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Capítulo 2

 

El escenario que entro a mi vista al final del largo túnel era… un denso campo verde.

 

Las chicas— vestidas en sus ropas de diario— exclamaron en deleite mientras el tren se hacía su camino por los verdes bosques y por numerosos cañones. Todo este escenario era fresco y las sorprendió, aunque lo encontré cómodamente familiar.

 

Todo un año había pasado desde que estuve aquí, pero el sentimiento de deja vu era inequívoco. Quizás fue porque había estado montando otro tren solo hace varios meses. Había estado solo esa vez y, en retrospectiva, desesperado en el despertar de mi rechazo de la corte de hechiceros. Y ahora era un tutor privado. Nunca nadie sabría lo que la vida traerá— esta última revelación lo concluía.

 

[Allen.] Tina dijo. [¿Aún te sientes deprimido?]

 

[Creo que fue una magnífica elección, Nii-sama.] Lynne intervino.

 

[Por favor no te sobes.] Rogué. [Puedes hacerme llorar.]

 

Las chicas estaban sentándose frente a mí en un vagón de lujo otorgado por su estación. Anna y Mrs Walker lo habían encargado ellas mismas para cambiar la reservación que había hecho para mí mismo. No le diría a nadie acerca del regaño que las dos me habían dado antes de nuestra partida.

 

Mientras decíamos nuestras despedidas en la Estación Central en la capital real, Felicia me había entregado un papel el cual ahora yacía en la mesa. El documento, llevando las firmas del Duque Walter Howard, el Duque Liam Leinster, y la Duquesa Lisa Leinster, oficialmente nombra a la empresa conjunta de casas ducales: Allen & Co.

 

¿Por qué? ¿Cómo pudo pasar esto?

 

Emma y Felicia habían reaccionado a mi triste reacción cuando me despidieron. [Tienes que culparte a ti mismo.] La chica de lentes había dicho. [Gracias por el escritorio y silla de oficina. ¡Y al siguiente año, también iré a pasarla con tu familia! ¡Que sea lo que sea!]

¡Ella se dejo llevar demasiado, cuando ni siquiera lo necesitaba!

 

[Tú lo cosechaste, Allen.] Caren remarcó calmadamente desde el asiento a la par del mío. Tenía sus brazos abiertos y usaba los mismos shorts y falda que una vez le había visto a Stella, aunque de diferentes colores. Incluso sus boinas eran iguales.

 

[Caren, necesito amabilidad y consuelo de mi hermanita justo ahora.] Dije.

 

[Es agua de otro charlo. Supéralo.] Ella respondió.

 

[Ellie, mi malvada hermanita está siendo una brabucona. ¿No me consolarás?]

 

[¡S-Sí!] La maid respondió. [Yo, um, bueno, estoy de s-su lado.] Escuchar esas angelicales palabras me hacían llorar, y mientras la miraba, no pude evitar pensar que la larga falda verde brillante que estaba usando en su uniforme la volvía maravillosa.

 

[Nii-sama, la capital este una vez fue el centro de un antiguo imperio, ¿verdad?] Lynne intervino. Su traje rojo y blanco fue escogido para tener libertad de movimiento.

 

[Eso es.] Respondí. [¿Debo usar un mapa para ilustrarlo? Sería una buena lección de historia y geografía.]

 

Conjuré un mapa del continente— mejorado para cambiar de color basado en elementos— en el centro del vagón, donde las chicas y Caren podrían verlo.

 

[La historia del reino donde vivimos se remonta de tiempos antiguos, incluso antes de la Guerra Continental hace 500 años.] Explique. [Dicho eso, la ciudad del agua, en al corazón de la Asociación de Principados al sur del Ducado de Leinster, es incluso más antiguo. Tina, ¿puedes decirme cómo se llamada la gran nación del norte del Ducado de Howard?]

 

[El Imperio.] La joven noble desde el frente y a la derecha de mí respondió. [El Imperio Yustinian, para ser precisos.]

 

[Eso es. Ahora, Ellie, nos estamos dirigiendo al este del reino. ¿Puedes decirme qué país conecta?]

[¡S-Sí!] La maid respondió. [Es, uh, um… la tierra que los Caballeros del Santo Espíritu gobierna.]

 

[Exacto. Ahora, hemos mencionado al reino, la ciudad del agua— o más bien, la asociación, la cual consiste de la ciudad y once principados— el imperio, y el Reinado del Santo Espíritu.]

 

Cambié los colores del mapa mientras hablaba, usando negro para sobresaltar parte del este del reino, también como el Reinado del Santo Espíritu, el imperio al norte, y la República Lalanony al noreste del imperio. Entonces añadí un punto para marcar la capital este.

 

[Un imperio antiguo que una vez gobernó todos los vastos territorios marcados de negro en este mapa.] Proseguí. [Su capital, la cual está donde nuestra capital este está ahora, era llamada la Ciudad Divina de Alrion. Mientras el antiguo imperio era grande—] El área negra se fracturó en más de diez piezas, formando un antiguo mapa— [Se partió y disolvió hace cinco siglos, durante la Guerra Continental. La Ciudad Divina de Alrion— la actual capital de este— fue reducida casi toda fue reducida a cenizas por el gran hechizo Blazing Qiling. Los detalles están detallados en la historia “El Imperio y la Condesa”, la cual me contó una vez. Ahora, regresemos al día presente.]

 

Los negros fragmentos se desaparecían uno a uno mientras transformaba el mapa, hasta que solo quedó el presente imperio norte. La repentina alza de la República Lalannoy— famosa por su avanzada ingeniería mágica— en el noreste del imperio tuvo un cambio notorio. La unión de las pequeñas islas en el Santo Océano Sur en el Pacto de Islas del Sur fue otro. El Reinado del Santo Espíritu y el mosaico de pequeños países incluso más allá del este se mantenían sin cambiar. El dominio del pontífice, el corazón de la Iglesia del Santo Espíritu, era la única excepción; se expandía ligeramente, cortesía de donaciones.

 

La influencia del reino se expandió en todas partes al pasar de los siglos. En un punto, su frontera oeste incluso se extendió más allá del Río de Sangre— el lago más grande en el continente y nuestra actual frontera— para abarcar lo que la Iglesia del Santo Espíritu tenía como terreno sagrado.

 

[Y así es cómo nuestra patria llego a tener su forma actual.] Dije, regresando al engrandecido mapa del reino. [Y los Cuatro Grandes Ducados— Los Howard en el norte, Los Algren al este, los Leinster en el sur, y los Lebufera en el oeste— tienen tiempo defendiéndolo.]

 

 

Justo cuando habías abordado el centro de la Estación Central, había visto a Gil Algren, el cuarto hijo del Duque Algren y mi antiguo kohai de la universidad, junto con su maid y guardaespaldas Konoha. Tan pronto me notaron; habían estado muy metidos en una seria conversación con un alto anciano de porte caballeresco, cabello y barba canosa. Supongo que Gil estaba regresando a la capital este también, dado que había estado vestido para viajar, pero al parecer estaría demasiado ocupado para verme allí.

 

[Ese fue un básico repaso.] Dije. [¿Tuvieron algún problema para entenderlo?]

 

El trio respondió en negación. Puedo sentir la vista de sus sonrientes rostros curando mi lastimado corazón.

 

[¡Allen! ¡Allen!] Tina susurró. Estaba usando un traje de blanco con azul pálido que enfatizaba su emoción.

 

[¿Sucede algo?] Pregunté.

 

[Bueno, verá…] Dudo, luego se dio la vuelta para ver a Ellie.

 

[Um, bueno…] La maid siguió, también susurrando y jugando con sus dedos. [Es acerca de Lady Lydia.]

 

[¿Qué con ella?] Pregunté, confuso.

 

Ellie paso su mirada a Lynne, quien entró a la conversación de susurros. [¿No le parece que Nee-sama está rara?] La noble chica pelirroja preguntó, evidentemente perpleja.

 

[¿En serio?] Respondí. [Me parece que es la de siempre. ¿No estás de acuerdo, Caren?]

 

[Está actuando.] Mi hermanita respondió con una amarga expresión. [Necesitaré informarle a mamá y papá para asegurarme que ella no se aproveche de ellos.]

 

[Es solo otro lado suyo.] Argumente. [Déjasela pasar por una vez. Por algo está más calmada.]

 

La belleza de cabello escarlata se sentó en un asiento lejos del resto de nosotros, viéndose recatada y propia en su vestido blanco mientras leía una novela. Su ancho sombrero, recordado con un listón rojo, colgando del sombrero. Ocasionalmente lanzaba unas apáticas miradas fuera de la ventana, al estilo de una damisela en un aislamiento de lujo.

 

Tina junto sus manos en sus mejillas y tembló. [¡L-Lydia es una fanática creyente de la Iglesia de Hogging Allen!] Ella gritó. [¡¿Cómo pudo daros los asientos a la par y al frente de él sin siquiera pelear y se sentó allí para leer tranquilamente?! ¡Se vendrá el cielo encima!]

 

[Q-Quizás Lady Lydia no se está sintiendo bien…] Ellie murmuro. [Estoy preocupada por su salud.]

 

[N-Nunca había visto o escuchado que Nee-sama se comportara de esta manera.] Lynne declaró, espantada. [¿Seguro que es ella?]

 

[Están sacando esto de proporciones.] Dije con una risa, pero eso no previno que mis estudiantes entraran a un serio debate.

 

[Allen, ¿cuándo Lydia consiguió ese vestido y sombrero?] Mi hermana intervino, fijando su mirada en mí.

 

[Mira, Caren. Puedes verlo ahora. Chicas, miren fuera de la ventana.] Dije.

 

En mi nerviosismo para evitar más preguntas, abrí la ventana, admitiendo la gustosa fragancia de la naturaleza mientras nuestra vista se extendía para revelar un árbol tan grande que parecía llegar a los cielos. Estaba en casa.

 

[Bienvenido a la capital este.] Les dije a mis estudiantes con una sonrisa. [Disfruten sus vacaciones de verano.]

 

✽✽✽✽✽

 

El bosque de la capital era el centro de las tierras del reinado este, y como su sobrenombre lo implicaba, estaba repleto de verdor. Sobresaliendo de la ciudad estaba el Gran Árbol, el cual se decía ser milenario.

Árboles más pequeños llenan las calles, y bastos filas de vegetación intacta empequeñecían a los encontrados en la capital real u otras ciudades grandes. Góndolas y otros pequeños botes andaban el uno contra el otro junto con incontables arroyos y canales que cruzaban por la verde metrópolis. Los grandes edificios de manera, intercalados con algunas estructuras de piedra, contribuía a la cálida atmósfera que pendía sobre la ciudad de agua y flora.

 

De acuerdo a mi reloj de bolsillo, nuestro tren entró en la Estación Central en la capital este un poco después del mediodía, significaba que estábamos a tiempo. Nos metimos todos en la plataforma de madera con nuestro equipaje, en el punto donde las chicas miraron alrededor, maravilladas por los hechizos únicos que los hombres bestias introducían en los elementos de la construcción de edificios. Los hombres bestias habían vivido aquí junto con el Gran Árbol desde tiempos ancestrales y eran responsables de establecer los fundamentos de la ciudad.

 

[¿Cómo nos moveremos desde ahora, Allen?] Tina preguntó, estallando de la emoción.

