. Parecía estar anteponiendo la cantidad a la calidad y
solo lanzando hechizos elementales, pero ese era punto y aparte. Aunque, ¿por
qué era capaz de sacar este poder ahora, cuando antes no pudo?
¡Oh, claro!
Miré a Nii-sama y Caren, y luego a
Nee-sama, quien estaba comiendo un dulce. [Parece que lo descubriste.] Ella
remarcó.
[Nii-sama estaba dando apoyo antes,
¿verdad?] Pregunté. [Estaba deteniendo los hechizos de Tina y Ellie. Pero no
puede hacer eso mientras predice los movimientos de Caren.]
[Usa sus sentidos para la predicción.]
Respondió. [Además, esta es la pelea de Stella; estoy segura que está decidido
a no darle mucho apoyo. Caren y Ellie han estado poniendo sus esfuerzos en el
camuflaje mágico desde el inicio del duelo, y Ellie ha colocado muchas trampas.
El silencio de esa chica es impresionante. Mientras, Tiny está activando tantos
hechizos como puede para atraer su atención. Es astuta, aunque será un
hazmerreír si el duelo termina antes que su plan se haga realidad.]
[¿A qué te refieres con eso?]
[Observa de cerca y piénsalo por ti
misma.]
Allá en el campo de entrenamiento, Lady
Stella estaba cayendo a una posición desfavorable— Ellie estaba deteniendo sus
esfuerzos de llevar la batalla al combate cercano, y el feroz apoyo de Tina
hizo que retrocediera. La distancia entre ella y sus oponentes se estaba
acomodando a pesar de sus mejores esfuerzos para contraatacar. La disparidad en
maná la puso en desventaja en un inevitable choque de frente, y ahora que la
situación había llegado a ese punto…
[No tiene oportunidad.] Nee-sama dijo.
[¿Qué…?]
[¿No es lo que estabas pensando?] Ella
me lanzó una sonrisa, y asentí en acuerdo. [Cayeron en su trampa. Y si pensaste
que Stella estaba fuera, apostaría que esas dos están pensando lo mismo.]
[P-Pero…]
Caren se retiró, asombrada por
Nii-sama. Su lanza regresó a ser la daga que había sido, y los rayos tampoco
estaban agitándose alrededor de su cuerpo. La tormenta de hechizos que había
estado atacando a Lady Stella también desaparecieron. La batalla estaba en un
punto muerto— No.
La presidenta del consejo estudiantil
estaba hecha nada y respirando con pesadez, pero no había perdido la voluntad
para luchar. Por el contrario, siendo caso. Nii-sama se paró detrás de ella, luciendo
como siempre, pero su cariñosa mirada atrapó a todos en el campo de
entrenamiento.
¡Esto no es justo! ¡¿Qué hay de mí?!
[Ahora, ¿en qué resultará?] Nee-sana se
preguntó. [Si me preguntas, este duelo no terminará hasta que termine.]
✽✽✽✽✽
Caren se retiró, habiéndosele acabado
el tiempo, y seguí con in interferencia. Stella estaba sobreviviendo por la
gracias de Dios, así que le lancé un hechizo de curación rápido mientras le
preguntaba. [¿Estás preparada?]
[¡Cuando sea!] Ella respondió,
manteniendo su mirada fija al frente. Tina, Ellie, y Caren aún se veía
determinadas a seguir luchando.
¿Cómo el siguiente movimiento cambiaría
el tablero?
Caren no podía usar su Rayo Apotheosis
varias veces en rápida sucesión, así que ella y nuestros oponentes necesitaría
de un Blizzard Wolf para detener el arma secreta de Stella. Contra cualquier
oponente ordinario, nuestra victoria estaría asegurada. Por desgracia, mis
confiables estudiantes y hermana eran más que ordinarias.
La presidenta del consejo estudiantil
tocó su boina escolar. Fragmentos de hielo se precipitaron hacia ella, pero los
bloqueó con fuego.
[¿A-Allen?] Ella preguntó.
[Toma profundos respiros.] Dije.
[Relájate.]
[¡B-Bien!]
