Capítulo 4
[Wow. He oído que las calles de la
Ciudad Nueva no son seguras para los humanos, pero es un hermoso lugar para una
caminata, Allen.]
[Estarás bien en las principales vías
públicas a plena luz del día, aunque yo no me metería en las calles secundarias.
¿Y por qué un jinbei azul?]
En encontraba en la Ciudad Nueva en la
mañana del Día de la Luz, en el lado este de la ciudad. Tenía tiempo antes de
la Ofrenda del Espíritu esa tarde, y Su Alteza, Lord Richard Leinster— el
hermano del albatros a mis costillas y vicecomandante de los caballeros de la
guardia— quería visitar el distrito de los hombres bestias durante su salida de
la capital este.
[¿No luzco bien en esto?] El caballero
de cabello rojo pregunto, dándose la vuelta. Parecía bastante recuperado de sus
heridas. [Consideré un escarlata, pero mis subordinados estaban en contra de
ello.]
[Ya veo.] Respondí. [Así que
comprometiste tus convicciones.]
[¿D-De verdad tienes que ponerlo de esa
manera, Allen?]
Pasábamos nuestro tiempo con una tonta
charla mientras caminábamos por una avenida, con destino a una tienda
perteneciente a un amigo mío. Caren había estado entusiasmada de unirse a
nosotros, pero le había pedido que se abstuviera. Era bueno tener un día de
chicos de vez en cuando.
[¿Así que conoces al dueño del lugar al
que vamos?] Richard preguntó.
[Oh-ho. Así que Lydia consiguió otro
rival. Y una amiga de la infancia… estoy impresionado.]
[Es un hombre.] Le informé al noble
antes que llevara la conversación a una dirección no muy agradable.
[¡¿Qué?!] El caballero pelirrojo se
tambaleó— y dos pequeñas quienes estaban caminando delante de nosotros,
llevadas por una mujer del clan lobo, voltearon a ver y lo imitaron. Les
saludé, el cual me regresaron.
[¡¿C-Cuántos años tiene?!] Richard
demandó. [Sabes cómo manejar a las personas más jóvenes que tú. Si él es más
joven que tú—]
[Él tiene 19 años.] Dije.
[¡Imposible!] Hizo otro exagerado
gesto, el cual las pequeñas otra vez imitaron.
[Mira.] Dije. [Las niñas están viendo.]
[¿Huh? ¡Mierda! ¡Debía haberla cagado
en grande! ¡Pero gracias por tu apoyo!] El vicecomandante saludo a las chicas,
y ellas lo saludaron de vuelta con más entusiasmo que antes.
Humph.
Doblé mi dedo índice izquierdo y lancé
un pequeño hechizo. Varias burbujas coloreadas como el arcoíris floraban en el
cielo. Una vez me aseguré que las chicas estaban observándolas con alegría,
transformé las burbujas en un zoológico de griffins y dragones, junto a los
edificios y trenes. Las chicas saltaban de arriaba abajo, alegres. Disipé las
burbujas y di una reverencia, y los espectadores estallaban en aplausos.
¿Q-Qué? Solo quería entretener a esas
niñas.
[Debes enseñarles a las chicas ese lado
tuyo.] Richard remarcó, sonriéndome.
[Pongámonos en marcha.] Dije, siguiendo
mi camino.
Las chicas nos sonrieron, al igual que
la mujer que suponía es su madre, así que la actuación había valido la pena el
bochorno.
[¡Hola!] Dije mientras pasaba por la
corta cortina sobre la entrada de la vieja tienda de madera. El letrero fuera
se leía “Sui’s”.
[¡Yowch!] Un hombre gritó desde el
fondo de la tienda. La voz de una mujer que no reconocía respondió con un
regaño. [No te apresures.] Oí pies corriendo, y entonces un alto joven de feroz
mirada del clan lobo entró al cuarto, apresuradamente enderezando su kimono.
[¿A-Allen?] Él dijo. [Eres la última
persona que esperaba.]
[Sui.] Respondí. [Prometí pasar a visitar
cuando nos encontramos en el canal el otro día, ¿recuerdas? Pero si estás
ocupado, volveré en otro momento.]
[¡Espera! Siempre puedes entrar. Solo
pasa que— pasa que, te gustaría— algo de un buen licor.]
[Esta noche es la Ofrenda del Espíritu—
¿No saldrás con la milicia? Él es Su Alteza, Lord Richard Leinster. Se está
quedando en la ciudad.]
[Qué, eres tan bueno como para beber
con— ¡¿D-Dijiste L-Lord Richard Leinster?!] El joven hombre gritó antes de
detenerse en un pasmado silencio. Aplaudí, mientras Richard sonrió con
extrañeza.
[Qué reacción más desinteresada.] Dije.
[Richard, él es Sui del clan lob. Si es comida lo que necesitas, él es tu
hombre. Ahora, Sui, ¿qué sirves hoy… Sui?] Mi amigo del clan lobo siguió sin
responder. Al parecer, le había metido un gran susto. [Oh bueno. Richard,
déjame contarte una historia del romance de un cierto mercante con—]
Esto finalmente despertó a Sui. [¿Por
qué no le cuentas de cuando era un niño?] Él dijo, palmeándome en el hombro.
[¿Como esa vez que nuestro maestro te enseño a controlarte en una pelea?]
[Cada hombre bestia en la capital
conoce la historia.] Seguí, sin inmutarme. [¡Creo que sus palabras exactas
fueron “sé mío”!]
[¡S-Solo dices lo que quieres!] Sui
gritó, rascando su cabeza con furia mientras sutilmente cambiaba de tema.
[Dos cosas. La primera, me gustaría que
le entregaras licor a la guarnición de la guardia real en las afueras de la
ciudad al oste. Richard, ¿cuántos hay?]
[Ciento diez siete.] Richard respondió.
[Me gustaría hacer algo para recompensarlos, ya que todos nos estaremos
dirigiendo de vuelta a la capital real el día después de mañana.]
[E-Espera.] Sui protestó. [Hoy es la
Ofrenda del Espíritu, ¿recuerdas? No se permiten vehículos en las calles.]
[No te preocupes; traeré a mis
caballeros más corpulentos.] El vicecomandante le aseguró.
Luego de un momento de silencio, Sui
preguntó. [¿Cuál es la segunda cosa?] Despejé la siniestra mirada de mi amigo y
le entregué un papel doblado de mi bolsillo.
[¿Un pedido?] Él dijo, aun frunciendo
el ceño. [No puede ser mucho si— Allen.] El joven del clan lobo se agachó,
tomando su cabeza con sus manos, entonces de pronto se estiró y me tomó por el
cuello. [¡¿P-Para qué necesitas toda esta cantidad?! ¡¿Y para entregarse a
Allen&Co en la capital real?! ¡T-Tienes que explicarte!]
[Lobito, no debes preguntar.] Una voz
clara intervino mientras una mujer humana emergía de los cuartos traseros. La
alta sureña tenía lustrosas trenzas negras y una complexión algo oscura, y
estaba usando un kimono de estampado primaveral. Ella miró a Sui con perfecta
serenidad. Le calculaba una edad cerca de 20.
[Es un placer conocerte.] Dije. [Soy
Allen.]
[Momiji Toretto.] Ella respondió,
sonriendo brillantemente. [No pasa día sin que Sui te mencione. Por qué, no
hacía mucho, dijo, “Me alegra oír que Allen saliera del hospital, pero debe
pensar en sus amigos. Tengo mucho que quiero decirle.” Y entonces—]
[¡M-Momiji!] Sui de prisa sofocó a la
belleza de cabello negro.
[Los Torettos es una familia importante
con raíces en la capital este.] Dije. [¿Y escuché que ella te llamó “Lobito”?
Sui… ¿me estás guardando secretos?]
Mi amigo apartó la mirada, dándole a
Momiji la oportunidad de escapar.
[En serio, lobito.] Ella dijo. [Ya que
sin duda lo has adivinado por mi color de piel y cabello… No estoy relacionada
de sangre con los Torretos. Me acogieron de niña. Y el otro día, mis padres
adoptivos me ordenaron dejar la casa.] Ella bajo su cabeza y acarició el
brazalete en su muñeca izquierda, se alegría se había ido. Entonces Sui sin más
aplaudió, y su rostro se alumbró. Mi amigo ciertamente era amable.
[Aunque, eso difícilmente suena
razonable.] Dije dudando. [Decir que te vayas en tan poco tiempo.]
Mi amigo de clan lobo frunció el ceño.
[Puede ser porque soy un hombre bestia. Ellos aparecieron de la nada y dijeron,
“Toma a nuestra hija” y “Te prohibimos visitar la capital real”, y eso fue lo
último que oímos de ellos. Fuimos a su gran casa en la capital real, pero no
nos recibieron. Algo no estaba bien.]
[¿El qué?]
Sui acarició la cabeza de Momiji, al
parecer sin pensar, mientras asentía y decía. [Oí voces a través de la puerta.
El Señor Torreto estaba gritando.]
Los Torettos tenían una reputación
generacional de criar personas capaces independiente a la raza y también se
jactaban de fuertes lazos con la Cada Ducal de Algren. Me sonaba como si…
desearan mantener a Momiji fuera de la capital real.
[¿Así que has atado los cabos?] Richard
intervino.
[Estamos comprometidos.] Momiji
respondió mientras Sui se asustaba.
[Ya veo, ya veo.] Dijo el caballero de
cabello rojizo. [¿Qué tienes que decir a eso, Allen?]
[Regresaré a la capital real luego de
la Ofrenda del Espíritu.] Dije. [Considera ese pedido un regalo de bodas.]
[No le pone precio.] Sui objeto sin
dudar.
[Ponle uno.]
[¡No gracias!] El joven me regresó la
orden, entonces se cruzó de brazos y apartó su rostro.
[Discúlpame.] Momiji dijo, tomando el
papel de mis manos. Luego de pensarlo, ella sacó un lápiz de las mangas de su
kimono, escribió algo, y me lo entregó de vuelta. [¿Esto servirá, Allen?]
Pasé mis ojos por el precio, la cual
era, francamente, escandalosa. [¿Obtendrán algún beneficio a este precio?]
[Eso depende de la habilidad del
mercante. Pero tengo una condición.]
[H-Hey.] Sui se entrometió. [Momiji—]
[Cállate por un momento, lobito.]
[Bien…] Fue su respuesta apagada.
Tenía una idea de su relación de
pareja— Momiji no era para ser subestimada. Richard estaba tocándose la nariz,
sin duda recordando sus días en la mansión Leinster.
[¿Qué condición?] Pregunté.
[Nosotros distribuiremos los bienes.]
Momiji respondió. [En cambio, me gustaría que asistieras a nuestra ceremonia de
bodas.]
[¡¿Momiji?!] Sui literalmente saltó.
[Muy bien.] Dije.
[¡¿Allen?!]
[Muchas gracias.] Momiji respondió.
[Entonces aceptamos este pedido. ¿Asumo que debemos contactar con Ms Felicia
Fose en la capital real para trabajar con los detalles?]
[Sí, por favor.] Dije. [Te deseo
suerte— Ella es un formidable oponente.]
[Le tengo fe a Sui.]
El hombre del clan lobo se desplomó y
gruñó. [Oh, vamos. No me ignores.] Él no ha cambiado nada.
La belleza de cabello negro y yo
intercambiamos miradas y risas. Momiji pasó por detrás de Sui y lo abrazó.
[Lo siento, lobito. ¿Me perdonarás?]
Ella preguntó. Cuando mi amigo la ignoró, una sádica mirada pasó por su cabeza.
[Allen, Sui de verdad de admira. Por qué, no hace mucho, estaba estudiando un
viejo libro, diciendo, “Allen leía este libro. Sabías que las señales de fuego
significan—]
[¡N-No se lo digas!] Sui gritó,
sonrojándose mientras cubría la boca de su futura esposa otra vez. [¡Si
acabaste, entonces vete!]
[Nos vemos.] Dije con un saludo.
[Richard, sigamos nuestro camino.]