 

[Eso depende en lo que quieras hacer.] Respondí. [Mis padres viven la Ciudad Vieja, no muy lejos de aquí, pero aún podemos tomar un carruaje.]

 

[¡Si ya estamos cercano, caminemos! ¡Esta es mi primera vez en la capital este!] Ella exclamó. [¡Y también me gustaría visitar el Gran Árbol! ¡Leí que, a pesar del que está en la academia, puedes entrar!]

 

[Siempre molestando a nuestro tutor, Señorita Primer Lugar.] Lynne dijo si más. [Veo que las vacaciones no han cambiado eso.]

 

[Sé que también quieres caminar.] Tina respondió. [Recuerda, este es el hogar de Allen.]

 

[B-Bueno… Nii-sama. También preferiría ir a pie.]

 

[Yo quisiera tomar un carruaje.] Dije. [¿Qué de ti, Ellie?]

 

[O-Oh, t-también me gustaría ver la ciudad.] La maid respondió.

 

Los ojos de las tres chicas estaban brillando. Quizás la caminata sería una valiosa experiencia para ellas… pero decidí que nos desviaríamos por la Ciudad Nueva, el distrito este del Gran Árbol; el área no era exactamente buena para los humanos. La lancé una mirada a Caren, quien respondió con una leven reverencia. Eso solo dejaba al albatros.

 

[Vamos a pie.] Su Alteza concedió, desplegando su blanca sombrilla. [Las chicas no tendrán problema mientras tú y yo estemos con ellas.]

 

[Lydia, desearía si te adelantarás.] Respondí.

 

[Muchas gracias por tu preocupación. Lo apreció sinceramente. Ahora, vayamos.] Ella caminó, llevando su nueva maleta.

 

Tina y Ellie asombradas la observaron irse en silencio. Incluso Lynne compartió su asombro. En ese punto, volvieron a mí y demandaron en conjunto, “¡¿Quién es esa mujer?!” Varios transeúntes se pararon para ver cuál era la conmoción antes de seguir con sus respectivos caminos.

 

Fallé en notar lo que las chicas encontraban tan alarmante. ¿Nunca antes habían visto ese lado de Lydia?

 

[Para mí es la misma de siempre.] Le dije al trio. No dijeron nada en respuesta, pero cambiaron miradas conflictivas. [Ahora, Tina…]

 

[¿S-Sí?] La joven noble de cabello plateado respondió, con su equipaje en mano.

 

[El Gran Árbol es un lugar sagrado para los hombres bestia, lo cual le dificulta a los humanos el acercarse o entrar. Incluso a los duques se les pide un aviso por adelantado.]

 

[Sagrado…] Tina repitió, viendo al Gran Árbol en la distancia. Lynne estaba siguiendo su mirada, y fue durante esa apertura que Ellie hizo su movimiento.

 

[Um, Allen, ¿le importaría tomar mi mano?] Su rubio cabello se meneaba mientras hablaba. [Creo que puedo perderme de no ser así.]

 

[¡Ellie!] Sus asombradas compañeras exclamaron. [¡Eso es trampa!]

 

[E-El que madruga Dios le ayuda.]

 

Las chicas estaban con sus usuales payasadas. Me alegraba que Ellie hubiera aprendido a darse su lugar.

 

[Cuando me escribiste que le estarías enseñando a Tina y Ellie, pensé que nunca más podrías volver a casa conmigo.] Caren murmuró mientras observaba a las chicas.

 

[Caren…]

 

[Estoy tan alegre de equivocarme.] Ella levantó su bolsa con ambas manos y me alejo la mirada, sonrojada.

 

También me preocupé, pensé mientras le daba a mi hermanita una palmadita en la cabeza.

 

[¡Ah!] Tina gritó; no se perdía nada. [¡No me digas que te nos estás adelantando también, Caren!]

 

[Tina, este es mi derecho natural como hermana.] Caren respondió. [Si eso te molesta, sugiero que también te vuelvas la hermana de Allen.]

 

[¿La hermana de Allen?] Tina, una de las mentes más brillantes del reino, repitió. Entonces asumió una seria expresión y empezó a preocuparse. [Hm… Es tentador, pero…]

 

Lynne y Ellie ignoraron a la líder de su clase mientras recogían sus propias maletas.

 

[Allen, vamos.] Caren me apresuró. [La actuación de jovencita noble de Su Alteza no durara mucho si no te apresuras.]

 

[Caren, algunas cosas son mejoras no decirlas.] Respondí. [Soy el que la pagará luego cuando—]

Una mirada perforante de la belleza de cabello escarlata parada frente a la plataforma me detuvo en seco. La mirada en sus ojos decía, “Por favor. Mueve. El culo.”

 

[Tina, nos vamos.] Le informe a la chica quien aún estaba matando sus neuronas con sus manos en su cabeza. [Ustedes también, Ellie, Lynne. Los distritos de los hombres bestia tienden a estar abarrotados, así que querrán perderse. Asegúrense a quedarse con el grupo.]

 

Mi advertencia incito un sombrado “Oh, cierto” de Tina, un nervioso “S-Sí” de Ellie, y un “Me pegaré contigo y Caren, Nii-sama” de Lynne.

 

[Bueno.] Dije. [Y si se llegan a perder—] Mis estudiantes me miraron con curiosidad— [Alguien de los hombres bestias de seguro ayudara si mencionan mi hombre o el de Caren.]

 

La Ciudad Vieja, el distrito de los hombres bestias al este del Gran Árbol, estaba tan bullicioso como siempre— aunque había mucho menos humanos de lo que recordaba. Las cosas en la Ciudad Nueva, supongo, debieron haber estado peor. El número de elfos y enanos, por otro lado, se mantenían sin cambios. Lazos de compañerismo había unido a las razas longevas y los hombres bestias desde la Guerra del Señor Oscuro, debido en parte a las hazañas de un renombrado héroe bestia, quien había—

 

[¡Allen! ¡¿Eres tú?!] Un inesperado gritó apago mis pensamientos.

 

[¡Estás justo a tiempo para el cerdo de primera del bosque! ¡Toma; está bueno!] Un diminutivo miembro de los ositos me acosó, llevando un paquete de carne envuelto en hojas desinfectadas del Gran Árbol y luciendo animado.

 

[Toma, aprecio la invitación, pero—] Respondí.

 

[¡¿Qué?!] El rugió. [¡Eres demasiado bueno para mi cerdo de bosque, ¿verdad?!]

 

Tina, Ellie, y Lynne se aferraron a mis mangas alarmadas.

 

[Muchas gracias.] Dije, aceptando el pedazo de carne. [Pero por favor, cuida tu tono— estás asustando a las chicas.]

 

[¿C-Cría a esas criaturas?] Tina intervino. [Si es así, ¿cuánto diría que les tomo para llegar a la madurez?]

 

[¡¿Tina?!] Exclamé.

 

[Um, uh… Por favor dime en qué platillos sabe mejor esta carne.] Ellie añadió.

 

[¡¿Ellie?!]

 

[Cerdo del bosque…] Lynne dijo. [He oído del nombre. ¿Recomendarías algo más?]

 

[¿Incluso tú, Lynne?]

 

El joven carnicero de ojos saltones se río. [¡Espera! ¡Traeré algo especial para ti!] Anunció y luego se desvaneció en su tienda, dejando al trio con ojos brillando de emoción.

 

Habíamos pasado por una serie de encuentros similares desde que llegamos a la capital este. Lydia y Caren, quienes evidentemente habían previsto este giro de eventos, estaban revisando las tiendas con emoción, luciendo para todo el mundo como una señorita en un día festivo con su maid asistente. Ellas se llevaban sorprendentemente bien cuando no estaba involucrado.

 

Supervise los números presentes mágicamente suspendidos en el aire detrás de mí y me estaba preguntando si la casa de mis padres tenía espacio para todo eso cuando un animado vendedor de frutas cruzo la calle y añadió más. [Vaya, si no es el pequeño Allen. Toma, están recién recogidas y para chuparse los dedos.] Ella dijo.

 

[Shima, ¿quieres decir que tiene más para mí?] Respondí.

 

[Claro que sí. Estuvimos realmente preocupados cuando no viniste el invierno pasado, sabes. Me alegra tanto de verte bien.] La mujer del delantal del clan de las liebres, quien de alguna manera era mi senpai y una vieja amiga de Toma, emergió de su tienda para entregarme una canasta. Estaba repleta de frutas, la cual las chicas no perdieron tiempo en examinar.

 

[¡Nunca antes había visto un así!] Tina exclamó.

 

Ellie estaba absorta en sus pensamientos mientras decía. [Me pregunto si serán buenos con jalea…]

 

[El este es tan diferente al sur.] Lynne remarcó.

 

Supongo que esto contaba como una educación práctica. Le sacudí mi cabeza Shima y murmuré. [¿Has hecho algún progreso con Toma desde la última vez que te vi?]

 

[Desearía que la ira del Gran Árbol llegará aplastando en ese denso osito.] Ella respondió en tones igualmente apagados y luego añadió una teatral imitación de sollozo.

 

[Estaré en la ciudad por diez días, así que te daré toda la ayuda que pueda durante mi estadía.]

 

[¡Oh, Allen, cariño!]

 

[También eres mi cariño, Shima.]

 

Intercambié miradas con la mujer del clan liebre, quien estaba por la altura de Ellie, y ambos sonreímos. La había conocido desde que era pequeño, y ella había sido como una hermana mayor para mí.

 

Fue mientras estábamos hablando que el denso osito en cuestión regresó. [Aquí tienen, chicas.] Toma proclamó. [Festín para sus ojos— ¡Shima! ¿Cuándo llegaste aquí? ¿Y dónde estuviste esta mañana? Yo pensé—]

 

[Oh, toma, ¿hablamos?] Interrumpí y luego procedí a arrastrar al joven del clan del osito a un rincón de su tienda. [¡Lo que acabo de ver fue preocupante!] Le dije en un susurro. [¡¿Puedes ser menos inútil?!]

 

[¡¿E-Estaba siendo descortés?!] Toma murmuró de vuelta en alarma. [Yo… estoy tratando de, pero, bueno…]

 

[Esperaba que te casadas y tuvieras hijos para enseñármelos ahora.]

 

[¿Hijos? A-Allen, yo… soy un inútil.] El espíritu de Toma cayó precipitosamente. ¿Cuántos años seguidos había visto este tipo de escena?

 

Justo entonces, mi hermana y el albatros regresaron de su viaje de compras. [¿Aún no has terminado, Allen?] Caren preguntó. [Es bueno verte otra vez, Shima.]

 

[¡Por qué, Caren!] Shima exclamó. [Te has convertido en una adorable señorita. Y también bienvenida de vuelta, Lydia.]

 

El albatros lucía inesperadamente conmovida por el casual saludo de Shima. [Es bueno estar de vuelta.] Lentamente respondió, con una expresión que me hizo sentir profundamente arrepentido de no traer un orbe de vídeo.

 

Toma sostenía un nuevo bulto. [Intenta eso también.] Dije. [Es una nueva raza de cerdo de bosque— uno que aún no he puesto al mercado.]

 

[Muchas gracias.] Respondí. [Tú también, Shima. Me aseguraré de visitarte mientras estoy en la ciudad.]