Mientras hablábamos, una lluvia de
proyectiles helados atravesó mi interferencia y se clavaron alrededor de
nosotros. Tina al final estaba añadiendo carámbanos a la mezcla, o eso parecía.
[No tan rápido.] Dije, poniendo un dedo
en mis labios. [Tu hermana necesita tiempo para sus ejercicios de respiración.]
[Allen.] Tina respondió. [¡Sé que
Stella es bella, pero jugar a dos bandos es una seria ofensa!]
[Arruinarás mi reputación, pero gracias
por esperar. Stella.]
[¡Estoy lista!] Stella gritó, parándose
al frente con su estoque y varita cruzadas.
Ahora, vamos a sorprenderlas.
Detuve el camuflaje mágico multicapa
que había estado dejando ser desde el inicio del duelo, liberando una explosión
de maná azul con manchas blancas mientras tres masivas fórmulas de hechizo se
alzaban en el aire ante Stella. Se presentaron como un par de gigantescos
carámbanos, incontables lanzas heladas brillosas, y una rebelde ventisca.
La joven murmuro los hombres de los
hechizos. [Pilares Gemelos de Hielo. Veloces Lanzas de Hielo. Ventisca Imperial
de Hielo.]
[¡¿Hechizos avanzados?!] Tina y Ellie
exclamaron, sorprendiéndose por el repentino giro de eventos.
[Lo sabía…] Caren susurro.
[No creo que tengan tiempo para
impresionarse.] Les dije. [¿Cómo se defenderán de tres hechizos avanzados
lanzados simultáneamente?]
[¡Tina! ¡Ellie! ¡Caren!] Stella gritó.
[¡Este es todo el poder que puedo lograr! ¡Deténgalo si pueden!]
Fuerte frío impactó el campo de
entrenamiento. ¡Estaba pensando que era mejor prepararme para intervenir cuando
Caren se apuso a mis expectativas al entrar al Rayo Apotheosis por segunda vez!
Stella libero sus hechizos mientras
Caren se hacía un flash de luz. [¡No me vencerás!] Ellas rugieron en conjunto. Fue
un choque de orgullos, y colisionaron en el centro de la arena, creando una
onda de choque mientras hielo y rayos se entrelazaban. Retrocedí, bastante
impresionado por el continuo progreso de mi hermanita. Aunque, debía estar
acercándose a su límite, porque los rayos violetas de los que había estado
disponiendo durante el duelo habían desaparecido.
¿Hm…? Conozco este maná.
Con un energético grito, Ellie se me
vino encima, con sus piernas envueltas en viento.
¡¿Un hechizo de levitación?!
Usé mi báculo para bloquearlo, pero
cadenas de viento se acercaban a mí por todas partes, dejándome inmóvil por una
fracción de segundo. Mientras la brisa se desaparecía, cuatro leones negros se
esparcieron por el campo para rodearme por todos los costados. Rápidamente
desmantelé las cadenas, le arrojé a los leones Disparos Divinos de Hielo, y
presioné a Ellie… pero apenas podía creer que lo había escondido por tanto tiempo.
¡Claro!
Ellie había pasado tiempo al principio
del duelo luchando casi solo con artes marciales— no había duda que podía
concentrarse en hacer más silenciosos sus hechizos de lo usual mientras
trabajaba con Caren para camuflarlos. Tina había estado lanzando solo hechizos
elementales, así las tres juntas podrían crear esta fracción de segundo.
[¡L-Lo hice!] La maid grito con alegría
mientras giraba y aterrizaba. [¡S-Siguiente!]
Una enorme fórmula de hechizo apareció
debajo de mis pies— el hechizo avanzado de viento Tormenta de Tornados Divinos.
¡Las chicas me tomaron por sorpresa!
Moví mi báculo en forma de arco,
rápidamente lanzando hechizos defensivos de cada elemento. No podía desmantelar
el hechizo avanzado, así que necesitaba evadirlo mientras desviaba su fuerza.
Salté atrás, pero Ellie aprovechó mi vulnerabilidad acercándose a mí y
asumiendo una postura de lucha digna del combate cercano.