Sui dobló sus brazos y chasqueó su
lengua en molestia, pero su tela se cayó en soledad.
Justo antes de dejar la tienda, me giré
y dije. [Oh, casi lo olvido.]
[¿Sí?] Mi amigo pregunto de una vez.
Sus ojos brillaban y menear su cola me resultaba difícil de creer que era mayor
que yo.
Retiré mi pequeña libreta, escribí un
memo, entonces rompí la página y se la mandé a Sui. [Esa es mi dirección en la
capital real. Pasen cuando sea su luna de miel; Les mostraré la ciudad.]
[¡¿Huh?! ¡¿A-Allen?!] Mi amigo
tartamudeó.
[Momiji.] Añadí. [Por favor, cuida de
mi pequeño discípulo.]
[Lo haré.] Ella respondió firmemente.
[¡Daré mi vida por ello!]
Sentí un poderoso sentimiento dejá vu.
Alguien una vez me había dicho casi lo mismo, reflexionaba mientras iba detrás
de Richard. Aún teníamos muchas más tiendas que visitar, ya que cierta secretaria
cuatro ojos tímida había sido singularmente dura conmigo. Entonces otra vez, la
había sobrecargado con varias peticiones, así que más o menos estábamos
parejos.
¿Me pregunto si ya ha encontrado algo?
✽✽✽✽✽
[¿Aún no estás listo, Allen?] Caren preguntó
impacientemente desde el exterior de mi cuarto.
¿Lo estoy? Me pregunté mientras me
revisa en el espejo.
[Alístate; ¡Voy a entrar!] Ella
declaró. Y con eso, mi hermanita usando yukata atravesó la puerta sin ser
invitada. Silencio entró.
[Te ves—]
[¡Te ves genial! ¡La victoria es mía!
¡Victoria total!] Ella exclamó en un ataque de pasión, saltando en mi cama y
rodando de ida y venida con una almohada en sus brazos.
No había sido capaz de usar un yukata
para el Festival de Verano, pero tenía uno ahora. La prenda desteñida era una
herencia de mi padre, la cual mamá mi mamá había arreglado para mí hace unos
días.
[¡Maravilloso!] Mi mamá dijo risueña,
riendo mientras metía su cabeza en el cuarto, un orbe de vídeo apretado en si
mano. [¡Qué hijo más apuesto tengo! Debes lucirte para la Ofrenda del
Espíritu.]
Rasqué mi mejilla y dije. [Gracias.]
Caren aún estaba dando vueltas,
sonriendo y cantando. [El yukata de Allen es solo para mi disfrute. ¡Vic-to-ria
To-tal!]
[No te inventes canciones raras.] Dije
mientras tomaba su mano y la ayudaba a levantarse. Luego revisé mi reloj de
bolsillo— casi era la tarde. [Mamá, ¿segura que tú y papá no vendrán a la plaza
del Gran Árbol?]
[Los canales vecinos son suficiente
para ustedes.] Mi mamá respondió. [Y estoy segura que así es cómo lo quiere
Caren.]
[E-Eso es—]
[¿Sí?] Mamá y yo preguntamos al mismo
tiempo.
[Cierto.] Caren a regañadientes
admitió. [¡D-Dios! ¡N-No se burlen así de mí!]
En ese punto, nuestro papá apareció.
[Allen, Caren, ¿no se han ido aún? Ambos lucen excelentes.]
[Gracias.] Dije un poco sonrojado.
Caren me imitó sin reservas.
[Claro que lo están, Nathan.] Mi mamá
se río e infló su orgullo. [Tú escogiste sus trajes.]
[Supongo que tienes razón—
especialmente ya que los escogiste conmigo.]
[¡Nathan!]
[¡Ellyn!]
Mis padres estaban en su propio mundo.
¡Eran una pareja muy única, y aún enamorados apasionadamente!
[Vamos, Allen.] Caren dijo, tomando mi
mano izquierda.
[Sí. Mamá, papá, nos vamos.]
[Que se la pasen bien. cuídense.] Nuestros
padres dijeron, mirándonos con amor.
La Ofrenda del Espíritu tenía una
historia de doscientos años en la capital este. Se había originado
supuestamente como una ceremonia de temporada realizada por familias
individuales. Los participantes simplemente habían liberado linternas de papel
conteniendo candelas dentro de los canales. ¿Y cómo se había convertido en uno
de los eventos más grandes en el calendario local de los hombres bestias,
rivalizando con el festival de la cosecha de otoño? Dicho simple, porque los
hombres bestias habían perdido a su gran héroe, la Estrella Fugaz, y muchos
otros valientes guerreros en la Batalla del Río de Sangre, la cual había
terminado con la Guerra del Señor Oscuro.
En este día del año, esos valientes
espíritus muertos regresan al Gran Árbol. La creencia no tenía bases. Más que
todo, la práctica había iniciado como una simple ceremonia para su descanso
eterno y tomado gradualmente su nueva característica con el pasar de un largo
tiempo. Pero en mi opinión, ese era un punto aparte. Las personas necesitaban
algo en que creer incondicionalmente.
Mientras cruzábamos el puente oeste
conectando a la vasta plaza antes del Gran Árbol, el peso de una cabeza contra
mi hombro izquierdo me despertó de mis pensamientos.
[¿Caren?] Dije.
[¡Careeen!]
Un par de chicas de los clanes del
leopardo y ardilla gritaron el nombre de mi hermana. Tenían linternas en una
mano y saludaban con la otra.
Caren me miro.
[Nos reuniremos en el Gran Puente.]
Dije, asintiendo. [Puedes buscar mi maná, ¿verdad? Si estás nerviosa, puedo
conjurar una pequeña ave—]
[¡Dios! ¡No soy una niña!] Declaró la
vicepresidenta del consejo estudiantil. [No te preocupes; yo te encontraré.]
Saludé a Kaya y Koko mientras Caren se
abría camino por entre la multitud, y las chicas devolvieron el saludo. Una vez
estuve solo, lentamente seguí cruzando el puente. Cuando regresé mi atención a
la multitud, miré a Toma del clan oso y Shima del clan liebre caminando lado a
lado.
¿Mis ojos me la están jugando? ¡Están
tomándose las manos! Felicitaciones, aunque se tomaron su tiempo.
Llegué a la entrada de la plaza, donde
la milicia estaba entregando linternas del tamaño de una palma. Mientras
llegaba al frente del grupo, oí por accidente oí sus gritos “¡¿Toma?!”, “¡¿Cómo
pudiste?!”, “¡Traidor!” y los otros lloriqueos de celos. Sus contrapartes
femeninas siguieron con un “Felicitaciones, Shima”, “Gracias a Dios”, y
“¡Chicos, regresen a trabajar! Felicitaciones, Líder.” Tanto Toma y Shima
sirvieron en la milicia.
Mi turno llego, y recibí una pequeña
linterna cubierta con una sombrilla de un hombre que exclamó. [¡Vamos! ¡Allen!
¡El canal del que te pedí consejo va bien!]
[Muchas gracias, Rolo.] Respondí.
El hombre del clan leopardo rio. Rolo
era el capitán de la milicia, aunque arquitectura era su verdadera profesión.
El poder de la milicia de los hombres bestia era una cosa del pasado— la
milicia era una fuerza de 500, y su principal deber era mantener la paz en los
distritos de hombres bestias.
[¿Has notado algo fuera de lo
ordinario?] Pregunté, solo para estar seguro.
[No en especial.] Rolo se pauso y dijo.
[En realidad, hubo una cosa rara. Hace unos días, la Casa Ducal de Algren
quería saber si la milicia participaría en la Ofrenda del Espíritu.]
Eso era extraño en sí. La casa ducal
debe estar consciente que la milicia hace guardia en esta ceremonia cada año.
¿Por qué se pararían a preguntar?
[Probablemente alguien nuevas cosas que
supervisar.] Rolo dijo, dándome una palmada en la espalda. [Ahora, movámonos.]
No estaba convencido, pero llegué al
Gran Puente. Por el camino, pasé por los orbes de comunicación ubicados en
plataformas de madera. De pronto, la linterna de papel en mi mano se alumbro, y
una chica del clan lobo se paró ante mí.
[Bienvenida de vuelta, Caren.] Dije.
[¿Dónde están Kaya y Koko?]
[Dijeron que arrojaran sus linternas
desde la plaza.] Ella respondió.
[Ya veo.]
Encendí la linterna de mi hermanita, y,
luego de un leve grito de sorpresa, abrazó mi brazo izquierdo. [Muchas
gracias.] Ella dijo. [No tenía idea que sabías de eso. “Un hombre y una mujer
que enciendan la linterna del otro están destinados a—“ Olvídalo. Olvida lo que
dije.]
[¿“Un hombre y una mujer que enciendan
la linterna del otro están destinados a ser felices mientras vivan”? He oído de
ese rumor.]
Luego de un incómodo silencio, Caren
dijo. [Allen, espero que te des cuenta que molestar a tu hermanita es la más
grave de las ofensas.]
[Quiero que seas feliz.]
[Y yo también quiero que seas feliz.
¡Pero no con Lydia!]
Le lancé una perpleja mirada. [A qué
viene Lydia aquí— Oh, parece que es hora.]
Las farolas y linternas de mano se
apagaron a través de las conectadas plazas, puentes, y el Gran Puente, dejando
solo el leve brillo de las linternas de papel. Entonces, una digna voz sonó
desde los orbes de comunicación puestos cerca de las farolas.
[Una vez más, este día ha llegado.] Ogi
entonó, el jefe del clan lobo y el líder de todos los hombres bestias. [Hace
más de doscientos años, perdimos a muchos valientes guerreros. Un momento de
silencio por su sacrificio.]
Con calma, cerré mis ojos. En la
oscuridad, Caren tomó mi mano, así que tomé la suya igual.
Luego de un breve silencio, la voz
continuó. [Ahora, lancen sus linternas al gran canal. Que los espíritus
heroicos descansen en paz.]
Bajé mi linterna sobre la baranda del
Gran Puente, y la brumosa luz bajaba lentamente para aterrizar en el canal. La
superficie del agua estaba empezando a lucir como un campo de flores, con
pálidos brillos esmeralda dando vueltas en toda la encantadora escena. Supongo
que las personas podían tomar esas luces espíritus, aunque se suponía que en
realidad sea maná fluyendo del Gran Árbol. Se veía como si estuvieran danzando.
De niño, este espectáculo había cementado mis creencias en los elementales.
Ofrecí una silenciosa plegaria…
entonces dolor pasó por mi brazo izquierdo. Me giré para encontrar a mi
hermanita molesta.
[¿Por qué rezaste, Allen?] Ella
demandó, mirándome con sus ojos fruncidos.
[Por la felicidad de mamá, papá y la
tuya, y ver a mis estudiantes otra vez sanas y salvas.] Respondí.
[También hice una oración para ti. Oré
por ti.]
[Caren.] Dije. [Eres muy noble. Estoy
orgulloso de ser tu hermano. Gracias.]
Mi hermana usando un yukata se tambaleó
como si un choque eléctrico le pegara y se alejó de mí. [Soltarme eso con una
cara seria es c-cobardía. Es injusto.] Ella protestó débilmente, apretando sus
manos en su pecho. [Por qué, yo… yo…] Sus palabras disminuyeron a casi
inaudibles. [Te amo.]
Fuegos artificiales subían desde el
Gran Árbol detrás de nosotros, tiñendo el Gran Puente de Luz.
[Qué adorable panorama.] Dije. [Vamos,
Caren. Vayamos a casa. ¿Qué fue la última cosa que dijiste?]
[Un secreto.] Dije después de una larga
pausa. [Eres tan insensible.]
Luego, Toma y Shima, quienes habían
estado bebiendo en la plaza, me vieron y me hicieron pasar un infierno sin
final. Otros miembros de la milicia se nos unieron uno a uno mientras dejaban
su deber. La fiesta se extendió hasta tarde en esa noche, y regresé a casa con
una durmiente Caren en mi espalda. Sin más decir, nuestra mamá me dio una buena
tunda.
