Epilogo
Desperté con la vista de un techo
desconocido. Una pequeña luz se encendió en mi gran cama. Fuera de la ventana,
el cielo era oscuro y la luz de la luna alumbraba; parecía que llovía.
[Oh, estás despierto.] Una voz dijo
mientras me sentaba. Había oído mucho de eso más que en los pasados cuatro
años.
[Lydia.] Respondí luego de una breve
pausa.
El albatros a mis expensas estaba
sentada en una silla y leyendo un libro. Sus escarlatas trenzas caían sobre los
hombros de su vestido de noche. Se veía bien, aunque debía estar sufriendo por
la fatiga. Cuando bajo el libro, vi que nuestros relojes de bolsillo también
estaban puestos en la mesa redonda del cuarto. Ojeé un sobre a la par de ellos.
El nombre del remitente era “Felicia Fosse”.
Lydia me dio un vaso de agua, así que
lo acepté y bebí. [¿Cuántos días he dormido?] Pregunté una vez había tomado el
refresco líquido.
[¿Cuántos crees?] Fue su respuesta.
[Supongo que uno.] Luego de una pausa,
me di por sacar más temas. [¿Qué pasó luego que me desmayé? ¿Estás lastimada?
¿Qué hay de los otros?]
[¿Un día?] Lydia repitió, ignorando mis
preguntas. Se puso de pie y se sentó otra vez al borde de la cama. Había
lágrimas en sus ojos, pero antes que pudiera decir algo, se estiró y tocó mi
mejilla. Su mano estaba temblando.
[Tres días.] Ella dijo. [No abriste los
ojos por tres días enteros. Tuviste fiebre alta— solo terminó ayer— y tu maná
seguía debilitándose más y más… Sostuve tu mano, pero era tan fría, y dije tu nombre,
pero…] Sus palabras se volvieron sollozos, y lágrimas bajaban por su rostro
mientras golpeaba mi pecho con sus puños. Le lancé mis manos alrededor de su
espalda y la abracé.
Una vez la noble joven dejo de llorar,
repetí mis preguntas. [¿Cómo estás tú y Tina? ¿Los demás están bien? ¿Qué hay
de Owain y sus caballeros?]
[Yo estoy bien.] Ella respondió luego
de un momento de duda. [Tiny también. La guardia real sufrió muchas bajas, pero
sin muertos. Los cuerpos de William Marshal y sus hombres no han sido
levantados. Incluso logramos curar a mi estúpido hermano.]
[¿Y Gerard?]
[No está muerto.] Lydia enterró su
rostro en mi pecho otra vez.
Así que Gerard estaba lejos de recuperarse.
No sería perdonado por este último escándalo. Era un milagro que hubiéramos
logrado detenerlo. Si Lydia y Tina no hubieran estado allí… puede haberlas
perdido, junto con mi hermana, mis estudiantes, y mis padres. Un escalofrío de
miedo pasó por mi espalda.
Había hecho contacto con dos grandes
hechizos— Frigid Crane y Blizing Qilin— a un nivel profundo y obtuve un
profundo entendimiento de ellos. En efecto, eran el opuesto al mal— y estaban
vivos. El Blazing Qilin había gritado mientras la fórmula de hechizo de Gerard,
potenciada por su Radian Shield y Resurrection, la había sometido a su
servicio. El Frigid Crane había sido incapaz de ignorar ese grito y había ido
tan lejos al tomar control del cuerpo de Tina para correr a la ayuda de su
hermana. Ambos grandes hechizos habían esparcido tanto poder en este conflicto
que dudaba que serían capaces de emerger por un tiempo.
La “llave” que habían mencionado…
probablemente era yo. Y entonces estaba la “Chica de Corazón de Éter”. Tenía
aún más para investigar que antes. Pero por ahora, la joven noble nunca había
dejado mi lado y una chica había estado esperando afuera.
[Lydia.] Dije. [Perdón, pero puedo
involucrarme en algo más peligroso pronto. Cuando eso suceda, ¿me ayudarías?