 

[Bien.] Toma dijo. Su respuesta fue igualada por un casi simultaneo “Con gusto” de Shima.

 

Lo mismo pasaba a donde quiera que íbamos. Mis padres no vivían muy lejos de la calle principal de la Ciudad Vieja, pero hicimos poco de progreso porque conocidos nos detenían a cada rato. Luego dejar a Toma y Shima, me encontré evadiendo una chismosa ardilla joven.

 

[¡Hey, Allen! ¡Te trajiste todo un harén de chicas contigo! Hablando de grandes noticias. Tengo que contarles a todos que—]

 

[¡Espera! ¿Puedo invitarte a una buena bebida de la capital real?]

 

Entonces fue un arquitecto del clan leopardo que quería pedir mi opinión.

 

[¡Oh, Allen! ¡Justo a quien quería ver! ¿Qué crees del nuevo canal?]

 

[Creo es probable cause tráfico en su estado actual. Aprovecharse de los viejos canales bloqueados puede ayudar a…]

 

Muchos otros siguieron, aunque era difícil sorprenderse. Las chicas al menos parecían estarlo disfrutando, así que no era tan malo.

 

[Ya veo.] Tina dijo. [¡Estoy impresionada, Allen!]

 

[A-Allen, tiene muchos presentes.] Ellie añadió.

 

Lynne concluyó su comentario conjunto con un, [Simplemente fascinante, Nii-sama.]

 

Al menos, llegamos a ver la casa de mis padres, una tienda de objetos mágicos sobresalía justo en una de las calles interiores de la Ciudad Vieja. El área estaba prácticamente desértica, incluso durante el día. Las casas de un solo piso que se alienaban en las calles eran viejas y de madera, pero espaciosas, con muchos cuartos; los niños debieron haber sido muchos antes cuando fueron construidas, antes de la Guerra del Señor Oscuro.

 

Una pequeña mujer del clan lobo se paraba afuera, limpiando la fachada. Tenía la misma cola y orejas grises que Caren, pero más largas, el cabello a la altura de los hombros. No era más ata que Tina o Lynne y estaba vestida juvenilmente en un “kimono”— como el usual atuendo de los hombres bestias de la Ciudad Vieja era conocido— y un delantal. En el momento, estaba cantando de todo corazón mientras movía su escopa. Caren y yo nos dejamos de caminar y cubrimos nuestros rostros con nuestras manos.

 

[Allen, Allen.] Tina dijo, jalando de mi manga. [¿No es esa señorita una asombrosa cantante?]

 

[E-Ella es increíble.] Ellie concordó, siguiendo su ejemplo a la derecha. [E-Estoy celosa.]

 

[Oh.] Respondí. [Sí, lo es. Creo que era la mejor cantante en el clan cuando era más joven.]

 

[¿La conoces, Nii-sama?] Lynne intervino.

[¿Conocerla?] Respondí. [Bueno, puedes decir— ¡Whoa!]

 

El albatros me tiró su sombrero y bolso y corrió al frente con una asombrosa velocidad. [¡Madre!] Ella gritó, abrazando a la mujer. [¡Ha pasado mucho tiempo! ¡Cuánto la he extrañado!]

 

[¡¿Madre?!] Mis tres estudiantes exclamaron en conjunto.

 

[Santo Dios.] La pequeña mujer en los brazos de Lydia dijo, sonriéndole gentilmente. [Bienvenida de vuelta. ¿Cómo has estado?]

 

[¡Genial! Y estoy encantada de ver que también luce genial.]

 

[Vaya, gracias. Creo que eso merece un abrazo.] La mujer animada le regresó el abrazo, para la buena dicha del albatros. Su rostro, el cual era igual al de Caren, miro sobre el hombro de Lydia… y entonces me localizo. Su rostro se iluminó con una radiante sonrisa mientras decía mi nombre con inequívoco afecto.

 

Mis ojos se fijaron en mis pies, y cuando por fin conseguí el coraje para responder, fue un simple. [Estoy en casa.]

 

La mujer libero a Lydia, planto sus apretadas manos en su cintura, y proclamó. [Bienvenido a cada. ¡Ciertamente te tomó mucho!]

 

[Lo siento, pero ya estoy de vuelta… mamá.]

 

✽✽✽✽✽

 

Mi mamá Ellyn y yo no estábamos relacionados por sangre. Ella era un verdadero miembro del clan lobo, como mi padre y hermana. Mis padres, quienes habían sido cercanos desde la niñez, habían sido mercantes viajeros cuando me encontraron en una casa abandonada en las afueras de la capital este, sin nada que mostrará de donde venía. Incluso mi nombre se debe a ellos.

 

Una malvada mirada llego a los ojos de mi madre mientras me acercaba a ella y Lydia. [Ahora dime, ¿esas pequeñas señoritas están en la contienda de ser tu futura prometida?]

 

Tina, Ellie, y Lynne se congelaron.

 

Caren presionó una mano en su frente y suspiro. [Desearía que no dijeras cosas así, mamá.] Ella dijo. [Ni que cantes en la calle.]

 

[¿Qué con eso, Caren?] Nuestra mamá respondió. [¿No estás olvidando algo?]

 

[Es bueno estar en casa.] Caren añadió tímidamente.

 

[¡Bienvenida de vuelta! ¡Ten un abrazo!] Nuestra mamá dijo, saltando y lanzando sus brazos alrededor de Caren. ¡Eran una abrazadora en serie!

 

[¡M-Mamá!] Caren protestó. [Vamos. Las pequeñas de la escuela están observando.]

 

[¡Apreeeetar!] Nuestra mamá dijo, sin inmutarse.

 

Eventualmente, Caren cedió y repitió. [Apretar…] Ninguno de nosotros se había imaginado superar a nuestra madre cuando estaba sonriendo así.

 

El albatros, quien estaba parándose atrás y luciendo posesiva, y pasó a decir. [La futura prometida de Allen está justo aquí, Madre.]

 

[Oh claro. ¿Cómo lo olvide?] Mi mamá respondió. [Tú y Allen han estado casados desde—]

 

[Mamá, perdón por no haber estado en casa.] Rápidamente intervine. [En serio, lo estoy. ¡Así que, por favor, no juegues conmigo!]

 

Ella sonrió y entonces se inclinó ante Tina, Ellie, y Lynne. [Muchas gracias por ser tan buenas con Allen y Caren.] Ella dijo. [Soy su madre, Ellyn. Me han contado mucho acerca de ustedes en sus cartas. Sé que todas estarán con nosotros un tiempo, pero por favor disfruten su estadía.]


Lydia lucía descontenta por alguna razón. Mis estudiantes, mientras, aún estaban petrificadas.

 

[Mamá, trajimos presentes.] Dije, señalando a las bolsas flotando detrás de mí. [Las personas siguieron dándonos cosas en nuestro camino a la Ciudad Vieja.]

 

[Santo Dios.] Mi mamá respondió. [Hay demasiados. Um… ¿Qué deberíamos hacer con todo eso?]

 

[¿Has comprado una hielera?] Pregunté. Los accesorios eran caros, pero pensé que mis padres podían ser capaces de permitirse uno con el dinero que envíe a casa.

 

[¡Claro! Se han hecho tan útiles. Eso es a lo que llamo magia.] Ella siguió ese comentario al fijarme una mirada intensa.

 

[¿S-Sí?]

 

[Allen, estoy tan alegre de ver cuántas personas te aman.] Ella dijo.

 

[¿Me perdonas?]

 

[¡No sé quién esparció la noticia que regresabas a casa, pero debió ser alguien, porque hemos estado recibiendo muchos regalos! Tendrás que comer mucho mientras estés aquí.]

 

Me di la vuelta, sintiéndome avergonzado, y vi a mi hermanita y al albatros luciendo triunfantes.

 

Oh vaya.

 

Mi mamá aprovecho la oportunidad de ponerse frente a las chicas y empezar a dar órdenes. [Ahora, vamos a trabajar.] Ella dijo. [Lydia, Caren, tengan a Allen agarrado. Es tan tímido que siempre se va por las ramas cuando trato de preguntar por él.]

 

[Claro, madre. Por aquí, Allen.] El albatros preguntó, sin perder tiempo tomando mi brazo derecho y presionando su cabeza.

 

[Voy.] Mi hermana añadió, tomando mi brazo izquierdo extendió una mano— entonces la bajo y empezó a lanzar hechizos de luz.

 

¿C-Cómo pudo mi madre hacer que ellas me sujetaran? ¡N-No me digas que está enfadada!

 

[¿Eres Ellie?] Mi madre le preguntó a la rubia maid.

 

[¡S-Sí, señora!] Ellie balbuceó. [Allen-sensei es, uh, bueno, um, increíble… y yo soy una inútil. Pero estoy tan agradecida que me ayudara a entrar a la Academia Real, y—]

 

[¡Eres adorable!] Mi mamá exclamó, interrumpiendo a la maid con un abrazo. [¡No me sorprende que Allen te describa como “un encantador angelito” en cada que puede! ¡E incluso tenemos nombres similares!]

 

[¿S-Soy adorable? ¿Y un á-ángel?] Ellie libero un pequeño chillido.

 

Mientras el gran dolor me atravesaba mientras los huevos en mi brazo derecho crujían.

 

Mi mamá libero a Ellie y se dio la vuelta a ver a Tina y Lynne con una expresión levemente burlona. [E-Ella es como él.] Ambas chicas declararon juntas, para mi pesar.

 

[¿Su Alteza preferiría si me dirijo a usted formalmente?] Mi mamá preguntó.

 

[¡Piense en mí como una hija!] Esa fue la respuesta sin titubear.

 

[Gracias. Ahora, tú debes ser Lynne.]

 

La chica pelirroja estaba rígida como una tabla, pero aún logro una apropiada reverencia. [L-Lynne Leinster, a su servicio. Nii-sama ha sido extremadamente amable conmigo.]

 

Mi mamá río. [Eres igual a Lydia en su primera visita. Me pregunto, ¿qué fue eso que Allen escribió la otra vez? “Algunas veces estoy impresionado en cuán madura Lynne actúa ahora”.]

 

[¡Nii-sama!]

 

Lynne, ¿realmente es algo para verse tan emocionada? Y Lydia, te lo diré todas las toneladas de veces que tome— No hay nada divertido con un Firebird a esta distancia.

 

Caren ordinariamente habría sido rápida para reprender al agitado albatros, pero para mi sorpresa, estaba siguiendo su ejemplo.

 

[Y supongo que tú eres Tina.] Mi mamá siguió, girándose a la joven noble de cabello plateado.

 

Tina presionó su mano derecha al costado izquierdo de su pecho y miró a mi mamá a los ojos. [Sí, soy Tina Howard.] Ella dijo. [Allen-sensei me encontró cuando estaba perdida en la oscuridad y me dio la magia. Estoy tan agradecida— No, las palabras siquiera empezarían a… ¡Mrs Ellyn! ¡Muchas, muchas gracias por criarlo!] Ella se inclinó, con lágrimas corriendo de su rostro.

 

Mi mamá puso una gentil mano en la cabeza de Tina y la abrazó. [Dios mío. Eso debió haber sido difícil para ti. Pero no te preocupes. Ahora estamos en el presente.]

 

[¡S-Sí, eso es! Así que, um…] Tina se asustó por un momento, entonces se fortaleció y dijo. [¿L-Le importaría si… yo también le llamo “madre”?]