✽✽✽✽✽
Me gusta dormir, como regla general. Y
ya que estaba de regreso a mi hogar en la infancia, sentía unas ganas de dormir
allí. Aunque…
[No puedo evitar despertarme como es
usual.] Gruñí mientras me esperaba y revisaba el reloj de bolsillo al costado
de mi cama. como temía, era la hora.
Salí de la cama y tranquilamente me
acerqué al lavado. Incluso madrugadores como mi mamá aún estaban dormidos a
esta hora de la mañana, y el canto de las aves era el único sonido de afuera.
Me encargué de no despertar a nadie mientras lavaba mi cara y lavaba mis
dientes. Entonces vi mi cara en el espejo— nada mal.
En silencio, regresé a mi habitación,
vestí y moví al jardín interior. Luego de unos calentamientos, empecé mi
entrenamiento mágico básico.
Primero, conjuré esferas de los ocho
clásicos elementos y luego los disipé. Al repetir el ejercicio una y otra vez, afianzaba
mi fórmula de hechizo para que pudiera lanzarla rápida y silenciosamente en
caso de emergencia. Lo practiqué otra vez con dos elementos a la vez, entonces
con tres, cuatro, cinco, y así. El truco era no apresurarse.
Entonces me moví con otras varias
fórmulas con las que había estado experimentado. Luego de pasar con todas
ellas, era el momento para un último hechizo.
Moví mi mano derecha, conjuré una
docena o más de pequeñas aves, y las lancé al cielo. Canalizando viendo, luz y
truenos, lancé un hechizo de detección de largo alcance a otra vez de las
criaturas mágicas y proyecté los resultados en un mapa de toda la ciudad ante
mí en el aire. Partes del canto empezaron a llenarse con formas de edificios y
todo lo demás moviéndose entre ellos.
[Supongo que no puedo esperar demasiado
precisión con mi maná.] Dije. [Debo enseñárselo a Caren o Ellie para— ¿Hm?] No
pude suprimir un grito de asombro.
Mi mapa desplego una armada avanzando
en los distritos de los hombres bestias. No solo una unidad, sino varias. Se
numeraban en miles e incluso podían haber sido una fuerza de diez mil. Mi mente
era un relajo.
Esta era la capital este, justo bajo
las narices de la Casa Ducal de Algren. Cómo podrían tantas tropas—
Se me puso la piel de gallina mientras
llegaba a la peor conclusión posible.
¡No, esta es la rebelión de los Algren!
¡Y están atacando aquí, no solo la capital real!
Ondeé mis manos para conjurar otra
docena de aves y las envié a volar por el aire a gran velocidad, llevando la
urgente noticia a todos los interesados. A menos que actué rápido, sería
demasiado tarde. Volví a mi casa para despertar a mi familia— entonces salté a
un lado mientras varias cadenas y dagas volaban del frente y detrás de mí,
cavando hoyos en la tierra.
Cinco hechiceros usando capas con
capuchas gris aparecieron ante mí. Extraños hechizos de fórmula los activaron
para conjurar cadenas del delgado aire y usar los puntos de apoyo de la casa.
sentí más detrás de mí y otros cuatro en el techo. Así que estaba rodeado.
[¿Seguros que tienen a la persona
correcta?] Pregunté, dispersando el polvo con mis manos. [Mi nombre es—]
[La falsa bestia. El Cerebro de la Dama
de la Espada. Ven con nosotros— nuestro líder te desea.] El sobresaliente
hombre, quien parecía estar al mando, preparó su daga, y sus subordinados
hicieron lo mismo. Todos llevaban armas idénticas y usaban batas a juego.
[Cautelosos asesinos vestidos de gris
que conjuran cadenas mágicas.] Dije, recordando los libros que una vez leía.
[Inquisidores— el lado oscuro de la Iglesia del Santo Espíritu. Así que la
iglesia tiene que ver con esta rebelión. Y supongo que ustedes suplieron a
Gerard con grandes hechizos, armas, y fondos. De hecho, probablemente estaban
en contacto con él desde mucho antes—]
[¡Siléncielo!] El comandante gritó
fríamente, y una tormenta de cadenas y dagas venían hacia mí de todas
direcciones.
Lancé el hechizo elemental Divine Wind
Wave desde arriaba, tumbando las dagas al suelo mientras desmantelaba las
fórmulas de hechizo de las cadenas. Eso asombró a las figuras en túnica, aunque
no podía ver sus rostros.
[Aún estoy esperando su respuesta.] Le
dije a su comandante.
[¡Córtenle la lengua pera ya!] El
hombre gritó.
Mientras sus subordinados atacaban,
activé los hechizos elementales que había estado preparando. El Divine
Lightning Shots golpeó a las figuras en túnica desde sus puntos ciegos,
quitándoles la consciencia, mientras los Divine Darkness Threads los ataban. De
inmediato disipé las cadenas de los inquisidores y lancé a su comandante al
suelo. Él aterrizó de pie mientras otros ocho hechiceros entraban al jardín. El
hombre encapuchado se deslizaba para retroceder, revelando una cara oriental
marcada con extraños diseños en las mejillas.
[No sentí tu lanzamiento.] Él dijo,
temblando mientras más retrocedía. [¿Y-Y no dehiciste nuestra magia?
¡M-Monstruo!]
[Qué rudo.] Respondí. [Ahora, dime—
¿qué los trae aquí?]
El tensó silencio que siguió fue
interrumpido por un asombrado [¿Allen?] Mi madre, Ellyn, estaba despierta y en
la veranda.
[¡Mamá!] Grité mientras el hombre le
lanzaba una daga sin dudar.
Usé toda mi agilidad para interceptar
el proyectil. Para el momento que me di la vuelta, el hombre estaba huyendo
junto con las cadenas que conjuró en medio del aire.
Así que se huyó—
Un trueno rugió mientras un rayo enviaba
al inquisidor de vuelta a la tierra. Caren se paró a mi par en su vestido de
noche, su cabello se erizó por la electricidad del repentino hechizo.
[Allen, ¿qué ocurre?] Ella preguntó,
sorprendida.
Me tomó un momento componerme. [Mamá,
despierta a papá. Y de prisa; no hay tiempo.]
[¿Huh? O-Oh, bien. Entiendo.] Nuestra
mamá salió de su aturdimiento y salió corriendo, dejando a Caren y a mí en el
jardín con los ocho inconscientes hechiceros y su caído comandante.
[Como estaba diciendo— ¿qué los trae
aquí?] Pregunté otra vez.
El hombre levantó su cabeza desde el
suelo y libero una tranquila, pero fuerte risa. Entonces, laboriosamente, dijo.
[¿Esperas que responsa a eso?]
[¡¿Qué?! ¡¿Aún está consciente después
de mi hechizo de rayo?!] Caren gritó, tomando mi brazo izquierdo con nervios.
[El Cerebro de la Espada.] El
comandante continuó. [Eres una amenaza. Puedo ver por qué nuestro infiltrador
se interesó en ti. Por eso… ¡Muere!]
[¡Caren!] Grité. [¡Levanta la barrera
más fuerte que puedas hacer!]
[¡E-En seguida!]
El hombre y sus inconscientes
compañeros empezaron a brillar con una misteriosa luz. El maná se incrementó
mientras flotaban sobre el suelo. ¿Estaban planeando ir con la victoria? ¡Traté
de interferir con su hechizo, pero la fórmula estaba bien encriptada, y cada
uno tiene un cifrado diferente!
[¡Somos los defensores de la fe!] El
comandante gritó. [¡La Santa y el Santo Espíritu así lo quieren!]
Los cuerpos de los inquisidores se
hincharon abruptamente, perdiendo la capacidad de mantener su forma. ¡Estaban
por explotar!
Pero para el siguiente momento,
empezaron a desintegrarse en cenizas sin más.
[¿Por qué no… se detonó?] El comandante preguntó, luciendo mortificado
mientras los nueve asesinos se desintegraban.
Esas fórmulas de hechizos nunca
debieron haber sido diseñados para activarse.
[¿La Santa?] Murmuré. Era el nombre de
un antiguo héroe que se decía ha sanado al mundo con su gran hechizo,
Resurrection. Pero el Héroe— esa gentil chica— se suponía es la única heredera
viva para tal legendario título.
Mis pequeñas aves llegaron con
noticias. Parte del distrito de los hombres bestias ya estaba bajo ataque. A
diferencia de su contraparte en nuestro reino, la ortodoxa Iglesia del Santo Espíritu
predicaba que los hombres bestias eran “animales”… y no los trataban como
personas.
Un jalón en mi manga izquierda me trajo
de vuelta. [A-Allen.] Mi hermana dijo, mirándome con nervios.
Coloqué una mano en su cabeza— y
entonces sentí más maná del interior de la casa.
[¡Allen, Caren! ¡Vengan rápido!]
Nuestra mamá gritó. [Nathan… ¡Nathan está…!]
Ambos corrieron al interior.
✽✽✽✽✽
[Adiós, mamá, papá.] Dije, dándole la
espada a mis padres en la entrada.
[Allen…] Mi mamá me llamó.
Mi papá, quien cojeaba levemente de su
pierna derecha. No dijo nada. Había visto a otro inquisidor en túnicas grises
infiltrándose por la puerta trasera y supero al asesino usando uno de sus
dispositivos mágicos caseros de autodefensa. Pero el intruso le había cortado
su pierna con una daga escondida cuando se había ido para restringir al hombre.
Entonces, el atado inquisidor se había hecho cenizas ante los ojos de mi papá—
¡Y todo mientras estaba en casa!
Había lanzado un hechizo de curación en
la herida, pero ni Caren o yo podíamos tener una recuperación instantánea.
Enlazar maná con ella probablemente resolvería el problema, pero seguramente
vendría conmigo si lo intentaba. Así que aunque lo sentía por mi papá, él
necesitaría aguantarse.
Y como tal, mi hermana se paró al lado
de nuestra madre. Se había puesto el uniforme de la Academia Real por la
defensa mágica que ofrecía.
[Caren.] Dije. [Cuida de mamá y papá
por mí. Los veré en el Gran Árbol.]
[Allen.] Ella respondió. [¡Yo… creo que
deberías venir con nosotros! ¡O si tienes que ir, llévame contigo!]
[Puedo salvar a muchas personas si
actúo ahora. No puedo dejarlos. Y no puedes venir conmigo. Mi destino es… un
campo de batalla.]
[¡Siempre eres así, Allen! Siempre
tratándome como—]
[Papá tiene una pierna herida.] Le
recordé. [Caren, por favor.]
Ella dejo de gritar y miró la
preocupación en la cara de nuestra madre y sudor frío en la de nuestro padre.
[Bien.] Dijo al final.
Libré el báculo del hechicero de la
corte que Lydia me había dejado de su funda. Los listones escarlatas y azules
atados en su punto brillaban a la luz del sol.
[¡Allen!] Mi mamá gritó detrás de mí,
superada por la preocupación.
Levanté mi mano, la ondeé, y me fui a
la guerra.
Corrí determinado a través de los
callejones, empleando la magia botánica para acelerar mi progreso. La capital
este— la “capital foreste”— estaba en llamas. Humo negro salía por toda la
Ciudad Vieja, acompañado por el hedor a quemado y el estruendo de las alarmas.
Una tras otra, mis aves regresaron con
información. Solo los distritos de los hombres bestias estaban bajo ataque. Los
distritos de humanos estaban en silencio, pero el masivo reloj en la Estación
Central resonaba incesantemente.
Los caballeros de la guardia real y la
mayoría de la milicia de hombres bestias habían evitado el ataque sorpresa, y
un grupo de la milicia estaba construyendo un improvisado campamento en la
plaza ante el Gran Árbol. Su líder era… Shima, el confiable hermano mayor de
todos. Los caballeros de Richard y la fuerza principal de la milicia, bajo el
comando de rolo, estaban rescatando a los residentes de la Ciudad Viejo. Otro
equipo de la milicia estaba guiando a las personas de la Ciudad Nueva al este
conectándose por el puente. El mensaje de Sui decía, [¡Cuenta conmigo!]