[¡Toma esto!] Ella gritó, lanzando una
ráfaga de patadas y puños. Cambiaba elementos con cada golpe, forzándome a
perder tiempo para ajustarme a ella. Era un abierto intento para comprar
tiempo, lo que significaba…
Detrás de la maid, Tina estaba
sosteniendo su varita en el aire mientras innumerables cristales de hielo
llenaban el aire alrededor de ella. ¡Lo había planeado todo!
[¡No dejaré que se entrometa en el
camino de Lady Tina!] Ellie gritó, activando todos los hechizos que había
colocado por toda la arena con un simple estallido.
Flechas mágicas de viento me llovían de
todas partes, fácilmente superando la velocidad de mi interferencia.
¿Ahora qué? ¿Qué debería decir en esta
situación? ¡Estas chicas son en verdad, simplemente increíbles!
Un hechizo supremo tenía el potencial
de terminar el duelo. Solo Tina podía lanzar uno, pero le costaría hacerlo a la
velocidad que yo requería. Fue por eso que había coordinado todas sus acciones—
lo que era imposible para alguien se hacía viable para dos o tres. Tina
probablemente había predicho qué tipo de limitación establecería e incluso
trabajo eso en su plan. Podía no haber estado feliz de luchar contra su
hermana, pero no tenía problemas con sacar todos sus talentos para enfrentarme
a mí. Recordé la promesa que había hecho con ella— eso que “no necesita
contenerse o guardarse las cosas en cuanto a mí respectaba”— y nuestra charla en
el jardín interior de los Leinster, cuando había declarado. [¡Voy a estar a su
lado!]
Claro. Debí haber recordado al tiempo
de chica a la que le he estado enseñando. Siempre mantiene su promesa.
Mientras estaba ocupado bloqueando y
esquivando los ataques de Ellie y desmantelando o neutralizando sus hechizos,
Tina gritó con fuerza una orden: [¡Ellie! ¡Caren!]
Ambas chicas se retiraron sin más.
Parecía que Caren había sobrevivido con éxito a los tres hechizos avanzados— el
trio incluso debió haber anticipado que Stella las atacaría simultáneamente.
Un nevado vendaval me golpeó mientras
el hechizo supremo de hielo Blizzard Wolf se materializaba con un rugido que
agitó el aire. [¡Allen! ¡Stella!] Tina gritó, apuntándonos su varita. [¡La
victoria es nuestra!] Ella estaba absolutamente confiada, y dada la condición
que no desarmaría ningún hechizo avanzado o supremo que lograra lanzar, tenía
razón para estarlo. Lady Tina Howard era un genio.
[Perdimos nuestra oportunidad de
ganar.] Stella dijo, [¡Pero aun así…!] Ella sostenía su estoque y varita,
resuelta a luchar incluso contra las pocas probabilidades.
También necesito demostrar mi
convicción. Pensé
mientras ponía una sonrisa forzada y me acercaba a ella. [No necesitas que te
diga que nuestra situación es insalvable.] Dije. [¿Aun así seguirás?]
[¡Sí! ¡Aún puedo luchar!]
Está más determinada que nunca. Duque
Walter, su hija ha heredado la valentía de los Howard.
[Stella, ¿quieres ganar?] Dije.
Por un momento, parecía confusa.
Entonces, respondió: [¡Desde luego!]
[Bien dicho. Su mano.]
Stella se veía perpleja. [¿Qué?
A-Allen—]
[Por favor perdone mi insolencia por la
duración de este duelo.]
[¡C-Claro!]
Tomé su mano izquierda y lentamente
enlacé nuestro maná. Fue una conexión superficial, pero sentí su alegría, su
desesperación, y su intenso deseo de ganar. Quería ayudarla a logar ese deseo.
[¡Tina!] Caren gritó.
[¡Lo sé!] Tina respondió y bajo su
varita. [¡Aquí va!]
Con un poderoso aullido, su Blizzard
Wolf fue hacia nosotros, haciendo más blanco todo el campo de entrenamiento con
cada paso. No podía suprimir mi sonrisa, aunque sospechaba que había fracasado
en su tarea de controlar mejor la fuerza de sus hechizos.