 

[No me importa.] Mi mamá respondió, riendo. [Eres justo como Allen dijo: “Una buena y animada chica. También es seria y, lo que es más, simplemente brillante.”]

 

[¿Qué? ¿A-Allen-sensei dijo eso de mí?] Los ojos de Tina se abrieron más que nunca, entonces de inmediato bajo la mirada en evidente bochorno.

 

Lydia abruptamente dejo mi lado, Caren al instante agarro mi brazo izquierdo, sosteniéndome tanto que no podía moverme sin exponerme a numerosos rayos de luz violetas.

[Madre, yo, um tengo una petición.] El albatros dijo suavemente.

 

[¿Sí?] Mi mamá respondió.

 

Lady Lydia Leinster bajo su mirada con un aire de lamento, la verdadera imagina de una trágica belleza. [¿Puedo leerle las cartas de Allen?] Ella preguntó. [Tengo pocas oportunidades de escucharlo hablar bien de mí. Oh, si solo tuviera algo para tranquilizarme.]

 

¡Ella está mintiendo! ¡Alguien detenga a esta farsante!

 

[Calmado, Allen. Esta es una discusión importante.] Caren me regañó.

 

¿Es en serio?

 

Pero incluso nuestra madre lucía renuente a conceder la absurda petición del albatros. [Hm… no estoy segura que pueda mostrar las cartas, incluso para ti, Lydia.]

 

¡Gracias a Dios! Estoy a salvo mientras—

 

Justo entonces, el albatros coloco un pequeño orbe de vídeo en las manos de mi mamá. Contenía una grabación de mí en la capital real. Mi mamá estaba sorprendida, pero entonces una diabólica mirada se poso en sus ojos y empezó a reír.

 

¡O-Oh no!

 

[¿Cómo están Lisa y Anna?] Preguntó.

 

[Bastante bien.] Lydia respondió. [Casi demasiado bien.]

 

[¡Estoy alegre! Bien, puedes leer sus cartas— pero no las tengas para ti sola. ¡Leámoslas juntos! Ahora, dame una mano. Necesitaremos una mesa y sillas, y pondré un poco de delicioso té.]

 

[Muchas gracias. Te amo, madre.]

 

[Yo también te amo, Lydia. Es bueno verte otra vez. Y me alegra tanto reunirme contigo, Tina, Ellie, Lynne.] Mi mamá se rio. [Allen siempre tiene tantas cosas adorables que decir acerca de todas ustedes.]

 

[¡¿Mamá?!] Grité. [Espera—] Pero antes que pudiera detenerla, se desvaneció en la casa, seguida por mis estudiantes y Lydia. ¿Ha habido una oración tan tiránica?

 

Como mi mamá había intimidado, alabé a mis estudiantes hasta más no poder en mis cartas. A Lydia y Caren también. Que se enteren sería… vergonzoso. Mi mamá debía saberlo de sobra, así que por qué—

 

Oh, lo sabía.

 

[Va siendo hora que te des cuenta cuánto significas para las personas.] Caren dijo; ella era la única que no había corrido a la casa. [No puedo esperar a descubrir qué escribiste sobre mí.]

 

Aunque no había transeúntes que lo escucharan, tener mis engrandecidas cartas leídas por sus objetivos probaba ser una forma de tortura psicológica. Me resolvía a nunca más enojar a mi mamá.

 

✽✽✽✽✽

 

Habiendo de alguna manera sobrepasado mi dura prueba, me mecía en un sillón con una vista del jardín interior— un jardín crecido de semillas del Gran Árbol.

 

[A-Allen.] Tina dijo. [Verá…]

 

Lynne se le unió con igual de dudosa. [N-Nii-sama, um…]

 

[¡A-Allen, eso me hizo tan feliz!] Ellie proclamó, mostrando menos restricción que las otras dos. Sus manos estaban juntas en una aparente reverencia.

 

[Ellie, eso se llama “echarle limón a la herida”.] Dije.

 

Su respuesta fue un gruñido de desacuerdo.

 

La humillación que leyeran mis cartas en voz alta a las chicas me había matado. Esperaba que abrazar al ángel cercano aceleraría mi recuperación, pero antes que pudiera llegar a ella, mi hermana se metió entre nosotros.

 

[Sé serio, Allen.] Caren dijo. [No es como que te quitaran una parte.]

 

[Deberías intentarlo alguna vez.] Respondí. [Perderás una parte de tu alma, te lo aseguro.]

 

[Prefiero que no. Ahora, ¿qué haré contigo?] Ella se pausó por un momento para pensar, dijo. [No esperes esto todo el tiempo.] Y entonces envolvió sus brazos alrededor de mí. El gesto provocó gritos de “¡¿Qué?!” “¡¿Huh?!” y “¡Yo… no lo puedo creer!” de las chicas. De alguna manera también me sorprendió.

 

[¿Eso ayuda?] Caren murmuró, su tono era tímido y tosco. [Estaba enojada que no vinieras conmigo a casa el último invierno, sabes. Por favor nunca hagas eso otra vez.] Ella era la hermana mayor de todos en la escuela, pero quizás venir a casa había traído de vuelta un poco de la pequeña necesitada que recordaba. Las chicas también parecían apreciar eso, porque se habían quedado calladas.

 

Sus palabras quedaron en el aire por un momento. [Claro.] Dije, acariciando su espalda. [Perdón. Y gracias.]

 

En ese punto, Lydia regreso de ayudar a mí mamá de cargar los regalos perecibles en la hielera. De inmediato entendió la situación y me lanzó una mirada que decía. [Dime, ¿me diría por qué escribió menos de mí que de las otras?]

 

¿D-De verdad lo hice?

 

Mi mamá entró con Lydia. [Caren, le mostrarías a Lydia y a las pequeñas sus— Oh, ¿qué tenemos aquí?] Ella dijo. Sonrió. [Ya veo que alguien está buscando por afecto. Aunque, muestrales sus cuartos por mí. Allen, busca a tu padre.]

 

[Está bien.] Caren respondió, rápidamente alejándose de mí. Sus mejillas estaban un poco rojas. [Ahem. Síganme. Tina, Ellie, Lynne, las tres dormirán en un cuarto. Lydia, compartirá conmigo.]

 

[¡Gracias!] El trio respondió.

 

[Me muero por otro año de tu hospitalidad, Caren.] Lydia bromeó, incitando una mirada indescriptible de mi hermana que me hizo reír.

 

[Mamá, ¿papá está en su taller?] Dije.

 

[Lo está. Ha estado tan emocionado de verte otra vez.]

 

[¿De verdad?] Dije sin entusiasmo. [Caren, cuida de todos.]

 

[No te preocupes; están en buenas manos.] Mi hermana respondió. [Y, um, Allen…]

 

[Lo sé. Gracias.] Le di una pequeña palmeada en su cabeza.

 

El albatros apretó sus puños y silenciosamente me animó. Parecía estar diciendo que todo iba a estar bien— que estaba aquí para mí en cada paso. Daré lo mejor de mí, lo decidí. Había estado huyendo desde hace rato, pero era tiempo de ya no hacerlo.

 

Mi papá hacía cosas artesanales y venta de artículos mágicos para su uso personal. Su taller estaba al fondo de la casa. Sus muros y puertas siempre habían sido gruesas y duras— una precaución debido a sus frecuentes experimentos— y Lydia, Caren, y yo los habíamos reforzado con una variedad de barreras elementales durante nuestra visita del año anterior. No se romperían.

 

Me paré fuera del taller, respiré profundamente, y entonces toqué. [Papá, voy a entrar.] Anuncié, entonces abría la puerta y entre sin esperar una respuesta.

 

Mi papá, Nathan, levanto la vista de su banquillo mientras entraba. Un par de anteojos anticuados están en su rostro, el cual era notablemente apuesto, incluso en mi propio juicio. Sus orejas y cola eran más grises que las de mi mamá y Caren, y pensé que probablemente aún era un poco más alto que yo. Su rasgo más impactante, sin embargo, era su sonrisa. Podía decir que siempre estaba feliz consigo mismo.

 

[Allen.] Él dijo, su voz era firme y profunda.

 

[Papá. Estoy en casa.] Dijo dudosamente.

 

[Es bueno que estés de vuelta. ¿Has visto a Ellyn?]

 

[Sí.]

 

[Oh, bueno.] Él sonrió. [Sabes, no ha sido capaz de sentarse desde que escuchamos que veníamos a casa. No es que yo sea mejor.]

 

[Sí.]

 

[Y mis ojos me engañan, ¿o has crecido?]

 

[Sí.]

 

[Puede que seas incluso más alto que yo la próxima vez que te vez.]

 

[Sí.]

 

[¿Has estado comiendo y durmiendo? Te ves un poco pálido.]

 

[Sí.]

 

[¿Allen?] Lucía perplejo.

 

[V-Verás, papá… yo… yo…]

 

Mi intención era revelar que no había llegado a los hechiceros de la corte, pero las palabras no salían. Había estado planeando cómo abordaría el decírselo desde que me hice a la idea de volver a casa, pero ahora que estaba aquí, simplemente no podía hacerlo.

 

No había crecido en pobreza, pero tampoco describiría a mi familia como “rica”. Aunque, mis padres me habían enviado para desarrollar mis talentos a la Academia Real sin la más mínima duda. Quería vivir a la altura de su amor y expectativas a cualquier costo— para pagarle al par que me había acogido y criado, un humano sin relación que nunca antes habían visto. Pero justo cuando mi objetivo casi había estado a mi alcance, había escogido tirarlo por la borda.

 

No me arrepentía de esa decisión. Si se daba la oportunidad de hacerlo otra vez, sentía ciertamente que siempre sacaría de su error a Gerard. Aunque al mismo tiempo, mi corazón estaba lleno de resentimientos por deprimir a mis padres. Sabía— al menos racionalmente— que nunca se rendirían conmigo. Pero aún no podía dejar de preguntar— ¿Qué si me rechazaba? Ese miedo me estaba reteniendo, incluso después de todo de este tiempo.

 

¿Podía ser más patético?

 

Mientras colgaba mi cabeza, mi padre de hizo al frente y coloco su fuerte mano en mi hombro. [Allen.] Dije.

 

Reuní mi coraje. [Papá… lo siento. Me enviaste a la capital real. Me hiciste llegar no solo a la Academia Real, sino a la universidad también. Aunque yo… yo me cagué en mi propio examen de hechicero, y—]

 

[Gracias.]

 

Levanté la mirada, momentáneamente sorprendido. [¿Qué?]

 

[Muchas personas me han contado lo que pasó.] Dijo, su rostro brillaba de afecto. [No pudiste quedarte sin hacer nada y dejar que Ellyn, yo, Caren y Lydia, seamos insultados, ¿verdad? ¡Bien hecho! ¡Ese es mi chico! Ellyn y yo estamos orgullosos de ti desde el fondo de nuestros corazones. Has crecido en un muchacho de bien.]

Sus inesperadas palabras me dieron cálidos sentimientos desde el fondo de mi corazón.

 

[Pero esa no es excusa para alejarte de casa.] Añadió. [Necesitas visitar de vez en cuando para que podamos ver que estás— ¿Allen?]

 

[No… no es nada.]