Ninguno de los jefes respondió.
¿Estaban tratando de examinar la información? En contraste, los antiguos jefes
y deputados tales como Deg y Dag respondieron rápidamente. Reportaron que el
clan nutria estaba organizando góndolas y barqueros para evacuar a las personas
por agua.
Una planta me llego a un techo, desde
el cual podía ver incesantes señales de bengalas de fuego salir del Gran Árbol.
Eran negras— “Ataque enemigo. ¡Vuelta al Gran Árbol! ¡No dejen atrás a las
mujeres, niños y ancianos!” Había descubierto acerca de las señales con
bengalas en la escuela de hombres bestias, pero nunca había esperado ver una.
Las vías públicas principales de la
Ciudad Vieja entraron a la vista. Varias docenas de caballeros de la guardia
real ya habían formando un escudo contra el ciento de tropas rebeldes. Detrás
de su bastión, observé a varios cientos de hombres bestias en el proceso de
evacuación. Muchos estaban heridos, niños incluidos.
Así que van a por todas.
[¡Richard!] Grité.
[¡Allen!] Él gritó de vuelta. [¡Los
Algren están en la revuelta! Encontramos documentos probando sus lazos con
Gerard—]
[¡Podemos hablar luego!] Salté del
techo y golpeé a los rebeles en la retaguardia.
¡Juzgando por su calibre… esta es una
fuerza avanzada bajo el Conde Guesclin, un vasallo de Algren!
Un movimiento de mi báculo envió
enredaderas de hielo por el suelo para atrapar a varias docenas de soldados y confundir
a la unidad.
[¡¿A qué están jugando?!] Un corpulento
caballero a caballo al fondo de la retaguardia gritó, señalando su bastón a mí.
[Él es solo—]
Salté por sobre los soldados y golpe al
conde en toda la cara con un Divine Lightning Shot, bajándolo del caballo. Con
otro salto, lancé múltiples Divine Water Waves en el aire sobre el corazón de
la formación enemiga. Eso dejo a los soldados empapados. Luego usé magia de
viento para controlar mi trayectoria, aterrizando entre los rangos frontales de
la guardia real. La parte baja de mi báculo golpeó el suelo, liberando el
hechizo elemental Divine Lightning Wave a lo largo de la calle. Toda la
formación enemiga se hizo pedazos mientras los soldados caían, gruñendo y
agitándose. Solo el caballo permanecía de pie— hice un espacio para perdonarlo.
[Ahora es el momento para preguntas.]
Dije.
[Oh, vamos.] Richard respondió. Pero entonces
se detuvo. [Olvídalo. Eres el compañero de Lydia. Probablemente esto ni
siquiera cuente como una amenaza para tus estándares.]
Me bajé de hombros, viendo que había
explicado mi actitud para su propia satisfacción y la de sus caballeros
cercanos.
[Perdóname.] Dije, inclinándome
profundamente ante el pelirrojo vicecomandante. [Parece como si estuviera
pidiéndole irrazonables demandas a la guardia real.]
[Casi nos toman por sorpresa, pero tu
advertencia nos dio algo de tiempo para movilizar a todos aquellos que no
pudieran luchar al Gran Árbol. Tienes mi sincera gratitud por salvar las vidas
de mis caballeros. Supongo que estoy en deuda otra vez.]
[¿Por qué “otra vez”?] Pregunté. [¿Y
mencionaste documentos?]
[Alguien los trajo a nuestra guarnición
bastante tarde anoche. Detallan las relaciones entre Grant Algren y Gerard.]
Richard explicó. [Allen, ¿esta es una rebelión…?]
Asentí. [La Casa Ducal de Algren no
está actuando sola. Debemos asumir que cada noble con algo de poder se ha
sublevado. También estoy seguro que para ahora han atacado la capital real.
Tienen asesinos de la Iglesia del Santo Espíritu con ellos— algunos vinieron
tras de mí.]
La agitación se propagó en los
caballeros cercanos. Organizaciones religiosas formando parte en política casi
nunca se había oído en nuestro reino.
Varias de mis aves regresaron. Fruncí
el ceño.
¿Los jefes quieren “tratar de negociar
con los Algren”? ¿Bajo estas circunstancias? ¿En qué están pensando?
Dejé de pensar y dije. [Richard, vayamos
con una medida para ganar tiempo mientras retrocedemos al Gran Árbol. Esta
avenida principal es la única calle lo suficientemente amplia en la Ciudad
Vieja para desplegar tropas, y se supone que los residentes la sigan hacia el
Gran Árbol en emergencias. Tendremos que dejarle el resto a la milicia.]
[Entiendo.] Dijo el vicecomandante.
[Caballeros, no debería tener que decirles esto, pero se los presentaré de
nuevo solo en caso. Él es Allen. Escuchen lo que tiene que decir, o no tendrán
derecho a quejarse cuando terminen muertos. ¡Tómenselo en serio!]
[¡Sí!] Todos los caballeros golpearon
sus pecheras en conjunto.
No pude evitar rascarme mi mejilla.
[Muy bien, empecemos con fortificar nuestra posición.] Dije, dando órdenes para
enmascarar mi avergonzamiento. [Esta será una larga campaña.]
Bloqueé un golpe de espada con mi
báculo y desvié una estocada de lanza mientras impactaba una patada fusionada
con rayos en las entrañas de un caballero enemigo. Él gruñó, su barbado rostro
retorciéndose del dolor, y cayó de rodillas. Usé su rostro como un punto de
apoyo para propulsarme al techo de una casa.
Tan pronto como había aterrizado fue
que un bombardeo de hechizos ofensivos me llovió. Corrí a lo largo del techo
desintegrándose y corté a los hechiceros que venían de la retaguardia de la
línea enemiga con un estallido del hechizo elemental Divine Light Shot. Oí unos
chillidos, seguido por maldiciones de los caballeros que llegaron al frente de
línea.
[¡M-Maldito!]
[¡Ese maldito solo golpea nuestra
retaguardia!]
[¡Ningún humano debería aliarse con las
bestias!]
Los estandartes enemigos los señalaban
como las fuerzas del Vizconde Redolo, otro vasallo de los Algren. Más numerosos
que nuestros anteriores oponentes, se estimaban alrededor de doscientos. Este
era el tercer grupo al que habíamos enfrentado.
Nuestros encuentros, junto con mis aves
de reconocimiento, dejaban claro que los rebeldes estaban manteniendo su fuerza
principal en reserva y forzando a los nobles menores a soportar daño del
encontronazo inicial.
Un vivo ejemplo de una ofensiva
progresiva. Reí para
mí, retirándome de los techos a la posición enemiga. Que impropio de la Casa
Ducal de Algren. Habríamos estado perdidos de cara a los abrumadores números.
A como mi velocidad subía, le di un
giro a mi báculo y lancé ocho consecutivos Divine Ice Mirrors. Los caballeros y
hechiceros rebeldes tenían las manos llenas con la defensa mientras sus
hechizos ofensivos se les reflejaban encima.
[¡Richard!] Grité.
[¡Caballeros de la guardia real,
avancen!] Él gritó.
[¡Sí!] Los caballeros siguieron el
liderato de su vicecomandante y fueron al frente desde su posición defensiva.
Su ataque perfectamente ordenado funcionó de alguna en la línea frontal
enemiga.
Revisé un nuevo reporte de mis aves
mientras supervisaba el trabajo de la guardia real desde el techo.
No son buenas noticias.
Los jefes aún estaban desubicados.
Incluso las señales de fuego, al parecer, eran el resultado de la milicia en la
plaza metiendo sus manos en el asunto. La evacuación de ambos distritos de
hombres bestias eraba procediendo, pero tomaría tiempo. Y para hacerlo peor…
[¿Quieren “retirar a la milicia de la
plaza para la defensa del Gran Árbol” e “invocar el Antiguo Compromiso para
iniciar pláticas con la Casa Ducal de Algren”?] Repetí incrédulamente.
Mi corazón se apacho. Sin ayuda, la
guardia real estaría perdida si las fuerzas rebeldes abarrotaran las estrechas
calles. Y a estas alturas, una llamado a negociar basado en el Antiguo
Compromiso estaba más allá de lo absurdo.
En la calle, los caballeros alzaron un
grito de victoria.
[Una indiscriminada armada rebelde ante
nosotros y un consejo que se niega a enfrentar la realidad a nuestras
espaldas.] Murmuré. [Lydia, nunca antes te he extraño tanto como lo hago hoy.]
Luego manejar a las fuerzas del
Vizconde Redolo, llenamos nuestro primer campamento con trampas y lo
abandonamos. Pusimos más trampas detrás de nosotros mientras nos retirábamos a
nuestro segundo campamento, el cual habíamos construido más cerca al puente de
conexión. Richard y yo fuimos a la retaguardia.
[¡Este es Rolo del clan leopardo,
capitán de la milicia!] Una voz gritó desde atrás de nosotros. [¡Lo oí de
Allen! ¡¿Dónde está?!]
El vicecomandante y yo intercambiamos
miradas. No había enemigos a la vista en el camino principal, y mis aves
indicaban que sus refuerzos estaban perdidos— nuestros asustados enemigos
habían huido a otras unidades estacionados detrás de ellos.
Los caballeros alrededor de nosotros
golpearon sus pecheras y gritaron.
[¡Richard, Allen, por favor vayan tras
de él!]
[¡Nosotros lo compensaremos!]
[¡Cualquier caballero estaría honrado
de servir como un guardia de retaguardia!]
[Y la mayoría terminara mu—]
[¡Alguien calle a ese hombre!]
El noble pelirrojo sonrió. [Supongo que
no me dejas opción.] Él dijo. [Allen y yo nos iremos por un momento. Protejan
el fuerte mientras no estemos.]
[¡Sí, señor!]
Dejamos a los caballeros para ejercer
como guardias reales y nos abrimos paso por la avenida a nuestro primer
campamento. Entre los baluartes de la mesa y las sillas tomadas de las casas
cercanas, encontramos a un amargado Rolo, levemente armado y llevando una
alabarda, conversando con el segundo al mando de Richard— Sir Bertrand, creo
que era su nombre.
[¡Rolo!] Grité, ondeando mi mano
salvajemente.
[¡Allen!] Su voz sonaba bien, y varios
otros hombres bestias cerca levantaron sus manos en mi dirección, así que
también los saludé.
[Me alegro que estés a salvo.] Dije
mientras nos acercábamos al constructor que también es comandante.
[Es gracias a tu advertencia.] Él
respondió. [¿Asumo que has oído las órdenes de los jefes?]
[Sí. Rolo, él es Su Alteza, Lord
Richard Leinster. Ejerce como vicecomandante de la guardia real.]
[Soy Rolo del clan leopardo, capitán de
la milicia de hombres bestia.] Luego de una pausa, añadió. [¿Debería de hablar
más formal?]
[Este es un campo de batalla; no
necesitamos formalidades.] El noble pelirrojo le aseguró. [Soy Richard. ¿Asumo
que tienes noticias urgentes?]
[Gracias.] Rolo dijo luego de una leve
duda. [Tengo a mi gente vigilando en cada calle y callejón. No deberíamos tener
que preocuparnos por los infiltrados.]
Richard y yo silenciosamente asentimos
con la cabeza. Le lancé una mirada a Sir Bertrand, y el veterano caballero
repitió el gesto. Entonces nos reubicamos en una casa cercana, lancé hechizos
contra espionaje al momento que mis piernas cruzaron la entrada.
[Rolo, Richard, es seguro hablar ahora.]
Dije. [¿Es acerca de retirar a la milicia?]
[Sí.] El capitán respondió con pesadez.
[No perdieron tiempo en decir que nos retiráramos y lo hiciéramos rápido.]
[Pero no parece que hayas terminado de
evacuar el distrito.] Richard lo señaló.