Supongo que sería regresar a nuestros días de estudiantes.]
[¡No actúes como si tuvieras que
preguntar, grandísimo idiota!] Ella respondió. [Estás a mi lado, y yo estoy en
el tuyo. Nada nunca cambiará— ¡No lo permitiré!]
Estoy muy de acuerdo.
Nos miramos entre sí y luego asentimos.
Me sentía seguro, juntos, no teníamos nada que temer.
[Ahora, ¿llamarías a la chica esperando
afuera por mí?] Dije.
[No me diste mucho tiempo para hablar,
pero está bien.] Lydia respondió sin más.
Ella ignoró mi sorpresa con poca
resistencia mientras se bajaba de la cama, estiraba, y caminaba a la puerta.
Antes de abrirla, sin embargo, se dio la vuelta y dijo. [Oh, casi lo olvido.
Debes ver esto.]
Ella sonrió y extendió la parte trasera
de su mano para que la viera. Una marca como un león escarlata apareció
claramente encima antes de desaparecer otra vez.
¡E-Espera! ¡E-Ella no puede referirse a
lo que creo que hizo!
El albatros vio mi pánico con
satisfacción y luego dio un ligero un suspiro admiración. [Oh, has dejado tú
marca en mí, y ni siquiera estoy casada. Supongo que haré que tomes la
responsabilidad.]
[L-Lydia.]
El albatros sonrió; ese mechón
meneándose anunciaba que estaba de un buen humor. Silbaba mientras abría la
puerta, y prácticamente cantaba mientras decía: [¡Tiny! Te dejaré tomar mi
lugar por un momento. Puedes agradecerme luego.]
[P-Pero yo, um…] La joven noble
balbuceó, con su voz falta de energía. Como Lydia, estaba vestida en su vestido
de noche.
[Tina.] Dije, dirigiéndome a ella, y se
aproximó con nervios.
El albatros me guiñó el ojo.
Probablemente había a llamar a las otras chicas. Cuando Tina llego a mi lado,
cerró sus ojos como si no pudiera verme.
[Perdón por preocuparte.] Dije,
gentilmente acariciando su cabeza.
[¡N-No lo sientas!] Respondió. [Causé
muchos problemas…]
¿Ha perdido un poco de peso?
[¿Cómo te sientes?] Pregunté.
[Estoy bien. De hecho, mi precisión
mágica se ha ido por las nubes luego, um…] Tina bajo su mirada con un rojizo
sonrojo en sus mejillas.
Oh.
[Lo siento tanto.] Dije, inclinándome.
[La situación demandaba ser basado, pero esa no era excusa.]
[¿B-Besarme requiere una disculpa?]
Ella preguntó dudosa.
[No, no quería implicar—]
[Mentira. Sé que aún soy una niña ante
sus ojos, pero—] Tina se quejaba mientras iba al frente. Traté de tomarla, pero
por la falta de fuerza, aterrizó en mis brazos. Su rostro, hermoso a pesar de
su juventud, estaba cerca del mío. Pasé mis dedos por su fino cabello.
[¿S-Sensei?]
[Trabajaste más duro de lo que pude
haberme imaginado, Tina.] Dije. [No sé qué habríamos hecho sin ti. Gracias.]
[Oh, u-um… Bueno…] Sonrojada, ella dio
una respuesta vaga. [Allen, yo… yo…] La forma en que estaba lentamente cerrando
sus llorosos ojos sugería que me lo había tomado a mal.
Justo entonces, la puerta se abrió para
dejar entrar a tres chicas sin aliento y en sus vestidos de noche. Ellie,
Lynne, y Caren corrieron tan pronto nos vieron e hicieron a un lado a Tina. La
chica de cabello plateado, quien aún tenía sus ojos cerrados, libero un bizarro
grito mientras dejaba mis brazos.
Una vez estuvo fuera de su camino, el
trio arrojó sus brazos alrededor de mí, gritando: “¡A-Allen!” “¡Nii-sama!” y
“¡Allen!” Esa era una bulliciosa forma de saludar a alguien que acababa de
despertar, pero lo apreciaba sinceramente.