 

Oh, claro. ¿Cómo pude olvidar cómo son? Siempre han creído, amado, y velado por mí con todo su corazón.

 

[¡Nathan! ¡¿Cómo pudiste?!] Mi mamá grito, entrando al cuarto.

 

[¡Prometimos decirle juntos cuán orgullosos estamos! ¡No tienes idea de cuán difícil fu para mí contenerlo!] Tan pronto ella llego a nosotros fue que envolvió sus brazos alrededor de mí. [¡Oh, qué chico tan tonto eres! ¡Nathan y yo siempre hemos estado felices de verte! Siempre que vueltas a nosotros sano y a salvo, ¿qué más podemos pedir?]

 

Recordé la calidez que había sentido como un niño y sonreí. [Mamá, papá…] Dije, determinado a comportar el flujo de emociones pasando sobre de mí.

 

[¿Sí?]

 

[¿Qué pasa?]

 

[Muchas gracias.] Dije. [De verdad, en serio estoy alegre de ser su hijo.]

 

✽✽✽✽✽

 

Tarde esa noche, llevaba una silla y una pequeña mesa redonda al jardín interior para disfrutar el frío aire de la noche solo. En la mesa puse una pequeña lámpara, una botella de vino hecho localmente, y algo de queso comprado en la capital real. La luna estaba en el estrellado cielo, con la unión de un meteoro ocasional. Caren y yo solíamos levantar la mirada a esa vista desde nuestras camas, o así lo recordaba, pero ella y el albatros ya se habían retirado por ahora. No me sorprendería de encontrarlas durmiendo mano a mano cuando las vieran la siguiente mañana.


Las chicas igual estaba bien dormidas en la gran cama que compartían. Pertenecía a un gran conjunto de muebles que al parecer habían llegado por correo Griffin hace unos días. El remitente era Lisa Leinster, significaba que la calidad no tenía peros. La larga carta de compañía, dirigida a mi madre, se reducía a: [Estará al cuidado de mis dos hijas, así que darles sus muebles es lo menos que puedo hacer. Por favor, avíseme si necesita algo más.] Lisa y mi mamá se habían reunido en persona tres años antes y al parecer se enviaban correspondencia desde entonces.

 

Levanté mi vaso a mis labios y tomé un sorbo de vino. Era bastante delicioso, y me preguntaba si debía recomendárselo a Felicia mientras mordía el salado queso mozarela. Toda la experiencia me hizo sentir como si estuviera en un restaurante, pero mi gozo pronto fue interrumpido por una voz familiar desde la casa.

 

[Buenas noches, Allen.]

 

[¿Tina?] Dije. [¿Te desperté?]

 

[No, pero pude ver su luz. ¿Puedo unirme?]

 

[Desde luego. Pero trae una de esas sillas contigo; no tengo una de repuesto.]

 

[Claro.] La noble chica usando el vestido de noche respondió. Un momento después, salió al jardín interior con una silla en sus brazos, puso la silla al lado opuesto de mí, entonces se sentó, sus piezas colgaban. Llené un vaso sobrante con hielo y agua para ofrecérselo.

 

[¡Gracias!] Ella dijo.

 

[Debes relajarte luego de nuestro largo viaje.]

 

Chocamos nuestros vasos, y sonaron con una hermosa nota. Tina luego sostuvo la suya en ambas manos, [Solo somos nosotros dos, Allen…] con una sonrisa. Ella se bebió el agua con evidente gusto, como lo indicaba el emotivo mechón de pelo meneándose con gusto.

 

[¿Y qué opinas de la capital este?] Pregunté.

 

[Creo es adorable.] Mi radiante estudiante respondió. [Está llena de plantas, el agua es clara, y hay algo acogedor en ello. Sus padres son más que amables y se ven mejor de lo que los había imaginado. Y más importante… esta es su ciudad. Me alegra que viniera a visitar.]

 

[Me da gusto oírlo.] Dije, entonces regresé a mi queso y vino.

 

[¿Puedo hacerle una pregunta, Allen?]

 

[Puedes.]

 

[¿Por quería ser un hechicero de la corte?]

 

Dudé por un momento. [No es una historia interesante.]

 

[Pero. Quiero oírla.]

 

[¿Ahora?] El tema era de mal gusto para recordarla, pero igualmente difícil de olvidar. Me ocupé de mantener mi tono casual, dije. [Antes mencione que era huérfano, ¿verdad?]

 

[Sí. Me lo dijo antes que me inscribiera a la Academia Real. ¿Cómo podría olvidarlo?] Se refería a nuestra conversación en el jardín interior de la mansión de los Howard en la capital real. Nunca olvidaría ese día tampoco— No podía incluso si lo tratara.

 

Le di un sorbo a mi bebida, luego pregunté. [¿Qué pensaste de los hombres bestia cuando pasaste por su distrito hoy?]

 

[¡Que fueron tan amigables!] Luego dijo. [Y parecía que todos lo aman.]

 

[Es cierto, pero cuando era más joven, fueron algo… territoriales.]

 

[¿Se refiere a que lo excluían?] Tina preguntó. [No puedo imaginarme eso.]

 

Vertí más vino en mi vaso vacío. [Hace diez años o más, un hombre humano atropelló a una pequeña del clan de lobo en la Ciudad Nueva con su carruaje. Solo tenía seis años, y murió protegiendo a su hermanita. La colisión pasó porque el hombre rompió la ley al traer su carruaje privado en el área alrededor del Gran Árbol.]

 

Tina suspiró.

 

[Naturalmente, todo el consejo de caciques votó unánimemente solicitar al viejo Duque Algren, demandando una dura sentencia contra el hombre.] Seguí. [Su culpabilidad era obvia. Y aunque… nunca fue encarcelado.]

 

[¿P-Por qué no?]

 

[¿Por qué crees?] Tomé otra bebida mientras el sonido del vino sirviéndose me llegó en alguna parte en la distancia.

 

La chica pensó su pregunta, entonces su expresión se puso tensa.

 

[Porque el hombre era un noble— o al menos un conde, ¿verdad?]

 

[Precisamente. Pronto luego del incidente, huyó con su familia al Reinado del Santo Espíritu. La familia de la pobre niña que perdió su vida también se mudó, así que todo el asunto fue soterrado.]

 

[¡¿Qué?! Cómo pudieron…] Tina puso sus manos en su boca. El tiempo había hecho mejor la historia.

 

[Los hombres bestias consideran que la unión es lo más importante.] Dije. [Cuando el consejo descubrió que el hombre saldría sin castigo, el antiguo jefe renunció a su puesto y su jefatura— comúnmente, el jefe del clan lobo lidera el consejo. Los otros jefes hicieron lo mismo en visita que, fallaron en salvar a su familia, habían perdido sus derechos.]

 

[¿Todos?]

 

[Sí. Y al día siguiente, el acoso que enfrenté fue a peor.]


Tina se puso rígida, lágrimas bajan de sus ojos. [¿Qué…?] La oscuridad de profundizó mientras una nube pasaba sobre la luna.

 

[Eso pasa con los niños de cualquier raza.] Dije, sonriendo. [Apenas podía lanzar un hechizo en ese momento, y era el único que lucía humano, así que termine con mucho con los ojos morados. Los adultos fingían ignorancia.]

 

[¡Es horrible!] Tina gritó. Era una niña amable, mostrando tal genuina preocupación por una vieja historia.

 

[Pero cada vez que llegaba a casa con lágrimas, mi mamá y papá decían, “Eres nuestro hijo, Allen— un tesoro con el que el Gran Árbol nos bendijo”. Creo que incluso consideraron mudarse por mi bien— Aunque no hay muchas comunidades del clan lobo fuera de la capital este. Nunca me lo mencionaron de frente, claro, pero los niños son bastante sensitivos para estas cosas. Recuerdo llorar solo para dormir cada noche.]

 

[Entiendo.] Tina dijo lentamente. [Hacía la misma cosa.]

 

Saqué mi pañuelo y limpié las lágrimas bajando de sus mejillas. [Fue solo por poco tiempo. El acoso se detuvo mientras mi lanzamiento de hechizos mejoraba.]

 

Ella bajo su cabeza, luciendo abandonada. [Había estado pensando que lucía deprimido últimamente. Ahora tiene sentido. Lo que pasó en el examen de hechicero de la corte aún lo está molestando, así que regresar a la capital este lo hace sentir—] Sus palabras se detuvieron con un suspiro mientras metía una rebanada de queso en su boca. Era tan astuta como amable.

 

[Permíteme continuar.] Dije, sosteniendo mi dedo índice en mis labios. [Una vez aprendí a usar un poco de magia, me preguntaba si podría ganar dinero con ello. ¡Esa fue mi primera idea!] Tomé una paleta de papel de la mesa, y lo señalé hacia la joven noble, y lancé un simple hechizo.

 

A pesar de su sombría humor, Tina respondió con un chillido y un grito de “¡A-Allen!” cuando fría briza paso en ella, meneando delicadamente los flequillos de su cabello.

 

Sonreí. [Traté de ganar algo dinero al ofrecerle a los transeúntes una fría briza en verano y cálidos corrientes en invierno.]


[Ya… veo. Supongo que las personas pagarían por—]

 

[Por supuesto, fallé.]

 

[¿Huh?]

 

[¡Deberías haber visto a Caren trabajar sin parar luego que hubiera agotado mi maná! ¡Nunca olvidaré la valiente figura que plasmaba!] ¿No había estado enfadada conmigo cuando llegamos a casa? recuerdo su conmovedora declaración: [¡No te presiones, Nii-san! ¡Observa cómo lo hago!]

 

[Aprendí de mi error.] Seguí. [Mi maná no estaba a la altura para sostener el lanzamiento de hechizos. Así que decidí hacer flores mágicas la siguiente vez— justo como se los pedí a ti y Ellie. Como resultado—]

 

[Acabó su maná, ¿y Caren se enojó con usted?]

 

[Eso es.] Admití sin más.

 

Eso me sorprendió. Caren siempre había sido una cariñosa hermana— aunque había pasado por una fase rebelde. Rellené mi vaso de vino, y entonces tomé dos rebanadas de queso y le di uno a mi estudiante.

 

[No queda mucho que decir.] Continué. [Estudié magia lo mejor que pude y aprendí que los hechiceros de la corte es una de las posiciones más altas que un hechicero puedo aspirar. Entonces un día, nuestro jefe de clan sugirió que aplicara a la Academia Real. No fue una decisión fácil para mí, dado el costo de matriculación—] Vacié mi vaso— [Pero mis padres me despidieron con sonrisas. Le di mi mejor esfuerzo al examen de entrada, aunque no esperaba reunirme con Lydia y terminar en una pelea con el director.]

 

[Él lo mencionó durante nuestro último examen.] Tina intervino. [Sus palabras exactas fueron: “Ustedes chicas son más que preferibles a esos dos”.]

 

[No me culpes.] Respondí. [Ese fue el 95% del trabajo de Lady Lydia Leinster.]

 

Tina rio. [Probablemente tenga razón.] Ella descansó su cabeza en sus manos y me miró amablemente. Luego, un pensamiento le llegó. [Espere. ¿No pudo haberse unido a la guardia real?]

 

[Trataron de reclutarme, pero lo rechacé.]

 

[¡¿Qué?!] Así fue lo más sorprendida que se había visto en toda la noche.