El indomable Rolo hizo caras. [¡Aún hay
personas en la Ciudad Vieja y Nueva! ¡Pero los jefes aún están metidos en la
sala de juntas dentro del Gran Árbol, discutiendo! ¡Todos están juntos debido a
la Ofrenda del Espíritu de anoche, pero no han emitido ni una sola orden
decente!]
Increíble. Los jefes en realidad están
agravando el caos.
[Por favor, haz que la milicia se
retire a la plaza como se ordenó, defendiendo a los residentes restantes de
paso.] Dije, soltando un suspiro. [Richard, ¿puedes permitirte más de tus
caballeros? Eso debería mejorar la seguridad y hacer un poco la evacuación.]
[¡¿Qué?!] Rolo exclamó.
[Suena como un plan] Richard dijo casi
al mismo tiempo.
[¡Allen!] El capitán gritó otra vez.
[Estás tratando irte a matar—]
[No estoy haciendo tal cosa. Este no es
lugar para que muera.] Interrumpí, tomando a Rolo por los hombros y calmando su
arrebato. [Le prometí a mis cuatro encantadoras estudiantes, a una tímida
cuatro ojos, y al siempre demandante albatros a mis costillas que nos
reuniríamos otra vez en la capital real. Y prometí reunirme con mi hermana en
el Gran Árbol. Así que no puedo permitirme morir.]
Luego de un largo silencio, Rolo se
puso derecho y luego se inclinó lo suficiente que casi formó un ángulo recto.
[Entiendo.] Dijo. [Su Alteza, Lord Richard Leinster, me doy cuenta que no tengo
el derecho de pedirle un favor como este en nuestra primera reunión… pero por
favor, cuide de Allen. ¡Él tiene que cambiar el futuro del clan lobo— no, de
todos los hombres bestias! Una ridícula… una ridícula farsa como esta no
puede…]
Rolo no dijo más. Solo siguió haciendo
manchas de lágrimas en el suelo mientras se agitaba de pies a cabeza. Luego oí
el sonido de una pechera siendo golpeada.
[¡Rolo, confié en mí!] El
vicecomandante dijo. [Juro por mi honor como Richard Leinster que nunca dejaré
morir a Allen.]
[Lord Richard…] El capitán de la
milicia levantó su cabeza y entonces la bajó en otra profunda reverencia.
Cuando la levantó otra vez, colocó una mano en mi hombro y lo apretó con una
dolorosa intensidad. [¡No mueras, Allen! Volveré por ti tan pronto como consiga
que todos salgan. ¡Es una promesa!]
[Muchas gracias.] Le dije al arquitecto
de ojos rojos del clan leopardo. [No te preocupes; me las arreglaré.]
Una pequeña ave revoloteaba a través de
la puerta. El descanso, al parecer, había terminado. Intercambiamos
reverencias, y Rolo salió corriendo para reunirse con los otros miembros de la
milicia.
[¿Por qué dijiste eso?] Le demandé a
Richard. [Lo digo en serio. ¿Nunca me dejarás morir?]
[Puede que nunca pudiéramos haber
hablado con él de lo contrario. Y como esa, lo decía en serio. Ahora,
movámonos. Tenemos trabajo que hacer.] El noble pelirrojo salió al exterior— y
a pesar de mis recelos, lo seguí.
[¡Richard! ¡Allen!] Sir Bertrand dijo, salió
corriendo para reunirse con nosotros cuando regresábamos al segundo campamento.
[Bertrand, forma un escuadrón de
jóvenes caballeros.] Richard comandó. [Van a unirse a la retirada de la milicia
hacia el Gran Árbol.]
[¡Sí! Ya los he escogido, pero ninguno
está feliz por ello— especialmente Ryan.]
[¡Ugh! Allen, tengo algo que decirte.]
El vicecomandante dijo, entonces corrió hacia los jóvenes caballeros.
[¿No te retirará, estimado Allen?]
[Solo “Allen”, por favor, Sir
Bertrand.] Dije. [Alguien necesita quedarse atrás.]
[Solo llámame “Bertrand” entonces. ¿Y
debe estar entre el resto?]
[Acá entre nos, mi padre una vez me
dijo, “Nunca abandones a un amigo, incluso si tus amigos te abandonan”.]
Respondí con un guiñó. [Y a pesar de la diferencia en nuestro estatus social,
considero a Lord Richard Leinster un amigo. Me niego a perderlo en esta batalla
sin sentido.]
[¡¿Entre toda esta lucha, tu
preocupación por Richard?!] El caballero exclamó, sorprendido.
[Bertrand, me gustaría que te prepararás
para construir eso.] Dije, entregándole una hoja de papel trazando sitios para
fortificaciones adiciones en la principal vía pública.
Luego de un momento de asombro, el
veterano saludó y gritó. [¡De una vez!] Entonces corrió a empezó a reunir a otros
caballeros.
Los estandartes ondeando estaban
juntándose en la calle ante nosotros. Las armadas principales de los candes y
grandes nobles al parecer estaban entrando al combate. La verdadera batalla
estaba por iniciar, pensé mientras recordaba las palabras del capitán de la
milicia.
¿No mueras? No podía suprimir la sonrisa. Estás
pidiendo lo imposible, Rolo. No perderé la esperanza, pero incluso si
sobrepasamos esto, lo peor está por seguir. Aun así— Hice mi báculo a un
lado, derribando los estandartes con un Divine Wind Wave— arriesgaré mi vida
si eso ayudará a que mis amigos, mi familia, y niños escapen.
Los rebeldes me apuntaron sus espadas y
lanzas desde atrás de los muros de piedra y los grandes escudos. Que exagerada
respuesta para un simple tutor privado. Y los caballeros de la guardia me
estaban dando asombradas miradas. Esperaba que se dieran cuenta que falso
tigre.
Richard regresó, luciendo cansado. [¿Lydia
te enseñó eso, Allen?] Dijo. [Le dije a los jóvenes que se fueran.]
[Bien hecho. Le pedí a Sir Bertrand que
nos construyera barricadas extras.] Respondí. [¿Y no la mayoría de las personas
nos llamaría “jóvenes”?]
[Me atrapaste. ¿Oh? Creo es hora.
¿Tienes un plan?]
La línea de batalla delante de nosotros
ardía con hostilidad. Esos enemigos obviamente estaban en un calibre diferente
que nuestros anteriores oponentes.
[Ninguno.] Respondí, agitando mi
cabeza. [Simplemente necesitamos luchar con valentía hasta que la evacuación
esté completa.]
[¡A eso es lo que llamo valor!] En un
murmullo, añadí. [Si lo peor llega a empeorar, retiraré. Estaré atrás.]
El vicecomandante de la guardia real no
respondió mientras estudiaba a la armada rebelde. Entonces sacando un cigarro,
encendiéndolo con asombroso gesto, inhalo un poco de humo, y lo exhaló.
Un momento de silencio siguió. Una vez
las llamas habían reducido su cigarro a cenizas, sin mirarme, Richard Leinster
gritó. [¡No lo creo! ¡Ni en tu vida! ¡No tomaré ese consejo, y no puedes
obligarme!]
[Eres el futuro Duque Leinster.] Le
recordé. [No necesitas arriesgar tu vida en un lugar como este.]
Richard había fracasado en dominar los
símbolos de su casa— el hechizo supremo Firebird y la Espada Escarlata— Pero
podría llevarse el crédito de poner en forma a la guardia real. Debe heredar el
ducado.
[Allen.] Él dijo, dándome una mirada de
indignación. [En alguna parte en las tradiciones de la Casa de Leinster dice
eso. “Abandona a tus amigos y gana honores.” Y en caso que lo hayas olvidado,
te estoy en gran deuda.]
[¿Lo estás?]
Alguien dio la orden, y el avancé
enemigo empezó. Richard retiró su espada y empezó a crear hechizos mientras
respondía. [Salvaste la vida de mis caballeros. Y salvaste a mi hermana, Lydia.
Todos estaban listos para declararla una causa perdida cuando tú alejaste su
oscuridad y la convertiste en luz. ¡Salvaste la vida de mi hermanita! Te lo
debo, y fui criado para pagar mis deudas. ¡Caballeros de la guardia real, es
tiempo para la batalla! ¡Estamos a punto de convertirnos en escudos vivientes
para darle tiempo al débil de escapar! Si eso no es caballería, no sé qué lo
sea. ¡Recuerden por qué se enlistaron!]
[¡Sí!] Los caballeros rugieron,
inspirados, mientras preparaban sus espadas, lanzas y escudos.
Su alteza es ciertamente un bicho raro.
Y me llamó “amigo.”
[No sé qué hacer contigo.] Dije,
tomando mi lugar al costado de Richard. [Ninguno de nosotros puede permitirse
morir aquí, entonces.]
[¡Lo oyeron fuerte y claro!] Richard
rugió, activando el hechizo avanzado Scorching en la punta de su larga espada.
La línea enemiga se detuvo y precipito
con pentagramas mientras una serie de barreras resistentes al fuego se alzaban—
y colapsaban. Consternación encendió un bullicio entre los hechiceros en la
retaguardia enemiga. Puedo no tener una oportunidad contra una fuerza de
cientos o miles, pero mi interferencia mágica era efectiva contra algunas
docenas. La masiva bola de fuego creo un hueco en los rangos enemigos,
dispersando a sus caballeros ante ello.
[¡Ahora!] Richard comandó. [¡Caballeros
de la guardia real, al ataque!]
Los caballeros gritaron en respuesta
mientras todos salían e iban hacia el enemigo. Ganaríamos este combate, pero
nuestros enemigos nos habían superado en número de forma abrumadora. Tarde o
temprano, esos números serían mermados. Sin embargo…
[Los mantendré a salvo.] Murmuré.
[¡Este no es el lugar para que muera!] Con eso, me eché a correr.
✽✽✽✽✽
[¡Allen! ¡¿Puedes oírme?! ¡Todos en la
Ciudad Vieja están cruzando el puente! ¡Retírate tan pronto como puedas! ¡Si
necesitas ayuda, todas las fuerzas de la milicia aquí irán a tu rescate!]
El largo mensaje llegó a mis oídos con
calma luego que acabáramos con la cuarta ola de la armada principal enemiga. Ya
nos habíamos retirado hasta justo nuestras barricadas finales frente al puente,
y francamente, todos estábamos en mala forma. Ninguno de nosotros había muerto—
un milagro en sí mismo— pero algunos de los caballeros habían sufrido heridas
graves o agotado su suplemento de maná. Hasta el último de ellos había gritado
que aún podrían seguir luchando cuando los forzamos a retirarse a la plaza. La
guardia real tenía la moral baja.
[Rolo, he estado esperando oír de ti.]
Respondí en mi orbe de comunicación mientras envolvía vendajes alrededor de mi
brazo derecho e izquierdo. [¿Qué hay de la Ciudad Nueva?]
[Aún no acabamos, aunque creo que ya
todos están por cruzar.] Él dijo.
[Entiendo. No necesitamos refuerzos,
así que concéntrate en fortificar la plaza. Sabes tan bien como yo lo fuerte
que su construcción es. Una vez retrocedamos, destruye el puente de conexión al
oeste, incluso si los jefes no lo ordenaron.]
[Está bien. estaré a la espera.]
La comunicación terminó, y me giré al
pelirrojo vicecomandante de la guardia real, cuya blanca armadura estaba
manchada con su propia sangre.
[Richard, la evacuación de la Ciudad
Vieja de los hombres bestias está completada. Vamos a retirarnos.]
Cansado, respondió. [Perdón, Allen,
pero parece que no se va a poder.]
[Qué— Oh, ya veo.]
Dos estandartes ondeaban detrás de la
línea enemiga. Una pertenecía a la Casa Ducal de Algren, uno de los Cuatro
Grandes Ducados de nuestro reino. Así que finalmente habían enviado a sus
mejores fuerzas. Pero el problema era la insignia en el otro estandarte a su
par— una pequeña copa y daga envueltas en cadenas y rodeado por cruces en sus
cuatro costados.
Bertrand, su frente envuelta en
vendajes, parándose a la par de Richard y gruñó. [Q-Que… ¿Qué están haciendo
los Caballeros del Santo Espíritu del este aquí?]