[¡Allen!] Stella gritó.
[Mostrémosle de lo que es capaz.] Dije.
Stella y yo tomamos la varita juntos
mientras brillantes cristales de hielo se formaban alrededor de nosotros. Recé
porque nuestros esfuerzos funcionaran mientras ondeábamos la varita y
activábamos nuestro hechizo.
El embate del lobo colisionó con algo,
provocando una fiera ventisca que transformó la mitad de la arena en un campo
de hielo. Protegí a Stella mientras preparaba otro hechizo. Gracias a nuestro
enlace, no tuvimos dificultades para seguir más o menos en la misma página.
Este es nuestro siguiente movimiento.
Conservar el maná suficiente en reserva para nuestro ataque final.
La joven en mis brazos respondió con
una sonrisa. Ellie, mientras, creó un repentino vendaval que restringía la
visibilidad.
[¡¿Qué?!] Tina exclamó, dejándose
sorprender mientras Ellie gritaba: “¡¿Q-Qué es esto?!” Caren se quedó callada,
pero ella estaba tan atenta como sus compañeras. Lynne y Gil igualmente estaban
sorprendidos, como si sus gritos sonoros de: “¿Huh? ¿Qué? ¡¿Qué?!” y “¡¿Qué—?!”
fueran algo pasajero. No iba a ver al albatros— no era por nada.
El hechizo supremo de hielo Blizzard
Wolf seguía en pie, pero había sido neutralizado. Un solo halcón surco por el
cielo, aleteando sus alas de hielo.
Stella y yo ondeamos nuestra varita
otra vez, incitando otra ronda de reacciones.
[N-No lo creo.]
[Ooh…]
[Allen, Stella…]
[¿E-Eso siquiera es posible?]
[No jodas. No me jodas.]
Un segundo halcón aterrizaba mientras
le sonreía al agitado trio. [Acabemos con esto. Este par de aves son mi más
nueva invención— el hechizo supremo de hielo y luz Resplandecientes Halcones de
Escarcha.] Anuncié, usando una gran agitación. [Oh, y otra cosa…]
Los halcones gemelos entraron con
fuerza y se disolvieron dentro de Stella. Su estoque brillaba de azul, al igual
del ramo de cristales de hielo de ocho pétalos que flotaba alrededor de la
punta de su varita para defenderla.
[¡¿Un escudo azul?!] Tina gritó.
[¡Allen!]
[¡¿Q-Qué?!] Ellie gritó.
[Siempre estás un paso por delante.]
Caren gruñó.
Sus reacciones fueron acompañadas por
un, “¿E-Eso no…?” de Lynne y un, “E-Eso es…” de Gil.
Había visto la fórmula de grandes
hechizos en dos ocasiones— el primero Frigid Crane y luego Radiant Shield.
Habían sido encriptados e indescifrable al punto que no podía replicarlas
parcialmente, pero había logrado comprender un fragmento de su esencia— o
quizás el “fundamento” era más adecuado. Al menos, pensé que lo había hecho. La
magia era mucho más libre de lo que creíamos que era. Aun así, no había nada
que me impidiera de orientar un hechizo supremo o arte secreta hacia múltiples
elementos.
[Esta es la verdadera Espada Azure— no
la fala que he usado— y el Escudo Azure, un arte secreta que se me ocurrió.]
Declaré. [Esta es toda la ayuda que puedo ofrecer. El resto…]
[¡Está en mis manos!] Stella gritó
mientras se hacia al frente, su estoque y varita preparadas. Sostenía su Espada
Azure horizontalmente y añadió. [¡Tina! ¡Ellie! ¡Las tengo!]
Un destello blanco y azul atravesó el
aire. Tina levantó con prisa cientos de espejos y muros de hielo, Ellie lanzó
un bombardeo de muchas más bolas de fuego que podía contar, y Caren arrojó un
masivo orbe de luz. La colisión resultante engulló todo el campo de
entrenamiento en una poderosa onda de choque.