Lydia entró luego de ellas y entrego un
mensaje. [Te castigaré luego.]
Ten piedad, mujer.
El espacio de mi cuarto se llenó con
flores de hielo, hechas con mucha más precisión que antes. El rostro de Tina se
hizo abajo, sus hombros temblaban, y sus puños se apretaron. El diseño de un
ave con alas extendidas apareció levemente en la parte trasera de su mano.
[¿Realmente todas ustedes quieren
entrar en guerra conmigo?] Ella dijo. [Está bien; ¡Vengan a mí!]
Oh vaya. Ese sí que no era el lenguaje
de la hija de un duque.
Recordé algo que Lisa una vez me había
dicho: [Un gran poder conlleva una gran responsabilidad (Robado de Spiderman).]
Estaba de acuerdo, pero quería añadir una protesta mientras veía el arranque de
hechizos siendo desplegados en mi habitación.
[Dios, este es el colmo. ¡¿Qué hice
para merecer esto?!]
✽✽✽✽✽
[No jodas. No hay forma que…] Dije.
Estaba en mi cuarto en la mansión
Algren en la capital este, leyendo los detallados reportes logísticos militares
y de suplemento que había recibido del Anciano Harclay. No podía dejar de
temblar.
[¿Ocurre algo, Lord Gil?] Una voz
calmada preguntó. Levanté la mirada para ver a mi maid vestida de hombre parada
en la puerta, con una bandeja en mano.
[K-Konoha.] Balbuceé. [¿Q-Qué estás
haciendo aquí? Es bastante tarde.]
[Le he traído café. ¿Algo en esos
papeles le llamó su atención?] Respondió.
[N-Nah… me preguntaba si podía
permitirme alimentar a las tropas un poco mejor.]
[Siento decirlo, mi lord, pero en esta
casa, solo usted y las Dos Alas les prestan atención a las raciones de los
soldados comunes. Las otras casas ducales hacen las cosas diferente. Su café.] Ella
dijo.
[Gracias.]
Pasé los papeles en un cajón, tratando
de hacerlo lucir normal.
Mi ojo se fijó en la daga con la cresta
real en ella que el Anciano Harclay me había hecho llevar junto a los
documentos clasificados.
Esos suplementos estaban más allá de lo
que la armada necesitaba para maniobras. El ducado estaba importando
secretamente armamento mágico desde la República Lalannoy. Obviamente estábamos
provocando una guerra, pero no podíamos empezar una con los Caballeros del
Santo Espíritu.
El viejo— Haag Harclay, una de las Dos
Alas de los Algren y el veterano comandante de la Orden Violeta— había estado
actuando raro cuando me había reunido con él en la capital real. [Me recuerdas
al viejo duque en su juventud.] Me había dicho. [¿Puedes honrar el honor del
nombre Algren?]
Él era un caballero chapado quien amaba
hacer cosas en serio, pero eso no había sido propio de él. Casi me hizo
preguntarme si… ¡No jodas! Era imposible. Papá nunca dejaría que basura como
esa pasé debajo—
[Lord Gil.] La fría voz de la mujer me
sacó de mis pensamientos. Bajé mi copa y con nervios levanté la mirada para encontrar
una pacífica sonrisa en su rostro. [El destacamento de los caballeros de la
guardia real que sufrió bajas ha empezado su retorno a la capital real, dejando
solo una pequeña fuerza detrás. Parece que más medidas no serán tomadas hasta
que los cuatro duques se hayan reunido en la capital. Su Majestad decidió que
no podía tomar acción mientras entretuviera a múltiples enviados de potencias
vecinas.]
[S-Sí que sabes mucho de lo que está
pasando, Konha.] Dije. [¿Consideras volver a trabajar para inteligencia?]