[Los Algren los invitaron.] Dije. [¡Han
vendido al reino!]
Los poderosos caballeros de la guardia
real se quedaron impresionados.
Los Cuatro Grandes Ducados habían
resguardado al reino de incontables amenazas desde su fundación. Que el cielo
se cayera parecía más plausible que uno de los cuatro ducados recibiendo a una
armada extranjero en sus fronteras. Aunque lo habían hecho. La sorpresa de los
caballeros era entendible, pero toda la secuencia de eventos finalmente tenía
sentido.
·
La
renuencia de la Casa Ducal de Algren a través de la insurrección de Gerard.
·
La
posesión de Gerard de un aproximado a Resurrection como también el Radiant
Shield, por no decir del Blazing Qilin.
·
El
obediente consentimiento de Lord Grant para responder por sí mismo ante la
familia real y las otras tres casas ducales.
·
La
inusual actividad concerniente al material bélico que Felicia había mencionado
en sus cartas.
·
Los
grandes ejercicios militares a lo largo de nuestras fronteras que el imperio
estaba condiciendo en el norte y la Alianza de Principados en el sur.
·
Los
inquisidores de la Iglesia del Santo Espíritu quien me había identificado como
el “Cerebro de la Dama de la Espada” y me atacaron.
·
La
inquebrantable armada enemiga, ataques sin piedad a desprotegidos hombres
bestias.
La ausencia de Gil para visitarme en el
hospital encajaba perfectamente. Qué idiota había sido.
[Richard.] Dijo.
[Allen, incluso si no puedes suponerlo,
aún me enorgullezco de mi casa.] El pelirrojo caballero respondió, respirando
profundamente y apretando su larga espada. [No puedes imaginar cuantas veces mi
padre y mi abuelo me dijeron “¡Las casas ducales tiene el deber de defender al
reino!” ¿Y aún así… ellos… ellos…!] Sangre salía de su mano mientras apretaba la
empuñadura de su espada. Lord Richard Leinster en verdad merecía heredar un
ducado.
Los rangos enemigos partían con exacta
precisión, y un imponente hombre de cabello gris avanzaba. A pesar de su obvia
edad, sus pasos eran firmes. Tomó una lanza de una sola hoja en su mano recha y
tenía una pesada armadura de caballero. Una vez llegó al centro del lugar,
gritó. [¡Soy Haig Hayden, vasallo del Duque Algren! ¡Deseo hablar con su
comandante!]
Intercambié miradas con Richard,
entonces grité. [¡Odio decepcionar a un gran caballero, pero debemos
rehusarnos! Ustedes caballeros son traidores y cobardes que pusieron sus
espadas contra los indefensos hombres bestias en el día después de la Ofrenda
del Espíritu. ¡No tenemos nada que decir contra excusas tan miserables!]
Los caballeros en la retaguardia
enemiga alzaron sus armas. Todos llevaban idénticas lanzas largas de una sola
hoja y masivos escudos llevando la cresta de Algren. Esos eran los guardias
personales de la Casa Ducal de Algren, cortados del mismo hilo que la Orden
Violeta.
El canoso caballero frunció sus ojos
[¿Clamas que nuestras fuerzas atacaron a los ciudadanos, joven hechicero?]
[No les dejaré fingir ignorancia.]
Respondí. [¡Vasallos y soldados de Algren desenvainaron sus espadas, lanzas y
hechizos en contra de las personas sin defensa!]
Luego de una larga pausa siguió. [Yo…
¡No sé nada de eso!] El caballero sonaba como si expulsara de sus pulmones con
gran esfuerzo esas amargas palabras.
¿Puede estar diciendo la verdad?
Antes que se recuperara de su sorpresa,
otro caballero emergió de la brecha en las líneas. El nuevo llego con un casco
ocultando su rostro, y su pesada pechera estaba adornada con una pequeña copa y
daga envueltas en cadenas. Un caballero del Santo Espíritu. La masiva gran
espada en su mano derecha descansaba en su hombro.
[Sir Hayden, no tiene sentido hablar
con ellos.] Él dijo. [Nuestra misión es tomar el Gran Árbol.]
[Sir Gaucher.] El viejo caballero
respondió. [Te agradecería que no te metas.]
[¿Qué diferente hace un animal muerto o
dos? Cientos de miles pronto estarán—]
Se me acabó la paciencia. Mi furia hervía
mientras salía corriendo de la cubierta y lanzaba la magia más fuerte que podía
lanzar. El hechizo elemental Divine Earth Mire convirtió el suelo en un lodo
pegajoso bajo los pies de Sir Gaucher. Una vez estaba inmovilizado, disparé
hechizos intermedios de Divine Fire Spear y Divine Ice Spear a las brechas en
su armadura mientras conjuraba una punta de lanza de rayos en la punta de mi
báculo. Entonces, me acerqué y salté, girando mientras cargaba en sincronía con
los proyectiles— solo para que el caballero del Santo Espíritu lo bloqueara con
su mano izquierda. Él había disipado mi magia intermedia sin siquiera mirar.
[¡Menuda bestiaaaa!]
Por poco escapé de ser aplastado dentro
de nuestra barricada al amortiguarlo con un hechizo de levitación. La armadura
del hombre era bastante resistente a la magia; ningún hechizo a mi disposición
podría perforarlo.
Me puse de pie, preparé mi báculo, y
fríamente le dije al canoso caballero, [Desvainaste tu espada contra las
personas que juré proteger. ¡Es tarde para excusas!]
Mis palabras quedaron en el aire por un
momento antes que dijera. [Debo confirmar algo. Sir Gaucher, retírese de mi
presencia.]
[¡Me niego!] El caballero del Santo
Espíritu respondió. [¡Mi misión es tomar el Gran Árbol! ¡El Santo Espíritu y la
Santa lo desean!]
[¡La confirmación viene primero!]
Los caballeros se vieron entre sí.
¿La Santa otra vez? Hice una nota
mental mientras pensaba por una solución. El único caballero del Santo Espíritu
ante nosotros sería una cosa, pero la guardia real no podía permitirse un
choque con toda la orden presente. Nos acabarían con los números.
Realmente soy incorregible.
Ya que estaba ocupado regañándome por
mi estupidez, el vicecomandante salió de la cubierta.
[¡R-Richard, ¿qué estás pensando?!]
Grité, agitado.
[Oh, no mucho.] Él dijo. [Solo que me
siento ligero como una pluma. Quizás un raro vistazo de ti perdiendo la cabeza
tenga algo que ver con eso. Da igual, creo que estoy bien como para otra buena
pelea. Esta será una gran historia que contarle a Lydia, Lynne, mamá y Anna.]
Él puso su atención en nuestros mandones enemigos. [¡Este es un campo de
batalla! ¡Si quieren hablar, háganlo con las espadas!]
Al anciano caballero gruñó, mientras el
caballero del Santo Espíritu dio una maliciosa sonrisa y dijo. [Bien dicho, aun
para un pagano. Yo, Gore Gaucher, comandante de la Cuarta Orden de los
Caballeros del Santo Espíritu, seré tu oponente.] Él se giró a su caballeros y
grito. [¡No interfieran!]
[Sí.] Ellas respondieron en conjunto.
Estaban estrictamente disciplinados, lo cual los haría difíciles de manejar.
[Como sea, deja el campo.] Gaucher le
dijo a canoso caballero. [Debemos dispersar a esta chusma, chusma y tomar el
Gran Árbol.]
[Dudo que puedas.] Hayden respondió.
El caballero del Santo Espíritu gruñó y
descansó su gran espada en su hombro, viéndose amargado.
Por un instante, mis ojos se
encontraron con los de Hayden. ¿Eso era un abrumador sentido de arrepentimiento
en su mirada?
Gaucher espero a ver que el canoso caballero
y los guardias de Algren empezaran a retirarse, entonces abruptamente bajó su
gran espada a la tierra. Una nube de polvo se levanto mientras se burlaba de
nosotros, gritando. [¡Ahora, paganos y bestias, enfréntenme si se atreven!]
[Atrévete.] Dije.
[Ciertamente puede moverse.] Richard
remarcó.
Sin dejar de conversar, nos zambullimos
dentro de la nube de polvo desde lados opuestos. Até el brazo izquierdo del
caballero enemigo con Divine Darkness Threads y lancé el Divine Ice Thorns a
sus pies.
[¡P-Poltroon!] Gaucher grito.
La interferencia de su armadura
funcionó en ambos hechizos, pero las restricciones momentáneas lo dejaron con
la guardia baja. Encubrí la punta de mi báculo en llamas y liberé una rápida
serie de ataques, apuntando a brechas en su armadura y bajando desde el hombro
a la cintura. El caballero gruñó. ¡Éxito!
La hoja de Richard pasó desde la
derecha, exhibiendo su excepcional esgrima. Como yo, apuntó a las brechas en la
armadura de Gaucher, pero sus ataques son más profundos. ¡Como todo un
Leinster!
[¡Comete esto!] El vicecomandante
gritó, conjurando un Scorching Sphere en la punta de su espada. Gaucher gruñó y
se hizo atrás, tomando el impacto a quemarropa en su gran espada. La insignia
en su armadura brilló.
Así que esa es la fuente de sus
defensas mágicas. Un misterio resuelto. La otra pregunta es, ¿por qué las
heridas de Gaucher no parecen retrasarlo?
[Richard, ¿sentiste que tus golpes
dieran en el blanco?] Le pregunté al pelirrojo caballero, quien se paraba a mí
par con su espada preparada.
[Todos cortes limpios.] Respondió. [No
debería ser capaz de pararse luego de eso.]
Con un grito de cansancio y un sonido
de golpe, la masiva bola de fuego se desvaneció. [¡Un ataque sorpresa es una
táctica cobarde!] El caballero del Santo Espíritu gritó, apuntando su espada
hacia nosotros. [¡¿No tienen vergüenza?!]
[Estás realizando tu ataque sorpresa
mientras hablamos.] Le recordé.
[Así que tus insultos no tienen mucho
peso.] Richard concordó.
Gaucher aclaró su garganta. [Lo de
nosotros es una santa guerra. ¡Una que ustedes los paganos nunca podrán comprender!]
Levantó su gran espada con ambas manos,
luego salió disparado al frente como una ballesta. ¡¿Esas fueron cadenas
brotando de sus pies?! Richard y yo alzamos barreras mágicas con todo nuestro
poder, mientras la guardia real lanzaba hechizos ofensivos.
Gaucher se moría de la risa. [¡Eso no
los salvará!]
La interferencia debilito nuestras
barreras y rechazó el bombardeo de hechizos. En serio se acabaría mi maná, pero
hechizos de hielo del suelo podrían—
[¡Maldita beeestia!] El caballero del
Santo Espíritu rugió triunfantemente. [Por el Santo Espíritu y la Santa, ahora
yo—]
[¿A quién le estás llamando “maldita
bestia!? ¡No te atrevas a insultar a mi hermano!]
Un flash de luz pasó entre nosotros,
seguido por el estruendo de un trueno. El polvo se levantó mientras las farolas
cercanas se destruían por el impacto. El hechizo avanzado Imperial Lightning
Dance atravesó el cielo para golpear a Gaucher desde arriba. Se había deshecho
de los ataques de Richard y míos, pero este rayo lo mandó al suelo. Sus cadenas
estaban desvaneciéndose, destrozadas por una repentina ráfaga. Richard y yo
retrocedimos hasta casi nuestras barricadas.
[Gracias, Caren.] Dije sin darme la
vuelta. [Aunque desearía que no hubieras venido.]
[¡Esplendido trabajo!] El vicecomandante
añadió. [¿Consideras una carrera en la guardia real?]
[No estoy interesada.] Mi hermana
respondió. Se suponía que se hubiera refugiado en el Gran Árbol, pero aquí
estaba, interviniendo para salvarnos justo a tiempo. [Allen.] Ella dijo, cerrando
la distancia entre nosotros en un pestañeo. Sus orejas y cola estaban erizadas.