Una nube de niebla hela obscureció mi
vista hasta que un bombardeo Lanzas de Rayo Divino y Divinas Lanzas de Viento
la atravesaron para caer sobre Stella. Sus Escudos Azures pasaron a
interceptar, rechazando los hechizos. A Caren y Ellie les costó interceptar sus
propios ataques con gritos de asombro de: “¡¿Defensa automática?!” y “¡Oh,
vaya!”.
La mayoría de los muros de hielo de
Tina se habían partido en dos, mientras que sus espejos ya no se veían. La
ofensiva y defensiva de Stella eran más de lo esperado. Su siguiente ataque sin
duda sería el último, aunque…
[¡No me vencerás!] Caren gritó, sus
ojos se volvieron violetas mientras entraba en el Rayo Apotheosis por tercera
vez. [¡Me rehúso a ser derrotada! ¡Vamos a ganar!]
[¡S-Sí, lo haremos!] Ellie intervino y
empezó a crear la más fuerte Tormenta de Tornados Imperiales que podía. Habría
sido insensible de mí entrometerme.
Tina, mientras, removía el listón de su
cabello y lo ató a su varita con una energética y nada temerosa sonrisa.
[Allen. Stella.] Dijo. [¿No lo saben? “Siempre deja lo mejor para el final”.]
Levantó su varita y rezó. [Por favor, dame la fuerza. ¡No necesito mucho… pero
dame el poder para responder al coraje de Stella y estar al lado de Allen!]
¡C-Conozco este sentimiento!
El maná de Tina de pronto se había
enlazado con el mío, y sin que yo dijera algo. sentí la confusión, y con eso…
me vino una pregunta.
[¿PUEDO?]
Respondí, y el maná se arremolino
mientras otro Blizzard Wolf se materializaba, este es más poderoso que el
anterior. Su fórmula de hechizo era la establecida con la cual ya estaba
familiarizado, parecía que el ente había proveído solo un poco de ayuda.
[¡Ellie!] Tina gritó, tomando su varita
con ambas manos.
[¡Sí!] La maid coloco sus manos en la
varita también y luego lanzó una Tormenta de Tornados Imperiales dentro del
lobo. Su maná se convergió, produciendo un Blizzard Wolf revestido en una
tormenta de hielo.
¡¿Un hechizo compuesto en
colaboración?!
Había incluido la técnica en las
libretas que les había dado, pero nunca me imagine que lo dominarían. Estas
chicas eran realmente algo. Fui superado por la dicha que casi me pongo a
llorar.
[Tina.] Caren dijo, conjurando su larga
lanza y parándose al frente.
[Si esto funciona, será lo mismo que el
arte secreto de una casa ducal. Sé que es teóricamente posible, pero es
demasiado peligroso, incluso para ti, Caren. ¡Usemos este hechizo para saldar
todo!] La joven respondió, esforzándose por mantener su hechizo bajo control.
[Stella— mi mejor amiga y tu hermana—
está llevándose a sí misma al límite. Quiero— necesito— responder de igual
forma. Por favor.]
[P-Pero…] Tina me miró, y Stella también
me miró. Los ojos de ambas hermanas estaban rogando.
No sería un tutor si dejo a mis
estudiantes hacer todo el trabajo.
Toqué el listón escarlata en mi báculo
y me concentré, fortaleciendo mi enlace superficial con Tina y enviándole un
mensaje. De inmediato consintió, cerró sus ojos, hizo un pequeño y reflexivo
sonido que estaba fuera de lugar. [Muy bien.] Ella anunció. [¡Hagámoslo, Caren!
¡Ellie!]
[Muchas gracias.] Caren respondió.
[¡S-Sí!] Ellie intervino.
Tina bajo su varita, y la Blizzard Wolf
recubrió a Caren. Establecí un profundo enlace con mi hermana y me dispuse a
tomar al rabioso lobo bajo control.
[¡¿A-Allen?!] Ella exclamó
telepáticamente.
[¡Lo explicaré luego!] Respondí.
¡Este es un desafío, incluso añadí el
control a través de Tina de ante mano! ¡¿Fue muy precipitado?!