[No, gracias.] Ella respondió,
rechazando mi sugerencia de tajo. [Dado que los juicios han sido modificados a
una fecha posterior, el profesor y el director de la Academia Real
probablemente continuarán con sus vacaciones planeadas. Su Alteza, la Dama de la
Espada hará lo mismo, y Sus Altezas, las Señoritas Lynne Leisnter y Tina Howard
también. El Cerebro de la Dama de la Espada, sin embargo, al parecer
permanecerá en la capital este para recuperarse.]
Así que Allen se quedará por aquí, pensé mientras Konoha continuaba su
reporte. Es un alivio. Me alegra que salieran vivo en una sola pieza.
Entonces, lo sentí— el tono de la maid
había sido extrañamente frío cuando mencionó a Allen. Mi mal presentimiento
creció.
[El Imperio y la Unión de Principados
en el sur están realizando ejercicios militares mayores a lo largo de nuestras
fronteras, los Howards y Leinster están ocupados con sus respuestas. En el
oeste, los Lebefuras están vigilando la armada del Señor Oscuro, ya que son la
fuerza principal de la Orden de Caballeros Reales. En otras palabras—] Konoha
me lanzó una mirada fuerte y sus labios formaron una mueca. [Justo como se
planeó, en unos cuantos días, solo los soldados bien entrenados capaces de
movilizarse de inmediato entre aquí y la capital real serán las fuerzas de la
Casa Ducal de Alegren, sus retentores, y los Caballeros del Santo Espíritu.]
[¡¿Q-Qué?! P-Por qué no me lo dijiste
antes—]
Trata de levantarme y salir, pero la
maid me había restringido. Algo iba mal con mis latidos, y sudor estaba bajando
de mi frente.
[Se lo estoy contando ahora porque es
el momento apropiado.] Konoha dijo. [La prueba definitiva del apoyo de los
Algren al Príncipe Gerard está programada en llegar a manos de los caballeros
restantes de la guardia real una vez su fuerza principal, el profesor, Lord
Rodde, y la Dama de la Espada hayan partido de la capital este. Lord Grant se
enterará del veredicto después. Si la noticia de esto fuera a filtrarse antes,
entonces—] Sus dedos acariciaron mi cuello. [El cuerpo de su padre el duque, ya
debilitado por el veneno, de pronto puede sucumbir.]
No podía creer lo que oía.
[Este no es el fin. Es solo el
comienzo. Hice planes de acuerdo a ello.] Añadió.
[¡¿Cómo puedes?!] Grité, tomándola del
cuello mientras mi ira finalmente había explotado. Pero mi grito no salió más
allá de mi escritorio, la maid en ropa de hombre en silencio lanzó un hechizo
de bloqueo de sonido. Entonces tomó mi mano derecha y la presionó contra su
pecho.
¡¿Q-Qué es este malévolo maná?!
[Lo mantendré vivito y coleando hasta
que las cortinas de esta ridícula farsa caigan. Esa es mi razón de vivir, y me
convertiría en un dragón o demonio para lograrlo.] Ella hizo su confesión
sonando como una rezadora. [No debe dejar esta casa hasta que todo termine.
Luego de eso, mi vida será suya si desea tomarla.]
Lo decía en serio. La determinación de
Konoha estaba al borde de la locura.
[¿P-Por qué?] Pregunté. [¿Cómo puedo ser
digno de tanto?]
[Pudo haberlo olvidado, mi lord, pero
me rehúso a dejar que muera en un lugar como este… incluso si debo ensuciar
esta tierra con sangre.]
Me quedé parado inmóvil, asombrado al
darme cuenta que había sido puesto bajo arresto domiciliario sin siquiera
saberlo.
Tengo que hacer algo, pero qué puedo— ¡Claro! Allen es el tipo más confiable y honesto que conozco. Iré directo con él y le diré todo. Si hago eso, entonces… aún hay tiempo para—
La oscuridad fluía por la ventana,
envolviendo a Konoha y a mí; una nube negre cubrió la luna, y el distante
trueno se estaba acercando. Parecía que teníamos una tormenta fuera de su
temporada.
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