 

Puse mis codos en la mesa, juntos mis manos al frente de mi rostro, y dije. [Tenía una buena razón para preferir la corte de hechiceros a la guardia real.]

 

[¿S-Sí?] Tina preguntó, levantándose en una tensa expectativa de mis siguientes palabras.

 

[Los caballeros de la guardia real son sorprendentemente mal pagados.]

 

Luego de un pasmado silencio, la chica con el vestido de noche libero un estupefacto. [¿Huh?]

 

Levanté mis manos y le di a me cabeza una exagerada agitadita. [Lo que un hechicero de la corte gana, diría… cerca de cinco veces más de salario.]

 

[¿T-Tan grande es la diferencia?]

 

[La membresía en la guardia era considerada una posición honoraria. En todo caso, es por eso que quería ser un hechicero de la corte.] Vertí lo último de vino en mi vaso. Ciertamente era excelente; quizás le escribiría a Felicia recomendándolo para que lo guarde luego. [¿Estás decepcionada que mis ambiciones no sean buenas?]

 

Parecía natural que Tina se sintiera decepcionada, y su silencio y ojos caídos parecían confirmar mi suposición.

 

[Tina—]

 

[Allen.] La joven noble dijo exactamente al mismo tiempo, lentamente alzando sus pies. [No creo en dioses. Ninguno me ayudó, no importaba cuánto orase. Pero—] Un rayo de luz solar la ilumino mientras colocaba una mano sobre su corazón y me daba una tranquila sonrisa que contrastaba su juventud. [Estoy sinceramente agradecida de haberlo conocido. Para mí, usted es la misma luz.]

 

Su desatado cabello brillaba, ondeando por un vendaval.

 

Oh, qué hermosa es… Pensé mientras me estiraba y tocaba su mejilla.

 

[¿A-Allen?] Ella balbuceó.

 

[Gracias.] Dije. [Me alegra tanto haber tenido la oportunidad de enseñarles a ustedes chicas.]

 

Tina coloco su mano sobre la mía. [A-Allen, yo, um… yo—]-

 

[Bien, detente justo allí.] Una voz interrumpió. Su propietario llegó a mí con su elegante brazo derecho, tomó mi vaso de la mesa, y tomó un trago de él.

 

Tina tembló.

 

[Vaya, eso sabe exquisito.] El nuevo remarcó con algo de sorpresa.

 

[Lydia. Espero que te des cuenta que eso era mío.] Dije.

 

[¿Cuál es la diferencia?] El albatros respondió. [Como sea, siempre compartimos copas.]

 

[No deberías decir mentiras. Ahora, ¿qué te trae aquí?] Me giré a verla de mal humor y le dio otro trago. Para mi malestar, estaba bebiendo del mismo lugar donde mis labios habían estado hace un momento.

 

[Pasa que me desperté.] Dijo. [Ya se pasó la hora de dormir, Tiny, así que deja de molestar a los adultos.]

Oh no. Ella ya está empezando a verse ebria.

 

[¡¿Qué?! ¡Ahora has mostrado tus verdaderos colores!] Tina respondió, poniéndose de malas. [¡N-No serás capaz de menospreciarme así por más tiempo! Te alcanzaré en cuestión de nada y— U-Um, ¿Lydia?] Su provocación pronto entró a confusión cuando el albatros falló en responder.

 

[Simplemente increíble.] Dije, suspirando mientras Lydia cerraba sus ojos, derrumbándose contra mí y se dormía. Tina estaba luchando por seguir con la situación mientras cargaba a la dormida noble en mi espalda y me paraba.

 

[Déjame ser franco: Lydia ama beber, pero no tiene tolerancia con el alcohol.] Expliqué. [Estoy seguro que lo frenética que ha sido últimamente no ha ayudado, ni tampoco el viaje.]

 

[Oh…] Tina respondió con un aparente despertar.

 

Miré al albatros, quien estaba respirando rítmicamente contra mi hombro. Si solo se viera así de femenina cuando estuviera despierta.

 

[¿Nos vamos ya?] Le pregunté a Tina. [Necesito llevarla al cuarto de Caren, y eso resultará en una larga charla, incluso a esta hora. ¿Me acompañarás en esta peligrosa misión?]

 

[Sí.] Ella respondió, siguiendo el juego. [Adonde sea que vaya, yo iré.]

 

[Gracias. Oh, y casi lo olvido.] Le guiñé el ojo. [Retomémoslo donde lo dejamos esta noche alguna otra vez. Será algo que añorar una vez tengas la edad suficiente para beber.]

 

[Me gustaría eso.]

 

Caren estaba esperando fuera de la puerta de su cuarto, pero ella tomó a Lydia de mis manos sin ninguna queja— ni nada. Me preguntaba que era lo que pasaba.

 

✽✽✽✽✽

 

El ocupado calendario del siguiente día inició temprano y brillante.

 

Caren recibió la mañana con un encuentro contra Tina, Ellie, y Lynne en el jardín interior. Ofrecí unirme, pero mi hermana me aseguro que las chicas estaban en buenas manos con ellas, así que las observé desde el conforte de las bancas.

 

Una vez terminaron de entrenar, las cuatro fueron por un baño matutino. Regresaron con ropa nueva mientras Lydia llegaba, usando un delantal, para llamarnos a desayunar. Tina y Lynne juntaron sus manos y gritaron. [¡¿U-Un fantasma a plena luz del día?!] Al momento que le echaron el ojo. Ellie añadió una llorosa declaración que “n-no era rival” para Lydia luego de probar la comida que el albatros había preparado. Lydia Leinster podía hacer eso.

 

Las chicas pasaron el resto de la mañana en el estudio, trabajando en su tarea de verano de la Academia Real. Estaba gustoso de ver cuán de buena gana Caren se postuló para ayudarlas.

 

El almuerzo fue un platillo de fideos fríos y ricos vegetales frescos. Otro tip para enviarle a Felicia, ¿quizás?

 

La temperatura del aire se elevó en la tarde, y Tina, Ellie, y Lynne aún necesitaban trabajar en su control de hechizos. Así que, esperando matar a dos pájaros de un tiro, les asigné enfriar la casa— un desafío que Tina tomó al crear icebergs y un campo de nueve. El fenómeno atrajo a niños locales, y una inoportuna bola de nieve siguió. La vista de Caren liderando al trio a una aplastante victoria trajo de vuelta buenos recuerdos.

 

Yo, mientras, pasaba mi tiempo en una silla en el jardín interior, leyendo los libros que había traído, formulando nuevos hechizos, y dándole la remontada a cualquier niño mal portado que tratase de tomarme por sorpresa. ¡Qué buen lugar para estar en paz!

 

Lydia alternaba entre ayudar a mí mamá y salir a verme. Para mi sorpresa, los niños del vecindario se escondían cada que el albatros aparecía— por instinto, presumo.

 

La tarde me llego. Antes de saberlo, el sol estaba en lo bajo del cielo, y llegaba una nublosa luz mientras me ponía a limpiar el hielo del jardín interior. Podía oír a lo lejos la música de los tambores y flautas; todos los hombres bestias estarían celebrando el Festival de Verano esa noche. Necesitaríamos tiempo para llegar, dado que solo dos puentes— uno en la Ciudad Vieja y uno en la Ciudad Nueva— ofrecía acceso a la festividad. Me preguntaba qué les estaba tomando tanto tiempo a las chicas para alistarse.


La primera prueba de los fuegos artificiales fue cerca del Gran Árbol mientras Tina, Ellie, y Lynne me llamaban desde atrás. Podía decirlo solo con ver lo tensas que estaban.

 

[S-Sensei.]

 

[A-Allen.]

 

[N-Nii-sama.]

 

[Oh, bueno. Si todas están listas, vamos—]

 

Me di la vuelta, y las palabras se quedaron en mis labios. Las tres chicas usaban yukatas a juego— junto con flores de verano en un azul pálido, verde, y rojo, respectivamente— y llevaban pequeños bolsos. ¿Mi mamá había conseguido vestidos de los vecinos y luego los alternó ella sola? Pero ¿cómo supo las medidas de las chicas antes de nuestra llegada? Los minuciosos preparativos revelan la influencia de las maids de ambas casas ducales.

 

[Sensei.]

 

[Um, Allen.]

 

[¡Nii-sama, no nos dejes en suspenso!]

 

Mi silencio provoco otra ronda de sonrojados comentarios.

 

Aunque mis estudiantes eran todas niñas, su apariencia era sorprendente. Apenas podía pensar bien con ellas mirándome desde el costado así.

 

Aclaré mi garganta. [Se ven encantadoras.]

 

Las chicas rieron felices.

 

Lydia, vestida en un yukata escarlata pálido y con su cabello atado, fue la siguiente en llegar. [Espera en la puerta frontal; nos iremos en cualquier momento.]

 

Las chicas gritaron “Lo sabemos” en respuesta y luego corrieron con prisa.

 

Lydia solo me dijo una palabra. [¡¿Comentarios?!]

 

[¿Mi mamá los ajustó para todas ustedes?] Respondí.

 

[¡Sabes que no me refería a eso!] Ella respondió. [¡¿Puedes ser menos lerdo?!]

 

[Luces adorable. Simplemente radiante.] Admití renuente. No me había dejado elección.

 

Lydia se sonrojó. [Yo… lo consideraré hecho.] Ella extendió una mano, la cual lentamente tomé, y caminamos adentro.

 

¿También debería usar un yukata? Me pregunté. Puedo lo suficientemente alto para uno de papá.

 

Mi mamá y hermana fueron las ultimas en unirse. Caren usaba una camisa de manga corta y unos shorts en lugar de una yukata, para su disgusto.

 

[¿No estaban las chicas adorables?] Mi mamá pregunto, radiante.

 

[Claro.] Respondí. [Ajustar cuatro yukatas debió haber sido un duro trabajo.]

 

[¡Para nada! Me asegurar de hacer nuevas para el próximo año. Oh, no puedo esperar más.]

 

[No te apresures. ¿Quién sabe si vendrán a visitarnos el próximo año?]

 

Ella rio. [Las chicas están esperando. Cuiden de ellas.]

 

[Claro.]

 

[No se preocupen.] Caren añadió luego.

 

[¿Ustedes dos no vendrán con nosotros?] Lydia le preguntó a mi mamá.

 

[Nathan y yo estaremos observando los fuegos artificiales desde aquí.] Ella dijo.

 

[Está bien.] Respondí. [No llegaremos muy tarde.]

 

Ahora, es tiempo que—

 

Caren me miró y entonces sacó el tema que evidentemente había estado en su mente. [Mamá, ¿n-no tienes un yukata para mí también?]

 

[Pero te rehusaste a usar uno fuera de casa el año pasado.] Nuestra mamá respondió, perpleja.

 

[Yo… lo sé, pero…] La respuesta de Caren se desplegó en un inaudible murmuro interrumpido por furtivas miradas hacia mí. [Allen elogió a todas las demás. No quiero ser la única que se quedé atrás.]

 

Su comportamiento parecía tener sentido para nuestra madre, quien se rio y dijo. [Ya veo, en ese caso, prometo arreglar uno para ti mientras estén aquí. Tu tamaño de pecho no ha cambiado, ¿verdad?]

 

[¡M-Mamá! ¡A-Allen, cubre tus oídos!]