Luego, me di cuenta de— o tuve que
darme cuenta— algo mientras recordaba las palabras del director: “Es el total
opuesto del mal”. Deje de luchar contra el hechizo e hice una cordial petición
para que se cumpliera. Fue entonces que oí un grito— no el lamento que había
oído en la mansión de los Howard, sino una canción de gratitud por mi
entendimiento.
La tormenta de hielo se concentró en
una luz violeta, verde y azur— ¡Un compuesto de tres elementos! Toda la arena
se estaba agitando con una fuerza que amenazaba con destruirlo todo junto con
las barreras aledañas. No podía mantener tres enlaces simultáneos por mucho más
tiempo, así que detuve mi conexión con Tina y Caren.
Esto debería ser suficiente para
preparar el escenario. En cuanto al resto…
Stella lanzó su varita al frente, y sus
Escudos Azures se reformaron en un taladro de ocho lados. [¡Caren!] Ella gritó.
[¡Stella!] Mi hermana rugió, avanzando
un paso y yendo al frente con su lanza apretada con sus dos manos. El par
estaba por empezar su choque final. Ambas habían gastado su maná, significaba
que este era el verdadero final.
Por segunda vez en el día, las dos
chicas colisionaron en el centro del campo de entrenamiento. Una carga de nieve
me sobrepasó, y un trueno retumbo con una desgarradora intensidad.
Stella gritó a todo pulmón y lazó su
Espada Azure, la cual había sostenido en preparación, para suplementar su
desmoronada Espada Azur. El maná resonó por la tensión mientras el campo en el
centro de la arena empezó a derrumbarse.
[¡Adelante!] La jovencita exteriorizo
sus sentimientos. [¡Adelante! ¡Ya no quiero más arrepentimientos, solo sigue
avanzando!]
La más grande onda de choque del día
acaparo mi vista de blanco y sentí a una persona siendo noqueada. Disperse la
ventisca con un movimiento de mi báculo, y mientras lo hacía, fuego se extendió
para derretir todo lo que se había congelado. Lydia estaba levantando su taza
de té levemente. Luego, la joven se tambaleó.
En el centro de la arena permanecía una
joven con largo cabello plateado. Caren se había retirado— Stella había hecho
que se retirara exitosamente.
[¡Stella!] Tina gritó, haciendo a un
lado su varita. Caren le respondió y de igual manera abandonó su daga, la cual
se había revertido a su forma original. Ellie se unión con un gritillo de:
“¡Lady Stella!”, mientras las tres corrían hacia la audaz, pero completamente
cansada jovencita, quien soltaba su estoque y varita al suelo.
[Bien hecho.] Dije, atapando a Stella
desde atrás mientras se balanceaba.
[Allen…] Ella murmuro, viéndome. [¡¿Lo
hice bien?!]
[Sí. Demostró de lo que es capaz.]
Ella sonrió débilmente. [Gracias.]
[¡¿E-Estás bien, Stella?!] Tina gritó
mientras ella y Ellie corrían y se lanzaban a la jovencita.
[¡L-Lady Stela, ¿cómo pudo ser tan
atrevida?!]
[Stella.] Caren dijo levemente. Solo
ella se había resistido las ganas de abalanzarse sobre Stella, y estaba
sosteniendo su puño apretado contra su pecho.
[Lo siento, y gracias.] La exhausta
jovencita dijo, dándole a las dos chicas una palmada en sus cabezas. Luego me
miró. Asentí y la liberé de mi agarre, con lo cual se quedó de pie sin ayuda,
se acercó Caren, y la abrazó.
[¿S-Stella?] Mi hermanita tartamudeó.
[Lo siento.] Stella dijo. [Lo siento
tanto, Caren. Perdón por hacer demandas egoístas y por causarte problemas
cuando me presionaba. Siempre supe que era increíble; No tengo ninguna
posibilidad contra ti ahora, pero… ¡Voy a superarte! ¡Me rehúso a dejarte
sola!] Luego de una pausa, pregunto. [¿Me perdonarás?]
