Epílogo
Un gentil viento está soplando. Era más
cálido que el viento del norte, y no se sentía frío.
Apartando la mirada de la luna
escondida en las nubes, hay una gran ciudad rodeada de oscuridad.
Aquí, sobre una pequeña montaña, a tres
kilómetros de Cladius, la capital del Imperio Grantz, 4000 tropas estaban
alineadas en una posición de comando, lideradas por un solo hombre.
[Parece que termino.]
El segundo príncipe Selene libero un
suspiro blanco y sonrió.
[¿Qué traerá el despertar del Rey a
este mundo…?]
Riendo felizmente y poniendo su mano
sobre su boca, el segundo príncipe Selene bajo la mirada.
[¿Ocurre algo? ¿Driks?]
[Me preocupa la seguridad del Primer
Ministro Gils.]
Driks desplomó su puño en el suelo en
frustración y giró sus ojos a la Gran Capital Imperial. Selene se bajó de hombros,
pensando que era muy leal.
[Ese hombre sobrevivirá. Aparecerá
pronto… Es tan persistente como una serpiente.]
Cuando Selene sonrió…
[¡Noticias urgentes! ¡Noticias
urgentes!]
Un mensajero sin aliento corrió ante
Selene.
[¡Los Seis Reinos están avanzando! ¡Los
Seis Reinos han iniciado su marcha hacia el oeste!]
[…]
El rostro de Driks se palideció por la
sorpresa y desesperación, y se sentó. Se movieron muy rápido; era como si
hubieran planeado su ataque para un momento como este.
[¿Cuántos son?]
[¡Cien mil! ¡Son cien mil, señor! ¡Pero
aún no está dicho cuántos más se unirán a la armada y cuánto crecerán!]
Cerrando sus ojos con calma, Selene
frunció el ceño y resopló.
[Crisis tras crisis, ¿qué puede hacer
este país ahora que ha perdido a su Emperador…?]
Cuando abrió sus ojos otra vez, Selene
levantó su mano sobre su cabeza y llegó a la luna.
[Ahora— ¿Qué opción escogerás?]
Selene puso una sonrisa en su hermoso
rostro.
[Rey Dragón Oscuro-sama…]
En el 1º día de enero del año 1024 del
Calendario Imperial— el año que el caos inició.
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