[Mordiste más de lo que puedes masticar, ¿verdad? ¡Atragantado!]
[Oh, bueno…] Solté una respuesta.
[S-Sabes cómo es. Realmente lo intenté, pero—]
[¡Ese no es el punto! ¡Dios!]
Sentí mi dolor alejarse mientras Caren
me bombardeaba con hechizos de curación.
[Wow.] Richard exclamó mientras
mostraba más de su mágica curativa en él y sus caballeros. [¡Ahora sí que te
quiero para la guardia!]
Caballeros hechos por la batalla le
echaron más flores.
[¿Puede lanzar hechizos de curación
intermedio sobre tantas personas?]
[Supongo que la hermana del genio es
igual de brillante a su manera.]
[Apenas puedo creerlo.]
Me alegra ver a mi hermana siendo
apreciada. Pero aun así…
[Yo… ahora estoy bien.] Dije. [Todas
mis heridas están—]
[Quieto.] Caren respondió,
evidentemente furiosa. No hay razonamiento con ella, así que la dejé ser y—
[¡Caren!] Grité, sintiendo siniestro
maná. Libero un grito mientras la tacleaba y enviaba al suelo a Richard y sus
caballeros con un hechizo de viento.
Un destello de rayo gris se disparó a
través del espacio donde nuestras cabezas habían estado. La explosión destrozó
cada estructura de madera en su camino, dejando solo cenizas.
Había venido de Gaucher. La armadura
del caballero estaba carbonizada y hacía falta su casco, revelando su rostro— desgarrados
labios, una nariz aplastada, y lo que parecían quemaduras donde su cabello
habría estado. El hechizo de luz de Caren no había causado esas heridas. Y la
mitad restante de su rostro estaba cubierto en fórmula de hechizo gris, el cual
se retorcía como si tuviera vida propia.
[Igual que Gerard.] Dije. [¡¿La Iglesia
del Santo Espíritu ya ha reconstruido el gran hechizo Resurrection?!]
El intacto ojo derecho de Gaucher se
concentró en mí, mientras maná se reunía en su nublado ojo izquierdo.
[¡Richard!] Grité.
[¡Déjamelo a mí!] El confiable
vicecomandante conjuró una barrera de cuatro capas de fuego justo frente a
Gaucher.
Me puse de pie y lancé mi hechizo
experimental de anti-detección de dos elementos, Pale-Azure Snowflakes, con
toda la fuerza que podía reunir. Eso detendría a cualquiera de seguir nuestro
maná. Luego pensé en mi confrontación con Gerard mientras se me ocurrían
contramedidas.
Gaucher no tiene el Radiant Shield o
Blazing Qilin, pero Lydia y Tina no están conmigo esta vez. Contra el gran
hechizo Resurrection, Richard y yo no seríamos—
[¿Caren?] Pregunté, asombrado por su
agarre en mi cuello.
Mi hermana me miró intensamente, luego
bajó su cabeza. Estaba por dirigirme a ella otra vez cuando muchos más
destellos de luz salieron disparados al cielo. Cortó varias ramas del Gran
Árbol, pulverizándolas y llenando el aire con las hojas cayendo.
Así que tiene tanto poder incluso a
larga distancia.
Richard y yo compartimos una mirada y
entonces asentimos.
[¡Abandonen esta posición!] El
vicecomandante les gritó a sus caballeros. [¡Tomen a Caren y retírense a la
plaza! ¡Allen y yo le pondremos un fin a ese lunático! ¡Si nuestro maná
desaparece, entonces Bertrand tomará el comando! ¡Pueden confiar en Rolo—
coordínense con él!]
[¡Richard!] El caballero veterano
gritó, aunque había mantenido la calma en toda la fiera batalla.
[Como tu oficial superior, esto es lo
menos que puedo hacer.] Dijo el vástago de la Casa Ducal de Leinster. [No me
vas a hacer decir “Es una orden”, ¿verdad?]
Bertrand se trago la protesta y gritó.
[¡Retirada! ¡En marcha!] Los caballeros empezaron a retirarse.
Le guiñé a mi viejo amigo, entonces me
giré a mi hermana. [Caren, esta es una petición única en la vida. Por favor,
vete.]
[No.] Ella dijo lentamente.
[Caren.]
[¡No!]
Me acaché para verla a los ojos. Pero
sin advertencia, su mano derecha tomó mi cuello otra vez y me acercó a ella.
Estaba extremadamente cerca, y había grandes lágrimas en sus ojos.
[Cuando… ¿Cuándo me vas a ver?] Ella
demandó.
[Siempre te estoy viendo—]
[¡No lo estás!] Ella me interrumpió.
[¡Aun me ves como una pequeña! Pero yo he… ¡Me he hecho más fuerte! ¡Ya no soy
alguien que necesite tu ayuda! Mírame. Ve quien soy ahora. déjame pararme a tu
lado.] Lágrimas corrían en sus mejillas.
[Caren…]
Menudo hermano que soy.
[Corrección.] El vicecomandante llamó a
sus caballeros retirándose. [¡Allen, Caren, yo lo derrotaré!]
[¡¿Richard?!] Exclamé.
[No la vas a ganar esta, Allen. Y la
experiencia me ha enseñado que es mejor admitir la derrota rápidamente.]
[Pero—]
Con un shock, la barrera de fuego de
cuatro capas se vino abajo, y mis copos de nieve se esparcieron.
[¡Paganooooos!] Gaucher aulló,
levantando su gran espada. A diferencia de Gerard, aún parecía estar consciente
en este punto. ¿Su investigación de Resurrection estaba progresando?
Richard dio un paso al frente y sonrió.
[Yo lo contendré. ¡Hablen rápido!] Entonces, con movimiento horizontal de su
espada, lanzó múltiples instancias del hechizo avanzado Crimson Fire Lances.
Una corriente de luz, fieras lanzas caían sobre el caballero del Santo
Espíritu, quien a este punto había renunciado a su humanidad en buena parte.
[¡Juego de niñooos!] Gaucher interceptó
o resistió el bombardeo usando si espada y rayo gris. Horribles impactos y
vendavales de abrasor aire siguieron mientras la plataforma de madera se
prendía fuego en un pestañeo.
Miré a mi hermana, a quien tenía
sostenida en mis brazos. [Caren.]
[Lo sé.] Ella dijo. [Estoy siendo
egoísta. ¡Pero eres mi hermano, no el de Lydia o Tina, ni el de Stella! Así
que… ¡Así que…!]
Abracé a Caren. [Nunca habría sido
capaz de llegar tan lejos si no fuera por ti.]
[¿En serio?] Ella preguntó con dudas.
[En serio. Siempre había pensado que
necesitaba protegerte. Pero desde ahora, nos moveremos juntos.] Me pausé. [Ese
hechizo de rayos fue increíble.]
[¿Huh? ¿A-Allen?]
Solté a Caren, le di la vuelta a mi báculo,
y extendí mi mano izquierda. [Creo que es hora que nos ocupemos de él. ¿Me
ayudarás?]
Sus orejas se levantaron y su cola se
meneaba de la felicidad mientras tomaba mi mano con sus dos manos. [¡S-Sí! ¡Sí,
desde luego!]
Levemente enlacé nuestro maná. Caren
liberé mi mano y activó el Lightning Apotheosis, luego lanzó su daga y formó
una lanza de rayos con forma de cruz en su punta. Y nos pusimos de acuerdo.
Richard dejó de lanzar hechizos y se
retiró para reunirse con nosotros. [¿Funcionó?]
[Sí.] Dije.
[¡No tengo quejas!] Caren añadió antes
que la palabra saliera de mi boca.
[Está bien; estoy pasando el bastón.
Parece que no he logrado conseguir la potencia para acabar con él.] El
vicecomandante dijo con una pizca de molestia.
[¡Paganooos!] Gaucher gritó, liberando
de las llamas y blandiendo su espada. [¡El Santo Espíritu y la Santa desean el
Gran Árbol! ¡Hagan lo que digo y entrégu-uenoslaaAaa!] Partiendo de esa
demanda, su habla empezó a vacilar, y su gran espada se resbaló de su agarre para
clavarse en el suelo. Gris brillo estalló de su corazón, dispersando su
armadura y envolviendo su cuerpo en una grotesca forma cuadrúpeda.
La Iglesia o los Caballeros del Santo
Espíritu habían logrado producir en masa ajustadas réplicas de Resurrection.
Pero su trabajo, al parecer, estaba lejos de la perfección y tomaba un precio
de su usuario. Incluso bajo esas circunstancias, la línea de caballeros seguía
sin inmutarse. En efecto…
[¿Están usando orbes de vídeo?]
Murmuré.
Hechiceros en túnicas grises bajo la
protección de caballeros estaban grabando la cosa en la que Gaucher se había
convertido, como si observaran un experimento. Sentí miedo. Con un movimiento
de mi báculo, lancé Divine Light Arrows para arrebatarles de las manos de los
hechiceros los orbes.
También alcé un gran muro de hielo
entre Gaucher y sus compañeros y reactivé los Pale-Azure Snowflakes. La
pasarían mal atravesando defensas tan gruesas.
La cosa que había sido Gaucher,
entonces gritó. [¡Por el SaNtO EsPíRiTU y la SaaNta!] Su gris luz estaba
cubriendo la total oscuridad. Sentí un profundo pulso oscuro.
Caren estaba preparando tres Imperial
Lightning Dances en su punta de lanza— pero ¿ordinaría magia avanzada tendría
algún efecto en un gran hechizo? En mis dos anteriores batallas, el abrumador
maná de Lydia y Tina le había dado a sus hechizos supremos y artes secretas la
fuerza para trascender el poder curativo de Radiant Shield y Resurrection. Solo
tenía a Caren conmigo esta vez, y ya que su maná estaba por arriba de la
persona promedio, no se medía contra esas dos. Para empeorar el asunto, los
Caballeros del Santo Espíritu estaban cerca. No podíamos permitirnos prolongar
la batalla y esperar a que Gaucher se agotara.
Necesitamos terminar con esto de un
solo golpe.
Caren me miró, con sus mejillas
sonrojadas, orejas y cola rígidas por los nervios.
[Allen, un e-enlace de maná profundo
deberá resolver con todas nuestras dificultades.] Ella dijo. [Así que en
términos concretos… ¡T-Toma!]
Carne me plantó un beso en la frente.
Su rayo se intensificó mientras nuestro maná se entrelazaba profundamente.
[Wow.] Richard dijo, sonriendo. Lo miré
mientras clavaba mi báculo en el suelo.
El experimental hechizo avanzado Eight
Icicle Talons atravesó sin misericordia a Gaucher desde arriba y abajo,
sometiéndolo en el lugar. Quizás el caballero del Santo Espíritu ya no sentía
dolor, porque no profirió ni un grito mientras producía numerosas cadenas
grises de su cuerpo para formar una mano, con la cual había empezado a
liberarse contra los carámbanos.
[No recuerdo criarte para comportarte
de esa manera.] Le dije a Caren.
[Las hermanas protegen a sus hermanos.]
Ella dijo. [Así es el mundo y mi pacto con el Gran Árbol. ¡Vamos!]
Caren preparó su lanza de rayo y se
aceleró en un ataque deslumbrantemente rápido. Lancé el experimental hechizo
avanzado de dos elementos Iced Lightning Sprint en mis pies y la acompañé.
La cosa que había sido Gaucher aún
estaba atrapada en mis enredaderas, pero el maná estaba reuniéndose en su ojo
izquierdo. [¡Los animales DebEn MoRIr!] Él gritó mientras un siniestro rayo de
luz gris se disparó hacia Caren.
¡No en mi guardia!
Lancé una serie de Divine Ice Mirrors,
desviando el rayo y enviándoselo de vuelta a Gaucher. De inmediato lanzó una
segunda roda, la cual bloqueó el golpe reflejado. La onda de choque demolió los
edificios cercanos, y muchas más manos de las grises cadenas nos sacaron del
polvo arremolinándose.
