Ayaha Interludio II
[“Leer
la mente de las personas”, ¿en qué condición…?] Enmascaré mi pánico con una
expresión de desinterés.
[Hm].
Ella pensó por un rato.
El
viento sopló y su brillante cabello negro semi largo revoloteó y se hacía con
la luz. Eso y su perfil de apariencia seria me hicieron sonreír antes de saberlo.
[¡Bueno,
saber cuál lo que tu objetivo está pensando! Qué les gusta, lo que no, si se la
pasan bien, o así. ¡O qué les gustaría de cenar, de todo!]
[Qué
con eso…] ¿No es demasiado?
[¿No es increíble? ¡Digo, es un super
poder—¡]
En realidad, no hay tal cosa como esa.
Recordaba que lo pensé bien. Pero
debido a eso, sentí que perdí la calma.
[¿Y… qué sigue?]
[¿Lo usarás para el bien? ¿O para ti?]
Ella preguntó.
[Bueno, desde luego que lo usaré para
el bien, creo].
Pensaba así. Y seguramente, la mayoría
de personas también. Sin embargo…
[Sin embargo… el poder hacerlo o no, será
hasta que el poder esté en mi mano que lo entenderé. No soy un santo].
Un tipo bueno… no lo soy.
[Hmmm… Ya veo].
[¿Qué?]
[Nada. Acabas de decir la misma cosa
como el personaje principal en un drama, es todo. ¿Por qué no aplicas para un
trabajo como guionista? Es tu momento de brillar].
[No. Es solo
estúpido]. Lo rechacé de
tajo.
[Oh… quiero verlo igual, la historia
que escribas].
Ella se recostó y rio sin pena. Eso me
hizo tanto feliz como avergonzado, no podía evitar apartar la mirada.
Ver atrás, qué
joder. Debí haberla visto hasta
más no poder cuando aún podía.
[¿Y tú?]
[¿Hm?]
[¿Qué harías? Si tuvieras tales poderes].
Pensando en ello, fue una respuesta
bastante influenciada en un drama, ¿no? Aunque estaba alegre de haberle
respondido apropiadamente.
Dime, Ayaha—
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