Caren se silenció por un momento, y
luego— [Idiota. Grandísima idiota. Si ibas a hacer algo como esto, debiste
habérmelo dicho antes… y… y…] Sus palabras mezcladas en sollozos, que luego se
hicieron un llanto de: “¡Stellaaa!” mientras mi amable hermanita enterraba su
rostro en el pecho de su mejor amiga y lloraba.
Tina y Ellie, quienes habían estado
observando a escena con nervios, también se echaron a llorar. Sin perder un
segundo, empezaron a sollozar y lloriquear mientras se lanzaban de brazos
alrededor del par.
Oí el sonido de torpes pisadas.
[¡S-Stela! ¡C-Caren!] Felicia gritó mientras se metía en el grupo, lágrimas
bajan por su rostro. [¡G-Gracias a Dios! ¡Estaba tan preocupada por tiiii!] Su
entrada saco un chillido de asombro de Stella y uno de sorpresa de Caren
“F-Felicia”. Los sollozos de las cinco chicas llegaron el campo de
entrenamiento.
[Caren. Felicia.] Stella dijo luego de
un rato. Sus dos mejores amigas respondieron con miradas preguntonas. [Quiero
pedirles un favor a ambas. ¿Me escucharían?]
[¡Claro!] Ellas respondieron en
conjunto.
[Verán, me gustaría visitar todo tipo
de lugares en los que nunca he estado. Tiendas de ropa, cafés, pastelerías,
restaurantes, y… quiero que ambas vayan conmigo. Incluso si dejas la escuela,
Felicia. ¿Lo harían?]
[¿Siquiera tienes que preguntarlo?] Fue
la respuesta de Caren.
[¡Vamos! ¡Las tres juntas!] Felicia
añadió.
[Gracias, Caren, Felicia.] Stella dijo.
[Las quiero.]
[S-Stella…] Caren balbuceó.
[¡Nosotras también te queremos!]
Felicia sollozo, y todas empezaron a llorar otra vez.
Incluso las pequeñas se entrometieron.
Llegaron con un: “¿No me llevarás, Stella?” de Tina e igualmente buscando
afecto: “S-Stella-neesaama, y-yo también quiero ir…” de Ellie.
Diría que está resuelto. Pensé y detuve mi enlace de maná con
Stella. Nunca me había enlazado con tres personas a la vez antes, y aunque
había logrado evitar colapsar, aún me sentía devastado y quería descansar.
De pronto, dos Firebirds— uno masivo y
el otro pequeño— volaron hacia mí. [¿A dónde crees que vas?] Lydia preguntó.
[La parte divertida aún no ha empezado.]
[Nii-sama, mi turno debe ser el que
sigue. ¡Como te atreves!] Lynne añadió.
Las hermanas Leinster descendieron a la
arena, ambas preparadas para el combate. Lydia estaba armada con mi espada y
varita de madera. Busqué por ayuda con Anna y Mrs Walker, pero evidentemente
las había juzgado mal, ya que ambas respondieron con el pulgar arriba. Mi única
opción era…
¡Gil! Estoy en aprietos y necesito tu—
¿A qué te refiere con “otra escenita de amantes”? ¿Y con tu linda hermanita en
la ecuación esta vez? Ugh. Tendría que estar pendejo para entrometerme en eso.
¡Deja de refunfuñar y quita esa sonrisa de tu rostro!
Lydia estaba lista sosteniendo la
espada y varita de madera. [Tengo que preguntarte algo mientras aún puedas
responder.] Ella dijo.
[¡¿Qué se supone qué significa eso?!]
Exclamé. [¿Y-Y qué te gustaría saber?]
Llamas envolvieron su hoja. ¡¿La Espada
Escarlata?! No era la técnica en sí, pero aún era alarmante— al igual que lo
fue el extraordinario número de hechizos que había desplegado.
C-Creo que huiré.
[Nii-sama, no estás pensando en huir,
¿verdad? ¿De verdad me dejarás así?] Lynne dijo al momento que me volteé.
Gruñí, y la pequeña pelirroja, quien se
había movido para detener mi retirada, me deslumbró con una sonrisa. Debió
haber sido por la sangre de los Leinster, porque el Albatros también estaba
sonriendo hermosamente.
O-Oh Dios.