Los quemé todos con otro experimental
hechizo avanzado, Scarlet Burning Field. Al mismo tiempo, le lancé el
experimental hechizo de dos elementos de apoyo Heavenly Wind Bound a Caren y a
mí, luego salté. Otro espejo de hielo me dio un punto de apoyo en medio del
aire— justo sobre la cabeza de Gaucher.
Solo queda una cosa por hacer.
[Caren.]
[¡Entiendo!] Ella respondió de inmediato.
Ambos tomamos su lanza, intercambiando
breves miradas, y luego golpeé espejo para caer de picada.
[¡Conviértete en piel! ¡Suelo! ¡Miiií! ¡FEEE!]
Chillaron los grotescos restos retorciéndose de Gaucher, dándole rienda suelta
a su odio. Maná se concentró en sus ojos, pero entonces llamas escarlatas se lo
tragaron— ¡Una de las lanzas de fuego de Richard! ¡Perfectamente oportuno!
Aun así, Gaucher produjo incontables
cadenas grises de su cuerpo para interceptar nuestro ataque aéreo.
Caren gritó. [¡Justo aquí, justo ahora,
voy a probar que soy invencible con Allen a mi lado!]
Los tres Imperial Lightning Dances que
había mantenido preparados en su punta de lanza mandó a volar la siniestra masa
de cadenas y aclaró nuestro camino. ¡La espalda de Gaucher estaba a la vista!
Sostuve mi báculo junto a la lanza de
rayos de Caren y lo imbuí con los hechizos avanzados que había estado diseñado
para ella, Tina, y Ellie.
Thunder Fang Spear, Eight Icicle Talons,
y Scattering Gale Moon— un compuesto de luz, hielo y viento. Cada nuevo elemento
incrementaba el poder de la lanza en orden de magnitud. Caren ya había llegado
muy lejos en su duelo con Stella, pero la rigidez era tremenda. Algo más y
sería—
Caren hundió sus uñas en mi mano y me
lanzó una mirada que decía. [Sigue.]
Cerré mis ojos por un breve momento,
entonces seguí añadiendo mi magia experimental. Scarlet Burning
Field. Ruinous Water Blossom. Piercing Earth Hammer. Momentary Flash Ray. Tenebrous Shadow
Axe. Hechizos avanzados de los ocho elementos combinados en un espiral
brillante de arcoíris. Caren y yo luchamos por controlar la rígida lanza de
rayos. ¡Ahora su fuerza claramente excedía la de un arte secreto o un hechizo
supremo!
Todo mi cuerpo estaba en agonía, pero
las emociones fluyendo en mí desde Caren no era más que pura dicha. A pesar de
nuestra desesperada situación, apenas podía suprimir una sonrisa.
[¡La Santa me EsCogiO!] Gaucher rugió,
liberando otra oleada de cadenas grises desde su espalda. [¡Mi fe no PuEdE CaeR!]
Las cadenas se incorporaron en una sola
lanza y colisionaron con nuestra brillante lanza. El enroscado arcoíris y la
siniestra oscuridad luchaban por la supremacía. Los ojos violetas de Caren
incluso se pusieron en un tono más profundo y hermoso.
Juntos, gritamos, [¡Toma estoooo!]
Por un instante, la punta de nuestra
lanza de arcoíris se transformó en un aullante lobo de rayos, y el balance colapsó.
Nuestro desesperado ataque aniquiló la lanza gris e impactó en la espalda de la
grotesca criatura, donde liberamos nuestro maná.
Al siguiente instante, sentí un masivo
impacto. Vi que la daba que había servido como nuestro soporte se rompió por la
presión y el muro de hielo colapsó mientras fisuras pasaban a través de
plataforma. Me aferré a Caren mientras éramos enviados a volar y levanté las
defensas mágicas más fuertes que podía manejar. Aterrizamos en los escombros de
nuestra barricada.
[Increíble.] Murmuré mientras el polvo
se dispersaba.
[¡Incluso para un lunático, esto es ridículo!]
Richard dijo.
Ambos nos bajamos de hombros.
Gaucher aún estaba allí, de regreso a
su forma humana y viéndonos. Su boca se movió. [Santa… Santo Espíritu…] Fue lo
más que pudo decir antes que sus ojos se hundieran, su boca se cayera y su
carne se marchitaba, dejando nada más que piel y huesos mientras caía.
¿Ganamos…?
Los Caballeros del Santo Espíritu se
mantuvieron en silencio a pesar de la derrota de su comandante. Varios robustos
caballeros emergieron de sus rangos, pero no se movieron para atacar. Recuperaron
el cuerpo de Gaucher, y entonces se retiraron en perfecto orden. Mientras, apenas
podía escuchar a las grises figuras en túnica discutir algo entre ellos.
[¿Qué están diciendo?] Murmuré. [“Éxito
parcial en la sangre experimental”, “llave”, “defectuoso”, “final”…]
[¿Allen?] Richard dijo.
[No es nada. También deberíamos
retirarnos. Necesitamos demoler el puente.]
[Supongo. Y, por cierto… Caren se
sofocará si no la sueltas.]
[¿Qué?] Miré abajo. Caren aún estaba
atrapada en mis brazos, rígida como una tabla y roja como un tomate. De prisa
la liberé y finalicé nuestro enlace de maná.
[¡Te p-prohíbo abrazarme t-tan fuerte
sin avisar!] Ella respondió, haciendo pucheros.
[Yo… No vi qué más podría haber hecho
en esa situación.] Dije. [Pero me encargaré de evitarlo desde ahora en adelante.]
[No, claro que no.]
[U-Um…]
[No. Tú. No. Lo. Harás.] Caren avanzó a
mí, viéndose seria e irradiando una extrema intensidad. Asentí de mala gana,
incitando una carcajada de Richard.
Grrr…
[¡Allen!] Un fuerte grito llegó desde
la dirección del puente. Me volteé a ver a Rolo, la milicia, e incluso los
caballeros de la guardia real quienes se suponían se hubieran retirado, nos estaban
saludando. Richard y yo nos miramos entre sí y luego nos echamos a reír.
El vicecomandante corrió hacia sus
caballeros, gritando, [¡Todos están desobedeciendo sus órdenes!]
Qué oficial más majo que es. Ahora,
será mejor que nos movamos y—
Caren metió su cabeza en mi hombro izquierdo.
[Allen.] Dije. [Ayudé… ¿verdad?]
[Claro que sí. Richard y yo no
podríamos haber ganado sin ti. Gracias. Supongo que ya no puedo tratarte como a
una niña.]
Mi hermana se retorcía. [En ese caso.]
Ella susurro. [Creo que me dejaré crecer mi cabello otra vez.]
Le miré su rostro fijamente. Había madurez
allí.
[¡Entiendo que no estoy calificada a
caminar a tu lado ahora, pero no perderé!] Ella tocó los listones escarlata y
azul en mi báculo, luego me tomó del cuello y acercó mi rostro al suyo. [¡Después
de todo, fui la primera en conseguir que arreglaras mi cabello y la primera en
atar mi listón en tu báculo! ¡No Lydia, o Tina, ni Stella— yo! Por favor nunca
olvides eso. y cuando mi cabello crezca otra vez… serás el único al que deje peinarlo.]
Ella se soltó y partió al puente sin
siquiera esperar mi respuesta.
Luego de un momento, murmuré. [Oh vaya.
Eso hizo que mi corazón se acelerara.]
Mientras agonizaba por tener norteños
sentimientos por mi hermana, conjuré una pequeña ave. Las cosas habían
funcionado aquí, pero ¿qué hay de la Ciudad Nueva?
✽✽✽✽✽
[¿Se dan cuenta de lo que están
diciendo?] Richard le gritó a la asamblea de jefes, quienes se sentaban alrededor
de una mesa circular en su sala de juntas en la parte alta del Gran Árbol. El rostro
de mi usualmente apacible amigo era una máscara de ira, y la sangre se salía de
los vendajes en su frente. [Aún no han podido demoler el puente este debido a
un grupo a los residentes de la Ciudad Nueva que no lograron evacuar— Se los
concedo— pero ya saben que esas personas y la milicia que los defienden están
rodeados. ¡No podemos permitirnos seguir con esa decisión!]
Habiendo sobrevivido a la masacre de
Gaucher, nos habíamos retirado a la plaza y demolimos el puente oeste. Mientras,
mis aves exploraron la Ciudad Nueva y descubrieron un grupo del clan lobo
quienes, por alguna razón, se habían escondido en el interior de una colina, más
que evacuar al Gran Árbol. Las fuerzas enemigas los rodearon en todas partes. Richard
y yo le habíamos dejado el mando de la plaza a Rolo y corrimos al consejo de jefes
con nuestro reporte. Sin embargo…
[Aunque, ¿qué dicen?] El pelirrojo
caballero azotó sus puños en la mesa. [“Ahora debatiremos si enviar las fuerzas
militares para ayudar a los ciudadanos varados. No detendremos a los caballeros
de la guardia real o a ninguno de los refugiados de las otras razas por
intentar salvarse solos.” ¿Están molestos?]
Los jefes de la Ciudad Vieja se
mantuvieron en silencio, con angustia y fatiga en sus rostros. Los jefes de la
Ciudad Nueva liberaron un coro de amonestación.
[¡¿Qué?!]
[P-Puedes ser el hijo del Duque
Leinster…]
[¡P-Pero no nos quedaremos de brazos
cruzados!]
[Eso es.]
[¡¿Cómo se atreven los humanos a entrar
al Gran Árbol?!]
[¿Quién te dio permiso?]
[No hagan esta lucha peor.]
Solo la jefa del clan lobo estaba inmóvil,
con su rostro caído.
[Richard.] Dije tranquilamente. [Sospecho
que estamos perdiendo nuestro tiempo.]
Luego de un momento, el vicecomandante
respondió. [Supongo.]
Le dimos la espalda a los jefes y nos
dispusimos a salir.
[¡Allen, espera! ¡¿Qué harás?!] Ogi
llamó. Como jefe del clan lobo y líder del consejo, se sentaba en el centro del
grupo.
[Voy a rescatar a las personas en la
Ciudad Nueva.] Respondí, detenido pero sin darme la vuelta. [La mayoría de
varados son mujeres y niños, y allí están los Caballeros del Santo Espíritu
entre las fuerzas asediándolos. Si no nos damos prisa… será demasiado tarde.]
[P-Pero…] Ogi dudó.
Los agitados jefes de la Ciudad Nueva
gritaron para detenerme.
[E-Espera.]
[L-Los tipos como tú no tienen palabra
en este asunto.]
[Yo… estoy seguro que aún tenemos
tiempo para negociar.]
[Recuerda el Antiguo Compromiso.]
[¡Además, eres humano!]
[¡Sí, humano!]
[Déjanos.]
[Escuchen.] Richard interrumpió. [¿No
creen que han dicho suficiente?]
Los jefes de la Ciudad Nueva detuvieron
sus insultos mientras llamas de su ira quemaban mi piel.
Cansado, Ogi rogo. [Allen, ¿no puedes
darnos un poco más de tiempo?]
[Han tenido el tiempo necesario para
discutir.] Respondí fríamente, agitando mi cabeza. [Debes darte cuenta que el Antiguo
Compromiso con los Algren es papel muerto.]
Pasé mi mirada sobre la mesa. De cara a
la rebelión sin precedentes de los Algren, el consejo parecía haber dejado de
pesar, conducidos por la desconfianza hacia los humanos que se había estado
construyendo desde la muerte de Atra.
Lo siento, Lydia. Estoy por ir a la
guerra.
[Ya han decidido que no pueden
organizarse. Así que, haré lo que vea conveniente, especialmente ya que
evidentemente no me consideran como un hombre bestia.] Die un exagerado
movimiento de hombros y sonreí. [Supongo que realmente soy una “falsa bestia”]
Eso agitó a los jefes de la Ciudad
Nueva.
[¡Allen!] Ogi gritó, poniéndose de pie
mientras la sangre se le drenaba de la cara.
Me incline profundamente. [Muchas
gracias por todo lo que han hecho por mí. Este es un adiós. Richard, en marcha.]
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