 

Me bajé de hombros. Si Caren iba en su ropa de diario, entonces yo iría en las mías. Tan pronto como me hice a la idea fue que mi mamá mie vio con una mirada que decía. [Eres un todo un atento hermano.]

 

Es lo menos que podía hacer; Caren es la hermana más adorable en el mundo, y la única que tengo.

✽✽✽✽✽

 

Un masivo canal circulaba el Gran Árbol, símbolo de la capital este. El Gran Puente ofrecía la única ruta, y hombres bestias celebraban sus festivales al pie del mismo, en la plaza más grande de la ciudad. Carruajes no podían pasar, ya que estaban prohibidos en el puente.

 

Tina libero un sonido de deleite cuando vio la plaza. Ya estaba lineada con altos quioscos musicales de madera, desde el cual el festival musical llenaba el lugar.

 

[M-Miren todos los puestos de comida.] Ellie intervino.

 

[Yo… nunca antes había visto tantos hombres bestias.] Lynne añadió, asombrada.

 

En efecto, la plaza estaba abarrotada con hombres bestias de todos los tamaños y formas.

 

Estaban hablando felizmente, intercambiando brindis, comprando comida de muchos puestos, y generalmente gozando. Un conjunto de elfos y duendes, la mayoría usando yukata, se mezclaban entre la multitud; ya que el Festival de Verano era una ocasión de la antigua alabanza entre los hombres bestias, otras razas eran bienvenidas a unirse. No estaba tan sorprendido de no ver muchos humanos, aunque pensé que habían estado menos asustados el año pasado.

 

Una vez cruzamos el puente de la Ciudad Vieja, Lydia abruptamente junto sus manos por atención. Las chicas giraron a verla, confundidas, y luego le dio a cada una un monedero de su bolsa. En la ausencia de mis madres, el albatros había regresado a su usual yo caprichosa.

 

[Usen estos.] Dijo. [Ninguna de ustedes conoce el comino alrededor del festival.]

 

Mis asombradas estudiantes me miraron por una explicación.

 

[Hay muchos puestos para que una sola persona los visite todos.] Les informé. [Podrán comprar casi todo con monedas de compre.]

 

[¡Ya veo!] Tina exclamó.

Elli estaba deslumbrando positivamente. [¡E-Es increíble, Lady Lydia!]

 

[¿P-Por qué, Nee-sama, cuándo tuviste el tiempo para conseguirnos esto?] Lynne preguntó.

 

Lydia y yo habíamos pasado nuestro último día en la capital real visitando un sinfín de tiendas para escoger esos monederos para las chicas.

 

[Nos reuniremos aquí.] El albatros siguió, ignorando la pregunta de Lynne. [Tiny y Lynne, están a cargo del algodón de azúcar. Ellie, ve por algunos granizados. ¿Quién irá por las bebidas?]

 

[Con gusto iré por—] Empecé, pero la mano de Caren me calló antes que pudiera finalizar.

 

[Yo las compraré.] Ella dijo. [Allen, espera aquí. Con tantas personas, necesitaremos que alguien marque nuestro lugar de reunión.]

 

[Muy bien.] Respondí. [Esperaré por ustedes, entonces.]

 

[¡Vamos!] El trio grito sin más. Estaban mareadas con la atmósfera del festival.

 

Lydia miró la hora en su reloj de bolsillo. [Si se pierden, no dudaré en dejarlas atrás. Especialmente tú, Tiny.]

 

[¡Humph! ¡Te puedo decir lo mismo!] Tina respondió.

 

[Cuídense.] Dije, viendo a las cuatro corredoras errantes. [Trate de no tomarse mucho tiempo.]

 

Muchos grupos de personas se detenían para decirme hola mientras esperaba a las chicas. La mayoría de los miembros eran de los clanes del lobo, lobito, liebre, mono, nutria, gato y ardilla de la Ciudad Vieja, pero me encontré con amigos de los clanes del lobo, comadreja, cabra, buey y rata de la Ciudad Nueva. No estaba seguro cómo responder a la demanda universal de saber por qué no había llegado a casa en el invierno— mi pelea con Gerard en el examen de hechicero de la corte no era de conocimiento público, en efecto.

 

Estaba observando el mundo pasar mientras escuchaba las flautas y tambores del festival cuando miré a Caren de vuelta con cinco copas de madera en una pequeña bandeja. Tan pronto la había saludado, sin embargo, se detuvo y asumió una expresión confusa.

 

¿Hm?

 

Un chico del clan lobo vestido en yukata, quien estaba hablando sobre su hombro a sus amigos, la acorralaron desde el lado derecho sin advertencia. Ambos dejaron salir sorpresa mientras la bandeja salía volando, empapando al chico con las infusiones de fruta. Caren cayó en una posición de sentada.

 

[¡Cuidado!] El indignante joven gritó. [Sabes cuánto cuesta este yukata— ¿Huh? Oh, eres tú, Caren. No sabía que estabas de vuelta en la ciudad. Estás mejor desde la última vez que te vi. ¡Oh, ya sé! ¿Qué tal una cita para remediar lo que le hiciste a mi ropa?]

 

[Tú me empujaste.] Mi hermana respondió. Molesta.

 

[Oh, vamos. ¿Esa es la forma de hablarle a un chico cuyo yukata acabas de arruinar?] Se giró a sus sequito de delincuentes. [Estaba viendo a dónde ir todo este tiempo, ¿sí o no, Kuri?]

 

Uno a uno, sus camaradas llegaron a su defensa, sonriendo de mal gusto todo el rato.

 

[Sí.]

 

[Estabas viendo al frente.]

 

[Sin duda.]

 

Caren perdió la paciencia, pero me metí entre ella y el chico antes que pudiera hacer algo. [Estuviste viendo a tus espaldas.] Dije. [Estaba observando.]

 

[Allen…] Mi hermana sonaba sin espíritu, así que le lance una mirada pacificadora por sobre mi hombro.

 

Frente a mí, el chico chasqueó su lengua. [Así que también estás de vuelta en la ciudad, Allen. ¡Hey! ¡Si quieres ser un buen hermano, dile cómo el mundo funciona! ¡Salir conmigo será bueno para ella a la larga!]

 

[Toneri, veo que no has aprendido tu lección.] Dije lentamente.

 

[¡Care no enfrenta la realidad! ¡Seré el líder del clan algún día!]

 

[Hm… No estaría seguro con eso.]

 

Este joven del clan lobo con cabello café oscuro era Toneri, el único hijo de Ogi, el actual jefe y líder del consejo. Era una cabeza más alto que yo y un año mayor que Caren, aunque algo en su rostro aún no lo definía como adulto. Había estado obsesionado con mi hermana desde que éramos pequeños. Era difícil creer que tenía la misma edad que el sereno Gil.

 

También reconocí al trio detrás de Toneri como los hijos de los prominentes líderes de la raza. Dicho eso, no incluían a ninguno de los clanes de la Ciudad Vieja— solo cabras, comadrejas y ratas de la Ciudad Nueva.

 

Toneri se burló. [Eso me recuerda— no viniste el invierno pasado.]

 

[Oh, bueno. Mucho paso.] Respondí.

 

[¡Ha! ¿Crees que no sé qué cagaste tu oportunidad con la corte de hechiceros?] Sus amigos se le unieron con una fuerte risa.

 

Hm. Los jefazos deben saber que fallé en mi examen, pero ¿realmente esparcieron la noticia…? Algo no parecer estar bien.

 

Toneri interrumpió mis pensamientos con otro comentario. [¿Qué, el gato te comió la lengua? Apuesto que te sentías todo engreído. Títulos de la academia y la universidad en mano, y lograr unirse también a la corte de hechiceros— todo sin una gota de sangre noble en tus venas. ¡Qué broma! Seré tan bueno como un barón tan pronto mi padre me entre las riendas a mí, y el resto de esos chicos baronerías y nobleza en sus futuros también. ¡Estamos fuera de tu liga!]

 

Qué cliché. Siento que estoy de vuelta a la Real Academia.

 

[Mm… no exactamente original.] Respondí con una risa burlona. [No puedo darte una nota alta por eso.]

 

[¡¿Qué?!] El chico me miró con ojos nublados. [¡¿T-Te estás burlando de mí?!]

 

[No debería decirles esto, pero la familia real está apoyando detrás de escenas la meritocracia.] Seguí igualmente, reflejando que el tiempo cambia a las personas para bien o para mal.

 

[¡¿Y-Y qué?!]

 

[Así que, anteriores jefes no son la excepción. Escoger al líder del consejo de entre el clan del lobo ha sido una costumbre desde la Guerra del Señor Oscura, pero estoy seguro que también cambiará.]

 

Toneri estaba asombrado. Sus petardos se reunieron alrededor de él para quejarse.

 

[É-Él está mintiendo, ¿cierto?]

 

[¡E-Eso no es lo que nos dijiste!]

 

[¡¿Qué hay de nuestro atajo a la nobleza?!]

 

¿De dónde venía su confianza? Seguramente, no hay garantía del viejo Duque Algren.

 

[¡Cállate! ¡Cállate!] El chico lobo gritó, con ojos llenos de sangre. [¡Ni siquiera eres del clan del lobo! ¡Eres un humano! ¡Un don nadie que ni siquiera tiene un nombre! ¡Cierra la boca con las políticas de los hombres bestias! ¡Además, oí que tuviste una audiencia por golpear a Su Alteza, el segundo príncipe, solo porque habló mal de Caren, tus pobres padres, y esa bruja escarlata! ¡¿Cómo pudiste poner a todo el clan en riesgo por pequeñeces como esa?! ¡Si quieres morir, hazlo solo— justo donde te encontraron!]

 

Ciertamente tiene una bocona.

 

Antes que pudiera reaccionar, un mortífero rugido detrás de mí tomó con la guardia baja a los chicos.

 

[Toneri…] Rayos violetas salvajes con total animosidad rugían alrededor de nosotros mientras Caren se para frente a mí. [Burlarse de Allen y nuestros padres es lo mismo que burlarse de mí.]

 

[¡E-Espera, C-Caren, yo… yo solo estaba pensando en el clan!] Tineri rogo, temblando.

 

Sus rayos violetas se intensificaron. La multitud se activó, e incluso la música empezó a titubear.

 

[¿Eso hace alguna diferencia?] Mi hermana demandó fieramente. [¿Es tu idea que un miembro de nuestro clan deba darse la vuelta y tragarse insultos infundados de sí mismo y sus seres queridos solo porque esas palabras vienen de alguien con un título? ¿Le dirías lo mismo a tu familia?]

 

[Yo… no me refería a eso.] El chico luchaba por excusarse. [Me deje llevar por el momento y—]

 

[¡Nunca saldré con cualquiera que hable así!] Al enojado grito de Caren, las personas en la multitud empezaron a entender lo que estaba pasando y fueron a los chicos. Incluso los hombres bestias en la Ciudad Nueva estaban en su contra. Toneri vaciló, y esos con él se veían avergonzados.

 

Hice atrás a Caren.

 

[¿Allen?] Preguntó, asombrada.

 

Le sonreí a los chicos. [Escucha, Toneri.]