[Enlazaste tu maná con las tres a la
vez, ¿verdad?] El albatros preguntó. [¡¿Por qué siempre eres tan imprudente?!
¡¿Qué si te hubieras desmayado?!]
[Lo siento.] Respondí tímidamente,
rascando mis mejillas. [Pero sabes…]
Mis palabras se detuvieron. Parecía que
realmente la había preocupado. Regresando a cuando había decidido ayudar a
Stella, sabía que Lydia haría un jaleo y también que podría necesitar enlazar
el maná. Era por eso que le había hecho una promesa al albatros.
[¿Qué?] Preguntó.
[Termine enlazando mi maná.] Dije. [Y
como prometí, puedes quedarte en mi casa cada noche entre semana que—]
Lydia puso una mano sobre mi boca.
[¡¿Q-Qué tan estúpido eres?!] Ella arremetió en un estado de aparente pánico.
[¡Piensa antes de hablar! ¡Se suponía que fuera nuestro secreto!]
[Nii-sama y Nee-sama, tenemos cosas que
discutir. ¡Tina! ¡Ellie!] Lynne dijo lentamente mientras la luz dejaba mis
ojos.
Tina, para mi alivio, aún estaba con
Stella.
¿Qué ocurre, Ellie? Te ves como una
pequeña ardilla con tus mejillas infladas así.
[Allen, se ha enlazado con todos menos
conmigo.] La maid lo dijo de mal humor.
[Nii-sama, debes remediar esto
equitativamente.] Lynne intervino.
[¡Q-Que agallas las tuyas!]
Por consecuencia me metí a una
solitaria batalla contra el temible trio que era Lynne y Ellie, quienes ya se
habían pasado al lado oscuro, y Lydia, quien estaba moviendo su espada y
disparándome sus hechizos para enmascarar su avergonzamiento. Y entonces, las
hermanas Howard se unieron a la trifulca. ¿Quién alabaría mi valiente esfuerzo?
¿Qué? ¿Sembré lo que coseché? Caren,
Felicia, ¿no ven cuánto lo he intentado?
Tarde esa noche, me senté en un sofá en
la mansión Howard y esperé. Hasta hace poco, Tina, Ellie, y Lynne, todas en sus
vestidos de noche, habían estado aprovechándose de la oportunidad de demandar
mi atención— al igual Caren, Stella y Felicia, quienes también estaban pasando
la noche. Ahora, sin embargo, todas estaban bien dormidas, las chicas mayores
compartían una cama y las chicas pequeñas otra. Sorprendentemente, todas habían
demandado que las llevaba a sus dormitorios. Decidí olvidar el brillo en los
ojos de las maids de los Howards y los orbes de vídeo en sus manos.
[Hmm…] El albatros murmuro durmiendo a
mi lado. [No me hagas preocuparme… la ciudad del agua…]
También había hecho que mi antiguo
kohai se preocupase. [¡Eso que hiciste fue el infierno en la tierra!] Lo dijo
en nuestra partida. [Pero de seguro la nobleza se pondrá celosa por el nuevo
hechizo supremo y arte secreta. Mantelos guardados por un rato.] Realmente era
un buen amigo.
Acaricié la pequeña cabeza en mi
regazo.
[Allen, él está en la línea.] Mrs
Walker me informó desde la estación que da al muro.
[Gracias.] Respondí con una inclinación
y reemplacé mis rodillas por un cojín. El albatros gruñó, pero la transferencia
fue un éxito.
[Es Allen.] Dije, tomando el teléfono.
[Perdón por molestarlo muy tarde en la noche. Las circunstancias me impidieron
llamar un poco más antes— Sí, es respecto al asunto que reporté en mi carta.
Seré breve.]
Recordé a la jovencita con una mirada de
completa satisfacción en su durmiente rostro. La idea que le faltaba talento
era totalmente risible.
[Lady Stella se convertirá en una digan heredera del Ducado de Howard.] Dije. [No tiene nada que temer, Su Alteza, Duque Walter Howard. Solo una pregunta— ¿Supongo que no se opondrá a un hechizo supremo y arte secreta diferente?]
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