 

[¿Q-Qué? No dije nada ma—] Él gritó y se hizo atrás mientras lo mirada de reojo y daba un paso al frente. Los otros chicos siguieron el ejemplo. Di otro paso, entonces dos, mientras todos continuaban haciéndose atrás. El chico de clan rata tambaleaba y se tropezó.

 

[Siéntete libre de decir lo que quieras de mí.] Deje de avanzar, pero su retirada continuó. El chico caído se dio prisa por escabullirse tanto que ni se molestó en pararse. [Sin embargo…] Extendí mis brazos, desplegando decenas de hechizos elementales.

 

Toneri se agitó y se cayó. [¡N-No jodas! ¡No lo creo!] Gritó. [¡N-No hay forma que tú puedas sacar ese tipo de magia!]

 

Hace unos años atrás, no podría.

 

Miré al chico y lo tomé por el cuello. [Insultarla o a mi familia es una historia diferente. ¿Cómo lo describiste “Una pequeñez”? Golpearía al príncipe las veces que sean necesarias por esa “pequeñez”. Querer morir por tu familia y por las personas que te importan es una orgullosa tradición de los hombres bestias. Mi padre me enseñó eso. ¿No te lo enseñó el tuyo?]

 

El alto chico gruñó mientras lo levantaba. Oí las ovaciones de los espectadores.

 

[¿Y? ¿Qué tienes para decir?] Presioné.

 

[T-Tú ganas. Yo… estaba equivocado.] Toneri concedió.

 

Lo liberé, y se desmoronó en el suelo. Los otros chicos estaban blancos como papel y sus dientes temblaban. ¿En qué se convirtieron los hombres bestias guerreros de antaño?

 

Dispersé mi magia y me giré para encontrarme a Caren viéndome preocupada con sus manos juntas a su pecho. Sus orejas y cola se venían más grandes de lo usual, y estaba temblando de pies a cabeza. ¿La había asustado?

 

[Caren, gracias por esperar.] Gentilmente la llamé.

 

[A-Allen, yo— ¡Detrás de ti!] Ella gritó.

¿Siquiera aprende? Me pregunté, sintiendo una aficionada junta de maná y un instinto asesino.

 

Justo entonces, oí a alguien pasarme corriendo mientras una variedad de granizados de frutas surcaba los cielos. Ellie libero un punzante grito mientras iba hacia Toneri y desviaba el inútil hechizo de rayo que había estado preparando con su palma abierto en su mano derecha. Ella siguió con una ráfaga de docenas de golpes y patadas, terminando con un codazo que envió al chico a volar— justo en un centenar de hechizos intermedios de varios elementos.

 

Director, Tina, Lynne… Parece que les debo a todos una disculpa.

 

Desmantelé los hechizos de Ellie con un chasquido de mis dedos, lancé un hechizo de levitación en Toneri, y atrapé los granizados. La maid parecía intentar seguir con su ataque, también lancé un hechizo de viento que la puso en mis brazos, cuando aterrizó con un chillido.

 

[¿A-Allen?] Ella dijo cuestionando.

 

[Gracias, Ellie.] Respondí. [Estoy agradecido, pero… ¿no crees que eso fue demasiado?]

 

[Pero… ¡Pero él trató de lastimarte! ¡Yo te mantendré a s-salvo!]

 

Es tan adorable como siempre, pero… ¿Dónde me equivoque? ¡No! ¡No es demasiado tarde! ¡Me jure mantenerla a ella y a la santa del norte en el camino apropiado!

 

Mientras estaba ocupando pensando cosas, un pequeño Blizzard Wolf y Firebird se materializaron, rodeando a los asombrados chicos del clan de la comadreja y cabra antes que tuvieran la oportunidad de huir. tina y Lynne anunciaron su regreso con gritos de “¡No irán a ninguna parte!” y “¿Estás herido, Nii-sama?” Parecía que había aprendido un poco de control si el apoyo de sus varitas y espada, porque tenían sus manos llenas con algodones de azúcar. Ambas chicas también tenían máscaras al costado de sus cabezas— un lobo y un ave, respectivamente— y me estaban dando una mirada que decía, “¿Qué le dijeron?”

 

Perdón por dudar de ustedes.

 

Liberé a la maid vestida de yukata y señalé con una mirada a Tina y Lynne disipar su magia. Una vez se hizo, fui al lado de mi hermana y le di una palmadita en su cabeza. Tenía una expresión que nunca antes había visto en ella.

 

[Perdón por asustarte, Care.] Dije. [¿Supongo que ya no te agrado?]

 

Se mantuvo en silencio por un momento y luego respondió con un tranquilo, [Menudo idiota.]

 

Había empezado a acariciar su cabeza cuando varios objetos nos pasaron a gran velocidad. Ellos jalaron el borde del yukata del chico del clan rata, haciendo que cayera al suelo— había estado tratando de escabullirse solo.

 

¿Brochetas…?

 

El rostro del chico se retorció por el terror mientras se desmayaba, sacando espuma de su boca.

 

Miré a la fuente de los proyectiles improvisados y vi, a mi mal, que Lydia estaba ocupada lamiendo los dedos de su mano derecha libre mientras sostenía varias brochetas de carne en la izquierda. Evidentemente había empezado a disfrutar del festival solo.

 

Ella la lanzó una mirada a la multitud. [Este no es un circo. Allen, volviendo a que dejaste la oportunidad de volverte un hechicero de la corte para defender el honor del clan del lobo, por ende, los hombres bestias como un todo. Pídeles a tus jefes por el informe detallado.] Su informal informe cayó como una bomba.

 

[¡L-Lydia!] Exclamé, nervioso por prevenir más revelaciones.

 

Ella me ignoró— confirmando mi sospecha que sabía exactamente qué estaba haciendo— y les lanzó una desdeñosa mirada a los chicos caídos antes de instantáneamente cerrar la distancia a mi lado. [Y mientras están en ello, diles a los padres de esos estúpidos que los jefes dejarán de ser hereditarios en el futuro.] Ella añadió.

 

[No le damos importancia a los derechos de sucesión y esas cosas, Jovencita Escarlata.] Un ronquido llegó, sacando un grito de la multitud. [¿Te importa responder una pregunta acerca de ese asunto?]

 

Una anciana nutria de cola y cabello blanco emergió del círculo de espectadores. Para mi mal, reconocí a Deg, el anterior jefe del clan nutria.

 

Solo debo detener—

 

Caren puso una mano sobre mi boca, y las chicas se pusieron de puntillas para ayudarla.

 

Lydia tomó la oportunidad para ignorar mis apagados gritos y dijo a la nutria. [¿Qué te gustaría saber?]

 

[Oí a través de las raíces que anteponerse por nosotros le costó a Allen su oportunidad de ser un hechicero de la corte.] Deg respondió. [¿Cierto? Los actuales jefes lo saben, pero no lo dicen.]

 

¡O-Oh no! Este es mi última—

 

[No muevas un musculo.] Caren murmuró, tomando mi brazo izquierdo en un fuerte agarre.

 

[¡Es cierto!] Tina, Ellie, y Lynne orgullosamente exclamaron en conjunto.

 

[Y allí lo tienen.] Lydia añadió.

 

El silencio cayó en la plaza. Incluso la música se detuvo. Entonces, llego una ovación que agitó el lugar. Todos empezaron a gritar a la vez.

 

[¡Traigan el alcohol! ¡Beban hasta morir!]

 

[¡No escatimen con la comida!]

 

[¡Que alguien vaya a decirle a todos los que están en casa! ¡Todos debemos estar celebrando esto!]

 

[¡Vamos a necesitar más comida y bebidas! ¡Traigan todo!]

 

Nuevos puestos se abrían uno tras otro, asistidos por una variedad de hechizos. ¡Pero la plaza ya estaba lista para el festival! ¡¿Qué más pueden necesitar?!

 

[¿Qué tienen planeado?] Lydia le pregunto a Deg sin importarle nada mi estrés.

 

La anciana nutria se rio, su arrugado rostro formó una gran sonrisa.

 

[¿Tienes que preguntar? Allen es familia, y dejó su sueño por nosotros. No podremos llamarnos a nosotros mismos hombres bestias si no se lo agradecemos. Esto requiere una fiesta— ¡No, un festival masivo!]

 

[¿Oh?] Lydia respondió. [Me gusta la forma en la que piensa. Está en sus manos.]

 

[¡Déjamelo a mí!]

 

Gruñí. Podía verlo todo ahora— esta era la venganza del albatros por mi charla con Tina la noche anterior. Sus ojos decían, [Recuerda, la infidelidad es una seria ofensa.] Si me preguntas, todo su argumento estaba construido con base en nada.

 

Caren descansó su cabeza en mi cho y murmuró. [Lo habría descubierto eventualmente, Allen.] Mientras, Tina, Ellie y Lynn estaban paradas y luciendo positivamente emocionadas.

 

Oh bueno.

 

Toneri y sus secuaces se habían escabullido cuando les aparte la mirada. Sospechaba que algunas raras ideas se estaban esparciendo entre la generación más joven.

 

✽✽✽✽✽

Querido Allen.

 

Es Stella. Bueno, supongo que ya lo sabe, ya que escribo mi nombre en el sobre. Nunca le he escrito antes, así que supongo que aún estoy un poco nerviosa.

 

¿Cómo se encuentra? Cada día ha sido perfecto aquí— el verano es la temporada más bonita del año en el norte. Creo que el profesor planea unírsenos tan pronto su trabajo esté hecho.

 

Mi padre y Grahman estaban esperando a reunirse conmigo en la plataforma en la Estación Central en la capital norte. No tenía las palabras— Nunca supe lo difícil que puede ser decidir qué decir. ¿Creería que Graham estaba llorando? Luego envió a Shelley, y empezó a sollozar también. Lentamente he estado aprendiendo a hablar con mi padre.

 

No pude haber hecho nada de eso sin usted. Muchas gracias. Pero, para ser honesta, desearía que hubiera venido conmigo. No creo que habría estado así de nerviosa si lo estuviera. Mi tiempo en casa ha sido más desgastante que en la capital real, eso sí lo cree. Me di cuenta que estoy siendo irrazonable, pero… si solo lo tuviera a mi lado…

 

Espero que Tina y Ellie no le estén causando problemas. Se veía apagado durante nuestros últimos días en la capital real, así que me preocupa que pueda estar bajo mucho estrés— especialmente dado a lo bueno que es escondiendo cosas. Al mismo tiempo, las cartas que recibí de ellas el otro día hacen que se sienta que se ha estado divirtiéndose demasiado que no puedo evitar sentirme envidiosa.

 

Me habría encantado darles las gracias a sus padres también. Creería que Tina y Ellie tienen las agallas de escribir “¡Madre es una persona encantadora y cálida! ¡Padre es tan apuesto!” Eso sí que no es justo.

 

Si no soy una molestia, me encantaría pasar allá mis próximas largas vacaciones con todos ustedes. ¿Puedo? He resuelto todas las tareas que me asigno.

 

Espero por nuestro próximo encuentro. Hasta mi siguiente carta.

 

Amablemente

 

Stella (Pasando la vida diaria a tope.)

  

PS: La armada al sur del Imperio Yustinian pronto conducirá grandes ejercicios junto con nuestra frontera norte. Eso es lo que tenían que anunciar sus enviados en la capital real, al parecer. La falta de una razón clara para los ejercicios hizo que mi padre y Graham sospecharan. Pensé que debía saberlo.


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